El hombre siempre ha tenido la necesidad de expresar lo que siente, piensa o hace; y las artes

han sido el medio y la herramienta de expresión por medio del cual éste deja un legado, una

huella, una idea, una noción desde un punto de vista subjetivo u objetivo, en donde trata de

trascender un mundo de ideas diferentes de las que están inmersas en una comunidad pensante.

En tanto a la pregunta ¿Qué es arte? Pues, a lo largo del tiempo se han dado numerosas

definiciones de arte, entre ellas: “el arte es el recto ordenamiento de la razón” (Tomás de

Aquino); “el arte es aquello que establece su propia regla” (Schiller); “el arte es el estilo” (Max

Dvořák); “el arte es expresión de la sociedad” (John Ruskin); “el arte es la libertad del genio”

(Adolf Loos); “el arte es la idea” (Marcel Duchamp); “el arte es la novedad” (Jean Dubuffet); “el

arte es la acción, la vida” (Joseph Beuys); “arte es todo aquello que los hombres llaman arte”

(Dino Formaggio). Como podemos darnos cuenta, cada idea surge y evoluciona según la

necesidad del contexto donde se concibe. Actualmente nos identificamos con el concepto o la

noción que Beuys expone, él decía “que la vida es un medio de expresión artística, destacando el

aspecto vital, la acción”. Así, nace la premisa de que todo el mundo puede ser artista y

posteriormente, hacer arte. Pero ¿Qué tan cierto puede ser esto? Mientras que pocos infieren

deductivamente que “no todos son artistas”, la sociedad en volumen dice lo contrario, tanto la

sociedad capitalista como la socialista. Quien confiere adjetivamente a una persona como

«artista» es la sociedad en masa (entiéndase la sociedad de masas como la conglomeración de

sociedades adyacentes a todas las clases sociales). José Ortega y Gasset aprehende una idea de

manera inteligible, desde el punto de vista sociológico: “el arte divide al público en dos clases de

hombres: los que lo entienden y los que no lo entienden” (1995, p. 318). Podemos entender

entonces, de manera omnímoda, que el arte nuevo o arte joven, no es para todo el mundo, sino

que va dirigida a una comunidad en específico.

Pero sigamos indagando un poco en el concepto de arte. Su definición es totalmente abierta,

no se ha llegado a una decisión unánime y universal entre historiadores, filósofos o artistas. Para

Aristóteles, “el arte debe copiar a la naturaleza; como única y exclusiva fuente de inspiración”.

Nicolás Paussin definió el arte como “la imitación de todo lo que se ve; su fin es producir

placer”. Para Leonardo Da Vinci “el arte debe ser universal, es decir, que la obra de arte debe ser

comprendida y sentida por todos sin excepción de culturas. El fin del arte debe ser la exaltación

de la belleza natural, en la cual el artista debe poner su aporte espiritual y sentimental”. Más

adelante Hegel consideró que el arte no debe copiar la naturaleza, sino lo que el artista siente de

ella. Platón, en el Protágoras, habló del arte, opinando que es la capacidad de hacer cosas por

medio de la inteligencia, a través de un aprendizaje. Para Platón, el arte tiene un sentido general,

es la capacidad creadora del ser humano. El político y escritor latino Casiodoro, fundador del

monasterio de Vivarium, destacó en el arte su aspecto productivo, conforme a reglas, señalando

tres objetivos principales del arte: enseñar, conmover y complacer.

Todas estas concepciones, aunque provengan de fuentes diferentes, tiene una percepción en

común de lo que es arte: “un ‘lenguaje’, es la palabra más alta y expresiva del hombre y como tal

exige que sea entendido y comprendido a cabalidad en cada uno de sus momentos” (Germán

Marquinez y otros, 2001, p. 104). Marquinez explaya en su obra que toda expresión artística sólo

es entendida en su propio contexto y en las circunstancia en que se prescribe la obra, que además

porta y devela la historia del mundo y del hombre en todos sus aspectos (costumbres, filosofía,

manera de pensar, etc.). Para este mismo autor, el arte no puede entenderse ni como una

imitación de la naturaleza ni como un juego; ni mucho menos como un simple entretenimiento

del alma ni como la plasmación de una idea abstracta. El quehacer artístico de hoy, según

Marquinez, se acerca más a la definición de “‘una actividad dialéctica’, en la ‘tesis’ es el mundo

objetivo que ronda al artista, la ‘antítesis’ es la imaginación, la consciencia, el poder

transformador de la mente humana y la ‘sintesis’ es la obra de arte como tal, es decir la

manifestación misma del hombre” (2001, p. 104).

Muchas han sido las aportaciones a través de la historia concernientemente al concepto de

arte. Y desde estas percepciones se esboza un concepto de manera holística: El arte es la

expresión (lenguaje) subjetiva u objetiva del hombre a través de un medio (todo en cuanto éste

tenga a su alcance y pueda hacer), que tiene como finalidad describir y representar un todo o un

nada con un fin estético. De aquí, se despierta una exacerbada conducta con respecto a las masas

(entiéndase masas o sociedad de masas como la conglomeración de sociedades adyacentes a

todas las clases sociales): lo que para muchos es, para otros no lo es. Gasset insta en lo siguiente:

“cuando a uno no le gusta una obra de arte, pero la ha comprendido, se siente superior a ella y

no da lugar a la irritación. Más cuando el disgusto que la obra causa nace de que no se ha

entendido, queda el hombre como humillado, con una oscura consciencia de su inferioridad que

necesita compensar mediante la indignada afirmación de sí mismo frente la obra” (1995, p. 318).

Aunque esta definición de arte comprende muchas cosas, aún sigue abierta la entrada a hipótesis

y aseveraciones a cerca del concepto de arte. Que es un menester del hombre.

Ahora, toda expresión artística tiene unos elementos fundamentales, Marquinez destaca tres

elementos constitutivos del arte y los clasifica en tres grupos: estructurales, que son aquellos que

configuran y unen al arte en su totalidad, que aunque no se presenta en todas sus lenguajes,

hacen parte ellos; se señalan cuatro elementos estructurales: la imaginación, la originalidad, la

emoción y el asombro por la belleza. Teleológicos, se refieren al fin último de la obra de arte, ya

sea la trascendencia de un hecho, verdad universal o plasmación de cualquier aspecto; se

mencionan tres: asir o captar el cosmos, conformar una autonomía cultural y plasmar la actividad

creadora social. Y finalmente el último elemento, histórico-culturales, que es la consecución del

arte que corresponde a un marco espacio-temporal concreto; se destacan do aquí: lo espacial

(contexto de la obra, marco geográfico) y lo temporal (hecho histórico, la cronología de la obra

de arte y su impacto sucesivo en la historia).

Se configura estos elementos en una obra de arte, El tres de mayo de 1808 de Francisco de

Goya, pintura finalizada en 1814 tras la terminación de la guerra en esa época. Destaquemos aquí

los elementos fundamentales del arte comenzando por los elementos estructurales:

Elementos estructurales: Imaginación y originalidad. Goya representa un contraste de luces y

sombras entre los detenidos que están a punto de ser ejecutados y los que van a fusilarlos, que

iluminados por un gran farol en medio de la noche enfatiza el foco de atención de la obra, los

fusilados, vemos también el énfasis es los trazos de Goya, atenuando el plano del fondo y

afirmando el pincel, consiguiendo mayor impresión según la escena, en la rudeza deshumanizada

de los soldados y el trágico bulto de muertos.

Emoción y asombro por la belleza. Es impresionante como el autor captura la escena ―que a

propósito se mezcla en la acción para plasmar la concepción de su obra―, al observar la pintura

de inmediato transmite un sentimiento de pasmo y tensión vivida en el momento, aunque para

muchos no es bello el cuadro, la belleza se destaca por la utilización de matices y la transición de

colores que cambian el papel de los personajes, sobre todo destacando el protagonista de la

escena que alza los brazos en forma de cruz y viste de radiante blanco y amarillo, e

iconográficamente remite a Cristo, donde se aprecian estigmas en sus manos.

Elementos teleológicos: Asir o captar el cosmos. No solo se ve evidenciado el contenido

artístico de la obra sino que el autor captura el hecho real dentro de su propio contexto,

mostrando la eventualidad de su época que en aquel entonces muchos trataban de ocultar

despectivamente al pueblo.

Conformar una autonomía cultural. Para muchos las pinturas de Goya no fueron muy

aceptadas por su sinuoso estilo que no llevaba un horizonte al estilo pictórico de su época, más

sin embargo Francisco de Goya dejó un legado en el comienzo pictórico del Romanticismo,

asimismo el comienzo de la pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias

pictóricas del siglo XX.

Plasmar la actividad creadora social. Aquí Goya intenta mostrar y no cambiar la concepción

de la realidad de su contexto social y cultural, ya éste por sí mismo logra cambiar el paradigma

de su concepción del mundo en que se desenvuelve y desarrolla. Este hecho representado en la

obra “El tres de mayo de 1808” acerca al espectador a un hecho histórico: la despiadada

injusticia de la muerte de unos hombres a manos de otros.

Elementos históricos culturales: Lo espacial. La obra de Goya “El tres de mayo de 1808” se

ubica en el contexto de la Guerra de la Independencia española entre 1808 y 1814,

enfrentamiento sucesivo entre España y el Primer Imperio Francés, provocado por la pretensión

de Napoleón de instalar en el trono español a su hermano José Bonaparte, tras las abdicaciones

de Bayona. En su transición de un lugar a otro, Goya experimentó varios estilos pictóricos

quedándose con su estilo particular considerado como Pinturas negras, se conoce una serie de

pinturas de catorce obras murales que pinta entre 1819 y 1823 con la técnica del óleo y secco

sobre superficies revocas de la pared.

Lo temporal. Con esta obra Goya abre paso a nuevas tendencias pictóricas consideradas hoy

en día como vanguardistas (impresionismo, espatulado, pintura negra, etc.), además que su

impacto conceptual no solo es interpretado desde un contexto histórico ni para él, sino de

carácter universal.

Marquinez trata tres claves hermenéuticas o de interpretación desde las cuales podemos

comprender el papel de arte como fuente “‘implícita’ del filosofar”; destacando la referencia

simbólica, la referencia estilística y la referencia formal.

La referencia simbólica es el contenido neto de la obra, pues toda expresión artística es

siempre un “símbolo”, portadora de un contenido que trasciende la misma obra artística, por lo

que la convierte en única, significativa, comunicable y con un valor universal convirtiéndola en

un patrimonio cultural.

La referencia estilística comprende todo lo que desarrolla el arte en sus elementos

estructurales propios del artista, ya sea de carácter figurativo, impresionista o abstracto-

decorativo. En este aspecto se destaca y deslumbra el cosmos del artista, su comprensión del

hombre y del mundo en general, se conforma su autonomía cultural detrás de su carácter

espiritual.

La referencia formal conlleva la implementación de los recursos disponibles para formar la

obra de arte volviéndola única y original. El uso de herramientas artísticas que destaca la

creatividad del autor y su manifestación sociocultural circundante. Así, Marquinez acentúa la

comprensión del arte más allá de su contenido estético y estilístico, sino también del contexto

cultural en donde el artista crea y recrea el mundo en sus contenidos históricos, epistemológicos,

axiológicos, culturales, teleológico, teológicos, etc.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

GERMÁN MARQUINEZ, LUIS JOSÉ GONZALEZ, EMILIO LÓPEZ IPIÑA, EDUARDO

RODRIGUEZ, ROBERTO SALAZAR, JOSÉ ANTONIO SUAREZ. Filosofía: Una perspectiva

latinoamericana. EDITORIAL EL BÚHO, año 2001. p. 318. Sexta edición. ISBN: 9589023231.

JOSÉ ORTEGA Y GASSET. El sentimiento estético de la vida: (Antología de textos).

EDITORIAL TECNOS, 1995. p. 504. ISBN: 9788430926688.

WEBGRAFÍA

http://es.Wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Goya.

http://es.Wikipedia.org/wiki/Arte.

UNA TEORÍA DEL ARTE:

UNA MIRADA TEÓRICO-EMPIRICA

ENSAYO

FARID ABDALA VIZCAINO

Presentado a:

CONSTANTINO GUTIERREZ GALLARDO

En el área de:

APRECIACIÓN ARTÍSTICA II

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

PROGRAMA DE LICENCIATURA EN EDUCACIÓN ARTÍSTICA

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO

2014-2