Un Largo Camino a Casa

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Departamento de Educacin Gua para recorrer la muestra temporaria Un largo camino a casa

Museo de la Memoria

2010

...Un largo camino a casa...Daro Ares

museo de la memoria

Apertura: Martes 30 de marzo de 2010

La esquina de Moreno y Crdoba, donde funcionara la sede del Comando del II Cuerpo de Ejrcito durante la ltima dictadura militar, estuvo en el centro de las polmicas en torno al lugar que deben ocupar los sitios de memoria.

Este lugar fue elegido como sede del Museo de la Memoria, dedicado a recordar las vctimas del terrorismo de Estado y la resistencia a la dictadura.

Debi pasar ms de una dcada para que este emblemtico edificio dejara de estar ocupado por un bar temtico y pasara a formar parte del patrimonio de todos los rosarinos. Esta muestra habla de ese largo camino recorrido por los organismos de Derechos Humanos, familiares, sobrevivientes y dems ciudadanos en pos de rescatar este sitio de la banalizacin y el olvido.Acerca de la muestraUn largo camino a casa nos habla de las distintas historias que alberga la casona ubicada entre las calles Moreno y Crdoba, a travs de un recorrido por diferentes momentos histricos, sociales, culturales.

La casa est ubicada en esta esquina con frente al norte y al este tiene una posicin privilegiada ya que se enfrenta al ex Palacio de Tribunales.

En 1928 el arquitecto Ermette De Lorenzi, recin egresado, proyect esta obra para su padre Victorio.

En los aos de la ltima dictadura militar (1976-1983), el Comando del II Cuerpo de Ejrcito, ocup sus instalaciones. Desde ese sitio, base operativa del poder militar sobre siete provincias, incluida Santa Fe, se dise el plan de persecucin y exterminio. A slo 200 metros del lugar, en la esquina de Dorrego y San Lorenzo, se encontraba el Centro Clandestino de Detencin que funcionaba en el ex Servicio de Informaciones.

El edificio del Comando fue utilizado por las fuerzas militares para la realizacin de los Consejos de Guerra.

Tambin fue el sitio obligado de peregrinacin de familiares que llegaban hasta all con la esperanza de conocer la suerte corrida por sus seres queridos.

Finalizada la dictadura en 1983, el inmueble fue desocupado, pasando de estar abandonado en algunos perodos, hasta ser utilizado para el desarrollo de actividades municipales.

En 1999 el bar Rock'n Fellers comenz a desarrollar sus actividades, las que se prolongaron hasta marzo de 2010 fecha en que definitivamente, y luego de aos de reclamos y presentaciones judiciales el inmueble es recuperado para convertirse en sede definitiva del Museo de la Memoria

gracias al impulso de una Ordenanza municipal, a una Ley de expropiacin de carcter provincial y al firme reclamo de Organizaciones de Derechos Humanos de la ciudad de Rosario.La Casa de los PadresEdificio ubicado en la esquina de Crdoba y Moreno, ms precisamente Crdoba 2019/25, frente a la plaza San Martn, de la facultad de Derecho y a 200 metros del ex centro clandestino de detencin conocido como El Pozo.

De caractersticas seoriales, este edificio, conocido tambin como La Casa de los Padres fue proyectado a pedido de sus padres por el arquitecto Ermette De Lorenzi y construido por el ingeniero Jos Spirandelli y la empresa constructora Angel Candia y Compaa, en el ao 1928. La Casa de los Padres fue realizada sobre un terreno que comparte una medianera con la residencia que ocupaba la familia en la ciudad de Rosario, es el primer proyecto residencial urbano

del joven arquitecto, que luego fue una de las figuras ms importantes dentro de la arquitectura moderna en el mbito nacional

De Lorenzi decide liberar la esquina, aprovechando la leve tensin longitudinal del lote sobre calle Moreno. El tema compositivo es un bside semicircular en juego con el importante jardn a la calle y la esquina. Estas viviendas, de la gente pudiente de esa poca, se desarrollaron en terrenos relativamente amplios que permitieran separarlas de la calle por un patio de honor en el cual maniobraran las carrozas en que llegaban los seores e invitados mientras, en la parte posterior, ellas terminaban en un jardn. (Ermete De Lorenzi)

(Abside: estancia de forma semicircular con cubierta abovedada o media cpula, que sobresale de la fachada).

En la planta alta se encuentra el ntimo, mientras que en la planta baja desarrolla el piano nobile.(En espaol piso noble, piso principal de una gran residencia).

Est convenientemente elevada respecto del nivel del piso exterior, situacin que no slo permite la ventilacin e iluminacin de los locales del subsuelo -que destina a actividades familiares- sino que tambin mejora las vistas al exterior y el dominio del paisaje urbano.

Los locales se disponen segn criterios de jerarqua asociados a la relacin interior-exterior, funcionalidad y desarrollo de superficies. Los ms importantes se ubican en relacin con el bside sobre calle Moreno y el jardn, los de importancia siguiente sobre el ingreso principal y la fachada de calle Crdoba. A los servicios los dispone superpuestos en subsuelo y planta baja, vinculados con la fachada interior hacia el patio y las cocheras.

La casona fue declarada de inters patrimonial por la Municipalidad de Rosario.

En 1949 el Comando del II Cuerpo de ejrcito instala su base de operaciones en la casona de Crdoba y Moreno.

Ermette Esteban Flix De LorenziNace en 1900 en El Trbol. Luego de obtener su ttulo de Arquitecto en la Universidad de Buenos Aires, se traslada a Rosario donde inici su actividad en 1927, residiendo all durante 18 aos, hasta 1945.Entre sus obras estn: los Silos Davis (antigua planta de acopio de granos, hoy Museo de Arte Contemporneo -MACRO-); La Comercial de Rosario (ubicada en Crdoba y Oroo, antigua compaa de seguros, construida en 1940, edificio que marc poca y hoy contina siendo un modelo de arquitectura actual); Sanatorio Britnico; Sanatorio Plaza, entre otras.De Lorenzi no slo se dedic a la arquitectura y a actividades acadmicas, desempe tambin funciones pblicas como Director de Obras Pblicas de la Provincia en 1935 y principios de los 40 y miembro de diferentes comisiones municipales.

Tuvo aficin por la msica, pintura y escultura. Discpulo privilegiado del movimiento del Bauhaus que transform en pocos aos la forma tradicional de construir en siglos.BauhausEscuela de arte y diseo fundada en Alemania en 1919 (Bau: edificio, Haus: casa, casa de la arquitectura).

Promova la ausencia de ornamentacin en los diseos, incluso en las fachadas, la armona entre la funcin y los medios tcnicos y artsticos de elaboracin. Esta escuela sent las bases y normativas para lo que hoy se conoce como Diseo grfico e industrial. Entre sus postulados se destaca que el arte y la arquitectura deban responder a las necesidades de la sociedad, ante el mundo industrial moderno. Un buen diseo deba ser agradable en lo esttico, y satisfactorio en lo tcnico. Se impartan entonces clases de arquitectura, escultura, pintura, artesana, tipografa, diseo industrial y comercial.Cuando los nazis cerraron la escuela en 1933, sus ideas y obras ya eran conocidas en todo el mundo.De cuando funcion el Comando del II Cuerpo de EjrcitoLugar desde donde, entre los aos 1976 y 1983, funcion el Comando del II Cuerpo de Ejrcito y se dise el plan de persecucin y exterminio que fue desplegado por las fuerzas represivas sobre las seis provincias bajo su jurisdiccin: Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes, Entre Ros y Misiones.Tambin all se realizaban los Concejos de Guerra y se decida la vida o la muerte de los prisioneros. Fue el sitio obligado para el reclamo de familiares por la suerte de sus hijos, hermanos y padres. En tiempos de dictadura se erigi como el emblema del poder omnmodo del Estado autoritario en la ciudad.En nuestro pas el Ejrcito Argentino se divide en cinco cuerpos, a saber:

*Comando del Ier Cuerpo de Ejrcito: comprende las provincias de Buenos Aires; La Pampa (hasta 1979) y Capital Federal.

Durante la ltima dictadura militar sus responsables fueron: agosto 1975, General Rodolfo Cnepa; enero 1976, General Carlos Surez Mason; febrero 1979, General Olivera Rovere; diciembre 1980, General Antonio Bussi; diciembre 1981, General Cristino Nicolaides; julio 1982, General Juan Carlos Trimarco.

*Comando del II Cuerpo de Ejrcito: comprende las provincias de Santa Fe, Chaco, Formosa, Entre Ros, Corrientes, Misiones y Buenos Aires (17 partidos).

Durante la ltima dictadura sus responsables fueron: septiembre 1975, General Ramn Daz Bessone; octubre 1976, General Leopoldo Galtieri; febrero 1979, General Luciano Juregui; diciembre 1980, General Juan Carlos Trimarco.

*Comando del III Cuerpo de Ejrcito: comprende las provincias de Crdoba, San Luis, Jujuy, Salta, Tucumn, San Juan, Mendoza, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja.

Durante la ltima dictadura militar sus responsables fueron: septiembre 1975, General Luciano Benjamn Menndez; septiembre 1979, General Jos Vaquero; febrero 1980, General Antonio Bussi; diciembre 1980, General Cristino Nicolaides; diciembre 1981, General Eugenio Gauabens Perello.

*Zona IV: no tuvo subzonas, se dividi directamente en reas conformadas por distintos partidos de la provincia de Buenos Aires: Escobar, General Sarmiento, Pilar, San Fernando, Tigre, Tres de Febrero, Vicente Lpez, Exaltacin de la Cruz, Zrate y Campana.

Durante la ltima dictadura militar sus responsables fueron los Comandantes de Institutos Militares (Campo de Mayo): septiembre de 1975, General Santiago Riveros; febrero 1979, General Jos

Montes; diciembre 1979, General Cristino Nicolaides; diciembre 1980, General Reynaldo Bignone.

*Comando del V Cuerpo del Ejrcito: comprende el sur de la provincia de Buenos Aires y provincias de Santa Cruz, Chubut, Ro Negro, Neuqun y Tierra del Fuego.

Durante la ltima dictadura militar sus responsables fueron: enero 1976, General Osvaldo Azpitarte; diciembre 1977, General Antonio Vaquero; octubre 1979, General Abel Catuzzi; febrero 1980, General Jos Villarreal; diciembre 1981, General Osvaldo Garca.

El Comando de II Cuerpo de Ejrcito era el lugar donde se planificaba y organizaba la represin que asol nuestra regin durante la ltima dictadura. El destino de las personas detenidas en los Centros Clandestinos de Detencin se decida all, sto es: si terminaban con su vida o si eran legalizados y trasladados a una crcel comn. En una habitacin del primer piso de la sede del II Cuerpo (la cual fue demolida por el Bar Rock and Fellers) era donde se llevaban a cabo los Concejos de Guerra, realizados muchas veces en base a declaraciones extradas a los detenidos bajo torturas.

Como dijera Agustn Feced: Una vez que se tomaban las declaraciones necesarias, y cuando estaba

por rebasarse la capacidad fsica de la instalacin (del Servicio de Informaciones, que funcionara como Centro Clandestino de Detencin), los hombres eran trasladados a la crcel de Coronda, por orden y conocimiento del Comando del II Cuerpo.El Comandante del II Cuerpo de Ejrcito sola ocuparse de dar un discurso final a quienes obtenan su libertad: Cuando yo sal en libertad, cuando llegamos ac, era un traslado grande de un mnibus, 2 mnibus eran... que los esperaba ac Galtieri, en el Comando, los hicieron entrar por lo que es el costado del Rock & Fellers (...) que hay una playa de estacionamiento ahora (...) Bueno, esa era parte del Comando. Nos hicieron entrar ah y esperar. Y ah fue cuando apareci Galtieri, nos hizo una conversacin (...) nos deca que se nos daba otra oportunidad para rehacer nuestras vidas, pero que ellos nos estaban controlando, que pensemos bien lo que hacemos porque en cualquier situacin comprometida o sospechosa que se nos encontrara... y ah no dijo nada ms, pero hizo el signo con la mano, de izquierda a derecha a la altura de la cintura, imitando una rfaga de ametralladora Galtieri nos pregunt los nombres uno por uno. Cuando lleg mi turno me hizo una perorata sobre su satisfaccin de darme la libertad en nombre del Presidente de los argentinos, el Gral. Videla. Me aconsej que recordara siempre los colores de nuestra bandera 'que cubren el cielo de nuestra Patria'. Que fuera a mi casa, que ayudara a mi nuera a cuidar a sus hijas y, para colmo de ironas, me pidi que olvidara todo lo que haba pasado y que no odiara al Ejrcito. Yo quiero hacer responsable a Galtieri de la destruccin de mi familia".

(Testimonio de Juana Elba Ferraro de Bettann, quien adems de su detencin y tortura, sufri la prdida de sus tres hijos).

Entre 1982-1984, el Ejrcito se traslada a su edificio actual ubicado entre las calles 9 de Julio y Sarmiento.Luego de la dictadura, el inmueble fue presuntamente vendido a un particular, quien hasta finales de octubre de 1997 se lo alquil a la Municipalidad de Rosario para el funcionamiento de diferentes dependencias municipales. Desde noviembre de dicho ao la imponente vivienda se ofreci en alquiler de la mano de la inmobiliaria Alberto Martn. Museo de la MemoriaEl origen del Museo de la Memoria est estrechamente ligado al reclamo que durante muchos aos impulsaron los distintos Organismos de Derechos Humanos de la ciudad de Rosario en pos de lograr un lugar donde recuperar la memoria de los aos de la ltima dictadura. Para llevar adelante

dicho fin, en 1996, representantes de diferentes organismos de Derechos Humanos y algunos gruposvinculados por sus experiencias vividas durante la dictadura, conformaron la primer Comisin Pro Museo creada a instancias del Concejo Municipal.Dos aos ms tarde, un 26 de febrero de 1998, el mismo Concejo Municipal, argumentando, entre otras cosas, que es ampliamente conocido el rol que juega la Memoria para el impedimento de la repeticin de acontecimientos de estas caractersticas y que los ejemplos de otras sociedades que han atravesado circunstancias parecidas nos indican la necesidad de conocer y honrar el dolor de las vctimas como emblema de reconocimiento inquebrantable de la condicin humana, dicta la Ordenanza N 6506 a travs de la cual crea el Museo de la Memoria en la rbita de la Secretara de Cultura y Educacin de la Municipalidad de Rosario, con la conformacin de una Comisin Directiva y la asignacin de un lugar provisorio de funcionamiento. La misma tambin establece los preceptos generales para el funcionamiento de dicha institucin, dejando por sentado que estar destinada a reconstruir, proteger y cultivar la memoria colectiva sobre las violaciones a los derechos humanos sufridas en nuestro pas a lo largo de las distintas etapas histricas, haciendo especial referencia a los horrores del terrorismo de Estado que asol a la Repblica Argentina entre 1976 y 1983, reivindicando la identidad cultural de los detenidos-desaparecidos. En el artculo 4 de la misma se indica adems que el Departamento Ejecutivo deber llevar adelante todas las gestiones necesarias para lograr que el museo tenga su sede definitiva en un lugar significativo para el objetivo del mismo.Luego de sancionada la ordenanza se comienza a discutir sobre cul debera ser la sede definitiva del museo. Un nuevo proyecto de ordenanza, presentada conjuntamente por los ediles Iris Prez, Arturo Gandolla, Meyer Krupick, Roberto Bereciarta y Blanca Cnepa, plasma la iniciativa inicial de Rafael Ielpi, quien bregaba por instalar el museo en la ex sede del Comando del II Cuerpo de Ejrcito. La iniciativa tena en cuenta, tanto la significacin histrica del inmueble, como su valor arquitectnico.

Con la sancin de la ordenanza N 6790 (20 de mayo de 1999), se dispone: Desgnese como sede definitiva del Museo de la Memoria el inmueble ubicado en calle Crdoba N2019/2025.

Aproximadamente un semestre antes de que se sancione la ordenanza que dara el puntapi inicial para llevar adelante la expropiacin, el propietario del inmueble, lo otorga en alquiler a la firma Food Corner S.A. Habiendo tomado posesin del mismo con inmediatez, la empresa se dispuso a inaugurar, una vez concluidas las tareas de refaccin, un eslabn de la cadena cordobesa de comida rpida estilo norteamericana, Rock and Feller's, mediante un contrato de franchising. Bajo la propuesta de generar 100 puestos de trabajo directos y con la idea de recuperar la casona de De Lorenzi para la ciudad se llevaron las tareas de reacondicionamiento del local comercial para que, arribando al mes de agosto quedase inaugurado el bar temtico. De este modo toma asidero el Artculo N3 de la ordenanza de designacin, el cual indica: si hubiere contrato de locacin celebrado en fecha cierta y dems recaudos legales, cuyo objeto fuese el inmueble en cuestin, el plazo de diferimento de la expropiacin ser hasta que termine dicho contrato.

El contrato finalizaba el 31 de mayo de 2003. Pero para mediados del ao anterior, 2002, ambas cmaras de la legislatura provincial aprobaron la expropiacin del edificio y se procedi a la firma de un convenio entre el Ejecutivo municipal y el propietario, en donde se comprometan a avanzar en las negociaciones, para finalmente lograr el cometido de la expropiacin. Pero, an con la ley provincial vigente desde el 13 de julio de 2002, el particular procedi a la renovacin del contrato de locacin para con la misma firma comercial, alegando la existencia de una clusula especfica en

el contrato anterior que facultaba para ello.

Los recortes periodsticos de la poca dejan ver que la cuestin de la expropiacin se haba convertido en un problema para el Ejecutivo municipal, porque careca de fondos para llevar adelante la negociacin y se sumaba la cercana caducidad de la ley emitida por el Legislativo

provincial, problema que se subsana mediante la prorrogacin de la misma con la plena adhesin de los legisladores.

Exista desde unos aos un fondo especial, creado mediante ordenanza municipal, para la compra del inmueble, de $50.000, donado por el Concejo Municipal. Con ese dinero se comenzaron, a partir de junio de 2003, las negociaciones definitivas para la adquisicin del edificio.

Luego de transcurrido casi un ao, el 13 de mayo de 2004 se firma el acuerdo, en donde se establece el monto de transaccin en $2.480.000 pagadero en 24 cuotas mensuales.

Luego de una serie de intentos fallidos, sucesivas prrrogas, litigios judiciales, acuerdos, finalmente el 1ro de marzo de 2010, el Museo de la Memoria recibi las llaves de la casa para hacerse cargo del inmueble y comenzar a concretar su traslado.

El 23 de marzo de este mismo ao en conmemoracin del 34 aniversario del golpe de Estado perpetrado en 1976, se realiz el acto en la sede del museo, a modo de toma de posesin oficial del inmueble.

Se espera que el 10 de diciembre quede ianugurado el museo en su sede definitiva y poder as continuar trabajando como lo hace desde hace ya 9 aos, pero en Su Casa....En esa casa operaba un fenmeno sin par. Tal vez fuera por la duplicidad y la simetra de su diseo o por algn defecto ptico. Cuando entramos en ella lo comprobamos, era dismil el interior del exterior. Afuera pareca que hubiera aire. Adentro, en cambio, la casa giraba. Se deformaba a medida que se la recorra. Era como esas galeras llenas de conejos cuyo fondo pareca interminable.

Nos quedamos un tiempo. Despus, anocheci. Vimos entrar un grupo de cinco o seis adolescentes. A quin buscaban? Bajaron corriendo. Hicieron mucho ruido, hablaban en voz alta, decan que no queran quedarse mucho ms. Corrieron por las escaleras hacia abajo.Demoraron. Al cabo de unos minutos, empezamos a escuchar de nuevo sus voces. Nos aliviamos slo en parte. Todo pareca como en el mar. Los vimos entrar y salir como si los mirramos hundirse en el agua y volver desde algn lugar de la costa...Lugares de memoria Desde hace unos aos como sociedad, sentimos la imperiosa necesidad de recordar, de utilizar la memoria como herramienta, como reaseguro para cumplir con el mandato recordar para no repetir, particularmente aquello referido a lo acaecido durante la ltima dictadura militar. Para tal fin nos valemos de lugares, sitios o espacios, hasta de las paredes o muros de las ciudades que habitamos. Como dice Federico Lorenz, El pasado es un instrumento en la lucha, y las disputas por su sentido son un hecho eminentemente poltico, que ancla en fechas, en personajes, en lugares, en prcticas y objetos. El trabajo de memoria, es arduo y cotidiano y para sto hacemos hablar a los lugares de memoria, a travs de su materialidad, para que quede registro de lo que nos pas y nos pasa, para que los nuevos lo sientan como propio, se lo apropien y lo resignifiquen cada uno para sus vidas. Al respecto, Silvia Nardi, afirma: Hay marcas culturales que nos son propias como pueblo, como Nacin, y que reconocemos como smbolos; que nos unen o nos dividen, pero que rara vez nos son indiferentes. Esos smbolos identitarios son, segn algunos autores, lugares de memoria. Es decir, sitios, fechas, objetos, personas, que tienen un alto valor simblico para una comunidad determinada. Estamos hablando de edificios, plazas, aniversarios, libros, pelculas, consignas, personalidades. Fue el historiador francs Pierre Nora, quien gest este concepto de lugares de la memoria bajo la idea de que no hay memoria espontnea, por lo cual se hace necesario crear archivos, mantener aniversarios, organizar celebraciones, levantar actas. Esas operaciones no son

naturales; por lo tanto, se requiere un mantenimiento y cuidado constante de la memoria. Esta vigilancia conmemorativa se realiza, dice Pierre Nora, con la ayuda de los lugares de la memoria. Ahora bien, qu es lo que hace que un espacio se convierta en un lugar, cargado de sentidos y de significados particulares? Como dicen Elizabeth Jelin y Victoria Langland, construir monumentos, marcar espacios, respetar y conservar ruinas, son procesos que se desarrollan en el tiempo. Que implican luchas sociales, y que producen (o fracasan en producir) esta semantizacin de los espacios materiales. Coinciden con Pierre Nora en que el otorgamiento o transformacin de sentido no es automtico, o producto del azar, sino que depende de la voluntad humana. (Pg 11-12 Los lugares de la memoria Ver bibliografa consultada). Las paredes, como espacio en el cual se realizan pintadas, graffitis, arte mural, etc. Entendemos que las paredes son sitios en los que se refleja y se registra la memoria de una sociedad. Nos valemos de la metfora del reflejo, considerando a las paredes como un espejo en el que nos podemos ver en conjunto. Si prestamos atencin al contenido de las pintadas en los distintos momentos de la historia argentina, tal vez podamos inferir el estado de nimo colectivo, en un momento histrico determinado. Por otro lado, junto con la idea de reflejo, tambin hablamos de registro. En este caso imaginamos que esas mismas paredes permiten a una comunidad, as como el pizarrn de un aula permite, escribir en ellas sus enseanzas o sus impresiones, para darlas a conocer a otros; a otros contemporneos. Y a otros que vendrn despus, a las generaciones ms

jvenes, a los nuevos. Las paredes pueden ser consideradas como uno de estos espacios en el cual se dejan marcas culturales, en este caso, a travs de la tcnica de pintadas. Tcnica que, si bien a primera vista parece efmera, resulta ser capaz de perpetuarse a lo largo del tiempo. Aunque no de una manera inviolable, y mucho menos, eterna; prueba de ello son las tachaduras, las contestaciones, las sobre escrituras que contienen en algunos casos. A su vez, las inscripciones no son ledas de manera homognea. Como dicen algunos filsofos, Ludwing Wittgenstein entre ellos, el significado de una palabra est en su uso, mucho ms que en lo que dice el diccionario. Las paredes demuestran as, con elocuencia, su importancia social en las diferentes etapas del desarrollo cultural de una sociedad.

(Idem Pg 13-14). Ahora bien, estos lugares de la memoria no hablan por s solos, en su sola presencia no encontraramos qu pas all; qu es lo que no queremos que se olvide. Al respecto Hctor Schmucler plantea: Qu son los sitios histricos? Cundo un sitio se vuelve histrico? Y qu queremos decir con histrico? Porque ah ocurri algo que puede ser reconocido en el estudio de la historia? La consagracin de algo como histrico, impregna o trasunta o es atravesada por cierta idea de lo verificable. Lo histrico pareciera ser lo verificable. Qu cosas son las verificables? Casas, lugares, espacios, una especie de materialidad que all est. La materialidad est. La historicidad se la ponemos nosotros. Es decir, no hay, como tampoco en la memoria, otra verdad que aquella que nosotros mismos construimos. Seguramente cada uno podra reconocer algn lugar histrico para su vida. Histrico en este sentido, de verificable, all est. Podemos reconocerlos, aunque sea como el espacio que ocupaba algo que estaba all. Sin embargo, sto sera el espacio histrico. La memoria que surge de este espacio, tiene que ver con el acto voluntario de recordar algo, de una reminiscencia. O sea, de un trabajo, no la pura presencia, quien quiera que pase por estos lugares, no sabra decir absolutamente

nada si no hubiera en l, en los otros, alguna informacin que fuera reminiscente. Es decir, que tratara de extraer de un espacio olvidado desde el punto de vista histrico, porque por s mismo no es histrico, de traer a la mente reminiscencias.

Eso, traer a la mente, a la conciencia algo que se escapa en la visin inmediata. La memoria trabaja as, la memoria trabaja en este esfuerzo incesante por traer algo. Lo recordado sobrepasa al lugar. Lo recordado es mucho ms que el lugar. No hay un lugar que de por s recuerde algo. No hay prospectivamente un lugar que por su sola presencia evoque o traiga algo a la memoria. Los espacios son derivados de la memoria y no ocasin de la memoria. Cuando se habla de recuperar espacios y, en este sentido, historizarlos, darles un lugar en la historia, en realidad lo que estamos poniendo en funcin es una memoria previa. Si no hay esa memoria previa, por la cual sealamos al espacio como digno o necesario para que se funde una memoria, si no hay esa

memoria previa, el espacio se borra. Es decir, en la sucesin de hechos, autnticamnente no es el espacio que produce memoria, sino la memoria que produce el espacio. Al espacio nosotros, quiero decir, los seres humanos que lo instalan como ocasin de la memoria le hacen decir algo. Repito: los espacios por s no dicen nada. Cada uno de nosotros tiene la experiencia, seguro, de pasar por alguna esquina, de mirar alguna vidriera, de reconocer algn color donde se instala su propia memoria. Cada uno recuerda la casa de la infancia, la casa de la novia, la casa del amigo, la casa del que muri antes, pero es como un secreto. Un secreto hondo, profundo, que tal vez, movilice nuestra propia existencia. Pero la casa no dice nada. Nosotros le damos sentido, nosotros hacemos hablar al lugar. Y qu le hacemos hablar?

Todos le hacemos hablar lo mismo a los lugares? Cada grupo, cada individuo, le quiere hacer decir algo. Y as como decimos que nosotros le hacemos hablar a los lugares, tambin le hacemos hablar de acuerdo a la manera que consideramos ms oportuna. Porque la pura experiencia del lugar, el puro reconocimiento de lo que aconteci en ese lugar, no impone un recordar comn para todos. Y as es la memoria. (La inquietante relacin entre lugares y memorias. Hctor Schmucler. Ver Bibliografa consultada). Las paredes urbanas, espacios a cielo abierto, calles, plazas; casas de familias, edificios pblicos, bares, hablan a travs de nuestras voces. Qu queremos que digan, a quines, para qu? Los espacios destinados a la memoria de lo ocurrido durante la ltima dictadura militar deben crear la posibilidad de que quienes no lo vivieron incorporen lo sucedido, de forma tal que sea significativo en sus presentes y para sus proyectos de futuro. Federico Lorenz

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Eduardo Luis Duhalde

Eudeba, Buenos Aires, 1999Anlisis del modelo represivo que azot a la Argentina a partir del 24 de marzo de 1976. Aborda aspectos habitualmente no consideradas en torno a la filiacin histrica del modelo represivo, sus componentes perversos y el bloque civil que lo sustent.

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Monumentos, memoriales y marcas territoriales

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Siglo veintiuno de Espaa editores, Siglo veintiuno de Argentina editores, Espaa 2003Este volumen forma parte de la seriede libros Memorias de la represin. El programa fue diseado para encarar diferentes cuestiones, una de ellas es generar avances tericos y de investigacin que contribuyan a enriquecer los debates sobre la naturaleza de las memorias en la regin, sobre su rol en la constitucin de identidades colectivas y sobre las consecuencias de las luchas por la memoria sobre las prcticas sociales y polticas en sociedades en transicin. (Contratapa)Dictadura, represin y sociedad en Rosario, 1976/1983: un estudio sobre la represin y los comportamientos y actitudes sociales en dictadura

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Prometeo, Buenos Aires, 2009Este libro se ocupa de analizar la implementacin de la estrategia represiva en Rosario y su rea de influencia, desde una perspectiva que afirma que el diseo e implementacin de la represin si bien no puede ser aislado de un plan ms vasto de alcance nacional adquiri en los distintos mbitos regionales modalidades especficas.

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Rosario, 2009

Los lugares de la memoria

S. Nardi, M. Sampaolo, A. Trotta, G. Prez Esandi, G.B, Gutirrez, V. Morelli, C. Cao, R.S, Walohorn, M. Lpez Piuma, V.L, Demko, A.L, Cabrera.

Editorial Madreselva, Buenos Aires, 2009

La inquietante relacin entre lugares y memorias

Hctor Schmucler

Presentacin realizada en el marco del taller Uso pblico de los sitios histricos para la transmisin de la memoria

Buenos Aires, 2009

Ideas, lecturas, obras, inventos Ermette De Lorenzi

Ana Mara Rigotti Editor

Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseo , UNR

Rosario, 2003

Testimonio de Lelia Ferrarese, ex-detenida.