Tributo Del Mudo

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Diana Bellessi, poeta argentina contemporánea

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TRIBUTO DEL MUDOParte 1 Jade

Escribir poesa era algo esencial en la educacin y la vida social de cualquier hombre culto en la antigua China, pero no era as para una mujer. Con pocas excepciones en la historia de China, las examinaciones imperiales, objetivo de toda educacin superior y que permitan ascender de posicin en la sociedad de la poca, estuvieron prohibidas a las mujeres.Y Hsan-Chi, concubina abandonada a su suerte, se convirti en sacerdotisa del Tao. As viaj por toda China, y tuvo numerosos amantes hasta que la ejecutaron acusndola de asesinato.Sus hermosos poemas reposanen la sombra del verano.En una visita al templo taoista de Ch'hung Chen, veoen la sala sur la lista de los candidatos triunfadoresen las examinaciones imperialesPicos coronados de nubes llenan los ojosen la luz de primavera.Sus nombres estn escritos en hermosos caracteresy colocados por orden de mrito.Levanto mi cabeza y leo sus nombrescon envidia impotente.Cmo odio este vestido de sedaque oculta a un poeta. -Y Hsan-Chi

Leyendo un poema de Li Ch'ing-Chao

Despiertoy el pequeo bote, a cuya proala Serpiente del Podernavega,ciega e inmvil, me conduceal mar de arena. Un sol nos derritemientras vuelael pjaro de las rocasy soberbiacruza su sombrasobre la fresca fuente de nuestras manos.Se desliza la seda.Por un largo caminoms all del crepsculovan nuestros rostros enlazados.A Wu TsaoIHmeda y fresca la noche.Un suave viento del estetrae y disipa bancos de niebla.Sueo que veo tu rostrofrente a las lmparas.Me sonre tras el leve maquillaje,mientras tu mano reposa en mi mano.Amiga ma,millones de aos a travs de los cuales el Universoasciende y declina,y vos all,en tu vestido transparente de sedaviendo caerlas flores de ciruelo sobre la hierba.IIBeben el vinoy se recitan una a otra sus poemas.Si supieran aquellos versos de Safo,los diran,mientras se pintan una a otra las cejasy extensas nieblas cubren el ro:-Qu pequeos, qu hermosos los pies.A Wang Wei, viajando por un ro de China centralTransparente viajera.Conociste los amores de palacioy el goce esquivode un refugio nupcial.Tu bote navegaentre nubes de nieblay el vaho de humo que emerge solitariodesde alguna cabaaen la ribera.El ro,el ro avanzasin volver a remontar sus aguas,como vos,seora fugitiva,los hombros apoyadosen el respaldar de madera,y un libro de pinturassobre el regazo.A proa de tu bajel,aldea tras aldeaves lavar a las mujeresla pesada ropaque el otoo prepara.Cae una hojay es infinito su caer.Polvo leve de los aos,disperso en el vaivnde una cuna en el agua.Parte 2 -Tributo del MudoOtoo1Planea una hojita de lamoy se apoya,sobre la corriente del ro.Los arces con su oroy todos los rbolesalzados hacia el cielono borran,a Mbopiel Murcilago Final.2Araasfantasmas del rocoque cuelgan sobre naranjas:hay caas de mbar detrshay un ptalo que caey un destello.Una avispa pequea atrapada.Cmo crujen sus huesosla suave superficie del vientrelos ojos fuera de las cuencas?Dueas del cadver de la miel.3Columnas de crestas jaspeadaslos saucesUna pareja de caraos grazna al oesteRojo de los pinosde los pjaros de pecho rojoy de cuerpos mutiladosSu cola lenta de espumael ro bogatodas las sangres4Sopla un viento del nortey los sauces llueven.Humode la hojarasca incendiada.Ha venido el otoo otra vez.Hay misa permanente.Hay sangre entre los robles.Invierno1Un rojo oscurose abre entre los saucesy pasa el bote fantasmacon corona de floresa su proa desatadas.Oscurece en mitad del da.Inmvilel ro San Antoniofluye sin embargopara siempre.Cerrado, espesoserpeando entre las ramas.Torcaza,paloma de duelo:Pesa tu canto al paisajecomo una amada al corazn?2Alumbrael ramero del inviernosu luz inmvil.Tiempo de hachay de cuchillo:Toda la savia huyedel desolladory del bufnde la torturay del granizode los golpesla violacinde las heladasy el pajarito.El pajaritodestrozado a las pedradas.Primavera1Las calas, aros de Etiopa, abren su corolablanca. Sealan un sol. La forma ms simpley perfecta.Un aro de msica para esta maana.Un viento del oestey la decisin de sostener la vidaentre los brazos abiertos.2Un pato bigudeja su estela de plata.Ramn cruza a remocomo oficiando misa en el agua.l es el smbolo, la clave.De espuma que se borra,de espuma la canoadonde el Mudodespliega su cancin.Verano1Todo es promesa.Entre hileras de muertosse abre la maana con fulgor.Un movimiento lento y precisoque apunta al cielo:vivo jaguar azul.2En el profundo silencio de la nochecae una rama pequea;reposan los pensamientosy el sonido se hace audibleen avalancha.Me uno al coro.Una polillacrepita en la llama de la lmpara.CaceraCruza un aguiluchoen lento vuelo preciso,y una pareja de torcazaslo siguecon dementes gritos.Se ha movido Orin hacia el oestey las Plyades cayeron.Se sacia el hambre de la noche, la zarpa silenciosael pico,y el da inicia su conquista.Devorala hormiga grandea la chica.Acosa al mundo.Cruza un aguiluchocon lento vuelo preciso. Lleva el corodemente de la madre, y un pichn,o dos, en el pico.Parte 3 -Persecucin del sueoNave. Slo veo la proa y la mitad de una vela blanca.Un lugar entre el da y la noche el mar.Un lugar inmvil.Cuando el este del cielo se enciende, su blancuraenceguece. Trnase invisible. Navega la otra caradel mar.Pasan los aos.Una noche desato el bote amarrado tras los peascosde la baha. Me hago a la mar.No detiene al silencioni siquiera el cristal de los remos en el agua.Estoy cerca. Ella se asoma sobre el puenteorlada de su propia oscuridad y la densa cabellera.Me mira. La grgola de la nave se desprendeen rasante vuelo. Viene a estrellarse contra mi pecho.Cada noche persigo un sueocomo a un ciervoen la pradera. Como a l, apenas lo imagino;o veo un ojo, el delicado filo de la cornamenta,el flanco rojo que refulge y se pierde entrelos pastos del sudn.Pero entonces apareci entero, sobre el muro dearena que bordea la laguna. La luna en el agualo volva ntido contra el cielo.Ella detrs, me miraba.Empez a cantar una cancin. Rendida deamor, y de terror, supe que su voz creabala mitad secreta del mundo.De su regazo las pequeasalimaas,frutos y bestias mayores. Un bosque,flores en el lago. Resplandece a travs de la nieblade una maana. Reflejada en el aguaslo ella aparece. Referida por enteroa s misma, y a m: su criatura.Una brisa muy tenue sacude el crculo, el cristalde cielo y agua. Yo le digo:Quiero que me cantes.Parte 4 -Nadie entra aqu con las palabrasSeora de los Vientoscabellera de serpientesoro y fuego amalgamadosroce caliente de los breasocano, oestey del sur el cierzoSeora de los Vientosduea de los cuerposque bogan en un cielosalvaje y corsarioEn bodegas de proade vino y deseorepletos los cntarosSeora de los Vientos,tierra de nadar,vellocino de oro y naufragio-Baj el escudo, las armas, la mscara de jadey casi desnuda le fui al encuentro.Como arlequn danzen palacio.Maderas y terciopelocuerdas campanas de plata.Vino oscuro de las fuentes y carnesabrosa de las bestiasen suntuosas caceras atrapadas.Muslos y orosenos y garganta de animal en la pelea.Agua de miel bebidaen un lago donde quemany enceguecen los ojos y los labios.Nadie entra aqu con las palabras.El cuerpoheraldoque cruza las edadesy corre veloz entre cinagasy bestias de presa.Cabellera entretejida de plumaslatir de pies y coraznque unen este reino a otro reino a otro reino.Gallardo portador delas pinturasdispersadas en el vientonarrando gloria y desgraciade amores y de guerras.-Me sents?-Me ests tocando?-Dejame entrar-Dejame estar aqu para siempreAve plateada de las tormentas.Entre la muerte y el deseolos ojos se inmovilizan.Arrojan escudos, armas, mscara de jadey demoran en un cielo heladolas miradas.En medio de la noche medespierta tu sueo,el sueo donde estabas.El cuerpo a medias entregadolengua boca dedostienden los puentesa la roca giratoria del deseo.Tu abrazo en otro abrazo,rosa de los senos donde mamo.En medio de la nocheme despierto y repitosacro sacroel pan ha sido devoradola miel el vino y las cerezas.Vida amorosa de los animalesA vecestodo es feroz:el salto impecablede los jaguaresclavando el diente. Latido y sangre.A veces son jirafas.Los enormes cuellos enlazndoseen una danza suave y lentamientras yace el soldetrs de las aguadas.O hipoptamosde insobornable torpezacon adorable fervoraparendose en el barro.Los pjaros mongamos, quizs,volando parejosen un horizonte de humo y polvo.O manadas de elefantes galopando.Las cras al centroy al frente las hembras, magnficas,abrindose paso.A vecesel diminuto paramecioque elige a otro paramecioe intercambian los cuerpos,los pedazos.A veces hablndose,con las palabras de pulpaardiente y suaveque dicen pezn pequeatocame o te amo.Zarpa, huida veloz de los ciervosa tu lado.TRIBUTO DEL MUDOParte 1 Jade

Escribir poesa era algo esencial en la educacin y la vida social de cualquier hombre culto en la antigua China, pero no era as para una mujer. Con pocas excepciones en la historia de China, las examinaciones imperiales, objetivo de toda educacin superior y que permitan ascender de posicin en la sociedad de la poca, estuvieron prohibidas a las mujeres.Y Hsan-Chi, concubina abandonada a su suerte, se convirti en sacerdotisa del Tao. As viaj por toda China, y tuvo numerosos amantes hasta que la ejecutaron acusndola de asesinato.Sus hermosos poemas reposanen la sombra del verano.En una visita al templo taoista de Ch'hung Chen, veoen la sala sur la lista de los candidatos triunfadoresen las examinaciones imperialesPicos coronados de nubes llenan los ojosen la luz de primavera.Sus nombres estn escritos en hermosos caracteresy colocados por orden de mrito.Levanto mi cabeza y leo sus nombrescon envidia impotente.Cmo odio este vestido de sedaque oculta a un poeta. -Y Hsan-Chi

Leyendo un poema de Li Ch'ing-Chao

Despiertoy el pequeo bote, a cuya proala Serpiente del Podernavega,ciega e inmvil, me conduceal mar de arena. Un sol nos derritemientras vuelael pjaro de las rocasy soberbiacruza su sombrasobre la fresca fuente de nuestras manos.Se desliza la seda.Por un largo caminoms all del crepsculovan nuestros rostros enlazados.A Wu TsaoIHmeda y fresca la noche.Un suave viento del estetrae y disipa bancos de niebla.Sueo que veo tu rostrofrente a las lmparas.Me sonre tras el leve maquillaje,mientras tu mano reposa en mi mano.Amiga ma,millones de aos a travs de los cuales el Universoasciende y declina,y vos all,en tu vestido transparente de sedaviendo caerlas flores de ciruelo sobre la hierba.IIBeben el vinoy se recitan una a otra sus poemas.Si supieran aquellos versos de Safo,los diran,mientras se pintan una a otra las cejasy extensas nieblas cubren el ro:-Qu pequeos, qu hermosos los pies.A Wang Wei, viajando por un ro de China centralTransparente viajera.Conociste los amores de palacioy el goce esquivode un refugio nupcial.Tu bote navegaentre nubes de nieblay el vaho de humo que emerge solitariodesde alguna cabaaen la ribera.El ro,el ro avanzasin volver a remontar sus aguas,como vos,seora fugitiva,los hombros apoyadosen el respaldar de madera,y un libro de pinturassobre el regazo.A proa de tu bajel,aldea tras aldeaves lavar a las mujeresla pesada ropaque el otoo prepara.Cae una hojay es infinito su caer.Polvo leve de los aos,disperso en el vaivnde una cuna en el agua.Parte 2 -Tributo del MudoOtoo1Planea una hojita de lamoy se apoya,sobre la corriente del ro.Los arces con su oroy todos los rbolesalzados hacia el cielono borran,a Mbopiel Murcilago Final.2Araasfantasmas del rocoque cuelgan sobre naranjas:hay caas de mbar detrshay un ptalo que caey un destello.Una avispa pequea atrapada.Cmo crujen sus huesosla suave superficie del vientrelos ojos fuera de las cuencas?Dueas del cadver de la miel.3Columnas de crestas jaspeadaslos saucesUna pareja de caraos grazna al oesteRojo de los pinosde los pjaros de pecho rojoy de cuerpos mutiladosSu cola lenta de espumael ro bogatodas las sangres4Sopla un viento del nortey los sauces llueven.Humode la hojarasca incendiada.Ha venido el otoo otra vez.Hay misa permanente.Hay sangre entre los robles.Invierno1Un rojo oscurose abre entre los saucesy pasa el bote fantasmacon corona de floresa su proa desatadas.Oscurece en mitad del da.Inmvilel ro San Antoniofluye sin embargopara siempre.Cerrado, espesoserpeando entre las ramas.Torcaza,paloma de duelo:Pesa tu canto al paisajecomo una amada al corazn?2Alumbrael ramero del inviernosu luz inmvil.Tiempo de hachay de cuchillo:Toda la savia huyedel desolladory del bufnde la torturay del granizode los golpesla violacinde las heladasy el pajarito.El pajaritodestrozado a las pedradas.Primavera1Las calas, aros de Etiopa, abren su corolablanca. Sealan un sol. La forma ms simpley perfecta.Un aro de msica para esta maana.Un viento del oestey la decisin de sostener la vidaentre los brazos abiertos.2Un pato bigudeja su estela de plata.Ramn cruza a remocomo oficiando misa en el agua.l es el smbolo, la clave.De espuma que se borra,de espuma la canoadonde el Mudodespliega su cancin.Verano1Todo es promesa.Entre hileras de muertosse abre la maana con fulgor.Un movimiento lento y precisoque apunta al cielo:vivo jaguar azul.2En el profundo silencio de la nochecae una rama pequea;reposan los pensamientosy el sonido se hace audibleen avalancha.Me uno al coro.Una polillacrepita en la llama de la lmpara.CaceraCruza un aguiluchoen lento vuelo preciso,y una pareja de torcazaslo siguecon dementes gritos.Se ha movido Orin hacia el oestey las Plyades cayeron.Se sacia el hambre de la noche, la zarpa silenciosael pico,y el da inicia su conquista.Devorala hormiga grandea la chica.Acosa al mundo.Cruza un aguiluchocon lento vuelo preciso. Lleva el corodemente de la madre, y un pichn,o dos, en el pico.Parte 3 -Persecucin del sueoNave. Slo veo la proa y la mitad de una vela blanca.Un lugar entre el da y la noche el mar.Un lugar inmvil.Cuando el este del cielo se enciende, su blancuraenceguece. Trnase invisible. Navega la otra caradel mar.Pasan los aos.Una noche desato el bote amarrado tras los peascosde la baha. Me hago a la mar.No detiene al silencioni siquiera el cristal de los remos en el agua.Estoy cerca. Ella se asoma sobre el puenteorlada de su propia oscuridad y la densa cabellera.Me mira. La grgola de la nave se desprendeen rasante vuelo. Viene a estrellarse contra mi pecho.Cada noche persigo un sueocomo a un ciervoen la pradera. Como a l, apenas lo imagino;o veo un ojo, el delicado filo de la cornamenta,el flanco rojo que refulge y se pierde entrelos pastos del sudn.Pero entonces apareci entero, sobre el muro dearena que bordea la laguna. La luna en el agualo volva ntido contra el cielo.Ella detrs, me miraba.Empez a cantar una cancin. Rendida deamor, y de terror, supe que su voz creabala mitad secreta del mundo.De su regazo las pequeasalimaas,frutos y bestias mayores. Un bosque,flores en el lago. Resplandece a travs de la nieblade una maana. Reflejada en el aguaslo ella aparece. Referida por enteroa s misma, y a m: su criatura.Una brisa muy tenue sacude el crculo, el cristalde cielo y agua. Yo le digo:Quiero que me cantes.Parte 4 -Nadie entra aqu con las palabrasSeora de los Vientoscabellera de serpientesoro y fuego amalgamadosroce caliente de los breasocano, oestey del sur el cierzoSeora de los Vientosduea de los cuerposque bogan en un cielosalvaje y corsarioEn bodegas de proade vino y deseorepletos los cntarosSeora de los Vientos,tierra de nadar,vellocino de oro y naufragio-Baj el escudo, las armas, la mscara de jadey casi desnuda le fui al encuentro.Como arlequn danzen palacio.Maderas y terciopelocuerdas campanas de plata.Vino oscuro de las fuentes y carnesabrosa de las bestiasen suntuosas caceras atrapadas.Muslos y orosenos y garganta de animal en la pelea.Agua de miel bebidaen un lago donde quemany enceguecen los ojos y los labios.Nadie entra aqu con las palabras.El cuerpoheraldoque cruza las edadesy corre veloz entre cinagasy bestias de presa.Cabellera entretejida de plumaslatir de pies y coraznque unen este reino a otro reino a otro reino.Gallardo portador delas pinturasdispersadas en el vientonarrando gloria y desgraciade amores y de guerras.-Me sents?-Me ests tocando?-Dejame entrar-Dejame estar aqu para siempreAve plateada de las tormentas.Entre la muerte y el deseolos ojos se inmovilizan.Arrojan escudos, armas, mscara de jadey demoran en un cielo heladolas miradas.En medio de la noche medespierta tu sueo,el sueo donde estabas.El cuerpo a medias entregadolengua boca dedostienden los puentesa la roca giratoria del deseo.Tu abrazo en otro abrazo,rosa de los senos donde mamo.En medio de la nocheme despierto y repitosacro sacroel pan ha sido devoradola miel el vino y las cerezas.Vida amorosa de los animalesA vecestodo es feroz:el salto impecablede los jaguaresclavando el diente. Latido y sangre.A veces son jirafas.Los enormes cuellos enlazndoseen una danza suave y lentamientras yace el soldetrs de las aguadas.O hipoptamosde insobornable torpezacon adorable fervoraparendose en el barro.Los pjaros mongamos, quizs,volando parejosen un horizonte de humo y polvo.O manadas de elefantes galopando.Las cras al centroy al frente las hembras, magnficas,abrindose paso.A vecesel diminuto paramecioque elige a otro paramecioe intercambian los cuerpos,los pedazos.A veces hablndose,con las palabras de pulpaardiente y suaveque dicen pezn pequeatocame o te amo.Zarpa, huida veloz de los ciervosa tu lado.