Urbi et Orbi: las musas del poder

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PERIPLO • JUNIO 2010 • Vol. III • 1 •

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Año I. Volumen III. Junio 2010.En este tercer número de PERIPLO hemos querido acercarnos al concepto de poder. Como siempre, nos aproximaremos a él desde las múltiples facetas que nos ofrecen las disciplinas humanísticas. La existencia y el desempeño del poder sólo se entiende unido a la idea de sociedad, es decir, cuando hay una relación directa o indirecta entre al menos dos individuos. La organización social conlleva el establecimiento de unas relaciones de poder que marcan la manera de actuar y entender el mundo de una civilización. El Estado es su máxima manifestación, pero no es la única ni la más duradera, ya que tras esta institucionalización existe una intrincada red de relaciones que buscan el dominio sobre el resto. Así, la brecha abierta por el exilio se acrecienta aquí con la revisión de las inspiraciones del poder, mecanismos de perpetuación que a veces resultan en musas traidoras. Natalio Stecconi realiza un análisis sobre los mensajes que ocultan el poder detrás de la publicidad. Ángel Saiz esclarece la utilización política del arte a través de la Casa de Austria. Víctor Bermúdez dirige su mirada hacia la estrecha relación entre lengua y poder. Joaquín Bilbao se detiene ante la psicología del fascismo en El conformista de Bernardo Bertolucci; Carlos Martínez Rivera nos narra la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar; y Bernadette Paa estudia la educación femenina como forma de aislamiento del poder.

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PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 1

About UsPERIPLO somos un grupo de jvenes, que por diversas circunstancias de vida, nos hemos visto envueltos en un periplo. Un periplo es un viaje, una circunnavegacin y as, una exploracin. Una revista es una propuesta literaria que sostiene un dilogo, a la manera antigua, que profundiza poco a poco en un ocano virgen. Es la propuesta de un itinerario digital y bimestral en el que las letras naveguen con los vaivenes de nuestro tiempo. PERIPLO ser, efectivamente, una tentativa de reconocer los mares que surcamos, uno a uno. Es nuestro objetivo abordar distintas temticas que sern la columna vertebral de cada nmero, desde las ms diversas disciplinas humanistas, con el desafo de ser transversales en el tiempo y en el espacio y con una ptica integradora. Somos cosmopolitas por surgir y habitar ciudades de todo el mundo: nuestros orgenes son diversos pero nuestra lengua es una y nuestra palabra plural. PERIPLO es adems hijo de la posmodernidad por estar comprometido a dar testimonio al siglo que vive; considerando la trayectoria histrica de la humanidad, buscar reflejar el pensamiento de un tiempo y sus dudas, sus posibilidades, sus inspiraciones y bloqueos. En una poca de cierta incertidumbre cultural, PERIPLO pondr de relieve las inquietudes de unos cuantos; curiosidades de muchos que, como nosotros, buscan ver el otro lado de las cosas. En la medida en la que no huimos, nuestra pequea embarcacin literaria ser un viaje que ir dejando rastro y huella por si, en algn punto, queremos regresar a una costa conocida. Viajar tambin es perderse; he aqu una brjula por escrito para aquellos que no teman desprenderse de sus races y busquen profundizar en nuevos mares. Las expediciones de los antiguos dejaban evidencias instructivas documentadas en sus (periplous), porque cuando la humanidad quiere dejar asentado algo que considera importante, lo escribe. Nosotros aprendimos el gesto, y sin conocer el destino final de nuestro periplo, decidimos dejar testimonio de nuestro recorrido.

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PERIPLO jesica ruth

Cul de sacEn este tercer nmero de PERIPLO hemos querido acercarnos al concepto de poder. Como siempre, nos aproximaremos a l desde las mltiples facetas que nos ofrecen las disciplinas humansticas. La existencia y el desempeo del poder slo se entiende unido a la idea de sociedad, es decir, cuando hay una relacin directa o indirecta entre al menos dos individuos. La organizacin social conlleva el establecimiento de unas relaciones de poder que marcan la manera de actuar y entender el mundo de una civilizacin. El Estado es su mxima manifestacin, pero no es la nica ni la ms duradera, ya que tras esta institucionalizacin existe una intrincada red de relaciones que buscan el dominio sobre el resto. As, la brecha abierta por el exilio se acrecienta aqu con la revisin de las inspiraciones del poder, mecanismos de perpetuacin que a veces resultan en musas traidoras. Natalio Stecconi realiza un anlisis sobre los mensajes que ocultan el poder detrs de la publicidad. ngel Saiz esclarece la utilizacin poltica del arte a travs de la Casa de Austria. Vctor Bermdez dirige su mirada hacia la estrecha relacin entre lengua y poder. Joaqun Bilbao se detiene ante la psicologa del fascismo en El conformista de Bernardo Bertolucci; Carlos Martnez Rivera nos narra la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar; y Bernadette Paa estudia la educan femenina como forma de aislamiento del poder.

PERIPLO Isabel talleda

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Remas con PERIPLO?

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PERIPLO JULIO ROS

PERIPLO Jesica Ruth

soluctr a ed ecidn

GORA

El poder de la formacin ciudadana para la Unin Europea Antonio Moutinho

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Cine en rama

Pequeos hombres:El conformista de Bernardo Bertolucci Joaqun Bilbao SNDROME DE STHENDAL La semblanza del poder Glosas sobre ngel Saiz

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NOSTOS

Poder y Sabidura

Glosas sobre poder y sabidura Pablo Doratti6 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

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ET CETERA

El detergente me invit a cenar Natalio Stecconi

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Dies diem docet: disce (Un da ensea a otro: aprende) Crnica de la marginacin educativa en Alemania Bernadette Paa

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PANOPLIA

Las lenguas del poder Vctor Bermdez Biografas Julio Cortzar, de la fantasa literaria al compromiso polticoFernando Pittaro

[47]

[33]

Pablo Escobar: devorado por el poderCarlos Martnez Rivera

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BAJO SEUDNIMO Mirame Ferdydurke Nirvana Jade en Degrad Mrala a la cara Curiel Descensos relativos Dantes puppet

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PERIPLO Mar ample

Joaqun Bilbao. Especialista en generalidades, vive fascinado por el baile de los planetas. Porteo cosmopolita, pas por Bogot, Baha Blanca y Berkeley. Siempre que puede exclama que Paul es su beatle favorito. [email protected] Curiel. Salamanca. Joven poeta que combina la sutileza y la rotundidad dejando la piel en las palabras. Filloga, bailarina y aficionada a la confitera, a mirar el techo y al t, Curiel sale a escena con una poesa de la poca en que su ingenuidad se convierte en apariencia. Vital, cristalina, sutil.

ngel Saiz. Historiador y crtico de arte vallisoletano. Nmada y desarraigado. Conversador pausado y enemigo de la perfeccin. Es un buscador de musas, ya que su amor por el arte nunca fue correspondido. [email protected]

Antonio Moutinho Delgadillo. Salamanca. Joven traductor y politlogo de la Unin Europea. Cosmopolita innevitable y orador de alta categoria, Moutinho aborda los temas con el rigor de la evidencia y la claridad de su exposicin.

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Natalio Stecconi. Joven argentino abstracto y polifuncional. Docente, director, redactor, ex msico y especialista en salsas frutti di mare. Recolector de imposibles, ilusionista del desasosiego.

Carlos Martnez Rivera. Periodista puertorriqueo residente en Espaa. Analista minucioso del presente, editor, diseador, hispanista, politlogo y cmico a tiempo parcial, Carlos es un hombre orquesta. Cafetero empedernido que es sin duda el rigor de nuestro barco. [email protected] Pablo Doratti. Cauteloso observador de la antigedad clsica y sus continuidades. Deambula a menudo por las ciudades y pueblos de la repblica Argentina, y es el tipo serio que ves en los cafs escribiendo en una montaita de hojas amarillas. [email protected] Vctor Bermdez. Humanista breve, terico del t, la conviccin humana y otras vicisitudes similares. Ha crecido en Mexicali y se ilustra en Salamanca, donde el autor aprende sobre los vicios, la avaricia y el fervor vacacional. [email protected] Fernando Pittaro. Periodista argentino. Naci en Crdoba, sobrevive en Buenos Aires. Buscador incansable de historias callejeras. Nmada declarado. Escribe mucho, escribe de todo, escribe siempre. Sus escritos son un aporte ms a la confusin general. [email protected] Bernadette Paa. Alemania. Pequea gran humanista transente en Salamanca, amante de la moda y los deportes de alto riesgo. Berni se aproxima a sus estudios con rigor, exactitud y precisin alemana, a la vez que muestra una sensibilidad objetiva y escptica.

Julieta Desmars. Poeta y redactora creativa. Eclctica y mutante. De sus poesas puede brotar tanto un pochoclo como una flor. Amante de la buena msica quiere bailar con David Gilmour su cancin, quiere a Lennon con su piano blanco en su living y meditar con George.PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 9

Para conjurar futuras conspiraciones de su descendencia, Zeus devor oportunamente a su esposa Metis (Prudencia). Al poco tiempo, mientras caminaba por el lago Tritn, comenz a padecer una insoportable migraa. Sus gritos retumbaban en todo el firmamento y atrajeron la atencin de Hermes quien, a su vez, acudi por ayuda a Hefesto o, tal vez mejor, a Prometeo. Sirvindose de martillo y cincel, el dios abri el crneo del Crnida y de l emergi Atenea, pertrechada y exhalando un potentsimo grito. Algunos cuentan que fue ella quien, en agradecimiento, le ense a Prometeo arquitectura, astronoma, matemticas y todas las dems artes que el dios filntropo transmiti a los hombres.

PERIPLO Vctor bermdez 10 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

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PERIPLO Saray Gonzlez

Pequeos hombres:El conformista de Bernardo Bertolucci Por Joaqun Bilbao

poca, obsesionados tanto por la idea determinista como por una concepcin sociolgica de la Historia, a menudo tienden a desconocer lo que tuvo de accidental la tragedia europea en el siglo XX y el papel que en ella representaron algunos hombres. No quieren ver que, en ocasiones, acontecimientos monstruosos tienen causas pequeas, escribi Franois Furet (Furet y Nolte, 1999: 100). Como dice el historiador francs, salvo excepciones, la narracin de los grandes hechos del pasado suele elaborarse en el inte-

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os historiadores de nuestra

centra su relato exclusivamente en las acciones de un colaborador del gobierno, Marcello Clerici interpretado por Jean-Louis Trintignant. Producto de un director que alcanzaba su madurez artstica, el film estrenado en 1970 obtuvo merecido xito y se convirti rior de un rgido marco de inevitabilidad his- inmediatamente en una de las obras clave trica o de operacin tajante de ciertas leyes sobre el fascismo. Basada en la novela homeconmico-sociales. Deleitados en el aparen- nima del escritor italiano Alberto Moravia, te descubrimiento de teoras que explican el El conformista narra la incursin de su proflujo inexorable de la Historia, estos historia- tagonista en la polica secreta, al tiempo que dores olvidan o evaden el rol del ser huma- inicia su vida de casado con una tradicional no comn, pequeo y, por tanto, annimo. joven burguesa, la bella Stefania Sandrelli. La pelcula logra, en ese cruce de evenEl conformista, pelcula del director italiano Bernardo Bertolucci, no comete el mis- tos, exponer sutilmente el desvanecimiento mo error en su reflexin sobre el fenmeno de la vida privada en la esfera pblica, una del rgimen fascista italiano de 1922 a 1943 y de las caractersticas del fascismo. Cuan12 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

PERIPLO pelcula El conformista

I.

do Marcello decide pasar su luna de miel en Pars, no es porque suee con la vista de la ciudad desde la Torre Eiffel, a la que finalmente ir su esposa sola. Su verdadero propsito en tierras francesas es ejecutar las rdenes de asesinar a un opositor al rgimen, su viejo profesor universitario Enzo Tarascio. El conflicto que generan en Marcello las instrucciones de asesinar a un hombre que l pareca admirar es revelado a travs de perturbadores flashbacks. La evocacin de momentos de la infancia del protagonista pretende, con elementos claramente psicoanalticos, ser clave para explicar su dilatacin para llevar a cabo la ejecucin del plan. Sin embargo, Marcello se gana la confianza del profesor y organiza una emboscada en la que la polica secreta finalmente comete el asesinato. Ya que en ningn momento el film explicita cules son los valores del

protagonista, el acto homicida se manifiesta no como un tpico problema de medios y fines, sino como algo quiz peor: la accin pasiva de un hombre que slo se limita a seguir rdenes, sin importar su naturaleza. II. Marcello Clerici es un perfecto y elaborado ejemplo de la definicin del conformista. Por un lado, acepta pasivamente los valores y normas de la sociedad a la que pertenece. Por el otro, se alinea pasivamente con las opiniones y directivas de la autoridad oficial a que est sometido (Bobbio, Matteucci y Gianfranco, 1988: 71). Su carencia valorativa le impide definir el propsito de su voluntad, que slo puede seguir los designios de la sociedad en la que vive. As evade su latente homosexualidad, insinuada en los flashbacks y en su relacin con mujeres y amigos, y se casa con una mujerPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 13

PERIPLO pelcula El conformista

PERIPLO pelcula El conformista

que no lo satisface emocional y sexualmente. Esa ausencia de juicio propio lleva a Marcello a desconocer la existencia de un lmite razonable en la aceptacin de la autoridad. La sumisin pasiva al rgimen fascista termina con su involucramiento en el cruel asesinato de un profesor al que apreciaba. El mrito de El conformista es exponer hasta qu punto el fracaso en la construccin de un proyecto personal propio no slo limita el desarrollo de la personalidad del individuo, sino que esencialmente sostiene y aumenta el poder de un aparato estatal como el que tuvo Italia bajo el gobierno de Benito Mussolini. En efecto, la caracterstica ideolgica del fascismo italiano era su doctrina imprecisa, que priorizaba la accin sobre la palabra (expuesto excelentemente en la pelcula con la ayuda de la fotografa de Vittorio Storaro), la disciplina sobre el dogma. Mussolini escriba en 1924: Los fascistas tenemos el valor de rechazar todas las14 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

teoras polticas tradicionales; somos aristcratas y demcratas, revolucionarios y reaccionarios, proletarios y antiproletarios, pacifistas y antipacifistas. Nos basta con tener un punto de referencia: la nacin (Touchard, 1998: 608). III. En nuestro tiempo, el Estado ha llegado a ser una mquina que funciona prodigiosamente, de una maravillosa eficiencia por la cantidad y precisin de sus medios. Plantada en medio de la sociedad, basta tocar a un resorte para que acten sus enormes palancas y operen fulminantes sobre cualquier trozo del cuerpo social, dijo Jos Ortega y Gasset en su clebre La rebelin de las masas, donde adverta sobre los peligros del Estado moderno (1996: 137). Para el filsofo espaol las consecuencias de la injerencia estatal eran claras: la sociedad vivir para el Estado y la persona para la mquina gubernamental (Ortega y Gasset, 1996:

139). En otras palabras, burocratizacin de la vida que pierde su espontaneidad esencial. El conformista manifiesta explcitamente estas consecuencias en el contexto del fascismo italiano, aunque la reflexin no se agota en ese marco. El final de la pelcula deja ver como, una vez cado el rgimen de Mussolini aos despus, el protagonista sale a la calle para encontrarse con un viejo amigo fascista. Tras una breve caminata escuchan una manifestacin a favor del nuevo gobierno que viene en su direccin. Marcello no duda: acuBibliografa sa a gritos a su amigo de colaboracionista del fascismo y se integra a la muchedumbre. Bobbio, Norberto; Matteucci, Nicola; y PasquiPerdindose entre la multitud de an- no, Gianfranco (Eds.). Diccionario de poltica. Suplemento. nimos, Marcello permite, una vez ms, que Mxico, Distrito Federal: Siglo XXI Editores, 1988. Furet, Franois y Nolte, Ernst. Fascismo y coel flujo inexorable de la historia siga su curso.munismo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, 1999. Ortega y Gasset, Jos. La rebelin de las masas. Barcelona: Ediciones Altaya, 1996. Jean Touchard (Ed.). Historia de las ideas polticas. Madrid: Editorial Tecnos, 1998.PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 15

PERIPLO pelcula El conformista

La semblanza del poder:Propaganda poltica a travs del arte en la Casa de Austria Por ngel Saiz

Los austrias mayores. poca momento para crear una imagen del poder representado en su persona, siguiendo los gloriosa usos de la Antigedad recuperados por los l comienzo del reinado de Carlos I en grandes prncipes europeos del Renacimiento. Sabemos que Alejandro Magno cont 1516 supuso la instauracin de una nueva casa dinstica en la monarqua con un escultor de la talla de Lisipo y de un espaola. El fin de la dinasta de los pintor como Apeles, de los que poco podemos Trastmara, de una fuerte raigambre medieval, aportar a la hora de ensalzar sus grandes dio paso a su vez a una nueva forma de hacer cualidades artsticas transmitidas a travs de poltica bajo los preceptos del Humanismo. La los siglos mediante testimonios materiales poltica de lazos familiares y herencias, junto y escritos. Carlos V, conociendo tales a la conquista del Nuevo Mundo hicieron que precedentes, quiso emular al gran Alejandro el Imperio Espaol pronto tuviese territorios contando con dos apoyos de talla similar. Tena en cuatro continentes y una extensin presente que sin representacin material, la imagen pronto cae en el olvido del tiempo. prcticamente inabarcable. El dominio sobre estas regiones fue Para ello busc en el que por entonces era el acompaado de la transmisin de una imagen centro cultural y artstico de la poca: Italia. En este lugar, el mejor retratista era ulica orquestada desde la propia figura de los monarcas espaoles. El emperador Carlos V1 el pintor veneciano Tiziano, al que ofreci mantuvo una corte itinerante y encabez los trasladarse a Espaa para convertirse en el ejrcitos facilitando la idea del dominio personal retratista oficial del soberano. Nunca acept el sobre el territorio. Pero no efectu nicamente traslado, aunque s ocup dicho cargo, siendo una campaa poltica perfectamente orquestada, desde entonces el nico pintor al que estaba sino que la poltica cultural siempre le fue de permitido representar su figura. Tiziano cre la mano. Se rode de los mejores artistas del el modelo del retrato en la corona espaola, 1 A su ttulo de rey de Espaa desde 1516 se le sum el de empera- aunando la tradicin artstica germnica, el

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dor del Sacro Imperio Germnico desde 1520.16 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

simbolismo del retrato italiano y continuas referencias a la tradicin clsica. Tal fue el xito de los modelos creados que fueron tomados como referencia durante los siglos XVI, XVII y parte del siglo XVIII hasta que la instauracin de la monarqua borbnica trajo consigo nuevos modelos franceses. La pintura era la ms noble de la artes debido a su mayor carga intelectual, sin embargo, el uso de la escultura tiene unas connotaciones bien distintas debidas al uso de los materiales nobles, a la dignidad que aporta una efigie en tres dimensiones y una resistencia mucho mayor al paso del tiempo. De entre todos los materiales nobles, el mrmol y el bronce eran los ms importantes, sobretodo este ltimo, ya que gracias a sus condiciones de mayor perdurabilidad, impeda que su figura se difuminase con el transcurrir de los aos, iniciando, de esta manera, un camino ms directo hacia la inmortalidad. En Espaa era complicado encontrar un artista que trabajase este tipo de materiales, ya que, debido a la ausencia de un arte oficial, la tradicin escultrica medieval elaboraba obras fundamentalmente en madera para abastecer a la Iglesia de mobiliario litrgico. Para realizar obras en materiales duros como la piedra o el mrmol era frecuente la presencia de talleres itinerantes de artistas italianos, franceses, flamencos o alemanes. En las ciudades italianas de Roma y Florencia trabajaban los grandes escultores del Cinquecento, sin embargo, Carlos V eligi a Pompeo Leoni, un broncista milans menos conocido que se dedicaba esencialmente a la elaboracin de medallas,

que con el tiempo demostr unas condiciones excepcionales para la elaboracin de esculturas en grandes dimensiones. El resultado de este impulso propagandstico del emperador fueron ejemplos tan majestuosos como el retrato ecuestre de Carlos V en la batalla de Mhlberg de Tiziano, donde se representa al emperador victorioso en una gran batalla, ataviado con su armadura de gala mientras doma la furia de su caballo con una gran templanza, presentndose como la figura protectora de sus sbditos2. En la vertiente escultrica, el ejemplo ms impresionante es la representacin de Carlos V y el Furor, de Leone Leoni. Esta figura alegrica del emperador viene a representar aproximadamente el mismo mensaje que la obra de Tiziano, aunque con una lectura ms abstracta. Su cuerpo completamente desnudo en una composicin tremendamente clsica, con herencia de la escultura griega, que puede ser vestido con una coraza de tipo romano. Bajo sus pies, una figura demonaca que representa al Furor descrito por Virgilio en el primer canto de la Eneida3. Su cuerpo retorcido, pero tremendamente bello, se coloca sobre una montaa de armas abandonadas tras el fragor de la batalla. En estas dos obras se resumen de un solo vistazo todas las virtudes propias2 Como se podr comprobar a lo largo del artculo, de entre todas las modalidades de retrato, el ecuestre era el que aportaba una mayor dignidad al efigiado y el preferido por los monarcas de todas las cortes. 3 Despus, abandonando las guerras, las generaciones feroces se humanizarn; la sagrada Fe y Vesta, y Remo con su hermano Quirino dictarn leyes; las funestas puertas del templo de la Guerra se clausurarn con slidas cerraduras de hierro; el impo Furor sentado dentro sobre las armas criminales y con las manos atadas a la espalda por cien nudos de bronce bramar con violencia con su boca ensangrentada (Virgilio, 1983: 50).PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 17

un buen gobernante. Justicia, fortaleza, templanza, sabidura y, por supuesto, belleza, siguiendo los ideales estticos clsicos que unan indisociablemente el concepto de bondad con el de belleza. Felipe II hered la corona tras la abdicacin de Carlos V en 1556 y su retiro al monasterio extremeo de Yuste. Al contrario que su padre, Felipe II opta por establecer una corte fija y dota a sus palacios de galeras dinsticas que reivindiquen el peso histrico de sus antepasados, legitimando de esta manera el establecimiento de la nueva dinasta real. Dirigi una campaa de propaganda ms orquestada, ya que, si bien Carlos V contrat a los mejores artistas para difundir nicamente su imagen de gran prncipe, Felipe II lo que pretenda era crear una imagen ulica de la monarqua espaola como institucin, sobretodo de la nueva Casa de Augsburgo, colocndose a la altura de la amplitud territorial que tena bajo su dominio4. Para ello encarg al arquitecto Juan de Herrera el diseo del que se convertira en el gran monumento de la monarqua espaola: el Monasterio y Palacio Real de San Lorenzo de El Escorial. Aparte de la importancia intrnseca del edificio5, en su interior se desarroll un amplio programa iconogrfico que respondiese a los fines propagandsticos de los que estamos hablando. En primer lugar hay que destacar4 Las posesiones del Imperio germnico se haban quedado en manos de los Austrias alemanes. 5 Se concibi como panten de los reyes espaoles, funcin que sigue desempeando actualmente. El anterior panten real estaba en la Capilla Real de Granada, un gran fracaso arquitectnico que estaba muy alejado de la grandiosidad pretendida siendo construida adems en un estilo gtico ya desfasado. Para ello se inici un nuevo proyecto funerario para la Catedral de Granada, que nunca lleg a cumplir tales funciones por la construccin de El Escorial.18 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

que se construy para conmemorar la victoria de San Quintn sobre las tropas francesas. La baslica se concibi como el eje principal del edificio, lugar donde se centraban todas la miradas y, por lo tanto, el emplazamiento ms emblemtico. Dentro de la baslica, el altar mayor concentraba la mayor carga simblica al estar bajo la inmensa cpula del edificio. Este fue el lugar donde se decidi colocar los grupos escultricos de las familias de Carlos V y Felipe II elaboradas por Pompeo Leoni, el hijo del escultor personal de Carlos V y escultor oficial del nuevo monarca. Con la elaboracin de este programa propagandstico surge adems una nueva idea imprescindible, la vinculacin de la monarqua a la religin catlica y a los nuevos preceptos de la Contrarreforma elaborados en el Concilio de Trento. Todos los miembros de las dos familias reales se encuentran en posicin orante mientras dirigen las miradas al retablo elaborado por los mismos artistas. Desde ese momento, El Escorial se convierte en el centro de la monarqua espaola.

Los Austrias Menores: decadencia poltica, cnit cultural La muerte de Felipe II supuso un importante cambio en la imagen que la casa real tendra desde entonces. El heredero Felipe III renuncia a parte de su poder, cedindolo al valido, nueva figura poltica encargada de la toma de las decisiones, mientras el monarca se dedicaba a otros menesteres menos relevantes como la caza, el teatro y los juegos de corte. El

Duque de Lerma encarn esta figura de valido y tomaba las decisiones atendiendo en muchas ocasiones a sus propios intereses personales ms que al inters del reino. Es significativo el hecho de que trasladase la corte a Valladolid en 1601 donde tena la mayor parte de sus posesiones e intereses econmicos, pero que regresara definitivamente a Madrid en 1606. Al igual que se produce un trasvase en el poder, los usos de imagen propagandstica de los reyes se trasladan a estos nuevos actores polticos, que usan a los mismos pintores y escultores que la casa real para crear su imagen ulica. Un buen ejemplo lo encontramos en los monumentos funerarios del Duque de Lerma y su esposa en el Convento de San Pablo de Valladolid, emulacin a escala ms modesta de los conjuntos mortuorios de El

Escorial. Ms revelador del poder e influencia que haban llegado a adquirir los validos es el ejemplo del retrato ecuestre que hizo Rubens del Duque de Lerma. La labor de diplomtico del pintor le traer en numerosas ocasiones a Espaa y en una de ellas se efectu este magnfico encargo, que supera con creces a cualquiera de las representaciones que se realizaron de Felipe III en vida. El rey no mostr ningn inters por crear un programa orquestado para difundir su imagen de soberano, conformndose con la elaboracin retratos a cargo de los pintores locales que en ese momento trabajaban en palacio, muchos de los cuales ya trabajaron para Felipe II. Sin embargo, encontramos algunos ejemplos destacables de la idea propagandstica que sobre el arte tena el monarca, comoPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 19

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los cuadros religiosos que representan el Nacimiento de la Virgen y el Nacimiento de Cristo, pintados en 1603 por Pantoja de la Cruz para el Palacio de la Ribera de Valladolid6. En estas obras, los personajes sagrados estn personalizados en la efigie de los miembros de la familia real, conocidos como retratos a lo divino. Pretenden una vez ms vincular a la monarqua de los Austrias con la religin catlica, reivindicando su origen divino y estableciendo unos lazos tan fuertes que podan permitirse el hecho de representarse como miembros de la Sagrada Familia. El reinado de Felipe III coincide con el final del Renacimiento y el comienzo de la nueva corriente esttica del Barroco. Ahora la imagen mayesttica y austera del monarca adquirida por sus predecesores perda importancia, envolvindose en una serie de artificios decorativos que exaltasen su grandiosidad y riqueza. Los modelos creados por Tiziano se repetan insaciablemente cubriendo a los retratados de ricas telas y adornos que hacen perder gran parte de la solemnidad y sobriedad de los ejemplos anteriores. Aunque la decadencia poltica comenzaba a ser evidente, la vida cultural y artstica no slo no se vio afectada, sino que por el contrario se vivi el momento ms glorioso sobretodo por el inmenso auge que alcanzaron las letras. No hay que olvidar que en el reinado de Felipe III escritores como Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Lope de Vega o Caldern de la Barca escribieron sus mejores obras, entre ellas El Quijote. El inters de la corte por el teatro permiti el gran desarrollo que alcanz el gnero6 Este palacio era la residencia de recreo durante la estancia de la Corte en Valladolid.20 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

y que se prolongara en el reinado posterior. La corrupcin de la monarqua y del desempeo del poder se hizo ms evidente en la figura del rey Felipe IV, que al igual que su padre renunci a sus funciones ejecutivas delegando en su valido el Conde Duque de Olivares. Los reales sitios se vieron poblados de una corte de enanos y de entretenimiento para el monarca que dedicaba gran parte de su tiempo a la caza y a asistir a las funciones teatrales. Si bien abandon sus obligaciones como monarca opt por retomar la elaboracin de una imagen majestuosa de la monarqua de la Casa de Austria en el Saln de Reinos del nuevo Palacio del Buen Retiro. La propia concepcin del Palacio Real en el que estaba ubicada esta estancia ya nos dice mucho del cambio de mentalidad sufrida con esta nueva etapa de la monarqua espaola. Se encontraba en el Palacio del Buen Retiro de Madrid, una villa de recreo ubicada en las afueras de la capital. Lgicamente, el mayor empeo iconogrfico del edificio se concentraba en el saln del trono donde se recibiran las visitas de los ms importantes mandatarios de todas las cortes del mundo. Siendo conscientes de la importancia estratgica de difundir la imagen gloriosa de una monarqua y de un reino cada vez ms dbil se desarroll un programa en el que se ensalzaba la imagen de la familia de Felipe III y del propio Felipe IV a travs de una serie de retratos ecuestres realizados por el gran pintor de corte Diego Velzquez. El hecho de incluir la representacin del difunto monarca y su esposa trataba de restituir su deteriorada imagen y contribuir a seguir la lnea propagandstica familiar

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PERIPLO Saray Gonzalz

abandonada parcialmente durante su reinado. A estas efigies les acompaaban una serie de pinturas que representaban las batallas en las que los ejrcitos espaoles haban salido vencedores durante sus reinados, realizadas por los mejores pintores del momento. Sin embargo, esta aparente exaltacin del poder supona nicamente una mera mscara de la verdadera situacin poltica que se estaba viviendo, en la que las derrotas se sucedan una tras otra y las victorias obtenidas eran de muy escasa relevancia. Para una mayor reafirmacin de la imagen del poder, se buscan los orgenes mticos de la monarqua en la figura de Hrcules, el hroe griego por excelencia y el primer rey legendario de la corona espaola. Se pretenda completar el programa iconogrfico con la representacin de los doce trabajos de Hrcules encargados al pintor Francisco de Zurbarn. Sin embargo, por las propias limitaciones del espacio arquitectnico, no pudieron desarrollarse los doce trabajos, sino tan slo diez, suprimiendo alguno de ellos y permitindose licencias como la introduccin de otras hazaas realizadas por el hroe en territorio espaol, aunque no puedan considerarse como trabajos,

como por ejemplo la presencia de Hrcules separando las montaas de Calpe y Abilia. Sabemos que algunos de sus doce trabajos se realizaron en la Pennsula Ibrica, como, por ejemplo, el robo de los rebaos de Gerin, pero tambin cuenta la mitologa cmo separ la pennsula de frica con la fuerza de sus piernas, representadas desde entonces como las columnas de Hrcules que a da de hoy siguen presentes flanqueando el escudo espaol. No es este el primer caso en el que Hrcules se vincula iconogrficamente con la monarqua espaola, ya que en un ejemplo del siglo anterior y tan importante como la fachada de la Universidad de Salamanca7 ya est representado. A travs de la figura del hroe se persigue la presencia de una figura mitolgica que muestre la grandiosidad de la institucin monrquica desde sus mismos orgenes y haga a sus sucesores poseedores de las mismas virtudes.7 Del complejo programa iconogrfico de la fachada de la Universidad de Salamanca una de las lecturas ms importantes que de ellas se puede extraer es tambin una exaltacin de la monarqua espaola, buscando en sus orgenes mticos e histricos y con los Reyes Catlicos como principales protagonistas al haber conseguido la unificacin definitiva del reino, la culminacin de la Reconquista con la toma de Granada, la unificacin religiosa con la expulsin de los judos y el descubrimiento del Nuevo Mundo.

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Pero, aunque este sea el programa iconogrfico ms importante desarrollado por Felipe IV, no es la nica imagen suya que conservamos, ya que su pintor de cmara Diego Velzquez lo represent en innumerables ocasiones en actitudes menos grandiosas que los retratos

de la pintura espaola y que originalmente llevaba el ttulo de La familia de Felipe IV. La decadencia de la monarqua no era visible slo en la situacin de crisis poltica y econmica que estaba sufriendo la corona, sino que tambin era evidente en la propia

ecuestres del Saln de Reinos, puesto que estas obras se encontraban ubicadas en estancias privadas de los distintos palacios reales. Algunas de esas escenas aparecen en actitudes tan distendidas como en sus partidas de caza en la sierra de Guadarrama acompaado de su perro o en escenas domsticas (impensables en pocas anteriores) como Las Meninas, obra cumbre

degeneracin de la sangre propiciada por una poltica de enlaces matrimoniales entre miembros de la misma familia para evitar la posible desmembracin del reino. As, prncipes herederos como Baltasar Carlos o Felipe Prspero murieron a muy corta edad, privando de un sucesor a la corona. La situacin se agravaba con el paso de losPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 23

PERIPLO Saray Gonzalz

aos y la avanzada edad de los monarcas. monarqua espaola, una pintura alegrica en la que aparece Carlos II mostrando a su familia El ocaso de la Casa de Austria desde una balaustrada la apoteosis celestial Finalmente, el joven prncipe Carlos de Carlos V y Felipe II ofreciendo sus reinos sobrevivi a los aos aunque con una salud muy a la Santsima Trinidad en el centro de la endeble, que le hicieron sufrir enfermedades composicin. Su grandioso estilo barroco, constantes a lo largo de su vida. A la muerte cargado de alegoras permita muy bien la de Felipe IV se convertira en el rey Carlos II conexin de la pintura propagandstica con que tomara posesin de sus poderes tras unos la mitologa, las leyendas de sus antecesores aos de regencias hasta alcanzar la mayora y la propia exaltacin religiosa, tan grata de edad. Fue el ltimo de los reyes de la Casa a la conmocin de los sentidos de sus de Austria en Espaa, puesto que debido sbditos con la consecuente aceptacin del a su esterilidad muri sin descendencia. absolutismo monrquico respaldado por el ya Aunque no emprendi ningn consolidado origen divino de la monarqua. proyecto arquitectnico grandioso, s que Para el Saln de Espejos del tuvo un empeo especial en decorar Alczar Real de Madrid8 realiz un retrato los sitios reales existentes. ecuestre del monarca y Sin representacin Para ello cont con la de su segunda esposa que material, la ayuda de Luca Giordano, completasen los retratos imagen pronto cae uno de los mejores de todos los reyes de la en el olvido del fresquistas italianos, y, sin Casa de Austria y aos ms tiempo. lugar a dudas, el pintor ms tarde una serie de cuatro famoso en la Europa del cuadros con el tema de momento. Mientras desarrollaba su trabajo en las Batallas de Fernando el Catlico. Npoles (por aquel entonces bajo el dominio De entre todas las obras realizadas por espaol), Carlos II le hizo varios encargos Luca Giordano cabe destacar La apoteosis de para completar las colecciones reales. la monarqua espaola en el Casn del Buen No conformndose con el trabajo en Retiro. En esta bveda se desarroll un la distancia, en 1692 fue llamado a la Corte complejsimo programa iconogrfico de madrilea para realizar grandes frescos exaltacin del poder monrquico, una vez en los reales sitios que an permanecan ms una mera mscara que camuflaba la sin decorar. Embarc ese mismo ao verdadera situacin poltica que se estaba en Barcelona y se dirigi directamente viviendo. En uno de los extremos de la bveda a la Corte para presentarse ante el rey. 8 Este palacio desapareci completamente tras el incendio En muy poco tiempo termin la sufrido en 1734, en el que se perdieron una gran cantidad de magnficas obras de arte. Se sospecha que fue incendiado a bveda de la escalera principal del monasterio propsito por Felipe V para poder construir el nuevo Palacio Real de Oriente, ms acorde con la nueva imagen que quera de El Escorial con el tema de La gloria de la transmitir de la monarqua.24 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

se representa la entrega del Vellocino de Oro por Hrcules a Felipe el Bueno, como origen de la Orden del Toisn de Oro. Desde ese momento se cuenta la historia del mundo con la monarqua espaola como eje unificador. La lnea de lectura del fresco es doble, por un lado un recorrido geogrfico y por otro lado cronolgico siguiendo una trayectoria EsteOeste aludiendo al movimiento del Sol. Entre una serie de alegoras vinculadas a la Ciencia, la Filosofa, las Edades del Hombre, los dioses del Olimpo, el Cosmos destaca la escena que representa la majestad de Espaa que cierra la lectura del conjunto en el lado Oeste. En los huecos que existen entre las ventanas se

representaron de nuevo los trabajos de Hrcules, cuyo significado ya ha sido explicado, pero que desgraciadamente no se han conservado. Su escasa categora como gobernante y su lamentable estado de salud sumieron a Espaa en una franca decadencia que se increment con la muerte de ste en 1700 que desembocara en la Guerra de Sucesin, en la que sali victorioso Felipe de Anjou, que pasara a la historia como Felipe V, el primer monarca de la dinasta francesa de los Borbones en Espaa. Introducir nuevas modas artsticas de procedencia francesa, considerndose anticuado todo lo relacionado con la dinasta anterior e iniciando una campaa de modernizacin esttica.

PERIPLO Jenny castellanos

Bibliografa Checa, Fernando. Felipe II: mecenas de las artes. Madrid: Nerea, 1992. Los Leoni (1509-1608). Escultores del Renacimiento italiano al servicio de la corte de Espaa. Madrid: Museo delirado, 1994. Luca Giordano. Madrid: Aldeasa, 2006. Museo Nacional del Prado. El retrato en el Prado. Del Grego a Goya. Madrid: TF Editores, 2006.PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 25

PERIPLO Jesica Ruth 26 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

MIRAMEY pensar que detrs de cada teta hay un corazn. Hasta en esos pechos apretados que impiden el paso de una pulga. Hasta en esos simulacros de valles mal regados. Hasta donde parece que no hay nada, hay algo. Siempre. Y son dos. Y laten fuerte. Y justo te pide que la abraces cuando hay tormenta de sol. Y cuando finalmente se chocan son tres, y no dos, las caras que te miran. Intercambian una mirada interminable. Larga como una soga atada al cuello de una serpiente. Ahora tens sobrados motivos para sentirte observado. Ferdydurke

PERIPLO marta llorens

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El detergente me invit a cenarPor Natalio StecconiPERIPLO artculo ilustrado por jesica ruth

S

oy un fantico de los avisoscomerciales de productos de limpieza y cuidado personal. Por ello es que al encender la tele me ejercito en el fino arte del zapping invertido: en lugar de saltar las tandas publicitarias para encontrar los programas, eludo los programas para toparme con spots de limpiavidrios, desodorantes, trapos de piso, polvos y cremas emolientes. A primera vista podramos coincidir en dos grandes postulados que nuclean a la mayora de los avisos de esta naturaleza: a) son los ms estpidos e inverosmiles del repertorio comunicativo mundial; b) son divertidsimos! Pues bien, quin no se ha topado alguna vez con comerciales fundamentados en los siguientes pertrechos narrativos?: 1) Madre y/o esposa tan bonita como intil, sola en casa, ensayando en cmara un muestrario de mohines por no haber alcanzado la exitosa limpieza de su hogar. Independientemente de cul sea la mercanca promovida en el aviso, el drama victoriano se resuelve cuando irrumpe un hroe animado que le ensea a la mujer el cmo, el porqu y el tambin de sus pulcros beneficios a prueba de mentecatas. 2) Galn lampio que insiste en afeitarse con la ltima y ms novedosa de las herramientas podadoras, para luego28 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

confirmarnos en primer plano que su piel qued tan suave y tersa como antes de necesitar la afeitada. En su versin femenina, refirase a las hermossimas modelos que se empean en depilar unas piernas que jams han conocido un solo vello durmiente ni despierto. 3) Bebs que relajan sus despreocupados esfnteres en el paal X, que es mejor que el paal Y, aunque en paralelo Y diga que es mejor que X, y aunque Z declame que sabe esconder mejor que los anteriores lo que nadie desea que cobre existencia a ojos ni narices del correcto burgus. Un caso similar es el de los protectores femeninos de distintas marcas que compiten por hacernos saber quin logra acaparar ms hectolitros de un sospechoso lquido azul. 4) Desodorantes personales que no slo eliminan el sudor y sus nefastas consecuencias sociales, sino que tambin, y gracias a sus virtudes afrodisacas, disparan la libido del sexo

opuesto hacia lugares que rozan la ilegalidad. Hay ms ejemplos, por supuesto. Todos jocosos, ms o menos exagerados, ms o menos fantasiosos. Estos comerciales existen desde hace aares, y florecen en casi todos los pases respetando un esquema bsico o pattern que se adapta al contexto espacial y cultural de aplicacin. Nadie cuestionara racionalmente un principio basado en la narrativa de ficcin. Quien

Porque a los dos postulados mencionados anteriormente hay que agregarles un tercero y capital: c) los avisos de productos de limpieza y cuidado personal se construyen sobre una concepcin del poder que es inherente a la relacin triangular del individuo consigo mismo, con su ambiente, y con sus prjimos. Y este tipo particular de poder, en el marco de la industria cultural, es redundantemente exagerado. Cada vez que una mujer se desespera en

lo intente caer en una falacia esquizofrnica. Todos sabemos que ningn superhroe musculoso entrar por nuestra ventana vestido con lycras de colores, calzoncillos, botas y capa a decirnos qu limpiador debemos usar para quitar la grasa difcil de la cocina. Discutir esto sera igual a pararse en medio de una proyeccin de Avatar para exclamar que los aliengenas azules de tres metros no podran llevar una cola con punta de flecos. De todos modos, y aunque seamos concientes del recurso ldico y fantstico de los avisos, el shock receptivo que combina el desagrado de lo lamentable con la humorada de la idiotez sigue vigente. Por qu?

cmara por no poder asear su casa, ms bien est lamentndose de su incapacidad para subyugar el medioambiente fsico y familiar. El ama de casa de la publicidad requiere siempre de un tercero (real o animado) que le alcance el novedoso fetiche que le permitir recuperar el dominio de su imperio telrico. Este tercero (amiga sabia y solidaria, superhroe en pantaletas, locutor en off, dibujo animado 3D) transfiere a la necesitada el poder de su conocimiento hecho producto, que ser usado ms tarde para provocar la felicidad propia (autosatisfaccin) y ajena (admiracin), construidas sobre la capacidad de despojarPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 29

a los objetos circundantes de aquello que no les est permitido tener ni mostrar: la mugre. De la misma manera ocurre con los productos de cuidado personal: usamos el desodorante, las cremas y los champes para demostrarnos a nosotros mismos y a los dems que contamos con el poder de ser pulcros, de agradar, de estar a la moda, de ejercer nuestro dominio sobre la suciedad, el mal olor, el paso de los aos, la opacidad, el descuido, el desborde, lo grotesco y lo asqueroso. En avisos de productos de esas caractersticas se lleva el poder a un grado hiperblico: no es aseado y pulcro el que quiere, sino el que puede; y como el que puede parece no haberse dado cuenta de ello, requiere entonces la ayuda de un factor educativo que le transfiera su autoridad sin dejar lugar a equivocaciones. Ese factor es la publicidad. Revisemos el concepto. A muchos de nosotros se nos ha enseado que no necesitamos ser ricos para ser limpios, lo cual lleva escrito, en la otra cara de la moneda, que la pobreza es tolerable mientras nos cepillemos los dientes cuatro veces por da. Se nos adoctrin en el paradigma de que la limpieza es una cuestin de querer, no de poder. Evitemos discutir ahora el simplismo de esta visin paradigmtica para llegar al clmax narrativo de la peculiaridad publicitaria. Puesto que la limpieza y el cuidado corporal suponen la obtencin de un poder sobre uno mismo, sobre el ambiente y sobre los dems, el mensaje enfatiza el lado oscuro de este ideal: la carencia de ese poder genera inseguridad, debilidad, envidia y, en el ltimo de los subsuelos, un destierro cultural. La publicidad30 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

nos dice que no basta con querer, si ese deseo no viene acompaado de una capacidad de ser y tener. Y cul es la mejor forma de exponer el poder sobre el querer? Muy fcil: creando situaciones tragicmicas en las que incluso los tontos, los lampios, los bebs, las caricaturas y los animalitos son capaces de elevarse por encima del receptor medio (nosotros, ciudadanos, consumidores) para alcanzar un nivel de comprensin, uso y dominio de la realidad que ranse de Alejandro Magno. Dnde radica el mayor de los poderes de esta especie de comerciales? Pues en manejar los hilos de nuestra autopercibida superioridad, y de nuestro irrefrenable deseo de consolidar y mantener esa superioridad. Cada vez que nos mofamos del aviso en el que un detergente le habla al ama de casa ingenua, o nos remos del protagonista que corteja a dieciocho mujeres luego de echarse desodorante, estamos probando el delicioso anzuelo de la sumisin. Nos hemos olvidado de que el yo puedo generado por la publicidad es el hijo clown del porque primero te hice creer que sos superior a m y a los actores de mi espectacular show.

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PERIPLO pablo daz

PERIPLO elena hontangas

NIRVANA El asceta ama hasta sus pelotas. Hasta el hartazgo. Y no duerme l sobre retazos de seda. Mantiene su ego anestesiado ah en el huequito de una muela ausente. Es encantador cmo se sacrifica el santn con muestras de fuego aguantando toda una vida en una pata y negndole a un ojo (uno solito) otras deidades ms carnales, terrenales de igual naturaleza. Es devastador verlo sonrer cuando su condicin no es sana. No come, no bebe. Medita vido sobre la cima de una montaa. Entra en trance, tiene su culo adormecido. Sonidos de tranva anuncian necesidad. Se retuerce como un saquito de t y a las cuentas de su collar se les une el ombligo formando un pentagrama famlico cargado de un lenguaje ftil. La carne le pesa al esqueleto y el esqueleto punza la carne. Hay amor, hay deseo. Ay, dolor. Anudado hasta la cresta se mufa y se inflan de ganitas los orificios de su nariz. Ac no hay globo que aguante, ac hay 108 razones por las que descarga y te nombra y te nombra y te nombra y despierta de su letargo. Mueve su viborita al comps del tab. Se tambalea la viborita de un lado al otro y rompe la cesta. Se extiende en zigzag por el suelo querindose enroscar su propio cuello. Metstasis musical. Se yergue saludando al sol y acaba con el hombre escondiendo pruebas del nirvana debajo del tapiz.Jade en Degrad32 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

JULIO CORTZAR: DE LA FANTASA LITERARIA AL COMPROMISO POLTICOPOR FERNANDO PITTARO

No te parece en verdad paradjico que un argentino casi enteramente volcado hacia Europa en su juventud, al punto de quemar las naves y venirse a Francia sin una idea precisa de su destino, haya descubierto aqu, despus de una dcada, su verdadera condicin de latinoamericano? (Cortzar, 1987: 269).

l argentino flaco y desgarbado que parti de Buenos Aires en 1951 poco tuvo que ver con el que muri en Pars en 1984. El que se fue de su pas, disconforme con el peronismo naciente, vea al poder como una imagen difusa que se deba esquivar para no tener problemas. El escritor maduro que fue enterrado en el cementerio de Montparnasse era alguien que miraba al poder de frente, lo criticaba, lo analizaba, lo tena entre manos. Haca con l lo que mejor saba hacer: cuestionarlo. En Apocalipsis en Solentiname (1977) Cortzar plantea abordar el arte latinoamericano desde una visin naif de la realidad o testimoniar el horror. En el cuento, el narrador es un escritor argentino llamado Julio Cortzar que vive en Pars y visita Nicaragua

E

en plena revolucin sandinista. Solentiname era la isla nicaragense donde el sacerdote y poeta de ese pas Ernesto Cardenal haba creado una comunidad de campesinos que se autoabastecan vendiendo tapices y pinturas. Cuando Cortzar escribe el cuento, la comunidad de Solentiname haba sido destruida por los soldados del dictador Anastacio Somoza. Pero en lugar de escribir una denuncia panfletaria, concentra todo el efecto del relato en las vivencias del protagonista, un lter ego del escritor, que fotografa los lienzos pintados por los campesinos en ocho rollos de fotos. Con horror descubre que donde l crea que iba a volver a ver la pintura ingenua de los campesinos, los escenarios han sido transformados: aparecen imgenes del horror, de la muerte y de la tortura que viven algunos pases latinoamericanos en ese momento. Entonces, comprende que ha tomado la realidad, no la pintura, aquello que subyaca en aquella frgil utopa como una amenaza (Cortzar, 2006:121).PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 33

Y as fue como Cortzar dej de ser el escritor hermtico de mundos fantsticos para transformarse en ese escritor comprometido que senta la necesidad de contar, siempre camuflado en su pluma, lo que ocurra a su alrededor. Lo que el escritor comprometido debe hacer es, sin renunciar a su proyecto artstico, sin simplificar sus hermetismos, enfrentarse a esa realidad atroz y representarla. En el ejercicio literal del fotgrafo/escritor en Apocalipsis en Solentiname, se debe revelar el Apocalipsis que est detrs de los paisajes buclicos y la mirada prstina de los habitantes del continente (Paz Soldn y Favern Patriau, 2008: 13).

Nicaragua fue su ltima esperanza de revolucin triunfante. Viaj en reiteradas ocasiones y se comprometi ntegramente con el proyecto del Frente Sandinista de Liberacin Nacional que desaloj a Anastasio Somoza del gobierno en 1979. Un da antes de morir, Cortzar pudo ver, casi como una mueca del destino, el ejemplar de su novela casi pstuma: Nicaragua, tan violentamente dulce. Nunca dej de escribir. Pero, s cambi la forma de hacerlo, la realidad lo oblig a tomar decisiones estticas diferentes. Ahora el mbito fantstico le daba lugar al debate poltico, a la trinchera ideolgica, produciendo una fractura entre el escritor de los mundos cerrados y aquel que levanta las banderas de los que no tienen voz. El compromiso poltico fue la locomotora que encendi su mquina literaria hasta convertir su creacin artstica en prosa poltica.

PERIPLO daniel balser a 34 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

El 29 de octubre de 1967 Cortzar estaba en una reunin de la Unesco en Pars cuando le lleg la noticia que le arranc ms lgrimas que letras. Haban fusilado a Ernesto Che Guevara en plena selva boliviana. Ese mismo da su colega cubano Roberto Fernndez Retamar le pidi que escribiera un homenaje, pero no pudo porque un silencio se apoder de l: ...en una oficina donde se segua con la rutina de siempre, me encerr una y otra vez en el bao para llorar; haba que estar en un bao, comprends, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organizacin internacional. El Che ha muerto y a m no me queda ms que silencio, hasta quin sabe cundo; como si uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vaco y seco, y caera en la retrica (Cortzar, 2006:97). Ya cuando junt fuerzas transform el silencio en versos y apareci el esperado homenaje en forma de poema: Yo tuve un hermano no nos vimos nunca pero no importaba. Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dorma Lo quise a mi modo le tom su voz libre como el agua.

Camin de a ratos cerca de su sombra. no nos vimos nunca pero no importaba. Mi hermano despierto mientras yo dorma. Mi hermano mostrndome detrs de la noche su estrella elegida. Rayuela, quiz su obra ms ambiciosa y reconocida mundialmente, apareci en junio de 1963. A fines de ese ao, Cortzar viaj a Cuba como jurado del Premio Literario Casa de las Amricas. ste pas caribeo ya lo conoca porque en 1961 fue con amigos y descubri, por primera vez, su afiliacin latinoamericana. En ese momento empec a comprender que los libros deben llevar a la realidad y no la realidad a los libros, con el perdn de Mallarm a quien quiero tanto (Cortzar, 2006 :94). La Revolucin Cubana del 1 de enero de 1959 haba cautivado a Cortzar como a la mayora de los intelectuales de la poca. Algunos se fueron distanciando de la gesta de Fidel Castro y el Che Guevara, pero Cortzar mantuvo hasta el final su afinidad con la revolucin, aunque se permiti disentir en varios aspectos del rgimen, como cuando detienen en La Habana al poeta Heberto Padilla en 1971. El mundo estallaba en protestas estudiantiles y consignas revolucionarias que se sintetizaron en el Pars de 1968. El propio Cortzar particip de la revuelta y con un grupo de compatriotas realiz la toma simblica delPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 35

pabelln argentino en la Ciudad Universit a r ia El contexto de militancia poltica y efervescencia social comienza a reflejarse claramente en sus publicaciones. La metamorfosis poltica y literaria del hombre nacido accidentalmente en Blgica empezaba a tomar forma. En 1969 aparece publicado en Mxico ltimo Round. Hay ficciones pero tambin poemas y textos annimos recogidos en las calles y en las facultades parisinas durante los das de la revuelta estudiantil. Adems, aparecen reflexiones sobre el erotismo que retoman la lnea de algunos textos de Rayuela. Es un libro donde se mezcla lo actual con lo literario, sin que por eso pierda estilo. Y, en este caso, el estilo se concentra en esta nueva actitud de Cortzar: el mundo est ah, solamente hay que nombrarlo (Cortzar, 2006:98). La dcada del setenta encuentra a un Cortzar ms poltico que escritor. Los sucesivos golpes militares que sufre la mayora de los pases del Cono Sur (en especial Chile, Uruguay y Argentina) lo ponen en guardia y empieza un largo recorrido por todo el mundo denunciando las violaciones a los derechos humanos en esa parte del continente a travs de conferencias, aportes periodsticos y con su36 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

participacin en el Tribunal Russell II con sede en Roma. En 1973 aparece el Libro de Manuel, tal vez una de las novelas ms polmicas del universo cortazariano. Detractores y admiradores posaron sus ojos sobre ella. As era la literatura militante de Cortzar por aquellos tiempos. Poda gustar o no, pero nunca pasaba desapercibida. Los crticos ms acrrimos la tildaron de obra menor y de ser ms poltica que literaria. Y eso era lo que verdaderamente quera lograr Cortzar, una literatura provocativa con fuerte sesgo ideolgico. Yo no s si llamarlo un libro poltico. sa es una palabra que me da un poco de miedo, porque poltica es una cosa muy profesional y muy precisa. Yo creo que es un libro que una vez ms contina una especie de apertura ideolgica en la lnea socialista que yo veo para Amrica Latina, y adems una especie de pre-crtica a todas las equivocaciones que suelen cometerse cuando se intentan y realizan revoluciones(Cortzar, 1994: 11-12). El propio Cortzar fue muy crtico con el proceso de construccin del Libro de Manuel, su obra ms visceral, una historia que propona que la revolucin fuera hecha con humor y nadie supo entenderlo. Tal vez fue demasiado

PERIPLO mara r amos

revolucionario. Es el peor de mis libros, porque yo soy muy vago para escribir, escribo cuando me da la gana y me tomo todo el tiempo necesario. Y cuando empec con el Libro de Manuel, lo hice como si me lo hubiesen encargado, y me lo encargaba yo mismo como argentino porque era el momento de la dictadura de Lanusse y era el momento que empezaba en Argentina esa escalada de violencia que llev a hacer de la tortura no slo una institucin sino una tcnica tan absolutamente monstruosa que va ms all de toda descripcin. Ese libro fue una tentativa de escribir una novela porque yo no he nacido para escribir literatura poltica, no soy un poltico. Ante determinada situacin yo puedo decir lo que pienso de una manera, y mi manera es literaria. No tena ningn sentido escribir un panfleto poltico, hubiera sido malo y no hubiera tenido ninguna eficacia. Ese libro estaba destinado a ayudar en el plano prctico a los prisioneros polticos de la Argentina. Yo no quera derechos de autor porque entenda que un escritor no poda ganar dinero con ese tema. Yo quera dar ese dinero a una causa til, y la causa til era la gente que estaba sufriendo en las prisiones argentinas. Una de las cosas que ms me conmovi fue que con el dinero de ese libro las madres de muchachos que estaban presos en la crcel de la Patagonia, lo cual supone un viaje muy largo y muy costoso, los abogados alquilaron una serie de autobuses y llevarse a las familias a visitar a los presos. Es decir, el libro continuaba, continuaba en la vida (Entrevista con Joaqun Soler Serrano, A fondo, TVE, 1977).

En 1983 era consciente de que la muerte lo andaba rondando. A esa altura resultaba imposible escindir al escritor del militante, eran uno solo en cuerpo y alma. Pero, Cortzar sigui su periplo quijotesco, aunque su salud lo jaqueaba. En el ltimo viaje que realiz a Nicaragua no slo puso la pluma al servicio de la causa sandinista, tambin entreg el cuerpo. Decidi ingresar a la zona de la contraguerrilla somocista, en la frontera hondurea. Hasta el final sigui con la idea fija en la cabeza. Esa que deca que para testimoniar la barbarie del poder o la gesta de la causa que defenda haba que estar en el lugar, sentir y latir como ellos. Si nos quedamos con la imagen mental del Cortzar escritor, asptico, prolijo; autor de clebres obras de ficcin, nos perdemos gran parte de su integridad humana y artstica. Dejaramos de lado su etapa ms madura, su faceta ms visceral. Esos aos en donde decidi unir la pluma y la palabra para indagar sobre el mundo que lo rodeaba y cargarse al hombro la cotidianeidad que lo azotaba.

Bibliografa Cortzar, Julio. Acerca de la situacin del intelectual latinoamericano. ltimo round. Mxico: Siglo XXI, 10 ed, 1987. Cortzar, Julio. Libro de Manuel. Mxico: Alfaguara, 1994. Cortzar, Julio. Protagonistas de la cultura argentina. Buenos Aires: Aguilar, 2006. Cortzar, Julio, Palabra de autor: cartas de Julio Cortzar. Buenos Aires: Alfaguara, 2004. Cortazar Julio, Entrevista con Joaqun Soler Serrano, A fondo, TVE, 1977. Paz Soldn, Edmundo y Favern Patriau, Gustavo. Bolao Salvaje. Barcelona: Editorial Candaya, 2008.PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 37

Mrala a la cara La primera fue un relmpago seguido de una patada en el estmago que nos hizo soltar el poco aire que nos quedaba en una frase de despedida sin adis. La segunda fue un reencuentro sin saludo que nos hizo coger aire para hablarnos y convencernos de que aquello fue un adis y de que aquello no era un reencuentro. Las terceras siguientes nos buscbamos como leones hambrientos, nos olamos como animales, nos devorbamos como nosotros y nos despedamos sin adis, porque sabamos que volveramos a la segunda de nuevo. Curiel

PERIPLO Isabel Talleda 38 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

Dies diem docet: Disce (Un da ensea a otro: aprende) Crnica de la marginacin educativa femenina en Alemania Por Bernadette Paa

PERIPLO Jesica Ruth

ebido a los mecanismos sistemticos de exclusin de la mujer en la formacin bsica y superior a nivel prctico y los mecanismos tericos, ideolgicos y pseudo-cientficos que sustentaron esta exclusin institucionalizada, la mujer no pudo, durante siglos, adquirir las bases necesarias para acceder a puestos de poder. El largo y difcil camino hacia la igualdad educativa de hombres y mujeres muestra la tutela forzosa y el podero del hombre sobre la mujer, considerada natural y necesaria. El presente artculo no puede constituirse como documento investigativo completo, ya que tiene que dejar de lado la compleja historia poltica de Alemania, para aadir slo dos ejemplos, la divisin territorial y religiosa del pas, pero muestra a partir de tendencias generales de la educacin femenina, las bases de una sociedad e historia dominada por el sexo masculino. Los resultados dejan entrever un entramado social complejo en el que la mujer mayoritariamente fue delegada a ser humano inferior. Con seguridad, aunque hablamos aqu del caso alemn, muchos resultados se dejan extrapolar a otros pases europeos, aunque habr que considerar las peculiaridades histricas, socio-polticas y culturales de cada uno.

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Durante la Edad Media, la imagen de la mujer se redujo bsicamente a tres estereotipos- Bruja, Eva y Mara- todos ellos de impronta claramente religiosa. Los dos primeros llevan intrnsecos una clara connotacin negativa, representando el primero las fuerzas oscuras y peligrosas que emanan supuestamente de la mujer y el segundo, el poder del atractivo femenino sobre el hombre, que supuso la expulsin de la humanidad del paraso y el inicio del pecado original, estigmatizando al ser humano desde el nacimiento. El tercer estereotipo hace referencia a una imagen casta y virginizada de la mujer que lleva asociada adems el rol de la madre caritativa y sacrificada. En lo que a posibilidades reales de estudio se refiere, en la Edad Media toda la eduPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 39

cacin qued relegada a los monasterios. La mujer sabia slo era aceptada si perteneca a mbitos como el monasterio o la Corte. Sobre todo en los siglos X, XI y XII el monasterio femenino se convirti en el lugar predilecto de educacin femenina aunque destinada mayoritariamente a la mujer noble y aristcrata donde sta aprendi a leer, escribir, coser e hilar. No obstante, durante la mayor parte de la Edad Media todava no exista una educacin especfica y diferenciada por gnero. El punto de inflexin lleg con la diversificacin de la educacin a partir del siglo XIV en universidades y liceos a los que desde el principio el acceso de la mujer fue vetado. Es a partir de entonces cuando la educacin femenina y masculina tom definitivamente vas separadas. En el siglo XV se extendieron en el territorio alemn el Humanismo y la Reforma, cada cual con efectos singulares sobre la imagen y la educacin de la mujer. El humanismo alemn se interes poco por la educacin de la mujer. La literatura pedaggica alemn humanista slo menciona la educacin femenina cuando sta fuese necesaria para el bienestar de la familia centrada en la figura del hombre. Una excepcin, sin embargo, la encontramos en la figura de Erasmo de Rotterdam que recomend la educacin de la mujer en todas las reas del conocimiento. No40 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

obstante, el fin ltimo de este conocimiento estaba destinado a salvaguardar la castidad y la preservacin ntegra de la mujer. A diferencia de los ideales del Humanismo, la Reforma propag que fuera necesario un mnimo de educacin en todas las clases sociales para poder leer y entender la Biblia, y de este planteamiento no se exclua a la mujer. Los propulsores de la reforma y sobre todo su padre, Martn Lutero, perseguan la educacin a nivel general, pero sta debera limitarse slo a un mnimo necesario. Aunque Lutero recomienda la educacin de la mujer, es tambin uno de los mayores propulsores de una educacin especficamente separada por sexo, ya que la educacin de la mujer debera estar destinada a educar a los hijos, organizar la casa y conocer las Sagradas Escrituras. Si comparamos el esfuerzo por la educacin femenina de la Reforma con los territorios catlicos de Alemania, la balanza se inclina claramente a favor de la Reforma, porque en las partes catlicas slo determinadas rdenes religiosas se ocuparon de forma minoritaria de la educacin de la mujer. Sin embargo, no debemos olvidar que tambin la Reforma aleg que la mujer debera adquirir un nivel de estudios bsicos, no estudios superiores y que se exiga por vez primera una formacin especfica-

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mente separada por gnero en la que se relega a la mujer a ciertas reas de conocimiento. A la entrada del siglo XVII se desatendi el tema de la educacin de la mujer, ya que la guerra de los 30 aos haba devastado el pas. Pero en el transcurso de este siglo surgi una disputa hoy conocida como Querelle des Femmes que muestra que el tema de la educacin de la mujer al menos fue tematizado. Inicialmente se trata de una disputa sobre el ideal femenino, pero en este contexto tambin se discuti sobre las facultades intelectuales y ticas de la mujer. Aunque tenemos constancia de algunos escritos de corte ms progresista, la mayora de los escritos concluy -basndose en un pasaje bblico del Gnesis- que la facultad mental de la mujer era inferior a la del hombre y limitada por naturaleza. Aunque se atribua a la mujer la facultad de la memoria, la mujer hecha sobre todo en falta el ingenium y el iudicium, facultades indispensables para poder formarse en ciencia. Dejando de lado esta disputa terica, la mujer, a nivel prctico, segua sin poder acceder a instituciones de educacin superior. La educacin de la mujer, bsica y superior, dependa bsicamente de la voluntad del padre y del marido. Existe, sin embargo, un mbito en el cual la mujer educada fue al menos tolerada. Se trata de ciertos crculos intelectuales y de mujeres que pertenecan a familias de larga tradicin cientfica por lo que las hijas de estas familias muchas veces podan participar en las clases impartidas a sus hermanos. Estas chicas llevaron asociadas el ideal de la gelehrte Frauenzimmer (chica sabia), pero no debemos de olvidar que su puesta en prctica afect con seguridad a grupos sociales muy

restringidos. La influencia de este ideal en grupos sociales ms amplios es ms que dudosa. En el siglo XVIII existe una tendencia unitaria en Alemania de separar lo pblico y lo privado y la mujer fue claramente relegada al segundo mbito. A los escritos pedaggicos de la poca les une una idea central en lo que al gnero femenino se refiere: la esposa complaciente y servicial. Aunque ya no se negaba que la mujer debera adquirir un mnimo de educacin, el enfoque se puso en este momento en el contenido. La formacin de la mujer no era considerada un fin en s mismo, que podra ser la autorrealizacin, sino un medio para lograr un fin determinado: ser una complaciente y servicial esposa, centrada en su deber hacia el hombre y la familia. La mujer burguesa era la educadora de la futura generacin y en las veladas sociales, su gran cometido era mantener la conversacin, por lo que le fue exigido un cierto nivel de conocimiento general. La educacin de la mujer fue subordinada a estos fines y encaminada hacia la racionalidad prctica y el saber til para realizar sus deberes y obligaciones naturales. El siglo XIX ofrece un ideario algo ms heterogneo acerca de la formacin de la mujer. Aparecieron voces, femeninas y masculinas, que exigieron la mejora de la educacin femenina alegando que las facultades mentales de ambos eran iguales. Adems, se puede constatar un incipiente movimiento feminista que interceda a favor de los derechos de la mujer y de la mejora de su educacin. Sin embargo, tambin se mantena la argumentacin pedaggica del siglo XVIII que adems del aspectoPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 41

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cultural y social incluy explicaciones pseudocientficas basadas en el incipiente estudio de la psicologa y el estudio anatmico del cerebro. A principios de siglo segua dominando la imagen femenina retrgrada basada en el triple estereotipo, ama de casa, esposa y madre. La construccin del carcter del gnero polarizada que impregn la pedagoga atribua a la mujer cualidades tales como debilidad, castidad, conveniencia, entrega y pudor a las que la educacin femenina se subordin. La formacin de la mujer burguesa fue considerado algo necesario, pero destinada, como en el siglo anterior, a un nico fin: la preparacin de la mujer para su futura labor en la casa. A mitades del siglo empezaron aflorar propuestas emancipadoras, un ejemplo de aquello son los escritos de Theodor G. von Hippel, pero tambin tuvieron mucho xito argumentaciones antifemeninas que basndose en el estudio anatmico del cerebro alegaron que existen diferencias naturales entre hombres y mujeres en lo que facultades intelectuales se refiere. Un claro ejemplo es Paul Julius Mbius quin en su escrito Inferioridad mental de la mujer defiende la deficiencia e inferioridad intelectual de la mujer. Base de su argumentacin es que en la mujer estn menos desarrolladas ciertas porciones del cerebro de suma importancia para la vida mental y esta[s] diferencia[s] existe[n] desde el nacimiento. Esta tesis es de suma importancia, ya que al considerar que las diferencias entre sexo existen por naturaleza, cualquier tipo de educacin de la mujer se convierte en intil. Mbius consider adems que la mujer injusta por corazn, [se] re dentro de s misma de la ley y lo viola cuan42 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

do el miedo y adiestramiento lo permiten. A parte del ideario terico -bastante heterogneo- el siglo XIX es de suma importancia para el avance de la educacin femenina. La educacin primaria no slo fue recomendada, sino que se hizo un serio esfuerzo por parte del Estado para extenderla a toda la poblacin, tanto en territorio protestante como catlico. La disputa se centr entonces en la mejora de la educacin secundaria de la mujer, imprescindible para poder acceder finalmente a la universidad. Pero las exigencias de que la mujer pudiese acceder tanto a la educacin secundaria como a la universidad, no llegaron a hacerse realidad hasta finales del siglo XIX y principios del siglo XX. No obstante, a mitad del XIX, se permiti en unas pocas universidades que la mujer participara en las clases en calidad de oyente. A finales de siglo, se instituyeron por vez primera cursos privados de bachillerato y de preparacin para la universidad. El primer estado alemn que

finalmente permiti la admisin regular de la mujer en la universidad fue el Gran Ducado de Baden en 1900. En los siguientes aos siguieron la iniciativa tanto Sachse como Baviera y en 1908 Prusia, Hesse y Alsacia-Lorena permitieron la matriculacin de la mujer en las universidades. El derecho de admisin de la mujer en las universidades prusianas lleg de la mano de toda una iniciativa legislativa acerca de la educacin que adems reconoci oficialmente los institutos de educacin secundaria para chicas y dict que estos podan expedir certificados oficiales de bachillerato. En conclusin, podemos constatar que la educacin bsica de la mujer ya no fue discutida en el siglo XIX, relegando la disputa a la educacin superior. Cierto es que exista una pujanza activa y la exigencia firme de que la mujer pudiera acceder a la escuela secundaria y a la universidad. Pero tambin es cierto que durante buena parte del XIX se mantuvo una pedagoga conservadora en lo

que a educacin femenina se refiere. Por lo tanto podemos constatar cierta bipolaridad y heterogeneidad a nivel terico y prctico. El primer gran inciso lleg con la Repblica de Weimar, constituida despus de la Primera Guerra Mundial, en la que la mujer accedi a la igualdad formal y poltica. Por vez primera la mujer poda ocupar puestos de funcionaria pblica. La situacin y los derechos de la mujer aumentaron considerablemente y obtuvo libre acceso al mundo laboral, la educacin bsica y secundaria y tambin a las universidades. En 1920 fue concedido a la mujer el derecho a habilitarse, es decir convertirse en profesora de universidad. Sin embargo, a causa de la crisis econmica mundial del 1929 lleg un importante punto de inflexin. El resentimiento contra la mujer acadmica y trabajadora aument considerablemente. Se inici una campaa contra los Dos Sueldos al considerar que la mujer, en el difcil mercado laboral, robaba los puestos de trabajo al hombre por lo que se la hizo responsable del creciente paro dentro de la poblacin masculina. En consecuencia, aparecieron muchas voces que exigieron de nuevo restricciones para limitar su acceso a la universidad y al mundo laboral. Esta tendencia fue ampliamente explotada bajo del rgimen nacionalsocialista, pero el origen de esta argumentacin encontramos durante los ltimos aos de la Repblica de Weimar. Aunque a la mujer le fue concedido el derecho a la educacin bsica bajo el espritu nacionalsocialista y fue exigida su participacin activa en la Hitlerjugend (JuventudesPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 43

Hitlerianas), bajo la Alemania Nazi fueron disueltas todas las asociaciones femeninas y el ideal femenino que impregn toda la propaganda nacionalsocialista no era otro que el de la madre. El fin de la mujer alemana era procrear descendencia pura y hereditariamente sana. La mujer de nuevo fue activamente relegada al mbito de lo privado y la campaa contra los dos sueldos, el Doppelverdienertum (lo mismo-dos sueldos. Gente que gana dos sueldos), fue an ms acentuado. No obstante, las primeras restricciones acerca de la educacin no afectaron a la mujer alemana, sino a todos aquellos considerados impuros por el rgimen a los que en la Gesetz gegen die berfllung deutscher Schulen und Hochschulen (Ley contra la superpoblacin de las escuelas alemanas [escuelas primarias y superiores])de 1933 fue vetado el acceso a las universidades y escuelas alemanas. No obstante el mismo ao fue aadida una clusula a esta ley que limit el nmero de estudiantes femeninas al 10% sobre el total. Dentro de la propaganda antifeminista de la Alemania Nazi tambin estaba incluida que la mujer no debera acceder a puestos que implicases poder o responsabilidad. Durante la preparacin para la guerra, el rgimen forzosamente tena que cambiar su discurso, porque desde 1936 haba una continua necesidad de mano de obra y falta de experticia en todos los campos. Sobre todo despus del inicio de la Segunda Guerra Mundial el rgimen no se preocup por ideales y prohibiciones anteriores: la mujer tena que ocupar los puestos vacantes de sus maridos. Antes y despus de la guerra se inici una campaa activa no slo de integrar la mujer en el mundo laboral,44 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

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sino tambin en las universidades (tambin en reas de conocimientos tradicionalmente vetadas a la mujer) lo que explica el alto porcentaje de estudiantes femeninas durante la guerra. Despus de la guerra, como es bien conocido, el territorio alemn qued dividido. En la parte de la ocupacin sovitica se construy la Repblica Democrtica Alemana y en la zona ocupada por los Aliados, la Repblica Federal Alemana. A ambos territorios les une que la constitucin fij la libertad e igualdad poltica entre hombres y mujeres y que la mujer a partir de entonces tena de nuevo acceso libre a la educacin bsica, secundaria y superior y al mercado laboral. Aunque no debemos olvidar las diferencias entre ambos sistemas estatales debido a su distinta orientacin ideolgica de la que tambin se deducan diferencias en el tema educativo. En la RDA el monopolio de la educacin radicaba en el Estado. Se construyeron las caractersticas Einheitsschulen (escuelas

unificadas) para promover la democratizacin de la educacin bajo el espritu socialista y la igualdad de oportunidades. En la RFA el sistema educativo se instituy de forma altamente diversificada y esta forma organizativa se extendi despus de la Unificacin en 1989 a la antigua RDA. Aunque en ambos estados las mujeres formalmente han tenido las mismas oportunidades de acceder a estudios universitarios, solamente hay que consultar a las estadsticas para darse cuenta que entre igualdad formal y realidad universitaria existen grandes diferencias. As por ejemplo en los aos sesenta, la cuota de estudiantes femeninas en la RFA no super el 30 %. En comparacin con datos de otros pases que en aquel entonces formaron la Comunidad Econmica Europea, la RFA ofreci los peores datos de toda la asociacin. Dado que las desigualdades persistan, Alemania incluy en la Ley Orgnica de las Universidades en 1985 un explcito programa de profeso-

ras que incluy en su seno el discernimiento de delegados de mujer en cada universidad. Como hemos podido constatar mediante este breve recorrido por la historia de la educacin femenina, el camino a la igualdad entre hombres y mujeres a nivel educativo ha sido largo y difcil. Tambin, se ha visto que la educacin es base fundamental y condicin previa necesaria para que ambos sexos puedan optar de manera equitativa a puestos que llevan implcito responsabilidad y poder. Pero, ante todos estos datos positivos, no nos dejamos engaar: aunque se ha superado la fase de exclusin institucionalizada de la mujer de la educacin, hoy da siguen persistiendo mecanismos de exclusin sutiles que vetan su acceso a puestos directivos, tanto dentro del sistema educativo como fuera del mismo. No es de extraar entonces que las mujeres catedrticas no superan el 15% en Alemania. Aunque en el artculo tres de la Ley Orgnica de las Universidades consta que las universidades fomentan la consecucin real de la igualdad de derechos de mujeres y hombres y surten efecto en la eliminacin de desventajas existentes siguen mantenindose las desigualdades basados en mecanismos implcitos de discriminacin de tipos jerrquico o territorial.Bibliografa: Brokmann-Nooren, Christiane: Weibliche Bildung im 18. Jahrhundert : gelehrtes Frauenzimmer und gefllige Gattin. Oldenburg: 1999. Erdmann Fischer, Thomas: Die Anfnge des Frauenstudiums um 1900 en Koch, Julia K. y Mertens, Eva-Maria (editores): Eine Dame zwischen 500 Herren. Johanna Mestorf-Werk und Wirkung. Berlin: Waxmann, 2002. Helwig, Gisela: Auf dem Weg zur Gleichberechtigung. Informationen zur politischen Bildung (Bonn). Editado por la Bundeszentrale fr politische Bildung. 1997; 254. Neubauer, Sonja: Studentinnen im Nationalsozialismus an der Universitt Tbingen.PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 45

PERIPLO Jenny castellanos 46 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

Las lenguas del poderPor Vctor Bermdez Siempre la lengua fue compaera del imperio y despus juntamente fue la cada de entrambos. -Antonio de Nebrija

a lengua es un mecanismo de poder. El organizacin social posible para los griegos. poder tiene diversas manifestaciones, La colonizacin griega difiere mucho algunas ms visibles que otras, y del imperialismo cartagins y romano, de su entre las sutiles, la lengua es una de las ms afn de conquistar tierras, pues su carcter es tiles. Vehculo de cultura, factor de unidad o plataforma literaria, la lengua es un recurso del poder para perpetuarse y es adems condicin sine qua non de todo proyecto poltico que pretenda el protagonismo de un tiempo histrico. Veamos aqu algunas trayectorias. predominantemente agrario. Entre los siglos VIII y VI a.C. los griegos dejan sus poleis para establecer un hogar fuera de su territorio. Pero este acto de emigracin colectiva no es un proyecto poltico, no crea nuevas poleis a imagen y semejanza de la metrpolis y es autrquica e independiente. La fundacin de esta apokia colonia- tiene un trasfondo econmico y viene justificada por la escasez de tierras y el aumento demogrfico de la pennsula helnica. En esta nueva apoikia, el lder y fundador oikistes- era una autoridad polticoreligiosa que tena la capacidad de dictar sus leyes y encarnaba la figura de intermediario entre la apoikia, la metrpolis y la divinidad. Quizs es fruto de esta expansin cultural que el mundo panhelnico cuya aspiracin era formar un Estado heleno- presente una enorme heterogeneidad. Son sociedades divididas en diversos estados, con distintas leyes, variaciones lingsticas y sobre todo, diversos gneros literarios. Y sin embargo, toda esta pluralidad confluye en un arte compartido, un concepto dePERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 47

L

, idioma,-propiedad privada-

El primer escenario que observaremos lo protagoniza la lengua griega. La Grecia antigua dejar impronta de su forma de vida en todo el territorio ocupado en sus distintas campaas de expansin colonial; as, llegarn a las costas jnicas de Asia Menor, a las islas del mar Egeo, a la pennsula de los Balcanes y a la Italia meridional. Ah donde llegan, los griegos estimulan el establecimiento de un asentamiento urbano semejante al de la Grecia continental europea: la polis. La polis griega comprende una ciudad que es vista como una entidad poltica capaz de autogobernarse y nido de la mxima forma de

nacin y una nocin de conjunto diferenciado. Comparten ritos, dioses y una lengua que, pese a su diversidad, les da la sensacin de conjunto. Atenas, Esparta, Tebas y Macedonia protagonizan, en momentos distintos, una lucha imperial por la hegemona helnica que viene a materializar el imperio de la lengua griega, sostenido sobre la base de un arte y una literatura. Es aqu donde se ve el podero de la lengua, que se erige como la verdadera patria panhelnica, al ser el vehculo de cohesin de la literatura griega. Primero Homero y Hesodo, luego Safo, Pndaro y Esquilo y despus Sfocles, Eurpides y Aristfanes, son ejemplos de la pluralidad y sincretismo de la literatura griega, manifestacin irrefutable del podero que alcanz su lengua.

un idioma pierde su cohesin lingstica. El latn se mantuvo con firmeza como la lengua del imperio, del poder, aquella que tenas que hablar para pertenecer a la sociedad legtima, a la cultura dominante y estar in. En latn se escribe la ms influyente literatura, historia, poesa, comedia, tragedia, tratados, etc. y difunde una ideologa y una cosmovisin del mundo. El latn es entonces el punto de referencia no slo de la cultura romana, sino ms propiamente del modelo poltico romano, primero monarqua, luego repblica y despus imperio, el gran paradigma poltico perseguido por la Espaa imperialista. La cada del imperio inaugura la prolongada cada del latn como la lengua dominante demostrando

Urbi et orbiLa ligereza del modelo griego se polariza con la firmeza del romano. En Roma, donde la nocin de ciudadano se consolida, se cuartan las fronteras ms radicales del territorio. Ah la geografa cobra peso y los mapas dividen un espacio civilizado de uno brbaro, desconocido y susceptible de colonizar. En Roma la Repblica es sucedida por un Imperio que constituye todo un proyecto poltico que vendr a justificar la imposicin de una cultura de referencia; la nueva frontera invisible y a la vez definitoria es el latn. El latn, como toda lengua, vara en funcin del hablante; culto o inculto, costero o montas, urbano o provincial. En la medida en la que se acrecienta el espacio de48 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

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que no hay imperio que se sujete sin lengua, ser temido desde California hasta Filipinas. y no hay lengua que se sustente sin poder. Pero el proyecto imperialista espaol no es slo una tentativa poltica-religiosa Ancha es Castilla de superposicin, sino que trae consigo la La entrada en la Modernidad es una expansin de una lengua hasta entonces algaraba de sorpresas excitantes; la cada desprestigiada. El testimonio lo deja escrito de Constantinopla, la consolidacin de la Nebrija en el prlogo a su Gramtica castellana Reconquista, el descubrimiento de Amrica y dirigido a la reina Isabel, en 1492 escribe: la invencin de la imprenta dan a Europa la Cuando bien comigo pienso sensacin de bombardeo de innovaciones: se mui esclarecida Reina: y pongo est pasando una pgina. Es aqu donde se abre delante los ojos el antigedad de la bisagra al esplendor de la lengua espaola: todas las cosas: que para nuestra heredera de la nostalgia imperialista de Roma, recordacin e memoria quedaron la Espaa del siglo XVI y XVII buscar escriptas: una cosa hallo y saco por consolidarse como la cultura predominante conclusin mui cierta: que siempre la de occidente y, en cosa de un siglo, llega a lengua fue compaera del imperio: y de tal manera lo sigui: que junta mente comenaron. crecieron. y florecieron. y despus junta fue la cada de entrambos. (Nebrija: 1: 1931) Se refleja aqu la ntima relacin de la lengua y el poder, complicidad en la que se esclarece que ninguna pretensin imperial se consolida sin la ayuda de todo un proyecto sociolingstico detrs. En la Espaa renacentista se asimila paulatinamente el arquetipo del prncipe de armas y de letras y esto remarca que el poder tiene como uno de sus atributos fundamentales, la lengua. Y la lengua es una egosta frmula cultural que no reconoce intercambio; si alguien se enfrenta a un idioma que no comprende reacciona como lo hara si recibiera una moneda que desconoce. La traduccin no tiene rincn en el imperio. El punto de referencia lingstico es el habla de la corte, en donde se expresa la ms pura y excelente forma de la lengua. Las cortesPERIPLO JUNIO 2010 Vol. III 49

son ahora la institucin que ejerce de modelo -como harn despus las academias- como nidos de cultura. En la corte se unifica el seno del poder y el seno de la expresin oral acompaada de una literatura pensada para este pblico de la que Jorge Manrique es un representante. El trono de la Modernidad se lo llev Espaa por ser consciente de que se asista a un autntico renacer de un nuevo poder. Esto dio la justificacin al discurso nacional que explica la unin de Castilla y Aragn, como requisito necesario para remontar a Espaa en Europa: es un relanzamiento del poder. Y toda esta preocupacin por la lengua, por las gramticas, por el bien hablar denota su importancia como vehculo cultural y est en la base de una nueva literatura. El poder, agarrado a una lengua, propicia una reinvencin literaria. As como en Grecia y en Roma, en Espaa surgir una explosin de autores magnficos que crean complicidad no siempre emptica- y comparten el esplendor de su lengua y su cultura en el mundo. Algunos integrantes del equipo de oro son Garcilaso, Cervantes, Fray Luis, Gngora, Quevedo, Lope, Tirso, Caldern, y en sus vertientes renacentismo y barroco, legitiman una lengua, una cultura y su poder.

En fr anais, sil vous plat Despus de los dos siglos de gloria espaola llegan los dos siglos de gloria gala. Aunque la Francia del siglo XVIII era predominantemente analfabeta, el francs se las ingenia para erigirse como la nueva lengua de referencia. La responsable de esto fue la Revolucin Francesa y toda su poltica de unidad lingstica puesta en marcha como50 PERIPLO JUNIO 2010 Vol. III

medio para la difusin de su ideologa en todos los rincones del pas. En el caso francs, mejor que en ningn otro, se ve el carcter de la lengua como vehculo de las ideas que reformaron las nociones de democracia y nacin. Su imposicin como idioma oficial viene justificada por la revolucin como factor de unificacin, centralismo e igualdad en todo el territorio, frente a las regiones con diversidad lingstica que representan una amenaza para el proyecto revolucionario. En honor a la igualdad la revolucin se carga toda la diversidad lingstica del pas obligando, a travs de la educacin institucional, a abandonar las lenguas brbaras y antirrevolucionarias en un afn centralista que caracteriza a Francia, y se autoproclama como la nouvelle langue de la diplomatie, la philosophie et la littrature. La revolucin domina a travs de la lengua. Los ejemplos paradigmticos de esto comienzan quizs con Montesquieu y Lesprit des lois, donde se ensaya una primera sistematizacin de las leyes. Tambin es un ejemplo la irona de Voltaire inmortalizada en Candide, que se convierte en una referencia de revitalizacin literaria. Poco despus, Diderot hace un primer intento de sistematizacin del saber en su Enciclopedie, que viene a ser un ejemplo de cmo la razn ilustrada busca categorizar el conocimiento, hacerlo accesible. Muestra de este espritu ilustrado es tambin Le Contrat Social de Rousseau que consolida toda una renovacin del Derecho y una revisin de distintos modelos del poder que pasa por la democracia y la monarqua. Rousseau viene a dotar de un vocabulario jurdico a los nuevos modelos polticos que intenta la Modernidad, pues no

olvidemos que el esquizofrnico siglo XIX lo ensaya todo, monarqua, repblica e imperio, dndose aqu una revitalizacin literaria, filosfica y poltica que abandera la lengua. En definitiva, detrs del proyecto poltico de la revolucin hay todo un discurso socio-lingstico que defiende la consolidacin del francs, cuyo bon usage se da en Versalles y que ser la nueva referencia, frente a un espaol ya derrotado y un italiano an catlico. Aterrizamos as en la Segunda Guerra Mundial.

alternativas de entretenimiento ms extendidas.

La Segunda Guerra Mundial inaugura tambin una nueva visin del ingls como sinnimo del capitalismo, paradigma poltico que logr vencer al comunismo en casi todo el mundo cuando el hielo de la Guerra Fra se derrite. As, ingls, ciencia y capitalismo se unirn para constituir la nueva armadura de poder de la posmodernidad. Armadura que siempre pensamos irrompible. A diez aos de siglo XXI, occidente empieza a mirar a las tierras orientales en donde China Do you speak English? No escapa a la evidencia que el poder comienza a hacer temblar al alfabeto latino. tiende a reproducirse. Lo que es ms engaoso y difcil de predecir es en qu direccin. El triunfo de 1945 tiene una amplitud que rebasa la poltica y traslada la cultura paradigmtica de un continente a otro: Nueva York desplaza a Pars. El arte cambia de sede, junto con la Bibliografa moda, la ciencia, la arquitectura: el ingls se Citron, S. Lhistoire de France autrement. Pars: Les institucionaliza como la lengua de la tecnologa ditions Ouvrires, D.l., 1992. Cantera Ortiz de Ubina, Jess. Lengua e imperio y por extensin, del futuro. A esto se aade el en