UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS...

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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE ARTES ASAB PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES CUATRO PARÁFRASIS SOBRE LOS PRELUDIOS CORALES BWV 599, 607, 616 Y 622 PARA ÓRGANO DE J.S. BACH EN FORMATO DE DÚO DE PIANO A CUATRO MANOS, BASADAS EN LA TEOLOGÍA DE LA REFORMA PROTESTANTE CYNTHIA VANESSA BELTRÁN MORENO BOGOTÁ D.C, 2015

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  • UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE ARTES ASAB

    PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES

    CUATRO PARÁFRASIS SOBRE LOS PRELUDIOS CORALES BWV 599, 607, 616 Y 622 PARA ÓRGANO DE J.S. BACH EN FORMATO DE DÚO DE PIANO A CUATRO MANOS, BASADAS EN LA TEOLOGÍA DE

    LA REFORMA PROTESTANTE

    CYNTHIA VANESSA BELTRÁN MORENO

    BOGOTÁ D.C, 2015

  • UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS FACULTAD DE ARTES ASAB

    PROYECTO CURRICULAR DE ARTES MUSICALES

    CUATRO PARÁFRASIS SOBRE LOS PRELUDIOS CORALES BWV 599, 607, 616 Y 622 PARA ÓRGANO DE J.S. BACH EN FORMATO DE DÚO DE PIANO A CUATRO MANOS, BASADAS EN LA TEOLOGÍA DE

    LA REFORMA PROTESTANTE

    CYNTHIA VANESSA BELTRÁN MORENO

    Código: 20112098010 Énfasis: Interpretación

    Modalidad: Monografía Tutor: Francisco Castillo

    BOGOTÁ D.C, 2015

  • A mi Dios, a mí amada iglesia Huerto de Edén, A mí adorada familia y a Aulos Dúo, por supuesto

  • RESUMEN

    Considerando el valioso repertorio escrito para órgano, la dificultad de acceso a los órganos de Bogotá y la falta de repertorio para el formato de piano a cuatro manos. Este trabajo plantea un ejercicio de paráfrasis entre el órgano y el piano a cuatro manos, a partir de cuatro preludios corales del Orgelbüchlein de J. S Bach. El ejercicio se propone como paráfrasis porque responde a una interpretación subjetiva de los aspectos del pensamiento teológico luterano que definieron la música de Bach, específicamente en la práctica del coral. Se asume la importancia de la influencia de la creencia religiosa en el ejercicio musical como eje fundamental en el cual giró el proceso y resultado final de las cuatro paráfrasis, presentando un nuevo repertorio para el formato de piano a cuatro manos provisto de significados que enriquecen la práctica interpretativa de la música.

    Palabras clave:

    Luteranismo, Paráfrasis, órgano, piano a cuatro manos, interpretación, J.S Bach.

    ABSTRACT

    Considering the valuable repertoire written for organ, the difficulty of access to the organs of Bogotá and the lack of repertoire for piano four hands format, this work presents a paraphrase exercise between the organ and the piano four-hands, from four Chorale Preludes of the Orgelbuchlein of j S Bach. The exercise is proposed as paraphrase because it responds to subjective interpretation of the Lutheran Theological thinking that defined the music of Bach, specifically in the coral practice. It is assumed the importance of religious belief and his influence in musical exercise, as fundamental axis which turned into the process and outcome of four paraphrases, presenting a new repertoire for piano four hands format with meanings that enrich the music performance practice.

    Keywords: Lutheranism, Paraphrase, Organ, Piano four hands, Interpretation, JS Bach.

  • TABLA DE CONTENIDO

    INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 1

    Capítulo I .................................................................................................................................. 5

    El concepto de música en la Teología Luterana .......................................................................... 5

    La reforma protestante ....................................................................................................................... 6

    El luteranismo ..................................................................................................................................... 7

    Lutero y la música ............................................................................................................................. 13

    Capítulo II ............................................................................................................................... 22

    Concepción musical luterana en la persona de J.S Bach............................................................ 22

    Bach y el luteranismo ........................................................................................................................ 22

    La música para órgano en Bach......................................................................................................... 27

    El Orgelbüchlein (Pequeño Libro para órgano) ................................................................................. 30

    Observancia de los preludios corales BWV 599, BWV 607, BWV 616 Y BWV 622, desde un enfoque

    musical y religioso: ............................................................................................................................ 31

    Capítulo III .............................................................................................................................. 42

    Del órgano al piano y el proceso de paráfrasis ......................................................................... 42

    El órgano y el formato de piano a cuatro manos: Diálogo entre la morfología, la técnica y la

    interpretación. .................................................................................................................................. 42

    El concepto de Paráfrasis .................................................................................................................. 46

    Casos desarrollados: Paráfrasis de los preludios BWV 599, BWV 607, BWV 616 y BWV 622 ......... 48

    CONCLUSIONES ................................................................................................................................. 53

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................................................... 56

    LISTA DE FIGURAS.............................................................................................................................. 57

    ANEXOS ............................................................................................................................................. 58

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    INTRODUCCIÓN

    Un reto constante para quienes estudiamos música en un programa profesional, consiste en identificar las intersecciones entre nuestros intereses personales y los contenidos del programa. En ese sentido, la realización de este trabajo es una oportunidad única para entablar un diálogo entre la interpretación musical del piano a cuatro manos, el órgano tubular y la teología protestante.

    Un primer acercamiento al formato de piano a cuatro manos ocurrió con la interpretación de su repertorio dentro de un ejercicio pedagógico de formación, para explorar otras maneras de abordar la técnica del piano; fue a través de esta experiencia que pude notar que tanto el repertorio como el formato, son menos conocidos, practicados y abordados comparativamente con la práctica solista del piano y que además existe un porcentaje mínimo de conciertos destinados para el mismo. Este descubrimiento primario creó un mayor interés sobre el formato, conllevando en segunda instancia a realizar una ejercicio más profundo de investigación sobre la importancia del contexto actual de la práctica del dúo de piano a cuatro manos mediante entrevistas a dúos de trayectoria, búsqueda y asistencia a conciertos, exploración sobre repertorios no convencionales y la más importante, para este proceso de indagación, la consolidación de un espacio de formación con clases dirigidas, para lograr desarrollar y entender el funcionamiento específico de la práctica que dio como resultado, la conformación de un dúo de piano a cuatro manos, con el objetivo de conocer el repertorio, impulsar la práctica, y mostrar el formato en diferentes escenarios.

    Ese fue el telón de fondo que permitió que el ensamble de dúo de piano “Aulos Dúo”, iniciara en el año 2012, siendo integrado por Mauret Gaitán y Cynthia Beltrán, estudiantes de piano de la facultad de Artes de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Este ensamble ha trabajado en pro del repertorio de piano a cuatro manos, dirigiendo su interés en el fomento, conocimiento y ampliación del mismo; de esta manera ha realizado arreglos de estándares de Jazz y música venezolana, además de iniciar una recolección de repertorio de música colombiana y de realizar una labor de comunicación con compositores vivos que hayan escrito para el formato. Con esta misma motivación, ha realizado conversatorios pedagógicos para mostrar la función del formato dentro de la práctica pianística, desde su origen, contexto, desarrollo y por su puesto desde su repertorio.

    Otro de los elementos que se plantea como eje dialógico en este trabajo es el órgano tubular, motivación musical que dista un poco de mi ejercicio práctico como pianista, pero que ha sido determinante en el proceso de formación. En el año 2007, la biblioteca Luis Ángel Arango organizó el primer Festival de Órgano, éste festival se llevó a cabo con el propósito de recuperar y promover la práctica organística en Colombia, estimulando en los músicos jóvenes, el conocimiento de este instrumento a través de la realización de clases magistrales y conciertos en diferentes escenarios de Bogotá (iglesias y colegios). Grandes organistas han venido a Colombia, como resultado de este movimiento organístico, entre los cuales se destaca el francés, Pascal Marsault, que se ha comprometido con este fin y viene todos los años al país para realizar conciertos y clases magistrales; en las que no sólo se aborda el aspecto técnico del instrumento, sino que se realiza un reflexión amplia sobre la práctica del órgano y su contexto, resaltando de manera natural su uso litúrgico y su ejecución como instrumento religioso. También se aborda el órgano desde las diferentes épocas que lo han atravesado, pero el mayor aspecto que captó mi

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    interés, fue la comprensión de la interpretación del repertorio mediante el análisis profundo de las relaciones existentes entre música y religión; muy significativas en el contexto del órgano tubular del siglo XVII y XVIII.

    Imaginemos entonces un escenario en el cual se presentan varios factores.

    Los músicos que tocamos piano a cuatro manos, estamos siempre tras la búsqueda de nuevo repertorio.

    La música de J. S. Bach es un insumo fundamental de la formación de los pianistas, pero desafortunadamente no existen obras escritas para cuatro manos.

    Para Bach, el órgano era el instrumento favorito, y receptor de una gran parte de su producción religiosa.

    Aunque hay un interés por el repertorio para órgano, los pianistas no podemos tener un acercamiento real a este, puesto que es muy diferente la manera de tocar, el instrumento, la técnica y la emisión del sonido. No tocamos el repertorio organístico de Bach, simplemente porque el piano no lo permite sin haber hecho modificaciones a la obra.

    Después de identificar la relación existente entre los tres enfoques expuestos, el ejercicio que se propone realizar en este trabajo es la elaboración de CUATRO PARÁFRASIS SOBRE LOS PRELUDIOS CORALES BWV 599, 607, 616 Y 622 PARA ÓRGANO DE J.S. BACH EN FORMATO DE DÚO DE PIANO A CUATRO MANOS, BASADAS EN LA TEOLOGÍA DE LA REFORMA PROTESTANTE; con la finalidad de acercar el repertorio del órgano a los pianistas mediante la interpretación en el piano y de seguir ampliando el repertorio a cuatro manos, rescatando su importancia como herramienta pedagógica en la formación técnica e interpretativa de la práctica pianística, además de exponer una interpretación subjetiva del elemento religioso que contienen las obras específicamente sacras de Bach como componente cohesionador entre ambas prácticas instrumentales.

    Es importante aclarar en este punto que la relación que se plantea entre el órgano y el piano, tiene el propósito de vincular las prácticas interpretativas que he realizado en instrumentos de teclado naturalmente diferentes, esta vez tomando la mirada desde el órgano y su contexto, para conducir el aprendizaje, ejecución e interpretación en el piano. Este trabajo se plantea el propósito de parafrasear en el piano obras escritas para órgano incorporando una reflexión subjetiva desde aspectos estrictamente religiosos, aportando repertorio para el formato de piano a cuatro manos, que puedan ser interpretadas. Se hace hincapié en este último aspecto, porque el ensamble "Aulos Dúo" se presenta en este proyecto como un vehículo que posibilita la interpretación de las obras parafraseadas.

    Antes de continuar, cabe decir que la apropiación del término paráfrasis ha sido adoptada del uso lingüístico y semántico para definir la interpretación del lenguaje religioso de las obras en elementos musicales; atravesado por las reflexiones subjetivas del lector, que presupone todo ejercicio de paráfrasis. Con la realización de las cuatro paráfrasis, se quiere mostrar otro insumo de creación del repertorio para el formato de piano a cuatro manos, ampliando el campo de interpretación y divulgación de las obras escritas para órgano, no solo de J.S. Bach, sino de compositores cuya producción ha sido principalmente para este instrumento. Exhibiendo de esta manera la importancia de la práctica organística en la música y revaluando su valor histórico en

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    Colombia, sustentado en el buen número de órganos construidos en la época colonial y la cantidad de repertorio compuesto para este instrumento en ese tiempo, considerando también que el traslado de repertorio para órgano al formato de piano a cuatro manos, ya se ha realizado en nuestro contexto, como lo demuestra la obra “Orinoquía” de Renata Cedeño que la misma compositora Venezolana transcribe para dúo de piano a cuatro manos.

    Considerando todo lo anterior, una de las finalidades mas importantes que tiene este trabajo es exponer una interpretación personal de las obras escritas para órgano, con una mirada profunda hacia las relaciones presentes entre música y religión manifestada en la vida y obra de J.S. Bach, involucrando los criterios religiosos propios de la teología luterana, que identificaron y determinaron la manera de componer música religiosa en el momento de la reforma protestante y en este caso determinarán la realización de las paráfrasis. De esta manera me propongo realizar un estudio de la música a través de una mirada religiosa delimitada en la reforma protestante, valorando en otros aspectos la construcción del arte que no tienen que ver con los elementos estrictos de la práctica, sino con todos aquellos que permiten su construcción holística.

    La estructura que sigue este trabajo, está compuesta por tres capítulos, los cuales exponen la temática del proyecto de la siguiente manera:

    ● Capítulo I, contiene la información que sustenta el trabajo desde la construcción del pensamiento de la teología luterana, explícitamente en el contexto original de la reforma protestante en el siglo XVI, para luego plantear la relación directa entre el luteranismo y la música.

    ● En el capítulo II, se evidencia la relación de la teología luterana y la música, de una manera más específica en la persona del J.S.Bach, se expone el desarrollo del coral luterano y el empleo del órgano como instrumento litúrgico y pedagógico en el Orgelbüchlein, de donde se seleccionan los cuatro preludios corales para hacer las paráfrasis. Finalizando con una observación de cada uno de ellos desde la relación música y religión.

    ● Y el capítulo III, contiene el diálogo entre los preludios corales escritos para órgano y el

    formato de piano a cuatro manos, como receptor del lenguaje interpretado, al igual que el argumento del uso de la palabra paráfrasis para nominar el ejercicio musical realizado y las conclusiones finales del proceso de interpretación de los preludios corales en paráfrasis para piano a cuatro manos.

    Este trabajo sigue un enfoque de tipo cualitativo. Por otro lado busca un planteamiento explicativo, al hablar de la práctica del órgano dentro del contexto religioso de la reforma protestante y de la práctica del piano en el contexto del formato de piano a cuatro manos; así mismo pretende reflexionar e interpretar el lenguaje musical y religioso considerando las diferencias interpretativas entre el órgano y el piano de manera teórica y práctica, pretendiendo analizar la influencia religiosa desde las categorías incorporadas por Bach en la obra y por último plantea un ejercicio de paráfrasis mediante la interpretación del lenguaje religioso en el órgano tubular al formato de piano a cuatro manos.

    Las actividades presentes dentro de la realización de este trabajo han incluido aspectos como la consulta bibliográfica, revisión de fuentes entre libros, artículos, revistas, etc., para alimentar el proyecto en cada una de los capítulos a desarrollar. También el procesamiento de la información adquirida en la consulta, mediante una selección de la información recolectada y su orientación en

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    cada uno de los capítulos al mismo tiempo que se construyeron mecanismos para hacer posible la interpretación de lenguaje, tanto musical como religioso. Se seleccionaron algunas obras, basándose en el estudio de algunos corales de Bach, obras a parafrasear teniendo en cuenta criterios tanto musicales como religiosos. Esta selección estuvo realizada teniendo en cuenta la función religiosa dentro del año litúrgico protestante, el manejo del coral, la velocidad, el uso de figuración rítmica y el manejo del pedal. Por último, se presentan las paráfrasis de los cuatro corales seleccionados, y se comentan desde puntos de vista técnicos, teológicos e interpretativos.

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    Capítulo I

    El concepto de música en la Teología Luterana

    El propósito de este capítulo es abordar cada uno de los aspectos de la reforma protestante y del Luteranismo, bajo la afirmación de que la proximidad que se tiene al tema tendrá una mirada religiosa, por el interés de comprender la relación existente entre la vivencia espiritual de la creencia protestante específicamente Luterana de Bach y su música, como resultado de su ejercicio vocacional. El interés expuesto se sustenta con la introducción del libro “Lutero y el nacimiento del protestantismo” de Atkinson, donde se explica que Lutero no tuvo el propósito de ser el gran campeón de la libertad individual ni de las opiniones privadas, ni de ser el campesino rudo que desafió al Papa y al Emperador, ni el Hércules germánico, ni el gran libertador social. El único objetivo de Lutero fue transmitir a un mundo en pecado su propia experiencia del gran amor de Dios que se había manifestado a través de Cristo, para que el hombre pudiera conocer el perdón y la paz divina en el Cristo vivo, y aprender a vivir en el reino de Dios dentro de un mundo corrompido, pecaminoso, hostil, pero pasajero, para que después de la muerte pudiera ser acogido en el Reino eterno; Lutero era un hombre con la sencilla motivación religiosa de predicar y enseñar de Cristo.

    En 1510, el joven sacerdote Martín Lutero, de la orden Agustiniana, fue enviado a Roma para darle solución a un conflicto entablado entre los monjes de su orden. El propósito principal de su visita a Roma era entrevistarse con el prior general de la orden Agustiniana, en busca de una decisión que diera término a la disputa. Lutero realizó el viaje con mucha esperanza y tuvo una gran expectación por la Santa sede romana, pero con decepción notó a su llegada cómo se llevaba a cabo la reconstrucción de la Basílica de San Pedro, una obra colosal y lujosa que se llevó a feliz término con el cobro masivo de indulgencias y letras papales a los fieles (las indulgencias fueron el mecanismo utilizado por la iglesia católica para la remisión de pecados cometidos por los creyentes, quienes pagaban con dinero el costo del perdón de sus faltas). Además Lutero observó que existía una inconsistencia entre la palabra enseñada y el ejercicio práctico de la palabra en los sacerdotes, el mensaje dado no era acorde con el mensaje de Cristo ni los fundamentos de la iglesia prístina.

    En su visita a Roma, Lutero pudo notar el despropósito que vivía la Iglesia, desde el vacío doctrinal y dogmático que tenía en la enseñanza de la palabra de Dios y el protagonismo que había asumido en el ámbito político y económico, permitiéndole gozar de poder en las decisiones tomadas por los gobernantes y principados. Manifestando el rechazo hacia las acciones incorrectas que realizaba la iglesia, Lutero redactó 95 tesis dirigidas a la Iglesia Católica que cuestionaban el poder y la eficacia que tenían las indulgencias. Estas tesis fueron publicadas en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos en Wittenberg en 1517, donde se acostumbraba clavar textos teológicos para ser debatidos todos los 31 de octubre de cada año. Lutero propuso que las tesis fueran discutidas por un círculo selecto de teólogos y esperaba que en consecuencia hubiera un restablecimiento de la creencia por vía del diálogo, pero lo que desencadenó fue un debate teológico que posteriormente desembocó en una reforma a la propia Iglesia.

    Es posible decir que el momento inicial del desarrollo de Lutero estaba suscrito a un compás de tiempo y espacio donde existieron variables que posibilitaron el impacto que tuvo la publicación

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    de las 95 tesis; una de ellas fue la invención de la imprenta ocurrida algunos años antes, con una proximidad geográfica, coadyuvando a que gran parte de Europa tuviera rápidamente conocimiento del contenido de las tesis y de esa manera se sumaran en menor tiempo un buen número de personas al pensamiento de Lutero. Otro de los aspectos que impulsaron el efecto de la publicación de las 95 tesis fue la situación de inestabilidad política que atravesaba la nación Alemana, que para el momento se encontraba dominada por la corona Española con Carlos V quien comulgaba en efecto con la creencia de la iglesia Católica. Por esta razón, la reforma fue receptora del apoyo del pueblo Alemán, al ofrecerle la posibilidad de libertarse de la opresión que ejercía la corona española y la iglesia católica.

    Alrededor de la discusión entre la iglesia católica y Lutero, se sumaron teólogos contemporáneos como Thomas Münzer, quien enarboló la bandera de la reforma desde un enfoque social, asumiendo una postura revolucionaria, al apoyar la inconformidad de los campesinos y al legitimar la vía de la lucha social y la guerra, como el camino para acercar el reino de Dios a la tierra; posición que fue criticada por Martín Lutero al manifestar su total desacuerdo. Muchas variables se desataron en el mismo momento en que Lutero publicó las 95 tesis, dando lugar a consecuencias magnas frente al acontecimiento, no solo religiosas y sociales, sino también políticas que dieron lugar a lo que conocemos como la reforma protestante o el gran cismo de occidente, pero que fue gestada en el corazón de Lutero, como una reforma al interior de la iglesia para transformar la manera de actuar ante Dios y rescatar el propósito de las sagradas escrituras y la misión de la iglesia aquí en la tierra.

    La reforma protestante

    Como consecuencia a la firme posición de desacuerdo de Lutero ante la iglesia, a la prolongada discusión fervorosa que sostuvo y a los llamados que hizo la iglesia a Lutero para que se arrepintiera de sus denuncias1, Lutero fue excomulgado el 3 de enero de 1521 por el papa León X, con la justificación de practicar la herejía contra la Santa Iglesia Católica, esta división obligó a Lutero a asumir un nuevo camino en la cristiandad, que proporcionó los cambios y ajustes basados en la recuperación del orden dogmático y doctrinal de la Iglesia primitiva enseñados en la biblia (de aquí en adelante la división de la iglesia la denominaremos por un lado como iglesia Católica y por el otro como iglesia protestante). Algunos cambios que tuvieron gran efecto y aporte fueron: la incorporación de la lengua vernácula en la celebración de la misa que antes era realizada en Latín, generando un vínculo entre los creyentes y el entendimiento del mensaje de la palabra enseñada, otra fue el proyecto de traducción de la biblia al alemán realizado por Lutero en casi 11 meses y el más importante, la creencia de la justificación mediante la fe, que le dio al cristiano el alivio de una vida de gracia y paz y no de tormento frente al pecado.

    Esta situación de cambio que logró establecerse con fuerza en los nuevos cristianos reformados no agradó a la Iglesia Católica, que a pesar de haber expulsado a Lutero tenía que enfrentar las múltiples reacciones que proporcionó la reforma, no como resultado de las acciones de un individuo sino como derivación de las acciones de un movimiento, que comprendía lo que fue los inicios de la iglesia protestante. La iglesia Católica reaccionó en gran medida con un movimiento

    1 El llamado más especial, fue la solicitud que se le hizo a Lutero de comparecer ante la asamblea que se

    realizó en Worms (Alemania) y se conoce como ‘la dieta de Worms’, para que se retractara de las 95 tesis, siendo allí mismo el lugar donde Lutero quemó la bula papal que expresaba su expulsión de la Iglesia.

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    denominado la Contrarreforma, que fue liderado por Ignacio de Loyola y tenía como objetivo rechazar, castigar y juzgar a quienes participaban de la reforma, además de la prohibición de los escritos de Lutero. Así se originó una guerra religiosa que terminó con la Guerra de los 30 años y estuvo atravesada por el Concilio de Trento, que buscó limar las diferencias entre católicos y protestantes. Los cambios que trajo la reforma protestante no sólo tuvieron efectos religiosos sino además políticos, desestabilizando la situación de dominio de la corona española con Carlos V, quien tuvo que aceptar la libre elección de la creencia de los principados y gobernantes y así perdió el vínculo de poder que le proporcionaba la iglesia Católica. Este desprendimiento político fortaleció el proceso de conformación del Estado Nación independiente, con la consolidación de la identidad propia de los Estados Alemanes.

    La fuerza social, económica, política y religiosa que proporcionó la reforma protestante en Alemania, fue expandiéndose en el resto de Europa y muchas corrientes de pensamiento similares a la de Lutero surgieron en paralelo, como el Calvinismo, el Puritanismo, el Anglicanismo, el Pietismo entre otros, las cuales dejaremos a un lado en este trabajo para concentrarnos a profundidad en lo que fue el Luteranismo.

    El luteranismo

    El Luteranismo fue una de las corrientes de la reforma protestante que se concentró en las enseñanzas del sacerdote Martín Lutero. Aún tiene vigencia y se evidencian iglesias protestantes de corte Luterano en gran parte de Europa. Lutero expresó un claro desacuerdo con la enseñanza doctrinal de la Iglesia del siglo XVI, trazando nuevos criterios dogmáticos y doctrinales basados en el estudio riguroso y reflexivo de la palabra de Dios; que buscaron dar respuestas a asuntos que atormentaron la vida espiritual de Lutero, como el pecado, la salvación, el amor de Dios, la gracia, la justificación. El resultado de su constante reflexión fue alumbrado por la lectura del libro de los Romanos, a través del cual el apóstol Pablo enseña el problema de la justificación de la fe, como una cuestión en la que el creyente es justificado ante Dios por medio de la acción de su fe, es decir, de su creencia en la existencia de Dios y no por la validez de sus obras, haciendo énfasis en la importancia de la creencia y no de las acciones.

    Esta comprensión de la palabra de Dios, fue el fundamento de la crítica que Lutero hizo a la Iglesia Católica sobre la enseñanza doctrinal de la salvación del creyente a través de las obras y alimenta los otros fundamentos del pensamiento luterano que comprenden la creencia de que el único fundamento de la iglesia es Cristo y por tanto es el único mediador entre Dios y el hombre. La palabra de Dios es la única fuente de revelación por la cual accedemos a su conocimiento y la redención de los pecados es mediada por la fe del hombre y la gracia divina, existen otros pensamientos que se relacionan con los sacramentos, la ley y el evangelio, los dos reinos (Aguayo. 2005, 18-24)

    Teología Luterana

    El ambiente espiritual en el que se concibió la reforma protestante estaba basado en la tradición escolástica que fue un método de especulación filosófica y teológica rigurosamente controlado por

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    un agudo análisis lógico. (Atkinson. 1980, pág. 36) en otras palabras el escolasticismo quiso comprender la verdad cristiana desde el entendimiento, desde la razón en función de la fe “creo para poder entender”. Bajo esta discusión de pensamiento, los intelectuales de la edad media y principios del renacimiento plantearon una doctrina del acceso al conocimiento de Dios por vía de la razón. Lutero se esforzó por fundamentar su pensamiento teológico desde las Sagradas escrituras, llamada teología bíblica, convencido de que en ellas está la revelación de la palabra de Dios y no existe otra autoridad mayor que pueda enseñar y mostrar el propósito de Dios para el ser humano, además Lutero concibió su teología desde el ejercicio práctico de la palabra Divina, mediado por la experiencia individual ante Dios. A continuación se exponen los fundamentos esenciales de la teología Luterana.

    “Sola fe”

    La justificación por fe es sin duda el fundamento teológico que más inquietó a Lutero, desde sus inicios como sacerdote le intranquilizaba la verdad bíblica de la justicia de Dios y la justificación del hombre ante él, dudando de la suficiencia de la justificación mediante las obras, la confesión y el sacramento de la penitencia. Lutero sabía que se necesitaba de algo más excepcional para alcanzar el perdón de sus pecados y la respuesta la encontró en la lectura del libro de los Romanos, que trata el asunto de la fe, la justificación, la gracia y la justicia divina. El Apóstol Pablo expresa en la epístola que la paga del pecado es muerte, es por eso que el hombre por consecuencia de su pecado está destinado a la condenación eterna y se encuentra apartado de la gloria de Dios, pero al introducirse Cristo y tomar el lugar del hombre para pagar sus pecados en la cruz, se crea un intercambio en el asunto procesal de justicia, pues es Cristo el que murió por consecuencia de los pecados del hombre y es ahora el hombre declarado justo por medio de su muerte. La justificación es entonces el intercambio que hizo Cristo en la cruz otorgando al hombre nuevamente salvación y vida eterna, la cual solo el hombre puede alcanzar mediante la creencia y reconocimiento del perdón de Dios en la persona de Cristo, es decir mediante la fe.

    El asunto de la fe ha sido estudiado por muchos teólogos y filósofos. Un ejemplo es el caso del teólogo, filósofo y escritor danés Kierkeggard, que expone en su libro “Temor y Temblor” el problema existencial del salto de fe en la persona de Abraham, la biblia expresa en el libro de los Romanos que Abraham confió en Dios y esto le fue contado por justicia. Lutero enfrentó la realidad existencial del salto de fe y notó que al contrario de la sola justificación por obras, confesión y penitencia, el acogimiento de la justificación por fe en su vivencia cristiana era un asunto de profundidad espiritual que comprometía su amor a Dios por sobre todas las cosas. La justificación por “sola fe” fue la llave de verdad que liberó a Lutero de su angustia interior y reparó el camino de acceso a la salvación. Lutero también plantea que las buenas obras solo pueden ser el resultado de la fe, es decir, solo cuando se reconoce el perdón y el amor de Dios, es cuando verdaderamente el hombre puede realizar buenas obras, porque surgen desde la motivación divina y no humana (ya antes habíamos mencionado como los cristianos seguían la práctica del pago de indulgencias para absolver sus pecados y como alcanzaban la justificación como resultado de sus buenas obras).

    “Sola gracia”

    Debemos entender la gracia como un regalo divino del perdón de Dios a través de la muerte de Cristo en la cruz, en el cual no hay mediación humana para alcanzarlo. Lutero rechazaba toda idea

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    de mérito (Donner. 1979), la gracia procede de Dios por su amor y misericordia y no está condicionada por ninguna acción que realice el hombre, es claro para Lutero que ninguna obra compra la gracia de Dios, ni que nadie puede hacerse salvo y justo por sus obras, fundamentando su teología en la “sola gracia” y en la imposibilidad de relacionar la gracia divina con el mérito humano y la salvación con las obras.

    Este pensamiento teológico atacó directamente el asunto de las indulgencias, las cuales perdieron toda legitimidad a partir de la idea de que no hay nada que haga el hombre que lo haga meritorio de la gracia de Dios y destruyó así todo el artificio que la Iglesia católica había construido alrededor de la aprobación de la salvación del hombre por el mérito de sus buenas obras. Sin duda para la teología Luterana no es posible que del hombre provengan buenas obras sin el atravesamiento de la fe y carecen de todo sentido. A través de la recuperación del valor de la gracia divina, Lutero situó nuevamente al cristiano frente al verdadero camino de salvación y re expuso la naturaleza de amor de Dios por el hombre, expresada en la biblia.

    “Sola Escritura”

    Lutero expresa que “su conciencia es cautiva de la palabra de Dios”, la coherencia de su afirmación es evidente en la dieta de Worms, cuando se le solicita que se retracte de su conducta en contra de la Iglesia, afirmando solo hacerlo si es convencido a través de las escrituras. La recuperación que Lutero hace de la palabra de Dios tiene que ver con el valor que le otorga como el único manual de autoridad para el cristiano, las escrituras son las únicas que contiene la verdad y es por eso que no existe otro principio que contenga el poder para definir los parámetros institucionales de la Iglesia. Lutero abandona la sumatoria de la práctica dogmática, al mismo tiempo que la tradición de la iglesia especialmente la tradición reciente del medioevo y desconoce toda afirmación del papa que no esté sustentado desde autoridad de la palabra de Dios, Lutero pone la autoridad de la escritura por encima de la autoridad papal y del magisterio (Donner. 1987, 130).

    Las bases de la teología Luterana están fundamentadas en la palabra de Dios, toda la verdad que necesita el creyente provienen de ellas, de esa manera Lutero sostiene que la palabra de Dios puede ser leída e interpretada sin ningún tipo de mediación, esto enfrenta directamente al creyente con la palabra de Dios y su experiencia cambia radicalmente con su interpretación, las escrituras son entonces puestas al conocimiento de todos y es por esto que Lutero reconoce la urgencia de traducir la palabra de Dios a la lengua vernácula, considerando que no habría otra manera de que la comunidad de cristianos se hiciera partícipe de la palabra y pudiera leerla e interpretarla.

    El idioma que la iglesia había institucionalizado para su desarrollo eclesial era el latín, idioma que solo las personas de una buena posición social e intelectual dominaban, así fue como por muchos siglos el acceso a los textos teológicos, litúrgicos, musicales y las mismas Escrituras fueron restringidos. A través de la traducción de las escrituras al Alemán (Lutero tradujo primero el Nuevo Testamento),2 Lutero abrió las puertas al conocimiento de la palabra de Dios y la acerco a todos aquellos que la habían entendido de a oídas, planteando las circunstancias para poder tener, leer e interpretar la biblia en la casa, gracias al impulso que dio la imprenta a la traducción de la biblia de Lutero y a todos sus escritos.

    2 Lutero realizó el trabajo de traducción del Nuevo Testamento mientras estuvo escondido en el castillo de

    Wartburg

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    Al fundamentar todo la concepción teológica desde la autoridad de las escrituras, Lutero viabilizó la operatividad de su doctrina y logró concentrándose en la enseñanza de lo esencial que es el testimonio de Cristo y dejó de un lado todos los adornos que habían distraído a la Iglesia de su propósito original. El valor que Lutero recupera de la traducción de las escrituras es referido a sí mismo a los textos musicales, expresando una relación entre la enseñanza del mensaje de la palabra de Dios y la música, pero más adelante se abordará la concepción Luterana de la música en la persona de Lutero.

    “Solo a Dios sea la gloria”

    Esta expresión de Lutero, pone nuevamente a Dios por encima de todo y niega todo reconocimiento dado al papa, a la iglesia, a los santos y hasta a las reliquias de los huesos guardados en las iglesias como dioses, sostenido en que no hay gloria para nadie más que para Dios y él es único digno de recibirla. Lutero así rechaza todo el poder político, social y económico conferido al papa en la tradición medieval que fue apropiado de manera incorrecta y separa la autoridad de la iglesia que procede de Dios de la autoridad humana que es el Estado.

    Otros aspectos de la teología luterana

    Los sacramentos

    Los sacramentos son las acciones físicas que Dios ha escogido para que sirvan de señal de su promesa (González. 2010, 636), la autoridad del clero sobre el laico común descansaba en su derecho exclusivo de administrar los sacramentos que formaban el fundamento de toda la vida espiritual y eclesiástica de la Edad Media (Donner. 1987,16), para San Agustín los sacramentos eran una señal externa de la gracia interna. La definición de cuáles serían los sacramentos se había dado ya para finales de la Edad Media en el concilio de Ferrara-Florencia, 1438-1445, donde se establecieron siete: el bautismo, eucaristía, penitencia, confirmación, matrimonio, extremaunción y ordenación.

    Para Lutero fue primordial como antes lo hemos expuesto soportar toda su doctrina desde la respuesta escritural en Cristo, es por esto que los únicos sacramentos válidos desde la escritura eran: el bautismo y la eucaristía, el bautismo es la señal externa del recibimiento de la gracia de Dios y la muestra del nacimiento a la vida en Cristo y la muerte a la naturaleza de pecado posibilitando al creyente de aceptar la obediencia de Dios en su vida y por tanto está ligado a la fe que es otorgada por Dios.

    En cuanto a la eucaristía, también se evidencia en las escrituras en la persona de Cristo, es la señal del cuerpo y la sangre de Cristo que fue derramada por el perdón de los pecados; la institución de la Santa Cena se da al Cristo expresar “haced esto en conmemoración mía”. El sacramento de la eucaristía recuerda el sacrificio hecho por Cristo en la representación del pan y el vino y permite hacer comunión con el cuerpo y la sangre al comerlo y beberlo; alrededor de la representación de la sangre de Cristo en el vino y el cuerpo de Cristo en el pan, Lutero sostuvo algunas discusiones con Zwinglio (reformador de la iglesia en Suiza) y con la tradición medieval acerca del asunto, (no cabe aquí entrar en cierta discusión), tan solo se quiere aclarar que Lutero se sostuvo en la doctrina de la consustanciación, que es la representación del cuerpo y la sangre de Cristo en el pan y en el vino sin que estos pierdan sus propiedades físicas esenciales, su sustancia.

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    La ley y el evangelio:

    La diferencia que hizo Lutero de la ley y el evangelio no es la diferencia que históricamente se ha hecho sobre el Antiguo y Nuevo Testamento, la diferencia más bien tiene que ver con la función de la palabra que opera en el creyente, la ley es la voluntad de Dios, que al colocarla frente a la realidad de pecado del hombre viene a ser palabra de juicio y despierta la ira de Dios. En sí misma, la ley es buena y dulce; pero después de la caída el hombre es incapaz de cumplir la voluntad de Dios y por tanto la ley ha venido a ser palabra de juicio y de ira (González, 2010. 627). Es ahí, ante la imposibilidad del hombre de hacer la voluntad de Dios donde opera el evangelio, que proclama el perdón de Dios a través de su amor, el evangelio libra al hombre de cumplir la ley, al proclamar que la salvación ha sido otorgada al hombre por gracia, Cristo lleva la ley a todo su cumplimiento en la cruz, y así por medio de la salvación por gracia el hombre queda justificado ante Dios.

    Los dos reinos:

    Es la teología en la cual Lutero explica la relación existente entre la iglesia y el Estado, expuesta como la doctrina de los dos reinos o la doctrina de los dos regímenes y está estrechamente relacionada a la doctrina de la ley y el evangelio. Para Lutero es evidente la existencia de dos reinos constituidos por Dios, por lo tanto ambos pertenecen al gobierno divino, la diferencia entre estos es que uno es regido por la ley y es la autoridad civil que se encarga de controlar el orden social, los actos malvados y las consecuencias más extremas del pecado y el otro es regido por el evangelio, que no está sujeto a la ley y es motivado por el amor a Dios.

    La iglesia:

    Lutero resalta la importancia del ser individual ante Dios, no solo esto, sino que además establece la relación entre Dios y el hombre con la única mediación que es Cristo, no existe otra manera distinta de que el hombre se relacione con Dios sino a través de su fe y ésta fe es personal e intransferible. Lutero también reconoce la importancia de la comunión de los santos en la iglesia y sin desconocer la función de la iglesia, redefine más bien su naturaleza y su autoridad.

    En esta medida para Lutero no existe la importancia de la iglesia por sí misma sino que como se refiere “ella es verdaderamente una madre y la esposa de Cristo con muchos hijos”3. Lutero rechaza la autoridad del papa en la iglesia y establece que la única autoridad verdadera es la palabra de Dios, la característica esencial de la iglesia es entonces la predicación y enseñanza de la palabra de Dios, esta reconfiguración de la función de la iglesia será importante para luego explicar la función de la música dentro de la iglesia.

    La confrontación que sostuvo Lutero con la Iglesia del siglo XVI, trajo consigo consecuencias no deseadas para Lutero, tales como la división interna de la Iglesia y su separación formal, pero a pesar de esto también transfirió un legado importante en la teología y la doctrina cristiana que se sostiene hasta estos días y que sin el acontecimiento de la reforma no hubiesen sido posibles. La motivación de Lutero como lo aclaramos desde el principio, era denunciar los errores que estaba cometiendo la Iglesia para corregirlos, alumbrado por la verdad declarada en las Sagradas escrituras, es decir, Lutero se interesó por encaminar nuevamente el propósito de la Iglesia expuesto por Cristo. Es por esto que la cuestión más relevante en cuanto a la reconfiguración de la

    3 Comentario sobre el salmo 68

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    teología y la doctrina fue la reparación de la soteriología4, definiéndolo como un asunto que depende estrictamente del individuo y no existe ninguna intervención humana entre Dios y el hombre más allá de Cristo, este aspecto en términos prácticos redefinió la manera de relacionarse con Dios y situó al creyente en una nueva posición frente a Dios y frente a la iglesia.

    Otro asunto teológico que recuperó Lutero fue la defensa del fideísmo que es la prevalencia de la fe sobre la razón, esta dualidad había sido discutida durante toda la Edad Media por los escolásticos pero Lutero reconoce desde las escrituras que la única manera de acercarse a Dios es por medio de la fe, sin desconocer que la razón explica algunas cosas y fe explica otras. El atravesamiento de la fe en la concepción del Luteranismo fue esencial para el desarrollo cristiano determinando la relación de amor entre Dios y el hombre, es por medio de aquella relación directa que el creyente puede experimentar la libertad que da Cristo y realizar desde allí las buenas obras. La teología Luterana también se preocupó por aclarar la libertad cristiana y la esclavitud cristiana, en el libro “La libertad Cristiana” de M. Lutero, donde se expone claramente este interés por entender la diferencia entre ambas, planteando una nueva manera de vivir en el cristiano, esta concepción marca grandes cambios en las pequeñas acciones de cada creyente.

    Los grandes cambios que suscitó la reforma no solo tuvieron alcance en la teología sino que también abarcó modificaciones en la manera de actuar en la cotidianidad del creyente, esto supone una nueva ética que comprende la manera de concebir el mundo, un ejemplo muy claro es la concepción del trabajo para un cristiano Luterano, el cual concebía la vocación como una manera de servir a Dios y por eso lo hacía con agrado, pero de esto hablaremos más adelante, cuando toquemos el tema del Beruf.

    El progreso del idioma Alemán fue impulsado con la traducción que hizo Lutero de la Biblia del griego al alto Alemán, para Lutero fue importante que el mensaje de Cristo fuera entendido por los fieles, por esto acoge el lenguaje del pueblo, es decir las expresiones propias para realizar la traducción. Además de realizar la traducción de la biblia a la lengua vernácula, Lutero introduce la lengua Alemana a la liturgia eucarística y a los textos musicales; esta relevancia en la comprensión de los textos permitió la participación de la congregación de creyentes en el servicio comunitario y unificó la lengua alemana, permitiendo que el idioma alemán moderno se consolidara.

    También la separación que supuso la teología Luterana entre la iglesia y el Estado, impulsó la autonomía de los principados alemanes, al establecer que la religión no ejercía ningún dominio político; con este nuevo pensamiento se generó cierta independencia de la autoridad Española, posibilitando una identidad Alemana propia. Alemania había intentado desde antes alcanzar autonomía y consolidarse como Estado sin poderlo lograr, ya de por sí su conformación como Estado es en cierto caso tardía, pero se consiguió gracias a los acontecimientos políticos que ocasionó la reforma. La división ocasionada por la reforma fortaleció el proceso de conformación de un Estado nación independiente, con identidad propia que antes no había sido posible y por lo cual no conocemos referentes Alemanes en la música, la pintura, la literatura etc..., como sí lo fue en el caso de Francia, Italia y España en donde se definió y estableció claramente los estilos, por ejemplo el estilo musical o literario. Este fortalecimiento de identidad nacional fue impulsado por Lutero, con la institución oficial del idioma alemán para la misa, tanto en los textos musicales como en las Sagradas Escrituras.

    4 La soteriología es el estudio de la salvación del hombre.

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    El movimiento reformador no solo tuvo impacto al interior de Alemania, paralelo a Lutero surgieron otros reformadores como Zwinglio y Bullinger en Suiza, Calvino en Francia, y muchos otros como el movimiento reformista anglicano en Inglaterra, para dicho momento el protestantismo contaba con múltiples corrientes; cada una de ellas con características específicas a su contexto y muchas con distinciones de pensamiento doctrinal al de Lutero. La ruptura que generó la crítica de Lutero a la Iglesia ocasionó un giro en la creencia religiosa, sin embargo hubo muchos que siguieron comulgando con la Iglesia Católica.

    Durante su vida Lutero sostuvo arduas controversias con quienes criticaban su teología y con quienes manifestaban ciertas diferencias doctrinales, las cuales continuaron a pesar de su muerte en 1546, generando demasiadas discusiones internas que perturbaron el desarrollo de la iglesia luterana. Después de algún tiempo las iglesias Luteranas buscaron una unidad teológica básica con la publicación del Libro de la Concordia (Dresden, 1580), este libro contenía tres credos ecuménicos, Las confesiones de Augsburg, la defensa de las confesiones de Augsburg, ambas escritas por Melanchthon, quien fue discípulo de Lutero, además contenía el Catecismo mayor y menor de Lutero, Los artículos de Esmalcada, el libro sobre el matrimonio y el bautismo, el tratado del poder y la primacía del papa, también de Lutero.

    El libro de la Concordia (1580), es una antología sobre todos los documentos que recogen los fundamentos de la teología Luterana en cuanto a la definición en sus propios términos y en oposición a las doctrinas del Catolicismo, Calvinismo y otras derivaciones de su propia corriente. Con la apropiación del Libro de la Concordia a la normatividad doctrinal de las iglesias Luteranas, fue necesario que antes de cualquier posicionamiento de algún pastor, predicador, maestro, músico o servidor de la iglesia hubiese un juramento formal ante el libro, esta confesión de conformidad con la doctrina fue una práctica esencial en ejercicio ministerial que se realiza hasta la actualidad.

    Existieron otras consecuencias favorables debido al movimiento reformista que originó el pensamiento de Lutero, no sólo se percibieron cambios a nivel religioso, sino que además se produjeron grandes cambios a nivel político, social, económico y cultural, tanto fue el giro que proporcionó la reforma que muchos historiadores citan a Lutero como el iniciador del pensamiento moderno.

    Lutero y la música

    En cuanto a la concepción Luterana de la música es evidente la relevancia que marcó Lutero en la estrecha relación que existe entre la música y la teología, además de la resignificación de la funcionalidad del ejercicio musical dentro de la iglesia, la cual estaba a disposición y servicio de la proclamación del mensaje de Cristo de una manera clara y sencilla. Para Lutero la música era un regalo divino y no provenía de la creación humana, esta distinción cualitativa planteó un nuevo propósito en la práctica musical religiosa, que permitió un desarrollo distinto en la manufactura de la misma, originando cambios estructurales en términos de la liturgia, funcionales en cuanto a la posición fundamental de la música en la Iglesia y musicales referidos al nuevo tratamiento técnico de la música que proporcionaron grandes herramientas para su desarrollo.

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    Lutero tuvo de cerca la música, era un conocedor y se deleitaba en ella, además de interpretar el laúd y la flauta, también componía, por eso dista su pensamiento musical de otros reformadores. Lutero era un convencido de las ventajas que proveía la música en favor del mensaje cristiano y de la facultad que tenía, para calmar el espíritu angustiado y avivar el espíritu ferviente de los creyentes. La música fue la herramienta primordial que Lutero utilizó para la reconfiguración del culto y la liturgia alemana, bajo la nueva idea de relación personal con Dios, la participación individual pero al mismo tiempo colectiva del culto, proveyó del vínculo relacional que la iglesia había perdido y que Lutero rescató desde su pensamiento teológico y la nueva dinámica de la liturgia en la misa.

    Existe un gran número de referencias que hizo Lutero acerca de la música, donde expresa siempre el más alto elogio y admiración por ella, una referencia se encuentra en la carta que Lutero escribió el 4 de octubre de 1530, dirigida al compositor Ludwig Senfl, donde expresó:

    “Juzgo claramente y no vacilo en afirmar que excepto por lo que se refiere a la teología no hay ningún arte que pueda ser puesto al mismo nivel que la música, ya que, excepto por lo que se refiere a la teología, solo (la música)

    produce lo que de otro modo sólo la teología puede hacer, esto es, una disposición tranquila y alegre” (Butt. 1997, pág. 69).

    Lutero expresa también la función de la música como medio para la proclamación de las buenas nuevas de salvación que contienen los evangelios, además de ser una fuente de inspiración para adorar y alabar a Dios. La música trató al igual que la doctrina los temas teológicos luteranos, como lo era la justificación por la fe, la ley y el evangelio, los dos reinos, la gracia divina, siendo el principal enfoque que tuvo toda la producción musical religiosa de esta época. La predicación del evangelio a través de la música que provenía de Dios, recaía en la persona encargada de dirigirla dentro de la iglesia, aquella debía ser formada de manera integral en la fundamentación teológica, bíblica y musical.

    La enseñanza de la música en la escuela fue defendida por Lutero, reglamentándola con el carácter de obligatoriedad, Lutero tenía conciencia del carácter educativo y social que tenía la música, y la importancia de la enseñanza estuvo solamente dirigido al propósito de nutrir la práctica musical en la Iglesia, era igual de importante el aprendizaje teórico de la música en la escuela como el ejercicio práctico y espiritual en la iglesia. A propósito de esto podemos citar la analogía que planteó Lutero desde la diferencia de la ley y el evangelio y la teoría y la práctica musical; para Lutero la Ley era comparable a la notación musical en la hoja y el evangelio al desempeño interpretativo de la música, es decir que en el momento de interpretar la música, de la misma manera como se interpreta la ley en el evangelio, podían existir elementos que no eran consignados en la partitura, como lo fue la práctica de la música ficta, que provee al cantante en ese caso de elementos musicales que solo se ven reflejados en el momento explícito de la práctica.

    Fue en el interés de la participación colectiva de la congregación que el ejercicio musical al servicio del evangelio, sostuvo la única motivación de avivar el mensaje de Cristo en los corazones de los creyentes a través de su entendimiento, elemento transformador que tuvo mayor efecto en la nueva concepción de la música en el luteranismo. Como consecuencia de esto se implementó la lengua vernácula en la liturgia de la misa, que contiene las oraciones, las lecturas bíblicas y los cantos (nos referimos a la lengua vernácula porque el propósito de Lutero no fue cambiar el idioma latín por el alemán, sino hacer uso del idioma de cada región, en efecto existe el caso de Inglaterra que pocos años después incorporó el inglés como idioma oficial del culto), e introdujo

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    el uso del Coral como recurso musical en la relación congregacional entre Dios y el hombre, desde una visión comunitaria pero al mismo tiempo individual.

    El concepto Beruf en la música

    El término alemán beruf, se refiere a la concepción luterana de la profesión, relacionada también con la vocación o llamado. El concepto tuvo gran importancia en el desarrollo social y económico de la reforma, gracias a que cualquier oficio realizado era concebido desde el llamado divino, en consecuencia cada realización del trabajo era atravesada por la disposición de servir a Dios y no al hombre, es así como el encuentro con Dios se experimentaba desde la labor desempeñada, haciendo común el uso de la expresión luterana “Para la gloria de Dios”. Max Weber dedica el tercer capítulo de La Ética protestante y el Espíritu del capitalismo a la idea de la concepción luterana de la profesión, exponiendo que la mediación de la vocación, entendida desde el llamado, proporcionó un agregado al desempeño de las labores realizadas por los protestantes, al incorporar en cada una de las tareas realizadas la glorificación a Dios

    La concepción del beruf en el luteranismo tuvo cierta influencia en el progreso económico a diferencia del catolicismo, debido a que el criterio de trabajo definido por el servicio a Dios trajo consigo un nuevo significado social junto con la práctica del ahorro. Podemos decir que el significado moral del llamado de Dios en el ejercicio diario de cada persona, pudo determinar dicho desarrollo, que no debe estar concretamente relacionado con la concepción capitalista que posteriormente se desarrolló, lo que queremos destacar aquí es que el significado de la profesión en el luteranismo fue atravesada por el pensamiento religioso y eso sí determinó la manera en cómo se asumió la misión y propósito dado a la vida de cada persona.

    La creencia del luteranismo en la vida terrenal fue sustentaba en la relación de que todo cuanto hace el hombre, en lo ordinario y cotidiano, son acciones que sirven a Dios y lo glorifican. Esta visión potenció la idea de la relación individual con Dios, como una manera de vivir, esto quiere decir, que la relación entre Dios y el hombre no se restringió a los actos propios de la religión. La idea del beruf en el luteranismo, permitió tener una mirada de la profesión desde la vocación o llamando que estuvo puesta al servicio de Dios y en consecuencia al servicio del prójimo, vista también como una forma de resistir el pecado mediante la ejecución honesta de su labor.

    “Así aparece la profesión típicamente protestante de chantre, organista y director musical, empleado de una iglesia. No era un compositor libre, sino que contratado para las tareas musicales, con una esfera de acción y deberes estrictamente circunscritos. Estos músicos hallaban una profunda satisfacción en su profesión y la consideraban como el anhelo realizado de sus vidas y de su misión artística”. (Prochell, 1961, pág. 41)

    La música es una actividad espontánea de la vida e inherente a la creación de Dios. El luteranismo rescata la relación directa e individual de Dios con el hombre, sin presencia de mediación humana, es por esto que la concepción católica de la iglesia como institución mediadora en la relación con Dios, es abandonada por el luteranismo que apropia o rescata la idea del Ser único ante Dios, mediado por la sangre de Cristo. Bajo este presupuesto, se entiende ahora que de la adoración a Dios no solo está relacionada con las acciones que se realizan dentro de la iglesia sino con todas

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    las actividades cotidianas que realiza el creyente. En sentido práctico la concepción del Beruf es la creencia de que toda actividad humana glorifica el nombre de Dios.

    Reforma litúrgica Existen dos documentos escritos por lutero: la Formula misase (1523) y Deutsche Messe und Ordnung Gottesdienstes (1526), estos exponen los cambios litúrgicos asumidos por la iglesia reformada. En esencia la liturgia del culto de la iglesia reformada mantuvo la estructura de la liturgia romana, pero el significado interno del rito como el canon de la iglesia católica fue modificado en la abreviación de su duración y en los contenidos teológicos y dogmáticos. En cuanto a la duración, la liturgia anterior era severamente, larga e incomprensible, opuesta a la idea de la celebración de la liturgia en Lutero, donde la importancia de la proclamación del mensaje de Cristo era atravesado por la comprensión de la congregación, además de incorporar la idea de que no era suficiente con ser escuchadas sino que además debían ser cantadas por todos.

    La liturgia luterana mantuvo en el ordinario lo esencial, solo se equipararon los tiempos del ordinario de la liturgia católica en corales luteranos de la siguiente manera:

    Kyrie Kyrie, Gott Vater in Ewigkeit (Dios padre eterno) Gloria Allein Gott in der Höh sei Ehr (A Dios sólo sea la gloria) Credo Wir glauben all an einen Gott (Todos creemos en un solo Dios)

    Sanctus Jesaja dem Propheten das geschah (El profeta Isaías que vino) Agnus Dei Christe, du Lamm Gottes (Cristo el cordero de Dios)

    O Lamm Gottes, unschuldig (Oh cordero de Dios, inocente)

    El tiempo litúrgico conocido como Propio, también se mantuvo con el Introito, la colecta, la Epístola, el Evangelio y el gradual. Se eliminaron todos los momentos de la liturgia romana que estaban asociados a la creencia de la misa como sacrificio, debido a la concepción luterana de que la Misa era más un don de Dios otorgado por gracia para el perdón de los pecados.

    El coral luterano Lutero no destruyó la tradición coral medieval, sino que la modificó. Es importante aclarar que Lutero hizo uso de la practicidad, sin desconocer la trayectoria musical que se había desarrollado hasta la edad media. La nueva música que requería la iglesia naciente, se constituye desde la tradición musical profana y sagrada que estaba arraigada en el pueblo por siglos, facilitando la adecuación de la música en la participación activa de la congregación. El coral fue entonces la herramienta musical utilizada por el luteranismo, que logró vincular la congregación en el servicio del culto mediante la respuesta cantada en melodías conocidas de los textos litúrgicos.

    La única motivación de Lutero al utilizar el coral, fue instruir la palabra de Dios en los creyentes a través de la música de una manera sencilla y comprensible, por eso el coral se funda en la iglesia luterana como el núcleo del servicio religioso. La manera con la cual se logró que rápidamente los creyentes entendieran y participaran activamente en la liturgia, fue mediante el manejo didáctico y dinámico que se le dio a la práctica del coral. El coral era una melodía armonizada a cuatro voces, donde la melodía principal que era llamada anteriormente cantus firmus, era puesta en la voz soprano y las demás voces se disponían en función de esta. La melodía era colocada en la voz superior, en respuesta a la necesidad de que fuera escuchada y entendida por la congregación. En

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    consecuencia a la motivación inicial del uso del coral, fue indispensable recurrir a melodías preexistentes incorporadas en la tradición del pueblo alemán, de las cuales Lutero se nutre.

    La tradición heredada de los cantos gregorianos, tuvo gran preeminencia en las melodías escogidas por Lutero, a las que les adaptó textos bíblicos en lengua vernácula. No era muy frecuente hacerle variaciones a la melodía, solo en el caso que tuviese que ser acomoda al texto. Un ejemplo es el coral Herr Gott dich loben wir (Señor Dios, te alabamos), que corresponde al

    himno gregoriano Te Deum laudamus de Nicetas de Remesian (circa 366-420 AD), la adaptación del texto fue realizada por Lutero, pero el arreglo musical no se le puede asociar con toda certeza al propio Lutero, por lo que aparece como anónimo.

    Figura 1. Melodía original del canto gregoriano “Te Deum Laudamus”

    La Figura 2 muestra la relación de la melodía original gregoriana con la melodía adaptada al coral luterano. Esta melodía no solo ha sido utilizada por Bach, sino también por otros compositores como Mendelssohn.

    Figura 2. Relación entre la melodía original y el coral luterano

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    Las melodías usadas por Lutero en los corales, también provenían de la práctica popular, melodías que literalmente se escuchaban en las calles o las plazas y que entonaban las personas en el momento del trabajo, denominadas canciones profanas. La práctica de utilizar la melodía de una canción y ponerle otro texto era llamado contrafactum, práctica que defendió Lutero a pesar de las diferencias contextuales y sus usos, siendo rápidamente asimilada por la iglesia, perdiendo su práctica profana original con el tiempo.

    Por el contexto de origen, el texto debía tener modificaciones al igual que la melodía. Un ejemplo es el coral Führ auch mein Herz und Sinn (Dirige mi corazón y mi mente), de la cantata BWV 5 “Wo soll ich fliehen hin” (¿A dónde huiré?) de J.S Bach, su melodía es tomada de una composición profana, compuesta Jacob Regnart (1540(?) - 1599), llamada “Venus, du und dein Kind seid alle beide blind” (Venus, tanto usted como su hijo [Cupido] son ciegos), esta canción hace parte de un conjunto de canciones para el entretenimiento al estilo Italiano. Esta canción antes había sido utilizada como contrafactum por Orlando Di Lasso en Die Genad kombt oben her (Las bendiciones vienen de arriba) y por Francesco Rovigo (1530?-1597) en un Magnificat. Otro caso de melodías populares acogidas por la liturgia protestante es la de la canción Innsbruck ich muss dich lassen (Innsbruck, debo dejarte), compuesta por Heinrich Isaac (1490), llegando a convertirse en el Coral O Welt, ich muß dich lassen (O mundo, debo dejarte), utilizado por Bach dos veces en la Pasión según San Mateo.

    A continuación se expone la relación entre la melodia original de la canción popular “Venus, du und dein Kind seid alle beide blind” con el coral protestante “Führ auch mein Herz und Sinn”. El texto del coral es de Johann Heermann (1630) y el autor de la adaptación de la melodía es anónimo.

    Figura 3. Melodía original de la canción profana “Venus, du und dein Kind seid alle beide blind”

    Figura 4. Melodía del coral “Führ auch mein Herz und Sinn”

    Es evidente después del ejercicio de relación, encontrar que existen más modificaciones en la melodía del coral, en relación con los corales adaptados desde las melodías religiosas.

    http://www.bach-cantatas.com/Lib/Regnart-Jacob.htm

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    Lutero siempre practicó la música en su vida y asumió la labor de músico, componiendo melodías y textos propios para los corales. Ya que la melodía y el texto eran totalmente nuevos, no existieron muchos; por la misma necesidad de que fueran incorporados rápidamente en la nueva práctica musical de la iglesia. Pero lo que sí podemos relevar de estos corales compuestos por los propios músicos de la reforma, es la relación estrecha entre la composición de la música y la poesía, estableciendo una correspondencia ineludible en su relación.

    La composición musical es análoga a la retórica en su poder de persuasión, el ejemplo más ilustrador puede ser Ein Feste Burg ist unser Gott (Castillo fuerte es nuestro Dios), compuesto por el propio Martín Lutero inspirado en el salmo 46, consolidándose como el símbolo que representa la música de la reforma hasta la actualidad. Este es el coral que utilizó Bach en la cantata BWV 80, compuesta para la celebración del día de la Reforma, en Leipzig, así mismo lo utilizaron varios compositores como Mendelssohn en la Sinfonía de la Reforma, Stravinsky, con una referencia religiosa en su obra La historia del soldado y Claude Debussy, al utilizarlo en la suite para dos pianos En Blanc et noir, exactamente en el segundo movimiento Lent sombre. Así podríamos citar diferentes usos que ha tenido el coral en la historia de la música.

    Figura 5. Manuscrito del coral “Ein Feste Burg ist unser Gott”, compuesto por M. Lutero

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    Figura 6. Melodía del coral “Ein Feste Burg ist unser Gott” en la Suite para dos pianos En Blanc et noir de Debussy

    En conclusión, recogemos el pensamiento teológico luterano que se desarrolló en el siglo XVI, como resultado de una búsqueda verdadera hacía Dios, que generó cambios en la concepción de la relación entre Dios y el hombre, relevando su carácter individual y directo. Reconocemos también que el pensamiento teológico luterano generó una ruptura al interior de la historia de la cristiandad y abrió un nuevo camino para la iglesia protestante.

    Reconociendo los intereses de este trabajo es importante y necesario concluir con las nuevas dinámicas que se evidenciaron en el ejercicio musical dentro de la iglesia en torno a la nueva práctica del coral implementada por el luteranismo, como reflejo de la esencia relacional entre Dios y el hombre.

    Las características religiosas fundamentales del coral, que son de interés y se destacan en este trabajo son:

    • El sentido congregacional, que ofreció la participación colectiva de toda la iglesia en el servicio del culto.

    • La sencillez y claridad del coral, con la finalidad de ser entendido y entonado por toda la congregación.

    • El carácter individual del Ser único ante Dios, sin mediaciones humanas, facultado en la relación directa de Dios en su ejercicio Cristiano.

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    Las características musicales y esenciales del coral que obedecen a la práctica y la funcionalidad son las siguientes:

    • Ser homofónicas, todas las voces dicen el mismo texto.

    • Contener melodías diatónicas con ritmo sencillo.

    • El texto está estructurado entre estrofas y versos que riman entre sí y cuya estructura más común es A-A-B

    • Los finales de verso suelen estar indicados con un calderón o reposo, que no debe interpretarse como alteración del tempo.

    En el siguiente capítulo se mostrará la practicidad del pensamiento luterano en la persona de J.S. Bach, quien además asumió su llamado divino en el ejercicio musical, específicamente con el desarrollo del Coral en el órgano, asumido como el instrumento litúrgico que adoptó la iglesia protestante. Además de introducirnos en los preludios corales escogidos para la realización de las paráfrasis.

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    Capítulo II Concepción musical luterana en la persona de J.S

    Bach

    En este capítulo, se exponen los criterios fundamentales que relacionan el pensamiento teológico luterano en su la práctica espiritual y musical en la persona de J.S. Bach, constituida como el presupuesto axiomático de su ejercicio musical. Esta relación es evidente en todas sus obras, tanto profanas como sacras, pero para efectos del trabajo se direccionará el enfoque a su música sacra, en la cual se ve reflejada los principios teológicos luteranos que atravesaron la vida de Bach y que proveen de un gran valor interpretativo a la música en el momento de ser analizada. En esta medida se tratará el coral y el desarrollo y protagonismo del órgano en la iglesia desde la posición de Bach, como temas centrales del capítulo, finalizando con la síntesis de dicha relación en el caso concreto del pequeño libro para órgano y más específicamente en los preludios corales BWV 599, BWV 607, BWV 616 y BWV 622.

    Bach y el luteranismo Johann Sebastian Bach, fue uno de los músicos más conocidos de la reforma. Nació 139 años después de la muerte de Martín Lutero, el 31 de marzo de 1685 en Eisenach, Turingia; allí su familia era conocida desde cuatro generaciones atrás por ser excelentes compositores e intérpretes de la música. Como consecuencia de la tradición musical heredada por su familia, J. S. Bach tuvo su origen en la formación musical desde que era pequeño, impartida en principio por su padre Johann Ambrosius, el cual interpretaba el violín y el órgano en la Corte de Eisenach. Además de su iniciación musical, J. S. Bach también estudió griego, latín y teología Luterana, esta última en la misma escuela donde estudió Lutero, aprendiendo de toda la doctrina desde que era un muchacho y participando a su vez de la teología Luterana desde el ejercicio práctico en su vida.

    El contexto musical de Turingia al cual se vinculó Bach, fue el de la reforma protestante específicamente con el Luteranismo. Ya para el año en que nació Bach y los posteriores, cuando se desarrolló como músico, la música luterana se había establecido en las iglesias alemanas y en la cultura religiosa de las personas; alcanzando un gran desarrollo con el coral, que para entonces, fue el recurso musical que tuvo mayor fuerza en la reforma. Se ha considerado que Bach fue el gran exponente de la música luterana, principalmente en el desarrollo del coral, pero a su vez se le considera un gran contribuidor de la expresión máxima del órgano como instrumento. Se sostiene entonces la afirmación de que la importancia de Bach, no sólo se encuentra en la relevancia que tuvo el tratamiento formal de su música, sino que también en la coherencia entre la relación originaria que planteó Lutero entre la música y la teología y que Bach asumió asiduamente.

    La música de Bach fue consecuencia de la influencia que él recibió de la teología luterana, pero no solo medida en términos finales como sus obras, sino también en la implicación y efecto que tuvo la aplicación del Beruf al desempeñarse como músico y profesor, profesiones que siempre estuvieron al servicio de la gloria de Dios y de la iglesia luterana, permitiéndole alcanzar el propósito final de la música en la iglesia.

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    De acuerdo con la práctica del Libro de la Concordia, J.S Bach, debió confesar su conformidad con la doctrina luterana cuando quiso optar por el cargo de ThomasKantor; puesto musical de mayor importancia en la iglesia Luterana. Posterior a esto debió comprobar sus conocimientos teológicos y bíblicos en Leipzig, ante el profesor de teología Johann Schmid, el 8 de mayo de 1723, alcanzando resultados satisfactorios (Butt. 1997). Esto demuestra la formación espiritual que tenía Bach de las sagradas escrituras y su esfuerzo por el estudio constante de la doctrina luterana. Los comentarios que realizó Bach en su propia biblia (Calov), también son muestra del interés personal que tuvo por la teología, adiestrándose siempre en el ejercicio bíblico, mediante el proceso de comprensión y reflexión de la palabra de Dios, con la motivación de anunciar el mensaje de Cristo expuesto en la biblia a través de la música.

    El beruf El llamado divino fue determinante en el desarrollo vocacional de Bach en la Iglesia, mostrando siempre un desempeño excepcional en el ejercicio profesional y reconociendo que su labor era una ofrenda dedicada para la gloria de Dios. El resultado musical de las obras de Bach, expresa el fin último de su oficio, afirmando continuamente aquella motivación con la expresión “para la gloria de Dios”, colocada al inicio o final de las partituras. Por esto es primordial entender su trabajo musical dentro de la realización de su misión como llamado divino; para Bach la música fue una herramienta de exaltación y honra de la gloria de Dios y consideraba que su tarea como compositor era la misma que la de un predicador. Se considera entonces pertinente la presencia de la relación de la música de Bach con su llamado divino que provee de una herramienta adicional para la comprensión de la expresión máxima de su música.

    Bach estaba convencido de que su trabajo como compositor tenía un propósito que iba más allá del ámbito musical al mostrar su compromiso y su respuesta al llamado, dedicándose esforzadamente al estudio profundo de la biblia y la doctrina luterana. Es por esto que el trabajo musical de Bach contiene el mensaje espiritual de Cristo y no en vano puede llegar a tener la misma eficacia de la predicación. Así lo manifestó el ateo E. Cioran, que al escuchar la música de Bach afirmó que ninguna palabra de los evangelios lo habían convencido de la existencia de Dios, como lo había hecho la música de Bach, es por esto que muchos han llamado a Bach, el quinto evangelista, puesto que Bach elaboró su lenguaje musical en clave de fe.

    Cabe decir, que al margen de la creencia religiosa y su servicio a la iglesia luterana, Bach compuso misas católicas al estilo italiano en latín, labor que refleja su espíritu ecuménico y al que no le resta importancia en su elaboración como trabajo musical y mensaje religioso. Este tipo de relevancias enriquecen la elaboración de este trabajo, que no pretende hacer juicios radicales frente a Bach, sino por el contrario, pretende sumar aspectos que resalten su labor musical, específicamente religiosa.

    El coral Luterano Relacionar la música de Bach con el coral, es realmente recoger la mayor parte de su trabajo musical en una sola palabra, podemos encontrar corales en sus cantatas, oratorios, pasiones, y obras para órgano. La tradición del coral luterano, con la cual la música tomó importancia en el servicio religioso del culto, fue ampliamente utilizada y desarrollada por J. S. Bach. El valor del desarrollo del coral en su obra, se basa en que a pesar de no componer ningún coral (puesto que no era el objetivo), recibió la herencia luterana con un tratamiento melódico y armónico muy

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    sencillo, logrando enriquecerlo desde los recursos que caracterizaron su estilo, sin perder la esencia que tenía la práctica misma del coral en la iglesia.

    La estructura germinal del coral tiene su esencia en su disposición armónica, transfiriendo sentido a la verticalidad de cada una de las voces. Bach le aportó al coral luterano la riqueza melódica a cada una de las voces, principalmente al tenor. Enriqueciendo y embelleciendo la melodía con toda clase de recursos en favor del mensaje religioso, consiguió que tanto su música instrumental como vocal, tuviera la facultad de hablar sin necesidad de la prevalencia del texto. Por otro lado, el desarrollo que le ofrece Bach al coral es la expresión dramática, apoyado por la modulación en congruencia con el texto expuesto. A continuación se expone un dialogo con algunos aportes realizados por Alonso Leteler (1950) en su artículo “El coral en la obra de Bach” a partir del análisis de la expresión dramática de Bach, en el coral ´O Haupt voll Blut und Wunden'(Oh Cabeza lacerada y herida), tratado en cinco momentos de manera distinta en la Pasión según San Mateo.

    El objetivo de mostrar este análisis es comprender el uso dramático y retórico elaborado por Bach a partir de melodías existentes en la tradición eclesial luterana, encontrando los aspectos diferenciales presentes en cada una de las veces que Bach retoma la melodía del coral, para resaltar las herramientas de expresión que desarrolló en todo su discurso coral, tanto en cantatas, pasiones y preludios corales.

    La melodía del coral es de origen profano, y el texto que acogió fue adaptado por Paul Gerhardt (1607-1676), autor junto con Lutero de los textos más importantes que fueron puestos en los corales.

    • Las dos primeras veces que aparece: la armonización es idéntica y muy sencilla, sólo varía la tonalidad, la primera está en Mi y la segunda en Mib. La sensación de dulzura y tranquilidad que se desprende del texto encuentra perfecto eco en la música: Pastor y Guarda mío, reconóceme y llévame contigo; de Ti, fuente de todo bien, recibe el bien. Tu boca me ha recreado con leche y suaves alimentos, el Espíritu me ha regalado algo de la felicidad del cielo. ¡Estaré aquí a tu lado, no me deseches! Cuando tu corazón se rompa no quiero abandonarte.

    • La tercera vez: se conserva esencialmente la misma armonización, salvo pequeñas modificaciones que le dan un tinte más serio, además de que la tonalidad nuevamente varia y el texto se vuelve sentencioso: Entrega tu camino, y en cuanto a tu corazón conturbe confíalo al cuidado de quien guía los cielos; Aquel que abre camino a las nubes, al viento y al aire dará también a tus pies el camino.

    • La cuarta vez: aparece el texto más reconocido de la pasión: « ¡Oh cabeza llena de sangre y de heridas y de dolor y de escarnio! ¡Oh cabeza coronada de espinas y expuesta a la mofa! ¡Oh cabeza engalanada con el supremo honor y ahora destrozada, yo te saludo! ¡Tú, noble rostro, ante el cual tiembla lleno de espanto el Juicio Final, cómo estás escupido, cómo has palidecido! ¿Quién apagó tan ignominiosamente la incomparable luz de tus ojos? Esta vez la armonía expresa dolor y compasión, acentuando la modalidad menor, destacando además el registro agudo del tenor y la fuerza expresiva del texto.

    • La última vez que Bach hace uso de la melodía, sintetiza todo un mundo de impresiones ante la muerte corporal de Cristo. No sólo la armonía se ensombrece, sino que la melodía expresa la hondura del dolor vivenciado por el hijo de Dios en el texto: Cuando yo deba partir, no te alejes de mí. ¡Cuando llegue mi muerte, entonces entra Tú en mí! Y cuando mi

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    alma se embargue de las mayores angustias, que tu angustia y tu Pasión me arranquen de mis angustias. La atmósfera lograda está condicionada musicalmente por las agregaciones melódicas, por el apoyo contrapuntístico cromático y el vasto uso modulatorio.

    Además de la riqueza musical que Bach aportó al coral como género, también es importante destacar el uso del órgano como instrumento de acompañamiento del mismo, dando así origen a la práctica del preludio coral, que consistía básicamente en ejecutar previamente en el órgano el coral, para anunciar la tonalidad y la melodía que debía entonar toda la congregación. Este recurso fue aprovechado por Bach para impulsar el desarrollo del instrumento, que en consecuencia proporcionó una evolución a la técnica y a la interpretación del mismo. Con el uso del preludio coral, el órgano se introdujo en el servicio del culto como un instrumento protagonista, el Orgelbüchlein es el resultado de dicha práctica, que destaca la claridad del coral en el soprano y la voz obligada en el pedal.

    Simbología religiosa en su música

    Hacer música como parte del culto luterano, supuso para Bach comprender la relación estrecha que debía tener la música y el texto en su significación espiritual. Hacer relevancia en dicha relación es importante en la lectura transversal (lectura musical y religiosa) de las obras de Bach, puesto que no son ni azarosas, ni coincidenciales al contener en sí mismas y en complemento el propósito máximo de la música en la Iglesia. Ya se ha hablado de la cercanía que tenía Bach con el estudio de las Sagradas Escrituras, que fueron su principal fuente para los textos de sus obras, Bach conocía y entendía a profundidad el significado de la interpretación del mensaje que contiene el evangelio y por ello podemos resaltar entonces que él se preocupó por construir una coherencia entre el lenguaje musical y el religioso expuesto en sincronía en cada una de sus obras.

    Acercándose más al tratamiento del lenguaje religioso que Bach propuso en su elaboración compositiva, podemos encontrar un uso alegórico, en el que Bach responde a la representación de las imágenes del discurso religioso con símbolos musicales. Para ejemplificar esto, se puede citar el uso descendente de las notas, para representar el pecado o la condena; el uso del contraste de registros altos y bajos para representar la luz, el cielo, lo oscuro y el infierno; el uso de ritmos sostenidos en contraste con los ritmos rápidos para representar el esfuerzo y las dificultades, entre otros (Kloppers.1984). Se han estudiado con frecuencia los símbolos religiosos que desarrolló Bach en su música, algunos claramente expuestos en las partituras y otros que no necesariamente son muy explícitos. Es de importancia para este trabajo, tener presente estos símbolos musicales como expresión religiosa que aportarán al proceso de paráfrasis.

    Algunos ejemplos de dichas alegorías han sido aprendidas en el ejercicio personal de la práctica con el organista Pascal Marsualt y otros han sido el resultado de la investigación.

    Representación de la trinidad en el uso de la tonalidad de Mib o Do menor, representando la trinidad en los tres bemoles. Este ejemplo está tomado del Kyrie de la misa Alemana que contiene 18 preludios corales y hace parte de la obra completa de Clavierübung. La mayoría de estos preludios hace referencia a la figura de la trinidad.

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    Figura 7. Fragmento del preludio Gott Vater in ewigkeit BWV 669 (Dios padre de la eternidad)

    • La teología de la cruz, que el luteranismo expresa como el encuentro máximo de Dios con el hombre y va de la mano con la justificación de la fe, es muy bien asumida por Bach en el manejo simbólico que proporciona la imagen de la cruz. Existen varios ejemplos donde encontramos esta relación alegórica, exponemos solo el caso encontrado en la Pasión según San Juan BWV 245, con saltos melódicos que trazan la figura de la cruz en la frase que el pueblo aclama “Crucifícale”:

    Figura 8. Fragmento del movimiento 36 de la Pasión según Juan BWV 245

    • La simbología de los números, es una traducción heredada de la simbología numérica de la biblia, adoptada por la teología cristiana, específicamente con Boecio y San Agustín, que manifestaron un mayor interés por este tema. Edmund Shay fue otro preocupado por la simbología de los números en la biblia y realizó un listado de números bíblicos y su relación simbólica. Se toman algunos ejemplos de la lista elaborada por Shay: el número siete (7), considerado un número perfecto de Divinidad y se asocia a los días de la creación; el número doce (12) para la Iglesia, los discípulos, la congregación; el tres (3) para Trinidad y el Espíritu Santo, etc. (González, 2005, pág. 8). Es evidente encontrar estas relaciones numéricas en la obra de Bach, además de otras relaciones referidas específicamente al uso del número Cabal en Bach, asociado con el número catorce (14).

    Un ejemplo de esto, se encuentra en el Orgelbüchlein:

    En el coral In Dir ist Freude, el Dr. Edmund Shay ha logrado demostrar la presencia de los números 14, 41, y 158. Él afirma que: “Las repeticiones del ostinato están organizadas en dos grupos: El primer grupo contiene 14

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    presentaciones, todas excepto una, en Sol mayor; la segunda consiste en 6 presentaciones en tonos distintos a la tónica. El final del primer grupo está señalado por la única presencia “pareada” del ostinato; ello ocurre para la presentación 13 y 14 del mismo, en los compases 37 y 38. Estas dos presentaciones deberían tener 16 notas, pero Bach se las arregla para reducir el número de notas a catorce, una inequívoca alusión a su nombre”. EL Dr. Shay nos hace también notar que el segundo grupo comienza en Do mayor en el compás 41, y por último, señala que “el número total de notas que contienen las 20 presentaciones del tema del ostinato es 158.” Esta es la más extraordinaria demostración que haya tenido ocasión de conocer. (González. 2005. Pág 21)

    La música para órgano en Bach

    La práctica instrumental dentro de la tradición musical religiosa no fue muy común en la iglesia, más bien se prefirió el canto a capella, ejercicio musical realizado exclusivamente por el clero. La poca vinculación de los instrumentos a la práctica vocal religiosa, no posibilitó que existiera un gran desarrollo instrumental en la música eclesial y en consecuencia, el órgano no logro tener un mayor protagonismo como instrumento dentro de la iglesia hasta el siglo XVI. El uso de los instrumentos fue una práctica que se originó en el canto popular, como herramienta de acompañamiento, un claro ejemplo de esto es el caso de los juglares y trovadores.

    Es en este contexto popular que surge la práctica del órgano, con su primera modalidad de uso portátil. Referencias históricas datan que el origen del órgano se dio en la ciudad de Alejandría en el siglo III a. C, por el ingeniero Ctesibio y posteriormente llegó a Roma donde tuvo gran acogida, llamando la atención de emperadores como Nerón, quien tuvo una amplia colección de Hydraulos (primer nombre que se le dio al órgano, por el uso hidráulico que tenía la obtención del