TRABAJO+RUBINICH+CUMBIA+VILLERA

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 “La cumbia villera es una gran ventana para ver cómo se procesa la desigualdad” Marginación y sexismo, pero también jóvenes que descubren sus derechos y mujeres que rechazan el maltrato tienen su lugar en una música popular que ilumina toda una época.  El etiquetamiento de tribus urbanas suele apelar a la música. La cumbia villera, en este ejercicio, es percibida como el rasgo identitario de jóvenes marginales sexistas y decididamente  “malos”.  Podría señalarse, para notar la relativa superficialidad de esta aproximación, que el dispositivo genocida nazi fue articulado por refinados cultores de la música clásica. Y es que el gusto musical de por sí no es una pauta válida para diferenciar  “buenos”  de  “malos”.  Así reflexiona el  antropólogo y sociólogo argentino Pablo Semán, cuyo último trabajo etnográfico observa los matices que tiene la producción, difusión y recepción de la cumbia en América latina. ¿Qué rasgos comparte la cumbia en los países de América latina? El recorrido de la cumbia del norte al sur de América es de reinvención, dispersión y multiplicación del género en v arios usos y combinaciones. Está en el centro de procesos en los que se producen estigmas y se los combate. En la cumbia las mujeres son muchas veces ofendidas, pero en otras encuentran espacios para defenderse y reivindicar papeles diferentes. Se elaboran negritudes que son muchas veces motivo de orgullo de grupos postergados. Pero también, contra la c umbia, se arman vergüenzas que redoblan las desigualdade s presentándola a s us cultores como “negros”  verdaderamente incorregibles. Así resulta un género musical estratégico para observar el carácter heteróclito que posee  América Latina: en su d iversidad, la cumbia e s una ventana pr ivilegiada  para entender cómo se anudan y procesan diversid ades y desigualda des originando identificaciones cambiantes y múltiples.  ¿Qué lazos hay entre cumbia y sociedad?  La cumbia, operando en procesos de etnificación e identificación nacional, es un ejemplo de la eficacia de la música en la constitución de la sociedad. Pero algo de la difusión y expansión de la cumbia se debe a cambios sociales que la propia música interioriza. Música y sociedad están Íntimamente entrelazadas y esa relación cambia notablemente su dinámica cuando es más fácil acceder a un estudio de grabación, o cuando los locales de baile se multiplican. El abaratamiento de la  producción de mú sica, las posibilidades de ganar algún prestigio y plata tocándola son parte de las condiciones de expansión de la cumbia en  Argentina.  ¿Qué hay en la cumbia, más allá de lo tan visibilizado en los medios? Es importante reconocer otros juegos en la escena de la cumbia: los del humor y la escenificación de la sexualidad en las letras, por ejemplo; o la denuncia por la vía de la burla; las ofensas de género, pero también la apertura de un juego sexual. También hay que asumir que la cumbia se expande porque es un género bailable. ¿Qué idea de sexo domina en la cumbia villera? ¿Hay sexismo? El del sexismo en la c umbia, especialmente en la cumbia villera, es un tema tan importante cómo complejo. Si algunos análisis tienden a evidenciar el sexismo de la cumbia, otros podrían ocultarlo, minimizarlo, querer que no exista para, se dice, “no estigmatizar a los pobres”.  Esa disyunción es éticamente inaceptable y sociológicamente improductiva. Hay que subrayar el sexismo, pero también hay que abrirse a la presencia de otros elementos. Le doy un ejemplo para contrastar: los Beatles hicieron Run for your life (“Corre a salvar tu vida”). Su letra empieza así: “Prefiero verte muerta, pequeña, a que estés con otro hombre”. Esto fue hace decenas de años y nadie se escandalizó frente a una canción eventualmente machista. Es necesario preguntarse por qué la crítica de género se aplica tan selectivamente que afecta los géneros populares y no los géneros preferidos por las clases medias y, sobre todo, por las capas intelectuales. Se podría afirmar que en los Beatles había ironía en esa letra. La misma caridad interpretativa, y tal vez más, requiere el análisis del consumo popular, por ejemplo el de la cumbia, a menos que se piense que la metáfora, la ironía y la comedia sean monopolio de los que están por encima de la linea de pobreza. Ni ha dejado de haber machismo en los sectores medios, ni todo es machismo en los sectores  populares. ¿No se desatendería así la pertinencia de la crítica de género? Es necesario no renunciar a la crítica de género, pero sin atarla y confundiéndola con los parámetro s de las clases medias. Esta es la única forma en que la crítica de género puede divorciarse del sesgo de clase, del etnocentrismo intelectual. Pero la mujer en la cumbia, ¿no queda pasiva, reducida a objeto? Hay que entender que, junto con el sexismo de los músicos y el clasismo de los críticos, se presenta una dinámica de activación sexual femenina que también es culturalmente novedosa y va más allá de los imperativos de la industria cultural: en la vida cotidiana el sexo se ha tornado tema corriente, insistente y público. ¿Acaso hemos tomado en cuenta la transformación que implica el hecho de que mujeres y hombres reciban consejo televisivo sobre las diversas prácticas sexuales en el horario en que hace no más de tres décadas había mensajes religiosos? En esa activación sexual, las mujeres irrumpen con cierta autonomía. Ese cóctel contradictorio torna a la cumbia un campo de batalla especial: mujeres activadas sexualmente y buscando su autonomía, hombres que reaccionan desde el temor o desde un incuestionado machismo. ¿Cómo diferenciar sexismo de activación sexual? Diferenciar los hilos del sexismo y la activación sexual es un camino complejo, que no se adapta ni a slogans ni a presentacione s simples. Pero es necesario hacerlo para incorporar todos los matices de la situación. Pappo afirmó que “cuando un pueblo cae en desgracia, escucha cumbia”. ¿Usted coincide? La afirmación de Pappo es más interesante que verdadera. Derivar un diagnóstico social de un juicio estético arbitrario, lleno de prejuicios sociales, es una tentación que hay que resistir. Todo lo establecido tiende a confundirse con el bien social, en contraste con un espantapájar os que ocupa el lugar del mal social, la cumbia en este caso. Lo que Pappo decía de la cumbia lo decían los tangueros del rock, en el que veían degeneración. La frase de Pappo muestra qué lugar podía ocupar la cumbia en el gusto de otros grupos sociales. Y la fuerza de esas expresiones, que no deja de t ener efectos estigmatizantes, produce la desgracia que profetiza. Pero también es c ierto que esas valoraciones no son homogéneas. Otros músicos de ese “palo”  reivindicaron la cumbia villera. Hay que contar esos juegos de ataques o alianzas, como la recuperación de Pablo Lezcano, ex cantante de Damas Gratis, por la cumbia electrónica como parte del fenómeno social a describir. ¿Qué le resta al a nálisis musical? En lo específicamente musical hay muchas consideraciones por hacer. ¿Qué es lo que nos parece molesto de algunos momentos de la cumbia en comparación con Independence Day, la “cumbia”  de David Byrne? ¿Las inflexiones tonales del litoral en las voces?, ¿que tocan mal? O, en contra de Byrne, ¿que la cumbia suena maciza y entera mientras en su disco es pasteurizada? ¿Por qué la cumbia deja de ser un índice del desastre sociocultural cuando Pablo Lezcano toca en Zizek Club, de la disco porteña Niceto? Es más interesante ver que la cumbia villera es  pasible de recla sificaciones sociales como ya lo fue la cumbia en  Argentina y en Co lombia. Y al mismo tiemp o queda claro qu e las nuevas generacione s asumen el panorama musical con otros criterios de síntesis. ¿Cómo se presenta la denuncia social en la cumbia villera? Su específico carácter de protesta nace de unas condiciones especiales, que son sus raíces en los procesos de los ‘90  que implicaron hiper desocupación, globalización de panoramas tecnológicos e imaginarios que permitieron generar puestas en escena diferentes. La categoría “canción de protesta   ofrece una complicación muy interesante. Aun restringiendo su alcance a la protesta social es una categoría de usos caprichosos: es aquella canción cuyo motivo de protesta comparte el que usa la categoría (tan es así que entre quienes comparten implícitamente el valor de una música como “de  protesta”, suelen engolar su voz y, ante la desvalorización de un determinado género u obra, suelen decir “no, guarda ésta es una música que tiene valor  político” . Desde este punto de vista parece que hubiera protestas buenas y protestas inaceptables. Hay que entender la canción de protesta de una forma más amplia: como aquella forma de crear, interpretar y apropiarse de la música que se hace en oposición a algo que se identifica como obstáculo. Más allá de que me guste, hay protesta en Alfredo Zitarroza -que me gusta-, como en el género Oi de los neonazis europeos -que no me gustan y me parecen  políticamente pelig rosos. ¿Y en el caso de la cumbia? Tiene elementos de protesta que identificaban un obstáculo en las consecuencias sociales del proceso que, independientemente de su fecha de origen, tuvo en los años 90 su consumación. Tampoco nos sirve absolutizar una parte de la verdad sociológica para caracterizar a la cumbia y su relación con la sit uación social: autotitulándose“negros”, incluso “pibes”, con una connotación cercana a la delincuencia y la transgresión, interioriza ban el mandato de una sociedad que los expulsaba del mundo del trabajo. Se reconocían “vagos”. Pero no está claro hasta dónde ese camino, en el que habitaba la indignación, no es el que los llevó a concebirse como una juventud con derechos. Esa otra  parte integra la s complejidades con q ue se desarrolló r ealmente la cumb ia en Argentina. 

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  • La cumbia villera es una gran ventana para ver cmo se procesa la desigualdad Marginacin y sexismo, pero tambin jvenes que descubren sus derechos y mujeres que rechazan el maltrato tienen su lugar en una

    msica popular que ilumina toda una poca.

    El etiquetamiento de tribus urbanas suele apelar a la msica. La cumbia villera, en este ejercicio, es percibida como el rasgo identitario de jvenes marginales sexistas y decididamente malos. Podra sealarse, para notar la relativa superficialidad de esta aproximacin, que el dispositivo genocida nazi fue articulado por refinados cultores de la msica clsica. Y es que el gusto musical de por s no es una pauta vlida para diferenciar buenos de malos. As reflexiona el antroplogo y socilogo argentino Pablo Semn, cuyo ltimo trabajo etnogrfico observa los matices que tiene la produccin, difusin y recepcin de la cumbia en Amrica latina. Qu rasgos comparte la cumbia en los pases de Amrica latina? El recorrido de la cumbia del norte al sur de Amrica es de reinvencin, dispersin y multiplicacin del gnero en varios usos y combinaciones. Est en el centro de procesos en los que se producen estigmas y se los combate. En la cumbia las mujeres son muchas veces ofendidas, pero en otras encuentran espacios para defenderse y reivindicar papeles diferentes. Se elaboran negritudes que son muchas veces motivo de orgullo de grupos postergados. Pero tambin, contra la cumbia, se arman vergenzas que redoblan las desigualdades presentndola a sus cultores como negros verdaderamente incorregibles. As resulta un gnero musical estratgico para observar el carcter heterclito que posee Amrica Latina: en su diversidad, la cumbia es una ventana privilegiada para entender cmo se anudan y procesan diversidades y desigualdades originando identificaciones cambiantes y mltiples. Qu lazos hay entre cumbia y sociedad? La cumbia, operando en procesos de etnificacin e identificacin nacional, es un ejemplo de la eficacia de la msica en la constitucin de la sociedad. Pero algo de la difusin y expansin de la cumbia se debe a cambios sociales que la propia msica interioriza. Msica y sociedad estn ntimamente entrelazadas y esa relacin cambia notablemente su dinmica cuando es ms fcil acceder a un estudio de grabacin, o cuando los locales de baile se multiplican. El abaratamiento de la produccin de msica, las posibilidades de ganar algn prestigio y plata tocndola son parte de las condiciones de expansin de la cumbia en Argentina. Qu hay en la cumbia, ms all de lo tan visibilizado en los medios? Es importante reconocer otros juegos en la escena de la cumbia: los del humor y la escenificacin de la sexualidad en las letras, por ejemplo; o la denuncia por la va de la burla; las ofensas de gnero, pero tambin la apertura de un juego sexual. Tambin hay que asumir que la cumbia se expande porque es un gnero bailable. Qu idea de sexo domina en la cumbia villera? Hay sexismo?

    El del sexismo en la cumbia, especialmente en la cumbia villera, es un tema tan importante cmo complejo. Si algunos anlisis tienden a evidenciar el sexismo de la cumbia, otros podran ocultarlo, minimizarlo, querer que no exista para, se dice, no estigmatizar a los pobres. Esa disyuncin es ticamente inaceptable y sociolgicamente improductiva. Hay que subrayar el sexismo, pero tambin hay que abrirse a la presencia de otros elementos. Le doy un ejemplo para contrastar: los Beatles hicieron Run for your life (Corre a salvar tu vida). Su letra empieza as: Prefiero verte muerta, pequea, a que ests con otro hombre. Esto fue hace decenas de aos y nadie se escandaliz frente a una cancin eventualmente machista. Es necesario preguntarse por qu la crtica de gnero se aplica tan selectivamente que afecta los gneros populares y no los gneros preferidos por las clases medias y, sobre todo, por las capas intelectuales. Se podra afirmar que en los Beatles haba irona en esa letra. La misma caridad interpretativa, y tal vez ms, requiere el anlisis del consumo popular, por ejemplo el de la cumbia, a menos que se piense que la metfora, la irona y la comedia sean monopolio de los que estn por encima de la linea de pobreza. Ni ha dejado de haber machismo en los sectores medios, ni todo es machismo en los sectores populares. No se desatendera as la pertinencia de la crtica de gnero? Es necesario no renunciar a la crtica de gnero, pero sin atarla y confundindola con los parmetros de las clases medias. Esta es la nica forma en que la crtica de gnero puede divorciarse del sesgo de clase, del etnocentrismo intelectual. Pero la mujer en la cumbia, no queda pasiva, reducida a objeto? Hay que entender que, junto con el sexismo de los msicos y el clasismo de los crticos, se presenta una dinmica de activacin sexual femenina que tambin es culturalmente novedosa y va ms all de los imperativos de la industria cultural: en la vida cotidiana el sexo se ha tornado tema corriente, insistente y pblico. Acaso hemos tomado en cuenta la transformacin que implica el hecho de que mujeres y hombres reciban consejo televisivo sobre las diversas prcticas sexuales en el horario en que hace no ms de tres dcadas haba mensajes religiosos? En esa activacin sexual, las mujeres irrumpen con cierta autonoma. Ese cctel contradictorio torna a la cumbia un campo de batalla especial: mujeres activadas sexualmente y buscando su autonoma, hombres que reaccionan desde el temor o desde un incuestionado machismo. Cmo diferenciar sexismo de activacin sexual? Diferenciar los hilos del sexismo y la activacin sexual es un camino complejo, que no se adapta ni a slogans ni a presentaciones simples. Pero es necesario hacerlo para incorporar todos los matices de la situacin. Pappo afirm que cuando un pueblo cae en desgracia, escucha cumbia. Usted coincide? La afirmacin de Pappo es ms interesante que verdadera. Derivar un diagnstico social de un juicio esttico arbitrario, lleno de prejuicios sociales, es una tentacin que hay que resistir. Todo lo establecido tiende a confundirse con el bien social, en contraste con un espantapjaros que ocupa el lugar del mal social, la cumbia en este caso. Lo que Pappo deca

    de la cumbia lo decan los tangueros del rock, en el que vean degeneracin. La frase de Pappo muestra qu lugar poda ocupar la cumbia en el gusto de otros grupos sociales. Y la fuerza de esas expresiones, que no deja de tener efectos estigmatizantes, produce la desgracia que profetiza. Pero tambin es cierto que esas valoraciones no son homogneas. Otros msicos de ese palo reivindicaron la cumbia villera. Hay que contar esos juegos de ataques o alianzas, como la recuperacin de Pablo Lezcano, ex cantante de Damas Gratis, por la cumbia electrnica como parte del fenmeno social a describir. Qu le resta al anlisis musical? En lo especficamente musical hay muchas consideraciones por hacer. Qu es lo que nos parece molesto de algunos momentos de la cumbia en comparacin con Independence Day, la cumbia de David Byrne? Las inflexiones tonales del litoral en las voces?, que tocan mal? O, en contra de Byrne, que la cumbia suena maciza y entera mientras en su disco es pasteurizada? Por qu la cumbia deja de ser un ndice del desastre sociocultural cuando Pablo Lezcano toca en Zizek Club, de la disco portea Niceto? Es ms interesante ver que la cumbia villera es pasible de reclasificaciones sociales como ya lo fue la cumbia en Argentina y en Colombia. Y al mismo tiempo queda claro que las nuevas generaciones asumen el panorama musical con otros criterios de sntesis. Cmo se presenta la denuncia social en la cumbia villera? Su especfico carcter de protesta nace de unas condiciones especiales, que son sus races en los procesos de los 90 que implicaron hiper desocupacin, globalizacin de panoramas tecnolgicos e imaginarios que permitieron generar puestas en escena diferentes. La categora cancin de protesta ofrece una complicacin muy interesante. Aun restringiendo su alcance a la protesta social es una categora de usos caprichosos: es aquella cancin cuyo motivo de protesta comparte el que usa la categora (tan es as que entre quienes comparten implcitamente el valor de una msica como de protesta, suelen engolar su voz y, ante la desvalorizacin de un determinado gnero u obra, suelen decir no, guarda sta es una msica que tiene valor poltico. Desde este punto de vista parece que hubiera protestas buenas y protestas inaceptables. Hay que entender la cancin de protesta de una forma ms amplia: como aquella forma de crear, interpretar y apropiarse de la msica que se hace en oposicin a algo que se identifica como obstculo. Ms all de que me guste, hay protesta en Alfredo Zitarroza -que me gusta-, como en el gnero Oi de los neonazis europeos -que no me gustan y me parecen polticamente peligrosos. Y en el caso de la cumbia? Tiene elementos de protesta que identificaban un obstculo en las consecuencias sociales del proceso que, independientemente de su fecha de origen, tuvo en los aos 90 su consumacin. Tampoco nos sirve absolutizar una parte de la verdad sociolgica para caracterizar a la cumbia y su relacin con la situacin social: autotitulndose negros, incluso pibes, con una connotacin cercana a la delincuencia y la transgresin, interiorizaban el mandato de una sociedad que los expulsaba del mundo del trabajo. Se reconocan vagos. Pero no est claro hasta dnde ese camino, en el que habitaba la indignacin, no es el que los llev a concebirse como una juventud con derechos. Esa otra parte integra las complejidades con que se desarroll realmente la cumbia en Argentina.

  • SOCIOLOGIA DE LA CULTURA II

    MARTIN VERSACI LUCIANO RONZONI GUZMAN CUMBIA VILLERA

    TEMA

    Este proyecto tiene por objetivo explorar, describir y analizar la lgica de produccin, distribucin y consumo de la cumbia villera

    como fenmeno cultural, social y econmico, en su contexto de surgimiento y consolidacin, haciendo hincapi en las tensiones

    entre sus actores y espacios de disputa simblica y material.

    Nuestra propuesta busca conocer la dinmica de produccin de este gnero musical, sin perder de vista que adems de ser una

    expresin propia de un determinado contexto social es adems una industria con actores especficos y una mecnica particular.

    Por esta razn trabajaremos con los principales productores de la cumbia villera en sus diferentes etapas. Como grupo

    emblemtico tomaremos a Pablo Lescano Flor de Piedra / Damas Gratis- por haber sido el pionero del gnero. Para nosotros

    servir como formacin tpico ideal de lo que es la cumbia villera, en cuanto a industria econmica y como expresin cultural y

    social.

    Es fundamental seguir la recorrida por los principales actores empresarios del gnero, tanto en la produccin como en la

    distribucin del material o difusin. Con respecto a ello, el gnero de la cumbia villera est monopolizado por el Grupo Magenta,

    sello discogrfico comandado por los hermanos Alberto y Jorge Kirowski, en alianza estratgica con el multimedios Amrica , con

    su popular programa televisivo, Pasin de Sbado 1 de los hermanos Serantoni. Con respecto a ello, este programa tiene una

    influencia tan poderosa en el circuito de la cumbia en general, que por si solo sera un tema de investigacin y para nosotros ser

    uno de los actores a describir.

    El Grupo Magenta, al cual Pablo Lescano se lig desde sus inicios, forma un verdadero trust que abarca todo el proceso de

    produccin de una banda, desde que llega a las manos de sus gerentes el material indito, pasando por la copia de los discos, su

    puesta en comercializacin en las disqueras y la colocacin de las agrupaciones en la escena bailantera, vale decir, para que

    acten en los ms de veinte mega-boliches de su propiedad. Todo ello sin descuidar que la empresa de los Kirowski es duea de

    numerosas radios 2 en todo el pas y medios grficos especializados desde donde se invita a su importante audiencia a conocer

    los nuevos talentos musicales.

    Este mecanismo que ya estaba aceitado desde los tempranos 90s, fue el ncleo empresarial que llev a la vanguardia al gnero

    de la cumbia villera a fines de la ltima dcada del siglo XX y que acompa hacia su decadencia relativa con el resurgir de la

    economa del pas. Es que, los Kirowski y su importante tropa de managers, se manejan sin seguir reglas de mercadotecnia, ni se

    1 Este programa producido por los hermanos Serantoni aliados estratgicos de los Kirowski supo permanecer en vigencia a travs de los aos. En principio comenz llamndose A pleno Sbado con la conduccin de Hernan Caire. Un programa de los denominados mnibus que mostraba toda la temtica de la movida tropical, grupos, promociones de baile y dems opciones que tenan que ver con la cumbia. En la actualidad el programa cambio al nombre de Pasin de Sbado con una esttica bastante completa que incluye un escenario, bailarinas y la conduccin de Hernn Caire y Marcela Baos. Si bien la temtica del programa no cambio demasiado lo que si fueron cambiando son los estilos de los msicos presentes en el. Algn ferviente seguidor del programa se dara cuenta de este fenmeno, trazando una lnea de tiempo en estos 15 aos aproximadamente de su difusin, detectara que en un principio los cantantes de msica tropical que se presentaban pertenecan a la lnea romntica de la msica tropical, o lo que nosotros conocemos por cumbia. Aquellos cantantes como Alcides, o Adrin y los Dados Negros eran representantes de la cumbia festiva, o romntica y mostraban una esttica diferente a la de las bandas de cumbia villera. Este programa es transmitido por America 2 los sbados de 12 a 19 en estudios propios ubicados en la calle Hiplito Yrigoyen 272 en la localidad de avellaneda donde todos los sbados concurren adolescentes y jvenes de variadas edades a ver a sus dolos. 2 La radio que probablemente sea la mas conocida para el pblico que gusta de la msica tropical es FM pasin 102.7. Esta emisora que dedica toda su programacin a promocionar tanto artistas como bailes y novedades musicales es una de las referentes en su categora y combina su promocin con el programa anteriormente nombrado Pasin de Sbado. Probablemente por esta radio hayan pasado todos los artistas de cumbia, y sobre todo aquellos dedicados a la cumbia villera. Tambin dentro de este trabajo ser uno de los actores a describir.

  • revisten del refinamiento del empresariado mainstream3, ni lo necesitan: su poderosa economa bien podra ser la envidia de

    cualquier CEO 4 de suplemento econmico dominical.

    Estos industriales de la cumbia son eternos oteadores de talentos, con un olfato aguzado para descubrir en prospectiva lo que va

    a rendir o no. Es as como en los primeros aos 90, con la primavera menemista, cuando el estado de nimo social se volc al

    regocijo post inflacionario, el Grupo Magenta jug con formaciones de msica tropical meldica o pegadizos ritmos de baile para

    que luego con la miseria y el desempleo del neoliberalismo decadente , se volcaran a hacer dinero con grupos que expresaban en

    su lrica, la violencia de la marginalidad y el imaginario de los nuevos ghettos, villas miserias y otros vecindarios sometidos a un

    fuerte proceso de detrimento socio-urbano. Con jvenes vidos de escapar de la pobreza a la cual cantan pero de la cual quieren

    escapar. Los Kirowski, bien supieron usar, con su sociologa natural, a este particular zeitgeist 5 en su provecho. Si la cumbia

    villera logr difusin por su capacidad de infiltrar el circuito comercial de discogrficas y bailantas, debemos al menos formular la

    hiptesis de que su xito de pblico es tambin el resultado de captar las estructuras de sentimiento (Williams, 1977) generadas

    por las transformaciones estructurales, como el crecimiento de desempleo y la pobreza, que tuvieron lugar en la Argentina, desde

    mediados de los 90s (Guadagni Et al., 2002; Beccaria, 2002; Lpez y Romero, 2005). Adems de este movimiento general y muy

    particularmente, son considerables los efectos de la expansin notable de la tasa de jvenes que transitaron por el sistema judicial

    y penal de la provincia de Buenos Aires (entre 1990 y 2004 la tasa de menores con causas penales creci un 145% y la tasa de

    jvenes institucionalizados en el sistema penal un 40%, Mguenz y Roige, 2005) 6

    Como la industria de la cumbia en general y el gnero villero en particular, forman parte de una misma matriz comercial

    monopolizada por el Grupo Magenta, este ser nuestra formacin tpica ideal de actor empresario. Es adems, la corporacin que

    mayores conflictividades comerciales y simblicas genera, ya que el campo de la msica popular, como cualquier otra industria

    cultural, tambin tiene disputas internas por un acervo simblico. 7 Dar cuenta de ello tambin es parte de este trabajo.

    Nuestro estudio tomar como espacio geogrfico el rea metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ya que fue la zona del pas con

    mayor concentracin de actores involucrados en el desarrollo de la cumbia villera. El perodo elegido ser abarcar el lustro que

    va de 1999 al ao 2004, recorrida que permite realizar una periodizacin del surgimiento, consolidacin y decadencia relativa del

    gnero. Como antes habamos mencionado, este corre paralelo a la situacin econmica y social del pas, entendiendo que la

    cumbia villera surge de un contexto social de grave deterioro de las condiciones de vida de la poblacin urbana, de temticas

    crudas, violentas y costumbristas, sin ser una denuncia poltica pero siendo un alegato de ese detrimento social, la cumbia villera

    explot a fines de los 90 en las postrimeras del modelo de convertibilidad y la grave crisis del bienio 2001-2002. El posterior

    crecimiento econmico del pas, marc una etapa de relativa decadencia de esta expresin.

    Este trabajo intentar responder algunos interrogantes: Cul fue la lgica de produccin, distribucin y consumo de la cumbia

    villera?, Cules son los actores intervinientes en la misma?, Cules son las principales disputas dentro del genero?, Cul fue

    el contexto del cual surgi este fenmeno?, Cul es su circuito de consumo?, Cules son las principales visiones del mundo

    expresadas por estos grupos musicales?, Qu mecanismos de identificacin ha generado en el pblico?

    OBJETIVO GENERAL

    Explorar, describir y analizar la lgica de produccin, distribucin y consumo de la cumbia villera como fenmeno cultural, social y

    econmico, y su contexto de surgimiento, consolidacin y decadencia relativa (1999-2004) en el rea metropolitana de Buenos

    Aires, haciendo hincapi en las tensiones entre sus actores y espacios de disputa simblica y material.

    3 Cultura principal o mainstream (anglicismo que literalmente significa corriente principal), se utiliza para designar los pensamientos, gustos o preferencias aceptados mayoritariamente en una sociedad o grupo. 4 CEO: Chief executive officer, (Oficial jefe ejecutivo), como se conoce a la mxima autoridad administrativa en una empresa de escala. 5 Zeitgeist: Literalmente espritu de la poca en alemn. Denota el clima intelectual y cultural de una era. 6 Mguez, Daniel: Estilos musicales y estamentos sociales: Cumbia, villa y transgresin en la periferia de Buenos Aires para Entre santos, cumbias y piquetes: Las culturas populares de la Argentina reciente. Editorial Biblos. Buenos Aires. Ao 2006. Pg. 37. 7 El capital simblico, tal como lo entiende Pierre Bourdieu, en Razones prcticas: Sobre la teora de la accin existe en la medida que es percibido por los otros como un valor. Es decir, no tiene una existencia real, sino un valor efectivo que se basa en el reconocimiento por parte de los dems de un poder a ese valor. Para que ese reconocimiento se produzca tiene que haber un consenso social sobre la importancia de este valor.

  • OBJETIVOS ESPECFICOS

    _ Describir la historia, espacialidad y contexto de surgimiento de la cumbia villera, tomando como emblema de la misma al grupo

    Damas Gratis.

    _ Describir los factores econmicos y sociales que afectan a la produccin de la cumbia villera en el perodo seleccionado.

    _ Describir y analizar los espacios y procesos de produccin, distribucin y consumo de la cumbia villera.

    _ Describir y analizar los actores involucrados en el desarrollo de esta industria cultural especfica, sus tensiones y disputas.