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    UNIVERSIDAD ESTATAL A DISTANCIA

    MAESTRA EN DERECHOS HUMANOS

    AUTODETERMINACIN INFORMATIVA Y DERECHOS HUMANOS

    AUTODETERMINACIN INFORMATIVA Y PERSONALIDAD VIRTUAL

    PROF:ALFREDO CHIRINO SNCHEZ

    FRANCISCO J.CAMPOS ZAMORA

    2009

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    I. INTRODUCCION: SOBRE EL AMBIENTE ACTUAL DE LA INFORMACIN.

    Tal como advierte Umberto Eco, dos actitudes radicalmente opuestas dividen a lasociedad ante la irrupcin de las nuevas tecnologas. El Apocalipsis y la Integracin. De unlado, los apocalpticos se caracterizan por su desconfianza con respecto a los avances de la

    tcnica, al tiempo que los integrados se identifican por su posicin acrtica, frente a lospeligros provenientes del uso de la ciencia. Mientras >1.

    A partir de esa sentencia, se puede afirmar que vivimos, en la actualidad, unverdadero movimiento en el llamado , en el que,precisamente, la informacin ha adquirido un enorme valor econmico. A travs deltiempo, su tratamiento se ha ido haciendo cada vez ms sencillo y la tecnologa encargadade su procesamiento ha ido adaptndose a los cambiantes y vertiginosos desarrollos de latelemtica, permitiendo superar fronteras temporales y geogrficas con relativa facilidad2.

    La modernidad ha desacralizado al mundo y derrumbado muchos de los mitos quese tejan en torno al concepto de sociedad, al punto que cada vez son menos lasactividades del ser humano que se mantienen inmutables con el devenir de la sociedadtecnolgica. Este nuevo modelo ha desembocado en tantos estilos de vida como formas depensamiento existen, y ese desarrollo no se detiene all; todo lo contrario, la tendenciaindica que se aproximan cambios an mayores. No en vano, se producen componenteselectrnicos cada vez ms pequeos y poderosos que multiplican la capacidad de lossistemas informticos. La unin entre esos sistemas y los medios de comunicacin ha develado infinidadde posibilidades de accin para estos ltimos, al punto que, en algunos crculos, ha

    comenzado a plantearse la necesidad de concebir a los mass media, no como medios, sinocomo parte del mensaje en s3.

    El advenimiento de Internet trajo consigo una revolucin an mayor en torno a lainformacin disponible, haciendo que la cantidad de datos que se ofrecen, con respecto acualquier tema, sea difcilmente digerible en su totalidad4 . Por otra parte, no slo lainformacin traducible como conocimiento, cuenta con amplia difusin en el ciberespacio,sino tambin la que se presenta bajo la forma de datos personales. Los usuarios de Internetson viajeros que dejan una huella indeleble de su paso. Infinidad de sus datos persona les

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    1ECO, Umberto. Apocalpticos e Integrados, Lumen, Barcelona, 1985, p. 13. En similar sentido, se referaMarcuse al sealar que la ciencia y la tcnica se haban convertido en la nueva ideologa. MARCUSE,Herbert. El Hombre Unidimensional. Ensayo sobre la Ideologa de la Sociedad Industrial Avanzada, SeixBarral, Barcelona, 1972, pp. 21 y ss. MARCUSE, Herbert. Industrialisierung und Kapitalismus im Werk MaxWeber en Kultur und Gesellschaft. II. Frankfurt a. M., 1965. Citado por HABERMAS, Jrgen. Ciencia yTcnica como , Tecnos, Madrid, Espaa, 1989, p. 55.

    2 CHIRINO SNCHEZ, Alfredo. Autodeterminacin Informativa y Estado de Derecho en la SociedadTecnolgica, Conamaj, San Jos, Costa Rica, 1997, p. 1.

    3As LUHMANN, Niklas. La realidad de los medios de masas, Anthropos, Mxico, 2000.

    4En fecha reciente, Google, uno de los operadores del servicio de bsquedas ms populares de Internet, dioa conocer el proyecto Googleprint, iniciativa para digitalizar las colecciones de cinco importantes bibliotecasde las universidades de Oxford, Michigan, Stanford, Harvard y la Biblioteca Pblica de Nueva York.

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    pueden ser recolectados desde los sitios web a los que el usuario ha tenido acceso. Nuestrainformacin es recolectada y ordenada por quienes cuentan con los medios y la habilidadnecesaria, a fin de formar con ella un perfil de personalidad o personalidad virtual, dondedestacan datos referentes a nuestra materia financiera, adherencia ideolgica, perfil deconsumidor, e incluso preferencia sexual. Personalidad virtual que, lamentablemente, en el

    estado actual de las cosas, no es controlable por el sujeto a partir del cual se compone,revelndolo como una entidad transparente al control, tanto privado, como estatal. Al lado de esa recoleccin de datos personales, en apariencia, y conaspiraciones comerciales, ha surgido tambin una forma ms peligrosa deaprovechamiento de las nuevas tecnologas, ejercida por quienes, valindose delanonimato que concede el ciberespacio, hacen uso de l para desarrollar actividadesilcitas, creando nuevos e intrincados dilemas para los aplicadores del derecho penal,quienes deben llevar a cabo grandes esfuerzos para determinar, entre otras cosas, el lugarde comisin del delito, la legislacin aplicable, etc.

    La modernidad no ha tardado en develar su rostro oculto, e Internet se haconvertido, para algunos, en paraso de la anarqua, donde pueden delinquir sin que, enapariencia, los rija ninguna legislacin. Lo anterior, sumado a las estadsticas sobrecriminalidad y violencia que arrojan los medios de comunicacin colectiva, ha hecho quela sociedad, estremecida por esas cifras, exija, el surgimiento de un Estado de seguridad yvigilancia, con lo cual se ha tolerado la prdida de libertad y la restriccin del derecho a laintimidad. Bajo el pretexto de la seguridad de los Estados, se asiste pasivamente al rearmedel Leviatn controlador, regulador y castigador, quien vigila a los ciudadanos incluso enlos aspectos ms simples de su vida privada5, vigilancia que, hoy en da, asume la formade la recoleccin de datos personales.

    As, uno de los principales peligros que ha trado consigo la modernidad, loconstituye el control de los sujetos a travs de su informacin personal, situacin que haobligado a los ordenamientos jurdicos a presentar soluciones ante este nuevo peligro. Unade ellas lo constituye, precisamente, el derecho a la autodeterminacin informativa, elcual, en la actualidad, se encuentra ampliamente reconocido en algunas legislaciones

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    5Ver HASSEMER, Winfried. Datenschutz und Datenverarbeitung Heute, Wiesbaden, 1995, p. 11. Citado porCHIRINO Snchez, op. cit., parte introductoria.

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    europeas, y muy especialmente en la Repblica Federal de Alemania, donde ha tenido,desde 1970, un importante desarrollo a nivel legislativo6.

    Algunos ordenamientos jurdicos latinoamericanos, por su parte, han preferido lacreacin del recurso de habeas data, figura basada en el habeas corpus, y cuyo objetivoconsiste en el acceso, por parte del ciudadano, a algunas bases de datos donde se

    encuentre su informacin, a fin de que ste pueda ejercer un mejor control sobre ella,corroborando que la misma sea veraz, e incluso contando con la posibilidad de excluirlade sus archivos al considerarla perniciosa para sus intereses. La autodeterminacin informativa y el recurso de habeas data, surgen as comorespuesta a esa capitis diminutio sufrida por los derechos a la privacidad e intimidad,producto de una sociedad ansiosa de llegar a todas las esferas en que se desenvuelve el serhumano7.

    Con todo, la modernidad contina planteando nuevas interrogantes y develandoimportantes posibilidades de desarrollo, para beneficio del ser humano. Es as como, en

    uno de sus ms recientes trabajos, Prez Luo analiza las implicaciones, tanto benficascomo perversas, de la aplicacin de las tecnologas de la informacin y comunicacin en elcampo poltico, al tiempo que pone especial nfasis en el concepto de ciudadana. Seala elautor la trascendencia de alcanzar un nuevo nivel en la relacin , afin de conseguir una ciberciudadana, que implique un nuevo modo, ms autntico,profundo, e instalado en los parmetros tecnolgicos del presente, de participacinpoltica con vocacin planetaria, y no caer en una indeseable ciudadana.com, cuyotitular quede degradado a mero sujeto pasivo de la manipulacin de poderes pblicos yprivados8. An cuando concordamos con lo referido por Prez Luo, el feliz arribo a esa

    ciberciudadana es beneficiosamente ms amplio y complejo de lo que l afirma, porcuanto constituye, simplemente, un anticipo de la manera en que las nuevas tecnologas

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    6Corresponde al Land de Hesse, el mrito de haber promulgado la primera Ley de proteccin de datospersonales, a nivel mundial, el 7 de octubre de 1970. Esta constaba de 17 artculos, y, a pesar de su cortaextensin, presentaba importantes avances en materia de proteccin a la intimidad, tales como la figura delComisionado para la proteccin de datos personales y libertad informativa . Ese desarrollo no se detuvo all. Todo lo contrario, pronto otros Lnder

    promulgaron sus propias leyes. Igualmente, en poca reciente, el 1 de enero del 2003, se ha adoptado lanueva Leyfederal de proteccin de datos personales (BDSG). El modelo haresultado exitoso y ha comenzado a ser implementado por otros pases, como es el caso de Italia, pas quecuenta actualmente con una de las legislaciones ms modernas en ese sentido, al punto que, el 30 de juniodel 2003, comenz a regir una nueva normativa: .Espaa cuenta tambin, desde 1992, con la (LORTAD) Al respecto, puede consultarse la obra de HASSEMER,Winfried y CHIRINO Snchez, Alfredo. La Tutela de la Autodeterminacin Informativa y los Retos delProcesamiento Automatizado de Datos Personales, Editores del Puerto, Buenos Aires, Argentina, 1997, pp. 4y ss.

    7Ver, FROSINI, Vittorio. Ciberntica, Sociedad y Derecho, Tecnos, Madrid, Espaa, 1982, p. 178. En esa lnea

    CAMPUZANO TOM, Herminia. Vida Privada y Datos Personales, Tecnos, Madrid, Espaa, 2000, pp. 53 ss.8PREZ LUO, Antonio-Enrique. Ciberciudadan@ o ciudadana.com?, Gedisa, Barcelona, Espaa, 2004,passim.

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    revolucionarn la relacin del individuo con los entes estatales, transformando as, endefinitiva, el concepto de ciudadana tal como lo concebimos en la actualidad.

    II. EVOLUCIN DEL CONCEPTO DE CIUDADANA.

    Es irnico que el concepto de ciudadana, fundamento de la construccin de laslibertades pblicas y los derechos fundamentales, se encuentre an hoy, en el siglo XXI,cubierto por un velo de oscuridad, donde, si bien puede afirmarse la existencia deconsenso en cuanto a su ncleo duro, sus lmites no parecen estar todava bien definidos,situacin que acarrea numerosos inconvenientes al intentar describir a qu se hacereferencia al hablar de ella, lo que nos obliga a realizar algunas puntualizaciones decarcter histrico.

    An cuando desde pocas remotas, griegos y romanos comenzaron a esbozar laidea de ciudadana, la verdad es que la misma se encontraba fundada, no tanto en

    posiciones de igualdad frente a otros sujetos, sino en ideas de adscripcin en torno a undeterminado centro poltico. De ese modo, a pesar del avance de esas culturas en camposcomo poltica, filosofa y derecho, la verdad es que, en dichas sociedades, se conocierongrandes focos de desigualdad para quienes no eran considerados ,negndoseles la condicin mnima de seres humanos y quedando sometidos, en muchoscasos, a la esclavitud. Por lo anterior, comenzaremos este breve recorrido histrico a partirde la edad moderna, por ser justo all cuando el concepto de ciudadana se impregna delas idea de libertad e igualdad, donde el sujeto ya no se ver sometido ms que al imperiode la ley promulgada en forma legtima. Para una definicin de la ciudadana en clave histrica, resulta de incuestionable

    valor el aporte de Diderot y dAlembert en la Enciclopedia , en torno a dicho concepto. De ese texto podemos extraer lassiguientes conclusiones:

    1)La ciudadana es un estado de la persona que vive en una sociedad libre.2)La ciudadana es una condicin voluntaria que no puede imponerse a ninguna persona.3) La ciudadana consiste en un conjunto de derechos y deberes de las personas quepertenecen a un determinado Estado.

    Es, en definitiva, con la Revolucin Francesa, que la cualidad de ciudadano seconvertir en el centro de imputacin del conjunto de derechos y libertades quecorresponden a los miembros de un Estado de Derecho. A partir de all, los conceptos de ciudadana, derechos fundamentales y Estado deDerecho, se convertiran en realidades que se condicionan mutuamente. El Estado ser laforma poltica en que los poderes actan sometidos en forma legal y legtima, paragarantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos. Los derechos fundamentalesconstituirn el fundamento de la legitimidad del Estado, as como el contenido de la

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    ciudadana. sta, por ltimo, ser el cauce de participacin poltica en el Estado, medianteel ejercicio de los derechos fundamentales9.

    En ese sentido, ya para finales del siglo XVIII, Kant sealaba que el concepto deciudadana se encuentra basado, a su vez, en tres principios a priori: la libertad de cadamiembro de la sociedad, como hombre; la igualdad de l mismo frente a cualquier otro,

    como sbdito;

    y la independencia de cada miembro de la comunidad, como ciudadano.Para el filsofo de Knigsberg, esos principios no provienen de un Estado ya instaurado,sino que, por el contrario, siguiendo una lnea completamente racionalista, los mismosemanan del derecho externo del hombre; son principios de la pura razn . Kant sostiene, igualmente, la existencia de un rgimen de garantas que legarantizan al ciudadano su posicin de igualdad frente a los otros miembros de lacomunidad poltica, con la consiguiente abolicin de privilegios y estamentos, en sucondicin de individuo libre an cuando sea sbdito del Estado10.

    La ciudadana consistir de esa forma en el nexo de pertenencia a un Estado deDerecho por parte de sus nacionales, lo que les implica un conjunto tanto de deberes comode derechos, al tiempo que ciudadano ser el sujeto que se halla en esa posicin jurdica. En la evolucin del concepto de ciudadana, especial nfasis merece la doctrinaiuspublicista alemana y, muy especialmente, el desarrollo de Jellinek, por ser quien, endefinitiva, perfil la distincin entre ciudadana en sentido genrico y ciudadana ensentido activo, por medio de su sistema de los derechos pblicos subjetivos.

    III. EL SISTEMA DE LOS DERECHOS PBLICOS SUBJETIVOS.

    Uno de los aportes ms interesantes al concepto de ciudadana y, en general, de lasrelaciones entre el individuo y el Estado, lo constituye la construccin elaborada por Georg

    Jellinek a partir de su clebre Sistema de los Derechos Pblicos Subjetivos, . En el marco de ese sistema, Jellinek esboza la tesis deque cada individuo se encuentra en una relacin especfica con el Estado, de acuerdo a suspropias caractersticas, relacin que denomina status. Existen as cuatro tipos de relacionesciudadano-Estado, las que dan origen, a su vez, a cuatro status: un status subiectionis, unstatus libertatis, un status civitatis y, por ltimo, un status activaecivitatis11.

    A) STATUS SUBIECTIONIS.

    El status subiectionis o status pasivo, hace referencia a la relacin en virtud de lacual el individuo se encuentra sometido a las decisiones del Estado, a lo interno de la

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    9PREZ LUO, Antonio-Enrique. Derechos humanos, Estado de derecho y Constitucin, Tecnos, Madrid,2003, p. 212 ss.

    10PREZ LUO, Ciberciudadan@ o ciudadana.com?, op. cit., p. 29.

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    JELLINEK, Georg. System der subjectiven ffentlichen Rechte, Scientia, Aalen, 1919, in totum. ParaWOLFF, el status es un claro ejemplo de una posicin jurdica , y por esta ltimaentiende la calificacin esencial de una persona dentro del ordenamiento jurdico. WOLFF, Hans; BACHOF,Otto y STOBER, Rolf. Verwaltungsrecht, Band I, 11 Auflage, Verlag C.H Beck, 1999, p. 476

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    esfera del deber individual. Esto se traduce en la existencia de mandatos y prohibiciones alos que el sujeto est subordinado, a partir de la legitimidad del Estado para dictarlos yconvertirlos en normas de acatamiento obligatorio para sus ciudadanos. Una de suscaractersticas principales radica en su consideracin como posicin jurdica abstracta, estoes, que el status se caracteriza por la relacin de sujecin en general y no por el conjunto

    de obligaciones individualmente consideradas. La disminucin o aumento de los deberesjurdicos de un sujeto no modifica su status. Sin embargo, es obvio que, para que este semantenga, deber existir cuando menos una obligacin por parte del individuo hacia elEstado12. Esto se resume en la diferencia existente entre el contenido del status y el statuscomo tal. El contenido es reflejo del haz de posiciones que manifiestan la sujecin delindividuo a la autoridad estatal. El status, en cuanto tal, se refiere precisamente a esarelacin en abstracto, sin tomar en cuenta obligaciones determinadas y especficas.

    B) STATUS LIBERTATIS.

    Un segundostatus es el denominado status libertatis o status negativo. En este, elsujeto es amo y seor de su esfera individual y a ella no tienen alcance las facultades deimperium del Leviatn. Esa esfera se compone del conjunto de acciones que sonirrelevantes para el Estado y se les confiere esa calidad, en el tanto no se encuentren encondiciones de provocar, en la relacin Estado/ciudadano, un efecto jurdicamenterelevante. Con esa irrelevancia, Jellinek se refiere a las acciones libres, es decir, las que nose encuentran ordenadas ni prohibidas, y tanto su realizacin como su omisin sonpermitidas. El status negativo est protegido en el tanto el individuo posee un derecho a su

    reconocimiento y a las autoridades estatales les est vedada toda perturbacin del mismo,mediante imposiciones o coacciones no fundadas legtimamente en un mandato legal.Empero, esto no deja de ser problemtico, pues, siguiendo al autor, cualquier pretensinreferida a un comportamiento estatal va ligada al status positivo del individuo, lo que haconllevado a que los derechos de defensa presenten un carcter oscilante entre los statusnegativo y positivo13.

    C) STATUS CIVITATIS.

    En el status civitatis, tambin denominado status positivo, el Estado reconoce alindividuo la capacidad jurdica de reclamar, para s, el poder estatal y utilizar susinstituciones en beneficio propio. En resumen, el ciudadano lucha por el otorgamiento depretensiones positivas14. El Estado confiere al individuo el status de civilidad, cuando legarantiza pretensiones a su actividad y le facilita medios jurdicos para su realizacin. Enese sentido, Jellinek llama pretensiones jurdicas positivas formales a esos derechos que el

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    12 ALEXY, Robert. Teora de los Derechos Fundamentales, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales,Madrid, 2001, p. 249.

    13Ibid., p. 252

    14JELLINEK, op. cit., 87.

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    individuo puede imponer en un procedimiento para la proteccin de sus demsderechos15.

    El hecho de que el individuo posea tales pretensiones ante el Estado, puedesignificar dos cosas: primero, que el individuo presenta frente al Estado derechos a algo; ysegundo, que adems posee una competencia necesaria para su imposicin. La existencia

    del status civitatis debe ser leda, necesariamente, en ese doble sentido: como el conjuntode derechos del ciudadano frente a la autoridad estatal, y como la competencia queposibilita su consecucin.

    D) STATUS ACTIVAE CIVITATIS.

    El status activae civitatis, o status activo, se caracteriza esencialmente por lacompetencia otorgada a un individuo. Para que el sujeto se encuentre en dicha posicin

    jurdica, deben otorgrsele capacidades ubicadas fuera de su libertad natural,

    competencias que, en primer trmino, deberan corresponder nicamente al Estado comodetentador del poder y centro de toma de decisiones. La condicin de ciudadano implica,a partir de all, un protagonismo en la determinacin de la poltica estatal y se materializamediante una cesin de competencias, traducida, a su vez, en derechos como el sufragio.Ligado a esa capacidad cedida por el Estado, puede encontrarse nuevamente el conceptode competencia en relacin con el de status; empero, no toda competencia debe seradscrita a ste; antes bien, para Jellinek, al status activo pertenecen nicamente las quetienen por fin lograr una participacin efectiva en el Estado para contribuir en laformacin de la voluntad estatal. Con ello se aprecia como la elaboracin de este statusest ineludiblemente ligada a los derechos de participacin poltica, y no a la celebracin

    de actos irrelevantes, como anteriormente se seal.

    IV. CRTICAS Y RESURGIMIENTO DE LA TEORA DE LOS STATUS

    El sistema elaborado por Jellinek constituye, hasta el da de hoy, uno de losprincipales esfuerzos de la doctrina iuspublicista por explicar el conjunto de relaciones enlas que se encuentra el individuo con el Estado. Sin embargo, la misma no se encuentralibre de deficiencias y oscuridades. Por el contrario, sta ha sido atacada por su excesivoformalismo, y por la poca percepcin de conjunto aplicada a los status, motivo por el que

    podemos identificar cuando menos tres crticas.

    A) LA CRTICA DE HESSE.

    Un primer reproche lo constituye el formalismo apuntado por Konrad Hesse. Estose evidencia particularmente en el status negativo, el cual, en el fondo, es incapaz desuperar su naturaleza puramente formal, y quien lo ostenta, en su opinin, no es lapersona o el ciudadano en su realidad vital y concreta. La libertad que otorga no estreferida a situaciones vitales verdaderas y especificas. Para Hesse lo correcto es optar por

    la adopcin de un status jurdico material, fundamentado y garantizado por los derechos

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    15Ibid., p. 70.

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    fundamentales de la Ley Fundamental; ello, en la medida en que las normasiusfundamentales contendran un otorgamiento y fundamento concreto16.

    B) LA CRTICA DE HBERLE.

    El profesor Peter Hberle agrega otra crtica en torno al aislacionismo de los status,en el tanto la doctrina de Jellinek niega a los derechos fundamentales su carcter activocivil. Los diferentes status, afirma, se perciben de una manera especializante, aislados, ycompletamente rgidos unos junto a los otros. Con ello, no se comprende en qu forma elotorgamiento de derechos fundamentales coloca a quienes los poseen en la situacin deciudadanos activos, perdindose as aquello que Smend llamara sentido de unaConstitucin, es decir, la reunin de ciudadanos como comunidad poltica17.

    C) LA CRTICA DE PREU.

    Un tercer autor, Ulrick Preu, elabora su crtica a partir del concepto de derechosubjetivo, en el tanto aduce que las relaciones sociales de las personas no pueden serorganizadas a travs de un sistema de adscripciones a esferas vitales individualmentedominadas. Los ordenamientos actuales de relaciones sociales interdependientes yorganizativamente mediatizadas, contina, requieren categoras jurdicas queconceptualmente recojan esta mediacin social y superen la concepcin de mbitos vitalesindividualmente dominados. Dicha situacin no es la que proporciona el concepto actualde derecho subjetivo y, por lo tanto, mucho menos la teora del status de Jellinek18.

    D) NUEVAS PROPUESTAS.

    Las crticas apuntadas por Hesse, Hberle y Preu, presentan gran importancia, y lateora de Jellinek debe hacer un esfuerzo por responderles convincentemente. Sinembargo, no puede afirmarse por ello que el sistema de los derechos pblicos subjetivosposea, por ese motivo, menos importancia o, en todo caso, carezca de ella. La teora de

    Jellinek tiene el mrito de ser uno de los primeros y ms pretenciosos desarrollos acerca dela relacin individuo-Estado. Si bien sus detractores indican que ese panorama derelaciones es ms complejo que el expuesto por el profesor alemn, quien peca por

    formalista y por la poca visin de conjunto aplicada a su teora, la amplitud de su sistemaha conllevado a que, lejos de desecharse, hayan surgido valiosos intentos por adecuarla al

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    16HESSE, Konrad. Grunzge des Verfassungsrechts, observacin al margen 280 ss. Citado por ALEXY, op.cit., p. 263.

    17 As HBERLE, para quien los derechos fundamentales y los derechos del ciudadano se condicionanrecprocamente, se debe entender la parte organizativa de la Constitucin y la parte relativa a los derechos,como una ntima unidad. Los derechos fundamentales y los derechos atinentes al status de ciudadano, deben

    ser coordinados, con el fin de formar la unidad de un status global. HBERLE, Peter. Le libert fondamentalinello stato costituzionale, La nuova Italia scientifica, Roma, 1996, p. 51. ALEXY, op. cit., p. 263.

    18PREU, Ulrick. Die Internalisierung des Subjekts, pp. 198. Citado por ALEXY, op. cit., p. 264.

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    vaivn de los tiempos, corrigiendo sus imperfecciones y brindndole una base ms sliday de conjunto, como cimiento a las libertades fundamentales. Bajo esa lnea, es posible entender propuestas como la del mismo Hberle, quienpostula la existencia de un status activus processualis, con el cual se concedera a lapersona la facultad de participar activamente en todos los procesos que le afecten, as

    como de las modalidades de tutela innovadas por las instancias jurisdiccionales a nivelinternacional19. Este status activus processualis o status de derechos procedimentales,, es adscrito por el mismo Hberle a la categora de derechosdel status activo, por cuanto, en el mbito del procedimiento y de la organizacin, se hacereferencia principalmente a competencias, las que, siguiendo las lneas trazadasoriginariamente por el mismo Jellinek, se encuentran en el status activus20. En oposicin adicha adscripcin, se han levantado voces que proclaman que el asunto no es tan simple yque estos derechos pertenecen, no al status activo, sino, por el contrario, al positivo, en eltanto si se observa detenidamente, se repara en que los derechos a organizacin y

    procedimiento frente al legislador, no son competencias, sino que son derechos a stas loque fundamenta su carcter positivo21. Ciertamente, la discusin no finaliza all; todavapuede sumarse el argumento que, en el tanto derechos a organizacin y procedimiento, losderechos que estn en cuestin no pertenecen, efectivamente, al status activo, a pesar quesu objeto s se circunscribe a ste 22. La pregunta con respecto a la verdadera naturaleza del status activus processualis,no aparenta ser clara, y la respuesta se presenta an como distante frente a algunasinconsistencias en su desarrollo. Sin embargo, se le reconoce a su autor un gran mrito, enla medida en que su aporte responde al intento mejor logrado por actualizar la teora de

    Jellinek23. Empero, las actualizaciones realizadas al sistema de derechos pblicos

    subjetivos, pueden ir todava ms all, en el tanto, hoy en da, los procesos dereconocimiento de derechos por parte de los ciudadanos se encuentran indisolublementeligados a su relacin con el Estado, relacin que, hoy ms que nunca, se encuentracompuesta por nexos de informacin.

    V. STATUS INFORMATIONIS.

    Se puede afirmar que uno de los grandes retos de la actual sociedad de lainformacin radica, paradjicamente, en llevar a cabo un cambio en la manera en que la

    informacin misma es concebida. Hoy en da, a causa de los perjuicios que ha trado consigo el procesamiento decantidades ingentes de datos personales, el tratamiento de la informacin ha fijado sumirada en la proteccin de la privacidad, y es sobre esa lnea que han encontrado su

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    19WOLFF, BACHOF y STOBER, op. cit., p. 480, 669.

    20ALEXY, op. cit., p. 463.

    21Ibid., p. 464.

    22Ibid.23As tambin, se ha planteado la necesidad del surgimiento de un status relativo, status positivo social,status constitucional, etc. WOLFF, BACHOF y STOBER, op. cit., pp. 479, 480.

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    gnesis los conceptos de autodeterminacin informativa y Habeas Data. De ese modo, enlos ltimos aos, todos los esfuerzos han apuntado al desarrollo de la tutela y proteccinde los datos personales24.

    Ahora bien, an cuando ese desarrollo ha representado un enorme avance para laproteccin del ser humano y una nueva posibilidad de desarrollo para la teora de los

    derechos fundamentales, consideramos que muy poco se ha reparado en un punto que noes menos importante, esto es, la posibilidad de potenciar al individuo a travs de suinformacin. En ese sentido, la informacin, ms que ser considerada como un eternoestado de autoconfinamiento, supone una determinada calidad de la relacin con el restode los seres humanos, as como con las instituciones estatales25.

    La informacin define, hoy en da, las relaciones que se llevan a cabo en el trinomiociudadano-sociedad-Estado. Es cada vez ms claro, en las condiciones actuales, que elreconocimiento de la subjetividad y, por ende, de las necesidades individuales de unsujeto, se encuentra ligado al tema de la informacin; y esto, como lo afirma Rivero

    Snchez, en una doble va. Primero, es claro que si la sociedad no posee informacin deego, ste es invisibilizado, no existe, no tiene posibilidades reales y verdaderas de ejercersus derechos y libertades; en una palabra, aquel del cual la sociedad no tiene informacin,no tiene posibilidad de luchar por su propio reconocimiento. En segundo lugar, si ego notiene el derecho a determinar cul es el contenido relevante de su propia informacin,entonces ste le ser impuesto por otros sujetos y, en esa medida, ser despojado de suhumanidad, quedando reducido a la condicin de mero objeto26.

    Lo anterior, nos conduce a afirmar la existencia de una relacin indisoluble entre elciudadano, a travs de su contenido informativo, y el reconocimiento de sus derechos porparte de la autoridad estatal, as como la posibilidad de alcanzar su efectiva realizacin,

    por medio de los canales que le son brindados para ello, con base en la ley. Es as que hablamos del surgimiento de un status informationis, como un nuevostatus compuesto por una nueva generacin de derechos de proyeccin virtual para elreconocimiento y efectiva satisfaccin de derechos sustanciales. Estos derechos denaturaleza procedimental, basados, primordialmente, en las relaciones de informacin delciudadano, son los que brindan el contenido de este nuevo status, el cual, por otra parte,puede verse tambin como una adscripcin al status activus processualis de Hberle. Elstatus informationis se presenta como un status de naturaleza transversal, en el tanto el

    11

    24Esa proteccin ha visto tal avance, que ya algunos autores han comenzado a referirse a un status de habeasdata. As PREZ LUO, Antonio Enrique. La libertad informtica. Nueva frontera de los derechosfundamentales, p. 144. En: AA.VV., Libertad Informtica y leyes de proteccin de datos personales, Centrode Estudios Constitucionales, Madrid, Espaa, 1989.

    25 PODLECH, Adalbert, en Kommentar zum Grundgesetz fr die BundesrepublikDeutschland (Reihe Alternativkommentare). Luchterhand, Neuwied-Darmstadt, 1984, pp. 341 ss. Citado por

    PREZ LUO, La libertad Informtica. Nueva Frontera de los Derechos Fundamentales, op. cit., p. 157.26RIVERO SNCHEZ, Juan Marcos. Entidad Virtual. (Notas sobre la gnesis de la subjetividad jurdica, enel marco de una teora de derecho-ficcin.) Sin publicar.

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    mismo modifica, no slo el conjunto de relaciones compuestas por derechos, sino tambinel marco de deberes y obligaciones del individuo para con el Estado27.

    Ahora bien, qu es lo que nos hace pronunciarnos tan enfticamente en favor delsurgimiento de un nuevo status? La respuesta la encontramos en las nuevas formas detutela de la informacin personal que comienzan a divisarse. Entre ellas se encuentran, en

    un primer plano, la que aboga por el reconocimiento jurdico a cada persona de su entidadvirtual o personalidad virtual28 . La entidad virtual ya ha sido definida como: 29, o bien como 30.Por nuestra parte, la entenderemos como la faceta de un sujeto jurdicamente relevante,ubicada en el campo virtual, mediante la cual todo aquello que se presente como relevanteen el mundo jurdico, se ver posibilitado de desarrollarse e interactuar en un planodesmaterializado. Esto permitira que, mediante el reconocimiento de la entidad virtual, sesolucionen algunos de los problemas que aquejan a la teora de la subjetividad jurdica, en

    el tanto que, al ser la entidad virtual simplemente informacin y ser correlativa a cualquierobjeto, podra, por esta va, reconocerse la personalidad jurdica, por ejemplo de lanaturaleza, animales con conciencia avanzada y otras entidades fsicas o psquicas, segnlo requiera el desarrollo de la sociedad futura31.

    Lo que se pretende, en ltima instancia, es el reconocimiento de una parte denuestra personalidad, compuesta por informacin que existe actualmente y sobre la queno ejercemos dominio, situacin que pone en entredicho nuestra libertad, as como nuestraindependencia para elegir. En la alegora futurista de George Orwell , unindividuo se dispone a luchar contra un rgimen totalitario construido sobre las infinitasposibilidades de control por medio de la informtica, las que han hecho posible que, en la

    figura de un nico sujeto, se concentre la totalidad de la informacin de los demsciudadanos. cmo evitar esa situacin? La respuesta es democratizando el poder polticoy econmico. El surgimiento de la entidad virtual, puede concebirse como una nuevaforma de democratizacin del poder poltico, en la medida en que reconoce a cada sujetode derecho el seoro sobre su propia informacin, disminuyendo el peligro de que la

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    27En algunos crculos se habla ya de un status de habeas data, sin embargo este contempla nicamente elaspecto negativo de la informacin (relaciones de tutela) no as los beneficios derivados de la misma, raznpor la que se propugna por el surgimiento no de un status de habeas data sino de un status ms amplio quecontemple todos los aspectos derivados de la informacin, esto es, un status informationis.

    28Actualmente en la Asamblea Legislativa de Costa Rica bajo el nmero 15890 se discute la posible inclusinen la Constitucin Poltica de un artculo 24 bis que indique: Toda persona tiene derecho a tener o no tenerpersonalidad virtual, donde su presencia, contenido y proyeccin se encuentre regulada por cada una deellas. No podr ser utilizada con fines discriminatorios en perjuicio de su titular. El Estado garantizar quelainformacin contenida en la personalidad virtual goce de la adecuada seguridad informtica y jurdica, conexclusin de terceros no autorizados que pretendan obtenerla. El Estado podr hacer uso del contenido de lapersonalidad virtual de las personas, previa autorizacin de stas, siempre que se realice en beneficio yprovecho de las mismas.

    29RIVERO SNCHEZ, op. cit.

    30 AIZENMAN LEINER, Jaco et al. Virtualrights: Constituing a Global and Local Information Society. Enhttp://www.virtualrights.org

    31Ver la idea en RIVERO SNCHEZ, op. cit.

    http://www.virtualrights.org/http://www.virtualrights.org/http://www.virtualrights.org/
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    concentracin de grandes cantidades de datos posibilite el control sobre los ciudadanos.Por otra parte, permitira una democratizacin del poder econmico, en el tanto, a travsde ella, podran establecerse estrategias digitales de lucha contra la pobreza y programasde ayuda social, para que quienes han sido durante muchos aos invisibilizados por elsistema, cuenten, de una vez por todas, con los medios para luchar por su reconocimiento

    como seres humanos y obtener la satisfaccin de sus necesidades bsicas. Es a partir de all que podremos comenzar a hablar, efectivamente, de unaverdadera ciberciudadana en el sentido anticipado por Prez Luo, con la cual, de unavez por todas, los avances de la ciencia y la tcnica presenten beneficios para todos losseres humanos y no para unos pocos, avances que faciliten el luchar, no slo por lasatisfaccin de necesidades mnimas, sino por el reconocimiento de la dignidad propia deverdaderos sujetos de derecho.

    VI. CONCLUSIN.

    El desarrollo de nuevas tecnologas es una posibilidad a considerar en el desarrollodel ser humano. Su uso supone mltiples amenazas as como beneficios. Que estascontribuyan al progreso o a la destruccin, depende nicamente de los ciudadanos libresde las sociedades democrticas. Propuestas como la que hemos detallado, no debentomarse a la ligera y requieren todava de mucha discusin. No debemos renunciar a suutilizacin, pero tampoco adoptarlas apresuradamente. El aporte de la tecnologa no debeser satanizado ni sacralizado. En un mundo que nos obliga a entre posicionesaparentemente irreconciliables, quizs la solucin se halle en el punto medio, esto es, en noser ni apocalpticos ni integrados.

    La solucin no es ma, es de Umberto Eco.

    VII. BIBLIOGRAFA

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