Vanguardia n° 4

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N°4 www.revistavanguardia.cl Juventud Socialista de Chile N 4

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Revista Vanguardia, de las secretarias de estudios y programas & Difusion y propaganda. Juventud Socialista de Chile.

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N°4

www.revistavanguardia.cl

Juventud Socialista de Chile

N 4

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VANGUARDIA REVISTA DE LA SECRETARÍA NACIONAL DE ESTUDIOS Y PROGRAMAS & DE LA SECRETARÍA NACIONAL DE DIFUSIÓN Y PROPAGANDA JUVENTUD SOCIALISTA DE CHILE Año 2 .número 4. Junio-Julio 2012 Director: Marcel Rossé, Secretario nacional de

Estudios y Programas, Juventud Socialista de Chile/ @marcelrosse

Sub-Director: Tomás Vivanco, Secretario nacional de

Difusión y Propaganda, Juventud Socialista de Chile/ @tomasoski

Comité Editorial:

Francisco Melo/@elquenoesactor

Rodrigo Muñoz/ @rodrigomunoz_b

Thomas Venegas/ @thomasvenegas

Nicolás Zeballos Fernández

Twitter: @VanguardiaChile

Web: www.revistavanguardia.cl

Contacto: [email protected]

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VANGUARDIA

Año 2 .número 4

Editorial

La República Socialista

Un Mundo en Igualdad es Posible!

El Desconcierto de la Concertación

Aumento del padrón electoral…una oportunidad que no podemos

desperdiciar…

Paraguay y el fracaso de la buena voluntad

Regionalización, y los desafíos hacia una democracia para todos.

Política y el Litio

El Impuesto y la Distribución de Ingresos

Archivo Histórico

Noticias

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EDITORIAL La izquierda socialista, un espacio en disputa ¿para qué y para quiénes?

El Partido Socialista de Chile (PS) ha representado históricamente una real opción dentro del espectro de la izquierda chilena. Desde 1933, muchas y muchos de sus militantes forjaron un espacio en la izquierda con verdadera voluntad de poder y de transformación social. Aún más, nadie puede poner en cuestión su participación efectiva en los vaivenes de la historia de la política y el movimiento popular chileno en los últimos 80 años. Tres presidentes del país, entre ellos Salvador Allende, además de un sinnúmero de dirigentes y líderes sociales y políticos, dan prueba de ello. Empero, hoy por hoy vivimos un contexto complejo para el PS. Básicamente esto se vivencia en una crisis de legitimidad generada por su rol principal dentro de la Concertación, asumir en muchos casos la articulación de dicha coalición, las transformaciones propias de su identidad y arraigo en el mundo social producto de su participación en veinte años de gobierno, además de sus propias decisiones pragmáticas con respecto al deber histórico que el partido debía asumir en una transición democrática tan compleja como fue la chilena como también cuando tuvo dos presidentes provenientes de sus filas, entre otras cosas.

Ante tal situación, han emergido, durante los últimos años,

formaciones políticas emancipadas de la propia matriz socialista como también agrupaciones en el mundo universitario que apelan a un espectro identificado con la izquierda socialista. En el segundo caso, dichos grupos se han ido fortaleciendo cada vez más al alero del movimiento estudiantil del año 2011 y han mantenido cierto poder relevante desde algunas de las federaciones estudiantiles del presente año. Estas organizaciones estarían centralizadas principalmente en lo que podría denominarse como Izquierda Autónoma, arraigada primordialmente en la Universidad de Chile, y la Nueva Acción Universitaria (NAU), concentrada en la Universidad Católica.

Hablando un poco de las historias de ambas organizaciones, éstas se forjaron como entidades “apartidistas”, críticas de la política tradicional y de los gobiernos concertacionistas. Uno y otro (autónomos y NAU) han tenido un desarrollo creciente en sus casas estudiantiles, siendo parte de sus Federaciones hace ya varios años. En el caso de los “autónomos”, éstos son los herederos de un anterior y conocido movimiento denominado La Surda, el cual básicamente, tenía la misma “razón de ser” y apuntando a las mismas críticas. Por parte de la NAU, ésta es una agrupación un tanto más compleja en sus vertientes forjadoras ya que de algún modo surge como una orgánica muy ligada a las juventudes políticas de la Concertación, como la Juventud Socialista de Chile, pero poco a poco se fue emancipando, por lo menos en lo político, de dicha relación, transformándose hoy en una plataforma para una nueva orgánica conocida como Revolución Democrática, la cual aspira a superar el espacio estudiantil, asentándose en el territorio. Como lo planteamos desde un principio, estas organizaciones surgen en un contexto de gran deslegitimación del sistema político y particularmente del Partido Socialista. Aún así, buscan ser alternativas de poder en tanto una crítica “ética” a la acción de éstos, por lo cual no hay ejes programáticos ni ideológicos

[en definitiva,

alentamos la

reflexión crítica y

la búsqueda de

nuevos aires para

la izquierda,

particularmente

aquella identificada

con el espacio

socialista]

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profundamente distintos a los ya planteados por el socialismo chileno u otras expresiones políticas “tradicionales”, próximas a lo que se denomina ambiguamente como “progresismo”. Además de ello, gran parte de sus dirigentes provienen de las mismas “familias” que controlan o forman parte del “establishment” político criollo. Así, se conforman en grupos con redes políticas que se mueven en las mismas direcciones que ellos aparentemente cuestionan. Sin duda alguna, el socialismo y la izquierda en su conjunto necesitan un replanteamiento, de una nueva crítica a sus cimientos, a sus lógicas y conformaciones actuales. Sin embargo, primero que todo debemos preguntarnos para qué queremos dichos cambios, qué queremos transformar, qué queremos construir, de qué formas y con quiénes (y para quiénes) deseamos hacerlo. Por lo mismo, que el socialismo sea un campo en disputa tiene sentido, que además de ello surjan nuevas expresiones a esta tradición también lo es. Empero, cabe preguntarse si realmente son nuevos discursos, nuevas ideas o nuevos programas. Y si la alternativa tan sólo se vale de una crítica “ética” por sobre programática y de ideas, cabe preguntarse si es necesariamente ésta la forma para “rectificar” el rumbo en pos de los cambios que el país requiere. Desde nuestro punto de vista, el socialismo aún tendrá “sentido” en cuanto éste contenga una reflexión crítica del orden de las cosas y busque una acción transformadora de ese orden. Pero además de ello, que en dicha crítica y acción tenga como enfoque principal la transformación de las estructuras sociales y económicas del país en pos de mejorar sustancialmente la vida de los más desposeídos, de los más pobres. Así también, debe sumar las demandas inmateriales que la sociedad ha expresado con mayor claridad durante los últimos años: el acceso al arte, la protección del medio ambiente, el respeto y la promoción de la diversidad y de todas las “alteridades”, entre otros temas no menos importantes. Pero además debe hacerse cargo de lo obrado, reflexionar críticamente de su accionar en los últimos años y pensar el Chile actual, subjetiva y objetivamente, para así comprender qué es lo que se cambia y cómo debe cambiarse. Así, en definitiva, alentamos la reflexión crítica y la búsqueda de nuevos aires para la izquierda, particularmente aquella identificada con el espacio socialista (la que cree en una democracia radicalizada, con sentido y épica socialista, la que aboga por el respeto de los DD.HH frente a cualquier orden, etc.). Por ello, apelamos a la reinvención de la izquierda socialista, que renueve su enfoque popular, que abogue por las transformaciones estructurales necesarias para una sociedad justa e igualitaria para todas y todos, que sea capaz de dar cuenta también de las condiciones objetivas y subjetivas de la sociedad, del sentido común, de la cultura y que preserve su voluntad de poder y su capacidad de articular mayorías, con el fin de dar respuestas a las demandas y necesidades que el país, y su pueblo, requieren. En este sentido es importante una crítica ética al actuar de la “clase política” de hoy, pero aún más importante es comprender qué ha cambiado en todas las tramas de nuestra sociedad. La política de izquierda, y desde sus herramientas de transformación social (como son los partidos políticos), requiere una relectura general de la sociedad a la cual aspira a transformar, dando cuenta de las nuevas lógicas que toma el capitalismo a nivel mundial y local, de cómo se reordena el poder y de las complejidades de la sociedad en su conjunto. No debemos quedarnos cortos, las tareas que se nos vienen por delante son complejas. El Partido Socialista de Chile, espacio al cual adscribimos por convicción, por historia y por identidad, por tener entre sus filas a miles de trabajadoras y trabajadores, a pobladoras y pobladores, debe estar a la altura de las tareas del presente y el futuro. Su historia, su arraigo e identificación social y popular, su composición interna, son un “llamado” a nosotr@s mism@s a trabajar en un partido capaz de asumir las banderas de una sociedad mejor, radicalmente democrática, de contenido y sentido socialista.

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LA REPÚBLICA SOCIALISTA___________________________________________________________

Alimentar al pueblo,

vestir al pueblo,

domiciliar al pueblo,

entendiéndose por el

pueblo al conjunto de

los ciudadanos sin

distinción de clase ni

de partidos.

Alfredo Lagarrigue

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La república socialista será una república de trabajadores no

de esclavos, sino de dignos, libres y conscientes trabajadores.

Eugenio Matte Hurtado, junio 1932.

Eugenio Matte General Arturo Puga Carlos Dávila

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Montero parte al exilio hacia Argentina

Manifestación de apoyo a la República Socialista

Fotos de Santiago Nostálgico

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¡Un Mundo en Igualdad es Posible!

A los y las jóvenes en los comienzos del Siglo

XXI, nos ha tocado vivir tiempos de cambios profundos. Cambios políticos, económicos y sociales que han impactado en la población a nivel mundial, y una vez más las consecuencias negativas de esos cambios han perjudicado en mayor medida a los más vulnerables, y en particular a los más jóvenes. Muchas han

sido las medidas que se han tomado con el objetivo de salvar el mercado, pero muy pocas con el objetivo de crear una economía global sustentable que ponga a las personas en primer lugar.

En este contexto de crisis

global, América Latina aún vive un momento histórico muy particular, en el que fuerzas progresistas gobiernan gran número de países del continente. Ha quedado en evidencia, que los países con gobiernos progresistas han sorteado de mejor forma los efectos de la crisis, logrando avances significativos en términos de la reducción de la pobreza y la indigencia, y en la construcción de sociedades con mayores niveles de justicia social.

Desde el punto de vista electoral, la derrota de

la Concertación en Chile ha significado un golpe importante a nuestro movimiento. Pero vemos como día a día, el nefasto gobierno de la derecha, nos acerca a recuperar el Gobierno en torno a un proyecto que ponga en primer lugar a las personas.

Por otro lado, podemos decir que la subregión

del MERCOSUR atraviesa un momento único, con posibilidades inmensas de profundizar los procesos de cambio que han comenzado en Brasil, Paraguay y Uruguay.

Pero lo que ha sido una regla en todo el mundo, es que en estos tiempos asistimos a un

discurso generalizado respecto al rol de las nuevas generaciones, y a las acciones que deben tomarse para asegurar su futuro. Sin embargo, la voz de los y las jóvenes está lejos de ser escuchada. Por eso hoy, más que nunca, los jóvenes socialistas debemos reivindicar la política,

debemos reivindicar las organizaciones políticas.

Miles de jóvenes se han manifestado en todo el mundo por sus derechos. Miles de jóvenes en Medio Oriente, en el Norte de África, en España, en Chile, reclamaron por su derecho a vivir en democracia, por su derecho a la igualdad de oportunidades, por su

derecho a una educación pública de calidad, por su derecho al trabajo decente.

En momentos de crisis financiera

internacional, y de altos índices de desempleo juvenil, debemos lograr que los jóvenes vuelvan a creer en que las únicas soluciones posibles son políticas, y en que la verdadera salida hacia un crecimiento de la economía inclusivo, y orientado al desarrollo, la encontrarán en las propuestas socialistas.

En cuanto a la situación puntual de la juventud, el problema más importante de hoy no es el nivel de desempleo juvenil, sino sus repercusiones futuras. Los jóvenes que acceden al mundo laboral en un momento de recesión económica tienen, a lo largo de su carrera laboral, menores salarios, más períodos de desempleo y mayor sobrecalificación que los que acceden en un momento de expansión.

Los jóvenes son el mayor activo mundial

para el presente y para el futuro, pero representan

Viviana Piñeiro

Presidenta de IUSY

JSU – Uruguay

www.iusy.org

@ViviPineiro

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también un grupo con graves vulnerabilidades. En los años recientes, el creciente desempleo mundial ha afectado especialmente a los jóvenes y la juventud actual afronta grandes incertidumbres de índole económica y social. Comparados con los adultos, los jóvenes de hoy tienen tres veces y media más de probabilidades de encontrarse desempleados. Esto genera que frecuentemente, su potencial no se utiliza porque no tienen acceso a un trabajo decente y productivo.

Existe un lazo comprobado entre desempleo

juvenil y exclusión social, dado que la imposibilidad de encontrar empleo genera una sensación de exclusión entre los jóvenes. Para muchos jóvenes estar sin trabajo significa no tener la oportunidad de salir de la pobreza. Por otra parte, se ha comprobado que la experiencia anterior de desempleo influye en las oportunidades futuras de empleo.

De todas formas, las tasas de desempleo

oficiales sólo son parte del problema; ya que incluso cuando los jóvenes tengan empleo, las condiciones de trabajo pueden ser inadecuadas. Tanto en los países desarrollados como en los países emergentes, los jóvenes tienen más probabilidades de encontrar trabajo intermitente e inseguro, muchas veces en la economía informal y con limitada protección laboral.

Es necesario brindar a los jóvenes mayores

posibilidades de conseguir empleo decente a una edad más temprana, evitando el círculo vicioso del desempleo, malas condiciones de trabajo, pobreza y frustración que, a su vez, perjudica las perspectivas futuras de toda la economía.

Por eso, nuestra lucha por la igualdad no

puede detenerse. Los valores que fundamentan el socialismo y la socialdemocracia son la libertad, la igualdad y la solidaridad. Para poder desarrollar nuestro proyecto de cambiar el mundo, garantizando la igualdad de oportunidades para todos y todas es imprescindible garantizar una libertad que se sustente en la igualdad de oportunidades y en una conciencia global

estableciendo las bases de la responsabilidad social solidaria.

Es fundamental comprender el concepto de

igualdad en base a las oportunidades que todo individuo ha de tener a lo largo de su vida. La igualdad ha de ir ligada a la justicia, que establece el principio fundamental de tratar a los iguales de manera igual y a los desiguales de manera desigual.

Es por ello que la economía mundial

necesita ser democratizada. El sistema financiero mundial hoy tiende al colapso. La crisis amenaza a los países desarrollados y en desarrollo, sean estas economías consolidadas y estables o en transición. A pesar de la considerable incertidumbre que rodea el futuro de los asuntos económicos internacionales, es claro que los actuales acuerdos económicos y financieros no son sostenibles, y los efectos de la crisis serán de larga duración.

Vemos a diario cómo una generación de

jóvenes está perdiendo su futuro en sucesivos recortes presupuestales, en soluciones de corto plazo que solo benefician al mercado en lugar de centrarse en las personas. Demasiadas generaciones de jóvenes han vivido en crisis toda su vida y son pocas las esperanzas de que esto cambie. Estamos ante problemas globales, y para enfrentarlos necesitamos implementar soluciones comunes.

Es tiempo de que las Naciones Unidas

tomen una posición efectiva para lidiar con los asuntos que van surgiendo en medio del dramático cambio de la política mundial y de los nuevos desafíos globales. Es tiempo de un Consejo de Seguridad Económica de Naciones Unidas.

Las instituciones financieras internacionales

deben ser socialmente responsables y democráticas a fin de ser legítimas y efectivas. La actual crisis económica mundial ha dado una renovada misión a las instituciones financieras internacionales. Se debe organizar el sistema financiero internacional sobre una base de legitimidad que permita que cada nación esté representada, independientemente de

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su condición económica actual y de su poder político.

Un impuesto a las transacciones financieras internacionales debería ser el comienzo de una serie de regulaciones globales y el comienzo de la distribución de los recursos del mundo. Es el momento de llevar la democracia al sistema financiero. Necesitamos un sistema económico democrático y global que esté al servicio la gente.

Es claro que la derecha no tiene las soluciones, y más que nunca es tiempo de socialismo y socialdemocracia para demostrar que somos capaces de liderar la salida.

La Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY) es la mayor organización política de jóvenes en el mundo. A pocas semanas de culminado nuestro XXIX Congreso Mundial celebrado en Paraguay, con entusiasmo renovado por los dos años de trabajo que se aproximan junto

al nuevo Presidium electo, estamos satisfechos con las discusiones que hemos dado. Los invitamos a conocer nuestro Manifiesto Político Global. El Manifiesto será nuestra herramienta de trabajo fundamental, de presentación de nuestra organización, pero sobre todo de presentación de nuestras ideas y propuestas para cambiar el mundo.

Porque estamos convencidos de que juntos podemos hacerlo. Creemos en los principios y valores de la igualdad, la solidaridad y la libertad. Los Derechos Humanos y la Democracia son nuestros derechos básicos, y deben ser respetados en todo el mundo. Tenemos que transformarnos en los líderes del futuro, embanderados en nuestros principios de libertad, justicia, democracia, solidaridad, paz e igualdad para todos y todas. Y sabemos que si somos muchos y si nos mantenemos unidos seremos escuchados y seremos más fuertes en nuestra lucha.

Somos IUSY y estamos en todo el mundo, para cambiarlo.

¡Porque un mundo en igualdad es posible, y vale la pena luchar por él!

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El desconcierto de la concertación Alan Espinoza Ortiz

Vicepresidente Nacional Electoral

Juventud Socialista de Chile

@AlanEspinozaO

Casi nos hemos acostumbrado a los reiterativos problemas de coordinación al interior de nuestra coalición. Alianzas, aliancillas, pactos políticos, electorales, de amistad, con o sin sentido, que muchas veces no comprendemos, algunas no compartimos y otras simplemente preferiríamos nunca hubiesen sucedido, esto es parte de nuestra vida política y a estas alturas no sé si vale la pena comenzar a analizar lo inanalizable…. Sin embargo, y cuando creemos que nada puede sorprendernos pasa lo siguiente. Qué ocurre cuando vemos que, en una decisión que debería haber sido unificada dentro de la oposición, tan bullada, estudiada, programada y respaldada, como una señal potente de descontento y reprobación, y como una señal de que estamos unidos como Concertación y que aún, pese a lo que la mayoría cree, tenemos objetivos comunes, aquellos en quienes confiamos nuestra representación política en el Congreso Nacional, se ausentan del mismo momento de la votación respecto a la acusación constitucional entablada en contra del Ministro Hinzpeter, siendo responsables del fracaso de esta iniciativa y pavimentando la permanencia de un ministro represor, militarista y con ideas distorsionadas de paz social y sana convivencia entre chilenos. Es eso lo que me cuestiono cuando caigo en cuenta de que 8 diputados, tres radicales, dos demócratacristianos y tres pepedés, no sólo no se encontraban en la sala al momento de votar, sino que no estaba en el país. Será que no supieron de los excesos, de la represión, de la tortura que recibieron muchos de los estudiantes que el año pasado y este marchan por mejorar la educación de todos los chilenos, haciéndose cargo de una responsabilidad que les compete a ellos, la de trabajar en pos del mejoramiento de nuestras

condiciones de vida y del rol que juega el Estado en cosas tan importantes como la educación, entre otras. ¿Acaso no lo vieron?, ¿no vieron a los carabineros infiltrados, a los que iniciaban los disturbios, los que provocaban e irrumpían generando violencia y “facilitando” la entrada de los represores en las marchas y manifestaciones, en los intentos de reivindicación social del sistema que ellos han colaborado a mantener y solidificar?.Yo los vi, honorables diputados, porque mientras ustedes están en el congreso, o en sus distritos, o viajando por el mundo el pueblo lucha por lo que cree justo, y lo hace en las calles, donde se grita pensando que ustedes nos escucharán, donde se marcha pensando que ustedes nos acompañan al menos desde las intenciones, donde se hace política, pero la política real, no la que se hace en una silla de la cámara o en un confortable asiento de avión. Los vimos todos, todos los chilenos que apoyaron con las cacerolas y a quienes también reprimieron sin motivo los mismos mercenarios del ministro Hinzpeter. Los vio la prensa internacional, aquella que no está gobernada por los poderosos y que ha puesto en un sitial nunca antes visto a la importancia de este movimiento, entonces, les puedo decir, honorables, que me decepciona la ligereza con que toman la política, y la ligereza con que la hacen, ya que algunos de los ausentes constituyeron lo que ellos consideran “la izquierda” de la Concertación, pero no son capaces de estar con el pueblo y los oprimidos cuando es necesario, no fueron capaces de manifestarse como el pueblo los mandata, votando en la cámara por lo justo, por el bien de la sociedad, por el progresismo. Sin embargo, fueron cómplices de lo que dicen reprobar, han permitido que el Ministro Hinzpeter siga ordenando torturas, golpes, represión, y no sólo en la alameda, sino que también en la Araucanía, en Aysén, y en todos los rincones de Chile donde alguien se manifiesta por lo justo. Entonces les pregunto, ¿ustedes no ven la represión?, ¿o no es importa lo suficiente como para asistir el día de la votación y frenar estas aberraciones? Permítanme honorables, camaradas, correligionarios, compañeros, decirles que como chileno, como joven, como estudiante, como manifestante, como protestante, como militante y como ser humano… no los entiendo y rechazo con fuerza la actitud que han tomado, y me atrevo a decirles que es por ustedes que la sociedad no cree en nosotros, los militantes, los que si salimos a marchar, que si estamos con el pueblo, que si somos representantes de los estudiantes, los obreros y los trabajadores.

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LA REPÚBLICA SOCIALISTA___________________________________________________________

Fotos de Santiago Nostálgico

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Aumento del padrón electoral…una oportunidad que no podemos desperdiciar… Christopher White Bahamondes

@white_concejal

Como consecuencia de la reforma que estableció la inscripción automática y el voto voluntario, un número importante de jóvenes y adultos no inscritos en los registros electorales, hoy se suman al padrón electoral nacional. Y que bien que así sea, puesto que los jóvenes, como grupo etario, representamos el 21,9 % de la población. Además, debemos considerar la incorporación del grupo etario de entre 30 y 40 años, que hasta la fecha, tenía una baja inscripción electoral. Por lo tanto, esta incorporación generará un cambio a la forma convencional de cómo históricamente se han llevado a cabo las elecciones durante los últimos años, y por ello es indispensable que la ciudadanía se informe de lo que esto significa y del impacto político- participativo que ocurrirá en las elecciones del próximo 28 de Octubre. A nivel nacional, y como consecuencia de la reforma, el padrón electoral aumentó de 8 a 13 millones de electores, es decir, aumentó en más de 5 millones de personas, que en octubre de este año podrán participar del proceso electoral municipal, decidiendo quiénes serán sus próximas Autoridades Comunales. La Región Metropolitana tuvo un aumento de 1.571.000 nuevos electores, lo que significa un aumento de 36.4% del Padrón electoral, pasando de 2.729.450 a 4.300.778 electores.

Y este aumento se ve reflejado en gran parte de las comunas, de las cuales comunas como Puente Alto, Maipú, La Pintana, Pudahuel, San Bernardo y Huechuraba, han visto aumentado en gran cantidad su padrón electoral comunal, lo que significará cambios políticos orgánicos importantes En el caso nuestro, el de los Sambernardinos, debemos saber que de los más de 250.000 habitantes que son parte de esta comuna, hasta el año 2010, electoralmente participaban 109.949, y que ahora, a contar de octubre del año 2012, lo harán 198.149, teniendo un aumento de 88.200 nuevos electores. Situación que significará un aumento en el número de concejales, puesto que el artículo 71 de la ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, establece que de acuerdo al número de electores es el número de concejales: “Los Concejos estarán compuestos por seis, ocho o diez concejales, en función del número de electores de cada comuna: a) Seis concejales en comunas de hasta 70.000 electores; b) Ocho concejales en comunas de más de 70.000 hasta 150.000 electores; c) Diez concejales en comunas de más de 150.000 electores”. Y sin duda esto será positivo, puesto que una comuna tan grande como la nuestra requiere mayor fiscalización y participación de la que hoy posee, considerando, además, que de acuerdo a la modificación al plano regulador de Santiago, habrá un crecimiento de la población en nuestra comuna, es decir, Santiago centro crecerá hacia la periferia, pero específicamente hacia San Bernardo, duplicando su población durante los próximos 20 años. Por lo tanto, nuestra comuna debe participar, debe manifestarse, debe expresar lo que piensa y lo que cree, debe con sus vecinas y vecinos tomar un mayor protagonismo de liderazgo, porque San Bernardo se lo merece, porque nuestros niños lo merecen, y porque la ciudadanía en general se lo merece. Quedándose en la casa, las cosas no mejorarán, y es probable que empeoren, porque la única herramienta real que actualmente tenemos para mejorar nuestra sociedad, es la democracia, que sin duda debe ser más participativa de lo que es hoy en día, al alcance de sus vecinas y vecinos. Y es deber nuestro trabajar y avanzar por ese norte, que a veces se ve tan lejano, pero que mientras sigue siendo un sueño en nuestros corazones, sigue también viva la esperanza de que Chile puede ser un país mejor y más justo para todas y para todos.

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Paraguay y el fracaso de la buena voluntad

Nicolás Zeballos Fernández

Espero equivocarme. Lo digo de todo corazón.

Espero equivocarme, porque la manera en que se ha

desarrollado el conflicto en el vecino Paraguay, desde la

destitución del Presidente Fernando Lugo, me devuelve a la

cabeza lo sucedido hace un par de años en Honduras, cuando

su presidente José Manuel Zelaya fue exiliado de su país en

pijamas. Al igual que ahora, el repudio era generalizado,

sobre todo en la región, y las voces de mandatarios locales y

de organismos supranacionales, algunos más enérgicos que

otros, coincidían en la ilegitimidad del golpe de Estado

llevado a cabo por unos pocos que ya no toleraban más la

“incompetencia” de parte del presidente de turno. Espero

equivocarme, decía, porque lo sucedido en Paraguay parece

ir quedando en el olvido, y ser un hito más en nuestra

peculiar historia latinoamericana, acostumbrada a los

conflictos internos de una misma clase dirigente. Es como si

bastase con el repudio moral, con el horror de los “colegas”

que solidarizan a la distancia desde sus palacios

presidenciales, y miran atentos los alcances que una crisis

como ésa puede tener en sus gobiernos. Espero equivocarme

al pensar que Paraguay será una segunda Honduras.

Lo que sucedió con el ex Presidente Lugo merece el

repudio enérgico del resto de la región. Ha sido un largo

camino el volver a darles seguridad democrática a nuestros

pueblos luego de la experiencia generalizada y macabra de

dictaduras militares de décadas anteriores, y

un golpe de Estado disfrazado de “consenso

democrático” para salvar al país de una

supuesta crisis de gobernabilidad, ha puesto

nuevamente sobre la palestra la fragilidad

institucional de ciertas naciones americana

en los albores del siglo XXI. No es objetivo de

esta columna debatir sobre la pertinencia

del concepto de “golpe de Estado” en lo

sucedido en Paraguay, aunque seguramente,

más allá de cualquier disquisición teórica o

argumentativa propias de las disciplinas

dedicadas al estudio de lo público y político

en sí, la creación de un marco institucional

expresamente apuntado a legitimar el

proceso contra el mandatario paraguayo ya

dice mucho de la intencionalidad previa que

impulsó el proceso que en pocos días atrapó

la atención de la región. Se entiende que la

coyuntura propia actual no hace necesaria la

parafernalia golpista de antaño, y la

votación que expulsaba a Lugo del poder fue

el corolario de una intensa disputa entre “el

príncipe y el mendigo”. Tampoco se

pretende acá hacer una síntesis detallada de

la crisis en sí que desembocó en la

destitución de Lugo, tarea que, por cierto,

aún no está terminada por los espacios de

discusión y análisis correspondientes.→

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Sin embargo, vale la pena detenerse,

para efectos de esta columna, en un hecho

particular dentro de la profunda y compleja

crisis del Paraguay. No es el más

determinante quizás, tampoco el único claro

está, pero sí una causa que merece ser

analizada por separado: la falta de una base

política concreta y sólida que respaldara el

amplio movimiento social, absolutamente

legítimo y necesario, que lideraba el

Presidente Fernando Lugo.

Lugo llegó a la máxima magistratura

paraguaya porque la ciudadanía así lo quiso.

Eso es innegable. Pero también es cierto que

fue una ciudadanía absolutamente

desconectada de los partidos tradicionales.

En realidad, la cuestión debiese ser

planteada al revés, y afirmar que son los

partidos y sus dirigentes quienes no están en

sintonía con las demandas y aspiraciones de

la ciudadanía. No soy original en esto, y

seguramente esta idea de la crisis de

legitimidad debe ser uno de los temas más

en boga del último tiempo para efectos de

análisis y opiniones socio-políticas.

Paraguay, al igual que la mayor parte de los

sistemas políticos del resto del mundo,

atraviesa por el mismo fenómeno propio del

triunfo del neoliberalismo. Lugo se convirtió

en Presidente del Paraguay liderando un

movimiento social de descontento y deseos

de reformas, tan natural como el resto de

los movimientos ciudadanos que se han

desarrollado en los últimos años a nivel

global, pero que carecía -y no se preocupó

jamás de desarrollar- de una estructura

política orgánica y cohesionada que

permitiera el paso del triunfo de las urnas al

triunfo concreto de las transformaciones estructurales a

través de la institucionalidad democrática paraguaya.

El piso político de Lugo fue el Partido Liberal

fundamentalmente, el mismo que le armó un juicio en dos

días cuando, ante la matanza de 17 personas tras la

ocupación de una finca al parecer perteneciente a un

importante dirigente de la derecha paraguaya, el Presidente

optó por poner como Ministro del Interior a uno de esas

filas, del opositor Partido Colorado, el mismo del dictador

Stroessner. Lugo quería calmar la tensión que provocó la

matanza, especialmente en la oposición, razón que al

parecer fue suficiente para entregarles sin mayor reparo uno

de los puestos claves del Ejecutivo. Ante eso, el Partido

Liberal decidió engrosar las filas de la oposición a Fernando

Lugo, dando con este hecho mayor legitimidad a quienes

veían en este partido sólo el deseo compulsivo de volver a

gobernar luego de 60 años, aunque fuese tras la figura de

alguien que no responde al stablishment tradicional; el

mismo partido de donde proviene Federico Franco, el actual

Presidente de Paraguay y ex Vice de Lugo, institución la del

Vicepresidente que, además de ser el puente de enlace entre

el Ejecutivo y el Legislativo, tiene la atribución de ocupar el

cargo de Presidente en situaciones tan excepcionales como,

precisamente, la destitución del máximo mandatario.

La maniobra del Partido Liberal fue apoyada,

obviamente, por el Partido Colorado, ante la ingenuidad de

un Lugo que creyó que poniendo a un colorado como

Ministro del Interior bastaría para apaciguar la histeria

reaccionaria de lo que ellos, los conservadores, consideraban

la debacle de los valores e instituciones republicanas del

Paraguay. Lugo no fue más que el espectador de las

maniobras que la élite política paraguaya desarrolló para

sacar a alguien que no era idóneo para gobernar un país bajo

“ciertas reglas”, reglas que ellos delimitan, obviamente. De

ahí que la votación que hiciese el Senado para destituir a

Lugo fuese lapidaria: 39 votos a favor, y 4 en contra.→

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Mientras tanto, la ciudadanía debía mirar el juicio

político contra Lugo por la televisión, escucharlo por radio

mientras se reunía en el centro cívico de Asunción, o los

menos lo seguían por las redes sociales. En el Parlamento,

el amplio movimiento social que se aglutinó tras la figura de

su Presidente no tenía representatividad alguna para frenar

el golpe de Estado parlamentario que rápidamente

improvisó la clase política, como tampoco la tuvo para

llevar adelante las reformas y transformaciones que

comprendía el proyecto de Lugo, y que constantemente se

encontró con el rechazo de la mayoría del espectro político

del Paraguay. La matanza de Curuguaty, que gatilló la

destitución de Lugo, fue el corolario de la tensión que

generó el deseo de una reforma agraria real en dicho país y

que jamás contó con el respaldo político para materializarla

en un proyecto de ley de acuerdo a las expectativas. Las

asociaciones sociales, movimientos progresistas y de

izquierda, grupos de trabajadores, campesinos y

estudiantes, que habían adherido o sido parte del proyecto

de Lugo, no lograron llevar el anhelo de cambio y el trabajo

realizado a una realidad concreta política, desde la

perspectiva que se asumen las instituciones democráticas y

sus relaciones políticas como los límites a través de los

cuales se forjarán dichas transformaciones.

No se trata sólo de buenas intenciones. Tampoco se

trata de culpar a la actividad política y sus instituciones por

el pauperismo que subyace en la mayoría de las clases

dirigentes actuales a nivel mundial. El fondo no tiene la

culpa de la forma. El entorno político de Lugo pecó en

pensar que la movilización social por sí sola, el despliegue

de manifestaciones o el diálogo constante con sectores

marginados, podían ser suficientes para presionar a una

élite política absolutamente ajena a estas prácticas y

realidades. Obviamente, en esto creo no habrá mayor

discrepancia, la movilización social es parte fundamental de

cualquier proyecto progresista o socialista que se plantee

una sociedad determinada. Pero esa movilización social no

implica solamente la manifestación física y la cooptación de

más y más gente a la causa. El triunfo de un

movimiento social estará siempre en la

conquista que haga de su demanda, y dicha

conquista difícilmente podrá hacerse si no es

a través de estructuras orgánicas, como los

partidos políticos, que aspiren a llevar dicha

representación en las instituciones que

desarrollan los marcos que delimitan las

reglas del sistema en su conjunto.

No hay acá ninguna propaganda a

algún partido político en específico. La

legitimidad no será reconocida sino por el

trabajo que éstos hagan en relación a la

ciudadanía y sus demandas. Si no hay

instituciones partidarias que sean dignas de

albergar la confianza y el trabajo de diversos

grupos que postulan demandas particulares,

el objetivo entonces debiese ser el dar vida a

nuevos partidos, nuevos espacios que tengan

vocación de articular sus demandas de

acuerdo a la conquista del poder dentro de

las instituciones democráticas que rigen hoy

en día. Estas instituciones, obviamente, están

absolutamente sujetas al cambio de su

funcionamiento cuando éste se presenta

como anacrónico, como se plantea, sin ir más

lejos, en nuestro propio país.

Pero cualquier buena voluntad por

parte de líderes y grupos que planteen una

sociedad mejor, un anhelo de transformación

social de real envergadura, no puede

quedarse sólo en eso, en la buena voluntad,

en la movilización desinteresada y con el

propósito de generar impacto en otros, los

que gobiernan. El primer paso→

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19

es entender que el rol del

movimiento social no es el de mostrarle a

un grupo determinado las falencias que

tiene otra parte de la sociedad. El

movimiento social debe tener vocación

de poder para hacer desde ahí, el poder,

la transformación que plantea. Quedarse

en la postura antipartidaria, es decir,

renegar de la colaboración de partidos

políticos y la viabilidad de generar

alternativas propias por el desprestigio

del sistema, se presenta como una

contradicción cuando ese mismo

movimiento espera cambios desde la

clase política que desprestigia. Paraguay

pagó caro este camino, y las buenas

intenciones e ideas quedaron acalladas

junto a los miles de manifestantes que

protestaban inútilmente contra la

destitución de Lugo, mientras que el

resto de los partidos políticos

recuperaban la pequeña conquista del

pueblo paraguayo: el Ejecutivo.

Lo de Paraguay debiese

ayudarnos a comprender la peligrosidad

de un discurso antipartidista y

antipolítico, crítico no sólo de la forma

sino también de la esencia del sistema

político democrático. Criticar la política

actual no significa renegar de una

democracia representativa, sino que

debería movilizarnos, por ejemplo, en

reformular dicho modelo, a fin de

complementar lo representativo con lo

participativo, una síntesis democrática de

ambas experiencias. La negación de

instituciones como el Parlamento y su

legitimidad como espacio de

transformación social, sólo contribuye a

entregarles ese espacio a los sectores

conservadores y reaccionarios, espacios

que, quiéranlo o no, son los que determinan y articular las

grandes estructuras del Estado y su sociedad civil. Quitarlos de

nuestros objetivos nos puede llevar, en el peor de los casos pero

no imposible, a generar un movimiento ciudadano que, a pesar

de toda su energía, termine siendo aplastado sutilmente por

una camarilla de personajes que aún detentan los verdaderos

espacios de poder, tal como sucedió en Paraguay.

Page 20: Vanguardia n° 4

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Regionalización, y los desafíos hacia una democracia para todos. Gastón Caro Monrroy

Chile cambió, hemos transitado desde la dictadura hacia la democracia. Hemos conquistado muchos logros en materia económica y social, descentralización, apertura hacia el exterior, entre otras cosas en estos 20 años de gobiernos de Concertación democrática. Creo que Chile está mucho mejor que el día en que las fuerzas democráticas y progresistas derrotaron al autoritarismo. Pero tampoco podemos olvidar las palabras del Presidente del Senado, compañero Camilo Escalona, que tienen un contenido de importante autocrítica: Nos faltó valor, nos faltó coraje para realizar más reformas, y más profundas, en nuestra búsqueda de un Chile más solidario, más equitativo, democrático y humano. Se ha aprobado Hidroaysén, el proyecto energético más grande del país. Los magallánicos han dicho basta, y ellos, al igual que muchos ciudadanos de otras latitudes de Chile, han salido a las calles a decir no a Hidroaysén. Apostaría que ni un solo watts que producirá ese megaproyecto se quedará en la región, y por supuesto, todos los efectos y consecuencias colaterales a esa construcción, de enorme envergadura, sí que se quedan en la Patagonia. Hemos visto que la región de Aysén se movilizó, y a través de su Movimiento Social y de dirigentes tan lúcidos como sencillos, como Iván Fuentes, lograron muchas de las reivindicaciones que se reclamaban, a pesar de una fuerte y prolongada represión. Es Aysén una región aislada, muy lejana de los centros de poder político, económico, social e intelectual. Calama es otro caso: la Región de Antofagasta es la zona donde existen los yacimientos de cobre más importantes

del país. Cobre que es nuestro principal producto exportador. Calama se moviliza y sale a las calles exigiendo que algo de lo que crece y se explota en su región se quede allá, en Calama, en la Región, y no todo vaya a dar a Santiago. La democracia no sólo debe ser entendida como una democracia electoral, es decir, si atendemos a que somos democráticos porque votamos cada cierto período de tiempo, es un criterio insuficiente para sentirnos orgullosos. La democracia también constituye participación no sólo en la organización política, sino que también en la estructura económica, en la sociedad, en la cultura, y es justamente la forma jurídica de nuestro Estado, unitaria, la que constituye un fuerte escollo hacia una democratización mayor a la cual los socialistas debemos aspirar. La mayoría de los poderes políticos, económicos, sociales e intelectuales, como ya está señalado anteriormente, se concentra en Santiago: el 35% de la población –según información del CENSO 2002- es la que disfruta de los privilegios de una forma jurídica que al restante 65% de los chilenos nos tiene rezagados. Y ojo, no hablo de que cada región forme su propio Estado, y tampoco hablo del Federalismo como una alternativa. Creo que la experiencia histórica es contundente, y creo que es importante avanzar en la Regionalización. En darle más importancia a las Regiones y a sus pobladores. Descentralicemos ciertas potestades políticas, generemos nuestras propias autoridades democráticamente y dotémoslas de atribuciones mayores. Hablo de avanzar hacia una forma jurídica del Estado Regional, conservando la existencia de un centro político en el sistema – Santiago- pero creando más centros políticos. Démosle igualdad a todos los habitantes de Chile, a todos los ciudadanos, que tendrán oportunidades también en sus regiones, que podrán abordar sus propios problemas. La regionalización no sólo sumará más democracia, sino también crecimiento. El centralismo tal y como está, desprecia o no aborda adecuadamente muchas de las potencialidades económicas existentes en el resto del país. La regionalización hable la posibilidad de seguir tejiendo más redes productivas, revitalizando las condiciones de los emprendedores y trabajadores.

Page 21: Vanguardia n° 4

21

Conflicto en Aysén ecosistemas.cl

elquintopoder.cl

Paro Comunal de Calama

Page 22: Vanguardia n° 4

22

Política y el Litio

Ricardo Núñez Muñoz Presidente de Instituto Igualdad

Ex Senador de la República

Ex presidente del Partido Socialista

www.igualdad.cl

Resulta asombroso constatar la falta de espíritu

nacional que cruza la vida política del país. Es cierto

que la economía atraviesa por el periodo de mayor

universalización, que la interdependencia de los

factores es un hecho insoslayable y que los países

deben mirar los procesos económicos mundiales para

aprovechar sus ventajas o protegerse de sus falencias.

Esto es así y se debe asumir que los modelos de

desarrollo que superen el actual, genéricamente

denominado neoliberal, deberán tener en cuenta esa

realidad. La época de la autarquía pasó, y las

economías cerradas son parte del pasado.

El problema radica en que esta realidad ha

obnubilado de tal manea a los poderes públicos, que

cualquier defensa que se haga de un interés nacional

parece anacrónico, pasado de moda, una verdadera

rémora del pasado.

Pues bien, esto es lo que parece estar

sucediendo con el Litio. El gobierno se empeña en

entregar su explotación a privados bajo la engañosa

fórmula de los Ceol, es decir, concesiones para que su

usufructo termine siendo de empresas trasnacionales

que, con entera seguridad, tal cual lo hace, por

ejemplo, actualmente la empresa del ex yerno de

Pinochet, lo envíe al exterior con cero valor agregado.

Lo lamentable, sin embargo, es

que, a diferencia de la nacionalización del

cobre, por el cual generaciones enteras

de chilenos se empeñaron y lucharon por

traspasar las empresas norteamericanas

al Estado nacional, es decir, a todos los

chilenos, con el Litio se ha producido una

suerte de espesa neblina sobre el cual no

se habla, no se discute, como si el

silencio, si no es que la apatía, se cerniera

por todo el país.

No es éste el espacio para

referirse a las cualidades de esta

sustancia que se encuentra en cantidades

importantes en Argentina, Bolivia y Chile.

Basta decir que ésta es una materia que

es, y con entera seguridad lo será, de una

importancia vital para la humanidad.

Para superar la era del petróleo y la

dependencia de los combustibles fósiles

causantes del cambio climático y del

calentamiento global, elementos como el

Litio serán fundamentales. Los autos

eléctricos, entre otros de los símbolos de

la era actual, requerirán de pilas capaces

de cargar por mayor tiempo la energía

suficiente para que éstos funcionen. Eso

es el Litio. →

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Los metales que en futuro

reemplazarán a los aceros actuales,

debido a su menor peso atómico,

necesitarán de Litio. Todas las

investigaciones científicas hechas para

encontrar metales más resistentes, y a

la vez más livianos, apuntan al Litio

como una sustancia fundamental para

lograrlo.

En fin, resulta poco entendible

que un país deje en manos privadas o

manos extranjeras una “pasta”, una

sustancia que, mirado el mundo en sus

futuros desafíos, puede llegar a ser

más importante de lo que es en la

actualidad el cobre para Chile. Menos

entendible aún es el hecho que pocas

son las fuerzas políticas, los

parlamentarios o dirigentes sociales,

que han tomado en sus manos la idea

de nacionalizar el Litio, a fin que sean

empresas nacionales las que lo

exploten para beneficio de todos los

chilenos, los de hoy y especialmente

los de mañana.

¿Es acaso anacronismo velar

para que una riqueza que Dios o la

naturaleza puso en nuestro suelo sirva

para todos –sí, para todos- los que

nacen en este país? ¿Por qué no

organizar en torno a esta riqueza un

“cluster” para que sea en nuestro país,

con nuestros técnicos, con nuestros

trabajadores y en nuestro territorio, el lugar donde se

elabore algo tan vital para el futuro de la humanidad?

En una organización productiva de ese tipo, por

cierto, caben los privados, incluso las transnacionales. La

condición es, sin embargo, que la materia prima sea de

todos los chilenos, explotada por una empresa del Estado

y que pueda participar en alguna medida de los procesos

de elaboración de los productos finales. Lo que no es

aceptable es que el Litio siga exportándose como

“salmuera” con escaso valor agregado.

Si sobre este tema reina la apatía, ello no es

excusa para que nuestras universidades, especialmente

las del Estado, escasamente se preocupen por llevar a

cabo investigaciones destinadas a descubrir nuevos usos

de esta sustancia. Todo indica que, una vez más, los

aportes en ese terreno vendrán de afuera, de otros

centros de investigación, normalmente en manos de

grandes consorcios que suelen guardar celosamente los

resultados de sus estudios si ellos no son beneficiosos

para el país o la trasnacional a la cual sirven.

Es alentador, al respecto, la noticia que la USACH

haya iniciado trabajos en ese sentido. Éstos pueden llegar

a ser una gran palanca de desarrollo a condición que Chile

no desperdicie, como en otras oportunidades de su

historia, esta riqueza que se encuentra en sus inmensos

salares.

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EL IMPUESTO Y LA DISTRIBUCIÓN DE INGRESOS

Rodrigo Muñoz B.

@rodrigomunoz_b

En la mayoría de los países de la OCDE, el sistema tributario tiende a corregir las desigualdades generadas por el mercado. En Chile, esto no se da, por múltiples razones. En este país, la compresión de los impuestos es radicalmente retrograda. Uno de los pilares de esto es la comprensión equivocada de la relación entre impuestos y propiedad privada, comprensión que emana de las reformas hechas por la dictadura al sistema tributario entre 1974 y 1984, y que se nos impregnó en la mente como verdad dada. Estas ideas nos dice que los impuestos se oponen a la propiedad, son un castigo, un mal necesario para la mantención del Estado, y como tal, han de ser lo más bajo posible para financiarlo sólo en aquellas actividades que los privados no pueden realizar (Estado subsidiario). Quienes defienden estas ideas generalmente entienden que la propiedad privada un derecho natural previo al Estado. Por esa razón, el sistema que se implementó en Chile durante la dictadura buscaba mantener la mayor cantidad posible de capital en manos privadas y así fortalecer la inversión que tuviera origen en ese sector. Digamos que es la forma en que el neo-liberalismo económico y el derecho natural gremialista tuvieron un punto de contacto. Según este razonamiento equivocado, los impuestos serían una especie de “prohibición a la propiedad”. En otras palabras, en Chile no tendríamos impuestos sino exacciones. Esto, combinado con la idea económica de que los impuestos sólo son una forma de obtener recursos para el Fisco, forman la conclusión en que la obligación de pagar impuestos es considerada un costo (algunos incluso lo considerar un robo) y no una obligación política. Por otra parte, hay otros que entienden que la obligación de pagar impuestos depende de la voluntad del que

paga, como si fuera una obligación que la persona contrae con el Estado en el momento en que realiza ciertos actos en la vida diaria. Para ellos, la obligación de pagar impuestos sería equivalente a la obligación que usted contrae con alguien que le presta un servicio: una vez que se celebra el contrato, hay que pagar; antes no. Siendo serios, hoy ya no es posible sostener racionalmente que la propiedad privada es anterior al Estado y que su justificación está en el derecho divino. Por el contrario, la propiedad privada es un hecho institucional, o sea, nace después del contrato social, en conjunto con otras instituciones, siendo uno de ellos justamente los impuestos que pagamos. En otras palabras, no puede haber un derecho de propiedad privada sin impuestos. Desde esa perspectiva, sostener que la obligación tributaria depende de la voluntad individual de quien realiza ciertos actos, es desconocer la realidad. El Estado, que hace posible la propiedad privada, no puede existir sin impuestos, por lo que la obligación de pagar impuestos no depende de la voluntad del contribuyente, sino que depende de la voluntad soberana (vale decir, de la ley). Pagar impuestos entonces es una obligación que supone el hecho de vivir bajo las reglas de un Estado. Y esa obligación se deriva, en la mayoría de los casos, solo del hecho de residir en Chile, y no de realizar o dejar de hacer ciertos actos. La realización de esos actos sólo servirá para determinar el monto de la renta (como en el caso del impuesto a la renta) que estará afecta a impuestos. Entonces, si la propiedad privada depende de los impuestos y estamos obligados a pagarlos independientemente de nuestra voluntad, ¿qué ocurre cuando evitamos el pago de un impuesto? En términos simples, dejamos de cumplir con la ley y desconocemos el carácter social de la propiedad privada. En ese sentido, lo que hacen los ricos que evaden o eluden impuestos es

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aprovecharse de la sociedad, ser unos free-riders cualquiera. En otros países, los impuestos son parte de la tarea de disminuir la desigualdad generada por la propiedad privada y el mercado, pero siempre con el gasto social como pilar más importante, ya que tiene un impacto mayor. Hay países como Alemania o Italia, por ejemplo, que tienen un Índice de Gini (que es el que mide la desigualdad), antes de impuestos y transferencias, similar al de Chile: de 0,50. Pero después de impuestos y transferencias este indicador cae a 0,30, es decir, unos 20 puntos. En Chile, en cambio, el Índice sube después de impuestos, o sea, en Chile los impuestos aumentan la desigualdad. Y después de las transferencias, cae apenas tres puntos: de 0,52 a 0,49. La diferencia está, evidentemente, en el sistema tributario. Esto se contrapone totalmente con las ideas que durante la década de los 90' enarbolaron tanto académicos y economistas de derecha y (que se dicen) de izquierda, que planteaban que el camino para solucionar la desigualdad no era una reforma tributaria sino el gasto social. Gente como Eduardo Engel (probable Min de Hacienda de Frei en su segundo periodo como Presidente) planteaba que el sistema tributario tenía que garantizar la eficiencia y la eficacia, pero para distribuir e igualar, estaban las políticas sociales. Esa idea está presente desde los ‘80, porque la mirada que tenía el gobierno militar de la época fue que lo importante era el crecimiento económico, y que eso bastaba para lograr una mejor distribución del ingreso; algo que nuevamente escuchamos gritar desde la UDI. Esto lo confirma el famoso estudio que encargó SII durante los 90' a académicos de la U de Chile (Engel, Galetovic y Raddatz) sobre impuestos y distribución del ingreso, y la conclusión fue la misma: que lo importante era el gasto público y que impuestos no servían para redistribuir. Esta opinión, que hoy refutamos, no tomaba en cuenta dos factores. Primero, en ese minuto no se sabía de la importancia de las utilidades acumuladas en el FUT (Fondo de Utilidades Tributarias) y, como se hace en la mayoría de este tipo de estudios, se consideraron sólo las rentas declaradas por las personas, que comprenden los retiros, pero no las utilidades retenidas en las empresas. Si se imputan esas utilidades a sus dueños, la conclusión es distinta, pues hay que considerar que dos tercios de las utilidades anuales se retienen en las empresas. Entonces, el impacto de cualquier reforma que aumente los impuestos sobre las rentas del capital será distinto dependiendo de si se consideran o no esas rentas. En segundo lugar, faltó simular el impacto en la distribución

del ingreso de una reforma que cambiara radicalmente la forma en que se recauda, haciéndola similar a los países desarrollados, en donde el 60% de los ingresos tributarios provienen de impuestos a la renta y el 40% de impuestos al consumo. En Chile, la relación es exactamente la inversa. En cambio, la reforma que Piñera propone hoy no es modificar las bases del sistema, sino meros ajustes tributarios de puntos porcentuales. Uno de los cambios es subir el impuesto a las rentas provenientes del capital (impuesto de 1ra categoría, o a las empresas), que hoy pagan 18,5% a 20% y que solo se aplica sobre la base de las utilidades percibidas desde las empresas, y no cuando se re-invierte dinero en ellas. Aquí decimos que es mejor que el impuesto se pague sobre la utilidad de una empresa inmediatamente, y no que se grave el retiro de capital de una empresa. Esa es la única fuente importante de recursos. Y ahí está la gran inequidad. O sea, si uno quiere hablar de un sistema más equitativo no hay otra que aumentar los impuestos a las rentas del capital. A pesar de esto, pueden haber también otras formas de apuntar a lo mismo. Por ejemplo, no reformar el cobro, pero si subir bastante la tasa de primera categoría. En ese sentido, el incremento de la tasa de primera categoría a 20% iría en la dirección correcta, pero su magnitud es bastante moderada, por lo que no creo que haya un impacto significativo. Otro de los cambios que Piñera propone es modificar el impuesto de 2da categoría (impuesto a la renta o a las personas) bajando la escala, que va desde 0 a 40%. En un estudio de Michael Jorrat, se plantea que tributar un 40% es muy alto y produce un incentivo a evadir, proponiendo bajar esa tasa a 30%. Según él, con ese cambio se logra un efecto tremendo, porque hoy dos tercios de las utilidades solo pagan el impuesto de primera categoría, o sea, solo un 18,5%. Según él, un avance significativo en equidad tributaria es incrementar la tributación de las rentas del capital para aproximarla a la de las rentas del trabajo. Lo importante es que las personas ricas paguen un impuesto más alto y en el momento en que se generen las ganancias. En ese sentido, Jorrat nos dice que no se debe pensar simplemente en aumentar el volumen de dinero recaudado por el Fisco sino simplemente ver si el sistema puede ser más distributivo, si se logra mayor equidad. Si hacemos ese cambio, recaudamos un montón de plata para el Fisco a costa de los que tienen más dinero. Además, necesariamente debemos restituir un impuesto al lujo con alto nivel, como en Francia (tema que

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da para otra columna). Ahora, siguiendo en la lógica de la distribución, ¿Qué pasa si esa plata la destino a bajar el→ IVA? Y entonces ahí sí que la política tributaria tiene un impacto importante, según los estudios de Jorrat, Cantallopts y Sherman, “Equidad Tributaria en Chile: Un Nuevo Modelo para Evaluar Alternativas de Reforma”. Según todo esto, de aplicarse un impuesto de 25 o 30% para el décil más rico, teniendo un buen control del SII, sí se puede lograr un cambio sustantivo en la distribución de ingresos. Lo que pasa es que hoy por hoy, la tasa efectiva de cobro de ese impuesto a ese décil está cercana al 13%. Ahora, con estos cambios, tenemos que tener completamente claro que no vamos a llegar a lo qué pasa en Italia o Alemania, donde el Gini baja del 0,5 al 0,3; porque hay una cosa de lógica inmersa acá: en los países ricos, son todos más ricos, entonces todos pueden pagar impuestos. Aquí en Chile, en cambio, el 80% de las personas está exenta de impuestos de segunda categoría, porque los sueldos son muy bajos en Chile. En este cambio tributario, debemos ver la totalidad del sistema impositivo en Chile. Además de las rentas de capital y el IVA, también está el tema de los impuestos a las externalidades negativas. Ahí hay un déficit. No existen impuestos a las externalidades negativas en Chile, salvo lo que le cobramos al tabaco y al alcohol. Pero en el caso de los combustibles, le cobramos más al que contamina menos (con menores impuestos al diesel, y nulo a las mineras e industrias). Habría que subir mucho eso. Lo mismo las bebidas alcohólicas. Pagan poco impuesto. También hay que otros vacíos, como el de la renta presunta en el caso de las empresas de transporte. Junto con esto, es necesario poner el ojo en un cambio que ha pasado desapercibido: la eliminación de los aranceles a las importaciones, en línea con la rebaja progresiva de ese impuesto durante los últimos 20 años y los TLC's firmados. En mi opinión, esto puede traer daños a la economía nacional y a la producción interna, donde la apertura total al comercio internacional sin ninguna clase de protección arancelaria a la industria nacional nos dejaría demasiado desprotegidos y tiende a ser una medida ingenua y a contrario sensu a la tendencia mundial. Para finalizar, viendo la propuesta Piñera, que se nos ha explicado que pretende elevar a 20% el impuesto de primera categoría, bajar el de segunda categoría y modificar algunas exenciones tributarias. ¿Sirve para algo? Bueno, acá decimos que la única forma de lograr un

avance significativo en equidad tributaria es incrementar la tributación de las rentas del capital para aproximarla a la de las rentas del trabajo. Entonces, la reforma va en la línea correcta, pero se queda bastante corta en las necesidades y deberes que debe tener un sistema tributario justo y decente para un país que quiere llegar a ser desarrollado al año 2020.

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Archivo Histórico

Fundamentación teórica del programa del Partido Socialista de Chile de 1988 1

Enzo Faletto Verné 2 […] El socialismo y las formas de la transformación social 1. El Socialismo y la Lucha de Clases

En los planteamientos originales del socialismo, se previó que el desarrollo del capitalismo conduciría a una simplificación de las relaciones de clases, y que la contradicción principal se plantearía en la oposición de intereses entre burguesía y proletariado. Por otra parte, estando el proletariado vinculado a los aspectos principales del desarrollo futuro de las fuerzas productivas, preanunciaba la sociedad del porvenir. En alguna medida, se afirmaba que los intereses del proletariado en su lucha por la liberación de la opresión de la sociedad capitalista coincidían con los intereses históricos de la humanidad, en su sentido más amplio. Ciertamente, hoy en día la superación de las condiciones capitalistas de producción sigue siendo un objetivo de la clase obrera y en el socialismo puede encontrar las condiciones de su liberación. No obstante, el grado de simplificación de las relaciones previsto no ha tenido lugar e, incluso, puede afirmarse que el grado de complejidad de las sociedades es mayor que antes.

Esto no pone en causa la necesidad de superación de las relaciones capitalistas, puesto que éstas no sólo suponen la explotación de una clase por otra, sino que, además, han dado lugar a un alto grado de deshumanización que afecta a sectores más amplios que la pura clase obrera.

Las relaciones de clase no se han diluido, y el socialismo debe tener conciencia de su existencia y significación. Asumiendo que el socialismo es un interés de la humanidad, pero que esta aspiración no se expresa de modo homogéneo, no puede plantear las relaciones con otras clases o grupos sociales en términos de oportunismo político. El socialismo debe ser capaz de recuperar las demandas de los distintos grupos interesados en él y superar lo puramente contingente, de modo que el socialismo se construya no a partir de una abstracta visión de la humanidad, sino que a partir de lo históricamente concreto y real de la misma. 2. El socialismo como opción nacional y popular.

La solidaridad internacional es un valor permanente del socialismo, y no participa de mezquinos nacionalismos, ni políticas de potencia ni de pretensiones de hegemonía; pero no niega la validez histórica y cultural de las naciones. El socialismo confía en el enriquecimiento del patrimonio cultural de la humanidad a través del aporte creativo encerrado en la diversidad cultural. Es por esto que el socialismo afirma que cada pueblo y cultura abordará la construcción del socialismo de modo propio, y es ajeno a él la imposición de un modelo considerado como el único validado.

1 Éste es un extracto del artículo completo, publicado en 1988. La versión íntegra se encuentra disponible en

http://www.socialismo-chileno.org/PS/index.php?option=com_content&task=view&id=1530&Itemid=71 2 Enzo Falleto (1935-2003) fue un historiador y sociólogo chileno, colaborador y asesor de importantes instituciones del

continente, entre ellas la CEPAL y la FLACSO, desde donde contribuyó al desarrollo del pensamiento y políticas alternativas al liberalismo. Su obra más prominente fue “Dependencia y Desarrollo en América Latina. Ensayo de interpretación sociológica”, que escribió en 1969 junto al futuro presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, y donde analizaron las distintas realidades regionales desde perspectivas estructuralistas, contribuyendo a la expansión de este emergente enfoque de las ciencias sociales.

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El socialismo, comprometido con su pueblo y su cultura, hace suyos los problemas nacionales y propone alternativas de resolución. El socialismo intenta superar un mezquino interés de partido o un mal definido y estrecho interés de clase y, sin abandonar sus valores específicos, se propone implementarlos con un criterio de responsabilidad nacional.

El socialismo se plantea como una opción popular en la medida en que trata de articular positivamente el interés de las clases que quiere representar con el interés general. Esto lo obliga a trascender en su política los intereses particularistas constituyendo su opción con un amplio sentido de humanidad. 3. Las formas de la transformación social.

El socialismo se propone una transformación revolucionaria de la sociedad capitalista y no una simple reforma de la misma, pero para el logro de tales objetivos no le son indiferentes los medios que se utilizan y está muy consciente que la modalidad que adquirirá la sociedad socialista está estrechamente ligada a las formas que se utilizan para hacer posible su construcción.

El socialismo no propicia la violencia, más aún, trata conscientemente de erradicarla de la práctica política y social. La violencia en la sociedad constituye deformaciones sociales en la conducta que son extremadamente difíciles de erradicar. Sólo la extensión de una práctica democrática hace posible compatibilizar democracia y socialismo. El socialismo se opone a la violencia por un imperativo ético y, además, porque considera que el socialismo es en gran parte la extensión y desarrollo de una experiencia popular y, por consiguiente, está en el interés del socialismo que esta experiencia haya sido una experiencia democrática y de constante expansión de los espacios de libertad.

El logro del socialismo y la construcción del mismo no es tarea de minorías esclarecidas ni de pretendidos «revolucionarios profesionales», por lo tanto los socialistas deben adecuar los medios que proponen para la transformación a la propia capacidad que posee la sociedad para transformarse y es su propia responsabilidad el contribuir a que ésta sea cada vez mayor. 4. La Concepción del Partido

El Partido Socialista no pretende reemplazar a la sociedad en su capacidad de transformarse, pero sí quiere contribuir a ese objetivo y la forma de hacerlo se refiere a su capacidad para organizar los intereses populares.

El partido no tiene una visión totalitaria en su relación con la sociedad y existe conjuntamente con otras organizaciones de la sociedad civil sin atribuirse a sí mismo el rango de único dirigente. Los intereses de la sociedad y de las personas son plurales, la visión política intenta ser una visión de totalidad, pero consciente de la diversidad y especificidad de intereses y propósitos existentes. Por consiguiente, el socialismo considera que el partido debe convivir en un plano de igualdad y no de subordinación con otras formas en que la sociedad se organiza.

Los modos en que el Partido Socialista concibe su relación con la sociedad deben expresarse al interior del partido mismo y tener correspondencia con su forma de organización.

A este respecto, es de particular importancia el funcionamiento de la democracia interna, tanto en la generación de sus representantes como en las modalidades que rigen su convivencia. Es objetivo del partido la formación del consenso democrático entre los que a él adhieren. Este consenso no puede ser el producto de una disciplina impuesta arbitrariamente. En el partido deben ser respetadas las relaciones entre mayoría y minoría, garantizándose los derechos de la minoría a constituirse democráticamente en mayoría, para lo que es indispensable la existencia de libertad de opinión en el partido y que las diferentes tendencias que expresan opciones y alternativas puedan expresarse. El partido en su práctica conjuga la aspiración de socialismo y libertad.

Santiago, diciembre de 1988

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Noticias Diálogos Regionales de Género y Equidad

Con la presencia de más de 30 militantes del Regional Metropolitano de la Juventud Socialista

de Chile, se dio inicio a los “Diálogos Regionales de Género y Equidad, Julieta Kirkwood”,

titulado así en honor a esta gran compañera, luchadora e intelectual socialista-feminista, que

es considerada como la precursora y fundadora de los movimientos feministas de los años

´80 y de los Estudios de Género en Chile, siendo parte del Círculo de Estudios de la Mujer,

que posteriormente se transformó en “La Casa de la Mujer, La Morada”, fundada en 1983,y

que perdura hasta hoy con una enorme relevancia en el ámbito del estudio y de la acción

política de las problemáticas de género. Tras luchar durante nueve años contra un cáncer de

mama fallece en el año 1985, dejando un inmenso legado que se expresa en su obra

intelectual como en su praxis política.

Dichos “Diálogos” son organizados por Carolina Pinto Farías, Vicepresidenta de la Mujer de la

Juventud Socialista de Chile, y María José Elizalde Roa, encargada del área de Género de

Nuestro Desafío. En esta ocasión se contó con la presencia de Carolina Carrera Ferrer,

psicóloga, presidenta de la Corporación Humanas y del Centro Regional de Derechos

Humanos y Justicia de Género, y de Paula González Yáñez, administradora pública, ligada en

la actualidad a los temas de género en el Partido Socialista. Además, ambas fueron durante la

década de los 90 Vicepresidentas de la Mujer de la JS.

Es así que en un ambiente activo y fraterno, Carolina Ferrer expuso sólidamente acerca de la

participación de las mujeres en el Partido Socialista desde 1990, tanto en su orgánica interna como en organismos de

elección ciudadana (como el parlamento), aunque también analizando la política en su conjunto y relacionándola en un

continuum con la historia de la izquierda y el socialismo chileno. Por su parte, Paula Mendoza expuso acerca del espacio

que las mujeres ocupan en la actualidad en nuestro Partido,

considerando los avances en torno a la paridad de género que se dieron

en el último Congreso General Ordinario del PS, efectuado en mayo del

2011, abriendo un intenso debate. Ambos análisis se efectuaron bajo un

marco crítico de la política actual, pero esperanzador en cuanto a las

posibilidades de avanzar aún más en la igualdad de género.

Carolina Pinto, señaló además que “esperamos que esta instancia

contribuya a la reflexión política en nuestro partido en torno a las

problemáticas de género, lo que en nuestra opinión debe reflejarse tanto

en la institucionalidad como también en nuestros dirigentes y dirigentas,

ya que las demandas por la igualdad de género son parte de las

principales prioridades de nuestra sociedad.” Además las dos

organizadoras se mostraron muy satisfechas por la participación y

debate que se dio entre todos los asistentes.

Este es el primero de muchos “Diálogos Regionales de Género y Equidad,

Julieta Kirkwood”, los cuales se irán comunicando prontamente sus

fechas a la militancia. @Caropintof @jsgenero

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Noticias

Revista Vanguardia, junto a Instituto Igualdad y el

Grupo de Estudios Históricos del Socialismo Chileno

realizaron Seminario en conmemoración de los 80 años

de la República Socialista

El pasado 4 de junio, en las instalaciones del Instituto Igualdad en

Providencia, se realizó el Seminario “A 80 años de la República

Socialista: Una reflexión desde la Historia”, que contó con la

participación de reconocidos e importantes expositores en las

distintas charlas que se realizaron. El Seminario estuvo organizado en conjunto por el Grupo de

Estudios Históricos del Socialismo Chileno, el Instituto Igualdad y la Revista Vanguardia, en un afán de

darle un impulso al estudio de la Historia para la interpretación del socialismo chileno. Este evento

contó con la asistencia de los historiadores Olga Ulianova, en un panel que relato sobre “La República

Socialista a través de los archivos de la Komintern”, de Luis Cruz Salas, que hizo una charla sobre el

“Estado y movimientos sociales en la génesis de la República Socialista”, y de Raimundo Meneghello,

que realizo una emotiva presentación sobre “El pensamiento político de Eugenio Matte Hurtado”, y se

desarrolló con una gran asistencia de parte del mundo socialista, que se reunió para celebrar esta

fecha tan importante . Uno de los organizadores del evento, Francisco Melo, declaró estar contento

por la recepción de la gente y la asistencia, junto con prometer hacer nuevos seminarios, continuando

la alianza entre los grupos para promover el socialismo en la sociedad chilena.

*Fotos de Varinnia Salazar

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