Turismo Comunitario, su complejidad y aporte al Buen Vivir

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1er Encuentro Internacional de Turismo Comunitario y Social de la UNASUR Página 1 Turismo Comunitario, su complejidad y aporte al Buen Vivir Construcción de políticas públicas en base a modelo complejo de desarrollo territorial 1 Enrique Cabanilla, PhD (c) Para iniciar debo remontarme a la Declaración de Manila sobre el Turismo Mundial en 1980 y la Carta del Turismo y Código del Turista de 1985, donde el turismo comunitario ganó un espacio en las políticas de desarrollo de varios países a nivel mundial. En este periplo, los avances han sido muy importantes y significativos. Arrancar desde cero fue un reto muy duro para las comunidades, que deseaban ser protagonistas de su futuro y dejar de ser consideradas como objetos de contemplación. Entre estos logros destaca el: a. Haber visibilizado una oferta alternativa, b. Crear diversas redes de soporte y asistencia técnica, c. Aportar a la construcción del capital humano, empresarial, natural, social y de infraestructuras de los territorios comunitarios y, principalmente, d. Liderar un giro al desarrollo del turismo, priorizando la gestión local. Mencionado estos logros, deseo enfocarme en otros aspectos y ampliar el marco de debate. En primer lugar, destacar la relación de este modelo de gestión con el amplio concepto del buen vivir, reforzando la inclusión y la solidaridad. En segundo lugar, contextualizar la complejidad del desarrollo territorial a través del turismo comunitario, destacando las diferentes aristas que le dan forma y, finalmente, presentar los avances de una investigación que se ha enfocado en determinar la trascendencia de parámetros cuali-cuantitativos del buen vivir, obtenidos a través del turismo comunitario, enriqueciendo el debate social, político y académico. Para el caso de Ecuador, la Constitución aprobada en 2008, remarca la firme decisión de construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para alcanzar el buen vivir, como un principio que se refiere a la vida en sí, al país como un todo 1 Parte del trabajo de la tesis doctoral: Configuración Socio-Espacial del Turismo Comunitario. Caso Ecuador. Universidad Nacional de Sur. Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.

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Construcción de políticas públicas en base a modelo complejo de desarrollo territorial 1er Encuentro Internacional de Turismo Comunitario y Social de la UNASUR

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Turismo Comunitario, su complejidad y aporte al Buen Vivir

Construcción de políticas públicas en base a modelo complejo de

desarrollo territorial1

Enrique Cabanilla, PhD (c)

Para iniciar debo remontarme a la Declaración de Manila sobre el Turismo Mundial en 1980 y la

Carta del Turismo y Código del Turista de 1985, donde el turismo comunitario ganó un espacio en

las políticas de desarrollo de varios países a nivel mundial. En este periplo, los avances han sido

muy importantes y significativos. Arrancar desde cero fue un reto muy duro para las

comunidades, que deseaban ser protagonistas de su futuro y dejar de ser consideradas como

objetos de contemplación. Entre estos logros destaca el:

a. Haber visibilizado una oferta alternativa,

b. Crear diversas redes de soporte y asistencia técnica,

c. Aportar a la construcción del capital humano, empresarial, natural, social y de infraestructuras

de los territorios comunitarios y, principalmente,

d. Liderar un giro al desarrollo del turismo, priorizando la gestión local.

Mencionado estos logros, deseo enfocarme en otros aspectos y ampliar el marco de debate. En

primer lugar, destacar la relación de este modelo de gestión con el amplio concepto del buen

vivir, reforzando la inclusión y la solidaridad. En segundo lugar, contextualizar la complejidad del

desarrollo territorial a través del turismo comunitario, destacando las diferentes aristas que le

dan forma y, finalmente, presentar los avances de una investigación que se ha enfocado en

determinar la trascendencia de parámetros cuali-cuantitativos del buen vivir, obtenidos a través

del turismo comunitario, enriqueciendo el debate social, político y académico.

Para el caso de Ecuador, la Constitución aprobada en 2008, remarca la firme decisión de

construir una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza,

para alcanzar el buen vivir, como un principio que se refiere a la vida en sí, al país como un todo

1 Parte del trabajo de la tesis doctoral: Configuración Socio-Espacial del Turismo Comunitario. Caso Ecuador.

Universidad Nacional de Sur. Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.

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en armonía plena, en un espacio que fortalece lo relacional, complementario, correspondiente y

recíproco. Para lograr este postulado, se identifican dos temas que son de suma importancia, el

primero sobre la Inclusión y Equidad, que refiere al libre acceso de todos los ecuatorianos a:

educación, salud, seguridad social, vivienda, cultura, recreación, tiempo libre y comunicación. Y

un segundo, que destaca la importancia de una Biodiversidad plena y en armonía, avalando un

ambiente sano, custodio de su patrimonio natural y garantista del derecho ciudadano a convivir

y disfrutar junto a su entorno.

Esta norma obliga a asumir un gran compromiso, más aún, en sectores estratégicos del cambio

de la matriz productiva, entre los cuales destaca el turismo comunitario, mencionado como una

actividad prioritaria en el Plan Nacional Estratégico del Buen Vivir. Exige, al Estado, el redefinir el

marco político e institucional en lo referente al turismo comunitario, considerando que es una

oportunidad única para desarrollar un modelo de gestión que ha sido planteado desde el bien

común. Al mismo tiempo, la constitución, se cobija en un nuevo paradigma, que busca migrar

desde lo determinista y lineal, hacia otro modelo que asuma el progreso con su complejidad, en

la búsqueda de un país solidario, dispuesto a rebatir los devenires pesimistas, con propuestas

integrales, inclusivas y transdisciplinarias.

El mundo actual es un todo en complementariedad, donde los macrosistemas, sistemas y

subsistemas deben funcionar en sincronía. Para perfeccionar la concordancia con el turismo

comunitario, el turismo mundial debe asumir su responsabilidad sobre el desarrollo de este

modelo alternativo de gestión. El turismo, al declarar permanentemente sus bondades

económicas y de generación de empleo, parece no considerar que el turismo comunitario está

siendo muy cuestionado, por varios agentes endógenos y exógenos, debido principalmente a la

escaza información sobre los resultados obtenidos. Por lo tanto, hay que desprenderse de

premisas basadas exclusivamente en macro-estadísticas, las cuales marcan rumbos exitosos para

cualquier caso y tomar en cuenta otros resultados, como los del turismo comunitario, para

formular tendencias que incluyan la realidad de todos sus subsistemas. No se puede conocer el

todo sin conocer sus partes y hay que visibilizar la problemática por la que atraviesan cientos de

proyectos comunitarios que no han logrado cumplir con las metas propuestas.

Si nos desprendemos de lo meramente lineal, se podrá planificar un desarrollo territorial de

forma cíclica, migrando de lo exclusivamente turístico, hacia el reto de construir el bien común

en las comunidades receptoras. Este reenfoque generará cambios inminentes dentro de

factores como la calidad del producto turístico ofertado, ya que, desde la nueva mirada, está

será resultado incuestionable del bienestar holístico de las comunidades locales. Este cambio

impone que para implantar un emprendimiento, el territorio debe contar con una

infraestructura de soporte suficiente y eficaz, previo a la operación turística.

Es indispensable reconocer que el turismo comunitario está en constante construcción y auto-

regeneración. Por un lado es materia prima para la definición de estrategias de desarrollo y, por

otro, es la propuesta de un turismo diferenciado. Si bien es importante desarrollar acciones para

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mejorar su operatividad turística, es también imperativo conocer y divulgar los resultados de

esta gestión.

El turismo comunitario se ha demostrado como un puente de encuentro, entre la sostenibilidad y

el desarrollo local, entre la cultura y la naturaleza, entre los sueños y la resiliencia. Está en el

centro mismo de la filosofía andina, donde confluyen los pares dialécticos y donde se construye

permanentemente un bucle de desarrollo, a partir de la confrontación de la crisis e

incertidumbre. Por ello es una herramienta que ayuda a desatar nudos críticos en la construcción

del buen vivir, gracias a la socialización de sus resultados como un aporte a la gestión de la

planificación territorial.

Preocupa la continua generación espontánea de varios emprendimientos, por lo cual los agentes

de desarrollo, endógenos y exógenos, deben aceptar la coexistencia, inclusive en territorios de

proximidad, de comunidades con iniciativas turísticas, junto a comunidades sin iniciativas

turísticas. Muchas veces las buenas intenciones de ampliar los destinos turísticos, han obviado la

obligatoriedad de contar con una decisión informada de las comunidades, ante la alternativa de

tener o no turismo.

Por otro lado, se debe abrir un foro permanente para recoger la voz y las experiencias del

cognoscente, identificado como la persona, natural o jurídica, involucrada en el desarrollo de

propuestas de turismo comunitario en diversos territorios. Este espacio brindará la oportunidad

de reconocer la diversidad de servicios y actividades que han evolucionado, en un modelo que ha

determinado dos características comunes:

a. La implementación de la operación turística con el aval comunitario, y

b. El propósito de generar beneficios que refuercen la construcción colectiva del buen vivir en

una realidad socio-diversa.

Urge reconstruir los valores, como un principio para otra globalización. Se debe abortar

conceptos simplistas del espacio y aceptar el reto de trabajar con planteamientos complejos

como el de territorio local, pensado como un espacio con identidad. Hay que incentivar la

acción colectiva, que sitúa al turismo en las comunidades, reconociendo a este modelo de

gestión de forma idéntica a cualquier otra, en cualquier otro lugar, venciendo posiciones

diversas, en un encuentro que reivindica al consenso, como la manera de construir el buen vivir.

De esta reinterpretación desde la complejidad, se ha visualizado que son tres los ejes que

configuran socio-espacialmente al turismo comunitario: territorio, historicidad y acción colectiva.

A partir de estos, se ha trabajado en indicadores sociales que permitan cualificar y cuantificar el

aporte del turismo comunitario al buen vivir. Como resultado se establecieron y afinaron 21

indicadores, utilizando la metodología Delphi, con aportes de 79 gestores locales, líderes

comunitarios, investigadores, responsables de gestión pública, técnicos de campo, entre otras

personas, involucradas directamente con el desarrollo del turismo comunitario.

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Estas proposiciones fueron el resultado de la armonización de los preceptos constitucionales

ecuatorianos, con indicadores sociales que han sido probados con efectividad, como el caso de

la evaluación de las empresas sociales, auspiciadas por el Grameen Bank, en Bangladesh, o las

medidas utilizadas para determinar la Felicidad Interna Bruta, en varios países como Bután,

Ecuador y Paraguay.

De los 21 indicadores sociales obtenidos, 6 corresponden a la acción colectiva, eje que incluye

conceptos como gobernanza, gestión e institucionalización. Otros 6 miden resultados sobre

temas relacionados a la temporalidad/histórica comunitaria, que incluye temas como cultura

local, relación trabajo/ocio, educación, entre otros. Finalmente, 9 son sobre el territorio,

abarcando tópicos como soberanía alimentaria, salud, vivienda, medio ambiente, accesibilidad y

servicios básicos.

A los expertos consultados se les solicitó su criterio sobre la capacidad del turismo comunitario

para construir resultados óptimos en los 21 indicadores. De sus respuestas y, luego, de realizar

una clasificación en base a la desviación estándar, se agruparon los indicadores en tres rangos

equidistantes. Un primer grupo abarcó 8 indicadores, que mostraron mayor correlación entre

turismo comunitario y buen vivir, entre estos hubo tópicos como la capacidad de todos los

comuneros a generar y preservar conocimientos locales, la posibilidad de desarrollar un

territorio con características óptimas para albergar condiciones de vida y salud, la factibilidad de

que todas las personas de la comuna tengan acceso a agua apta para su consumo, entre otros.

En el segundo rango, con una correlación media, se encuentran 11 indicadores, con variedad de

temáticas como el derecho a una vivienda digna, la potestad para elegir y ser elegidos en cargos

de su comunidad, el derecho a gozar de un tiempo de ocio, por citar algunos.

Finalmente, con una correlación baja, están 2 indicadores, referentes a garantizar que todos los

miembros de la comunidad tengan un ahorro mínimo para emergencias y, el segundo, que gocen

de un seguro social universal con prestaciones de salud, empleo y jubilación.

El próximo paso en la investigación, sobre la correlación entre el turismo y el buen vivir, será

entrevistar a los comuneros, respecto a su bienestar, utilizando preguntas alineadas a los 21

indicadores sociales, e inmediatamente preguntarles, cuál es la percepción que tienen, sobre

cómo el turismo comunitario incide en la generación del suma kawsay. En un avance de este

estudio, se preguntó, de manera global, a 90 emprendimientos de turismo comunitario en

Ecuador, su grado de satisfacción sobre el aporte del turismo a su comunidad, con un rango de 1

a 10, obteniendo una media en un nivel ligeramente positivo de 6,57.

De esta primera fase, hay varias reflexiones que pueden aportar a la construcción de políticas

sólidas y a largo plazo.

a. Se debe resolver la controversia sobre el real alcance de la correlación, pues se menciona que

es muy difícil que el turismo comunitario beneficie a todos los integrantes de una comunidad.

Será acaso que ¿hay que repensar su real capacidad de apoyar al desarrollo local? o, por el

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contrario, ¿habrá que definir, como una norma indiscutible, que el beneficio de esta operación

turística sea para la comunidad en su conjunto?

b. Se recomienda crear legislación pertinente para regular las intervenciones y acciones de

asistencia técnica, para que estas sean de forma integral mediante redes de apoyo, compuesta

por todos los actores involucrados, optimizando recursos.

c. Las políticas nacionales, mediante leyes y reglamentos, son las que deben certificar que las

iniciativas sean emprendimientos de turismo comunitario. Para ello se debe trabajar de forma

consensuada en los requisitos de obligatorio cumplimiento, entre los cuales se sugieren:

c1. El aval al emprendimiento por parte de la asamblea comunitaria,

c2. La presentación de un documento anual que recoja los compromisos del emprendimiento

correlacionados al buen vivir, y

c3. La rendición de cuentas anuales, mediante la cual los encargados del emprendimiento han

dado a conocer el cumplimiento de las expectativas comunitarias.

d. Al asumir y reconocer que los emprendimientos de turismo comunitario, realizan acciones de

mejora en diferentes aspectos, muchos de los cuales son obligación del Estado, se recomienda

generar beneficios directos para la implementación y funcionamiento de estos, como:

d1. Generar un fondo de riesgos compartido, para que por la cantidad de capital que disponga la

asamblea comunitaria, fruto de la gestión del emprendimiento, el Estado coloque un monto, que

por lo menos duplique, lo que generó el emprendimiento para ejecutar proyectos público-

sociales.

d2. Declarar a los emprendimientos de turismo comunitario como exentos de cobro de IVA a sus

usuarios nacionales e internacionales, con lo cual se motivará el consumo de estos productos.

D3. Flexibilizar los procesos de comercialización al interno de las comunidades con

emprendimientos turísticos, facilitando medios para que puedan adquirir insumos de

productores locales, pese a que estos puedan no tener documentos impositivos, posibilitando de

esta forma fortalecer la cadena de valor local.

e. Se debe ir más allá de la descentralización, que es un mandato constitucional, creando un

equipo de técnicos de campo, que tengan herramientas que les permita reforzar los procesos

que sustenten la actividad turística, de forma participativa con la comunidad.

f. Se recomienda tener presente la diferenciación geográfica de los emprendimientos, a la hora

de diseñar normativas de calidad y buenas prácticas. Lo geocultural influye en la apropiación e

implementación de acciones similares en diferentes territorios.

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g. Los organismos no gubernamentales deben respetar la autonomía comunitaria, propiciar la

toma de decisiones informada y tratar, siempre, que su intervención sea parte de un trabajo

conjunto con otros agentes.

h. La empresa turística debe reconocer, a los emprendimientos de turismo comunitario como

parte del sistema turístico, por ello debe crear programas para fortalecer un trabajo conjunto,

creando alianzas que fortalezcan los procesos locales. Se pueden implementar varias medidas

como:

h1. Designar a los emprendimientos de turismo comunitario, como lugares donde los turistas

puedan obtener beneficios como puntos o millas, que puedan ser redimidos de acuerdo a planes

de fidelización,

h2. Ofrecer sus instalaciones para recibir practicantes, procedentes de iniciativas de turismo

comunitario, y de esta forma aportar, activamente, a los procesos de capacitación.

i. Los centros de educación deben ser activos agentes de cambio, comprometidos con procesos

de vinculación medibles y de largo plazo. Son el nexo para institucionalizar la formación del

capital humano del turismo comunitario, en todos los territorios.

j. La academia debe estar comprometida con el fortalecimiento de las capacidades locales.

Pensar en temas diversos, como por ejemplo el trabajo obligatorio rural de los estudiantes

egresados de turismo, como una alternativa para cumplir con los requisitos de graduación.

Evidentemente estamos ante una oportunidad de crear un mundo mejor a través del turismo,

por lo cual saludo a todas aquellas personas que trabajan por un turismo más solidario,

incluyente y equitativo. Un turismo que busca el bien común, que contribuye a hacer realidad el

buen vivir tanto en las comunidades receptoras, como en los visitantes que se nutren de estas

experiencias. Un modelo de gestión de la comunidad, que reivindica la auto-superación y afirma

la capacidad de resiliencia. Un modelo que necesita de apoyo y trabajo en conjunto con

técnicos, investigadores, empresas, fundaciones y programas que se sumen al sueño de un

desarrollo digno.

Finalizo parafraseando al presidente José Mujica, quien dijo que: “La política no es un

pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar

construir un futuro social mejor”