Vide, Vicente - Los Lenguajes de Dios

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Los lenguajes de Dios'rcigmtica lingstica v teologa

Vicente Vide

Los lenguajes de DiosPragmtica lingstica y teologa

1999 Universidad de Deusto Bilbao

Serie Teologa, vol. 31

Sicut Deum imperfecte cognoscimus, ita etiam imperfecte nominamus, quasi balbutiendo.TOMS DE AQUINO, In Sent., 22,1,1, sol

A mis padres, a mis hermanas y a todos aquellos que me ensearon a balbucear los lenguajes del Misterio.

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ndice

Introduccin 1. La flosofa analtica y los nuevos horizontes de la signifcacion lingstica 1.1. El lenguaje teolgico en la historia del pensamiento cristiano 1.2. La tradicin inglesa del anlisis 1.3. El neopositivismo y la reduccin de la significacin a la designacin descriptiva 1.3.1. A. Ayer y el positivismo lgico 1.3.2. Presupuestos de la reduccin de la significacin lingstica. . 1.4. El ocaso del verificacionismo. L. Wittgenstein 1.4.1. La lgica del lenguaje en L. Wittgenstein 1.4.2. La preocupacin analtica por expresar la inefabilidad del Misterio 1.4.3. Los problemas gramaticales de la teologa 1.5. El desafo del anlisis semntico: la parbola de A. Flew 1.5.1. La reaccin de los telogos 1.5.2. La contrarrplica del verificacionismo 1.6. La logical diversity of language en el anlisis de I.T. Ramsey. .. 1.6.1. El lenguaje teolgico: una lgica extraa y peculiar 1.6.2. El lenguaje de la Biblia y el lenguaje de la doctrina cristiana. . 1.6.3. Naturaleza y funcin del lenguaje religioso cristiano 1.7. Hacia una ampliacin de la nocin de experiencia 2. La performatividad del lenguaje en Austin, Searle y Evans 2.1. Semitica y pragmtica lingstica

13 21 21 30 32 35 36 39 41 43 47 62 64 70 75 75 77 79 80 85 87

2.2. La teora del lenguaje performativo en Austin 2.2.1. Los performativos explcitos y primarios 2.2.2. Valoracin crtica de la teora performativa de Austin

94 97 102

2.3. La teora de la fuerza ilocucionaria en J. Searle 104 2.4. La compleja naturaleza del acto ilocucionario: J. Habermas y K.O. Apel 121 2.5. La teora performativa de D.D. Evans y el carcter auto-implicativo del lenguaje teolgico 128 3. El anuncio cristiano en la perspectiva de la fuerza ilocucionaria.... 3.1. El anuncio de la Buena Noticia 3.1.1. Anlisis de la asercin de Jess: El Reino de Dios est cerca 3.1.2. Un ilocucionario directivo: convertios y creed en la Buena Nueva 3.1.3. La potencia operativa de la palabra de Jess 3.1.4. El anuncio cristiano en la predicacin kerygmtica paulina . . 3.2. La recepcin del anuncio cristiano como ilocucionario asertivo . . . 133 133 134 139 142 143 148

6.3. La Revelacin cristiana: una accin comunicativa entre Dios y la humanidad 224 6.3.1. La performatividad de la palabra de Dios en la constitucin conciliar Dei Verbum 225 6.3.2. Credibilidad de la Revelacin y significatividad lingstica .. 231 Conclusin Bibliografa bsica 241 251

3.2.1. Las condiciones para realizar con xito el acto de fe como ilocucionario asertivo 149 3.2.2. La dimensin cognitiva del acto de fe 160 3.3. La performatividad del lenguaje proftico 4. La performatividad de los varios actos de la celebracin litrgica cristiana de la fe 4.1. 4.2. 4.3. 4.4. La compleja variedad de los actos ilocucionarios litrgicos El dinamismo de la fe en la expresin litrgica El problema de la significatividad de la palabra sacramental Anlisis de algunos actos lingsticos de la celebracin litrgica . . 4.4.1. La oracin de peticin 4.4.2. La accin de gracias y la alabanza 5. La peculiaridad del anuncio cristiano en el uso lingstico de los msticos 5.1. 5.2. 5.3. 5.4. La naturaleza del lenguaje usado por los msticos Resultados de un anlisis semntico Experiencia mstica y accin comunicativa La fuerza performativa en la comunicacin de la experiencia mstica . . 164 165 166 168 171 175 175 188 195 195 197 200 203 211

6. La significatividad de los lenguajes de la fe

6.1. Causas de la prdida de la significatividad del lenguaje teolgico. . 212 6.2. Caractersticas comunes de los lenguajes de la fe 215

IntroduccinLa filosofa del lenguaje constituye un desafo para la filosofa de la religin y para la teologa cristiana. No se puede hablar de Dios sin tener en cuenta las reglas del lenguaje que se usan en la comunicacin humana. Qu significado y qu valor cognitivo poseen las expresiones empleadas por la tradicin cristiana para dar cuenta razonada del misterio de Dios que ni el ojo vio, ni el odo oy, ni al corazn del hombre lleg (7 Cor 2,9). El reto de la semntica se sald en su conjunto, ms bien con un balance negativo en relacin con el lenguaje religioso llegndose a un impasse en la cuestin del sentido y la referencia de las aserciones teolgicas, ya que la reduccin del instrumental significativo al enunciado representativo dej al filsofo de la religin desprovisto de bagaje terico para dar cuenta razonada de lo divino, quedndole tan slo la va de la retrica, la poesa o el silencio. La pragmtica lingstica abre un nuevo horizonte de significacin para aquellas expresiones no descriptivas y ofrece, al mismo tiempo, una metodologa para analizar los diversos actos lingsticos que articulan los lenguajes de la fe. Aplicando la clasificacin de los actos de habla realizada por el filsofo J. Searle nos topamos con un un mtodo analtico que permite indagar acerca del sentido y valor cognitivo de este tipo de lenguajes. El dilogo con las disciplinas filosficas ha estado siempre presente, de alguna manera, en la historia del cristianismo, ya que una de las funciones de la teologa consiste precisamente en dilucidar el logos con el que el Dios inefable ha querido entrar en relacin dialgica con el homo loquens. Una reflexin sistemtica acerca de la Palabra inspirada no puede ignorar las aportaciones ni los desafos de la filosofa del lenguaje. Si la fe nace ex auditu, en la mediacin de la escucha y la acogida de la

Palabra revelada entra en juego de lleno la palabra humana, la palabra de la fe, como adhesin confiada a la Palabra de Dios Por una parte, la pragmtica lingstica, al igual que la filosofa del lenguaje en general, cuestiona a la teologa fundamental en su pretensin de sostener la credibilidad del anuncio cristiano, cuya transmisin y razonabilidad pasa por la mostracin de su significatividad lingstica, puesta en entredicho en el mbito de la filosofa analtica contempornea Pero por otra parte, esta pragmtica, al abrir un nuevo horizonte de significacin a partir sobre todo de la nocin de los juegos de lenguaje, permite realizar un estudio analtico acerca de la peculiaridad y especificidad de los usos lingsticos que articulan los diversos lenguajes de la fe Siguiendo la clasificacin de J Searle, puede decirse que el acto del anuncio cristiano constituye todo un complejo de actos locucionanos (asertivos, directivos, compromisivos, expresivos y declarativos) Desde esta perspectiva, se comprende mejor el modus significandi propio de la fe (performativo y auto-imphcativo) De este modo se afronta uno de los problemas ms acuciantes planteados hoy a la teologa la cuestin de la sigmficatividad lingstica de su discurso En ella late una pregunta que continuamente sale a relucir en el dilogo con el agnosticismo y atesmo contemporneos qu relacin existe entre los enunciados de la fe y la vida de aqul que confiesa lingsticamente el credo cristiano^ A partir de esta pregunta se entiende el porqu de la insistencia en esta cuestin, ya que si no se descubre la relevancia existencial de la fe en el mbito de las acciones comunicativas de anuncio y proclamacin, sta seguir sin transformar la vida del creyente La dicotoma entre la fe y la vida, denunciada por el Vaticano II1, en el fondo muestra tambin un divorcio entre lenguaje y estilo de vida Ahora bien, si en algo insiste la pragmtica lingstica es precisamente en que el lenguaje es una forma de vida (Lebensform) y una accin comunicativa Con ello la filosofa del lenguaje, lejos de presentarse como enemiga de discursos no verificaciomstas, aparece como un instrumento de trabajo vlido para dar cuenta razonada de los lenguajes de la fe Conviene recordar, adems, que la increencia de la sociedad posmoderna no aparece derivada tanto de un atesmo explcito o terico, cuanto de un agnosticismo cerrado al hecho religioso y a la posibilidad de una revelacin del Misterio Corren tiempos postmetafsicos Si se rechaza el discurso religioso, no es tanto por ser falso o ideolgico o por carecer de significado en s mismo, sino ms bien por carecer de significatividad, es decir, de relevancia existencial, de significado vital para la vida de muchos hombres y

mujeres Para poder dar razn del discurso religioso, es precio mostrar su coherencia y razonabihdad, ya que toda pretensin de dilogo tiene que vrselas con el lenguaje, sin el cual no es posible vivir ni convivir Hoy ms que nunca hay una conciencia de que el lenguaje es accin comunicativa, vida compartida, compromiso dialgico asumido ntenconalmente en cada acto de habla Sin embargo, la teologa de nuestro pas no parece haber tomado conciencia de la relevancia no ya slo de la pragmtica lingstica, sino de la filosofa analtica en general Una muestra de ello es la casi total ausencia de escritos sobre este tema en lengua castellana Ello resalta an ms, al comprobar que muchos de los textos (p e , la parbola de Flew o la obra Rehgious Language de I Ramsey) son ya clsicos y han sido editados muchas veces en ingls o traducidos a otros idiomas Asimismo, la filosofa de la religin, en general, y la teologa fundamental, en particular, estn sufriendo actualmente en los pases sajones una revitalizacin cuantitativa y cualitativamente muy superior a lo que acontece en pases de gran tradicin filosfica y teolgica como son Francia y Alemania En Estados Unidos hay una docena de congresos anuales sobre estas materias Slo por esta razn resulta ya aventurado investigar con profundidad este mbito del lenguaje religioso Mas el nesgo de tal aventura conlleva una buen recompensa No es posible en este resumen extendernos en los estudios de los analticos del lenguaje, pero para el futuro puede esperarse de ellos una importante aportacin para el lenguaje cristiano de la confesin2 Al igual que el montaero que, para alcanzar la cumbre elegida, deja a un lado los senderos que le llevan a las cimas vecinas, tambin nosotros dejamos a un lado las transitadas rutas de la hermenutica de Gadamer y de P Ricoeur, o del ltimo Heidegger, as como la discusin en torno al valor cognitivo de la creencia religiosa, an cuando haya que aludir a los autores implicados en tal polmica en la medida en que sea preciso y emprendemos las sendas menos recorridas de la pragmtica lingstica Y es que en la Cambridge-Oxford Phosophy

2

CONCILIUM SECRETARIADO GENERAL de la revista Conahum Agitacin en torno a la

1

Cfr GS 43

confesin de fe Concdium 51 (1970) I 136, nota 2% La nota del Secretariado menciona con cretamente a J L AUSTIN Phdosophical Papers Oxford 1961 DD EVANS The Logic of the Self Involvement A Phdosophical Study of Everyday Language with Special Reference to the Chnsttan Use of Language about Goda1: Creator Londies 1963, SCM Press y J LADRIFRE Langage auto-imphcatif et langage bibhque selon Evans Tijdschrift voor Filosofe 28 (1966)441-494

ms reciente se observa ya un vasto nmero de brillantes estudios dedicados a la aplicacin de la semntica al lenguaje religioso en general y al teolgico en particular. No sucede as en el campo de la pragmtica lingstica, donde apenas se encuentran aplicaciones al lenguaje religioso y, menos an, a los lenguajes de la fe. Los pioneros de la aventura son D.D. Evans y J. Ladrire. Este ltimo, aplicando la teora lingstica de J.L. Austin, caracteriza algunos de los lenguajes de la fe (lenguaje bblico de la creacin, evanglico, litrgico, eucarstico y mstico) como performativos. Gracias a este autor, la nocin de performatividad se ha introducido de tal modo en el mbito de la teologa fundamental ms reciente, que para algunos resulta prioritaria a la hora de definir la naturaleza del discurso cristiano: La primera caracterstica (del lenguaje teolgico) es la performatividad. Un lenguaje performativo es por su naturaleza un lenguaje que compromete al sujeto en el momento en que lo pone en acto (...) Hay una autoimplicacin que hace del hablar y del obrar una unidad indisoluble. La performatividad del lenguaje teolgico se presenta como una premisa indispensable que se deriva de la fe misma del creyente como acto fundamental del saber teolgico3. Prosiguiendo las huellas, un tanto confusas y borrosas, de estos pioneros, nos dirigimos, como intrpidos exploradores, en bsqueda de nuevos caminos por los vericuetos de la pragmtica lingstica. El filsofo J. Searle se presenta como gua a lo largo del camino. Su taxonoma de los actos ilocucionarios resulta fructfera para dar cuenta razonada del significado de actos tan propios del lenguaje cristiano como son el de confesar la fe, anunciar el kerygma, prometer, dar una orden proftica de conversin, invocar la intervencin salvadora de Dios, suplicar, dar gracias o alabar a Dios por sus dones. De esta manera, el anlisis pragmtico-lingstico permite vislumbrar los caracteres distintivos de la fe cristiana: carcter asertivo, que corresponde a la dimensin confesional-cognitiva de \afides quae; carcter autoimplicativo, que corresponde a la actitud personal del creyente en la entrega confiada de s mismo a Cristo; carcter doxolgico, que expresa el reconocimiento de la gratuidad absoluta de la salvacin cumplida por Dios en Cristo (credere Christo) "fides qua"; carcter operativo, en cuanto la fe cristiana lleva en s misma el compromiso por las exigencias de la praxis4.1

La unidad vital de estos aspectos muestra la singularidad de los lenguajes de la fe cristiana, caracterizados por su performatividad y por su autoimplicacin. As se justifica el carcter significante y significativo de los lenguajes de la fe. El aspecto significante queda probado porque, segn la teora de Searle, no slo tienen sentido los enunciados asertivos sino tambin todos aquellos actos lingsticos que no son de este tipo (directivos, compromisivos, expresivos y declarativos) con tal de que cumplan determinados tipos de reglas. El carcter significativo se prueba porque estos tipos de lenguajes poseen en s mismos una relevancia existencial indiscutible, al poner de manifiesto la vinculacin entre la accin comunicativa y la finalizacin del dinamismo de autotrascendencia comportado en ella. As se descubre que el acto lingstico del anuncio cristiano comporta una fuerza performativa transformadora, capaz de renovar la existencia humana, llevndola a su plenitud en Jesucristo, Palabra de Dios encarnada. Sin embargo, esta significatividad slo es captada por la persona autoimplicada en la bsqueda y reconocimiento de los valores y fuerzas ilocucionarias puestas en juego en los actos lingsticos que expresan la fe. En funcin de esta peculiar lgica de la autoimplicacin (the logic of self-involvement) se advierte la coherencia razonable y la verdad de aquello que la fe cristiana propone para creer y vivir como personas en plenitud. Ello es as porque el momento intelectual de la afirmacin cognitiva del lenguaje sobre Dios no puede prescindir del momento de la praxis, de una aceptacin y encuentro interpersonal, de un compromiso y empeo por la justicia y el bien. En esta dimensin de la experiencia religiosa se coloca, segn la Revelacin y la Tradicin de la Iglesia, el instinctus fidei, la atraccin de la gracia y la conversin del corazn. En el acto religioso de fe inciden elementos no plenamente conceptualizables, derivados de la naturaleza misma del acto. No se trata slo de una afirmacin de enunciados intectuales, sino fundamentalmente de una aceptacin de Dios como realidad salvfica, trascendente y personal. De aqu deriva una dosis de inefabilidad, no conceptualizable adecuadamente y presente no slo en todos los lenguajes de la fe, sino en general en el lenguaje religioso, sin que ello suponga la negacin de los elementos conceptuales necesarios en la expresin del acto mismo de la afirmacin de Dios: Non enim posset homo assentire credendo aliquibus propositis nisi ea aliqualiter intelligeret5.

FISICHELLA, R.: Lenguaje, en: LATOURELLE, R.; FISICHELLA, R, PI I NINOT, S.5

(eds.): Diccionario de Teologa Fundamental. Madrid 1992, Paulinas, 827. 4 ALFARO, J.: Revelacin cristiana. Fe y teologa. Salamanca 1985, Sigeme, 122.

SANTO TOMS DE AQUINO: Summa Theologiae. II-II ae. q.8., ad.2.

Por eso, cuando viene a faltar la prctica comunicativa del lenguaje religioso, fundada en el cultivo de la dimensin de apertura a lo de algn modo Absoluto, difcilmente se llega a captar la significatividad de los lenguajes de la fe Conviene recordar que tambin los lenguajes de la fe cristiana poseen su propia Lebensform, constituida por lo vivido en la comunidad eclesial y expresada, como toda experiencia, en un lenguaje especfico En este sentido, habra que afirmar que el lenguaje teolgico no puede ser comprendido totalmente ms que en el horizonte de esta Lebensform, ya que el creyente vive en la actitud de la entrega total, radicalmente diversa de la actitud del cientfico ante el mundo de la experiencia sensible Hay tres expresiones que conviene distinguir desde el principio lenguaje religioso, lenguaje teolgico, lenguajes de la fe Una primera distincin debe hacerse entre el lenguaje de los creyentes en la expresin de sus vivencias religiosas {lenguajes de la fe) y el que articula una reflexin sistemtica semejante a la que desemboca en la teologa acadmica (lenguaje teolgico)6 No todo hablar de Dios es teologa y, por tanto, no se puede reducir el hablar de Dios al lenguaje teolgico El lenguaje religioso se encuadra en el mbito de la fenomenologa de la religin y en general en la filosofa de la religin Por teologa se entiende aqu el esfuerzo del creyente por asimilar razonablemente la propia fe o, en palabras de Langdon Gilkey, la reflexin sistemtica sobre el significado y la validez de las formas simblicas de una comunidad religiosa dada, desde el punto de vista de alguien que comparte esa fe y la vida de la comunidad y trata de expresar responsablemente su ethos religioso7 El lenguaje teolgico expresa un saber sobre el hecho religioso Tiene en comn con el filosfico la pretensin normativa valonzadora, pero se distingue de l por un talante que insiste ms en la asimilacin racional que en la crtica racional del mismo, y, adems, por realizarse desde la adhesin a l El lenguaje religioso se estudia en el mbito de la antropologa cultural, de la sociologa, de la psicologa, de la fenomenologa de la religin y, en general, en el marco de la filosofa de la6 Cfr CAMPS, V Pragmtica del lenguaje y filosofa analtica Barcelona 1976, Pemnsu la, 192 En esta misma obra la autora recoge una interesante distincin de F Ferr F Ferr distingue entre el "lenguaje de la fe' (Rehgious Language ofving Faith) y el lenguaje sis temtico de la teologa acadmica' Cfr FERR, F Language Logic and God Londres 1962, Eyre and Spettiswood passim, tomado de CAMPS V op cit, 192 nota 6 7 GTLKEY, L Naming the Whirlwind The Renewal of God Language Indianapolis y Nueva York 1969, The Bobbs Merrill Company, 421, tomado de CAMPS, V op cit 216, nota 30

religin, ya que, en cuanto expresin del hecho religioso, constituye un fenmeno ms amplio que el lenguaje teolgico En una primera aproximacin al hecho religioso, el lenguaje religioso prescinde de una precipitada identificacin con la divinidad, mantenindose en el horizonte ms amplio de lo sagrado, del Misterio y de la apertura humana a lo de algn modo Absoluto As el lenguaje religioso se usa para incluir clases de expresiones tan diversas como orar, alabar, exhortar, bendecir, maldecir y muchas otras parecidas, pero tambin incluye expresiones no verbales que pueden ser consideradas como lenguaje en algn sentido actos rituales, crucifijos, pinturas, estatuas, msica, poesa e incluso el silencio El lenguaje teolgico surge del religioso como un todo cuando una fe religiosa se hace reflexiva e intenta dar una explicacin de s misma en enunciados verbales Es un lenguaje que expresa la fe y, al mismo tiempo, reflexiona crticamente sobre su contenido Es el lenguaje que tiene por objeto al Dios de la Revelacin, pero sin entrar an en las especificaciones de la aceptacin, la proclamacin, la celebracin, la invocacin, la accin de gracias, la peticin en relacin auto-imphcativa con el Dios de la Revelacin Estas mltiples especificaciones relacinales son las que distinguen a los diversos lenguajes de la fe El lenguaje teolgico se realiza de forma concreta e histrica como lenguaje teolgico budista, islmico, hebreo, cristiano, etc Analizamos nicamente el cristiano, entre otras cosas, porque es el que ms conocemos y porque plantea, sobre todo en las sociedades europeas, el problema de la signicatividad lingstica de un modo bastante acentuado Ello se debe, por una parte, a la prdida de credibilidad del mensaje cristiano en una sociedad que tradicionalmente profesaba esta religin y, por otra, al hecho de que la misma teologa cristiana formula enunciados de naturaleza dogmtica y preposicional, entre los que se encuentran algunos que coinciden con aserciones filosficas tales como la afirmacin de la existencia de Dios, la posibilidad de conocerle por va natural y otras que tratan de justificar la razonabihdad del anuncio cristiano Con la expresin lenguajes de la fe, se pretende enumerar la pluralidad de expresiones y manifestaciones lingsticas usadas por el creyente en el acto de asumir, profesar, acoger, anunciar, celebrar y vivir la fe cristiana Cada uno de ellos posee rasgos caractersticos propios (lenguajes), aunque todos participan, expresan y realizan (performativamente) la Lebensform cristiana (de la fe) A su vez, se encuadran en el mbito ms amplio del lenguaje religioso y metafsico

1La filosofa analtica y los nuevos horizontes de la significacin lingstica

El problema del lenguaje religioso es hoy en da uno de los ms atrayentes tanto en filosofa de la religin como en teologa fundamental, a juzgar por el vastsimo nmero de recientes publicaciones sobre este tema en el mundo anglosajn. Pero sera equivocado pensar que este problema ha surgido de repente o que slo el desarrollo de las tcnicas modernas del anlisis lgico ha llevado a la persona creyente a reconocer los problemas inherentes a sus formas de hablar. De hecho, la mayora de los telogos se han ocupado de la cuestin del lenguaje religioso, enfocndolo casi siempre en funcin de las instancias filosficas y culturales del momento histrico. Esta cuestin ha estado presente desde los inicios de la teologa y del pensamiento cristiano. Los ms eximios representantes de la Patrstica en su dilogo con la filosofa griega se ocuparon de este problema, ya advertido desde una perspectiva filosfica en Platn y Aristteles. Pero tambin es verdad que nunca ha sido tan central en la reflexin teolgica como hasta el presente. Ello se debe en parte al hecho de que algunas corrientes filosficas contemporneas han asumido un planteamiento lingstico, dejando de lado los planteamientos metafsicos del pasado. No hay que olvidar el desafo del neopositivismo, as como la repercusin cultural del estructuralismo, del ltimo Heidegger o de la hermenutica. Una semntica de corte representacionista unida al verificacionismo neopositivista relegan al mbito emotivista las expresiones de los lenguajes metafsico, tico y religioso. 1.1. El lenguaje teolgico en la historia del pensamiento cristiano La cuestin del lenguaje teolgico est presente desde los orgenes del cristianismo. Desde sus inicios se advierte una tensin insuperable

entre revelacin y misterio, cognoscibilidad e incomprensibilidad, afirmacin y negacin, lenguaje e inefabilidad, transcendencia e inmanencia, fe y razn. Tal tensin se patentiza ejemplarmente en la confrontacin entre la propuesta apoftica de una teologa del misterio y la cataftica de una teologa afirmativa sobre Dios. El lenguaje teolgico cristiano nace del encuentro del mensaje proftico evanglico con el mundo de la cultura griega, especialmente con la filosofa del platonismo y del estoicismo. De este modo, surge un primer intento de recepcin del concepto filosfico de Dios, que encontrar en la va apoftica de la teologa patrstica su momento culminante. La Sagrada Escritura muestra un Dios bien diverso del que pudieron concebir los filsofos paganos. En la Biblia se revela un Dios nico, creador, providente, omnipotente, omnisciente, infinito, incorpreo, totalmente transcendente a cualquier realidad humana y mundana. Cmo presentar entonces este Dios a la filosofa pagana?, cmo predicar esta serie de atributos? He aqu el problema planteado en los escritos de los judos Filn y Maimnides, de los gnsticos, de los paganos Albino, Plotino y Proclo, de los cristianos del perodo patrstico, escolstico y moderno. Al igual que en el pensamiento de los filsofos, tambin en la Biblia el problema del lenguaje teolgico se encuentra en relacin estrecha con el problema del conocimiento de Dios. Expresando la automanifestacin de Dios a la humanidad, en la Escritura aparecen los temas del conocimiento de Dios y del lenguaje acerca del Misterio. Este lenguaje presenta una dimensin positiva y otra negativa^. Los primeros apologetas cristianos se proponen sistemticamente mostrar la idea cristiana de la realidad divina como la ms perfecta. El Dios de la revelacin y de la creacin, nico y eterno es invisible, impalpable, inefable. Rechazando la nocin estoica de una interpretacin de lo material y lo divino, los apologetas concibieron la

divina realidad como inmaterial e incorprea, espiritual e inmutable, en cuanto principio ltimo del mundo. As, la teologa alejandrina elabora numerosos motivos del pensamiento religioso platnico, neoplatnico y filoniano para expresar los nombres divinos. Dios aparece como el divino pedagogo, que gua con su sabia y poderosa providencia el curso del mundo y de la historia de la salvacin hacia la divinizacin escatolgica de la humanidad. Para Filn de Alejandra es ms difcil hablar de Dios que conocerlo, ya que todo conocimiento de Dios comporta una dosis de inefabilidad9. Tambin para Clemente Alejandrino la naturaleza divina es esencialmente incognoscible e inefable10. Para demostrarlo, quizs por primera vez en la historia del pensamiento cristiano, lleva a cabo un anlisis semntico del lenguaje religioso, sirvindose de las categoras lgicas de su poca". Orgenes, por su parte, desarrolla la doctrina de los dos maestros de Alejandra. Este autor atribuye al conocimiento de Dios un carcter esencialmente apoftico y por eso concede al lenguaje teolgico un valor predominantemente negativo12. Ahora bien, ello no quiere decir que no pueda hablarse de Dios o que el ser humano no pueda conocer ciertos atributos divinos. En este punto Orgenes recurre al simbolismo y a la analoga13. El apofasmo griego alcanza su pice en la teologa del Pseudo-Dionisio acerca del divino emanatismo. A l se le atribuye la sistematizacin de las tres vas para hablar de Dios: afirmativa, negativa y eminente14.9 La razn de esta inefabilidad radica en la incognoscibilidad presente en toda investigacin acerca de los atributos de Dios As lo expresa el propio Filn en diversos ocasiones

Cfr FILN DE ALEJANDRA De fuga et inventwne c 29, nn 164-165, tomado de MONDIN, JB

8 La dimensin positiva se funda en que Dios se da a conocer en la palabra humana como palabra inspirada Cfr Gen 2,19 ss, 3, 8 ss, 32, 30, Ex 33, 11, Deut 34, 10, Bar 3, 38 En el Nuevo Testamento la afirmacin de un conocimiento cierto aunque siempre oscuro de Dios a travs de la fe comporta tambin una dimensin positiva Cfr 1 Cor 13, 12, 1 Jn 3, 2 Por eso en la Escritura se encuentran diversos tipos de lenguaje para hablar de Dios descriptivo, lrico, metafsico, simblico, antropomrfico, etc La dimensin negativa aparece cuando la Escritura seala los lmites del lenguaje en relacin con el conocimiento parcial y limitado que el ser humano tiene acerca de Dios Cfr Ex 33, 20-23, 19, 21, 1 Re 19, 3, Sal 138, 6, Ecles 43, 29-33, 1 Tim 6, 16, 1 Jn 4, 12, Jn 6, 46 Esta dimensin negativa del conocimiento de Dios se expresa en la dimensin negativa del lenguaje acerca de El Ante Dios es preciso enmudecer Cfr 1 Cor 2, 9, 1 Cor 2, 14-15 Ni siquiera puede pronunciarse su nombre sagrado y temible Cfr Lev 20, 16, Es 20, 7, Deut 5,11

IIproblema del hnguaggio teolgico dalle ongini ad oggi Brescia 1975, Quenniana 2 ed, 43 DEM De mutatione nominum, c 2, nn7-10 Cfr MONDIN, JB opcit, 43-44, ibidem, ce 2-4, nn9-28 Cfr MONDIN opta, 51 10 El Dios del Universo que est por encima de todo nombre y nocin no puede expresarse con palabras o por escrito, ya que es por s mismo inexpresable La Causa Primera no est dentro del espacio sino por encima del espacio y del tiempo, de las palabras yde los conceptos CLEMENTE DE ALEJANDRA Stromata V, c 11, n 72 Cfr MONDIN, J B

op cit, 56-57.11

Cfr ORGENES Commentaire sur Saint Jean 1 Texte grec Avant propos. Sources Chrtiennes (120) Pars 1966 Les Editions du Cerf PG II 28 13 Cfr. DEM Contra Celsum PG VI, 65 Versin castellana en Contra Celso Madrid 1967, BAC (271) 446 14 Dionisio el Areopagita es, entre todos los padres griegos, el que ha despertado siempre mayor inters por lo que respecta a la cuestin del lenguaje teolgico As se explica la multitud de estudios surgidos en torno a esta cuestin en este padre griego Destacan entre otros los estudios de Volker, Vanneste, Roques, Lossky, Ivanka, Damlou, Corsini, Scazzoso Este inters se explica adems si se tiene en cuenta que Pseudo-Dionisio es uno de 23

12

Ibidem V, c 12, nn 81-82 Cfr MONDIN, J B op cit, 58

22

En el mbito de la Patrstica cabe destacar a S. Agustn15. Este es consciente de los lmites del lenguaje teolgico, ya que Dios es espritu y el lenguaje humano se basa siempre en elementos del mundo sensible16. Adems, el ser humano ni siquiera puede hablar adecuadamente de su espritu. As se explica la tensin entre la va cataftica y apoftica: omnia possunt dici de Deo et nihil digne dicitur de Deo17. El obispo de Hipona resuelve esta tensin con la doctrina de la participacin que abre camino a la cuestin de la analoga. Uno de los autores que mejor ha sistematizado la doctrina de la analoga es Santo Toms de Aquino. Segn este autor, la cuestin del lenguaje teolgico es de capital importancia para la teologa, ya que: ad salutem consequendam non solum este necessana fides de ventate rerum, sed etiam vocahs confessio per nomina1^ Debido a esta conviccin el Aquinate vuelve una y otra vez sobre este argumento en sus obras principales19.

En su doctrina de la analoga se encuentran los principales elementos para una fundamentacin del lenguaje teolgico20. En la actividad especulativa de Sto. Toms confluyen las dos grandes tradiciones filosficas y teolgicas presentes en la escolstica: la platnica, o mejor, neoplatnica y la aristotlica. De ah que, al tratar tan compleja cuestin, adopte una diversidad de trminos21. Sorprende la variedad de expresiones que usa Sto. Toms pero, en realidad, todas ellas proponen la misma respuesta, fundada en la relacin ontolgica entre Dios y las criaturas: Cum creatum exemplanter procedat ab pso sicuat a causa quodammodo simih per analogiam.ex creatuns potest in Deum divenin tribus lilis modis quibus dictum est, scihcet, per causalitatem, remotionem, eminentiam22 Con la doctrina de la analoga, Santo Toms pretende salvaguardar la trascendencia de Dios pero sin caer en agnosticismo ni en el fidesmo. Ello le permite superar los peligros de la univocidad, el antropomorfismo20

los mximos tericos en este campo del lenguaje teolgico tal y como se ve a partir de los ttulos de dos de sus obras que se conservan De divinis nominibus y Theologia msticaCfr DIONISIO EL AREOPAGITA De divinis nominibus PG V, 5, IX, 6,1, 5, VII, 2, 3 La va

principal es la eminente Aunque la naturaleza divina est ms alia de cualquier tipo de co nocimiento humano, sin embargo se puede hablar de ella recurriendo a superlativos Por ello afirma Scazzoso En este pasaje (en la obra De divinis nomimbus) se encuentra quiza la mejor explicacin de la funcin de la palabra segn Dionisio el Areopagita, sta es un smbolo provisional y frgil que indica una realidad divina que lo transciende, que no puede explicarse desde el plano lgico-conceptual y que provoca la apertura de la inteligencia hacia la transcendencia terquica Cfr SCAZZOSO, P Ricerche sulla struttura del linguaggio nello Pseudo-Dionigi Areopagita Miln 1967, Vita e Pensiero, 19 15 S Agustn estudia la cuestin del lenguaje, sobre todo en dos obras De Magistro y de De doctrina chnstiana En la obra De doctrina chnstiana, trata primero el lenguaje en general y despus el lenguaje religioso (bblico) en particular El obispo de Hipona ofrece diversas razones para justificar la validez del lenguaje teolgico En primer lugar recuerda que Dios se ha hecho miseria para que nosotros pudiramos hablar de El no obstante nuestra extrema miseria Cfr S AGUSTN Enarrationes in Psalmos Madrid 1964-1967 Ed por B Martn Prez, BAC, 6 En segundo lugar, presenta la doctrina del ejemplansmo El hombre puede hablar de Dios porque ha sido creado a imagen y semejanza de Dios 16 DEM De Trimtate Tratado sobre la Santsima Trinidad Madrid 1956 (ed bilinge) Introduccin y notas por L Anas, BAC V, 2 17 DEM Tratados sobre el evangelio de San Juan Madrid 1955, BAC (139) 13, 518

Del mismo autor puede estudiarse el mismo tema en otras obras suyas Podran destacarse In I Sententias 4,1,1, 5,2 ad I, 22, I, 1-4, 35, I,ad 2, In De Trimtate, 2,4, De Potentia, 7, 5-7, Summa C Gent, I, 30-35, Summa Theologiae, 1, 13 Compendium Theologiae, 26-27 24

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SANTO TOMAS DE AQUINO InSententias 22,1

Aqu se indican solamente algunos de los estudios mas relevantes acerca de la cuestin de la analoga en Sto Tomas de Aquino PENIDO, M T L Le role de l'analogie en theologie dogtnatique Lbrame Philosophique J Vnn Pars 1931, Bilbhotheque thomiste 15, KLUBERTANZ, G P St Thomas Aquinas on analogy A textual and Systematic Synthesis Chicago 1960, Loyola Umversity Press, MONTAGNES, B La doctrine de l analogie de l etre d'apres saint Thomas d Aquin Pans-Lovama 1963, Public Umversitaires-Batnce-Nauwelaerts, MONDIN, B II problema del linguaggio teolgico dalle ongini ad oggi Brescia 1971, Quenmana, 143 240 , CHAVANNES, H L analogie entre Dieu et le monde selon saint Thomas d'Aquin et selon Karl Barth Pars 1969, Les Editions du Cerf, RAMREZ, J M De Analoga Opera Omina Tomus II De Analoga Madrid 1970 71, C S I C, FABRO, C La nozwne metafsica di partecipazione Tunn 1950, S E I, SORRENTINO, S La dottnna filo sofica dell'analogia in Tommaso d'Aqmno Sapientia 27 (1974) 315-351, FORMENT, E Introduccin a la metafsica Barcelona 1984, PPU, 103-133 21 Communitas: / Sent, prol q l,a2, ad.2 d29 q 1 q a 2,sol 1, ad3 d24 q 1 al ad4, 2 Sent, d42 q 1, a 3 Poster Analyt 1 2, lect 17 de Vert q2, qll De Poten q 7 a 7c ad 1 in contrarium Convenientia: 1 Sent d 35, a 1, a 4, d 24 q 1 al, ad 4, V Metaph lect 8, 1 Ethic, lect 7, In poster Analyt 1, 2, lect 17 S Th, 1, q93, a 1 De Vert q 2 a 11 Respectas IV Metaph, lect 1, STh, I q 13 a 6 S c G 1 1 c 34, De Pote, q 7 a.7 Ordo: 5 Th, 1, q 13, a5, ib , l-Il q 20 a3 ad 3, S c G, 1,1, c 34, Comp Theol c 27 Proportio: De Vert q 2 a 11, 1 Ethic lect 7, XI Metaph, lect 3 IV Metaph Lect 8, In Poster Analy 1 2 lect, 17, STh I, q 13, a 5 ib q 93, a I ad 3, ib , 111, q20 a 3 Compend Theol c 27 Similitudo analogiae: 1 Sent d 2, a 2, ib d 3, q 1, a 3, 2 Sent, d 16, q 1, a 2, ad 2, S Th, I q 4, a 3 , De Pot q 3, a 4,22

SANTO TOMAS DE AQUINO 1 Sent, d 3, q 1, a 3 sol Cfr MOLINARO, A Linguaggio,

lgica e metafsica II problema dell'analoga in Tommaso d'Aquino Aquinas (1974) 96 25

y la idolatra Su intencin ltima es mostrar cmo el lenguaje humano que habla de Dios est dotado de significado, aunque nunca consiga del todo expresar plenamente la esencia divina De este modo Sto Toms lleva a cabo de forma admirable una sntesis entre el aspecto cataftico y el apoftico As se explica la presencia de ambos aspectos en sus obras Omne quod cognoscitur potest eam voce significan Sed nos ahquo modo cognoscimus Deum vel per fidem vel per naturalem cognitionem Ergo possumus eum nominare23 (cataftico) Cum voces sint signa ntellectuum, secundum Philosophum (in prol I Peri hermeneas), dem udicium est de cognitione re et nomi natione eius Unde sicut Deum imperfecte cognoscimus, ita eam mperfecte nominamus, quasi balbutiendo24 (apoftico) La teologa contempornea ha redescubierto la importancia de la analoga como categora analtica que sintetiza las aportaciones de la va apoftica y cataftica Iam Crombie se hace eco de este redescubnmiento Hemos de reconocer una cierta relacin de semejanza o de analoga entre, por ejemplo, el amor divino y el amor humano25 En dilogo con G Sohngen, Przywara y E Jungel, H U von Balthasar propone una reformulacin de la analoga clsica 26 En la teologa clsica, analoga se opona a univocidad y equivocidad En cambio, para von Balthasar analoga se opone a dialctica y as la analoga designa la consistencia propia y autnoma de la creatura en relacin con Dios Von Balthasar habla de analoga fidei cuando se indica esta misma relacin pero en cuanto puesta por Dios en el interior del hombre, llamado a la comunin con Cristo La analoga, en cambio, se llama analoga entis cuando se refiere a la constitucin interna de la creatura en su dimensin ontolgica Von Balthasar encuentra as una analoga autntica entre el lenguaje espiritual del hombre y el lenguaje natural que le permite disear la relacin analgica entre el lenguaje de la revelacin y el de la creacin

Sin embargo hay una analoga autntica el lenguaje espiritual del hombre presupone un lenguaje natural, el lenguaje de la revelacin presupone, por su parte, el lenguaje de la creacin de Dios, es decir, presupone precisamente esa analoga del ser Con ello presupone el conocimiento natural de Dios, o dicho, religiosamente, el contacto natural y existencial de la criatura con el ser, del cual nace aquel conocimiento, presupone la cogmtio per contactum (Santo Toms de Aquino) 27 A d e m s , p a r a v o n Balthasar esta analoga lingstica y ontolgica permite fundar la gratuidad absoluta de la revelacin divina Asi como la palabra libre del espritu constituye una categora totalmente nueva frente al lenguaje natural ( ) as tambin el libre hablar de Dios, cuando se revela dentro de la historia humana, representa una categora totalmente nueva Dios aparece como el Sujeto soberano, que habla, acta, elige y rechaza, juzga y perdona segn leyes que slo El conoce y que no pueden ser deducidas de las leyes vigentes en la existencia o en la historia 28 E Jungel, p o r su parte, reconoce q u e la analoga est presente en la teologa Como estructura ontolgica de la relacin entre Dios y la creacin, como modelo hermeneutico para formar conceptos teolgicos, es

Ibidem, In l Sent 22,1,1 contra Ibidem, In Sent 22,1,1, bol 25 CROMBIE, I The possibihty of theological statements en MITCHELL B (ed ) Fmth and Logic Londres 1957, Alien and Unwin 7 26 Cfr BALTHASAR, H U von Ensayos teolgicos I Verbum caro Madrid 1964, Gua darrama 112-11424

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27 Ibidem, 114 Aqu no se entra en la cuestin del conocimiento natural de Dios, ya que un tratamiento exhaustivo supondra un amplio estudio adicional Tampoco se entra en una exposicin detallada acerca de la analoga ni de las polmicas suscitadas en torno a esta doctrina, ya que ello rebasa los limites de este estudio nicamente se trata la analoga en este primer capitulo por su vinculacin con la cuestin del lenguaje teolgico, ya que si la rea cion entre el lenguaje acerca del hombre y el que habla de Dios fuera univoca o equivoca, no podra fundarse un discurso coherente sobre Dios En efecto, si el lenguaje humano no estu viera de algn modo naturalmente capacitado para hablar de Dios, el ser humano no sena un interlocutor verdadero, libre y autnomo en la relacin dialogica que establece con su Creador En el fondo la analoga fidei, que justamente reivindica Barth, presupone e incluye implcitamente la analoga entis Cfr GERTZ, B Was ist analoga fidei7 Klasterllungen zu einem Kontroversthema Cathohca 26 (1970) 309 324, SCHEELE, P W Okumemsche Disput uber die Glaubenswelt ais Analogie Cathohca 24 (1970) 323-324 Tambin puede consultarse el brillante y ya clasico estudio de H Bouillard y el dialogo que sostiene con K Barth en torno a la relacin entre analoga ens y analoga fidei Cfr BOUILLARD H Connaissan ce de Dieu Pars 1967 Aubier Montagne, 156 185 Al final del dialogo, concluye H Bouillard Tout chretien admettra avec Barth que, nous connaissons Dieu par Dieu, sur le fonde ment de la revelation bibhque et dans la foi Mais taut admettre aussi que c'est nous qui le connaissons et le langage humain y compns celu de la Bible, n est convenablement rapporte au Dieu incomprehensible que moyennat la negation interne qui caracterise l'attnbution analogique Cfr BOUILLARD H Connaissance de Dieu opcit,\S5 28 Ibidem, 114

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decir, como condicin de posibilidad de un discurso humano apropiado sobre Dios; como punto de partida de una teora tica de la fe cristiana29. Este autor redescubre el valor de la analoga en la teologa contempornea estudiando el giro barthiano de la dialctica a la analoga y la reinterpretacin de la analoga clsica, llevada a cabo por Przywara. Jngel resume su estudio sobre la analoga en teologa proporcionando una serie de tesis que ilustran muy bien las insuficiencias de la versin tradicional: La doctrina de la teologa tradicional peca por su desconocimiento del carcter de interpelacin y de acontencimiento, propios de cualquier discurso sobre Dios; (sta) desconoca as el fundamento cristolgico de la analoga entre el Creador y la creatura (...) La dependencia de la creatura respecto del Creador, que expresa la diferencia cualitativa infinita entre uno y otro, presupone una analoga entis; sta hace posible una analoga attributionis que tiene en cuenta la analoga proportionalitatis: sicut Deus se habet ad suum esse, ita creatura ad suum esse - secundum dependentiam et attributionem (...) Comprender la analoga de esta manera, es conceder a las palabras que hablan de Dios nicamente la funcin hermenutica de designar e identificar, olvidando que estas palabras contienen la venida de Dios al mundo y participan del Dios que ha tomado la palabra10. Pero las tesis de Jngel ponen tambin de relieve la vigencia de la analoga desde un adecuado replanteamiento: El discurso sobre Dios, en cuanto narracin de Dios e interpelacin del hombre, hablar de Dios como de aqul que, al haber tomado la palabra, ha superado la diferencia cualitativamente infinita entre Creador y creatura para hacerse concreto en una semejanza que supera la enorme desemejanza que se da entre ambos31. Ahora bien, al final de su estudio Jngel termina por contraponer la analoga entis {analoga nominum) que l llama analoga de la reserva y la analoga del Adviento que l propone como alternativa para superar

las insuficiencias tradicionales 32 . De este modo, en su planteamiento se pierde la sntesis entre analoga fidei y analoga entis, lograda no sin ciertas dificultades por H.U. von Balthasar y H. Bouillard. Con ello se recae de nuevo en una peligrosa dicotoma de sabor barthiano. Adems, la descalificacin de cualquier tipo de analoga entis propicia una cierta confusin entre el ser divino y el ser humano: La analoga del Adviento no slo permite hablar de Dios como de un hombre, sino tambin hablar de Dios cristolgicamente en cuanto que l es hombre33. Con todo, se ha de valorar en Jngel su insistencia en la incorporacin del acontecimiento de Cristo en el corazn mismo de una reflexin sobre los atributos divinos. Su intento testimonia, una vez ms, la relevancia de la analoga como categora bsica para poder hablar de Dios evitando de este modo sea el agnosticismo sea el antropomorfismo: Para una cierta escuela teolgica, el problema fundamental de la teologa es conseguir evitar, por una parte, el antropomorfismo; por otra parte, el agnosticismo34. En cualquier caso, la respuesta de la analoga tanto en su versin clsica como en su versin contempornea no es completa, ya que aborda la cuestin solamente desde la dimensin predicativa. Al hacerlo as, se expone a los ataques que en la modernidad le han dirigido empiristas y neopositivistas. Se ha de tener en cuenta adems que el significado de no pocas de las aserciones teolgicas (basta pensar, por ejemplo, en aquellas que hablan de promesas, de alianza, de bienaventuranzas) no pueden comprenderse en plenitud slo desde la analoga ni tampoco slo desde la semntica. Ello no debe llevar al rechazo de la analoga. Ms an, no se puede prescindir de ella en la teologa sistemtica. Pero es preciso ampliar el horizonte de la respuesta a la cuestin del significado del lenguaje teolgico hasta llegar a incluir el estudio de la dimensin pragmtica del lenguaje. Desde aqu puede afrontarse de un modo nuevo y fructfero el dilogo con la filosofa analtica. La doctrina de la analoga entra en crisis con el nominalismo

29 JNGEL, E.: La signifcation de l'analogie pour la thologie en GISEL, P.; SECRETAN, Ph.: Analogie et Dialctique. Essais de thologie fundamntale. Genve 1982, Labor et Fides, 250. 30 Ibidem, 250. 31 Ibidem, 251.

32 33 34

Ibidem, 252. Ibidem, 252. FERR, Fr.: Language, logic and God. Londres 1962, Hosper and Row, 84. 29

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y las sucesivas orientaciones empiristas, sobre todo en la versin radical de D. Hume 35. El desarrollo posterior del neopositivismo y el primado analtico de una semntica de corte representacionista y verificacionista relegan las aserciones de los lenguajes de la fe al mbito emotivo y potico, al sinsentido cognitivo y al silencio. 1.2. La tradicin inglesa del anlisis Los filsofos y telogos del rea anglosajona tienden a proponer un anlisis del significado de las aserciones teolgicas como tarea previa al estudio de la razonabilidad de un discurso coherente sobre Dios. Este tipo de reflexin es propio de la filosofa analtica que hunde sus races en el empirismo ingls de Hobbes, Locke, Berkeley y Hume as como en el desarrollo de la lgica moderna de B. Russell, A.N. Whitehead, entre otros. En efecto, la reflexin actual filosfica y teolgica en los pases anglosajones se caracteriza por el estudio de una triple problemtica: la significatividad del lenguaje teolgico, y en general, del lenguaje religioso; la relacin entre religin y ciencia moderna y el problema de las categoras metafsicas para hablar de Dios. Aqu interesa sobre todo el primer problema tratado en la Philosophy of Analysis. Para la filosofa analtica, arbitrar un criterio de significado lingstico resulta algo esencial. Ya en la tradicin del empirismo britnico, por ejemplo, en F. Bacon, Berkeley y D. Hume, se encuentra el germen del llamado en el s. xx criterio emprico del sentido16. David Hume formula una primera

Aunque Hume aborda el problema del valor cognitivo de la creencia religiosa, Austin sostiene que en realidad el problema es semntico-lingustico, ya que al elaborar Hume su teora acerca del origen de las ideas supone una pregunta ms fundamental an- esta idea x que expresamos o concebimos con una palabra X, 6tiene significado o no 9 . La teora de Hume sobre "cmo se derivan nuestras ideas" observa Austin es la misma que aquella segn la cual una palabra x tiene un significado slo si puedo saber, por lo menos, una vez que "esto es un x", entendiendo por "esto" aquello que denota algo sensible Cfr AUSTIN, J L Are There A Pnori Concepts Proceedings of the Aristotehan Society Sullp Vol XVIII (1939), publicado despus en AUSTIN, J L Phosophical Papen Oxford 1961, 13-14 Ahora bien para Hume, dado que el horizonte del conocimiento humano se circunscribe al mbito de la experiencia sensible emprica e intuitiva, tambin el de la significacin termina all donde se llega a los lmites de la intuicin La consecuencia de todo ello es la carencia de sentido de las proposiciones religiosas sin que ello comporte necesariamente la disolucin de la creencia religiosa 16 Cfr LOCKE, J. Ensayo sobre el entendimiento humano Mxico 1956, Fondo de Cultura Econmica, HUME, D Investigacin sobre el entendimiento humano. Buenos Aires 1945, Losada, DEM. Tratado de la naturaleza humana Madrid 1923, Espasa-Calpe 30

,5

sospecha sobre el sinsentido. En la poca de la mathesis universal, se vuelve otra vez, sobre todo, merced a Leibniz, a la idea del lenguaje de clculo, desechado por Aristteles. A travs de una definicin analtica, los significados de palabras en un lenguaje artificialmente construido habran de ser reducidos a ideas simples. Este programa significa el origen de la logstica posterior. Se ha de construir un lenguaje filosfico en el que la semntica pueda funcionar a base slo de una sintaxis lgica y sin recurso a la experiencia individual. El planteamiento de la forma lgica del lenguaje fue particularmente renovado por G.Frege. En una fase posterior se hizo una sntesis con la crtica emprico-nominalista del lenguaje. Se segua con ello el esquema de las funciones de verdad en el atomismo lgico. La filosofa analtica aparece como una tendencia filosfica y cultural presente en el mbito anglosajn desde los primeros aos del s. xx. As, lo que caracteriza a todos los analistas no es tanto una doctrina filosfica determinada cuanto un mtodo comn para abordar las cuestiones filosficas y culturales. Afirman los filsofos del anlisis que muchos de los problemas tradicionales entre ellos tambin el problema del significado de las aserciones teolgicas se deben a una confusin lgico-lingstica. Piensan que, una vez establecidas las condiciones de la significacin lingstica, tales problemas desaparecern. Segn el mtodo analtico, la filosofa se concibe como una actividad que se ocupa de establecer las condiciones de posibilidad de cualquier tipo de significacin lingstica. Sin embargo conviene precisar que los motivos que estn a la base de este mtodo comn son bien diferentes en unos y en otros. Por ejemplo, los dos pioneros del anlisis en Inglaterra, G.E. Moore y B. Russell aplicaban el mtodo analtico desde presupuestos diversos. Lo mismo sucede con la concepcin del anlisis de L. Wittgenstein que difiere notablemente de aquella elaborada por los positivistas lgicos del Crculo de Viena y de sus discpulos en el movimiento americano del empirismo lgico. Entre los autores contemporneos estn aquellos que sobre todo en Oxford descubren un criterio de significacin en el seno del mismo lenguaje ordinario en su uso contextual y aquellos que opinan que el anlisis comporta la bsqueda de un lenguaje ideal. Mientras que para unos el papel de la filosofa se ha de reducir a su dimensim analtica, para otros el anlisis es un mtodo propedutico indispensable pero no nico o exclusivo, ya que la filosofa comprende otra serie de dimensiones igualmente importantes en la vida humana tales como la dimensin metafsica, la dimensin de libertad, de ultimidad, de bsqueda de lo de algn modo Absoluto. La corriente analtica se presenta as como una tradicin filosfica en la que confluyen tendencias bien diversas y autores con diferentes presupuestos filosficos. Por esta razn no se en31

cuentra una posicin unnime en relacin con relacin a los temas que aqu se exponen. En los inicios de la filosofa analtica se advierte un desinters respecto de Dios y de las aserciones religiosas, ya que stas van ms all de los lmites del lenguaje. Ahora bien esto no quiere decir que todos los autores adopten una postura agnstica o un atesmo prctico aunque, de hecho, la mayora de ellos profesan formas diversas de atesmo. Por otra parte, se ha de tener en cuenta la herencia empirista y criticista para comprender el desafo que la filosofa analtica plantea a la teologa. Se explica la reaccin contra toda forma de teologa natural si se tiene en cuenta la presencia en el mbito teolgico ingls de los s. xvm y xix de ciertas formas decadentes de teologa escolstica (la teologa psquica de Clarke y Paley o la teologa racional neo-hegeliana racionalista y pantesta, entre otras). Desde aqu se entiende la reaccin del anlisis contra cualquier forma de metafsica y de teologa, y en general, contra cualquier pretensin de aplicar las categoras analticas a una realidad meta-sensible y meta-lingstica.

1.3. El neopositivismo y la reduccin de la significacin a la designacin descriptiva Con la filosofa del lenguaje en su versin neopositivista se pone en cuestin no slo un aspecto esencial de la antropologa filosfica como horizonte de la antropologa teolgica sino adems el mismo contenido racional y por ello la capacidad de las aserciones de fe para expresar la verdad revelada. A pesar de la evolucin que ha sufrido el criterio neopositivista en sus diversos representantes y direcciones, ste se ha mantenido bsicamente el mismo: el criterio empirista. Segn este criterio una proposicin no tiene sentido ms que cuando comporta una referencia a una experiencia emprica o al menos contestable fcticamente. Es claro que segn este criterio slo tienen sentido las proposiciones sintticas empricas:En cuanto empiristas exigimos que el lenguaje de la ciencia se restrinja de esta manera: exigimos que los predicados descriptivos y a partir de ellos las proposiciones sintticas no sean admitidas ms que aquellas que tengan alguna conexin con las observaciones posibles v .

A lo largo de este siglo, el neopositivismo ha forjado otros criterios de sentido pero siempre en la misma direccin (verificabilidad, fisicalismo, falsificabilidad). Ello se debe en los pases de lengua inglesa al predominio del empirismo lgico y al moderno desarrollo de la lgica. Sus descubrimientos han conducido a una comprensin del tema mucho ms amplia de lo que permita el dominio de las tradicionales concepciones aristotlicas. Adems en estos aos se asiste a un creciente inters por el lenguaje, ya que en las palabras y en las proposiciones los pensamientos sobre el mundo se expresan y se hacen accesibles38. Unido a ello est el auge del fisicalismo. Este trmino se debe a Otto Neurath quien lo propuso en el ao 1931 como el ncleo epistemolgico del Crculo de Viena. Fisicalismo significa el uso unitario del lenguaje de la fsica para toda formulacin cientfica y al mismo tiempo la imposibilidad de rebasar el lenguaje de la ciencia ni siquiera para fundar en algo extralingstico su significado39. De este modo se llega al predominio de la explicacin naturalista del lenguaje, propuesta por el positivismo lgico y defendida por Bertrand Russell40. Apremiado por la psicologa behaviorista, este autor describe el lenguaje en trminos de una interaccin causal entre el organismo y su medio. Desde este punto de vista, las leyes de la lgica, estn, en ltima instancia, fundamentalmente relacionadas con las leyes de la fsica. Las palabras habladas son sucesos fsicos producidos en los rganos del lenguaje y tienen una disposicin semejante en el tiempo. Las palabras escritas son marcas38 Es un tpico comn decir que las obras clsicas en las que se desarrollan y concentran los tres factores sealados son el Tractatus logicus-philosophicus de Wittgenstein (1922), la Logical Syntax of Language de Rudolf Carnap y el libro Language, Truth and Logic de Alfred. J. Ayer (1935). Cfr. WITTGENSTEIN, L.: Tractatus logico-philosophicus. Madrid 1987, Alianza; CARNAP, R.: Logical Syntax of Language. Londres 1959, Routledge and Kegan Paul; AYER, J.: Language, Truth and Logic. Londres 1958, V. Gollancz. El influjo de estas tres obras en la configuracin del positivismo lgico ha sido indudable. As se explican los primeros escritos positivistas, tales como el citado de Rudolf Carnap, en los que se mantena que el lenguaje ideal universal era el de la fsica. El objetivo era la unidad de la ciencia y ello significaba expresar todo el conocimiento cientfico en un solo lenguaje. Incluso el lenguaje sobre las personas, por ejemplo, en psicologa y en sociologa, deba ser reducirse al lenguaje universal de la fsica. 19 Una explicacin ms detallada del fisicalismo se encuentra en KRAFT, V.: El crculo de Viena. Madrid 1966, Taurus, 180-193. Segn este autor, el fisicalismo defiende que las proposiciones de la psicologa son traducibles a enunciados sobre lo fsico. Para l, el verdadero problema del lenguaje fisicalista unitario se halla en si con l puede representarse tambin el campo de lo anmico; versa sobre la posibilidad de traduccin de los enunciados psicolgicos a enunciados sobre estados y procesos corporales. Cfr. Ibidem, 180-181. 40 Cfr. RUSSELL. B.: An outline of philosophy. Londres, 1948, George and Unwin. 46-60.

CARNAP, R.: Testability and Meaning, II. New Haven, Gradate Philosophy Club, Yale University, 1954, 33. 32

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fsicas sobre el papel y tienen una disposicin semejante en el espacio. En cada caso, segn Russell, esta disposicin copia o representa la estructura de algn hecho del mundo fsico. El significado de las palabras es la respuesta que producen en el oyente, lo que viene a ser anlogo al reflejo condicionado de un animal. Nada de extrao que Russell sea capaz de extraer de su teora la conclusin de que el lenguaje y, en consecuencia, el conocimiento haya de restringirse al mundo fsico: Me inclino a pensar que pueden extraerse conclusiones metafsicas bastante importantes, aunque ms o menos escpticas, partiendo de sencillas consideraciones sobre la relacin entre el lenguaje y las cosas. Una frase hablada consiste en una serie espacial de fragmentos de materia. As pues, no es sorprendente que el lenguaje pueda representar el curso de los acontecimientos del mundo fsico; puede, de hecho, hacer un mapa del mundo fsico, preservando su estructura de una forma ms manejable, y puede hacerlo porque est formado por acontecimientos fsicos. Pero si hubiese un mundo como el postulado por el mstico41 tendra una estructura diferente a la del lenguaje y no podra por tanto ser descrita verbalmente42. En los inicios de la filosofa analtica el anlisis lgico del lenguaje ocupa un primer plano de tal manera que se da una tendencia predominante a buscar la forma lgica subyacente y universal presente en todo lenguaje, incluso en el ordinario para elucidar as el significado de una expresin lingstica, enmascarado no pocas veces a causa de su inexactitud y de sus muchas deficiencias lgicas. Este mtodo es el preferido por R. Carnap, ya que a menudo los problemas filosficos descansan en un anlisis insuficiente y superficial de la funcin de determinadas expresiones lingsticas. As, por ejemplo, a veces, se interpretan los imperativos y los juicios de valor por analoga con las proposiciones declarativas. Se suele considerar el Crculo de Viena como el punto de partida del neopositivismo 43 . Como fundador cabe considerar a Mor tz Schlick aunque el estudio de la relacin entre lenguaje, lgica y metafsica se encuentra ms desarrollada en autores como R. Carnap y A. Ayer. Los neopositivistas coinciden en las lneas fundamentales epistemolgicas que subyacen a la cuestin del significado del lenguaje

religioso y metafsico en general. El conocimiento cientfico es delimitado por la filosofa emprica de la siguiente manera: los trminos empleados en las ciencias, siempre que no sean trminos formales de la lgica o de la matemtica, han de ser trminos con un correlato emprico ltimo. Todas las afirmaciones cientficamente aceptables tienen que ser fundamentables desde un punto de vista estrictamente lgico o emprico 44 . 1.3.1. A. Ayer y el positivismo lgico

A. Ayer presenta las tesis centrales del llamado positivismo lgico o empirismo lgico, como una variante dentro del marco general de la filosofa analtica de carcter positivista. Segn Ayer, el anlisis lingstico consiste en la aplicacin del principio de verificacin a las proposiciones no empricas para mostrar cmo las proposiciones metafsicas carecen de sentido, o sea, de significado. En esta rgida concepcin verificacionista no hay lugar para una fundamentacin ni de los enunciados teolgicos ni de las proposiciones ticas. En cuanto a estas ltimas, Ayer les niega un significado referencial (no designan ni constatan ningn hecho), aunque no existencial (emotivo): No existe modo alguno para determinar la validez de un sistema tico, y de hecho, no tiene sentido, preguntarse si un sistema tico es verdadero. En estas condiciones lo nico que nos podemos preguntar es cules son los hbitos morales de una persona o de un grupo determinado y aquello que les mueve a adoptar precisamente tales hbitos45. El valor de las crticas de Ayer a la tica, a la metafsica y a la teologa descansa principalmente en el hecho de haber demostrado que los enunciados de dichas disciplinas son diferentes a las proposiciones de la ciencia y de la experiencia cotidiana. Ayer reconoce que es poco satisfactorio decir que algunas expresiones son proposiciones significativas y el resto son pseudoproposiciones sin sentido a partir de una divisin neta entre expresiones informativas y emotivas. En vez de establecer por adelantado qu clase de enunciados son los que pueden considerarse como significativos, la filosofa del lenguaje debe llevar a cabo la tarea de investigar las diferentes clases de lenguaje, su uso y el significado que puede asignrseles. Ahora bien esta investigacin

Russell utiliza el trmino mystic de una forma muy general e imprecisa para sealar a quien sostiene una creencia religiosa o a quien cree en una realidad que de algn modo trasciende al mundo fsico. Cfr. Me QUARRIE, I : God-Talk. El anlisis del lenguaje y el lenguaje de la teologa, op.cit., 69. 42 RUSSELL, B.: An Outline of philosophy. op.cit., 275. 41 Cfr. KRAFT, V.: El crculo de Viena. op.cit., 7. 34

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44 45

Cfr. KRAFT, V.: El crculo de Viena. op.cit., 101-130. AYER, A.: Language, Truth and Logic. Londres 1958, V. Gollancz, 107.

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analtica aplicada a enunciados teolgicos como Dios existe le lleva a concluir que: Si la frase "Dios existe" no implica nada ms que el hecho de que ciertos tipos de fenmenos tienen lugar segn una cierta sucesin, afirmar la existencia de un dios equivale simplemente a afirmar que se da una cierta regularidad en la naturaleza; pero ningn hombre religioso admitira que eso es todo lo que se afirma46. Desde otra perspectiva, el inters de los analistas por el lenguaje moral que describe ciertos fenmenos de la tica, lleva a otros autores (en la lnea de R.M. Har) a estudiar la estructura lgica del discurso tico. Har descubre en los trminos ticos (tales como bueno, y deber) una funcin prescriptiva47. Se usan para expresar juicios de valor e influir en la conducta propia y ajena. La lgica del discurso tico puede incluirse en nuevas dimensiones de significacin tales como las imperativas o las prescriptivas, dimensiones no reductibles al rgido verificacionismo neopositivista. Ya en los aos cincuenta positivistas no tan rgidos como, p.ej., Hempel, se dieron cuenta de que tal criterio empirista-naturalista-verificacionista tena los das contados. La crtica a la consideracin naturalstica del lenguaje es la misma que se puede hacer a cualquier tipo de naturalismo reduccionista, a saber, que procede por medio de una abstraccin unilateral. Russell est en lo cierto al llamar la atencin sobre el hecho de que las palabras y las frases pueden analizarse como entidades fsicas en correlacin con los hechos del mundo. Pero lo distintivo de estas expresiones es su aspecto intencional, o sea, el hecho de que son portadoras de comprensin y comunicacin en el seno de una comunidad lingstica. Esta crtica a la teora naturalstica del lenguaje, por lo dems, aceptada en la actual filosofa del lenguaje permite comprender el reduccionismo de la tesis clsica del positivismo lgico cuando afirmaba que las proposiciones informativas y significativas se restringan al mundo fsico y que las proposiciones que pretenden decir algo ms all de de los sense-data carecen de sentido. 1.3.2. Presupuestos de la reduccin de la significacin lingstica El positivismo lgico ha formulado diversas objeciones al sentido y valor cognitivo de un lenguaje sobre Dios. Michel Combs las presenta de un modo claro y sistemtico.Una de ellas es la siguiente. La significacinIbidem, 115. Cfr. HAR, R. M.: The Language of Moris. Oxford 1964, Oxford University Press, cap. 4.47 46

se acota en el horizonte de la designacin descriptiva. As, si se formula la proposicin: este rbol es verde, se hace una descripcin, al colocar el sujeto rbol dentro de la clase verde. Cuando la existencia se predica de un individuo, el trmino predicado funciona, en realidad, no en razn de la mera descripcin del individuo sino en razn de la dimensin descriptiva que la designacin del individuo comporta. Aplicada esta reduccin (de la designacin a la descripcin) al caso de Dios, cuya descripcin es imposible, se concluye la carencia de significacin de cualquier trmino predicado de El: si definimos a Dios como el Uno, el Ser, el Bien, el Verdadero, la frase "Dios existe" se convierte en una frase desprovista de sentido precisamente porque no son conceptos descriptivos48. Roig Gironella dirige, por su parte, una crtica a la crtica expresada por M. Combs, ya que para el telogo francs: el primer punto de la crtica es que todo este andamio filosfico est apoyado en el requisito de un dualismo entre lo "existente perceptible" y el "dominio significante" de estructuras lgicas formando as dos reinos incomunicables49. Este supuesto neopositivista supera la mera experiencia, la mera comprobacin o la mera verificacin. Es conocido que el neopositivismo se hace fuerte en el llamado principio de verificabilidad. Pero debera probar previamente cmo ha verificado su principio de verificabilidad. Si se responde que no se requiere una verificacin para este caso nico, tendra que demostrar por qu ello es as. Como puede verse, la salida del impasse neopositivista reclama una ampliacin de la nocin de experiencia. Por otra parte, la tesis naturalstica supone una lgica ideal y universal del lenguaje. Muy pronto en la Cambridge-Oxford Philosophy comenzaron a preguntarse: la lgica es una y unvoca para todo tipo de lenguaje?, el lenguaje es uno o multiforme? F. Ferr opina que Ayer tiene razn cuando sostiene que el lenguaje del mstico no ofrece ninguna informacin acerca del mundo exterior. Pero, como el

48 Cfr. COMBS, M.: Le langage sur Dieu, peut-il avoir un sens? Toulouse 1975, Publications de l'Universit de Toulouse-Le-Mirail. Assoc. Publi. Univ., vol 24, 50. 49 ROIG GIRONELLA, J.: Significacin y designacin ante el anlisis lgico del lenguaje y ante la analoga. Espritu 25 (1976) 54. Puede verse del mismo autor: Qu sentido tiene el lenguaje sobre Dios ante el Anlisis lgico del lenguaje?. Giornale di Metafsica 31 (1976) 23-54.

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mismo Ayer reconoce, este lenguaje habla de un plus, de un and more. Ferr se propone mostrar en su obra que las conclusiones escpticas del positivismo lgico no proceden de un examen imparcial de la lgica del lenguaje, sino de asumir arbitrariamente que una determinada clase de lenguaje tiene un carcter paradigmtico 50 . O, dicho en otros trminos, provienen de la asuncin de proposiciones naturalistas que resultan ser ellas mismas de una clase metafsica definida. Por tanto, el positivismo lgico, tan lejos de acabar con la metafsica, cuenta con sus propios presupuestos metafsicos. Ello se evidencia, por ejemplo, en el caso del famoso principio de verificacin. El hecho es argumenta John Wisdom que el principio de verificacin es una proposicin metafsica, una proposicin "fracasada" si puede permitrsenos la expresin51 Para el anlisis verificacionista, el lenguaje es esencialmente un instrumento destinado a comunicar hechos y a establecer convenciones verbales. En este lenguaje se cuenta con dos tipos fundamentales de proposiciones: analticas y sintticas. Podra decirse que las analticas forman el esqueleto y las sintticas, la carne del mismo. La funcin sinttica es considerada en esta lgica como la principal y determinante, como lo reconoce B. Russell: la primera tarea del lenguaje es afirmar o negar un estado de hechos52.

comprende como equivalencia lgica, es decir, como correlacin de los elementos de la proposicin con los elementos de un estado de hechos (fac): La verificacin se realiza al comprobar la conformidad de un hecho predicho con uno observado. Del hecho a verificar se deduce una consecuencia observable y sta se compara con el hecho a observar efectivamente53. Con lo cual aparece uno de los lmites del anlisis verificacionista: la concepcin unvoca del fact. La fenomenologa descubre hechos bien diversos (hechos matemticos, morales, fsicos,etc). En cambio, en el anlisis verificacionista se reduce la variedad fenomenolgica a la sola facticidad fisicalista. Aplicando este presupuesto (no fctico ni verificable) se limita la extensin de lo fctico a la serie de juicios relativos a la experiencia sensible. Con ello se introduce velis nolis un juicio de valor {meta-emprico, metafsico). He aqu la paradoja y el crculo vicioso de la lgica verificacionista: la imposibilidad de verificar el principio de verificacin, ya que ste, en cuanto tal, no es ni una proposicin analtica ni una sinttica. Es, en el fondo, la misma paradoja que se advierte al final del Tractatus y que el mismo Wittgenstein trat de resolver con su obra Investigaciones Filosficas.

1.4. El ocaso del verifcacionismo: L. Wittgenstein Segn el positivismo lgico, existe un criterio para distinguir entre proposiciones analticas y sintticas. La verdad o el error de las primeras no presenta ninguna relacin con la experiencia, pero se determina mediante el examen de los trminos implicados en el juicio. La verdad o el error de las segundas se determina en relacin a su correspondencia con la experiencia sensible. Adems, puesto que los juicios analticos pueden derivarse de las verdades de la lgica o de las relaciones entre ideas y los juicios sintticos son capaces de afirmar o negar un estado de hechos posibles, el anlisis verificacionista reduce a este binomio (analticas/ sintticas) cualquier posibilidad de significacin lgica. Ahora bien, en este contexto verificacionista la significacin se L. Wittgenstein sita el anlisis lingstico como el tema principal de su incansable reflexin. En ella ocupan un puesto central las expresiones valorativas, sean ticas, religiosas o estticas 54 . En un principio Wittgenstein fue considerado, sobre todo, por Russell y el Crculo de Viena como un positivista lgico. Wittgenstein propici esta interpretacin al sostener en el prefacio del Tractatus que consideraba la verdad de los pensamientos expuestos en su libro como intocable y definitiva. Pero, como el mismo Wittgenstein reconoci, la parte ms importante de su

Cfr. FERR, F.: Language, logic and God. Londres 1962, Hasper and Row. WISDOM, J.: Philosophy and Psychoanalisis. Oxford University Press 1953, 245. 32 RUSSELL, B.: Introduccin al Tractatus de Wittgenstein, en WITTGENSTEIN, L.: Tractatus logico-philosophicus. Madrid 1987, Alianza. Traduccin espaola de Jacobo Muoz e Isidoro Reguera, 185-197.51

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KRAFT, V.: El crculo de Viena. op.cit., 137. Esta es una de las tesis que sostiene C. Barrett en su brillante exposicin en torno a la tica y la creencia religiosa en Wittgenstein. BARRETT, C: Etica y creencia religiosa en Wittgenstein. Alianza Universidad, Madrid 1994, 13. En esta obra sostiene Barrett que cada vez hay ms comentaristas que enfocan la exposicin del Tractatus desde el punto de vista tico. An reconociendo que muchos de estos comentaristas han ido ms lejos que el propio Wittgenstein, la preocupacin por el sentido y funcin de las expresiones valorativas es constante en Wittgenstein.54

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obra era la no escrita55. As lo interpretan comentaristas como Pears, Sherry, Philipps, Anscombe, Barrett, Rhees, entre otros56. En la obra de Wittgenstein se advierte una desproporcin entre la atencin prestada a la tica y la creencia religiosa en el primer y segundo perodo de este autor. El primer perodo est presidido por la tica. De las tres fuentes para este perodo, Notebooks 1914-1916, Tractatus y Conferencia sobre Etica (Lectures on Ethics) (1929), apenas hay referencias a la creencia religiosa en los Notebooks, unas pocas en el Tractatus y una mencin en la conferencia. Es verdad que muchas cosas que dice de la tica pueden aplicarse a la creencia religiosa, pero de lo que trata explcitamente es de tica. Por este motivo Janik y Toulmin opinan que Wittgenstein abandon en su segundo perodo las consideraciones iniciales sobre la tica y la creencia religiosa57. Otros autores como WD. Hudson, R. Rhees y D.Z. Phillips no estn de acuerdo con este juicio, ya que no advierten cambios sustanciales en las ideas de Wittgenstein. En cualquier caso si algo resulta claro es que Wittgenstein tom en serio las expresiones valorativas y, an clasificndolas en el mbito del sinsentido (unsinnig), reconoci a lo largo de su vida su funcin propedutica para conducirnos al mbito de lo mstico, indecible por naturaleza pero presente y existente en la vida humana, como dimensin constitutiva del ser humano, cuya mostracin se patentiza en las experiencias de valor absoluto58.

1.4,1. La lgica del lenguaje en L. Wittgenstein El Tractatus logico-phosophicus significa un paso decisivo en la filosofa analtica. En l se aborda la cuestin de los lmites del lenguaje, expresin del pensamiento59. La cuestin de la verdad se resuelve por medio de una concepcin del lenguaje como representacin isomrfica entre las proposiciones elementales y los hechos del mundo60 El problema del sentido de una proposicin, por su parte, se aclara a travs del anlisis de la forma lgica de la proposicin en s, independientemente de la respuesta a la cuestin de la verdad. Con ayuda de la lgica de las funciones de verdad se puede reducir una proposicin a las proposiciones elementales contenidas en ella. En el Tractatus Wittgenstein emplea de modo ejemplar la tcnica de la construccin lgica para la adquisicin de una figura (Bild, picture) de la estructura del mundo. El mundo, en cuanto hecho complejo, puede claramente dividirse en hechos atmicos simples. El atomismo del Tractatus consiste en postular estos hechos ms simples (atomismo lgico). Wittgenstein establece as un criterio lgico del sentido del lenguaje:Comprender una proposicin quiere decir saber lo que es el caso si es verdadera. (Cabe, pues, comprenderla sin saber si es verdadera.) Se la comprende si se comprenden sus partes integrantes 61 .

As lo atestigua Wittgenstein en una carta a Ludwig von Ficker (recogida en el apndice del compilador a las cartas de Wittgenstein a Paul Engelmann) y de las memorias del propio Engelmann Del Tractatus dice elfilsofode origen austraco El libro tiene sentido tico En una ocasin pens en incluir en el prefacio una frase, quefinalmenteno aad, pero que voy a transcribirte porque quiz sea una clave (del libro) para t Entonces quise escribir mi trabajo consta de dos partes la que aqu se somete a consideracin y la formada por todo lo que no he escrito Y es precisamente esa segunda parte la ms importante Te recomiendo leer el prefacio y la conclusin, puesto que constituyen la expresin ms inmediata de su sentido Cfr Lettersfrom Ludwig Wittgenstein, with a Memoir, 143-4, tomado de BARRETT, C op cit., 15-16 56 Cfr PEARS, D Wittgenstein Londres 1971, Fontana-Collins (Ed cast, Wittgenstein Barcelona 1972, Gnjalbo), SHERRY, P Religin, Truth and Language-Games Londres 1977, McMillan, RHEES, R (comp ) Recollectwns of Wittgenstein Oxford UniversityPress 1984, BARRETT, C op cit 16

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Al mismo tiempo se impone un criterio de sentido emprico. Hay que presuponer que todos los nombres de los que hace uso el lenguaje

Cfr JANIK, A , TOULMIN, S Wittgenstein'S Vienna Londres 1973, Simn and Schuster trad castellana La Viena de Wittgenstein Madrid 1983, Taurus 232-238 58 Cfr Tractatus logico-phosophicus Madrid 1987, Alianza Traduccin de Jacobo Muoz e Isidoro Reguera, 6. 522 En la Conferencia sobre Etica concluye Lo que dice la tica no aade nada, en ningn sentido, a nuestro conocimiento Pero es un testimonio de una tendencia del espritu humano que yo personalmente no puedo sino respetar profundamente y que por nada del mundo ridiculizara Cfr Conferencia sobre Etica, 43 En CSE adems de la experiencia del asombro ante la existencia de algo, calificada en el Tractatus como lo mstico (Cfr Tractatus 6 44), Wittgenstein menciona otras dos sentirse absolutamente seguro y sentirse absolutamente culpable CSE 38-39. 40

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Cfr Tractatus op cit, 11 Cfr WITTGENSTEIN, L Tractatus logico-phosophicus Madrid 1987, Alianza, 2 223 Se seguir de ahora en adelante la traduccin de Jacobo Muoz e Isidoro Reguera Una buena presentacin general de las ideas filosficas de Wittgenstein puede encontrarse en las colecciones de artculos de BLOCK, N I (ed ) Perspectives on the philosophy of Wittgenstein Oxford 1981, Blackwell y en SHANKER, S G (ed ) L Wittgenstein cntical assessments, vols I-IV Londres 1986, Croom Helm y en los ensayos de PITCHER, G The Phosophy of Wittgenstein Englewood Chffs 1964, FOGELIN, R Wittgenstein Londres 1976, Routledge, PEARS, D Wittgenstein Londres 1971, Fontana Traducido al castellano en Barcelona 1973, Gnjalbo, KENNY, A Wittgenstein Londres 1973, Alien and Unwin Traducido al castellano en Madrid 1974, Revista de Occidente, PRADES, J.L y SANFEUX, V Wittgenstein mundo y lenguaje Madrid 1990, Cincel Para una relacin bibliogrfica amplia y detallada resulta de gran utilidad consultar la recopilacin de obras y estudios en torno a Wittgenstein realizada por DRUDIS-BLADRICH, R en Bibliografa sobre L Wittgenstein Literatura secundaria (921-1985) Madrid 1992, Apora 6i WITTGENSTEIN, L Tractatus logico-philosophicus op at, 4 02460

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llevan significados objetivos. Estas proposiciones slo pueden tener la funcin de agrupar, a modo de representacin (figura, pintura, Bild) nuevos estados de cosas a travs de la combinacin de los nombres62. Por ello la filosofa analtica ha recogido los criterios propuestos de un uso del lenguaje con significado, y uno tras otro los ha ido aplicando en orden a una crtica de la metafsica, y por consiguiente, tambin de las expresiones del lenguaje religioso. Para Wittgenstein la mayora de las cuestiones y proposiciones de los filsofos descansan en el desconocimiento de la lgica del lenguaje. El anlisis lgico del lenguaje es quien tiene que establecer los lmites de las expresiones con significado. Hay que distinguir entre aquello que se puede decir y aquello de lo que hay que callar63. Pero aqu precisamente surge la pregunta siguiente: cmo establecer una distincin entre aquello que significa algo y aquello que no significa nada sin recurrir a un criterio meta-emprico (metafsico)? Dndose cuenta de la dificultad planteada, el mismo Wittgenstein concluye la necesidad de ir ms all del programa del Tractatus y de ampliar el horizonte de la significacin lingstica. Esta es la tarea que pretende llevar a cabo en las Investigaciones Filosficas. La diferencia principal entre ambas obras citadas no consiste propiamente en el hecho de que mientras en la primera obra Wittgenstein considera un lenguaje ideal, en la otra recurre al lenguaje ordinario. En efecto, en el Tractatus Wittgenstein ms que tratar de construir un lenguaje perfecto lo que pretende es determinar la forma lgica del lenguaje, presente en toda proposicin pero inexpresable en el lenguaje64. La diferencia consiste ms bien en la concepcin de la lgica del lenguaje. La lgica del lenguaje se descubre a partir de una comprensin de la esencia de todo lo emprico y de todo aquello que se expresa de hecho en el lenguaje. Si en el Tractatus Wittgenstein emprende su propsito filosfico a partir de una bsqueda de la naturaleza esencial de las proposiciones elementales, en la obra siguiente los lmites del lenguaje no se establecen de modo uniforme, ya que la variedad aceptada de formas de lenguaje impide a Wittgenstein hablar de una esencia comn del lenguaje, objeto intil de definicin. Ahora prefiere hablar de diversos tipos de lenguaje: En su primera teora de las proposiciones fcticas, se consideraba ante todo la esencia, de modo que no conceda gran atencin a las62 63 64

diferencias existentes entre diversas categoras de proposiciones fcticas65. En el Tractatus la lgica muestra los lmites del lenguaje, ya que la forma lgica es para el lenguaje la condicin de posibilidad de la representacin y, por tanto, del sentido de la misma. En la obra siguiente, una vez abandonada la concepcin representativa del lenguaje y admitida la variedad y multiplicidad de las formas y actos lingsticos, los lmites del significado lingstico se encuentran en la posibilidad de usar vlidamente segn ciertas reglas los trminos que aparecen en las diferentes formas de vida. En efecto, el significado de una palabra es su uso en el lenguaje66. Hablar un lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida67. 1.4.2. La preocupacin analtica por expresar la inefabilidad del Misterio Una de las preocupaciones centrales de Wittgenstein fue siempre la de expresar lo inexpresable que, tal y como l mismo confesaba a su querido amigo P.Engelmann responde a un intento desesperado de satisfacer la eterna instancia metafsica del hombre68. Esta preocupacin es constante en el filsofo austraco y demuestra que l no era un agnstico en el sentido de un agnosticismo cerrado al Misterio.Tampoco puede decirse que fuera un mstico, al menos en el sentido cristiano

Cfr. Ibidem, 4.031. Cfr. Ibidem, 7. Cfr.WITTGENSTEIN, L.: Tractatus logico-philosophicus,

4.002. Cfr. tambin

Tractatus

5.563.

65 PEARS, D.: Wittgenstein. op.cit., 139 de la traduccin castellana. Sobre los diferentes perodos en el pensamiento de L. Wittgenstein puede resultar til consultar PETERSON, D.: Wittgenstein's early philosophy. L o n d r e s 1990, H a r v e s t e r ; M A L C O L M , N . : Nothing is hidden: Wittgenstein criticism ofhis early thougth. Oxford 1986, Blackwell; HINTIKKA, M . B . y J.: Investigating Wittgenstein. Oxford 1986, Blackwell y HILMY, S.S.:The later Wittgenstein. Oxford 1987, Blackwell. Cfr. BUSTOS, E.: Filosofa contempornea del Lenguaje II (Pragmtica filosfica) 1992, U N E D , 10 nota. 66 WITTGENSTEIN, L.: Philosophical Investigations. I, 4 3 . Oxford 1958, Blackwell, 20. El texto ingls dice as: For a large class of cases t h o u g h not at a l l in wich w e employ the word " m e a n i n g " it can b e defined thus: the meaning of a word is its use in the language. 67 Ibidem, I, 2 3 . 68 Cfr. ENGELMANN, P . : Letters from Ludwig Wittgenstein. With a Memoir. Oxford 1967, Bclakwell, 144. En alemn puede consultarse la obra: Briefe. Frankfurt 1980, Suhrkamp, 7 8 . Por su parte, los traductores del Tractatus al espaol, Jacobo M u o z e Isidoro Reguera, ofrecen la siguiente versin de las palabras del propio Wittgenstein: Nada se pierde por n o esforzarse en expresar lo inexpresable. Lo inexpresable, ms bien, est contenido-inexpresablemente-en lo expresado!. Cfr. WITTGENSTEIN, L: Tractatus logico-philosophicus. op.cit., introduccin, viii.

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del trmino 69 . Su actitud hacia la religin, segn Engelmann, era ms bien de carcter tico: vea la vida como una tarea en la cual Dios apareca como su sentido ltimo. En este contexto se comprende la afirmacin de Wittgenstein en una carta a propsito de una poesa de Ulhand: Solamente si no se trata de expresar aquello que es inefable, entonces nada se pierde. Sin embargo aquello que no puede expresarse estar inefablemente contenido en aquello que se expresa70. En la conferencia sobre tica expone mediante diversas comparaciones la imposibilidad de hablar con propiedad sobre tica y la necesidad de tener que callar para no desvirtuar la especificidad de la tica. En esta obra repite la misma observacin a propsito del lenguaje religioso, cuyo objeto formal es la experiencia religiosa. Nuestro autor reitera lo impropio que resulta el lenguaje usual para reflejar lo vivido en este tipo de experiencia. A. Tornos seala a este respecto: Tres son los aspectos ms importantes, a mi parecer, del tratamiento de lo religioso en esta conferencia de Wittgenstein: las experiencias que l enumera como prototpicas de la relacin con lo absoluto; el terminante rechazo que expresa de la posibilidad de traducir el lenguaje en que ellas suelen enunciarse a un lenguaje lgicamente disciplinado como el de las ciencias, y el respeto cuasi-sagrado con el que, a pesar de todo, se refiere al tema71 Este paradjico intento de expresar lo inexpresable caracteriza a la filosofa y a la teologa y as se comprende que Wittgenstein site en ese mbito la dimensin de lo que l llama lo mstico: La visin del mundo sub specie aeterni es su visin como todo limitado. El sentimiento del mundo como todo limitado es lo mstico72. Pero, qu entiende Wittgenstein por lo mstico? Segn Hudson, el contenido de lo mstico wittgensteiniano es doble:

En primer lugar estn las reglas del significado que constituyen su propia filosofa del significado y que... estn ms all de aquello que se puede decir significativamente. Diciendo que "lo mstico" en este sentido "se muestra a s mismo" puede ser que haya querido decir que la reflexin sobre el lenguaje nos lleva a ver que estas reglas son las condiciones de su significado. En segundo lugar, "lo mstico" es metafsica, teologa, tica, etc.73. Thomas McPherson, por su parte, compara las ltimas pginas del Tractatus con la obra de Rudolf Otto Lo Santo. Para Wittgenstein las cuestiones referentes al porqu del mundo, observa McPherson, son bien diferentes a aquellas que hablan acerca del cmo del mundo. A las primeras no se puede responder con palabras. La respuesta a la cuestin del problema de la vida llega cuando se reconoce que cuestiones de este tipo no se pueden plantear de modo intelectivo. Ahora bien, en este punto las conclusiones de Wittgenstein y R. Otto son bien diferentes. La direccin del pensamiento de Otto a partir de este punto seria diferente. Donde Wittgenstein termina l empieza. Para Wittgenstein las religiones primitivas muestran la inconsistencia de la religin que plantea cuestiones para las que no hay respuesta. En cambio, para Otto descubrir que en la religin se plantean cuestiones a las que no es posible responder satisfactoriamente supone, en cierto modo, captar el sentido de la religin 74 . En sus escritos publicados, Wittgenstein slo emplea cuatro veces el trmino mstico: tres veces en el Tractatus y una en los Notebooks15. Sea cual

69 El 22.6.12. escriba Wittgenstein a Russell: Cuando tengo tiempo, leo ahora Las variedades de la experiencia religiosa de James. Este libro me hace muchsimo bien. No quiere decir que pronto ser un santo, pero no estoy seguro de que no me mejore un poco en un aspecto en el que quisiera mejorar mucho: a saber, creo que me ayuda a liberarme de la Sorge (en el sentido en que us Goethe la palabra en la segunda parte de Fausto). Cfr. REGUERA, I.: Wittgenstein 1: la filosofa y la vida. Teorema 1981, 281. 70 Ibidem, 1. 71 TORNOS, A.: La filosofa del cristianismo y de la religin en Wittgenstein. Pensamiento 181, vol. 46 (1990) 29. 72 Cfr. WITTGENSTEIN, L.: Tractatus logico-philosophicus. op.cit, 6. 45.

HUDSON, W.D.: Ludwig Wittgenstein.The Bearing ofHis Philosophy Upon Religious Belief. Londres 1968, 27. 74 Cfr. MCPHERSON, T.: Positivism and Religin. Philosophy and Phenomenological Research XIV (1954), 319-331. 75 Cfr. No cmo sea el mundo es lo mstico sino que sea (Tractatus 6.44); El sentimiento del mundo como todo limitado es lo mstico (Tractatus 6.45); lo inexpresable, ciertamente, existe. Se muestra, es lo mstico (tractatus 6.522). En Noteboooks lo mstico se presenta como la maravilla (Wunder) milagrosa y sorprendente de que haya un mundo. Cfr. Notebooks 1914-1916. Oxford 1961, Basil Blackwell, 20.10.16., 86. Traduccin castellana.D'aro filosfico. Barcelona 1982, Ariel. En este contexto afirma nuestro autor: El impulso hacia lo mstico proviene de la insatisfaccin de nuestros deseos por la ciencia. Sentimos que aun cuando todas las posibles cuestiones cientficas hubieran recibido respuesta, nuestro problema no se habra rozado lo ms mnimo. Por supuesto que, en ese caso, ya no quedara pregunta alguna, y esa es la respuesta. Noteboooks., op.cit., 51. C. Barrett expone de forma amplia y pormenorizada la nocin de lo mstico en Wittgenstein en el captulo que dedica a este tema en su obra, ya citada y encomiada que lleva por ttulo: Etica y creencia religiosa en Wittgenstein, captulo 4. Lo mstico, 109-133. All seala cmo la nocin de lo mstico est ntimamente ligada con la nocin de Dios wittgensteiniana, que, pese a no ser ni tradicional ni ortodoxa contiene algunos elementos de la nocin tradicional, tanto filosficos como teolgicos. Cfr. BARRETT, C. op.cit., 109-110. 45

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sea la interpretacin de lo mstico en la obra de Wittgenstein, l descubre la paradoja de tener que expresar lo inexpresable sin que tal paradoja comporte un absurdo. Esta tensin paradjica recuerda aquella, ya presente en la tradicin patrstica, que permita comprender el carcter paradjico en el sentido kierkegaardiano del fenmeno religioso. Desde esta ptica aquellas expresiones que parecen carentes de sentido, en realidad, tienen sentido cuando lo ocultan a los ojos del mundo, remitiendo de modo intencional al mbito de lo sob