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UNIVERSIDAD DE JAÉN Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Trabajo Fin de Grado
Trabajo Fin de Grado Historia social urbana de
Andalucía durante la primera
mitad del s. XX: El caso de Jaén.
Alumno/a: Buenaventura Zapatero Buendía
Tutor/a: Prof. D. David Martínez López
Dpto.: Antropología, Geografía e Historia
Junio, 2016
2
“Si se cree y se trabaja, se puede…”
3
Índice
1. Introducción. ...................................................................................................................................... 5
2. La Andalucía finisecular hasta la Guerra Civil. ............................................................................. 8
2.1. Acercamiento al desarrollo de la ciudad andaluza durante el primer tercio del siglo veinte. ...... 8
2.2. Sociedad, situación y desarrollo de la ciudad de Jaén durante el primer tercio del siglo veinte. 16
3. La posguerra en Andalucía. Una década de freno. ...................................................................... 24
3.1. Situación de las ciudades andaluzas durante la posguerra. ........................................................ 24
3.2. La ciudad de Jaén en la década de los cuarenta. ......................................................................... 31
4. Indicadores sociales en la década de 1940. .................................................................................... 36
4.1. Beneficencia. Establecimientos de beneficencia, Sección Femenina, etc. ................................. 36
Establecimientos de Beneficencia en la ciudad de Jaén. ............................................................... 37
Sección Femenina. Labor asistencial y adoctrinamiento............................................................... 41
4.2. Viviendas sociales en Jaén. El ejemplo de “Las Protegidas” y viviendas para obreros. ............ 43
Proyecto de manzana de ochenta y ocho viviendas protegidas. .................................................... 45
Otros planes de construcción en la ciudad de Jaén. ....................................................................... 48
4.3. Mortalidad infantil y alfabetización. .......................................................................................... 50
Mortalidad infantil. ........................................................................................................................ 50
Alfabetización. .............................................................................................................................. 51
5. Conclusiones. ................................................................................................................................... 53
6. Bibliografía. ..................................................................................................................................... 55
7. Anexos………………………………………………………………………………………………59
4
Resumen.
El proceso de urbanización, que durante el primer tercio del siglo veinte se desarrolla
de un modo constante en las ciudades andaluzas, incluye no sólo la expansión de las ciudades,
sino una serie de factores como, su higienización, alfabetización, tercerización, etc. Éste se ve
frenado con la Guerra Civil, pero sobre todo, tras la contienda. El comienzo de una década
denominada Posguerra o Primer Franquismo, en la cual, la postura económica del Régimen y
sus políticas, estancarán la evolución que se había ido produciendo.
Palabras Clave: Desarrollo urbano, ciudad, Jaén, ciudades andaluzas, Posguerra.
Abstract
The process of urbanization during the first third of the twentieth century is developed
in a consistent way in the Andalusian cities, including not only the expansion of cities, but a
number of factors as their sanitation, literacy, increase in service sector, etc. This is slowed
with the Civil War, but especially after the war. The beginning of a decade called Postwar or
First Francoist, in which the economic position of the regime and its politics, stagnate
developments that had taken place.
Keywords: Urban development, city, Jaén, andalusian cities, Postwar.
5
1. Introducción.
La introducción de este trabajo pretendo que sea un bloque que sirva para la
comprensión del texto. Por ese motivo he creído conveniente dividirla en dos apartados:
motivación, donde explico el porqué de este trabajo y, estructura y metodología, en el que
describo la organización del TFG y el proceso para su realización, las fuentes consultadas, etc.
Motivación.
Este es el apartado del texto más subjetivo, puesto que intento justificar el motivo por
el cual he optado por realizar un trabajo sobre este tema en concreto. Mis motivaciones, como
indica el título.
Al ser natural de Jaén y haber desarrollado mi vida en esta ciudad, quería desgranar un
poco de su historia, en este caso una parte de su historia contemporánea. La elección de la
primera mitad del siglo veinte, y en especial de los años de posguerra, es para aprender y
estudiar una época tan dura, tan reciente y que muchos de nuestros abuelos y familiares
tuvieron que vivirla.
¿Quiere decir esto que un historiador sólo puede, o sólo le motiva estudiar acerca de su
municipio? Ni mucho menos pretendo ocasionar ni afirmar esa impresión. Simplemente, me
ha parecido un buen tema de estudio, relevante y que personalmente por los hechos indicados
me interesaba personalmente.
En el transcurso del ejercicio he tratado de ser lo más objetivo posible, realizando un
trabajo honrado, consciente del nivel en el que ya nos encontramos (estando a las puertas de
ser graduados). Por ello, no he buscado rellenar páginas, sino crear un texto que tenga valor
para el lector, cuyo contenido sea veraz y esté bien ejecutado.
6
Estructura y metodología.
En este apartado quiero realizar una reseña de cómo he organizado el texto. Me centro
en el estudio del desarrollo de la ciudad andaluza, y en particular en la de Jaén, desde varios
ámbitos. La idea original era desarrollar un trabajo acerca de la ciudad durante la posguerra.
Sin embargo, al comenzar, vi que era difícil explicarlo sin referirme a la época anterior. Por
ello decidí que lo más coherente para la realización y posterior comprensión del proyecto, era
iniciarlo al comienzo del siglo veinte. Con ello pretendo la comparación acerca de unos
mismos puntos o factores en dos épocas diferentes, con un lapso histórico corto, en un mismo
tema.
Para empezar, el esquema que se puede observar en el índice, es un desarrollo
temporal del tema, que abarca cincuenta años aproximadamente, dividido en dos etapas: la
primera que contiene desde el comienzo del siglo veinte hasta la Guerra Civil y la segunda
que ocupa la década desde el final de la contienda hasta 1950, la posguerra.
En cada bloque cronológico incluyo un apartado referente a las ciudades andaluzas y
otro a Jaén. A esos dos bloques se añade un tercero con diferentes indicadores acerca del nivel
de vida de la posguerra, más referente a Jaén.
De este modo podemos decir que el trabajo está dividido en dos partes, una primera
más de síntesis general acerca de la ciudad y su desarrollo, y otra parte (el bloque tercero) que
complementa el estudio de Jaén a través del uso de diferentes indicadores. Esta estructura de
desarrollo me parecía la más adecuada para una mejor visión del tema estudiado.
La primera parte que he denominado como síntesis general, está formada a su vez por
subapartados de factores como economía, demografía, etc. Cada apartado ha sido
debidamente estudiado con diversas fuentes para generar un texto lo más completo posible.
Las fuentes que he ido utilizando a lo largo del trabajo han sido tanto bibliográficas
como documentales. Dentro de las bibliográficas, el uso de manuales de historia
contemporánea, artículos de diversas revistas especializadas que abordan un gran arco
temático, etc. y las fuentes documentales extraídas en este caso del Archivo de la Diputación
Provincial de Jaén.
De las fuentes documentales, los datos obtenidos son en su mayoría de actas o
memorias oficiales, de instituciones, técnicos, etc. todos dependientes de la Diputación de
7
Jaén. Una de las dificultades a la hora de encarar el trabajo, es la dificultad a la hora de buscar
información en determinados archivos.
Otro tipo de fuente que, no directamente, pero si de un modo indirecto, ha sido el uso
de padrones. En este caso he usado los datos sacados a partir de ellos. Sobre todo, para la
realización de algunos apartados, extrayendo la información a partir de tablas realizadas con
éstos. Es quizás una de las herramientas más útiles y versátiles que se pueden utilizar, debido
al amplio marco que abarca y a la cantidad de datos e información que ofrece.
Para contextualizar los marcos legales, en diversas ocasiones durante el trabajo, he
tenido que acudir a la ley vigente en determinado momento. Uno de los ejemplos es la Ley de
19 de abril de 1939, que complementará el apartado referido a las viviendas protegidas. A su
vez tanto el Boletín Oficial del Estado (BOE) como el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén
(BOPJ), han sido de gran ayuda para la confección de este texto.
Aunque no lo llego a realizar para la ciudad de Jaén como era mi intención, sí hago en
breve apartado explicando la antropometría, otra herramienta muy útil en la elaboración
histórica, y su relación con otros indicadores o ciclos, resultando muy interesante para la
extracción de información.
8
2. La Andalucía finisecular hasta la Guerra Civil.
2.1. Acercamiento al desarrollo de la ciudad andaluza durante el primer tercio
del siglo veinte.
Sociedad.
Partimos de una ciudad finisecular con una acusada polarización social y una clase
media de escaso calado, debido en gran parte a las limitaciones propiciadas por la falta de
industrialización, falta de infraestructuras, etc. Sin embargo, y pese a ello, se produce en
Andalucía durante el primer tercio del siglo XX una serie de cambios en diferentes sectores,
aunque relacionados entre sí, a favor de la evolución de la ciudad y de la sociedad urbana.
Estos cambios propiciaron un avance en el comercio y en la actividad empresarial,
también influidos por la segunda revolución tecnológica. En Andalucía este empuje
económico se debió sobre todo al empuje rural, siendo los núcleos rurales más dinámicos
demográfica y económicamente que las ciudades, existiendo un equilibrio entre ambos
núcleos1.
Este equilibrio dinámico propiciará un modelo de crecimiento tanto social como
económico que sentará la base de la modernización urbana. No por ello disminuirá totalmente
la diferencia social existente en la época, pero sí se va ampliando la clase media, a la vez que
se pone remedio a la falta de infraestructuras básicas tanto de higiene, comunicación y
servicios o a aspectos esenciales como la alfabetización2.
Ésta última, la alfabetización, también nos ayudará como indicador de modernización
social y urbana. Este proceso fue constante y se produjo de un modo progresivo. Es palpable
en los grupos de población más jóvenes, comparando el mismo grupo de edad en varias series
de años.
1 Martínez López, D. (2015), Introducción: sobre la sociedad urbana en la Andalucía contemporánea, Cuadernos
de Andalucía en la Historia Contemporánea: Urbanización, modernización y cambio social en la Andalucía
contemporánea (pp. 9-26). Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, p. 15.
2 Martínez López, D. (2015), ul. op. cit., p. 16.
9
Tabla 1. Evolución de la alfabetización bruta en ciudades-capitales con poblaciones
mayores de 50.000 habitantes (%): (1900- 1920) 3.
Ciudad 1900 1910 1920
Almería 31 27.7 36.1
Cádiz 58.1 62.8 63.4
Córdoba 43 44.8 50.4
Granada 38.3 53.8 53
Jaén 24 28 31
Málaga 32.2 35.8 43
Sevilla 52 51.8 67.5
Los autores señalan que el cambio de estructura socio-profesional, con el aumento del
sector terciario pudo ejercer de factor de estímulo de la demanda educativa4.
Aun así, Andalucía, se encuentra en esta época lejana en tasas de alfabetización
respecto a las principales ciudades españolas, y Jaén en concreto lo mismo al resto de
capitales andaluzas. Pero, aunque el crecimiento sea menor y más tardío que en otras
regiones, sí se aprecia progresión y continuidad en el proceso de alfabetización.
Aunque cada vez en menor medida, seguiremos hablando de alfabetización también
como indicador de polarización social. Serán las élites locales los grupos con una tasa de
alfabetización mayor dentro de las ciudades. Como se ha indicado antes, el avance de la
tercerización también va imbricada a este proceso (podemos observar como las ciudades con
un porcentaje mayor de actividad económica terciaria, tienen tasas de alfabetización
superiores a donde las actividades económicas prominentes siguen siendo del sector primario
o secundario).
3 Tabla 1. Tabla 13.4 en Martínez López, D.; Martínez Martín, M. y Moya García, G. (2010), Alfabetización y
cambio social en la Andalucía urbana del primer tercio del siglo XX, en Beascoechea, J. M., González Portilla,
M. y Zárraga, K. (cord.), Procesos de transición, cambio e innovación en la ciudad contemporánea, pp. 287-
310. Bilbao: Servicio editorial de la Universidad del País Vasco, p. 291.
4 Martínez López, D.; Martínez Martín, M. y Moya García, G. (2010), ul. op. cit., p. 295.
10
Será, pues, un cambio donde diversos factores tendrán cabida y estarán ligados entre
sí. Factores y a la vez consecuencias, puesto que por ejemplo el desarrollo de la urbanización
podemos catalogarlo como ambas.
Demografía.
El crecimiento demográfico fue clave en estos años. La población en las ciudades
capitales de provincia, más Jerez y Linares, se incrementó en casi un 50% en menos de un
siglo. En 1930 se aglutinaba en diez ciudades el 20% de la población de Andalucía.
Hay que observar que, la importancia del mundo rural en Andalucía, tal y como ya
hemos visto, impidió un crecimiento poblacional urbano mayor. El aumento de población
permitió a su vez potenciar la urbanización y a la vez los sectores laborales5.
¿A qué es debido este aumento poblacional? Se debe al resultado de la evolución de la
transición demográfica más el aumento de la inmigración urbana.
La transición demográfica sigue su curso, y en ese momento se haya en la fase del
decaimiento de la mortalidad (mejoras higiénicas, médicas, alimenticias y un drástico
descenso de la mortalidad infantil). Combinada con un notorio flujo poblacional hacia los
núcleos urbanos hizo posible un aumento demográfico, no al nivel de grandes urbes, pero sí
significativo para el desarrollo de la ciudad andaluza. El segundo puede ser consecuencia del
primero; el crecimiento vegetativo que se produce en mayor medida en el mundo rural
provoca que parte de la población tenga que recurrir a la inmigración como solución a la
carencia de recursos: laborales, económicos…ello debido a que las estructuras económicas no
son capaces de ser una base capaz de soportar la nueva estructura poblacional6.
La inmigración interior, y de carácter urbano tiene un gran repunte en los últimos años
del primer tercio del siglo XX, ayudando a aumentar de forma notable la población de las
ciudades.
5 Martínez López, D. (2015), El cambio social en la Andalucía urbana del primer tercio del siglo xx, Cuadernos
de Andalucía en la Historia Contemporánea: Urbanización, modernización y cambio social en la Andalucía
contemporánea (pp. 53-78). Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, pp. 56-58.
6 Parejo Barranco, A. (2009), Historia económica de Andalucía contemporánea. Madrid: Síntesis, pp. 43-44.
11
Los factores de atracción de las ciudades fueron sobre todo laborales7. Un mercado
laboral más amplio y con mejoras de carácter salarial respecto al mundo rural, con actividades
que copan los tres sectores de actividad económica, incluyendo el primario debido a los
sectores agrarios cercanos a las ciudades, las industrias y el incipiente y paulatino desarrollo
del sector terciario. Todo ello junto con otros factores como la oferta de ocio y consumo
favorecieron a la migración, que en mayor parte era de campo-ciudad.
La inmigración tuvo un papel decisivo en el proceso de urbanización. Un componente
dinámico, que se mueve desde la productividad de la mano de obra necesaria al consumo
familiar necesario y no menos importante a la revitalización del crecimiento de la capacidad
vegetativa de las ciudades, que era siempre menor a la del mundo rural8.
Por ello la migración fue necesaria en muchos aspectos, tanto en su papel productor
como consumidor, favoreciendo el desarrollo de la ciudad y dándole un nuevo enfoque social.
Proceso de urbanización.
El proceso de urbanización no es solamente propio de Andalucía, sino todo lo
contrario, es un proceso que se da en toda Europa. Sin embargo, el desarrollo de las ciudades
meridionales españolas tiene una serie de características diferentes al resto de urbes españolas.
Algunas características como su profundo carácter agrario o su tardío y escueto desarrollo
industrial, fueron denominadores comunes de la mayoría de ciudades andaluzas, además de
motivos por el que este desarrollo se dio a un ritmo más pausado que en ciudades donde
existía una mayor burguesía y desarrollo industrial.
De hecho, las denominadas leyes de ensanche que se extienden por las ciudades
españolas tras las de Barcelona (1859) y Madrid (1860), que tratan sobre la planificación
reducida de los sectores de crecimiento de la ciudad, tuvieron en Andalucía poco más que la
creación de proyectos sin ejecución9.
7 Martínez López, D. (2015), ul. op. cit., pp. 64-65.
8 Martínez López, D. (2015), ul. op. cit., pp. 67-70.
9 Cruz Villalón, J. (2003), Características del desarrollo urbano reciente en Andalucía. El siglo XX., en
Geografía de Andalucía, capítulo 11, pp. 433-461). Barcelona: Ariel, p. 441.
12
Pese a ello sí se dan cambios reseñables en la vida urbana gracias a la modernización
de diferentes sectores, desde los sistemas de comunicación hasta la remodelación de la ciudad
en sí. Muchas veces esta remodelación era acatada por iniciativa privada, por ejemplo, la
creación de la Gran Vía de Colón en Granada10. La iniciativa privada será a la vez insuficiente
como se observa en la ínfima inversión fabril en Andalucía, sobre todo en la zona oriental,
más ligada a la producción agraria.
La urbanización andaluza implica también la creación de redes a través de vías de
comunicación, ayudando a explotar los recursos entre diferentes grupos de núcleos
comarcales, provinciales o regionales, dinamizando la función urbana-rural típica de las
ciudades andaluzas.
David Reher denomina como “agrociudades” a los núcleos de población que se
vertebran con otros más grandes en una red11. Es un ejemplo más del entramado jerarquizado
del proceso de urbanización existente en Andalucía durante el primer tercio del siglo veinte
cuya funcionalidad es preeminentemente agraria.
Como hemos visto la demografía tiene una importancia notable dentro del proceso de
urbanización. Para Antonio Parejo12:
“No sólo implica un aumento de la población, sino que, como apuntan De Vries o
Tilly, es un fenómeno de urbanización de carácter estructural, de población, de actividades
productivas y diversificación de las funciones urbanas, además de cultural, que impregnan al
conjunto de la sociedad”.
El núcleo urbano es el receptor de las vías de comunicación, de capital privado, centro
de consumo, y con oferta de servicios y ocio. Las primeras décadas del siglo veinte fueron el
inicio del cambio de la ciudad tradicional a la ciudad moderna.
10 Martínez López, D. (2015), ul. op. cit., p. 16.
11 Reher, D. (1994), Ciudades, procesos de urbanización y sistemas urbanos en la Península Ibérica, 1550-1991,
en Guardia, M., Moclús, F.J. y Oyón, J.L.(coord.): Atlas histórico de ciudades europeas. Barcelona: Salvat
Editores, p. 11.
12 Parejo Barranco, A. (2009), ul. op. cit.
13
Economía/estudio laboral.
Dentro de las ciudades andaluzas, resaltará al igual que en las zonas rurales, como
profesión el jornalerismo. Aunque este jornalerismo contará con un matiz muy importante: no
se trata sólo de una actividad estrictamente agraria, sino que también abarcará un amplio
mosaico de actividades para conseguir la subsistir13.
Debido a ello el estudio de la población activa de las ciudades puede verse dificultado,
al ser también identificados en los padrones como jornaleros en una descripción insuficiente o
escueta.
Debemos tener en cuenta que la vinculación del término en Andalucía al apartado
agrario, y no a su definición, de un modo más conciso, de trabajador eventual no adscrito a un
sector en particular. Pero como hemos aclarado, en Andalucía, sobretodo en la parte oriental,
se identifica como un trabajador del campo.
En el primer tercio del siglo XX, ciudades de Andalucía Oriental como Granada y
Jaén contaban con un amplio sector dentro de la población activa de la ciudad ocupado por
trabajadores jornaleros. En Jaén, alentados por la explotación olivarera y la producción
aceitera hizo que este sector representara hasta un 46% de la población activa masculina.
La industrialización andaluza en el primer tercio del siglo XX mantiene niveles de
altibajos de crecimiento con niveles de ralentización o ligero estancamiento, pero no como
para sugerir la desindustrialización que la historiografía tradicional mantenía. Sí es cierto que
nunca se han llegado a los niveles industriales de otras zonas, pero ello no quiere decir que no
existiera crecimiento industrial. El índice de producción industrial estuvo encabezado por
Sevilla (25% incluyendo la minería), seguida por otras provincias como Huelva (18’5%), Jaén
(17’7%) y Córdoba (15’5%).
Destacable es la importancia del sector minero, sobre todo en Huelva, ya que será en
esta época donde se realicen mayores inversiones para su explotación. Es un sector muy
ligado a la industrialización cuya producción en Andalucía será casi la mitad del total de todo
el país. El otro sector donde Andalucía era un productor a la cabeza del país, fue el aceitero,
13 Martínez Martín, M., Martínez López, D. y Moya García, G. (2014), Estructura ocupacional y cambio urbano
en la Andalucía oriental del primer tercio del siglo XX, Revista de Demografía Histórica (XXXII, I, 2014,
segunda época, pp. 73-101), pp. 80-84.
14
duplicando la producción en apenas treinta años (de 121.200 toneladas de aceite de oliva en
1901-05 a 268.000 toneladas en 1925-29).
Otro indicador para valorar y comparar la situación industrial o el desarrollo
tecnológico en Andalucía es la utilización de los datos de producción y consumo eléctrico en
las primeras décadas del siglo veinte.14 Estas cifras fueron siempre modestas e inferiores a la
media española. Las empresas de producción eléctrica se dedicaban casi exclusivamente a
proporcionar energía a los núcleos urbanos importantes. Pese a las limitaciones la producción
eléctrica no dejó de aumentar durante este período (la producción aumentó en treinta años 30
veces), pero aun así el crecimiento era menor a la media española.
El sector industrial es otro donde los datos acerca del jornalerismo pueden inducir a
error, ya que a estos trabajadores en ocasiones se les registraba como jornaleros. Un sector
que ocupa apenas el 10% de la población activa masculina urbana.
El sector terciario es conjunto al proceso de urbanización dentro de la ciudad andaluza.
Sería un avance lento y progresivo, pero a la vez importante aumentando la base social de la
clase media. Este sector era un conglomerado de profesiones donde destacaban las
relacionadas con las actividades administrativas y burócratas, aunque también destacaban
servicios de educación, salud, juristas, y demás profesiones liberales, etc.
El sector económico más difícil de estudiar por diversas razones como pueden ser la
ausencia de información en padrones y censos o las restricciones sometidas en el mercado
laboral, es el ocupado por la población femenina. La ocupación mayoritaria registrada de este
grupo es la de servicio doméstico, aunque también ocupaban puestos en el sector industrial
(confección, alguna industria de alimentación, etc.) o en el sector terciario (comercios,
vendedoras, etc.). Progresivamente avanzará su presencia en otros ámbitos tales como
escuelas, hospitales, y demás trabajos relacionados con el ámbito de la clase media.
Esta aproximación de la actividad económica en la ciudad andaluza durante el primer
tercio del siglo XX nos ayuda para crear una base en la que sustentar o para poder comparar la
siguiente década. Podremos observar la transformación o mejor dicho el retroceso o
anquilosamiento de un modelo urbano y económico que de un modo conjunto e imbricado,
14 Parejo Barranco, A. (2009), ul. op. cit., pp. 104-110.
15
evolucionaban hacia una ciudad moderna donde el sector terciario iba acaparando
protagonismo.
De este modo, en el primer tercio del siglo XX nos encontramos un período de
evolución y desarrollo de las ciudades, de la infraestructura, de la industria y del sector
terciario.
Todo ello también se da en Andalucía, aunque con diversos matices. Pese a que en
Andalucía no se produce un desarrollo intenso de la industria (menor que otros puntos del
país, exceptuando algunos focos tanto industriales como mineros), sí existe un cierto
dinamismo en torno a la especialización de la agricultura, las industrias agroalimentarias
ligadas a ésta, etc.
Se produce aun así un proceso ligado a numerosos factores que hemos ido enunciando
como demográficos (decayendo la mortalidad gracias a las mejoras alimenticias, higiénicas y
sanitarias), unido a la migración campo-ciudad producido por la vivacidad del mundo rural,
uno de los rasgos más característicos de las ciudades andaluzas de esta época a diferencia de
otras ciudades españolas. Éstas proveerán de personas que buscan, en el desarrollo de las
ciudades, una mejora de condiciones de vida.
A la importancia del mundo rural, que en términos económicos y demográficos es de
gran importancia en el desarrollo de las ciudades durante estos años, hay que añadir otros
indicadores que nos subrayan la evolución existente en varios sentidos. Uno muy a tener en
cuenta es la alfabetización, cuyo proceso es patente y muy progresivo.
Por todo ello, observamos a Andalucía, como una región cuyas ciudades, durante los
primeros años del siglo veinte viven un proceso de urbanización, quizás no al ritmo de las
ciudades punteras españolas, pero sí al conjunto del estado. Un desarrollo móvil y no
estancado como pudiera parecer.
16
2.2. Sociedad, situación y desarrollo de la ciudad de Jaén durante el primer tercio
del siglo veinte.
Proceso de urbanización y creación de infraestructura en la ciudad de Jaén.
Uno de los aspectos que debilitaban la economía jiennense era la ausencia o la mínima
infraestructura existente en vías de comunicación, sobre todo en de ferrocarril, haciendo
imposible explotar sus recursos económicos.15 Jaén contaba en la década de 1920 sólo con
362 kilómetros de vía férrea, que no estaba vertebrado provincialmente. Las carreteras a su
vez no eran suficientes para cubrir las necesidades ni sociales, ni económicas. Éstas últimas
fueron incrementadas notablemente en la dictadura de Primo de Rivera.
La ciudad de Jaén tenía, al igual que la mayoría de los municipios de la provincia,
malas condiciones higiénicas y de habitabilidad. Esto se debía a la inexistencia de redes de
abastecimiento de agua potable suficientes, además de carestía y defectuosas redes de
alcantarillado, colectores, etc. Debido a esto Jaén se encontraba entre las ciudades más
insalubres de España, con una de las mortalidades más altas en los primeros años del siglo
veinte.
Desde el año 1916 se quiso poner fin al problema de abastecimiento de agua potable,
uno de los problemas más urgentes, siendo intensificado durante la etapa regeneracionista al
principio de la dictadura y no siendo resuelto hasta la proclamación de la II República.
En la época de la dictadura de Primo de Rivera, el ayuntamiento realizó múltiples
proyectos para higienizar la capital jiennense. Uno de los más importantes de los que llegaron
a realizarse fue el proyecto general de alcantarillado, para eliminar las albercas de aguas
fecales existentes que rodeaban la ciudad (un gran foco de enfermedades), construir un
colector y una red de alcantarillado.
También se pavimentaron calles y se mejoraron servicios como la recogida de basuras
e instalaciones como el mercado de abastos y el matadero.
En pocos años el índice de mortalidad descendió respecto a los años anteriores y
disminuyó el contagio de enfermedades infecciosas tales como la difteria o la viruela
(prácticamente desapareció). 15 Garrido González, L. (1995), Nueva historia contemporánea de la provincia de Jaén. Jaén: Instituto de
Estudios Giennenses, pp. 488-489.
17
Demográficamente la ciudad pasó de tener 33.515 habitantes en 1920 a 35.515 en
1927, lo que urgía de necesidad de confección de un plan de desarrollo de estructura urbana.
Este plan denominado Plan de Ensanche y realizado por Luis Berges fue aprobado por el
ayuntamiento en 1927, aunque no se pudo
llevar a cabo de manera completa.
La creación de 'El Neveral' fue
una iniciativa del doctor Fermín Palma
García, quien, además de ser jefe de los
servicios quirúrgicos del Hospital
Provincial de Jaén, era Presidente de la
Diputación. Las obras, realizadas por el
arquitecto Luis Berges Martínez, se
iniciaron en 1930 y, aunque finalizaron
pronto, el sanatorio no pudo entrar en
funcionamiento por problemas
económicos hasta 1934. A finales de
1934 el Patronato Provincial Antituberculoso de Jaén llevó a cabo la cesión del sanatorio a la
Dirección General de Sanidad.16
El primer director e impulsor de este centro fue Luis Sagaz Zubelzu. Dirigió el
entonces denominado 'Sanatorio Antituberculoso de El Neveral' durante 40 años hasta su
jubilación, pasando por dicha institucíón más de 25.000 enfermos. Formó parte de AISNA
(Administración Institucional de la Sanidad Nacional
La etapa de la dictadura de Primo de Rivera no obtuvo en Jaén los resultados
esperados, siendo sus únicos éxitos la construcción de una red mayor de carreteras y la
higienización de la ciudad, pero fracasando en el intento de lucha contra el anterior
caciquismo, continuando las mismas élites y el clientelismo propio de la Restauración.
16 Complejo Hospitalario de Jaén, Conserjería de Salud y Bienestar Social, Junta de Andalucía,
Juntadeandalucia.es
Hospital “El Neveral” (Jaén).
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
18
Economía y población activa.
En la provincia de Jaén, tradicionalmente agraria, su población activa es
mayoritariamente jornalera. Como vimos en el apartado de economía dentro del bloque 2.1.,
el jornalerismo andaluz, sobre todo el urbano, no puede encuadrarse solamente dentro del
ámbito agrario, sino que es una denominación con un amplio espectro laboral, donde el
trabajador realiza cualquier tipo de trabajo a cambio de un jornal.
Por ello, el estudio de la población activa de la ciudad puede llevar a confusión, a
veces creada por la simplificación del término de jornalero. Si se enmarca el jornalerismo
como trabajo netamente agrario, los datos de distribución ocupacional estarán falseados, ya
que serán insuficientes y propondrán una apreciación que no se corresponde con la existente.
Tampoco quiere decir que no trabaje en el mundo agrario (y menos aún dentro del ámbito de
estacionalidad en la agricultura jiennense), si no que no tiene una ocupación fija.
Dentro de la ciudad de Jaén (Tabla 2), en 1920, la parte de población dedicada al
sector agrícola era de 12.6% por un 7.8% en el año 1930. Sin embargo, el porcentaje de
trabajadores sin clasificar aumenta en 9 puntos porcentuales, de un 29’5% en 1920 a un
38’1% en 1930. Este grupo corresponde al cajón de sastre en el que se encontraría el jornalero
que se dedica a la realización de cualquier tipo de trabajo para subsistir. El aumento del
porcentaje en este ámbito se debe al paso de parte del grupo de trabajadores agrícolas a éste,
además de otros sectores. A partir de estos datos podemos intuir la precariedad laboral
existente, coincidente con un período de crisis, donde vuelve a resurgir la figura del trabajador
o jornalero que se dedica a cualquier actividad para sobrevivir.
Observamos cómo la población femenina no tiene apenas cabida en el registro, lo que
no quiere decir que buena parte de las mujeres no trabajasen, sino la ausencia de datos en los
padrones que pueda verificarlo.
Llama la atención de la reducción del porcentaje de un casi 23% de 1920 en el que no
consta la actividad laboral de la mujer, a un 1’6% en 1930, pasando casi todo el porcentaje
anterior al rango de sus labores.
19
Tabla 2. Distribución ocupacional de la población activa en edad activa (15-64
años) de Jaén17.
Al comiendo de la década de los treinta, la provincia atravesaba una difícil situación
económica, con numeroso paro y crisis de trabajo en el campo (debido a factores
climatológicos adversos el rendimiento de las cosechas fue inferior a otros años), acentuando
el descontento general de los trabajadores.
17 Tabla 2. Realizada a través de Padrones de Habitantes (Archivo Histórico Municipal).
Major/Minor Groups 1920 1930
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
0-1-2-3 11.1 01.1 05.8 11.1 03.0 07.1
0-1/ Profesionales y técnicos 03.6 00.8 02.1 04.2 02.5 03.4
2/ Administrativos y de
gestión
- 00.0 - - 00.0 -
3/ Oficinistas y funcionarios 07.1 - 03.5 - 00.5 03.7
4-5 08.9 07.2 08.0 - 06.9 08.0
4/ Trabajadores de ventas: 03.9 00.6 02.1 - 00.0 01.6
45/ Vendedores y empl. de
comercio
02.8 - 01.6 - 00.0 01.2
5/ Trabajadores del servicio: 05.0 06.6 05.9 - 07.0 06.4
53/ Cocineros y camareros 01.2 - 03.5 00.8 00.0 00.4
54/ Servicio doméstico - 06.3 - 00.5 06.6 03.4
55/ Guardas, limpieza y
mantenimiento
- - - - 00.3
57/ Peluqueros y barberos - - 00.3 - - -
58/ Servicios de protección y
seguridad
02.4 00.0 01.1 03.2 - 01.6
6/ Agropecuarios forestales y
mar:
15.8 00.6 07.8 10.8 - 05.7
62/ Trabajadores agrícolas y
ganaderos
12.6 - 06.1 07.8 00.0 04.0
7-8 11.3 01.1 05.9 08.0 01.4 04.8
7/ Trabajadores de la
producción:
04.4 01.0 02.6 03.2 01.4 02.3
79/ Sastre y modisto 01.3 00.9 01.0 00.7 01.4 01.0
8/ Trabajadores de la
producción:
06.9 - 03.3 04.8 00.0 02.4
84/ Mecánicos, ajustadores y
relojeros
- 00.0 - 00.6 00.0 00.3
9/ Trabajadores de la
producción:
35.6 00.9 17.4 43.1 00.8 22.5
98/ Operadores de equipos y
transporte
01.1 - 00.5 01.2 00.0 00.6
99/ Trabajadores sin
clasificar
29.5 00.8 14.4 38.1 00.8 19.9
-1/ Sin actividad o no
declarada:
15.8 89.2 54.3 16.2 87.2 50.8
-11/ No consta 07.9 22.7 15.7 01.8 01.6 41.6
-13/ Sus labores 00.8 65.5 34.8 00.9 84.2 01.7
-2/ Declaración no laboral - 00.0 - 00.0 00.0 00.0
Total 100 100 100 100 100 100
20
Más que las malas cosechas, que se darían sobre todo en dos años, el descontento
arraiga de la constante disminución de salarios por parte de la patronal, que aprovechándose
de diversas coyunturas y marginando a jornaleros afiliados a organizaciones sindicales.
El desempleo estacional agrario sería una constante durante los períodos de menor
actividad agrícola, aunque en gran parte el paro es consecuencia de una estructura económica
de la provincia desequilibrada, donde el sector secundario y terciario apenas se ha
desarrollado, obligando a la población activa a dedicarse a actividades del sector primario.
Una población activa cada vez mayor, por el gran crecimiento vegetativo existente en
la provincia jiennense desde décadas anteriores.
Tabla 3. Paro obrero en la provincia. Diciembre 1930- febrero 193118.
Partido judicial Censo obrero Parados totales Parados parciales % de parados
Alcalá la Real 3875 750 1325 53.54
Andújar 6497 427 2000 37.35
Jaén 4760 120 2040 45.37
Linares 6000 2500 41.66
Martos 9625 1000 4145 53.45
El porcentaje de obreros parados en la ciudad de Jaén en el año 1930, está alrededor de
un 45% (Tabla 3). Aquí se incluye tanto a los parados totales como a los parados parciales a
los que hacíamos alusión. Es un porcentaje en consonancia con el resto de la provincia donde,
excepto en pocos municipios, existe entre el 40 y el 50% de paro.
No es de extrañar que en este contexto de malestar y desempleo, existiera un alto
número de afiliados en el PSOE y en menor medida de UGT, aunque UGT tenía en la
provincia de Jaén su mayor número de afiliados en Andalucía (Tabla 4).
18 Tabla 3. La tabla completa se encuentra en Anexo. Fuente: Garrido González, L. (1995), ul. op. cit., p. 523.
21
Tabla 4. Distribución socio-profesional de los afiliados a UGT en la provincia de
Jaén (1931) 19.
Ramo de la producción Número de sociedades Número de afiliados
Agricultura 57 10660
Banca 2 40
Minería 2 508
Oficios Varios 21 7293
Todo se encuentra englobado en una fuerte crisis económica internacional, factor clave
también de la coyuntura laboral y económica vivida. Este como hemos visto no es el único
factor, pero sí influyó mucho debido al decaimiento de las exportaciones y a la reducción de
los precios. Agravado por la insistencia de la patronal por alargar la jornada laboral y reducir
los salarios en búsqueda de un mayor beneficio.
Un método para aliviar la
tensión debido al gran porcentaje de
paro existente en la ciudad de Jaén
consistió en la construcción de obra
pública. Así se pudo solucionar de
manera puntual el problema laboral,
además de realizar edificios públicos
necesarios para una ciudad en pleno
proceso de urbanización. Destaca la
creación de la Prisión Provincial de Jaén (1931), la Delegación de Hacienda, la Escuela
Normal de Magisterio o los depósitos de agua de Jaén.
19 Tabla 3. La tabla completa se encuentra en Anexo. Fuente: Garrido González, L. (1995), ul. op. cit., p. 539.
Antigua Prisión Provincial (Jaén).
Fuente:
22
Dentro de este apartado acerca de la economía y de la situación laboral de la ciudad de
Jaén, hay que destacar el movimiento obrero y la conflictividad existentes durante los años de
la II República. Años convulsos, de dificultad laboral y con obreros cada vez más
concienciados con los derechos del trabajador.
Antes mencionábamos un incremento de la afiliación en sindicatos y en partidos
obreros como el PSOE. A raíz de la concienciación y de la inestabilidad de la situación
obrera, se suceden una serie de conflictos entre los años 1932 y 1936 en la ciudad de Jaén, en
su mayoría para pedir empleo, el cumplimiento de las bases o el cumplimiento de la Ley de
Términos Municipales.
Por lo tanto, nos encontramos
una ciudad en la que hasta
pasados los primeros años del
siglo veinte, el proceso de
urbanización había sido lento,
pero que diferenciaba a Jaén
como ciudad. La llegada del
ferrocarril en 1881 (que es un
gran avance y considerado
motor de progreso), además
de la idea de ampliar la
ciudad (creación de la calle Millán de Priego), la construcción de edificios consistoriales o la
remodelación de la antigua alameda de Capuchinos (actual alameda de Adolfo Suárez20)
como zona de paseo y comenzar a poblar la zona que une a la estación con la ciudad, lo que
posteriormente se proyectaría con el plan de ensanche de 192721, son ejemplos claros de
desarrollo urbano en la ciudad de Jaén.
20 Fernández Salinas, V. (2015), Urbanismo y transformación de la ciudad histórica andaluza, Cuadernos de
Andalucía en la Historia Contemporánea: Urbanización, modernización y cambio social en la Andalucía
contemporánea (pp. 79-100). Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, pp. 82-83. El
autor recalca la idea de que, pese al período de crisis de las ciudades andaluzas, el avance del proceso urbano
continúa.
21 Ulierte, L. (1990), Jaén. La ciudad y su historia, Granada: CEMCI, pp. 150-156.
Estación antigua de ferrocarril (Jaén).
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
23
Una ciudad con condiciones de habitabilidad e higiene que distaban de las ciudades
más avanzadas. A pesar de ello el proceso de urbanización continúa, ya como una necesidad
fundamental. Primero en la época de la dictadura de Primo de Rivera, con el movimiento
Regeneracionista, aunque las intenciones de este movimiento quedaron en proyectos de los
cuales pocos pudieron ser ejecutados. Después durante la II República, se realizan
determinadas obras públicas, que, a la vez necesarias para el desarrollo de la ciudad, como
también para ofrecer trabajo en un período de crisis y de paro acusado.
En cuanto al apartado económico, Jaén es una ciudad donde el paso hacia la
tercerización está aún estancado, no pudiendo apreciar una evolución en la década que
transcurre de los años veinte a treinta. Mezclado con un crecimiento vegetativo alto, que
produjo un amplio crecimiento de número de habitantes en la ciudad, hace que gran parte de
la población se encuentre en una situación laboral indeterminada. Volvemos a la figura del
jornalero urbano. Un jornalero que no sólo se dedica a actividades agrícolas, sino a cualquier
actividad en la que pueda desempeñarse.
En definitiva, Jaén es
una ciudad donde también
existe proceso de urbanización,
es una ciudad con carencias
infraestructurales, económicas y
laborales, que camina a un
ritmo diferente y más pausado
que algunas de sus vecinas
andaluzas, pero que camina, al
fin y al cabo.
De hecho, una evolución urbana, que no es incompatible con el desequilibrio social,
cuya polarización no es insignificante, como hemos podido constatar.
Palacio de la Diputación Provincial de Jaén
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
24
3. La posguerra en Andalucía. Una década de freno.
3.1. Situación de las ciudades andaluzas durante la posguerra.
Tras la Guerra Civil y la implantación de una dictadura donde las clases patronales
obtuvieron el poder, se producen grandes cambios en la configuración política, social y
económica en España, tanto en el mundo urbano como rural.
El nuevo régimen de ideal filo-fascista, junto con la situación política internacional
serán determinantes en el rumbo del país, en especial en la década de los cuarenta (la
denominada posguerra), quizás el episodio más triste de la historia contemporánea de España,
donde la carestía, el hambre, y la necesidad serán los agentes protagonistas de este período y
la polarización social se ampliará.
En Andalucía la situación será muy precaria. Su carácter agrario será muy castigado
con la autarquización de la agricultura, lo que supondrá un grave varapalo para su ya exigua
economía, cuyo avance en las primeras décadas del siglo veinte se verá frenado. En el
franquismo los Ayuntamientos serán las instancias donde se fundamentó el poder local. Éstos
recuperaron antiguas atribuciones como la distribución de recursos22 y la intervención en el
mercado agrario, en especial el trigo.
Proceso de urbanización.
La transformación urbana que se venía produciendo durante las décadas anteriores se
verá frenada en esta década que empieza tras la Guerra Civil. En palabras de David Martínez:
“El impacto de la Guerra Civil y de la Segunda Guerra Mundial, en especial, el
“orden” social y económico (la política autárquica) del primer franquismo distorsionaron el
proceso de modernización en marcha; con el freno o la interrupción de las dinámicas de más
prometedoras del cambio urbano (el dinamismo agroindustrial, el progreso de la
22 González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000). Historia contemporánea de Andalucía. Nuevos
contenidos para su estudio. Granada: Junta de Andalucía, p. 373.
25
alfabetización y la escolarización, la transformación de mercado laboral y la emergencia de
la clase media, etc.), la urbanización andaluza pagaría un elevado tributo23.
La apreciación de David Martínez es una buena síntesis del proceso urbanizador que
había ido evolucionando durante el primer tercio del siglo XX y que hemos diseminado en el
bloque 2.1. No deja de ser un proceso en el que muchos factores como la demografía,
economía, etc. se encuentran muy imbricados, en el cual el desarrollo de uno, favorece el de
los otros. En estos primeros treinta años, las migraciones se vieron favorecidas por la
atracción del mercado laboral, lo que produjo un impulso de las ciudades, que constantemente
se fueron dinamizando para poder ofrecer los servicios necesarios, tanto escolares, como ha
señalado, pero también otros como los referentes al ocio, higiene, transporte, etc.
Tras la Guerra Civil, las ciudades sufrirán una paralización de una década. Hasta el
comienzo del llamado “desarrollismo” no volverán a conocer un tramo de crecimiento urbano
como el anteriormente dado. Será en las siguientes décadas, tras un fuerte crecimiento
demográfico y territorial de las ciudades, cuando Andalucía aglutinará en las ciudades a la
mayor parte de su población.
En 1945 se sustituye la Ley Municipal de 1935 por la Ley de Bases de Régimen Local.
En base a ésta, se elaborarán durante los años cuarenta y principios de los cincuenta los planes
urbanísticos de varias capitales andaluzas (Sevilla en 1946, Cádiz en 1949, Málaga y Almería
en 1950 y Jaén en 1952), aunque apenas fueron ejecutados debido a las carencias de la
posguerra24.
De los pocos retazos constructivos en esta época fueron las viviendas protegidas,
adscritas en las leyes de 1939 y 1944 (Ley de Viviendas Protegidas y Ley de Beneficios
Fiscales a la construcción de viviendas de clase media).
Como podemos observar, la posguerra no sólo paralizará la urbanización en el ámbito
de la construcción, sino también, como veremos en los siguientes bloques, en los
movimientos migratorios, la economía y el resto de procesos que conforman la evolución y
desarrollo de la ciudad.
23 Martínez López, D. (2015), Urbanización, inmigración y mercado de trabajo en la Andalucía del primer tercio
del siglo XX, Historia Social (nº 81, pp. 29-47), p. 31.
24 Cruz Villalón, J. (2003), ul. op. cit., p. 441.
26
Estancamiento económico. La autarquía.
Debido al aislamiento internacional y la difícil situación exterior, tanto bélica como
económicamente, la dictadura fijó un rumbo económico autárquico en busca del
autoabastecimiento que supuso un grave perjuicio25. Ralentizó el crecimiento económico
andaluz, que ya había sufrido daños considerables durante la guerra. En la agricultura, los
grandes beneficiados serán los propietarios terratenientes, gracias a la disolución de los
grupos sindicales y la represión existente en el campo por parte del régimen.
Uno de los organismos agrarios más importantes fue el Servicio Nacional del Trigo
(SNT), que se encargaba de la regulación de la siembra y compraventa del mismo. Mientras el
Régimen deseaba la sobreproducción, la realidad ocurrida fue el desabastecimiento, además
de la creación de un mercado negro donde participarán diversos sectores de la sociedad, y
donde se ejercerá un ruin aprovechamiento de la necesidad y desesperación de las personas
más carentes.
Este sistema también provocó que la producción agrícola disminuyera por la vuelta a
los sistemas agrarios de base orgánica. La vuelta al uso de la cabaña ganadera, tanto para el
uso de la tracción animal como para fertilizar, ante la falta de maquinaria y abonos químicos,
debido a la disminución drástica de importaciones, fue una solución que evidencia el
estancamiento en la agricultura durante la época autárquica. Todo ello evidencia un retroceso
en la actividad agraria y una vuelta a la agricultura tradicional.
En la zona oriental andaluza, destacando Jaén y Granada, se estanca la producción
cerealista y olivarera durante los primeros años de la década de los cuarenta, además de
producirse un descenso de la cabaña ganadera. La remolacha azucarera granadina
experimentará un decaimiento de gran consideración de superficie cultivada durante esta
década26.
La autarquía es un modelo totalmente opuesto al que se había llevado a cabo durante
los años anteriores. Como vimos en el bloque anterior, durante el primer tercio del siglo
25 González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000). ul. op cit. pp. 379-383.
26 Florencio Puntas, A. (2006), Reformismo agrario, transformaciones sociales e innovación agrícola (1923-
2005), Miguel Bernal, A. (Coord.), Andalucía: desde 1923 hasta nuestros días, en Historia de Andalucía (vol. 9,
pp. 98-140), p. 109.
27
veinte se apuesta por desarrollar el mercado exterior en el sector primario y apostar por el
cambio de un sistema agrario orgánico a uno cada vez más industrial, incorporando energía,
técnicas, abonos, etc.
En el apartado de importación y exportación, Andalucía pasó en términos cuantitativos
a la mitad de lo registrado en el primer tercio del siglo veinte, un volumen que no alcanzaría
hasta la década de los sesenta27.
Un indicador del momento que atravesaba el sector industrial es el producto industrial
por habitante. Éste en Andalucía, entre 1875 y 1930, se encontraba por debajo de regiones
como Cataluña o País Vasco, pero siempre yendo a la par con la media española (Gráfico 128).
Mientras que en las siguientes dos décadas se estancará, sobre todo en Andalucía, haciendo
que no sólo se distanciasen los datos respecto a Cataluña o País Vasco, sino a la media
española. No volverá a incrementarse hasta bien entrada la década de los 50, pero ya
manteniendo una brecha considerable en términos per cápita (Gráfico 229).
Sociedad.
El abastecimiento por parte del Estado será, durante la década de los cuarenta,
insuficiente y falto de eficiencia, en un ejercicio de desigualdad social, con un sistema de
cartillas de racionamiento para la distribución que era irregular, exiguo y desigual (las cuales
estarán vigentes hasta 1952).
Aunque el hambre y la insuficiencia de ingesta eran el mayor problema y el más
acuciante, no fue el único. Las condiciones higiénicas, la necesidad habitacional, la represión,
etc.
La autarquía y la falta de alimentos básicos también dieron paso a una red de
corrupción que ocupaba todas las capas del tejido burocrático y político que se aprovechaban
de la situación existente para enriquecerse en el mercado negro30.
27 Parejo Barranco, A. (2009), ul. op. cit., p. 117.
28 Gráfico 1 (Anexo II), González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000). ul. op cit., p. 199.
29 Gráfico 2 (Anexo II), González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000). ul. op cit., p. 397.
30 Del Arco Blanco, M.A. (2006), Morir de hambre. Autarquía, escasez y enfermedad en la España del Primer
Franquismo, Pasado y Memoria. Revista de Historia Contemporánea (nº 5, pp. 241-258), pp. 244-245.
28
“En la década de 1940, el trigo distribuido de forma ilegal superó el 40% del total. En
el caso del aceite se estima que las cantidades comercializadas al margen de la ley
alcanzaron el 20% del total”31.
Otro tipo de fuentes que nos ayudan a conocer la situación son las cartas y telegramas
que la embajada británica recopilaba y realizaba informes con los testimonios de viajeros,
soldados y demás espectadores de tan tristes momentos. Miguel Ángel del Arco reúne varios
de estos informes32. En ellos se relata una situación peor a la oficial, con varios ejemplos de
ciudades andaluzas.
Como ejemplo de estos informes, se cuenta como en Jerez de la Frontera el hambre
afectaba hasta a las clases acomodadas; en Huelva los alimentos principales de la dieta de la
población se basaban en castañas y bellotas, siendo éstas escasas y de precio abultado.
También hacen hincapié en la debilidad de las personas, a las que les cuesta mantenerse
incluso de pie, y donde diferentes informes de distintos puntos de Andalucía narraban la
disminución productiva en distintos sectores debido a la incapacidad laboral de los
trabajadores, producida por la inanición.
La muerte por la falta de alimento será patente durante estos años. No es de extrañar
debido al déficit de calorías y a las enfermedades relacionadas. La mortalidad infantil
repuntará en los últimos años de la década de 1930 y los primeros de 1940, acabando con la
tendencia existente desde principio de siglo33.
Una de las enfermedades causante de un gran número de muertes es la avitaminosis o
falta de vitaminas. No es más que la denominación de la muerte por hambre, el intento de
enmascarar con terminología técnica la mortalidad causada por la necesidad alimenticia.
31 Martínez Ruiz, J.I. (2006). Autarquía e intervencionismo público, Miguel Bernal, A. (Coord.), Andalucía:
desde 1923 hasta nuestros días, en Historia de Andalucía (vol. 9, pp. 198-207), p. 204.
32 Del Arco Blanco, M.A. (2006), ul. op cit., pp. 248-255.
33 Martínez Ruíz, J.I. (2006), ul. op. cit., p.207.
29
Demografía.
Para explicar y poder comprender la situación de las ciudades andaluzas durante el
primer franquismo hay que retroceder al primer tercio del siglo XX, años en los que comienza
el cambio al ciclo demográfico moderno34.
Durante la Guerra Civil, la población de Andalucía creció, aunque a un ritmo menor
que en la etapa anterior. Las tasas de mortalidad y natalidad siguen siendo superiores a la
media nacional, aunque llega un momento que la mortalidad se sitúa a un nivel inferior
respecto al conjunto de España35.
Aunque la media de crecimiento en las ciudades andaluzas se situó en 0’2, algunas
ciudades como Jaén y Granada obtuvieron balances de crecimiento natural negativo36. Ambas
son zonas donde la posguerra fue más dura que en otras, posiblemente por haber sido de los
últimos reductos republicanos andaluces resistentes al bando nacional y también por ser
regiones agrarias donde, como analizamos en otro apartado37, las producciones olivareras y
cerealistas descendieron drásticamente durante los primeros años de posguerra.
Tras la contienda, continuó la tendencia existente en el primer tercio del siglo veinte,
la todavía alta fecundidad y la disminución de la mortalidad (primera fase de la transición
demográfica38). El nivel de fecundidad se mantendría hasta finales de los sesenta.
Por varios factores, la década de la posguerra fue “buena” para Andalucía a nivel de
crecimiento poblacional, con una media de 0.72% anual39. Esto es debido en gran parte al
estancamiento migratorio, causado por las propias condiciones de posguerra. Aun así, la cifra
34 Explicado en el apartado 2.2., referente a la demografía del primer tercio del siglo veinte.
35 Román Antequera, A. (2015), El papel de las ciudades en la transición demográfica de Andalucía, Cuadernos
de Andalucía en la Historia Contemporánea: Urbanización, modernización y cambio social en la Andalucía
contemporánea (pp. 27-52). Sevilla: Fundación Pública Andaluza Centro de Estudios Andaluces, p. 37.
36 Pérez Serrano, J. (2006), De la emigración a la inmigración (1920-2003), Miguel Bernal, A. (Coord.),
Andalucía: desde 1923 hasta nuestros días, en Historia de Andalucía (vol. 9, pp. 208-223), p. 213.
37 Ver apartado 3.1.
38 González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000), ul. op. cit., p. 406.
39 González de Molina, M. y Gómez Oliver, M. (2000), ul. op. cit., pp. 407-408.
30
de migrantes se situó en 200.000 personas, en su mayoría procedentes de las provincias
interiores de la zona oriental40. Sin embargo, siguió existiendo un porcentaje de migrantes
interiores, dentro de la misma región. Aunque estos también disminuyeron, tienen una gran
importancia, ya que explican parte del crecimiento poblacional en las ciudades durante la
posguerra.
Por lo tanto, en Andalucía, pese a la guerra, el crecimiento poblacional aumentó.
Paradójicamente, obteniendo en la posguerra una tasa de crecimiento mayor que en las
décadas posteriores (Gráfico 341).
Ello se deberá a la migración. El bajo índice migratorio existente posterior a la guerra,
hizo que no existiese un éxodo acusado en Andalucía, lo que sí ocurrirá en los años venideros,
sobre todo en el desarrollismo, haciendo que el crecimiento descendiera del 0’7 al 0’5 en la
década siguiente y al 0’1 en los sesenta.
La demografía está interconectada a la economía, y no es casualidad que el incremento
de las migraciones coincida con el fin de la autarquía y el llamado “desarrollismo”
económico. Surge en una coyuntura de situaciones que se desarrollarán en las décadas de
1950 y 1960, cuando se crean diferentes polos industriales en el país que necesitan mano de
obra, frente a un sector agrario andaluz, donde la situación laboral del trabajador seguirá
estancada. Será el comienzo de las migraciones a partir de la década de 1950 y supondrá su
cénit en la década siguiente.
El movimiento poblacional también ejerce como regulador demográfico42. Supondrá
un alivio a la tensión laboral andaluza, donde el paro sigue siendo de carácter estructural,
aunque demográficamente supondrá un duro varapalo a la región.
40 Pérez Serrano, J. (2006), ul. op. cit., p. 214.
41 Gráfico 3 (Anexo II). Román Antequera, A. (2015), ul. op. cit., p. 37.
42 Román Antequera, A. (2015), ul. op. cit., pp. 37-38.
31
3.2. La ciudad de Jaén en la década de los cuarenta.
Sociedad.
La ciudad de Jaén es uno de los últimos reductos de la II República en Andalucía. Será
ocupada el 29 de marzo de 1939 por el ejército nacional, en concreto por el Cuerpo de
Córdoba, bajo el mando de Queipo de Llano43. Comienza una década para la ciudad, en la
cual, al igual que en el resto de Andalucía, se mantendrá el freno (que había comenzado con la
irrupción de la Guerra Civil) al desarrollo que se había ido produciendo durante las décadas
anteriores.
El freno, a su vez, irá
acompañado de represión por parte del bando
vencedor, que buscaba la total subordinación
de la población. En la capital jiennense se
llevarían a cabo 1.280 fusilamientos entre
1939 y 1950 (sobre todo durante los primeros
cuatro años), de los que 57 procedían de la
misma ciudad, mientras que el resto
pertenecían a la provincia o de varios puntos
del país44. La explicación de la estancia en Jaén de personas procedentes de otros puntos
geográficos, se debe en parte a la acogida de refugiados durante el conflicto bélico.
Proceso de urbanización.
Al igual que en el resto de ciudades de Andalucía, en la ciudad de Jaén se producirá
una parálisis en el desarrollo urbano respecto a los años anteriores. Éste, que, durante la
década precedente evolucionó de un modo exponencial, tanto en la construcción de
infraestructura como en otros aspectos: alfabetización, higienización, etc., ahora se encuentra
paralizado por las condiciones de la posguerra.
43 Cobo Romero, F. (1989), Economía y política en la provincia de Jaén durante el primer franquismo. La
represión franquista (1939-1950), Actas: IV Congreso sobre el Andalucismo Histórico (pp. 699-728), p. 701.
44 Cobo Romero, F. (1989), ul. op. cit., pp. 708-719.
Fuente: Luis Garrido
Queipo de Llano en la escalinata de la Plaza San Francisco (Jaén).
32
Aunque a un ritmo diferente, sí se realizan proyectos de viviendas para obreros y para
trabajadores de la Diputación, por el déficit de domicilios existente. La expansión de la ciudad
se desarrolla por el ensanche y por las zonas periféricas.
En el ensanche se construirán las viviendas de las Protegidas, además del estadio de la
Victoria, inaugurado en 1944. También se inaugurarán el cuartel de las Fuerzas de Asalto, el
parque del paseo de la Estación (cuya obra comenzó en 1936) y el edificio de Maternología y
Puericultura en 1945.
En 1946, se inauguraban las líneas urbanas de autobuses, en el trayecto a las viviendas
protegidas del paseo de la Estación45.
Economía jiennense.
Desde la Guerra Civil hasta pasados los años cincuenta, Jaén vivirá una época de
escasez, tanto alimentaria como en otras facetas como la salarial, etc.
Tanto las cosechas de 1940 como la de 1945 fueron de las peores en el último siglo,
sobre todo en productos básicos que se encontraban racionados como trigo, judías, aceite,
etc.46 La carestía de productos básicos es observable en varios aspectos, como la prohibición
del uso de harina salvo para la elaboración de pan47, o el racionamiento de alimentos, el cual
la Junta Harino-Panadera, decretaba en 1941 el racionamiento para el pan en las cartillas del
siguiente modo48:
-Cartillas de 1º Categoría: 100 gramos.
-Cartillas de 2º Categoría: 150 gramos.
45 López Cordero, J. A. (2003), Jaén tras la muralla, Granada: Caja General de Ahorros de Granada-Obra
Social, pp. 97-100.
46 Egea Jiménez, C. (1999), La población de los municipios de Jaén: Evolución en el siglo XX y situación actual,
Jaén: Instituto de Estudios Giennenses, p. 113.
47 Cobo Romero, F. (1993), La Guerra Civil y la represión franquista en la provincia de Jaén (1936-1950), Jaén:
Instituto de Estudios Giennenses, p. 482. El autor recaba información a partir de Diario FET de las JONS de
Jaén, a fecha 6 de septiembre de 1941.
48 Cobo Romero, F. (1993), ul. op. cit., p. 482. A partir de Diario FET de las JONS en Jaén a 15 de octubre de
1941 (datos de racionamiento del pan) y 13 de febrero de 1942 (datos de racionamiento de algunos alimentos).
33
-Cartillas de 3º Categoría: 200 gramos.
A su vez, en la asignación de otros productos para su racionamiento, se estipula para la
provincia de Jaén:
-200 gramos de judías por ración.
-200 gramos de lentejas por ración.
-250 gramos de azúcar por ración.
-250 gramos de arroz por ración.
Se produjo una situación en la que, además de la proliferación del mercado negro, al
que debían acudir para poder adquirir una cantidad extra a la dada con las cartillas de
racionamiento, algunos comerciantes aplicaban precios abusivos en los productos. Algunos de
éstos, en numerosas ocasiones pequeños comerciantes, fueron multados por la Fiscalía de
Tasas de la provincia de Jaén o incluso les cerraron sus establecimientos49.
El estraperlo puede ser un buen indicador económico y social (como observábamos en
el punto 3.1.). En la provincia de Jaén, a partir de las noticias del Diario Jaén, se puede
establecer que la infracción más frecuente se da por ocultación de mercancía de sumas
pequeñas para el propio abastecimiento, aunque también existe referencias de actividades que
buscan el beneficio económico50.
En cuestión de salarios, se estableció en el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén de
diciembre de 1941 que, el salario mínimo en la ciudad de Jaén fuese de 8 pesetas para los
hombres y de 5’60 pesetas para las mujeres51. También se establecen jornales mínimos para la
recolección de aceituna, donde se incluyen tanto el salario por kilogramo en el trabajo a
destajo, como el jornal diario para vareadores y recogedores. Los salarios referentes a la
49 Cobo Romero, F. (1993), ul. op. cit., p. 483.
50 Aranda García, J. A. (2014), Autarquía y estraperlo: Jaén 1939-1945, Trabajo Fin de Grado de la Universidad
de Jaén, pp. 36-38.
51 Cobo Romero, F. (1993), ul. op. cit., pp. 486-487.
34
recogida de aceituna entre 1940 y 1944, son similares a los regidos diez años atrás, no
habiendo hasta 1947 una subida sustancial del precio por kilogramo o del jornal.
Demografía.
La provincia de Jaén, estos años suponen la conclusión en el crecimiento positivo que
venía produciéndose y que ya estaba debilitado. Muchos municipios pierden habitantes, y los
que ganan, lo hacen a un ritmo inferior a la década anterior. Excepto ocho municipios que
recogen saldos migrantes, el resto de ellos los pierden52.
La población de la capital jiennense en 1940 es de 54.631 y en 1950 es de 61.600
habitantes. Pese a las condiciones de vida, la ciudad experimenta un crecimiento de un 12%
durante esta década53. Uno de los motivos es el saldo migratorio positivo que la ciudad de
Jaén recoge de su provincia, aunque las migraciones se produjeron a un ritmo menor durante
la posguerra. Estas migraciones estaban en parte fomentadas por el sistema de racionamiento
alimenticio. La concesión de las cantidades era inferior en las zonas rurales, provocando que
las ciudades, sobre todo capitales de provincia (sus raciones asignadas solían ser aún
mayores), fuesen atractivos focos migratorios. Una herramienta para su estudio son los censos
de racionamiento, que ayudan a establecer flujos de desplazamiento de las personas
racionadas54.
La mortalidad, una vez pasada la Guerra Civil, continuará su dinámica de descenso,
aunque cabe hacer alusión al año 1946, en el cual, debido a la escasez de alimentos, se
produjo en la provincia de Jaén un 25% de la mortalidad por inanición de todo el país55. De
este modo el año 1946 será conocido popularmente como el “año del hambre”.
52 Egea Jiménez, C. (1999), ul. op. cit., p. 113.
53 Muñoz Fernández, A. (1960), La emigración en la provincia de Jaén, 1900-1955. Madrid: Instituto Juan
Sebastián Elcano, p. 28
54 Moreno Fonseret, R. (1993), Movimientos interiores y racionamiento alimenticio en la postguerra española,
Revista Investigaciones geográficas (nº 11, 1993; pp. 309-316), pp. 309-311.
55 Egea Jiménez, C. (1999), ul. op. cit., p. 114.
35
El balance que podemos hacer en la ciudad de Jaén durante estos años, es el de una
ciudad estancada, donde a muchas familias les cuesta subsistir y a la que llega gente desde la
misma provincia en un intento de resistir. Muchos vienen porque en la capital de provincia el
salario es un poco superior, al igual que el reparto de víveres mediante cartillas de
racionamiento. Y no sólo que el salario sea superior, sino que las cosechas durante los
primeros años de la década de los cuarenta, tienen una producción menor a las anteriores.
Teniendo en cuenta que gran parte de la población activa de la provincia de Jaén se dedicaba a
la agricultura siendo jornaleros asalariados, éstos intentasen buscar un nuevo destino para
vivir.
El índice inmigrante y el propio crecimiento poblacional de la ciudad, también
provoca la necesidad de construcción de viviendas, muchas de las cuales se proyectarán
durante estos años, pero no se edificarán hasta la década siguiente.
En líneas generales será una década muy dura para la población jiennense. Una
situación que costará revertir incluso en años posteriores, en condiciones no tan inclementes
como el primer lustro de la posguerra, pero aun así difíciles.
36
4. Indicadores sociales en la década de 1940.
4.1. Beneficencia. Establecimientos de beneficencia, Sección Femenina, etc.
En esta década, el control de los Establecimientos de Beneficencia correspondía a la
Diputación de Jaén. En el franquismo, la acción benéfica se centraliza en la Dirección General
de Beneficencia y Obras Sociales56 y las diputaciones provinciales estarán fuertemente
controladas por el estado. Para estimar la importancia de esta parcela, en los presupuestos de
1943, el total destinado a beneficencia 3.063.312 pesetas con 50 céntimos, un 30% del gasto
total de ese año por parte de Diputación.
En 1939, el Boletín Oficial de la Provincia de Jaén señalaba:
“Nuestros Establecimientos de Beneficencia son inadecuados e insalubres, pues
carecen de capacidad, ventilación, luz y apropiado emplazamiento. El tanto por ciento de
defunciones en nuestra Casa-Cuna es aterrador por las antedichas razones. El
funcionamiento en los Internados de Santo Domingo y Santa Teresa va en contra de las más
elementales reglas de salubridad e higiene57”.
Durante estos años, las Diputaciones y Ayuntamientos dirigían los hospitales
destinados a la atención de los enfermos incluidos en los Padrones de Beneficencia o,
simplemente, a ciudadanos carentes de recursos económicos58. La Ley de Bases de Sanidad
de Organización Nacional de 1944 establece:
“Incumbe al Estado el ejercicio de la función pública de Sanidad. En la consecución
de los fines de esta función será ayudado por las Corporaciones públicas. La autonomía de
las Administraciones locales queda subordinada a lo que se previene en la presente Ley”.
De este modo, se asigna la dotación económica por parte de los Ayuntamientos y
Diputaciones a muchas funciones sanitarias y benéficas. Y aunque el papel de los organismos
56 Organismo dependiente del Ministerio de la gobernación. Regulada por la Ley de Bases de 28 de diciembre de
1963. Posterior Seguridad Social.
57 B.O. de la Provincia de Jaén del 24 de octubre de 1939, en Cobo Romero, F. (1993), ul. op. cit., p. 481.
58 Santaella Ruíz, R. D. y Tejero Durán, R. (2013), De la beneficencia a la asistencia social en diputación
provincial de Jaén, Jaén: Boletín de Instituto de Estudios Giennenses (pp. 607-658), p. 611.
37
provinciales sigue siendo efectivo en muchas materias, siempre estarán supeditadas al
Ministerio de Gobernación, el organismo que focalizaba los servicios sanitarios.
En la Ley de Bases del Régimen Local de 194959, se establecen las competencias
sanitarias y asistenciales de las Diputaciones con una labor destinada básicamente a la
beneficencia social de indigentes y a los enfermos más marginales (tuberculosos, leprosos,
reumáticos, cancerosos…).
Establecimientos de Beneficencia en la ciudad de Jaén.
En la ciudad de Jaén se encuentran varias entidades dedicadas a sanidad y
beneficencia, que como hemos comentado eran responsabilidad de la Diputación. Éstos son:
el Hospital San Juan de Dios, el Internado de Santo Domingo (hospicio de hombres), el
Internado de Santa Teresa (hospicio de mujeres), Maternidad y Casa Cuna y el Manicomio.
Hospital San Juan de Dios.
En 1926, y dentro de la política de
obras públicas de Primo de Rivera, bajo
la dirección del arquitecto Luis Berges, se
construye un nuevo edificio con patio
interior adosado al antiguo Hospital. En
1935, el Hospital San Juan de Dios es el
principal centro médico de la provincia,
además de realizar terapias en el
tratamiento del cáncer. En la Guerra Civil
es tanto hospital civil como militar.
59 Ordenamiento que establece la creación de las comisiones informativas, entre otras de Sanidad y Beneficencia.
Hospital San Juan de Dios.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
38
Durante las décadas de los cuarenta y cincuenta se amplía, reforma y regula la
organización del hospital a través de diversos reglamentos: Admisión en los centros
provinciales de beneficencia dependientes de Diputación Provincial (1943); Reglamento para
la provisión de plazas (1945); Reglamento para la Beneficencia Provincial de Jaén (1947).
Se difundía el conocimiento médico con la publicación de la revista Archivos de la
Beneficencia Provincial de Jaén que comienza en 1946, y cuenta con una segunda época
desde 1949 hasta 195160.
Casa cuna y maternidad.
A finales de 1939, los niños de 0 a 4 años se trasladan al Instituto de Puericultura,
conocido como Hogar del Niño Jesús, se encuentra en un chalet del Ensanche, en la Avenida
del Generalísimo (actual Paseo de la Estación).
Este establecimiento, que cuida a sesenta niños, de los cuales son veintiocho lactantes
en 1943. La Diputación refleja en sus actas, la necesidad de construcción de un hogar de
puericultura, para un mejor cuidado de los niños61. La atención de los niños está a cargo de
cuatro Hermanas de la Caridad y veinte trabajadores.
Los párvulos, de 5 a 7 años, permanecen en el antiguo Hospicio de Mujeres que pasó
a denominarse Internado de Santa Teresa y a estructurarse en tres secciones: párvulos, niñas y
ancianas. Maternidad permanecerá también en el Palacio de Villardompardo, hasta que en
1952, la Casa Cuna, el Internado de Niñas y Maternidad62, se unen en una nueva sede, en la
Avenida del Generalísimo. Este edificio estaba formado por dos pabellones: el Hogar Infantil
de la Victoria, con entrada por la calle Baeza, y la Casa de Maternidad, con acceso por el
Paseo de la Estación.
60 Santaella Ruíz, R. D. y Tejero Durán, R. (2013), ul. op. cit., pp. 614-619.
61 Memoria de Secretaría del Ejercicio de 1943, Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo:
3827/3.
62 «La Maternidad de la Victoria fue un Centro moderno, de la época, con máximo confort y dotado de cuantos
medios materiales y técnicos se exigían… Muchos recordarán aquel bello edificio de la Avenida del
Generalísimo, con su fachada neo-clásica para Maternidad y la fachada del Hogar, del mismo porte y estilo,
hacia el Parque Municipal de La Victoria» (García Triviño, E.,1978), en Santaella Ruíz, R. D. y Tejero Durán, R.
(2013), ul. op. cit., p. 625.
39
Hospicio de hombres y mujeres.
A finales de 1939, los Hospicios pasan a denominarse Colegio Internado de Santo
Domingo y Colegio Internado de Santa Teresa, cuyo cometido es proporcionar asistencia y
educación a niños y niñas, respectivamente, desde los 7 a los 18 años, así como a ancianos y
ancianas.
A principios de los cuarenta, la Diputación se plantea la conveniencia de separar a los
niños y jóvenes acogidos en Santo Domingo de los ancianos con los que convivían,
trasladando a estos últimos al Convento de Santa Úrsula, cercano al internado y al Hospital de
San Juan de Dios. Se adaptó para ello parte de este convento en residencia de ancianos y
almacén de víveres de la Beneficencia, separándolos de la zona que ocupaban las monjas al
contar con acceso independiente.
El Internado de Santa Teresa estaba situado en la calle Herrerías, y se ha dedicado
desde hacía más de cien años a ser el departamento de mujeres. Durante el año 1942, este
recoge a un total de cuatrocientas ochenta y cinco mujeres (la mitad de ellas niñas y otros
ciento diez párvulos), que son atendidas por doce Hermanas de la Caridad y dieciséis
trabajadores, además de seis sanitarios.
Psiquiátrico (Manicomio).
No existe ninguno, sino que está en construcción. Los enfermos mentales antes se
encontraban en el Hospital San Juan de Dios, y tras la Guerra Civil fueron trasladados al
Convento de las Bernardas. Hay trescientos ochenta y dos internos, entre los que se
encuentran doce niños. El personal del manicomio consta de cuatro sanitarios (dos de ellos
médicos psiquiatras), seis Hermanas de la Caridad y treinta y tres trabajadores.
Para la construcción del manicomio provincial se establece un presupuesto de
1.500.000 de pesetas, de las cuales 600.000 las aporta a Junta Administrativa con destino al
Paro Obrero, siendo condición de que como mínimo, el cincuenta por ciento de éstas, se usen
para el pago de jornales (establecido en la Orden Ministerial de 30 de junio de 1938)63.
63 Refuerza las afirmaciones acerca del jornalerismo que durante el trabajo se han ido realizando.
40
Reglamento de los Establecimientos de la Beneficencia provincial (1943).
En búsqueda de conseguir una mayor fuente de ingresos en la hacienda provincial, la
Diputación de Jaén (citando el artículo 219 de del Estatuto provinciales a las Diputaciones),
pretende establecer el cobro de tasas por prestación de servicios públicos por estancias en
Establecimientos de Beneficencia. Además de regularlo creando un reglamento mediante una
Comisión, en la cual, estarán incluidos los delegados de Sanidad y Beneficencia64.
Los indigentes y dementes de naturaleza desconocida estarán recluidos gratuitamente
(Artículo 127 del ya citado Estatuto), mientras que la estancia de militares, distinguidos y
accidentados en el trabajo debe abonarse nueve pesetas diarias (además de las operaciones
quirúrgicas). Los indigentes o dementes que quieran recluir los Ayuntamientos de la provincia
en los centros de Santo Domingo y Santa Teresa, Hogar Infantil y Manicomio, tendrá una
cuantía de dos pesetas diarias y los internos en el Hospital y Casa de Maternidad, será de tres
pesetas diarias65.
El Reglamento (que consta de veintiocho artículos, donde se establece la normativa de
aceptación de sujetos, un conjunto de normas generales y la estipulación de tasas que los
municipios deben abonar), es entregado a la Comisión Gestora en diciembre de 1942, siendo
aprobado por unanimidad en enero de 1943 y tramitarlo a la Dirección General de
Administración Local66.
El Reglamento es publicado por el B.O. de la Provincia de Jaén, que subraya como la
entrada de indigentes a las entidades de beneficencia estaba mal reglada, al presuponer que
debía ser gratuita (siendo sólo gratis para los “menesterosos de naturaleza desconocida67”).
En septiembre del mismo año, varios ayuntamientos de la provincia (Peal del Becerro,
Mancha Real, Torredonjimeno, Porcuna, Huelma, Jódar y Cabra de Santo Cristo), se quejaron
64 Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo: 97/43.
65 Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo: 3826/21.
66 Reglamento de los Establecimientos de la Beneficencia provincial. Archivo Histórico de Diputación
Provincial de Jaén, Legajo: 101/9.
67 B.O. de la Provincia de Jaén, número extraordinario, 2 de junio de 1943.
41
por escrito a la Diputación de Jaén por el cobro de tasas que les impone el Reglamento, siendo
rechazadas sus quejas. A su vez, el Secretario Interventor de Fondos les reprocha no haber
reclamado en el plazo efectivo y aboga por la obligación moral del sufragio del Municipio
para el sustento de sus pobres. Otro argumento que se expone para la justificación del pago es
que en relación con el año 1924-1925, los pueblos que han protestado ante el cobro de tasas,
pagan en la actualidad (año 1944) una contribución siete veces menor en relación con el
presupuesto.
Finalmente, el 17 de julio de 1944, la Diputación de Jaén mediante un edicto, acuerda
modificar el Reglamento de estancia en Establecimientos de la Beneficencia Provincial para
reducir el pago estipulado en las estancias de personas necesitadas a la mitad (de 3 a 1’5
pesetas)68.
El reglamento tiene puntos importantes como el referido a la obligatoriedad de la
asistencia de los niños a la escuela de primera enseñanza, además de a su término, adscribirlos
a un taller, academia u ocupación.
Sección Femenina. Labor asistencial y adoctrinamiento.
La Sección Femenina tendrá un papel destacado en el franquismo. Se trata de una
división de Falange creada en 1934, ejerciendo un programa social de alimentación,
enseñanza, asistencial, etc. tanto en las zonas urbanas como rurales.
En Jaén se crea una delegación antes de la Guerra Civil con un total de 19 afiliadas
(429 en 1939), que se fue extendiendo y organizando el denominado Socorro Blanco y
comedores de Auxilio Social69.
Tras la Guerra Civil, Sección Femenina asumirá diversas acciones: Crear un cuerpo de
enfermeras sociales, alfabetización y formación en sus propias escuelas, labor asistencial, etc.
68 Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo: 101/9.
69 Gómez Fernández, A. B. (2012), La labor político-social de Sección Femenina durante el Franquismo en Jaén,
El Futuro del Pasado (pp. 161-184), p. 168.
42
Para la enseñanza disponen de tres tipos de escuelas según el nivel previo de
formación de las mujeres que asistían:
-Escuelas de formación. Éstas, enfocadas al mundo rural, se dedicaban a la
alfabetización.
-Escuelas de hogar. En la cual se formaban para el cuidado del hogar. Se
impartían clases de puericultura, higiene, corte y confección, etc.
-Mixtas. En estas escuelas se impartían ambas enseñanzas.
En Jaén estas escuelas tuvieron una acogida importante, con cursos de hasta 900
asistentes. Cursos de muchos tipos de actividades, desde cursos de enfermeras, educación
física, taquigrafía, etc.
En la ciudad de Jaén, el 29 de enero de 1946, se crea un Consejo de Protección
Escolar, dependiente de Auxilio Social, para varias escuelas, tanto de niños como de niñas.
Los alumnos de estas estas escuelas están acogidos en un régimen semi-internado,
cubriéndoles varias necesidades, tanto “materiales como morales y religiosas70”.
El Departamento de Divulgación, a partir del trabajo de las visitadoras urbanas, hizo
campañas acerca del cuidado infantil, reparto de comida para los niños necesitados (como
harina y leche en polvo), además de campañas de higiene71. Todo ello, además de ser una
labor social necesaria, debido a la época de hambre y escasez, servía para realizar una labor
de control sobre las familias y de adoctrinamiento de la idea de hogar y familia y el lugar que
debe ocupar la mujer en él.
70 Boletín Oficial del Estado, Número 54, 26 de febrero de 1946.
71 Gómez Fernández, A. B. (2012), ul. op. cit., pp. 169-170.
43
4.2. Viviendas sociales en Jaén. El ejemplo de “Las Protegidas” y viviendas para
obreros.
Uno de los grandes problemas durante la década de los cuarenta fue la necesidad de
creación de nuevas viviendas para solucionar el déficit habitacional. Además de las
situaciones de infravivienda que venían desarrollándose desde finales del siglo XIX y que
continúan en el siglo XX (como en las zonas del ejido de Belén y el ejido de Santa Isabel)72,
la situación empeora tras la Guerra Civil.
Para paliar el problema, durante las siguientes décadas se sucederán diversos planes y
líneas de actuación para la creación de viviendas sociales. Ya en el Fuero del Trabajo (1938)
marcaba como obligación “hacer asequibles a todos los españoles las formas de propiedad
ligadas vitalmente a la persona humana; el hogar familiar73”. Los idearios de construcción de
las viviendas serán concebidos en el fomento de la idea de hogar y familia que tenía el
Régimen, así como otras características como que sean higiénicas y dignas.
“Se entiende por viviendas protegidas las que siendo de renta reducida y estando
incluidas en los planes generales del Instituto Nacional de la Vivienda se construyan con
arreglo a proyectos que hubiesen sido redactados o aprobados por éste, por reunir las
condiciones higiénicas, técnicas y económicas, determinadas por las ordenanzas comarcales
que se dicten al efecto74”.
Renta reducida equivale a que el alquiler mensual no sea superior al importe de seis
días de jornal o la quinta parte del sueldo mensual del inquilino. La duración del régimen de
casa protegida era de veinte años, tras el cual no se pueden disfrutar las bonificaciones
fiscales que ofrece, pudiendo el usuario desligarse de tal régimen antes de los veinte años
72 López Arandia, Mª. A. (2013), La huella arquitectónica de la Diputación Provincial. Intervenciones en materia
de vivienda, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses (nº 207, pp. 1185-1268), p. 1194.
73 Fuero del Trabajo, 9 de marzo de 1938, XII. 2. Recogido en López Arandia, Mª. A. (2013), ul. op. cit., p.
1190.
74 Reglamento para aplicación de la Ley de 19 de abril de 1939 de viviendas protegidas, Decreto de 8 de
septiembre de 1939, Artículo 3, p. 340.
44
abonando al Estado, Provincia o Municipio la cantidad estipulada en base a las bonificaciones
disfrutadas.
Se rigen por la Ley del 19 de abril de 1939 que crea el Instituto Nacional de Vivienda
(un organismo dependiente del Ministerio de Organización y Acción Sindical) y un régimen
de protección para la construcción de dichas viviendas protegidas, las cuales como ya he
descrito deben cumplir las condiciones de higiénicas y de renta reducida. Éstas, además,
conllevarán una serie de requisitos descritos en la Ley, tanto de construcción como de
adjudicación.
Las viviendas tendrán deben tener también, según lo expuesto en el Decreto, que
tengan al menos tres dormitorios de dos camas, para que sea posible albergar a familias
completas.
Observando estas condiciones podemos determinar la intencionalidad de construcción
de viviendas dignas para, en general, un grupo poblacional más humilde. Aunque, también,
según las condiciones de adquisición, estas viviendas, no solucionarán la necesidad
habitacional de los estratos sociales menos pudientes, que no podrán acceder si quiera a este
tipo de residencias, y que como hemos visto en apartados anteriores, sufrirán durante estos
años calamidades para subsistir.
El Instituto Nacional de Vivienda, dirigido por un director nombrado por Decreto y un
Consejo Asesor, tendrá una serie de atributos entre los que se encuentran dictar Ordenanzas
generales sobre la construcción de viviendas protegidas y las condiciones higiénicas, técnicas
y económicas de éstas; crear planes generales de construcción, con el fin de colonizar áreas
interiores del país; la distribución de primas por provincias; autorizar y calificar obras, etc. En
total consta de veintidós atribuciones recogidas en la Ley de 193975.
Tanto los órganos de gobierno como las entidades constructoras de viviendas
protegidas contaran con una serie de beneficios: fiscales, anticipos sin interés, primas, etc.
como ejemplo, el Instituto Nacional de Vivienda dotaba de un anticipo del 40% sobre el valor
total de la obra a Diputaciones, Ayuntamientos, Sindicatos y Organizaciones del Movimiento.
Las concesiones de anticipos se harán en orden de conveniencia de la construcción.
75 Régimen de protección a la vivienda y creando el Instituto Nacional de la vivienda, Ley de 19 de abril de
1939, Artículo 17, p. 337.
45
Proyecto de manzana de ochenta y ocho viviendas protegidas.
La Diputación de Jaén crea un proyecto de construcción de ochenta y ocho viviendas
protegidas que se sitúan en el ensanche de Jaén, entre las calles Virgen de la Cabeza, Úbeda y
Carolina y la Avenida de Madrid.
Éstas son parte de las viviendas conocidas coloquialmente como “Las Protegidas”, y
serán parte del barrio que se está desarrollando durante esta época, denominado “La Victoria”.
Son viviendas unifamiliares con pequeños patios, que contrastarán con las futuras
construcciones de chalets en zonas cercanas como la calle Arquitecto Berges o Carmelo
Torres76.
En Jaén, la Diputación Provincial en el pliego general de condiciones económicas y
jurídicas (dentro del Proyecto de construcción de ochenta y ocho viviendas protegidas)77,
establece la subasta como método para la adjudicación de la obra a una empresa constructora.
Una obra presupuestada en 2.408.558 pesetas con 51 céntimos, que sería incrementado en
noviembre de 1942 a 3.094.758 pesetas y 68 céntimos, a la que podían optar todos los
españoles y las compañías excepto:
-Procesados criminalmente si hubiera recaído contra ellos auto de prisión.
-Fallidos en suspensión de pago o con bienes intervenidos.
-Deudores de caudales públicos en concepto de segundos contribuyentes.
Los solicitantes debían justificar su capacidad jurídica y pagar una fianza provisional
de 24.085 pesetas con 58 céntimos (1% del total del presupuesto de la obra), que será devuelta
a quienes no se le adjudique la contratación.
Para garantizar la imparcialidad de adjudicación, los licitantes debían entregar dos
sobres, uno con las referencias técnicas y otro con la propuesta económica78. De este modo, se
abren primero los que contienen las referencias técnicas y se escogen a los que se amoldan a
76 Arroyo López, E. (1992), El sistema urbano de la ciudad de Jaén, Granada: Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Granada, p. 30.
77 Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo: 1135/35.
78 Reglamento para aplicación de la Ley de 19 de abril de 1939 de viviendas protegidas, Decreto de 8 de
septiembre de 1939, Artículo 61, p. 352.
46
las condiciones y ofrecen las garantías de solvencia, adjudicándose posteriormente al
presupuesto más económico de las antes elegidas. Si hubiera dos o más en condiciones
iguales, se procederá a una puja entre licitantes.
Una condición a la empresa ejecutante serán los plazos de construcción de las
viviendas, debiendo estar finalizada en quince meses desde el inicio de las mismas, el cual se
considera que es ocho días desde el otorgamiento de la escritura.
El proyecto del arquitecto Francisco de Paula para la construcción de las ochenta y
ocho viviendas protegidas se aprueba el 10 de marzo de 1941, mientras que el Instituto
Nacional de Vivienda haría lo propio el 19 de noviembre del mismo año. A partir de ahí
existen varios problemas para la adjudicación de la obra, puesto que las dos primeras subastas
acaban sin empresa constructora.
Tras varios meses, el 22 de mayo de 1942, la empresa Construcciones Trueba S.L.
consigue la contrata de la obra, a la espera de la comprobación y aceptación por parte del
Instituto Nacional de Vivienda. Sin embargo, antes de la subasta, la constructora pasó de ser
una sociedad limitada a ser una sociedad anónima, dejando de existir la primera. Este hecho
constituye un problema de capacidad, puesto que no queda claro a cuál de las dos empresas se
ha realizado la adjudicación de la obra. La solución del problema expuesta es que la nueva
empresa, Construcciones Trueba S.A. hiciese constar que asumía todos los derechos y
obligaciones de la adjudicación al haberse tratado de un error de denominación, quedando así
resuelta la cuestión de capacidad.
Pliego de condiciones de Obras
Del pliego de condiciones de las obras79 podemos obtener información acerca de cómo
debe realizarse la construcción de las viviendas. Este pliego, incluido en el proyecto realizado
para la Diputación de Jaén, es un estudio preliminar en el cual observamos cuatro capítulos:
uno dedicado a la descripción de las obras, otro a los materiales de construcción, un tercero
que se basa en la ejecución de la misma y el cuarto y último cuyo contenido es la medición y
liquidación de las obras.
79 Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén, Legajo: 4024/22.
47
En el primer capítulo se describe cómo deben ser los edificios y las instalaciones
pertinentes. La obra comprende además de las ochenta y ocho viviendas, también la
instalación de diversos servicios que acondicionen de un modo completo la manzana.
La manzana se cerrará y tendrá un patio que debe ser acerado y pavimentado. También
contará con un pequeño jardín y un acceso mediante escaleras de bajada desde la calle al
patio.
En este capítulo también se incluye otros aspectos constructivos de tipo de cerrajería,
vidriería, pintura, etc. o de preparación para comenzar las obras como el movimiento de
tierras o cimentaciones.
El siguiente capítulo, referente a las consideraciones generales de los materiales, en el
cual se obliga a la contrata al uso de materiales con un mínimo de calidad, bajo la supervisión
de la Dirección, que tendrá la potestad de seleccionar, aprobar, desechar o demoler materiales
en búsqueda de la estabilidad, salubridad o buena apariencia de la obra.
La tercera parte del documento tiene varios puntos interesantes a tratar, como la
obligatoriedad de que todas las viviendas dispongan de agua potable y caliente, tejas árabes y
suficientes para garantizar la impermeabilidad y la red de saneamiento, con tuberías de
desagüe, etc.
Aunque en este apartado destaca las condiciones laborales que deben asegurarse a los
obreros. En los Artículos 4 y 5 de este documento se desgranan la protección al obrero y la
legislación. Dentro de la protección al obrero, el contratista tiene como deber la adopción de
todas las medidas necesarias para evitar cualquier accidente laboral, mientras que, en el
artículo referente a la legislación obrera, queda obligado al cumplimiento de las leyes,
vigentes o posteriores, referentes a seguros, retiros, jornada legal, descanso semanal, etc.
Condiciones de adjudicación de una vivienda protegida.
Para el poder comprar una vivienda protegida se deben disponer de varios requisitos,
dispuestos en el artículo 77 del Reglamento. Entre otros ser español, mayor de edad, dedicarse
a un oficio, empleo o profesión liberal, o ser pensionista del Estado (de hecho, eran unas
condiciones bastante excluyentes para una gran parte de la población, cuya actividad laboral
no era fija).
48
El número de hijos del solicitante será un factor de preferencia en la adjudicación,
mientras la casa solicitada se adecue higiénicamente al total de individuos de la familia. Otro
factor a tener en cuenta es el nivel adquisitivo del interesado.
Bajo la denominación de viviendas protegidas, además del proyecto de ochenta y ocho
ya expuesto, se llevaron a cabo otros dos proyectos: unos de noventa y cinco viviendas anexo
al Paseo de la Estación y otro de setenta y dos viviendas en la calle Arquitecto Berges80.
Otros planes de construcción en la ciudad de Jaén.
Otra zona por donde la ciudad se está expandiendo, es la falda del cerro del Castillo,
donde comenzaron a edificarse algunas viviendas en la década de 1940, como en otros barrios
periféricos de Jaén81.
Finalizada la Guerra Civil, muchas familias jiennenses vivían en condiciones de
infravivienda, algunas incluso en cuevas que se encontraban en la carretera de
Circunvalación, cerro de los Lirios o ejido de Santa Isabel, que eran construidas por ellos
mismos82. A pesar de la escasez de materiales de construcción, las diferentes instituciones:
Ayuntamiento, Diputación Provincial y Delegación Provincial Sindical, intentaron resolver el
problema de vivienda para las clases desfavorecidas, y se mandó construir casas en aquel
terreno, y entregarlas por sorteo a entre los obreros que las construían.
En 1946 se entregaron las primeras cuarenta viviendas, en el lugar que más tarde fue
conocido popularmente como “Corea”. Otras veintidós viviendas fueron entregadas en julio
de 1947. Eran casas unifamiliares modestas que se adaptaban a la fuerte pendiente del terreno.
También continuó el desarrollo del barrio de Belén y de San Roque. Fueron
construyéndose pequeñas viviendas para familias de trabajadores, que en su mayoría
80 Para más información acerca de este proyecto consultar: Archivo Histórico de Diputación Provincial de Jaén,
Legajo: 3836/15.
81 López Cordero, J. A. (2003), ul. op. cit., p. 161
82 López Cordero, J. A. (2003), ul. op. cit., pp. 163-164.
49
edificaron ellos mismos. La calle principal era la denominada General Castaños, a la que se le
unieron otras como San José, Juan Rincón, Tres Morillas, Artesanos, etc.83
Tras la concesión de las parcelas y un préstamo en materiales, en 1944, ya se habían
construido un centenar de casas modestas, y otro centenar estaban en proceso de edificación.
Estas viviendas carecían de suministro de agua potable, obligando a sus habitantes a
desplazarse a las fuentes públicas. Se van instalando servicios como el ambulatorio de San
Roque y el colegio Alcalá Venceslada en la calle Eras de Belén.
La Diputación de Jaén planificó en 1949 la creación de mil viviendas, de las cuales
sólo se construyeron doscientas treinta y tres, divididas entre Calvario Viejo y Pilar Nuevo,
ambos en la barriada de Santa Isabel. Unos años después se promocionó otro grupo de
viviendas en el barrio conocido como Peñamefécit, lugar donde se construyeron otros grupos
de viviendas, por parte tanto del Ayuntamiento como de la Obra Sindical del Hogar.
Las Protegidas (Jaén).
Fuente: José Mª Pardo Crespo.
No se puede decir que la problemática de la vivienda fuese solucionada durante la
posguerra con la política de vivienda, en especial en los estratos sociales más necesitados.
Éstos, al verse excluidos en numerosas ocasiones del reparto de viviendas, en numerosas
ocasiones se vieron obligados a construir su propia vivienda en las zonas más externas de la
ciudad, siendo el nivel de servicios inferior.
83 López Cordero, J. A. (2003), ul. op. cit., pp. 143-147.
50
4.3. Mortalidad infantil y alfabetización.
Mortalidad infantil.
Tras la Guerra Civil, se continúa con las iniciativas en búsqueda del descenso de
mortalidad infantil. Para ello se realiza en 1941 la Ley de Sanidad Maternal e Infantil, para
profundizar tanto en la prevención puericultora como en la pediatría (iniciados durante la II
República)84.
Durante la posguerra, la publicación de “Nociones de puericultura postnatal” en 1945
por parte de la Delegación Nacional de Sección Femenina de Falange, se convirtió en una de
las más difundidas. En él, entre otras ideas, apremian a huir de la medicina popular y de los
consejos sin fundamento médico, a la mala preparación de las madres, o en los errores en la
alimentación que provocaban enfermedades en los bebés85.
En Jaén existe el Instituto de Puericultura, también conocido como Hogar del Niño
Jesús. La ciudad tiene la necesidad de creación de centros de este tipo, como el que se crea en
Maternología y Puericultura en 1945. La demanda de centros es patente en diversos informes
de la Diputación Provincial de Jaén (como podemos observar en el apartado 4.1.).
El aglomeramiento en viviendas insalubres, las bajas condiciones higiénicas, la escasa
alimentación, etc. añadido al trabajo que desde niños realizan, pueden implicar un desarrollo
físico menor, retraso en la osificación, etc.
La nutrición también afectaba al desarrollo durante la pubertad, haciendo que varíe la
talla entre otros aspectos. Sobre ello se realizaron diversos estudios, como por ejemplo en
1954, cuando el Instituto Nacional de Higiene de la Alimentación y la Nutrición, por medio
de la valoración de tres encuestas llevadas a cabo en 1948, 1950 y 1953, elaboraron unas
"tablas patrones de peso y talla que representaban la media del crecimiento de los niños
españoles normales".
84 Bernabeu Mestre, J.; Galiana Sánchez, Mª. E.; Nolasco Bonmatí, A. y Caballero Pérez, P., (2006), Niveles de
vida y salud en la España del primer franquismo: las desigualdades en la mortalidad infantil, Revista de
Demografía Histórica (vol. 24, nº1, 2006, segunda época, pp. 181-201), p. 183.
85 Bernabeu Mestre, J., (2002), Madres y enfermeras. Demografía y salud en la política poblacionista del primer
franquismo, 1939-1950, Revista de Demografía Histórica (vol. 20, nº1, 2002, segunda época, pp.123-143), pp.
125-126 y 133-135.
51
Alfabetización.
La Ley de Educación Primaria de 1945 permitió la gradual institucionalización de la
alimentación escolar. En los siguientes años tanto las políticas de educación como las de
alimentación irán unidas. En 1952 se creó el Servicio de Protección de la Alimentación
Escolar Infantil para desde las escuelas complementar la nutrición infantil, además de ofrecer
a las familias el fin de "perfeccionar en todos los aspectos la nutrición de los alumnos de las
escuelas nacionales y de orientar debidamente los comedores escolares sostenidos por el
Ministerio de Educación Nacional, así como formar a las familias en la alimentación de sus
hijos en edad escolar. Un servicio parecido fueron las antiguas cantinas escolares86.
Dos años después, en 1954, se creará el Servicio Escolar de Alimentación y Nutrición
(SEAN) con el objetivo de organizar, distribuir e instalar el complemento alimenticio
procedente de la Ayuda Social Americana y continuar con la acción orientadora para
alimentación en la edad escolar. Los centros escolares son pues, tanto el lugar de la enseñanza
elemental como la sanitaria y alimentaria.
Dentro del discurso oficial, la política educativa del Régimen expresaba que: “velaría
para que ningún talento se malograse por falta de medio económicos87”. En la Ley de
Educación Primaria de 1945 antes citada, se incluyeron iniciativas cuyo propósito eran
preservar derechos a condiciones mínimas para la infancia. Como ejemplo, el artículo 12 de
dicha Ley especificaba: “la enseñanza obligatoria llevará consigo la debida protección para
aquellos escolares que por su pobreza no pudieran concurrir a las Escuelas sin asistencia de
alimentación y vestido88”. Viene a ser una reiteración a lo expuesto en el Fuero de los
Españoles.
Sin embargo, a partir de la Guerra Civil, el analfabetismo aumentará, no siendo de
extrañar, ya que, muchos hijos se verán obligados a abandonar los estudios para trabajar y
poder ayudar a la subsistencia familiar.
86 Trescastro López, E. Mª.; Galiana Sánchez, Mª. E.; Pereyra Zamora, P.; Moncho Vasallo, J.; Nolasco
Bonmatí, A. y Bernabeu Mestre, J., (2014), Malnutrición y desigualdades en la España del franquismo; el
impacto del complemento alimenticio lácteo en el crecimiento de los escolares españoles (1954-1978), Nutrición
Hospitalaria (vol. 2, nº 29, pp. 227-236), pp. 228-229.
87 Artículo 5, Fuero de los Españoles.
88 Ley de Educación Primaria, Boletín Oficial del Estado (nº 199), 17 de julio de 1945.
52
En 1949, se crean medidas como el Certificado de Estudios Primarios, necesario para
la admisión laboral en fábricas, industrias, comercios y talleres. A consecuencia de la
dificultad en la erradicación del analfabetismo, en 1950, se creó una Junta Nacional
dependiente del Ministerio de Educación para su erradicación. Otra medida adoptada en 1955
fue la sanción a los padres cuyos hijos dejasen de asistir a la escuela primaria89.
89 Eugenia Núñez, G. (2001), El capital humano en el primer franquismo, Actas del VII Congreso de la
Asociación de Historia Económica (19-21 septiembre 2001), pp. 5-8.
53
5. Conclusiones.
La Guerra Civil marca el punto de inflexión en el desarrollo de las ciudades. El paso
de la primera parte del siglo veinte, marcado por la evolución y demarcación de las urbes a la
posguerra, la década de mayor estancamiento urbano (además de en otros espacios). Durante
los primeros años del siglo veinte, los centros urbanos serán los puntos más dinámicos en
diversos ámbitos de sus provincias, y acapararán la atención demográfica, debido a las
mejoras de las condiciones de vida en ellas.
Comienza así un ciclo que se retroalimenta, cuyo eje principal es el proceso
urbanizador, que es factor y consecuencia del aumento poblacional, la tercerización de la
economía, mejoras sanitarias, alfabetización, etc. Por ello hemos considerado este proceso
como un cúmulo de mejoras imbricadas entre sí y que no sólo afecta al crecimiento o
edificación de la ciudad, sino que son otros componentes de este transcurso. Podemos
parafrasear a Fernández Salinas, y observar el escenario urbano como “un objeto de
redefinición”.
El caso andaluz, como hemos podido ver, tiene sus particularidades. Quizás la más
llamativa es su vinculación al mundo rural. La existencia de redes de agrociudades
(demográficamente muy activas, pero con estructuras económicas muy ligadas a la tierra)
hacen de Andalucía una región diferente. A partir de esta época, las redes siguen existiendo,
pero el sentido de ciudad no se guía sólo al número de habitantes, sino a una serie de
condicionantes como la diversificación económica, las infraestructuras de comunicación, etc.
La ciudad de Jaén despegará en estos años. Como ya comentamos en el apartado 2.2.,
durante este período comenzará su evolución hacia las mejoras de calidad de vida que aún
eran deficientes. Necesidades tales como la necesidad de agua potable y el aumento de vías de
comunicación serán mejoradas con la creación de infraestructura. Además, otros aspectos
sociales como la alfabetización mejorarán, o económicos como la lenta pero existente
tercerización laboral. Todos ellos son indicadores de desarrollo, de dinamismo, frente a la
sensación de inmovilismo que puede llegar a dar.
Observamos que la evolución urbana es común, tanto en Andalucía como en el caso
particular de la ciudad de Jaén. Este proceso es difícilmente explicable sin tener en cuenta,
como hemos hecho a lo largo del trabajo, del estadio de la transición demográfica. Ésta se ve
beneficiada con las mejoras sanitarias, que provocan el descenso de la mortalidad. Sin
embargo, la natalidad aún se mantendrá alta, por lo que favorecerá el superávit poblacional,
en especial en el medio rural, donde los datos de natalidad son más altos, provocando las
migraciones campo-ciudad, y auspiciando el crecimiento de las ciudades.
54
Tras la Guerra Civil el período de posguerra fue muy duro en todo el territorio
español. Las condiciones de vida en Andalucía fueron bastante inferiores a las vividas las
décadas anteriores. Las consecuencias posbélicas y una mala política económica provocarán
una década donde la escasez no sólo alimenticia, sino en prácticamente todos los ámbitos,
será la realidad constante. La base social, las clases populares, serán los más perjudicados,
mientras que se beneficiará un grupo de privilegiados.
Por supuesto, la actividad urbanizadora mostrada durante las décadas anteriores, se
verá obligada a frenarse de un modo rotundo, no volviendo a recuperar los niveles anteriores
hasta una década después. Para hacer posible estas comparaciones nos hemos servido de
varios indicadores. Gracias a ellos podemos analizar los cambios que se producirán durante la
dictadura del general Franco.
Es cierto que la dictadura parte en una situación tras una guerra, y que ciertos aspectos
pueden achacarse a ella, pero lo que realmente hace que la posguerra sea tan duradera y
cruenta, son las políticas que se ejecutan. La política agraria autárquica (el intento de
autoabastecimiento), hace mucho daño a una provincia como la de Jaén que es de preminencia
agraria.
En la capital jiennense, a lo largo del proyecto, hemos podido observar como existen
necesidades cuya solución es tardía o incompleta. Hemos visto los centros asistenciales, cuyos
mismos administradores catalogan como insuficientes, o como la creación de viviendas se
demora, comenzando a conformarse las primeras periferias de la ciudad, donde en ocasiones
los mismos moradores se construyen su propio hogar; zonas de viviendas donde medios tan
necesarios como la canalización de agua potable no existía, viéndose los vecinos obligados a
acudir a una fuente cercana para la obtención de agua.
También es cierto que se desarrolla un plan de viviendas sociales. No obstante,
durante los años de posguerra, no se extiende los suficiente, siendo muy pocas las viviendas
sociales construidas en esta década.
Así mismo, no podemos tampoco ignorar a los migrantes llegados del mundo rural.
Personas que buscan abandonar sus lugares de origen en búsqueda de una mejor situación.
Aunque las causas son diversas, podemos intuir, además de las mencionadas en páginas
anteriores como mejores condiciones de adquisición a través de las cartillas de racionamiento,
otro motivo es la salida de un clima de mayor control y represión. Estas personas
incrementarán el número de población precaria en la ciudad.
A grandes rasgos podemos decir que tanto las ciudades andaluzas, como Jaén en
particular, ven truncadas durante una década su evolución. Un crecimiento no a un ritmo
desorbitante, pero sí un avance palpable que no se recuperaría hasta pasados los años
cincuenta, con el comienzo del desarrollismo.
55
6. Bibliografía.
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59
Anexos
60
Anexo I: Tablas.
Tabla 3. Distribución socio-profesional de los afiliados a UGT en la provincia de Jaén
(1931).
Ramo de la producción Número de sociedades Número de afiliados
Agricultura 57 10660 (51,93)
Alimentación 5 142 (0,69)
Alumbrado 1 69 (0,33)
Banca 2 40 (0,19)
Camareros y cocineros 6 186 (0,90)
Comercio 1 40 (0,19)
Cueros y pieles 1 16 (0,07)
Edificación 5 1174 (5,17)
Madera 2 233 (1,13)
Metalurgia 2 233 (1,13)
Minería 2 508 (2,47)
Oficios Varios 21 7293 (35,52)
Transportes urbanos 1 40 (0,14)
TOTAL 116 20527 (100)
Tabla 4. Paro obrero en la provincia. Diciembre 1930- febrero 1931.
Partido
judicial Censo obrero Parados totales
Parados
parciales
Porcentaje de
parados
Alcalá la Real 3875 750 1325 53,54
Andújar 6497 427 2000 37,35
Baeza 3615 725 600 36,65
Cazorla 5070 600 1870 48,71
Huelma 2780 150 150 10,79
Jaén 4760 120 2040 45,37
La Carolina 10520 200 2830 28,8
Linares 6000
2500 41,66
Mancha Real 4070 570 1670 50,03
Martos 9625 1000 4145 53,45
Orcera 3610 300 1530 50,69
Úbeda 2720 430 1010 52,94
Villacarrillo 7140 1800 1550 46,91
TOTALES 70282 2072 23220 43,1
Anexo II: Gráficos.
61
Gráfico 1, Producto industrial por habitante en Andalucía, Cataluña, País Vasco y España.
Fuente: González de Molina, M. y Gómez Oliver, M.
Gráfico 2. Producto industrial por habitante en Andalucía, Cataluña, País Vasco y España, 1930-1975.
Fuente: González de Molina, M. y Gómez Oliver, M.
62
Gráfico 3. Evolución de las tasas brutas de natalidad (TBN) y mortalidad (TBD) en Andalucía y España,
1900-1970.
Fuente: Román Antequera, A.
63
Anexo III: Fotografías de Jaén.
Plaza de Santa María 1897.
Fuente: Cerdá y Rico.
La Carrera.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
64
La Carrera 1897.
Fuente: Cerdá y Rico.
La Carrera.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
65
Corpus Christi pasando por la Carrera en 1956.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
Fábrica de cerveza Alcázar.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
66
Calle Senda de los huertos.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
Depósitos de agua.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
67
Plan de Ensanche de Berges de 1927.
Fuente: J.M. Pardo.
Correos y telégrafos.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
68
Visita de Franco a Jaén en 1940.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
Entrega viviendas protegidas.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
69
Anuncio en el B.O. de la Provincia de Jaén acerca de los Reglamentos de Beneficencia.
Fuente: Archivo Histórico de la Diputación de Jaén.
Nuevo barrio periférico. El Almendral.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
70
Avenida Ejército Español 1950.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
Construcción del ferial Felipe Arche.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
71
Construcción estación de autobuses.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.
Vista de la Plaza de las Batallas 1950.
Fuente: Jaén en Blanco y Negro.