Un amor peligroso -...

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  • Un amor peligroso

  • Un amor peligroso

    Sabrina Jeffries

    Traduccin de Iolanda Rabascall

  • Al grupo Avon Ladies, unas adorables damasque me han ayudado a salir de ms de un apuro.

    A Micki, una editora realmente excepcional. Y a los amantes de Shakespeare en cualquier

    parte del mundo.

  • Captulo uno

    Londres, agosto de 1815

    El dinero habla un lenguaje que entienden todas las naciones.

    El vagabundo, Aphra Behn, escritora inglesa

    Estar ausente un par de semanas, ms o menos.Marsden Griffith Knighton observ desde la cabecera de la

    larga mesa que presida cmo la predecible alegra se extendapor las facciones de sus empleados. La ltima vez que Griff ha-ba abandonado la direccin de la Knighton Trading durantetanto tiempo haba sido para encabezar una delegacin a Calcutaque haba acabado por triplicar los beneficios de la compaa yhaba aniquilado a dos de sus competidores de un plumazo.

    Incluso Daniel Brennan, su administrador y hombre deconfianza, que por norma general no se inmutaba por nada, ir-gui un poco la espalda en la silla. Daniel no sola asistir a esaclase de reuniones, ahora que se encargaba de administrar unaparte sustancial de los intereses privados de Griff. Sin em-bargo, este tena una razn de peso para requerir su presenciaaquel da.

    Se quedar el seor Brennan al cargo de la empresa,como de costumbre, seor? pregunt un joven empleado.

    No. El seor Brennan vendr conmigo. Cuando Daniello mir desconcertado, Griff le sonri. Era difcil sorprender aDaniel, que prcticamente ya lo haba visto todo en la KnightonTrading. Haba empezado a trabajar en la compaa cuando supatrn la fund, ganndose sus primeros jornales con operacio-nes de contrabando. El seor Harrison se quedar al cargo.

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  • Al empleado ms veterano se le ilumin la cara ante aque-lla muestra de deferencia.

    Adnde vas esta vez, seor Knighton? A Francia? Ala India? A Green le brillaron los ojos. Quiz a China?

    Griff ahog una carcajada.A Warwickshire. No se trata de un viaje de negocios.

    Tengo que ir a visitar a unos familiares.Fa... familiares? tartamude Harrison.Griff poda adivinar sus pensamientos. Pero si es un po-

    bre diablo! Excepto por su santa madre, cmo es posible quehaya alguien en su familia que desee mantener relacionescon l?

    S, familiares repiti Griff con una visible satisfac-cin. Se trata de un tema personal de cierta relevancia.Hizo una pausa, despus continu con el mismo tono con-descendiente que sus trabajadores reconocan y saban quejams deban cuestionar. Y otra cosa: no mencionis miviaje a nadie, ni tan solo a mi madre. Si alguien os pregunta,lo nico que sabis es que he ido a Francia o a China, enten-dido?

    A continuacin se oy un coro apagado de asentimiento.Muy bien. Podis retiraros. T no te vayas, Daniel;

    quiero hablar contigo.Sus empleados se marcharon sin dilacin. Saban que Griff

    detestaba malgastar el tiempo con conversaciones frvolas.Adems pens Griff con amargura, seguramente todosestarn ansiosos de chismorrear y especular acerca de las ines-peradas noticias de que tenga familia.

    Unos aos antes se habra enfurecido por ello, pero habaconvivido con el estigma de ser bastardo durante tanto tiempoque ya no le corroa la piel. Lo que s que le corroa era el bol-sillo, pero su intencin era atajar ese problema de raz.

    Tan pronto como su despacho qued vaco, Daniel enarcuna de sus rubias cejas e inclin su corpulenta estructura sobrela ostentosa silla situada delante de la mesa de Griff.

    Un asunto personal?Lo creas o no, esta vez s que es personal.Atrs haban quedado los das en que l y Daniel se enfras-

    caban en increbles aventuras, ilegales o no, para conseguir que

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  • la Knighton Trading triunfara. Ahora el futuro de la compaase basaba en el prestigio de su nombre, aunque, irnicamente,el pasado de Griff careciera de aquel debido respeto.

    Griff se acomod en su silla detrs de la mesa.He recibido una invitacin para visitar a un primo le-

    jano, el conde de Swanlea. Se est muriendo, y yo soy el here-dero de su propiedad, Swan Park.

    Daniel pareca desconcertado.Pero cmo es posible que seas el heredero si eres...?Bastardo? No, no lo soy.Daniel torci el gesto, con una mueca de decepcin. Ser hi-

    jos ilegtimos era lo nico que tenan en comn, ya que en todolo dems apariencia, forma de comportarse y educacineran totalmente opuestos. Daniel, que tena el cabello rubio,haba pasado tres aos en un orfanato. Su padre, que fallecijoven, era un famoso salteador de caminos, y el mismo Danielhaba formado parte de una banda de contrabandistas. Griff,moreno y de complexin delgada, haba sido criado y educadocomo un verdadero caballero.

    Griff esboz una sonrisa forzada y agreg:Aunque mi legitimidad todava est en entredicho.O eres bastardo o no lo eres refunfu Daniel.No lo soy. No soy bastardo, a pesar de que no puedo pro-

    barlo. Por eso he aceptado la invitacin de Swanlea.Los ojos de Daniel se achicaron como un par de rendijas.No es ese el tipo que me pediste que investigara? El

    viudo con tres hijas a las que todos llaman las solteronas deSwanlea?

    El mismo. Griff le pas a Daniel una carta por encimade la mesa. La recib la semana pasada, por eso te ped que loinvestigaras. Seguro que te interesar.

    Mientras Daniel ojeaba la carta, Griff se dedic a examinarsu despacho con inters. La luz del sol estival penetraba por laselevadas ventanas por las que se vea obligado a pagar una for-tuna a causa de estar gravadas con un elevado impuesto. La luzhaca cabriolas en las repisas de mrmol y en una alfombraAubusson antes de desaparecer debajo de las sillas de caoba.Este era su tercer despacho en diez aos, cada vez mejor si-tuado y cada vez decorado de una forma ms ostentosa. Estaba

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  • ubicado en pleno centro de la ciudad, cerca del Banco de Ingla-terra, proclamando a los cuatro vientos su enorme xito.

    Sin embargo, todava no era suficiente. Griff quera que laKnighton Trading superara incluso a la Compaa Britnica delas Indias Orientales. Gracias a la invitacin de su primo le-jano, quiz pronto podra hacer realidad aquel sueo.

    Daniel termin de leer la carta y mir a Griff con sorpresa. As que si te avienes a los trminos de tu primo, te con-

    vertirs en el prximo conde de Swanlea?S. Me conceder la prueba de legitimidad que necesito

    para heredar su ttulo y sus tierras, que supongo que se refiereal certificado de matrimonio de mis padres que se extravihace aos. A cambio, tendr que casarme con una de sus hijaspara que las tres se puedan quedar en Swan Park.

    Daniel achic los ojos.No te parece un poco sospechoso que justo ahora ese

    conde haya encontrado la prueba entre sus documentos fami-liares, despus de tantos aos?

    Griff resopl.Claro que me parece sospechoso. En realidad, sospe-

    chaba que el quinto conde de Swanlea haba cometido peoresagravios contra su familia. Pero solo los estpidos se dejabanllevar por rencillas y resentimientos del pasado. Y su objetivotrascenda a cualquier ansia maquiavlica de venganza. Nome importa qu ha hecho para encontrar esa dichosa prueba; lonico que s es que la quiero. Cuando haya establecido mi le-gitimidad, dispondr de una posicin aventajada para expandirmi negocio en China.

    As que de veras piensas casarte con una de esas solte-ronas?

    Y acceder a su chantaje? Jams! Por eso necesito quevengas conmigo. Lo que pretendo es obtener esa malditaprueba. Y mientras la busco en Swan Park, quiero que t dis-traigas a las hijas. Que las entretengas, que las cortejes si quie-res; que hagas lo que sea necesario para mantenerlas alejadasde mi camino.

    Te has vuelto loco? explot Daniel. Entretener alas tres hijas del conde? Ni tan solo querrn hablar con unhombre de mi posicin social! Cmo diantre voy a distraerlas?

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  • Griff sonri.Hacindote pasar por m, por supuesto.Yo? Por ti? Eso es... eso es... imposible! Tus empleados

    se desternillarn con esa...Daniel se call cuando Griff enarc una ceja.Por Dios! Hablas en serio?Por supuesto que hablo en serio. Si me presento all y me

    pongo a cortejarlas, no tendr tiempo para buscar el docu-mento. Pero si me presento como el administrador y hombrede confianza del seor Knighton, podr moverme con absolutalibertad por la casa. Si me descubren, simplemente tendr querevelar la farsa para que no nos arresten. No se atrevern aacusar a su primo de robo con tal de no arriesgarse al escn-dalo. En cambio, si te pillan a ti buscando el documento y ave-riguan tu pasado, el conde har que te cuelguen de inmediatopara que a m me sirva de escarmiento.

    Daniel segua mirndolo con los ojos tan chicos como unpar de rendijas.

    De veras crees que ese hombre es tan malvado?Por un momento, Griff se sinti tentado a contarle toda la

    verdad, pero al final decidi no hacerlo. El cdigo moral deDaniel podra malograrse de una forma impredecible. Quizdecidiera negarse a cooperar si se daba cuenta de hasta dndeestaba dispuesto a llegar Griff con tal de establecer su legiti-midad.

    S. As que yo ser el nico que busque el documento enSwan Park. Pero no te preocupes; no nos costar nada inter-cambiar los papeles. Jams he visto al conde de Swanlea ni asus hijas. Gracias a las rencillas entre nuestras familias, ellosno saben qu aspecto tengo...

    Sandeces! A juzgar por el nico retrato que he visto detu padre, eres su viva imagen. Pelo negro, ojos azules...

    Por eso tengo aspecto irlands; al menos yo me parezcoms a un irlands que t. Griff sonri confiado. Daniel habaheredado el aspecto de su madre inglesa y se haba criado enInglaterra, por lo que no tena pinta de bribn irlands. Heodo que el conde nunca sale de su aposento, por lo que no ten-dr que verlo. Por qu no iba a creer que t eres el seorKnighton?

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  • Su joven amigo lo mir sin pestaear.Porque t te comportas como un verdadero caballero.

    Y en cambio yo me comporto como el hijo bastardo de unbandido irlands.

    Por eso te enviaran a la crcel de Newgate ante la menorseal de perfidia. Cuando Daniel se puso de pie con la inten-cin de abandonar la sala, Griff suaviz su tono. En cambio,como seor Knighton estars en tu posicin. A diferencia dem, tienes fama de seductor entre las mujeres.

    S, entre las meretrices del puerto, pero no s nada acercade damas de alcurnia. Avanz a grandes zancadas hastala mesa y propin un puetazo en la superficie sin apartar lavista de Griff. Ests loco! Lo sabas? No funcionar!

    S que funcionar. Knighton es una empresa mercantil,por lo que esperarn que Knighton sea un hombre de bruscosmodales. No se fijarn en tu forma de hablar ni en tu compor-tamiento, porque se supone que eres rico, as que prctica-mente durante todo el tiempo que dure esta farsa podrs ser tmismo.

    Daniel pareci sopesar las palabras de Griff.Griff decidi sacar ventaja del momento.T quieres llegar a dirigir algn da tu propia compaa

    de inversiones, no es cierto? Esta posibilidad te proporcionarel entrenamiento esencial en comportamiento social y borrarcualquier vestigio de tus aos de contrabandista. Griff son-ri. Y adems, recompensar tus servicios con una apetitosasuma de dinero: cien libras adems de tu salario fijo.

    Aquella oferta consigui captar la atencin de Daniel.Has dicho cien libras?S. Para tu fundacin. Hizo una pausa. No podr

    apaarme sin ti. Adems, quiz incluso te diviertas con la posi-bilidad de pasar unos das con tres jovencitas.

    Tres feas arpas, querrs decir. Si no, no las llamaran sol-teronas. Diez aos de duro trabajo y de absoluta lealtad haciati, y as es como me pagas?

    Y si te ofrezco ciento veinte libras?Daniel lo mir con ojos taimados y replic:Ciento cincuenta.Trato hecho concluy Griff, y le tendi la mano.

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  • Tras una pequea vacilacin, Daniel se la estrech.Griff sonri como un nio travieso.Yo habra subido hasta doscientos.Y yo habra aceptado cincuenta contrarrest Daniel.Cuando Griff se dio cuenta de que la resistencia de Daniel

    haba sido calculada, dej escapar una risotada reverberante.Menudo bribn! Creme! No me queda la menor

    duda de que eres el hijo de Danny Brennan el Salvaje!Daniel irgui la espalda.Y con documento que certifique que eres hijo legtimo o

    no, t sigues siendo un verdadero bastardo.Nunca te rebatir ese punto, amigo mo. Pero antes de

    que el mes tocara a su fin, Griff podra demostrar que no era elmercader sin escrpulos que todo el mundo crea. Entoncesnada se interpondra en su camino hacia la imparable ascen-sin de la Knighton Trading.

    Lady Rosalind Laverick, la segunda hija del conde de Swan-lea, estaba repasando la lista de dispendios de Swan Park en unintento ftil de recortar gastos cuando uno de los lacayos en-tr en la sala de msica.

    Acaba de llegar el emisario del seor Knighton, miladydijo. Ha anunciado que su seor llegar en una hora.

    Qu? Pap no se habr atrevido a... Ante la miradaconsternada del lacayo, ella alz la barbilla con petulancia.Gracias, John.

    Esper hasta que el lacayo se hubo alejado antes de salirdisparada hacia el aposento de su padre. Cuando entr, mostruna alegra contenida al encontrar a sus otras dos hermanasjunto a l. La ms joven, Juliet, estaba atendiendo al padrecomo de costumbre, mientras que Helena, la mayor, se dedi-caba a inmortalizarla pintndola en un cuadro en miniatura.Era una escena familiar entraable, una de las que tanto le gus-taban a Rosalind. Pero para poder seguir gozando de esa clasede escenas, tendra que conseguir que su padre desistiera de sudescabellado plan.

    l se sent en la cama, arrebujando su decrpita osamentacon las mantas. A pesar de que jams haba sido un hombre

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  • apuesto, muchos aos atrs haba tenido una presencia impo-nente, con un porte y un vozarrn capaces de amedrentar acualquiera.

    Todava posea esa mirada amenazadora y la rgida barbillaque haba hecho temblar a Rosalind en ms de una ocasincuando era pequea. Pero su cuerpo era ahora un montn demsculos secos y huesos aplastados, recubiertos por una pielque se escurra debajo de los dedos de Rosalind cada vez queintentaba agarrarlo por el brazo o la mano. Siempre que lo veatan enfermo y derrumbado, el dolor le oprima el pecho.

    Sin embargo no pensaba permitir que los sentimientos semezclaran con su objetivo. No cuando se trataba de una cues-tin tan importante.

    Pap, me acaban de informar de que la llegada del seorKnighton es inminente. Avanz con paso decidido hasta lacama. Cmo has podido? Pens que habamos decididoque...

    T habas decidido, Rosalind. Yo te dije que si alguna detus hermanas acceda a casarse, me encargara de los preparati-vos. Y Juliet ha accedido. As que he escrito a ese hombre y lohe invitado a venir.

    Helena resopl con pena, pero Juliet simplemente se rubo-riz un poco y hundi la cabeza en el pecho.

    Cmo se te ha ocurrido? Juliet? le recrimin Ro -salind.

    No lo entiendes! No me importa casarme con l! ob-jet Juliet, sentada junto a su padre. Pap cree que es la me-jor opcin, y yo no puedo faltar a mi deber como hija.

    Casarte sin estar enamorada? espet Rosalind, sinprestar atencin a la severa mirada de su padre. Quiz creasque es tu deber, tal y como dice nuestro querido bardo de Avonen Mucho ruido y pocas nueces: Haz una reverencia y di:Como os guste, padre. Pero, sobre todo, que sea buen mozo;o de lo contrario, haz otra reverencia y di: Padre, como a mme guste.

    Mira, angelito mo, no empieces otra vez a recurrir a losversos de Shakespeare de forma indebida la ataj su padre.Shakespeare suele ir ms en contra de las mujeres que a vues-tro favor. Piensa en Desdmona, por ejemplo. Si ella hubiera

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  • cumplido con su deber como hija y hubiera hecho caso a su pa-dre y hubiera rechazado a Otelo, no habra muerto.

    Como de costumbre, no has entendido la esencia de laobra replic Rosalind sulfurada.

    Ay, Dios mo... Helena se puso de pie visiblementecansada. Cuando sacis a Shakespeare a colacin, nunca osponis de acuerdo. Asi la caja de pinturas con una mano ysu bastn con la otra y enfil hacia la puerta de la estancia conporte altivo.

    Adnde vas? la interpel Rosalind. Esperaba que He-lena le mostrara su apoyo.

    Helena se detuvo un instante.Quiero guardar mis pinturas antes de que llegue nuestro

    invitado.No te importa que pap est planeando...?Por supuesto que me importa. A diferencia de ti, sin em-

    bargo, reconozco que de nada sirve discutir con pap. Si t noests interesada en casarte, ser mejor que te apartes de lacuestin. Yo, desde luego, no tengo ninguna intencin de ca-sarme con el seor Knighton, aunque l aceptara tomar por es-posa a una mujer con mis... defectos fsicos. En cambio Julietparece ms que dispuesta a echarse a sus brazos, y por consi-guiente no hay nada que podamos hacer. Especialmente si ellaha tomado esa decisin.

    Rosalind observ con desesperacin cmo su elegante her-mana mayor avanzaba cojeando hacia la puerta. Si Juliet pose-yera la fortaleza de Helena o si fuera ms desconfiada con loshombres... Rosalind suspir al tiempo que se encaraba a su pa-dre y a su hermana menor. Pero Juliet era tan tmida como losvestiditos infantiles de color rosa y blanco que tanto le gustabalucir. Y del mismo modo que se negaba a llevar colores vivos como el traje bermelln que luca Rosalind en esos momen-tos, tambin se negaba a desobedecer a su padre.

    Pap insisti Rosalind, actas como si este hombrefuera tu nica esperanza. Pero una de nosotras todava podracasarse, y adems por amor!

    Mira, angelito mo, tienes veintitrs aos, y Helena vein-tisis. Ya no estis en edad casadera, y menos an sin la ayudade una dote decente o de un destacable atractivo fsico. Helena

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  • es hermosa, pero su cojera siempre ha sido un impedimento.Y t no eres la clase de chica que atraiga a los hombres...

    Quieres decir que no soy hermosa? La fra sinceridadde su padre la haba herido. Justo cuando pensaba que se habavuelto inmune a los constantes insultos de su padre, de nuevohaba bajado la guardia y l le haba vuelto a clavar una pua-lada por la espalda. S, s, ya lo s. Mi cabello es ingoberna-ble y tan tieso como un revoltijo de alambres, y me sobranunos cuantos kilos.

    No hablaba de tu fsico la ataj su padre, sino de tusmodales. Quiz si intentaras ser menos...

    Directa? Instruida? Perspicaz? espet ella.Autoritaria y tempestuosa es lo que yo estaba pensando

    replic pap.No soy autoritaria! Cuando l enarc una ceja, Rosa-

    lind ech la cabeza hacia atrs con altivez. De acuerdo, quizun poco. Pero si no fuera as, no podra llevar las riendas deesta casa. Oh! Cmo era posible que se hubieran enzar-zado en aquella estpida discusin? Adems, qu me dicesde Juliet? Todava podra casarse por amor, si le concedieras unpoco de tiempo.

    Acptalo, angelito mo, no nos queda tiempo. La insi-diosa tos de su padre solo corroboraba su sentencia.

    Rosalind intent alejar de su mente la dolorosa cuestin dela enfermedad de su padre.

    Ya sabes que no tenemos que casarnos. Podramos sacaradelante estas tierras trabajando.

    No seas absurda. Cuando el seor Knighton os eche deaqu...

    Yo podra trabajar como actriz, igual que mam. Al orel bufido de su padre, Rosalind salt a la defensiva. Quiz nosea muy agraciada fsicamente, pero soy alta y tengo una vozagradable. Helena podra vender los cuadros que pinta. Y Julietpodra hacer algo, no s... La amiga de mam, la seora Inch-bald, la actriz, nos ayudara a encontrar una vivienda de alqui-ler en Londres. Si aunramos nuestras fuerzas...

    No! grit Juliet. No podemos abandonar SwanPark! De ningn modo!

    Maldita sea! Y por qu no? rugi Rosalind, ba-

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  • rriendo con la mirada la estancia decadente, con sus moldurasagrietadas y sus cortinas de seda ajadas. No veo nada por loque valga la pena sacrificar la vida de mi adorable hermana.Qu ha hecho este montn de piedras por nosotras, exceptoconvertirnos en las solteronas de Swanlea? Si he de ser unasolterona, prefiero serlo en la ciudad!

    No sobreviviras en la ciudad! bram su padre.Acaso no recuerdas lo que le pas a Helena? Adems, tu ma-dre fue mucho ms feliz aqu en su papel de esposa que comoactriz. Esa vida no est hecha para ti, y tampoco para Juliet. Ellase merece un futuro mejor.

    S, pero un matrimonio de conveniencia no augura unfuturo prometedor, pap. Sobre todo si ese hombre es, segnlas cartas de la seora Inchbald, un bribn y un villano. Sabasque hizo tratos con contrabandistas y que incluso vendi pro-ductos de contrabando?

    Por necesidad, y de eso hace mucho tiempo. Ahora es unhombre completamente respetable.

    La seora Inchbald tambin dijo que...Un momento, angelito mo la ataj su padre. Hizo una

    seal a Juliet y le susurr algo al odo. Ella asinti. Luego lvolvi a mirar a Rosalind. Dale a Juliet las llaves de la casa.Necesito que vaya a buscar mi reconstituyente en la despensa.

    Era una burda excusa para deshacerse de Juliet, pero a Ro-salind no le import. Le entreg a su hermana el manojo dellaves y dio unas pataditas impacientes en el suelo con el piemientras su hermana se alejaba.

    Acto seguido, Rosalind centr de nuevo toda su atencin ensu padre, con tanto afn que ni tan solo oy que su hermanacerraba la puerta echando la llave.

    Y lo que es ms importante continu ella, la seoraInchbald dice que el seor Knighton es un... bueno, digamosque no es hijo legtimo. Acaso eso no te preocupa?

    Su padre estall en un alarmante ataque de tos. Rosalind seabalanz sobre l y empez a propinarle golpecitos en la espalda,tal y como sola hacer Juliet. Por lo visto, Juliet no se los daba contanto vigor, ya que l la apart de un empujn, y gru:

    Qu bruta eres, hija ma! Ni que fuera un maldito ta-piz al que pretendieras sacarle el polvo a porrazos!

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  • Rosalind retrocedi, murmurando para s unas palabras dedesconsuelo. Qu hombre ms ingrato! Y se preguntabandnde haba aprendido ella a renegar! Cmo poda aguantarloJuliet cada da?

    Mientras l aspiraba y espiraba despacio varias veces segui-das, el resentimiento de Rosalind desapareci en un instante.Pobre pap! El hecho de no poder levantarse de la cama paradar rdenes a todo el mundo deba de sacarlo de sus casillas. Almenos, a ella le pasara. Rosalind se acerc de nuevo a la cama,enderez la almohada con unas enrgicas sacudidas y se la co-loc detrs de la espalda de su padre.

    l se acomod de nuevo. La seora Inchbald est mal informada. El anciano se

    desliz baj las mantas como una tortuga dispuesta a ocultar -se dentro de su caparazn. Cmo podra Knighton ser elheredero de mi ttulo y mis tierras si fuera un bastardo?

    Oh. Ella frunci el entrecejo. La verdad, no habapensado en eso.

    Lo ves? murmur l, con la cara parcialmente ocultaentre las sbanas. Ese es el principal problema de las muje-res, que no pensis las cosas con el debido detenimiento. Poreso sois tan vulnerables. Os dejis llevar por los sentimientosque os asaltan. En un segundo creis que estis enamoradas deun hombre, y al siguiente segundo...

    Un sbito trajn en el vestbulo tom a ambos por sorpresa.Al alboroto de los criados se sum el ruido de zapatos bajandolas escaleras precipitadamente. Rosalind se dirigi hacia la ven-tana con paso veloz, pero desde all no alcanzaba a ver la expla-nada principal de la casa. Sin embargo, el sonido de los cascosde caballos y el rechinar de las ruedas sobre la explanada em-pedrada indicaban la llegada de un carruaje.

    Su primo.Me encantara quedarme a escuchar tus sabias palabras

    acerca del gnero femenino profiri ella con sequedad,pero lamentablemente no puedo. Tu adorable seor Knightonacaba de llegar.

    Rosalind se dirigi con porte airado hacia la puerta de la al-coba, pero cuando intent girar el tirador, la puerta no se abri.Lo intent de nuevo sin xito, entonces se qued mirando el ti-

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  • rador con la mandbula desencajada. Una horrible sospecha laasalt de repente.

    Pap... empez a decir.Est cerrada. Le ped a Juliet que nos encerrara aqu dentro.Su hermana la haba encerrado en la alcoba? Rosalind sin-

    ti un arrebato de clera. Maldita fuera esa nia tan obedientepor naturaleza! Propin una patada a la puerta, deseando quefueran las posaderas de Juliet, luego se volvi furiosa hacia supadre.

    Qu esperas conseguir con esto, pap?Te conozco, angelito mo. Echaras a Knighton antes de

    que Juliet tuviera la oportunidad de conocerlo. Ni siquieralas caprichosas llamas en la chimenea podan camuflar el brillomaquiavlico en sus ojos. As que le he pedido que no te dejesalir hasta que nuestro invitado se retire a dormir.

    Si piensas que con esto logrars alterar mi animadver-sin hacia ese hombre...

    No me importa. El anciano se sent en la cama, apar-tando las mantas como Neptuno emergiendo entre las olas.Aunque lo eches de esta casa, concluir el acuerdo para que secase con Juliet por carta. Despus de que haya visto la bellezade Juliet y su dulce carcter esta noche, seguro que acceder acasarse con ella. No me queda la menor duda.

    Maldicin! Si el seor Knighton se marchaba de SwanPark creyendo que Juliet poda ser una buena esposa, cmoconseguira Rosalind evitar la boda? No le quedaba otra alter-nativa que permitir que l se quedara a pasar la noche. Pero yase ocupara de persuadir a Juliet de que ese hombre no le con-vena!

    La mueca triunfal de su padre se desvaneci cuando sufriotro nuevo ataque de tos. Ella lo mir fijamente, negndose acolocarse a su lado. Cmo poda sentir pena por alguien y almismo tiempo tener el impulso de estrangularlo? Adoraba a supadre, sin la menor duda, pero su ceguera la sacaba de quicio.

    Poco a poco el ataque de tos fue mitigndose.Otra cosa, angelito mo. Tengo que pedirte un favor. Se

    trata de una cosa que quiero que lleves a cabo cuando Juliet tedeje salir.

    No me digas? De qu se trata?

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  • En uno de los cajones del escritorio de mi despacho hayuna caja fuerte cerrada con llave. Quiero que la cojas.

    Y que te la traiga?No! El anciano desvi la vista. No. Ser mejor que

    la guardes a buen recaudo en algn lugar donde no la pierdasde vista. Quiz tu vestidor. O en un cajn de tu escritorio. Solohasta que tu primo se haya marchado.

    Aquellas palabras tan enigmticas consiguieron despertarlas sospechas de Rosalind.

    Por qu? Qu contiene?Oh, solo son unos documentos que no quiero que l vea.

    Volvi a apartar la mirada.Qu clase de documentos? se interes ella.Haz lo que te ordeno y no preguntes! Y no se lo comen-

    tes a nadie, ni intentes abrir la caja, entendido? De lo contra-rio te volver a encerrar.

    Pero pap...Promteme que la custodiars. O le pedir a Juliet que no

    te deje salir de aqu hasta que me lo prometas.Ella irgui la espalda con altivez. Como si fuera tan fcil

    acatar las rdenes de su padre. Sin embargo...De acuerdo, lo prometo. Cuando el anciano volvi a

    hundir su cuerpecillo en la almohada, ella agreg: Sin em-bargo, creo que si el seor Knighton te merece tan poca con-fianza como para ocultarle unos documentos...

    Solo se trata de una medida preventiva. No tienes quepreocuparte. Y ahora djame dormir.

    Rosalind apret los dientes. Por qu su padre siempre secomportaba como si se creyera poseedor de una verdad irrefu-table? Y por qu actuaba de un modo tan intrigante? No pen-saba decirle la verdad, sin embargo, cuanto ms saba sobre elseor Knighton, ms alarmada estaba. Algo ola mal en Dina-marca, y todo apuntaba hacia su primo.

    Pues no pensaba quedarse de brazos cruzados! Con pap osin l, descubrira de qu se trataba. Vaya si no!

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  • Captulo dos

    Menudo grupito de invitados, siempre criticando y jactndosesin parar! Cielo santo! Estoy harta de la puesta en escena detoda esta gente tan vacua!

    Journal, Fanny Burney, novelista, columnista y dramaturga inglesa

    A s que esto es Swan Park, pens Griff con un inconteni-ble orgullo mientras su carruaje recorra el sendero seorialflanqueado por unos impresionantes robles centenarios y de-jaba atrs un pintoresco estanque en el que nadaban unos cis-nes majestuosos. El ambiente que se respiraba era indiscutible-mente refinado, de antiguo y noble abolengo, como la hiedraque revesta los muros de piedra de la casa solariega. Al lado deaquella fastuosa mansin, su propia casa quedaba completa-mente eclipsada. Quiz cuando fuera el propietario de SwanPark se instalara all. S, de ese modo se ganara el apoyo de in-cluso los miembros ms recalcitrantes del Parlamento.

    No me extraa que quieras obtener ese certificado de na-cimiento a toda costa murmur Daniel, sentado delante de l.

    Griff resopl satisfecho.Sera una magnfica anexin a mis propiedades.Mientras la casa emerga con ms claridad frente a ellos, los

    criados salieron por la puerta principal para formar una larga filaen la terraza. En el centro, dos mujeres presidan la comitiva.

    No me digas que esos dos bomboncitos son tus primassolteronas! rio Daniel.

    Griff las examin a travs del cristal polvoriento.Deben de serlo, aunque falta una. Quiz la tercera est

    indispuesta o est haciendo compaa a su padre.

    23

  • Daniel esboz una mueca de fastidio cuando el carruaje sedetuvo sbitamente.

    Maldita sea, Griff, es muy probable que esas beldades sepasen los das desembarazndose de caballeros de noble cuna.Con tan solo verme, reconocern que soy un impostor!

    Solo son chicas provincianas. No te preocupes. Todo sal-dr bien. Griff observ cmo la mujer ms alta avanzaba ha-cia ellos con una visible cojera, apoyndose con firmeza en unbastn. Por el amor de Dios, la morena es coja. Estar encan-tada de que algn hombre le preste atencin.

    Adems de tonto eres ciego? susurr Daniel. Cojao no, tiene la elegancia de una verdadera duquesa. Seguro quese creer diez veces superior a m.

    Las mujeres ya casi haban alcanzado el carruaje. Griffabri la puerta, entonces baj la voz:

    Piensa en las ciento cincuenta libras.Lanzndole una mirada hosca por encima del hombro, Da-

    niel se ape del carruaje. Griff lo sigui, deseando haber ins-truido a Daniel sobre cmo comportarse como un autnticohombre rico y poderoso. Daniel sola mostrarse confiado en smismo, pero por lo visto esas mujeres conseguan hollar su or-gullo. Griff le propin un puntapi en el taln deliberada-mente, y Daniel irgui la espalda y apret la mandbula. Esoestaba mejor.

    Dando un paso hacia delante, Daniel mir a la mujer msalta y realiz una solemne reverencia.

    Soy el seor Knighton. A vuestro servicio, seora.Bienvenido a Swan Park. Soy Helena, vuestra prima.

    Su voz era templada y educada. Aferrndose con fuerza a subastn con una mano, le ofreci la otra a Daniel.

    Daniel sostuvo la mano de la mujer ms tiempo del espe-rado, hasta que ella la retir con cara desconcertada. Griff es-boz una mueca de fastidio.

    Lady Helena seal hacia la joven a su lado y aadi en untono ms arrogante:

    Esta es Juliet, mi hermana menor.La jovencsima muchacha alz sus ojos desmesuradamente

    abiertos hacia Daniel.Encantada de conoceros.

    sabrina jeffries

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  • Lo mismo digo contest Daniel, con un acento que po-da pasar por el de un verdadero caballero, aunque un poco co-hibido.

    A continuacin se form un incmodo silencio. Entonces,lady Helena atisb por encima del hombro de Daniel y fij lavista en Griff, que permaneca de pie junto al carruaje.

    Y quin es vuestro amigo?Daniel dio un respingo, incmodo.Ah! S, es cierto. Os pido perdn. Os presento a... a... Da-

    niel Brennan.Griff hizo una reverencia.Es un verdadero placer conoceros.Cuando las mujeres miraron al verdadero Daniel, espe-

    rando una explicacin, Griff apret los dientes. Hacerse pasarpor un subordinado tena sus inconveniencias, sobre todocuando Daniel permaneca all plantado como un pasmarote.Griff intent sacarlo de su estado de parlisis propinndole ungolpecito en el pie con su bastn de paseo.

    Daniel reaccion al instante.El seor Brennan es mi mano derecha y goza de mi ab-

    soluta confianza. Espero que el hecho de haberme presentadocon l no suponga ningn inconveniente, pero con tantosasuntos pendientes sobre mis negocios...

    No es ningn inconveniente le asegur lady Helenamanteniendo su tono formal.

    Mientras los invitaba a entrar en la casa, Daniel pregunt:No tenis otra hermana?Inexplicablemente, la mujer ms joven se sonroj.S, nuestra hermana. No... no s dnde se ha metido Ro-

    salind, pero la conoceris a la hora de la cena, seguro.Lady Helena le lanz a su hermana una mirada desconcer-

    tada, y lady Juliet hundi la cabecita en el pecho. Qu extrao!, pens Griff. Por qu se esconda la ter-

    cera hermana? Acaso saba los planes de su padre para ha-cerle chantaje y obligarlo a casarse con una de ellas? Estabanlas otras dos hermanas al corriente de las maquinaciones de supadre?

    Al menos no eran unas feas arpas, y estaba seguro de queDaniel se senta aliviado con aquella constatacin. Lady He-

    un amor peligroso

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  • lena se mostraba fra y formal, y lady Juliet no era ms queuna jovencita inspida, pero gracias a Dios ninguna de las dospareca dispuesta a provocar problemas.

    En la puerta, lady Helena se detuvo para sealar los confi-nes de la finca a Daniel. Griff encontraba desconcertante de -sempear el papel de lacayo de Daniel. Como alumno desaven-tajado por su posicin de hijo ilegtimo en Eton, la exclusivaescuela para nios de la alta sociedad londinense, Griff habadetestado ser el blanco de miradas condescendientes, y ahorase senta del mismo modo.

    Entraron en la mansin, y la esperpntica visin que seabri ante los ojos de Griff lo dej sin aliento. Su padre le ha-ba descrito esa casa solariega: con bellos arcos de mrmol jas-peado y elegantes tapices aosos colgados por doquier. Sin em-bargo, lo que vea era comparable a una pesadilla en sumomento ms lgido.

    El rojo pareca ser el color preferido. Las paredes forradasde papel rojo estaban rematadas con molduras oscuras y corti-nas de gasa dorada con diseos estampados en color rojo. Juntoa la escalinata, haba una pagoda en miniatura sobre una mesanegra lacada. Sin lugar a dudas, el responsable de decorar elvestbulo estaba obsesionado por el estilo chinesco. Griff se fijadems en la alfombra oriental de un intenso color escarlata yazul brillante que cubra todo el suelo de la colosal estanciay que no dejaba ver el impresionante suelo de mrmol italianode primera calidad que le haba descrito su padre.

    Al fijarse en su cara de consternacin, lady Juliet se aven-tur a decir:

    Hace poco Rosalind decidi redecorar el vestbulo si-guiendo la nueva moda al estilo chinesco.

    Pens que se trataba de la decoracin de un burdel es-pet Griff sin poderse morder la lengua. En el tenso silencioque ocup la estancia a continuacin, se dio cuenta de lo queacababa de decir, de a quin se lo haba dicho, y lo ms impor-tante, que lo haba dicho con una desfachatez impensable enun simple empleado.

    Daniel lo mir con ojos burlones.Por favor, os ruego disculpis a mi hombre de confianza.

    Tiene la mala costumbre de decir en voz alta lo que piensa.

    sabrina jeffries

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  • Griff se contuvo para no agravar las cosas.Ro... Rosalind dijo que el estilo chinesco es el no va ms

    en Lo... Londres solt la mujer ms joven. Acaso no escierto?

    Daniel mir a Griff de reojo, quien asinti levemente con lacabeza.

    Es cierto. Es un estilo que todava est de moda en mu-chos barrios de la ciudad les asegur Daniel a las dos da-mas. Los gustos del seor Brennan son ms sosos que los devuestra hermana, eso es todo.

    Vuestro hombre de confianza ha de saber intervinolady Helena con una voz glida que mi hermana Rosalind seencarga de toda la administracin de la finca casi sin ayuda denadie, dadas las difciles circunstancias, por lo que consideroque tiene derecho a permitirse pequeas excentricidades.

    Os aseguro que mi intencin no era ofenderos, miladycontrarrest Griff, con la firme determinacin de aplacar aesa mujer. Y cambiar de tema antes de que ella lo fulminaracon cuatro palabras ms. Y hablando de excentricidades, veoque las tres hermanas tenis nombres de heronas de Shakes-peare. Rosalind, Helena y Juliet. Os pusieron esos nombrespor algn motivo en particular?

    Os gusta Shakespeare?Griff decidi que la verdad no poda hacerle dao a nadie.S, sobre todo me gustan sus comedias.Debido a nuestra proximidad a Stratford-Upon-Avon, la

    ciudad natal de Shakespeare, pap tambin es un gran entu-siasta del dramaturgo. Por eso nos pusieron esos nombres.Se volvi hacia Daniel. Y a vos? Tambin os gusta Sha-kespeare?

    La verdad es que no. Griff es el nico que se ha conta-giado de la fiebre de Shakespeare.

    Griff? pregunt lady Helena, desconcertada. Dis-culpad, quin es Griff?

    Maldicin. Daniel acababa de meter la pata. Griff lanz aDaniel una mirada de absoluta exasperacin, pero entoncespens que lo ms probable era que sus primas no supieran sunombre de pila. Quiz an estaba a tiempo de enmendar la in-discrecin...

    un amor peligroso

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  • Mis amigos me llaman Griff se apresur a decir. Ytambin es como me llama el seor Knighton y los empleadosde la Knighton Trading.

    Pen... pensaba que vuestro nombre de pila era Daniel,no? tartamude lady Juliet.

    Griff pens en una excusa a toda velocidad.S, pero me llaman Griff por el grifo, ya sabis, la cria-

    tura mitolgica con cabeza de guila y cuerpo de len, que seencarga de custodiar oro y riquezas.

    As es corrobor Daniel con un tono jovial, mientrassus ojos brillaban maliciosamente. Como es tan avaro... Porejemplo, la semana pasada quera pagarle a un hombre dos-cientas libras por un servicio que Griff considera que solo valeciento cincuenta libras. No es verdad, Griff?

    Griff enarc una ceja.S, y no he cambiado de parecer. Ese hombre todava

    tiene que demostrar que puede llevar a cabo un trabajo de-cente.

    Espero de todo corazn que ese hombre os sorprenda.Al ver la mirada de aviso de Griff, Daniel se volvi hacia lasdamas. Cundo conocer a vuestro padre? Durante lacena? Tengo muchas ganas de hablar con l.

    Lo ms probable es que tengas ganas de superar ese trancelo antes posible, pens Griff irnicamente. Si Daniel pasaba laprueba, se quitara un buen peso de encima.

    Oh, no! Esta noche no! grit lady Juliet. Quiero...quiero decir, pap hoy est indispuesto, as que ser mejor queesperis hasta que se encuentre un poco mejor. Quiz maanapor la maana.

    Pero Juliet, seguro que... empez a decir su hermana.Por la maana terci lady Juliet, y acto seguido cambi

    de tema: Os apetece una taza de t, seor?Griff achic los ojos mientras lady Juliet los conduca por el

    pasillo, parloteando ansiosamente sin parar. Las apariencias aveces eran engaosas, y esas dos mujeres ocultaban algo, y se-guro que su hermana, que por lo visto estaba al cargo de lafinca, tena algo que ver con tanto secretismo.

    No importaba. Con estpidos secretitos o no, l pensaba se-guir firme en su propsito de encontrar el certificado.

    sabrina jeffries

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  • Rosalind estaba de un humor de perros cuando oy girar lallave en la puerta.

    Para su sorpresa, se trataba de Helena.S que estabas aqu! exclam Helena, y sus ojos refle-

    jaron la sorpresa al ver a Rosalind aguardando con impacienciaal otro lado de la puerta.

    Rosalind le propin un empujn y sali de la alcoba.Chist! Pap est dormido, y no quiero despertarlo!

    Tan pronto como estuvo en el pasillo, pregunt: Te haenviado Juliet para que me dejaras salir?

    S. No poda soportar la idea de que luego la sermonea-ras severamente. Si hubiera sabido que estabas aqu, habra ve-nido antes. Son ms de las once. Helena cerr la puerta.No puedo creer que ella te haya encerrado. De pap no me ex-traa, pero Juliet...

    Lo s. Espera a que atrape a esa niita estpida. Dndeest?

    Helena le lanz una mirada cauta.Se ha retirado a dormir, y t deberas esperar a que se te

    pase la rabieta.Rosalind acept de mala gana aquel sabio consejo. En ese

    momento habra sido capaz de estrangular a su hermana.Supongo que el seor Knighton se ha instalado en una

    de las estancias para huspedes, no es as?Su hermana avanz cojeando hacia la impresionante esca-

    linata que conduca a la primera planta y a sus habitaciones.S. Ya se ha retirado a dormir. Todo el mundo duerme ex-

    cepto nosotras.Rosalind esboz una mueca de disgusto mientras segua a

    su hermana.Te lo aseguro, si no hubiera estado encerrada, le habra

    vedado la entrada en esta casa.Por eso pap le pidi a Juliet que te encerrara. Has per-

    dido. Admtelo. Ese tipo no es un hombre respetable.Eso lo dices t, pero no es tan horrible. Quizs incluso te

    guste.

    un amor peligroso

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  • Lo dudo. Mientras suban las escaleras, Rosalind ami-nor la marcha para seguir el paso ms lento de su hermana.Cuntame ms cosas. Habla como un caballero o es tan patncomo me lo imagino? Se parece a pap fsicamente?

    En absoluto. Es rubio y ms bien corpulento; no se ase-meja en absoluto al retrato que pap nos mostr de su padre.Tiene el pelo rubio con mechones castaos, y lo lleva largo,como la melena de un len. Se comporta con muy poca educa-cin, pero... Helena dej de hablar en seco y se ruboriz.Bueno, ya lo vers con tus propios ojos maana por la maana.

    Cuando llegaron al piso superior, Rosalind mir a su her-mana con inters. Helena jams se mostraba atrada por nin-gn hombre.

    Bueno, si no aparezco a la hora del desayuno, ven a res-catarme de la despensa o de cualquier otro sitio en el que paple haya dicho a Juliet que me encierre.

    Helena sonri con porte cansado.De acuerdo. Y ahora creo que me retirar a dormir. Estoy

    exhausta. Propin unas palmaditas a Rosalind en la mano yagreg: Procura no preocuparte.

    Lo intentar. Mientras Helena entraba en su alcoba,Rosalind se dirigi a la suya al otro lado del pasillo, encantadade poder deambular de nuevo con absoluta libertad por aquelespacio que le resultaba tan cmodo y familiar. Pero cuando lacriada medio dormida la hubo ayudado a desvestirse y la dejsola, Rosalind permaneci despierta en la cama.

    Cmo no iba a estar preocupada? Haban dado la bienve-nida a un bribn, un tipo del que pap no se fiaba, si no, no lehabra pedido que...

    Maldicin! La caja fuerte! Pap le haba pedido que laguardara en su habitacin lo antes posible!

    De un brinco, se incorpor y se cubri con una bata de seda.Ya que el invitado se haba retirado a dormir, podra deslizarsehasta el piso inferior y coger la caja sin ser vista. Asi la velajunto a su cama y sali al pasillo y con paso ligero enfil hacialas escaleras.

    Ya haba bajado la mitad de las escaleras y haba alcanzadoel rellano cuando vio una luz que descollaba por debajo de lapuerta cerrada del despacho. Se detuvo abruptamente, con el

    sabrina jeffries

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  • pulso acelerado. Nadie debera estar ah dentro a esas horas, nitan siquiera los criados.

    Tena que ser su invitado. Se habra perdido? O es quebuscaba algo? Apret los labios hasta formar una fina lnea. Lacaja fuerte. Pap no se haba equivocado. Cmo se atreva elseor Knighton a entrar con sigilo en el despacho y fisgar enlos documentos privados? Pensaba poner a ese villano en evi-dencia! S! En evidencia delante de todos!

    Acab de bajar las escaleras a grandes zancadas y se dirigidirectamente hacia el despacho. Abri la puerta despacio,asom la cabeza, y se qued helada. La nica vela que ilumi-naba el escritorio de su padre tambin iluminaba a un hombreencorvado justo detrs de la mesa. Era evidente que no se tra-taba de su rubio invitado, ya que ese sujeto tena el pelo negrocomo un gitano.

    Un gitano! Rosalind retrocedi asustada, con el corazndesbocado. Haca poco que los gitanos haban empezado a ex-tenderse de una forma preocupante por Warwickshire, pero ja-ms haban osado entrar en Swan Park. La indignacin se apo-der de ella mientras vea cmo ese tipo abra uno de loscajones del escritorio y hurgaba en su interior. Cmo se atre-va a rebuscar en los papeles de pap?

    Fren su impulso de entrar precipitadamente. A pesar deque todo el mundo la consideraba una mujer impetuosa, tam-poco lo era hasta tal extremo. Si tuviera un arma, algo con queamenazarlo mientras ella gritaba para pedir ayuda... Si no, eserufin se escapara con lo que hubiera robado, quiz incluso lapreciada caja fuerte de pap.

    Alz la vela para examinar el pasillo. Varios cuadros, un parde sillas, y una estatuilla de bronce demasiado pequea comopara poder utilizarla como arma amenazadora... Un mo-mento! Y el escudo y la espada que colgaban en la paredopuesta? Deposit la vela en la mesa y descolg los dos objetos.La espada pesaba ms de lo que haba esperado, pero el robustoescudo hecho con madera de roble y forrado de piel le confiriuna aliviante sensacin de seguridad.

    Sin darse tiempo a s misma para cambiar de parecer, atra-ves el pasillo a grandes pasos y abri la puerta de un puntapicon tanta fuerza que esta choc estrepitosamente contra la pa-

    un amor peligroso

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  • red. Blandiendo la espada y alzando el escudo, entr en el des-pacho al tiempo que gritaba sulfurada:

    Quieto! Ladrn!Cuando el desconocido con el pelo negro irgui la espalda

    detrs de la mesa, Rosalind se dio cuenta con una gran an-gustia de que haba cometido un grave error. Los gitanos notenan la piel tan clara ni los ojos de aquel intenso y desconcer-tante color azul; ni tampoco lucan ostentosos chalecos de sa-tn ni elegantes pantalones de seda hechos a medida.

    Entonces, para acrecentar su sentimiento de vergenza, lasfacciones angulosas del desconocido se suavizaron con unaleve sonrisa.

    Buenas noches, seora la salud mientras haca unareverencia formal. Debis de ser lady Rosalind.

    sabrina jeffries

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  • Captulo tres

    Aquel que pretenda recomendarlo [a Shakespeare] medianteuna seleccin de citas actuar como el pedante de Hierocles, quemientras tuvo su casa en venta llevaba de muestra un ladrillo enel bolsillo.

    Prefacio de las obras de William Shakespeare,Samuel Johnson, mecenas y crtico de teatro

    Griff se qued mirando fija y desvergonzadamente a la ama-zona que blanda la espada delante de l. Por Dios, aquella erala tercera hermana? Aquella criatura sorprendente armadacon unas antiguallas tan viejas como la propia mansin? Nopoda ser nadie ms; su fina bata de seda china naranja solo po-da pertenecer a la misma mujer que haba decorado el vest-bulo de Swan Park.

    Y que pareca decidida a desenmascararlo.l alz una mano mientras rodeaba la mesa despacio. No

    era conveniente realizar movimientos extraos delante de unapersona armada con una espada, y mucho menos si dicha per-sona era una pobre desquiciada.

    Sois lady Rosalind, no es cierto?Jugis con ventaja, seor. Ladeando la cabeza y apar-

    tndose la melena que le llegaba casi a la cintura, ella alz unpoco ms la formidable espada de acero. Sabis mi nombre,pero yo no s el vuestro.

    Bueno, quiz no desquiciada; solo un poco perturbada.Os pido que me disculpis. Soy el hombre de confianza

    del seor Knighton. Daniel Brennan, para serviros, seora,pero casi todo el mundo me llama Griff. La observ con cu-riosidad. No os han comentado vuestras hermanas que

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