Viaje a lo profundo del paty
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8/12/2019 Viaje a lo profundo del paty
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DESDE LAS ENTRAAS DE UNA GIGANTESCA PICADORA DE CARNEHISTORIA DE LA FAMILIA QUE INVENT EL NEGOCIO DE LA HAMBUNACIONAL. Y POR QU, DESPUS DE MEDIO SIGLO, DECIDI VENDAL MEJOR POSTOR.
Es como una fbrica de autos
al revs. Abrigado con un
traje aislante, cofia y galo-
chas blancas, Julio Giordano
podra pasar por apicultor,
carnicero, cirujano o un raro cowboy espacial.
Su tarea, sin embargo, es gestionar una cadena
de montaje sofisticada y feroz, un dispositi-
vo que convierte msculo, sangre y grasa ani-
mal en discos compactos apetitosos. El cora-
zn fro, maloliente y hi-tech de la fabricacin
masiva de hamburguesas.
La histrica planta de Paty se levanta a un
costado de la Panamericana, a la altura de
Martnez, y produce en el proceso de despie-
ce y sntesis que va del cadver bovino a esas
rodajas ptreas como fsiles de mamut cin-
cuenta toneladas diarias de hamburguesas. Si
las sumamos a las cien que despacha la empre-
sa en su planta-matadero de San Jorge, en el
sudoeste de la provincia de Santa Fe, y divi-
dimos el peso, estamos hablando de cerca de
dos millones de unidades al da. O sea que esta
gente trabaja duro para que, en promedio, cada
argentino se coma al menos un paty por mes.
La marca nacional que se convirti en gen-
rico del producto que elabora (hasta la con-
solidacin de McDonalds, nadie hablaba de
hamburguesas ac; eran simplemente patys,
y haba que clavrselos, como quien se da un
pico de insulina o llena
ostenta el 50% de la cuota
que crecen los nombres de
a la vez que aumenta la
carniceras y el consumo
rpida. (Las cadenas del
a las grandes fbricas, co
importadas de la casa m
de un informe de la Un
Crnica Argentina de 200
crecimiento conservador,
comimos en el pas alrede
de hamburguesas. En la h
na, en el saln de una fran
formica de Nac & Pop co
VIAJE A LOPROFUNDODEL PATY
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8/12/2019 Viaje a lo profundo del paty
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en una caricatura de la Coca
Sarli o en la cueva gourmet
Burger Joint, al lado de un
pster de Johnny Cash, as
vamos modelando nuestra
propia Fast Food Nation. Y si
bien este promedio de veinte o veinticinco
hamburguesas anuales per cpita es bajo en
relacin con las 150 que se come un yanqui en
el mismo perodo, la tendencia alcista parece
lejos de haber tocado su techo.
Mientras tanto, en un nivel an minori-
tario de conciencia frente a un paisaje glo-
bal de obesidad y epidemias alimentarias, lahamburguesa paga por sus pecados y los del
resto de la industria, tal vez porque repre-
senta el ncleo proteico alrededor del cual
se organiza un plato tpico de comida chata-
rra (complementado con harinas refinadas,
gaseosas y frituras). Las cualidades nutri-
tivas de una hamburguesa, por supuesto,
dependen de diversas variables: con qu cor-
tes de carne fue elaborada, qu porcentaje de
grasa contiene, si est engordada con harina
de soja, si es un festival de qumicos o un
producto esencialmente orgnico.
Hasta hace algunas dcadas, la hambur-
guesa era simplemente una porcin de carne
fibrosa procesada para una masticacin ms
sencilla y placentera. Versiones primitivas
se les adjudican a los trtatos, los mongoles y
los alemanes, pero la historia contemporneatiene su grasiento big bang en 1921, cuando el
restaurante White Castle abre sus puertas en
Wichita, Kansas, y arrasa con sus sanguchi-
tos de mini-burgers cuadradas a cinco centa-
vos de dlar. White Castle, luego catalogada
como la primera cadena de comida rpida del
mundo, anticipa una cultura gastronmica
que prevalece hasta hoy. Pero es en 1955, cuan-
do McDonalds se convierte en corporacin
(una dcada y media despus de haber abierto
su primer local en San Bernardino, California,
junto a la ruta 66), que se consuma la verdade-
ra revolucin industrial de la hamburguesa.
A esa tierra de las guerras ganadas, el capi-
talismo en auge, Elvis y las grasas saturadas
lleg, a fines de los cincuenta, un argentino de
20 aos llamado Ernesto Tito Lowenstein,
hijo de una familia dedicada a la exporta-
cin de carne de caballo. Haba viajado con
la misin de detectar nuevos negocios. Esto
es lo que se viene, dijo al volver. Tito haba
visto el futuro en una caja de cartn en cuya
inscripcin de contenido poda leerse: 100
patties. La palabra mgica que define una
rodaja genrica de carne procesada.
La historia nacional de la ham-
burguesa tiene rasgos peculia-
res. En Estados Unidos, es un
alimento que se consume prin-
cipalmente en los locales o en el
auto, y eventualmente como plato de elabora-
cin casera. Si bien hay marcas conocidas de
congeladas como Bubba, los smbolos de la
burgercultureson las cadenas de restaurantes,
no el producto en gndola. Para ellos la ham-
burguesa es como para nosotros el churrasco.
El origen nunca escrito del negocio local
tiene un contexto ms complejo que ese viaje
exploratorio del joven Ernesto. En la pre-historia de la fundacin de Paty se mezcla
la crisis de los frigorficos durante el primer
peronismo con el impulso emprendedor de
un cuadro tcnico de la industria de la carne.
Un hombre llamado Luis Juan Bameule.
Bameule era hijo de un francs al que, a los 7
aos, embarcaron en el puerto de Normanda
con destino a Baha Blanca junto a uno de sus
numerosos hermanos, ya que a la familia sele haca imposible alimentar a todos. Criado
por una ta, el francs creci y se convirti en
empleado de la cerealera Dreyfus de Baha,
y en un momento fue trasladado a la sede de
Buenos Aires, donde se cas y tuvo tres hijos.
En 1920 naci Luis Juan, el mayor, dotado
de una habilidad natural para los nmeros.
Cuando tena 12 aos, un da antes de rendir
el examen de ingreso al Carlos Pellegrini, su
padre muri de un infarto mientras mane-
jaba. Cargando el peso que en esas circuns-
tancias recaa sobre el primognito, dio el
examen igual y, en 1937, se recibi de perito
mercantil con medalla de oro, lo que le vali
un puesto menor en la Junta Nacional de
Carnes, un ente estatal creado para sostener
las exportaciones durante la crisis interna-
cional de los aos treinta. Al mismo tiempo
estudiaba para recibirse de Contador Pblico
y doctor en Ciencias Econmicas y, en los
veranos, sumaba ingresos viajando a parajes
desolados como Ushuaia y Ro Gallegos para
inspeccionar la zafra del cordero.
La Argentina se consolidaba como el gran
proveedor de protenas en el mundo de pos-
guerra. Los frigorficos ingleses y norteame-
ricanos llevaban dcadas instalados en el
pas, con plantas que empleaban a miles de
obreros. Pero el plan de Pern era restarle
poder al capital forneo, manejar el comer-
cio desde el Estado y fomentar el ascenso de
una burguesa ganadera nacional. As fue
como se le dio vida a la CAP (Corporacin
Argentina de Productores de Carnes), que
nucleaba a todos los frigorficos, a la par que
se congelaban los precios de los alimentos
para el mercado interno.
Bameule, que escalara en la Junta hasta
convertirse en su vicepresidente, empezabaa confrontar. Ese manejo paraestatal no iba
mucho con la mentalidad de mi padre, que
era ms bien un self-made manque crea en
la competencia, en el valor de asumir ries-
gos. El que relata toda la historia con elo-
cuencia y precisin es Luis Miguel Bameule,
el hijo mayor de Luis Juan y Enriqueta
Rademakers, hija de una espaola y un
holands que haba sido trapecista de circo,
para terminar como corredor global de las
balanzas y cortadoras de fiambre Berkel.
Bameule, finalmente, fue despedido de
la Junta de Carnes en 1952 y poco despus
asumi la gestin contable y burocrtica del
Grupo Lamar, una compaa frigorfica que,
aprovechando el brote de aftosa que haba
cerrado algunas fronteras para el comercio
vacuno, hizo negocio embarcando barrilesde carne de caballo salada a pases como
Japn, Francia y Estados Unidos.
Bameule andaba bien en Lamar, pero
era un hombre con ambiciones. Un da les
dijo a sus patrones, los seores Moch y
Lowenstein, que quera convertirse en socio.
Ellos le respondieron que la carne equina
no tena un gran futuro, que el caballo era
casi una especie en extincin: estaba dejando
de utilizarse como medio de transporte y en
el campo era un gran depredador vegetal.
No resultaba negocio mantener criaderos
(hoy Lamar, sorprendentemente, sigue fae-
nando y exportando unos 200.000 caballos
por ao). Sin embargo, lo alentaron a que
emprendiera algo propio: ellos lo apoyaran.
El momento coincidi con aquel viaje a
Estados Unidos de Ernesto, el hijo inquieto
de una de las familias propietarias, durante
la primera edad de oro de la hamburguesa.
Bameule an no haba cumplido los 40, pero
tena el know howpara liderar un negocio de
esa clase. Don Moch, que era ms vetera-
no, determin los porcentajes de la sociedad:
Bameule y Ernesto tendran el 40% cada uno
y l se reservara un 20%, por si la ansiedad
juvenil generaba alguna tormenta que ame-
ritara su intervencin. As surgi QuickFood
S.A., con un nombre que proyectaba los sue-
os de exportacin del grupo. Eratiempo deempezar a picar carne.
En plena primavera desarro-
llista de Frondizi, los funda-
dores de QuickFood importa-
ron unas mquinas picadoras
precarias y alquilaron una
pequea planta en Santos Lugares, cerca de
la General Paz, donde armaron una unidadmnima de despostado (el proceso de sepa-
rar el msculo del hueso de la res). Pero fal-
taba lo ms importante: la receta.
Lo primero que descubrieron las damas
de la familia fue que l as hamburguesas nor-
teamericanas tenan un alto porcentaje de
grasa, probablemente debido a que las vacas
all eran alimentadas a grano, no a pasto,
y eso les generaba una grasa intramuscu-
lar imposible de disociar antes de pasarla
por la picadora. Enriqueta fue probando en
su cocina diversas frmulas que testeaba
con los menores del clan y otros pibes del
barrio. Aquellos primeros patys, armados
igual que hoy con los cortes menos nobles
de los cuartos delanteros del animal, los que
no se exportaban ni cotizaban en el mercado
interno (la paleta, el cogote), contenan tam-bin un poco de sal, pimienta y un exalta-
dor de sabor que por entonces llegaba desde
Per en barriles de plstico: el Ajinomoto,
la marca japonesa histrica del glutamato
monosdico, hoy convertido en bestia negra
del naturismo alimentario (la ciencia an no
se pone de acuerdo sobre la capacidad del
organismo de metabolizarlo correctamente).
La primera diferencia entre un paty y una
hamburguesa americana es l a textura, dice
Cecilia Pinedo, periodista gastronmica y
chef del mesn paleo Como Sapiens, adems
de fantica obsesiva de las hamburguesas.
Con un solo bocado te das cuenta de que el
paty es un bloque liso, que se corta perfec-
to con los dientes y que se siente compacto
en la boca, mientras que una americana se
desgrana, se sienten las imperfecciones de
la confeccin. El paty siempre es igual: tiene
gusto a algo similar a la carne, sabor a grasa,
y por sobre todo, sabe a plancha, o parrilla;
si hacs un paty en el horno no tiene gusto.
Pero a la larga es un poco adictivo.
Una vez definida la receta, que segn afir-
man en QuickFood se mantiene idntica hasta
hoy (Es como la frmula de la Coca-Cola,
dice con orgullo Toms Bameule, nieto deLuis Juan, hijo de Luis Miguel y gerente de
la filial uruguaya de la compaa; el nico
Bameule que hoy sigue ligado a la marca),
haba que elegir el nombre. Los finalistas eran
Paty y Wimpy, como la antigua cadena ingle-
sa de fast food bautizada en honor al primo de
Popeye adicto a las hamburguesas. Gan Paty,
y se present en pblico en la Rural de 1960, en
el 150 aniversario de la Revolucin de Mayo.
Repartieron snguches gratis a mansalva. El
logo, la clsica vaquita roja, lo haba dibujado
Violeta, la secretaria de Bameule. Por el dise-o, Violeta se gan un sueldo extra.
QuickFood contaba en esa primera etapa
con ocho empleados, pero el pequeo Luis
Miguel, que por entonces tena 12 aos, ya
formaba parte de la cuadrilla. Metamos
las hamburguesas en bandejitas de cartn,
revestidas con un bao de parafina para que
la carne no se pegara. En el dorso venan
impresas recetas, recuerda l. El producto
no se congelaba, sala entre los cero y cuatro
grados, y era una poca en l a que abundaban
los cortes de luz, as que arrancbamos en
unas estancieras aisladas con telgopor, entre
las tres y las cinco de la maana, para que no
hubiera trnsito ni hiciera mucho calor, y las
repartamos en las fiambreras. Tenan una
vida til de nueve das, siempre y cuando se
mantuviera la cadena de fro.Si bien algunos comerciantes y amigos
los miraron como si hubieran enloquecido
(Cmo vas a fabricar carne en la Argentina,
es como hacer naranjas en Paraguay!), Paty
tuvo rpidamente una buena aceptacin.
Eran los aos sesenta y la mujer empezaba a
integrarse con mayor normalidad al mundo
del trabajo. Las hamburguesas elaboradas
parecan una alternativa fcil y sabrosa para
resolver una comida semanal.
El producto fue muy bien recibido, pero
no haba caso: no agarraba volumen, expli-
ca Luis, que a la maana iba al secundario y
a la tarde a la fbrica. Su padre mantena el
puesto en Lamar, porque QuickFood no solo
no daba dividendos, sino que adems genera-
ba prdidas. Bameule recuerda conversacio-
nes entre los socios: Llevamos US$100.000
perdidos, esto es un disparate, nos vamos a
quedar sin ahorros. Decidieron jugarse una
ltima ficha: hacer publicidad en televisin.
Como tenan poca plata, optaron por una va
no tradicional. Contactaron a un personaje
simptico que haba conquistado al pblico
infantil: el Capitn Piluso.
Alberto
reconoc
nal, hac
sario p
invirtie
tarde. Los clientes se los g
que un da Bameule le dllevara a los chicos a su
ra probar la efectividad d
sin publicitaria. Caracte
Olmedo empez a chive
esa pequea audiencia, h
dades de la vaca. Los ne
la firma puso unos pesos
una semana, la demand
Bameule. Los chicos emp
y as ganamos el mercado
distribuamos las cajas a
y los restaurantes berreta
ron los jubilados, los que
dientes y necesitaban un
chicos y los jubilados fu
taron el negocio. Empez
80.000 hamburguesas di
Envalentonada, la soterreno baldo en Mart
base de la fbrica que a
cionando. Se inaugur
mismo da en que hab
tramo de la Panamerica
te, llegaba hasta ah. Hub
apertura amenizada por
En el 64, Ernesto Low
dcada despus fundar
a su hermano Alberto
de QuickFood a Bameul
con la salida de Moch, q
dueo. En los setenta, co
jadores en planta, la izqu
ria volanteaba en la pu
obreros a que se subleva
tinacional. La raz del m
nombre, as que por un
llamarse Alimentos Rp
Los Bameule y otros
deros les dieron la bienv
de comercio desregulad
Don Bameule manejaba
remoto desde su oficina e
Miguel, formado en admi
LA HISTORIA MODERNA DE LAHAMBURGUESA TIENE SU BIGBANG EN 1921, CUANDO WHITECASTLE ABRE SUS PUERTASEN WICHITA Y ARRASA CONSUS SANGUCHITOS DE MINI-BURGERS CUADRADAS A CINCOCENTAVOS DE DLAR.
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8/12/2019 Viaje a lo profundo del paty
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