Transición a la democracia

133
CIO A E OCRACIA

description

Transición a la democracia. Oscar Muñoz. 1990.

Transcript of Transición a la democracia

Page 1: Transición a la democracia

CIO AE OCRACIA

Page 2: Transición a la democracia

A SICION ALA DEMOCRACIA

MARCOPOLITICO

y

EC O ICO

o car uñoz (Compilador)

Edgardo Bo ningerEnrique CorreaRené Cortázarejandro Foxley

leJ5

Page 3: Transición a la democracia

© TRANSICION A LA DEMOCRACIA.MARCO POLITICO y ECONOMICO.Inscripción Q 75. x96

Mayo 1990

© Corporación de Investigaciones Económicas paraLatinomnerica-ClEPLAN

Avda. Cristóbal Colón 3494, F. 2283262Santiago de ChileDerechos reservados.

Diseño de Portada: Marian Salamovich

Producción: TACAU 2319723

Primera edición: 1.500 ejemplares.

Impresión: Antártica

Impreso en ChileJPrinted in ChiJe

Page 4: Transición a la democracia

INDICE

sentaeión 5

Programa Conferencia Internacional"Chile y la Transición a la Democracia" 7

Lista de Participantes del Exterior 9

Introducción: 11Osear Muñoz G.

De la Concertación a la coalición.Los desafíos políticos de la democracia 15Enrique Correa

Debate 29

El marco político general y el marcoinstitucional del próximo gobierno 43Edgardo Boeninger

Debate 60

El proceso de cambios y la concertaciónsocial (f)

René Cortázar

Debate 85

La política económica para la transición 101Alejandro Foxley

Debate 121

Page 5: Transición a la democracia

PRESENTACION

Con motivo del inicio del gobierno democrático delPresidente Aylwin, CIEPLAN invitó a un grupo dedestacadas personalidades internacionales ynacionales a participar en una Conferencia Inter­nacional denominada "Chile y la transición a lademocracia".

Esta Conferencia Internacional tuvo dos objetivoscentrales. En primer lugar, se trató de hacer unareflexión intelectual acerca de las perspectivas queenfrentan la economía y la política chilena a partirdel nuevo cuadro institucional y democrático. Ensegundo lugar, y quizás 10 más relevante, CIE­PLAN sintió la necesidad de compartir esos mo­mentos con un grupo de personas que durante losdieciseis años del régimen militar estuvieronapoyando sus actividades de una u otra forma, yafuera en el ámbito intelectual, humano o fmanciero.

En las páginas que siguen se presentan las cuatroconferencias que presentaron cuatro miembros delprimer gabinete del Presidente Aylwin. Ellos sonlos Ministros Edgardo Boeninger, Enrique Correa,René Cortázar y Alejandro Foxley, quienes serefIrieron respectivamente al marco político insti­tucional de la transición a la democracia, al perfilque tendrá el gobierno de coalición, al proceso decambios y la concertación social, y a la políticaeconómica para la transición.

5

Page 6: Transición a la democracia

Dada la importancia que adquirió el evento y elinterés que suscitaron las presentaciones, CIE­PLAN ha decidido entregar a un público más am­plio el contenido de ellas, esperando que ésta seauna contribución al debate político-económico queestá teniendo lugar en Chile. La organización delevento y la publicación del presente libro fueposible gracias al apoyo de la Fundación Ford y delSAREC (Swedish Agency for Research Coope­ration with Developing Countries). Un recono­cimiento especial merece Comelio González por laexcelente labor de edición de este texto.

6

Page 7: Transición a la democracia

CO FERE CIA INTERNACIONAL

"CHILE Y LA TRANSICION A LADEMOCRACIA"Viernes 9 de marzo, 1990

PROGRAMA

• IntroducciónOsear Muñoz, Presidente de CIEPLAN

• ''De la Concertación a la coalición. Los desafíospolíticos de la democracia"Expositor: Enrique Correa, Ministro SecretarioGeneral de Gobierno

• Debate

• ''El marco político general y el marco institucionaldel próximo gobierno"Expositor: Edgardo Boeninger, Ministro SecretarioGeneral de la Presidencia

• Debate

• ''El proceso de cambios y la concertación social"

Expositor: René Cortázar, Ministro del Trabajo yPrevisión Social

• Debate

• ''La política económica para la transición"Expositor: Alejandro FoxLey, Ministro de Hacienda

• Debate

7

Page 8: Transición a la democracia

LISTA DE P RTICIPANTESDEL EXTERIOR

Ernest BarteU,Director, Instituto Kellogg de Estudios Internacionales,University of otre Dame, USA.

Peter Bell,Presidente, Tbe Edna McConnell Oark Foundation,

ew York, USA.

odrigo Bo ero,fu-Ministro de Finanzas, Colombia

emando Henrique Cardoso,Senador Federal, Brasil.

illiam Carmicbael,Institute of International Education, ew York, USA.

Ricbard Ec aus,Profesor, Departamento de Econonúa, Massachusetts

Institllte of Technology, MIT, Cambridge, Mass, USA.

Jorge pinoza,Asesor Especial de la Presidencia, Banco Interame­

ricano de Desarrollo, BID, Washington D.C., USA.

nrique Ganuza,Agencia Sueca para la Cooperación Internacional,SAREC, Suecia

9

Page 9: Transición a la democracia

Joseph Grunwald,Profesor, Departamento de Economía, University ofCalifornia, San Diego, USA.

Peter Hakim,Staff Director, Inter-American Dialogue, Washington

D.C., USA.

Albert Hirschman,Profesor Emérito de Ciencia Social, Princeton

University, USA.

Guillermo Perry,Ex-Ministro de Minería, Colombia.

Jeffrey Puryear,Representante para América Latina, Fundación Ford.

José Serra,Diputado Federal, Brasil.

Lance Taylor,Profesor, Departamento de Economía, Massachusetts

Institute ofTechnology, MIT, Cambridge, Mass, USA.

Anthony Tillett,Director, Lester Pearson Institute for InternationalDevelopment, Halifax, Canadá.

Víctor Tokman,Director, Programa Mundial del Empleo, Organización

Internacional del Trabajo, OIT, Ginebra, Suiza.

10

Page 10: Transición a la democracia

1 TRODUCCIO *

Creo innecesario señalar el motivo que nos reúne, anosotros y muchos más, en estos días de tantasignificación en Santiago de Chile. Las palabrasparecieran estar demás frente a la realidad queestamos viviendo. Como escribiera el poeta alemánRilke hace casi 90 años, "la mayor parte de losacontecimientos son indecibles; se consuman en unámbito en el que jamás ha penetrado palabraalguna". Estamos viviendo sin duda uno de esosacontecimientos "indecibles", es decir, de aquéllosen los cuales las palabras son absolutamente in­suficientes para expresar lo que viven los espíritus.Pero ello no nos impide al menos compartir algunossentimientos que nos surgen en el momento delinicio de un gobierno democrático en Chile.

Durante muchos años, más de una década y media,Chile fue un acontecimiento en el debateinternacional, pero fue un acontecimiento triste. Unpaís que había alentado muchas esperanzas enperíodos anteriores, de pronto se veía sometido a laviolencia y el odio, a la frus tración y la humillación,a la muerte y el oprobio. Los chilenos, que había-

* Palabras de Osear Muñoz Gomá, Presidente deCIEPLAN, con motivo de la Conferencia Internacionalsobre "Chile y la transición a la democracia" organizadopor ClEPLAN el9 de marzo de 1990.

11

Page 11: Transición a la democracia

mos buscado con afán la utopía, de pronto añó­rabamos recuperar tan sólo algunos espacios dedignidad.

Han sido años de desesperanza y por qué noreconocerlo, de pérdida de fé; no tan sólo por laexistencia de un régimen dictatorial que avasallabavalores tradicionales sino también por la corrosiónque va por dentro: esa sensación de inseguridad quea veces experimentamos los seres humanos enmomentos cruciales de la vida, y que nos hace temerque quizás, después de todo, estábamos equi­vocados; que los errores eran nuestros, que nuestroscaminos estaban definitivamente cerrados.

Es posible que como pueblo hayamos cometidoerrores. Pero, como ya lo expresara el PresidenteAylwin, otra cosa distinta es perder la fé y la fuerzapara empezar de nuevo. Es en este sentido donde elapoyo que comenzamos a recibir desde el exteriorresultó fundamental. No me refiero tanto al apoyomaterial, que ciertamente fue muy importante, sinoen especial al apoyo y la solidaridad espiritual yanímica de mucha gente que compartía con noso­tros la tristeza y el dolor.

El mundo del pensamiento, de las ideas y de lacultura no se había eximido del sacrificio. Unmonopolio ideológico promovido desde el Estadohabía intentado erradicar el pluralismo que ca­racterizara a la sociedad chilena durante la mayorparte del siglo XX. Las universidades se con­virtieron en un instrumento privilegiado de esemonopolio.

12

Page 12: Transición a la democracia

Una sociedad que no piensa está condenada arepetir los errores, en el mejor de los casos, ya caervíctima de la sumisión, en la más probable de lassituaciones. En Chile había que rescatar el derechoa pensar en forma independiente. Había que re­vitalizar la facultad de criticar y de disentir. Perosobre todo, había que restaurar la capacidad depensar el futuro, de volver a soñar, de recuperar losideales. Los que nos atrevimos a esta tarea, enmedio de las incomprensiones, de las exclusiones yaun del riesgo a la propia seguridad, debimos cons­truir arduamente nuestros espacios de reflexión.

Aquí es donde el apoyo y el estímulo de muchosamigos en el exterior resultaron decisivos para elfortalecimiento de una nueva institucionalidaddestinada a mantener el pensamiento vivo en elcampo de las ciencias sociales. Porque esos amigostuvieron fé en nosotros, nosotros mismoscomenzamos a recuperar la fé y la seguridad en loque hacíamos. La realidad misma, contradictoria eimpredecible, nos fue dando la razón: estábamos enun camino correcto. Nuestras instituciones se for­talecieron y se nos comenzó a respetar. Ganamos underecho, pero también asumimos una respon­sabilidad, que ahora el país comienza a exigirnos.

En los momentos en que Chile transita hacia unademocracia que nos resultó esquiva hasta hace pocoy cuando muchos de quienes se jugaron la opciónpor un pensamiento independiente se convierten enactores relevantes de este proceso, queremos expre­sarles a aquellos amigos que nos alentaron desde elexterior nuestro reconocimiento más sincero yprofundo. A cada uno de ellos queremos decirles

13

Page 13: Transición a la democracia

que siempre supimos que ellos no cumplían sólouna función profesional cuando evaluaban nuestrosproyectos o accedían a participar en nuestros en­cuentros y organizaciones. Para nosotros fuesiempre nítido y transparente que ellos eran muchomás que profesionales en su trabajo: eran amigossolidarios que hacían suya la causa de la libertad yde la justicia.

La alegría llega a Chile y esperamos que ella seconsolide. uestro país ha gustado siempre de lasutopías. Pero se ha dicho mucho que las utopías nosllevaron a la tragedia. En realidad hay utopías quenacen de un voluntarismo desmedido y que estáncondenadas al fracaso, pero también las hay que sonfuerzas movilizadoras de energías que claman poralcanzar un mundo mejor. Creemos que en el Chilede hoy se están movilizando esas energías no sólode quienes pudieran haber obtenido un éxito elec­toral, sino de un país entero que descubre que esposible reconciliarse. La utopía de hoyes muchomás modesta, pero también mucho má realista. Ela utopía de un país que puede reencontrarse a símismo y creo que ése es el principal motivo de laalegría que nos llena. Y esa alegría queremocompartirla con estos amigo que no acompañan.

o. .G.

14

Page 14: Transición a la democracia

DE LA CONCERTACION A LACOALICION. LOS DESAFIOS

POLITICOS DE LA DEMOCRACIA

Enrique Correa(Ministro Secretario General de Gobierno)

Quiero dividir mi exposición en tres grandes ca­pítulos, teniendo en cuenta que tengo la facilidad-y probablemente la dificultad- de estar hablan­do de temas que ustedes conocen muy profunda­mente. De todos modos intentaré exponerdel modomás ordenado una cierta forma de analizar el pro­ceso de construcción de la coalición que se estáhaciendo cargo del gobierno.

En primer lugar quiero hacer algunas notas sobre elproceso de transformación de la concertación enuna coalición.

Entre el plebiscito de octubre de 1988 y la procla­mación de Patricio Aylwin como candidato presi­dencial de la concertación se produjo en el país unfenómeno político trascendental, aunque más ocul­to, menos público y naturalmente menos notorioque la proclamación del candidato o su triunfo, oque la instalación del nuevo gobierno el próximolunes. Sin embargo, fue un fenómeno profun­damente significativo, puesto que implicó la cons­trucción de una nueva coalición política en Chile.

15

Page 15: Transición a la democracia

La concertación de partidos por el NO no era unacoalición política. -Probablemente la clave de suéxito residió precisamente en que no lo fue, en elsentido de que no intentó resolver anticipadamentelos problemas que toda coalición tiene que abordarpara ser tal. En esa misma medida, entonces, esemovimiento generó las condiciones para una con­certación política y social amplísima; desde luegomás amplia aún que las experiencias anteriores deltipo de la Alianza Democrática.

Producido el triunfo en el plebiscito la oposiciónoptó, no sin dificultades, por dar una continuidad ala unidad lograda, y por asumir la tarea de convertiresa convergencia en una coalición que se pro­pusiera gobernar al país. Desde el punto de vista dela experiencia internacional-y esto es algo que meparece muy importante remarcar- ese era unhecho de algún modo inédito: por primera vez lasmismas fuerzas que forzaron el paso al proceso dedemocratización; las que con su presión, con sumirada y con su iniciativa políticas abrieron alcamino de la transición a la democracia, resolvíanno competir entre sí en una primera etapa, y de­cidían también asumir en conjunto la tarea degobernar, al menos durante un período. Esa fue unaopción clave, y perfiló un rasgo distintivo de latransición chilena.

Como siempre ocurre, esta opción tenía una granfuerza, una gran virtualidad de fuerzas; pero tam­bién tenía una carga potencial de debilidades. Lafuerza residía en que la construcción de unacoalición opositora apar~cía como la coronaciónnatural, como la lógica culminación de un proceso

16

Page 16: Transición a la democracia

político que ya tenía algunos años en Chile; la coali­ción reunía a fuerzas que de algún modo habíanestado trabajando en común durante mucho tiempo,congregaba diversas expresiones del movimientosocial; aglutinaba a todos cuantos habían com­partido diversas iniciativas políticas constituyendoaquello que genéricamente podíamos identificarcomo la oposición. Eso suministraba una fuerzamuy grande porque se trataba de una coalición conun tremendo ascendiente moral sobre mucha genteque se había jugado y que sentía que había dado lomejor de sí misma a la causa de la recuperación dela democracia. La coalición incorporaba esa fuerzamoral.

En mi opinión, su debilidad residíaen que se tratabade una coalición con un marcado tinte de centro­izquierda, y que por tanto requería necesariamentecomplementar su política con un acento muy gran­de en los acuerdos nacionales, más amplios que lapropia coalición, para poder ejercer con éxito suvocación de ser artífice de la transición. Para decirloen breve, se trataba de una coalición que tenía undéficit a la derecha.

El proceso de transformación de la concertación encoalición es interesante de analizar desde laperspectiva de los requisitos que impuso esa mismaevolución. Dichos requisitos fueron básicamentetres: un acuerdo programático, un pacto electoralparlamentario y la nominación de un candidatopresidencial común. Vale la pena consignar, alpaso, que el requisito más difícil de cumplir no fueel Programa, como la prensa de derecha especuló; lomás difícil fue la construcción de un pacto parla-

17

Page 17: Transición a la democracia

mentario en medio de una legislación tremen­damente restrictiva: esa tarea obligó a un trabajo deingeniería política particularmente complejo.

Sorpresivamente, para el observador común delproceso político chileno, la discusión de las basesprogramáticas no representó una gran difícultad.Naturalmente fue un proceso difícil, con sus mo­mentos complicados, pero en definitiva el acuerdofue fácil porque, en mi opinión, estaes una coalición(y esa es probablemente una de las bases de susolidez) que parte con un acuerdo estratégicomucho más amplio que el que han logrado otrascoaliciones en gobiernos anteriores. Digo que elacuerdo estratégico que subyace a esta coalición esmás sólido que el que se dió en los comienzos delgobierno de Eduardo Frei, y obviamente todavíamucho más que el que se dió en los comienzos delgobierno de Salvador Allende, porque yo mismoparticipé de esas experiencias.

De alguna manera el gobierno de Frei estaba cru­zado por el dilema de sí sería un gobierno de re­formas o un gobierno de revolución, y el gobiernode Allende por el dilema de si sería un gobierno queaspiraría a dirigir el país desde un ángulo ins­titucional propiamente tal, o de si sería más bien ungobierno-capítuloen la marchade lo que podríamosllamar la lucha por el poder total; los temas delpoder, y del modo de ejercicio del poder, nuncaestuvieron particularmente claros en el desempeñode esacoalición. Estas contradicciones desgarrarona ambos gobiernos en diversos momentos de sudesarrollo.

18

Page 18: Transición a la democracia

Creo estar en condiciones de afirmar que no existeuna discrepancia estratégicade esta envergadura enla concertación. Por el contrario, pienso que haytres acuerdos básicos que establecen, en miopinión,el marco a partir del cual se puede desarrollar elesfuerzo programático, y ahora el de las políticas degobierno que se llevarán a cabo.

En primer lugar todos los partidos de la coalición;sus direcciones políticas, sus tecnocracias y suintelectualidad, coinciden en que este gobierno dela transición chilena va a protagonizar un procesode transferencia gradual del poder político. Natu­ralmente la transferencia formal del gobierno,programada para el día 11, va a ser impecable; perovamos a protagonizar un proceso más lento detransferencia gradual del poder. Es obvio que noaludo en ningún caso a nada que huela al "podertotal", ni tan siquiera a algo que esté cercano a eso:me refiero a lo que pudiéramos llamar el poder"normal" que un Presidente tiene en cualquier paísdemocrático de corte occidental. El PresidenteAylwin no dispondrá de buenas a primeras de esepoder "normal"; antes de que eso ocurra habrá querealizar un conjunto de reformas, una serie deoperaciones de política; construir una delicadatrama de acuerdos. Lo que quiero resaltar es que laidea del gradualismoen la transferencia del poderesun punto de consenso muy fmne en la concertación.

Eso es muy importante porque será el parámetropara medir el nivel de la exigencia política de lapropia coalición hacia su gobierno.

Segundopunto de acuerdo: este es un gobierno muy

19

Page 19: Transición a la democracia

amplio, cuyas obligaciones programáticas tienenun sesgo democratizador. Por lo mismo, otrasrefonnas de corte más estructural quedan entreparéntesis, postergadas. No hay en el horizonte delos próximos cuatro años nada que huela a uncambio estructural de gran envergadura; más bien,desde esta perspectiva, puede anticiparse unaadministración un tanto rutinaria. Para dar unamedida, baste señalar que los asuntos que prevemosmás conflictivos a lo largo del primer año serán larefonna a la legislación laboral y la refonnatributaria; no hay, por tanto, el propósito de tirar lacasa por la ventana.

En tercer lugar -y este es un punto que se conectacon los anteriores- todos los partidos coinciden enque este es un gobierno que debe estimular yfacilitar un acelerado proceso de participación ciu­dadana.

Creo que estos tres elementos han establecido unpiso fmne, un fondo de acuerdo; a partir de allí, ladiscusión de las bases programáticas ha podido sermás tranquila, menos atonnentada y más secular.

Un segundo factor que contribuyó a la metamor­fosis de la concertación en coalición fue el pactoparlamentario. En mi opinión -pero aquí distingoa varios protagonistas de ese proceso-- ese fue elmomento en que la coalición se soldó definitiva­mente. En realidad es muy difícil construir un pactoparlamentario en Chile, por la legislación actual,por el sistema binominal y por otra serie decomplejas razones. Si algo pudo haber puesto enpeligro la coalición fue la eventualidad de un fra-

20

Page 20: Transición a la democracia

caso en la construcción de un pacto parlamentarioequilibrado. Aunque las aspiraciones de cadapartido son siempre mayores, yo creo que el re­sultado fue razonable: los equilibrios internos de lacoalición quedaron bien reflejados no sólo a travésdel pacto parlamentario en sí, sino también en elresultado electoral; un poco más, un poco menos.De las elecciones emergió con una nitidez muygrande una primera fuerza política, la DemocraciaCristiana, y se perfiló con claridad una segundacorriente política: el socialismo. El radicalismo noexperimentó una catástrofe. Quienes sufrieron unfuerte castigo electoral fueron los partidos pe­queños que se han resistido a fusionarse o a sumarsecon conglomerados mayores.

Insisto en que la construcción del pacto fue laprueba de fuego. Creo que tuvo un subproductomuy importante, que no necesariamente tiene quevercon el tema de que estamos hablando pero al quele asigno una gran trascendencia: dignificó el papely el prestigio de la política; dignificó el pro­fesionalismo del negociador. En un país comoChile, donde por 16 años se demonizó la negocia­ción política, que es sin duda el único modo en que--en la política-la razón puede predominar sobrela pasión, ese fue un punto de gran valor, de enormeimportancia. Demostró que el político "de cúpula",estigmatizado por tanto tiempo, servía en verdadpara algo: nada menos que para ofrecer a Chile unhorizonte de estabilidad.

El tercer factor fue la designación del candidatopresidencial. La verdad es que la nominación dePatricio Aylwin se sabía desde antes: esta era una

21

Page 21: Transición a la democracia

novela de final conocido; faltaba, sí, construir loscapítulos intermedios necesarios para hacer posibleel desenlace previsto. Aunque públicamente estofue obvio, en el desarrollo más privado de losacontecimientos no fue tan evidente: no todos en laoposición compartían la idea de que hubiera un sólocandidato. Que la idea de que el candidato debía serúnico se transformara en una cuestión de sentidocomún fue otro de los éxitos de la concertación. Elminuto en que este punto quedó resuelto coincidiócon el momento en que Patricio Aylwin fue con­sagrado como candidato y como futuro Presidente.

Quiero hacer sólo una nota respecto del tema delcandidato presidencial; una nota que es obvia perode una importancia muy grande: es la primera vezen Chile que socialistas y democratacristianos tie­nen un candidato común. Dos consideracionesrespecto de ese punto: hoy día hacemos lo que, dehaber tenido lugar en los años 60, probablementehubiera evitado la catástrofe; pero eso es apenas unahipótesis. Más importante que esa hipótesis es quela articulación de socialistas y demócratacristianosen tomo a un Presidente plantea, en verdad, unaincógnita importante: ¿Será esto un acuerdo paraasegurar la transición?; ¿es ésta apenas unapostergación por cuatro años del momento de lacompetencia?; ¿estamos en presencia de la aperturade una nueva etapa políticaen Chile, marcadacomoen los 40 por coaliciones de centroizquierda? Dejoplanteado un tema grueso, de gran consistencia...

La coalición se constituyó. Hubo un triunfo elec­toral. La elección fue ganada casi matemática-

22

Page 22: Transición a la democracia

mente con los mismos porcentajes del plebiscito, esdecir, entre el plebiscito y la elección presidencialno se produjo una modificación sustantiva en lacorrelación política de la ciudadanía. Por lo mismo,el gobierno del Presidente Aylwin tiene que a­centuar aún más su carácter de gobierno nacional,de todos los chilenos, porque debe accionar con laalta presunción de enfrentarse a un país divididomuy profundamente, y respecto de cuestionestodavía capitales.

Hacia adelante el gobierno tiene necesidad de tra­bajar en dos rieles necesariamente paralelos: uno,llevar a buen fin la transición propiamente tal, yotro, iniciar el proceso de democratización de lasociedad chilena. Naturalmente son dos procesosarticulados, pero diversos. Cuando hablamos detransición aludimos obviamente a la reforma polí­tica; cuando decimos democratización hablamosde la dimensión de cambio social, de transforma­ción de la sociedad.

En relación con el tema de la reforma política guiarémi exposición por lo que podríamos llamar "laagenda legislativa" que hemos ido construyendo.Un paso previo es explicar que el Parlamentofunciona con dos legislaturas: una ordinaria, endonde los parlamentarios son los dueños de la tabla,y una extraordinaria, en donde la tabla pertenece algobierno, al Ejecutivo. Por razones de calendario elParlamento debe abrir su trabajo con unaconvocatoria extraordinaria, porque la legislaturaordinaria comienza el 21 de mayo. Quien pondrálos primeros temas de la agenda será por tanto el

23

Page 23: Transición a la democracia

gobierno; un gobierno que está, por 10 mismo,obligado a dar señales claras en materia legislativa.

El Ejecutivo tiene una primera dificultad, hechapública por la bancada parlamentaria de la coali­ción: si bien casi todas las reformas políticas quequeremos llevar a cabo requieren de una ley, notodas las políticas sociales que queremos imple­mentar la precisan. Desde la perspectiva de laimagen, en el momento en que presentemos laagenda legislativa definitiva se apreciará un ciertosesgo en favor de 10 que pudiéramos llamar mate­rias de reforma política.

Un primer asunto que debe tener en claro el go­bierno es que hablar de reforma política es hablartambién de algún modo, y en primer lugar, de unareforma de la Constitución. El segundo punto -ycon esto adelanto algunas discusiones que todavíano zanjamos-, es que no podemos estar presen­tando proyectos de reforma constitucional todos losaños: el país requiere una señal de estabilidad, en elsentido de que las reformas que vamos a proponerson exactamente las que vamos a proponer. Entercer lugar, y esto todavía se discute al interior dela bancada parlamentaria de la coalición, noqueremos convertirel tema de la Constitución en untemade controversia, sino de acuerdo: no queremosmandar un proyecto de reforma constitucional asabiendas de que la derecha la votará en contra.Podríamos desatar un tema de debate; eso podríamejorar las posibilidades electorales de la coaliciónporque identificaría la reforma con las banderas dela democracia; nuestros candidatos podrían afirmar

24

Page 24: Transición a la democracia

que todavía está presente en Chile el dilema entredemocracia y dictadura... Aún así, es claro que esono ayudaría desde el punto de vista de la eficacia ala democratización del país.

Creo que durante el primer año nos propondremosactivar algunas reformas propiamente democrati­zadoras, en el sentido de que permitirán desamarraralgunos nudos claves para gobernar.

En ese contexto, hay dos asuntos que quedaronpendientes en el proceso de reformas constitucio­nales que negociamos el año pasado y que se lle­varon a referéndum en junio de 1989.

El primer asunto alude al Tribunal Constitucional;a la modificación de su composición y de sus atri­buciones. Para que ustedes sepan el TribunalConstitucional es uno de los órganos más impor­tantes del estado y, en su composición actual, elConsejo de Seguridad Nacional tiene un papelbastante importante. Pensamos que no se conciliani con la doctrina ni con la vida democrática que untribunal de este tipo funcione conjueces designadospor el Consejo de Seguridad Nacional; sostenemos,por el contrario, que este debe ser un tribunal capazde juzgar en derecho. En principio tenemos ya unacuerdo con Renovación Nacioual para reformareste punto; falta ver la disposición de ese partidopara cumplir con este compromiso.

El segundo punto que quedó pendiente es la de­mocratización del Senado, porque heredamos lainstitución de los "senadores designados". Esa estambién una materia que tendremos que discutircon Renovación acional. Ahí hay un problema de

25

Page 25: Transición a la democracia

oportunidad; es obvio que por ahora RenovaciónNacional no quiere aparecer propiciando un pro­yecto que elimina los senadores designados, porqueellos aseguran transitoriamente una mayoría para laderecha en el Senado.

Al margen de ese par de asuntos pendientes enmateria de reforma constitucional queremos, eneste primer período, anudar nuestra propuesta dereforma política a la reforma del municipio. Ponerel énfasis en este punto contribuye efectivamente acompletar la democratización política del país,puesto que con ello se pone fin a una institución deorigen semi-autoritario y semi-corporativo como elmunicipio actual, y se devuelve a la soberaníapopular el órgano más visible de poder local. Lareforma al Poder municipal tiene además la virtudde que permite anudarotras reformasen un puntoenque el gobierno y la coalición sí son fuertes, porquela gente quiere democracia en la comuna. Enfunción de ese objetivo es posible anudar otrasreformas; desde ya, la reforma de la Constitución:puesto que para abrir las elecciones municipales serequiere de una reforma de la Constitución, esaganancia democrática legitima la opinión de que laConstitución puede seguir siendo reformada. Lareforma municipal también puede ser anudada conuna reforma del sistema electoral y abre el flanco aotra reforma constitucional para reformular la leyde organizaciones comunitarias, que tiene que vercon el tema de la participación.

Otro asunto tiene que ver con el tema de cómo seequilibran la reforma política con los signos dedemocratización de la VIda social (tema que alude

26

Page 26: Transición a la democracia

además a los equilibrios de la propia coalición).Respecto de esta materia enuncio tres conceptosque me parecen claves. Primero, la necesidad decrear una institucionalidad adecuada para resolverlos conflictos sociales, particularmente entre em­presarios y trabajadores, privilegiando de una ma­nera eficaz el acuerdo entre las partes y asegurandouna mínima intervención del gobierno. Ese, que esel objetivo legislativo más importante en materiasocial, alude obviamente al tema de la reforma de lalegislación laboral. Segundo, vamos a tener quecombinar nuestra opción preferencial por lospobres -y la solución del problema de la po­breza- con una particular cautela en materia demejoramientos salariales. Creo que todos compar­timos el criterio de nuestro ministro de Hacienda,Alejandro Foxley, en el sentido de que no se trata detener un primer año expansivo, con paraíso arti­ficial, para terminar después pagando esa bonanzacon hiperinflación y con crisis desatada. Más bien,todos participamos de la idea de partir con unmanejo extraordinariamente cauteloso y respon­sable de la economía, para irganando gradualmenteholguras sucesivas.

Quisiera terminar con la nota que les prometí sobrela reforma del régimen político. Hemos hablado deuna segunda oleada de reformas probables, hacia1993. uestra idea, desde el staffde la Presidencia,es promover una reforma al régimen político, demanera que éste evolucione desde un régimenpresidencial a un régimen semi-presidencial. Pro­piciamos la idea de que precisamente el presi­dencialismo, la fuerte concentración de poder en

27

Page 27: Transición a la democracia

tomo al Presidente que asegura la Constituciónactual, sea utilizada en función de "parlamen­tarizar" gradualmente el régimen político, para ircreando en la práctica consensos favorables a latransformación del régimen actual en un régimensemi-presidencial. Pensamos que eso es 10 que másconviene al país por dos razones. Uno, porquepermite dar una mayor estabilidad a la con­certación: la creación de una figura de PrimerMinistro y de un Presidente genera condiciones decohabitación interesantes, que pueden hacer atrac­tiva la continuidad de la coalición. Dos, porquedesdramatiza el término de la coalición y hace queel tema del gobierno nacional no sea un tópico quesube la adrenalina de los chilenos a cada rato. Elcambio debe empezar a convertirse en un hechonormal, y de normal ocurrencia.

28

Page 28: Transición a la democracia

DEBATE

Jorge Heine (Investigador de CLEPI)

Me llama la atención el endoso de numerososrepresentantes de gobierno a la posibilidad de uncambio desde el régimen presidencial a unoparlamentario. Mi pregunta es simple, ¿como secompatibiliza esta intención de fortalecer elCongreso Nacional y las instituciones parlamen­tarias con el aparente consenso emergente res­pecto de que el Congreso debe quedarse en Val­paraíso? Podrá haber muchas y muy buenasrazones para propiciar eso, pero fortalecer elCongreso y el Parlamento no puede ser una deellas.

Enrique CorreaLa opción todavía no enteramente resuelta delgobierno por impulsar una reforma del régimenpolítico enfrenta naturalmente dificultades se­rias. Creo, por ejemplo, que se requiere desde yareformar la ley del Parlamento, porque la legis­lación actual, aprobada por la Junta de Gobierno,apunta exactamente en la dirección contraria a laque se aspira: aleja al Parlamento del Ejecutivoy le resta atribuciones. Luego, nuestra idea pasapor una reforma bastante profunda. Aunque elCongreso esté en Valparaíso tenemos la in-

29

Page 29: Transición a la democracia

tención de involucrar a las bancadas parla­mentarias en la gestión del Gobierno; se trata,incluso, de mantenerlas más informadas de lohabitual. Somos partidarios, por ejemplo, deorganizar el gobierno en cinco grandes comitésinterministeriales, y tenemos la idea de que lasbancadas de las respectivas comisiones esténmuy imbricadas con el trabajo de estos comités.Estamos discutiendo previamente la agenda le­gislativa del gobierno con los parlamentarios, loque también es algo inédito. Vamos generandoun conjunto de prácticas, de hábitos; vamos to­mando un conjunto de iniciativas que, supongo,irán creando nuevas condiciones para esto.

En todo caso, no podemos considerar la idea deparlamentarizar el régimen político como unaruptura. Si no se crean naturalmente las con­diciones políticas para ello, desistiremos denuestra idea.

Guillermo Perry (Ex-Ministro de Minería, Colombia)

La reforma municipal, ¿en qué consiste y porquéhan considerado ustedes que va a ser un poco elnúcleo inicial de la reforma política?

Enrique CorreaSobre la reforma municipal quiero abundar endos asuntos.

Primero, consideramos que el municipio hatenido en estos años de régimen militar un pro-

30

Page 30: Transición a la democracia

ceso de modernización muy interesante; no esta­mos, por lo tanto, proponiendo un regreso alviejo municipio, que era una especie de par­lamento político en cada comuna, dotado deatribuciones mínimas. Pensamos que hay queconservar la idea de un municipio moderno, concapacidad de gestión de servicios de salud oeducacionales; con sus fondos de proyectos.Tomar y acentuar los signos de modernizaciónque hay allí. En segundo lugar, tenemos la ideade romper lo que era la tradición anterior de laRepública, separando al alcalde de los regidores,de manera que el alcalde sea la autoridad eje­cutiva y los regidores el órgano legislativo, paraque haya autoridades municipales estables. Entercer lugar estamos por conservar también, a lamanera de órganos consultivos, estructuras deorigen más corporativo, asegurando eso sí unarepresentatividad mayor que la que han tenidohasta el momento.

Por qué la reforma municipal es importante.Primero, porque completa la democratizacióndel régimen político. Segundo, porque ademástiene un efecto político que, siendo coyuntural,no es por ello menos importante: sería muy sanoque el país tuviera elecciones municipales el año91; en la actualidad los partidos políticos tienenuna cierta percepción de injusticia electoral,sienten que su fuerza no está representada comodebería ser en el Parlamento; esto es siempre unriesgo potencial para la estabilidad democrática,para la buena salud del régimen político. Si lareforma a la ley municipal fuera el punto de

31

Page 31: Transición a la democracia

partida de un nuevo modo de organizar elsistema electoral chileno, y si además fuera unmodo de medición de los partidos, creo que seríabeneficiosa para la democracia.

Víctor Tokman (Director, Programa Mundial del Em-

pleo, OIT, Suiza)

Me pregunto si la ausencia del tema de lamodernidad en la agenda de las preocupacionesprioritarias es deliberada. No obstante, la mo­dernidad, que constituyó una de las ideas fuerzadel régimen militar, volverá sin duda a estarpresente en el futuro.

Enrique Correa

Efectivamente ha sido una omisión... por se­lección; para dejar algunos temas a los otrosexpositores. Con todo, el tema de la modernidadno saldrá del primer plano; todavía más, elgobierno democrático piensa que debeprotagonizar un verdadero segundo capítulo dela modernización, asumiendo que hay un primercapítulo que ya se escribió durante el régimenmilitar. Haré una sóla mención político-socialrespecto de este tema. Creo que este gobiernodebiera reconciliar al ciudadano común, sobretodo al menos privilegiado, con la idea de la mo­dernización: singularmente, aunque de maneraexplicable y razonable, en las poblaciones deSantiago el concepto de modernización esrecibido con gran hostilidad. Eso me parece

32

Page 32: Transición a la democracia

comprensible pero riesgoso: hay todo un trabajopor hacer en tomo a la idea de una moder­nización que incluye, que integra, que repartebeneficios y calidad de vida.

Fernando Henrique Cardoso (Senador Federal,Brasil)

Me produce una tremenda alegría estar acá y verel modo como ustedes están enfrentando todoeste complejo proceso de la transición. Mientrasescuchaba recordé todo lo que nos sucedió anosotros, en Brasil: todas las etapas que ustedesvan a empezar con sus manos fueron hechas allápor los militares. Nuestra transición bajo controlmilitar demoró casi 15 años... Quisiera saber quésignifica eso de hacer una reforma hacia unrégimen semi-presidencial. ¿Qué es esto; porqué no directamente un régimen parlamentario?

Enrique CorreaPensamos que es preciso construir un régimenque permita combinar una autoridad presi­dencial efectiva (votación popular y manejo deelementos claves del estado) con la figura de unPrimer Ministro que goza o que debe gozar deuna doble confianza: la del Presidente y la delParlamento. Pero no se trata de un Primer Mi­nistro por entero independiente del Presidente;él debe, insisto, gozar de una doble confianza, loque en cierto modo obliga a una coalición. Unrégimen como este puede representar para no-

33

Page 33: Transición a la democracia

sotros una serie de ventajas. Menciono una, quees muy importante: rompe el muro que existeentre la función parlamentaria y la función degobierno; en nuestro caso este es un muro per­judicial porque es una tentación a la insen­sibilidad del gobernante y a la irresponsabilidaddel parlamentario.

Jorge Espinoza (AsesorEspecial de laPresidencia, BID,Washington)

Un tema que no se ha planteado y que me haceabrigar el temor de ser inoportuno: en un mundointerdependiente este proceso de regreso a lademocracia y de construcción de una nuevainstitucionalidad en Chile debería proyectarsetambién, para complicar un poco más las cosas,en su contexto internacional. ¿Cómo se reinsertaChile en sus relaciones internacionales despuésde una muy larga ausencia?, ¿por qué no avanzaralgunas pistas respecto de las ideas que el nuevogobierno alberga al respecto?

Enrique Correa

El tema de la reinserción internacional de Chilees efectivamente una preocupación prioritariadel nuevo gobierno; tanto es así, que ocupa unode los cuatro capítulos del Programa de laConcertación. Durante 16 años la relación delestado chileno, de su régimen político y de sugobierno con el resto del mundo ha sido trau­mática, y ese es un aspecto que debemos superar

34

Page 34: Transición a la democracia

como país, porque de lo contrario éste va a ser unnuevo motivo de hostilidad y de división.

Algunos principios respecto del punto: que­remos terminar con esta idea fatal del "adiós aAmérica Latina" que estuvo tan presente en eldiscurso del régimen militar; sentimos que esaidea es por entero inadecuada. Pensamos, másbien, que el tema de América Latina va a volvera ser prioritario para nuestro gobierno. Esa es ladeclaración general. Pero tenemos que tener encuenta que volvemos a insertarnos en AméricaLatina en momentos que son enteramentedistintos de aquellos de los años 60: no estamosen el momento de los esquemas integracionistasglobales; estamos en un momento en que laspropias circunstancias nos obligan a ser sin­gularmente pragmáticos en el modo de re­lacionamos con nuestros países hermanos y, portanto, a definir tipos de relación adecuadas paracadapaís. En segundo lugar, en estos años se handesarrollado relaciones privilegiadas conEuropa Occidental; hay que transfonnar esarelación que fue política y solidaria en vínculosde cooperación consistentes, sin perder de vistaque Europa también está viviendo su proceso;que está interesaday obligada a volcarse hacia elEste. Eso, que potencialmente es un problema,puede ser también una oportunidad: podemosconvertir a Europa del Este en un espacio in­teresante para el desarrollo de nuestra iniciativaeconómica.

Otro punto central de nuestra política inter­nacional es el de la nonnalización de nuestras

35

Page 35: Transición a la democracia

relaciones con los Estados Unidos. Singularparadoja: un gobierno en el que participa la iz­quierda tendrá que ser el que contribuya a con­cretar el esfuerzo que debemos hacer en esesentido, simplemente porque se trata de un ob­jetivo nacional. Nuestras relaciones con EstadosUnidos son anormales: nos parece indispensablereanudar la cooperación militar; normalizar elconjunto de nuestros lazos recíprocos. Esto tieneque ver, desde luego, con el modo en que seresuelva el caso Letelier. Ya hemos despejadodel modo más pragmático posible un segundopunto de fricción potencial en el corto plazo: eltema de las patentes.

El otro gran punto de nuestra política inter­nacional es la reapertura de nuestras relacionescon todos los países del mundo. Lo haremos deinmediato.

José Serra (Diputado Federa!, Brasil)

Quería preguntar cómo se proyectan estos pun­tos de entendimiento de la coalición en el áreasocial, en el ámbito de las centrales sindicales yde las corporaciones que no representan ne­cesariamente el flanco principal de la opcióncontra la pobreza y que sin embargo tienen unaimportancia muy crítica. ¿Cómo se van a com­portar las principales organizaciones sindicales,de profesores, de trabajadores de la salud..., ycómo es que dicho comportamiento afectará elescenario económico,de cortoy mediano plazo?;¿qué importancia tiene que las principales

36

Page 36: Transición a la democracia

fuerzas políticas estén también representadas enel movimiento social?

Enrique Correa

Naturalmente el tema de las centrales sindicalesme parece clave. Felizmente, como Concer­tación hemos mantenido una conducta per­sistente, en el sentido de dialogar sistemá­ticamente con las centrales, y en especial con laCentral Unitaria de Trabajadores, que es a nodudar la organización de mayor peso relativo eneste ámbito. Creo que a partir de ese diálogo esposible aspirar a la construcción de un acuerdodurante el transcurso de 1990. Se trata de unacuerdo cuyo pivote clave es la reforma de lalegislación laboral, pero que considera tambiénalgunos otros problemas que son intolerablesdesde el punto de vista social: salarios mínimos,pensiones mínimas, etc. La cuestión básica, noobstante, es que los sindicatos quieren quedar"rearmados" para abordar los temas del con­flicto y la negociación con sus propias manos.Creo que si esa negociación fuese exitosa (y serécauto en lo que digo) estaremos en condicionesde evitar paros nacionales en el curso del primeraño. Hacia adelante, diré que cada día tiene supropio afán.

Hay, sin embargo, un punto crítico que con­centra toda nuestra atención y preocupación enmateria de prevención de crisis: las relacionescon el Magisterio. Ahí hay un doble problema:una reivindicación salarial que es mucho más

37

Page 37: Transición a la democracia

cara que la que pudiera suscitar una demandagenérica de la CUT en materia de ingresomínimo, y una opoisición muy radical a lamunicipalización de la educación porque eseproceso se ha identificado, en el caso del Ma­gisterio, con la total inestabilidad de la carrerafuncionaria. Estamos discutiendo con los pro­fesores: les estamos haciendo una oferta deestabilidad funcionaria, de carrera docente, acambio de su aceptación de la municipalización.Si pudiéramos abreviar, ese sería el núcleo denuestra discusión. Tenemos un punto a favor: unministro de educación que, esperamos, lo hagamuy bien.

Osear Menjíbar (División de Comercio Internacional»CEPAL)

El desenlace electoral muestra a un país divididoen una serie de cuestiones capitales, yeso puederepresentar una valla importante para avanzarcon rapidez en el proceso de la transición. Lapoblación no coincide necesariamente en lavaloración de la democracia: el sector que havotado a Pinochet, o al continuismo, es muyamplio, y es evidente que de alguna manera notiene muy claro que la democracia es mejor quela dictadura. ¿Cuál es el trabajo que en el ámbitopropiamente ideológico demanda la transición?

Enrique CorreaYo creo que el gobierno democrático necesitaestimular la fuerza de una derecha democrática,

38

Page 38: Transición a la democracia

no mediante algún recurso artificial, porque lospartidos de derecha son bastante fuertes comopara andar preocupados de artificios, sino, lodigo francamente, optando por privilegiar eldiálogo con la oposición de acuerdo a lasconcordancias más estratégicas y de fondo a quevayamos llegando; se requiere legitimar a laderecha, y creo que eso será más posible conRenovación Nacional (aunque con la UDI habráque ver), asociando a ese partido como unpartner efectivo en los problemas capitales de latransición. Eso, porque el tema del retornomilitarno es un tema por completo superado, pordesgracia. La derecha debe llegar a sentir quetiene una opción civil viable, civilizada y dentrode un marco que es común al conjunto de lasfuerzas políticas.

Peter Bell (Presidente, The Edna McConnell ClarkFoundation, New York)

¿Podría explicarnos el significado político quetienen las cuestiones de justicia y verdad encuanto aspiraciones de derechos humanos, y losprocesos a través de los cuales van a serresueltas?

Enrique Correa

En este campo enfrentamos dos problemas quenecesitamos tratar de manera paralela y com­pensatoria Uno es el tema de la violación de losDerechos Humanos; el otro es el de los presos

39

Page 39: Transición a la democracia

políticos. Los presos políticos pueden adquiriren un determinado momento la calidad deverdaderos rehenes en relación con las ini­ciativas que tomemos en Derechos Humanos,porque las posibilidades legales que tenemos deliberarlos son tremendamente escasas. Las basesprogramáticas decían que liberaríamos en elplazo más breve a todos los presos políticos queno estuvieran involucrados en hechos de sangre(secuestros y otros delitos gravísimos), pero laverdad es que el conjunto de amarres jurídicosque heredamos nos va a permitir indultar en laspróximas semanas apenas a 40. En la mayorparte de los casos se trata de gente que ya cuentacon libertad condicional, que goza de permisosdiarios o permiso semanal, que hace régimen dereclusión nocturna, etc. De manera que nece­sitamos reformar la legislación: código de jus­ticia militar, ley de seguridad interior del estado.

Por otro lado, tenemos que facilitar el trabajo delos tribunales para apurar los procesos porviolación a los Derechos Humanos y para que laverdad quede clarificada ojalá en el curso de1990. Quisiéramos un esclarecimiento judicialrápido de todo este asunto. No tenemos nece­sidad de iniciar nuevos procesos, porquerespecto de todos los crímenes más graves hayprocesos en curso; la dificultad reside en quedichos procesos no han contado con el estímulodel estado. Esta vez 10 tendrán; estamos dis­puestos a poner presión para que esos procesosse apuren. Hay un compromiso con la Agru­pación de Familiares' de Detenidos Desapa-

40

Page 40: Transición a la democracia

recidos, y con otras agrupaciones de víctimas dela represión, en orden a que el gobierno acu­mulará la información con que cuenta paraponerla a disposición de los tribunales. Ese estambién el propósito de la Vicaría de la Soli­daridad. Pero va a tener que llegar un momento,que no veo demasiado lejano (digo que no másde tres años) en que este problema tendrá que serresuelto en su conjunto. Un momento de pa­cificación, un momento de amnistías múltiplesque debe pasar, sin embargo, por la etapa indis­pensable del esclarecimiento de lo ocurrido,incluso respecto de delitos cometidos en elperíodo cubierto por la amnistía que se dictó en1978. El tema de la verdad es indistinto de unou otro período; el tema de la sanción puedevariar, pero en algún momento este problematendrá que ser resuelto en su conjunto. Elgobierno está resuelto a dejar despejado esteproblema a su sucesor; va en su propia con­veniencia resolver prontamente este punto,adoptando las medidas más complejas en elmomento en que aún disfruta de un estado degracia, es decir, luego.

41

Page 41: Transición a la democracia

EL MARCO POLITICO GE ERAL YEL MARCO 1 STITUCIONAL DEL

PROXIMO GOBIER O

Edgardo Boeninger(Ministro Secretario General de la Presidencia)

Es probable que varios de los puntos que medispongo a tocar hayan sido ya abordados porEnrique Correa. Obviamente no existe el propósitode repetir; tal vez la situación refleje esa suerte deidentidad bastante amplia de diagnóstico y devisión de las cosas que se da en el futuro gobierno;tal vez desnude fatalmente la inevitable inter­conexión de los temas.

Conviene hacer el análisis del marco político­institucional de este período histórico que se iniciateniendo como telón de fondo nuestra visión deChile en el mediano plazo. Si nos situamos en esadoble perspectiva de futuro inmediato y de medianoplazo, mi tesis central se resumiría expresando quelas posibilidades que Chile tiene hoy día deconstruir un sistema democrático estable en el largoplazo, de re-consolidar su democracia, son muybuenas... a condición de que en el corto plazologremos superar los conflictos heredados, losproblemas no resueltos; y de que completemosrealmente el proceso de transición.

43

Page 42: Transición a la democracia

En consecuencia, quisiera empezar por referirme alas razones de este optimismo de mediano plazo.

El hecho básico y primordial es que Chile presenta,hoy día, una considerable convergencia ideológicay programática entre las distintas fuerzas políticasdemocráticas. Esa convergencia constituye el puntoactual de evolución de un proceso que tiene unatrayectoria de 10, 12 ó 15 años; que ha sido expe­rimentado por cada uno de los diferentes grupospolíticos chilenos (probablemente por razones dis­tintas en cada caso), y que marca claramente unproceso de maduración. .

En el seno de la izquierda están las experienciastraumáticas de la persecución, el exilio, la tortura yla muerte; gravitan además las experiencias de vidaen otros ambientes, la visión de otros procesos yrealidades. Todos estos factores condujeron muytempranamente a la adopción de un enfoque críticorespecto del propio pasado. La autocrítica de otrospartidos del centro, incluido el mío la DemocraciaCristiana, en el sentido de que en el fragmentadosistema político chileno la hegemonía política de unsólo partido es imposible -lo que en democraciaobliga inevitablemente a buscar entendimientos­tardó un poco más.

Pero en fin, allá y acá la lectura del pasado, y lagradual percepción de dónde podrían estar lassoluciones del futuro, condujo finalmente a undiagnóstico compartido ya una plataforma progra­mática crecientemente convergente. E te proce ose ha visto extraordinariamente fortalecido, y e haacelerado y acentuado, a causa de lo dramático

44

Page 43: Transición a la democracia

acontecimientos que en los últimos tiempos se handado en otras partes del mundo, particularmente enEuropa Oriental y en la URSS.

Cuando se aborda estos temas en conjunto se per­cibe claramente que, hoy por hoy, no existe en elmundo una alternativa a la democracia conven­cionalmente entendida como sistema político; nohay una crítica ideológica a la democracia quepostule la necesidad de sustituirla. En la medida enque ya no existe esa alternativa desde la izquierda,los movimientos anti-sistema de la derecha pierdensu razón de ser; pierden su base ideológica, y tien­den a perder, por otras razones, su posible sus­tentación social. En consecuencia, digo, ahí hay unfactor muy fuerte de futura estabilidad potencial delsistema.

En segundo lugar, desde una perspectiva de me­diano plazo, este proceso de convergencia políticase ve reforzado por una evidente potencialidad dedesarrollo económico en el país. Chile exhibe hoydía una cierta capacidad de crecer; ha ido desarro­llando gradualmente una "cultura exportadora"; hainternalizado bastante intensamente la necesidad demantener ciertos equilibrios económicos básicos;conoce el riesgo del derrumbe. Parte del optimismocon que el país mira hacia adelante arranca de lapercepción, más o menos generalizada, de queexiste una capacidad potencial de satisfaccióncreciente de las demandas sociales.

Probablemente en este instante uno mira esteescenario de mediano plazo con cierto optimismoporque también "el ánimo" del país conduce hacia

45

Page 44: Transición a la democracia

allá; hay un espíritu de reconciliación y de paz querevelan a un pueblo cansado de guerra después dedos largas décadas de confrontación aguda. Losjuicios que podamos emitir en términos políticos ysociales en los próximos años estarán condi­cionados en gran medida por este deseo genera­lizado de paz y, naturalmente, también por laslimitaciones de la realidad.

Si esto es así, el riesgo de mediano plazo no está enlas amenazas de la derecha o la izquierda a lademocracia: yo no creo en el golpismo recurrente y,como digo, no veo que desde la izquierda hayaalternativa de sustitución a la democracia conven­cional. El peligro mayor está en la posibilidad de losdesbordes populistas; en que el vector resultante delas presiones y demandas de los distintos sectores,y de sus intereses contrapuestos en el cotidianodesarrollo de la sociedad, conduzca en defmitiva auna expresión populista. Este es un riesgo real,desde luego por una razón básica: porque lavelocidad con que este país puede llegar a tenercondiciones de vida en que las desigualdades quesubsisten en el sistema sean tolerables es lenta. Esasdesigualdades, que en las sociedades opulentas sontoleradas e incluso aceptadas, en nuestra sociedadno lo son. La tardanza en llegar a esos nivelestolerables plantea la necesidad inmediata de iravanzando hacia una situación de equidad socialsuficiente; los chilenos tienen que percibir que lapreocupación por los problemas sociales de lasgrandes mayorías es una parte sustantiva del grandesafío de la democracia hacia adelante. En lamedida en que desde el gobierno podamo sa­tisfacer a cabalidad ese requerimiento seremo

46

Page 45: Transición a la democracia

también capaces de superar con éxito este riesgoprincipal.

¿Cuáles son los requerimientos de consolidacióndel sistema?

De alguna manera esos requerimientos fluyen de loque he venido exponiendo. En primer lugar, hayque profundizar los consensos básicos. El requisitotiene una dimensión política: las convergenciasprogramáticas entre las fuerzas políticas debenconsolidarse en el tiempo, evitando las disrup­ciones por factores de política cotidiana y contin­gente o por otras razones que puedan irse cruzandoen el camino. En este punto, otra vez mi mirada espositiva: de un modo gradual las convergenciasprogramáticas tienden a traspasarse hacia el planoideológico. En segundo lugar, es evidente que hayuna dimensión institucional en los consensos. A esoquiero referirme al examinar la situación de cortoplazo.

En tercer lugar está la dimensión social, que fluyede lo que exponía recién: el establecimiento derelaciones sociales más armónicas, donde el con­flicto es regulado y procesado democráticamente,demanda una mayor equidad que necesita expre­sarse tanto en lo jurídico como en los resultados delproceso de desarrollo. Nuestra idea consiste eninaugurar en este campo un estilo de concertación,contrapuesto a la tradicional confrontación quedefinió las relaciones entre los principales actoresdel proceso productivo. Pero, en definitiva, eseestilo debe mostrar en el largo plazo su eficacia paratraducirse en resultados, en términos de un repartomás equitativo de los frutos del desarrollo. Esa es la

47

Page 46: Transición a la democracia

dimensión económico-social de esta profundiza­ción de los consensos que a su vez será necesariapara evitar los desbordes de populismo.Existe naturalmente, dada la experiencia que hemosvivido, y que no es ajena a otros países de AméricaLatina, la dimensión "cívico-militar". En este pla­no la consolidación democrática implica, en unaperspectiva de mediano plazo, el término del me­sianismo militar: el reconocimiento por las propiasFuerzas Armadas de que su rol no es político, de queestán supéditas al poder político, respecto del cualestán en relación de dependencia; y de que aceptanese hecho realmente. Esto implica un problema devalores, la necesidad de intemalizar una concienciademocrática en el sectorprobablemente menos con­vencido de que la democracia es el único sistemafiable y aceptable. Requiere, como contrapartida, lacomprensión, por parte de los civiles, de lo que sonlos requerimientos y las características de lasinstituciones castrenses, de sus necesidades pro­fesionales y de sus particulares características; es unhecho que en el pasado los civiles no consideramosésto con la atención suficiente. La solución defi­nitiva de los problemas que se dan en este planotambién exige, de los grupos políticos civiles, elejercicio de conductas que clara y transparen­temente signifiquen una no complicidad con even­tuales movimientos anti-sistema; si eso no es así, latentación de recurrir al arbitraje militar se haráprogresivamente más peligrosa o inevitable.He descrito un conjunto de desafíos de medianoplazo. Su resolución más o menos exitosa depen­derá, por cierto, de la fórma en que superemos losproblemas del corto plazo.

48

Page 47: Transición a la democracia

El primero de estos problemas es obviamente lanecesidad de completar la transición: pasar de laetapa que hemos ganado, que es la de la transfe­rencia del gobierno, a la fase no concluida de laplena transferenciadel poder a la soberanía popular.El paso involucra un conjunto de reformas constitu­ci nales y legales; la creación de una institucio­nalidad que sea realmente aceptada por todos. Seplantea entonces un problema de dos aristas: ladoble necesidad de la democratización plena y de laconstrucción de consensos.

La Constitución Política requiere una aceptacióngeneral. Se han dado algunos pasos en esa direc­ción. La Concertación de Partidos por la Demo­cracia hizo una contribución extraordinariamenteimportante a ese consenso al aceptar, hace ya diezmeses, una reforma constitucional parcial, queclaramente no la satisfacía porque dejaba pendien­tes, no resueltos, algunos elementos de la transfe­rencia del poder a que aludía hace un momento. Sinembargo la Concertación siempre entendió que,fmalmente, la Constitución debía reunir el consen­so de todos. Por eso aceptamos que las futurasreformas constitucionales, algunas de las cuales sonindispensables para la efectiva democratización delsistema, se resuelvan con un quorum especial demayoría, de modo que el propio gobierno de laConcertación, por sí solo, no sea capaz de imple­mentarlas. Enfrentamos entonces un desafío polí­tico que es re ponsabilidad del conjunto de lasociedad. Así como la Concertación hizo su aporteal consenso, la responsabilidad de la nueva oposi­ción es no aprovechar una minoría de cierta sig-

49

Page 48: Transición a la democracia

nificación para bloquear desaprensivamente lasrefonnas que aún son necesarias. Es el juego polí­ticode corto plazo el que va a definir esta capacidad.

Las refonnas constitucionales y legales por venir seordenan en la dirección de abrir paso a la plenademocracia; ellas tienen que vercon la necesidad dedejar más claramente establecido que existe unadependencia muy precisa de las Fuerzas Armadasrespecto del Presidente de la República, y tambiénrespecto del ministro de Defensa, de manera que eldesarrollo del proceso institucional venidero reflejerealmente y se traduzca en la aplicación práctica yconcreta de este principio de dependencia.

La discusión constitucional alude también a cam­bios que no quiero entrar a detallar en la com­posición del Tribunal Constitucional, por ahorapesadamente sesgado en favor de quienes deten­taron el poder en estos años; a cambios en el sistemaelectoral impuesto al país a pesar de ser una abe­rración (porque es el único sistema electoral delmundo en que con un tercio de los votos se puedecontrolar e15ü por ciento del Parlamento); a cam­bios en la Ley de Partidos, concebida para restringiry dificultar el rol de los partidos en el juegodemocrático...

En segundo lugar, este traspaso del poder estáligado a una dimensión de mucho mayor alcance,que es la democratización de la sociedad. Esaexigencia debe traducirse en la introducción deelementos más orgánicos y generalizados de parti­cipación, de descentralización, de transferencia decompetencias. Este, qne es el primer punto de laagenda de la refonna política en Chile recoge

50

Page 49: Transición a la democracia

nuestro compromiso fundamental con la reformamunicipal, con las elecciones de alcaldes y deautoridades locales en general, con el fortale­cimiento de las organizaciones sociales de base;subraya la tendencia hacia grados progresivamentecrecientes de autogobierno regional, sin que sepiense, naturalmente, en la idea de constituir un paísfederado. En definitiva, nuestra idea en este planoes estimular el proceso por el que la sociedadconstruye una democracia sustantiva en lo político,desde luego mayor y más rica que la que se expresaen el juego entre el Ejecutivo y el Parlamento.

Si analizamos la reformas políticas necesariasotorgamos claramente una prioridad fundamental ala reforma de la Justicia. Puede que en aparienciaesto no tenga una relación muy directa con el éxitode la transición y de la consolidación democrática,pero en este país existe un consenso muy gene­ralizado respecto de la profunda crisis de la ad­ministración de la justicia. Se trata de una crisis quetiene múltiples facetas, que no es sólo la expresiónde una cierta incondicionalidad política de las másaltas autoridades judiciales de este tiempo; quetiene raíces mucho más amplias y profundas. Estacrisis es de tal naturaleza que, si no logramosreformar el Poder Judicial y la administración de lajusticia, vamos a tener un problema serio en elfuturo.

La segunda dimensión de la tarea inmediata serefiere ciertamente a las reformas en el ámbitosocial. Concretar la necesidad de inaugurar un estiloconcertativo de reemplazo al estilo confrontacionaltradicional en las relaciones sociales tiene, en este

51

Page 50: Transición a la democracia

plano, una importancia extraordinariamentecentral. Naturalmente el foco de los cambios debeafectar la relación entre empresarios y trabajadores.En este sentido heredamos una historia negra: lasreglas del juego actualmente existentes contienenalgunos elementos de modernización pero sufren deun pecado original gravísimo; fueron impuestasunilateralmente, sin ninguna consulta a los traba­jadores, quienes perciben que ellas consagran unasituación muy asimétrica en favor de un em­presariado que apoyó entusiastamente la legis­lación y que otorgó su apoyo político a un régimendel cual los trabajadores, en su gran mayoría,disentían muy radicalmente.

Esa situación inicial, que se suma a la historia detodo un pasado de confrontación, define un pro­blema complejo. Con todo, yo diría que el agua queha pasado bajo los puentes arroja signos muyalentadores. Nosotros somos optimistas en el sen­tido de pensar que la convergencia programática deque hablaba hace un rato tiende a perfilarse tam­bién, más lentamente es cierto, en el plano social.

La dirigencia sindical chilena ha mostrado en estetiempo, y crecientemente, una gran madurez enapreciar las po.sibilidades del país; comprende acabalidad los elementos y requerimientos que noestaban en las viejas reglas de la relación de­mocrática y que se asocian al funcionamiento deuna economía abierta que se quiere moderna yconectada a los mercados internacionales. Este esun problema político capital: nuestro compromisode poner las relaciones laborales en un pie deigualdad de manera que efectivamente los actores

52

Page 51: Transición a la democracia

del proceso productivo se puedan sentar sin com­plejos a la mesa de negociaciones. Ese es el puntode partida de un estilo concertativo que permita aesos actores llegar a resultados concretos quesignifiquen una distribución más equitativa de losbeneficios del desarrollo. Consecuentes con estaidea, el procedimiento que hemos convenido es elde dar la oportunidad a los propios actores para quese pongan de acuerdo directamente entre sí. Hemosestimulado el proceso de conversaciones directasactualmente en marcha; apoyamos las pre-nego­ciaciones entre estos actores, y vamos a tratar deoficializar esta posición en cuanto nos hagamoscargo del gobierno, otorgándoles un plazo para queel acuerdo se traduzca en realidad. Esto no es fácil.Entre los empresarios se perciben distintas si­tuaciones, pero en algunos sectores se advierte unagran madurez respecto de la necesidad de estecambio; arraiga la idea de incorporar a la propiavisión estratégica un cálculo de costo-beneficio demediano y no sólo de corto plazo (porque elmediano plazo puede inducir a aceptar una serie decosas que los estrictos cálculos de rentabilidadinmediata condenarían al rechazo). Puede que esamadurez tarde todavía un poco en surgir, pero yahay síntomas y señales positivas; y el cambiopolítico las estimulará.

En tercer lugar, además de este problema globalexisten los problemas concretos y específicos de lasdemandas sociales. uestro programa señala conmucha claridad que el elemento gravemente fal­tante en el Chile de estos 16 años, que el gran pasivode este régimen (además de las violaciones a losDerechos Humanos y las restantes tropelías propias

53

Page 52: Transición a la democracia

de una dictadura) ha sido el deterioro de la situaciónde vida de millones de chilenos, la consagración deuna mayor inequidad social. Esto es algo que hayque revertir. El programa de cuatro años contemplala idea de un mejoramiento persistente pero gradualde la situación de las grandes mayorías.

La restricción de recursos es parte esencial denuestro futuro desarrollo de políticas, pero la ne­cesidad de movilizar recursos adicionales parapropiciar una mayor equidad en términos de laacción social del Estado es ineludible. Pero tambiénes evidente que los frutos de la reforma tributariaserán limitados, porque es preciso conciliar elesfuerzo que se exige a los sectores que tienen máscon la necesidad de sostener el crecimiento. Hayallí, en consecuencia, la necesidad de construir unmuy fino equilibrio entre lo que debe ser lapercepción de mayor equidad, materializada en losprogramas de gobierno, y la mantención y la am­pliación del potencial de crecimiento económicodel país en su conjunto. Todo eso no es fácil, perome parece que la madurez alcanzada por losdirigentes sociales y la convergencia política de lospartidos, que se expresa programáticamente en estamisma dirección, amplía las posibilidades de ob­tener algunos éxitos en este campo.

Finalmente, menciono los dos problemas mássensibles y de mayor dificultad inmediata, cuyacorrecta resolución es condición esencial paraculminar con éxito este período de cuatro años detransición. El primero alude a la delicada materia delos Derechos Human,os; el segundo, que se conectacon el anterior, pero que en cierto modo discurre

54

Page 53: Transición a la democracia

también por un riel separado, alude a las relacionesentre las Fuerzas Armadas y el nuevo gobierno, y alcaso particular del comandante en jefe del Ejército.

Quienes asumimos responsabilidades en el nuevogobierno somos altamente sensibles al problema delos Derechos Humanos; respecto de la fonna deabordarlo sentimos que es tremendamente difícilperfilar los caminos más concretos. Sabemos sí, queno habrá soluciones mágicas. El terreno es tandelicado que respecto de él ni siquiera se aspira a losconsensos; se asume, más bien, que es precisoencontrar caminos que sean aceptables para laspartes, cuyas visiones respecto de nuestra historiareciente son contradictorias. Nuestro compromisode gobierno es con la Verdad y con la Justicia:sabemos que aquí ha habido investigación blo­queada, un absoluto desinterés, más bien, a me­nudo, un accionar contrario de las entidadesencargadas de investigar los crímenes respecto desu esclarecimiento. Naturalmente eso cambiará deuna manera muy radical con la asunción del nuevogobierno. Ha habido una aguda carencia de debidoproceso, situación que tendremos que corregirdando las oportunidades; otorgando a las víctimaslos alivios y compensaciones que las condicionesjurídicas permitan. Por el otro lado existe, como essabido, un conjunto muy importante de casos en lostribunales: en la medida en que se active la ca­pacidad de investigación, muchos de estos casostendrán que llegar a resultados concretos.

Lo que está claro es que el Estado, al facilitar lasinvestigaciones, al hacerse responsable de su com­promiso con la verdad, al preocuparse, en la medida

55

Page 54: Transición a la democracia

de sus posibilidades, de resolver problemas como elde los presos políticos, al efectuar las reparacionesde distinta índole a los que han sido víctimas (o a losfamiliares de las víctimas), no podrá obviar su com­promiso con la estabilidad. El futuro gobiernotambién está comprometido, desde los inicios de lacoalición, a transitar por un camino que impida lasvendettas, los juicios colectivos, los tribunalesespeciales o cualquier otro género de acción que endefinitiva constituya represalia institucionalizada.El estado no va a perseguir personas: va a hacer quela Justicia esté en condiciones de llegar a la verdad;ese es nuestro compromiso básico. La forma en quese manejen de manera concreta los diversos pro­blemas y dilemas que se darán en este campo se verácon el tiempo, y estará marcada simultáneamente,por la fidelidad a los principios éticos y por elrealismo en cuanto a lo que es políticamente viable.

Del mismo modo creo que la relación con lasFuerzas Armadas, y esta peculiar situación delgeneral Pinochetque se convierte en comandante enjefe del Ejército, va a tener un desarrollo queculminará en la materialización real de la trans­ferencia del poder y en la firme implantación delprincipio democrático de la dependencia de lasFuerzas Armadas respecto del gobierno. Nadiediscute hoy día la suprema autoridad del Presidentede la República; eso lo han reconocido todos loscomandantes en jefe. Me parece que la legitimidadque tiene el Presidente de la República en este país,incluso dentro de las propias Fuerzas Armadas, esun instrumento capital; desde esa perspectiva, lapermanencia del géneral Pinochet en la coman­dancia en jefe del Ejército puede ser vista como una

56

Page 55: Transición a la democracia

anomalía que el tiempo subsanará. A pesar de laevidente inconveniencia política que desde el puntode vista del país y de las propias Fuerzas Annadasrepresenta la pennanencia de una persona con estascaracterísticas en dicho cargo (derecho que lehemos reconocido en cuanto la Constitución así loestablece), creo que el desarrollo de las cosasconducirá en definitiva a la preeminencia del podercivil.

Por último, pienso que el éxito del período de latransición va a estar fundamentalmente vinculadoal comportamiento concreto de los partidos. Gra­cias a esta convergencia de las fuerzas políticasdemocráticas a que he hecho referencia este país hallegado a gestar una coalición de gobierno de unaamplitud nunca antes conocida. Creemos, por lascondiciones que avizoramos en el largo plazo, quelas posibilidades de perdurabilidad' de estacoalición son buenas.

El diagnóstico del tipo de dificultades que debemosvencer en el corto plazo para consolidar realmenteel sistema democrático acentúa el movimientohacia la convergencia. Y hay otros factores quehacen pensar que las fuerzas centrífugas, queeventualmente podrían llevar a una competenciaindividual de partidos con identificaciones másplenas, van a ser postergadas, o mejor dicho su­peradas, por la necesidad centrípeta de manteneresta coalición en funcionamiento. Es evidente queeste es nuestro desafío principal para que todas lasrestantes tareas puedan efectivamente desarrollarseen estos cuatro años. Creemos que así va a ser.El éxito de la transición también depende de la con-

57

Page 56: Transición a la democracia

ducta más o menos responsable que desarrollen lospartidos de la nueva oposición, y en particular elmás importante, Renovación Nacional, partido quetendrá que definir si su conducta va a estar inspiradapor una visión nacional de consolidación delsistema (en el que tendrá su lugar una legítimaposibilidad de compartir el poder en el futuro), o sila lucha partidaria de cualquier instante define paraél una postura conflictiva que dificultará esteproceso de generación de consensos más ampliosque es parte de toda esta evolución.

Quiero ligar el punto del comportamiento respon­sable de" los actores políticos (además de los actoressociales) con los problemas de la consolidación amediano plazo. A pesar de que las fuerzas ytendencias sociales y políticas son positivas, elarraigo de la democracia necesita de un elemento deingeniería política: la construcción de una insti­tucionalidad que ayude a cosechar esa estabilidadque está latente y presente. Se está hablando de unareforma al sistema político; se está pensando seria­mente que los regímenes presidenciales conocidosen América Latina tienden a agotarse, y que loselementos de parlamentarización del sistema, (sis­temas parlamentarios o semi-presidenciales) ter­minarán probablemente siendo necesarios en elmediano plazo. Comparto esa percepción. Este esun tema todavía ausente en nuestra agenda políticade hoy, porque nuestra intención no es recargarlacon problemas adicionales cuando ya incluye unaserie de asuntos complejos y difíciles. Pero cla­ramente, hacia el final de este período de cuatroaños, este tema va a estar en el debate.

58

Page 57: Transición a la democracia

La posibilidad de una reforma política va a estardeterminada no por los consensos entre académicoso entre cúpulas políticas sino por la percepción delconjunto del país respecto de si es posible confiar enun sistema en donde el rol de los partidos es másimportante que en el Presidencialismo yen el que sefacilita la formación de coaliciones de gobiernosobre una base programática consensual. Elcomportamiento concreto de todos los partidos eneste tiempo, tanto en el gobierno como en laoposición, definirá el grado de confianza que el paísdeposite en un sistema como el que enunciamos.

En síntesis, creo que Chile presenta riesgos yproblemas muy sensibles de resolver en el cortoplazo. Sin embargo, hemos dado los pasos fun­damentales de la transición a la democracia.Completar este proceso es hoy día una tarea que sepercibe viable, que se va a concretar. No imaginouna regresión autoritaria como una posibilidad realy seria, a condición de que nuestros compor­tamientos y la evolución de las cosas se ciña dealgún modo a la pauta que nos estamos trazando. Sieso ocurre, las perspectivas de un Chilepolíticamente estable, con una economía dinámicay con un desarrollo creciente de las condiciones dejusticia social, son realmente muy favorables.

59

Page 58: Transición a la democracia

DEBATE

José Serra (Diputado Federal, Brasil)

Sólo quiero subrayar un punto que me parecióesencial en la exposición, el riesgo del popu­lismo. En el Brasil, sea como consecuencia de laforma de la transición política o de otrosfactores, esta ha sido una cuestión fatal desde elpunto de vista económico. Después de muchotiempo de demandas reprimidas y de muchadesigualdad, de una tradición paternalista delEstado, el populismo generó una situación dedesarticulación y desorganización económicaque ha tenido un costo brutal, incluso desde laperspectiva de la consolidación del régimendemocrático. No es que exista la amenaza de unretroceso al autoritarismo; existe la duda de queefectivamente se pueda contar con un régimendemocrático consolidado y no meramente conun régimen de libertades. Esta es la cuestión queme parece clave también acá... Yo estabamirando: veo que hay siete economistas en elgabinete del gobierno democrático, incluso enáreas que no son económicas; me parece ex­traordinario.

Pienso que la represión salarial, todas lascarencias largamente acumuladas en las áreas dela educación, la salud y la vivienda, presionaránmuy intensamente en el corto plazo, punto quepor tanto será la cuestión más crítica. Por otra

60

Page 59: Transición a la democracia

parte, asumo que en Chile los partidos queconstituyen la Concertación tienen un gran pesoen las organizaciones sociales; al menos lotenían. ¿Por qué no ampliar un poco el punto?

Edgardo BoeningerLa convergencia programática de la Con­certación, que es política, se está ampliando alámbito social. Desde luego, no hay garantías deuna trasposición total, pero el movimiento seestá dando en buena medida porque existe, porun lado, un esfuerzo de diálogo sostenido que yalleva tres o cuatro años entre intelectuales,políticos y dirigentes sociales; este diálogo haido contribuyendo a generar un diagnóstico máscompartido.

También los dirigentes sociales se estánsintiendo parte, yo diría que co-responsables,del tipo de problemas que avizoramos lospolíticos y los economistas. Este es un elementobastante novedoso para quienes nos contemplandesde fuera; también lo es para nosotros: el nivelde convergencia de las élites sociales, políticas eintelectuales constituye hoy día un elementomuy importante en la definición del modo conque estamos enfrentando la realidad.

Otro comentario. Para consolidarse, lademocracia necesita sumar a su legitimidad deorigen una cierta legitimidad de eficacia.Aunque no haya regresión autoritaria, si no ganauna legitimidad por eficacia (y aquí hablamos decrecimiento y de justicia) la estabilidad del

61

Page 60: Transición a la democracia

sistema se verá amenazada. En ese sentido, lagravitación relativa de los economistas dentrodel gobierno puede ser un aporte a la creación deuna mayor conciencia política respecto deldilema de lo deseable y de lo posible.

Joseph Grunwald (Prof., Depto. de Economía, Univ.de California, San Diego, USA)

Tanto Edgardo Boeninger corno Enrique Correapusieron mucho énfasis en el gradualismo de latorna del poder. Me pregunto si este gradualismopolítico no se traducirá también en ungradualismo para atacar el problema de lapobreza. Se requiere algo más que establecervínculos con los sindicatos y otrasorganizaciones populares; se requiere darseñales claras y concretas respecto de que elproblema importa. ¿O será que el gradualismo esel nuevo nombre del "chorreo"?

Edgardo BoeningerEl programa del gobierno de cuatro años tieneque iniciarse de inmediato: hablamos de"gradualismo" para aludir al tiempo que tomarásolucionar los problemas, no para indicar que noexiste la decisión de comenzar a enfrentarlos deinmediato. Esto plantea algunos temas nuevos;por ejemplo, un cambio de estilo: el slogan de lacampaña electoral, en el sentido de que elnuestro será un gobierno que escucha a la gente,debe ser percibido corno una realidad; pasamos

62

Page 61: Transición a la democracia

desde un sistema vertical a uno más horizontal,donde la gente tiene la posibilidad de opinary deser escuchada y respetada. En segundo lugar, elpaís tiene que percibir a corto plazo que losprogramas se han iniciado, con todo el, gradualismo" que necesariamente impondránlas limitaciones presupuestarias; pero que se hainiciado en todos los distintos campos que sonfundamentales.

A las reformas políticas que se han mencionado(la reforma laboral, la del funcionamiento muni­cipal) tienen que sumarse otros planes concre­tos: el programa de mejoramiento de la educa­ción, ese plan para las 900 escuelas; el programapara resolver los problemas más urgentes en elsistema de salud; el plan para los allegados. Lagente tiene que percibir que hay movimiento.Existe, naturalmente, un programa más focali­zado a la extrema pobreza; existe eso que hemosllamado un Fondo de Solidaridad, que en elcurso de este año va a tener que alimentarse conrecurso provenientes de lacooperación interna­cional porque el presupuesto fue amarrado por elgobierno que se va. Estas son las señales con­cretas que pueden permitirnos pedir a los actoresesa mesura de comportamiento que de algunamanera estamos previendo como posible.

En segundo lugar, la cuestión del "chorreo". Nosparece queen sí mismo un modelo deeste tipo noresulta viable. Porque eso es así, la otra cara dela necesidad de aumentar la acción social delestado es la intención de llevar adelante lareforma tributaria.

63

Page 62: Transición a la democracia

Chile tiene una aguda necesidad de mantener yde acrecentar su inversión en el mediano plazo,para sustentar tasas de crecimiento del 5 porciento y (ojalá) más. De manera que el tema dela reforma tributaria es delicado; los efectos deestas reformas se producen respecto de la si­tuación inmediatamente anterior, lo que de­marca una limitación. No obstante, la dispo­sición de los sectores más acomodados del país,incluidos por cierto los empresarios, tiene queconsiderar la necesidad de hacer una contri­bución a este esfuerzo nacional que exige laerra­dicación de la pobreza. Esa es la contribuciónque se exige a ese sector para la consolidación delademocracia. Se trata de una contribución razo­nable subrayo lo de razonable) que contribuirá,como contrapartida, a la legitimación social realdel sector empresarial y acomodado en elmediano plazo.

Hemos dicho que Chile ha vivido una notableexpansión de la actividad privada, que ya existeuna cultura exportadora, que hay otra serie decosas que aluden a un proceso de moderniza­ción; lo que no hemos dicho es que la legiti­mación social de este estado de cosas dependerácríticamente de la contribución que los sectoresacomodados estén dispuestos a hacer, en tér­minos de compartir los frutos de esta actividad yde este dinamismo con todos los chilenos. Eso vamás allá de la responsabilidad de un gobierno;apela a la capacidad de reacción de ese propiosector de la sociedad. El tema de la reformatributaria, y los cambios que se impulsan en

64

Page 63: Transición a la democracia

materia de legislación laboral, son parte de laforma en que se pretende reemplazar un sistemade mero rebalse por un sistema de mayorequidad.

Lance Taylor (Prof., Depto. de Economía, Massachu-setts Inst. ofTechnology, MIT, USA)

El nivel de la inversión en Chile durante losúltimos años ha sido bastante bajo. Tenemos quela economía está produciendo ahora casi a plenacapacidad. Si se a pira a crecer habrá queinvertir. ¿Cuál va a ser la interacción entre elestado y el sector privado para conseguir estameta y, en particular, cuál va ser el papel de lainversión pública, con sus derivaciones sobre elpresupuesto nacional?

Edgardo BoeningerConcebimos al estado no como un competidorsino como un socio de la empresa privada en latarea del desarrollo; debe, por tanto, apoyar esedesarrollo. Además de su trabajo en la di­mensión de la acción social el estado requieredar su apoyo en términos de inversiones deinfraestructura que han ido gravemente des­cuidadas en esto años (la reducción del gastopúblico no sólo ha afectado la cuestión social,también ha generado cuellos de botella eninfraestructura). o vislumbro que toda esaactividad, desde luego nece aria, derive en ladefinición de un estado má empresario que el

65

Page 64: Transición a la democracia

que tenemos hoy día. Una cosa es que nosopongamos a un sistema de privatizaciones quese ha llevado a extremos ideológicos absurdos yque ha sido muy poco transparente (yen dondeexiste la legítima sospecha de que se han regis­trado maniobras oscuras en favor de deter­minados sectores o grupos) y otra distinta essuponer que se estime conveniente generar unnuevo estado empresario muy distinto del queexiste ahora. Los movimientos serán en elmargen; no existe ninguna pretensión de cambiomasivo en las estructuras de propiedad o en lasformas de funcionamiento de la economía.

Jeffrey Puryear (Representante para América Latina,Fundación Ford)

La política chilena siempre ha estado demarcadapor el tema de los tres tercios. ¿Cómo observa laevolución de esos tres tercios en las actualescondiciones?

Edgardo Boeninger

Creo que mi respuesta está condensada en miobservación sobre la convergencia. Siemprepodrá decirse que en Chile hay tres tercios: unaderecha, un centro y una izquierda; pero yo haríados observaciones. Una es que la capacidad decoaligarse entre esos tercios es ahora bastantemayor que la que existía en la época másideológica y confrontacional de la políticachilena, hace 15 &20 años atrás. La otra es que

66

Page 65: Transición a la democracia

también uno podría decir que, más que trestercios, en realidad hay seis sextos, en el si­guiente sentido: en cada extremo hay un sexto;una derecha dura y una izquierda dura, que noestán dispuestas a contraer vínculos coalicio­nales; sin embargo existen otros cuatro sextos,que van de la derecha democrática a la izquierdademocrática, y que sí tienen esa capacidad. Laconcertación que tenemos hoy, una coalición deizquierda moderada con todo el centro y conalgunos pequeños núcleos de centro-derecha,tiene una posibilidad de sobrevivencia justa­mente por eso.En sí misma esta coalición de hoy supera elproblema de los tres tercios. Puesto que estamosoptimistas acerca de su perdurabilidad, creemosque el problema de los tres tercios, la visión derigidez e incomunicación entre esos sectorespolíticos y sus respectivas expresiones sociales,está lo suficientemente superado para que laformación de gobiernos de mayoría, de coa­liciones que se alternan en el gobierno, puedadarse sin amenazas para los perdedores.

67

Page 66: Transición a la democracia

EL PROCESO DE CAMBIOS Y LACO CERTACION SOCIAL

René Cortázar(Ministro del Trabajo y Previsión Social)

Dentro del Programa de gobierno de Patricio Ayl­win el tema de la concertación social aparece muyligado al tema del proceso de cambios. Y en par­ticular, en una de las áreas de cambio más intensodentro del Programa, que es el área de la legislacióny de la política laboral, el tema de la concertaciónsocial se liga directamente al proceso de generaciónde las reformas.

En esta área específica el Programa plantea que,antes de enviar ningún proyecto de ley de cambio,el gobierno va a someter el tema a una comisióntripartita formada por representantes de las princi­pales organizaciones sindicales y empresariales ypor autoridades del propio gobierno. Hay, por tan­to, el compromiso de intentar buscar acuerdos fun­damentales antes de iniciar el proceso legislativo.

Más que a los temas macroeconómicos, el Pro­grama asocia este tema de la concertación a la ne­cesidad de generar consensos sobre las bases delsistema económico y del sistema político; al acuer­do sobre las reglas del juego fundamentales. Más

69

Page 67: Transición a la democracia

explícitamente, la concertación está ligada al tem r

de las reformas laborales y al tema de la políticsocial.

Detrás de esta idea de conectar la concertación a Irgeneración de consensos en las reglas del juegestá, en el fondo, la intención de generar algunforma de compromiso de clases; fundamento in­dispensable tanto para la consolidación democrá­tica como para el proceso de desarrollo.

Chile ha vivido un largo período de incertidumbracerca de cuál va a ser el grado de estabilidad de lareglas del juego en lo económico, en lo social y elo laboral. El nuevo gobierno tiene la convicción dque para impulsar un proceso de desarrollo soste­nido es fundamental reducir esos grados de incer­tidumbre y generar estos acuerdos. El plantea­miento es que si no se reduce la varianza de in­certidumbre respecto de esas reglas del juego fun­damentales, Chile va a seguir exhibiendo un alto"riesgo-país", con todas las secuelas que esto tienesobre la inversión, sobre la innovación tecnológicay sobre las posibilidades concretas de desarrollo. Sepiensa, por lo mismo, que el éxito potencial delproceso de desarrollo está ligado, más que a un mo­nitoreo sofisticado de algunas políticas económicasde corto plazo, a la necesidad de generar acuerdosque reduzcan el "riesgo-país" y generen las condi­ciones para un proceso de inversión dinámico en elfuturo.

En forma paralela a este proceso de generación deconsensos básicos respecto de las bases del sistemaeconómico y del sistema político está también la

70

Page 68: Transición a la democracia

idea de que es necesario constituir una clase diri­gente que sostenga el proceso democrático y el pro­ceso de desarrollo; se trata de una tarea a em­prender, porque la clase dirigente no es un grupoconstituido y solidificado en el país. La idea es lle­gar a comprometer a los dirigentes fundamentalesde los partidos políticos, y de las organizacionesempresariales y sindicales, con la estabilidad deestas reglas del juego fundamentales tanto en lopolítico como en lo económico-social.

Yo diría que este punto predomina en la discusiónsobre el sentido de los cambios en lo económico, yen particular, de los cambios en lo laboral. Digocambios, naturalmente, porque los consensos fun­damentales no se producirán sobre la simple con­tinuidad de las actuales reglas del juego. Existe eldiagnóstico de que, en algunos ámbitos de la vidaeconómica y social, y en particular en lo laboral,dichas reglas no cuentan con la base de legitimidady de aceptabilidad de los distintos sectores comopara ser ellas mismas la base de esa estabilidad queasegure el proceso de desarrollo; existe, por lo tan­to, la necesidad del cambio para la estabilidad, y lade defInir adecuadamente tanto los cambios comolos límites a los cambios, entendiendo que un erroren cualquiera de estas dos dimensiones puedederivar en la imposibilidad de construir estos con­sensos fundamentales para el país.

En el tema de la legislación laboral eso ha sido muynotorio. Durante los últimos meses hemos soste­nido conversaciones tanto con las centrales sin­dicales como con las centrales empresariales, bus­cando identificar cuáles son aquellas reglas del

71

Page 69: Transición a la democracia

juego más esenciales que pudieran resultar acepta­bles a las partes, siendo naturalmente coherentecon el proceso de desarrollo de una economía comla chilena, que es muy abierta e integrada a la eco­nomía mundial.

Hay en el Programa un énfasis evidente respecto dela necesidad de la concertación. Pero, ¿cuán ade­cuado o inadecuado es seguir un proceso de con­certación para intentar construir esos consensosfundamentales?; ¿cuáles son las posibilidades ycuáles los obstáculos a que se constituyan estosacuerdos?

Cada uno de los actores que queremos ver con­certados para solidificar esos consensos funda­mentales se moviliza en función de tres tipos deobjetivos que están permanentemente en juego eneste intercambio qúe ha tenido lugar -y que va aseguir teniéndolo en los meses que vienen- entreel empresariado, el sindicalismo y el gobierno.Dichos objetivos son los socio-económicos, losorganizacionales y los propiamente políticos.

De algún modo el quiebre democrático de 1973puede ser explicado por la falta de consenso entorno de las reglas del juego fundamentales, fe­nómeno que se precipitó porque en distintos mo­mentos los objetivos de estos actores centrales re­sultaron inconsistentes entre sí. La concertación nofue en modo alguno una experiencia normal en elChile del período previo al del quiebre demo­crático; en algunos momentos, como por ejemploen el gobierno de Frei, hubo una clara contradicciónentre los objetivos, políticos del gobierno y losobjetivos políticos de la principal central sindical, la

72

Page 70: Transición a la democracia

CUT. En varios de los últimos gobiernos se hizo unesfuerzo "oficial" por crear organizaciones sindi­cales paralelas y, por lo tanto, el objetivo orga­nizacional de las organizaciones sindicales adictasal gobierno consistía en evitar que se produjera unaconcertación con las organizaciones sindicales másrepresentativas del mundo laboral, que constituíansu competencia. En otras oportunidades, comoocurrió durante el régimen militar, los objetivossocio-económicos del gobierno y de los empre­sarios suponían que no era necesario generar estosconsensos básicos para asegurar la estabilidad ypara disminuir el riesgo-país a fin de posibilitar lainversión y el desarrollo; de algún modo esos dosactores entendían que el régimen autoritario era unsucedáneo de estos consensos fundamentales que,por lo mismo, no era necesario construir.

Lo que quiero argumentar es que hoy día existe laposibilidad de lograr ciertos acuerdos fundamen­tales entre el gobierno y las principales organiza­ciones sindicales y empresariales, y que de algúnmodo los objetivos socio-económicos, organiza­cionales y políticos de estos tres actores facilitan elencuentro respecto de estos temas.

Sin duda el gobierno está enfocando el proceso decambios muy ligado al tema de la concertación;existe la voluntad de seguir ese camino.

En el sector empresarial se dan, tal como en elmundo sindical (y como también ocurre en el sis­tema de partidos) los "duros" y los "dialogantes".Existen "dialogantes" que quieren buscar un acuer­do concertado, y existen "duros", que optan por laestrategia de restarse a estos consensos.

73

Page 71: Transición a la democracia

El sector de los empresarios "dialogantes" percibque en el país no está todavía solidificado un acuerdo fundamental respecto de las reglas del juego erlo económico, lo social y lo laboral. La con­certación es vista desde allí como un mecanismadecuado para intentar legitimar un conjunto dreglas del juego que les resulten aceptables; en essentido, el grado de moderación del gobierno dtransición les parece una garantía adecuada compara intentar solidificar esos consensos durantestos años. Por otro lado estos sectores empresariales tienen concienciade que el empresariado sha legitimado en una dimensión económica, comun sectorde productores eficaces, pero saben que nnecesariamente son vistos como un sector socialconstitutivo de la clase dirigente democrática delpaís. Perciben, por lo mismo, que la defensa de suintereses de largo plazo y la legitimidad de su papeldentro de la sociedad suponen un esfuerzo polegitimarse como miembros de esa clase dirigentdemocrática y como un sector, por tanto, vinculadestrecha e indisolublemente tanto al desarrollcomo a la democracia. La concertación con los tra­bajadores y con el gobierno es vista como un meca­nismo eficaz para cortar amarras con el antigurégimen autoritario y para ampliar su legitimidad dproductores eficientes accediendo a un espacientre la clase dirigente de una sociedaddemocrática.

Naturalmente, dentro de los empresarios existen lo"duros", asiduos oficiantes de la retórica de laintransigencia. Para utilizar un concepto de Hirs­chman, diré que ellos apelan al recurso del "efect

74

Page 72: Transición a la democracia

inverso": argumentan con los mismos puntos an­teriores, pero al revés. Dicen: "nos están convo­cando a un ejercicio de concertación con un mo­vimiento sindical que tarde o temprano va a serhegemonizado por los "duros" del movimiento sin­dical, por los que no quieren construir los consensosbásicos. Si caemos en el juego, lo que haremos serálegitimar una central sindical que finalmenteterminará siendo dominada por el pe. Aunquereconocemos que esa central sindical está dirigidahoy día por sectores que sí quieren buscar estosconsensos fundamentales, seríamos ingenuos sicontribuimos a fortalecerla para que se vuelva con­tra nuestros intereses: ayudaríamos a levantarla entérminos de sus objetivos organizacionales para verluego como cambia sus objetivos políticos y resultaamenazante para nosotros mismos".

En el sector sindical también hay "dialogantes" y"duros", aunque el liderazgo está claramente enmanos de quienes son partidarios de buscar unasalida a través de mecanismos de concertación. Losargumentos organizacionales son evidentes: lascentrales sindicales más representativas compitencon las más pequeñas por afianzar su rol de in­terlocutores válidos al interior del movimientosindical. La principal central sindical, la CUT, en­tiende que una discusión con los sectores em­presariales y con el gobierno le va concediendo esalegitimidad y la va fortaleciendo organizacional­mente en todo el país.

También están los objetivos políticos. Los diri­gentes de las principales centrales sindicales, y enparticular los dirigentes de la eUT, quieren hacer

75

Page 73: Transición a la democracia

un serioesfuerzo porconsolidar lademocracia ybuscar estos acuerdos fundamentales.

En tercer lugar, esos sindicalistas entienden que Sl

esfuerzo de concertación con los empresariopropicia la generación de "un clima" que facili 'que el Gobierno, al que apoyan y respaldan, puedeimponer sus proyectos de ley y sus reformas en UT

Parlamento en donde sus propias fuerzas hquedado en minoría. En ese sentido, la debilidapolítica del gobierno en el Senado se traduce en UT

acicate para que los dirigentes sindicales estén dis­puestos a conversar con los sectores empresariale

Los "duros" al interior del movimiento sindical sapertrechan por ahora en su discurso tradicionalenfatizando el punto de la autonomía. Dicen: "por­que el sindicalismo debe ser autónomo, tenemos 1necesidad de rechazar la búsqueda de estos acuer­dos concertados. Cuando los puntos de vista delgobierno no nos parezcan aceptables, estaremos econdiciones de decirlo, y de reiniciar los procesode movilización y de presión social".Un punto del diagnóstico. La fuerza que hoy dítienen los sectores que quieren buscar esta con­certación, tanto en las organizaciones empresaria­les como de trabajadores, hace que el procesmismo de construcción de acuerdos sea percibidcomo un bien colectivo por los tres actores invo­lucrados; el sindicalismo, el empresariado y el go­bierno. Esa sola percepción compartida, ausente elos últimos cuatro gobiernos que tuvo este país, yes un tremendo avance: a la sombra de esa con­ciencia común, durante el último año se han desa­rrollado tres negocIaciones bilaterales: entre el fu-

76

Page 74: Transición a la democracia

turo gobierno y la CUT; entre el futuro gobierno yla CPC (Confederación de la Producción y el Co­mercio); y directamente entre las organizacionessindicales y empresariales.Desde abril del año pasado la Concertación dePartidos por la Democracia inició sus conversa­ciones con la CUT. Respecto del Programa y lasreformas a la legislación laboral, la discusión conesa organización sindical se produjo antes de que elconglomerado de partidos aprobara el texto de­finitivo del Programa. El proyecto les fue enviadotambién antes a los empresarios. A través de esamanera de operar se quería sentar un precedenterespectode la forma en que se irán introduciendo loscambios. Por los ritmos en que se daba el debate enaquel entonces es probable que no se haya produ­cidouna discusión muy de fondo del Programay suscontenidos; de todos modos el procedimiento tuvola fuerza simbólica de anticipar el estilo con que setrabajarán los cambios en todas las áreas en que elPrograma considera introducir reformas.En los últimos meses también se iniciaron conver­saciones entre la CUT y la CPC. De hecho, a finesdel pasado enero estas organizaciones firmaron unacuerdo-marco, que tiene elementos de cambio,que explicita algunos límites a los cambios, y que dealgún modo busca situar -antes de que se inicie elproceso de reformas- cuáles son las posibilidadesy los límites a las transformaciones que se piensaintroducir. Cada uno de los traspiés que los inter­locutores experimentaron durante el transcurso delas negociaciones se debió a un repechaje coyun­tural de "los duros"; pero el acuerdo-marco ha sidoun claro triunfo de los "dialogantes".

77

Page 75: Transición a la democracia

La exitosa superación de ese primer escollo no ga­rantiza que superemos el segundo problema, qudice relación con la estructura de intermediación dintereses que existe al nivel de las organizacionesociales en Chile: el problema de la representa­tividad.

En un país en que la proporción de trabajadoresindicalizados no excede del 10 por ciento de 1fuerza de trabajo, yen que las centrales sindicalesólo cubren una fracción de esa fuerza, hay clara­mente un problema de representatividad. En elnivel de las organizaciones empresariales la situa­ción es similar. Contamos, entonces, con una es­tructura de intermediación de intereses que es plu­ralista, dispersa y no corporativista.

Ocurre que aquellos países que han tenido más éxiten estrategias de concertación social cuentan conestructuras de intermediación de intereses corpo­rativistas, altamente concentradas, de manera qutanto el sindicalismo como el empresariado con­certado representan "realmente" a cerca de un 80más por ciento de sus bases potenciales. En dichocasos, particularmente en los países del norte deEuropa, el esfuerzo de concertación hace fluirnaturalmente hacia las bases de esas organizacioneslos acuerdos suscritos por sus cúpulas.

Nuestro problema en Chile no s6lo consiste en­tonces en lograr que los interlocutores que se van asentar a la mesa perciban la concertación como unbien colectivo sino, también, en c6mo funcionarcon esta estructura de intermediaci6n de interesesque tiene una repre,sentatividad tan baja. Natural­mente, este sería un problema muy grave si, con esta

78

Page 76: Transición a la democracia

estructura de intennediación de intereses, se inten­tara hacer una concertación relacionada con el temade política de ingresos. Por ejemplo, sería compli­cado que se determinara "concertadamente" seguiruna política de desaceleración en los salarios no­minales y en los precios; en dicho caso, la proba­bilidad de un fracaso sería casi total. Sin embargo,los requisitos de una estructura de intennediaciónde intereses son distintos si se la quiere usar paragenerar ciertos consensos respecto de institucioneslaborales y de instituciones económicas que a su vezse sostienen sobre bases legales. De lo que se trataes de proporcionar, por la vía de la concertación,una base de legitimidad a una institucionalidadlegal que es la que se encargará de regular el pro­blema del "free rider" dentro de los acuerdos que selogren a nivel cupular.

Un modo de ver lo que ha ido aportando este pro­ceso, aun con esta estructura de intennediación deintereses tan parcial y con niveles de representati­vidad tan bajos, es entender los encuentros que hanido teniendo lugar en estos tres mecanismos bipar­titos -y que en la fase siguiente pretende asumiruna dimensión tripartita- como un proceso degeneración de infonnación; que es tremendamenteútil cuando se cuenta con información limitada ocuando existe incertidumbre. En un país en que notodos los actores tienen (ni procesan) toda lainfonnación, un acuerdo "cupular" entre organiza­ciones con representación parcial genera infor­mación para el conjunto de la sociedad respecto delos acuerdos que se han ido logrando (y de la formaen que se han ido gestando).

79

Page 77: Transición a la democracia

Yo creo que el efecto "información" ha sido claven nuestro caso. El primer encuentro entre el pre­sidente de la CUT, Manuel Bustos, y el presidentde la CPC, Manuel Feliú, dio origen a un "docu­mento inicial" que expresaba la voluntad de buscaracuerdos. Ese gesto tuvo un impacto en el contextde inestabilidad que existía en el país a causa delproceso electoral del 14 de diciembre. Se contri­buyó a reducir el nivel de inseguridad respecto delfuturo cuando se vio al presidente de la principalcentral sindical---que había estado preso, exiliado,y relegado en múltiples oportunidades- iniciandun proceso de búsqueda de consensos con el presi­dente de la CPC, que desde el punto de vista de lapercepción social aparecía muy ligado a la can­didatura derrotada.

El efecto "información" tuvo variados impactosdirectos. Los sindicalistas percibieron un incre­mento en las tasas de afiliación; el diálogo hizomucho más ilegítimo que el empresario de basecontinuara obstaculizando el desarrollo de la orga­nización laboral en su propio establecimiento. Estredujo el nivel de tensiones en ámbitos de la vidaproductiva, aunque de hecho no se trataba de unacuerdo entre dos organizaciones corporativas qupudieran "imponerlo" hacia abajo sino, simple­mente, de un encuentro de carácter simbólico endirigentes de organizaciones que tenían repre­sentatividades muy parciales, y que sin embargeran capaces de producir un efecto político signi­ficativo en el país.

El proceso de concertación no sólo ha ido creandeste clima y entregando esta información respect

80

Page 78: Transición a la democracia

de lo que son o pueden ser los acuerdos funda­mentales que el país puede lograr; también ha hechosu aporte a la constitución de una clase dirigente: losdirigentes laborales, o empresariales, o políticos,empiezan a necesitarse recíprocamente para eldesarrollo de sus estrategias. Puesto que todos elloshan apostado a ese acuerdo (y también todosenfrentan al interior de sus organizaciones la com­petencia de los "duros", que aguardan a que elproceso fracase para disputar sus posiciones depoder), todos también requieren que ese acuerdofructifique, tanto por razones organizacionalescomo políticas. De este modo, grupos que se habíanignorado y rechazado durante años, como las cú­pulas sindicales y empresariales, empiezan a verseinvolucrados en una experiencia que genera lazosde reciprocidad. Empiezan a sentirse co-respon­sables de una tarea que tiene elementos de dife­renciación pero también un sustrato común. Dealgún modo ese mecanismo va generando el primerentramado de lo que será una clase dirigente que, apesar de las diferencias de intereses e ideológicas,se reconoce en la idea de que la tarea de'consolidarla democracia y el desarrollo es una meta com­partida por todos.

Esta primera etapa que se ha cumplido hasta ahoraes necesaria. Sin embargo, sería ingenuo no decirque las distancias por cubrir son todavía muygrandes; son al menos tan grandes como los miedosy los traumas de los últimos 20 ó 25 años de la vidapolítica en Chile. La profundidad de esos miedos ytraumas acentúa la necesidad (y también ladificultad) de este compromiso de clases paraasegurar la estabilidad del desarrollo nacional.

81

Page 79: Transición a la democracia

A pesar de estas dificultades pienso, claramente,que Chile tiene hoy día una oportunidad de la quecareció durante décadas... si es que demuestra sercapaz de identificar la naturaleza del desafío.

El desafío parte por reconocer que, en términos delo que son las concepciones políticas y las visionesdel proceso de desarrollo del país, la varianza entrelos partidos políticos y las organizaciones sociales,sindicales y empresariales nunca ha sido menor quehoy día, en las últimas tres décadas. Nunca, portanto, hemos estado más cerca de encontrar ciertosacuerdos básicos respecto de reglas fundamentalesque garanticen la consolidación democrática y eldesarrollo.

Naturalmente, hay tentaciones que pueden hacerque la tarea no tenga éxito. Por ejemplo, en algunossectores empresariales está la tentación del con­tinuismo; la de intentar construir la estabilidadsobre la base de las instituciones y estructuras quese heredan del régimen autoritario. En algunasáreas económico-sociales eso es posible, pero hayáreas en que claramente la respuesta es no. Enparticular, las reglas heredadas para el juego de lolaboral no cuentan con la base de legitimidad entrelos trabajadores como para poder ser parte de estoacuerdos fundamentales que den estabilidad al país.El empresariado se enfrenta a la paradoja de que serequieren cambios para construir la estabilidad; yde considerar el continuismo no como semilla de laestabilidad sino como seguro germen de la ines­tabilidad.

Está también la otra tentación, más cercana a algu­nos segmentos del mundo sindical, que es la de los

82

Page 80: Transición a la democracia

"restauradores". Básicamente su actitud consisteen decir: "¿dónde estábamoselll de septiembre de1973?", con la idea de seguir como si nada hubierasucedido desde allí en adelante. Esa es la tentaciónde desempolvar el viejo Código del Trabajo y dereconstruir las relaciones empresario-laborales so­bre la base de lo que existía en ese momento. Natu­ralmente, ésta es la otra forma de ser tan poco rea­listas como los continuistas: el mundo hacambiado;han cambiado Chile y su economía, la organizaciónde las empresas es distinta; en realidad no hay pordonde justificar esa mentalidad restauradora.

Hay también visiones ideologizadas de distintanaturaleza; visiones tecnocráticas muy limitadas enlas que, por ejemplo, el tema de las reglas del juegode lo laboral importa en tanto afecta el nivel puntualde los salarios del próximo año, lo que deriva haciaalgún número sobre su impacto potencial en elempleo... Todo eso puede ser importante desde elpunto de vista macroeconómico, pero omite el datode que, desde el punto de vista de la generación delempleo, lo fundamental para el país es desatar ymantener un proceso de inversión sostenido; ese esel proceso que permite discutir no sólo sobre elpunto de la demanda por mano de obra en que nosestamos ubicando, sino sobre cómo asegurar queesa demanda por mano de obra se desplace en eltiempo generando nuevas oportunidades deempleo.

Reconociendo la naturaleza del desafío, que lasdistancias son grandes y que el camino no es fácil,creo que Chile tiene hoy día unaoportunidad real deconstruir respecto de los cambios que vienen (y de

83

Page 81: Transición a la democracia

los límites a esos cambios) una serie de acuerdosfundamentales -algunos explícitos, otros tá­citos- que harán posible consolidar la democraciay asegurar un proceso de desarrollo sostenido y másequitativo que el actual.

84

Page 82: Transición a la democracia

DEBATE

Albert Hirschman (Profesor Emérito de Ciencia So-cial. Princeton University. USA)

Una nota en cuanto a los escollos posibles. Hayuna cierta asimetría en este afán de construir unaconcertación entre sindicalismo, empresariado ygobierno. El riesgo de que los dirigentes seanacusados de traidores por sus bases es muchomayor para los sindicalistas que para los em­presarios: ¿se ha pensado en algunos mecanis­mos especiales orientados a afrontar este pro­blema que se ha producido varias veces en lahistoria, y que dada la tradición de Chile yoimagino es un peligro real? .Una manera que se me ocurre es que hay variasdimensiones en que los problemas entre el capitaly el trabajo pueden anticiparse; y no aludosolamente a las discusiones de salarios. Por otraparte, el campo de la co-participación en las de­cisiones de empresa ofrece un amplio espacio pa­ra compensar por un lado lo que no se puedeotorgar por el otro; también es una manera de a­segurar que el proceso pueda desarrollarse no só­lo con los dirigentes de cúpula sino a través de unprocedimiento que pueda llegar a las bases...

René CortázarYo metería el tema del "traidor a la base" en elcontexto de los objetivos organizacionales; de

85

Page 83: Transición a la democracia

alguna manera este tema se asocia con el de losriesgos en que incurre la cúpula que entra a unproceso de negociación, en el sentido de sersuperada por sus competidores al interior de suorganización. No pretendo estar en condicionesde entregar una respuesta categórica en ningunode estos temas, pero enumero algunos ingre­dientes a considerar:

Primero, cerca del 70 por ciento de los dirigentesde primera línea de las principales centrales sin­dicales del país son a su vez militantes muyactivos de los partidos que integran la coaliciónde gobierno. Con esto quiero decir que esosdirigentes no viven "amenazados" por una muyintensa competencia en torno del control de susorganizaciones. La situación podría ser grave siotros dirigentes, desligados enteramente delproceso de concertación, estuvieran en condi­ciones de disputarles seriamente el liderazgo. Elhecho de que el arco de la alianza política queintegra el gobierno se refleje en el mundo sin­dical con una representación tan grande no evitaese riesgo, pero lo disminuye.

Lo segundo tiene que ver con esto mismo: el mo­vimiento sindical, sus dirigentes, están muy liga­dos a los partidos políticos. Eso disminuye elriesgo del rechazo espontáneo de los acuerdosmás cupulares, en el sentido de que hay uncriterio de identidad colectiva que está ligando alos dirigentes sindicales con el gobierno, y que esla existencia de un sistema de partidos muyfuertes. El punto se refleja de manera ejemplaren el tema de los asesores de las organizaciones

86

Page 84: Transición a la democracia

sindicales, invariablemente ligados al sistemapolítico.

Tercer elemento: la naturaleza del punto de par­tida. Si nuestro punto de partida involucrara unaopción entre salarios y participación, yo noapostaría aque con participación se va a resolverel problema de salarios; reconozco que es unaválvula, pero no apostaría. No creo posible con­seguir una significativa moderación salarial acambio de participación. Pero en la mesa dediscusiones hay un tercer ingrediente: el cambioen la institucionalidad laboral que dice relacióncon temas como los salarios futuros cuando setrata de reformar la estructura de la negociacióncolectiva: por allí no se obtiene una presión sa­larial inmediata; pero el cambio de las reglasasegura en el tiempo la recuperación salarial.Hay otros elementos de la institucionalidad la­boral que tienen que ver, por ejemplo, con elfmanciamiento sindical, con la estabilidad en elempleo o con la naturaleza del contrato indi­vidual. Ninguno de esos cambios representa unapresión salarial inmediata ni un fuerte aumentoen el costo de la mano de obra; sin embargo,todos ellos son parte de ese tercer ingrediente enla mesa de negociación.

La posibilidad de que los dirigentes sindicalessean presentados como traidores a la base tieneque ver por un lado con el arco (y con la fuerza)de los partidos que constituyen la coalición degobierno, y por el otro, con la naturaleza de laagenda que se va a discutir. Esa agenda es muyatractiva para el mundo sindical; su punto departida no es un "salariazo" sino algunos cambios

87

Page 85: Transición a la democracia

en las instituciones laborales que amplían elmenú hacia otros temas distintos de los del salarioo la participación.En parte eso es posible porque la economía quehereda el gobierno no está en crisis; por lo tanto,no se requiere hacer concertación para objetivosde emergencia, como desacelerar la inflación.

Guillermo Perry (Ex-Ministro de Minería, Colombia)

Dos preguntas relacionadas. Una, ¿cuál seríaconcretamente la agenda de la concertación?Segunda, ¿qué contenido se anticipa al acuerdo?La argumentación acerca de la necesidad delacuerdo concertado ha sido muy persuasiva, pe­ro no ha habido una indicación respecto de lo queel gobierno cree puede ser el producto final.

René CortázarYo creo que los esfuerzos que se han venidohaciendo desde el año pasado constituyen unaprimera fase de la agenda, que apuntaba bási­camente a crear lazos entre sectores que habíanestado disociados durante mucho tiempo: la ideaera ir creando un mínimo lenguaje común y unmínimo acercamiento, tanto en el plano de ladiscusión sustantiva como en la creación decomplicidades entre sectores que tienen que irconstituyendo la nueva clase dirigente.La segunda fase supone un esfuerzo para el logrode algún tipo de "acuerdo marco" tripartito. Elgobierno tiene que buscar una concertaciónexitosa y, por lo tanto, el contenido de ese acuer­do tiene que tener la precisión necesaria para

88

Page 86: Transición a la democracia

asegurar la fmna tripartita. Esa exigencia es laque va a definir el nivel de abstracción o de pre­cisión que va a tenerel contenido. El gobierno nopuede iniciar su Período, llamar a una negocia­ción tripartita y fracasar después de un intensoproceso de búsqueda.

Sabemos que tenemos un piso para ese ejercicio,y el piso desde el cual partimos es el acuerdo yafirmado entre la CPC y la CUT. Dicho acuerdoya es muy significativo desde el punto de vista decrear este clima de gradualidad y de garantíasrecíprocas en el país.

Al margen de eso es fundamental agregar otrosingredientes que tienen que vercon una visión deldesarrollo futuro del país; punto que no estácontenido en ese documento, Pero que debe sercapaz de captar la imaginación de la gente res­Pecto de qué es lo que se quiere hacer con elproceso de desarrollo. También hay que buscaraterrizar en algunas materias eSPecíficas, variasde las cuales ya están garantizadas. Por ejemplo,serán parte de ese acuerdo tripartito la recu­Peración del poder de compra de los salariosmínimos y el reintegro de ciertos bienes quefueron expropiados a las centrales sindicales.Sobre eso se construye, con la máxima precisiónposible, y con una sola y gran restricción: espreciso asegurar el éxito.

El éxito creará un clima especialmente propiciopara el trabajo de proposiciones de reforma; si yase ha firmado este acuerdo más general conalgunos de los temas específicos, en la tercera

89

Page 87: Transición a la democracia

fase estaremos hablando de construir otros a­cuerdos aceptables, más o menos explícitos, sinque esté en juego el éxito o el fracaso de unaconcertación social que ya partió.

Joseph Grunwald (Prof.. Depto. de Economía, Univ.de California, San Diego, USA)

Reconozco la urgencia de obtener una concer­tación entre los sectores poderosos de la eco­nomía. Con todo, parece evidente que los sin­dicatos no representan a una gran parte de lapoblación de menores ingresos; ¿quién repre­senta, por ejemplo, a esa legión constituida porlos trabajadores por cuenta propia? Temo que enel esfuerzo por obtener concertación se dejefuera de ella a la mayor parte de las personas queestán en peores condiciones.

René CortázarEl tema de los no representados está siemprepresente en los acuerdos de esta naturaleza, es­pecialmente cuando la estructura de intermedia­ción de intereses es pluralista, como en nuestrocaso. Pienso que eso crea un espacio para elEstado, que es el que debe intentar recoger lasdemandas de esos sectores. En general las orga­nizaciones representativas aseguran defenderlos intereses de un sector que excede con muchoa sus bases; algo de verdad hay en eso. Sin em­bargo, la ausencia de representación de algúnsector importante pero desorganizado es casi uncosto inevitable en la búsqueda de un acuerdoque, creemos, sí as~gura condiciones de muchaestabilidad para adelante.

90

Page 88: Transición a la democracia

Ernest Bartell (Director, Inst. Kellogg de Estudios Intemacionales, U. de otre Dame, USA)

¿Puede evaluar, en términos de su experiencia,la distribución de los 'dialogantes"y los "duros"dentro de los dos sectores, en ténninos de sucontrol sobre los recursos de producción, losrecursos financieros y los puestos de empleo?¿Los empresarios más poderosos son "dialo­gantes" o "duros"; los sindicalistas más influ­yentes, son "dialogantes" o "duros"? ¿Cuál es elpoder de bloqueo que los "duros" tienen sobre laconcertación?

René CortázarSi la pregunta sobre la posibilidad de bloqueo mehubiese sido formulada hace seis meses, proba­blemente mi respuesta hubiera sido distinta. Lasituación ha ido cambiando con bastante inten­sidad, e pecialmente en el sector empresarial: anivel de la principal central empresarial del paísexiste hoy día, sin ninguna duda, una claramayoría que está volcada hacia esta estrategia deconcertación y de búsqueda de acuerdos. Existetambién un grupo "duro", no muy minoritario,que está intentando bloquear esta experiencia.Con todo, diría que los "dialogantes", tanto en elempresariado como en el sindicalismo, cons­tituyen hoy -más que hace seis meses- elsector defrnitivamente mayoritario.

La posibilidad de bloquear los cambio de le­gislación en el Parlamento requiere de ciertoanálisis. Como ustedes saben, en la Cámara elgobierno está en mayoría, y en el Senado en

91

Page 89: Transición a la democracia

minoría. Aún así, creo fmnemente que es muchomás fácil pasar estas reformas a través delParlamento que lograr directamente el acuerdosocial con los sectores laborales y empresariales.Sin embargo, cuando se ha enfatizado la nece­sidad de este acuerdo social, no se ha estadopensando sólo en superar la "valla" parla­mentaria: existe la convicción de que la estabi­lidad en el tiempo de las reglas del juego que sederivarían sólo de una simple y transitoria ma­yoría parlamentaria, sin acuerdo social, seríalimitada.

Víctor Tokman (Director Programa Mundial del Em-pleo, OIT, Suiza)

Quisiera hacer un comentario sobre el tema de larepresentatividad de los negociadores. En lamedida en que se está negociando con un sectororganizado, el problema no es tan grave; la in­cidencia del acuerdo sobre el resto de los sec­tores será indirecta; no hay riesgo de que secomprometa demasiado la capacidad del go­bierno de actuar en otras esferas, hacia las cualesse puede diseñar una política perfectamenteconsistente.

Por otra parte, entiendo la necesidad de que elacuerdo sea tripartito: el gobierno no puedepermitir que esto sea meramente una negocia­ción bipartita porque eso significaría desperdi­ciar su poder para imponer los ritmos, los sesgosy hasta las metas a que se puede llegar con laconcertación. Esto se relaciona, a mi juicio, conun punto central: Bada la situación económica de

92

Page 90: Transición a la democracia

Chile, el gobierno tiene la necesidad de intro­ducirun sesgopro-sindical a estos acuerdos, siesque quiere consolidar algunos avances por ellado de la equidad manteniendo una políticasalarial más restrictiva. ¿Cuáles son los már­genes que se da el gobierno; hastadónde cree quees posible avanzar por este camino?

René Cortázar¿Cuál es el propósito de la concertación y cuálesson las etapas sucesivas? Primero, y a diferenciade algunas experiencias del norte de Europa, enChile no existe la idea de hacer una política eco­nómica concertada; esa no es la propuesta. Lapropuesta es mucho más específica; dice: elcambio institucional que toca a una de las mé­dulas del funcionamiento del sistema eco­nómico y de las relaciones laborales, que es lalegislación laboral, se hará por concertación. Ydice: la política social, que tiene relación con 10que pudiera ser la presión salarial (al ser lapolítica social otro de los elementos importantesen consideración) también se hará por con­certación. Eso es todo; se ha identificado sóloesos dos puntos: nunca se ha hablado de polí­ticas de ingresos (más allá de los salariosmínimos), o de políticas concertadas de salariosy precios; de ninguna de esas cosas. En ese sen­tido, el acuerdo a que se llegue no es la primeraetapa de un largo compromiso de política con­certada.

¿Cuál es la lógica del mecanismo? Simple: enun país en donde se percibe la necesidad de so-

93

Page 91: Transición a la democracia

lidificar ciertos consensos básicos en lo ecnómico social, éste es un modo de producir al­gunos cambios significativos, que son fuente PO­tencial de grandes conflictos y tensiones. Sidentifica esos cambios y se dice: "estos cam­bios específicos se van a hacer por este meca­nismo". En segundo lugar existe un compro­miso respecto de las políticas de gasto social: lafijación de las prioridades en vivienda, salud,educación, etc., se hará en consulta y con parti­cipación de las organizaciones sociales. Terce­ro, respecto de un instrumento importante deestapolítica social, que es el Fondo de Solidaridad eInversión Social, se ha planteado la necesidad deadministrarlo con participación, o por 10 menoscon un consejo de participación de distintossectores sociales. La concertación implica puesun compromiso limitado, 10 que no obsta queesto adquiera otra dinámica más adelante.

Rodrigo Botero (Ex-Ministro de Finanzas, Colombia)

El tema de la seguridad social no ha sido men­cionado. Siento, sin embargo, que hará parteimportante de la política social.

René Cortázar

Se han propuesto algunos cambios en el tema dela seguridad social. Se ha mencionado, POrejem­plo, la necesidad de buscar mecanismos departicipación en el sistema de administración delos fondos previsionales, que es privado; Se haconsignado también la necesidad de diseñarmecanismos para extender la cobertura del sis-

94

Page 92: Transición a la democracia

tema previsional a cerca de un millón de traba­jadores que hoy por hoy no tienen ninguna formade seguridad social. En fin, son temas gruesos eimportantes. Con todo, ni uno solo de los cam­bios que se exploran en el área previsional seequipara a los cambios de la legislación laboral,en el sentido de la potencial percepción de ame­naza que generan para los actores en un procesode transición. Puesto que allí no ha estado el focodel conflicto, tampoco se ha hecho un esfuerzoespecial de búsqueda de acuerdos.

Enrique Ganuza (Agencia Sueca para la CooperaciónInternacional, SAREC, Suecia)

Algunos comentarios a partir de mi experienciade 15 años en Suecia. El primero es que una delas grandes ventajas (y desventajas) de discutirsobre concertación es la de que el término esintraducible a otros idiomas. El segundo es que,partiendo del modelo escandinavo, se tiene laexperiencia de que la concertación nunca estripartita; lo que hay es concertación bipartita anivel de fuerzas políticas; y aparte de eso hay unatercera fuerza que es el gobierno, que noconcertasino que coopta. A grandes rasgos el gobiernotiene dos maneras de cooptar: una, a través de lapolítica de ingresos, y otra, a través de parti­cipación política en el sistema de gobierno.

En Suecia el gobierno cooptó durante una seriede años a través de una política de ingresos.Pero, para poder cooptar a través de este meca­nismo, se requieren algunas condiciones que talvez no están dadas en Chile: tasas de crecimien-

95

Page 93: Transición a la democracia

to del 5 a11opor ciento anual durante un períodcde 15 años, tasas de inflación de no más de 5 pociento al año, tasas de desempleo de no más de ,..a 3 por ciento... Si no se cumplen esas condiciones, esta vía es intransitable. Queda el camino dla cooptación política. ¿Qué posibilidades hade dar, en el sistema de gobierno, participacióra las dos grandes fuerzas a las cuales se trata dcooptar; a los trabajadores y los empresarios?

René Cortázar

Nuestra idea no es "arreglar" acuerdos políticosni definir un gobierno que coopta a través dpolíticas de ingresos o de cualquier otra na­turaleza. Una cosa que es extraordinariamentsorprendente en un país como Chile, donde 1estructura de partidos es tan fuerte, y donde laestructuras de organización social han sidhistóricamente tan débiles (si se las compara coel sistema de partidos) es que el primer acuerdque se ha firmado, y que tiene mucha trascen­dencia respecto de lo que puede ocurrir máadelante, ha sido suscrito por la principal orga­nización sindical y la principal organizaciónempresarial. Eso es sorprendente porque enmuchos otros países se dió primero un acuerdopolítico, entre partidos, al que luego adhirieronlas organizaciones sociales. No digo que aquílos partidos no hayan tenido alguna relación conlas partes; digo que el primer acuerdo fue sus­crito entre organizaciones sociales, que luegoentrarán en una discusión tripartita con elgobierno. Hablo, pues, de una experienciaque seperfila distinta, con su especificidad.

96

Page 94: Transición a la democracia

Víctor Tokman (Director, Programa Mundial del Em-pleo, OIT, Suiza)

El proyecto de reforma laboral del gobierno in­cluye cuatro o cinco temas de instituciones la­borales tremendamente importantes: estabili­dad, huelga, sistema de negociación y finan­ciamiento de sindicatos. ¿Dónde están las dife­rencias actuales en estos tres o cuatro temas paratener una idea de cuán distante está la discusiónde lo que uno podría esperar del acuerdo?

René CortázarCuán lejos están los acuerdos; ejemplificar conalgo. Un primer tema candente: la negociacióncolectiva. Hasta ahora el debate ha sido plante­ado, desde la vertiente más dura del sector em­presarial, en los siguientes términos: "nego­ciación por empresa" (que es lo que hoy díaexiste, porque sería ilegal que sindicatos forma­ran una federación y presentaran un pliego de.negociación colectiva en un nivel distinto al de laempresa; sería ilegal pensar en dos o tres em­presas, o en un sindicato inter-empresas). Si unotomara la propuesta sindical más distante, diría:"un proceso de negociación colectiva por área,por rama de producción"; esa sería la propuestade la vertiente "dura" del sindicalismo.Se trata, naturalmente, de propuestas que todavíason muy distantes. Estamos explorando terrenosen la dirección de levantar la prohibición exis­tente respecto de negociar más allá de la empresa,pero sin intentar construir una institucionalidad

97

Page 95: Transición a la democracia

que "invente", en un país que nunca tuvo nego­ciación por rama, la negociación por área.

La estrategia frente a estos temas ha sido, másbien, buscar una institucionalidad laboral quehaga posible una negociación de las partes y, enese sentido, se trata de impulsar cambios queabran posibilidades; que contribuyan a ampliarla cancha más que a dar los resultados delpartido.

No se pretende decir: .~'la forma institucionalfinal va a ser ésta"; lo que se intenta es decir: "seabre una posibilidad que hará que las estrategiassindicales y empresariales vayan, en tantopuedan, definiendo el resultado final del ámbitoexacto en que se va a negociar".

Se parte de dos posiciones que inicialmenteaparecen como extremadamente distantes yhasta confrontacionales; se van venciendo re­sistencias; se llega a la posibilidad de un enten­dimiento que contribuye a la estabilidad. Asíocurre también con el tema de la huelga, quefigura como uno de los puntos más conflictivosde la discusión...

Quiero ligar todo esto con una idea final: asu­mimos que el esfuerzo que se haga en la fase dosde la concertación, en el sentido de buscaracuerdos esenciales entre empresarios y traba­jadores, y en la dirección de afinar los proyectosde ley, es muy importante. Con todo, es evidenteque el gobierno no puede limitar las reformasque piensa introducir a la legislación laboral sóloa aquellas áreas en las,que existe consenso entre

98

Page 96: Transición a la democracia

la partes. La búsqueda de estos acuerdossociales se ha planteado como una condicióndeseable; no como una condición indispensablepara que el gobierno pueda seguir la estrategia deelaboración y presentación de proyectos de leyque considera en su Programa.

Sin embargo, apostamos fuertemente a que estaprimera fase, de búsqueda de acuerdo tripartito,puede facilitar enormemente la tarea quetenemos por delante.

99

Page 97: Transición a la democracia

LA POLITICA ECONOMICAPARA LA TRANSICION

Alejandro Foxley(Ministro de Hacienda)

El tema económico ofrece una cierta dificultad entérminos de encontrar la perspectiva exacta, co­rrecta, porque naturalmente la gente se mueve yoscila, sobre todo los extranjeros, entre impresionesdistintas y contradictorias. Eso es así, en parteporque la infonnación que entrega la prensa inter­nacional muestra una permanente inclinación afluctuar entre opiniones e imágenes catastróficas eimpresiones y opiniones de entusiasmo, admira­ción y hasta éxtasis. Creo que el caso de la econo­mía chilena es un ejemplo bastante claro de estasituación.

Un observador extranjero que llega a este país pue­de fácilmente forjarse la impresión de que la eco­nomía chilena está en una situación expectante yhasta espectacular; algunos han llegado a decir que10 mejor que podría ocurrir es que no se hicieranada... para garantizar de esta manera todos losfrutos y beneficios del proceso económico de losúltimos años.Para quienes hemos estado durante 16 años en una

101

Page 98: Transición a la democracia

oposición constante, intensa y permanente hacia erégimen del general Pinochet en el plano políticosiendo además fuertes críticos del desarrollo de loenfoques económicos durante este período, pudierser que la actitud menos complicada en una situa­ción como esta fuera la de retomar ese diagnósticy esa crítica de 16 años, reelaborarla y deflactar, porasí decir, los éxitos que la economía chilena puedemostrar hoy día. Yo no quisiera escoger ese camino.

A mí me parece que es preciso hacer un esfuerzoextremadamente riguroso para despejar la maleza,aquietar las pasiones, e intentar una visión lo másobjetiva y precisa posible acerca de la situación enque nos encontramos, y de lo que debemos hacerhacia adelante. Pero es inevitable hacer alguna re­ferencia a la historia; no podemos negarla, no somosinocentes ni recién nacidos. Hemos vivido 16 añosde autoritarismo y en esta economía han pasadomuchas cosas.

Para no cansar quisiera remitirme a un sólo ele­mento de análisis que, a partir de lo que ocurrió enla economía chilena en 1981-82, permite rápida­mente avanzar hacia la situación presente.

En 1981 el Wall Street Joumal publicó aquel fa­moso editorial donde solicitaba a los dirigentespolíticos de la Casa Blanca que pidieran en prés­tamo al gobierno chileno su equipo económico paramanejar la economía americana. Un año despuésChile había pasado desde la euforia a la visión de lacatástrofe. La economía estaba postrada; el go­bierno más liberal que haya tenido este país en todasu historia se había visto obligado a intervenir casien su totalidad al sistema financiero; se habían

102

Page 99: Transición a la democracia

desintegrado los grupos económicos que se cons­tituyeron en el período inmediatamente anterior.Las empresas intervenidas llegaron a ser equi­valentes a las 91 empresas del proyecto de "área depropiedad social" que, a través de las expropia­ciones, aspiraba a constituir el gobierno del Presi­dente Allende en el período 1970-73.

La crisis de 1982-83 fue un descalabro de enormemagnitud. Ella explica que aún hoy aproximada­mente un tercio del PGB esté comprometido comodeuda del fisco con el Banco Central; deuda que asu vez fue incurrida por el Banco Central para res­catar a este sistema financiero que había colapsado.Ese momento de la economía chilena fue unmomento de crisis que probablemente haya sidoolvidado, sobre todo por los observadores ex­tranjeros; no obstante, significó que las tasas dedesempleo remontaran por sobre el 30 por ciento,que la caída en la producción industrial superara el20 ó 25 por ciento, y que desaparecieran un grannúmero de empresas que en condiciones relativa­mente normales desde el punto de vista del manejomacroeconómico no sólo hubieran podido sobre­vivir sino que estaban en verdad en un proceso deacomodación a la estrategia de apertura hacia elexterior. Algunos de nosotros escribimos por en­tonces diversos artículos que incluían obviamenteuna crítica muy dura a las políticas que habíanconducido a esa crisis.

Ahora bien, si uno da un salto brusco y se sitúa afines de 1989 tiene que reconocer el hecho de que apartir de esa profunda crisis se produjo finalmentelo que ~reo-los autores del cambio estructural

103

Page 100: Transición a la democracia

profundo que estaba proyectado a partir del año 74esperaban que ocurriera: una recomposición fun­damental de la forma de funcionamiento de la eco­nomía chilena, con una reorientación de la es­tructura productiva hacia el sector externo, con unfuerte incentivo y una respuesta adecuada de unestrato importante del sector empresarial, cuyosanimal-spirits finalmente despertaron y fueron, enel dolor y al calor de la crisis, capaces de iniciar unproceso de inversión, de modernización productivay de incremento de las exportaciones que yo meatrevería a calificar como notablemente exitoso.

Crisis y recomposición. Una economía que seplantea entonces, sin ningún complejo, como unaeconomía que quiere competir mano a mano en losmercados mundiales, y que para hacerlo no necesitade esquemas intermedios o de colchones queaminoren las exigencias sobre el productor privado(léase, esquemas de integración regional) sino queentra directa y hasta brutalmente a competir en losmercados mundiales.

Naturalmente estamos dentro de un esquema clá­sico, es decir, un modelo en donde los recursos sevan reasignando hacia aquellos sectores en los queclaramente, y en la forma más primaria, el mercadoestá dando una señal de que el país es competitivo.Chile avanza entonces a un proceso de moder­nización fuertemente concentrado en el sector pri­mario, productor de materias primas o de productosagrícolas, forestales, mineros y pesqueros deexportación. La evolución excluye para todos losefectos prácticos, en esta fase por lo menos, a casila totalidad del sector manufacturero, dejand

104

Page 101: Transición a la democracia

rezagado por detrás, a mucha distancia, al sector depequeña y mediana empresa. Se produce por tantoun aumento de la diferencia de productividad entreeste sector exportador y el sector más tradicional dela agricultura o de la industria, que coincide amenudo también con el sector de los productores demenor escala.

Este período de recomposición es también impor­tante en una dimensión estructural; va acompañadode una muy fuerte disminución del papel delEstado; de un debilitamiento de la capacidad delEstado para hacer política pública en muchas de lasáreas en las cuales habitualmente (en AméricaLatina, o en otros países de desarrollo similar)realizaba una muy activa y positiva acción de pro­moción.

La recomposición coincide además con un períodode recuperación y de superación de los niveleshistóricos en materia de exportaciones. La inver­sión, que durante la crisis experimentó una caídaextraordinariamente intensa, se recupera a lo largodel período posteriorhasta recobrar un nivel normala fines del 1989. Toda esta evolución es un procesobastante brutal, que se hace sin ninguna conside­ración explícita respecto de lo que ocurre con laspersonas que participan del proceso productivo y alas cuales, en definitiva, se las obliga a un ajuste queporel lado social tiene un costo bastante alto. Desdeesa perspectiva lo que se intenta es en cierto modoconstruir de alguna manera lo que alguien hallamado, exagerando desde luego, el "modeloBangladesh"; la lógica que subyace a ese "modelo"indica que una economía puede hacerse

105

Page 102: Transición a la democracia

rápidamente coJñpetitiva si es capaz de deprimirsuficientemente el nivel de salarios, y si puedeoperar en aquellos rubros fundamentales en los queno es necesario ir más allá de extraer el recurso,ponerlo en el puerto y exportar.

El modelo no aborda todavía el problema, bastantemás complicado, de una estrategia de desarrollohacia afuera que supone concentrar el esfuerzo y lapreocupación en el único factor que realmentepuede garantizar el éxito de largo plazo: el incre­mento sostenido y permanente de la productividad;desde luego obvía todo lo que hay que hacer en elsistema económico para que ese- aumento de laproductividad se de, se mantenga y se desarrolle enel tiempo. Loque se produjo entonces fue esta caídade salarios y un fuerte deterioro en la función socialdel estado, en parte por la necesidad funda­mentalmente ideológica de jibarizarlo, y en partesimplemente porque ese objetivo social -y aquíestoy simplificando-no estaba presente como unaprioridad política importante: se hicieron esfuerzosparciales para mejorar la eficiencia de la asignacióny por focalizar mejor el uso de los recursos des­tinados a algunos programas sociales específicos,pero en lo grueso lo que se consiguió fue undeterioro social bastante fuerte.

Este es un dato importante porque es lo que explicael desenlace del último proceso eleccionario. (Enoctubre pasado me invitaron a dar una charla en elAmerican Enterprise Institute; cuando terminé miexposición, Paul Craig-Roberts, un destacadoexponente del pensamiento neo-conservador, medijo: "yo no reconozco la exposición que usted ha

106

Page 103: Transición a la democracia

hecho; hablamos de una economía en la cual elproducto ha crecido un 7por ciento en el último año,en que la inflación está a nivel de 15 por ciento, enque las exportaciones han crecido a tal tasa, en quehay un excedente comercial de no se cuanto, etc..."El deducía, de la lectura de todos esos índices, queen Chile teníamos un éxito económico sin parangónen ninguna otra parte del mundo. Le contestésimplemente formulando una pregunta: ¿por quéentonces el gobierno perdió la elección?

El punto que quiero hacer es que en Chile se produjouna dramática disociación entre este proceso mo­dernizador, focalizado en determinados sectores, yel rezago y la demora en el "derrame" de losbeneficios de esa evolución hacia aquellos sectoresde la población que veían con entusiasmo laposibilidad de incorporarse a ese proceso de mo­dernización que sin embargo los excluía de sus re­sultados. Más bien, el proceso modernizadorcoincidía en el tiempo con un deterioro significa­tivo de la condición social de esos sectores. Ese espues, un tema clave del que no podemos sustraemosal tomar el gobierno.

Tenemos, por otro lado, la evidencia de que estaeconomía ha hecho un proceso de apertura muyimpresionante (uniformando primero los arancelesen un 10 por ciento, y subiéndolos luego al 15 porciento) en un período muy breve; ha conseguidoademás que el aparato productivo siga funcio­nando. Como contrapartida de todo esto, sin em­bargo, basta dar un vistazo a la trayectoria de estos16 años para concluir que la economía chilena se hahecho extraordinariamente vulnerable a los shocks

107

Page 104: Transición a la democracia

externos. Alzas en la tasa de interés internacional ocaídas en los precios de los principales productos deexportación tienden a amplificar su impacto in­terno, generando ciclos recesivos agudamente pro­nunciados, seguidos por cierto de ciclos de re­cuperación a su vez más favorables y más positivossi uno compara la recuperación local con la de otraseconomías que han caído menos en el ciclorecesivo. Cuando se contrasta los resultados deChile con los de otros países latinoamericanos enlos últimos cinco años se concluye que estamosmuy bien, pero eso implica omitir deliberadamenteel impacto de las grandes crisis que hemos expe­rimentado en el período inmediatamente anterior.El hecho es que el país, su economía abierta, haincrementado fuertemente su vulnerabilidad en elfrente externo.

Porotro lado, hay un test que todavía esta economíano ha pasado; queda por demostrar su capacidad decrecer establemente en el tiempo a una tasa razo­nable, compatible con un desarrollo social tambiénadecuado. El crecimiento neto de los últimos 16años ha sido muy bajo, inferior al 1 por ciento delPGB por persona, fruto del permanente va-y-venentre caídas de hasta 15 por ciento en el productopor año y de recuperaciones también im­presionantes de 6, 8, y hasta 10 por ciento por año.A la vuelta del tiempo el crecimiento neto del paísha sido muy mediocre, por 10 que esta economíatiene aún que mostrar que, después de estatransformación estructural muy profunda, es capazde generar un proceso de acumulación sufi­cientemente vigoroso como para asegurar una tra-.

108

Page 105: Transición a la democracia

yectoria de crecimiento más estable y sostenido enel mediano y el largo plazo.

Paso ahora a describir la situación inicial con quellegamos y nos hacemos cargo del gobierno.

os encontramos, en primer lugar, con una eco­nomía que desde el punto de vista cíclico está en elmomento más alto de la curva. Los precios del cobrehan estado en niveles extraordinariamente altos enlos últimos dos años y, en general, los precios de losrestantes productos de exportación han acom­pañado este desempeño; ténninos de intercambiomuy favorables; ganancias muy significativas,tanto para la economía en su conjunto como para elsector público en particular. La proyección a cortoy a mediano plazo anticipa una caída en el precio delcobre, fenómeno que ya se está observando: elprecio ha descendido desde un dólar y60 centavospor libra a un dólar y 10, mientras las proyeccionesseñalan que podría esperarse un descenso a cerca de80 u 85 centavos de dólar por libra en los próximosaños.

En segundo lugar, recibimos una economía reca­lentada. Es curiosoque la imagen "tecnocrática" delequipo económico saliente se haya afincado tanfuertemente, porque si uno ve los indicadoreseconómicos del año 1988, a partir del lanzamientode la campaña del general Pinochet para ser reele­gido en el plebiscito de octubre, observa claramenteque la política económica sufrió un viraje muyfuerte: pasó a ser notablemente expansiva (lacantidad de dinero creció a tasas del orden de un 50por ciento en el año), se produjo una rebaja deimpuestos extraordinariamente grande y se observó

109

Page 106: Transición a la democracia

un aumento (y un descuadre) en el gasto público,más allá de lo que estaba presupuestado origi­nalmente. Resumo a brochazos muy gordos: esteviraje se concreta a lo largo del año 1988; elgobierno pierde el plebiscito; en el período poste­rior el gobernante que se va no tiene la voluntadpolítica de realizar oportunamente el ajuste necesa­rio para lograr que el incremento del gasto, que haalcanzado magnitudes del orden de un 10por cientoal año en el último bienio, esté más en concordanciacon el aumento de la capacidad productiva, que hasido del orden de un 3,5 a un 4 por ciento año. Laeconomía sobrecalentada supone una presióninflacionaria; la tasa anualizada de la inflación delúltimo trimestre remonta a un 30 por ciento,magnitud que duplica la inflación de 1988.

Primer problema, entonces, economía recalentada.

Segundo problema, que es también un factor PO­sitivo: aquí (al revés de lo ocurrido en Argentina,Brasil y Uruguay) se hizo un ajuste fiscal extraor­dinariamente drástico; un proceso difícil y muyduro que finalmente derivó en un equilibrio y hastaen un superávit fiscal. Se trata, por cierto, de unequilibrio muy influído por el alto precio del cobrey por los ingresos de privatizaciones muy masivasde empresas, y obtenido a costa de ir más allá delhueso en la disminución del presupuesto normal deoperación de las instituciones básicas del Estado odel sistema que gira alrededor del Estado, como lasuniversidades, por ejemplo. Equilibrio fiscal, a fmde cuentas.

Por otro lado está siempre en el horizonte el pro­blema de la deuda externa; tal vez menos imPOr-

110

Page 107: Transición a la democracia

tante hoy día que hace un tiempo atrás. Ladeuda conla banca privada se ha reducido más o menos a lamitad a través de las operaciones de conversión: esadeuda es hoy del orden de unos 5,500 millones dedólares, pero se ha intensificado el endeudamientocon los organismos multilaterales de crédito. Haciael futuro se percibe una cierta tendencia a que losflujos netos de fmanciarniento externo se hagannegativos: si los flujos de mantienen "normal­mente", pronto habrá que pagarmás que lo que se vaa recibir. Ese es otro problema que también está enel horizonte...

Salto a la parte propositiva, simplemente dando doso tres brochazos gruesos acerca de "la historia" enque estamos.

Primero, y claramente, estarnos haciendo unaapuesta ala economía abierta; apostamos al procesode modernización de la economía chilena y a suintegración lo más plena posible a los mercadosmundiales. Apostamos a que los aumentos deproductividad sean el motor del proceso de mo­dernización; a que el proceso de modernización seapoye, en forma bastante significativa, en la capa­cidad de los empresarios chilenos para enfrentarexitosamente este desafío, más allá de los rubrosobvios en los cuales es fácil ganar mucho dinero.Apostamos a que nuestros empresarios serán ca­paces de introducirse en procesos y en fases muchomás sofisticadas para hacerse competitivos en losrubros manufactureros. Apostarnos a que seremoscapaces de elevar, por ejemplo, la productividad dela pequeña agricultura, para incorporarla de veras alproceso exportador; a que elevaremos permanen-

111

Page 108: Transición a la democracia

temente la capacidad de manejo de nuevas tecno­logías de la fuerza de trabajo; a que haremos todasaquellas cosas que hace una economía modernapara tener éxito en los mercados mundiales a finesdel siglo xx. Apostamos a que seremos capaces debuscar una mejor integración entre lo que hacen lasempresas, los centros de investigación tecnológicay hasta los gobiernos locales. Apostamos a queencontraremos una mejor resolución de la relaciónentre empresarios y trabajadores para, a través delprincipio del trabajo en equipo, estimular un cre­cimiento endógeno de la productividad al interiorde las empresas...

Asumimos por cierto que para entrar en esa fase serequiere una concepción del rol del estado quedifiere claramente del papel "subsidiario", que apartir de nuestra experiencia significa en definitivaque el estado no interviene, excepto cuando tieneque apagar incendios, regulando a lo mínimo lasactividades económicas e "interviniendo" de unamanera muy secundaria en los problemas de fun­cionamiento de los mercados. Nos vamos a jugarpor el esquema de economía abierta con la idea deproyectar a Chile hacia adelante, si se quiere comoun caso interesante de un país pequeño, rico enrecursos naturales, con una fuerza de trabajo alta­mente calificada, con buenos cuadros técnicos yprofesionales, con un aparato institucional del es­tado que funciona bien, más organizado, con mayorexperiencia en el desempeño de la función pública,con una larguísima tradición de más de 50 años depolítica social y, por lo tanto, con una capacidad deintentar, en algún grado, un mejor equilibrio entre,

112

Page 109: Transición a la democracia

las exigencias paralelas del desarrollo económico ysocial.

Aspiramos a socializar una concepción más com­pleta de lo que debe ser un proceso de moderniza­ción; un proceso que implica exigencias desde elpunto de vista de la productividad y de las tec­nologías y que simultáneamente es incorporador,integrador de esa periferia potencial que está su­bordinada y muy distante en productividad delsector moderno. Un proceso que además entiendeque la magnitud del esfuerzo social que el país haceno es independiente del resultado ni de las posi­bilidades de éxito y de mantención en el tiempo dela modernización. Un proceso que internalice laidea de que la equidad no es solamente una pre­ferencia ideológica o ética de los que estáninteresados en que la experiencia funcione, sinomás bien, un requisito indispensable" para que elpaís disponga permanentemente de una fuerza detrabajo que, por la vía de la capacitación dinámica,permanente y continua; por la vía del acceso ade­cuado a los servicios sociales básicos, esté encondiciones de hacer un aporte productivo mayor yde tener el incentivo necesario para ejercitarse en lainnovación y la creatividad.

~e quedo aquí, admitiendo que este proyecto esnesgoso.

Es obvio que este proceso de modernización y deincorporación a los mercados mundiales internalizala inestabilidad de esos mercados y que ademásempieza llevamos de la mano, imperceptiblemente,a una integración en mercados como el financiero,donde la inestabilidad es aún mayor. La chilena es

113

Page 110: Transición a la democracia

hoy una economía atractiva: pequeños y grandescapitalistas que han invertido unas platas enacciones de fondos mutuos en Nueva York, Lon­dres, Ginebra, París o Zurich, están golpeando día adía nuestras puertas porque quieren invertir ennuestro mercado de capitales. Tenemos hoy día unsector financiero extraordinariamente sofisticado,que está permanentemente ensayando nuevas for­mas de operación o de desarrollo de instrumentosfinancieros bastante imbricados con el sistemafinanciero internacional. Para decirlo francamente,no sabemos lo suficiente acerca de este tema; notenemos un diagnóstico suficientemente fmo decuáles son los límites de este proceso, y cuáles susrepercusiones, y por tanto vamos a tener queintroducirnos en un proceso de aproximacionessucesivas, por cierto con un Estado muy alerta ymuy regulador, para evitar que nos lleve a unainestabilidad que excede de los límites que unsistema político abierto y democrático puede to­lerar. Pero si me preguntan en que estamos, larespuesta es que estamos más bien por avanzar enese proceso; no estamos por cerrarlo.

Este enfoque tiene como contrapartida la necesi­dad de incorporar a este sistema económico, quedesde el lado externo va a admitir elementos deshock y de potencial inestabilidad, un factor com­pensador que se traduzca en un fuerte énfasis porampliar la capacidad de generar estabilidad interna.

Creo que para que esto funcione, por ejemplo, senecesita en primer lugar de un sistema políticobastante estable; un sistema capaz de dosificar,morigerar y atemperaF su nivel de conflicto prove-

114

Page 111: Transición a la democracia

yendo institucionalmente de los canales, las señalesy el clima apropiado para privilegiar más bien loselementos de cooperación, la constitución del tra­bajo en equipo, la concertación entre los distintosactores involucrados en este juego: estado, em­presarios grandes y pequeños, sindicatos. Esto nosobliga, creo, a aplicar una política macroeconómicaque enfatiza con intensidad el problema de laestabilidad; estabilidad de precios, equilibrio fiscal,manejo financiero cuidadoso. Pienso también quenos obliga (y digo "nos" obliga porque hablo de ungobierno de coalición que incluye casi a la totalidadde la izquierda) a una concesión ideológica fun­damental, porque involucra un compromiso deestabilidad no sólo en las reglas del juego delfuncionamiento del sistema económico sino tam­bién de estabilidad en la estructura de la propiedad,viejo tema que ha penado por décadas en la historiapolítica chilena y que se constituyó, en algúnmomento, en el punto catalizadorde la polarizaciónpolítica, del conflicto suma cero y del antagonismofundamental que se vivió hasta hace muy poco ennuestro país.

Hemos procurado equilibrar de algún modo estoselementos de estabilidad con la idea de propiciarunos cuantos cambios que estimamos fundamen­tales. En primer lugar, es evidente que existe undesequilibrio fundamental en las relaciones entre elfactor trabajo y el factor capital, entre trabajadoresy empresarios. Se trata de un área que requiere deuna corrección estructural fundamental, entre otrascosas porque, si no existe una percepción deequidad básica en este plano, ninguno de los otroselementos y requisitos necesarios para un proceso

115

Page 112: Transición a la democracia

de modernización con crecimiento endógeno de laproductividad va a estar presente.

En segundo lugar, la consecuencia lógica de lo quedecimos cuando afinnamos que la equidad es unprincipio necesario para todo lo anterior, y al mismotiempo enfatizamos la idea ~e la estabilidad ma­croeconómica, cae por su propio peso: aquí hay quehacer una reforma tributaria importante; tiene quehaber un esfuerzo, una importante contribución derecursos del sector privado a la tarea de saldargradualmente la deuda social contraída en estosaños con los sectores más pobres. En este puntonuestra propuesta considera la reposición de unimpuesto a las utilidades de las empresas, un au­mento en la progresividad del impuesto a la renta yuna readecuación de la tributación de aquellossectores que, como la agricultura, la minería y eltransporte, tributan sobre la base de un sistema derenta presunta a pesar de que contienen, como en elcaso de la agricultura, a un sector frutero que generaenormes utilidades efectivas. Tan fundamental nosparece este tema que ésta va a ser prácticamente, laprimera iniciativa económica del nuevo gobierno.

Quiero agregar que nuestra idea es asociar esta re­forma tributaria a programas sociales muy directosy muy visibles. No quiero entrar en detalles peropuedo adelantarles que existe un programa bastanteestructurado que incluye un conjunto de iniciativasen terrenos como la salud pública, la educación, lacapacitación para el trabajo, la vivienda, el apoyo ala pequeña empresa, etc.

Termino haciendo dos puntos adicionales que alu­den por cierto, a nuestros desafíos más importantes.

116

Page 113: Transición a la democracia

En primer lugar, vamos a tener éxito o vamos afracasar, en una buena medida, dependiendo de 10que ocurra durante el primer año. Tenemos que evi­tar a toda costa el ciclo tradicional de la política eco­nómica que es tan común a tantos países latinoame­ricanos y del cual no hemos estado ajenos en elpasado. Ese ciclo funciona de la siguiente manera:

Después de un gobierno autoritario, en el curso delcual se ha contenido fuerte y duramente lasdemandas sociales, se ha reprimido al movimientosindical y a las organizaciones sociales y se hadesmantelado en buena parte el aparato del estado,el nuevo gobierno democrático designa funciona­rios competentes en las distintas esferas de la acciónpública. Llenos de entusiasmo después de una largaausencia del POder, llenos de ideas creativas, esosfuncionarios se instalan en sus nuevos cargos.Pronto descubren que el aparato institucional quelos respalda es débil, y entonces generan una pre­sión inmediata para aumentar fuertemente el gastode operación del estado, y para realizar más ini­ciativas que las que equipos todavía inexpenos soncapaces de iniciar con una mínima probabilidad deéxito. Se hace mucho ruido, se dan continuas con­ferencias de prensa para anunciar cada día cinconuevas brillantes iniciativas. Se agobia al Parla­mento con más proyectos legislativos que los queese Parlamento también inexperto puede realmentedigerir y tramitar.

Por otro lado, los dirigentes sociales, cuyos mús­culos están un tanto fláccidos a causa del largo re­ceso autoritario, quieren rápidamente mostrar quedespués de todo están en forma: entonces comien-

117

Page 114: Transición a la democracia

zan los paros de advertencia. Quienes llegan algobierno, encabezando mal que mal una coaliciónde centro-izquierda, son proclives y vulnerables aque se les acuse de haber olvidado rápidamente susensibilidad social y su espíritu progresista. En­tonces se cede a esa presión social, se cede a lanecesidad de mostrar muchas cosas en un plazomuy corto.

Se tiene un primer año brillante; se aplaude fuer­temente al Presidente, su popularidad en las encues­tas sube a niveles inesperados; la gente está conten­ta y satisfecha con el nuevo régimen democrático.

A mediados del segundo año el Presidente delBanco Central empieza a mostrar un ceño adusto,que se comunica rápidamente al rostro del ministrode Hacienda. La inflación comienza a subir, elpresupuesto fiscal se desajusta, los proyectos en elCongreso se demoran más de lo necesario. Seempieza a hablar de un ajuste y la discusión setraslada acerca de si ese ajuste debe ser de shock ogradual. La decisión se postergaporque la coaliciónde gobierno no está de acuerdo al respecto.

Al tercer año estamos en medio de una crisis polí­tica. Al cuarto año estamos enfrentando una elec­ción con un Presidente que ha caído muy bajo en lasencuestas y hemos completado el ciclo tradicionalde la política populista en América Latina...Debemos evitar la tentación de un primer año buenoo muy bueno; debemos conseguir un primer añomás o menos, y más bien tirado al menos... Un añoen que podamos funcionar sin enfrentar presionespolíticas o desbordes sociales intolerables, para irproveyendo, eso sí, de un horizonte; para ir ex-

118

Page 115: Transición a la democracia

pandiendo el límite de lo posible. De allí la im­portancia estratégica, desde luego fundamental, dela refonna tributaria; de allí también la importanciaestratégica fundamental de una buena negociaciónde la deuda externa; de que exista capacidad paragenerar rápidamente buenos proyectos, sobre todoen el área social, susceptibles de ser financiados porlos organismos internacionales. De allí asimismo lanecesidad de impulsar una política liberal, sincomplejos, hacia la inversión extranjera y el capitalexterno; de allí la necesidad, entonces, de enfrentareste desafío en una forma que rompa, ojalá siste­máticamente, todos los estereotipos que de un ladoo del otro estamos heredando, y que tan a menudonos limitan en la capacidad de acción, de movi­miento y de decisión para perfilar este proyecto defuturo que estamos delineando para Chile.Creo -y tennino con esto- que este· gobierno decuatro años va a tener éxito si logra avanzar gra­dualmente en esta dirección en el plano económico,y si lo logra manteniendo al mismo tiempo un sis­tema político abierto, funcionando fluidamente,con un nivel de conflicto manejable.~s, doblemente, una tarea modesta y muy ambi­CIosa.Intuyo que va a requerir de mucho más coraje delque hoy día nos imaginamos. No me atrevo a pro­fetizar sobre sus probabilidades de éxito pero, sinduda, viendo lo que ha sido el proceso político y elproceso social de este país en el último año, puedoasegurar que hoy día estamos en mucho mejorescondiciones para emprenderla de lo que nuncasoñamos en ese largo período de la dictadura.

119

Page 116: Transición a la democracia

DEBATE

Fernando Henrique Cardoso (Senador Federal, Brasil)

Escuchando a Alejandro Foxley recordé a Helio Yaguaribe, quien decía que Hegel tendría razón si todos los hombres fueran tan inteligentes co- mo nosotros mismos: entonces el prGeso histó- rico sería la consecuencia del espíritu. Di- fícilmente se ha hecho en otra parte del mundo una transición tan meritoria como la que estamos

i, viendo en Chile; por lo demás, es una transición que se da luego de varios intentos y de algunos fracasos en América Latina. Me impresiona sobre todo la descripción del ciclo populista, que replica casi exactamente la experiencia del Brasil; la diferencia estriba en que las pre- condiciones para que el gobierno diseñe una estrategia de desarrollo y de transformación dentro de los límites ya descritos son muy positivas en Chile.

LA* Yo no sé si el "gradualismo" podrá sustentarse tan pronto la sociedad sea más libre; creo que a medida que el tiempo avance, cuando las ex- pectativas se formen y el juego político empiece a darse, empezarán los problemas. Quizás aquí, a diferencia de lo que pasó en Brasil, las ob-

7 jeciones vengan en un primer momento no de los t y - *- de abajo, sino de los de arriba, a causa de esta

Page 117: Transición a la democracia

De$pQ&> e&. r ~ 3 & h.#); lb& $~~&átbg,'los func3snari~s pfiblicos, las profesmes, los mé- dicos, $S enfemeras); toda qqq gq*; qqew fpciona tamo- F a categoría 6% .'&e& %pm_

: ; : ~ & & ~ ~ ~ + ~ J c & ~ ~ ~ Q ~ ~ ~ + $ ~ ~ ~ ~ ' $ ~ ~ &$esa 2: ; &e&&&&''y'y&m&~&~@j rqiiií& ~T&#f&f&ar. . : qigYC$$a pdla&b&i&pid, $&&Mt.& se . - , l 9w.qaiñi&ay @~&&m*#&&$!~~&~~

,--&$tjf&e$&;- <, !-!. t , ? i , - , + $ ~ . , ~ . ~ f s ~ h j d r q ' ~ 6 1 > 7 7 . d

, - *Alej&dnr ~ o i l e ~ ha rnnoiw*i~h -&&$S de i: k982; de cómo la liberaiizzrci6~&

. .:c zntonees como algs; fdd;ibi&s

Page 118: Transición a la democracia

economía chilena al mercado mundial; ciertoque la vuelve más vulnerable, pero ese es un dile­ma con el que hay que contar. Yo creo que engran medida, en esta yen otras realidades, el éxi­to o el fracaso no se deben tanto a las estrategiasque los gobiernos se plantean sino al momentodel ciclo en el cual una fuerza política llega algobierno. Chile presenta ventajas y precon­diciones para impulsar una política económicacomo la descrita, con su racionalidad y susgrados de contención... a condición de que noexista un deterioro inmanejable del comercio in­ternacional, eventualidad para la que habría quetener ya algunas ideas de mediano plazo..

Alejandro Foxley

Hay, en los comentarios de Fernando HenriqueCardoso, algunos temas muy de fondo, sobre losque no quisiera abundar. El ha tocado una seriede aspectos insuficientemente presentes en miexposición y que nos ayudan, como es obvio, apensar mejor el futuro. También es absoluta­mente efectivo que los economistas incurrimosa menudo en la tentación de visualizar los proce­sos como "un diseño de futuro", con distintasetapas, en cada una de las cuales impera la racio­nalidad. Admito que no he escapado aestadefor­mación profesional en mi presentación de hoy.

José Serra (Diputado Federal, Brasil)

¿Cuánto es lo que se piensa obtener para el fisco,como porcentaje del Pffi, con esta reforma tri-

122

Page 119: Transición a la democracia

butaria que aparece en todo momento comoalternativa, sea para aumentar la tasa de inver­sión, sea para sostener algún proceso de re­distribución?

Avanzo también algunas preocupaciones ymenciono algunos aspectos que me parecen bas­tante más favorables acá que en mi país, Brasil.Las cuestiones inquietantes... Primero, el hechode que se llega al gobierno hacia el final de unafase de bonanza del sector externo. Segundo, lapróxima aparición de una presión, que segura­mente se intensificará, por aumentos salariales ypor incrementos de servicios típicos del área so­cial: habitación, salud, educación. Tercero, lanecesidad de aumentar la tasa de inversión enuna situación de virtual inexistencia de capaci­dad ociosa: en 198gelpm potencial y el efectivode Chile fueron prácticamente los mismos.

Por otro lado - y aquí recojo algunas cosas quese han dicho- comparemos con Brasil. Prime­ro, la democracia chilena entra al gobierno conuna inflación relativamente baja y con una si­tuación fiscal relativamente buena, aunque ladeclinación del sector externo puede traer pro­blemas; en BrasilIa inflación, al momento delregreso de la democracia, era de 200 por cientoal año. Segundo, en Chile desapareció la discu­sión en tomo de la idea de hacer cambios en lasrelaciones de propiedad, lo que refuerza el po­tencial operativo de la coalición de centro-iz­quierda; en realidad, hay tres cuestiones clavesen que las diferencias entre la Democracia Cris­tiana y la Izquierda no son muy mayores: (1) la

123

Page 120: Transición a la democracia

cuestión del Estado (porque nadie es partidariode privatizar mucho más, ni de aumentar lapropiedad estatal); (2) la cuestión nacional(porque nadie está abogando por un cierre de laeconomía); y (3) la cuestión de las relaciones depropiedad (cuya intensidad en el debate chilenoparece haberse esfumado). En Brasil las diferen­cias en torno de estos puntos son muy relevantes,y ciertamente dificultan la posibilidad de unamayor unidad.Tercero, la transición chilena sehará con lo que fue la "Oposición democrática ala dictadura", pero con una muy intensa presen­cia del régimen antiguo. Eso puede facilitar elproceso de contención de las eXPectativas y de laexplosión del ciclo populista que Alejandro hadescrito. No digo que me guste que eso sea así;anoto que eso puede facilitar incluso "el gradua­lismo"; que la gente no exija un primer año muybueno, lo que es extraordinariamente importantepara que la transición resulte. Cuando se votó laConstitución en BrasilIa gente se sentía libre deimaginar que podía hacerse cualquier cosa conella: desde asegurar más justicia hasta creceraceleradamente... Cuarto, la situación de Perú,Argentina y Brasil no es irrelevante cuando setrata de evitarel riesgodelpopulismo; tener todosesos ejemplos a la vuelta de la esquina servirá. Elquinto aspecto es también fundamental, y tieneque ver con la estructura social y política chilena:esta idea de la concertación tiene acá unapotencialidad mucho mayor porque los partidospolíticos, además de ser fuertes, tienen una fuerterepresentación en el movimiento social y en lasgrandes centrales empresariales y sindicales.

124

Page 121: Transición a la democracia

He ahí cinco diferencias muy gruesas. A pesardelas inquietudes que consigné al comienzo, ten­go, como ven, mucha más que una razón paraestar optimista respecto del proceso de ustedes.

Alejandro FoxleyRespondo derechamente la pregunta puntual.Idealmente pensamos que a través de la reformatributaria será posible recaudar recursos por unmonto del orden del 3 por ciento del ProductoInterno Bruto. Si tenemos una negociación exi­tosa probablemente vamos a llegar a una sumaun poco inferior a esa. La tasa tributaria repre­senta alrededor de un 16 por ciento del productosi se considera la tributación en moneda na­cional, excluyendo los ingresos del cobre. Lacarga impositiva ha bajado fuertemente en losúltimos años; las reducciones tributarias del ré­gimen militar han implicado una caída de entre4 y 5 puntos del Producto Interno Bruto en larecaudación. Lo que estamos planteando es re­vertir más o menos la mitad de las reduccionestributarias del último quinquenio, introducien­do además algunos perfeccionamientos en elsistema.

Lance Taylor (Prof., Depto. de Economía, Massachu-setts Inst. ofTechnology, MIT, USA)

Un par de comentarios. El primero sobre el temadel "más" o el "menos"; y sobre la importanciade pensaren el "menos". Alejandro mencionó la

125

Page 122: Transición a la democracia

gravitación de al menos dos ciclos en su pre­sentación: uno es el ciclo político del populismo,de redistribución y sobreexpansión, que lleva auna situación de exceso de demanda, inflación yahorro forzoso. El otro ciclo es el del precio delas materias primas. Mi preocupación es queChile ingrese al primer ciclo, sobre todo cono­ciendo la historia del país. ¿Qué pasa entonces sicomo consecuencia de un deterioro de los tér­minos de intercambio se registra una caída 'dedos puntos en el Producto Interno Bruto y seplantea la necesidad de pensar en una política deausteridad; de reducir demanda agregada? ¿Se­ría factible, dados los compromisos del gobier­no, entrar en un ciclo de redistribución y expan­sión, o entraríamos en una crisis política bas­tante sería como resultado del impacto exterior?

Alejandro Foxley

El problema que plantea Lance Taylor es bas­tante fundamental: ¿cómo se defiende una eco­nomía; cómo estabiliza sus objetivos frente a unshock externo que traduce deterioros de térmi­nos de intercambio relativamente significa­tivos? No hay una respuesta simple; pero en elcaso Chile hay que consignar laexistenciade doselementos. Uno, el crecimiento de las expor­taciones es extraordinario, y las proyeccionesque pueden hacerse a partir de los proyectos queahora están en marcha muestran que eldinamismo exportador de la economía chilenase va a sostener durante aquella fase del ciclo enque los términos de intercambio se deterioren;

126

Page 123: Transición a la democracia

ahí hay, por tanto, una especie de "colchón",aunque parcial, al impacto que vamos a sufrirpor ese shock. El segundo factor es un tema máscomplicado: si se trata de un problema funda­mentalmente cíclico, ¿estamos en condicionesde descansar en el sistema financiero inter­nacional, en su estructura actual, para cerrar labrecha financiera que se genera durante la per­manencia de ese shock? En el caso chileno estáes una pregunta abierta porque, la verdad, el sis­tema financiero internacional tiene una res­puesta clara sólo para dos situaciones extremas:en los casos de crisis económica sabe comollevar una economía a la Unidad de TratamientoIntensivo; en el caso de aquellos paises que yamostraron durante un buen período dinamismoexportador, exportaciones de manufacturas, altatasa de ahorro interno y fuerte inversión, su res­puesta es simple: hay mercados financierosinternacionales y hay acceso a créditos.

¿Qué pasa con un país que, como Chile, está alborde de la última situación; un país que ya hizolas transformaciones estructurales que se fijancomo requisitos para este acceso al financia­miento externo; quién acoge a ese país... ? Nohay una respuesta clara. Si uno conversa con losbancos percibe, en algunos casos, un ciertointerés por mostrar que es posible una relaciónfinanciera más permanente y de largo plazo conun modelo de economía como el que hemosdescrito. Hay también la idea de que el sistemafinanciero, sobre la base de créditos voluntarios,podría llenar esta brecha. Pero en verdad no hay

127

Page 124: Transición a la democracia

una respuesta sistemática; hay confusión: elBanco Mundial, el FMI y el Tesoro funcionacon lógicas distintas, y los bancos privados sedebaten en el dilema de encontrar atractivo,estimulante y fascinante lo que pasa con esteexperimento (respecto del que no disimulan suadhesión ideológica) y su deseo también de, re­conociendo que hay una buena casa en un malvecindario, arrancar más bien del vecindario loantes posible. Yo no tengo una respuesta: hace­mos permanentemente los ejercicios numéricosy hasta ahora las cosas no se ven mal (pensandoincluso en un shock del precio del cobre).

Albert Hirschman (Profesor Emérito de Ciencia Social,Princeton University, USA)

Concuerdo con la ideade que es probable que losproblemas que surjan provengan más bien dellado de las irracionalidades, desde luego au­sentes de lo que hoy resulta posible proyectar.Con todo, me permito una observación que estádel lado de lo irracional: Chile, un país con unpasado reciente de experiencias traumáticaspuede correr el riesgo de incurrir otra vez enreacciones traumáticas, sicólogicas, acumulati­vas. Pienso, por ejemplo, en problemas como lafalta de confianza por el lado del capital, even­tuales acusaciones de traición a las dirigenciasdel sindicalismo, cosas así...La probabilidad deque se desencadenen procesos de este tipo mehace considerar un elemento que hasta ahora haestado al margen de nuestra discusión: losenormes cambios que se están produciendo en la

128

Page 125: Transición a la democracia

situación mundial, en Europa del Este, en laUnión Soviética. ¿Cuáles son las nuevas lucesque proyecta este cambio en el escenario latino­americano? Por todas partes en América Latinahe palpado una reacción de desaliento: "im­portaremos menos; atraeremos menos capital".A mí me parece que esa es una visión incorrecta.Precisamente como resultado de esos cambiosyo veo que América Latina gana una "flexi­bilidad" de políticas que es potencialmente mu­cho mayor que en cualquier otro período de laposguerra: desde el término de la Segunda Gue­rra Mundial América Latina ha vivido cons­treñida por la bipolaridad definida por EstadosUnidos y la Unión Soviética; la opción por unou otro esquema desataba un encadenamiento dereacciones traumáticas y sicológicas tremen­damente desestabilizadoras. Creo que eso seacabó, se está acabando. La nueva libertad demaniobra debería influir en la manera en que seencaran los problemas...

Alejandro Foxley

Albert Hirshman ha hecho un buen punto ape­lando al escenario internacional. Yo agregaríaque uno alberga el temor de esta paradoja: elproceso de derrumbe de un sistema en EuropaOriental, e incluso en la URSS, se sigue a unlargo proceso de supresión de la discusión, deldebate intelectual abierto en esos países consociedades en transformación; allí se redescubreuna fuerte ideologización del debate político:una ideología intensa, acrítica, simplificada, in-

129

Page 126: Transición a la democracia

genua, que permite, porejemplo, que el ministrode Hacienda checoslovaco declare (sólo hacepocas semanas) que él es "un friedmaniano" or­gullosode tal, y que nadie lequitael adjetivo. Mepregunto si esos países no van a entrar en unpenoso ciclo de aprendizaje, a partir de un re­duccionismo en el cual la complejidad de lassociedades modernas y de los procesos de trans­formación de un sistema en otro desaparecenbajo este deseo voluntarista de encontrar la res­puesta rápida, la solución simple y la ideologíaalterna a la que se ha tenido que sufrir durantetanto tiempo.

Guillermo Perry (Ex-Ministro de Minería, Colombia)

Dos observaciones breves, y dos preguntas.Suscribo el esfuerzo que ustedes realizan pormirar adelante y celebroque resistan la tentaciónde mirar hacia atrás. Creo que la reforma tri­butaria va a tener dos efectos muy positivos: eleconómico, satisfacer las demandas socialesreprimidas, y el político, puesto que el gobiernoganará autoridad para pedir moderación en lasdemandas sociales: si se exige un esfuerzo a losricos es posible pedir a los pobres que esperen unpoco más.

Mis dos preguntas. Una: ¿qué efecto puede tenerla reforma tributaria, tal como se la plantea,sobre la posibilidad de llevar al sector empresa­rial a una mesa de concertación sobre la reformalaboral? René Cortázar ha mencionado la exis­tencia de un clima bastante propicio a la con-

o

130

Page 127: Transición a la democracia

certación en materia laboral; pero ese clima esprevio a la discusión de la reforma tributaria.Dos: ¿qué tan listos están los programas socia­les? Cuando se impulsa una reforma tributaria segeneran expectativas de gasto social; si los re­cursos no se canalizan a través de programaseficientes e interesantes, muy pronto se generafrustración.

Alejandro Foxley

Los puntos que plantea Guillermo Perry me pa­recen muy agudos e importantes. Es curioso, ydice mucho respecto de la naturaleza de nuestrassociedades, todavía arcaicas en muchos sen­tidos, el hecho de que el tema de la reformatributaria despierte pasiones con una facilidadextraordinaria, lo que hace también muy difícilel debate racional. Sin embargo, es efectivoaquello del efecto que el sólo anuncio de esta re­forma tributaria tiene en las organizacionessociales. Puedo contar por ejemplo de nuestrasconversaciones con el Colegio de Profesores, ungremio que tiene fuertes demandas en dosplanos: el de la calidad del servicio educacionalque se otorga a los estudiantes, y el del deteriorode la condición del profesor como funcionariopúblico. Cuando a los profesores se les explica laracionalidad de la reforma tributaria en el con­texto de la idea de que el compromiso y la tareaprincipal del gobierno durante estos años seráinvertir en la gente (y que para hacerlo tenemosque tener estos recursos, por lo que pedimos sucontribución para enfrentar la oposición que

131

Page 128: Transición a la democracia

desencadenarán los sectores afectados) se captainmediatamente una adhesión, una motivaciónmuy clara. Se pulsa así un resorte del principiode cooperación, donde la idea de diferir la gra­tificación inmediata gana en racionalidad.

También es cierto que la reforma tributaria pue­de tener un efecto Chemobyl, de contaminaciónsobre otros aspectos de transformación que a lalarga son tanto o más importantes que el mismoefecto fiscal. Si tenemos éxito en el planotributario va a haber desgaste, se van a extraerconcesiones del sector empresarial; por lo mis­mo es posible que en la segunda fase, cuando sediscuta la reforma laboral, esa reserva de ca­pacidad de negociación se haya debilitado. Peroentonces hay que plantear lo obvio: el estadotiene que recuperar una capacidad de avanzar enel sentido de la transformación que se desea: elacuerdo es la antesala y es el mecanismo quedebería aumentar y no disminuir la capacidaddel estado para actuar. Esa es una fuerza po­tencialmente utilizable, aunque tenemos que te­ner la sutileza para entender cuando es posible yconveniente utilizarla porque no son muchas lasinstancias en que esa capacidad se puede ejer­citar en los cuatro años. Intuyo que el temalaboral será una de esas ocasiones.

Los programas están y no están listos; unos másque otros. Es más fácil mejorar el sistema deatención en los consultorios de salud o apoyar eldesarrollo de las escuelas de menor rendimientoescolar que echar a andar un programa de ca­pacitación del trabajo para ayudar a los cientos

132

Page 129: Transición a la democracia

de miles de jóvenes que han estado desem­pleados en todos estos años. Un programa decapacitación para el trabajo, y para alimentaresta visión de economía moderna que se va in­tegrando a los mercados mundiales, suponearticular muy eficazmente a las empresas con loscentros de fonnación técnica, con los gobiernoslocales y el gobierno central; y esta es una ex­periencia que desde el punto de vista insti­tucional, desde el punto de vista de los recelos delos actores involucrados en este proceso, puedetomar un buen tiempo: tenemos un diseño ade­cuado en el papel, pero me temo que no estamostodavía en situación de poner en marcha unprograma en este campo. Como ven, las situa­ciones son diversas.

Carlos Massad (Investigador, CEPAL)

No he encontrado todavía una fonnulación su­ficientemente cuidadosa de la inserción interna­cional de Chile, considerando que en el contextomundial la competencia será de bloques, y lasnegociaciones también de bloques. Si propi­ciamos una política de apertura nuestra capa­cidad de negociar será demasiado limitada sicontamos solamente con nuestras propias fuer­zas. Es probable que haya entonces que repensarlos esquemas de integración, de manera que secontribuya a una reinserción de todos los paísesen la economía mundial, abandonando simple­mente la visión tradicional según la cual laintegración servía para ampliar el mercado desustitución de importaciones. Sostener una es-

133

Page 130: Transición a la democracia

trategia de apertura hacia adelante requiere unanálisis muy cuidadoso de las posibilidades decolaboración latinoamericana. El punto fuedramatizado de una manera muy clara por elejemplo de los "granitos de uva": a pesar de queel incidente afectó muy violentamente a las ex­portaciones chilenas no hubo ninguna posi­bilidad de conseguir algún grado de solidaridadinternacional.

Alejandro Foxley

Estoy completamente de acuerdo en que elpunto de la integración económica tiene que re­plantearse en la dirección que indica CarlosMassad; _no hay tiempo para intentar expe­riencias de invernadero en una economíamundial que evoluciona a la velocidad que ve­mos, y en los momentos en que nuestras eco­nomías tienen urgencia de conseguir éxitos en lageneración de divisas. De manera que hay quedar directamente el salto a los mercados mun­diales, entre otras cosas por la enonne inca­pacidad de coordinar los aparatos públicos entrenuestros países; de armonizar políticas racio­nales y estables. Me parece correcto cambiar losénfasis: fonnular la intención de que, inde­pendientemente de cuán ordenadas o de­sordenadas estén nuestras casas, los latinoame­ricanos nos pongamos una tarea hacia afuera ybusquemos aquel elemento común que permi­tirá al que tiene la casa muy ordenada, o al quela tiene desordenada, aprovechar lo que se ganeen conjunto, con . distintos grados de ventaja

134

Page 131: Transición a la democracia

según, naturalmente la capacidad de respuestaque las economías tengan frente a ese mercadoexterno.

En otras palabras, creo que el punto central es elacceso a los mercados y, detrás de eso, lacapacidad de aprovechar las ventajas que ofre­cen esos mercados a los que se accede. Ese seríaami juicio, un segundo elemento a considerar enestos nuevos procesos de integración que debenser extraordinariamente pragmático; inte­gración caso a caso de sectores productivos, deempresas y de empresarios que emprenden ne­gocios comunes y en los cuales cada uno aportaalgún activo que el otro no tiene. Empresariosque se lanzan en conjunto, agresivamente, ahacer las cosa bien en ese mercado externo quevan a compartir; empresarios respaldados porestados nacionales que muy activamente, unavez abiertos, cautelan, vigilan, manejan y ad­ministran los mercados. También, desde luego,estados que cumplen un rol catalizador entreempresarios, empre as y proyectos, para entraren el mercado con instalaciones productivas quepermiten introducir un pie que va "subvirtiendo"el orden interno de esa economía mundial quebusca, a medida que avanza el éxito exportador,proteger e frente al cuerpo extraño que "lacontamina".

Ese enfoque supone una revisión bastante pro­funda de este estado nacional que se embarca enla tarea: debe ser un e tado muy moderno, muyofisticado, que conoce muy bien de qué se trata

este negocio; un e tado que tiene la información

135

Page 132: Transición a la democracia

adecuada y oportuna, que tiene la capacidad deresponder rápido, que se entiende bien con losempresarios, que es capaz de cambiar de estra­tegia ante una situación adversa, etc.

He definido un agente muy distinto de nuestropesado estado burocrático, reglamentado, so­brenormado, ideologizado y volcado funda­mentalmente hacia el mercado interno. Vale lapena avanzar hacia él.

Page 133: Transición a la democracia

Con motivo del inicio del gobierno democrático del PresidenteAylwin, CIEPLAN invitó a un grupo de destacadas persona-lidades internacionales y nacionales a participar en una Confe­rencia Internacional denominada "Chile y la Transición a laDemocracia". El libro presenta las conferencias que en estaocasión dieron cuatro miembros del primer Gabinete delPresidente Aylwin, incluyendo el debate que ellas suscitaron.

Edgardo BoeningerMinistro Secretario Generalde la Presidencia

Enrique CorreaMinistro Secretario Generalde Gobierno

René CortázarMinistro de Trabajoy Previsión Social

.Alejandro Fo leyMinistro de Hacienda