UNCIÓN DE ENFERMOSSEGÚN EL RITO MOZÁRABE

Entrando el Sacerdote adonde yace el enfermo, le hace la señal de la cruz en la cabeza con óleo bendito.

Sacerdote: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo que reina por los siglos de los siglos.Pueblo: Amén.

A continuación se dicen las tres antífonas siguientes.

Antífona 1

Sacerdote: Sáname, Señor; turbados están mis huesos, y mi alma hállase muy turbada. Pero Tú, Señor, vuélvete a mí y salva mi alma.Pueblo: Señor, no me reprendas con tu ira, ni me corrijas con tu furor.

Si hay varios enfermos se dice en su lugar esta antífona.

Sacerdote: Sana, Señor, todas nuestras dolencias, aleluya; redime nuestra vida de la muerte, aleluya, aleluya.Pueblo: Para que alabemos tu santo nombre y cantemos con alegría tus alabanzas.

Antífona 2

Sacerdote: El Señor dijo a sus discípulos. Reciban el Espíritu Santo. En mi nombre arrojen los demonios, e impongan sus manos sobre los enfermos y sanarán con eso.Pueblo: El Dios de los dioses, el Señor, ha hablado y llamado a la tierra.

Antífona 3

Sacerdote: El Señor levanta a los tullidos; el Señor desata a los cautivos; el Señor cura a los enfermos.Pueblo: Él es quien sana a los atribulados, Él quien venda sus llagas.

Después, prosigue el Sacerdote.

Sacerdote: Roguemos al Dios omnipotente que se digne propicio curar y sanar las heridas de su siervo.¡Oh Jesús, Salvador nuestro y Señor, que eres la verdadera salud y medicina, que nos instruyes con la voz de tu Apóstol para que roguemos a tu piedad y misericordia al tocar con el licor del óleo a los enfermos! Mira propicio a este tu siervo desde la admirable cumbre de los cielos, para que si la dolencia le encorva hacia la muerte, y la pérdida de fuerzas le lleva hacia el ocaso, la medicina de tu gracia reponga al castigado. Sofoca en él, Señor, los ardores de las concupiscencias y de las fiebres, embota los aguijones del dolor y las torturas de los vicios.Haz cesar los tormentos de la enfermedad y de las concupiscencias; reprime la hinchazón y los tumores de la soberbia. Expele la podredumbre de las úlceras y vanidades. Apacigua lo más íntimo de las vísceras y del corazón. Cura la turbación del interior y de los pensamientos. Borra las cicatrices de la conciencia y de las llagas. Asístele en los peligros de cuerpo y alma. Aleja las pasiones viejas y pujantes. Compón las obras de la carne y de la sangre y la materia y otórgale aplacado el perdón de sus culpas. Y de tal manera le guarde siempre tu bondad, que no haya menester de castigo por abusar de la salud, ni le lleve ahora a la perdición la enfermedad, merced a tu auxilio; siendo para él esta sagrada unción del óleo pronta expulsión de la enfermedad y la anhelada remisión de todos sus pecados.

Luego, el Sacerdote guía al Pueblo en el Padrenuestro.

Sacerdote: Padre nuestro que estás en el cielo.Pueblo: Amén.Sacerdote: Santificado sea tu nombre.

Pueblo: Amén.Sacerdote: Venga a nosotros tu reino.Pueblo: Amén.Sacerdote: Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Pueblo: Amén.Sacerdote: Danos hoy nuestro pan de cada día.Pueblo: Porque tú eres Dios.Sacerdote: Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.Pueblo: Amén.Sacerdote: No nos dejes caer en la tentación.Pueblo: Amén.Sacerdote: Y líbranos del mal.Pueblo: Amén.

Y concluye con la Bendición.

Sacerdote: Perdone el Señor todas tus maldades y sane todas tus dolencias. Libre de la muerte tu vida y sacie con bienes tu deseo.Pueblo: Amén.Sacerdote: Y de tal manera te conceda el Señor la curación de alma y cuerpo, que puedas darle siempre gracias.Pueblo: Amén.Sacerdote: El cual en la única Trinidad vive y reina por los siglos de los siglos.Pueblo: Amén.Sacerdote: En el nombre de la Santa e indivisa Trinidad que te visite el ángel de la salud y la paz.Pueblo: Amén.Todos: Señor, ten piedad.Señor, ten piedad.Señor, ten piedad.