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V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 126 V. CONSUMIDORES: UTILIDAD CUASILINEAL, EL CONSUMIDOR REPRESENTATIVO, METODOLOGÍA Y APLICACIONES 1 1. Utilidad cuasilineal Preferencias homotéticas Una relación de preferencia homotética tiene curvas de indiferencia cuya pendiente se mantiene constante a lo largo de un rayo que pasa por el origen de coordenadas. Con esta forma, basta conocer una sola curva de indiferencia para conocerlas a todas (ya que las demás son expansiones o contracciones radiales de las demás). Una relación de preferencia homotética tiene la propiedad de que para dos canastas x 1 ~x 2 implica que, α>0, αx 1 ~αx 2 . Una relación de preferencia es homotética si (y sólo en ese caso) puede ser representada por una función de utilidad homogénea de primer grado. Preferencias cuasilineales Ésta es una especificación muy utilizada en economía. Sea un conjunto de bienes x 0 , x 1 , ..., x n . Supóngase que la función de utilidad tiene la forma siguiente: u(x 0 ,x 1 , ..., x n ) = x 0 + ζ (x 1 ,x 2 ,...,x n ) Todas las curvas de indiferencia resultan de esta manera de desplazamientos paralelos entre sí, a lo largo del eje del bien 0. De esta manera, la pendiente de las curvas no cambia cuando hay un bien numerario (el bien 0). Si se computa la TMS entre cualquier bien i y el bien 0 se tiene: TMS x0,xi = (u/x i )/(u/x 0 ) = (∂ζ/x i )/1 = −∂ζ/x i Normalizando los precios de manera que p 0 =1 en el problema de maximización de la utilidad: L= u(x 0 ,x 1 , ..., x n ) – λ(x 0 + i=1 n p i x i – m) Las condiciones de primer orden son: L/x 0 = 1 – λ= 0 L/x i = ∂ζ/x i −λp i = 0 (i=1, 2, ...,n). De la primera condición surge que λ=1. Luego las restantes condiciones implican: ζ/x i = p i (i=1, ..., n) ecuaciones que implican que la utilidad marginal de cada bien es igual a su precio. Ello permite resolver estas n ecuaciones para las n cantidades demandadas como funciones de los n precios. 1 V. Varian, H.R. Microeconomic Analysis; McKenzie, G.W. and I. F. Pearce, Welfare Measurement – A Synthesis”, The American Economic Review 72 (4) (Sep., 1982); Vartia, Y. “Efficient Methods of Measuring Welfare Change and Compensated Income in terms of Ordinary Demand Functions”, Econometrica 51 (1983); Gorman, W.M. “Community Preference Fields”, Econometrica 21 (1953); Yu, W., Hertel, Th., Preckel, P. and Eales, J. “Projecting World Food Demand Using Alternative Demand Systems”, World Bank Economic Review, 18(2), 2004; Lawrence Boland, “On the futility of criticizing the neoclassical maximization hypothesis”, American Economic Review, 71, 1981, 1031-6 [Reimpreso en B. Caldwell (ed.) Appraisal and Criticism in Economics: A Book of Readings, Allen & Unwin, 1984, 246-51 y en L. Filippini e A. Salanti (eds), Razionalità, impresa e informazione, Giappichelli, Torino, 1993]; Lucio G. Reca y Ernesto Gaba, “Poder adquisitivo, veda y sustitutos: un reexamen de la demanda interna de carne vacuna en la Argentina, 1950- 1972”, Desarrollo Económico 50, vol. 13, julio-sept 1973. Reproducido en J. C. de Pablo y F. V. Tow (eds.), Lecturas de Microeconomía por Economistas Argentinos, El Coloquio, Buenos Aires, 1975; Rimmer, M.T. and Powell, A.A., 1996, “An Implicitly, Directly Additive Demand System”, Applied Economics, 28; Wikipedia.

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V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 126

V. CONSUMIDORES: UTILIDAD CUASILINEAL, EL CONSUMIDOR REPRESENTATIVO, METODOLOGÍA Y APLICACIONES1 1. Utilidad cuasilineal Preferencias homotéticas Una relación de preferencia homotética tiene curvas de indiferencia cuya pendiente se mantiene constante a lo largo de un rayo que pasa por el origen de coordenadas. Con esta forma, basta conocer una sola curva de indiferencia para conocerlas a todas (ya que las demás son expansiones o contracciones radiales de las demás). Una relación de preferencia homotética tiene la propiedad de que para dos canastas x1~x2 implica que, ∀α>0, αx1~αx2. Una relación de preferencia ≾ es homotética si (y sólo en ese caso) puede ser representada por una función de utilidad homogénea de primer grado. Preferencias cuasilineales Ésta es una especificación muy utilizada en economía. Sea un conjunto de bienes x0, x1, ..., xn. Supóngase que la función de utilidad tiene la forma siguiente: u(x0,x1, ..., xn) = x0 + ζ (x1,x2,...,xn) Todas las curvas de indiferencia resultan de esta manera de desplazamientos paralelos entre sí, a lo largo del eje del bien 0. De esta manera, la pendiente de las curvas no cambia cuando hay un bien numerario (el bien 0). Si se computa la TMS entre cualquier bien i y el bien 0 se tiene: TMSx0,xi = − (∂u/∂xi)/(∂u/∂x0) = −(∂ζ/∂xi)/1 = −∂ζ/∂xi Normalizando los precios de manera que p0=1 en el problema de maximización de la utilidad: L= u(x0,x1, ..., xn) – λ(x0+ ∑i=1

n pixi – m) Las condiciones de primer orden son: ∂L/∂x0= 1 – λ= 0 ∂L/∂xi= ∂ζ/∂xi −λpi = 0 (i=1, 2, ...,n). De la primera condición surge que λ=1. Luego las restantes condiciones implican: ∂ζ/∂xi = pi (i=1, ..., n) ecuaciones que implican que la utilidad marginal de cada bien es igual a su precio. Ello permite resolver estas n ecuaciones para las n cantidades demandadas como funciones de los n precios.

1 V. Varian, H.R. Microeconomic Analysis; McKenzie, G.W. and I. F. Pearce, “Welfare Measurement – A Synthesis”, The American Economic Review 72 (4) (Sep., 1982); Vartia, Y. “Efficient Methods of Measuring Welfare Change and Compensated Income in terms of Ordinary Demand Functions”, Econometrica 51 (1983); Gorman, W.M. “Community Preference Fields”, Econometrica 21 (1953); Yu, W., Hertel, Th., Preckel, P. and Eales, J. “Projecting World Food Demand Using Alternative Demand Systems”, World Bank Economic Review, 18(2), 2004; Lawrence Boland, “On the futility of criticizing the neoclassical maximization hypothesis”, American Economic Review, 71, 1981, 1031-6 [Reimpreso en B. Caldwell (ed.) Appraisal and Criticism in Economics: A Book of Readings, Allen & Unwin, 1984, 246-51 y en L. Filippini e A. Salanti (eds), Razionalità, impresa e informazione, Giappichelli, Torino, 1993]; Lucio G. Reca y Ernesto Gaba, “Poder adquisitivo, veda y sustitutos: un reexamen de la demanda interna de carne vacuna en la Argentina, 1950-1972”, Desarrollo Económico 50, vol. 13, julio-sept 1973. Reproducido en J. C. de Pablo y F. V. Tow (eds.), Lecturas de Microeconomía por Economistas Argentinos, El Coloquio, Buenos Aires, 1975; Rimmer, M.T. and Powell, A.A., 1996, “An Implicitly, Directly Additive Demand System”, Applied Economics, 28; Wikipedia.

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¿Consecuencia? La función de demanda del bien i no depende del ingreso del consumidor siempre que todas las cantidades resulten positivas2. La función de utilidad indirecta con preferencias cuasilineales tiene la forma siguiente: v(m,p)= m – θ(p)= m +φ(p) La identidad de Roy implica que la función de demanda del bien i-ésimo viene dada por: xi(m,p) = −(∂v(m,p)/∂pi)/(∂v(m,p)/∂m) = −∂φ(p)/∂pi. Aproximación de la CV para cambios pequeños de los precios En esta situación, la función de demanda Hicksiana del bien i-ésimo en el nivel inicial de utilidad es: hi(pi,p-I

’, v(pi0,p-I

’))=hi(pi,p-I’,v0) = hi(p,v0)

La CV se obtiene integrando esta expresión desde el nivel inicial de pi hasta el siguiente. Tomemos una aproximación en serie de Taylor hasta el primer orden del vector de demanda Hicksiana hap(p,v(m,p0)): hap(p,v(m,p0)) = h(p0,v(m,p0))+∇ph(p0,v(m,p0)) (p – p0) = h(v0,p0) +∇ph(m0,p0) (p – p0). Integrando desde el nivel inicial de pi al siguiente obtenemos: pi

0

Harold Hotelling (1895-1973)

∫ hapi (v0,pi,p-I

’) dpi pi

1 Si el cambio de precios es pequeño la aproximación lineal a la demanda Hicksiana – que tiene la misma pendiente que la curva compensada de demanda en la combinación inicial de precios – puede facilitar una mejor aproximación a CV que el excedente del consumidor utilizando la curva de demanda ordinaria Marshalliana. La relación entre las pendientes de las curvas Marshalliana e Hicksiana, para bienes normales, cumple con la propiedad: │∂hi(u,p)/∂pi│<│∂xi(m,p)/∂pi│ Constancia de la utilidad marginal del ingreso A. Marshall, que popularizó al excedente del consumidor, estipuló que para tener validez la utilidad marginal del ingreso debe mantenerse constante. Harold Hotelling

2 Supóngase que la función de utilidad es u(x1)+x0 donde el bien 0 juega el rol de numerario. La restricción de presupuesto es p1x1+x0=m. Como las cantidades negativas no tienen sentido económico, x0≥0. Ahora se obtienen dos clases de solución, según se tenga x0>0 o x0=0. En el primer caso ocurre la solución descripta en el texto (la demanda de 1 solamente depende de su precio p1 y es independiente del ingreso). En el segundo caso, la utilidad indirecta estará dada por u(m/p1). Sugerencia: hacer un gráfico ilustrativo.

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sostuvo empero que “el excedente del consumidor constituye una medida válida del valor social. Esto ya no es cierto si las variaciones en consideración constituyen una parte importante de la economía total de una persona.” John R. Hicks hizo una advertencia en igual sentido: “Para que la medida Marshalliana de excedente del consumidor sea buena, necesitamos que el efecto ingreso sea pequeño.” Empero, en épocas algo más recientes, Paul Samuelson concluyó que el excedente del consumidor es peor que nada (porque confunde). I.M. Little estuvo de acuerdo, y lo denominó “un juguete teórico”. Sin embargo, teóricos y analistas han continuado con el uso de este instrumento. McKenzie y Pearce criticaron el uso de las aproximaciones de Willig y propusieron el cálculo directo de la métrica monetaria o su aproximación en serie de Taylor. Finalmente, cabe mencionar el enfoque de Vartia que mediante la resolución de una ecuación diferencial computa los cambios de precio que permiten al consumidor permanecer en la misma curva de indiferencia. 2. Agregación La medición del bienestar es valiosa para los tomadores de decisión si permite agregar los bienestares individuales. Aún si uno ignora la cuestión de las ponderaciones de bienestar surgen serios problemas en esta área. Si bien la agregación a nivel de productores no plantea problemas, las condiciones para que un sistema agregado de demanda (que dependa de los precios y del ingreso agregado) sea consistente con los sistemas individuales de demanda generados por la maximización de la utilidad son fuertemente restrictivas, como fue planteado por Gorman. Se sabe que para la agregación lineal la función de utilidad indirecta del consumidor i-ésimo viene dada por la siguiente expresión, llamada forma polar de Gorman: v(p,mi) = ai(p)+b(p)mi donde los términos ai(p) pueden diferir entre los consumidores, pero el término b(p) es idéntico para todos. Por la identidad de Roy, la función de demanda del bien j por el consumidor i tendrá la forma siguiente: (*) xi

j(p,mi) = αij(p) + βj(p)mi.

En esta expresión, αi

j(p) = −(∂ai(p)/∂pj)/b(p) βj(p) = −(∂b(p)/∂pj)/b(p). La propensión marginal a consumir el bien j, ∂xi

j(p,mi)/∂mi es independiente del nivel de ingreso de cada consumidor y también constante entre los mismos, ya que b(p) es la misma para todos. La demanda agregada del bien j toma entonces la forma siguiente: Xj(p,m1, ..., mI) = −[∑i=1

I(∂ai/∂pj)/b(p) + (∂b(p)/∂pj)/b(p)) ∑i=1I mi].

Teorema Estas funciones de demanda pueden ser generadas por un consumidor representativo, cuya función de utilidad indirecta sea V(p,M) = ∑I=1

Iai(p) + b(p)M = A(p) + B(p)M M =∑I=1

Imi. Dem.) Aplicando a esta función la identidad de Roy, se obtiene la función de demanda (*). Podemos demostrar que de hecho, la forma de Gorman es la forma más general que puede adoptar la función de utilidad indirecta para permitir la agregación de las funciones de demanda en

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el sentido del modelo del consumidor representativo. Por lo tanto, la forma de Gorman no sólo es suficiente para que exista un consumidor representativo, sino también es necesaria. A guisa de demostración en un modelo con sólo dos consumidores, supóngase que la demanda agregada de j puede ser escrita como Xj(p,m1+m2) = x1

j(p,m1) + x2j(p,m2)

Diferenciando en primer término con respecto a m1 y en segundo término con respecto a m2 se tienen las identidades siguientes: ∂Xj(p,M)/∂M ≡∂x1

j(p,m1)/∂m1≡∂x2j(p,m2)/∂m2.

Por consiguiente, la propensión marginal a consumir el bien j debe ser la misma para ambos consumidores. Diferenciando una vez más con respecto a m1, como M=m1+m2: ∂2Xj(p,M)/∂M2≡∂2x1

j(p,m1)/∂m12≡0.

Luego, la función de demanda de 1 por el bien j – y por consiguiente también la de 2 – es afín en el ingreso. Por consiguiente, su forma es del tipo xi

j(p,mi) = αij(p)+βj(p)mi. Como esta afirmación es

válida para todos los bienes, la función de utilidad indirecta de cada consumidor debe adoptar la forma de Gorman. (QED) Casos especiales de funciones de utilidad con la forma de Gorman son:

a) Las funciones de utilidad homotéticas. La forma de Gorman resulta en este caso igual a v(p,m) = v(p)m.

b) Las funciones de utilidad cuasilineales. En tales casos, v(p,m)=v(p)+m. 3. Uso de sistemas de funciones de demanda en la proyección Vamos ahora a hacer algunas aplicaciones, para lo cual utilizaremos un artículo publicado en la revista del Banco Mundial y que ustedes encontrarán en el website www.ebour.com.ar. Nos servirá también para analizar distintos sistemas de ecuaciones de demanda y para ver su aplicación dentro de un modelo de Equilibrio General Computado. Analizaremos la proyección de la demanda de alimentos, que no es una tarea sencilla porque no se trata de un bien agregado y simple, sino que su composición ha cambiado en forma dramática en los últimos veinte años como consecuencia de las alteraciones de los niveles de ingreso. Cuando el ingreso per capita es bajo, los consumidores tienden a dejar de lado el consumo de cereales y a volcarse a los productos ganaderos y de la lechería; mientras que para niveles de ingreso elevado los consumidores buscan una mayor variedad y reducen los requerimientos de preparación de alimentos. Una evidencia de ello es que entre 1980 y 1995, a pesar de que el comercio de alimentos creció mundialmente a una tasa anual de 5.3%, los cambios a nivel desagregado fueron mucho más variables. En cuatro grandes categorías de alimentos – alimentos a granel, ganadería, horticultura y otros alimentos procesados, las tasas anuales fueron del 2.1%, 6.9%, 6.6% y 8.3% respectivamente. Algunos predicen que estos cambios continuarán y se acentuarán. Cualquier investigador que desee analizar políticas comerciales, de producción o de consumo de bienes agrícolas, así como aquellos interesados en hurgar acerca del impacto ecológico potencial de la actividad agropecuaria, debe aplicar sus instrumentos a efectos de captar con suficiente anticipación estos cambios.

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La posibilidad de predecir mediante un modelo empírico los cambios futuros del consumo de alimentos depende parcialmente de la forma funcional empleada, en particular de la flexibilidad de Engel del sistema de demanda asociado. La flexibilidad de Engel está asociada con el concepto siguiente: una curva de Engel muestra cómo cambia la cantidad demandada de un bien o un servicio a medida que cambian el ingreso del consumidor. (Ernst Engel fue un economista estadístico del siglo 19.) Gráficamente, una curva de Engel se representa en el 1º cuadrante del sistema de coordenadas cartesiano. En el gráfico adjunto, el ingreso se representa en el eje de las Y y la cantidad demandada por un bien o servicio (camisas en nuestro caso) está representada en el eje de las X. Para bienes normales, la curva de Engel tiene una pendiente positiva (es decir, que a aumentos de ingreso corresponden cantidades demandadas incrementadas). Para un bien inferior, la curva de Engel tiene una pendiente negativa, lo que implica que, a medida que dispone de mayor ingreso, el consumidor dejará de comprar bienes inferiores porque es capaz de adquirir mejores bienes. Para los bienes cuya demanda Marshalliana fue generada por una función de utilidad con la forma polar de Gorman, la curva de Engel tendrá una pendiente constante.

Ingreso y número de Camisas

¿Son admisibles cambios de la participación marginal del gasto con el ingreso? Los bienes que inicialmente son artículos de lujo, ¿pueden transformarse en artículos de primera necesidad con el crecimiento del ingreso? Desafortunadamente, virtualmente todos los sistemas de equilibrio general y parcial utilizados para proyectar la demanda mundial de alimentos incorporan formas funcionales simples con limitada flexibilidad de Engel, tales como el Sistema de Gasto Lineal3 (LES), el sistema de demanda con Diferencia Constante de Elasticidades (CDE), y el sistema homotético Cobb-Douglas (HCD). Un sistema de demanda de moderna generación, el AIDADS (por An Implicitly Direct Additive Demand System) afortunadamente se ha mostrado como apropiado para capturar los cambios de la demanda de consumo a lo ancho del espectro global. Este sistema, en comparación con otras formas funcionales, se ha mostrado superador al predecir la demanda de alimentos para países desarrollados y en desarrollo. Pero la ventaja, como veremos, tiene sus costos asociados que deben ser ponderados con respecto a sus beneficios. Elección de la Forma funcional y Proyecciones de Largo Plazo Regularidad de los sistemas de demanda Hay requerimientos de regularidad que deben ser satisfechos por los sistemas de demanda que satisfacen las restricciones teóricas usuales, a saber la restricción presupuestaria (que se traduce en una propiedad de adding-up), la simetría del efecto de sustitución cruzado, la homogeneidad de grado cero de las demandas en precios e ingreso y la negatividad del efecto de sustitución con respecto al propio precio. Los requerimientos de regularidad están vinculados con las propiedades de la función de gasto. Una función de gasto es considerada regular si toma valores no negativos, si sus derivadas primeras con respecto a los precios (demandas compensadas) son no negativas, y si la matriz de derivadas parciales de segundo orden con respecto a los precios es semidefinida negativa (lo que está implicado por la propiedad de concavidad). El requisito de no negatividad, conjuntamente con la restricción

3 El sistema lineal de gasto (LES) es una generalización de la función de utilidad Cobb-Douglas. Fue desarrollado por Klein y Rubin (1947-48) y Samuelson (1947-48) e investigado empíricamente por Stone (1954) y Geary (1950), por lo cual se le da el nombre Stone-Geary. El sistema lineal de gasto es básicamente una Cobb-Douglas trasladada desde el origen al punto (B1,B2), en el cuadrante positivo: U(X1,X2) = (X1-B1)α1(X2-B2)α2.

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presupuestaria, requieren que la participación de cada bien en el presupuesto esté comprendida en el intervalo [0,1]. En proyecciones de largo plazo con cambios considerables en los ingresos y los gastos, este requisito es crucial a efectos de asegurar que el sistema de demanda se comporte con arreglo a la teoría económica. Los sistemas LES, HCD, CDE, el Sistema Casi Ideal de Demanda (AIDS), el Translog4 y el modelo de Rotterdam son los modelos de sistemas de demanda más populares de la literatura reciente. Sin embargo, no todos satisfacen los requisitos de regularidad: por ejemplo, en el AIDS las participaciones presupuestarias pueden caer fuera del intervalo [0,1]. Este es probablemente el caso de la demanda de productos básicos cuando el crecimiento del ingreso es amplio. El sistema Translog también sufre el defecto de que las participaciones pueden tornarse negativas. Propiedades de Engel de los sistemas de demanda Mientras que los requerimientos de regularidad aseguran que un sistema debe ser consistente con la teoría económica, la ley de Engel, apoyada por numerosos estudios empíricos, requiere que un sistema de demanda genere participaciones decrecientes de los alimentos a medida que aumenta el ingreso. Esto implica una elasticidad-ingreso de la demanda inferior a la unidad. Los estudios econométricos de las elasticidades-ingreso para países que se encuentran en distintas etapas de su proceso de desarrollo a menudo muestran que la demanda de alimentos en los países de ingreso más reducido es relativamente más elástica que en los países más ricos. Esto sugiere que cuando el crecimiento económico de los países pobres eleva el gasto en consumo, la demanda de alimentos debería volverse menos elástica. El grado de flexibilidad de Engel que se requiere en los trabajos de proyección es aún mayor al tratar a los alimentos en forma desagregada. Por ejemplo, alimentos de elevado valor, listos para ser ingeridos tienen una participación elevada en el presupuesto de los países ricos, mientras que los productos básicos tienen una elevada participación en el presupuesto de los países más pobres5 . El sistema AIDAIDS6 Las limitaciones de regularidad y de Engel de los sistemas analizados condujeron a Rimmer y Powell a desarrollar un nuevo sistema que bautizaron AIDAIDS. Los resultados obtenidos por otros investigadores alentaron el uso de este sistema. Se parte de una función de utilidad directa implícitamente aditiva: [1] ∑i=1

n Ui(qi,u) = 1 (i=1, ..., n), donde {q1, q2, ..., qn} es la canasta de consumo, u el nivel de utilidad, y Ui una función monótona dos veces derivable, estrictamente cuasi-cóncava en qi con la forma: [2] Ui= {[αi+βiG(u)]/[1+G(u)]} ln [(qi- γi)/AG(u)] donde G(u) es una función positiva, monótona y dos veces derivable; γi es el nivel de subsistencia del consumo, y αi, βi y A son parámetros. Se imponen las siguientes restricciones:

4 Una función translog es una generalización de una función Cobb-Douglas. El término ‘translog’ está puesto por ‘logarítmica trascendental’. Por ejemplo, una función translog de tres factores de producción viene dada por ln(q) = ln(A) + aL * ln(L) + aK * ln(K) + aM * ln(M) + bLL * ln(L) * ln(L) + bKK * ln(K) * ln(K) + bMM * ln(M) * ln(M) + bLK * ln(L) * ln(K) + bLM * ln(L) * ln(M) + bKM * ln(K) * ln(M) = f(L,K,M) donde L=trabajo, K=capital, M=materias primas, y q=producto. Un caso similar puede hacerse para una función de demanda, reemplazando insumos por precios e ingreso total. 5 Chaudri, R. and Timmer, C.P. 1986 The Impact of changing affluence on diet and demand patterns for agricultural commodities, World Bank Staff Working Paper 785, World Bank, Washington DC.

6 Esta sección contiene material más avanzado. De cualquier manera se sugiere su lectura.

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[3] 0≤αi, βi≤1; ∑i=1n αi=1; ∑i=1

nβi=1. Eligiendo G(u) = eu y denotando al gasto total como M, el proceso usual de maximización conduce al sistema de demandas: [4] qi=[Фi(M – γ . P)]/Pi + γi (i= 1, 2, ..., n) fórmula en la cual: [5] Фi = (αi+βi eu)/(1+eu) (i=1, 2, ...., n) y γ . P=∑I=1

n Piγi . Las elasticidades de Engel del sistema son: [6] ηi = Ψi/wi en donde Ψi es el gasto presupuestario marginal y wi es el gasto presupuestario medio, definidos como: [7] Ψi= Фi – (βi - αi) Θ (∀i), siendo Θ = [∑i=1

n (βi - αi) ln(qi – γi) – (1+eu)2/eu]-1 [8] wi= Фi + (Piγi - Фi Pγ)/M (∀i). Este sistema de ecuaciones de demanda satisface las condiciones de regularidad en el espacio precio-gasto donde los consumidores disponen de un gasto positivamente discrecional (es decir, por encima del nivel de subsistencia, M - Pγ>0). Se ha demostrado que su función de gasto es no negativa, continua, homogénea de grado uno en los precios, no decreciente en los precios si qi>γi≥0 (∀i) y cóncava en los precios. La función de gasto es no decreciente en la utilidad si y sólo si [9] Θ = [∑i=1

n (βi - αi) ln(qi – γi) – (1+eu)2/eu]-1 < 0. Las participaciones presupuestarias marginales incluyen a Фi, que se comporta en forma logística y cae dentro del intervalo [αi,βi]. Las participaciones presupuestarias medias wi tampoco son lineales en el gasto. Luego, las elasticidades de Engel cambiarán en general de forma no lineal con el gasto y el ingreso. Aunque cuando el ingreso real crece en forma indefinida todas las elasticidades de Engel convergen a la unidad, la aproximación no es monótona. Esta es una diferencia importante que distingue al AIDAIDS del sistema más usado LES. Y como se verá, a medida que aumenta el ingreso, la elasticidad-ingreso de los bienes de primera necesidad como los cereales va decreciendo en todo el rango de ingresos observados. Estimación del sistema AIDADS La estimación de sistemas internacionales de demanda siempre plantea importantes problemas, uno de los cuales es el de disponibilidad de información. Los autores de nuestro artículo utilizaron encuestas nacionales de consumo de hogares con las cuales fue construído por Naciones Unidas el International Comparison Project (ICP) data set (United Nations, 1992, “Handbook of the International Comparison Programme”, New York) evaluado a “dólares internacionales” de 1985. Fue utilizado un método de estimación de máxima verosimilitud, con el cual se formuló un programa de optimización donde la función objetivo es minimizada con respecto a los parámetros desconocidos de AIDADS, las participaciones presupuestarias ajustadas, los residuos y los niveles de utilidad (estos últimos debido a la naturaleza implícita de la función AIDADS). El estudio incluyó la estimación desagregada de productos alimenticios como los cereales (GRA), ganado y productos cárnicos (LIV), horticultura y productos vegetales (HOR), pesca (FIS) y otros alimentos (OFD). Dentro del estudio también fueron incluídos los textiles y la ropa (TEX), bienes intensivos en recursos (RES), manufacturas (MAN) y servicios (SEV).

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La estimación fue realizada usando datos internacionales de sección cruzada (corte transversal) y basada en el supuesto de que las preferencias son comunes en todos los países. Ello da lugar a un sistema de demanda del mundo en 1985. La estructura de demanda de cada país es diferente según sus precios y el nivel de ingreso per capita. Luego, la actualización es producida shockeando los gastos per capita de acuerdo con el crecimiento observado hasta 1995 (bajo el supuesto de que los precios relativos se han permanecido constantes). Calibración de los estimadores del LES con los del AIDADS La calibración, en estadística, es un proceso inverso al de regresión. Es el uso de datos conocidos de una relación observada entre una variable dependiente y otra independiente a fin de producir estimadores de otros valores de la variable independiente a partir de nuevas observaciones de la variable dependiente. El sistema LES no fue estimado sino calibrado con ayuda de las elasticidades AIDAIDS. El LES puede ser visto como una forma especial del AIDADS, que satisface las restricciones presupuestarias, de homogeneidad y de simetría. Empero, las participaciones marginales presupuestarias son constantes para todo nivel de ingreso, es decir, la fracción de un dólar adicional gastado en alimentos es independiente del ingreso per capita. El LES implica también que a medida que el ingreso crece en forma ilimitada, las participaciones presupuestarias medias convergen hacia las participaciones presupuestarias marginales, y por consiguiente las elasticidades-ingreso convergen en forma monótona a la unidad. Esto parece contradecir la ley de Engel. El LES fue calibrado para cada región7 en función de las elasticidades estimadas del AIDADS. El AIDADS se transforma en el LES cuando los parámetros αi son iguales a los βi para todo i. Si todos los parámetros de subsistencia γi son cero, el LES se transforma en un CD. Luego, CD y LES son casos especiales del AIDADS. La calibración del LES es realizada en el modelo CGE de manera de asegurar que se reproduzcan las elasticidades del AIDADS para el año 1985. El escenario de proyección utilizado para comparar las distintas formas funcionales fue diseñado para permitir la comparación directa de su flexibilidad o inflexibilidad de Engel. La economía mundial fue proyectada 25 años hasta el año 2020. Aunque normalmente este tipo de proyecciones requeriría proyectar tanto precios como ingresos, lo que complicaría mucho la comparación, se eligió realizar un experimento más limitado formulando un escenario de crecimiento puro por el “lado de la demanda” en el cual los recursos podrían ajustarse en forma libre a los cambios de demanda inducidos por el crecimiento de la población y del ingreso real. Los precios relativos permanecieron constantes durante el experimento. Para China y la mayoría de las otras regiones en desarrollo, las elasticidades-ingreso de los alimentos del LES son muy superiores a las del AIDADS, siendo las diferencias aún mayores en 2020. Por ejemplo, según AIDADS la elasticidad-ingreso de los cereales en China cae de 0.74 en 1995 a 0.22 en 2020, mientras que LES predice un incremento desde 0.92 a 0.98 en el mismo período, lo que provoca una sobreestimación dramática en 2020. Por otra parte, para USA y otras economías desarrolladas, el sistema LES predice incrementos insignificantes de este parámetro, debido al menor crecimiento del ingreso y a los ya elevados niveles de ingreso alcanzados. Lo mismo sucede con el AIDADS.

7 Hay trece regiones agregadas: Australia y Nueva Zelandia (AUS), Japón (JAP), Regiones de Industrialización Reciente (NIC), ASEAN (AS6), China (CHN), Canadá (CAN), USA, México (MEX), MERCOSUR (MER), Europa Occidental (WEU), Economías en Transición (EIT), Africa del Norte y Medio Oriente (MEA) y resto del mundo (ROW). Ver Tabla 1 (pág. 145). Las demandas de cada una de las 13 regiones agregadas del estudio están representadas por las de un país típico del conjunto de datos ICP.

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La proyección para China del consumo de cereales y productos asociados se duplica en el período (primera columna de Tabla 4, pág. 148). Éste es un cambio relativamente modesto teniendo en cuenta que el ingreso per capita crecería más que cuatro veces (la Tabla 2 muestra que la elasticidad-ingreso de los cereales se reduciría a 0.22 en 2020). Si nos movemos hacia abajo en la columna de China, observamos incrementos aún mayores en otros productos de alimentos – por ejemplo, los productos cárnicos aumentarían un 223%. Debido a que existen requerimientos de insumos intermedios y crecimiento de la población, la producción debería aumentar más que el consumo. Por ejemplo, se ha calculado que la producción de granos debería crecer en 273% (Tabla 4). Como estas simulaciones no tienen restricciones de oferta, los requerimientos de producción deberían crecer más que la demanda, porque algunos granos son utilizados como insumos de la producción de otros cereales (semillas) lo mismo que la producción cárnica. En contraste con los alimentos, el crecimiento del consumo doméstico de manufacturas crece mucho más que su producción doméstica (509% vs 284%). Esto se debe a que China es un exportador neto muy significativo de productos manufacturados. Pero la demanda importada del mercado externo de China (USA) crece mucho más lentamente (solamente 88% en el período de 25 años). Lo mismo puede decirse de los textiles y de los recursos naturales. En servicios, que constituye la categoría de consumo de mayor elasticidad-ingreso de la demanda en 2020 (1.37), la tasa de crecimiento del consumo excede a la de la producción porque una gran parte de los servicios están atados a la provisión minorista y a los márgenes de transporte de las mercancías, cuya demanda crece en forma más lenta. Todos estos factores combinados hacen que las diferencias en expansión de la producción a lo ancho de los sectores (213%-349%) sean mucho más reducidas que las diferencias de consumo (106%-574%). A efectos comparativos pueden analizarse los números de USA que contrastan fuertemente con los de China. Las demandas de cereales y pescado están virtualmente sin cambios, mientras que otras crecen entre un 39% (como los productos de la horticultura) y un 61-62% (recursos, manufacturas y servicios). Pero USA es un importante exportador de cereales, lo que implica que este grupo de productos muestra una de las tasas más elevadas de requerimientos de produción (92%) que excede levemente a la de los productos cárnicos. MERCOSUR muestra una producción de granos (102%) creciendo muy por encima del consumo interno (31% cuando se tiene en cuenta el crecimiento de la población), lo que confirma su rol exportador relevante en 2020. Otro tanto se verificará para los productos cárnicos (130%). Teniendo en cuenta el crecimiento poblacional, la producción manufacturera (146%) crecería por debajo del consumo agregado doméstico (135%). El crecimiento de las importaciones de servicios (159%) excederá al de la producción de los mismos (151%). Conclusiones El uso de un sistema de funciones de demanda como el AIDADS siempre tiene que ser testeado contra modelos competidores. La forma funcional flexible de este modelo permite obtener algunas mejoras sustanciales, particularmente en los casos de China y otros países de rápido desarrollo reciente (Ver cuadros complementarios en pág. 145-148). 4. Críticas a la hipótesis neoclásica de maximización Vamos a considerar, a modo de apéndice metodológico, el artículo de Lawrence A. Boland. Boland se propone explicar en este artículo por qué, si la hipótesis neoclásica de maximización no es una tautología, ninguna crítica de esta hipótesis tendrá éxito. Sus argumentos están basados, en primer término, en los tipos posibles de críticas y en la lógica de estas críticas; segundo, en el status metodológico que la hipótesis de maximización desempeña en las explicaciones neoclásicas. Críticas de la hipótesis de maximización

V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 135

Un tipo de críticas argumenta en contra de la posibilidad de que el comportamiento hipotético, otro tipo se enfoca en la verdad empírica de la hipótesis. En nuestro caso, casi nadie se opone a la validez lógica de la hipótesis. Por ejemplo, todos aceptan que si el consumidor es un maximizador de utilidad, luego para la canasta preferida elegida se tendrá que: a) la utilidad marginal es cero – teniendo en cuenta los efectos de las restricciones, como en el caso de los Multiplicadores de Lagrange; b) la pendiente de la curva de utilidad marginal en el punto que representa a la canasta preferida es no positiva. Luego, necesariamente el incremento marginal del objetivo debe ser cero (o no creciente) siempre que – sin excepción – la premisa sea válida. Estas son las condiciones necesarias de optimización que vuelven a aparecer en la teoría de los productores. Observar que no existen ‘condiciones suficientes’ para la maximización. En rigor, la premisa de maximización es la condición suficiente de (a) y (b). Bases lógicas de las críticas Como se dijo previamente, hay dos tipos de críticas de la hipótesis de maximización: la crítica de su posibilidad y la crítica empírica. Las primeras se refieren a las condiciones necesarias y el argumento empírico se refiere sólo a las condiciones suficientes. Las primeras dan por sentada la cuestión de cuáles son las condiciones necesarias. Específicamente, ¿existen otras condiciones aparte de (a) y (b)? Shackle8 siguiendo a Friedrich Hayek y a John Maynard Keynes, argumentó que la maximización también presume que se ha adquirido todo el conocimiento necesario para llevar a buen término el proceso de elegir la ‘mejor’ alternativa. También argumentó que como esta adquisición es imposible, la maximización deliberada es un acto imposible. El argumento es elemental aunque parezca fuerte. Un examen más meticuloso demuestra que es demasiado optimista porque es presuntuoso desde el punto de vista epistemológico. Hay que preguntarse: ¿por qué es imposible adquirir todo el conocimiento necesario? La pregunta entra dentro de la teoría del conocimiento o epistemología. La respuesta es bastante simple. El argumento de Shackle presume que la verdad del conocimiento requiere una prueba inductiva. Pero sabemos que no existe lógica inductiva que pueda producir una demostración cuando la cantidad de información es infinita o incompleta (p ej., sobre el futuro). En realidad, el argumento de Shackle-Hayek-Keynes es bastante vulnerable, porque las demostraciones inductivas no son necesarias para el conocimiento verdadero. Una teoría (o conocimiento) puede ser verdadera aunque no sepamos si es verdadera – es decir, aunque carezcamos de una demostración.

Lawrence A. Boland

Pero existe una objeción aún más fuerte: ¡el conocimiento verdadero no es necesario para la maximización! Por ejemplo, basta con que el consumidor crea su teoría de cuál es la forma de su función de utilidad. Una vez que elige su ‘mejor’ opción no hay ningún motivo para embarcarse en un ‘comportamiento fuera del equilibrio’ a menos que el consumidor desee testear sus teorías. En resumen, el argumento de Shackle-Hayek-Keynes de tipo inductivista es un fracaso. La maximización no puede ser eliminada como una imposibilidad lógica. Las críticas empíricas: ¿es verdadera la premisa de suficiencia? Simon y Leibenstein9 han hecho una crítica más directa. Aceptan la validez lógica de la hipótesis de maximización, pero niegan la verdad de su premisa. Es decir, conceden que si el consumidor fuera en realidad un maximizador, la hipótesis sería una explicación verdadera de la conducta de consumo. Pero afirman que la premisa es falsa. Leibenstein deja abierto qué factor es el determinante – utilidad, prestigio, convenciones sociales, etc. – y Simon rechaza también la necesidad de una explicación determinada

8 George Shackle, Epistemics and Economics, Cambridge, Cambridge University Press, 1973.

9 H. Simon, “Rational Decision Making in Business Organizations”, Amer. Econ. Rev., 1979, 69; H. Leibenstein, “A Branch of Economics is Missing: Micro-Micro Theory”, J. Econ. Lit., 1979, 17.

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aunque discute otras reglas que podrían ser usadas como sustitutas de la regla de maximización10 . El rechazo de la hipótesis de maximización sobre una base empírica da lugar a la pregunta obvia: ¿cómo saben que la premisa es falsa? Ciertas consideraciones metodológicas parecen otorgar a los críticos una ventaja por encima de aquellos que argumentan a favor. Recordemos que distinguimos entre enunciados verificables (e.d. cuya verdad puede ser probada) y enunciados refutables (e.d. cuya falsedad puede ser probada) sobre una base estrictamente lógica. Sabemos que enunciados (estrictamente) universales – que tengan la forma ‘todos los X tienen la propiedad Y’ – son refutables (si son falsos) pero no son verificables (aunque sean verdaderos). Por otra parte, enunciados (estrictamente) existenciales – los que tienen la forma ‘existen algunos X que tienen la propiedad Y’ – son verificables (si son verdaderos) pero no son refutables (aunque sean falsos). A primera vista parecería que la hipótesis de maximización – ‘todos los consumidores son maximizadores’ – es un enunciado universal y por lo tanto refutable pero no verificable. Los problemas estadísticos de la refutación empírica presentan diversas dificultades, algunas bien conocidas. Pero como veremos, los problemas lógicos son insuperables. Los problemas metodológicos de la refutación empírica de las teorías económicas son ampliamente aceptados. En cuestiones de maximización de la utilidad sabemos que las encuestas son sospechosas y que una observación directa del proceso de decisión del consumidor es difícil o imposible. En tal sentido, la maximización de la conducta no es docimable en forma directa. La única parte objetiva de la hipótesis de maximización es el conjunto de consecuencias lógicas, tales como el de elecciones unívocamente determinadas. Así, uno podría tratar de realizar una dócima indirecta examinando los resultados de la optimización, a saber, el patrón implícito de elecciones observables basadas en la presunción de que existe una función de utilidad maximizada mediante las elecciones realizadas. Si se desea evitar errores de lógica, una dócima indirecta basada en un examen directo de sus consecuencias lógicas debe limitarse a refutar una o más de las condiciones necesarias para que la hipótesis sea verdadera. Por ejemplo, una condición necesaria es que para cualquier patrón de elecciones sea válido el Teorema de Slutsky. Este Teorema puede ser planteado como involucrando sólo a cantidades y precios observables. Si pudiera refutarse el Teorema de Slutsky uno estaría refutando indirectamente la hipótesis de maximización de la utilidad (por ejemplo, mostrando que el efecto-ingreso es positivo pero la curva de demanda tiene pendiente positiva). Desafortunadamente, aún en estos casos, podrían subsistir problemas metodológicos con los datos. El problema fundamental metodológico de refutar una hipótesis de conducta es el de construir una refutación convincente. Cualquier prueba indirecta de la hipótesis de maximización de la utilidad será fútil si no se basa en la dócima de una implicación derivada lógicamente (como el Teorema de Slutsky). Por una parte, todos – aún los críticos de la maximización – aceptan la validez lógica del teorema. Por otra parte, dadas las numerosas restricciones involucradas en cualquier situación concreta, el problema de la observación será mucho más complejo que el considerado en la teoría estándar. Luego, no resulta difícil encontrar numerosos obstáculos en el camino de obtener una refutación convincente de la maximización – una que esté más allá de cualquier duda. Pero también es cierto que si un consumidor no maximizara su utilidad, ello no constituiría una refutación de la hipótesis neoclásica. Porque la forma real de la premisa neoclásica no es un enunciado estrictamente universal. Pues la forma real de dicho enunciado es: “Para todos los consumidores, existe algo que maximizan”. Este enunciado tiene la forma “∀∃”. ¡Este tipo de enunciados no es verificable ni refutable! Como enunciado universal para todos los consumidores, es no verificable. Pero aunque sea un enunciado universal y que sea lógicamente posible mostrar que es falso cuando es falso (p.ej. mediante un contraejemplo), esta forma de enunciado universal no puede ser fácilmente rechazado. ¡Cualquier contraejemplo es no verificable aunque el contraejemplo sea verdadero! Para ser más específico, dada la premisa Todos los consumidores maximizan algo el crítico podría decir que encontró a un consumidor que no maximizaba nada. El que formuló la premisa podría responderle: “Usted dice que encontró a un consumidor no-maximizador, pero ¿cómo lo sabe?” En otros términos, la verificación del contraejemplo

10 Algunos han interpretado el punto de vista de Simon como expresando que los decisores meramente buscan su satisfacción porque sería ‘demasiado costoso’ juntar toda la información necesaria como para alcanzar el máximo. ¡Pero esta interpretación es inconsistente como justificación de individuos que buscan sólo su ‘satisfacción’ ya que implicaría minimización del gasto, que por supuesto es el problema dual de la maximización de utilidad!

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requiere la refutación de un enunciado estrictamente existencial, y bien sabemos que los enunciados existenciales no pueden ser refutados. En suma, argumentos empíricos como los de Simon y Leibenstein que niegan la verdad de la hipótesis de maximización no son más docimables que la hipótesis en sí. Fíjense que la imposibilidad lógica de probar o desaprobar la verdad de un enunciado no indica nada sobre la verdad de ese enunciado. El supuesto neoclásico de maximización bien podría resultar falso, pero lógicamente no seremos capaces de probarlo o no. Tautologías y metafísica Algunos economistas se han encargado de afirmar que la hipótesis de maximización debería ser rechazada, porque, según argumentan, si la hipótesis no es docimable es porque debe ser una tautología, luego “carente de sentido” o “acientífica”. Aunque estén en lo cierto acerca de la posibilidad de realizar dócimas, están equivocados acerca de que constituya una tautología. Enunciados que se pueden docimar no son necesariamente tautologías porque pueden ser metafísicos. Las tautologías son enunciados que son verdaderos sólo en virtud de su forma lógica – es decir, ni siquiera puede afirmarse que sean falsos. Por ejemplo el enunciado ‘Estoy aquí o No estoy aquí’ es verdadero en forma independiente del significado de la palabra no lógica ‘aquí’. Este enunciado no tiene un contraejemplo concebible. Pero la hipótesis de maximización no es una tautología, ya que podría concebirse su falsedad. Su verdad o falsedad no depende de su forma lógica. El problema de la hipótesis es que es metafísica. Un enunciado metafísico no es intrínsecamente metafísico. Su status metafísico surge de cómo es usado en un programa de investigación11. Los enunciados metafísicos pueden ser falsos pero nunca lo sabremos

11 Recuérdese la contribución de Imre Lakatos a los programas de investigación. Este autor mantiene una posición crítica tanto frente a Kuhn como a Popper, e intenta unir la interpretación metodológica de Popper con la necesidad planteada por Kuhn de conocer la historia y el desarrollo de una ciencia. En palabras de Blaug (1985): “Lakatos es menos duro con la ciencia que Popper, pero mucho más duro que Kuhn, y se siente siempre más inclinado a criticar la mala ciencia con la ayuda de una buena metodología que a evaluar las especulaciones metodológicas recurriendo a la práctica científica”. Los “Programas de Investigación Científica” forman el concepto fundamental de la aportación metodológica de Lakatos. El concepto de programa de investigación de Lakatos “surge como consecuencia de una respuesta a las críticas que Popper formuló a las ideas sobre los paradigmas de Khun” (Cañibano y Gonzalo, 1995). Este autor, el filósofo de la ciencia más importante a juicio de Feyerabend, consciente de la dificultad de realizar el falsacionismo ingenuo y de la necesidad de incluir hipótesis ad hoc para el avance científico, se aleja de Popper señalando que para la comparación de teorías hay que verificar el contenido factual excedente y no analizar si posee más falsadores que otra. Para Lakatos (1970) las teorías que constituyen un programa de investigación pueden presentar “cambios progresivos” o “cambios degenerativos”. Una cadena de teorías T1, T2, ... es progresiva si satisface las siguientes condiciones: - Tn tiene un contenido empírico excedente sobre Tn-1, Tn predice hechos nuevos, improbables e incluso prohibidos por Tn-1. - Tn explica el éxito previo de Tn-1, todo contenido no refutado de Tn-1 está contenido en Tn. - Tn tiene corroborado algo o todo el exceso de contenido.

Si no ocurre lo anterior, el cambio es degenerativo. Este giro es importante porque existía un problema, ya comentado por Kuhn, sobre la inconmensurabilidad de paradigmas (teorías), pero este problema no es debido a los propios paradigmas sino a la falta de un objetivo común con el que medirlos y, en este caso, Lakatos unifica el objetivo en el concepto de contenido excedente. Pero la clave no está sólo en proponer un nuevo objetivo para comparar teorías, sino que además elude la cuestión de la validez del conocimiento actual centrando la atención en ver por qué existe y si está creciendo o no, como señala Lakatos (1981): En ciencia aprendemos de la experiencia no la verdad (o probabilidad) ni la falsedad (o improbabilidad) de las teorías, sino el progreso y degeneración empíricas, relativos a los programas de investigación científica (P.I.C.). Por programa de investigación científica entiende una configuración de teorías interconectadas, ninguna de las cuales se considera totalmente autónoma por lo que es difícil descartar teorías individuales sin hacer referencia al programa de investigación como un todo. Por otra parte, si nos centramos en la metodología de los programas de investigación, ha de subrayarse que Lakatos (Lakatos y Musgrave, 1975) considera que las más grandes realizaciones científicas son programas de investigación que pueden ser evaluados en términos de cambios progresivos y cambios degenerativos de problemas; y las revoluciones científicas consisten en un programa de investigación que pasa a suceder a otro -superándole en progreso-. Para él, la unidad básica de evaluación no debe ser una teoría aislada o conjunto de teorías aisladas, sino un “programa de investigación” con un núcleo aceptado por

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convenio y con una heurística positiva que “define problemas, traza las líneas generales de la construcción de un cinturón protector de hipótesis auxiliares, prevé anomalías y las convierte victoriosamente en ejemplos, todo ello según un plan preconcebido”. Según Lakatos (1976) un programa de investigación no es más que un conjunto de reglas metodológicas, heurístico positivas unas y heurístico negativas otras, que nos definen cuáles son los senderos a seguir y cuáles los problemas a evitar para la elaboración de nuevas teorías. De esta forma, en un programa de investigación se pueden distinguir dos elementos principales: un núcleo, elemento característico del programa especificado por la heurística negativa, e irrefutable por decisión metodológica de sus protagonistas, y un cinturón protector en el que se desarrolla una serie de hipótesis auxiliares y se realizan las adaptaciones precisas. Es este cinturón protector de hipótesis auxiliares quien tiene que resistir el peso de las contrastaciones e irse ajustando y reajustando, o incluso ser sustituido por completo, para defender el núcleo que de ese modo se hace más sólido. Un programa de investigación tiene éxito si todo esto lleva a un cambio de programas progresivo; no tiene éxito si lleva a un cambio de problemas degenerativo. En la metodología de los programas de investigación científica (MPIC) las revoluciones científicas no se analizan como cambios bruscos, según decía Kuhn, sino como el reemplazo progresivo de PIC. La aparición de anomalías no invalida los PIC mientras tengan fuerza, es decir, no sean eliminados por otros con mayor contenido excedente. Por tanto el número de anomalías no es el elemento crucial en la comparación de teorías o programas, sino que la evaluación requiere la comparación con otro cuyo núcleo central sea incompatible y de ello se valorará, como se ha comentado, el contenido excedente suplementario. Para este autor la ciencia en su conjunto puede ser considerada como un enorme programa de investigación dotado de la regla heurística de Popper de diseñar supuestos que tengan más contenido empírico que sus predecesoras: “La historia de la ciencia es la historia de los programas de investigación, más que la historia de las teorías”. De esta forma Lakatos propuso una nueva teoría que describió como “falsacionismo sofisticado”, que gira en torno al concepto de “programa de investigación” frente al “falsacionismo ingenuo” que considera a las teorías científicas aisladamente y exige su rechazo cuando no están de acuerdo con la realidad. Lakatos rechaza las consideraciones aisladas de las teorías como instrumentos para realizar evaluaciones científicas. Lo que se debe evaluar son grupos de teorías con más o menos relación o “programa científicos de investigación”, que Lakatos define como: “Reglas metodológicas: algunas nos dicen las rutas de investigación que deben ser evitadas (heurística negativa), y otras, los caminos que deben seguirse (heurística positiva)” (Lakatos, 1989). Por tanto Lakatos divide el programa en dos partes: la “heuristica negativa” y la “heurística positiva”. La heurística negativa de un programa es su “núcleo central” o “núcleo firme”, los enunciados muy básicos que sostienen todo el edificio no sometiéndose al proceso de falsación. En cambio, la heurística positiva constituye el contenido de investigación del programa, es más fácil de contrastar y conduce a la formulación de otros conceptos y teorías descritas como “el cinturón protector”. Por tanto, el núcleo central puede sobrevivir a refutaciones, mientras el resta está abierto al rechazo o mejora. Siguiendo a Lakatos: “El cinturón protector de hipótesis auxiliares debe recibir los impactos de las contrastaciones y para defender al núcleo firma, será ajustado y reajustado e incluso completamente sustituido” (Lakatos, 1989). El núcleo central está referido al conjunto de teorías centrales que reúnen los logros más notables en ese campo de conocimiento. El cinturón protector comprende el conjunto de hipótesis auxiliares destinadas a ser sometidas a contraste con los hechos, con la posibilidad de que resulten refutadas. Lakatos distingue dos tipos de programas de investigación: progresivos y denegerativos. Un programa de investigación científico será calificado de progresivo si las sucesivas formulaciones del programa suponen un aumento de su contenido empírico con respecto a la formulación anterior y además este aumento de contenido resulta contrastado con la realidad. La característica fundamental de los programas degenerativos es que brindan soluciones “a posteriori”, tratando de acomodarse a cualquier hecho ya observado. De acuerdo con el criterio comentado, un programa de investigación no se considera científico de forma perpetua, sino que es provisional y puede pasar, a medida que se descubren nuevos hechos, de la fase progresiva a la degenerativa y viceversa. Para Blaug (1985), tendríamos de esta forma un criterio de demarcación entre ciencia y no ciencia que además es histórico, puesto que incluye la evolución de las ideas en el tiempo. Para el profesor García Martín (1984) “en los propósitos de Lakatos se ha de señalar la integración de la obra de Popper de las críticas provenientes de la nueva filosofía de las ciencias, en especial las efectuadas por Khun. Así, de Popper desarrolla la idea sobre la sustitución constante de unas teorías antiguas por otras nuevas. Este principio de proliferación lo integra con el concepto kuhniano de ciencia normal, a fin de explicar la inercia de las teorías a ser sustituidas hasta que surgen las anomalías. Con estos elementos, Lakatos confecciona un esquema de progreso de la ciencia a través de la historia. Estas ideas las desarrolla a través de programas de investigación científica, similar al paradigma de Kuhn, como alternativo al de teoría; de lo que se deduce que es una sucesión de teorías y no una teoría dada la que se evalúa como científica o pseudocientífica”. Según Giner Inchausti “en un intento de aproximación cabría decir que: la ciencia normal, a la que Kuhn se refiere avanza dentro de un programa de investigación, que la actividad de los científicos de esta etapa, orientada a la resolución de problemas dentro del paradigma se corresponde con la existencia del llamado cinturón protector de Lakatos. También puede entenderse que la transición de una época de ciencia normal a una situación de crisis, en terminología de Kuhn, se corresponde con la transición de un programa progresivo a la fase degenerativa de un programa de investigación Lakatosiano, y que la sustitución revolucionaria de un viejo paradigma por otro equivale al abandono de un programa por otro nuevo, una vez

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porque son supuestos del programa de investigación que han sido puestos deliberadamente al margen de la cuestión. Por supuesto, un supuesto metafísico también puede ser una tautología, pero no necesariamente. Es típico de un enunciado metafísico que adopte la forma de un enunciado existencial (por ejemplo, ‘existe un conflicto de clases’, ‘existe un sistema de precios’, ‘hay una mano invisible’, ‘habrá una revolución’, etc.). Algunos teóricos dan lugar sin advertirlo a tautologías en sus intentos ad hoc de superar cualquier carácter incompleto de sus teorías. Por ejemplo, como explicación, la maximización global de la utilidad implica que las preferencias del consumidor de su teoría son adecuadas para explicar todas las canastas concebibles, lo que a su vez implica aceptar un enunciado universal no verificable. Así, algunos teóricos se encuentran a disgusto con la maximización global porque exige mucho del consumidor – pero la reacción usual a veces pone a las cosas peor que antes. La hipótesis de maximización es fácilmente transformada en una tautología limitando la premisa a la maximización local. En otros términos, en tanto que las condiciones (a) y (b) no son suficientes para la maximización global, sí lo son para la maximización local. Si entonces uno cambia la premisa para que se lea ‘si el consumidor maximiza dentro de un entorno de su canasta preferida’, se da por resuelta la cuestión acerca de cómo fue elegido el entorno. Si el entorno es definido como el dominio sobre el cual la tasa de cambio de la curva de utilidad marginal es monótonamente creciente o decreciente, lo mejor que se puede decir de la hipótesis es que es circular. Pero lo más importante es que, si uno limita el alcance de la premisa a la maximización local, se limitaría fuertemente el poder explicativo o generalidad de la conducta que se pretende explicar. En ese caso, lo mejor que uno puede hacer es mantener su metafísica antes que crear tautologías defensivas.

Metafísica vs Metodología Hace cincuenta años nomás metafísica era considerada una palabra desagradable, pero hoy en día casi todos sabemos que cada explicación tiene su metafísica. Todo modelo o teoría es simplemente otro intento de probar la ‘robustez’ de cierta metafísica. Todo programa de investigación tiene fundamentos de supuestos estructurales o de conducta dados. Estos supuestos son ordenados usualmente con arreglo a su discutibilidad. Los últimos supuestos del rango constituyen la metafísica de ese programa de investigación. A menudo pueden ser usados para definir al propio programa de investigación. En el caso de la economía neoclásica, este rol metodológico lo cumple la hipótesis de maximización. La maximización es considerada fundamental para todo; hasta un desequilibrio del mercado es una mera consecuencia del fracaso de los agentes en maximizar. Por ello, algunos economistas que no cuestionan en absoluto el supuesto de maximización no pueden ‘ver’ ningún desequilibrio (por ejemplo, en ciertos usos del teorema de Coase). El programa de investigación de la economía neoclásica es el desafío de hallar una explicación neoclásica para cualquier fenómeno – es decir, si es posible mostrar que el fenómeno puede ser apreciado como una consecuencia lógica de la conducta optimizante – y la maximización está fuera de duda para hacer frente a ese desafío12 . Lo único sustancial para el teórico es si estaría dispuesto a decir lo necesario para convencer de que la metafísica utilizada falló la prueba. Por las razones expuestas, no existen críticas lógicas de la maximización que puedan convencer a un teórico neoclásico de que existen fallas intrínsecas en la hipótesis de maximización. Un problema metodológico es si la maximización debería formar parte de nuestra metafísica. Como la maximización es parte de la metafísica, los teóricos neoclásicos muy a menudo usan una metodología adhoc a fin de desviar las posibles críticas; luego los críticos o defensores de la maximización neoclásica terminan discutiendo sobre metodología neoclásica en lugar de hacerlo sobre la verdad del supuesto. Más específicamente, cuando se critica cierto supuesto de maximización parecería que los críticos deberían ser cuidadosos no sólo con respecto a la verdad del supuesto.

Milton Friedman (1912-2006)

sustituido el núcleo central” (Giner Inchausti, “El carácter multiparadigmático de la Ciencia Contable: Algunos comentarios críticos”, Trabajo presentado al VI Encuentro de Profesores Universitarios de Contabilidad, Madrid, 1994).

12 Por estos motivos, la hipótesis de maximización podría ser denominada un paradigma (Thomas Kuhn). Observen que la existencia de un paradigma o de un enunciado metafísico en cualquier programa de investigación no resulta de un capricho psicológico del investigador. Los enunciados metafísicos son necesarios porque no podemos explicar todo en forma simultánea. Deben existir variables exógenas o supuestos (por ejemplo, de tipo universal) en toda explicación, sea o no científica.

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Es cierto que para los seguidores del instrumentalismo de Friedman, la verdad del supuesto no es relevante, luego por razones estrictamente metodológicas resulta fútil criticar la maximización. Y por razones muy simples. El éxito práctico no requiere conocimiento verdadero y el instrumentalismo presume que el único objetivo de la teoría económica es obtener soluciones inmediatas a problemas prácticos. La verdad de los supuestos teóricamente es importante para los economistas que rechazan el instrumentalismo de Friedman, pero si el objetivo final es desarrollar la teoría económica por el placer de la teoría, también se puede argumentar la futilidad de las críticas a la hipótesis de maximización. Si hay un problema, éste reside en la actitud adoptada por la mayoría de los economistas neoclásicos. 5. La demanda de carne vacuna en la Argentina Reca y Gaba, en su intento de contribuir a esclarecer las causas determinantes del consumo interno de carne vacuna, constatan los magros resultados obtenidos por Guadagni y Petrecolla13al tratar de cuantificar el efecto del precio de un conjunto de bienes sustitutos sobre la cantidad demandada de carne vacuna, construyen un índice de precios de un conjunto de alimentos que componen una canasta suficientemente amplia de posibles sustitutos de la carne vacuna (Cuadro 1) e incorporan el posible efecto de la veda sobre el consumo mediante una variable binaria que adopta el valor 1 en los años que rigió algún tipo de veda y de 10 en los restantes. Para otra variable explicativa – el ingreso por habitante – usan el ingreso medio de la población a partir de las series de producto bruto nacional y de población. Finalmente, el precio de la carne vacuna es introducido en el modelo en dos formas alternativas: la primera, deflacionado por el índice de precios implícitos en el producto; la segunda, relativo a los sustitutos. Reca y Gaba optaron por el uso de las variables expresadas en logaritmos (lo que confiere a las derivadas parciales de la función demanda de carne el sentido de elasticidades) y la estimación por medio de un modelo de ecuación singular, basándose en un artículo de Working14 que subraya que ello es justificable cuando la función de demanda es relativamente estable y la función de oferta se desplaza como consecuencia de factores que sólo afectan a esta última, tal como parece ser la situación. Si además, la varianza del término aleatorio de la ecuación es pequeña, y hay fuertes fuentes de variación fuera de la ecuación, el sesgo atribuible a la no consideración del sesgo de simultaneidad es difícil que sea importante. Cuadro 1. Estructura del gasto en el índice de precios de alimentación del costo de vida (INDEC) y

en el índice de precios de sustitutos de la carne vacuna (En m$n de 1960)

Rubro INDEC Indice de precios de sustitutos

Pan y cereales 528,6 390,6 Carne vacuna 1093,9 - Carne de cordero 43,0 7,05 Carne de cerdo 23,6 19,53 Aves 47,3 34,76 Pescado 52,5 6,99 Embutidos 131,2 46,00 Aceite 136,2 124,8 Leche y lácteos 638,0 467,9 Fruta fresca 307,4 191,8 Fruta seca 16,2 - Verduras 394,6 248,2

13 Alieto Guadagni y Alberto Petrecolla, “La función demanda de carne vacuna en la Argentina en el período 1935/61”, El Trimestre Económico, abril-junio 1965.

14 E. J. Working, “What Do Statistical "Demand Curves" Show?”, Quart. J. Eco., 1927.

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Bebidas sin alcohol 102,6 - Dulces 188,0 - Azúcar 102,7 - Condimentos 37,2 - Bebidas alcohólicas 310,5 - Otros 165.1 - Total 4318,6 1537,63

Los resultados fueron agrupados según años de vigencia de veda en 2 categorías, y dentro de cada una de ellas fueron estimadas 5 alternativas distintas de la función de demanda de carne vacuna (Cuadro 2). Los resultados más destacables son los siguientes:

La veda, representada en el modelo por la variable binaria, muestra elevada significación estadística y una considerable estabilidad en ambos grupos de regresiones. La primera veda al consumo interno se estableció en 1952, y si bien sólo fue suspendida 3 años después, de hecho cesó de funcionar aproximadamente al año y medio de ser aplicada. La segunda veda (1964 y 1965) introdujo la restricción en la veda de carne vacuna 2 días por semana, y la última, a partir de marzo de 1971, si bien con interrupciones y contramarchas, se caracterizó por fijar la duración del período de veda en una semana, hasta su derogación en abril de 1973. Los estímulos para la faena clandestina de ganado tal vez incidan en una sobreestimación del coeficiente de la variable binaria, sin embargo. Es decir, que las cifras tomadas para confeccionar el análisis de regresión podrían ser inferiores a las reales y, por consiguiente, la variable binaria recoge además del efecto propio de la veda la subestimación proveniente del consumo no registrado. En cuanto a la magnitud del coeficiente, el promedio simple de la diferencia de consumo con veda y sin veda en los años 1952, 1964 y 1971 (ec. A1 y A3) arroja una reducción de consumo por habitante y año de 5,7 kg de carne. En las ecuaciones del grupo C, la reducción del consumo imputable a la veda arroja 9,5 kg por habitante y por año. Lo cual implica una caída del consumo ligeramente superior al 10%. Para que se logre un efecto similar dejando operar al sistema de precios sin interferencias, dada la elasticidad propia de la demanda de carnes, hubiera sido necesario un aumento del precio de la carne de un 35%.

Cuadro 2. Formulaciones alternativas de la demanda de carne 1950-1971

Ecuación Const Binaria Pr. Carne Pr. Sust. Pc/Ps Ingreso

por hab. R2

c SE DW

A1 2.75 (2.1)

.087** (3.0)

-.361** (6.5)

- - .26* (1.965)

.83 .051 2.14

A2 3.64 (2.6)

.084** (3.0)

-.401** (6.7)

.157 (1.5)

- .144 (.98)

.84 .049 2.31

A3 4.978 (27.8)

.09** (3.3)

-.386** (6.7)

.211* (2.4)

- - .84 .049 1.52

A4 6.32 (5.6)

.099** (3.1)

- - -.383** (5.5)

-.176’ (1.7)

.78 .058 1.35

A5 4.41 (140.7)

.092* (2.8)

- - -.429** (6.4)

- .76 .061 1.10

C1 .96 (1.1)

.165** (6.8)

-.353** (10.1)

- - .4155** (5.0)

.93 .033 1.41

C2 1.245 (1.3)

.159** (6.4)

-.369** (8.9)

.048 (.07)

- .38** (3.8)

.93 .033 2.03

C3 4.807 (28.4)

.14** (4.3)

-.844** (6.4)

.205** (2.6)

- - .87 .044 1.35

C4 4.693 (4.3)

.152* (3.8)

- - -.361** (5.5)

-.032 (.3)

.82 .053 1.25

C5 4.347 (116.3)

.156** (4.2)

- - -.365** (5.9)

- .83 .052 1.20

V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 142 NOTA El valor entre paréntesis debajo de cada coeficiente es el estadístico “t” de Student. (**) indica que el coeficiente difiere en forma muy significativa de 0 con 99% de probabilidad, (*) con 95% y (‘) con 90%. El coeficiente R2

c es el porcentaje de variación de la variable dependiente del que dan cuenta las variables independientes incluídas, ajustado por el número de grados de libertad. El coeficiente SE es el standard error o error típico de estimación. El coficiente DW es el estadístico de Durbin y Watson utilizado para testear la presencia de autocorrelación de los residuos. Las ecuaciones A incluyen la veda en 1952, 1953, 1964, 1965 y 1971. Las ecuaciones C incluyen la veda en 1964, 1965 y 1971.

En las ecuaciones 4 y 5 de cada uno de los grupos fue utilizado como deflactor el precio de los alimentos sustitutivos. Lo cual implica cuantificar el ingreso en términos de valor adquisitivo de alimentos, y permite conceptualizar la situación de aquella fracción de la población que emplea una parte sustancial de sus ingresos en la compra de alimentos. Los resultados obtenidos confirman el orden de magnitud de la elasticidad-precio de la demanda de carne vacuna que surge de las ecuaciones 1 a 3 del Cuadro 2, aunque el valor explicativo de esta alternativa es algo menor que el de las otras – entre 5% y 8% inferior. Cabe señalar que en todos los casos la elasticidad-precio de la demanda de carne vacuna resulta negativa.

Las ecuaciones A4 y C4 evidencian un coeficiente ingreso impropio pero carente de significación estadística, lo cual significa que al utilizar los precios de los alimentos sustitutos como deflactor del precio de la carne y del ingreso, este último pierde totalmente su capacidad explicativa.

Los resultados obtenidos al incluir alimentos considerados como sustitutos de la carne vacuna abren un conjunto de interrogantes: ¿cuál es el significado del coeficiente de ingreso en la demanda de carne vacuna al incluir los alimentos sustitutivos? Examinando las ecuaciones 1 se observa que la elasticidad-ingreso de la demanda de carne oscilaría entre .26 y .41, siende este último valor estadísticamente más significativo en la ecuación C1. Pero al explicitar la variable precio de los alimentos sustitutos (ec. 2), y debido a la colinealidad entre ambas, el “efecto ingreso” aparece dividido entre ingreso y alimentos sustitutivos, cayendo la significación estadística del coeficiente de ingreso – como es de esperar. (Ver Cuadro 3 - Matriz de correlaciones.) Por consiguiente, la información disponible a la fecha del estudio no permitió establecer la magnitud en que el ingreso o los precios de los sustitutos (o una combinación de ambos) alientan el consumo de carne vacuna.

Cuadro 3. Matriz de correlaciones

CCV IMPC PCV PS

CCV 1.000000 -0.539827 -0.888106 -0.475849 IMPC -0.539827 1.000000 0.787024 0.792974 PCV -0.888106 0.787024 1.000000 0.730849 PS -0.475849 0.792974 0.730849 1.000000

NOTA CCV- Consumo de carne vacuna; IMPC- Ingreso medio por habitante; PCV-Precio de la carne vacuna; PS – Precio de sustitutos

Cuadro 4. Series utilizadas en el análisis de regresión

CCVa PCVb PSc IMPC

1950 96.40000 15.22000 21.52000 44701.20 1951 95.26000 17.20000 19.06000 45646.10 1952 87.23000 22.97000 24.32000 42600.90 1953 87.01000 23.68000 20.26000 44147.80 1954 88.21000 21.98000 19.43000 45125.90 1955 94.77000 19.91000 20.09000 47547.40 1956 100.7900 15.87000 18.39000 48025.40 1957 99.07000 19.67000 19.64000 49595.50 1958 98.42000 20.38000 20.16000 51829.30 1959 72.90000 35.35000 21.94000 47596.90 1960 75.68000 34.38000 27.40000 50512.00

V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 143

1961 86.41000 30.30000 28.40000 53253.60 1962 89.25000 28.61000 27.20000 51587.00 1963 89.87000 29.07000 28.83000 49618.70 1964 67.77000 36.12000 27.30000 53958.80 1965 69.48000 40.87000 26.40000 58035.80 1966 79.51000 41.87000 25.96000 57500.90 1967 82.38000 33.64000 28.06000 58090.00 1968 86.83000 33.21000 32.82000 59841.80 1969 92.54000 30.64000 32.52000 63586.20 1970 84.52000 36.76000 34.84000 65168.90

1971d 66.17000 46.59000 32.51000 66604.50 1972d 62.00000 44.83000 28.04000 68309.60

NOTA (a) Kilogramos/año – (b) Fuente Junta Nacional de Carnes, deflacionado por el IPI, en m$n 1960 por kilogramo – (c) Deflacionado por el IPI en pesos m$n de 1960 por kilogramo – (d) Datos provisorios a la fecha del estudio.

Fuentes: JNC, INDEC y BCRA.

Gráfico 1 – Evolución del Ingreso por habitante y precios de sustitutos (Deflacionados por el índice de precios implícitos)

Precios de sustitutos (m$n de 1960/Kg.) Ingresos Medios (m$n de 1960/hab.)

15

20

25

30

35

40000

45000

50000

55000

60000

65000

70000

50 52 54 56 58 60 62 64 66 68 70 72

Sustitutos

Ingresos

Pero cabe reflexionar que cuál sea de ambas la variable importante en la determinación del consumo de carne – es decir, ingreso medio o precio de alimentos sustitutos – es relevante por sus consecuencias económicas. Por ejemplo sería posible y deseable lograr un marcado descenso del precio de los alimentos. Semejante objetivo podría lograrse mediante la utilización de tecnologías apropiadas en el procesamiento de alimentos y en abaratar el costo de distribución aumentando el grado de competencia en la actividad, concretando posibles economías de escala. Si, por otra parte, le correspondiera al ingreso constituir la fuerza motriz que

15

20

25

30

35

40000

45000

50000

55000

60000

65000

70000

50 52 54 56 58 60 62 64 66 68 70 72

Sustitutos

Ingresos

15

20

25

30

35

10

20

30

40

50

50 52 54 56 58 60 62 64 66 68 70 72

P. Sustitutos

P. Carne Vacuna

V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 144

empuja la demanda de carne vacuna, como el objetivo final de toda política económica es aumentar los ingresos en el marco de una adecuada distribución, sólo cabría esperar que este factor acentúe la presión por la demanda de carne con el transcurso del tiempo. Las elasticidades correspondientes brindan una idea de las dos fuerzas correspondientes: El consumo per cápita de carne vacuna es de 66 kg. por año, mostrando una fuerte caída con respecto a diez años atrás cuando cada argentino consumía aproximadamente 81 kg. Téngase en cuenta que a principios de los ‘90 cada habitante consumía 10 kg. de carne de pollo, que en la actualidad el consumo ha llegado a unos 27 kg. por habitante, debido a las mejoras del precio relativo respecto de la carne vacuna. Adoptando la elasticidad-ingreso un valor de 0.42, un incremento del ingreso medio del 10% implicaría un aumento del consumo interno de alrededor de 4% con respecto al consumo actual. Por otra parte, una caída del 10% del precio de los alimentos sustitutivos implicaría una reducción en el consumo de carne de sólo un 2%15 (asumiendo una elasticidad-precio cruzada de 0.20). A guisa de conclusiones, Reca y Gaba extraen las que se exponen a continuación:

En las décadas del ’50 y del ’60 el precio de la carne vacuna, a nivel minorista, registró un mayor aumento que el de otros alimentos que pueden ser considerados, en forma genérica, como sustitutos de aquélla (194.5% en comparación con 30.3%). Ello condujo a una tendencia declinante del consumo de carne por habitante, por cuanto aumentó su precio relativo.

En el mismo período los sustitutos aumentaron en una proporción bastante aproximada a la del ingreso medio del consumidor (52%). Por lo tanto, aún cuando los aumentos de ingresos hubieran ocurrido sin sesgos, en los estratos más pobres de la población “muy posiblemente un sector de la población argentina se ha estado empobreciendo en el período analizado”.

La reducción de consumo de carne mediante la veda (1964, 1965, 1971) fue de aproximadamente 9,5 kg por habitante por año. De no ser por la aplicación de este mecanismo, el sistema de precios hubiera requerido un aumento del 35% del precio relativo de la carne.

15 Estos números difieren de los obtenidos por Reca y Gaba, en un período con un consumo altamente intensivo de carne vacuna, lo cual explica la diferencia de resultados (con un mayor crecimiento del consumo de carne en su caso). Pero se ha mantenido en esencia el modelo estimado por RG.

V. Consumidores : utilidad cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones. 145

6. Cuadros complementarios de la sección 5.3 Tabla 1 Agregación regional y tasas de crecimiento del PBI y la población entre 1995 y 2020 Abreviatura Descripción PBI Población PBI/año POB/año PBI cap/año CHN China 523.3 53.7 7.6 1.7 5.8 NIC Corea, Taiwan y Hong-Kong 243.8 19.5 5.1 0.7 4.3 AS6 Singapur, Malasia, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Vietnam 210.2 32.6 4.6 1.1 3.5 MEX Mexico 208.8 23.3 4.6 0.8 3.7 ROW Resto del Mundo 184.1 68.6 4.3 2.1 2.1 MER Mercosur (Argentina, Brasil y Uruguay) 165.9 26.9 4 1 3.0 EIT Ex Unión Soviética y países de Europa Central y Oriental 159.7 20 3.9 0.7 3.1 MEA Africa del Norte y Medio Oriente 155.9 92.9 3.8 2.7 1.1 AUS Australia y Nueva Zelandia 124.9 23.6 3.3 0.9 2.4 USA Estados Unidos de América 94.8 22.6 2.7 0.8 1.9 CAN Canadá 93.7 22.7 2.7 0.8 1.8 WEU Europa Occidental (Unión Europea y European Free Trade Association) 87.3 1.8 2.5 0.1 2.5 JPN Japón 54 3.9 1.7 0.2 1.6 Todos los números de la tabla son tasas de crecimiento en porcentaje.

V. Consumidores : util cuasilineal, consumidor representativo, metodología y aplicaciones 146

Tabla 2 Elasticidades-ingreso de AIDADS en 1985, 1995 y 2020 China Recient. Indust. ASEAN Mexico Resto del Mundo MERCOSUR Cereales 0.81 0.74 0.22 0.31 0.06 0.05 0.53 0.22 0.04 0.06 0.06 0.03 0.76 0.72 0.47 0.12 0.09 0.03 Prod. Cárnicos 1.46 1.02 0.69 0.72 0.73 0.86 0.80 0.71 0.84 0.73 0.73 0.83 1.07 1.00 0.79 0.70 0.71 0.82 Hort&Veg 1.33 0.94 0.46 0.52 0.44 0.63 0.66 0.47 0.60 0.45 0.44 0.57 0.99 0.91 0.64 0.43 0.43 0.57 Pesca 1.43 0.93 0.23 0.34 0.05 0.01 0.56 0.22 0.00 0.04 0.05 0.00 0.99 0.90 0.53 0.12 0.08 0.00 Otros alim. 0.96 0.86 0.61 0.65 0.66 0.81 0.71 0.62 0.79 0.66 0.66 0.77 0.88 0.85 0.71 0.63 0.64 0.77 Textiles 0.94 0.91 0.84 0.87 0.89 0.95 0.89 0.86 0.94 0.88 0.88 0.93 0.92 0.91 0.87 0.87 0.88 0.94 Recursos 0.72 0.97 1.17 1.17 1.11 1.05 1.11 1.14 1.05 1.12 1.12 1.06 0.94 0.99 1.14 1.14 1.13 1.06 Manufact. 1.20 1.25 1.28 1.28 1.17 1.07 1.30 1.24 1.07 1.16 1.16 1.08 1.24 1.26 1.29 1.21 1.19 1.09 Servicios 0.86 1.24 1.37 1.34 1.21 1.10 1.35 1.30 1.09 1.20 1.21 1.10 1.19 1.26 1.39 1.26 1.23 2.22 Econ. En Transic. M.Or. y Afr.N. Aust y N. Zeland. USA Canadá Cereales 0.26 0.22 0.02 0.40 0.37 0.21 0.08 0.07 0.07 0.06 0.07 0.19 0.06 0.06 0.07 Prod. Cárnicos 0.70 0.70 0.87 0.75 0.74 0.76 0.79 0.83 0.87 0.84 0.87 0.91 0.81 0.84 0.88 Hort&Veg 0.47 0.46 0.64 0.57 0.55 0.49 0.52 0.58 0.65 0.60 0.66 0.74 0.55 0.60 0.68 Pesca 0.27 0.22 0.02 0.42 0.39 0.21 0.06 0.04 0.03 0.03 0.03 0.03 0.03 0.02 0.03 Otros alim. 0.62 0.62 0.82 0.69 0.68 0.69 0.73 0.78 0.82 0.79 0.83 0.88 0.76 0.79 0.84 Textiles 0.85 0.85 0.95 0.87 0.87 0.95 0.92 0.93 0.95 0.94 0.95 0.97 0.93 0.94 0.96 Recursos 1.21 1.20 1.05 1.16 1.16 1.20 1.09 1.07 1.05 1.06 1.05 1.03 1.08 1.06 1.04 Manufact. 1.26 1.25 1.07 1.27 1.26 1.33 1.12 1.09 1.06 1.08 1.06 1.03 1.10 1.08 1.05 Servicios 1.34 1.33 1.10 1.32 1.32 1.38 1.14 1.10 1.05 1.09 1.07 1.03 1.12 1.09 1.04 Japón Europa Occ. Cereales 0.06 0.04 0.13 0.09 0.07 0.06 Prod. Cárnicos 0.76 0.80 0.88 0.78 0.80 0.86 Hort&Veg 0.47 0.53 0.68 0.51 0.54 0.65 Pesca 0.04 0.02 0.09 0.07 0.05 0.02 Otros alim. 0.69 0.74 0.84 0.72 0.75 0.83 Textiles 0.90 0.92 0.96 0.91 0.93 0.95 Recursos 1.10 1.08 1.04 1.09 1.07 1.04 Manufact. 1.14 1.11 1.06 1.13 1.10 1.05 Servicios 1.17 1.13 1.07 1.15 1.12 1.04 Las tres columnas (de izquierda a derecha) en cada región contienen las elasticidades-ingreso en 1985, 1995 y 2020 respectivamente.

V. Consumidores : util cuasilineal, consumidor representativo, metodología y aplicaciones 147

Tabla 3. Diferencia entre las elasticidades-ingreso del sistema LES y las del sistema AIDADS en 1995 y 2020 (calculadas como diferencias entre la elasticidad calibrada LES y la elasticidad AIDADS, en porcentaje) CHN NIC AS6 MEX ROW MER EIT MEA AUS USA CAN WEU JPN LES 1995 Cereales 18 44 45 -1 8 5 11 10 2 -1 -1 0 4 Prod. Cárn. 13 12 16 0 6 2 4 3 -3 -5 -5 -6 1 Hort&Veg. 18 26 29 0 9 3 12 10 -10 -25 -16 -24 2 Pesca 22 46 47 0 20 6 33 70 -4 -2 -2 -5 4 Otros alim. 13 14 20 0 5 2 3 5 -1 -4 -3 -4 1 Textiles 6 5 7 0 3 1 5 -3 -3 -3 -5 -4 1 Recursos -11 -4 -12 0 -2 -1 16 5 -5 -3 -4 -5 0 Manufact. -18 -6 -13 0 -6 -1 -3 -10 -1 -1 -1 0 0 Servicios -30 -13 -16 0 -14 -1 -11 -10 2 2 3 4 -1 LES 2020 Cereales 76 68 79 8 28 22 45 27 7 -1 0 6 2 Prod. Cárn. 34 7 16 1 17 3 11 9 -1 -4 -4 -3 1 Hort&Veg. 57 20 38 2 25 8 28 22 -7 -23 -15 -22 1 Pesca 80 74 83 10 37 25 67 79 -2 -3 -3 -1 2 Otros alim. 39 9 20 1 17 4 12 12 0 -2 -2 -2 0 Textiles 16 2 6 0 8 1 6 0 -2 -2 -3 -2 0 Recursos -20 -1 -7 0 -11 -1 3 -2 -3 -2 -3 -3 0 Manufact. -26 -2 -7 0 -18 -1 -5 -15 -1 0 0 0 0 Servicios -38 -4 -9 0 -31 -1 -10 -17 1 1 2 2 0 RMPSE 16 LES 1995 0.53 12.37 3.05 0.13 0.31 1 1.57 1.83 1 1.01 0.96 1.06 2.55 LES 2020 5.13 106.24 78.18 15.98 0.89 83.2 13.64 3.03 1.21 0.96 0.92 1.22 0.4

16 Significa el root mean square percentage error utilizando a las elasticidades-ingreso del AIDADS como puntos de referencia.

V. Consumidores : util cuasilineal, consumidor representativo, metodología y aplicaciones 148

Tabla 4. Cambios porcentuales de la demanda privada, de las importaciones y de los requerimientos de producción en 2020, con relación a los datos base, a partir del modelo AIDADS CHN NIC AS6 MEX ROW MER EIT MEA AUS USA CAN WEU JPN

Consumo per capita

Cereales 106 5 9 4 41 3 10 10 4 4 3 4 3 Prod. Cárn. 223 135 86 108 63 76 75 25 67 51 48 67 39 Hort&Veg. 165 79 48 63 55 43 41 16 47 39 34 44 26 Pesca 133 2 8 1 51 2 10 10 2 1 1 2 1 Otros alim. 179 122 74 97 53 68 64 22 63 49 46 62 36 Textiles 239 167 112 132 60 96 97 31 76 56 54 77 45 Recursos 368 211 157 169 73 124 146 42 87 61 61 90 52 Manufact. 509 222 172 176 96 131 160 49 89 62 62 91 53 Servicios 574 239 182 183 103 137 182 51 88 61 61 90 54

Producción total

Cereales 273 91 115 113 138 102 80 119 108 92 101 64 33 Prod. Cárn. 349 165 160 161 162 130 111 136 112 89 87 76 50 Hort&Veg. 328 128 135 123 148 100 87 121 97 77 81 59 42 Pesca 276 65 97 66 140 93 76 115 81 63 75 52 40 Otros alim. 327 167 136 144 151 121 102 132 104 86 82 73 45 Textiles 213 178 132 160 145 151 123 127 131 95 93 89 63 Recursos 321 190 160 155 150 153 139 127 117 95 94 89 67 Manufact. 284 158 135 133 144 146 125 125 108 93 92 86 77 Servicios 337 200 162 188 160 151 140 127 115 92 90 86 63

Importaciones totales

Cereales 276 146 123 134 143 113 88 120 99 66 69 59 49 Prod. Cárn. 355 177 164 158 163 133 113 128 110 88 86 74 54 Hort&Veg. 355 139 140 138 154 105 95 125 96 76 71 60 49 Pesca 284 84 85 129 153 99 93 123 72 62 87 62 40 Otros alim. 336 170 144 145 154 124 104 133 103 85 82 72 47 Textiles 308 200 152 173 157 150 132 135 119 92 90 82 54 Recursos 314 188 172 149 159 150 136 129 116 95 93 88 73 Manufact. 286 162 144 135 153 127 130 103 99 88 89 80 70 Servicios 438 216 205 170 180 159 143 136 118 94 92 86 63

V. Consumidores: util cuasilineal, el consumidor representativo, metodología y aplicaciones 149 7. Los supermercados, nuevas formas de comercialización y exportaciones17 El sector de la carne vacuna se ha caracterizado por su alta complejidad a lo largo de los principales eslabones que integran la cadena: producción, industria, distribución y consumidor. La Argentina ocupaba hasta el 2000 (el 2001 resultó totalmente atípico con el cierre de casi el 98% de los mercados de carnes frescas) el quinto lugar como productor y el sexto lugar como exportador y es el país con mayor consumo de carnes por habitante; por tal razón, el arraigo de este producto en el país hace que el 85% de la producción total sea consumida localmente y el resto se exporte con una participación promedio, en la última década de 700 millones de dólares por año. La ganadería vacuna participa en un 18% del PBI agropecuario y en un 3% del PBI total, la carne de vaca representa aproximadamente el 68% del consumo total de carnes en nuestro país, y el 7,1% del gasto total en alimentos por habitante. El negocio de la carne vacuna, a la salida del frigorífico, tiene una facturación aproximada de 6.500 millones de pesos anuales. Al considerar las exportaciones totales del 2000 en 25.000 millones de dólares, su participación es del 2,5%. Un punto final que cabe señalar es que la participación supermercadista introdujo tanto una nueva modalidad de compra para el consumidor como también cambios en las tradicionales reglas de juego de la comercialización minorista: la concentración de mercadería de los supermercados aparejó nuevos plazos de pago y condiciones de compra que se extendieron a toda la cadena de comercialización, llegando inclusive al productor que vio reducida su rentabilidad. En la actualidad se estima que entre el 35 y el 40% de la venta de carnes se concentra en este canal y sólo en Capital Federal representa el 60% de la comercialización de carnes vacunas. Hay firmas supermercadistas que tienen sus propias plantas faenadoras, lo que les brinda un mayor control del negocio hacia delante y hacia atrás en la cadena y también elementos clave como la seguridad en la cadena de frío, calidad continua (contratos con los productores en forma directa), mejor distribución de los cortes por zona de consumo, venta de cortes con marca propia y diferente presentación, etc. La comercialización tradicional de carne en el mercado interno se basa en el traslado de la media res salida de la planta faenadora y transportada hacia cada boca de expendio en camiones refrigerados. Esta modalidad a principios de los 90 representaba el 95% y el resto se basaba en la distribución de cortes, pero esta manera de venta mostró un fuerte cambio ya que la relación pasó de 95/5 % al 75/25 %. Ambos mercados constituyen mundos muy diferentes, en el mercado de la media res las categorías más utilizadas son vaquillona, ternero y novillito colocadas directamente en el local de expendio para su desposte, siendo la modalidad utilizada por los frigoríficos consumeros. De esta forma se logró incrementar los beneficios obtenidos en los mercados de alto valor. Estos frigoríficos proveen de carne a supermercados e hipermercados, algunos a través del ingreso a una nómina de proveedores continuos con especificaciones en cuanto a calibre de los cortes; los plazos más comunes oscilan entre los 30 y los 45 días. Los operadores del mercado interno son los matarifes carniceros. El negocio de la exportación de carne vacuna cuenta con clientes que pueden ser los mismos importadores o también el negocio puede ser encarado a través de un intermediario como la figura del broker. Los importadores, en la mayoría de los casos cuentan con sistemas propios de distribución. Las exportaciones de carne bovina de Argentina subieron un 14,9 por ciento en los primeros ocho meses de 2008, a 996,6 millones de dólares, respecto del mismo período de 2007, según el último informe del gobierno. Sin embargo, el volumen de las ventas externas entre enero y agosto de este año fue de 230.098 toneladas, lo que representa una caída del 21,8 por ciento

17 V. INTA, “Mercado de la Carne Vacuna en Argentina”, IDIA XXI-Revista de Información sobre Investigación y Desarrollo Agropecuario, n. 2, Julio 2002; información de Reuters de Oct 2008.

V. Consumidores : util cuasilineal, consumidor representativo, metodología y aplicaciones 150

con respecto al mismo período de 2007, según el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). El país es uno de los mayores exportadores mundiales de carne vacuna, pero el Gobierno mantiene restringido el volumen de ventas externas para evitar un desabastecimiento del mercado doméstico. El principal producto comercializado por Argentina fueron las carnes frescas, con 130.223 toneladas por 649,8 millones de dólares. El destino más importante de las carnes frescas en los primeros ocho meses de 2008 fue Alemania, con importaciones por 10.834 toneladas y 144,6 millones de dólares, seguido por Rusia, con 46.860 toneladas por 136,7 millones de dólares. Por otro lado, las exportaciones de cortes de alta calidad comercial destinados a la Unión Europea -denominados Hilton- fueron de 12.128 toneladas, por un valor de 179,6 millones de dólares. El mayor comprador fue Alemania, con 6.025 toneladas por 90,6 millones de dólares. Las ventas de carnes procesadas alcanzaron las 17.268 toneladas, por 62,5 millones de dólares. El mayor comprador fue Estados Unidos, con 6.512 toneladas por 24,8 millones de dólares. Por último, las exportaciones de menudencias y vísceras fueron de 70.479 toneladas por 104,7 millones de dólares entre enero y agosto de 2008. El principal destino fue Hong Kong, que compró 17.077 toneladas por 33,3 millones de dólares.