Trigo Chacón, Manuel (1994) - Manual de historia de las relaciones internacionales (cap. 18-21)

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  • CAPTULO XVIII

    El fin del Imperio napolenico. El Congreso de Viena

    SUMARIO: l. Los grandes errores de Napolen: Enemistad con el Papa, atacar a

    Espaa e invadir Rusia. Derrota en Leipzig y abandono de Alemania. Francia invadida por los ejrcitos aliados. Abdicacin de Napolen. El conde de Provenza reconocido rey de Francia. El Tratado de Paris (1814). Reaccin de hostilidad hacia Luis XVIII. La vuelta de Napolen. El Acta Adicional de Benjamn ~stant. Napolen declarado fuera de la Ley. El Tratado de Chaumont (1814).

    2. Waterloo. El fin de los Cien Das: Preparativos para la batalla final. Wellington y Blucher. La batalla en la meseta del Monte de San Juan (1815). Intento de evasin hacia los Estados Unidos. Napolen pide asilo desde el navo Belerofonte. Desterrado a la Isla de Santa Elena. Invasin de Francia. Indem-nizaciones de guerra. Luis XVIII vuelve como rey de Francia. Muere Napolen en Santa Elena ( 1821 ).

    3. El Congreso de Vena: Los plenipotenciarios de los paises participantes. El prncipe de Mettemich. La tesis de Talleyrand. El Tratado secreto de Alianza ( 1815). a) Los resultados del Congreso. Rusia ensancha sus fronteras. Prusia consigui territorios al Norte y Westfalia. Austria se anexionaba los territorios del Este de Italia. Se creaba la Confederacin Germnica. En el Oeste se reconocen el Reino de los Pases Bajos y la Confederacin Suiza. En el Sur, Espaa Y Portugal no sufran ninguna modificacin. Qued fuera del Congreso la cuestin de Europa Oriental. Inglaterra no permiti que se tratara de sus dominios colo-niales. b) El espritu del Congreso. Acta Final de 9 de junio de 1815. La Carta Territorial de Europa. No se tuvieron en cuenta las aspiraciones de los pueblos. El principio de libertad de los ros internacionales. Prohibicin de la trata de negros. Clasificacin de los agentes diplomticos. Labor positiva del Congreso de Viena.

    l. LOS GRANDES ERRORES DE NAPOLEN Se ha dicho que los tres grandes errores de Napolen fuerqrr __

    enemistarse con el Papa~ atacar a Espaa e invadir Rusia, dejando a sus espaldas el peligro de Inglaterra. Y, en efecto, el comienzo

    ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) )

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    pcCuadro de textoTRIGO CHACON, Manuel, Manual de historia de las relaciones internacionales, Universidad Nacional de Educacin a Distancia, Madrid, 1994; caps.18- 21; pgs. 237- 265.

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    del fin del Imperio napolenico puede decirse que estuvo marcado por aquellos tres grandes errores.

    ~_caq1pa_i}?-_ ~~-It_u.sia, como la guerra de Espaa, a diferencia de lo que haba ocurrido .e otrospaseseuropeos o en sus campos de batalla, no se resolvi en una o ms batallas decisivas. Despus de haber entrdo.n-Moscu~ encontrar al enemrgo que continua-mente le hacll_ eGaco, Napo-fen eii:it:enif -la retirada, que se

    _C_Qnvir_ti_9. en un -Ve.rdadero--lesastre ... - -. - -------- . -

    En E;~paf!a_, __ Napolen se encontr. con un pueblo ente!9. que se enfrent a su poet~r9.~

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    Luis XVIII no interrumpi la marcha de los ejrcitos d~Ja coalicin, qei.;aCi1~_(i;~to .. da_Fnincl~:~s_Cii_iietiin'_q_9l.Jl ... J.m_dJJro ... castigo. Este rgimen de ocuRacin dur hasta la conclusin del segundo Tratado 4. P~lf_t{~-2]f_

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    Polonia que le haba COITespondido en los repartos anteriores. En compensacin se le adjudicaba la Pomerania sueca, al norte de Sa-jonia, y un grupo impmtante de ten:.1i.9..r.tos=-en ( regin deLRhin,

    entrQS_~~~[_~~L~'L~.!W.Qnt~aba W ~~tfalil:).. - ~se ex~nda h_l!Qia,...~L$.ut:,_ adquiriendo Lombarda, Yene-

    cia, Ti rol, Salzburgo y las Provincias Ilricas-.l':{o_se_restableda et $acro. Imperio, per:o~grac,t'-..P.QL_3.2__E_s_t.a.,d..Q.s..,_eQ.Ye.z_de los . .3.60 .existentes en 1792. La Confederacin estara {?residida p_9r -~

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    do__tt:es __ c~teg9_ras.;_E~res,_l~es de_Lega.ci..u y Nuncios; Mi-nistros J.llenipotenciari'l.s, Enviados EJraordinarios y Enc~ados de ~.godos, ~_t_9~~ltiffi9s-:-~sn.e;d4_~s- na ante Jl~f~~_d .. Estado,- sino - - -Q..~r_ca cr

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    pritu' de la Revolucin, vencido en el campo de batalla, segua alentado en Europa~La reaccin no fue radical, ni absoluta la res:. ii=acin del orden poltico e ideolgico anteriores a la Revolucin, sino que, en muchos aspectos, tuvo que transigir con la subsistencia de formas polticas opuestas al ideal que representaba._f\f.~ _que de

    la_r~~ta1,1racin de un slido orden nuevo, asentado sobre. bases ideo-lgicas y morales,J9--..9.h~ranos_ deJa_ .coali.cin.triunfante_tuvierqn

    inte._re~ s ~n prey._e_pj_r .. s-~_q_e_tqg_a_JlJ.leVc;tJlf~ns_iya _v_iolenta c;ie Ja .. IS~yoJu'.:. cin. A este __ fin_respo_nde, en cierto modo, la Santa Alianza y el Pacto e- 20 de novie.!}lbre ~--UU 5 __ ~9n_o_cido _como Segundo Trat~do de Pars, despus de los Cien Das.

    2. LA SANTA ALIANZA

    Mucho se ha discutido respecto al sentido de la Santa Alianza que, debida a la iniciativa del zar Alejandr~I, fue una declaracin de. pril}cipios por la cual, el zar, el emperador Francisco I y Federico Guillermo-III de Prusi se comprometan -a--establcer los vnculos de ua fiiii.ern.ldad-cristiana: Todos los soheranos=europeoS.:se adhi-rierci1i. a a.- Pero -s-eficaca fue escasa y reducida a la de un -

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    tado una serie de medidas represivas, aplicadas en las Universidades con vista a detener los avances del Liberalismo. Pero en Viena, Mettemich, que haba sido el alma del Congreso, fracas cuando quiso que los estados del sur de Alemania suprimieran las constitu-ciones que haban otorgado a sus sbditos.

    . El ao ~~~--up. alq. dc:_~~!~cin. revolllcionaria. En Espafla t~ene lugar ellevantarmento ae R1ego,~Sde-san Juan. De Espaa, el J.TIQyr_r.iiQ.to-~~i9J~c-i6nario se ext_ef1.d! a Italia, y espe-cialmente a Npoles, mientras que e~ Francia ~_!_ du~ de Berry, heredero del trono de Francia, era asesinado_. __ !;:! zar Alejaf!dro era partic.fano de la intervencin ~ fv~i~ .f~~~ndp. VII. Cast!-;i~~gli.?a"ccintrario -y-Metternfcli-ndiferente. DesdCitYe la Revolucin

    ~stall en Italia,. Mett"ch se"CleCiar -p-artiditrio de la ritervencin: . concentrando sus tropas en Lombarda y Veecii." EL:Ziir_-~ijf5)nces p.repar la reunin_ q~__!:lQ_cgngreso, que comenz a celebrarse en Tt:opp_a_l!_.(! 82:Q)_Ly_~et~in sus sesiones en Laybach--(1821 j, aunqte, en ocasiones, se considerei1como-cogre-sos difterents y separados.

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    4:- -~~ -o;GRE~o DE TROPPAU-LA YBAcu) -------~- ~- -------~------------------

    Xl}gl~_teq_a __ se _manifest contraria al principio. de intetYencin, pero Austria, Prusia y Rusia suscribieron una declaracin en la cual la poltica de inte-rV"erCise.i-iala expc{i:ar11el-ite formulada. Por lo dems, CasiTereagh. se iimit a hacer una protesta y dej a.JYkttemich que interviniera en Sicilia. ---

    Las potencias firmantes de la Declaracin de Troppau, prepa-raron entonces su intervencin en Npoles, a favor de Fernando I, que haba sido obligado a otorgar a sus sbditos una constitucin anloga a la espaola conocida como Constituciq de las Coties de CQ.iz-de-l-8L2... ---. .

    Como puede verse, t;1nto la Sant;l Alianza, a la que se ha cali-.fic.ado __ _q~ 5

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    contrarrestar el crecimiento excesivo de Rusia, 'lo que no satisfizo ~ absolto-ai-zar. -E-TCartse-obTlg. Austria a evacuar el ---- - .. - .. - ----- --- . - --- ________ ... _______________ _ Piamonte y a reducir el tiempo de ocupa.cin del territorio napolitano .

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    en 1815, y en relacin con Amrica, entabl relaciones comerciales con las antiguas posesiones espaolas del Nuevo Mundo, que se haban sublevado, y hasta pareca dispuesto a reconocer su indepen-dencia, pero se suicid sin que tuviera tiempo de hacerlo. Su muerte facilit el acceso al poder de Canning, artidario resuel u-cipio de no intervencin, que en 1822 rompi con la Santa Alianza. --------- ----~ ------------- -. .

    _. . ~ . Frente a una posible intervencin de las potencias absolutistas J

    de la Santa Alianza, Canning sent la nonna de que las antiguas ..::olonias espailolas o se hacan independientes o volveran a la de- . pendencia de Espaa, porque de ningn modo pasaran a poder de ~ otro Estado.

    Establecida esta poltica, Canning fue poco a poco evolucionan-do hacia una actitud cada vez ms favorable a los rebeldes. Y as, ~n 1823, se opuso a la reunin de un congreso que tratara de la cuestin americana. En este mismo ailo tena lugar la declaracin del-presidente Monroe, en la gnesis de la cual es ms que posible que el ministro ingls tuviera una decisiva intervencin y participa-cin.

    De este modo, el 26 de agosto del ao en que Monroe iba a lanzar su famoso mensaje al Congreso con la doctrina que lleva su nombre, Canning dirigi al ministro norteamericano en Londres, sir Richard Rush, una comunicacin en la que le propona lo siguiente:

    l. Imposibilitar que Espaa recuperara por la fuerza su antiguo Imperio.

    2. El que Inglaterra y los Estados Unidos se comprometan a 10 obstaculizar un posible arreglo entre Espaa y sus antiguos do-ninios, siempre que este arreglo fuera amistoso.

    3. El declarar que Inglaterra y los Estados Unidos se compro-netan a no aspirar a la posesin de ningn territorio de aquellas :olonias. :

    4. El que ambos pases de9larasen que no permaneceran in-liferentes ante la ocupacin por otra potencia de los territorios ame-icanos.

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    MANUAL DE HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 253

    Aqu se encontraban ya, como pueden verse, algunos de los principios que ms tarde seran objeto de declaracin en la doctrina de Monroe.

    En este intento de Canning, haba un propsito de carcter muy? ingls. Gran Bretaa no tena miedo de que las colonias volviesen a Espaa. Conoca la debilidad poltica de Espaa en aquella poca. y saba que no las recobrara. Pero, en cambio, tena miedo de los

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    Canning, en gran parte se equivoc, pero, en definitiva, vio sus deseos cumPlidos en relacin con la independencia de los antiguos dominios espaoles en Amrica. En efecto, despus de haber pro-puesto al Gobierno de Madrid sus garantas en lo referente a la posesin de Cuba a cambio del reconocimiento de la independencia de las restantes colonias, ~_l82_5_._aL reconocimiento oficial de todos los nuevos estados americanos de fmma precipitada. --------------- ~----:

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    2.

    &n-c.uantQJLlos_Estad.os.Unid~omenzaron por ayudar a los rebeldes ~n..reQatQ __ ~Jguuo_, ___ Eu 1816 reCOOCerO-su-oelgerancia, que distinguan y diferenciaban de la independencia, con arreglo a las doctrinas expuestas por el juez Stmy. Por ltimo, en 1822, re-conocieron la independencia de los antiguos dominios espaoles, y ':!.J __ g~_.919.J~mbre_g~la~J,_tem.eroso.s._de que la_ Santa . .Alianz.a -~

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    hecho las tuvo, consecuencias internas. Era una dec aracin unilateral que no haba sido aceptad~ l?_~!"__ios dem~ses .. _~ a ~c. r,por

    t~ho-rn~iil,~rrcosecll'e-ttcla, Amenca, en el futuro, poda seguir siendo objeto de colonizacin de conformidad con el propio Derecho Internacional, como cualquier otra parte del mundo. Y no cambi su naturaleza jurdica el hecho de que el artcu-lo 21 del Pacto de la Sociedad de Naciones (ver el texto del artculo en el anexo correspondiente), un siglo ms tarde, citara la doctrina de Monroe como una de aquellas ententes compatibles con el Pacto, porque ello no supona reconocimiento bilateral ni multilateral de sus miembros en relacin con aquella doctrina poltica.

    . Sin embargo, si en el campo jurdico la doctrina de Monroe no--,~ cons~ituy fuente de obligaciones internacionales, en el campo de la poltica ha tenido gran importancia, no slo por representar la poltica le un presidente, sino tambin por construir la lnea general ) y constante, durante ms de un siglo, de la poltica exterior nortea-_> mericana.

    La evolucin posterior de la doctrina de Monroe, consisti en una aplicacin inflexible del primer principio de la misma, la pro-hibicin a Europa de intervenir en la poltica americana, mientras que el segundo de dichos principios, no intervencin de Amrica en los asuntos europeos, se debilit hasta el punto de pasar de la inhi-bicin a la plena intervencin en los asuntos del Viejo Continente.

    En la primera fase, que dur hasta 1895, los Estados Unidos no eran lo suficientemente fuertes como para hacer que la doctrina de Monroe se cumpliera con todo rigor. Y as, tuvieron que tolerar, mientras mantenan una guerra en Mjico y despus se debatan en

    . una terrible lucha intestina de secesin, entre el norte y el sur, que los ingleses establecieran en 1846 su Protectorado de Honduras. En 1850, los Estados Unidos y Gran Bretaa renuncian al dominio exclusivo del futuro Canal de Panam. En 1861 tienen que aceptar la anexin por Espaa de la isla de Santo Domingo, y en 1863, tras la intervencin anglo-franco-espaola en Mjico, la instauracin por Napolen III, de Maximiliano como emperador de Mjico.

    Pero poco despus empiezan a cambiar las cosas. Los Estados Unidos comienzan a intervenir en Europa. As fue en la Conferencia de Madrid de 1880, tras haber intervenido en el Extremo Oriente, con lo que la postura inhibicionista comienza a ser abandonada.

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    MANUAL DE HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 257 )

    En 1895, los Estados Unidos, sintindose fuertes, imponen a -) InglatetTa por la Declaracin de Olney, su arbitraje en un conflicto( entre Venezuela y la Guayana inglesa, llegndose a la afirmacin , ) de que la voluntad de los Estados Unidos es Ley en este continente ... .\ )

    Desde ese ao, la doctrina de Monroe se convierte en un prin- ) cipio de Derecho Pblico, que los norteamericanos hacen respetar, ) mientras que, de otra parte, no respetan el compromiso de dejar subsistir las colonias existentes. Y as, en 1898, tras la guerra con ) Espaa, llevaron a cabo la ocupacin de Cuba y Puerto Rico. Tam- ) poco renunciaron a intervenir en los asuntos europeos, como lo de- ) muestra la Conferencia de Madrid de 1880, ya citada, y la Confe-rencia de Algeciras de 1906. En cuanto al Canal de Panam, en ) virtud del Tratado de Hay-Bunau-Varilla, acab por ser lo que Grant ) haba querido: Un canal americano en suelo americano (1901). )

    Con la intervencin en Centro-Amrica a principios del presente ) siglo, y la Big Stick Policy, hubo un momento en que la frmula de la doctrina de Monroe, Amrica para los americanos, estuvo ) a punto de convertirse en Amrica para los norteamericanos. Todos ) los esfuerzos de los pases hispanoamericanos, a travs de los con-gresos y conferencias Panamericanas, fueron totalmente baldos, sal- ) vo a partir del momento de la sustitucin de la Big Stick Policy ) por la poltica de Buena Vencindad, y la Conferencia Extraordi- ) naria Panamericana de 1938, en la que se esboza ya el procedimiento de consulta mutua, perfeccionado en la octava de 1938 y en la ) segunda consultiva de La Habana de 1940. Ya entonces parece que ) la doctrina de Monroe pasa de unilateral a convertirse, como queran ) los pases hispanoamericanos, en multilateral, y que el definidor y guardin, no slo sean los Estados Unidos, sino que constituya una ) obligacin jurdica internacional, normalmente aceptada por todos ) los Estados, con lo cual ya no podrn cambiarla a su antojo los Estados Unidos de Amrica del Norte. )

    ) Hoy, y tras la intervencin de los Estados Unidos en las dos

    guerras mundiales, colocados en la cspide de la comunidad nter- ) nacional occidental, las motivaciones ltimas de la doctrina de Mon- ) roe se han extendido multilateralmente a todo el mundo, y lo que los Estados Unidos han perdido en profundidad e intransigencia en ) Amrica lo han ganado en extensin en el resto del mundo, que se ) apresta frente al enemigo invisible que amenaza destruirlos, con ) guetTas econmicas y explosiones raciales que originen nuevos na- cionalismos y xenofobias. )

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    CAPTULO XXI

    Aspectos poltico-internacionales de la Guerra de la Independencia

    SUMARIO: l. La guerra del pueblo espaol: Los sucesos del 2 de mayo de 1808.

    La Junta Suprema Central, concierta en nombre de Fernando VII el Tratado de Londres (1809) con Inglatena. Wellington y la batalla de los Arapiles. La batalla de Vitoria. El Tratado de Valen~ay (1813). Fernando VII reconocido rey de Espaa. Retirada de las tropas francesas.

    2. Politica exterior espaola en el reinado de Fernando VII: Las tres etapas del reinado. Intervencin de Espaa en el Congreso de Viena. Entrada en Espaa de Los cien mil hijos de San LLLS. Poltica matrimonial de Fernando VII. Acercamiento a Rusia. El asunto de los barcos rusos.

    3. Espaa en el Congreso de Viena: La actuacin de don Pedro Gmez Labrador. Exigencia a Francia de restituir las obras de arte. La no intervencin de Espaa durante los Cien Das de Napolen. Negociaciones sobre la Luisiana. Estados Unidos sin representacin en el Congreso. Negociaciones con Portugal. El art. 105 del Acta final. Comunicacin de Gmez Labrador a Metternich. Firma y ratificacin por Espaa del Tratado de la Santa Alianza, del Acta Final del Congreso de Viena y del Tratado complementario ( 1817).

    4. La intervencin francesa en Espaa de 1823: Acuerdos del Congreso de Verona (1822) sobre la intervencin en Espaa. Francia representada por Cha-teaubriand favorable a la intervencin. Canning y Wellington en representacin de Inglaterra en contra de la intervencin. El triunfo de la propuesta francesa. El acuerdo secreto. El ejrcito del duque de Angulema penetra en Espai'ia. Protesta inglesa. Traslado de la Corte a Sevilla y Cdiz. Derrota y prisin de Riego. El asedio a Cdiz. Libertad de Fernando VII. El Decreto de anulacin de 1820.

    l. LA-GUERRA DEL PUEBLO ESPAOL

    Al Tratado de FontaiuebleaLLSigui_la....entrada-en-Espaa _deL ejrcito francs, el .motn de .-\ranjuez, la abdicacin de Carlos IV en su hijo Femando VII, la m1rcha de la familia real a Bayona y la

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    abdicacin en esta ciudad, de la Corona espaola en Napolen, que la otorg a su hermano Jos.

    Entretanto, tenan lugar en Madrid los sucesos del 2 de mayo de 1808, ~(~mo_f.es:_h~_!_nicia~~Lmo-viiiifen~

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    de la creencia en que Prusia era el enemigo ms acrrimo de Francia y de que Austria deba ser nuestro aliado natural.

    A Gmez Labrador se le haba recomendado que no admitiera discusin respecto al territorio de Espaa en la Pennsula o sobre la isla de Santo Domingo y de que se opusiera a la restitucin a Francia de los establecimientos de Cayena, por el socorro que desde all poda prestarse a los rebeldes de las colonias espaolas. En relacin con la cuestin italiana, como se vea que Austria estaba ya instalada en Toscana, se recomendaba que Labrador reclamara la Luisiana, que haba sido el precio de aqulla y que si los ducados de Pam1a, Plasencia y Guastalla pasaban a Mara Luisa de Austria, Espaa reivindicara la isla de Cerdea. Por ltimo, no deba renovar el Pacto de Familia sino en su parte puramente honorfica y deba exigir a Francia la restitucin de los objetos de arte llevados por los franceses y una indemnizacin de 50 millones de reales.

    Durante los Cien Das, Wellington pidi a Labrador que Es-paa invadiera Francia por los Pirineos, pero el Gobierno espaol aleg la desorganizacin en que se encontraba el ejrcito, y cuando ste pareca dispuesto a colaborar, ya haba tenido lugar la batalla de \Vatterloo, con lo cual perdi la ocasin de una intervencin que habra dado ms valor a las pretensiones de Espaa en el Congreso de Viena.

    En el asunto de la Toscana, Metternich aleg que cuando las annas austriacas hicieron su conquista, este pas petieneca a Francia, quien lo haba cedido a las potencias vencedoras por el Tratado de Pars. En consecuencia, la Toscana se entreg al archiduque Fernan-do de Austria. Los ducados de Panna, Plasencia y Guastalla pasaron a la archiduquesa Mara Luisa, la exreina de Etruria e hija de Carlos IV, obtuvo como compensacin el Estado de Luca (120.000 habi-tantes) y una renta de medio milln de francos pagaderos por Austria y Toscana. La corte de Madrid crey justo pedir la devolucin de la Luisiana, que haba sido entregado a Francia por los preliminares del Tratado de San Ildefonso (1800) y Aranjuez (1801). Se pedan adems los seis navos entregados por el Tratado y los 24 millones en que fue comprada la Toscana. Labrador contest a la insistencia que la Corte puso en esta cuestin, que no estando la Luisiana ocupada por tropas de las potencias aliadas, ni a disposicin del Congreso, no podra obtenerse de ste la restitucin de aquella pro-vincia y que no habiendo en Vieh'a embajador de los Estados Unidos, no haba con quien entablar negociaciones.

    MANUAL DE HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES 263

    Sin embargo, Labrador hizo an un nuevo intento, basndose / en que los ingleses posean la colonia de Nueva Orleans y que por/ el Tratado de Gante se haban comprometido a su devolucin. Pidi a W ellington que la retuviera, en atencin a la mala fe con que enajen la Luisiana el Gobierno francs y a la misma mala fe con que la adquirieron los Estados Unidos, ya que la Casa de Panna no pudo recuperar la Toscana, para cuya adquisicin se cedi la Lui-siana. Pero su proposicin no fue tomada en consideracin.

    En relacin a los artculos del Acta Final que establece la libertad de navegacin por los grandes ros europeos, Labrador solicit y obtuvo su aplicacin a los ros comunes de Espaa y Pmiugal.

    Antes de comenzar el Congreso Castlereagh se haba interesado cerca de Labrador para que se hiciese la restitucin de Olivenza a Portugal, pero posterionnente Labrador, por encargo del Ministro de Estado, duque de San Carlos, sostuvo una conversacin con el embajador portugus, conde de Palmella, en la que se negoci el cambio de Olivenza por ciertos territorios en el Amazonas.

    Metternich, en una de las sesiones del Congreso, trat inciden-talmente del tema y el plenipotenciario portugus pidi que se plan-teara de lleno la cuestin, pero Labrador aleg que era ajena por completo a la misin de la Conferencia. En definitiva, no se tom acuerdo, y en el artculo 105 del Acta Final se declaraba que las Potencias se obligaran a emplear por medios conciliadores entre los firmantes, los ms eficaces esfuerzos para que se efectuara la retro-cesin de la plaza y territorios adquiridos por Espaa en el Tratado de Badajoz de 180 1, a favor de Portugal.

    Labrador contest que era una novedad del Congreso el hacer una recomendacin, mezclndose en un asunto que no le concerna. De sobra saban los plenipotenciarios portugueses que el asunto se hallaba entablado entre las dos Cortes y que sera un error imper-donable de Espai'a, hacer la donacin de Olivenza, que posea en virtud de un Tratado y dejar a la Corte de Portugal en posesin de los grandes y ricos territorios que haban usurpado en Amrica.

    Al da siguiente, redactada y finnada el Acta Final del Congreso, por las grandes potencias, Labrador envi una nota a Metternich en la que hace una exposicin de las quejas de Espaa y comunicaba su propsito de no dar su ratificacin al Tratado (5 de junio de 1915).

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    La Corte de Madrid, a pesar de las presiones ejercidas sobre ella aprob la conducta de Labrador. En carta del Ministro de Estado enviada a su plenipotenciario se deca:

    de ningn modo firme V.L el Tratado y mucho menos los artculos relativos a Parma, Luca y Olivenza, los dos prime1os por injustos y poco decorosos, y el ltimo porque a ms de haberse respondido aqu a las potencias mediadoras con razones irresisti-bles, ha sobrevenido nuevamente otra muy poderosa y es que el mismo gobernante del Brasil, contestando a mi carta con fecha 31 de marzo de este ao, reconoce que este punto depende exclusivamente del rey nuestro seor.

    Firmada la Santa Alianza, Espaa fue invitada a prestar su ad-hesin, pero pendientes de la firma del Acta Final del Congreso, sta no fue posible de momento, aunque en 1917, reemplazado La-brador por el conde de Femn Nez, sin que las circunstancias hubieran suftido modificacin, el 4 de junio Espaa prestaba el consentimiento al Tratado de la Santa Alianza. El da 7 al Acta Final del Congreso de Viena y el da 10 al Tratado complementario del Acta en que se estableca que los ducados de Parma, Plasencia y Guastalla, a la muerte de la archiduquesa Mara Luisa, pasaran a la infanta, a su hijo el infante Carlos Luis y a sus sucesores varones, y que igualmente tendra lugar la reversin del pequeo Estado de Luca al Ducado de Toscana.

    4. LA INTERVENCIN FRANCESA EN ESPAA DE 1823 La si!Y!lcin de Espaa dur~nte~!_~~~~_nio liberal preocupaba especialm~f!!:~_Fran0-:.f~rnanc19.YU. ~afa re_clamado la ir;t~ryencin de Is potencias de la Santa Alianza, apoyado por Francia y

    _ R.tt$.ia,:g~e -.r:an._p.ilrti4an~Lde .!-~intervencin. Metternich accedi a__la_!eUQ-~9!1_f!~ __ u_n_-9_I)gr~.O _en Verona""(l822), al que acudiero-personalmente los soberanos de Austria, Prusia y Rusia. A Inglaterra la represent Wellington, y Francia estuvo representada por Cha-' teaubriand y Montmorency ..

    En Francia, frente a la oposicin de los liberales, el ministerio del conde de Villele, del que era ministro de negocios extranjeros Chateaubriand, que haba sucedido a Montmorency, no ocultaba sus deseos y propsitos de una intervencin ar:wada. Tambin se incli-naba a ella Alejandro de Rusia~ pero Inglatena se opola-y Canning, ------------ . ------~---~--:---- .. -----------

    MANUAL DE HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIO.ULES 265

    dio instrucciones en este sentido al duque de Wellington, quien re-presentaba_a.Ini~Taterri."------------------ --------- ------ ._____:_:~~------- ------

    Las n~~ciaciot~_!_fU~.!2.!!..1arg_?s y dificiles. Primero se pens en que un ejrcito austro-ruso desembarcaria en Levante, mientras que las tropas francesas pasaran por el Pirineo. Pero el proyecto fue desechado. Las J:!Ote.!}_c;l-~~~_E_n__c_!.I_!:J1plirniento de estos Acuerdos, el 23 de abril de 1823, pel}~tr~ en Espaft. e.! duque