13 de noviembre de 202036

AL CIERRE

La intensidad de las lluvias, así como su dispersión, mantuvieron en vilo al país, el cual minimizó los daños y escapó una vez más de la furia de esta huracanada temporada

Por PASTOR BATISTA VALDÉS PASTOR BATISTA VALDÉS y TONI PRADAS TONI PRADAS

Un ciclón Un ciclón con nasobucocon nasobuco

TORMENTA TROPICAL ETA

L LUVIA, mucha lluvia, es el saldo positivo en unos ca-sos –y en otros no tanto–,

del acecho y el paso por Cuba de la tormenta tropical Eta, el 12º fenómeno meteorológico de la irascible temporada.

De hecho, al cierre de esta edición, cuando la tormenta de excéntrica trayectoria tenía su núcleo remontado en el Golfo de México y la fase de alerta se mantenía apenas activa para Pinar del Río, Artemisa y La Habana, las regiones villareña y espirituana eran azotadas por bandas asociadas al meteoro que crearon una compleja situación hidrometeorológica, por lo que se decidió establecer la fase de alarma a ambos territorios por diluvios de película.

Vaya forma de saber que aún quiere llover sobre mojado, dirían el poeta y hasta las autoridades

de la Defensa Civil, quienes ya temían que el mayor peligro de Eta pudiera ser precisamen-te ese: que las aguas cayeran en suelos ya anegados pre-viamente por tantos días de lluvia y que muchos embalses estuvieran repletos.

De tal infortunio, el peligro de crecidas –aumentado por el imposibilitado drenaje del sue-lo saturado, desbordamiento de ríos e inundaciones costeras provocadas por los vientos– hizo que la tarea de salvaguardar vi-das y recursos tuviera una ma-yor urgencia, aun cuando en la madrugada del 8 de noviembre el organismo ciclónico no iba a tocar el país con la misma mala saña y letalidad que poco antes había mostrado como huracán en Centroamérica.

“Ni confi arse, ni desmontar las medidas”, había pedido el presidente de la República, Mi-guel Díaz-Canel Bermúdez, al encabezar ese día una reunión del Órgano Económico-Social del Consejo de Defensa Nacio-nal, a fi n de evaluar los daños preliminares ocasionados por la tormenta tropical tras pe-netrar la Isla por el límite entre las provincias de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila.

Y así se mantuvo el escudo contra el ciclón, ese que retó a BOHEMIA para ver cuál de los dos cerraría primero su plazo.

En alerta por lo más preciado: la vida

Preservar, por encima de todo, la vida de las personas volvió a afi anzarse como propósito de máxima prioridad para los Con-sejos de Defensa Provinciales (CDP) en Ciego de Ávila, Sancti

Eta tocó a Cuba por la región central a las 5:41 a.m. del 8 de noviembre.

Los Consejos de Defensa Nacional y Provinciales adoptaron rápidamente las medidas para proteger a la población y los recursos, así como para desarrollar una rápida resiliencia.

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PASTOR BATISTA VALDÉS

Año 112/No. 23 37

El empuje de las aguas socavó unos 100 metros bajo la vía central de los ferrocarriles en el kilómetro 408-515, justo en el poblado de Guayacanes, provincia de Ciego de Ávila.

El litoral capitalino no sufrió las inundaciones pronosticadas en sus zonas bajas. Aun así, hasta el último momento Aguas de La Habana trabajó en el saneamiento de los drenajes pluviales.

Spíritus y Villa Clara, a medida que aumentaban las probabili-dades reales de que Eta se con-virtiera en tormenta tropical y concentrara su mayor inciden-cia en esos territorios, declara-dos en fase de alerta ciclónica desde la tarde del viernes 6, junto a Matanzas, Cienfuegos y el municipio especial de Isla de la Juventud.

En correspondencia, comen-zó la intensa actividad para, de acuerdo con lo previsto en situaciones así, asegurar la rápida evacuación de quienes residen en áreas propensas a inundaciones por las intensas lluvias, garantizar vitalidad en centros destinados a la produc-ción de alimentos y el abasto de agua potable a la población, servicio eléctrico y transporte para responder a emergen-cias, así como mantenimiento de las comunicaciones, entre otras tareas.

“Lo primero, sin embargo, es y seguirá siendo la protec-ción de la población, porque todo lo demás se puede recu-perar, pero la vida no, cuando se pierde”, recalcó en Ciego de Ávila, Carlos Luis Garrido Pérez, presidente del CDP, sin restarle importancia a la preservación de importantes recursos y bienes materiales, incluido el traslado de rebaños ganaderos y otros animales hacia lugares más seguros.

Entre tanto, se crearon condiciones para evacuar a pobladores de zonas de riesgo cercanas a la presa Zaza, en Sancti Spíritus, frente al peli-gro que aguas abajo sentarían las precipitaciones.

En territorios como el de Ciego de Ávila, el panorama era complicado. Como resul-tado de recientes aguaceros, casi todos sus embalses esta-ban a plena capacidad, varios vertiendo, los suelos saturados de humedad y el manto freático ya sin condiciones de asimilar grandes volúmenes de líquido.

Las precipitaciones de octu-bre habían superado la media histórica en los 10 municipios avileños; en solo seis jornadas noviembre había rebasado también el promedio corres-pondiente a todo el mes.

Tal como pronosticaron los científicos, al paso de la tor-menta los acumulados para 24 horas sobrepasaron los 200 milímetros en varios lugares del centro y hasta el oriente del país, por lo que Eta se ganó el odio de los aficionados del béisbol al ver interrumpido en Santiago de Cuba el esperado Juego de las Estrellas.

Sin embargo, no hubo que llo-rar la pérdida de seres queridos. Como mecanismo aceitado, de un tiro se logró proteger a alre-dedor de 74 000 personas, unas 8 000 en centros de evacuación.

Tampoco fue significativo el daño a las viviendas y otros inmuebles, como ha sido una constante en los anteriores eventos meteorológicos. Más afectado resultó el servicio eléctrico, en gran medida por circuitos que se dispararon a causa del mal tiempo.

Diversos impactos soporta-ron los cultivos agrícolas, par-ticularmente el arroz y el plá-tano, por ello los campesinos, raudos, tuvieron que enfangar sus botas de media caña para recuperar la mayor cantidad posible de sus cosechas.

Este meteoro, que lleva por nombre el de la séptima letra del alfabeto griego (¡la temporada ciclónica ya gastó el alfabeto latino y ha tenido que echarle mano al helénico!), promete no ser olvidado únicamente por una cosa: su paso ocurrió por regio-nes que en la actualidad tienen la mayor incidencia de casos de la covid-19.

Este peligro adicional, im-perceptible en los espectacula-res y pormenorizados modelos de predicción que estrenaron los institutos de Meteorología y de Física de la Atmósfera, hizo que Eta entrara de puntillas en la historia como un ciclón con nasobuco.

PASTOR BATISTA VALDÉSYASSET LLERENA ALFONSO