Un beso bajo el muérdago (Spanish...

119

Transcript of Un beso bajo el muérdago (Spanish...

UnbesobajoelmuérdagoAnabelleBlack

SINOPSIS

Natasha Jenkinsno teníani ideadequéhacer cuando se encontróen

mediodelafiestadeNavidaddesuempresa,juntoasujefe:elirresistiblee insensible Nathan York, en un una situación... ¡de crisis! ¡Crisis deplacer!

Conlasvocesdetodossusempleadoscoreandoagritossunombrey

esperandounbesodepelícula,Nathansedejó llevar.Llevabademasiadotiempoanhelandoprobarel sabordeaquellachicabuenay,al fin,habíallegadosumomento.¿QuéocultaríaSashabajoaquelaspectodeseñoritaRottenmeier?

La aventura empezó entonces, con un único beso, uno bajo el

muérdagoyquelellevaríaaabrir,finalmente,elcorazón.

Unbesobajoelmuérdago ©1ªediciónagosto2015 ©AnabelleBlack Portada:©Fotolia Quedatotalmenteprohibidalapreproduccióntotaloparcialdeesta

obraporcualquiermediooprocedimiento,yaseaelectrónicoomecánico,alquilerocualquierotraformadecesióndelaobrasinla

previaautorizaciónyporescritodelpropietarioytitulardelCopyright. ObraRegistrada

Índice

SINOPSISCAPÍTULO1CAPÍTULO2CAPÍTULO3CAPÍTULO4CAPÍTULO5CAPÍTULO6CAPÍTULO7CAPÍTULO8CAPÍTULO9CAPÍTULO10CAPÍTULO11CAPÍTULO12CAPÍTULO13CAPÍTULO14CAPÍTULO15CAPÍTULO16CAPÍTULO17CAPÍTULO18CAPÍTULO19EPÍLOGO

CAPÍTULO1

«Oh,no.No,no,no,no.Estonopuedeestarpasándome.Noamí.Nohoy».

Natasha,Sashaparalosamigos,seencontródeprontoconaquellosfuertes brazos rodeándola, unos con los que llevaba soñando meses,mientras aquella boca descendía sobre la suya para darle el beso mástórrido,decadenteyabrasadorquelehabíandadojamás.

Su cerebro dejó de funcionar en el segundo en que sus labios serozaron,sucorazónlatíaapresurado,salvaje,comosiplanearaabandonarsupecho,mientras sus rebeldes -ymuy traicionerasmanos- rodeabanelcuellodelhombrequeestabadándoseunsuculentofestínconsuboca.

Sintiólacariciaantesdequelarozara,sualientoeracálidocontrasupiel,lahumedaddesulenguaincendiabasusangrecomosolounhombrecomoélpodíahacer.Unoquenoeraenabsolutoparaella.¿NathanYork,el sex symbol? ¿Nathan el rico,maleducado y cochino? ¡No! ¡Nopodíaser!Teníaqueacabarconaquellalocuraenaquelmismoinstante.

«Solo un minuto más». Suplicó esa parte de sí que se obligaba amantenerocultalamayorpartedelosdías.Unamujernopodíamedrarenlavidasi seconvertíaenpuro fuegocuandounhombre la tocabayellahabíaaprendidoesopor lasmalas,asíquenopensabadejarse llevar.Enunmomentopararía,yaestabaparando.

El mundo parecía haber dejado de existir. Las voces de suscompañeros de trabajo silbando y cantando vítoresmientras el sermáspecadorycalientedelmundoseapoderabadeellay laconvertíaenunamera masa de huesos y músculos derretidos, sin posibilidad alguna depensar,irrumpierondenuevoensumundo,cuandoloslabiosdeNathanladejaron ansiandomás. Sintiendo el frío que su ausencia dejaba en cadadiminutacéluladesuser.Losojosverdeslaatraparon,perosuhechizonoleimpidióverlasocarronasonrisaqueyaestabaesbozandoyquelograbahacer aparecer las arruguitas propias de esa expresión. Aquellas quesiemprelehabíanparecidotansexys.

—Vaya,Natasha.Nuncalohubieracreído.Sabestanbien...Alguien habló antes de que ella tuviera tiempo de responder algo,

cualquiercosa,salvándoladelinminenteridículo.—Ey,jefe.Sisiguesasívamosatenerquepagarteunanochedehotel

o cerrar los ojos. —El coro de risas los rodeó, haciéndola sentircompletamenteincómoda.Rompióelcontactoylofulminóconlamirada.Pasadalaenajenaciónmentaltransitoriaysuperadoelmomento:

—Novuelvas a acercarte amí—exigió.Lehubieragustadoque suvoznotitubeara,peronologróreunirtodasuconcentración.Letemblabalabarbilla,laspiernasapenaslasosteníanysutraicionerocorazónseguíalatiendo tan rápidocomoalprincipio.Estabaclaroqueaquelhombre lavolvíadelrevésyaquellonoeraalgoquesepudierapermitir—.Nometoques.

Nathan arqueó una ceja divertido y no solo no la soltó sino que lapegóasucuerpoyapretósutrasero.

—¿Y se puede saber quiénme lo va a impedir?—murmuró en suoído, haciendo que su aliento le rozara la sensible piel del cuello—.Porqueacabasdederretirteentremisbrazos,nena,ynopuedodecirquenomeguste.

Ellacontuvoelaliento,tratandodereunirtodalafortalezanecesariaparaplantarlecarayapartarsedeél.

—Nomegusta—contestóencambio,sinmoverseniunápicedesulugar—.Nomegustanada.

—Mientes.De nuevo los empleados, aquellos que habían trabajado con ella

durantelosúltimoscuatroaños,compartiendomomentosprofesionalesynadamás, la traicionaron. Sabían que odiabamezclar el trabajo con suvida privada, quizá se vengaban de ella por todas las veces que habíadecidido corregir, sugerir o cambiar algo enpro de la perfección total,quizásinconsultar.

—¡Bésala otra vez o sal de ahí!—SeburlóMax, reconoció su vozporquehastahacíabienpocohabíasidoamigosuyo.Otodoloamigoquepodíallegaraseralguienconquiénquedabasparatomarcaféenlahoradedescanso.

—Vamos nena, saca la fiera que llevas dentro —sugirió Kara, decontabilidad—.Dejaelpabellónbienalto.

«¿Es que acaso todos se habían vuelto locos?», pensó para sí,

completamente perdida en las sensaciones que la recorrían haciéndoledesearmás,muchomás,cosastansalvajescomoarrancarlelaropa,saltarsobreélydevorarlo.

—No vamos a decepcionarlos, ¿verdad? —preguntó Nathanacariciandosurostroycolocandoeltraviesomechónquehabíaescapadodesurígidomoño—.Tendrásquebesarme...—empezó,bajandolavozuninstante después solo para ella, con un reto claro entre los dos—. Si teatreves.

Las voces seguían exigiendo y reclamando, Natasha sabía lo quetodosesperaban, loquequerían, loquesabíanqueellanuncaharíaynopudoevitarpensar:«quelesden».Seirguió,sequitólasgafas,sepusodepuntillas,loabrazóyledioelbesoquesiemprehabíasoñadodarle.CadaNavidad,durantelosúltimosaños,cuandohabíaansiadoyevitadoapartesiguales coincidir junto a él en aquel lugar. Justo bajo el muérdago.¿Cuántashabíanestadoensupuestoenelpasado?Casitodas,peronoleimportaban.Ningunadeellaslohacía.ErasuturnoyNathanYorkseibaaenterarexactamentedeloqueerabesaraNatashaJenkins.

***

Cuando los labios de la señorita Rottenmeier tocaron los suyos,Nathansevolviócompletamenteloco.Loqueplaneabaserunmomentoderisas y aprieto (para ella, por supuesto, nunca para él), se convirtió enalgomás.Algoletal,emocionanteyapasionado.

Sucuerporeaccionóenrespuestaanteeldeseodeaquellaymientrassumiembroseerguíabuscandoconsuelo,lasmanosdeellaloreclamarony su boca lo poseyó. Minuciosa y abrasadoramente. ¿Cuánto habríabebido?

Losgritosdenuevolosrodearontrayéndolodevueltaalarealidad,ellasealejó,poniendoespacioentreambosyconunbrillosalvajeenlamirada.Algoquenuncahabíavistoantesoque,quizá,nohabíaqueridover.Susanodinosojoscastañosnuncalehabíanproducidounarespuestatan desconcertante como aquella. Si había unamujer que no le atrajerasexualmentehablandoesaeralaseñoritaJenkins.Siempretanautoritaria,rígidaylejana.Lamásseriaydistante,lamásfría.

Secuadrófrenteaélyalzólabarbilla,loenfrentósinmiedoytuvola audacia de sonreír, era como si estuviera gritando a plenopulmón:«jaquemate».Ylociertoeraquelohabíadejadocompletamente

K.O.Natashapusoespacioentreambos,lediolaespaldayvolviójuntoal

grupo de gente con el que había estado antes de que llegara. No sabíaquién la había empujado a sus brazos, pero tenía que descubrirlo, semerecíaunaumento.Lehabía abierto el campode juegosy aNathan leencantabajugar.

Sonrió, ellahabíadejadoabiertoun reto,había lanzadoelguante asus pies y él tenía todas las intenciones de recogerlo. ¿Creía haberganado? Pronto le iba a demostrar que los hombres como él jamásperdían,seguramenteantesdequeterminaraelañoestaríacomiendodesumano.

Miró el reloj, casi era medianoche, quedaban un par de días paraNochebuena y al día siguiente tendrían que trabajar, así que decidió darporconcluidalafiesta.

Mientras laveía alejarse, sonrientey sinpreocupaciones, conaquelfeotrajeunisex,quedisimulabatodoelcuerpoquehabíapalpadohacíaunmomento, y el desordenado moño, supo que tenía que hacerla suya,aunquefueraporunbrevemomento.Necesitabadescubrirelsecretoqueocultababajoaquelenvoltorioquenoparecíasermásqueundisfraz.

La reacción de su cuerpo, materializado a través del dolor de suentrepierna, le recordó el placer que le reportaba la caza, especialmentecuandoelcazadorseleccionabaasupresa.

Ahora solo era cuestión de esperar. Surgiría el momento, ganaríaaquellaapuesta.Unaquehabíahechoconsigomismoyenlaquesemoríadeganasdeparticipar.

Natashaibaadescubrirloqueeraunhombredeverdadynisiquieraloveríallegar.

«Yaeresmía,tigresa.Vamosajugar».

CAPÍTULO2

—¡Mamá!—gritósuhijomientrascorríacomouncohetehaciasus

brazosyaterrizandocualproyectil.Supeso laaplastó,pero seobligóasostenerloconfirmezaynotambalearse.Derekteníaseisañosyestabaenlomejordelavida.Nocambiaríanadadesupasado,soloporelhechodequedetodolomaloquehabíatenidoquesoportar,habíanacidoél—.¿Mehastraídoalgo,mami?

Sashaserioyfrotósunarizenelcuellodelpequeño,aspirandosuaroma.Seguíaoliendoabebé,ledabaiguallomuchoqueélseempeñaraendecirqueyaeragrande,paraellasiempreseríasuniño,nuncaseharíamayor.Haríaunpactoconeldiabloparahacerlevivirasíparasiempre.

—Te traje lo que te prometí. —Sacó de su bolso la cajita debombonesconquelaempresaobsequiabatodoslosañosasusempleadosyselaentregó.

Dereklaapretócontrasupechoycorriódondesuabuela.—¡Mamá me la ha traído, abu! Mira, mira. Tienen de los que te

gustan,todoslosdecaféseránparati.Sasha sonrió mientras se quitaba el abrigo y lo colgaba en el

perchero,secambiabaloszapatosporlaszapatillasdefelpa,muchomáscómodas,ycaminabahaciaelsalón.

—Hola,mamá—saludóbesándolaenlamejillaydejándosecaerasulado, mientras advertía a su hijo—: Uno cada vez. No quieres ponertemalo.

—Novoyaponermemalo,mamá.—Miróasuabuelabuscandosucomplicidad y la mujer mayor sonrió, dejó la labor que había estadohaciendo -un jersey navideño bastante grotesco, que siempre insistía enquesupadresepusiera-yasintió.

—Tumadretienerazón—advirtióysedirigióasuhijaentonces—.¿Cómofue?

—Aburridacomosiempre.Noséniporquévoy,laverdad.Noesquesea...obligatorio.

—Vasporqueyaeshoradequeempiecesasalir,hija.¿Cuántotiempo

llevasencerradaentreestasparedes?—Sumadrenegóconreprobación,sinesperarlarespuestaaaquellapreguntaretórica.Laconocíademasiadobien—.Tupadreestápreocupadoporti.

—¿Ycuándono?—Sonrió ella—.Sabes que papá se preocupa portodo,asíqueesonocuenta.

Derekcorrióasentarseenelregazodesumadreyleofreciólacaja.—¿Comesunoconmigo,mami?Teníalacaramanchadadechocolate,susdedosestabanpringososy

nopodíadecirlequeno.Siemprelohacíanasí.Élcomíauno,elladecíanomás y su hijo se salía con la suya cuando le pedía compartir. Al final,partíanunomásalamitadyéllocomíacomosifueralomássabrosodelmundoentero.

—Estábien,perounosolo.¿Entendido?—¡¡Sí!!Ylevoyadarunoalabuelo.—¿Ydóndeestáelabuelo,sisepuedesaber?Dereksonrióyseñalóaltecho,haciaelpisosuperior.—Está hablando por teléfono con los ReyesMagos y Santa Claus,

paradecirlequemeheportadobien.Noselepuedemolestar,porsiacaso.Esbastantedifícilque tengancoberturaallídondeviven.Santacon tantofríoy los reyescon tantocalor...Yocreoquedeberían trasladarseaSanFrancisco,asíseríamejor.Hayunacasaenlaotracallequeestávacíayseríagenial,¿nocrees?

Natashaserioanteladefensadesuhijoyloatrajoasusbrazos,parabesarlominuciosamente.

—Creo que tienes mucha razón, hay un par de cosas que quieropedirle.

Elniñobajólavozyprocurósusurrar,aunquesuabuelaloescuchóytuvoqueesforzarseendisimularunasonrisa.

—¿Unpapá?—Ya hemos hablado de eso, cariño. Los Reyes o Santa no traen

papás, traen juguetes y algunas otras cosas...—explicó por infinitésimavez—.Ademástútienesunpapá.

Dereksecruzódebrazosmolesto.—Puesnomequiere,¿paraquélotengo?Nisiquieramegustansus

regalos.Su madre se levantó disimuladamente y bostezó. Sabía cuál era su

intención:dejarlasolaanteelpeligro.¿Yquépodíahacerella?Aquelera

suproblemanodesuspadres,teníaquehablarconsuhijo,otravez.—Cariño,mevoyalacama—expusobesandoasuhijayatrapandoa

sunietoduranteuninstante,antesdedejarlossolos—.Iréavercómovaaesallamada,mañanatelocontaré.

Sashasentóasuhijoensuregazoyacariciósucarita.—Avermi amor, esto es importante. Tu padre te quiere, no puede

estarconnosotros,peroesonosignifica...—Nomequiere,meregalacosas,mamá.Esonoesquerer.—Bueno,Derek.Notodoslospadresymadrespuedenvivirjuntos—

expusotratandodeocultarsudolor—,esonosignificaquenotequiera.Trabajamucho,vivelejos...noesfácil.

Elniñosedesinflóypareciótanvulnerablecomoenrealidadera.—Pero sí quiere a su otro hijo y a lamamá deKevin, ¿por qué a

nosotrosno?Eso era lo que le hubiera gustado saber a ella, antes de que le

destrozara el corazón, lemintiera y los dejara a los dos tirados, sin unduroenelbancoytotalmentesolos.

Cerrólosojosytomóaliento,abrazandoasuniñoydandograciasensilencioasuspadresporhaberlosacogido,nosabríadóndeestaríandenoserporellos.Sinpensión-puesnohabíanestadocasadosynisiquierahabíareconocidoasuhijo-,sincariñoniprotección.Sinamor.Devezencuando aliviaba su conciencia enviando algún regalo caro paraDerek yalguna breve nota como «Feliz Navidad». Sin muestras de afecto, nadamásqueunapostalimpresaconunafirmaapresurada.

Natasha estaba convencida de que no era Sutton, sino su secretariaMollyquién lohacía.SabíaqueMollysesentíaenparteculpablepor loquehabíasucedido,aunquetodalaculpahabíasidosolopropia.Natashahabíasidounaidiotayhabíapagadolasconsecuencias.

—Los mayores a veces hacen cosas estúpidas, cariño —expuso,sintiéndose demasiado identificada con aquella verdad—. Sin embargo,esonosignificaquenotequiera.Estámuyocupado,tienemuchotrabajoenlaempresayestámuylejos.

—Me da igual, mamá. No lo quiero —dijo el niño, pero loslagrimonesyacaíanporsurostropartiéndoleelcorazón—.Tetengoytequieroati.—Laabrazóconfuerzaysorbió,dejandolosbombonesaunlado—.Yalaabuelayalabuelo.Ellossísonbuenos.

—Muybuenosytútambién—locargóentresusbrazosysonrió—.Y

ahoramamávaallevartealacama,teleeráuncuentoy...—¿Haráslasvoces,mamá?Natashaserio.—Todasycadaunadeellas,miamor.Loprometo.—Hizounacruz

sobresucorazónybesóeldedo,Dereklaimitóysonriódespués.—Vaasergenial.Hoyquieroquemecuenteseldelostrescerditos.

AunquecomoestamosenNavidad,noteolvidesdeladecoración,mamá.¡Esmuyimportante!

—Muchísimo,andaquesimeolvidodelgorroodelosregalos...—¡Nadieseolvidajamásdelosregalos!

CAPÍTULO3

Nathan no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro en el

mismoinstanteenqueNatashalocalizóelpaquetesobresumesa.Sehabíaesmeradoenquefueralosuficientementegrandecomoparadespertarlacuriosidaddetodosloscompañerosdesuestiradaempleada.Suintenciónerarompersucorazay,seguramente,convertirseenlacomidilladetodoselloslograríaunagrieta,aunquefueraunadiminuta.Semoríadeganasdevercómosalíadeaquella,quéseleocurriría.

—Señor,laseñoritaJenkinslollamaporlalíneados,¿quiereque...?Noladejóterminar,sinoqueélmismocogiólallamada,sindejarde

observarlaa travésdelcristal.No importabaqueestuvieradeespaldasaél, podía imaginarse su indignación, en vistas de la tensión que podíapercibirseensucuerpo.

—¿Cómoseatreveaconvertirme...?—¿Algúnproblema,Natasha?Rechinó sus dientes ante el tono superior que había usado

intencionadamente.Élera su jefe,ella suempleada; lociertoeraquenopodíahablarlibrementeyamboslosabían,almenosallí.

Si se sublevaba podían pasar dos cosas: o bien perdía su trabajo obiensesometeríaalescrutinioyrechazodetodaslasfanáticasdeNathan.Lasmujeresdelaoficinaloadoraban,atodaslashabíabesado,aunquenosehubieraacostadoconninguna.Eltrabajoeraunacosayelplacerotra,¿verdad?Perohabíaciertoslímitesquesiemprepodíanrozarsesinalterarlanorma.

—Sabemuybiencuálesmiproblema.Sellamaramodeflores,estáocupandomimesayllamandolaatencióndetodoelmundo.Sincontarlasrisitas por esa estú... por esa nota—terminó obligándose a controlar sutemperamento.

Y cada vez estabamás claro que lo tenía.No era ni tan fría ni tancontroladacomoélhabíapensado.

Unpuntoasufavor.—¿Hayalgúnproblemaconeso?Fueungranbeso,nopenséquele

molestara. Suelo enviar flores a las mujeres bonitas, cuando me besan

comoustedlohizo.Claroquesisesienteamenazada...—¿Amenazadayo?¿Porquéibaasentirmeamenazada?Nomegusta

ser el centro de los chismorreos señor York. Soy la correctora y nadamás, por favor, no haga algo similar otra vez—terminó, aunque no seatrevióacolgarelteléfono,hechoquelodivirtió.

—Bien,señoritaJenkins.Si tanclaro tienequenosoyunaamenazapara usted, entonces no entiendo su evidente molestia. Tan solo esun«gracias» por un beso. La verdad es que deberíamos practicar ymejorarlo,todavíaquedalafiestadefindeaño,¿verdad?

—Fiesta a la que no iré—espetó ella furiosa—Probablemente, novolveréaninguna.Buenosdías,señorYork.

Yentoncessícolgó.Nathan soltó una carcajada. Primera grieta hecha.Ah, qué fácil era

estimularla. ¿Sería tan sencillo encontrar la respuesta que esperaba unavezestuvieraensucama?

Porqueibaaestar,soloeracuestióndetiempo.Marcóunnúmerode teléfonoy esperó, en cuanto le contestaronal

otroladoenunció:—Quieroreservarunamesaparados,alasochoestaríabien.Esalgo

romántico,asíquenecesitounlugaríntimo.Alguien tomó las notas mientras él se deleitaba en su bien hacer.

Prontoibaatenerlacomiendodesumano.Nopodíaesperarmásparaseducirla.Sucuerporeaccionóconelpensamientomientrassusojosbuscaron

al otro lado, en su mesa, y la encontró mirándolo. Le sonrió lenta yseductoramente, mientras le guiñaba un ojo. Ella lo ignoró y se giródejándoleclaroquenoexistíaparaella.

O quizá lo que realmente quedaba claro era que la alteraba comonadiemáshabíalogradohacer.

Ibaaserunamuyinteresantecaída,nopodíaesperarparaverhaciadóndeibatodoaquello.

Sin duda a algún lugar lleno de placer, pecado y un amistoso eintensointercambioentreambos.

***

—Vamos,Kara.Nopuedesestarhablandoenserio—dijomirandoel

nuevopaquetequeteníaentrelasmanos.Lamujerencuestiónnoeraunagran amiga, pero habían salido un par de veces a tomar un batido yconocía, muy por encima, una minúscula parte de su historia—. Nonecesito... esto.—Bajó lavozcon la esperanzadequenadie se fijaraenellas, cerró la bolsa de papel con el sonriente Santa y negó mientrasocultaba el contenido bajo la mesa—. No puedes hacer... este tipo deregalos.Menosenlaoficina.¿Acasotehasvueltoloca?

—Tienesqueserunpocomásaventurera.Tefaltaeso.—Soy todo lo aventurera que quiero y puedo ser. ¡Por Dios! ¿Se

puedesaberquéledigoamimadresiencuentraesto?—resoplóylepegóunapequeñapatadaalabolsa,alverqueMaxseacercabaaellas.Tomólasilla,lagiróysesentóapoyándoseconlosbrazosenelrespaldo.

—¿Cómo están las mujeres más guapas de la oficina?—preguntónotandode inmediato la incomodidaddeNatasha—.¿Yqué te tiene tan...notú?—Habíaunagenuinasorpresaensupregunta.Todosallísabíanqueeralamaestradelcontrol,sinembargosesentíanerviosa,alteradayfueradesí.

—Nome pasa nada,Max—respondió pasándole un bollito que lehabíaguardado—.Toma,eraelúltimoymeacordédequeestufavorito.

Maxsonrióylepasóunbrazoporloshombros,haciendoquesusillaseinclinarapeligrosamente.

—Eres lamejor.Gracias.—Lotomóy lediounbocadomirandoaKara—.¿YquéoshatocadoesteañoenNavidad?¿Osgustaelregalodevuestroamigoinvisible?

—¿Amigoinvisible?—preguntóSashamirandoconobviaintenciónaKara—.Comosinosupiéramosquiénnoshatocado.

—¿Y a ti quién te ha tocado, querida Natasha? —preguntó Maxdivertido, soltándola y haciéndose con la esquiva bolsa, que tandesesperadamentetratabadeocultarle.

—Comositelofueraadecirati...Quevosotrosnosepáisguardarelsecreto,nosignificaqueyonopueda.

—Venga, preciosa, ¿no te cansas de ser tan seria? Desmelénate unpoco—abriólabolsaysoltóunjuramento—.Andamimadre.¿Enseriolehas regalado...?—estallóensonorascarcajadasanteunamuymolestaSashaquelodespojódelabolsa,lahizounabolaypretendióesconderlaensubolso.

—Niunasolapalabra.

—Vaya, señorita Jenkins—dijo a su espalda la última persona quedesearía haberse encontrado en aquel momento—. ¿Qué es lo que tanafanosamente trata de ocultar en el interior de ese... bolso? —finalizóaunqueconun tonode ligeradesaprobación—.Esnormade la empresacompartirlosregalosconloscompañerosyeljefe,porsupuesto.

—¿Desdecuándo?—inquiriótratandodecerrardesesperadamentelacremallera.

—Desde hoy —declaró Nathan mientras tiraba de él y se loarrebataba,sindarletiempoaapartarlo.

—¡Esoesunainvasióntotalamiintimidad!—Mmmquizá tenga que pedir que a partir de ahora las empleadas

venganconbolsotransparente,porsiescondenalgúnarma.—¡Esoesunaidiotez!—Suvozsonóchillonamientrasseponíatoda

roja e ignorando a toda la gente que iba rodeándolos con curiosidad,tirabadelobjetocomosilefueralavidaenello—.Suéltelo,señorYork.¡Noessuyoparatocarlo!Noquieroquetoquemiscosas.

—¿Porqué tanto interésporocultarmealgo tannormalcomo...?—Nathan abrió la bolsa y miró el contenido sorprendido—. Vaya, nuncahabríaimaginadoquedisfrutaradeestetipodeactividad,señoritaJenkins.—Sacó un diminuto vibrador con un mando a distancia, mientras elhombrelededicabaunasonrisabrillanteycompletamentedepredadora—.Esustedunacajallenadesorpresas.

Ella se colocóelpeloy tiróde su chaquetahacia abajo, apesardequeestabatodadesarregladaporelintentodelucha.Recogiósubolso,learrebatóeljuguetey,tanorgullosamentecomopudoytotalmenteerguida,abandonólasala.

Elcoroderisasdesuscompañerosdetrabajolasiguióhastaelbaño,donde se escondió y trató de contener sus lágrimas. Todas ellas devergüenza.¿Todoaquelloporunbeso? Imaginóquequeríavengarsedeella,porhabertenidoquebesarlaoquiénsabía.Nuncahabíaentendidoaloshombresynoibaaempezarahacerloahora.

Inhaló todoel airequepudo tratandodecalmarse,pero sucorazónestabaherido,noporélsinoporsímisma,porhabersedejadocaerunavezmásenlatrampa.Lohabíabesadocomolamujerardientequeunavezse había enamorado y se había entregado no a una perversión, sino atodas, por el hombre que no solo la había dejado embarazada, sinoabandonadasinmiraratrás.

Nathan York, aquel playboymaleducado y dañino, no iba a lograrnadamásdeella.Sieranecesario,buscaríaotrotrabajo.

Noqueríasabernadamásdeningúnhombre,cuántomáslejosdeellaestuvieran,muchomejor.

Odió el hecho de que Kara le hubiera regalado aquella estupidez,odióelhechodehabersesumadoaaquellalocuradelamigoinvisible.Eraunamujersinamigos,estabaclaroqueniloshabíatenidoniibaatenerlosjamás,asíque...¿paraquémolestarse?Lomejorquepodíahacereradarmediavueltaydejaratodosaquellosimpresentablesallí.

Nopensabapermitirquelerompieranelcorazón,nootravezydesdeluegonoelprepotentedesujefe.

Era fuerte, era fría y podía hacer frente a la situación. Sucedieracomo lo hiciera, estaba destinada a salir adelante, por Derek, por sufamiliay,sobretodo,porsímisma.

¿Queríaponerlaenevidencia?Bien,noselopermitiría.Podíajugarcomoelmejor;ysiloqueestabaenjuegoerasupropia

integridad y su corazón, no dudaría en hacer cuantas trampas fuerannecesariasparaganar.

Nathan no sabía con quién se había metido pero, ahora sí, iba adescubrirlo.

CAPÍTULO4

Un pinchazo de culpa le borró la sonrisa del rostro y con un solo

gesto logró que todos sus empleados dejaran de reír para retomar susactividades.Quizásehabíapasadodelaraya,habíaidodemasiadolejosydeberíapedirperdón.

Seencaminóhaciaelbañoylaencontróenelpasillo,devueltahaciasupuesto.Habíarecompuestosuaspecto,caminabacondecisiónyparecíadispuestaaignorarlo.Aunqueclaro,noeraqueselofueraapermitir.

—Temoquemeheexcedidoyquierodisculparme,Natasha.—¿YanosoylaseñoritaJenkins?—preguntóconacritud,lafrialdad

presenteensutonodevoz.Lo contempló solo un instante, esgrimiendo la frialdad de la que

llevaba haciendo gala los últimos años, toda para protegerse de él ydejarleclaroquenoibaadejarlepenetrarsusdefensas.

Nathanjuraríaquehabíarestosdelágrimasensusojos,sinembargoelrestodesuaspectoeratanperfectoqueimaginóqueeraalgúnefectodeluzosuextremadasensibilidad.

«Comosipudierassersensible»,ledijosusubconsciente.Lo cierto era que esa virtud en concreto no se había desarrollado

jamásenél.Unapatatateníamás,seguro.—SeñoritaJenkins,permítamedisculparme.Noqueríahacerlepasar

unmalrato.—Y ahora crees que soy idiota —contrarrestó tuteándolo—. Mira

Nathan,noséaquéestás jugandoniporqué.¿Todoesporeseestúpidobeso?No fueniplacenteroni algo trascendental.Solouna tradición, asíque olvídalo y permíteme seguir mi camino.—Sus ojos eran sinceroscuandolomiraron.Nohabíadoblejuegoo,almenosél,nolopercibió.

—Déjamecompensarteporloqueacabadepasar—pidióconciertotonillo de súplica—. Me he portado como un capullo, pero puedo serencantador si me esfuerzo. Solo dame una oportunidad, Natasha. Si lacago,juronomolestartemás.

Laaludidaempezóanegar,lomiróynegóconmayorímpetu.—Tú y yo somos demasiado diferentes, además no mezclo vida

personalytrabajo.Aceptotusdisculpas,ahoradéjamepasar.Yaestátodoclaro entre los dos. Sin rencores—aportó como coletilla finalmientrasluchaba por sobrepasarlo para volver a su mesa y olvidar aqueldesagradableepisodio.

—Vamos, no puedes dejarme así. Permíteme compensarte, quieroexplicarteporqué...

—No necesito ninguna explicación —espetó dándole la espalda ypasandodelargo.

Nathanlaaferróporelbrazoobligándolaadetenerse.—Quizátúnolanecesites,peroquierodártela.Vamosaver,mírate,

pareces la señorita Rottenmeier y después... te beso y todo es diferente.¿Acasotúnoestaríasintrigadaenmilugar?—inquirió,pudonotarcómoaqueltemperamentoquetantoseesforzabaenocultarestabaallí,casienlasuperficie,soloteníaquepresionarlaunpocomás—.Claro,aunquequizánoteatreves.Lasmujerescomotúnosearriesganjamás—soltóelaire—.Tienesmiedo.

—¿Miedoyo?¿Dequé?¿Deti?¡Ja!Nathan podía jurar que había fuego en su mirada. Observó

disimuladamente cómo sus puños se apretaban, seguramente estaríaclavándoselasuñasenlapalmadelamano,peronoparecíaimportarle.

—Entonces, demuéstralo. Esta noche. En el Kokkari. Prometo nomorderte a no ser que tú lo desees o... que otra ramita demuérdago seempeñeenponernoslascosasdifíciles.

—Estáscompletamenteloco,NathanYork.Yosoyloqueves,¿cómomellamaste?¿SeñoritaRottenmeier?Noséquécreístevereneseestúpidobeso, pero solo soy tu empleada, una correctora con pocos amigos, aquiénlamayorpartedelagenteaquívecomosolitaria,antisocialypocacosaengeneral.¿Porquécreesquetevitoreabanparaquemebesaras?

Negó,susojosbrillaban,nosabíasiproductodeldolor,lafuriaoladeterminación; pero fuera loque fuese, allí estaba, esa chispadepasiónquehabíalogradoincendiarlelasangreconunsolocontacto.Noqueríaunarelaciónconella,tansoloqueríaexplotaraquellaatracción,descubrirhastadóndellegaba.

Habíaestadoconmásmujeresdelasquepodíarecordar.Detodoslostipos, principalmente hermosas, con cuerpos perfectos y carteras aúnmejores.Secodeabaconlagentebiendelaciudadyteníauntrabajoquesi bien no era el de sus sueños, lo había dejado muy bien situado. Le

gustaba ser ejecutivo y controlar las vidas de sus empleados -almenoshasta el punto en que eso podía ser hecho dentro de la empresa-.Disfrutaba con el respeto y la pequeña chispa de temor que infundaba,especialmente a algunos de ellos.A fin de cuentas podía afirmar que legustabaelpoder.

Noeraque fueradominanteoanhelaragolpearconun látigoa sussiervos,nadamáslejosdelarealidad,perosuposiciónledabaunampliomargendeacciónydisfrutabaejerciéndolo.

Sin embargo, con el tiempo se había dado cuenta de que los retos,especialmenteconalgunasmujeres,yanoeraloqueunavezfueron.Ellassearrojabana suspiesycasi suplicabanque lasposeyera,élprefería lacaza.Siemprehabíasidoundepredadoryúltimamentesesentíahastiadoyquizáaburrido.Nadaen suvida le suponíaundesafíoa excepciónde laseñoritaRottenmeier,porsupuesto.

Nunca habría reparado en ella de no ser por aquel beso, no era sutipo y hasta hacía unos días habría jurado que no lo excitaba, pero esohabíacambiadojustoeldíaanterior.

—MañanaesNochebuena.PasadoNavidad.Sémi regaloanticipadoestanoche.

Natashalofulminóconlamirada.—Nuncavoyaacostarmeconusted,señorYork.Simedisculpa...—

trató de pasar de él nuevamente, como si para ella no tuviera másimportanciaqueladeunmolestomosquito.Esoafectóasuego.

—Si teniegasacenarconmigo,haréque todosahí fuerasepanqueno sabes aceptar un desafío. Quizá hasta tenga que hablar con la juntadirectiva,queremosgenteconiniciativano...cobardes.

Supo que había metido la pata en el instante en que ella se girólentamenteyloenfrentó,fulminándolo.

—¿Meestáamenazando,SeñorYork?—¿Yo?—preguntóinocente—.No.Tansolodigoquéesperodemis

empleados,nadamás.Deberíaesforzarseunpocomásensustareas.Natasha explotó, la comediday recta señorita Jenkins lo enfrentóy

gruñó-literalmentegruñócomouna tigresacabreada-, loapuntóconundedoylepicóconélenelpecho.

—Detodoslosincompetentesconlosquemehecruzadoenmivida,NathanYork,ereselpeor—habíaodioensuspalabras.Peroelodionoera malo, podía lidiar con él, peor habría sido que no le hubiera

provocadonada—.Tecreesmuypoderososentadoen tu tronodecueroentujauladecristal,pero¿sabesqué?Pormásquetehayanhechocreerqueeresundiosnoeresmásqueunmortal.¿Tienesqueacudiralchantajepara que cene contigo? Muy bien. Lo haré. Iré a ese restaurante, peroprepárate, porque no pienso ser una cita agradable ni mucho menoscomplaciente.Asíquesiloquequieresesfollarestanoche,niñobonito,yapuedesbuscarteaotra.Porquenisiquieraparaconservarmitrabajomeacostaríacontigo.¿Entiendes?—Lepicoteónuevamenteconsudedo,éllaatrapóylapegóasucuerpo,permitiéndolenotarlarespuestaasuataque.

Loestabavolviendocompletamente loco, loexcitabayhacíaque leardieralasangre.Seresistíaaél,peroacabaríarendidaasusencantos.

—¿Puedes sentirlo, señorita Jenkins? ¿Puedes sentir cómomi pollareaccionaa tuenfado,a tu furia,a tucercanía?—rozóconsus labios lavena pulsante de su cuello y se pegómás a ella, permitiéndole notar suestado—. ¿Acaso crees que vas a poder resistirte a esto? Oh, nena,intentaré no recordarte esta conversación cuando me hunda profundoentretuspiernasytúgrites:«sí,Nathan,más».

Natashaseapartódeélyloempujódeshaciéndosedelcontacto,podíasentirsustemblores,podíapercibirlos.

—Ni en tus mejores sueños—gruñó nuevamente, la tigresa estabajustoallíyqueríahacerlarugirdeplacer.

—Ya lo veremos, querida —murmuró con voz ronca, dejándolesaber lo mucho que lo excitaba—. A las ocho en el Kokkari. No teretrases,encanto.

Sasha resopló y se alejó de él a toda velocidad. Sus pasos eranfuriososylatensióndesucuerpoledejóclaroqueibaaserunaaventuraredimirla y conquistarla, pero lo haría. Ella disfrutaría aquel juego, loestaba disfrutando, y Nathan no podía dejar de pensar en cómo seríaposeerla.

Yloharía,yalocreíaqueloharía.Aunquetuvieraquellegarhastaelfinalparaatraparla.

CAPÍTULO5

Nathan se sentó en lamesa que había reservadoy consultó el reloj

porterceravez.Pasabandiezminutosdelasochoynopudoevitarsentircierta incomodidad. Seguramente, no se atrevería a dejarlo plantado,¿verdad?Aunqueconmujerescomoellanuncasesabía.

Pidióunodelosmejoresvinosdelacartayvolvióamirarlahora.Sinoaparecía,no se loperdonaríanunca. ¿Ysi lohacía?¿Quéera loquerealmente esperaba conseguir esa noche? ¿Sexo?La verdad era que no,necesitabatensarla,ponerlacontralascuerdas,vercuántotiempotardabaencapitular.Unavezlohiciera,probablementeperderíaelinterés,comolepasabasiempre.Lasmujeresyanosuponíanniunretoniunmisterio,servíanparalobásico:saciarseydisfrutarconellasyahíseterminaba.Noplaneabatenerunafamilia,nisiquieralegustabanlosniños,ydesdeluegojamássecasaría.

En una ocasión lo había tomado en cuenta, hasta que la chica encuestiónlotraicionóconsuhermanomayor.SehabíacasadoconKaneyaél eso ya le iba bien, tampoco tenía más trascendencia. Habían roto elcontactoañosatrásynoplaneabarecuperarlo.

Entonces,cuandosehabíaatrevidoacreerenelamor,habíaacabadoconelcorazóndestrozadoyfuecuandocomprendióqueloshombresnosehabíanhechoparaesascuestiones,sinoparaalgomás.Algodiferenteyplacentero. Estaba en el mundo para gozar de todos y cada uno de losplaceres no para encadenarse a alguien que, con el paso de los años,perderíano soloelbuenaspectoy lanovedad, sino todoel interés.Unavezconocíasaunamujer,unavezhabíasgozadodeellayconella¿paraquécontinuarlarelación?Noeradeesos,erauntiburón,llevabatodasuvida siéndolo. Se deleitaba en devorar a losmás pequeños y ocupar sulugar.

—¿Quierepedirsucena,señor?—preguntóelcamareroquehabíanasignadoasumesa.

Élnegó,molesto,mirandosureloj.SospechabaqueNatashanoibaaaparecer,peroesperaríaunpocomás.

—Esperaré,porahora.Leavisarémástardesilonecesito.El camarero asintió, desapareciendo sin llamar la atención. Nathan

sintióinstintoshomicidas.¿AsíquelaseñoritaJenkinsqueríajugarduro?Puesibaademostrarlecómosehacía,llevabademasiadotiempocazandoenaquellajunglaynuncajamásunapresaselehabíaresistido.

Moríaporescucharsussúplicas,porquecuandolohiciera,tendríalasatisfacción de despecharla y decirle la verdad: que nunca podríasignificarnadaparaél.

Selevantó,dejóunbilletegrandesobrelamesaparapagarelvinoydejarunapropiaalcamareroyabandonóellocal.

NatashaJenkinsnosabíaconquiénsehabíametido.Noteníaniideadeloquellegaba,peroestabaapuntodedescubrirlo.

***

Los cristalesmedio tintados le permitían ver el interior del local y

entonces dudó. Sabía que una vez decidiera dar marcha atrás, estabaarrojando de nuevo el reto a sus pies, enfadándolo y logrando quequisierairtrasellaconmásbrutalidad,perosediocuentadequenopodíahacerlo.Nopodíaenfrentarseaaquello,nootravez.

Susrecuerdoslahicieronrememorarunmomentomuysimilar,otrohombre, otra ciudad, otro restaurante, pero no había tantas diferenciasentre el entonces y el ahora, quizámás de las que se podían percibir asimplevista,perosinimportareso,nopodía.Nopodíadarunpasomás.¿Ladespediríaporsuatrevimiento?¿Quéharíasinaqueltrabajo?

Le había costado mucho empezar de cero, había tardado casi tresañosenencontrarlo,unavezdespedidadelanterior,ynoqueríanipensarenemprendernuevamentelabúsqueda.Dereknecesitabacomer,vestirseyella era su madre, su deber era procurar su bienestar. Vivían con suspadres, ni siquiera se había atrevido a comprar un piso o una casamásgrande. No había dado el paso porque tenía miedo, uno demasiadoparecidoal terror,noqueríacometerotroerroryacabarcomosiemprehabíatemido.Despechada,solayconsuhijodañadoenelproceso.Estabamejor como estaba, pero Nathan estaba atentando contra su seguridad,contraelmundopacíficoyencalmaquehabíacreadoasualrededor.¿Porquédiablos lohabíahecho?¿Porqué lohabíabesado?Debió ignorar latradiciónynuncadebiódarleelsegundo.Nodeberíahabersentidoaquel

deseodedemostrarnada,noeranadaninadie,nopodíahablarenserio,nopodíacreerqueella...

No iba a sucumbir de nuevo al placer o a la necesidad de sentir lapasiónprofundayfuertearraigadaensuinterior.

Yanoeraaquellamujer.PresencióelmomentoenqueNathanapretólosdientes,laduralínea

desumandíbulaledejónotarqueestabarealmenteenfadado,asíquesupoquedebíaocultarse.Sealejódelapuertayesperóalotrolado,entredoscoches,deseandoquenosedieracuentadequeestabaallí.

¿Cómolahabíallamado?Cobarde.Yenrealidadloera.Lapeordetodas, porque tenía pánico a sufrir, a entregar el corazón y que learrebataranel alma.Noquería compartirse connadiemás,yano,y conNathanmenosqueconningúnotro.

Sabíaquesu interéserahacerlasucumbirasuspies,demostrarquenadie podía resistirse a él. Lo conocía, era igual que Sutton, igual desalvaje, excitante,guapoyapasionado, a laparque frío,vengativoyunser insensible y sin corazón. Los conocía demasiado bien. Si tenía querenunciarasu trabajoenposdesu integridadpersonal, loharía,aunquetuvieraquedejardeladotodoporloquehabíaluchado,Derekeratodoloque importaba, él y su bienestar emocional. Jamás lo sometería a lapresencia de un hombre parecido a su padre, aunque tuviera que ir alimpiarcasas,arecogerbasuraocualquierotracosa.

Derekerasumundoyseguiríasiéndolo.HaríatodoloprecisoparaalejarlodelapresenciadehombrescomoSuttonyNathan,aunquetuvieraquesacrificartodassusesperanzasporello.

Noleimportabanadamásqueelbienestardesupequeño.ObservócómoNathan,elincreíblementeguapo,apuestoyricoseñor

York,subíaasucocheconchóferysealejabacalleabajo.Habíahecholocorrecto,nada,ningunacantidaddedineroniningún

tesorovalía tantocomopara jugarsesuestabilidademocionaly ladesuhijoporello.

Nodebía olvidarlo jamás, tenía que ser la señoritaRottenmeier, talcuallahabíallamadoél.Fría,lejana,distante...comosifueraunrobotsincorazón.

Porquelociertoeraqueenrelaciónconelsexoopuesto,hacíasiglosquelohabíaperdido.

Ynosecreíacapazderecuperarlojamás.

CAPÍTULO6

«Vamos,bonito,solounpocomás».Una inmensa sonrisa iluminó sus facciones en el instante en que el

reloj marcó las dos: hora de marcharse a casa. Era Nochebuena y laoficina cerraba un poco antes.Comería conDerek, justo como le habíaprometido y, más tarde, podrían ir a patinar. Era una tradición, de susfavoritas,nuncahabíadisfrutadotantodealgocomodepasaresetiempojuntos.Soloslosdos.Suhijoyella.

—Pareces muy feliz hoy, Sasha —dijo Max llegando a su lado yobservándola divertido. Llevaba ropa cómoda, unos vaqueros y unacamiseta,estabamediosentadoensumesaylaobservabadecerca.Podíapercibirsuaroma,olíarealmentebien.

Ellasonrióaúnmás.—Es Nochebuena, ni siquiera yo puedo parecer un ogro en este

mágicodía.—Pueshededecirquelesientademasiadobienesasonrisa,señorita.

—Tomósumanoylebesólapalmadivertido—.Megustaríaganarmeunadeesasalgunavez.

Sasha se rio, no pudo evitarlo. La carcajada fue sincera, directa ypura:

—Estáslocooeresuntotalseductor.Noséenquécategoríaincluirte.—Algunos y algunas...—alzó la voz para queKara lo escuchara—

piensanquesoyuncolgado,peronadamáslejosdelarealidad.Sasha dejó el bolso sobre la mesa y sonrió, le dio un beso en la

mejilla.—Entonceseresunligónsinremedio.—Sepusoseriauninstantey

añadió—:Esbuenotenercercaagentecomotú.—Posólamanosobresucorazón—.Eresbueno,eres salvaje, eresunconquistador total,pero tussentimientossonhonorables.Nohaysuficientegenteasíenelmundo.

—¿Hasoídoeso,Kara?Ellameama.—¡Yonohedichoeso!—Puedequeno,pero...lohaces.¡Meamas!Admítelo.Vamos,vamos,

admítelo.—Pidióponiendomorritosparaqueledieraunbeso.

—Novasaconseguirlo,Max,deberíasdarmarchaatrásantesdequealguien (y no diré nombres) te aplaste el ego. —Kara ni siquiera losmiraba, pero su voz sonó alta y claramientras terminaba de cerrar susarchivosyguardabalosdocumentos.

—¿Ytúquédices?¿Quedamosestatardeparadarungarbeo,nena?—Esevocablonoesdemasiadoútilpara...—empezó,éllacortócon

unbesorápidoytotalmenteamistoso.—Silencio, señorita correctora —advirtió haciéndola reír—. Es

Nochebuena, saca ese superdiccionario que tienes dentro de la cabeza omejor:ciérraloporvacaciones,comodebeser.

—Entendido.Terminédetrabajarporhoy,mevoyacasa.Tengounacita muy importante para comer —expresó en un impulso, algo pococorrienteensuformadeser—.Lonuestronopuedeser, losiento.—Lobesóenlamejilla,recogiósuscosasysaliósonrientehaciaelascensor.

—Ojaláteanimesaponerteunosvaquerosundíadeestos,tienesundeliciosotrasero,NatashaJenkins—espetó,llamandolaatencióndetodoslos presentes sobre ella—.Espero que ese tipo con el que vas a comer,sepaapreciartuatractivo.

Ynisiquieraleimportó.Noimportabanada,esedíaDerekeratodoloquequeríaysutiempojuntosyasolas.

***

Habíaquedadoconotro.Nathansintiócómolafurialohacíahervirpordentroytirótodoslos

papelesqueteníasobrelamesa.Noibaadejarlamarchartanfácilmente.Cogiósuchaquetaysalióatodavelocidaddelaoficina.MiróaMax

con frialdad un instante y después lo ignoró, haciendocomo si noexistiera.Escuchóalgodeltipo«quélehadadoaeste»,peronolotomóencuenta.Nolegustabaquenadiemostrarainterésensupresayesoeraella,unapresa,cuantoantesacabaraenlatrampamuchomejor.

Caminóconrapidez,perolaspuertasdelascensorsecerraronantesdequepudieradetenerla.Bajólasescalerasatodaprisaylaencontróenelmomentoenqueatravesabaelvestíbulo.Habíadecididodejarlaenpazesamañana,noqueríaunademandaporacososexual,aunquenofueraposiblequeunjuezllegaraatenerloencuentadespuésdeecharunamiraditaasuatuendo,peroibanajugarasujuego,eltrabajounacosa,elplacerotra.

Ahoratocabaejercersolounpocodepresión,paradarpasoaloquede verdad quería, tenerla para sí, en su cama, para gozar de su cuerpocomonecesitaba.

—¿Dónde cree que va, Señorita Jenkins? Aún no ha terminado sujornadalaboral.

Su voz la dejó quieta en el sitio, presenció cómo tomaba aireprofundamenteysegiraba,casiacámaralenta.

—EsNochebuena, tengopermiso para salir antes—espetó convozprofesional, marcando las distancias. Comprobó su reloj y negó—. Yallegotarde,asíquenopuedoperdereltiempocontigo.

Hizo amago de volverse, pero él la sujetó por el brazo, dejándolaestáticaenellugar.

—Noaparecisteanoche,¿porqué?Natashasemantuvoensusitio,alzó labarbillaysenegóadaruna

explicación.—Noesasuntotuyo.—¿Queno?Medejasteenridículo.Ellaresopló.—Tedejasteenridículotúsolito.—Tiródesubrazosoltándosedesu

firmeagarreysealejó—.Déjametranquila.TengoqueiraveraDerekymeestásretrasando.Noquierodecepcionarlo.

Seapartódeél,poniendosuficienteespacioentreambos.Nathanhizorechinarsusdientes.

—Sisalesporesapuerta,notemolestesenvolver.Natasha se quedó sorprendida; parecía algo desorientada, como si

hubierarecibidoungolpe.—¡Nopuedeshacereso!—Sí,puedo.Noloharé,peropodríahacerlo.Deberías teneresoen

cuenta.—¿Amenazasotravez,señorYork?—ComeconmigoydejaplantadoaltalDerek,comohicisteanoche.

Debesermarcadelacasa.Ellaseenfureció,susojosbrillaronylaelectricidadestáticapareció

lanzarchispasasualrededor.Casiteníamiedodetocarla,porsirecibíauncalambrazo.

—Nunca,jamás,dejaréaDerek.Niportiniporotrohombre.Tengounacita.Esmihoradesalidaysinoestásdeacuerdo,bien,hablacontu

jefe. Si aún así insistes en despedirme, adelante. Daré mi versión, tedenunciaréporacosoyganaré.—Secolocóelbolsocondecisiónylediolaespaldamientrasatravesabalapuertadelacalleendirecciónasucita.

Creíaque lehabíaganado,estabamuyseguradesímisma,peronoplaneabarendirse.

—¿Qué tepasó, cariño?Has salidocomo loco, ¿esa señora tedebealgo?

Mandy, su ex secretaría, la mujer con la que llevaba un tiempoacostándosellegóasuladoyleacaricióelpechoconsusmanosperfectasysumaravillosamanicurafrancesa.Podíanotarsuscurvaspegadasasucuerpo. La entrega y la seducción siempre impresas en su postura,ofreciéndoseenplenoaél.

—Noesningunaseñora,Mandy—dijoencambiosoltandoaquellasgarrasdesubrazo—.Esmipróximaconquista,asíquesimedisculpas...

—¿Mevasadejarporesavieja?—Lomiróconodioeindignación,hechoquecasiledivirtió.Casi.

—Esavieja,comotúdices,nosequitalasbragascadavezquemeve.Pero no te preocupes, cariño, encontrarás a otro. Prueba conMax, creoqueestánecesitadodeunamujer.

—¿QuéMax?—preguntó—.¿Elmuertodehambre?Nathanserio,sinpodercontenerse,mientrasnegabayladejabasin

mirar atrás. ¿Por qué diablos habría salido con ella?Solo le gustaba sudinero,suposición,su...¿qué?¿Porquéesoyanoerabastante?¿QuéteníaNatashaparavolverlolocoinclusoencontradesupropiavoluntad?

Quizádeberíarendirse,dejarlopasar.Habíamuchospecesenelmar,peroodiabanolograrsusobjetivos,nuncaselehabíaresistidonada.Nieltrabajonieldinero,muchomenoslasmujeres.

AexcepcióndeKatie,cuandoKaneselarobó.Sin embargo,Sashano eraKate y no tenían absolutamente nada en

común.Entonceséleraunchiquillo,pocomásqueunadolescentereciénsalidodelauniversidad,ahora...

Ahoraunhombreconcapacidadparacomprarelmundoyponerloasuspies.Ymalditofuerasinoibaasercapazdedomarla.

Regresóasuoficina,dioalgunasinstruccionesasusecretariaenelúltimo momento, ganándose un abierto reproche, aunque jamás en vozalta,ysetomóelrestodeldíalibre,unaveztuvolainteresantedirecciónensubolsillo.

¿Cómolesentaríaasucitasiambossepresentabanarecogerlaenelmismolugaryalamismahora?

CAPÍTULO7

Nathan no podía apartar la mirada de la pareja. Había estado

dispuestoapresentarsey reclamarsupremio,pero¿así?No,asíno.Nohabíaquedadoconningúnhombre,allísoloestabaella(unaversiónmásjovenymenospreocupadadelamujerquehabíaencontradolaformadevolverloloco)yunniñopequeño.Ambosreíanypatinabansobreaquellasuperficie helada, deslizándose como si estuvieran acostumbrados ahacerloadiario,conunequilibriocasiperfecto.

—Mírame,mamá.¡Puedodarunavueltayosolo!Algoseencogióensuinterioryseapresuróabuscarasualrededor.

Unamujercomoella,labellezasinmáculadeaquellaversióndeNatasha,no podía estar sola, pertenecería a alguien. Estaba totalmente seguro deello. Trató de permanecer estático, vigilar el tiempo necesario paradescubrir el misterio que la envolvía, pero no era un hombresuficientemente paciente, tenía que hacer algo, ponerse en marcha y loharíaya.

Avanzóhacia lapistaconfuria, ignorandolasrisasdeaquellosdosque había estado observando y la sorpresa en los rostros del resto depatinadores. Lomiraban con curiosidad y fastidio, sospechando que noeratanfelizcomotodosellos,quenoestabadisfrutandoniunamierdadeaquellajornadanavideña.

—SeñoritaJenkins—pronuncióconvozdemando,haciendoquesegirara sobresaltada y el niño patinara hasta ella, ocultándose entre suspiernasymirándoloentreretadoryasustado.

—¿Mehasestadosiguiendo?—Abrazóasuhijocomosiélfueraunogro,unasesinoenserieoalgopeor—.Lerepito,siseempeñaenseguirconestaactitud...

—¿Pasa algo, mami? —La voz del niño estaba al borde de laslágrimas,comosipudierasentirlaincomodidaddesumadre.

—No,miamor,nopasanada.—Seacuclillóquedandoasualturaylo peinó, ignorando la presencia deNathan. Sonrió a su hijo y lo besó,susurrando—. Este señor tan enfadado es mi jefe, seguramente habrá

venidoapatinarynoshemosencontrado.¿Teacuerdasdehaceun rato,cuandonosencontramosconlaSeñoritaMcBride?

El niño asintió, muy serio, miró de reojo a Nathan, después a sumadre,laabrazóysusurróensuoído:

—ElseñorjefedamásmiedoquelaseñoritaMcBride,mamá.Natashasonrióyloachuchóasintiendo:—Estoycompletamentedeacuerdocontigo.—Lecolocóelgorroy

lepidió—.¿Porquénopatinasunpoco?Yoteestaréviendojustodesdeaquí,perotenmuchocuidadoysiteasustas,llámame.

Derekasintió.—Vale—Miró a Nathan, reconociendo su presencia y preguntó—:

¿Tienesalgúnniñoparajugar?Nathan negó, manteniendo las distancias, se sentía celoso ante el

cariñoso tonoquehabía empleadocon suhijo, podíapercibir lomuchoque lo quería y no logró evitar la incómoda sensación de que sería ungran impedimento entre ellos. A Nathan no le gustaban los niños y nopretendíatenerloscerca.

Lamiró.Seguía serioyquizá estuviera tambiénunpocopálido.Elpequeñoni se inmutó, se encogiódehombrosy enseguida fueapatinaruniéndoseaungrupodeniñosconelquehabíanestadohacíaunrato.

—Tienesunhijo—pronunciósinperderdevistaalpequeño.Habíamolestiaensutono.

Ellaseenvaró.—Noesasuntotuyo.Esmividaprivadaynoteincumbe.—Ahíteequivocas.Tuvidaprivadatienemuchoqueverconmigo—

setomósutiempo,perofinalmenteposólosojossobreella—.Másahora,que he decidido seducirte. Vas a sermi próxima compañera de cama yjuegos.

Natasha lo miró boquiabierta primero, después incrédula yfinalmentefuriosa.

—¿Perotúquétehascreído?Noeresmitipo,noloseríasnienunmillóndeaños.

—Puedequeno,puedequesí.Tú,porelcontrario,síereselmíoysoyuntipoqueobtieneloquequiere,especialmentecuandoelpremioesunamujer.

—Vamos, Nathan. Solo estás interesado en mí porque te heesquivado,porqueteignoroyporquenotengoelmásmínimointerésen

ti.Losdossabemosquesimecolaraporti,saldríascorriendo.—No tienes datos suficientes para afirmar ese hecho—contraatacó

él, cuadrándose y removiéndose—. Salgamos de aquí, no me gusta elhieloynotengopatines.

—Entoncesnodeberíashabervenidoaquí—leespetómolestayriototalmente irónica—.Nopudiste resistirte ameterte donde no te llaman.¿Qué?¿Necesitabassaberquiénerael tipoconquiénquedéparacomer?Erespatético,NathanYork,ynomeinteresas.Déjameenpaz.

Segiróyteníatodalaintencióndealejarse,peroélseloimpidió.Noiba a dejarlo allí hablando solo y mucho menos iba a rendirse en suconquista,noporunmocoso.

—Vasaacostarteconmigo,sabesqueterminarásporhacerlo,asíqueelige.Porlasbuenaso...

—¿Por las malas? —preguntó ella. No estaba asustada ni siquieraindignada, tansoloestabafuriosa—.Mira,conozcomuybiena los tiposcomo tú, demasiado bien diría yo.Nome interesa una aventura. ¿Hacestodo esto por ese estúpido beso? ¿Porque no te he dado la opción demeterte dentro de mis bragas? —resopló—. Si quisiera a un tipoprepotente y engreído, con la cartera repleta, me habría quedado conSutton.

Sospechabaque aquel nombre no era uno cualquiera, sino el de unclarocompetidoroquizáeldeunex.ANathannolegustóniunpeloquelocompararaconotrohombre.

—VamosSasha,sabesquenohequeridoimplicarnadaofensivo.—¿Lehedadopermisoparaqueme llameasí, señorYork?Porque

yo creo que no.—Se pasó lamano por el pelo haciendo que su gorrocayesealsuelo.Resoplómolestaporsutorpezayloencaróunavezmás—.Veteacasacontufamilia,llamaatumadreocompraunperro,perodéjameenpaz.Estásestropeandomisalidaconmihijo,hacemesesqueesperamosaquellegueestedía.

Habíaciertoreprocheensuspalabrasytambiéndolor.—No he pretendido ofenderte, nome ofendas tú amí.No soy una

molestia, soyunhombreque... que te pretende—terminó—.Concédemeunacitayosdejarétranquilos.

Natasha lo miró, hasta había una sonrisa casi dulce en su rostroduranteunlevesegundo,hastaquecambiótotalmenteyseriototalmentesarcástica:

—¡Jamás!Recogió sus cosas, se colocó el gorro en su lugar, tirando de su

aplastadopeloylediolaespalda.Nathantratódedetenerlaunavezmás,perosuseleganteszapatosse

resbalaronsobreelhieloypatinócayendodeculo,entodasumagnificapresencia,yhaciendoreíralosniños.

Natashanosegiró,nilomiróniseburlódeél.Llegóconsuhijoycon la voz más dulce de todas, con una que probablemente nunca ledirigiríaaél,loinvitóaunchocolate.

Nathan se incorporó y trató de levantarse, algunos patinadores seacercaronparaayudarle,perosucaroabrigoysueleganteporte,estabansuciosyllenosdehielo,suorgulloherido.

Lascosasnoibanaquedarseasí,ahno,aúnnohabíadicholaúltimapalabra. Natasha -Sasha- se recreó, pensando y paladeando ese nombreprohibidosoloparaél,nolorechazaríaotravez,asítuvieraquejugarsusmejorescartasyganarsealrenacuajo.

Podíahaceraquello,conseguiríaloquequeríay,cuandotuvieratodoenlapalmadesumano,cuandoelúltimomovimientohubierasidohecho,ledemostraríaqueeraunexpertoenhacer«jaquemate».

***

Sasha estaba incómoda, nerviosa y un poco preocupada. Tenía lasensación de que Nathan estaba obsesionado con ella y cuanto más lorechazaba más peligrosa era dicha adicción. ¿Se convertiría en unacosador?¿Lamaltrataría?Sabíade laexistenciade suhijo,¿trataríadehacerledaño?

Hacía tiempo había pactado consigo misma que nunca volvería atener miedo, pero aquel hombre tenía los medios y el poder suficientepara destruir toda su vida, podría hacerlo y no había mucho que ellapudieraprevenirparaevitarlo.Sihubieratenidoaquellabocaquieta,sinosehubieradejado llevarporaquellanecesidaddedemostrarquiényquéera,ahoranoestaríaenaquellío.Élhabríapasadodelargoyeltontobesonohabríasidomásqueotroenlalargalista,enladeél,porqueparaellasolohabíahabidounhombreantes.Unoalquehabíaamadotantoqueaúnledolíaelcorazón.Unoqueseatrevióa traicionarla tanprofundamentequesabíaquenuncajamáspodríarecuperarse.NoqueríaotroSuttonensu

vidanienladesuhijo,conunoeramásquesuficiente.LequitóaDereklospatines,poniéndolesusbotasfavoritasylollevó

atomarchocolate.Hacíafríoysiempreseagradecía,aquelmomentoeraespecialparalosdos,porqueélsolíaestarmuynerviosoporlainminentellegadadeSantaClausylegustabahacerquesedistrajerayquedisfrutaradelaverdaderamagiadelaNavidad.

No eran los regalos, era la familia. Esa gente con la que siemprepodíascontaryquetetraíanalegríasalavida.Esagentealaquesiemprellevabas en tu corazón si importar la edad o elmomento, el lugar o ladistancia.Siempreteacompañaban,deunaformauotra,queríaqueDerekcomprendieraeso,apesardequemuchosadultosnoloentendieran.

—¿Puedopedirextradechocolate,mamá?Natasha lomiró, concentrándose en el lugar.La camarera esperaba

mientras su hijo hacía su petición. Sabía que no debía darle más de lacuenta,peronopodíadecirlequeno.Erademasiadobuenoparanegarlealgo,almenosesedía.

—Estábien,peroentoncessolocomerásunagalleta.Derek asintió con intensidad y después hizo su pedido. La chica,

Cindy, segúnsuplacade identificación, ledijoquese lo llevaríaenunataza especial si era bueno, así que el pequeño no cabía en sí de gozo.Sonrió y puso su cara de nohaber roto unplato jamás, haciendo reír aSasha,quelocargócomosinopesaranadaylollevóasumesa.

Uninstantedespuésteníancompañíaynoeranadaagradable.—Ni una palabra —exigió Nathan, para pasar a dirigirse al niño

extendiendosumanoyestrechandoladelmásjoven—.MellamoNathanYork—sepresentó—ymegustaríahablarcontigo.

Derek lo evaluó con la mirada y Natasha tuvo que contener unasonrisa. Parecía más mayor, más serio mientras le advertía aldesconocido, en silencio, que iba a someterlo a una criba profunda yminuciosa.Nadieharíadañoasumami.

—MellamoDerekynomegustas.—¡Derek!—sesorprendiólamujer—.Nodebes...—Tegritómamá,yo lovi.—Sedirigió al hombre entonces—.No

megustaquenadielegriteamamáolahagaponersetriste,yoladefiendoytúeresmalo.Noquieroquetequedesaquí.

Nathanmanteníaunasonrisaforzadaenelrostro,mientrastratabadeacercarsealniño.¿Seríaunaestratagemaoloestaríahaciendodeverdad?

¿Realmentequeríaconocerasuhijo?—Cariño,elseñorYorknoesmalapersona,estáunpoconervioso

nadamás.—Peroyovicómotehablóyesonoestábien.Laabueladicequelos

hombres debemos hablar con dulzura a lasmujeres y por eso no se lepuede gritar a las niñas ni pegarles —le dirigió una mirada oscura alhombre,entrecerrandosusojitosylevantandoundedo,paraseñalarlo—.Sihaceslloraramamá,telasverásconmigo.

Nathan sonrió y tomó la mano del niño, tratando de aligerar elasunto.

—Entendido,colega.¿Puedosentarme?El niño miró la silla y luego a su madre. Natasha no deseaba que

pasaraelratoconellos,perodebíadarejemploasuhijo.Noqueríaquedesarrollaraaversiónpor loshombres,yabastante teníaelpobreconsupadre,comoparadesconfiardelresto.

Susproblemasdemujeradultaeranunacosa,suhijonecesitabatenerfe en el géneromasculino, yaque él no tardaría en formarpartede esecolectivoadulto.Yaeraunhombreynipodíanipretendíacambiarlo.

—Claro que puedes, a Derek y a mí nos encantaría —casi seatragantóalpronunciaraquellaspalabras.

—¿Nosencantaría,mami?—preguntóelniñodubitativo.Sashaasintió.—Por supuesto, mi amor. —Le besó la cabeza y le ofreció el

chocolatequelehabíandado—.Come,concuidado.—Siempre lo hago. —Tomó un sorbo largo y miró a Nathan—.

¿Todoslosjefesdemamásoncomotú?Elhombreparecíatotalmentefueradelugar.Nocreíaquelegustara

alternarconniños,peroestabaclaroqueseestabaesforzandoporalgúnmotivooculto.

—Notanguapos—bromeó—.Tumamáesunamujerencantadorayhacemuybiensutrabajo.¿Túhacesbientustareasdelcolegio?

Derekasintió,posólatazaenlamesaycontodoelmorrountadodechocolate,sonrió.

—Soylisto,hesacadoundiezenmatemáticas...—¡Vaya!Síqueestodounlogro,¿verdad?Amísemedabanfatallas

matemáticascuando tenía tuedad.—Lacamareraapareciódenuevoconuncafé,elolordelabebidahizoqueDerekarrugaralanariz.

—Puaj,¿deverdadtegustaeso?Esmejorelchocolate.Natashasonrió,divertida.—Aalgunosmayoreslesgustaelcafé,miamor.—Atino,mamá.—No, amí no. Tienes razón.—Cogió una servilleta de papel para

limpiarlo—.Comeconcuidado.Nadadeterminarsetododeuntrago,quelascosasbuenas...

—Hay que hacerlas durar —terminó el niño por ella orgulloso,despuéssedirigióaNathanparaexplicarse—.Sidasunsorbopequeñoylosaboreas,duramásylodisfrutasmás.Esmejor.Nohayqueserglotón.Mejorpocoapoco.

—Estoydeacuerdocontigo,muchachote.Nohaynadacomobocadospequeños,paradegustarun...dulcesuculento.

—¿Porquénotomaschocolate?—pensóentonces—.Elcafélotomalagentequetienemalhumor.

—¡Nathan!—loregañósumadredenuevo.—¿Qué,mamá?Túsiemprelodices.Natashasesintióenrojecerytratódedesviarlaatencióndelosojos

de Nathan que se clavaron inquisitivamente en ellos, mientras arqueabaunacejaconsarcasmo.

—¿Porquédiceesotumamá,Nathan?—preguntóalniño.Lamujerquisoquelatierralatragaraenaquelmomento.Sabíaque

elnoventaporcientodelapoblacióneraadictaalcafé,quedaríarealmentemal, pero había desarrollado cierta aversión por aquellos que solotomabanesabebida.Noporaquellos,englobandoa lamayorpartedelagente, sino por aquel, el cabrón que la había destrozado mental yemocionalmente.

—Porquelagenteamargatomabebidasamargas.—¿Meconsiderasamargo,Natasha?—inquirióconciertadiversión.Ella sabía que aquella imagen de él, como si lo supiera todo y la

hubierapilladoenunatravesura,nodebíaponerlanerviosa,perolohacía.Nathaneradeesaclasedehombresquepormásqueintentarasborrarlosde tu mente y tu sistema, siempre volvían por más. Era demasiadoatractivoparasupropiasaludmental.

—Puedequeavecessí—espetó,noplaneabaretrocederdeltodo—.Detodosmodos,tansoloesunabromanuestra.Nadamás.Somosmásdechocolate.—Seencogiódehombrosydiounsorbitodesupropiabebida.

Derekserioylaseñaló,Nathantambiénesbozóunasonrisa.—¿Qué?—preguntóaaquellosdoshombres,uno teníasucorazón,

elotrolavolvíatotalmenteloca.—¡Tienes chocolate en la nariz, mamá! —El niño se puso de pie

sobresusillayseacercóparadarleunlametónenlapuntaymancharlamástodavía—.Yaestá.

Natashaserionerviosa,mientrastomabaunaservilletaparalimpiarlosrestosyatrapabaasuhijoenunabrazodeosocariñoso.

—Ven aquí, fierecilla—le hizo cosquillas en el cuello y le dio unbeso,elniñomiróaNathan.

—Mamá siempre me da abrazos de oso y son geniales. ¿Quieresprobar?—preguntóalhombre,parecíaqueelhechodequesumadre lehubiera dado vía libre para sentarse con ellos, había acabado con lasdefensasdelpequeño.

Lamujerempezóaprotestar, tratandodeexplicara suhijoque losmayoresnohacíanesascosas,sinembargosujefelotomóliteralylousóparaponerlarealmentenerviosa.

—Meencantaría,Derek.—¡Tienesquedarleunabrazodeosoalseñor,mamá!Natashanegó.—Ah,no,cariño.Essolonuestroabrazoydenadiemás—fulminóa

suacompañanteconlamiradayestetuvoeldescarodereír.Lacarcajadaprocuróqueensuinteriorseencendieraunainsistentellama.

—Sería un placer probar ese abrazo de oso, Natasha—pronunció,después se dirigió al niño—,pero tumadre tiene razón,Derek.Es algovuestro.

—¿Y los besos de esquimal? ¿Y las cosquillas de ogro? ¿Y lashistoriasdelagarrayelgusanoremolón?

Lamujer trató de acallar a suhijo, pero el niño siguió enunciandomilmomentosquecompartían,milsecretospropiosquenoteníaningunaintencióndeairear.

Eraunamujerdiscretaynolegustabaairearsuvidapersonal,perosuhijonoteníamalicianinguna.Paraélaquelloeramuynormal.

—Tumadreesunamujerencantadora,porloquepuedoapreciar—pronuncióNathan,ensuvozhabíapresentealgodiferentequenuncahastaentonces había estado. ¿Un toque de emoción? ¿El salvaje, presumido ysiempre-me-salgo-con-la-mía Nathan York? Seguro que estaba viendo

fantasíasdondenohabíanada, absolutamentenada, solounplayboyquequeríametersedentrodesusbragas,nodeberíadarlepieaello.Dehecho,deberíairacabandoconesareunión.

—Nosotros tenemosquevolver a casa, esta nochehayquedejar elcalcetínjuntoalachimeneay...

Derek se pusode pie, terminó su chocolate de un tragoy cogió sugalleta,deprontoempezóa impacientarse,pasandosupesodeunpiealotro.

—Yaestoylisto,mamá.Vamos,vamos,vamos.Laabuelaseguroqueyanosestáesperando.

Nathan sonrió, recorriéndola de arriba abajo cual depredador,aclarándolequepormásquepudieraescaparesavez,nohabíandicholaúltimapalabra,yselevantósinhabertocadoapenassucafé.

—Hasidounplacerconocerte,Derek—estrechólamanodelniñoymiróalamadre—.Unaauténticasorpresa,Natasha.

—Sí, ya imagino.—Hizo un gesto con lamano, en dirección a lapuerta—.Debemos...irnos...yasabes.

Abrochó el abrigo de su hijo, le colocó el gorro y se levantó. Élseguía allí,mirándola,mientras se colocaba supropio abrigoy lograbaquesuslatidosseaceleraran.

«Novayasporesecamino,Sasha.Esmuypeligroso».Teníaqueteneresaadvertenciaclaraensumente.Noeramásqueel

tipoquequeríallevárselaalacamaparadejarlatiradadespuésyelúnicomotivo de que eso sucediera, era el hecho de que se había atrevido arechazarlo. Su interés era ocasional y estaba fundado en cuestioneserróneas.

—Nos veremos en la oficina—comentó dando lamano aDerek ypasandoporsulado.

—Cuenta con ello, Natasha.—La mano de él rozó su brazo en elmomento en que le abría la puerta del local, para permitirle el paso—.Quizáinclusoantesdeeso—comentó.

Supoqueteníaquemoverserápidoysalirdeallíantesdequehicieraalgunaidiotez,comobesarlootravezopensarqueeraalgoqueellasabíaquenoera.

Nosabíaelporquédeaquellaaparenteamabilidadola intencióndeconvertirse en alguien que no era, pero los tipos como él nunca hacíannadasinrazón.

No iba a enamorarse solo porque le abrieran una puerta o porquehubierahabladoconsuhijocomosileimportara.Nosignificabanadaqueunhombrealqueestabaseguraquenolegustabanlosniños,prestarasuscincosentidosparademostraralpequeñoqueteníatodasuatenciónenél.

No,NathanYorkeraunhombreynodebíafiarsedeél.Sucorazónestaríaenpeligro,lavidaquehabíaconstruidoparaellay

suhijo.Lascosaserandemasiadoimportantescomoparaestropearlasporunaaventuraouninoportunodeseoinsatisfecho.

Porunlado,legustaríaserinocente,comounavezhabíasido,creeryconfiarenél,peroporotroladosabíaque,sihacíaaquelloysedejaballevar,sileentregabaalgoquenomerecía,todoterminaríayaquellaveznotendríaunasegundaoportunidad.

Noporquenopudieraperdonarloaél,alfinyalcabo,loshombresiban y venían, eran extraños y había muchos, lo que realmente le dabamiedoerabatallarconsigomisma,mirarsealespejoyodiarenloquesehabíaconvertido.

Unamujerfríaydistante,conmilyunmiedos.Suttonhabíadestruidoalgoen su interior, la habíapisoteadoymarcado,había acabadocon suilusión.GraciasaDerekhabíadescubiertootra formadeamor,unoquenomoriríanunca,peroincluiraalguienmásenlaecuación,ahorafeliz,desuvidayarriesgarseaperderlotodo,eraalgoconloquenoplaneabajugar.

No le gustaban las apuestas, no era una mujer a la que la buenafortunalehubierasonreídoalgunavez,aexcepcióndeconsuhijo.Yunavezhabíasganadoelpremiogordo,eracasiimposiblequeloganarasotravez.

Estaba claro que unas personas estaban hechas para vivir grandesromancesyotras,comoella,teníanqueconformarseconleersobreellosoverlosalolejos.

Su único y gran amor sería para siempre su niño, el resto... enrealidadnoimportaba.

Nathan pronto se aburriría y seguiría adelante con su vida y ellaencontraríalaformadeolvidareldeseoquehabíanacidoentreambos.

CAPÍTULO8

Nathan salió de la ducha con su cuerpo derrochando vapor. Había

queridoquitarse el acartonamientoque la ropamojadahabíaprovocadoen su piel y, con ella, la sensación de que estaba portándose como unidiota.

Nuncahabíasidounamalapersonay,sinembargo,estabasiendounauténticocabrónsinescrúpulosconSasha.¿Porqué?Sindudaellasacabasu lado malo. El más perverso, convirtiéndolo en alguien que no legustaba.

Se miró al espejo y se regañó. Había dado por supuestas muchascosas,peroesamismatardehabíadescubiertounascuantasenlasquesehabíaequivocado.LasideaspreconcebidaseranunamalacosayniDerekniNatashalasmerecían.

Sefrotólosojosmientrasseinclinabasobreellavabomaldiciendo.Noestababienqueelhechodedesearaunamujer,hicieraquepasaraporencimadetodaslascosasquelehabíaenseñadosuabuela.Aquellamujerdulceycariñosasiemprehabíaestadoasulado,dándoleelamorquesuspadresnohabíanpodidooqueridoentregarle.Veraquella tardea laqueanhelaba fuera la próxima mujer en su cama junto a aquel niño, habíahechoque algún tipode interruptor se activara en su interior.Las cosasnuncaeranblancasonegrasydeberíahabersedadocuenta antesdequeunamujercomoaquella,noerasencilla.Pormásqueparecieraquesí.

Soltóunlargosuspiroyabrióunodelosarmariosparasacarelbotedeaspirinas.Ledolíalacabezaysesentíacansado.¿Estaríaincubandolagripe?Noteníatiempoparaenfermar,noqueríahacerlo.

El timbre de la puerta interrumpió sus cavilaciones. ¿Quién sería aaquellashoras?Nohabíaquedadoconnadieesanochey,apesardequefuera una de estas festividades para pasar en familia, planeaba pasarlatotalmentesolo.

Unaaspirina,uncuencodepalomitasysumandoadistancia.Teníamilesdecanalesparaescogeryunsofádecuerobastantecómodo.

Atravesó el salón descalzo, dejando las huellas húmedas sobre lamoqueta,peronoleimportó.Sesecarían,tampocoeraparatanto.Cuando

eltimbretaladródenuevosusoídos,haciendoquesudolordecabezaseincrementara,gruñó,masticólaspastillasquellevabaenlabocaconsañayabrió.

Unamuypoco vestidaMandy apareció al otro lado, llevaba lo queparecíaunsaltodecamasemitransparenteyunostacones.

—Hola cariño, Feliz Navidad—pronunció saltando a sus brazos ybesandosucuello.

Surostrollenodemaquillajelahacíaparecerunamuñecaysustetasde silicona le recordaron a un flotador. ¿Realmente había estadointeresadoenella?

No importóque se restregaracontraél,ni siquieraque tirarade sutoalla para tocar sumiembro, su cuerpo no reaccionó, no sentía ni unabriznadedeseo,comosihubieraperdido,depronto,elapetito.

Mandyerademasiadoartificial,demasiadoperfecta.Tomósusmanosylasapartó,negando.Ellahabíacerradolapuertaconelpie,quedandoambosatrapadosya

solasensucasa.Estabaclaroloquequería,loquehabíaidoabuscar,peronoplaneabadárselo.

—Mandy,no.Tedijequeestosehabíaacabado.—Vamos, Nate, sé que no lo decías en serio.—Hizo unmohín de

disgusto y lo miró con cara de pena, casi suplicante—. No quiero unaboda,solopasarlobien.Túyyo,entucama,comoenlosviejostiempos.

—No me interesa —su voz sonó carente de sentimiento, no teníatiempo para aquello ni ganas. Necesitaba preparar una estrategia paraacercarseaSashaydemostrarlequenoeratanidiotacomoparecía.

Sí,nolegustabanlosniños.Sí,ladeseaba.Ysí,por supuestoqueplaneabaseducirlay llevarlaa sucama.Una

relacióncasual,algoconfechadeexpiración,comodebíaser.Noeraunhombredecompromisos,peroNatashaJenkinsloencendíapordentroylehacíaansiarnosoloposeerla,sinoserposeído.

Al rememorar el aspecto de aquellamujer, su cuerpo reaccionó deinmediato,lasonrisadeMandyfuedesatisfacciónenelmismomomentoenquetomabasumiembroyseinclinabasobreélparalamerlo.

—Yasabíaquenopodíasestarhablandoenserio,Nate.Nathanseapartó,molesto,secubrióconlatoallaylamiródemalas

maneras. Habían sido amantes un tiempo, pero le molestaba que no

entendieralaindirecta.—Mandy,no.Lonuestroseacabó.Nomegustarepetirlascosasylo

sabes.—Perosiestamosmuybienjuntosymedeseas...Nathansellevólasmanosalacabeza,sentíaqueseleibaapartirpor

lamitad.—Nonecesitoestoahora.Mesientomal,meduele lacabeza, estoy

cansadoyquieroestarsolo—espetó—.Vuelveacasaypasalanochecontufamilia.

—Noesperanquelohaga.—PuesllamaaMaxyarreglaunacitaconél,loquesea.Mandyseenfadóhastaelpuntodequecasiechabafuegoporlaboca,

losojosylasorejas.Supeloderubiateñido,medioestropajoso,lehizopreguntarsecómohabíapodidodesear...

Nohabíanadanaturalenellay se sentíaavergonzadodesímismo.¿Tansuperficialeraahora?¿Enquésehabíaconvertido?

—¿QuétehadadoconMax?«¿QuequémehadadoconMax?»Casi se rio al escuchar su pregunta, porque la respuesta era

jodidamentefácil.AqueltipoteníaalgoconNatasha.Nosabíaexactamentequéerayno

legustabanada.—Nomehadadonada,creoqueencajaríasmejorconél. Inténtalo,

notienesnadaqueperder.Mandydejócaersendaslágrimasdecocodrilo.Eraunaactuación,lo

sabía,peroesonohizoqueelladejaradehacersushow.—Nuncamehasquerido.Nathan puso un gesto de incredulidad. ¿De verdad iba a jugar esa

carta?—Esonoesningunasorpresa.Teníamosunacuerdo.Algotemporal

ylosabes.Nuncateheengañado.—Perosesuponíaqueibasaenamorartedemí—sequejó.El hombre no pudo evitar preguntarse si aquello podía ser cierto.

¿Habría pensadoAmanda que alguien como él podría amar?Casi quisoreírse,nadie, ademásde su abuela, lehabíamostradoamor, inclusoellahabía decidido abandonarlo cuando murió, ¿por qué diablos iba él aarriesgarse queriendo a alguien que tarde o temprano lo dejaría tirado?

Esojamás.—Yonotengointerésenelamor.Esuncuentochino—recorriósu

cuerpo con los ojos y resopló—. Puedo presentarte a Gordon. Es unhombredemedianaedad,divorciado,segúncreoestábuscandounanuevaesposa.

—¿GordonSands?—preguntóconinterés.—Elmismo.—Eltipoquetieneesebufetedeabogadosen...Noladejóterminar,asintió,cortandosupregunta.—Exacto. Te voy a dar su teléfono —buscó una tarjeta y se la

entregó.Eltipoyélhacíannegociosamenudo.Dirigirunarevistanoerafácil,hacerloconvariaseraunajodidalocuraysiemprehabíademandasporunladooporotro—.Llámalo,eressutipo.

—¿Ybuscaesposa?—Lesobraeldineroysí,tambiénestábuscandounanuevaesposa.—¿Críos?—Lopreguntócasicomosifueranunaaberración.Nathansepreguntósiélresultabatanruincomoella,esperóqueno.—No. Según tengo entendido, no tiene interés por los hijos. Su

sobrinoMattseráquiencontinúelatradición,porloqueséyaessociodelbufete.

—Genial—dijoMandyabrazándoloydándoleunbesoenlabocadedespedida—.Gracias,fuebonitomientrasduró.—Caminóhacialapuerta,poniéndose el abrigo y cuando llegó allí lomiró—: Espero que tengasbuenasuerteyconsigasloquequieres.Eresunbuentipo,NathanYork.

¿Lodiríaporque acababadedarle el númerode su amigo?Esonoera nada, tan solo librarse de un problema que Gordon aceptaría congusto.

Seencogiódehombrosyesperoaquesaliese.Nohubomáspalabrasmientras ella caminaba hacia el ascensor y desaparecía tras las puertasdobles.

Élseencerróensucasaysedejócaerenelsofá,conelmandodelatele. Se preguntó qué estaría haciendo aquella mujercita que lo estabavolviendodelrevésenaquelmomentoypensóque,seguramente,estaríapreparandounafantasíaparasuhijo,conregalosportodaspartes.

¿Cómo sería eso? ¿Cómo se sentiría uno cuando alguien te queríacontantaincondicionalidad?¿Cuandoerastodoparaunapersonaynadiepodíaarrebatarteesafelicidad?

Sintióunpinchazodecelos.Lehubieragustadosereldestinatariodetoda aquella emoción, pero sabía que sería injusto por su parte anhelaralgoquenoestabadispuestoadar.

Nathan York no amaba, seducía. No decía palabras bonitas, sinoalgunassensualmenteeróticasy,porsupuesto,noseandabaporlasramas.No tenía nada que ocultar y disfrutaba del sexo ocasional con mujeresdespampanantesydispuestas.

Entonces, ¿por qué había puesto sus ojos en Natasha Jenkins? Lamujermásfríaydistanteconélquehabíaconocidonunca.

Quizáporqueaqueldía,bajoelmuérdago,habíadescubiertoquesuaparentefrialdadnoeramásquefachadayquebajoaquellaropaampliayeltensomoño,seescondíaunamujerreal.Unaquepodríaatentarcontrasuordenadomundoyponerlopatasarriba.

Necesitaba acostarse con ella para sacar de su ser aquellaincomodidad.Unavez probada, se aburriría. Pasaría a otra cosa y todo,absolutamentetodo,iríabien.

Podríavolverasuvidatalycomolaconocía,exactamentecomolegustaba.

Aldíasiguienteharíaotromovimiento.«Atacasupuntodébil,Nate,ylastendráscomiendodetumano».Esehabíasidoelúnicoymejorconsejoquesupadrelehabíadado,

respectoalasmujeres,yplaneabaseguirloexactamentealpiedelaletra.YenelcasodelaseñoritaJenkins...EstabaclaroqueDerekeraelcamino.

CAPÍTULO9

—Ya va—dijoNatasha alzando la vozmientras esquivaba algunas

cajas vacías para llegar a la puerta. El timbre sonaba con insistencia y,aunquenoesperabaanadie,pensóquepodríatratarsedealgoimportante.

Desde luego no estaba preparada para ver al hombre que estaba alotrolado.

—Señor York —su voz sonó dura, le disgustó que interrumpieraaquellamañanaespecial, lograndoque llegara a la conclusióndeque lapequeñatreguadeldíaanteriorhabíansidomerasimaginacionessuyas.

El hombre elevó un inmenso paquete envuelto en papel de regalomulticolorconpequeñosrenosgraciososportodaspartes.

—Buenosdías,Natasha.¿DóndeestáDerek?AlparecerSantaClausperdióunregaloporelcaminoyhetenidolasuertedeencontrarlo.

La mujer trató de cortarle el paso, medio cerrando la puerta ybloqueandolaentradaconsucuerpo.

—¿Quétecreesqueestáshaciendo?Noteheinvita...Derekseescurrióporunhuecoylomiróconojosllenosdeilusión.

Llevaba su pijama deCars y parecía emocionado al descubrir el nuevoregalo.

—¿SelecayóaSantaClaus?¡Vaya!—estirólosbrazosparacogerlo,Nathanseloentregó—.Esenoorrrme.¡Mira,mamá!

Allímismosesentóenelsuelo,antelaincómodamiradadesumadreyprocedióadestrozartodoelpapel,sincontemplaciones.Suhijonoteníapacienciacuandosetratabadedescubrirsorpresas.

—Jopelines,mami.¡Fíjate!EsunalocomotoraylosvagonesdePolarexpress.Meencantaesapeli—dejóeljugueteenelsueloyenunimpulsoabrazó las piernas del hombre—.Gracias, señor jefe, por encontrarmiregalo,porqueesgenialyhabríasidounapenaqueseperdiera.

Se apartó antes de que Nathan fuera capaz de reaccionar y Sashasintióciertasatisfacciónalnotarsuincomodidad,estabatotalmentefueradesuambiente.Leveníabien,pormetersedondenadielellamaba.

Derek, ajeno a la tensión del momento, cogió el paquete y entróllamandoasuabuelaavoces.

—Abuelaaaaaa,venymiraloqueperdióSantaporelcamino.Lavozsonóapagadacuandoentróalsalónycerrólapuerta,Natasha

miróalhombrequeempezabaaponerlanerviosa,másquenuncaantes,yatacó.

—¿Cómo te atreves a venir a mi casa la mañana de Navidad y ameterteenmivida?Sicreesqueporquelehagasunregaloamihijovoyaacostarmecontigo...

Nathan no permitió que acabara su advertencia, la tomó por lacintura,pegándolaasucuerpo,ylabesó.

Ella batalló unosmomentos, peropronto se dejó llevar.Lasmanosque tratabande empujarlo se enlazaronalrededorde su cuello,mientrasun escalofrío la recorría entera. Aquel hombre sabía exactamente quéhacer con su lengua para volverla loca. Era un total asalto contra suintimidad, un acoso claro, pero una parte de su ser anhelaba que lasiguieraacosando.

Elhombrenoseapartó,mordisqueósuslabios,jugandoconellaunmomento, para volver a reclamarla entera. Las respiraciones de ambossonaban agitadas, mientras las grandes manos abarcaban la femeninaespaldahastallegarasutrasero.EraevidentelaereccióndeNathanylomuchoquedeseabaacostarseconella.

«Nodejesquetehagaesto,esigualqueSutton».Afortunadamente, lavozde la razón llegóensuauxilio,dándole la

energíaquenecesitabaparaapartarsedeélypasarselamanoporlabocaparaborraraquelbeso.

Supechosubíaybajabaconagitación,mientrassucuerposeretorcíaansioso por repetir la escena. Anhelaba aquellas manos estimulándola,excitándola, reconociendo cada diminuto centímetro de su ser. Aquellabocallenadepecadollevándolaacotasinimaginablesdeplacer.

Nolecabíadudadequeseríaunexpertoenlasartesamatorias.—Lárgate, ahora —exigió. Sin embargo, no sonó como hubiera

esperado. Le temblaba la barbilla y su voz parecía un débil murmullo.Había alterado su inalterable presencia, hasta tal punto que supo que laúnicaformadeacabarconello,eradejarloatrás.Abandonaresavida,esetrabajoyhacerqueNathanYorkdejaradeserunaconstanteensuvida—.Noeresbienvenido.

—Hace un momento me ha parecido todo lo contrario, Natasha.Parecíasbastantecontentadeverme.—Noparecíatanprepotentecomoel

díaanterior,sinembargo,símostrabasusatisfacción.—Noeresmitipo—espetóconsaña.Noteníaningúninterésenque

lo fuera, estaba cansada de los hombres como él, que llegaban,conquistaban, masacraban tu mundo poniéndolo patas arriba ydesaparecíansinmiraratrás.

—Pero tú sí eres el mío. ¡Vaya contrariedad! ¿No crees? —Larecorrióconlosojossinprisa,parahacerungestoconlacabezahaciaelinteriordelacasaunmomentodespués—.¿Nomeinvitasapasar?

Sasha se aferró a la puerta con fuerza, hasta que los nudillos se lepusieronblancos,mientrasnegaba.

—Jamás.Vuelvepordondehasvenido.Tepagaré el jugueteque lehastraídoamihijo,noquieronadadeti.

—Peronoesparati,¿verdad?—Ensusojospareciódestellarunaluzpeligrosa, como si la furia estuviera a tan solo un paso y ella fuera laculpabledesudespertar—.DejaqueDerekyyoseamosamigos.

—No,porqueatinoteinteresaDerek.—¿Ycómoestástanseguradeeso?—Diounpasoamenazadorhacia

ella,invadiendosuespaciovital.Lerozólamejillaconlanarizysusurróen su oído, permitiéndole notar la calidez de su aliento—. Me gustabesarte Natasha Jenkins, me mata tocarte y muero de necesidad porhundirmeprofundodentrodeti,perotodoesonotienenadaqueverconDerek.—Se retiró, se colocó el cuello del abrigo y tuvo el descaro desonreír—.Sondosrelacionesdiferentes,asíqueseguiréintentándolo.

—Si te empeñas en seguir con esta persecución, me obligarás adimitir.

El gesto de su acompañante se oscureció, sumandíbula formó unarígidalínea.

—Noloharás,noaceptarétudimisión—decretó,despuésdiomediavueltadecaminoasucoche,comosinoleimportaranada,cuandollegóala puerta y se giró, ella aún lomiraba.Debería haber reunido la fuerzasuficiente como para darle un portazo, pero estaba paralizada, no sabíaqué hacer o decir. ¿No planeaba rendirse? ¿No lo haría? ¡No podíapermitirquelearrancaranelcorazón!Nootravez.

—FelizNavidad—pronunció dedicándole otra intensamirada llenadepromesasdeplacerenunfuturocercano—.Teveomañana,nohagasplanesparacomer.

—Voy a dimitir —contradijo—, no tendré tiempo para comer ni

contigoniconnadie.—Puedesintentarlo.Y con esas palabras entró en el cochemuy pagado de sí mismo y

desapareció.Natashadioentonceselportazoquedeseabadarygritó,hartadequeaquelsexsymbolestuvieradispuestoadestrozarlaordenadavidaquetantotiemposehabíatomadoencrear.

¡¡Ytodoporaquelestúpidobeso!!ElúnicopensamientoquecaldeabaelinteriordeNathan,ydespertaba

ciertas partes concretas de su cuerpo, era aquel que dejaba clara lainmensa y deliciosa sensualidad deNatasha. Por alguna razón, no podíacomprender cuál, ella se esforzaba mucho por ocultar su apasionadanaturaleza. Se había transformado en fuego líquido en sus brazos y, sinembargo,tanprontocomorecuperóloqueellallamaracordura,sehabíaapartado,volviendoaesaactituddistanteyfríaquelamantendríaasalvo.

Almenos,esoeraloquecreía.Una sonrisa reflejó lo contento que se sentía.No era inmune a sus

encantos.Lucha,entregayluchaotravez,perolodeseaba,probablementetantocomoélaella.¿Cómolograrquebajarasusdefensas?

Estaba claro que no se había ablandado por el regalo que le habíallevadoasuhijo.Dehecho,dudabamuchoquelahubierapodidoengañarconaquellapequeñamentiradequedeseabaunarelaciónconelniño.¡PorDios! ¡Nathan York no tenía ni idea de niños! Y sabía que ella eraconscientedeesehecho.Noobstante,planeabaaferrarseaesarealidaddeforma completa, como debía hacerse. Como necesitaba hacerlo. Si elrenacuajoeraelmedio,entoncesqueasífuera.

No había sabido cómo actuar cuando el niño lo había abrazado,cuando lohabíamiradoconaquellosojitoscomosi él fueraelmejorymás capaz hombre del mundo. Nunca había sentido esa extrañaincomodidaden su interior,que lohacía sentirsedébily fuerte a lavez.Capazyasustado.Lodevolvióaunmomentodesuvidaenque tansoloeraunpeleleynoqueríaeso,nosoloNatashahabíaluchadoporcrearesacoraza, él también tenía las propias, para protegerse de aquellos que lohabíanabandonado.

Se sentía solo y aquel pequeño, Derek Jenkins, lo único que habíalogradoeradejarleclaroquehabíaungranhuecoensuvida.¿Podíaserque fuera tiempo de buscar una mujer florero para que le hiciera

compañía?El escalofrío recorrió por completo su cuerpo. No, no podría

soportar a unaMandy veinticuatro horas al día, siete días a la semana,teníaquehaberotrasoluciónparaesasoledad.

Natasha...Perono ibaacasarseconNatasha.¿Porqué?Puesesoerafácil,no

eramujerparaél,nocomprenderíasusnecesidadesdesaltardecamaencamaomantenersuespaciopersonal.Quizáhabríaestadodispuestaaellosi garantizaba el futuro de su hijo. No le costaría tanto pagar launiversidaddelniñoy todo loquequisierahacerya cambio, tenera lamadreensucamayensuhogar.Acompañándoloafiestasy...

Sussociosseburlaríandeél.LaseñoritaRottenmeier,pormásquesecalentarabajosusmanos,noeraloqueseesperabadeunaltoejecutivo.NopodíaactuarcomoMandy,noteníasusatributos.

Necesitaba una solución. Si se negaba a compartir su cama por lasbuenas, a tenerunaaventura,y estabaclaroqueélnoestabadispuestoacasarse con ella, solo le quedaba la opción de pactar algo con ella queresultarabeneficiosoparalosdos.

Quizápodríaconvertirseensuamanteuntiempoacambiodequeélgarantizara un hogar y los estudios de su hijo. Era un buen trato,probablementetrastresocuatroencuentros,élseaburrierayellatendríasolucionadaelrestodesuvida.

Nocreíaquefuerafelizviviendoconsuspadres,parecíaunamujerindependienteyquizá,soloquizá,algodesesperada.¿Quéhabríasidodelpadredelniño?¿Habríamuerto?

No se explicaba otra forma de que hubiese tomado la decisión dealejarsedeella.

Pulsólateclademarcaciónrápidaenelteléfonodelcoche,activandoelmanoslibres,yllamóasusecretaria.

—Necesito un informe completo sobre Natasha Jenkins. Antiguostrabajos,relacioneslaboralesypersonales,todoloquepuedasencontrar.

La voz ronca de su secretaria le hizo preguntarse si no la habríadespertado.

—Sí,señor.—Esalgourgente,sinolofueranotemolestaríahoy.—Sí, señor. —Un bostezo llego a través de la línea. No era tan

temprano,yaeradedía.

—Encuantoconsigaslainformación,llámame.Estarédisponibleenelmóvil.

—Sí,señor—terminólamujerycolgóantesdequeélpudieradeciralgomás.

¿Qué les pasaba de pronto a lasmujeres? ¿Acaso se habían vueltotodaslocas?¿Desdecuándolotratabancomosifuerauntiponormal?Noloera,eraatractivoyrico,máslesvalíanoolvidarlo.

—Soyunidiota—dijoenvozaltaenelcocheyseburlódesímismo—.Siestuvierasaquí,abuela,ibasadarmeunadetusfamosascollejas.

Llevaba demasiado tiempo saliéndose con la suya y parecía que larevelación de la noche anterior no había servido para nada. Se habíadeshechodeMandy,peroahorateníaquedeshacersedelplayboy.

¿PodríaNathanYork,despuésdetantosaños,serunhombrenormal?

CAPÍTULO10

—¿Todovabien?—preguntó sumadrecongestodepreocupación.

Si había alguien que detectara sus diferentes estados de ánimo, pormásqueellatrataradeocultarlosydisimular,esaeraella.

Había aprovechado que el niño estaba en el jardín con el abuelo,probandolanuevabici,paraacercarseyhablarconsuhija.

—Todo...—Lamiróysintiócómolaslágrimasanegabansusojos—.Todoesunamierda,mamá.Todo.Mijefesehaobsesionadoconmigoynomedejatranquila.Quiereacostarseconmigo,claro,noesquepretendaalgomásdecente.—Sellevólasmanosa lacaraysefrotólasienylosojos,tratandodealiviarsudolordecabeza.

—Notienesquehacernadaquenoquierashacer,Sasha—lerecordólamujermayor,contonotranquilo—.Nadiepuedeobligarteaenamorarteodesearaalguien.

—Dudopoderenamorarmeotravez.MenosdealguienqueseparecetantoaSutton.Yahepasadoesearounavez,noquierotropezardenuevoconlamismapiedraycaer.Porquedudosercapazdesalirdeeseagujerootra vez. —Parecía derrotada, nerviosa y asustada, porque lo estaba.Deseabaserniñadenuevo,paraachucharalamujerquelehabíadadolavidaypedirle,ensilencio,quearreglaratodoporella,comosolíahaceren otros tiempos. Odiaba ser una adulta—. Lo único bueno que me hapasadoenlavidaesDerek,todoloquehagoesporél,peronosésipodréhacerfrenteaNathanysalirconelcorazónenterodeesto.

—¿Enquéhaspensado?Sumadrelaconocíatanbienqueavecesledabamiedo.—Quizádebadimitir.Dejarestetrabajoybuscarotro.—Sicreesquees lamejorsolución,hazlo.A tupadreno levendrá

mal otro par demanos en la juguetería. El sueldo no serámuy grande,pero...saldremosadelante.Comosiemprehemoshecho.

—Losé,mamá.Losé,peronoquierodarlemásproblemasapapá,sepreocupa mucho y ya debería pensar en jubilarse, no en resolver misasuntos.Esonoesjustoparaél.

—Tampoco es justo para ti lo que está sucediendo.Decidas lo quedecidasestarábien,teapoyaremos—prometiósumadreconconvicción.

Sabía que lo decía de corazón, pero estaba cansada de tener quedependerdeotrospararesolversuviday todoporuncalentón.¿Noeracapaz de contener su libido? ¿O su orgullo? Si no hubiera sentido lanecesidaddedemostrarnada,ahoranoestaríaeneselío.Eljefelahabríabesadosinmásy,después,habríapasadoaotracomosinada.

Malditafueraporhaberdeseadoserloqueeraynoaquellafachadaquehabíacreado.Tansolosehabíacomplicadolavidaynadamás.

—Losiento.Losientotanto...Solooscausoproblemas.—Nofuiste laúnicaa laqueSuttonengañó,cariño—pronunciósu

madreenvozbaja.Elloslohabíanconocidoyhabíanestadoencantadosconelhombre.

Ningunosospechódesusdeshonestasintencionesodesussecretos.Nadiesabíaquehabíaunaprometidaembarazada,hijadealgúntipoimportante,con la que iba a casarse. Tan solo la utilizó y la desechó como si nosirvieraparanada.

«ComoharáNathansilepermitesacercarseati».Su conciencia tenía claro aquello, su corazón no. Había dudas de

nuevo,comosiquisieracreerenalgoque,deantemanodeberíasaber,ibaasalirmal.

—Hagasloquehagas,nodejesqueteafecte—dijosumadre—.Nodejesqueminetuautoestima.Eresunamujerpreciosaquehatenidomalasuerte,nadamás.Nodejaremosquevuelvanahacertedaño.

—¿Quién te ha hecho daño? —La voz grave de su padre sonócortanteyconadvertencia.Estabafurioso,apesardequenolomostraba,elniñoseasustaría.

Dereklamirabaconelceñofruncidoysucaritainfantilmostrabasupreocupación.

—Nadie,papá.Todoestábien.Abriólosbrazosysuhijocorrióconella,paraachucharla.Ledioun

besoenlamejillayhablóbajito.—Yoteprotejo,mami.Sasha sintió una nueva oleada de lágrimas, esta vez de orgullo y

felicidad.Estabacriandoaunbuenniño,sucorazónerapuroysinceroynosepareceríanuncaasupadre.Sabríaqueelrespetoyelamoreranlomásgrandedelmundo,tesorosquehabíaquecuidaryrespetar.

—Lo sé, mi amor. Sé que tú eres mi mayor defensor y el mejorguerrerodetodos—selevantóconélysonrió—.¿Porquénomeenseñaslobienquemontasenbici?

—Soy un chico mayor, ya verás, mamá. No te lo vas a creer, elabuelomehaenseñadotodoloquesabe.

—Esotengoqueverlo.Pasóalladodesupadredecaminoaljardínyposóunamanoensu

hombro,amododeconsuelo.Sentirsufortalezalahacíasentircapazdetodo. El hombre la miró, con sus ojos oscuros centrados en ella conpreocupación, y después caminó hasta sumujer, cuando abandonaron lacasa.

Esperaba que su madre no dijera nada, había logrado contenerlocuando Sutton, pero si ahora otro trataba de dañar a su hijita, lo másprobableeraquequisierapegarleunpuñetazo.

Ylaviolenciasolocomplicabalascosas.Silosabríaella...Suspiró, sepusounachaquetade lanaconborreguillocalentitopor

dentroysiguióaDerek.EraNavidadynoplaneabadejarquenadaninadielesestropearael

día.Derekyellaibanadisfrutaralogrande.Nathanobservólapantalladesuordenadormientrasleíaelinforme

queleacababadeenviarsusecretaria.Nohabíagraninformaciónallí,aexcepcióndelnombredelaempresaparalaquehabíatrabajadoNatashayun nombre de referencia: SuttonKramer.Había escuchado hablar de él,aunquenoloconocía.EltipollevabaunadelassucursalesdeinnovacióntecnológicamásimportantesdelaCostaEste.

Semetióeninternet,buscandoalgomássobreaquellaempresaysudirector y encontró un correo electrónico y un número de teléfono.También algunos artículos de la prensa de sociedad. Al parecer el tipoestabacasadoyteníaunhijo.ElniñoeradelaedaddeDerek,porloqueleía,ysuesposaerabastanteparecidaasuex.Unadeesasqueunhombrecomoellosllevabacomounapéndiceextra,peroalaquenuncalograbanllegar a amar. Tenía todo el aspecto de tratarse de un matrimonio deconveniencia.Comotodosensumundo,oalmenoslamayoría.

Nopudoevitarpensarquelostiposcomoéleranunatajodeidiotas,¿acasonopodíancomportarsecomohombres?Hombres.

La palabra quedó en su mente rebotando, se recostó en la silla ysiguióobservandolapantalladelordenador,aunquesinver.Recordóqueenotrotiempoalguienensusituación,conuninteréstanevidenteporunamujer respetable, habría decidido cortejarla de otra manera. Flores,bombones, cenas elegantes con tan solo un beso de despedida y sinpretensionesdemeterseensucama,perolostiemposcambiabanyélnoestaba atrapado en aquel lejano pasado. Más bien vivía en un presentesalvaje,viviendoalmomentoysinpedirperdónporsusacciones.

DeberíadetenerseavalorarmejoraquellasituaciónyaNatasha.Noseparecíaaningunadelasmujeresconlaquesolíaalternar.Eralatípicaniñabuena,apesarde todoaquelportede indiferenciay frialdad.Habíavisto y escuchado su risa, había visto la ternura de su alma y, quizá,tambiénsuingenuidad.Eramadreyestabafelizconaquello,almenosloparecía.

Nathannoeraunhombreconinterésporlosniños.Pensabaquelasguarderías y los colegios se habían hecho para contener a las pequeñasfieras,peroelobjetodesudeseoparecíaestarenel lugaropuestode lalínea,anhelandoydeseandoformarunafamilia.

Éleraunplayboynounpadre,nopodíatransformarsenicambiarsuformadeserparasalirseconlasuyayllevarlaasucama.Podríafingir,sabíaquepodíahacerloynosería laprimeravez,perohabíaalgoen lavulnerabilidaddelamujer,eneltonoapenasperceptibledesúplica,cadavezqueexigíaquesealejaradeella,quelohelabapordentroylohacíatemerromperleelcorazón.

¿Dedóndesalíanaquellospensamientos?Noeraasí,nuncalohabíasido.Nopodíacambiarsuestrategiaaesaalturadelpartido.

Natasha Jenkins. Una mujer cálida por dentro y dura por fuera.¿Habría tenido algo conKramer?No le gustaríameterse en terreno deotrohombre.

Por un instante, odió que fuera Navidad. Si hubiera sido cualquierotro día, habría levantado el teléfono y habría logrado hablar con elhombre directamente, pero de momento, lo más que podía hacer eraescribir un correo, dejar su número y exigir que lo llamara. Ya habríatiempodehacermásdescubrimientosaldíasiguiente.

Antesdequeel año terminara, la señoritaRottenmeier sederretiría

entre sus brazos, pero quería contar con toda la información disponibleantesdedarelsiguientepaso.

Estabamuy interesadoenella, tantoqueestabadispuestoadarleunpardedíasparahacersealaidea,porquetenerla,latendría.

Costaraloquecostaseycuandotodoterminara, latrataríacomouncaballero, le recomendaría a algún tipo decente o quizá no, quizá lecompraraunacasaconjardínyespacioparaelniñoylaanimaríaavisitarsucamadevezencuando.

El timbre de la puerta interrumpió sus cavilaciones. Se levantó yabriósinpensar.Habíaunhombrealotroladodelapuerta.

—¿NathanYork?—preguntóeldesconocidocongestocontrito.Eracasiunanciano,probablementejubiladoocasi,noparecíaejecutivo,sinountiponormal.¿Porquélobuscaría?

—En persona—contestó con su sonrisa de superioridad—. ¿Puedoayu...?

Lepegóunpuñetazoantesdequepudieraterminarsupregunta.—Novuelvasaacercarteamihija.Después se giró y lo dejó totalmente estupefacto, frotándose el

pómulo y lamiéndose el labio. El golpe había sido lo suficientementefuertecomoparahaberlegiradolacara.Seguramente lesaldríaunbuenmorado,aunquenolehabíahechosangrar.

«El señor Jenkins», dijo para sí. Podría haberle seguido y haberledadounapaliza,peroesonobeneficiaríaasucausa.Enciertomodo,sabíaque se merecía aquello, si no por lo que había hecho sí por lo queplaneabahacer.

«Elprimeroesgratis».No habría un segundo, Natasha y él hablarían, ya lo creía que lo

haríanyllegaríanaunacuerdo.Porelbiendelosdos.

CAPÍTULO11

Sabía que probablemente no era la mejor solución, pero no se le

ocurríaotra.Sashateníasumesallenadecajasdecartónmientrasrecogíasus cosas. Podía empezar en otro lugar, pasar un tiempo ayudando a supadreyhaciendoloqueunhijovarónhabríahecho,aprenderelnegocio.Noeraalgotanmalo.

El hombre le había pedido que se diera una oportunidad, que seconvirtieraensuayudanteuntiempo,queaprendieraelfuncionamientodela tienda que heredaría su nieto yNatasha había aceptado. ¿Por qué?Larespuestaerasencilla:estabacansadadelucharcontrasímisma,contralosjefes que no tenían problema en propasarse con sus empleadas y contraaquelmundoquelasaturabayleexprimíalaenergía.

—¿Te vas? ¡No! Dime que no es verdad.—Su amigo, el ligón, seacercó a ella con cara de horror. Parecía realmente preocupado por sudecisión,comosifueraaecharlademenos.

—Aveceshaycosasquetenemosquehacer—explicómirándoloconcariño,yanonecesitabamantenerunafachada,nosequedaríamásallí.Seacercó a él y lo abrazó con fuerza—.Te echaré demenos—miró a suamiga—.Aambos.

Lamujertambiénlaabrazóconcariño,lostresseachucharonentrerisasyalgunalágrima.

—Eslomejor—repitióNatashacomosiquisieraautoconvencerse.Losdoslamiraron.—Novamosadejarteenpaz,planeamosseguirviéndote—advirtió

lachica,abrazándolaotravez—.Sashaeresnuestraamiga,inclusoaunquenolocreas.Sientolodelvibrador,nopensabaquefuerahacerque...

—Noesculpa tuya—la tranquilizó—.Voya trabajarenelnegociofamiliar,mipadreestámuymayorynecesitaayuda.

—¿Juguetes Jenkins?—inquirió el guaperas sorprendido—. Adoroese lugar, me encanta. Siempre me trae mis coches de coleccionista,consigue todos los que quiero yme los deja a un precio estupendo. Tupadreesgenial.

—Gracias.Sí,esunbuenhombre—abrazóunavezmásasuamigo

—.Graciasportodoalosdos,nosvemos.Tenéisminúmero,llamadme,¿vale?

—¿Yanovasadejarnosalmargen?Natashanegó.—Eshoradequenosconozcamosdeverdad,habéissidotanbuenos

conmigoque...Quieroestaoportunidad.—Comohedicho,no te librarásfácilmente—comentósuamigo—.

Venaquí,pequeñapadawan.—Laachuchóconfuerzaylebesólanariz—.Todosaldrábien.

—Sí,lohará.Seapartóylosmiróconunasonrisa,cogióelsobreconsudimisión

yfuealdespacho.Lasecretarialedioluzverdeparaentrartrasllamaraljefey,depronto,seencontrónerviosay ligeramenteangustiadafrenteaNathan.

Trató de armarse de valor, caminó hasta su mesa y dejó el sobreencimadelapulidasuperficie,haciéndoloresbalarhaciaél.

—Midimisión—decretó—.Conquincedíasdeantelación,losdelasvacacionesquenomehetomadoesteaño.

—No la acepto—espetó él,molesto—.No vas a dejar este trabajoNatashaJenkins.

—Yalohehecho.Estoyenmiderecho.—Noseas tonta—empezó,comosi fuera insignificantey le faltara

un tornillo—. Lo que pase entre nosotros no tiene nada que ver con tutrabajo.

—Entre nosotros no ha pasado nada y no pasará.Dejó este trabajopormotivospersonales,noquieroseguiraquí.

—Por Dios, no cometas una imprudencia —dijo levantándose yperdiendolosnervios—.YacometisteunerrorconKramer,novuelvasahacerlo.

Natasha sintió el golpe de inmediato, su estómago se encogió y sucorazónseaceleró.

—Notienesningúnderechoa...—perosuvozy todaella temblaba,tuvoqueguardarsilencioparacontenerse.

—No.Probablemente,nolotengo,perosoytujefey...—Eras. Eras mi jefe, ya no. Acabo de dimitir.—Se giró y se dio

mediavuelta,caminóhastalapuerta,Nathanladetuvoconunasolafrase.—Hesidounidiota,fumemoslapipadelapaz.Notirestodatuvidaa

labasuraporunerror.Natasha no sabía por qué hacía eso, lo conocía. Había retrocedido

cuandoSuttonleasegurómilyunacosasquenuncasehicieronrealidad,peronocometeríaeseerror,nootravez.

—Nopuedovolverapasarporesto,Nathan.Nolohagasmásdifícil.Ambossabemosquesolosoyunretoquenisiquieraquieresganar.

Tuvo la buena fortuna de decir todo aquello sin llorar. El hombrecontestóconunapagado:

—Esonoescierto.Quizásihubierasidomásenérgico,silohubieradichodeverdady

ella pudiera haberlo creído... quizá entonces, ella habría titubeado yreconsideradosudecisión,¿peroasí?Asíno.Estabahartadellorar,hartadeesconderse.

—Adiós,Nathan.

***

El hombre se quedó observando la puerta en silencio y queriendogolpearse por tonto. Tomó el sobre y leyó el contenido. Lo arrojó a lapapeleraygruñó.Estabamásmolestoconsigomismoqueconella,habíacometido un error imperdonable.Había presionado a unamujer que, alparecer,teníaundurobagajedetrás.

Podría haber jugado la carta de la agresión que había recibido porpartedesupadre,peronohabíaqueridohacerlo.Noeraunsuciogusanorastrero, creía, o al menos quería creer, que aún le quedaban restos dehonor.

Se reclinó en la silla giratoria y suspiró. Presionó el botón delintercomunicadoryhablóasusecretaria:

—PonmeconSuttonKramer,dilequeesunasuntopersonal.—Síseñor—contestólamujerconeficacia.Solo quedaba esperar, investigar y descubrir exactamente qué es lo

quehabíaallí, contraquéeracon loque teníaque luchar.Porqueestabaclaroquehabíaalgo,algoimportante.

—Kramer—contestóelhombreconunavozseguraydirecta.—Nathan York, creo que tenemos una amiga en común: Natasha

Jenkins.Unsuspiroapenascontenidoalotroladodelalínea,unamaldicióny

despuésunagresivo.—¿Quécoñoquieres?Yalehedichomilvecesquenoquierosaber

nadadelmocoso.Ysinmásexplicacionescolgó.Sin embargo, de pronto, todo estaba empezando a quedar

repentinamenteclaro.Asíquehabíaunahistoriajugosaallí,interesante...Debería hacer una visita de cortesía a Derek, para contrastar

información.Tecleóensuordenadorelnombredelhombreydescargóunparde

fotos.Lasimprimióylasguardóensubolsillo.Eraunhombreconunamisiónytendríaéxito.

CAPÍTULO12

—Ho.Ho.Ho.FelizNavidad.—VeraMaxyaKaraentrandoen la

tienda con aquella sonrisa y la pose navideña, sin olvidar las llamativasropas y los gorros a juego, le alegró el día. Había estado apagada ypensativa, tratando de descubrir si había hecho lo correcto o si, por elcontrario,habíacometidounagranequivocación.

La verdad era que le gustaba estar allí, rodeada de juguetes y lailusiónde losmáspequeños.Derek, además, tambiénestabamuchomásfeliz, pues podía permanecer más horas con su madre. La ayudaba acolocarlosestantesy,depaso,aprovechabaparaprobarlosjuguetes.

Segúnsuspropiaspalabras:«Porsialgunoestároto,mami».Sonrióysedirigióalosreciénllegados.—Bienvenidosamisdominios—saludó—.Mealegrodeveros.—Bueno,tampocohapasadotantotiempo,peroqueríamosecharun

vistazoporaquí—comentóKara.—Mentira.Queríamosecharteunvistazoati.¿Cómolollevas?—se

interesóMax.—No he tenido tiempo para pensar en ello. Estoy muy bien, me

gustanlosjuguetes.Siempremegustaron.—Te envidio, este lugar era el mundo de mis sueños cuando era

pequeño. —Se dio una vuelta alrededor, observando los estantes yescogiendounpardecochesdecoleccionista—.Podríahabervividoaquí.¡Aúnpodría!Mellevoestos,tupadrenuncamefalla.

—Yahílotienes,uncríotodavía—pinchóKara.Derek llegócorriendohastadondeestabasumadreyobservóa los

reciénllegados,Sashaselospresentó.—Venaquí,cariño,tevoyapresentaradospersonasmuysimpáticas.

Sonamigosmíos.Derekseasomóylosmiróconcuriosidad.—¡Hombre! ¿Y quién es este chico de aquí? —Max se puso en

cuclillastendiéndolelamano—.YosoyMaxymegustanloscoches.El niño observó a su madre expectante y cuando le dio permiso,

caminóhaciaMaxyestrechósumanocomounapersonamayor.—MellamoDerekymegustantodoslosjuguetes.—Eres muy inteligente, Derek, pero dime algo... ¿también las

muñecas?Elpequeñoloobservódivertido,mirándolocomosinoestuvieraal

tanto.—Lasmuñecaslegustanamamáyamítambién.Nosonjuguetesde

niña, son de niños también. Peromuchosmayores no lo entienden y ledicenmentirasasushijosyesonoestábien.¿Aqueno?

Max sonrió revolviéndole el pelo. Le prestaba toda su atención,hechoquemaravillabaasuhijo.Sashanopudoevitarsentirunpinchazode dolor en el pecho. Así debería haber sido Sutton, alguien cercano ycariñosoconDerek,peroloquenoeranopodíaforzarse.SealegródelavisitadeMax.

—Tienesmucharazón,creoquecompraréunamuñecatambién.¿Merecomiendasalguna?

Elniñotiródesumanoparaquelosiguiera.—Ven,telaenseñaré—yechóacorreratodaprisa.KaraconunasonrisatiernamiróaSasha.—Qué calladito te lo tenías, aunque no me extraña. Si tuviera un

pequeñopríncipetanguapo,tampocolocompartiría.—Sientono...—Tranquila.Loentiendo.Yahí llegó la segundapunzada. ¿Por quéno se había abiertomás?

Sus compañeros de la oficina eran buenas personas, buenos amigos. Apesardequesehabíaesforzadopormanteneratodoelmundoalmargen,allíestaban,tendiéndoleunamanoamiga.

—Derekestodamivida,supadreesunredomadoimbécil.Avecescuesta confiar, especialmente después de que te han traicionado tanprofundamente.

—Sasha, cariño, no estoy enfadada y Max tampoco. Nosotrossabíamosquealgotepasaba,peronohemosdejadodevermuestrasdetubuencorazón.Hassidounaamiga,inclusoaunquenonoshayascontadotodostussecretos—laconsoló—.Ahoracuéntamelaverdad,¿hasdejadoeltrabajoporqueNathanteestabaacosando?

—Sí y no. No quiero otra relación con un hombre, no creo quepudiera sobrevivir aotrodesengañoyNathan...El señorYork separece

muchoalpadredemihijo.Llámamedesconfiada,peronopuedocreerenque algo entre los dos pueda aportarme algo más que un montón delágrimasydolor.

—No soy quién para decirte qué hacer, si estuviera en tu lugar yalguienintentaraaconsejarme,ledaríaunahostia.Asídeclaro.Pero¿ysiestavezesdiferente?—preguntóprovocándoleunmontónderepentinasdudas—.Lapiedraesdiferente,quizáestaveznotetropieces.

—Serásilaevito.—Puedeopuedequeno.Estudecisión,peronodeberíasrenunciara

tuvidaporculpadeunhombre.Noimportaquiénseaotengaelpoderquetenga. Sé que te gusta lo que haces, Sasha —le dijo con un tono depreocupaciónensuvoz—.Nolotirestodoporlaborda.Nolomerece.

—Séqueno,perolaverdadesqueestoyunpococansadadetodoesoy mi padre está pensando en jubilarse. Este lugar es un sueño —dijo,parafraseandolaspalabrasdeMax—.Megustatrabajaraquí.Nolidioconjefespesadosyaunqueelsueldonoestanbueno,podemossaliradelante.

—Siesloquequieres...—comentólaotrahaciéndolasonreír.—Sí,loes.—Entonces déjame advertirte acerca de algo. —Puso cara de

concentración y se acercó más, para susurrar y que nadie más pudieraescucharlo—. No vas a librarte fácilmente de nosotros y, ahora,denúncianosporacoso.

Natasharioantesdepoderevitarlo,mostrandotodalaluzdesualma,reflejadaensurostro.Abrazóalamujerantesdetenertiempodepensarenelloysucorazónsehinchódealegríayciertoorgullo.

Apesardetodo,nohabíahechotanmallascosas,¿verdad?Nosidospersonas tan leales y buenas como aquellas, le tendían un puente paraincluirlaensusvidas.

—Gracias,muchasgraciasporelacoso.Seréisbienvenidos.—Quedaremosparairdetiendasyhacernoslamanicura.—Yyo también voy—aportóMaxque llegaba con unamuñeca de

trapodecoloresyconaspectoremendado—.Mellevoestayloscoches,aquísuperDerekmehaaconsejadobien.

El niño miró a su madre sonriente, como diciéndole que sabíatrabajarmuybienySashaasintiócariñosa.

—Bien,creoquelopasarásmuybienjugandoconesamuñeca.—¿Este?Eslaúnicamaneradequeunamujerlosoporte—golpeóal

hombreenelpechoenposejuguetona—,peroasíloqueremos.—Esaesmicruz,quemequieras.Natashasonriódenuevo,elniñoseaferróalaspiernasdelhombrey

miróasumadre.—Mamá, me lo pido. Este es el papá que le he pedido a Santa,

¿podemosquedárnoslo?Lamujersesonrojóhastalasraícesdelpelo,negandoantelasrisas

desusdosamigos.—Cariño,tehedichoqueSantanotraepapás.—Jo,mamá.Peromegustamucho. Juega conmigo, es simpático y

creo que puede ser guapo—miró aKara y preguntó—. Señora, ¿a queMaxesguapoparamimamá?¿Aquesí?Podríasermipapáydormirconmamáensucamaenormeyasípodríamosjugarlosdomingosalapelotaconelabuelo.

Natasha trató demantener la compostura, pero su sonrisa titiló. Letemblabalabarbilladelesfuerzoquehacíaporcontenerlaslágrimas.

—Mividanopodemosescogerunpapáasí,¿entiendes?Además, túyatienesunpapá.

—Uno que no me quiere y yo tampoco lo quiero a él. —Tiró sujuguetealsueloysalióenfadadohacialatrastienda,Sashalollamó,peroelniñoloignoró.

—¿Vatodobien?—preguntóKarapreocupada.—Puedo hablar con el chico si quieres, Sasha—el gesto siempre

amableybromistadeMaxsehabíaoscurecidounpoco—.Esmaravilloso,tieneuncorazónenormey...

—Ysupadrenoloquiereymihijolosabe.Suttonsehaencargadode demostrarlo.—Se frotó la sien con cansancio, tratando de aliviar lapresión—.Sientoquehayáisvistoesto.

—Somosamigos,¿no?—preguntóMax—.¿Nodeberíasirahablarconél?Podemosvigilarteelpuesto.

—Mipadreestáconél,noospreocupéis.Selepasará.—Quiereunpadre.—Sí,peronosiempresoncomoqueremosquesean.Nocambioami

niñopornada,perosupadre...fueungranerror.—Todoelmundoseequivoca—dijoKaratratandodeanimarla.—Nadiesehaequivocadotantocomoyo.

***Nathan observaba la escena desde el otro lado del cristal del

escaparate.Había estado a punto de entrar, sintiendo unos arrebatadorescelosalveraMaxallí,perohabíacontenidoeseprimerinstinto.Teníaquecalmarseantesdeenfrentaralamujer,jugaralpretendientecelosonoledaríapuntos,másbienlopondríadepatitasenlacalleantesdeempezar.

Teníaqueactuarconinteligencia.Miró su reloj. Tenía tiempo de sobra, pero se preguntaba si la

señoritaJenkinslotendría.¿Paraél?Probablementeno.—Una buena mujer esa, ¿no cree?—La grave voz que llegó a su

derecha lo sacó de su ensimismamiento. Se giró brevemente hacia eldueño y trató de contener las ganas demandarlo a tomar viento fresco.Eraunjubilado,deesosquenoteníannadamejorquehacerquemeterseenasuntosajenos.SupeloybarbablancospodríanhaberloconvertidoenSantaClaus,sinohubieraestadobastanteenformaparasuedad.Nirastrodelafamosabarriga—.Mujeresasíhaypocas.

—Disculpe,pero¿conoceaNatasha?—¿Quesilaconozco?Desdeniña.Siempreestuvoenlalistadelos

buenos,¿sabe?—AhoramediráqueustedesSantayqueellaesunregalo.—Yaesmayorparacreerenesoscuentos,¿no?Puedequenoseaun

iconomágico que se ocupa de repartirmillones de regalos en una solanoche,peroconozcoaesamujer,hijo,ysinotedasprisaotrollegaráytela quitará. Si yo tuviera veinte años menos... no estaría aquí hablandocontigo,telogarantizo.

—Noquieresabernadademí.—Noesesoylosabes.Nohasofrecidoloqueellanecesita.Todos

buscamosalgo, ¿québuscas tú?—Lediounapalmadita en la espalday,conunafablegesto,siguiósucamino.

Sinunapalabramás,lodejósumergidoenunmardeposibilidades.¿Podía una mujer ser algo más que el entretenimiento pasajero de unhombre?

Habíaoídohablardelamor,lohabíavisto.Suhermanolotenía,suspadreslohabíantenido,segúnhabíadichosuabuela,ySashalotenía.Suhijoerasugranamor.

¿Cómo irrumpir entonces en esa red de sentimientos de la que no

sabía nada? Siempre ganaba sus juegos, pero el amor era un rivaldemasiadofuerteydesconocido.

Unoquepodíaarrasarcontodoydejartesumergidoenelolvido.Aunque lo que estaba claro era que si no lo intentaba, jamás lo

lograría.Noeraunhombrequeserindierafácilmente,sabíalucharhastaelfinal.Laqueríaensucamaylatendríaallí.

Másprontoquetarde.Podríafingir,decirlequeadorabaasuhijo,quequeríaalgointensoy

emotivoentrelosdosopodíadecirlaverdad,sersincero.¿Seganaríaunderechazodiciéndoleloquerealmenteleinteresaba?¿Pactaríaellaporelbiende supequeño? ¿Sería capaz él de abandonarla, despuésdehaberlatenidoasulado?

Sí,podríaseguircomosinada.Noeralaprimeravez.Peroantesteníaquedescubrirtodoloquehubieraquesabersobreel

tal Sutton y su relación con el niño, quería hablar con Derek, él nomentiría.Aesaedad,todavíanoerancapacesdehacerlo.

Y si hubiera sido más mayor, podría haberlo emborrachado,¿verdad? Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, sinsubterfugios.

Abrió lapuertay seaventuródentro.ObservóaNatashadespedirsede sus invitadosy caminóhacia ella sindecir nadamásqueuneducado«buenosdías».

—¿Vienesacomprarotrotren?—preguntóarisca.Estabapreparadayarmadacontraél,noibaaresultarfácil.

—Quiero una oportunidad contigo. Sé que el tal Sutton se portócomounauténticocabrón,peroconmigoestaránclaroslostérminos.Unaaventura adulta y a cambio te daré lo que quieras. ¿Pagar los estudiosuniversitariosdelniño?Hecho.¿Unacasaparaquepuedasindependizarte?Hecho.Ponelprecio.

—Lárgate—lapalabrasonóentredientes,surostrorojodefuria.—Sé razonable,Natasha.Noconseguirásun tratomejor.Nodurará

más de unmes, quizá dos, y tendrás el resto de tu vida y la de tu hijoresueltas.

—He. Dicho. Que. Te. Vayas. —Reforzó con ímpetu cada palabra,dejándole claroque lahabíaofendido, aunquenocomprendía laofensa.¿Quéhabíadichoquefueratanmalo?

—Noteentiendo.¿Quéesloquetemolestatanto?¿Queseasincero?

¿Prefieresquevengayseduzcaatuhijoconregalosparaquemequieraensuvida,apesardequenomegustanlosniñosylosquierocuantomáslejos mejor? ¿Quieres palabras falsas de amor y promesas de unaeternidadjuntos?

—Vete.Noquierosabernadamásdeti—exigió,suvozconunanotahistérica—. ¿Te atreves a venir aquí a tacharme de puta? ¿Y tengo queponerbuenacara?Lárgate,NathanYork,antesdequedecidacogerunodeesosbatesdebéisbolygolpeartelacabezaconél,aversiasíteentraunpoquitodesentidocomún.

—Yonoteinsultado,Natasha.—Lohashecho.Yde lapeorde lasmanerasposibles.¿Asíquieres

unaoportunidad?¿Unaoportunidadparaqué?¿Paraburlartedemí?No,gracias.Nomeinteresa.

—NosoycomoKramer.Teofrezcounapropuestallenadeverdades.—Eres peor que él y no te quiero cerca de mí o de mi hijo,

¿entendido?Márchate.—Solodéjameconocerte,conóceme.Inténtalo.Novoyaforzarte,en

contradeloqueparecescreer.Situviéramosunacita,estoyseguro...—¿De qué? ¿De que meterías más la nariz en asuntos que no te

conciernen?Mi vida esmía,mi cuerpo también.No voy a permitir queningúnniño rico que noha tenido que luchar por nada en toda su vida,vengaaquíacomprarme.Nomeacostaríacontigoniportodoelorodelmundo,¿entendido?Ahora,márchate.

—Tearrepentirásdeesto.—Deloúnicoquemearrepientoesdeeseestúpidobeso.Lárgatey

novuelvas.Nathanlamiró,habíaabordadomuymalelasunto.Nodeberíahaber

insinuado aquello, pero no pensó que pudiera comprender algo tangrotesco de sus palabras. Suspiró. Sería mejor que preparara unaestrategia,eraunexpertoeneljuegodelaseducción.

Teníanquejugar.—EsperabapoderhablarconDerek.—Notienesnadaquedecirleamihijo.—Quiero...—Veteynovuelvas,NathanYork.Déjameenpaz.Anteesonohabíamuchoquepudierahacer,asíqueporestavezse

retiró,perotodavíateníaunacartaenlamangaysi teníaquejugarla, lo

haría.Hasta las últimas consecuencias, si con ello conseguía lo que de

verdadquería.

***—¿Qué hacía ese hombre aquí?—preguntó su padre saliendo con

Derekenbrazos.Elniñomiróa sumadre arrepentidoy sebajópara correr a ellay

abrazarlaconfuerza.—Perdón,mami.Natashabesóasuhijoenlafrenteylorodeóenunfieroabrazo.—Nada, papá. No hacía nada. Se ha obsesionado conmigo, eso es

todo. No lo entiendo y creo que no quiero comprenderlo. Espero queprontoselepase,nomegustanlosjuegos.

—Noescomoquien túsabes—dijoelhombre—,aunquenopuedadecirqueseabueno.

—¿Porquédiceseso?¿Quésabestúdeél?Noloconoces.—Quizáme dejara caer por su casa y le hiciera una advertencia el

otrodía...—¿Dequéhablas,papá?—Puedequeledieraunpuñetazo.—¿Qué?¿Yporquéhicisteeso?—Porqueselomerecía.Sasha intentó no poner gesto contrariado. Ahora iba a tener que

hablarconélparadisculparse,paraacordaralgo,porquesidenunciabaasu padre por agresión... Nathan no eran de los que se quedaban quietosdespuésdesemejanteofensa.

—Estábien,nopasanada.Hablaréconél.—Nopodía soportar que tehicieradaño.Laotraveznohicenada,

peroqueríadejarclaroquenoestássola.Ysieseidiotaseatreveahacertellorar,unasolalágrima,lomataré.

Lamujercubriólosoídosdesuhijo,haciéndoloreír,perosugestoeraserio.

—Nohablesasí.Nodeberías... loarreglaré.Encontraré la formadellegaraunacuerdo.

—Sientocausarteproblemas,hija.

—Noesunproblema,almenostodavía.Peropodíaserunomuygordo,sinoarreglabanaquelmalentendido.

Tendría que llamar, tendría que aceptar su cita y esperar que seconformaraconeso,porquedudabaquepudieradarlemás.

Suplicóensilencioaquienquieraqueestuvieraescuchándolaquenodejaraqueaquellosecomplicaramás.

Ya tenía bastantes preocupaciones y Nathan York era unacomplicaciónmás.

Unaquenohabíapedido,peroconlaquetendríaquelidiar.

CAPÍTULO13

Nathannopodía estarmás sorprendido.HacíamediahoraSasha lo

habíallamadopidiéndoleunacita.Soloeraparatomaruncafé,peroporahoralebastaba.

Lehabíadichoqueestaríansolosyquenosepreocuparaporsuhijo,que suspadres se encargaríande atender al pequeño.En su tonodevozhabía una inusitada seriedad, así que supuso que había surgido algúnproblema. ¿Habría pensado en su propuesta? No lo creía, aunque lodeseaba.

Unanoche con ella, solounanocheypodría sacarlade su sistema.Olvidarlaparasiempre.

Noqueríadineronifiestas,noloqueríaaél,eralaprimeravezquelepasaba.

Encuantoabriólapuertadelpintorescolocalunabofetadadecaloryolor dulce lo recibió. Los villancicos inundaban la estancia casi vacía,mientras localizaba en un suspiro al objeto de sus más ansiosospensamientos.

Estabasentadaenunrincón,removiendounchocolate,consumiradavagandoperdida.Noestabaallí,sinoenalgúnlugarmuylejano.Hizosupedidoenlabarraysesentóconella.

—Nopuedodecirquenomehayasorprendidotullamada.—Tenemos que hablar de mi padre. Me ha dicho que te hizo una

visita poco amistosa.—Lo miró ansiosa, como si tuviera miedo de surespuesta.

—¿Soloeseso?—No quiero que se convierta en un problema. Mi padre solo me

protegía, si no te hubieras empeñado en ir detrás de mí... —lo acusó,provocándole la risa.Era a él aquiénhabíangolpeadoy lohacía sentirculpable.Erabuenaenaquello,muybuena.

—No voy a denunciarle ni a chantajearte por eso. Comprendo susmotivos.Estabacuidandodelossuyosyesoesalgoquerespetoymucho.

Lo miró como si lo hubiera poseído un extraterrestre y no fuera

capazdereconocerlo.—¿Hablasenserio?—Telohedicho,nosoytanmalocomocrees.—Nohedichoqueloseas.—Puede que no, pero lo piensas.—El camarero llegó con su café,

esperóaquesemarcharaantesdedecir loque teníaquedecir,paraquecomprendiera su postura—.No soyKramer,Natasha.Nome confundasconél.

—No...—Nos comparas. Te veo ahí sentada, observándome como si lo

supierastodosobremíynosabesnada.—Tútampocomeconoces.—Poresoquierohacerlo.Tehepedidounaoportunidad.—Deacostarteconmigoacambiodenosécuántascosas—loacusó

—.Quierescomprarme,Nathan,ynoestoyenventa.—Puedequenomeexpresaraconpropiedad,noqueríainsultarte.Me

gustasyquieroverquéocultas.—¿Essoloeso?¿Unmisterioquequieresresolver?Nathansoyuna

persona que sufre, que tiene una vida complicada y muchasresponsabilidades.Notengotiempoparaecharunacanaelaire,séquetúsíymeparecebien,perotehasequivocadodevíctima.

—¿Víctima?Nocreo—contradijo elhombre tomandoun sorbodesucafé—.Quierounaoportunidad.¿Tandifícilesdeentender?

—Tuve una relación con un hombre muy parecido a ti, no quierorepetir.Esoestodo.Megustaríaquecambiarasdeobjetivo,nosoydeesaclasedechicas.Losiento.

—Vuelves a compararme. No soy Sutton Kramer. Vamos, Natasha,eresmáslistaquetodoeso.Mírameydimequenosienteslachispaentrelosdos,quenotemueresporexplorareldeseoqueseincendiacadavezqueestamosenlamismahabitación.Laquímica,lanecesidaddetocarnos,debesarnosyreconocernos.Espasiónenestadopuro.

—Notengotiempoparaesto.Puedequenoseascomoyocreo,perotúmismomehasadvertidodequepodrádurarunmesodosa losumo.Tengo un hijo, ¿sabes lo que significaría para él tenerte un tiempo yperderte después?—Negó, le temblaban las manosmientras sostenía lataza, aferrándose a ella como si fuera una tabla de salvación—. Derekdeseaunpadreytúnoquieresunhijo.Sinosvejuntosseharáilusionesy

leromperáselcorazón.ComoSuttonhizo,nopuedoprovocarleesedolorpor un rato de placer. Esmuchomás importante paramí que cualquiernecesidadfísica.Élesmimundo.

—Noleharédaño.—Puedequenoquierashacerlo,peroseloharás.Sédequéhablo,lo

conozco.—¿Entoncesahíseacaba todo,Sasha?¿Enunpudosergenial,pero

novaapasar?—Séquenoesloquequieresescuchar,peroesloquepuedodarte.—¿Portuhijooporquetienesmiedodequeterompaelcorazón?—

preguntófurioso.Nolegustabaquelorechazaran,peroaquelloibamásallá. No era un total rechazo, el deseo estaba, podía notarlo, pero... elpánicoinundabaelambientehaciéndoloinsoportable.Eraalgoconloqueno quería lidiar, aunque lo haría. Era demasiado importante como paradejarlopasar.

Natasha se levantó, pidió la cuenta y la pagó. Otro gesto que lemolestóprofundamente.¿Loinvitaba?¡Sieramillonario!

—Losientomucho,Nathan.—Más lo siento yo—murmuró, negándose a mirarla. Si lo hacía

podría ver el disgusto y la furia que ocultaba. Esa mujer le gustaba,malditafuera,lehacíareplantearselascosas,loconfundíaencontradesuvoluntadysemarchabahaciendohonoraalgúntipodeideasobreelbiensupremo,desacrificiosupremoparalosdos.

—Adiós,Nathan.Graciaspornousar loquepasó conmipadre, tedeseotodolomejor—tuvoeldescarodeposarlelamanoenelhombroydarle un ligero apretón, enviando una intensa ráfaga de deseo a cadarincóndesuyacaldeadocuerpo.

Laaferróantesdequepudieraescaparseylaarrastróhastalapuerta.—Notevasairasícomoasí—laatrajoasusbrazos,señalólarama

demuérdago que colgaba sobre los dos y la besó con ansia, hambre ydesesperación. Dejándole claro que podía dar la espalda a lo que habíaentrelosdos,peroquejuntosincendiaríantodalaestancia,sitansolosedejaballevar.

Natasha luchóun instante y después se entregó, rodeó su cuello, sepusodepuntillasyseentregóaaquelbeso.Losclientesqueestabanenlacafeteríaaplaudieronconefusividad,peroapenaslosescucharon.

Nathan rompió el contacto y volvió a retomarlo, hipnotizado

teniéndolaensusbrazos.Eracomosihubieraencontradoalgoquehabíabuscadomuchotiempo,quehabíayacidodormidoenalgúnlugarocultodesuintelectoyqueporfinloreconocíacomoloqueera:algosuyo.

Acarició los hinchados labios producto de su beso y lamiró a losojosmientraspedíaenunroncosusurro.

—Noterindas.—Conozcoelfinaldeestecuento,Nathan.Nopuedoarriesgarme.—

Lobesódenuevoyseapartó,atravesandolapuertayenvolviéndoseensuabrigo,antelafríanoche.

—Sasha—llamóélsaliendoatodaprisatrasella—.Novasapoderolvidarmetanfácilmentecomocrees.

—Notengoquehacerlo,connorecordarteessuficiente.—Aférrateaesoestanoche,cuandomeechesdemenostantocomo

yoati.—¿Estásmuysegurodeeso?—Estanochenopegaréojo,pero tú tampoco.Noseréelúnicoque

nologredescansarpensandoenloquepudopasar.Natashanopronuncióniunsolosonidomás,sinoqueaceleróelpaso

yseperdióaldoblarlaesquinadelacalle.Laoscuridadyelfríolehicierontemblar,peronoleimportó.Tenía

lasensacióndequeapesardeloquepudieraparecerasimplevista,habíahechounprogreso.Podríatenerla,siinsistía,loconseguiría.

Noibaarendirse,seríalaprimeravezynolegustabanloscobardes.No,nolegustabannada.NastashaJenkinsseríasuyayquizá,soloquizáhubieraunapequeñay

minúsculaposibilidad,dequelofueraparasiempre.

***

Encuantodoblólaesquinaserecostócontralapared,tocándoseloslabiosyconteniendolaslágrimasdefrustración.Noqueríaquelegustara,no quería imaginar cómo sería una historia entre los dos, no podíadesearlo.

Eldeseoerasinónimodesufrimiento,almenosparaella.Sabíaqueno sobreviviría de nuevo a la traición, peroNathan tenía razón, no eraSutton. Había dicho que le diría la verdad, que sería claro en sussentimientosyquenopretendíanadaestable.

Unromanceintensoycorto,¿podíapermitírselo?¿Dejarsellevarlosuficientepara tenerunfindesemanaapasionadoydespuéshacercomoquenohabíapasadonada?Élseguiríasucaminoyellaelsuyo,saciaríanlacuriosidadmutuaycontinuaríanconsusvidaslibresyadeaquelanhelo.

Loestabaconsiderando,apesardequesabía loquepodría llegarahacerle. Una parte de ella sospechaba que un fracaso con Nathan ladestrozaría inclusode formamásprofundaque suex.Aquelhombrenosoloeraguapo,teníaunextra,parecíauncapullo,peronomalapersona.

Sutton lo era. No tenía corazón. ¿Nathan York? Por mucho que seesforzabaenocultarlo,podíavertrazasdeemociónenél.¿Osoloeraunapose?¿Unjuegoparaconvencerladehaceralgoquenodebíanisiquieraplantearse?

Se estaba jugando mucho, tal y como le había dicho, la vida eracomplicada ahora. Su hijo era lo primero, no permitiría que nadie lehicieradaño.Nopodríasoportarlo.

La confusión se apoderó de su mente y su corazón. No sabía quéhacer,quizáhabíaejercidolasuficienteconfianzaensímismacomoparaalejarlo.¿Quéharíasinovolvíaaverlo?

Seguiradelanteyarrepentirseporloquepudoserynofue.Perolavidaeraasíycuandounamujereramadre,eldeseoocupaba

un lugar muy pequeño en el total de su mundo. Había que marcar lasprioridadesyteníamuyclaraslassuyas.

NathanYorkeraunsueñotemporalquenuncaseharíarealidad.

CAPÍTULO14

Trasunasemanadedistanciamiento,Nathanseacercóalajuguetería.

Lehabíadadoespaciosuficienteparapensarytambiénhabíaaprovechadopara hacerlo; para valorar las posibles consecuencias de sus siguientesactosydescubrirquéqueríaenrealidadyhastadóndeestabadispuestoallegar.

Losdíashabíansido tristesysolitarios,había tenidolaoportunidaddetenerrelacionesconvariasmujeres,peronohabíanllegadoadespertarsuinterés.Eracomosisolouna,reaciacomoningunaaestarconél,fueracapazde excitarlo y llevarlo a la locura.La ansiaba conuna fuerza quenuncahabíasentido,oquenorecordabahabersentidoantes.Quizáenlaadolescencia,peronoenmucho,muchotiempo.

Natasha Jenkins era pasión, la suya; era ternura, una que ignorabadesearyerasumásprofundoyocultodeseo.

Sialgunos lovieran, seburlaríandeél.Elaltoejecutivoque jamásibaacaerenlasengañosasgarrasdelamor,allíestaba,debatiéndoseentreel sí y el no. Dejando atrás la certeza de un revolcón con la guapa deturno,porlaposibilidaddeunescarceoamorosoconunamujernormal,queconseguíanosoloincendiarlodedeseo,sinoderrotarsusmásfielesdefensas.

Seapeódelcocheycaminóhaciaelestablecimiento.Nadamásabrirlapuerta escuchó losgritos susurradosy la tensiónque sepalpaba.Unamujerqueestabahaciendocomprasdeúltimahorasalióatodaprisaparanoquedaratrapadaenelfuegocruzado,mientraslamujerquelequitabael sueño retrocedíaante losavancesdeunhombremuchomásgrandeyamenazadorqueella.

Era algo mayor que él, aunque no mucho. Debía medir un metroochenta, quizá algo más, y tenía cuerpo de gimnasio. Algunos colegasparecían matarse por ser los mejores y más perfectos en todos losterrenos,nosoloenlosnegocios,sinotambiénenelpersonal,incluyendolorelativoasuformafísica,manicuraypedicuraincluidas.

Eradeesos.Unmetrosexualquesecreíaconderechoa tratara losdemáscomo lediera lagana,porelhechodequehabíanacidoconuna

brillanteestrellaquelohabíallevadoalomásalto.Y estaba ejerciendo ese poder sobre la mujer equivocada. Sutton

Kramer no iba a ponerle un dedo encima a su chica. Podía ser que nofueratanperfectocomoeltipoencuestión,perosuinfancianohabíasidoespecialmentefácil,habíaaprendidounpardetrucossucios.

Suttoneraelmatóndelaescuelayélelpardillo.Pero los pardillos crecían y adquirían tablas e inteligencia, los

matonessoloseregodeabanensusviejoslogros;ejerciendoaquelpodersobreotrosmásdébilesqueellos.

Carraspeó,esperóquefuerasuficienteparacaptarsuatención,nolofue.Seguíalanzandoamenazasquenopodíacomprender.

Natashaparecíaapuntodellorar,perosehabíaerguidofrenteaélynosedejabaavasallar,estabamanteniendoeltipo.

«Buenachica.Nodejesquesesalgaconlasuya,amor».—Notienesningúnderechoaestaraquí,Sutton.Lárgate.Nathannopudoevitarlasonrisadesatisfacciónquelorecorriópor

entero,manifestándoseensurostro.No era ninguna tierna florecilla, se estaba preparando para un

enfrentamientomásfísico,porsiacaso,peroquizánisiquieranecesitarasuayuda.

Era una gatita con uñas, nunca se hubiera imaginado que eso legustaratanto.

Empujóalhombrequelaatrapabacontralaparedycuandoestenosemovió,secolocópordebajodesubrazo,buscandolalibertad.

Y,probablemente,unpocodeairetambién.—No voy a irme hasta que no te quede claro que ese mocoso de

mierdanoesnadamío.Mástevaledejardeiraireandoporahíquesoyelpadre,porquenotegustaríanlosresultados.

—Yonovoydiciendonadaporahí,nomeinteresatenerningúntipode relación contigo.—Lomiró con toda la frialdad que había logradoreunir,trasvariosañosdepráctica—.¿Porquénovuelvesatusmansionesycochesdelujo,Sutton?Déjanostranquilos.

Elhombrelaaferróconfuerzaporlasmuñecas.Losnudillostensos,casi blancos, tenía que estar haciéndole daño. Nadie maltrataba a unamujerensupresencia.

—Suéltala,amigo.Nomegustaríatenerquedarteunapaliza.—Largo de aquí. Métete en tus asuntos —espetó el enfurecido

hombre,mientraslaempujabacontraelmostradoryvolvíaaamenazarla—.Sinodejasdejodermelavida,suciaramera,voyaquitarteaesecríoynovolverásaverlo.

ElgestodeNatashafuedealarmaalescucharsuamenaza.Nathannola estaba tocando, pero casi sintió el momento en que su corazón sedetuvo.

Noensuguardia.—Eh,amigo—dijodándolealgunaspalmadasenelhombroaltipo.

Eraunpocomásgrandequeél,peropodíaganarle.En cuanto el otro se giró, para decirle que no se metiera en sus

asuntos, Nathan le pegó un puñetazo con todas sus fuerzas, haciéndolegirarlacara.Lanarizserompióysesintióbien,leestababienempleadoporamenazaraaquellosquenopodíandefendersedeél.

—Vasapagarporesto,muertodehambre.—Eso tienemucha gracia, sí.—Lomiró con sumáscara letal, que

habíaperfeccionadodespuésdeañosyañosdeesfuerzo—.Leenviaréamiabogadopróximamente,señorKramer.Conunaordendealejamiento.Novaatocarniamichicanialmuchacho.

—Loperderéistodo.Todo.Malditomalnacido,mehasrotolanariz.—Considérate afortunado, en realidad quería arrancarte las pelotas.

—SedirigióaNatashaytomósusmuñecas,acariciándolasconternura,seempezabanaamoratar.Elmuycabrón...—.Apropósito—añadióparaelhombrequeseponíaenpie,sosteniéndoselanarizyconmiradaasesina—.Elchicose llamaDerekyescierto,noesnada tuyo.Esmío.¿Sabesporqué?Porqueséapreciarlosmilagroscuandolosveo.Yqueunniñocon la mierda de genes que le legas, sea tan fantástico como lo es michico,bueno...alguienahíarribanoshaestadocuidando,¿nocrees?—Eltono amistoso pasó a la historia mientras daba su siguiente orden—.Lárgate, antes de que decida denunciarte por agredir a una mujer. Novuelvasporaquíjamás.

SuttonmiróaNatashaconodio,ignorandoaNathan.—Esemocosonoesnadamío,norecibiránadademí,noloquiero.

¿Meoyes?Élesbasuraytútambién.Se estiró, como si hubiera hecho una gran obra, y salió sinmirar

atrás,maldiciendoporlobajo.UnavocecitainfantilllamólaatencióndeNathan.—¿Mamá?

Elniñoestaba llorando,habíaescuchadoaaquel idiota.Temblabayparecía terriblemente asustadoydesgraciado.Sasha corrió hacia él y loapretóconfuerzaentresusbrazos,reconfortándolo.Elpequeñodejósalirlaslágrimas.

ANathanselehizounnudoenlagarganta.¿Habíasidoalgunavezéltan dañino con alguien?Solo por el hecho de tener dinero o una buenaposición,nosepodíamachacarlossentimientostiernosdeunniño.Creíaqueno,quenuncahabíaidotanlejos.Erauntipodecente,oalmenosesose decía, pero ¿no había intentado por activa y por pasiva comprar a lamujerparatenerlaporunrato,ignorandotodoeldolorquepodríadejaratráscuandosefuera?

Lohabíahechoylehabíaparecidolomásnormal.Quisofustigarse.Eraunidiota.Sí,suabuelalohabríagolpeadocon

laespátuladelacocinaunayotravez,hastaquehubieraentradoenrazón.Habríadichoquelohabíaeducadomejoryseríacierto.

Él había sido débil en otra época y había tenido suerte. No podíaseguircomportándosecomoelcapulloqueera.

Seacercóalosdos,acuclillándose,ymiróalpequeño.—Derek,mírame.Sasha parecía a punto de advertirle, pero estaba temblorosa y

asustada.Su rostro tambiénmostrabaunagranpalidez.Lehizoungestoparaquesesentara,mientrasatrapabaalniñoenunabrazo.

Suspequeñasmanitasseaferraronaélconfuerza,comosinecesitaraquelosostuviera.Olíatanbien,unaromapuroysuavequeleprovocabalanecesidaddeprotegerloparasiempre.Erainocente,unniñoestupendo.Nunca había tenido mucho trato con ellos, pero le gustó sentirsereconfortado.

PorqueeraDerekquiénlosanabaynoalrevés.—Mipapánomequiere.—Esehombrenoeratupapá—dijoNathanantesdepodercontenerse

—.Unhombrepuedetenerunhijo,peroparaserpapáhayqueganárselo,chico.

Lealborotóelpeloylomirópensativo.—He estado pensando que tú y yo podríamos conocernos mucho

mejor. ¿Por qué no dejamos a tumadre que se tome algo caliente parareconfortarseymientrastúyyovemosesosjuguetesquetantotegustan?Losreyesvanaveniryestoypensandoqueyono lehiceningunacarta,

¿meayudas?—Peroesmuytarde,yolaescribíhacemeses—sorbiólaslágrimas

ysesecólosojos,mientrassupequeñamentehacíacábalasparaayudarlo.Nathansesintiócálidopordentro.—Creoquenecesitaremospapelyboli.¿Tienes?Elniñoasintióysaliócorriendoa todaprisaa la trastienda,Nathan

aprovechóparamiraraSasha.—Esecabrónnovolveráparahacertedaño,tienesmipalabra.—Nosé...Noséporquéhahechoesto.Nohedichonadaanadie,no

quieroaesehombreennuestrasvidas.—Habléconélhaceunosdías,peronomencionénadasobreDerek.

Quería saber para quién habías trabajado antes, creo que ha sido culpamía.

Lo miró como si se sintiera traicionada, pero tan solo duró uninstante.Despuésdejócaerloshombrosabatida.

—Lahistoriademivida.Algunaspersonasnoestánhechasparaestarenpareja.

Nathan la atrapó entre sus brazos. Aquel abrazo solo pretendíareconfortarla,sinembargosesintiótanbienqueeracomollegaracasa.Aun hogar que había esperando durante toda su vida y que acababa deencontrar.

—Sitienesquellorar,llora—comentó—,peronomecomparesconesehijodeputa,porfavor.Nosoycomoél.

Sashalomiró,conlosojosanegadosdelágrimas,mientrasnegaba.—Nohedichoqueloseas.—Perolopiensas.Creoquesiemprelohaspensado.Tejuroqueno

soycomoél.Nosoyniñero,perotuhijotieneunapartedemicorazón.Esmás,Derekesespecial.Muyespecial.Mierda,siesetiponoloquiere,yosí.

Elniñoestabaentrelosdosal instantesiguiente,ofreciendopapelyboli,mientrassurostroseiluminaba.

—¿Mequieres?—Por supuestoque sí, campeón—lealborotó elpelo—.No soy tu

papá, es verdad, pero podemos ser colegas. Muy buenos amigos, siquieres.

—¡Quiero!—dijo lleno de emoción, miró a su madre como si lehubierahechounregaloenormeysalióatodaprisahacialamesa,tirando

delamanodelhombre—.Vamosaescribirtucartaalosreyesmagos,séperfectamentequépuedespedir.

—¿Yquées?Elniñobajólavozconspirador.—Unamamáyunhijo,claro.Mamátieneunacamagrande,podrías

dormirconella,eslomejordelmundo.Después,podríasjugarconmigo,tengounahabitacióngenial,noesmuygrande,peroyotampocolosoy—le sonrió con inocencia y empezó a escribir con unas letras enormes yredondas.

Nathanlobesóenlafrente,antesdepoderevitarlo,sequitóelcaroabrigo y se sentó con él. Escuchó sollozar a Sasha, pero pensó que eramejordarleunmomentodeprivacidad.

Más tarde tomaríamedidas para protegerla y calmarla, ahora teníaotramisión.

—Señorjefe—preguntóDerek—,¿algunavezhasidopapá?—No,nunca—contestósincero.—Nopasanada,aprendemos.Yotampocohesidohijodeunpapá.El

míonomequiere—unasombrapasóporlosojosdelniño,elrechazoasuedad teníaquesermuyduro,perosobreviviría. Ibaahacerlo,porqueNatashaerafuerteyDerekhabíaheredadolosgenesdesumadre.

—Pero...¿sabesquésítengo?Unhermano.—¿Deveras?—laoque formaron sus labiosdieronmuestrade su

sorpresa.—Sí,asíes.Nonoshablamos,peroquizádeberíamoscambiareso.—¿Porqué?¿Estáisenfadadosporquetequitóunjugueteoalgoasí?Nathanlopensóuninstanteydespuéssonrió,sí,elniñoteníarazón.

EstabafuriosoconKaneporquelehabíarobadosujuguetefavorito,poresonopodíaperdonarlo.

Peroloharía.Elresentimientosolotellevabaaunlugaroscuro,delqueélyasehabíacansado.Nopodíaniqueríaseguirasí.

—¿Sabesalgo,Derek?Nomerecelapenaenfadarseporunjuguete,noconlagentealaqueunoquiere.

—Mamásiempremedicequehayquesergenerosoycompartir.—Algunasveces,sí.Conlasbuenaspersonas,perotambiénhayque

aprenderadefenderse.—Mesédefender.Miabuelomehaenseñado.—Quizápuedaenseñarteunpardebuenosgolpes,chico.

Elniñosonrió.—Megustacómosuena.—Amítambién.Ysesorprendióaldescubrirlociertoqueera.Aquelpequeño,aquel

niño que debería haber sido más una molestia que otra cosa, estabaempezandoaadueñarsedesucorazónyesoeraalgomuy,peroquemuy,peligroso.

***

Natashanopodíacreerseelhorribledíaquehabíatenido.Desdeque

selevantótarde,todohabíaidocuestaarriba.Primerosehabíaestropeadolacalefacción,conloquehacíaunfríodemildemonios,pocodespuéslacafetera había dicho que no trabajaba más y después Sutton habíaaparecido con aquel aire amenazador, asustándola y agrediéndola, tantoconsuspalabrascomoconsufuerza.

Sehabíapreguntadoalverloasí,elmotivoporelquesehabíacreídoenamoradadeélenotraépoca.Porqueahoraquesumenteestabaclarayquehabíapasadoeltiempo,noencontrabanadaatractivoenél.

Eraunmatón,delamásbajacalaña.Disfrutaba intimidandoa losdemásyejerciendo supoder.Unoque

no era tan claro como podía parecerle a él, había límites en lo que unhombrepodíahacer.Habíaleyes,aunquealgunospensaranqueeldinerolocomprabatodo.

Lalealtadylahonorabilidadnuncahabíanestadoenventa,poresoélno teníaniungramodeunanide laotra.Asíde tristeera lavidadeuntipoacostumbradoasalirseconlasuyaentodosloscampos.

Después,Nathanhabíallegadocualcaballerodebrillantearmaduraylo había espantado. No sabía si volvería, podía ser que lo hiciera si sesentíaofendido,aunquelodudaba.

No legustabaperderysialguienpodíadejarloenelbanquillo,eseerasuexjefe,elnuevopretendiente,alquehabíatratadoinjustamente.

Solo ahora se daba cuenta de que no era como Sutton, tenía buencorazón,aunquesusargumentosnolofuerantanto.Queríaacostarseconella,unaaventura,aúnasínohabíaaprovechadolasituación.

Cuando Derek llegó, decepcionado y triste, se había hecho con lasituación.Unhombrequenodisfrutabadelcontactoconlosniñosyque,

en cambio, había abierto sus brazos y reconfortado a su hijo. Nuncapodríaagradecerlelosuficienteporhaceraquello.

DerekdeseabaunpadreysabíaqueveríaaNathancomoesehombre,nopodíaser,porqueeranmuydiferentes,peronoqueríaarrebatartodalailusiónasuhijo.Siloqueríaensuvida,dejaríaqueestuvieraensuvida,almenostantotiempocomoambossesintierancómodosjuntos.

Inclusoaunquehacerloledestrozaraelcorazónylosnervios.Nathaneratodoloquedeseabaynopodíatener.

Ynoteníanadaqueverconsuposiciónytodoqueverconeldeseoqueincendiabaprofundoensucuerpoysucorazón.Laatracciónsexualyla necesidad de sentirse parte de algo, de un núcleo familiar en el quehubieraunaintimidaddiferentealresto.

Nathan York nunca sería un padre de familia, pero que alguienavisaradeesoasucorazón,porquesenegabaaescuchar.

Los observó cuchichear sobre la mesa, mientras Derek escribíaalgunaspalabras.Eraunchicomuylistoyaunquehabíaalgunascosasquenoseledabantambién,siempreponíamuchointerésentodoloquehacía.Comoahora.

El reloj marcó las dos, era hora de comer y de cerrar. Debíaacercarseaellosyavisarlos,peronopudodarniunpaso.Lasonrisadesuniñoerabrillante,nuncalohabíavistotanfelizconunextraño.Nathanteníaalgoqueteatrapabainclusocontratuvoluntad.Estabaejerciendoesamismamagiaconsupequeño.

—Mamá—dijoelniño,despertándoladesuensoñación—.Elseñorjefehadichoquepodemosiracomerunahamburguesa.¿Podemos?

—Derek,puedesllamarmeNathansiquieres.El aludido sonrió sintiéndose importante, creciendo un par de

centímetrosalmenos.—¿Podemos,mami?¿Porfiiiii?¿Cómoibaanegarlealgocuandoselopedíaconaquellacarita?No

eraalgoquefueracapazdehacer,laverdad.—Estábien,podemos.Nathan lamiróconunbrillo complacidoen lamirada.Derek salió

corriendoaporsuabrigo.—Mecomportaré—dijoelhombreentonces,tomandosusmanosde

nuevo y mirando sus muñecas—. Ese cabrón... voy a tomar medidas,Natasha.Hablaréconmisabogados.

—Notemolestes.Suttonnovolverá.—Espeligroso—acotóél,negóconlafuriaclaraensusfacciones—.

Nosoportoalosmatones,esundefectodefábrica.Sasha sonriómientras le apartaba unmechón de pelo de la frente,

tocándolosinquerer.—Perdón.Noquería...—¿Tocarme?Quieroquemetoques.—Nodebo,Nathan.Nopuedehabernadaentrenosotros.—Discrepo,señoritaJenkins.Vayaporsuabrigo.Aquel tono soberbionoeradesconocidopara ella, peroél sabía lo

quehacía.Losabíamuybien.Laayudóaponerselaprendayluegoabrochólacremalleraalniño

quellegóatodaprisa.—Vamos,quenoqueremosquedarnossinelmejorsitio,¿verdad?—¿Puedopedirunbatidodechoco,mamá?—Yaveremos.—Lepusoelgorrodelana,labufandaylosguantes.—Dalelamanoa tumadre,campeón—ledijo tendiendolamanoa

Sasha—.Lasllaves,yocierro.—Eresunmandón.Aquínoeresjefe.—Otrodefectodefábrica,señoritaJenkins.—¿Porquétellamaasí,mami?—Es una broma, chico —dijo Nathan guiñándole un ojo—. Te la

explicarécuandoseasmayor.—Perosiyasoymayor.Los dos adultos sonrieron. Por algún motivo Sasha se sintió

tranquila,liberada.Hacíatiempoquenoeratanella.Libreysintemorderomper una perfecta fachada artificial, creada a modo de escudo paraprotegerseyprotegerlafelicidaddelossuyos.

No sabía a dónde llegaría, o si habría algo más que un ratoentretenido entre un exjefe y su empleada, pero había descubierto algograciasaSutton,Nathannoeracomoélynoestabadispuestaasentarsemientraslavidapasabaasulado.

Erademasiadoimportante,noibaarendirsesinluchar.Aunquetampocoibaaentregarsusarmasantesdeempezar.Ahorahabíaunaoportunidad,paralosdos.Elcaminoqueescogiera

losllevaríaaundeterminadofinalquehoydesconocía,peroqueprontoserevelaríaantesusojos.

Ynopodíaesperarparaverlo.CuandoDerekofreciósuotramanoalhombrequelaponíanerviosa

y acababa con todas sus defensas incluso sin querer, sintió que algoempezabaaencajarensumundo.

Erantresalmasperdidasquesehabíanencontradoalfinyqueprontoganaríanloquesiemprehabíanestadobuscando.

CAPÍTULO15

Nunca lo había pasado tan bien y si lo había hecho, no podía

recordarlo.Nathan recordó a las dos personas que se habían convertido en su

revelaciónpersonal,mostrándoleloquequeríadelavida.Algoquehabíaignoradohastaesemomento.

Yanodeseabairdemujerenmujer,deunacamaaotra,queríaalgodiferente. Tenía ciertos temores, no estaba acostumbrado a relaciones ypodríaaburrirse fácilmente,quizánoalprincipioperosíconel tiempo.NopodíadañaraDerek.

SiteníaunarelaciónconSasha,cosaquedeseabamásquenadaenelmundo,tendríaquedejarclaroqueelniñoeraotracuestiónyquepormalquesalieranlascosas,élpodríaseguirvisitándolo.

Nohabíagarantíasenelamor,losmatrimoniosserompíanytambiénlasparejas,perounpadreysuhijosiempredebíanestarunidos.Dereknoerasuhijobiológico,perodecidióquequeríaseresaconstanteensuvida,unpilaralqueaferrarse.Diossabíaqueelniñolonecesitabayéltambién.Undescubrimientorecienteperoinquietante.

Anti-niños. Así lo habían llamado un millar de veces, incluso élmismo y ahora se encontraba ansiando la relación con una de esasdiminutascriaturasqueolíanacieloyquenecesitabanprotecciónyamor.Nopodíansobrevivirsinti,tenecesitaban.

Nuncanadielohabíanecesitadotanto,noeraalgoenloquequisierafallar.

El timbre sonó y se apresuró a contestar, cuando abrió la puerta,apenaspodíacreerloqueveíansusojos.

—Natasha.Tenía los ojos muy rojos e hinchados, como si hubiera estado

llorando. Lomiró como si estuviera sola en el mundo y solo anhelaratenerlocercaparasentirloasalvo.

Nuncahabíatenidomaderadehéroe,peroporalgúnextrañomotivo,unsentimientodefuerzayprotecciónseincendióensuinterior.

—Pasa,porfavor—lainvitócasiansioso.Tenerlaensucasa,incluso

aunquenopudierahabernadaentrelosdos,lohacíasentirsecompletoybien—.¿Hapasadoalgo?

—No sé por qué estoy aquí—contestó algo aturdida, quitándose elabrigo.

Tenía las manos tan rojas que apenas si podía desabrochar losbotonesdelaprenda,asíquelaayudó.

—Eres bienvenida. Te prepararé un chocolate, para que entres encalor.

—Penséquenotegustaba—dijoellaconaquellosojosbrillantesporlaslágrimasqueaúnnohabíaderramado.Sugestoeracasiinfantil.Nuncalehabíaparecidoatractivoesoenunamujer,peroestaestabacambiandorápidamentesusesquemas.

—Megusta,ademásteníalaesperanzadetraerteaquí.—Paratenersexo.—Sí—aceptó.Noteníaningúnsentidonegarlarealidad.—Deberíamosacostarnosyacabarconestodeunavez.Perderásel

interésyyopodréreencontrarmeconmigomisma.Parecía perdida cuando dijo aquellas palabras y eso no era lo que

quería.Notomaríaaunamujerpresadelaresignación,además,sesintióofendidoconaquellaspalabras.

Ridículo,pueshabíasidoélquiénhabíarepetidounayotravezquerápidopasaríaalasiguiente.

Eracomosiunaextrañacompuertasehubieraabiertoensumenteylo llenara de dudas y una necesidad desconocida hasta elmomento. Eradiferentealasdemás,pormuchosmotivos,peronopodíaserladefinitiva.

Noporquenoestuvieraasualtura,queloestaba,sinoporquenoeracarnadadematrimonio.Nilohabíasidonisesentíacapazdeserfielaunasolamujerduranteelrestodesusvidas.

Ypodíasermuchascosas,peroerahombredepalabra.Casarseeraparasiempreynocreíaeneldivorcio.

—Creoqueloprimeroquenecesitasesentrarencalor,contarmequéesesoquetehahecholloraryvenirhastaaquíyrelajarte.Notengoprisa,megustatomarmemitiempoparalaseducción.

—¿Aúnquiereshacerlo?—preguntócasienvozbaja.—Nolosé,Sasha.Háblame.Quierosaberquéteinquietatantocomo

parahabervenidoamí.—Sutton—dijocasiescupiendoaquellapalabra—.Esome inquieta.

Espeligroso,temoquetratedetomarrepresalias.Séquenoessuestilo,seguramentesehamarchadoynoshaborradodesumente,pero¿ysisesienteofendidoytratadehacernoslavidadifícil?

Nathansabíaquenoloharía,sehabíaocupadodeello.—No tienes que preocuparte por Kramer, está solucionado. Si se

acerca de nuevo a Derek o a ti, será detenido y puesto a disposiciónjudicial,porincumplimientodelaordendealejamientoquelehabrásidoyanotificadaaestashoras.

Natashalomiróboquiabiertaeincrédula,comosinocreyeraensuspalabras.

—¿Cómo…? —Sacudió la cabeza, como si de pronto hubieradecididoqueaquellapreguntanoera tan importantecomolaotraque lerondabalacabezayquenotardóenformular—:¿Porqué?

—Puedequeseaunplayboy,nuncalohenegado.Megustaellujoymegustanlasmujeres.Disfrutodemiestilodevida,peronosoyunsersincorazón.Tuhijoytúnecesitáisayudayvaisatenerla.

—Nopodrépagarte…comotuquieres.—Loquehehechonotienenadaqueverconnosotros—aclaró.No

quería que quedaran dudas en ese aspecto. Era un cabrón egoísta sinescrúpulosqueutilizabaalasmujereshastaquesecansabadeellas,perono era ningúnmamón. No en lo que a lo importante se refería. Si unamujeryunniño,especialmenteaquellosqueleinteresabanporelmotivoquefuera,estabanenpeligro,no ibaagirar lacaraymiraraotro lado.Nocuandoera tansencilloayudarlos—.Tevaasonarextraño,peromegusta Derek. Es un niño diferente, cualquier hombre podría sentirseorgullosodesersupadre.

—Nosabesnadadeniños,noquieroquemihijoseilusionecontigoydespuésdesaparezcasdesuvida.Silohacesporelsexo,puedo…

—No. No lo hago por eso. Es cierto que al principio, cuandodescubríqueerasmadre,meparecióungranfastidio.Quizáhastapenséen usarlo a mi favor, pero las cosas han cambiado, Sasha. Es un niñoincreíble,queyahasufridobastante.Merecuerda,enciertaforma,amí.No tuveamispadrescerca,mecriómiabuela.—Laguiohastael sofá,pidiéndole sin palabras que tomara asiento y se acercó a la barraamericanaqueseparabaunazonadelasiguiente,paraprepararlabebidacaliente—. No es fácil para los niños renunciar a uno o ambos padres.Derekhaperdido…

Sashalointerrumpió.—Derek no ha perdido nada, nunca tuvo a su padre —dijo ella,

mientrasseretorcíalasmanosproductodelnerviosismo.Nathantomólatazacalienteyselaentregó,sentándoseasulado.—Yaúnasíestáseducandoaunchicofabuloso.—Hago lo que puedo y no estoy sola,mis padres siempreme han

apoyado.Sinimportarquéhagaocómomeequivoque.Ellossiemprehanestadoahí.

—Y tú siempre estarás ahí para tu hijo y, si me lo permites, megustaríaserunamigoparaél.

Sashaempezóanegar,pero laacallóconungestoque ledecíaquenadadeexcusas.

—Noestoypidiéndotematrimonioniponerminombreensupartidadenacimiento.Quieroserunamigo,sincondiciones.

—¿Yquéhaydetus…deseos?—Sigoqueriéndoteenmicama,Sasha.Esonohacambiado.—¿Cómoplaneasconseguirlo?—Tenía varias tácticas, perome he dado cuenta de que ninguna de

ellas va a funcionar contigo, así que he decidido cortejarte y esperar.Cuandoestéslistaparanuestraaventura,yoestarédispuesto.

—No soy mujer de aventuras —le advirtió, logrando que Nathansonrieraconciertadiversión.

—Entonceslaesperaserámuylarga.—Nosécómo…—Elhombreseacercómásyposóundedosobre

suslabios.—Shhh, sin promesas. Sin preguntas. Disfrutemos de un momento

juntos,olvidaquiénsoyyloquequierodeti.Conóceme.—Yateconozco.Parecíamuyseguradesícuandodijoaquellaspalabras,peroélsabía

queseequivocaba.—Notienesniidea,señoritaJenkins.—¿Túcrees?—preguntótanteándolo.—NosoycomoSutton—aseguróél,casiconfastidio.Nolegustaba

sercomparadoconotrohombre,menosconunoquehabíaformadopartedel pasado de una mujer por la que tenía interés. Una parte muyimportante.

—Losé.

—¿De verdad? —Lo había dicho convencida, tanto que no pudoevitar preguntar, sintiéndose como un idiota. «Te dice lo que quieresescucharytecomportascomounbobo»,seregañó.

—De verdad. Sutton nunca ha hablado con nuestro hijo como hashechotú.Loodiayamítambién.

—¿Porqué?—Ojalálosupiera.Meengañódesdeelprincipio.Trabajabaparaél

—informó ella, aunque ya lo sabía. Había indagado lo suficiente comopara descubrir que había sido una de las ayudantes personales deldesgraciado—.Noquería salir conél, por lapolíticade la empresa.Noquería perder mi trabajo. Ganaba un buen sueldo y me gustaba lo quehacía,eraunretoconstante.

—Perotesedujo—contraargumentóél.—Sí, supongo que sí. Quizá me dejé seducir. Dijo que lo nuestro

sería diferente, que era importante.Que quería a su lado unamujer quecomprendiera su mundo y que encajara en él. Alguien inteligente conquiéncomentarlasjugadasantesdellevarloacabo,yasabes,unigualenquiénconfiar.

—¿Yquécambió?—Nada.Nuncadeseóeso,encuantoempezamosasalir,sugirióque

debíarenunciarami trabajo,quenoestababienvisto.Noquisehacerlo,disfrutabaymehabíacostadomuchoesfuerzollegarhastaallí.

—¿Te despidió?—Apretó los dientes y sonó agresivo, pero no leimportó.Aquelestafadormentiroso.Unhombrepodíaaferrarseapocascosasenaquelmundo,perolapalabraeraunadeellas.Uncaballerojamástraicionabaunapromesahecha.

—No,enrealidadno.Filtrólainformaciónylosjefesmedieronunultimátum.OmirelaciónconSuttonomitrabajo—soltóelairequehabíaempezado a contener, sonreía, pero era una mueca irónica, más quecualquier otra cosa—. Estaba enamorada de él, así que terminóconvenciéndome. Me propuso matrimonio y le creí. Su secretaria meadvirtióquetuvieracuidado,lepreguntéporqué,peronoquisodarmásdetalles.Coneltiemporesultóqueyahabíaunaprometidayunafechadeboda…conotramujer.

Nathanquisogolpearaltipootravezylamentónohaberlehechomásdaño.Sinoteinteresabaelmatrimonio,bien,nohabíaquecasarse,perojugaradosbandasnoestababien.Nisiquieraéllohacía.

Ysialgunavezlohabíahecho,habíasidoprevioconsentimientodelasimplicadas.

PeroNatashanoeradeesetipodemujeres.—Tetraicionó—resumióélenunasolapalabra.—Sí.Lohizoaconciencia.Cuandoperdímitrabajoysedescubrióel

pastel,hizovariasacusacionesmuyfuertes.Acababadedecirlequeestabaembarazada y estaba muy convencido de que lo había hecho paraatraparlo. —Dio un sorbo al chocolate, tomándose todo el tiempo delmundo,comosinecesitarareorganizarsuspensamientos.Nathanesperó,habíacosasporlasquemerecíalapenahacerlo.Yesahistoriaeralaclaveparacomprenderelmisterioqueseerigíafrenteaélenformademujer—.Confesó que solo había sido un pasatiempo.Una canita al aire antes desentarcabezayquenoqueríasabernadadenosotros.Mediounchequebastante sustancioso, que yo, orgullosa y tonta de mí, rompí en susnarices,demostrandoquehabíaestadoconélporamoryquedándomeenlamiseria.

—No hubo una segunda oferta, ¿verdad? —Llevaba media vidacodeándose con ese tipo de hombres, sabía exactamente cómofuncionabansuscerebrosenloqueamujeresserefería,sepensabanquelamayorpartedemujeresestabanenventa.Yalgunas,sí, loestaban.Nohabíamás que pensar enMandy, pero otras…otras todavíamerecían elrespetoalquetodoserhumano,pordefinición,teníaderecho.

—No,nolahubo.Meechódesuvida,noentendíanada.Mispadresnoentendíannada.Tuvequedejar laciudad,mipiso,vendermicocheyempezarunanuevavida.

—Viviendocontuspadresycriandoaunniño.Natashasonrió,sumiradasehabíasuavizadoentonces.—Así es, pero es lo mejor de todo esto. Puede que saliera de esa

experienciaconelcorazóndestrozadoyunagrandesconfianzahacialoshombres,perolaverdadesquetodotienereparación,especialmenteconmiDerek.Éleslomásgrande,nadahayenelmundomásimportanteparamíqueél.

—Te veo hablando de ese sentimiento, Natasha, y siento celos —confesó,sabíaquehabíadeseoensusojos,ensuposeyunterribleanhelo,pero al mismo tiempo era consciente de que si no contenía aquello,conseguiríaasustarla.

—EresunbuenhombreNathanYork,unpococabrón,perobueno.

—Gracias —respondió lleno de sarcasmo. ¿Cabrón? ¿Él? Bueno,podíaserquetuvieraunpocoderazón.

—Yanoeresmijefe,puedodecirlo.—Meconfiesoculpabledeloscargos.Nohesidomodeloderectitud,

eso es cierto, pero nunca te haré daño. Conmigo siempre vas a tenerverdades,tegustenono.

—¿Nohayningunaprometida?—Dios,no.Elmatrimonionoestáhechoparamí—leaseguró.—¿Nisiquieraconlaadecuada?—Nocreoquehayaalgoparecidoahífueraparamí.¿Mehasvisto?

Esdifícilaguantarme—seburló—.¿Quéhaydeti?—Noquierocasarme.Noquieropasarporlomismo.—No todos los hombres son unos impresentables, incluso hay

algunoscabronesdebuencorazón.Natashaaceptósupostura.—Eneso tengoquedarte la razón.Sinembargo,dudosercapazde

confiardenuevo.Creoqueestoyrotaenesesentido.—Nohe tenidonovia,Sasha—dijo él cándido—,aunquehe estado

conmásmujeresdelasquepuedorecordar.Megustaríaunaoportunidad.Nopiensesenmícomoalguienquevaahacertedaño,piensaenmícomoalguienconquiénpuedespasarunbuenrato.

—Noquiero implicar amihijo enuna relaciónpasajeraque acaberompiéndoleelcorazón.

—Nopasará,lojuro.Dereknosufrirápormicausa.—Nopuedesasegurarlo—contradijoella,molesta.—Oh,sí.Sípuedo.Confíaenmíenesto.Sihayalgoentrenosotrosy

seacaba,puesseacabó,peroélnosufrirá.Seamosamigosydejemosverhastadóndenoslleva.

—Sédóndequieresquenoslleve.—Nopuedesenfadarteconunhombreporintentarlo.—No,tampocoloharía.—Selevantódemostrandoconsuacciónque

dabalaveladaporterminada,Nathanselevantóconella.—Natasha, por favor, piensa en volver a la oficina. No quería

obligarteadimitir,tenecesitamos.—Necesitouncambio,megustalajugueteríaymepermitecompartir

mástiempoconminiño.—¿Estásseguradeeso?

Lamujercasiestabaenlapuertacuandoasintió,girándose.—Sí.—Bien, entonces no insistiré —aceptó él. No quería forzarla. A

ningunode losdosbeneficiaría que tratarandehacerquepasaran cosasqueyanoteníanporquéser.

—Gracias.Teníalamanoenlapuerta,eraahoraonunca.«¿Unúltimointento,Nathan?»,preguntóunavozinterior.Noibaadefraudarasuconciencia,¿verdad?Posó la mano sobre la puerta, impidiéndole abrirla, sintiendo el

aromadelamujerqueestabacasipegadaaélymurmurósunombre.—Natasha.Ella se giró para enfrentarlo y contuvo el aliento. Sus miradas se

engarzaron,mientrastratabadeponerdistanciaentreambos.Unadistanciaquenopermitió.

Repitiósunombresusurradoybajóasucuello,besandolazonaenquepalpitabasupulso.

—Sasha,porfavor.Solounavez,soloestanoche.La mujer lo miró, en sus ojos batallaba el deseo con la

responsabilidadyelmiedodesalirheridaotravez.—Nathan,yo…Nopodíahacerleaquello,nodebía,sinembargoladeseabatanto…—Nodebemoshaceresto—aceptóydiounpasoatrás,dándolevía

libreparaquehuyera—.Ve,estanocheestuyaydetuhijo,peromañana…Labocaansiosadelamujerreclamósuslabiosenunbesodevastador

almismo tiempoque sedeshacíade su abrigoy tirabade la camisadelhombre,desnudándolo.

Subocalamiósucuello,mientrassusmanosleacariciabanelvientre,subiendohastaelpechoyretomandoelcaminodevuelta.

Lasostuvoconfirmezaporlasmuñecas,deteniéndola.—Noesunjuego,sihacemosestonopodrásdarmarchaatrás.Las únicas palabras pronunciadas, fueron un ronco y excitado

susurro.—Tedeseo,Nathan.—Acabasdefirmartusentencia,señoritaJenkins.Yanohaymarcha

atrás.

CAPÍTULO16

No supo qué se apoderó de ella, pero una vez sintió la calidez del

hombreque laacompañabanopudodetenerse.Elcalory laembriaguezde la pasión la emborracharon, llevándola al abismo. A tomar unadecisiónenunsolosegundoquepodíaalterartodosumundo,perodelaque no quería retractarse. Quería estar con él, esa noche, en su casa ymañanaseguiradelante,sinmiraratrás.

No iba a aprovecharse de ella, ni al revés tampoco, sería unintercambio. Tendrían lo que en el fondo los dos deseaban, sinrecriminacionesnidolor.Soloplacer.

Unomuyintensoporloqueparecía.LalenguadeNathandibujabaunrecorridoporsucuello,volviéndola

loca con aquellos escalofríosque enviaban a cadadiminuta célulade sumuyacaloradocuerpo.Ladeóelcuellolosuficienteparadejarlehacer.Suboca eramágica y susmanos también, parecían estar en todas partes almismotiempo,conociendo,palpando,excitando.

Siaquellodurabamucho,olvidaríahastasupropionombre.Natashanosequedóquieta,sinoquetambiénloacarició.Mordióel

lóbulo de su oreja mientras sus dedos recorrían toda el terreno quequedabaasudisposición.Learañólaespaldaantesdedarsecuentadeloque estaba haciendo, reclamando en silencio más intensidad. Lo queríatodoynoeramomentodeguardarsenada.

Ningunodelosdosteníaderechoahacerlo.—Voy a romper con todo lo que crees saber sobre mí, señorita

Jenkins.Por algúnmotivo extraño, el hecho de que la llamará así la volvía

más salvaje. Su cuerpo se retorcía de ansiedad, ansiando el contacto.Necesitando sentirlodesnudo sobre ella, dentrode ella, a su espalda.Entodaslasformasyposturasimaginables.

Quería que se entregara a fondoydejar unamarcaprofunda en él.Podía sermadre soltera, podía haber renunciado al amor, pero siemprehabíasidounamujerapasionada.Legustabaelsexoydisfrutabaconél.

Nathanerasucompañeroperfecto.—Túnosabesnada,Nathan.Vasaflipar.Elhombreriollenódeimpacienciaydeseo,lalevantóenbrazossin

aparenteesfuerzoyselallevóalacama.Unavezallí,perderlaropafuecuestióndesegundosyenelinstante

en que sintió aquel duro cuerpo pegado al suyo, cerró los ojos parasoportarlaintensidad,esoeraloquetantohabíaechadodemenos,esoerasinloqueibaavivirduranteelrestodesuvida.

—¿Estás bien, Sasha?—había preocupacióny excitación en la voz,peroprimólaprimera,descolocándola.

Natasha abrió los ojos, lomiró, tomó su rostro en susmanos y loacercóasubocaparabesarlo,despuésasintió.

—Nuncaheestadomejor,Nathan.No necesitó más. Sus labios descendieron una vez más a su ya

necesitado cuerpo, probando cada centímetro de ella, lamiendo ydegustando.Sedetuvoensuspechosmientrasledabaplacer.Susdedosseinternaronensuentrepiernaposeyendo,haciéndoseelúnicoyelauténticodueñodeaquellosdominios.

Escuchaba sus propios gemidos, junto a los gruñidos de él y paracuandosefundieronenunsoloser,Natashasediocuentadequepodíaserelúltimo,perohabíaopacadoalresto.

—Sí.Sí.Notedetengas.—Jamás lo haré—aseguró él mientras iniciaba el lento y erótico

vaivén,ansiosoporreclamarlaatodaella.Yledejóganar,porqueenaquellabatalla,losdossehicieronconla

victoria.Nohabíanombresnipasado,miedosnianhelos.Tansolofueronun

hombreyunamujerentregadosalfervordelapasiónyeldeseo.Solo dos formando un ser que se derritió entre gritos de intenso

placeryliberación.AsífuecomoNatashaentregósusarmasyNathansedurmióconuna

sonrisaysintiendomásligeroelcorazón.

***CuandoalamañanasiguienteNathanabriólosojos,lavioenpleno

intentodehuida.Sonriótanperversocomosesentíaylallevódevueltaa

lacama.Trashacerleelamorporterceravezdesdelanocheanterior,ladejó

marchar.SabíaqueDereklanecesitabaynoqueríainterponerseentrelosdos.Lehubieragustadocompartiraquellaespecialmañana,descubrirlosregalosyjugaralafamiliafeliz,peroapesardeloquehubierapasadolanocheanterior,seríaunextrañoentreellos.Noqueríaenrarecerelclimade un día tan sagrado para el niño, así que se tomó su tiempo paraducharse,vestirseydesayunar.

Cuando terminó, consultó su reloj.Aún era pronto, así que decidióvalorar qué había pasado exactamente entre ellos dos la noche anterior.¿Unaaventura?¿Eliniciodealgomáslargo?¿Unarelaciónquizá?

Natasha Jenkins había sido toda una revelación. Jamás habríaesperado que se derritiera entre sus brazos volviéndosemantequilla. Niqueresultaratanapasionadaoexigente.

Eradeesasmujeresquesabíaquéquería,quélegustabayquéhacer.Nosehabíaaburridoconella,alcontrario,selehabíahechocorto.Estabadeseandollevárselaalacamaotravez.

También era consciente de que la mayor parte de sus aventuras alprincipio eran iguales, era raroqueduraranmásde cincoo seismeses,pero nunca había sentido esa inclinación a conocer a la otra parte. Aconocerladeverdad.

Gustos, miedos, deseos, sueños… Con Natasha quería todo eso,ademásdeseralguienparasuhijo.Nopodíacomprenderseasímismo,deprontosusesquemassehabíanrotoydeseabacosasquenodebíaniqueríatener.

¿Una familia? ¿Él? No. Jamás sería un buen padre. Nunca habíatenidounareferenciareal.Suabuelahabíasidoestupenda,peronohabíasido un hombre. ¿Cómo iba poder averiguar la manera en que secomportabaunpadre,sinuncahabíatenidouno?

Ni siquiera suabuelohabíavivido, asíqueno,noestabapreparadoparaserlafigurapaternaoelmodelodeningúnniñoimpresionable.¡Sinisiquieralegustabanlosniños!

Pero sentía que tanto Derek como Natasha eran especiales. Nodeberíapensarasí,nisentirasí,perolohacía.

Nopodíaevitarlo,nopodíacontenereseanhelodepertenecer.Siemprepensóquelosuperódeniño,peroalparecer,sololohabía

ocultadoprofundoyresurgíaenelpeormomentoposible.

«Noeshoradeuna relación,Nathan.Tienesque concentrarte en eltrabajoydejaraSashatranquila».

Pero nunca lo haría. Era cabezota y le gustaba salirse con la suya.Ella era especial, quería tenerla. Todo el tiempo que pudiera y esosignificabaparasiempre,queasífuera.

Total, ya había pensado en casarse.Y simás adelante necesitaba sulibertadnuevamente,siemprepodíapedireldivorcio.

Pormásqueledisgustaratantolapalabracomolainstitución.«Eselsexo,tehacomidoelcerebro».Podíaser,perohabíasidomuybuensexo,asíquemerecíalapenael

riesgo.Eradeesassituacionesenlasqueolointentabasexponiéndotealfracasoonopodíasganarelpremiogordo.Nuncahabíasidouncobardeynoplaneabaempezaraserloahora.

Nohabíamaneradequeesosucediera,nuncaaceptaríaalgoasí.Viosobrelamesalainvitaciónaunafiestatardíadeañonuevoyse

preguntó qué diríaNatasha si la invitaba. ¿Aceptaría acompañarlo?Asítendríaunaexcusaparavolveraverlapronto.

¿Cómoreaccionaríaella?Nopodíaesperarparaverlo.No habían pasado ni dos horas y allí estaba, ansioso de nuevo por

ella.«Hasretrocedidodevueltaalaadolescencia».Sin embargo, sabía que no era cierto. Los días anteriores había

rechazadovarias jugosasposibilidadesdeperderseentrevariosparesdefemeninaspiernasyglobosarregladosporcirugíaestética.

EsoeraalgoqueleencantabadeSasha,eratannatural.Nohabíanadaartificialenella.Nisucuerpo,nisusexigencias,nisusgemidos.Eraunamujerreal.

Unasexyyatractivamujerdeverdad,delasquesiemprehablabasuabuela y a las que él nunca se había acercado pormotivos obvios. Lasmujeres como aquellas querían compromiso y soñaban con formar unafamilia,éleraalérgicoatodoaquello.

Sinembargo,empezabaadarsecuentadeloquesehabíaperdidoconaquella forma de pensar. ¿No sería mejor dejar a un lado al playboymillonario el tiempo suficiente como para sentar cabeza con una buenamujerquecasualmenteteníaunhijoquenoheredaríasuspropiosgenes?AunquelosgenesdeKramereraninclusopeorquelossuyos.Derekhabíasidoafortunadodetenerasumadre,deparecerseaella.

Inclusoélhabíatenidosuerteconeso.«Tampocovasapedirlematrimonio,¿no?Todavíano».Yahíestabaelquidde lacuestión,enel«todavía». Increíblequeel

señorYork,comolohabíallamadoellanomuchotiempoatrás,estuvierafantaseandoconlaposibilidaddecasarse.

Seestabavolviendolocoylopeordetodo:unlocofeliz.Sonriójustoantesderecogerlainvitación,suabrigoydirigirseuna

vezmáshacia lacasadeNatasha,consuertediríaquesíy tendríanotranochedefantasía.

Semoríadeganasdetenerlaentresusbrazosotravez.Ydespuésotrayotra,seguramente,conel tiemposecansaría,pero

¿ysiestaveznosecansaba?Nopodíadejarpasarlaoportunidaddecomprobarlo.Juntospodrían

hacergrandescosas.Aunquesolofueraencontrarunfinalfeliz.

CAPÍTULO17

Aquelvestidono lepegabanada.Natasha lo sabía,peroporalguna

estúpidarazónhabía tenidoqueponérselo,convertirseenCenicientaporunanocheyacompañaralhombrequeempezabaallevarsesuvoluntadylavolvíaloca.

Nunca se hubiera imaginado haciendo nada parecido, desde lo deSuttonhabíatenidomuchocuidadodenodesmelenarse,peroencuestióndedíastodosuesfuerzosehabíaperdido.

TampocoayudabaqueDerekysumadrelahubieranempujadoalosbrazosdelhombrequelograbaquetodosucuerpotemblaraysusrodillassevolvierandemantequilla,dejándolatotalmenteinestablesobreaquellosaltos taconesyaferradaalbrazodelhombrealquenuncadeberíahaberdejadoentrarensuvida.

NathanYorknoerabuenoparasusaludmentalyeraaúnpeorparasuyamaltrechocorazón.

Pero,denuevo,nohabíapodidocontenerse.Habíadeseadoestarallíy allí estaba. Solo era cuestión de tiempo de que algo pasara y sedestruyeraaquelmomentoperfecto, entoncesyanohabríamarchaatrás,terminaríaconélyvolveríaalpuntoderetorno.

No, estaría mucho peor que antes de Nathan. Porque habríacomprobado que su postura anterior era la correcta y que el amor y elmundodelasrelacionesleestabanvetados.

Queríatenerfeyesperanza,necesitabalailusión.Tomóaireylomiró,lagentelaobservabacomosinolaconocieran.

Enlosojosdeloshombreshabíaunligerointerésyenlosdelasmujeresunapizcadeodio,quizáporenvidia.

Nathan era un hombremuyguapo y quiénmás quiénmenos, habíasoñadoconestarenellugarqueahoraocupabaella.

Nosabíanlatensiónqueimplicabaelestaresperandoelmomentoenque pasaría a la siguiente. ¿Cuándo llegaría ese punto en queNathan seaburriríayatraparíaaotraincauta?Pronto,selodecíanloshuesos,muypronto quedaría relegada al olvido, la dejaría en paz y sola para luchar

contrasuspropiosdemonios.Loaceptaba,porque lavidaeraasíynomerecía lapenaforzarsea

buscarotrasolución.Estaban juntos y felices por ahora, podía dejar para mañana la

preocupacióndelfuturocercano,estarenpaz.—Estáspreciosaestanoche,¿telohedichoya?Nathaneraunperfectocaballero.Sí,selohabíadichovariasvecesy

lehabíadedicadovariasmuestrasdeafecto.Pequeñascosas,como ladeponer su inmensa mano caliente sobre la suya, más pequeña. Guiarlaamablemente con un leve toque en su baja espalda, que había enviadovariosalarmantescalambresincendiandosudeseo.Lossusurrosaloídoylosrocesfugitivosdelabios,endistintaspartesdesurostro.

Lahacíasentirespecial.—Noséquédecir,Nathan—confesó—.Mesientorara.—Gracias,estoymuycontentadeestarcontigoaquíestanoche,sería

unarespuestaperfecta—dijoapartándoleelpelodelosojos—.Notemas,estanocheesparapasarlabien.Túyyojuntos,despuésdecumpliraquí,podemosiramicasay…

—Nosésiesbuenaidea.—Confíaenmí,esunaideaestupenda—sonrióysedirigióhaciael

hombre que lo llamaba a la derecha. Habló con él, fue educado y sesumergieronenunaaburridacharladenegocios.ANatashanolegustabanlasaglomeracionesdegente,sesentíaincómodayloquemásansiabaeraretirarseaalgúnrincón,dejardeserelcentrodeatención.

SabíaquelamirabanporqueestabaconNathan,loquelahacíasentirfuera de lugar. No pertenecía a ese mundo, sabía que cuchicheabanhablandodelanuevaconquistadelplayboy,porqueesoera,lanueva.Lasiguiente de la anterior hasta que hubiera otra más y se convirtiera enpasado,quedandorelegadaalmástriste,vacíoyoscuroolvido.

Asíeralavidaenesemundo,unavidaquenuncahabíaqueridovivir,peroalaquesehabíadejadoarrastrar.

Había dejado que sus debilidades tomaran el control, lo peor quepudohacer,ahorateníaqueaguantareltipoysuplicarlequenolehicieraacompañarledenuevoaalgúneventosimilar.

Lomiró, sumergido en su charla, y espero a que tomara aire paraexcusarseyacercarsealaseoaretocarseelmaquillaje.

Unamentirapiadosa,tansolonecesitabaeliminarunoscuantospares

deojosdesupersona,recomponerseyrecordarquiénerayporquéhabíaidohastaallí.

Estabaendeudaconél,lehabíaayudadoconSutton,resolviendounpequeño problema que podía haberse convertido en otro muy grande,peronopodíaenamorarsedeél.

Nonecesitaba auna tonta enamorada condeseosdequeocupara ellugarqueotrohombrehabíadejadolibre.

Tenía ganas de llorar, porque no se trataba de convertirlo en unsustituto,sinodequeélerael titulardelpuesto.¿Enquémomentohabíaempezadoasentirseasí?Nopodíahabereliminadosusbarrerastanrápidayfieramente,¿verdad?

No,nopodíapermitírselo.Perderloahoraseríamejorqueperderlodespués.

—No sé cómopuede estar contigo, eresmuypoca cosa—dijounamujer a su espalda, mientras estaba en el baño de señoras. Se estabalavandolasmanos,tratandoderecuperarelsentidocomún,cuandomiróatravésdel espejo, reconoció a lamujer.Lahabíavisto conNathanen elpasado—.Sicreesquedurará,teengañasatimisma.Noestásasualtura,querida,eresdemasiadoviejayfeaparaél.

¿QuiénsecreíaqueeraaquellaBarbiedeplástico?Noibaadiscutir,no iba a rebajarse a hablar con alguien tan dañino y todo por celos.¿Acasocreíaqueeratonta?Sabíaperfectamenteconquiénestabatratandocuandoselióconélynoesperabanada.Soloaqueterminara,porqueeraloúnicoquesepodíaesperarconhombrescomoél,apesardelastrazashonorablesysincerasquehabíavistoensusacciones.

Nopodíasquitarlelasrayasaunacebraolasmanchasaunleopardo,loúnicoquepodíashacereraamoldarteaélosacarlodetuvida.

Natasha solo quería un oasis de paz, durante un tiempo limitado.¿Tantoerapedir?¿Podríaaquellazorritadetresalcuartodejarlatranquiladuranteeltiempoqueaquellodurara?

Conocíalarespuesta,peroaúnteníaesperanza.—Megustaquemecontestencuandohablo—exigiólaotramujer.—Yamínomegustaquemeinsulten,simepermite…Tratódeapartarla,peronopudohacerlo.Sehabíacuadradoentoda

suestaturaysacópecho.Casitemióquelesacaraunojoconaquellastetasprefabricadas.

—No eres nada, te aplastará como un gusano. Julie está ahí fuera

besándoseconél.Tansolohanecesitadoquetedeslavueltadiezminutosparaolvidarsedeti.

Nodeberíahaberescuchadoaquellaspalabras,perosutontocorazónseaceleró,previoaldestrozoquesobrevendría.¿Tanprontollegaba?Noeraquenolohubieraprevisto.

—Pues si Julie está conNathan, entonces es que no es un tipo quemerezcamucholapena,¿nocrees?¿Porquétearrastrasporalguienquetehadejadotirada?Noloentiendo.

—Noeressuficiente.Novamosadejarqueseconformecontanpocacosa.

—Gracias, esoquehasdicho es lomejorquepudistedecir—saliódelbañoconlacabezamuyalta,ignorandoelestuporqueaparecióenelrostrodelavíbora.

No sabía qué encontraría, pero no le importaba. Estaba preparadaparahacerfrenteacualquierinconveniente.

Serepitiódenuevoquesabíaqueeldíallegaría,asíquecuandoentróenelsalónyvioa la flacayperfectamujerrestregándole las tetasen lacara,paraacabarbesándolodespués,exactamenteelmismopuntoenquela había besado a ella días atrás, se dijo que el final había llegado.Másprontodeloqueesperaba,perofinal,alfinyalcabo.

Sequedóobservándolosunpardeminutos,despuésnegóycaminóatodaprisahacialasalida,recogiósuabrigoyselopuso.

Lastontaslágrimasabandonaronsusojossinpodercontenerlas.¿Porqué llorar? No había sido nada más que la profecía cumplida, habíapasadoloqueesperabaynohabíamarchaatrás.

Pusounpieenlacalleyseestremeció.Latemperaturahabíabajadovarios grados, pero no le importó. Buscó un taxi, no pudo encontrarninguno,maldijoyempezóacaminarconlosincómodostacones.

Aquelnoerasumundo,mejorprontoquetarde.Habíasalidodeélydenuevoeracapazderespirar.

SoloanhelaballegaraDerek,asuhogar.Ydejaratrástodaaquellarápidafantasíaconlaquenopodíalidiar,ni

ahoraninunca.Definitivamentesucorazónestabaenhuelgaysufuturodecidido.Eramadre,porencimadetodaslascosas,ysumujersecreta,esaque

anhelaba la pasión y el intercambio entre dos, iba a quedar relegada alolvido.

Eseerasulugar,unoquejamásabandonaría.Antesdequealguienmássalieraherido.

***Nathanlavioduranteunsegundo,antesdeque lamujer loatrapara

en aquel asfixiante abrazo. Solo quería deshacerse de ella, correr trasNatashayexplicarloquehabíapasado,perolagentesepusocomolocapidiendomásyellanolodejóescapar.

Sabía que aquello iba a costarle caro. No había terminado con suadorableseñoritaJenkins,noplaneabaterminarnihoynimañana,puedeque nunca, pero en su gesto triste solo había visto la seguridad. Habíahecholoqueesperabaquehiciera,asíqueserendíasinluchar.

Sabíaporquélohacía,suexperienciapasadahabíasidotandolorosaque era mejor seguir adelante, superar el dolor y olvidar todo lo quepodría haber sucedido entre los dos de haber luchado por ello. No laculpaba.Laverdaderaqueteníatodaslasrazonesdelmundoparasalirdeallíyolvidarsedeél.

Peronoeraalgoquepudierapermitir,noqueríahacerlo.Sedeshizodelabrazoylamiróconfuria,noconocíasunombreni

deseaba hacerlo. Tras apartarla a un lado e ignorando las voces quecoreabansunombre,corrióatodaprisahacialacalle,sinabrigo,tansoloconlafinachaquetaquedejabapasarelheladoaire.

Corrióconaquelloscaroszapatos,hastaquelaencontró.Lasostuvopor las muñecas, la miró a los ojos y se dio cuenta de que la habíaperdido,inclusosinquerer.

—Noesloquepiensas.—Nopiensonada,Nathan.Solohapasadoloqueteníaquepasar.—¿Tansuperficialcreesquesoy?—preguntóalgodolido.Sabíaque

no teníaderecho,perosesentía insultado.Nohabíahechonada,hoyno,aunquemilvecesantesfueraculpable.

—¿Acaso no lo eres? ¿Por qué te empeñas en seguir con esto?Ambossabemosquenosoytutipo.

—¿Ysiquierocambiardetipo?—Lascosasnofuncionanasí.Ojalá fuera tan fácil, pensó Nathan. Decirlo y hacerlo. Que ella

confiaraenél,peroibaatenerquedemostrárselo.Loúnicoqueellasabía

era que se habían acostado, que le había hecho propuestas inaceptablessoloparatenerlaensucamayquesupasadoamorosohabíaestadollenodemujeresperfectas, todasiguales,cuyosnombres,coneltiempo,habíaolvidado.

Había sido un donjuán, disfrutando de los placeres de la carne, sinpreocuparseporlasemociones,yahoraloestabapagando.

—Solotepidounaoportunidad,Natasha.Solouna.—No puedes evitar ser como eres y no me parece mal. —Las

lágrimasrodabanporsusmejillas,teníalanarizrojaytemblaba.Nosabíasi por el frío o por el dolor que le había causado—. No eres un malhombre, tienes buen corazón, pero no puedes dejar atrás quién eres, nopormí,yyonopuedoestarconalguienqueencualquiermomentopuededesaparecerdemilado.Desearíapoderignorarquiéneres,peronopuedo.

—Nosabesquiénsoy,todavíanohastenidotiempodeverme.Nodeverdad.

—Creoquesítehevisto,tantoqueséquepodríaamarte,Nathan.¿Noentiendesqueesomemataríaeldíaquetefueras?Seguirásadelantecontuvida, loharás.Porqueeresasíyyo…¿quéharéentonces?¿Recoger lospedazosdemividayvolveraempezar?Nomequedafuerzaparahacerlo,nootravez.

—NosoySuttonKramer.Novoyatirartecomosinofuerasnada.—Escierto,noloeres.Eresunhombrebueno,NathanYork,poreso

podrías ser como un tornado devastador para mi alma. No podríareponermealapérdida.Nopuedoarriesgarme.

Nathan se sintió furioso. ¿Que no podía arriesgarse? ¡Él sí! Iba ademostrarle cuán dispuesto estaba a ello, le demostraría que podíanlograrlo,quesoloeracuestióndeintentarlo.

—Porfavor,Natasha,dameunaoportunidad.—Tediuna,Nathan.Inclusoencontrademisentidocomún.—No fui yo. Fue una encerrona. Querían herirte, Sasha. Querían

separarnos y lo han logrado. ¿Acaso nomerece la pena el esfuerzo deintentarlo?Confíaenmí.

—No solo está en juego mi corazón. Lo siento, Nathan. Yo… nopuedo.Nopuedo.—Sealejódeél,tratandodecorreratravésdelacalle,poniendodistanciaentreambos.

Losdostiritaban,hacíafríoysiseguíanquietosacabaríanporcogerunapulmonía.

Lasostuvoporelbrazo,deteniéndolaunavezmás.—Vayamosaunacafeteríaaentrarencalor,hablemos.Nopodemos

rendirnosasí.Todavíano.Evitóelcontactoencuantopudo,alejándose.—Adiós,Nathan.Hassidoespecialparamí,perosomosdemasiado

diferentes.—Almenospermítemellevarte,cogerémiscosasy…Pero ella se apartó de él y echó a correr. Intentó seguirla, podría

haberla alcanzado fácilmente, pero algo le dijo que no era buenopresionarla,notanpronto.

Noibaadejarlaenpaz,erademasiadoimportantecomoparahacereso, pero le daría una noche de espacio. Que durmiera y se enfriara eldolor por la supuesta traición, al día siguiente sería otro día. Uno quepodríanenfrentarjuntos,enelquepodríanllegaraunacuerdo.

Unoenelquepodríanempezardenuevo.

CAPÍTULO18

Natasha abrió la puerta al repartidor de flores, parecía ser una

constante en su vida en los últimos tiempos. La nota de disculpa que loacompañabaeratansentidacomolastreintaanteriores.Sumadrelamirócomodiciéndolequedejaradesertanterca.Queerahoradeperdonar.

Había pasado casi un mes desde aquella noche, pero no se sentíacapaz de escuchar los argumentos ni de Nathan ni de su familia, queparecíandispuestosaconcederleelbeneficiodeladuda.

Ella misma había titubeadomil veces, con el móvil en la mano, apuntodellamarlo,paradesistirpocodespués.Derekentróenlahabitacióncon sus muñecos y se sentó a su lado en silencio, tan solo mirándola,comoesperandoaquefueraellaquiénhablara.

—¿Sucedealgo?—inquirióatrayéndoloasuregazoyachuchándolo.—¿PorquénoquieresperdonaraNathanporportarsemal,mamá?

Tú siempre dices que hay que perdonar a las personas cuando seequivocan.

—A veces los mayores nos equivocamos tanto que es muy difícilpoderhacerlo,cariño.

—Nadie se equivoca tanto, tú dices siempre que no hay que serrencoroso,mami.Nomegustavertetriste,teponestristeylasfloressonmuybonitas.SéqueechasdemenosaNathan,esmiamigo,havenidoavermealgunosdíasyelabuelomehadejadojugarconél.

Losabía,eraconscientedeaquellasvisitasynohabíatenidocorazónpara acabar con ellas. Si su hijo las disfrutaba, ¿quién era para impedirque los dos se vieran? Incluso aunque le doliera ser tan cabezota, peroestabademasiadoasustadacomoparahacerfrenteaunaposiblerelación.

—Noestoysiendomuybuenapersonaenestostiempos—murmuró,imaginandoquesuhijonolahabíaescuchado,peroseequivocaba.Estabaescuchando,atentoatodoloquedecía.

—Eresbuena, soloestásasustada.Nathanmehadichoquenodeboenfadarme contigo, que cuando estés lista para hacerlo, le perdonarás.¿Porquéno lo intentas?Yo tedaré lamano,paraqueno tengasmiedo,

mami.Miróasuhijoynopudoevitarsonreír.Ensugestohabíaseguridad,

leofrecíasumano,diciéndolesinpalabrasqueestaríaahí,conella.Soloteníaseisaños,peronuncaestaríasola.Era loqueteníaquever,quesinimportar cuantos Sutton o Nathan pasaran por su vida, Derek siempreestaríaallí.

Nuncalaabandonaríayjuntospodríanhacerfrenteacualquiercosaquelavidalestrajera.

—¿Tú crees que debemos intentarlo, cariño?—Acarició su cabezacon ternuray lobesóen lanariz—.Porquesiquieresque ledemosunaoportunidadaNathanseladaremos.

—¡Puesclaro,mamá!Sinohayquetenermiedo,Nathanesmiamigoyesbuenapersona.¿Sabesquejugamosalfutbolysemanchóeltrajeesetanelegantequelleva?Peronoescomomipadre,nogritaniseenfada,serio.Nosrevolcamosporelsueloyyaestá.Dijoquela lavadora todololimpia.

Natashasonrió.Lostrajesdesuexjefenopodíanlavarse,eraloqueteníalaropadelujo,habríaquedadoarruinadoyparatirarloalabasura.Nienlatintoreríapodríanquitarleelbarroresultantedeunatardejugandoconunniño.

—¿Esohizo?Por algún motivo no le resultaba extraño. Había un lado de aquel

hombretotalmentedesconocido,unoquelasorprendía.Estabaseguradequeélmismoestabasorprendido.

—Puessí,mamá.Lohizoyayersepusoropanormalporquesuotraropaseestabasecando.

¿Nathanconvaquerosyunacamisetadealgodón?Estaríaguapísimoysexy.Podíaimaginárselo.

Sabía que debería sacar esa imagen de su mente tan pronto comopudiera, pero todas sus excusas se iban derrumbando rápidamente. Casiantesdeformarseensumenteunavezmás.

—¿Cómopodríamoshacerparaquenosquieraensuvida?Hesidomuymaleducadaconél,sincontestarsusnotas.

—Notepreocupesmamá,yoloarreglo.Elniñoselevantóatodaprisa,dejólosjuguetesycogióunalibreta

desumadreyunlápiz,regresóylamiró.—Vamosaescribirleunanotaasucasa.

—¿Unanota?Elniñoasintió.—Yaveráscomoteperdona,selovoyadeciryo.Levoyadecirque

vamosalapistadehieloapatinar.Natashadudóuninstante.¿Usarasuhijoparaquedarconél?Podría

haberlo llamado,perono se sentía tanvaliente.Quizádejarque suniñohicieradeCupidofuncionara.

Para los dos. A ella le daría tiempo para prepararse mental yfísicamente para el encuentro y él…Bueno, no sabía qué haría él, peroesperabaquenofueratarde.

—¿Cómoseescribe«hielo»,mami?Sasha sonrióyprocedió a ayudar alniño,mientras su estómago se

llenabademariposasysucorazónlatíaapresurado.Ibaaintentarlo,adarleunaoportunidad.Ojalánohubieradejadopasardemasiadotiempoparahaceraquello,

teníalasensacióndequepodríaserloquesiemprehabíaestadobuscando.NathanYork,elplayboyconcorazón.Sí, sonaba como un candidato. Elmejor y el único para ella, para

Derek,paraambos.

***

Nathanestabatiradoenelsofá,tomandounacervezayviendolatele.Observóelteléfono,esperandoquesonara,perounavezmásnolohizo.NosabíacómoprocederconNatasha,cómoganarsuperdónporalgodeloquenoeraculpable.

Una parte de su ser le decía que la dejara atrás, que habíamuchasotrascomoellaenelinmensomar,peronopodía.Nosoloeraporlobienque lo había pasado con Derek, por la complicidad que había surgidoentrelosdos,nisiquieraeraporlobienqueseentendíanenlacama,erapormás,muchomás. Esa emoción que se había clavado en su pecho ylograbaque ledolieraelcorazón.¿Eraamor?Puespensabaenélcomounajodidamaldición.Loestabadejandoaleladoyperdidoenunmardefantasíasqueeraposiblequenuncasehicieranrealidad.

El timbre interrumpió sus cavilaciones, se levantó casi ansioso.¿Seríaella?

Encuantoabriólapuerta,sucaradebiódemostrarsuincredulidad.Elchicodelafloristeríalomirósinprestarmuchaatenciónyleentregóunacajablanca.

—¿Mefirmaaquíparaconfirmarlaentrega?Lohizosindecirniunapalabra.Diolasgraciasyconelpaqueteen

lamanovolvióasusofá.Abrió y observó el contenido, una rosa roja y una nota. ¿Quién le

mandaríaflores?Susmanostemblorosassacaronlanotadelsobreyleyóenvozalta,

sucorazóncadavez latíamás rápidoy suesperanza renacíacon fuerza.¿Natasha?¿Unarendición?¿Podríaser?

Las enormes letras infantiles le hicieron sonreír. Podía ser que elniño hubiera escrito la nota, pero estaba seguro de que sumadre sabíaexactamente lo que había puesto. Incluso era posible que ella le hubieradadolaidea.

«Usandoalniñoparallegaramí.Sasha…Sasha…Sasha…¿Quévoyahacercontigo?».

Sinembargosesentíamásligero.Siquieresveramimadre,vealapistadehieloalasseis.Notardes,

quizáteperdonaylaperdonas.Mamádicequenohayqueserrencorosoyquedebemosconfiarenlaspersonasquenosimportan.Nolleguestarde.

P.D:Mejorpontelaropadeayer,quemamásonriócuandoledijeloquetepusiste.Creoquelegusta.

Unacarcajadalohizosostenerselatripa,mientrassedejabacaermuycomplacidotodololargoqueera.

Quizánotodoestabaperdido.Podíaserque,dehecho,solofueraeldifícilprincipiodeunainteresanterelaciónentredos.

Ibaalucharparaqueaquellosehicierarealidad,iríaaportodas.PalpóensubolsillolajoyaquehabíaescogidoparaNatasha.Noera

unanillo,erademasiadoprontoparaeso,perosellaríadealgunamaneraunpactoentreellos.

Sonrió complacido, pensando en la mujer que había robado susentidocomúnyqueamenazabaconquedarsecontodolodemás.

Y lo peor de todo no era eso, lo peor era que le entregaría cuantoquisiera con una sonrisa, no por un díamás, sino por la promesa de laposibilidaddeunavidacompartida.

«Túcomprometido,NathanYork.Quiéntehavistoyquiénteve».

Yencontrade loquehabíapensadosiempre,nosesintióatrapado,sinolibre.

Tan librequepensóquepodríahacerseadictoaesa sensación.Unaque no querría que desapareciera nunca, sin importar los baches y elsufrimientoquehubieraporelcamino.

El amor merecía la pena, lo sospechaba, ahora solo necesitabacomprobarlo.

Yloharía.Enlapistadehielo,enunaspocashoras.Apenas podía esperar para encontrarse con la mujer que lo

trastornaba,paramirarlaalosojosydejarlemuyclaroquenoplaneabadejarlaescapar.

CAPÍTULO19

Natashaestabamuynerviosa,peroseesforzabaendisimular.Derek

estabaemocionado,expectante.SabíaquehabíaescogidoaNathancomopadre y que solo esperaba que su madre abriera los ojos por fin y sequedaraconél,nolodiríaconesaspalabras,pueshabíacosasquetodavíanocomprendíadel todo,perodealgunamaneraesperabaquehiciera loquedebía.

Si antes había tenidomiedo por cómo se darían las cosas entre elniñoyelhombre,ahorasabíaque laúnica trabaenaquella relacióneraellaconsusviejosmiedosasertraicionadayquedarsesola,endesventaja.Selohabíanhechoantesytemíaquelesucedieradenuevo.InclusoaunqueNathanySuttonnofueranelmismohombre.

SabíaqueNathan eramuydiferente.Lohabíavisto, no eramentiracuandodijoquepodría llegar a enamorarsede él.Aunquebienvisto, síquehabíamentido,porqueyaloestaba.Inclusoapesardesusintentosdeignorar lasseñales,habíaquedadoatrapadaen la redynoencontraba laformadeescapar.

Tampocoesquequisiera.—Nofuereal—dijolavozdelhombrequelequitabaelsueñoasu

espalda—. Tienes que creerme. Llevo intentando decírtelo todo estetiempo,pero…

Segiróylomiró,tambaleándosesobrelospatines.Lahabíatomadoporsorpresa,aúnnoeranlasseis.

Derekcorrióatodaprisa,deslizándoseporelresbaladizosuelohastasuamigo.

—¡Hasvenido!Selodijeamamá.—Eh,chico.—Lolevantóenbrazosylerevolvióelpelo—.Espero

quemeenseñesahacerunodeesosgirosquetehevisto.—Mamásabemás,tepuedeenseñar.¿Verdad,mamá?Los dos la miraron expectantes, Sasha titubeó sin saber qué hacer,

finalmenteasintió.—Claro.Derek,cariño,¿podríasirapatinarcontusamigos?Nathan

yyovamosahablarunmomento.El niño asintió y luego susurró algo al oído deNathan, haciéndole

sonreír.—Claro,chico.Ve,luegotecontarélosprogresos.Seabrazóasumadreenelcamino,labesódondellegabaysusurró.—Acuérdatedequeperdonamosynosomosrencorosos,mami.Sasharioybesóalniño.—Claroquelorecordaré.Cuando el pequeño se adelantó para jugar con otros niños, Nathan

alzólavoz,deslizándosehastaella.—Estáscriandoaunbuenchico.Tieneuncorazónenorme.—Gracias.—¿Recibistemisflores?—Sí —sonó arrepentida, lo sintió y lo sabía. Debería haberlo

llamado,haberdichoalgoperosehabíaquedadoparalizada—.Sientonohabertellamado.

—Puedoentenderporquéno lohiciste,perono fuedeverdad.Esebesonosignificónada.

—Lo sé. Creo que lo supe aquella noche, pero… esperaba quehicierasalgoquemedemostraraquenopodíamosestarjuntosylohiciste.

—¿Por qué? —–preguntó con gesto serio. Sabía que aquello erademasiado importante como para bromear, en esemomento se jugabantanto,losdos,queteníaquesersincera.

—Teníamiedodequererte.—¿Porqué?—repitió.—Porqueaspiroaqueelhombrequemeame,meseafielymebese

soloamí.Ese…eseeranuestrobeso.Bajó la vista, avergonzada. Había sonado como una adolescente

soñadorayromántica,peroasísesentíaconél.Lahacíadesearcosasqueyahabíadescartado.

Queríaamarloyquelaamara.LoqueríatodoconNathanynosabíasipodríaconseguirlo.

—¿Cómopuedoconvencertedequeesesoloquequierohacer?Soloquiero tus labios, tus brazos rodeándome y los míos a tu alrededor.Quierosentirtecontramicuerpo,cadasegundodeldía,escucharturisaytusmiedos.Noquieroserelplayboyqueteseduce,quieroserelhombrequeteama.

Natashalomiró,ensusojosladudayeldesesperadoanheloporqueaquellaspalabrassehicieranrealidad.

—Yo…—¿Quépuedohacerparaqueconfíesenmí?¿Paraqueentiendasque

nohabráotracomotú?—Creoqueyalohashecho.—Sustemblorosasmanosseposaronen

supecho,éllastomó,apresándolasconternura,evitandoquesealejaradeél.

—Logritaréaloscuatrovientos.Quesoytuyoytepertenezcosoloati,queeresmíayjamástedejaré.

—Noesnecesarioque…—Tratóde sonreír, sepasó la lenguaporloslabiosresecos,estabamuynerviosa.

Nathansacódesupantalónunacajitayselaentregó.—Noesunanillo,Natasha,eslapromesadeunfuturojuntos.Cuando

estéssegurademí,dequeloquesientoportiesreal,quenodesaparecerécon la primera rubia tetona que pase, entonces te lo pediré, lo haremosoficial.Porahora,solodimequemeaceptas,queintentarásconfiarenmí,que lucharemos juntos por la posibilidad de un futuro en común, pornuestrafuturafamilia.

—Yono sé si…¿Estás seguro de que es lo que quieres?Novoy adejardeserloqueves,noserénuncacomotusotrasnovias.Nitanguapanitansuperficial.

—¿Porquécreesquemegustas?Hallegadoelmomentoenmividadehaceralgopormímismo,algoqueaunquenuncalosupe,siemprelohe querido. Habrá momentos duros, Natasha, no voy a mentirte, puedeinclusoquelleguesadesconfiardemí,perolosolucionaremosjuntos—aseguró, colocándole el diminuto colgante en forma de corazón—.Queseasímbolodelapromesadesinceridadqueteofrezco,delaposibilidaddeunarelaciónduradera.Déjameformarpartede tuvidayde laDerek,nopidoellugarqueotrodejóvacío,quieroquemeaceptesporloquesoyyloquetepuedoofreceryo,olvidandoatodoslosdemás.

Natashalomiróconelcorazónenlosojos,debíadesaberqueyalahabía ganado, pero no le importaba, aquel era su momento y lodisfrutaría.

—Tequiero,NathanYork.Puedequeseaunalocura,puedequeestéfirmandoelpeordelostratos,peronisiquierameimporta.Tequiero,mehas robado el corazón.No fue con aquel beso, ha sidomucho después,

pero…Nathansacóunaramitadelbolsilloponiéndolaentrelosdos.—Esunbuencomienzo,¿nocrees?La risa rica, cálida y sincera que abandonó a Natasha caldeó el

ambienteentrelosdos,mientrasobservabaelmuérdagouninstante,paraterminarconcentrándoseenélpocodespués.

—Creoquenodeberíamosdesaprovecharlaoportunidad.—Lobesó,comoaquelprimerdía,denohacíatantotiempo,peroconunaesperanzadiferente.

Ahoraerandos,enelinmensocaminoqueseextendíaanteellos,enun futuro que podía ser incierto, pero que esperaba con energía y buenánimo.

Eldestinoteníaquereportarlelafelicidad,losdoslamerecían.CuandoNathan laapartóy lamiróa losojos,nonecesitódecir las

palabras.Sugesto,suscaricias,suabrazo,tododemostrabaloimportantequeeraparaél,aúnasí,sucorazónbailódedichaalescucharlodecir.

—NatashaJenkinsyaeresmíaytequiero.Lobesóotravez,almismotiempoqueescuchabaasuhijocantando

vítores, feliz, rodeándoloy toda lagentepresenteen lapista, aplaudíaycelebrabaelcomienzodeaquellarelación.

Nuncaelmañanasepresentótanbrillanteyambosloibanadisfrutar.

EPÍLOGO

Unañodespués.

Lasaladeesperaestabaabarrotada,peroeracomosinopudieraver

anadie.Acababandevivirunasfiestasllenasdeemocionesintensasyunabodamuyespecial.Nathannopodíahabersidomásfeliz.

EnelinstanteenquelaseñoritaJenkins,ahoraseñoraYork,atravesóelpasillo centralde la iglesia conaquella enormey felizbarrigadondecreíaatodaprisaelfrutodesuamor,supoquehabíahecholascosasmuybien. Por fin había encontrado a alguien que le daba todo, pidiendo acambiosuentrega.Másbienexigiéndola.

Legustabaqueelladejaraclarasuposturaylerecordarasusdeseosy promesas cada día. Lo hacía con sus gestos generosos, cuidándoloinclusosinquesedieracuenta.Sehabíaentregadoenplenoaél,acambiolehabíahechoelmismoregalo.

No lehabíapedidomatrimonio tanpronto como lehabríagustado,porque ella se había empeñado en esperar, en que él estuviera seguro.Queríaquecomprendieraquesiestabanjuntoseraporqueloquería,contodo su corazón, y él necesitaba que ella se diera cuenta de que era laelegida. Su abuela habría aprobado su elección y habría celebrado lallegadadelanuevabisnieta.

Ahoraerapadreporpartidadoble.—Papá, ¿crees que mamá estará bien? —Derek estaba nervioso,

apenassepodíaestarquieto.Loimitaba,uniéndoseaélensuspaseos,sehabíaconvertidoensuejemployesoloaterrabaaveces,perosiempresesentíacomosifueraelhombremáspoderosodelmundo.Ynoteníaqueverconsupoderadquisitivoosuposición,simplementesucedía.

ParaDerek,Nathanhabíasidounregalo,peromásbienhabíasidoalrevés.

Graciasaaquellasdospersonasquenuncahabríamiradodosveces,de no ser por la situación en la que se habían encontrado, habíadescubiertoquelavidaenfamiliapodíasertanexcitantecomodirigirunaempresaosalirseconlasuya.

Habíadejadoaunladounavidallenademomentosvacíos,porunallenaderisasyesperanzas,tambiénalgunasbroncas.

PodíadiscutirconSashay,dehecho,lohacían.Sedecíancosasquehacían daño al otro cuando se enfadaban, pero las reconciliacionesmerecíanlapena.

Oh,aquellosmomentosdereconciliaciónestabanllenosdedicha.Sehabía sentido inseguracuandodescubrióqueestabaembarazada,

él había quedado aterrado. No lo habían planeado y, cuando sucedió,pensaron que elmundo que estaban creando lentamente, se derrumbaríasobrelosdos,peronohabíapasado.

—Tardanmucho,papá.—Vamos,chico.Tumadreesunacampeona,nosavisaráncuandotu

hermanaestélistapararecibirnos.—¿Legustaré?El corazón de su hijo lo asombraba. Era bueno y generoso.No se

había enfadado con la posibilidad de que le robaran la atención, soloesperabapoderocuparunlugarenlavidadelapequeñaKiera.Loharía,porque iba a ser su hermano mayor y tendría que protegerla de loscuervosquesololaquerríanporsuestupendocuerpo.

Tenerunahijacambiabarápidamentelaperspectivadeunhombre.—Másqueeso,vasasersuconfidenteyprotector.Derekasintió.—Loseré.Soyfuerteyrápido,nadieleharádaño.Nathansabíaqueseríaunfieroguardián.Comoélmismo.Unahija,

unhijo,unaesposa.Yanoeraunhombrelibreysesentíatanbien…Unaenfermerasalióallamarlosylosdossepusierondeinmediato

en marcha. Les ofreció la información más importante sobre Natasha,afortunadamentetodohabíasalidobien,lasdosestabansanasyesperandoparaverlos.

Aunqueeraposiblequenopudierantenermáshijos,peroesonoeraloimportante.Nonecesitabamás,sufamiliaeraespecial.

Alentrarenlahabitaciónobservóasumujerysupechosehinchódeorgullo.Estabapreciosa,lebrillabanlosojosapesardequeteníaaspectocansado.

Seapresuróasulado,labesóenloslabiosyacaricióalaniña.Eratandiminuta.

—Eh, pequeña. Aquí está papá.—Acarició a sumujer de nuevo—.

¿Cómoestás?—Feliz.—Llamóasuhijo,haciendoqueDerekcorrierajuntoaella

ylobesó—.Hola,cariño.¿Quieresconoceratuhermanita?El niño observó al bebé con temor, pero se cuadró, rechazando

mostrarsupánico.Nathansonr¡ó,porquesesentíaexactamenteigualqueél.

—Noserompe,puedesdarleunbeso—loanimó,mientrasélmismobesabalosdiminutospies—.Parecementiraquepuedasertanpequeñayalaveztangrande.

Nosuposieran lasmejorespalabrasparaexpresarcómosesentía,peroNatashapareciócomprenderlo.

—Esindescriptible.¿Vesquécositahemoshechotúyyo?—Hemoshechograndescosasjuntos,hemosformadounafamilia.—Quenoquerías—dijoellaconunalevearrugadepreocupaciónen

elrostro.—Quedeseaba,no tuveamispadres,peroahora tengoamishijos.

Creoquesiemprelodeseé, inclusosinsaberlo.Ytúmelohasdado,mesientofeliz,pleno.

Natasha sonrió de nuevo, sabía que era sincero.A pesar de todo eltrabajoquelehabíacostado,alfinconfiabaenél.

Aunquenoplaneabadejardedemostrarleloimportantequeeraparaél.

—Teamo,señorJork.—Teamo,señoraJork—contestóél.—Notepreocupes,Kiera,tecuidaré—dijobajitoelniño—.Túyyo

mejorestaremosjugandomientrasdicenesascosas.Yelniñoempezabaa resistirsea lasmuestrasdeafectoenpúblico.

Noqueríaquesehicieramayor,legustabasuniño.Porqueerasuyoynohabían tenidomásnoticiasdel idiotadesupadrebiológico, tampoco lasesperaban.Habíansolucionadotodo.Nuncatendríaderechossobreél.

—Creoquelohehechobien.Heconseguidotodoloquenecesitaba—dijoNathanlegandoensutonounapizcadelasoberbiaquesiempreloacompañaba—.Dondepongoelojo…

Natashadesestimósupresunciónconungesto.—¿Tú? Si te dejé obnubilado aquel día, con aquel beso. Entonces

fuistemío,tehechicéynopudistepararhastaseducirme.—No lo recuerdo igual que tú,mi amor—contradijo él—. Fui yo

quiendecidióquetequeríaytúquién…Ellalepusoundedosobreloslabios.—Ahorayanoimporta.Nathan sonrió ante aquellas palabras.No, no importaba, pero fuera

comofuera,habíaganadoél.Esolegustaba.Podíasermuchascosas,peroeraunlídernato.Unoquesiemprese

salíaconlasuyayapesardetodoslosproblemasqueseinterpusieronenelcamino,unavezmáslogróeléxito.

Sí,sesentíasatisfecho.Habíavencidoenelnegociomásimportantedesuvida.

Habíaencontradoelamorysehabíaaferradoaél,nopermitiríaquenadiejamásseloarrebatara.

Derek,KierayNatashalepertenecíanyasíseríainclusodespuésdelamuerte,nadacambiaríaesojamás.

—Ypensarquetodoempezóconunbesobajoelmuérdago…