TREBALLS GUANYADORS 2019€¦ · Aleshores suportaves pacient la meva ridícula intemperància i...
Transcript of TREBALLS GUANYADORS 2019€¦ · Aleshores suportaves pacient la meva ridícula intemperància i...
TREBALLS GUANYADORS CONCURS SANT JORDI 2019
Sara Arellano Primer premi d’il·lustració 2019
CFA CAN BATLLÓ
PRESENTACIÓ
Els jurats dels Concursos d’il·lustració i literari de Sant Jordi 2019 del CFA Can Batlló ha decidit atorgar els premis
següents:
Concurs literari 16a edició
- Premi de poesia en català a: Mediterrània, de Joan Constans.
- Premi de prosa en castellà a: Marramiau, de Víctor Álvarez.
- Premi a la prosa en català: - Tu, jo i el parxís, de Josep Maria Conill
Concurs d’il·lustració 5a edició
- Primer premi al treball: Escriu-me de Sara Arellano Viéitez, amb el pseudònim de Mulan.
- Segon premi al treball Santadelhmabre, d’Helga Alarcón presentat amb el mateix pseudònim.
- Tercer premi al treball Soledades de Liset Ureta Alegría
Concurs literari de Sant Jordi 2019
de la Biblioteca CFA Can Batlló
MEDITERRÀNIA
per
Joan Constans
MEDITERRÀNIA.
Presentes el cos ple de mar i onades,
amb tota la llisor d’una columna.
Als ulls, els colors vius de la vesprada.
La innocent saviesa
de la infantil nuesa.
D’amor, al mateix temps, mestra i alumna.
El tors massís i breu d’una sirena,
el ventre arrodonit d’una matrona,
les cuixes amoroses, massa plenes.
Abunda,
fecunda,
la carn sota la pell suau de dona.
El mous amb l’eterna placidesa
del mar amanyagant la sorra grega.
Bellugues uns malucs d’esplendidesa
al ritme savi
del temps dels avis,
al “tempo” amb que la gent resa i renega
__
Igual que esclata el mar sobre les roques
i deixa escuma que circumda
illots i esculls,
així reculls
el vi que et regalima per la boca,
i el naixement dels pits, calent, t’inunda.
Rius, coqueta i conscient de la força,
dona potent, bellíssima Afrodita,
el teu panteix
és com l’oneig,
tranquil i reposat, que res no el força,
ni amor, ni desig. Ni mort ni vida.
__
Amb totes les promeses del jovent,
dona ideal,
poder fatal
de la carn, de la innata saviesa,
que tens per aliats la sal, el vent
i el Sol, que des del cel, la pell et besa.
Sense l’encís de la reina de Saba
ni la resplendor
que porten del nord
les dones de neu, en canvi, tens
la pell pintada amb or, i la sang brava,
i un raïm madur entre les dents!
Nascuda al costat del Mediterrani,
Amb peu descalç
Sobre el sorral,
Ets tota carn i sang de casa nostra.
A contrallum, sobre el blau escenari,
el teu perfil rotund, frugal se’ns mostra!
Joan Constans
MARRAMIAU
Hoy ha sido un día especialmente agotador para Pedro. Acaba de volver de la pastelería y, tras año y medio
trabajando en el mismo lugar, nunca jamás había sentido una sensación de cansancio tan fuerte. Ha venido un chico
nuevo y era insoportable. Le ha tocado cuidar de él y enseñarle los primeros pasos a dar en la pastelería: cómo hacer
las masas, cómo decorar los pasteles, cómo funciona todas y cada una de las máquinas, dónde está todo y qué
recursos puede utilizar, dónde está el baño, dónde está todo, absolutamente todo, a lo que él le ha puesto el
nombre de " Pasteleria World Tour'.
Abre la puerta del ascensor, sale y, tal como puede, saca de su bolsillo las llaves de su apartamento. Primer
intento..., segundo intento...
- ¡A la tercera va la vencida! - dice mientras suelta aire profundamente.
- Mierda... cuarto, quinto, ¡ahora! - consigue abrir por quinto intento la puerta.
Los primeros pasos dentro de casa le sientan como caminar sobre nubes. Suaves, lentos, esponjosos, parece que
está caminando sobre panes de leche. Sus ojos rojos por el cansancio lo llevan hasta el comedor y, con una visión de
túnel, se acerca poco a poco al sofá, donde se dispone a dejar caer su cuerpo como si un francotirador le hubiese
disparado en la espalda desde 253m con silenciador.
Se acerca cada vez más al sofá, ya puede sentir los cojines adaptándose a su cuerpo, puede sentir el cortocircuito
cerebral que va a terminar en un coma de 3 horas hasta la hora de cenar que va a tener en breves momentos
cuando, de repente...
Las nubes que pisaba descienden a gran velocidad y los panes de leche se convierten en los pinchos del castillo de
Bowser. Sus ojos vuelven al color de la normalidad, el disparo del francotirador da directamente en la casa del vecino
y el cortocircuito no se produce. Su visión de túnel poco a poco se desvanece y todo para observar que justamente
encima del sofá está su adorable gatito Marramiau.
- ¡Muévete, bola de sebo repugnante! - le dice al gato.
El gato abre un ojo y, poco a poco, abre el otro. Parecía la película del Hobbit, cuando los aventureros entraban al
castillo de Smaug y pasaban por su lado. La mirada del gato es ascendiente; su cabeza, va revisando parte por parte
el cuerpo de su amo, fijándose sobre todo en sus manos. Sube poco a poco cada vez más, hasta que casi están
manteniendo un contacto visual. El amo ya no puede más, estira sus brazos para agarrar al gato pero, unos
milímetros antes de conseguir tocarle, la mirada del gato es instantánea, tres veces más rápida que la velocidad de la
luz. Su mirada se clava en los ojos de su ramo, haciéndole pegar un bote que ni en las camas elásticas del mejor
Happy Park. El gato saca las patitas de debajo de su tripa, las posiciona en modo combate y.. .
- ¿Me vas a llamar repugnante tú, con esas manos que parece que hayas estado viviendo con Mowgli en la selva? -
dice el gato imponiendo sus garras.
Joder tío, cómo te pasas Marramiau, he tenido un día de mierda. Vuelvo a mi casa por fin y el gato al que alimento
cada día me suelta estas cosas tan feas... ya te vale. -responde Pedro entristecido pero pasando por alto que su gato
acababa de hablarle.
- ¿Alimento? ¿Pero tú te crees que la basura enlatada con trozos de arroz y olor a túneles antiguos que me pones en:
la taza de Mickey Mouse de cuando tenías 7 años se puede considerar alimento?-le responde el gato con los ojos
más abiertos que un niño desenvolviendo sus regalos en navidad.
- i Tío! Pues pensaba que te encantaba, si cada vez que te lo sirvo vas corriendo a comértelo... Que pareces Hamilton
adelantando en la última vuelta – responde Pedro con cara de sorprendido y deprimido a la vez.
- Hombre claro, en comparación con el pienso ese asqueroso, que está más seco que el cuenco del gato de un ciego,
pues sí, sabe mejor. Pero en comparación con lo que tú te comes... ¡Gentuzo! - dice Marramiau bajando la cabeza.
- Jolín Marramiau, me sabe fatal... Tantos años viviendo juntos y me entero ahora de que la comida que te doy no te
gusta. Menudo desastre, ¿hay algo más que deba saber? - le responde Pedro a Marramiau.
- Hombre, pues ya que nos ponemos... El jersey, tío, el jersey amarillo ese horrible que te regaló tu abuela..; ¿Pero
cómo tienes los cojones de ponerte eso cuando vienen invitados? ¿Nunca te has fijado en las caras de risa que
ponen tus amigos? Parecen una clase de alumnos tratando de esconder la risa cuando el profesor dice paja o polla,
me haces pasar una vergüenza... - le dice Marramiau con resentimiento.
- ¿En serio? Pues nunca me había fijado…- responde Pedro con cara de lástima.
- ¡Pues claro que no te enteras! Si siempre vas más colocado que un paciente con problemas cardiovasculares antes
De coger un avión- le espeta Marramiau al instante.
- Ostras tienes razón, ¿debería dejarlo? - le pregunta Pedro a Marramiau un tanto preocupado.
- No, lo que tendrías que hacer es darme jamón de ese del que tu comes - responde Marramiau seguro de sí mismo.
-Tienes razón -le dice Pedro aún más seguro que Márrarniau.
- ¿Sabes qué mejoraría todo mucho también dice Marramiau con una sonrisa pícara, mientras Pedro abre los ojos
prestando muchísima atención - Delight Nature Happy Pets, ¿Sabes esas chuches para gatos que anuncian en todas
las cadenas a las 6 después del anuncio de Cocacola? - Le comenta Marramiau mientras se le cae la baba y sus ojos
brillan como la luz del sol.
- Uy, sí... ¿Son esas que vimos cuando fuimos a que te pusieran la inyección en el veterinario, verdad? - pregunta
Pedro recordando con los ojos más cerrados que un chino, mirando al sol de cara.
- Las mismas. - responde Marramiau inundando el sofá, de babas y con una sonrisa de oreja a oreja.
- Jolín Marramiau, son las más caras de toda la tienda ¡me van a costar un ojo de la cara! –dice Pedro preocupado,
por su cartera pero a la vez pensando en la felicidad de Marramiau.
- Uy, ¿te me vas a poner con esas? Encima que te dejo acariciarme de vez en cuando y, y… te dejo acariciarme de vez
en cuando. – le responde Marramiau quedándose sin recursos pero disimulando a la perfección.
Tienes toda la razón. Marramiau. ¿Cómo puedo pensar tan poco en los demás? Soy un impresentable, ¡mañana
mismo tienes un paquete de Delight Nature Happy Friends! - le dice Pedro súper convencido a Marramiau.
- ¡Happy Pets! ¡Delight Nature Happy Pets! Por Dios no te equivoques, ¡que me compras sin querer los de sabor a
tofu y me da un ataque! - le dice Marramiau súper preocupado.
- Happy Pets, Happy Pets, sí, ¡me lo apunto! - dice Pedro mientras teclea Delight Nature Happy Pets en el bIoc de
notas de su teléfono móvil.
A ver... - dice Marramiau encargándose de que está tecleando el nombre de la marca correctamente-estupendo.
Pedro teclea a la primera: Delight Nature Happy Pets. Eso pone a Marramiau muy contento y se acerca a Pedro para
que le acaricie. Pedro, también muy feliz, se coloca en el sofá mientras acaricia la suave piel de Marramiau.
Pasan los minutos y Pedro empieza a fruncir el ceño. Confundido, empieza a analizar la situación y algo empieza a
extrañarle, algo le resulta incómodo. Algo no cuadra. Su mente analiza de arriba a abajo todos y cada uno de los
pasos que ha seguido hasta acabar bajo esa situación. De repente, mira fijamente a Marramiau y grita:
- ¿Marramiau, puedes hablar!?
Víctor Álvarez
3r. Premi il·lustració Lisset Ureta
Tu, jo i el parxís
Recordes les partides de parxís que havíem jugat tu i jo abans que els pares m'internessin? T'encantava jugar al
dominó i a les cartes, per bé que el parxís s'havia convertit en la teva passió. Concentrats en el joc, el pare o la mare
sovint ens havien de rescatar de l'enfilall de partides, a l'hora mes impensada i en qualsevol racó de la masia.
M'havies ensenyat moltes coses, una d'elles era jugar a parxís. Encara que, si ens centrem en aquest joc, sospito que
la teva predisposició pedagògica no hauria estat del tot desinteressada. Que apuntava a tenir a mà un adversari
disposat i amb prou temps lliure. Sigui com sigui, el cas es que ens hi entreteníem d'allò mes, tret de quan perdia.
Perquè jo volia guanyar sempre.
Durant l'aprenentatge, m'ajudaves en les diverses opcions de joc. M'indicaves quines eren les jugades mes
avantatjoses i em deixaves esmenar les que s'evidenciaven equivocades... Però d'aquest procedir no se n'extreia cap
mèrit.
De manera que, quan em vaig considerar prou instruït, vaig refusar la teva ajuda. Es ciar, però, que l'experiència es
feia valer i en certes partides desafortunades m'agafaves massa avantatge. O, si més no, suficient per provocar
aquells rampells rabiosos que m'impulsaven a esgarriar les fitxes per tal d'evitar que es consumés la imminent
derrota. Aleshores suportaves pacient la meva ridícula intemperància i gràcies a la bona memòria visual que sempre
has tingut, capaç de recompondre la situació exacta de cadascuna de les fitxes, em suggeries refer el que acabava de
desbaratar. Jo mai m'hi avenia i em costava reprimir un «fes-te fotre» en veu alta, que hauria estat lamentable!
Tot d'una es va produir un tomb en el joc a partir de voler canviar les fitxes blaves per les vermelles al·legant que les
veuries amb mes facilitat. Què m'havies dit! Era dubtós que veiessis millor les vermelles. Però segur que veuries
pitjor les grogues que em tocarien a mi, de color similar al groguenc descolorit del fons del tauler.
Aprofitant aquesta circumstància, vergonya em fa confessar-ho, vaig començar a fer-te tota mena de trampes. Per
dir que les meves fitxes sovint anaven a parar on volia i no on devien i que matava les teves quan em convenia. A
l'ensems em beneficiava d'un dau "avantatjós" que treia més cincs i sisos ell solet, que els altres tres daus junts. Els
cincs em facilitaven les sortides i els sisos avançaments ràpids.
Del tot refiada, semblava que no t'adonessis de res. Repeties tòpics, com «1, soldat segur!», caiguessis o no en una
casella segura. Quan una fitxa meva s'havia d'exposar a que la matessis, em deies «pasa pa lante». I si me la
mataves, cantussejaves amb somriure de hiena: «a casita a descansar», fent servir la melodia de "vamos a la cama"
dels peques de la tele... I aquesta facècia, com pots imaginar, em treia de polleguera.
Altres vegades et referies a qüestions que no tenien res a veure amb el joc. Com ara quan explicaves (i repeties de
tant en tant, perquè et començava a fallar la memòria) que de jove t'havia rondat un pretendent, més pesat que el
plom, que cada vegada que us trobàveu et recitava: «Dolores de mis amores/ no et casis amb cap pagès/ que et farà
menjar carbassa/ i et farà llevar a les tres». I a continuació afegies: «Amb la ràbia que em feia... i encara vaig acabar
casant-m'hi, amb un pagès». Pagès, per cert, que fou el meu avi i que va esdevenir una víctima més de la guerra.
Ja viuda, també vas perdre un fill de trenta anys. En conseqüència, no m'estranya que necessitessis distreure't amb
els jocs de taula i explicant acudits. Uns acudits que no sé d'on els treies, la veritat. En un d'ells recordo que
m'aconsellaves: «Josep Maria, a l'hora de pagar no vagis mai rabent/ que pots tenir un mal de ventre / o morir-te
d'un accident/ i estalviar-te de pagar».
Fins i tot un dia em vas preguntar si coneixia una cançó de l'any de la picor que es deia La vella xaruga. Quan et vaig
dir que no havia sentit mai semblant raresa, me la vas cantar i jo en vaig anotar la lletra: «La vella xaruga volia fer
testament. Tenia una neboda que l'estimava entranyablement. Ja li'n diu noia ves-te'n al barri a veure si trobes algun
notari, digues-li que vingui ben promptament que jo desitjo fer testament. Déu vos guard senyor notari. Déu vos
guard vella xaruga. Senyor notari, escolti bé les paraules que li diré: deixo a la noia sitrell sense oli, un llum de ganxo i
sense ble, un drap de llana per fregar el pis que ja em servia des de l'any sis».
Al comentar-te, amb certa ironia, que m'havia semblat una història collonuda, vas dir-me que malgrat el mal
exemple del bocamoll d'en Pep el carnisser, no s'havien de dir paraulotes. El retret em va fer adonar que tu mai no
deies expressions grolleres, per bé que un dia se te n'escapés una de tan espontània que m'hi vaig fer un tip de riure.
No t'afiguraves que era un dia festiu (aquestes inadvertències ja les teniu la gent gran) i quan, ja tard, vas veure que
encara romancejava damunt el llit, vas dir-me: «Apa, Josep Maria!, t'has adormit, eh?... avui, la classe a can pixa!».
Tornant al parxís, amb el pas del temps la salut t'anava desmillorant, fins al punt que la sobrevinguda fragilitat em
feia molta pena. I a cada trampa que t'encolomava em sentia més mesquí. Però creia que, per no delatar el meu joc
abjecte, calia que no m'hi desacostumés de manera sobtada, sinó progressiva.
Unes setmanes abans que els pares m'internessin als Escolapis d'Olot, tu vas caure en la profunda depressió... I en
plena malaltia va arribar aquell dia tan especial. No en sé el motiu, suposo que cercaves tenir una millor fortuna en
el joc, perquè feia dies que no guanyaves. Però el cas és que em vas demanar per canviar el color de les fitxes. Volies
tenir les grogues en lloc de les vermelles. Hi vaig consentir de bona gana. Fins i tot vaig ajudar-te a moure les fitxes
grogues com si fossin les meves: amb la mateixa diligencia i astúcia. Vas guanyar la partida com mai ho havies fet...
de manera fulgurant! I em va semblar que dels teus llavis en sortia un somriure somort i tanmateix agraït. Aquella
havia estat l'última partida de parxís que vam jugar plegats tu i jo, estimada àvia Dolores.
Josep Maria Conill
Segon premi d’il·lustració a Helga Alarcón