Tristeza o Irritabilidad en La Depresion Masculina

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    TRISTEZA O IRRITABILIDAD: DEPRESION MASCULINA

    Los hombres todava no lloran?

    Se deca que los hombres no lloran. Se deca que los hombres sienten poco y expresan an menos. Se deca que los hombres hablan poco de sus intimidades y que evitan mostrarse vulnerables. Se seguir diciendo?

    En Las depresiones (Paids, 2006), esboc ciertas diferencias entre mujeres deprimidas y hombres deprimidos. En este artculo me propongo, ms que avanzar sobre el tema, particularizar ciertas caractersticas culturales de la depresin en los hombres como creo que, por las razones que mencionar, esta subdiagnosticada.

    Cada ao, 6.000.000 de varones estadounidenses escucharn el diagnstico de depresin. Son tambin millones los que sufren en silencio, sin diagnstico o con diagnstico equivocado, o los que tenindolo se rehsan al tratamiento, tal vez porque los hombres no lloran.

    La Organizacin Mundial de la Salud pronostica: Se espera que los trastornos depresivos, en la actualidad responsables de la cuarta causa de muerte y discapacidad a escala mundial, ocupen el segundo lugar, despus de las cardiopatas, en 2020. Hacia esa fecha las problemticas de la salud sern principalmente: envejecimiento de la poblacin; propagacin del HIV e incremento en la mortalidad relacionadas con el tabaco y la obesidad. Las depresiones se ubicarn, como causa de discapacidad, por delante de los accidentes de trnsito, las enfermedades vasculares cerebrales, la enfermedad pulmonar obstructiva crnica, las infecciones de las vas respiratorias, la tuberculosis y el HIV.

    Cual es el costo econmico de las depresiones? El Journal of the American Medical Association lo estim recientemente, para los Estados Unidos, en 48.000 millones de dlares anuales. Y el nmero se queda corto, porque todava hay que agregar los gastos derivados: hospitalizaciones, consultas y pruebas diagnsticas por afecciones mdicas que no han sido diagnosticadas como depresin pero que lo son. Por lo cual reciben esa denominacin de depresin enmascarada. Y ya veremos el papel del enmascaramiento en la depresin del varn, ese ser al que le cuesta expresar sus afectos.

    Describamos los motivos de consulta en las depresiones: A) Estados de nimo y afectividad: tristeza, baja autoestima, autorreproches, prdida de placer e inters, sensacin de vaco, apata, ansiedad, tensin, irritabilidad, inhibiciones varias. B) Pensamiento: concentracin disminuda, indecisin, culpa, pesimismo, crisis de ideales y de valores, pensamientos suicidas. C) Manifestaciones somticas: alteracin de

    algunas funciones (insomnio, hipersomnia, aumento o disminucin del apetito, disminucin del deseo sexual); dolores corporales (cefaleas, lumbalgias, dolores articulares) y sntomas viscerales (principalmente gastrointestinales y cardiovasculares).

    Los deprimidos tienen una visin pesimista de s mismos y del mundo, un sentimiento de impotencia y de fracaso. Sus das son una cansada sucesin de rutinas y pesares, sin los pequeos estallidos de alegra de la persona comn y casi sin motivos de deleite (intelectuales, estticos, alimentarios o sexuales). Como si la existencia careciera de color, de sabor y de sentido. No todos los deprimidos son calladitos y viven en mortecino abatimiento. Algunos sobre todo los varones- ocultan el vaco interior con el ruido de la violencia, el consumo de drogas o la adiccin al trabajo. Sntomas que, con un eufemismo, se califican como irritabilidad.

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    Se advierten disminucin de energa e inters, sentimientos de culpa, dificultades de concentracin, prdida de apetito y pensamientos de muerte o suicidio. Hay cambios en las funciones cognitivas, en el lenguaje y las funciones vegetativas (como el sueo, el apetito y la actividad sexual), los que suelen afectar el desempeo social, laboral e interpersonal.

    Estn agobiados en busca de estmulo. Estn ansiosos en busca de calma. Estn insomnes en busca de sueo. El agobio se expresa en la temporalidad (no tengo futuro), en la motivacin (no tengo fuerzas) y en la propia estimacin (no valgo nada). Se sienten abrumados por cierta desesperanza que les impide contar con la energa necesaria para formular nuevos proyectos y dejar de revolver, nostlgicamente, las cenizas del pasado. Porque el futuro, a diferencia del pasado y del presente, tiene que ser inventado. Porque inventar es un juego. Y estas personas no saben jugar o saben pero lo han olvidado.

    Pocas veces el varn expresa la alteracin del estado de nimo a travs de sntomas psquicos como la tristeza, la labilidad emocional o la ideacin depresiva. Por eso la depresin masculina est ms enmascarada que la femenina y puede pasar inadvertida cuando el profesional mdico, psiquiatra o psiclogo- no advierte que la depresin se est manifestando como anorexia, astenia, dolores musculares, cefaleas, insomnio, prdida de peso. Incapaces de identificar las emociones propias y, por lo tanto, de expresarlas con palabras, estos depresivos slo mencionan los sntomas fsicos de su malestar.

    En estos casos, la alteracin del estado de nimo se manifiesta como alteraciones fisiolgicas (anorexia, astenia, dolores musculares, cefaleas, insomnio, prdida de peso). Cerca del 50% de los episodios depresivos mayores no se detectan porque el estado de nimo depresivo es menos evidente que otros sntomas. La incapacidad para expresar los sentimientos con palabras, los problemas de concentracin, y el consumo de sustancias puede ser ms evidente que las alteraciones del estado de nimo.

    El alcoholismo y las adicciones, sin ser exclusivos de la depresin masculina, a veces se suman a ella, como la otra cara del vaco depresivo. (Y ya sabemos que tambin pueden ser adictivos el trabajo, los juegos de azar, etc.) Depresin y adiccin forman un crculo vicioso. Se busca la euforia artificial para escapar de la apata depresiva, pero el alivio es pasajero. El dao, en cambio, es duradero y acenta el sentimiento de culpa.

    El alcohol ayuda a escapar de la visin crtica que tenemos de nosotros mismos. Cunto ms negativa es la mirada sobre uno mismo, ms se intenta eludir ese sentimiento mediante el consumo de sustancias. El alcohol es un desinhibidor que facilita el paso a la accin, pero sus efectos depresgenos son mltiples: biolgico (perturbacin de los neurotransmisores vinculada a la dependencia fsica), sociales (vergenza y rechazo social) y psicolgicos (alteracin de la autoestima). En cualquier caso, la autoestima del paciente alcohlico es muy inestable. Su discurso oscila de la negacin a la desesperacin. Ninguna de esas actitudes es eficaz para salir adelante.

    Ciertos conflictos conyugales y familiares, el ausentismo laboral, el bajo rendimiento escolar, el aislamiento social y la falta de motivacin pueden ser depresiones enmascaradas. Un predominio mayor de depresiones somatizadas se produce en los pacientes que tienden a la negacin, la hiperactividad y cierto control omnipotente del entorno. Su idiosincrasia no les permite discernir vivencias de indefensin y de fracaso, hasta que las alteraciones somticas las evidencian.

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    El sistema inmunolgico no es inmune a las emociones. Los mensajeros qumicos operan en el cerebro y en el sistema inmunolgico. Algunos descubrimientos evidencian que las emociones ejercen efectos innegables en el sistema nervioso autnomo.

    Los estados depresivos pueden aparecer a raz de cualquier alteracin somtica. Y habr que apelar al tacto clnico para decidir entre tres posibilidades: a) que los estados depresivos hayan provocado los sntomas somticos; b) que sean ellos, en cambio, los resultantes de una enfermedad mdica; c) que condicionen la evolucin de la enfermedad mdica. Las enfermedades mdicas que ms se asocian a la depresin son el colon irritable, la fibromialgia, el sndrome de fatiga crnica, la insuficiencia renal, las enfermedades autoinmunes y las cardiovasculares.

    La depresin masculina se enmascara. La depresin (y slo para mencionar un ejemplo) est asociada a enfermedad coronaria e infartos cardiacos y cerebrales, padecimientos que afectan a los hombres con mayor frecuencia y a una edad ms temprana que a las mujeres. En los ltimos 40 aos, la tasa de suicidio entre hombres ha sido cuatro veces superior a la de mujeres.

    Depresin masculina: del reduccionismo a la complejidad.

    Y cul es la causa de las depresiones? Se observa, sin duda, un desequilibrio neuroqumico. Pero tambin se observan la herencia, la situacin personal, la historia, los conflictos neurticos y humanos, la enfermedad corporal y las condiciones histrico-sociales. Mientras vamos desarrollando articulaciones en esta compleja constelacin, un mnimo recaudo ser el de evitar los reduccionismos y precaverse de las opiniones interesadas.

    Miremos a nuestro alrededor. Psicoterapeutas que ni se informan sobre la medicacin que toman sus pacientes. Psiquiatras biologicistas que descreen en la psicoterapia como complemento a los frmacos y hasta del dilogo con el paciente. Y ello para describir el escenario antiguo, de un paciente ante un profesional, con la industria fuera del consultorio.

    En las ltimas dcadas los avances en la ciencia de los genes y del cerebro han sido apabullantes. Hay un gen para cada aspecto de nuestras vidas. Genes para la salud y la enfermedad, para la criminalidad, la violencia, la orientacin sexual anormal y hasta el consumismo compulsivo. Se propugna una relacin causal directa entre el gen y la conducta. Un hombre es homosexual porque tiene un cerebro gay, que a su vez es producto de genes gay; alguien est deprimido porque tiene los genes de la depresin. Hay violencia en las calles porque la gente tiene genes violentos o criminales; la gente se emborracha porque tiene los genes del alcoholismo.

    La vida no se reduce a la bioqumica, y menos la vida psquica. Es propio de la libertad desbaratar los cdigos biolgicos y sociolgicos. La excitacin y la incertidumbre de lo que nos espera son superiores a la regularidad de un placer grabado en nuestras clulas

    La industria farmacutica suele abogar excluyentemente por la farmacoterapia, como si la qumica fuera la clave. La bioqumica puede aliviar ciertas depresiones. Pero estas resultan de una alteracin de la autoestima en el contexto de los vnculos y los logros actuales. Reconocer los aspectos qumicos de las depresiones no implica desconocer los aspectos psquicos ni los socioeconmicos. Pero postular que las depresiones son solamente biolgicas es cientficamente falso y humanamente peligroso. Las depresiones tienen que ver tambin con el

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    desempleo, la marginacin, la pobreza extrema y la crisis en los valores e ideales. Tampoco en esto disponemos de estadsticas confiables. Pero en la Argentina no es aventurado vincular la depresin a los duelos masivos y traumas devastadores que hacen zozobrar vnculos, identidades y proyectos, personales y colectivos. Las depresiones componen la cara oscura de la intimidad contempornea.

    Un psicoanalista es alguien que inscribe una trayectoria, que la inscribe da a da, cuando procesa sus lecturas, su experiencia clnica, su propio anlisis, su participacin en diversos colectivos. Procesando y siendo procesado, va complejizando su escucha.

    Hasta hace poco, el hombre recorra esperanzado el camino del progreso. l, que haba domesticado a varias especies animales, crea que poda someter a la naturaleza, controlar los volcanes, anticipar los terremotos. En suma, se senta en condiciones de excluir el azar, los Tsunami. Predominaba la aspiracin de simplicidad. Haba esencias e ideas esenciales. Slo las apariencias parecan cambiantes. Y como lo simple puede ser aislado, los especialistas pueden ser expertos en sus compartimentos y cooperar con eficacia en sectores de conocimiento no complejos. Actualmente la ciencia aborda lo complejo, se abre a lo imprevisible. Se trata de concebir no slo la complejidad de toda realidad sino la realidad de la complejidad. El psiquismo est alejado del equilibrio. Es un sistema abierto. Y en esos trminos debemos trabajar. A la complejidad hay que defenderla cada da, porque los reduccionismos son como las enfermedades: se derrotan muchos y aparecen nuevos, precisamente porque hay nuevas complejidades. Para que la teora siga viva y al da, la polmica debe seguir viva.

    El psicoanlisis naci confrontando con las disciplinas dominantes de su poca. No es beneficioso ignorar lo que acontece en otros campos. Cules son las condiciones de produccin de la subjetividad? Cuando uno se hace la pregunta, est dispuesto a escuchar aportes de la biologa, la historia, la sociologa, sin caer por ello ni en biologismo, ni en sociologismo, ni en historicismo, porque todos estos ismos son reduccionismos.

    Las depresiones y sus conflictos

    Hay conflictos especficos de las depresiones? Con qu cuenta el depresivo en su lucha contra la depresin? Slo cierta constelacin conceptual puede dar cuenta de una clnica de la depresin. Para atender las depresiones, hay que entender antes la relacin yo/supery-ideal del yo, los baluartes narcisistas, la modalidad de tramitacin de duelos pasados y presentes, los efectos de la vida actual en las valoraciones del yo.

    Para abordar las depresiones un eje de trabajo es el concepto de autoestima. Es una experiencia ntima: es lo que pienso y lo que siento sobre m mismo, no lo que piensa o siente alguna otra persona acerca de m. Mi familia, mi pareja y mis amigos pueden amarme, y aun as puede que yo no me ame. Mis compaeros de trabajo pueden admirarme y aun as yo me veo como alguien insignificante. Puedo proyectar una imagen de seguridad y aplomo que engae a todo el mundo y aun as temblar por mis sentimientos de insuficiencia. Puedo satisfacer las expectativas de otros y aun as fracasar en mi propia vida. Puedo ganar todos los honores y aun as sentir que no he conseguido nada. Millones de personas pueden admirarme y aun as me levanto cada maana con un doloroso sentimiento de fraude y un vaco interno. Conseguir el xito sin lograr primero una autoestima equilibrada es condenarse a sentirse como un impostor y a sufrir esperando que la verdad salga a la luz (Hornstein, 2011).

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    Con distinta incidencia, los trastornos depresivos afectan a los dos sexos y a todas las edades. Dos elementos son predominantes: una prdida y una decepcin. La autoestima est jaqueada. Podra parecer un cajn de sastre o una bolsa de gatos, pues en la autoestima hay de todo: historia personal, realizaciones, trama de relaciones significativas, pero tambin proyectos (individuales y colectivos). Los proyectos dan a la autoestima una dimensin de futuro, porque desde el futuro nutren el presente. La autoestima es turbulenta, inestable. Y es precaria cuando la sociedad maltrata al sujeto.

    La hacen fluctuar las experiencias gratificantes o frustrantes en las relaciones con otros, la sensacin (real o fantaseada) de ser estimado o rechazado por los dems; el modo en que el ideal del yo evala la distancia entre las aspiraciones y los logros. Elevan la autoestima: la sublimacin y la satisfaccin pulsional aceptable para el ideal (directa, inhibida en su fin), as como la imagen de un cuerpo saludable y suficientemente esttico. Es acosada por la prdida de fuentes de amor, las presiones superyoicas desmesuradas, la incapacidad de satisfacer las expectativas del ideal del yo y, naturalmente, por las enfermedades y los cambios corporales indeseados (Hornstein, 2000).

    La autoestima contiene facetas con cierta autonoma. Es posible tener una buena autoestima en el terreno intelectual que contrasta con una frgil en lo afectivo. Puede ser variable en distintas actividades y prcticas: laboral, afectivo, intelectual, corporal, sexual.

    Es probable que un xito o un fracaso en un sector tengan consecuencias en los otros. Un desengao amoroso acarrear una vivencia de prdida de valor personal. A la inversa, un xito en un campo determinado puede beneficiar la autoestima. Es difcil que ciertas heridas narcisistas no irradien sobre otros sectores. Por suerte, tambin irradian los logros.

    Las grandes depresiones y los pequeos bajones a menudo derivan de un discurso familiar en que prevaleca una actitud crtica e inhibidora para con el nio. No estamos condenados por esa mirada cruel. Si estamos condenados es porque no tuvimos posteriormente oportunidades de reemplazarla o no supimos aprovecharlas. Tambin es cierto que a lo largo de nuestra vida debemos desechar mensajes y miradas que reforzaran este discurso que transmite insatisfaccin con uno mismo.

    Son posibles una buena autoestima en el terreno intelectual y una frgil en lo afectivo. Y es posible que tanto el fracaso como el logro en algn sector (laboral, afectiva, intelectual, corporal, sexual) irradie sobre otros. Las personas con baja autoestima temen engaar a los dems. Si reciben un elogio sienten que es inmerecido. Las dudas constantes acerca del propio mrito les traban la accin. Se acurrucan en la autoestima como el caracol. Rehusan los riesgos, porque no soportan los fracasos.

    La autoestima esta sostenida por lo social mediante el contrato narcisista (Aulagnier, 1975) que ofrece un entramado que sirve de soporte al yo y al ideal. Apuntalndose en lo social, el sujeto se apropia de una serie de enunciados que su voz repite haciendo verosmiles las previsiones acerca del futuro.

    La depresin y la tristeza, ambas, implican una prdida o el fracaso de un emprendimiento personal. Pero son muy diferentes. La depresin implica una disminucin de la autoestima y la tristeza no.

    Por qu la angustia frente a la prdida de amor del supery predomina en las depresiones? Entenderlo implica dilucidar cmo se construyen el yo, el supery y el ideal. El

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    ideal del yo rescata todo lo que puede del naufragio del narcisismo. Abrumado, alguien formula con dificultad proyectos, con poca energa y motivacin. Buscar y encontrar nuevos proyectos es investir el futuro.

    En las depresiones una prdida de objeto se convierte en una prdida del yo (Freud, 1915). Qu funciones cumple el otro en el campo narcisista? La concepcin del psiquismo como sistema abierto permite entender la funcin narcisista del mundo objetal, porque en ella el ser (registro identificatorio) coexiste con el tener (registro objetal). La lgica de los sistemas abiertos autoorganizadores se expresa en el azar organizativo como principio de complejidad por el ruido. Reflexionar acerca de la relacin entre otro fantaseado, pensado y real es algo distinto de una modernizacin oportunista en la que a una teora endogenista se le implanta una cobertura vincular. (Rother Hornstein)

    Cules son las funciones del otro? Realizacin del deseo? Neutralizar angustias? Sostn de la autoestima o de la consistencia yoica? En las depresiones la conservacin del valor del yo es primordial.

    En las relaciones narcisistas se proyecta sobre el otro una imagen de s-mismo, de lo que se ha sido, lo que se querra ser o lo que fueron las figuras idealizadas. Los otros cumplirn diversas funciones para el sujeto: balance narcisista, vitalidad, sentimiento de seguridad y proteccin, compensacin de dficits, neutralizacin de angustias, realizacin transaccional de deseo.

    No es que el vnculo narcisista desaparezca, como lo pide una ideologa optimista1. Es que convive y comparte el poder con vnculos actuales. Entonces, hay reconocimiento de la

    diferencia entre pasado y presente. Los otros tienen vida propia. Regidos por sus propios deseos, ms tarde o ms temprano, tendern a imponer su modalidad, su propio narcisismo y su propio realismo. Se rehusarn (aunque no siempre) a un lugar que no quieren o no pueden ocupar. Tal diferencia exige reconocer una realidad que difiere de la fantasa. Lo que implica sufrimiento, no necesariamente neurtico. Hay que confrontar y asumir la decepcin ante una prdida. O responder con una defensiva indiferencia a las afrentas procedentes del otro y de la realidad.

    Hay muchas depresiones (esto hay que repetirlo). En algunas, la prdida del otro reactualiza la indefensin infantil. El otro se torna amenazante. No est a disposicin del sujeto. No se sabe cundo estar y cuando est no se sabe qu quiere. Sus deseos, proyectos, ansiedades son diferentes, extraos. De all que el sufrimiento no debe, no puede, ser soslayado, porque es el precio de reconocer la diferencia entre la realidad y la fantasa (Lerner (2006, 2007).

    De Viena a Buenos Aires: gnero y depresiones

    Cul es la forma de representarse ideolgicamente y simblicamente el ser mujer u hombre en cada cultura, o mejor an, en cada subcultura? Cmo se tramita el narcisismo y el deseo en la mujer y en el hombre? Cmo es la relacin deseo, ideales, valores, condiciones erticas en ambos sexos?

    Freud (1914) introduce el valor como indisociable de la subjetividad. Valor que el sujeto se asigna a s mismo, a sus actividades y a sus relaciones con los otros.

    1 Rescatar la relacin narcisista con el otro supone oponerse a una visin dual en la que el yo y el objeto estn separados

    como el adentro y el afuera aferrndose al ideal de la internalizacin. Denota la persistencia de una visin peyorativa del narcisismo. Un punto de vista teido de normativa y de una teora ideal del desarrollo hacia la objetalidad plena en la normalidad.

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    No es un reflejo directo de los valores sociales, sino producto de esa historia infantil. Placer, valor, realidad, marcarn los bordes al conflicto. El psiquismo tiene varios atractores. (Atractores es un concepto central para dar cuenta de los sistemas complejos y su dinmica).

    El supery es la internalizacin de deseos y tabes, anhelos y prohibiciones. Tiene historia, es cambiante. El supery alberga la conciencia moral, la autoobservacin y el ideal del yo, escribi Freud en 1932. Hace juicios, distingue entre bueno y malo. Y no cuenta para hacerlo con ninguna facultad natural. Un trabajo de simbolizacin lo despersonaliz y al alejarlo de los objetos parentales le dio una dinmica centrfuga. La autoridad se instrumenta otorgando o negando amor. Las aspiraciones acerca de lo que se debe ser y tener (ideal del yo), as como las consignas acerca de lo que no se debe hacer (supery) estn delimitadas por las aspiraciones parentales e histricos-sociales.

    Cules son las diferencias entre los gneros en la constitucin del ideal? El ideal del yo trabaja. Implica proyecto, rodeo, temporalidad, articula narcisismo y objetalidad, principio de placer y de realidad. Cuando se instaura el ideal, el placer es algo ms que una simple disminucin de tensin. El yo necesita el amor del supery. Cada sujeto utiliza recursos singulares para compensar las representaciones insatisfactorias. Lo intelectual, lo relacional, los logros, la representacin corporal son algunas de estas reas. Qu grado de autonoma y de relevancia narcisista tiene cada una? Qu diferencias existen entre la mujer y el hombre?

    Segn Freud, las mujeres valorizan los vnculos y a los varones les importan los logros. En esa Viena de 1914 en que publica Introduccin del narcisismo era clnicamente cierto que la mujer dependa del hombre en su autoestima y hasta en su identidad. Le estaba prohibida cualquier actividad que la alejara de un ideal de buena esposa y madre. Mediante la eleccin narcisista la mujer se resarce de la atrofia que la sociedad le impone en materia de eleccin del objeto. Se casar con un prncipe como

    tarda recompensa para la madre era el anhelo narcisista para con la hija mientras que el ser un grande hombre y un hroe en lugar del padre lo era para el varn. . Esto ha cambiado, pero cunto? Mxima Zorreguieta es un dolo porque encarna ese mandato: te casars con un prncipe (Freud, 1914). Messi encarna aquel otro: sers un grande hombre y un hroe. Esto es vlido para aquellos que comparten el imaginario social institudo. Prescindo de la minora que no participa en ciertos consensos (la opinin ilustrada).

    Cmo es el supery de la mujer o en la mujer? Como el del varn. El supery no vive solo del presente. Varias generaciones coexisten. Identidad y diferencia, deseo y prohibicin, yo y alteridad, corrientes pulsionales y destinos identificatorios participan de la produccin subjetiva y de sus diferencias entre ambos sexos. Cmo formular las diferencias entre gneros en nuestra cosmopolita Argentina actual?

    Tanto el psicoanlisis como las investigaciones sobre los gneros se preguntan las condiciones de produccin socio-histrica de la subjetividad. Cmo se configuran los mandatos acerca de lo que se debe ser y tener? El gnero no se puede pensar fuera de una cultura, sin

    entramar prcticas o discursos (hegemnicos o no), sexualidad, ideales, valores, ideologa, poder, identidad, prohibiciones. Desarticular su produccin de lo poltico, econmico e ideolgico es un reduccionismo. (Hornstein, 2004)

    Las mujeres conservan la tendencia a esperar de su objeto investido una confirmacin narcisista que, en muchos casos, no puede compensarse mediante los logros personales. stas

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    son cicatrices histricas en la construccin del gnero. Reconocerlas es el punto de partida de

    un proyecto no utpico de transformacin.

    El psicoanlisis puede (y debe) aportar elementos tericos y prcticos que favorezcan un ejercicio de la masculinidad y la feminidad menos desencontrados por ideales antagnicos y colaborar en generar condiciones que invistan el reconocimiento de la diferencia promoviendo que ambos gneros se hagan cargo del deseo por esa diferencia

    Las investigaciones sobre los gneros se preguntan por las condiciones de produccin socio-histricas de la subjetividad. El gnero no es universal sino propio de determinada cultura. Los varones son criados en nuestra sociedad para ser exitosos y restringir la expresin de emociones. Deben controlarse y son forzados a expresarse mediante la agresin. Ser fuerte significa soportar dolor fsico y psquico, y desvalorizar los afectos, en particular la tristeza. Ser fuertes es encarar la adversidad sin demostrar emociones (seal de debilidad). La depresin y sus manifestaciones sern una oportunidad para lograr un nuevo modelo de masculinidad en que sea posible la expresin de afecto y ternura.

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    BIBLIOGRAFIA

    Aulagnier, P (1975): La violencia de la interpretacin, Amorrortu, Buenos Aires, 1977.

    Freud, S. (1914): Introduccin del Narcisismo, A.E., vol. XIV.

    _______ (1915): Duelo y melancola, A.E. vol. XIV.

    Hornstein, L. (2000): Narcisismo: autoestima, identidad y alteridad. Paids, Buenos Aires.

    _______ (2003): Intersubjetividad y clnica, Paids, Buenos Aires.

    _______ (2004): La subjetividad y lo histrico social en L. Hornstein (comp.) Proyecto Teraputico. Paids, Buenos Aires.

    _______ (2006): Las depresiones, Paids, Buenos Aires.

    _______ (2011): Autoestima e identidad. Narcisismo y valores sociales, Buenos Aires, Lugar.

    _______ (2013): Las encrucijadas actuales del psicoanlisis, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica.

    Lerner, H. (2006): Adolescencia, trauma, identidad, en M.C. Rother Hornstein (comp.), Adolescencias: trayectorias turbulentas, Buenos Aires, Paids.

    Lerner, H. y S. Sternbach (2007): Organizaciones fronterizas, fronteras del psicoanlisis, Lugar, Buenos Aires.

    _______ (2009): Curso organizado por FUNDEP: Fundamentos de la prctica.

    Rother Hornstein, M.C. (2006): Adolescencias: trayectorias turbulentas, Paids, Buenos Aires.

    Luis Hornstein

    Premio Konex de platino en psicoanlisis (dcada 1996 a 2006). Sus ltimos libros son Narcisismo (Paids, 2000), Intersubjetividad y Clnica (Paids, 2003), Proyecto teraputico (Paids, 2004), Las depresiones (Paids, 2006), Autoestima e identidad (F.C.E., 2011) Las encrucijadas actuales del psicoanlisisis (F.C.E, 2013). Puedes escribirle a su email: [email protected] o consultar su pgina www.LuisHornstein.com