Una historia mas

8
ESTO NO ES NATURAL En un día normal, un mes casual, un año cualquiera, me encuentro sentado en mi sofá mirando mi foto de infante y recordando esos momentos de pequeño que viví y disfrute, hasta donde me dejaron. -Julián, levántate, necesito agua para el desayuno-Dijo Mercedes, mi mamá. Se me había olvidado por completo, tenía una cita con mi amigo Camilo en la cascada del pueblo, para bañarnos y luego traerle agua a mi mamá. Me levanté más rápido y entusiasmado que nunca, cogí la ropa que estaba al lado de mi cama y salí corriendo. Cuando llevaba más de tres cuadras me di cuenta que no había desayunado, pero enseguida me acorde del árbol de mandarinas que había llegando a la cascada, así que no me devolví a mi casa a comer sino que corrí más rápido para alcanzar a comer y llegar a tiempo con Camilo. -Hermano, has llegado tarde-Dijo Camilo. -Lo siento, me quede dormido, tu sabes, pero bueno a lo que vinimos-Dije haciendo una mueca que los dos interpretamos a la perfección. Sin más que decir, nos echamos al agua. Caímos con la fuerza más impresionante que había visto, cuando de repente escuché un grito ahogado… -¡Camilo! ¡Camilo! ¿Dónde estás hermano?-Preguntaba desesperado. Y nadie respondía, seguí llamando a mi amigo pero nada pasaba, me sumergí en el agua e intente abrir los ojos, pero me gano la presión de la cascada, no pude ver nada. Cuando

Transcript of Una historia mas

Page 1: Una historia mas

ESTO NO ES NATURAL

En un día normal, un mes casual, un año cualquiera, me encuentro sentado en mi sofá mirando mi foto de infante y recordando esos momentos de pequeño que viví y disfrute, hasta donde me dejaron.

-Julián, levántate, necesito agua para el desayuno-Dijo Mercedes, mi mamá.

Se me había olvidado por completo, tenía una cita con mi amigo Camilo en la cascada del pueblo, para bañarnos y luego traerle agua a mi mamá. Me levanté más rápido y entusiasmado que nunca, cogí la ropa que estaba al lado de mi cama y salí corriendo. Cuando llevaba más de tres cuadras me di cuenta que no había desayunado, pero enseguida me acorde del árbol de mandarinas que había llegando a la cascada, así que no me devolví a mi casa a comer sino que corrí más rápido para alcanzar a comer y llegar a tiempo con Camilo.

-Hermano, has llegado tarde-Dijo Camilo.

-Lo siento, me quede dormido, tu sabes, pero bueno a lo que vinimos-Dije haciendo una mueca que los dos interpretamos a la perfección.

Sin más que decir, nos echamos al agua. Caímos con la fuerza más impresionante que había visto, cuando de repente escuché un grito ahogado…

-¡Camilo! ¡Camilo! ¿Dónde estás hermano?-Preguntaba desesperado.

Y nadie respondía, seguí llamando a mi amigo pero nada pasaba, me sumergí en el agua e intente abrir los ojos, pero me gano la presión de la cascada, no pude ver nada. Cuando subí a la superficie, vi a mi amigo detrás de una piedra, nade a toda prisa y me hice al lado de él.

-¡Carajo!-Exclamo mi amigo

-¿Qué te paso? ¿Estás bien?

-Me he pegado en la pantorrilla con la piedra que tengo abajo-Dijo refunfuñando.

Page 2: Una historia mas

-¿Es en serio? Eso siempre te pasa, me has preocupado, mejor vámonos a llevarles el agua a nuestras madres, deben estar bien preocupadas-Dije entre risas.

-¡No sé porque siempre que me lastimo te burlas de mí!-Dijo mientras se incorporaba e intentaba salir de la cascada por una escalerita.

-¡Vamos! Deja de intentar eso, yo te ayudo a salir, recuerda que estas lastimado.

Me miro con rabia, se dio la vuelta y volvió a intentar salir, después se rindió y me miro pidiéndome ayuda, me reí y después de un rato salimos los dos. Recogimos el agua de lo que llamábamos mis amigos y yo “pozo” y echamos a caminar para volver a casa.

-¡Anda! Pero estás muy lento Camilo.

-¡Si sigues con esa actitud, te juro que la próxima vez que vengas a esta cascada será solo, o con tu madre!

-Cálmate hermano, solo comentaba la situación-Dije y me reí.

Seguimos caminando hacia el pueblo, hasta que nos topamos con Alejandra y Juana, nuestras amigas con las que íbamos a la cascada generalmente, debo admitir que eran bastante hermosas y era indudable la atracción que yo sentía por la hermosa Alejandra y me entusiasmaba de gran manera el hecho de ir a la cascada con ella a pasar un rato de amigos. Claramente mi amigo Camilo sabia de mis sentimientos hacia ella así que no se le ocurrió mejor cosa que decirle a las muchachas:

-¿Y entonces chicas? ¿La próxima semana vamos a la cascada?-Y me miró haciendo una mueca.

-¡Claro!-Exclamó Juana-A menos que Alejandra no quiera-Se miraron y se rieron entre ellas, Camilo y yo no pudimos hacer otra cosa que hacer lo mismo, porqué, no sé.

Nos separamos y nos dirigimos cada uno a su casa, cuando llegue mi mamá me acorraló y cuestiono todo lo que se le ocurrió para averiguar dónde estaba, con quienes y qué hacía. Ella sabía que siempre que me mandaba por agua al “pozo” y me demoraba, solo podía tener una razón

Page 3: Una historia mas

de ser, me había quedado bañándome con los muchachos, no sabía porque seguía preguntándome cada vez lo mismo.

Todos los días de esa semana tuve que ir a recoger agua y llevarla a la casa, y cada hora no hacía más que pensar y anhelar que llegara el día pactado con mis amigos para jugar en el agua, era una sensación tan inexplicable, era tan hermoso, ver todo el paisaje, los arboles, la cascada cayendo con toda la fuerza y la presión del caso, los animalitos que de vez en cuando se aparecían, era simplemente acogedor.

-Mamá, me voy con los chicos a la cascada, ¿Necesitas agua del pozo?-Dije mientras me dirigía a la puerta.

-¡Eso no se pregunta hijo! Claro, tráeme la que puedas.

Reí, me devolví por los baldes, y salí a encontrarme con Alejandra, y el resto.

Cuando nos encontramos todos, sin decir ni una palabra nos dirigimos a nuestro lugar, nuestra guarida; nos bañamos, reímos, golpeamos con las piedras, comimos de los frutos de los alrededores y cuando ya estaba cayendo el atardecer nos dirigimos al pozo para llenar los baldes de agua.

De repente Juana se detuvo y dijo:

-¡Miren! Hay una cerca, no podemos entrar al pozo.

Nos detuvimos también y observamos, era increíble, era cierto. Y cuando nos fuimos acercando vimos a dos hombres uniformados a los lados de la única parte que no estaba encercada, que parecía ser la entrada. Mi amigo y yo nos dirigimos hacia los señores y les preguntamos:

-Disculpe señor, ¿Qué está pasando aquí?-Pregunté con mi voz de infante

-Pasa que ya no pueden ingresar, es propiedad privada-Respondió uno de los señores-¿No habían oído que esto es un manantial? No podemos perder esta oportunidad, diciéndole unas cuantas palabras al alcalde de este municipio pudimos comprar esto, ahora es nuestro, ¿Acaso sabes cuánto dinero podemos recaudar vendiendo esta agua natural?

Page 4: Una historia mas

-¿Pero cómo es posible esto?-Dijo Camilo- Esto es nuestro, de la comunidad, no nos lo pueden quitar. ¡Nos quedaremos sin agua!

-¿Que no has escuchado niño tonto? Ya no es de ustedes, lo hemos comprado, ¿Entiendes? C-O-M-P-R-A-D-O… -Respondió el otro señor- Al igual que la cascada de la que los acabamos de ver saliendo, será nuestra en cuanto terminemos de hacer unas cuantas modificaciones a esto.

-¡NO! ¡No lo voy a permitir!-Dije exaltado.

-¡Cálmate Julián!-Me dijo Alejandra

Fue tal la furia que me dio que no me importó también mirar mal a esta hermosa niña, pero no iba a dejar que me quitaran algo que consideraba mío, de mi pueblo.

-¡Niño! Piensa, todo será mejor para ti y tu familia, ya no tendrás que venir a recoger el agua, no tendrás que cargar esos pesados baldes, solo tendrás que dar una módica suma de dinero a cambio de una bolsa de agua, ¿No te parece de lo mejor?

-¿Mejor? ¿Se atreve a decir que es mejor pagar por algo que podía adquirir gratis al mismo tiempo que jugaba con mis amigos? –Dije casi gritando.

-Julián, acuérdate que no es la única cascada que hay por aquí, de hecho hay una más cerca a nuestras casas, que aunque no es tan grande y hermosa, es cascada. –Dijo Camilo.

-¿Hablan de la cascada que está a unos cuantos kilómetros de aquí? ¿Una que está al lado de unas palmeras grandísimas?

-Sí. ¿Por qué? ¿Acaso también la van a comprar?-Exclame furioso.

-¡JA! Cómo se nota que no visitas esa cascada hace mucho tiempo. La hemos comprado hace más de un mes. Es solo para expandirnos, tu sabes, plan b si este manantial no nos da frutos, solo con hacer unos cuantos mantenimientos podemos purificar el agua de la cascada y hacerla rica para el consumidor, claro que ustedes son muy pequeños aun para entender esto del capitalismo. En unos años si aun quieren hablar del tema, los escucharemos.

Page 5: Una historia mas

¡Cómo era posible esto, nos estaban quitando algo nuestro para vendérnoslo, solo nos están costeando un capricho, la pereza de no venir a recoger el agua que es nuestra! No podía creer que ni siquiera mis amigos me apoyaran en esta pelea, se estaban resignando a ser abusados por la nueva economía y las industrias prometedoras.

-Mire señor…-Dije antes de ser interrumpido

-¡Ya Julián, no más, no vas a hacer nada, piensa, en serio es mejor que nos la vendan, no tenemos que venir cargar esos pesados baldes, aun podemos jugar cerca a la casa con otras cosas!-Dijo casi gritando Camilo.

No supe que más decir, me di media vuelta y me fui dando pasos fuertes y firmes. Cuando llegue a mi casa estaba con lágrimas, inconscientes, en los ojos. Mi madre, al verme así me pregunto qué tenía, le conté y era increíble, me dijo lo mismo que Camilo, ella también pensaba que era un beneficio para nosotros, dolido, defraudado me fui a mi dormitorio y no salí en un muy buen tiempo.

Unos pocos años después me atreví a hacer una excursión con mi adorada novia, Alejandra, por aquellos lugares en donde mi “pozo” se convirtió en un manantial que alimentaba una economía consumista, y fue realmente devastador, estaba todo encercado, aun, pero me inventé la forma de mirar por encima de la cerca y me pude dar cuenta, mi pozo y mi cascada estaba siendo consumida hasta donde más pudieron, los árboles de los cuales nos alimentábamos de vez en cuando estaban secos, las rocas con las cuales siempre nos golpeábamos mis amigos y yo estaban a la vista de todos, el nivel del agua había disminuido dramáticamente, mi pozo estaba casi hasta al fondo, no había casi agua, y pensar que antes no supimos aprovechar el agua que había ahí, la utilizábamos para jugar y ahora no tocaba pagar para consumirla, y tras del hecho la estábamos acabando, era increíble.

Curiosamente cuando me estaba retirando de este lugar me encontré con uno de los señores que tanto odie en los años pasados y estoy completamente seguro que me reconoció, me sonrió y me saludo, yo, en cambio, lo mire con el mismo odio de ese entonces, pero me llene de valor y le hice una observación:

Page 6: Una historia mas

-Me doy cuenta que se les está acabando el agua de mi, perdón, de SU pozo.

-¿Verdad? Estamos en búsqueda de otros, ¿Acaso conoces alguno?-Dijo mientras veía la ira que yo irradiaba.

No fui capaz de seguir ahí de pie mirando y recordando que nadie hizo nada por esto, esto que era nuestro, lo perdimos y ahora perderemos más, y todo eso nunca lo supimos cuidar, o no hasta que ya no lo teníamos.

Ahora, En un día normal, un mes casual, un año cualquiera, me encuentro sentado en mi sofá mirando mi foto de infante y recordando esos momentos de pequeño que viví y disfrute, hasta donde me dejaron, hasta donde me dejo la economía capitalista, el consumismo. Solo pienso y recuerdo cómo era el paisaje y la calidad de vida de mi niñez y lo comparo a cómo es ahora, y es realmente trágico. No lo supimos cuidar, y solo anhelo que las actuales generaciones piensen que si esto paso cuando éramos menos, menos individuos, cómo será y seguimos con este consumismo y no controlamos la sobrepoblación.

OSORIO MENDIETA IVONNE MICHELL

FORERO ROA ANA MARIA

INSTITUTO ALBERTO MERANI