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UN PIPOTE M UN PIPOTE,!! . Parecerá un anacronismo que en pleno siglo XX se trate del pi - pote . Pero la generación actual desconoce lo que ese artefacto era pa- ra la vida del panameño de la pasada centuria . El agua que nuestras familias consumían, para todos los usos, er a llevada en el pipote y vendida en barrilitos o en latas . He aquí esta fotografía que es toda una revelación : el vehículo ; el pipotero, en su mayoría italianos y el filosófico burro . Ese era nues- tro acueducto, y la presente gráfica nos recuerda, al que hace cincuen- ta años proporcionaba el líquido elemento a don Carlos Endara, a quie n debemos todas las vistas antiguas que se publican en esta Revista . MAYO - F a

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UN PIPOTE M

UN PIPOTE,!! .

Parecerá un anacronismo que en pleno siglo XX se trate del pi -pote. Pero la generación actual desconoce lo que ese artefacto era pa-ra la vida del panameño de la pasada centuria.

El agua que nuestras familias consumían, para todos los usos, er allevada en el pipote y vendida en barrilitos o en latas.

He aquí esta fotografía que es toda una revelación : el vehículo ;el pipotero, en su mayoría italianos y el filosófico burro. Ese era nues-tro acueducto, y la presente gráfica nos recuerda, al que hace cincuen-ta años proporcionaba el líquido elemento a don Carlos Endara, a quiendebemos todas las vistas antiguas que se publican en esta Revista .

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ORGANO DE LA LOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCI ADIRECTOR : JOSE GUILLERMO BATALLA

REDACTOR JEFE : JUAN ANTONIO SUSTO

SUMARIO

Portada : Un pipote!! Un pipote!!

Página s

Gerencia y Junta Directiva 2

Notas Editoriales :Lo que dijo nuestro Director en el Día del Trabajo (19 de Mayo de 1944) 3

Presidentes de Panamá (Doctor Pablo Arosemena) 5

Gabinetes de la República, por E. J . CastIllero y J . A. Susto 7

Frente a la estatua, por José Isaac Fábrega_ 9

Origen del apellido Arosemena en Panamá, por Juan Antonio Susto 1 2

La Cantina de la Plata, por Santiago D. McKay 1 4

AYER Y HOY (Gráficas) 16-1 7

Los Familiares (folklore), por el Dr. José María Núñez Q 1 6

Santiago de la Guardia, por Ricardo J . Alfaro 1 9

Sección Poética : Adolfo García y Lucas Bárcena 24-2 5

Perigó de anda buscando, por B . Garcerán 26

Recuerdos pintorescos, , por Santiago de la Guardia 2 6

Unas medidas convenientes 30

Mayo ,10 36

1941

CIUDAD BE P ANA M A ,

REPUBLICA DE PANAM A

N° 36 - MAYO DE 194 4

Notas Editoriales

Lo Que Dijo Nuestro Directo ren ell Di dell Trabajo

Señores :

Yo estoy seguro de que a la generalida dde las personas aquí congregadas les es-tará causando sorpresa mi presencia enesta tribuna . Y no les falta razón . El ais-lamiento en que vivo desde hace algunosaños como consecuencia de mis decepcio-nes políticas y del pesimismo que me inva-

de cuando pienso en nuestra maltrecha de-mocracia ; mi temperamento refractario aese exhibicionismo que para algunos es mo-tivo de desvelos ; y mi conocida predilec-ción por las disciplinas literarias que em-bargan la mayor parte de mis horas li-bres, dan derecho, en verdad, a que s eme crea ajeno a las cuestiones que afectana las masas urbanas y campesinas de m ipaís, columna vertebral de esta querid atierra nuestra llamada por múltiples cir-cunstancias a las más hermosas realizacio-nes y a un puesto destacado en el escala-fón continental .

El hecho, sin embargo, de haber acep-tado la bondadosa invitación que aquí meha traído, demostrando está que sí m

e inspiran interés los asuntos del proletariad opanameño, como me interesa todo lo quese relaciona con este suelo en donde tuv ela dicha de nacer y cuya suerte me causasiempre las más hondas preocupaciones .

Heme aquí, pues, en esta fecha signifi-cativa que marca el principio de las rei-vindicaciones proletarias en el mundo ,abriendo con gusto un paréntesis en m ialejamiento de las actividades públicas ,para decir mi palabra modesta, palabr aque no tiene otro atavío que el de mi sin-

ceridad habitual, ni otro mérito que elde estar caldeada por el más puro y fer-viente patriotismo .

Yo no vengo a este sitio a historiar lasinnumerables y recias luchas que han li-brado y libran los obreros en todos lo scentros civilizados del orbe. No vengo ,tampoco, a hacer un esbozo de sus triun-fos y de sus justas e irrealizadas aspira-ciones. De lo uno y de lo otro está

n todos Uds. suficientemente ilustrados. Es és-te un voluminoso expediente contentivo d eenormes inversiones de energías y empe-ños ininterrumpidos, y que, hasta en nues-tro país que goza fama de tolerante y pa-cífico, ha tenido salpicaduras sangrientas .Vengo a expresarles a Ustedes, nuestrosverdaderos hombres de acción, nuestro strabajadores humildes y casi siempre ex-plotados, mis simpatías con motivo de est afecha clásica ; y, valiéndome de tan propi-cia oportunidad, a tocar uno de los puntosmás álgidos y que más desfavorablement eafectan la vida del obrero nacional, que ,por ser un problema palpitante, urge qu ese le aborde y resuelva con valentía, co ndecisión y con generosidad, no solo po rla importancia que tiene, sino porque d eél depende gran parte del bienesta

r colectivo y de la futura grandeza de l apatria .

Quien ose negar que el obrero paname-ño, casi en su totalidad, vive en un am-biente incapaz de proporcionarle el gocede lo que se ha dado en llamar la "feli-cidad humana", y de facilitarle un ma-yor rendimiento como factor productivo,

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o es un miope, o carece de valor para ren-dirle culto a la verdad, o procede con esamala fe que causa ceguera y que conduc ea los antros de la falsedad y de la injus-ticia . Basta hacer un recorrido por nues-tros barrios pobres, por los sectores urba-nos donde la gleba se halla en lastimos acongestión, para darse cuenta del estad omiserable de las viviendas que se destinana los hijos del pueblo, de su aspecto rui-noso, de su sanidad deficiente y del aban-dono perpetuo en que las mantienen,realidades dolorosas, todas éstas qu eproclaman a grito herido la desidia y lased de lucro de sus dueños, y tambiénuna lamentable falta de celo de parte d equienes, con autoridad y medios para evi-tarlo o remediarlo, adoptan una actitudindiferente y a todas luces condenable ,porque se trata de la vida del ciudadano ,que precisa conservar a toda costa, y po rla cual, los unos y los otros, caseros y au-toridades, están en la obligación de velarcon esmero, sin contemplaciones de nin-gún género, con firme empeño e indecli-nable determinación .

Sobre este particular yo no hago incul-paciones directas a ninguno de nuestro sgobiernos. El pecado es general y a cadauno de ellos le corresponde una mayor omenor dosis de responsabilidad. Pero yoquiero abrigar la esperanza, porqu

e tengo un alto concepto del patriotismo del se -ñor de la Guardia y lo creo animado delas más nobles intenciones, de que ante sde su separación del Poder habrá inicia -do una labor efectiva en el mejoramientode las tristes condiciones a que parecier aestar condenado el obrero panameño . Conesto solo inmortalizaría su nombre en lo sanales de la República !

Cuando oigo decir de labios de perso-nas que han viajado por nuestros paíse scircunvecinos, que en éste o en aquél otr oexisten barrios espaciosos, sanos y pinto-rescos, con edificaciones especiales paraviviendas de obreros, y me traslado con e lpensamiento a nuestras barriadas de "E1Chorrillo" , "El Marañón", con sus míseros

cuartuchos tan reducidos y tan excesiva -mente habitados, por donde se enseñorea e lfantasma de la tuberculosis y la Muerte s ela pasa en acecho constante, se apodera d emi espíritu una gran tristeza y hasta m esiento avergonzado de que esos pueblos ,que más bien debieran sentir envidia de lo sprogresos que nos impone nuestra magní-fica situación geográfica, nos estén aven-tajando en alto grado en este aspecto d ela vida comunal .

Tan desconsoladora verdad debería ser-vir de acicate a nuestras autoridades pa-ra encarar de una vez por todas este pro-blema trascendental, de cuya solución de-pende la salud del pueblo, que es la sa-lud de la patria. Y debería, asimismo, se run estimulo para que el proletariado pa-nameño, no por medio de voces aislada sy recriminadoras, que la mayoría de la sveces nacen de un apasionamiento ma lcontenido y peor disimulado, sino median-te una acción conjunta y bien encauzada ,que traduzca el esfuerzo común de toda snuestras agrupaciones obreras, se dispon-ga a solicitarles a los señores dirigente sdel Estado, de manera respetuosa peroinsistente y con el calor que inspiran lasbuenas causas, una pronta y adecuad aatención de este mal de que vienen pa-deciendo desde hace mucho tiempo las ma-sas trabajadoras de nuestra patria, esacarne de cañón de nuestras burdas ba-rricadas electorales, esa escalera socorri-da por donde han estado ascendiendo nues-tros políticos profesionales, para luego,una vez en la cima, echarla al olvido, eseenorme capital de energías, que en vez deser lo que es hoy, amalgama frágil de nú-cleos fragmentados y dispersos, debe con-vertirse en una fuerza apreciable, cimen-tada en la unión y alentada por una euca-ristía perenne de ideales y propósitos, s ies cierto que busca y desea la culminaciónde sus aspiraciones. Solo así podrá el obre-rismo panameño entonar el hosanna de suscumplidas reivindicaciones ."

J. A. S.

O

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LA I. OT E R I A

PRESIDENTES DE PANAMA

DOCTOR DON PABLO AROSEMEN APrimer Designado :

5 Octubre 1910 — 19 Febrero 191 27 Marzo 1912 — 30 Septiembre 191 2

El doctor Heliodoro Patiño, Presidentede la Asamblea Nacional, al dar posesió n, l doctor Pablo Arosemena el día 5 de Oc-

tubre de 1910, en su carácter de Primer Designado para ejercer el Poder Ejecutivo ,

dijo al final de su discurso lo siguiente :"La promesa que—en ocasión tan impor-

tante como solemne de vuestra vida—ha-béis, hecho, es cifra y resumen de vuestro sgrandes deberes. Siempre habéis sido co-mo individuo particular garantía del Or-den, defensor de la Ley, aliado de la Jus-ticia, propangandista elocuente y conven-cido de la pureza administrativa, gran de-purador de sistemas de gobierno ; d

e suerte que sería impropio someter a duda qu eseréis consecuente con la conducta de vues -tra brillante carrera consagrada en toda ssus formas al servicio de la Patria".

La biografía del doctor Pablo Arose .mena es la siguiente : "Nació en la ciudad

de Panamá el 24 de Septiembre de 1836 .Fueron sus padres don Pablo Arosemen ade la Barrera y doña Ramona Alba eleArosemena .

A los 17 años recibió en Bogotá el títul ode Doctor en Derecho, después, de termi-nados brillantemente sus estudios en l aUniversidad Nacional, bajo el plan de en-tonces, obra de la sabiduría y experienci ade Don Mariano Ospina, y teniendo romoprofesores a los doctores José Ignacio deMárquez y Francisco Javier Zaldúa .

Su carrera pública comenzó a los 1 9años, con el nombramiento de Secretari odel Tribunal Superior de Panamá . En losaños de 1856 y 1857 fué, primero, Secretari odel Cabildo de Panamá y después, Perso -

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nero Municipal . Fué asimismo elegido Di-putado y concurrió alas Asambleas Legis-lativas riel Estado Soberano de Panamá enlos años de 18518, 1859, 1869, 1870, 1875 y1885. Asistió al Congreso Federal com oRepresentante en los años de 1860 y 186 11866 y 1867, 1870 y 1871 . Fué en el añode 1866 cuando, por elección (le la Cámar a,de Representantes, ejerció las funciones deFiscal en la celebérrima causa seguida a lGran General Tomás Cipriano de Mes-quera .

En 1872 y 1873 estuvo en Europa con oSecretario de la Legación de Colombia cer-ca de los Gobiernos de Inglaterra y Fran-cia, siendo Enviado Extraordinario y Mi-nistro Plenipotenciario el eminente docto rJusto Arorsemena.

En 1874 y 1875 fué senador de la Repú-blica nombrado por el Estado Soberano d ePanamá. El Congreso de 1878 le nombr óProcurador General de la Nación, y en 1880fué elegido por el mismo Cuerpo Legislati-vo Tercer Designado para ejercer el PoderEjecutivo de la República . En 1878 de-sempeñó sucesivamente las Secretarias d eIlacienda, del Tesoro y del Interior y deRelaciones Exteriores del Gobierno Fede-ral . En 1879 estuvo de Enviado Extraor-dinario y Ministro Plenipotenciario de Co-lombia en el Ecuador, Perú, Bolivia yChile . En 1880 y 1881 fué de nuevo nom-brado Senador .

En 1875 alcanzó a ser elegido popular -mente Presidente del Estado Soberano d ePanamá y en 1885 ejerció la Presidencia d ePanamá en su carácter de Primer Desig-nado.

En 1903, una vez separado Panamá d eColombia, fué a Estados Unidos como Ase-sor de la Comisión nombrada para arre-glar todo lo relacionado con el Tratado delCanal. En 1904, como Primer President ede la Convención Nacional, le dió posesiónal Doctor Manuel Amador Guerrero PrimerPresidente de la República de Panamá .En 1908 y 1910 concurrió a la AsambleaNacional . En este último año fué a Chilede Ministro y de 1910 a 1912 ejerció la Pre-sidencia de la República de Panamá en s ucarácter de Primer Designado . Murió enla ciudad de Panamá el 19 de Agostode 1920" .

El 22 de Enero de 1918 esta ciudad capi-

tal le ofreció al ilustre patricio un hmnc-Iiaje, una apoteosis, sin precedentes en est atierra .

En aquella memorable noche don Nico-lás Victoria J . dijo entre otras cosas lo si-guiente :

"Dos palabras antes de concluir : Laalabanza, en quien la recibe, es ocasionad aa impedir el conocimiento propio de susér y-poreso la Biblia, el libro por exceleir-ría, nos aconseja, grlé decimos, nos amo-nesta, que no alabemos a los vivos . Lapresente ocasión, sin embargo, está exent ade las tentaciones a que las Sagradas Le -tras se refieren . El Dr. Arosemena puedeescuchar sin peligro de envanecerse y acep -tar agradable el homenaje que la socieda dde Panamá le tributa en este día que figu-rará marcado con piedra blanca en los an ales patrios .

Para conmemorarle dignamente servíos ,Dr. Arosemena, aceptar esta fiesta y es aplaca, símbolo la primera, del cariño qu eesta ciudad capital siente por vos, y com orecuerdo, la segunda, de esta hora memo-rable en que Panamá os unge con el presti-gio de una consagración definitiva e inape-lable" .

s_

El doctor Luis E . Nieto Caballero conmotivo de la muerte del doctor Pablo Aro-semena publicó en "El Espectador", de Bo-gotá, un sentido articulo necrológico de lcual tomamos estos párrafos :

"Servidor de la esencia de la idea, no de lnombre con que la idea se adornara, seopuso a cuanto en el liberalismo fuera des-vio de la doctrina y llegó en ese empeñ obasta serla indignación hecha llama cuan -do del seno del partido surgió la dictaduradel General Mosquera . El fué el acusado rdel caudillo, el hmnbre,sin miedo que dict óel veredicto de la conciencia liberal autén-tica, contra la actitud de un presidente qu eviolaba en el gobiereno los principios in-tangibles de su nueva escuela

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ."Y del propio modo don Pablo Aroseme-

na se irguió, como una encarnación de l aprotesta, cuantas veces fué necesario conte -ner un desmán odefender la justicia . Apa-sionado por el derecho, fué un jurisconsult ode fama continental, cuyos fallos, inspira-dos en la nnás profunda lógica y en la másestricta moral, constituyeron un tema d emeditación y una enseñanza para los ofi -

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LA LOTERíA

ciantes del Foro . En leyes y en política sunombre está estrechamente asociado a tod ala historia de Colombia en la segunda mi -tad del siglo XIX "

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

"Ha desaparecido la más robusta y sa-liente figura, política y moral, que tenía e lIstmo, y ha desaparecido una inteligenciaque acaso vivió torturada en los últimosdías por el espectáculo de una soberaní amancillada cuantas veces se le ocurre a lPontifice distante Es justo el duelode PaNamá. Pero es también justo que,recordando al Arosemena del pasado sigl oy pensando en el Arosemena que con lágri-mas en los ojos evocaba a Colombia, depo-sitamos sobre su tumba flores que sea nemblema de piedad y respetuoso tributo decariño " . :

k

El (lía 24 de Septiembre de 1932, el doc-tor Ricardo J . Alfaro, Presidente de la Re -pública, pronunció un discurso ante la es -tatua del doctor Pablo Arosemena, que aca-baba de descubrirse, cuya parte final dice :

"Al llevar la palabra en este acto solem-ne como Jefe del Estado, cumplo con el de-ber oficial de rendir a la figura históricade Pablo Arosemena el homenaje que de -ben a su grandeza el pueblo y el gobiernopanameño y me doy además satisfacció npersonal gratísima al expresar mt admira-ción y mi afecto por la memoria sagradade un hombre que no obstante la diferen-cia de edades, me dispensó siempre amis-tad y aprecio que guardo entre los más ine-fables recuerdos de mi vida .

Pero tengo aquí una tercera representa-

ción que es singularmente placentera par amí : La Academia de la Historia de la Ha-bana, de la chal tengo a honor ser MiembroCorrespondiente, me ha pedido que la re-presente en este acto. Cuando la gloriosaCuba luchaba valientemente por conquis-tar su independencia, se agitó en el Congre -so de Colombia la cuestión de reconoce rbeligerancia al heroico pueblo hermano ,Pablo Arosemena, idólatra de la libertad ,puso todo el calor de entusiasmo, todo e lfuego de su verbo, al servicio de la caus acubana. Sus esfuerzos fueron coronadosdurante la guerra de los Diez Años por laley de 17 de Marzo de 1870 que reconoció l apersonalidad cubana y que autorizó Pabl oArosemena como Presidente de la Cámar ade Representantes. Durante la última gue-rra también fue vocero ardoroso de la In -dependencia de la Isla. Por eso los bom-bres que cultivan la historia de Cuba ha nquerido demostrar hoy que en Cuba se re -cuerda con gratitud aquel gesto fraternaldel tribuno panameño. Reciban esos no-bles amigos la expresión del reconocimien-to nacional .

Teniendo como fondo el Palacio de Jus-ticia, así como en su vida la justicia se ha-lló siempre en el fondo de sus acciones : enesta plaza que lleva hoy el nombre de esaFrancia cuya historia y cuya cultura deja -ron en su espíritu y en su obra tan imborra -ble huella ; con la mirada tendida hacia e locéano como abarcando desde la eternida dlos más amplios horizontes para esta Pa-tria que él amó tanto, Pablo Arosemena ,plasmado en el bronce heroico, tiene aqu ísu templo bajo el azul y se ofrecee a las ge-neraciones futuras coima recuerdo, símbol oy ejemplo."

GABINETES DE LA IREPUBILIC APor ERNESTO J . CASTILLERO R . y JUAN ANTONIO SUST O

VII I

DR . DON PABLO AROSEMEN A

La Asamblea Nacional lo eligió Pri-mer Designado y asumió la Presiden-cia el 5 de octubre de 1910 hasta e l

19 de febrero de 1912 en que, con . as •piraciones a la reelección, se separóde ella, aunque no renunclándola, paraser candidato . de la "Unión Patrió.tica".

Su Gabiente fue compuesto del siguiente Personal :

Dn, Ramón F. Acevedo, Gobierno -y Justiciad Dn .Federico Boyd, Relaciones Exteriores ; Dn , Auroli oGuardia, Hacienda Y Tesoro ; y Dn . Carlos C. Arose.mena, Fomento.

Mientras el señor Du . Carlos C . Arosemena veni adel extranJero donde le sorprendió el nombramient opara ponerse al frente de la Secretaria de Fomento ,lo que hizo el 11 de febrerode 1911, sirvió el puest adesde el 5 de octubre de 1910 como encargado, e lSuU$eeretario, señor Dn . Luis E . Alfaro . Pero e1 .2 3

'de mayo siguiente (1911) volvió el Sr. Arosemena aaumentarse del país en cumplimiento de misión oí¡ .

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chal en los Estados Vnldos, de donde regresó a me-diados de agosto, y en este lapso volvió el Sr . Alfar oa tomar a en cargo el despacho,

No nombróel presidente el Secretario de Instruc-ción Pública sino que encargó de la Cartera al Sub -secr etario, Señor Dn. Angel MI Herrera hasta di-ciembre de 1910, cuando designó en propiedad al Dr.Heliodoro Patiño.

El 31 de julio de 1911 fue depuesto de la Secretaríade Gobierno y Justicia el señor Acevedo, por desa-cuerdo político con el Presidente y nombrado en s ulugar el Dr. Patiño, quien se posesionó el 2 de agosto .

El Dr . Alfaro Preciado fue entonces escogido parala Cartera de Instrucción Pública que dejaUa vacant eel Dr . Patiño .

El 2 de enero de 1912 fue nombrado Secretario deRelaciones Exteriores el Dr. Eduardo Chiari en reem-plazo del Sr . Dn, Federico Boyd .

I X

DON RODOLFO CHIAR I

Mientras duró la separación de lDr . Arosemena, aspirante a la reelec-ción, y habiéndose excusado el 20 De-signado, Dn . Federico Boyd, se encar-gó del Poder Ejecutivo el 3er, Desig-nado, Dn . Rodolfo Chiari, el 1v de fe .brero de 1912 hasta el 6 de marzo de lmismo año .

El Señor Chiarl efectuó cambios en el Gabinet eorganizándolo así :

Dr . Francisco Filós, Gobierno y Justicia ; Dn . Aris-tides Arjona, Relaciones Exter iores ; Dn, Aureli oGuardia, I-Iacienda y Tesor o ; Dn. Melchor Lasso d ela Vega, Instrucción Pública ; y Dn . Próspero Pinel ,Fomento,

La persona primitivamente escogida para la Car.tera de Relaciones Exteriores fue el Dr. EduardoChiarl, quien no aceptó .

Las funciones de Secretario de Instrucción Pública ,por excusa del Sr . Lasso de la Vega, fueron asumida spor el Sub-Secretario, señor I-Ioracio Rangel, hasta e l7 del mismo mes que fueron adscritas al señor Ar-jona, Secretario de Relaciones Exteriores .

En igual fecha fue nombrado el Señor Dn . RamónP. Acevedo, Secretario de Hacienda y Tesoro e nreemplazo del señor Guardia, quien también re-mmcló.

DR . DON PABLO AROSEMEN A

Reasumió sus funciones, desistien-do de su aspiración a un nuevo perio-do, el 7 de marzo de 1912 hasta el 30de septiembre siguiente, conclusió ndel término constitucional ,

Formó su nuevo Gabinete así :Dr . Heliodoro Patiño, Gobierno y Justicia ; Dr .

Eduardo Chiari, Relaciones Exteriores ; Dr . Aurell oGuardia, Hacienda y Tesoro ; Dr. Alfonso Preciado ,Instrucción PÚDlica, y Dn, Carlos C . Arosemena,Fomento.

Hasta el 12 de marzo en que entró a actuar elseñor Guardia, estuvo encargado del Despacho e l

Sub-Secretario, señor Dn . Mario Galindo. Desde e l12 de septiembre siguiente volvió el Señor Galindo aencargarse del despacho hasta el 30, fecha de termi-nación del período presidencial ,

El IS de julio de 1912 , 1por renuncia del Dr . Helio -doro Patiño, el Sub-Secretario, Dr . Carlos L . López ,se hizo cargo de la Secretaria de Gobie r no y Justicia ,hasta el nombramiento en propiedad del señor Dn .Salvador Jurado, lo que sucedió el 22 del mismo mes .

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0 PAGINA a

I,A I,O TERIA

FRENTE A LA ]ESTATUAPor JOSE ISAAC FABREGA

iislatua del Dr . Pablo Arosemena, en la Plaza de Francia, frente al Palacio de Justicia .

. .Y al contemplar, abierto al cielo, e loscuro macizo de la estatua, surge ense-guida ante mí, por el poder del bronce ,

Colombia, la romana, primero con sus gue-rreros y sus tribunos y sus tempestuosas agi -

taciones democráticas ; Panamá luego, na-ciente, sonreída, inexperta e ingenua,estre-mecida de júbilo y llena de esperanzas ; yenseguida, por todo aquello, a lo largo d e

los dos pueblos, en la extensión enorme del

cuadro, don Pablo Arosemena, dejandoaquí y allá, en los años mozos y en la eda dde las serenidades, sus apóstrofes, sus con-sejos, sus vaticinios, las huellas de sus afa-nes y los regueros de hojas áureas que a l

paso van cayendo de su enorme gavilla de

lauros. Expansión incontenible de la gran-deza de algunos hombres a cuya acción y

cuyo pensamiento parecen estrechos los lí -

mites de un único escenario 1

Miro aquí, en el pedestal, junto a la lí-nea dura formada por el arte, al joven qu e

se inicia en las lides de la democracia . No

es el hombre de la demagogia . No se abre

paso apartando intonsos con la varilla má-gica del engaño . No se traza planes inexo-rables para tocar la cumbre, porque, en el

código moral de la vida pública, todo pro -pósito de triunfo indefectible significa siem-pre disposición a claudicaciones y vaivene sque no se avienen con la conciencia pundo-

norosa de los grandes. No gana el mozo que

se inicia entre sorpresas, la popularidad rá -

pida, efervescente y bulliciosa, s .̀no el pres-

tigio que viene lentamente, sereno, callado ,

juicioso, y por lo mismo perdurable . La po-

LA LOTERIA

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pularidad es la retina física que se impresio-na con el gesto exterior, con el relámpag oligero, con la coloración momentánea. Elprestigio es la fibra moral que vibra ante l avirtud modesta, ante el trabajo paciente ,ante el talento profundo, ante las profun-didades de la ciencia .

La casta de los Arosemenas no fue quizáspopular nunca : tuvo ella, sí, el prestigio co-mo cuartel perenne de su escudo de au-téntica democracia . Y Pablo Arosemena ,al comenzar con su pluma rara, con su pa-labra de rayo—que alto—cumplió la le yatávica, y más que el afecto de la muche-dumbre, exaltado, mudable ganó para s íese asombro reverential que observa el tus¡-!ano en Francia, en el nacer de Víctor Hu-go, ,y que lleva a los pueblos a ponerse depie y a descubrirse respetuosos sin un moti-vo preciso, con la sola intuición misteriosade que el hombre recién asomado por e lOriente de la Historia trae una palabra nue-va, un nuevo pensamiento extraño, y bajoel brazo, como en pliego cerrado, un espe-cial mandato escrito por la propia mano d eDios . . .

Tal aparece en la Estatua . El viento delPacífico, tumultuoso e inconstante que se-meja al aura popular eón sus vaivenes, noconmueve, ligeramente siquiera, la nobl etesta desafiante . El sol de la mañana, a lrompersq; q+on quiebre de gloria, por e lbronce de la frente, es el prestigio lumino-so y cálido que le alentó al principio, qu ele siguió en la vida, y que con él fue lueg ohasta el sepulcro para bañar entonces, siem -pre como un sol glorioso, las letras del nom-bre escrito sobre el mármol de la lápida .

Y siempre pIr el milagro del bronce apa-rece también ante mi espíritu con su esen-cial secreto, con su poder inexplicable, co nsu misterio de mago. Es el prodigio del ace -ro multiforme ; es, entre los dedos tauma-turgos, el consorcio armónico del pensa-miento, ágil, resuelto, impulsivo, recio—jo-ven atleta vibrante—con la palabra caden-ciosa, sonriente, colorida, elástica, como s ifuera una mujer nueva que se estremece ycanta la canción de la vida y de la gracia .

Pienso mirarlo en el preciso momento d elas gestaciones deslumbrantes. Don Pablo ,el de la pluma, no sabe de las esperas pa-cientes, de la expresión que se reforma, de lperíodo que se modela con la virtud de l aconstancia . El escribir es arte y el arte su-premo—pasión, urgenc5a, nervio—no en -tendió nunca de treguas : el arte es, en su

clímax, Miguel Angel impaciente que pid ea su Moisés, frío, de piedra, la palabra d efuego. Y así don Pablo toma el acero de l apluma, tiembla la mano como tiemblan la smanos consagradas, en el ardor .místico dela liturgia, y la pluma, el acero, son ense-guida escudo para cubrir las libertades, cla-rín para llamar a las batallas, bandera pa-ra encumbrar los ideales, rosal para la vir-gen, laurel para la Patria, y espada, y me-tralla, y puñal, y látigo, y todo lo que hierey lo que arrolla y lo que mata, para ir con-tra el cuerpo visible de los tiranos descu-biertos o contra el sistema, a veces invisi-ble, de las encubiertas tiranías .

El pedestal recuerda el solio, y en el so-lio aparece don Pablo Arosemena . El cono -ce que no hay crímen en la tierra como e lcrimen de la mano que se hace cruz parajurar las leyes y se hace luego garra con-tra el arca que atesora, con el fulgor viv odel oro, los fulgores apagados de las lágri-mas del pueblo. El sabe que la lisonja, in-teresada y falsa, asciende siempre al hom-bre que gobierna y cobra siempre a la Re -pública su precio . El sabe bien que no ha yodio tan bajo como el odio que se escond ey se contiene, para vengarse, luego, en lo smomentos fáciles del mando, desde los ren-glones retorcidos de la ley, o desde el to-rreón de los cuarteles . El sabe que en el ca-mino del Capitolio las ovaciones del ascen-so no son siempre merecidas, ni justas tam -poco las críticas acerbas del descenso . Sa-be que en las alturas, como abajo, la amis-tad es acreedora al sacrificio máximo, me-nos al sacrificio de un pequeño jirón de laconciencia . Sabe que no es el Gobierno ren-ta propia, ni donación, ni herencia, y qu een política interna—como en la ley de la snaciones es ya bárbaro el concepto deque en plaza conquistada hay los derecho ssin freno de los botines de guerra . Todo losabe el Estadista ; todo lo sigue el Magis-trado . Y por eso está sereno, en la esper aconfiada de la Historia . Y ya la Historia ,jubilosa, ha lanzado en voz alta su pala -bra . . . !

Pero no es todavía el verdadero símbo-lo . No ha surgido todavía la más viva evo-cación de la Estatua. Roma tiene, al tra-vés de los tiempos, la supremacía de lasclarividencias geniales . El genio latino queconmovió, hace ya siglos el Asia y el Afri-ea, con la dureza de sus yelmos y sus lan-zas, conmueve hoy día la América con laexactitud prodigiosa de sus bronces y su s

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LA LOTERIA

mármoles . Gaetano Chiaromonte, abre l aII.storia de Colombia y la del Istmo, en u nrincón apartado de sus estudios de Nápo-les. Necesita modelar a Pablo Arosemena ;quiere verlo ; quiere conocerlo ; quiere pal -parlo. Y ahonda, y revisa y pasa páginas ,y detalla capítulos, con el ceño propicio d elas concepciones trascendentales ,y el labiorepentinamente dice, como en un triunfo ,"parlamentario" ! ; y de la sombra va sur-giendo lentamente la figura gladiadora qu eaquí aparece, en el sitial de la Plaza, co-mo escapada del Congreso con el ansia demás campo, de más luz y de más aire .

Pablo Arosemena, parlamentario! All íestá el resumen ; allí la culminación ; allíla esencia ; allí la página máxima. El Juezsentencia ; el Gobernante dirige ; el Legis-lador siembra, modela, destruye, transfor-ma, ,y para serlo todo, para tenerlo todo, e sunas veces soldado y viste a veces la túni-ca de mártir .

Cuando la democracia es sabia y justa ,un suave fluído se extiende del pueblo a lparlamentario. El pueblo dice y el Legisla-dor escucha. El pueblo dicta en voz alto s uley y el Legislador simplemente la traza co nla serena placidez del escribano. Pero cuan -do la democracia es incipiente ; cuando esingenua ; cuando no es sabia, ya entonce sel Legislador no puede ser sumiso ; ya tie-ne el derecho y el deber sagrado de las re-beldías ; ya tiene que imponerse con la có-lera contra las incomprensiones, con el so -lo sostén de la conciencia y el solo consue-lo de la pupila que vislumbra las redencio-nes del mañana .

Pablo Arosemena brota en las democra-cias incipientes . Pablo Arosemena en e lParlamento, no puede ser el escribano tran-quilo sino el guerrero indomable. Por esoallí, entre los escaños, está todo el esplen-dor de su potencia ; toda la fibra de su es-píritu ; todo el vigor de su palabra . No pre-gunta nunca lo que los otros persiguen ; nointerroga nunca por el curso de los vientospara que meza al viento su panacho . Enlas horas tranquilas su voz tiene suavida-

des de consejo ; en las horas rugientes seyergue a veces solo, por encima de todos ,contra todos, y hay cólera de Dios entr esus frases. Pide ,justicia ; impugna dictadu-ras ; defiende ideas ; patrocina libertades .Es el centinela de Colombia : cuando Co-lombia está tranquila, el centinela parec ecomo dormido junto al campo de combate ;cuando Colombia se convulsiona, el centi-nela, rápido, elástico, da un salto y no v apor el fusil difícil y lento sino presuros opor la máquina que arroja la metralla .Cuando en las alturas hay varones de vir-tudes, en el Parlamento se oye, por todo slos ámbitos, como la música de un canto .Cuando la dictadura asoma su faz negra ,el canto cesa, la tormenta estalla ,y PabloArosemena se alza soberbio, colosal, ma-jestuoso—como en el bronce arrogante—para poner el Inri de Colombia sobre lafrente donde están frescas aún las huellasde los laureles libertarios.

Pablo Arosemena, parlamentario! Qu enunca mude bajo el cielo del Istmo la con-cepción magnífica del bronce forjado u ndía bajo los cielos de Nápoles . Que "So-lón . . . Licurgo . . . Licurgo con el verbo de

Demóstenes . . . !" expresa el guía continua -mente, como oración al oído del viajero in-terrogante . Yo creo en la eficacia redento-ra de los bronces y los mármoles. Yo creo enlas nobles sugerencias cívicas que a la con -ciencia de los pueblos lleva la piedra de la

Estatua. Yo abrigo la fe de que mientras l aimagen de Bolívar viva, vivirá todavía l alibertad en América . Yo guardo la certezade que en el Istmo flotará el ideal mien-tras Tomás IIerrera cabalgue, en med_o d ela urbe, sobre su potro de guerra, Yo s éque mientras Pablo Arosemena permanez-ca allí enhiesto, inconmovible, como en e lParlamento, diciendo su palabra, luchando ,atacando, defendiendo, mientras esto acon-tezca, no habrá para nosotros el temor d elas tiranías, nunca vendrá el naufragio delas leyes, ni se habrá perdido todo para l aConstitución, ni todo se habrá perdido pa-ra la Patria .

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LA LOTERíA

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ORIGEN DEL APELLIDO A OSEMENA

EN PANAMA

Por JUAN ANTONIO SUSTO

Apenas fundada la nueva Panamá, vi-no a ser —en sustitución de la antigua ca-

pital del Reino de la Tierra Firme— el mis-mo emporio de comercio. Colocada en si-tio excelente, con un puerto de inmejora-bles condiciones y rodeada de islas cerca-nas que le sirvieron de defensa ,y de ofici-nas aduaneras, atrajo la muy noble y muyleal ciudad las miradas del mundo entero .Fué el paso obligado de personas y cosas

que iban y venían del Sur ; el principio ytérmino de las armadas del Perú, que mu-chas veces cargadas de oro para la Coron ae España, dejaron parte insignificantepara el "situado" de la Plaza, y en fin, losterribles y fieros piratas intentaron asal-tarla para apoderarse de las riquezas quedel antiguo imperio de los incas subían condestino a la Península . Albergó en su senoa familias de muy rancia nobleza ; otrasde reconocida distinción y méritos ; losmás, compusieron la clase media, en l acual figuraron muchos extranjeros, y l acapa inferior de esta escala social, la for-maban los mulatos, zambos, negros libres ,negros esclavos, y algunos bandoleros por-tugueses y europeos que vinieron escondi-dos en las flotas anuales o en las armada sque acudían a la feria de Portobelo . Losmedios de vida de las clases menesterosa sfueron el comercio en pequeño, los rudostrabajos de oarga y descarga, el arreo d emulas, etc .

Al negocio en grande escala, prestaronmuy singular atención parte no desprecia-ble de esas personas de reconocida reputa-ción ,y buena fama que figuraron en el am-plio escenario del coloniaje como dueño sy señores de vidas y haciendas .

Atraído sin duda por la resonancia qu een España se dió a Tierra Firme, de su sinnumerables riquezas y de sus estupen-dos medios de vida don JOSEPH GREGO-RIO DE AROSEMENA, llegó a estas pla-yas en el año de 1681 . Aquí estableció suresidencia y sembró la semilla del ilustr eapellido que fué siempre timbre de orgu-llo para la nacionalidad panameña . Elapelido Arosemena es originario de Na-

varra ; al principio fué AROSEMENA Jue-go AROSSEMENA, (todavía en uso en al-gunos sitios del Norte de España) ,y así fir-maron don Gaspar y don Mario Aroseme-na el acta de Independencia de 1821, par aquedar convertido en el siglo XIX en e lque conocemos en la actualidad .

Don JOSEF GREGORIO fué uno de lo scomerciantes más acaudalados de su épo-ca, en la cual gozó de un inmenso prestigi oy ocupó una posición social excelente. Alcalor de su hogar, formado con distingui-da dama panameña, vino al mundo e lfruto de esa unión, el primer AROSEME-NA de esta tierra, que recibió el nombr ede FELIPE, tronco de las venerables fami-lias Arosemena del Molino, Arosemen aAlvarez, Arosemena Martínez Carrillo ,Arosemena González de Villafranca, Aro-semena Lombardo, Arosemena Lasso dela Vega, Arosemena de la Barrera, Arose -mena Quezada y Arosemena de Alba, qu edurante y después de la'colonia nos die -ron hombres de singular valía. Por facto-res de diversos órdenes se dispersaronesas familias y formaron nuevos hogare sen Santiago de Veraguas, en San Francis-co de la Montaña, en Chepo y en Portobe-lo, dejando a donde fueron la estela de su shonorables apellidos . El asiento habitua lde la familia Arosemena fué la ciudad dePanamá.

El primer Arosemena panameña, donFELIPE, casó con doña Margarita del Mo-lino Zaldivar, natural como él de la ciu-dad de Panamá y tuvieron dos hijos naci-dos también aquí : FRANCISCO XAVIE RDE AROSEMENA e IGNACIO DE AROSE -MENA.

Don FRANCISCO XAVIER DE AROSE-MENA contrajo matrimonio con doñ aMargarita Martínez Carrillo (hija legiti-ma de don José Martínez Carrillo y de do -ña Juana de Segura) y fueron sus hijo sFrancisco Josef, María Josefa Teresa,(casada con el Coronel don Francisco Ro-mero, residente en Cádiz) y don Doming o

María Arosemena . Este último Domingo

María, casó con doña Maria Eduarda Gon-

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LA LOTERIA

zález de Villafranca, natural de Natá, (hi -ja legítima de don Agustín González d eVilíafranca, nacido en la Villa de LosSantos y de doña Lorenza Tuñón de Or-tega, natural de Natá) y tuvieron dos hi-jas : María Magdalena, esposa de don Jo -sé de Matos Patiño, y doña María del Car-neen, esposa del doctor don Thomas dePaz Soldán yGálvez .

Don IGNACIO DE AROSEMENA, se-gundo hijo de don Felipe, casó dos veces :con doña María de Castro, natural de Pa-namá, tuvo a Francisco de Borja Arose -mena que abrazó la carrera eclesiástica ;y con doña María Alvarez, natural de Por-tobelo, a MARCOS DE AROSEMENA, qu eal igual que su hermano nacieron en est aciudad .

Dou MARCOS AROSEMENA, contraj omahr imonio con doña Josefa María Lom-bardo, nacida en Santiago de Veraguas ,c en San Francisco de la Montaña, naci óde este matrimonio don PABLO DE ARO-SEMENA y LOMBARDO coronel que fu éde Milicias de Veraguas, luego ocupó elmismo cargo de Coronel en Panamá e nlas Milicias Disciplinadas. Hombre decuantioso fortuna, de un gran talento y deeducación esmerada mereció que se l eotorgara el alto honor de ser Caballero d ela distinguida Orden de Carlos III, (en l acual ingresó el 22 de Marzo de 1806) ; yen Santiago de Veraguas nació su herma-no MANUEI. ANTONIO DE AROSEME-NA Y LOMBARDO, que casó con Nicolas adel Aguila Icaza, nacida también en San-tiago de Veraguas (hija legítima de donJoaquín de Aguila y de doña Sebastianade Icaza, (naturales de Lima), los cualesdejaron una larga descendencia .

Del primer matrimonio del Coronel d eMilicias don PABLO DE AROSEMENA YLOMBARDO, con su parienta, Doña Re-

s•alia Lasso de la Vega, (hija legítima d edon Nicolás Feliciano Lasso de la Vega yde doña Estafana Josefa de la Rosa Lom-bardo, nacieron Domingo (1779), Manue l(1782), Juan (1784), y Antonio (1786) yel segundo matrimonio efectuado el 2 d eMarzo de 1788, con doña Martina Rafael a

de la Barrera, nacida en esta ciudad, (bi-ja legítima del Capitán don Luis de l aBarrera y Dávila y de daña Isabel de Ne-greiros), tuvieron trece hijos : BLAS(1789) ; SILVESTRE, (1790) ; MIGUEL,(1792) ; GASPAR, (1793) ; MARIANO,

(1794) ; PABLO, (1796) ; EDUARDO . DO-

MINGO, DIEGO, VICENTE, JUAN . ANAy DOMINGA .

BLAS, GASPAR y MARIANO ARO-SEMENA de la BARRERA. casaron, en elorden en que están colocados, con Manue-la, Vicenta y Dolores Quezada, (hijas le-gitimas de don Miguel Quezada y de do -

ña Catalina Velarde), cuyos descendiente sIos Arosemena Quezada brillaron con luzpropia como astros de primera magnitu den el período de nuestra unión a Colom-bia .

Del matrimonio de don PABLO ARO-SEMENA DE LA BARRERA con doñaUAMONA DE ALBA, (hija legítima de l

prócer don Josef de Alba y de doña Nie-ves Brájimo), efectuado el 18 de abril d e

1833, nació en esta ciudad de Panamá, a l

doctor PABLO AROSEMENA el 24 d e

Septiembre de 1836 .

Y así fué como el apellido Arossemena,

convertido luego en el de Arosemena qu econocemos, llegó hasta al doctor Pabl oArosemena de Alba, cuyo primer cente-nario de su nacimiento se conmemoró el24 de Septiembre de 1936 .

Tal es, a grandes rasgos, el origen d e

este apellido en Panamá.

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DE LA CIUDAD QUE SE PERDIO

LA CANTINA DE ]LA PLATAPor SANTIAGO D . â4cXAY (FRAY RODRIGO )

Ninguna esquina más famosa, más co-nocida y más cariñosamente recordada e nesta ciudad que la esquina que ocupó pormuchos años La Cantina de la Plata, lu-gar en donde celebraron animadas tertu-lias distinguidos caballeros de la localidad .

El edificio que ocupaba esta Cantin aera; en su construcción, un tantico distin-to a los demás de la ciudad . Hecho todode madera del país, representaba un es -fuerzo artístico que en su época mereci óun aplauso y un elogio de los moradores .Seguro como estaba de su importancia, n oquiso jamás que lo vistieran con cal y poreso siempre lució sus vestidos de pintur afina ya que esa era la forma más dignade recibir a su distinguida clientela .

Verdaderamente el edificio no era mu yllamativo si se quiere, pero tenía su pis oalto, con su balconcito muy bien presen-tado al que no afeaba la apariencia achu-rrada del "entresuelo", lugar en dond ehubo florecimientos de amores prohibido sy citas que ahora no podrían realizars econ la quietud de aquellos tiempos .

La planta baja fue la que se metió enla historia de la ciudad como una intrusa .Se hizo tan coqueta y tan relamida conel salón de su cantina, llena de mesita spara jugar dominó, para jugar tragos "conel cacho" y con su mesa para jugar billa rque vió a nuestros billaristas hacer florescon tacos y carambolas . Como ésto le di óun prestigio en el barrio, se burlaba d e

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LA LOTERIA

todas las demás cantinas y hasta tuvo l asuerte de acabar con la que Loreto Villa-lobos, el cubano, había puesto en la ve-cindad con el nombre de "El Torito" . Sila planta se mareó con el orgullo de su sa-lón, se volvió loca con la aristocracia de lportal, lleno de arcos, con un piso de la-drillos cuadrados, con sus mesas para sa-borear el Martel y las Apolinaris, dondelos chiquillos íbamos a buscar a nuestro spadres para pedirles "medid" para la "co-sita" .

El primero que inició el prestigio de l aesquina, fue don Juan Samuel Tinker alestablecer allí la famosa " 24 de Julio" .Esta cantina, frecuentada solamente po rel elemento distinguido de entonces, fu evendida poco después a un hombre bajo ,buen mozo y pulquérrimo, Rafael Zúñigade nombre, cartagenero de nacimiento, qu efue herido de muerte en el combate deEmperador en noviembre de 1901 junt ocon el bravo Coronel Miguel de Hoyos, endefensa de sus principios liberales ; y mástarde a un español, popularísimo y bona-chón a quien todos llamaban Covacha, va-ya usted a saber por qué . Luego tuvo otro sdueños que le cambiaron el nombre y de-jaron caer su prestigio .

Ahora es un edificio elegante que s ecomplace en mortificar a la casa vecina qu ese resiste a cambiarse de ropa . Con esaasistió a las corridas de la Plaza de SantaAna que diariamente añora, al ver "el por -tal de piedra de la esquina del Panazone ,y la alegría imposible del "portal de pa -lo" del edificio de la esquina .

Ahora que me he referido a esta casavieja que ocupó "El Torito" , viene el re-cuerdo de aquella matrona que se llam ódoña Chepita Cajar, la dueña . Tronco defamilia honorable, era respetada por todo slos elementos sociales de la ciudad y muyvisitada en los días de fiesta, cuando ha-cia las enormes ollas de ponche -leche .huevos, anís— con que se obsequiaba al

pueblo que acudía a las grandes fiestas d eSanta Ana .

Doña Chepita era toda una dama cor-dial y buena . Desprendida, su fortuna ali-vió muchos hogares y por eso, cuando dis-puso no seguir viviendo y se durmió parasiempre, en el barrio la lloraron.

La Cantina de La Plata olvidó su ale-gría cuando la matrona murió porque su sparroquianos, guardando consideraciones ala amistad, se ausentaron por varios días .

Después, las cosas siguieron como an-tes y La Cantina de la Plata volvió a s uvida diaria. Fue cambiando de dueños ycon este cambio la clientela se fue reti-rando y el lugar que fue prestigioso, cay óen un abandono y en una decadencia do-lorosa .

De los caballeros no quedó ninguno : sefueron a otros sitios donde no llegaban in-dividuos desprestigiados y la pobre Can-tina de la Plata se fue quedando sola yvió cómo se puso triste el "entresuelo" queen otros tiempos tuvo un atractivo singu-lar . El último cantinero fue el "Fulo" quiendebe sentirse orgulloso de haber acompa-ñado hasta el último instante de su buen afama a la esquina más famosa de la ciudad .

Luego, lo de siempre . Las necesidadesdel progreso hicieron levantar el edificiode ahora que a pesar de su belleza no tie-ne el encanto de aquella casa de mader a

con su "portal de palo" en donde se cele-braban las tertulias animadas del medio -día, del crepúsculo y las "tenidas" de lasprimeras horas de la noche.

Por eso quizá, cuando el Fulo entra ala cantina de Buckle con ' su rollo de bi-lletes de lotería, se pone triste y pensa-tivo al recordar la vieja Cantina de la Pla -ta, en donde fue, con todos los honore sdel caso, supremo dictador .

Muchos aseguran que cuando sale de lrecinto, el Fulo lleva sobre los ojos un alágrima furtiva

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Hace cincuenta años se tomóAYER esta fotografía del Mercado Pú -

blico de Panamá. En ella se aprecia la construcció n

de ese edificio; las empedradas calles, la indumen-

Otaria de los civiles y el uniforme de un militar y

como fondo a este cuadro las carretas, guiadas por

jamaiquinos.

1894

®~ el mismo Mercado es de mampos -tería; las carretas han dado pas o

a los automóviles, camionetas, autobuses y a la sO CHIVAS y el piso es de cemento . Las construccio-

nes adyacentes han sido modificadas en su estruc-tura y el movimiento del público es enorme .

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