Veintiocho aniversario del día de la proclamación de la ... · De corazón, queremos cantarte un...
Transcript of Veintiocho aniversario del día de la proclamación de la ... · De corazón, queremos cantarte un...
Veintiocho aniversario del día de la proclamación de la heroicidad
de las virtudes del Hermano Policarpo Gondre.
Roma, 17 de febrero de 1984
EL HERMANO POLICARPO VENERABLE “...Alcanzó la perfección de la caridad armonizando admirablemente en sí mismo la práctica alegre y fiel
de los consejos evangélicos con una solícita acción educativa. a favor de sus alumnos…”
“Estamos firmemente convencidos que el Hermano Policar-po merece un recuerdo y un elogio perpetuos en la iglesia”.
Juan Pablo II
INTRODUCCIÓN. Señor, abre mis labios.
Para que con tu servidor el Hermano Policarpo cantamos tu alabanza.
De corazón, queremos cantarte un cántico nuevo.
Y, te ofrecemos una oración que sea de tu agrado.
Concédenos la gracia de cumplir tu voluntad.
Y que con nuestro Segundo Fundador, busquemos la forma
de cumplirla siempre y en todo.
CANTO INICIAL
PRESENTACIÓN. El 17 de febrero de 1984, Su Santidad Juan Pablo II, con ocasión de una reunión de los res-
ponsables de la Causa de los Santos declaró:
“Aparece evidente que el Siervo de Dios Policarpo Gondre ha practicado en grado heroico
las virtudes de Fe, Esperanza y Caridad… En consecuencia, estamos firmemente convenci-
dos que el Hermano Policarpo merece un recuerdo y una alabanza perpetuos en la iglesia”.
(Decreto de la Heroicidad de las virtudes, ps. 8 y 6). De esta manera el Papa apoyaba con su
autoridad la fama de santidad de la que siempre ha gozado el H. Policarpo . En estos mo-
mentos necesitamos un milagro para que sea proclamado beato por la Iglesia y para que se le
pueda rendir culto público. Demos gracias al Dios por esta vida santa de nuestro “Segundo
Fundador”.
HIMNO.
El es quien, joven todavía, enseñaba a alabar a María.
El es quien en el mundo guarda su corazón para solo Dios.
El es quien respondió a la llamada y abandonó todo para seguir al Señor.
El es quien arrastró en su seguimiento a los jóvenes prendados de su ideal.
El es quien vino a ser Maestro de las ciencias humanas y divinas.
El es quien dirigió su escuela con sabiduría y bondad de corazón.
El es quien reanimó los espíritus en medio de las pruebas.
El es quien aguardaba en la esperanza la vuelta de la paz.
El es quien hizo de buen pastor de una multitud de Hermanos.
El es quien fundó en la caridad comunidades fraternas.
El es quien abrió escuelas e internados para los jóvenes de Francia.
El es quien lanzó a sus Hermanos hacia la lejana América.
El es quien mostró el camino por su Regla y por su ejemplo.
El es quien como el buen sembrador esperaba ver crecer el trigo.
El es quien durante toda su vida fue una ascensión hacia Dios.
El es quien al morir fue semilla de vida eterna.
Gloria al Padre... Como era en un principio…
PRESENTACIÓN. La multitud de santos y santas es inmensa. Cada uno, cada una nos muestra una faceta del rostro y de la
bondad sin límites de Dios. Contemplándolos, el Hermano Policarpo escribía: “¡Oh, Dios mío!, ¡cuán ad-
mirable os mostráis en el modo de premiar a vuestros santos!...» (Positio, p.374) ¡Que sepamos descubrir
en el mundo de hoy este diamante de santidad!:
PALABRA DE DIOS. (De la carta a los Filipenses: 4, 89b)
“Por lo demás, hermanos, fijaos en todo lo que encontréis de verdadero, noble, justo, limpio; en todo lo
que es fraternal y hermoso; en todos los valores morales que merecen alabanza. Pongan en práctica todo
lo que han aprendido, recibido y oído de mí, todo lo que me han visto hacer, y el Dios de la paz estará con
vosotros”.
PALABRA DEL HERMANO POLICARPO.
En su estilo y en el estilo de su época el Hermano Policarpo, feliz como siempre de ser luz para los suyos
en el camino del cielo, les recuerda los grandes principios sobre los que se fundamenta la santidad y la paz
del corazón: “El amor y la práctica de la vida interior alimentada por la oración y por el ejercicio de la
meditación, el espíritu de sacrificio, la inmolación del hombre viejo y de sus tendencias, la victoria sobre sí
mismo, el triunfo de la gracia sobre los sentidos y las pasiones”. (Positio, p. 294)
PRESENTACIÓN.
“¿No resulta siempre saludable meditar la vida de los santos, incluso la de los justos que no son honrados
con un culto especial? El heroísmo y los triunfos de los unos, los esfuerzos perseverantes de los otros por
imitarlos, ¿no nos comprometen a seguirles en la carrera que tan esforzadamente han corrido, a fin de que
ganemos en pos de ellos la misma corona inmortal?” (Positio, p.247)
LOS SANTOS DE HOY Y DE SIEMPRE.
En todos aquellos y aquellas que buscan
y que han dejado todo por el Reino.
Tú manifiestas tu poder, Señor.
En todos aquellos y aquellas que perdonan
y que rezan por sus enemigos.
Tú manifiestas tu poder, Señor.
En todos aquellos y aquellas
que oyen el clamor de los pobres.
Tú manifiestas tu poder, Señor.
En todos aquellos y aquellas
que ponen sus fuerzas al
servicio de la verdad, de la belleza
y de la paz.
Tú manifiestas tu poder, Señor.
En todos nuestros hermanos y hermanas que
ponen, con filial confianza,
su vida en tus manos.
Tú manifiestas tu poder, Señor.
- Hay santos y santas desconocidos
que son conocidos sólo por Dios.
- Hay santos y santas anónimos
que no aparecen en ningún calendario.
- Hay santos y santas ignorados
que no son elevados a los altares.
- Hay santos y santas del día
para aquellos y aquellas que viven en la no-
che oscura.
- Hay santos y santas de paso
para aquellos y aquellas que viven aprisa.
- Hay santos y santas de la esperanza
para aquellos y aquellas que viven en la de-
sesperación.
- Hay santos y santas vigilantes
para aquellos que esperan el encuentro.
- Hay santos y santas profetas
para aquellos que encuentran la otra orilla.
- Hay santos y santas caminantes
para aquellos que abren camino.
- Hay santos y santas silenciosos
pero que están siempre presentes.
- Hay santos y santas desprendidos
que poseen lo único necesario.
- Hay santos y santas exilados
cuyos nombres están escritos en el cielo.
- Hay santos y santas de nuestros días
como brasa ardiente en el invierno.
- Hay santos y santas crucificados
cuya sangre grita más fuerte que el martirio.
PRESENTACIÓN.
El hermano Policarpo escribía: “Cuando le enseño la ciencia de la santidad, siento necesidad de ser
mejor religioso. Le indico el camino del cielo; ¿no debo yo recorrerlo el primero, arrastrándole en pos de
mí con el poder del buen ejemplo?” (Positio, p. 449)
SEÑOR, HAZ DE MI UN SANTO.
ORACIÓN PARA ALCANZAR LA BEATIFICACIÓN DEL HERMANO POLICARPO.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes. Eres Tú quien ha concedido al Hermano Policarpo
la gracia de “practicar en grado heroico todas las virtudes...por lo que estamos firmemente con-
vencidos que merece un recuerdo y una alabanza perpetuos en la iglesia”. (Decreto de la Heroi-
cidad de las Virtudes). Escucha nuestra oración cuando te pedimos que sea beatificado en tu Igle-
sia para que nosotros imitemos sus virtudes cristianas y religiosas y así seamos cada día mejores
Hermanos del Sagrado Corazón. Tú que vives y reinas por los siglos de las siglos. Amén
CONCLUSIÓN.
Que lleguemos a ser, invitados por el Venerable Hermano Policarpo para nuestros hermanos y hermanas
“una imagen viva de nuestro modelo Jesús de Nazaret”
- Amén.
Y que el Dios Todopoderoso y rico en misericordia nos bendiga, Padre, Hijo y Espiritu Santo.
- Amén.
CANTO FINAL
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad.
Señor, haz de mi un santo.
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación,
ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz.
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Señor, haz de mi un santo.
!Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado, como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Señor, haz de mi un santo. Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita
a la vida eterna.
Señor, haz de mi un santo.
Hoy, 17 de febrero, día en el que el Hermano Policarpo fue declarado Venerable por el Papa Juan Pablo II,
recordamos con alegría a todos aquellos Hermanos que nos han precedido en el camino de la fe y que aho-
ra gozan de la plenitud de la vida con el Padre Celestial y con Jesús resucitado. Animados por el ejemplo de
vida del Venerable Hermano Policarpo caminemos con la esperanza de conseguir nosotros también la santi-
dad siendo testigos de Jesús ante todos que no rodean. Por ello nos atrevemos a decir: