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¿Por qué Podar?
Podar durante el periodo de latencia de la vid es una práctica crítica dentro del
sistema de producción de la uva. La poda se realiza para mantener
adecuadamente los sistemas de guía de la planta de vid. Esta práctica permite
que el productor seleccione las maderas o cañas de fructificación, y también sirve
para manipular potencialmente la cantidad de fruta que se producirá.
Después de que una planta joven de vid ha sido guiada y todas las estructuras
permanentes de la planta se han desarrollado, la poda anual debe realizarse
durante la estación de latencia (poda de latencia) para remover las cañas (canes)
y las espuelas (spurs) de fructificación del año pasado (que ahora tienen dos años
de edad) así como para remover el exceso de cañas que solo tienen un año de
edad.
Debido a la manera en la crecen las vides y producen la fruta, los productores
deben realizar podas anualmente. La fruta únicamente se produce en los retoños
de las cañas que tienen un año. Por lo tanto, anualmente deben producirse
nuevas cañas sanas y frondosas que sean capaces de mantener la producción
anual de fruta.
El sistema para guiar las plantas de vid está diseñado para estimular la producción
de nuevas cañas es posiciones especificas de la vid – los brazos o los cordones.
La poda debe hacerse de una manera selectiva, el objetivo es remover las cañas
que no sean adecuadas para producir fruta y conservar en el mismo proceso, las
mejores cañas que producirán la fruta. La selección de las cañas cumple con dos
funciones: 1) produce brotes fructíferos para la siguiente temporada, y 2) produce
brotes sanos de donde una buena caña de fructificación podrá ser seleccionada
durante la siguiente etapa de latencia. En cada brazo de la vid, estas dos
funciones pueden ser divididas entre dos cañas: una caña o espuela de
fructificación (dependiendo del sistema de guiado y poda que se use) y una caña
(espuela) de regeneración. Alternativamente, puede usarse una sola caña de
fructificación o una espuela en cada brazo, y retener uno de los brotes de
fructificación basales como caña de fructificación para la siguiente temporada.
¿Cuándo debe Podarse?
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Vista de los tallos llamados espuelas (spurs) en el momento en el que las yemas se
hinchan y brotan. Fotos por Ed Hellman, Texas AgriLife Extension.
La poda en el periodo de latencia de la planta de vid puede llevarse a cabo en el
periodo comprendido entre la caída de las hojas en el otoño y el rompimiento de
los brotes en la primavera. Sin embargo, el decidir cuál es la mejor época para
podar depende normalmente de la disponibilidad de trabajadores en la región en
donde se encuentra su viñedo. Antes de tomar la decisión de cuando podar, es
recomendable también considerar el estado general de la planta. Podar durante el
otoño podría incrementar la susceptibilidad de la planta a lesiones provocadas por
heladas, lo que podría reducirse si se podara después de este periodo (Wolf and
Poling, 1995). En regiones donde el riesgo de lesiones provocadas por el frio sea
significativo, podría ser ventajoso posponer la poda hasta después de que pasen
las temperaturas mas frías del invierno. Posponer el podado también posibilita la
evaluación de lesiones provocadas por el frio y el ajuste de los niveles de podado
para compensar las pérdidas por estas lesiones.
Una práctica llamada “podado-doble” es usada algunas veces para evitar las
lesiones por las heladas en la primavera. Esta práctica incluye dos podas, la
primera durante el invierno, y la segunda una vez que rompen las yemas en la
primavera, de esta manera solo se deja número de yemas que se desean. Esta
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práctica retardará el rompimiento de las yemas que se encuentran cerca de la
base de la caña. La poda tardía comúnmente causa que las vides “sangren” en
donde se cortaron los tallos, pero esto no causa ningún daño a la planta.
¿Cuánto Podar?
Podado de los tallos llamados espuelas (spur). Crecimiento de los tallos llamados
espuelas y de las yemas durante la estación de crecimiento, y el tallo llamado espuela
durante la siguiente estación. Imágenes cortesía de Eric Stafne, Misisispi State University.
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Adicionalmente a mantener del proceso de guiado de la vid, la poda reduce la
producción de frutos ya que remueve las yemas frutales]].
Variando la cantidad de material vegetativo que se poda durante el periodo de
latencia es uno de los métodos que determina el nivel de la producción de uvas. El
término “conteo de yemas” (también llamado conteo de nudos o número de nudos)
es usado para determinar el número de yemas en periodo de latencia que se
conservarán después de la poda. Generalmente, el conteo de yemas considera
únicamente a las llevas que tienen claramente definidos los internudos en ambas
direcciones (Wolf and Poling, 1995), por lo tanto los nudo basales no están
incluidos en este conteo. Las yemas basales, algunas veces llamadas “yemas que
no se cuentan”, no se incluyen en el conteo porque frecuentemente estas yemas
no producen brotes, y si producen brotes normalmente estos brotes son no
fructíferos.
Los productores de uva frecuentemente podan sus vides con la intensión de
alcanzar un balance entre la producción de fruta y un adecuado pero no excesivo
crecimiento de los brotes o tallos. Incrementado el número de yemas se
incrementa el número de brotes o tallos, lo cual, en exceso puede provocar que el
dosel (canopy) sea demasiado denso y se incremente el sombreado.
Los niveles de producción también se incrementan cuando el número de yemas
aumenta, sin embargo la planta de vid puede que no sea capaz de madurar todos
los frutos que emergerán de todos los brotes o tallos. Un gran número de yemas
producirá un gran número de brotes o tallos, pero el crecimiento de los tallos se
reducirá y como consecuencia de esto, el número de clústeres por tallo será
menor (Coombe and Dry, 1992).
El podado excesivo – conservado muy pocas yemas – provocará que la
producción de fruta sea limitada. La remoción de yemas frutales reducirá la
cosecha, ya que el número de brotes o tallos será menor. Cuando existen pocos
rebrotes o tallos en relación a capacidad de crecimiento de la planta de vid, la vid
compensará este déficit aumentando el vigor de los rebrotes o tallos restantes,
produciendo un excesivo crecimiento lateral de la planta y estimulando el
desarrollo de rebrotes en yemas secundarias y terciarias así como de yemas
latentes. La consecuencia de esto será la presencia de doseles o canopies sobre
cargados, lo que provocará un medio ambiente muy pobre para la maduración del
fruto.
Estrategias de Podado
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Porque la poda afecta directamente el número de brotes o tallos y potencialmente
afectará el nivel de producción de la vid, es comúnmente la práctica de manejo
más importante del año. La poda afecta directamente el balance y el desarrollo de
la planta de vid. Como consecuencia de esto, el concepto de balance del
desarrollo en la planta de vid es la base de la mayoría de las estrategias de
podado.
En algunas regiones donde se cultiva la vid, los productores utilizan fórmulas de
balance del podado para decidir el número de yemas que conservaran en cada
una de las plantas de vid. El conteo de yemas se basa en una estimación del peso
de las cañas que se podan –peso de poda.
Por ejemplo, la formula [20 + 10) indica que 20 yemas deben conservarse cuando
se poda la primera libra de “peso de la poda”, también indica que deben
conservarse 10 yemas más por cada libra adicional de cañas que se pode. Una
planta de vid con un “peso de poda” de 3 libras podría retener [20+10+10 = 40)
yemas.
Wolf and Poling (1995) recomiendan una formula de podado [20 + 20] para
Chardonnay, Riesling, Cabernet Sauvignon, y Cabernet Franc en la región del
Atlántico Medio en los Estados Unidos. Sin embargo estas formulas podrían no ser
muy confiables cuando en el verano se realiza algún tipo de recorte o
adelgazamiento de brotes o tallos para el manejo del dosel o canopy.
El desarrollar formulas para balancear la poda requiere de un proceso de
investigación, sobre todo considerando las variedades que se están utilizando y
las condiciones ambientales de la región en donde se localiza el viñedo. Los
productores deben tener en cuenta la experiencia de otros productores para definir
la mejor estrategia que debe seguir su viñedo.
Otra estrategia de podado que se utiliza considera el concepto del balance de la
vid, ajustando los niveles de podado en base a un conteo y a una evaluación
visual del crecimiento de la caña, de acuerdo al número de yemas que se
conservaron el año anterior. Por ejemplo, una planta de vid que se ve fuerte pero
no excesivamente vigorosa puede conservar todas las yemas en su caña. Sin
embargo, si algunas cañas de la misma vid o de otra vid están débiles deben
dejarse menos yemas para la siguiente temporada. Este procedimiento
probablemente no solucione el problema de vides débiles, si es así debe
investigarse lo más pronto posible que está produciendo el bajo vigor en la planta.
Si algunas cañas se ven excesivamente vigorosas, esto puede ser una indicación
de que el dosel o canopy de la planta se ha dejado crecer demasiado.
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Probablemente porque se dejaron muy pocas yemas el año anterior. Sin embargo,
otros factores deben considerarse antes de determinar si esta es la causa del
crecimiento excesivo de las cañas. Otros factores a considerar son el reducido
espacio entre las vides para el tipo de suelo en donde está establecido el viñedo, o
la excesiva aplicación de fertilizantes. Esta situación pudiera tener remedio
conservando un número adicional de yemas para acomodar el exceso de vigor, si
hay espacio suficiente en los enrejados.
Si el problema parece ser que el dosel o canopy está demasiado lleno, habrá que
buscar otra solución. Una alternativa es conservar uno o más tallo en adición a las
cañas de fructificación, estos tallos se conocen con el nombre de “desvió de vigor”
o “cañas pateadoras” (kicker canes). Cuando se dejan estas cañas adicionales se
les permite que los brotes crezcan en ellas de manera que se desvié el exceso de
vigor de la planta hasta un poco antes o después de la etapa de floración. Cuando
llega esta etapa (floración) se corta la caña desde la base. Otras prácticas
pudieran ser consideradas para reducir el exceso de vigor de las plantas,
incluyendo el uso de cultivos de cubierta.
Algunas veces el nivel de poda se decide simplemente considerando cuantas
yemas se necesitan para llenar el enrejado, o para alcanzar la densidad de brotes
y tallos que se desea por unidad de área. Esta aproximación pudiese ser la
adecuada si las plantas han crecido uniformemente, ya que esta alternativa, ignora
la variabilidad entre plantas, que en muchos casos pudiese ser significativa. Por lo
tanto, utilizar esta aproximación hace muy poco probable que resultados sean los
adecuados si hay existe una gran variación en el vigor y en el balance de las
plantas en los viñedos.
La meta y el reto es alcanzar el balance entre el nivel de la cosecha y el
crecimiento de los rebrotes o tallos. Aunque la poda es muy importante,
probablemente no sea suficiente por sí misma para alcanzar el balance de las
plantas. Por ejemplo, la variedad Pinot noir que crece al oeste de Oregón
frecuentemente necesita que se remuevan algunos frutos o clústeres para
asegurar la completa maduración de la cosecha. Este procedimiento no es una
consecuencia del manejo inadecuado del dosel o canopy, sino una limitación
provocada por la influencia del clima frio que aumenta la cantidad de fruta que la
variedad Pinot noir puede madurar. Por lo tanto, es muy común que se realice la
práctica de remoción de algunos clústeres en esta variedad en algún punto de la
estación para limitar el tamaño de la cosecha a un tamaño que pueda madurar
adecuadamente.
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Referencias:
Coombe, B.G. and P.R. Dry. 1992. Viticulture Volume 2 Practices. Winetitles.
Adelaide, Australia.
Wolf, T.K. and E.B. Poling. 1995. The Mid-Atlantic Winegrape Grower’s Guide.
North Carolina Cooperative Extension Service.