Tu primer cuatromil

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El Breithorn (4.165 m)

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No es que uno se canse nunca de subir cumbres, independientemente de su altitud, pero si te empieza a enganchar la montaña, seguro que te propones mejorar tus conocimientos y técnica, y te apuntas a un curso de montañismo, y luego de montañismo invernal, y después de alpinismo y… llega un momento en el que te planteas retos y alturas mayores. Y entre un dosmil y un ochomil, hay una parada intermedia: un cuatromil. Le pedimos a nuestro colaborador y experto guía de montaña, Carles Gel, que nos llevara de la mano a nuestro primer cuatromil, y ha elegido para este estreno la cima del Breithorn, en los Alpes, un cuatromil asequible ideal para iniciarse en las grandes alturas.

Cómo elegir tu primer cuatromilEs muy importante saber y poder elegir el primer cuatro mil. Siempre se ha dicho que después de los Pirineos vienen los Alpes, que después de un tres mil viene un cuatro mil, y así sucesivamente... aunque algunos empiecen por el Mont Blanc, sigan con el Aconcagua y al año siguiente se atrevan con el Everest... ¡en fin, qué se le va a hacer! Pero nosotros vamos a ir paso a paso, y la progresión ideal son los Alpes. Los Alpes son, después del Cáucaso, la cordillera que alberga las montañas más elevadas de Europa, y los cuatromiles alpinos son muy codiciados y apreciados por los alpinistas del mundo entero. Los cuatro mil metros más famosos del continente se encuentran en los Alpes: desde el Mont Blanc o Monte Bianco (depende si lo vemos desde el sur o desde el norte), que es con diferencia la cumbre más alta y conocida de los Alpes, a otras cimas también muy altas y frecuentadas, tal es el caso del Monte Rosa, el estético Cervino, las Grandes Jorasses, el Dom o la Barre des Écrins entre otros. Pero además hay cumbres no tan “famosas” y muy asequibles, ideales para un primer contacto con la alta montaña salvaje. El Breithorn es uno de estos, especialmente su cumbre Occidental, de 4.165 metros, la más alta de este imponente macizo situado a caballo de Italia y Suiza. Esta es una hermosa cumbre que bien merece una primera visita.

¿Las cimas de dosmil metros se te han quedado pequeñas? Es hora de que des el salto a un cua-tromil. Una altura exigente, pero no imposible. Te proponemos varios cuatromiles muy asequi-bles para abrir boca a cumbres mayores. El sue-ño de subir unos metros más está a tu alcance.Por Carles Gel



1. Elige un cuatromil fácil Asaltar el primer cuatro mil es un poco arriesgado, pues se trata de una cumbre con una altitud considerable que requiere un mínimo de aclimatación, también de preparación física, y cómo no, de téc-nica, pues en los Alpes abundan los glaciares y las nieves perpetuas. Este trío puede llegar a convertirse en muy peligroso. Es por ello por lo que para una primera visita os recomiendo un cuatromil muy fácil y no demasiado alto, corto de horario y con escasas dificultades técnicas. ¿Cuál es la razón? Es importante, MUY IMPORTANTE, no quemarnos, que en la montaña a la que subamos no nos deje-mos la piel, que la disfrutemos a tope y nos queden muchas ganas de volver. Para mí -profesional de la montaña desde hace 20 años- es fundamental y decisivo. Una mala experiencia en una montaña más complicada y difícil puede afectar seriamente nuestra pasión por el montañismo, e incluso, nuestra vida montañera.

2. Adquiere la técnica adecuada El paso de los Pirineos a los Alpes es siempre grande, ya no tanto por la diferencia de altitudes, sino por las constitución de las montañas alpinas, las cuales albergan grandes glaciares, aristas enormes, grandes desniveles y paredes de hielo, incluso en pleno verano. La diferencia de pasar de un cómodo sendero de los Pirineos a un glaciar alpino es muy, pero que muy grande. Otro ejemplo todavía más claro: nada tiene que ver el glaciar de Aneto con los glaciares del Mont Blanc. ¡La diferencia es enorme! Para mí existe un escalón más grande al pasar de los Pirineos a los Alpes, que no de estos a los Andes, pues Andes y Alpes se parecen más. Te aconsejamos que hagas un curso para adquirir los conocimientos y técnicas adecuados para enfrentarte a un cuatromil, y si en la ascensión te acompaña un guía profesional y experimentado, mejor que mejor. Puedes informarte de cursos de montañismo en www.fedme.es

3. Aclimatación a la alturaLa principal diferencia que vas a tener que afrontar si es tu primera “gran altura” es precisamente eso, la altitud. La diferencia de altitud afecta a nuestro organismo: aumentar la altitud disminuye la presión atmosférica; si a nivel del mar la presión es de 101 kPa, a 5.500 m es la mitad (53 kPa) y en un ochomil es de una tercera parte. Debido a esa disminución de la presión atmosférica, cada vez es menor la presión del aire en el interior de los pulmones, el oxígeno pasa cada vez con más dificultad a la sangre, y por tanto, llega peor a los tejidos, y los efec-tos pueden ir desde ser afectado por el llamado "mal de altura" que se produce por ascender rápido a gran altitud -lo más común por encima de los 2.500 m de altitud, con síntomas como dolor de cabeza que aumenta con el ejercicio, naúseas, vómitos, falta de apetito e insom-nio...- a un ya más grave edema pulmonar o cerebral… Podemos adap-tarnos a la vida en altitud mediante un proceso llamado aclimatación, ir adaptándose gradualmente a la altura, cuyo efecto más importante es el aumento de glóbulos rojos en la sangre, los encargados de transpor-tar el oxígeno. (Nota: información extraída del libro "Medicina para Montañeros" de J. Botella, A. Espacio y L. Aguilera).

La aclimatación es algo muy personal, particular e intransferible, pues cada individuo es un mundo. He visto personas que a 2.000 y 3.000

metros de altitud son auténticos atletas, y más que caminar ¡vuelan por las montañas! Y estos mismos individuos a medida que van ganando altura van perdiendo esa velocidad, soltura y fuerza... algunos hasta límites insospechados. Otros rinden igual de bien a 3.000 metros que a 4.000. Y también ocurre al revés: semi atletas en alturas moderadas-pequeñas, y super atletas en altitudes de 4.000 y 5.000 metros. ¡Claro!, también los hay que rinden más o menos igual de fuertes y adaptados a 3.000, 5.000 y 7.000 metros... pero estos super atletas-alpinistas son pocos, pero son lo mejor.

CuatromilAsalto a tu primer

Asalta el cuatromil con seguridad


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PERSONAL Camiseta y pantalón interiores térmicos Segunda capa tipo forro polar/Soft Shell Chaqueta exterior impermeable y transpirable Pantalón exterior impermeable y transpirable Plumas ligero por si acaso llega el frío extremo 1 par de calcetines de repuesto Gorro para el frío y braga con Polartec 2 pares de guantes (finos y gruesos) Botas para media-alta montaña, cramponables Guetres o polainas Mochila capacidad media 35l extensible Crampones con antizuecos Piolet Casco Arnés pelviano ligero 2 mosquetones de seguridad 2 anillos de cinta largos 2 cintas express 1/2 tornillo de hielo y/o estaca de nieve Dos cordinos para nudos autobloqueantes tipo prusik o machard 1 polea Bastón telescópico Gafas de ventisca y de glaciar Crema de protección solar y barra labios Cantimplora/camelbak con capacidad para 2/3 l. Frontal y pilas de repuesto Manta térmica de aluminio

COLECTIVO Cuerda 9mm X 25m o cuerda de randonee, que es mucho mas fina, de unos 40/50 metros Altímetro, brújula, mapa (escala 1:25.000) y GPS Teléfono móvil (con carga a tope), y los teléfonos de salvamento grabados Cámara fotográfica y ¡¡2 baterías!! Comida/Bebida. Comida muy ligera, no entra mucho en altura. Barritas y demas guarrerías y algo salado para cuendo el dulce ya ¡te de asco! Un infiernillo ligero, botella de gas pequeña y un cazo para derretir nieve. Así cargas menos agua. Unos guantes de repuesto para la cordada Botiquín ligero: muy importante para el dolor de cabeza

Consejos para aclimatarte a la altura Para aclimatarse bien es necesario alcanzar gradualmente la altura y permanecer un cierto tiempo en altitud. Por encima de los 3.500 m hay que procurar pasar cada noche a no más de 300-500 m de donde se pasó la noche anterior, y ello durante no más de dos noches consecutivas (dos días de subida y uno de descanso)

Es importante comer mucho y bien algunas horas antes de una ascensión así. Hidratarse antes, durante y después de la ascensión es fundamental. Estar físicamente fuertes es importantísimo, pues eso nos llevará al estado anímico deseado por cualquiera.

Si vas a pernoctar en altitudes superiores a los 3.000 metros, os recomiendo que antes de meteros dentro del saco, toméis una aspirina o un Gelocatil. De este modo tan simple podréis prevenir el dolor de cabeza tan típico en grandes altitudes. Si alcanzáis el refugio a primera hora de la tarde, no os tumbéis en la cama, pues lo mejor es estar semi-activos, aunque sea paseando por el refugio. El estar activos favorece la aclimatación.

El ajo también favorece la aclimatación, un truco que copié de Reinhold Messner, y que he puesto en práctica en varias expediciones. Incluso he llevado una cabeza de ajo ¡¡¡enterita!!! Se dice que dilata las venas del cerebro y favorece el riesgo sanguíneo. El li-món también favorece la aclimatación, especialmente la corteza. A mí me ha funciona-do a grandes altitudes. Pero recordad que cada individuo es un mundo, ¡no lo olvidéis!

EL EQUIPO PARA UN 4.000

Tornillos hielo

Casco

Cintas express y línea de vida

Estaca de nieve

Polea

Cuerda

Mapa y teléfonos de seguridad

apa tttelléfléfonos



Un cuatromil para principiantes

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El Itinerario de Ascensión Los teleféricos, especialmente el suizo, han reducido el Breithorn casi a la mínima expresión. Esta montaña cuenta con dos rutas muy asequibles: una es la suiza y la otra la italiana. Es decir: Norte y Sur.

La Ruta Suiza es muy corta, extraordinariamente corta, pues el teleférico nos deposi-tará sin habernos cansado ni un poquito a la considerable altitud de ¡3.886 metros!, en la rocosa cumbre del Klein Materhorn o Piccolo Cervino. Menos de 300 metros de desnivel nos separan de la cumbre Occidental. ¡Ya os he dicho que demasiado corto!

En cambio, si tomamos como punto de partida el pueblo italiano de Cervinia, el tele-férico nos dejará algo más abajo, sobre los 3.480 metros de altitud, en la cumbre de la Testa Grigia, justo en la frontera italo-suiza. Por lo menos desde aquí tenemos que superar unos 700 metros de desnivel y un buen pedazo de glaciar.

Así pues, tomando como punto de partida la Testa Grigia (3.480 m), nos dirigiremos hacia las pistas de esquí, las cuales cruzaremos en ascenso suave hacia el Collado del Breithorn. El paisaje es espectacular. ¡Hay que prestar mucha atención a las grietas y a los seracs de hielo! Los crampones son imprescindibles y es necesario ir encordados. En los meses de verano hay mucho más hielo que nieve.

Fácilmente alcanzaremos la enorme planicie helada situada entre el Klein Matter-horn, al Norte, y la Gobba di Rollin, al Sur. Estamos muy cerca del Collado del Brei-thorn. Este lo dejaremos algunas decenas de metros a la derecha, y nos dirigiremos en sentido Noreste/Norte, cruzando la mencionada planicie helada (¡atención a las grietas!) que nos llevará hasta las pendientes de la Cara Sur/Sudoeste de la cumbre Occidental. Normalmente siempre hay huella. Cruzaremos algunos puentes de nieve y nos encararemos sobre las pendientes de nieve y hielo de 35º/40º. La travesía sobre el merengue helado es el tramo más espectacular y cómo no, expuesto. Poco después se alcanza la arista cimera y finalmente la cumbre del Breithorn Oeste (4.165 m). La cima es alargada y estrecha.

Las vistas son impresionantes, destacando el cercano Cervino o Matterhorn, y más allá el Mont Blanc y su esplendoroso macizo.

El descenso se realiza por la misma ruta.

FICHA TÉCNICA Horario: de 2h 30min a 3h para subir, y alrededor de 2h para bajar. De 4h 30min a 5h ida y vuelta.

Desnivel positivo: algo más de 700 metros.

Época recomendada: corresponde a los meses de primavera y verano (de mayo a septiembre inclusive).

Dificultad: grietas en el glaciar y pen-dientes de 35º/40º en la pala final, la cual tiene unos 250/300 metros de desnivel.

Material imprescindible: piolet, crampones, cordino de 30 metros, un par de tornillos de hielo, bagas largas, arnés, bastones, casco si se quiere, ropa adecuada.

Cartografía recomendada: Cervino-Matterhorn e Monte Rosa (1:50.000), Istituto Geografico Centrale Italiano.


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El Breithorn Occidental (4.165 m)

Mi primer cuatro mil alpino fue el Dome de Neige, situado en el fabuloso Macizo de los Ecrins, Francia, un lugar donde los Alpes ya huelen a Mediterráneo. Sin embargo, al Breithorn le tengo un aprecio especial, una simpatía manifiesta, pues he pasado algún tiempo de mi vida bajo su tremenda mole, siempre a caballo entre el valle pirenaico donde vivo, y Valtournenche, en lo más recóndito del Valle de Aosta.

Situado entre Italia y Suiza, entre Aosta y el Valais, esta poderosa y amable montaña destaca sobre los paradisíacos valles que se extienden a sus pies.

El Macizo del Breithorn (se pronuncia braitorn) es muy extenso, con tres cumbres perfectamente individualizadas: la Oeste u Occidental es con sus 4.165 metros de altitud la más elevada. Le siguen la cima Central (4.160 m) y finalmente la cumbre Oriental (4.141 m).

El Breithorn Occidental es muy conocido por su gigantesco y espectacular merengue de hielo que cuelga sobre la vertiente suiza. La Pared Norte tiene una anchura de dos kilómetros y medio y una altura que, en algunos casos, llega a los 1.200 metros de desnivel, desplomándose verticalmente sobre el valle suizo de Zermatt. Esta inmensa muralla septentrional de nieve, hielo y roca, es una de las más célebres de los Alpes. Por el lado sur la montaña está dominada y a la vez protegida por grandes glaciares, mientras que por la vertiente norte, la montaña y el macizo en general están dominados por las paredes heladas y el terreno mixto. La Cara Norte es mucho más alta y difícil que la Cara Sur italiana. Es por ello que la Ruta Normal transcurre por el lado sur.

Esta montaña es muy frecuentada, incluso en invierno, mientras que en abril y mayo se ve continuamente asediada por los esquiadores de montaña. En verano son muchos los alpinistas que la frecuentan a pie. Sus escasas dificultades y sus vistas privilegiadas invitan a ello.


Nuestros compañeros de Oxígeno, Fernando y Sergio, quisieron probarse en el célebre cuatromil. Esta es su historia, sus dudas ¡y sus consejos!

Nuestro primer cuatromil “de verdad” ha sido el Mont Blanc (4.810 m), por la ruta de los cuatromiles o de los tres montes. El techo de los Alpes ejercía una poderosa atracción sobre nosotros, al igual que lo ha hecho durante siglos sobre todos los que lo han podido contemplar. La elección de esta montaña y de la ruta mencionada, más exigente que la normal por Gouter, era sin duda un gran reto, ya que nunca antes nos habíamos probado a esa altitud. Nuestras preocupaciones, además de las habituales en alta montaña, eran:

• La complicación de los pasos sobre las rimayas, y especialmente de la rampa del Mont Maudit, a unos 4.300 m, de unos 50 m y con 50º de inclinación.

• El equipo/peso que llevar: para que nada nos sorprendiese cargamos con un equipo excesivo, que incluía tres tornillos de hielo, una estaca y varias cintas express, además de lo imprescindible aquí: crampones, piolet, arnés, casco y

ropa adecuada. Opcionalmente también se puede llevar un bastón y una cuerda de 25 m.

• ¿Guía o no? Dado que uno de los integrantes de nuestro grupo tenía experiencia en alta montaña, decidimos prescindir de los servicios de un guía local, muy recomendable si no se posee dicha experiencia, ya que conocen el terreno, las condiciones meteorológicas y aumentan las posibilidades de hacer cumbre.

• Cómo nos afectaría la altitud. Lo primero que comprobamos es que a las cinco horas de estar por encima de los 3.500 m- a esa cota se encuentra el Refugio de los Cósmicos (3.613 m)-empiezas a sentir el mal del altura. Dolor de cabeza, flojera y un pulso alto lo delatan. Para evitarlo la gente toma aspirinas, antinflamatorios y algún diurético. El segundo día en altura conviene hacer alguna actividad suave para que la sangre y el organismo se acostumbren. Nosotros decidimos subir el Mont Blanc du Tacul (4.248 m), la primera montaña de las tres que componen la ruta. De ese modo conocíamos la primera parte de la subida, que por cierto tiene dos

rimayas y unas rampas que te hacen sudar “tinta china”, sin olvidar los impresionantes seracs...

• La dificultad técnica. El día de la verdad nos pusimos en marcha a las dos de la mañana, después de dormir apenas tres horas. La nieve se encontraba en muy buen estado por la mañana y eso hacía que los pasos fuesen seguros en todo el recorrido, además la huella estaba muy marcada, por lo que seguir la ruta no presentó gran dificultad, incluso en las primeras horas caminando de noche. También comprobamos que ir en ensamble nos ralentizaba mucho y no nos aportaba demasiada seguridad extra. La luna llena fue, junto al buen tiempo, otro de nuestros aliados, y es que caminar bajo las estrellas con la tremenda luz que genera el astro es un placer. Así, con esa nieve dura y excelentes condiciones meteorológicas pudimos subir hasta el hombro del Tacul, a 4.100 m, en menos de dos horas y llegar hasta el del Mont Maudit en poco más de tres. La rampa que nos preocupada estaba equipada en sus dos primeros tercios (la zona más inclinada) con una cuerda fija, que daba


La Aventura del Mont Blanc (4.810 m)

OTROS CUATROMILES FÁCILESAdemás del Breithorn, existen otros cuatromiles accesibles: entre estos podemos destacar la Punta Gnifetti (4.554 m) del Monte Rosa, el Dome de Neige des Ecrins (4.015 m), el Breithorn Central (4.160 m), el Mont Blanc de Tacul (4.248 m) y el Castor (4.228 m).Excepto las dos primeras, el resto se pueden hacer cómodamente en el día, es decir, ir y volver desde el teleférico en una misma jornada. Se trata de ascensiones "típicas" de los Alpes, con pendientes moderadas de 40º/45º, y pasos puntuales de mayor dificultad, como por ejemplo cruzar rimayas, puentes de nieve o el pasar por debajo de enormes seracs. Bibliografía recomendada: Cuatro Miles de los Alpes por rutas normales (Desnivel), del guía Richard Goedeke.

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Por Fernando de la Torre / Sergio Romero Fotos: Sergio Romero


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cierta seguridad. Además, la pared está llena de escalones producidos por el paso de la gente, así que técnicamente no es tan exigente para alguien con experiencia en corredores de nieve. El amanecer coincidió con nuestra llegada al final de la rampa y ahí comenzó un momento muy especial. Mientras nuestros pasos se dirigían al Collado de la Brenva nuestros ojos veían el Muro de la Côte y la cara norte del Mont Blanc bañados por las primeras luces del amanecer, con la luna llena de fondo. Esas luces entre moradas y rosas y sus reflejos, llamados Alpenglow, se han quedado grabadas en nuestra memoria. En ese punto pensamos: esto está hecho. Pero fue un error porque el muro y las últimas rampas aunque parecen suaves engañan, ya que discurren entre 4.500 y 4.800 m. A esa altitud cada paso cuesta y se nos hizo eterno llegar a la cima. Al final, a base de paciencia y muchas respiraciones, lo hicimos en seis horas. Abrazos, satisfacción y a disfrutar de las vistas, que son espectaculares.

Dudas razonablesSe nos planteaban muchas preguntas y teníamos una cierta dosis de incertidumbre. Había estado un par de veces en los Alpes de pasada y de turisteo y, básicamente, sólo sabía que aquello no eran los Pirineos. Tras algún encuentro casual en alguna que otra actividad de trekking a cuatro mil metros sin preparar, me preocupaba mucho el tema de la aclimatación, por que ya lo había acusado mucho, incluso pasado un poco mal. Sabía que no es ninguna tontería y ahora quería disfrutar.

Si te sientes identificado con nosotros por que vas a realizar una actividad con un poco mas de intensidad, altura y tiempo de ejercicio; y a la vez cumplir un reto y desafío personal, espero que te sean útiles las “dudas razonables” que nos asaltaron durante la preparación.

Logística: en general todo lo que puedas llevar atado y preparado desde aquí te quitará estrés en la actividad. Así que espabila con el cómo llegar, cómo moverte por allí, dónde dormir, avión, coche, taxi compartido, refu, hotelito o albergue, teleférico… todo lo que te permita ir y volver. Pregunta, busca info por Internet y llama por teléfono.

Equipo: tras mucho preguntar todo el mundo coincidía en algo: equipación de invierno en Pirineos, equipación de verano en Alpes (¿¿que llevarán allí en las invernales??) para ahorrar peso, algunas cosas de repuesto puedes llevarla por cordada y no por persona: guantes gruesos, gafas de ventisca…

Material: realmente en las vías mas típicas siempre suele haber mucha gente, un camino bien marcado y los pasos más técnicos suelen estar semiequipados como poco. Pero conviene que cada cordada sea autosuficiente, así que la eterna duda, peso o seguridad: lleva al menos la equipación mínima para superar algún paso complicado en alguna rimaya o poder salir de alguna grieta… que siempre están ahí al acecho…

Técnica: pues sí, y mejor que no te des cuenta allí. De nada sirve ir a tope de material si no te instruyes y aprendes alguna técnica de aseguramiento en nieve, progresión en glaciar, o el cómo salir o izar a alguien de una grieta… ¡a empollar polipastos!

Aclimatación: sí o sí… a partir de los 3.500 te mete el "palo" a las 4 ó 5 horas de andar por allí, ya lo descubrirás, y cada mil metros de altitud más o menos ¡¡viene otra fiesta!! Y si no aclimatas un día o dos, ya puedes estar superfuerte que te encontrarás con un muro físico de cansancio, dolor de cabeza, incluso nauseas. Aprovecha para practicar técnicas de encordamiento, detener caídas, prueba un polipasto, y si lo tienes claro pues aprovecha para un trekking a ritmo suave para ir conociendo la zona o incluso la ruta del día siguiente. Conocerlo te quitará estrés, al día siguiente irás mucho más tranquilo, sobre todo si sales de noche.

Meteorología: esto es lo que te premite subir y hacer cima o no, o al menos lo que hace la actividad complicada o asequible, no te engañes. De ahí toda la equipación a llevar y algunas ayuditas por si la cosa se complica: GPS, brújula, plano. Seguir de vuelta la ruta del GPS en caso de no ver un carajo es algo que puede hacer llorar de alegría al de la cordada de al lado que no lo lleva. En los refus suelen tener una excelente información del tiempo diariamente, tampoco hace falta que les preguntes cada hora, ¡sólo reciben un parte al día!

Preparación física: pues sí, cambia un poco, pero al final verás que es lo de menos, el cuerpo aguanta lo que le echen: altitud, desnivel, 15 horas de caminata y madrugón, ¡aunque te revientes! En cuanto al ritmo y la velocidad, ve tranqui, sin agotarte parando lo menos posible, lleva a mano lo mas útil para no tener que pararte cada dos por tres. Así conseguirás una buena media y avanzarás muy rápido… eso sí, sufrir no te lo quita nadie.

Y atento a: se sale de noche y se camina varias horas con frontal, no te entretengas en la cima que aún te quedan muchas horas de caminata para volver, incluso el mal tiempo te puede jugar una mala pasada en ese momento. En cuanto a la hora de salida, ¡madruga!, tendrás más horas de luz en caso de complicación y si hace calor la nieve aguantará dura y cómoda casi todo el recorrido. Si no conoces el recorrido sal a la hora que todo el mundo, el rosario de frontales es un guía estupendo. Y si ya lo conoces evita la hora típica y sal una hora antes o después para evitar aglomeraciones en los pasos difíciles o simplemente ir a vuestro paso cómodamente.


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