Viejo Topo 18 Ilustracion(1) (1)
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LA ILUSTRACIÓN. Parte 1
Prof. Líber Romero*
Durante el siglo XVIII se desarrolla el pensamiento de la ilustración, a partir del cual se va a ir
forjando el instrumental conceptual de la sociedad burguesa. No todos los autores expresaban
directamente los intereses de la clase en ascenso, pero los revolucionarios burgueses (y no solo
ellos) resignificaron los términos. Al decir de Gramsci una clase que busque el dominio deberá
forjar sus propios intelectuales orgánicos o ganárselos a la clase dominante.
Características de la ilustración
La ilustración no genera un sistema- en forma expresa buscan ser eclécticos- ni una metafísica,
pero tendrá un conjunto de elementos característicos. Los “filósofos”, como se autoreconocen
tienen confianza en la razón (en la observación y la experiencia) y la ciencia ocupará un lugar
privilegiado. Se manifiestan en contra de las religiones constituidas pero no de dios; son deístas
en su mayoría (salvo Holbach y Helvetius claramente ateos y materialistas). Su idea es que la
felicidad es posible y deseable en la tierra, y esto va unido a la idea de que la historia está en
continuo proceso de mejora (progreso).
Siguiendo a Soboul podemos dividir en cuatro etapas el desarrollo del pensamiento de la
ilustración La primera (1680-1720) está caracterizada por un período bisagra en donde el
pensamiento de Newton (1642-1727) y Locke (1632-1704) van a influir sobre el pensamiento
francés, generando el nexo con la experiencia inglesa. En el siguiente período (1720-1748) se da
el proceso de perfeccionamiento en donde el campo de batalla es por la tolerancia religiosa y en
contra de las religiones reveladas. En este momento sus ideas van a ser utilizadas por la
aristocracia en su lucha contra la monarquía. La tercera etapa (1748-1770) estuvo marcada “(…)
por la aparición ininterrumpida de las obras más importantes. En 1748. El Espíritu de las Leyes, de
Montesquieu: en 1749. la Carta sobre los ciegos para uso de los que ven, de Diderot, y el primer
volumen de la Historia Natural de Buffon; en 1750, el Prospectus de la Enciclopedia, redactado
por Diderot, y el Discurso de Rousseau presentado a la Academia de Dijon, sobre Si el
restablecimiento de las ciencias y de las artes ha contribuido a la depuración de las costumbres;
en 1751, el primer volumen de la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, artes y
oficios, con el Discurso Preliminar de D'Alembert, y, ese mismo año, El siglo de Luis XIV, de
Voltaire.”(SOBOUL et al, p.309). Durante estos años se produce una apertura de la censura y se
da una situación de compromiso en donde los ataques se dirigen a la aristocracia y se defiende la
idea- y el accionar- del déspota ilustrado (aquel que actúa a favor del pueblo pero sin él). Por
último (1770-1789) es un período de difusión de ideas más que de creación.
Hay que tener cuidado en pensar que la ideas de la ilustración eran patrimonio de grandes masas
o que tenían el mismo desarrollo en los distintos países europeos. Su lugar de difusión era las
reuniones de té organizadas por las damas de sociedad primero y luego por los llamados
“déspotas ilustrados que se disputaban la presencia de los “filósofos “en su cortes. Los libros que
eran caros en forma lenta transitaban en círculos concéntricos cada vez mayores. “(…) la
audiencia de las Luces fue múltiple, como diversos eran los filósofos. A pesar de lo importante del
fondo común y del amplio acuerdo sobre las nociones fundamentales de razón, naturaleza,
felicidad o progreso, la acogida de las Luces se vio diversificada tanto por las circunstancias como
por los intereses sociales divergentes. Las corrientes de pensamiento y sensibilidad del siglo, que
respondían a la diversidad de las estructuras mentales y sociales, se encarnaron en tal fecha en
tales hombres y tales grupos. Del pensamiento personal a la resonancia social, los valores se ins-
cribieron en los hechos y se vieron desviados y, en cierto modo, desnaturalizados. Las Luces se
refractaban o se deformaban a través del prisma de las realidades sociales y sus
exigencias.”(SOBOUL et al, p.335). Los distintos sectores sociales del siglo XVIII irán asumiendo
el nuevo lenguaje aunque el contenido que incorporen a los nuevos odres será disímil y el
resultado explosivo.
El liberalismo ingles
La obra de John Locke genera las bases del liberalismo. Sus obras abarcan desde una teoría del
conocimiento (Ensayo sobre el entendimiento humano) base del empirismo hasta el desarrollo de
una teoría del Estado (Dos tratados sobre el gobierno civil).
Frente al racionalismo cartesiano niega la existencia de ideas innatas, ya que las mismas son
producto de la práctica (acumulada) y del uso de razonamiento analógico. El saber humano es
probabilístico lo que le permite alcanzar el cómo pero no el porqué de las cosas. Este
razonamiento no niega a dios, que es convertido en arquitecto que hace su obra pero la deja
funcionar mecánica y armónicamente.
Su concepción del mundo (y política) se basa en un conjunto de principios.
1. La existencia de un dios creador que es incognoscible, del que podemos ver sus
accidentes pero no su esencia. Su existencia siempre se supone porque nosotros existimos
2. La existencia de una ley universal de la naturaleza, en tanto creación divina, que impone
la armonía universal.
3. La existencia de una racionalidad humana. El ser humano se mueve por los impulsos de
autoconservación y a partir de ello su accionar está impulsada por el placer (bueno) y el dolor
(malo)
El Estado y la propiedad
Su razonamiento lo lleva a afirmar que existen derechos naturales, dados por dios, a los hombres
desde el momento de su nacimiento. Estos derechos son ahistóricos y eternos: vida, libertad y
posesión de bienes. El hombre que es libre y racional mantendrá la paz mientras que se les
respeten sus derechos naturales. Afirma que trasgredir los derechos naturales no son solo un
atentado contra el individuo sino contra el conjunto de la humanidad.
Así fundamenta la existencia de la propiedad privada, pero advierte que cuando esta excede lo
que un individuo puede usar se convierte en un atentado. Esto es moralmente condenable pero se
convierte en un problema político. La solución a esta problemática es la generación de un pacto
que funda al Estado. La ambigüedad de qué hacer con el acaparamiento de propiedad generará
conflictos posteriores a la interna del liberalismo.
Este Estado debe ser imparcial por lo que debe estar por encima de los intereses particulares,
manteniendo la paz y la seguridad al defender el derecho de propiedad. La legitimidad del
gobierno implica la aceptación de la autoridad por parte de los hombres y la sanción moral positiva
de los gobernantes.
El poder despótico o tiránico es aquel que es incapaz de obtener el consenso en tanto que atenta
con su accionar contra los derechos naturales de los individuos. Frente al mismo Locke argumenta
el derecho a la rebelión, que puede ser asumida por el conjunto de los ciudadanos, un pequeño
grupo o por un individuo que asume la representación de la sociedad toda. La aceptación por
parte de la población está dada por el triunfo de la acción.
Es interesante notar como paulatinamente este derecho va a desaparecer de las reflexiones
liberales y será retomada por la izquierda en el siglo XIX.
*Profesor de historiología en formación docente
Bibliografía citada
SOBOUL et al (1997)El siglo de las luces, Madrid, Akal
Publicado en El Popular. Semanario, Uruguay, 20 de setiembre de 2013, N 242, 3ra época