Violencia Paramilitar en Barrancabermeja 1996

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Violencia paramilitar en Barrancabermeja 1996- 2005 Resumen La importancia de los estudios de la violencia producida por el conflicto armado en la ciudad de Barrancabermeja se centra primero, en que es uno de los pocos espacios en los cuales se ha vivido el conflicto armado a nivel urbano como lo han resaltado diversos autores (Loingsigh, 2002; García, 2006; Barrios, 2012), segundo, en que la zona a tenido presencia de los distintos actores armados, en un primer momento de grupos guerrilleros (ELN, EPL y FARC) y posteriormente de los grupos paramilitares, y tercero, en que la industria del petróleo ha hecho que la ciudad se constituya como la más importante de la región del Magdalena Medio, además de configurar la estructura de la misma tanto a nivel económico, como social y político. De esta forma, la ciudad es un caso específico de lo que ha sido el fenómeno de la guerra en Colombia a nivel local, reflejándose en ella todas las dinámicas nacionales. Desde la primera etapa de expansión de las guerrillas, la consolidación de los grupos paramilitares, el fenómeno de violencia que se produjo a consecuencia de las luchas de ambos actores por los poderes locales, la desmovilización de los grupos paramilitares y la reaparición de nuevas estructuras que reinciden en la actualidad. El objetivo principal de este trabajo es analizar el periodo comprendido entre 1996 a 2005 dentro del contexto de desarrollo del paramilitarismo en la ciudad de Barrancabermeja, teniendo en cuenta que en este periodo la guerra alcanzó su máxima expresión, extensión y niveles de victimización y el conflicto armado se transformó en una disputa a sangre y fuego por las tierras, el territorio y el poder local (GMH, 2013).

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Violencia paramilitar en Barrancabermeja 1996- 2005

Resumen

La importancia de los estudios de la violencia producida por el conflicto armado en la ciudad de Barrancabermeja se centra primero, en que es uno de los pocos espacios en los cuales se ha vivido el conflicto armado a nivel urbano como lo han resaltado diversos autores (Loingsigh, 2002; García, 2006; Barrios, 2012), segundo, en que la zona a tenido presencia de los distintos actores armados, en un primer momento de grupos guerrilleros (ELN, EPL y FARC) y posteriormente de los grupos paramilitares, y tercero, en que la industria del petróleo ha hecho que la ciudad se constituya como la más importante de la región del Magdalena Medio, además de configurar la estructura de la misma tanto a nivel económico, como social y político.

De esta forma, la ciudad es un caso específico de lo que ha sido el fenómeno de la guerra en Colombia a nivel local, reflejándose en ella todas las dinámicas nacionales. Desde la primera etapa de expansión de las guerrillas, la consolidación de los grupos paramilitares, el fenómeno de violencia que se produjo a consecuencia de las luchas de ambos actores por los poderes locales, la desmovilización de los grupos paramilitares y la reaparición de nuevas estructuras que reinciden en la actualidad.

El objetivo principal de este trabajo es analizar el periodo comprendido entre 1996 a 2005 dentro del contexto de desarrollo del paramilitarismo en la ciudad de Barrancabermeja, teniendo en cuenta que en este periodo la guerra alcanzó su máxima expresión, extensión y niveles de victimización y el conflicto armado se transformó en una disputa a sangre y fuego por las tierras, el territorio y el poder local (GMH, 2013).

Planteamiento del problema

Entender el paramilitarismo implica grandes dificultades ya que se pueden plantear explicaciones fragmentadas y unilaterales entorno a lo que ha sido su origen, consolidación y expansión, lo que impide abordar este fenómeno en toda su magnitud. Por esta razón es importante relacionar las dinámicas nacionales con las formas regionales y locales, teniendo en cuenta que este fenómeno tuvo como base de apoyo las redes locales de poder.

Por otro lado, se plantea la dificultad de conceptualizar este fenómeno dentro de lo que ha sido el desarrollo del conflicto armado nacional, esencialmente al referirnos a los procesos que lo produjeron, entramos en una multiplicidad de causas

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complejas y a un cuestionamiento de lo que ha sido el conflicto mismo. Hablar de autodefensas o paramilitares, definirlos como grupos de carácter antisubversivo con un estatus político, como grupos de sicarios del narcotráfico o como la vía de acción ilegal de las fuerzas armadas (Nieto y García, 2008) es hablar de las complejidades del conflicto y de sus mutaciones y trasformaciones.

De esta forma se evidencia la importancia de comprender las dinámicas locales por medio del estudio del desarrollo del paramilitarismo en un espacio especifico: Barrancabermeja y en un periodo determinado: 1996- 2005.

La caracterización de la ciudad de Barrancabermeja ha girado en torno a la industria del petróleo, como ya se menciono, destacándose tres dinámicas que han sido consecuencia de la misma:

La primera es la fuerte sectorización de la riqueza, que se refleja en las trasformaciones que ha sufrido el espacio de la ciudad, dentro del cual encontramos la proliferación de barrios nacidos como invasiones1 con fuertes problemáticas sociales en oposición a los barrios construidos de forma especial para los trabajadores de la empresa petrolera.

Como lo menciona Martha Cecilia García se trata de una división socio- espacial y cultural, división que queda consignada en expresiones como “tras la malla” o en épocas más recientes en “del puente para allá” (García, 2006) o “del puente para arriba”, que adquirieron un gran significado durante el periodo más fuerte de la violencia, ya que en estos barrios se vivía de manera constante los enfrentamientos entre grupos insurgentes por el control territorial, siendo estigmatizados por la presencia guerrillera y considerados como la zona más “caliente” de la ciudad.

El segundo, es un fenómeno que ha sido ampliamente estudiados desde las diferentes perspectivas de las ciencias sociales: la consolidación de diversas organizaciones sociales dentro de las que encontramos tres tipos: “la organización obrera; liderada por la USO, la cual es la encargada de defender los derechos laborales de los trabajadores de Ecopetrol; la organización cívica, representada por la Coordinadora Popular que reúne los diferentes comités barriales que buscan acceder a los servicios públicos y por último, las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos” (Barrios, 2012, p. 6)

El tercero, fue la presencia de grupos guerrilleros en los barrios del nororiente de la ciudad (Frente de resistencia Yariguies del ELN, milicias urbanas del EPL y las FARC) que conllevaron a que la población civil se viera involucrada en los constantes enfrentamientos con la fuerza pública dentro de un conflicto armado de

1 Relacionados de igual forma con el fenómeno del desplazamiento en la región del Magdalena Medio.

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carácter urbano. Posteriormente con la incursión paramilitar, se daría una lucha por el control territorial entre ambos grupos armados ilegales que se dinamizaba por obtener el control sobre lo que fue conocido por la comunidad como el cartel de la gasolina.

Si bien la ciudad con anterioridad a 1996 ya presentaba dinámicas de represión y violación de derechos humanos, como lo fueron las acciones de la red 7 de la Armada Nacional que de forma ilegal y en vinculación con el Batallón nueva Granada persiguió y asesinó a líderes sindicales y activistas (CREDHOS, 1999), hasta esta fecha no había una presencia consolidada de grupos paramilitares, y la ciudad era considerada como bastión de la guerrilla, especialmente del ELN.

Los paramilitares fueron apoderándose de sus alrededores hasta que Barrancabermeja se convirtió, como se menciona en el diagnostico de la Vicepresidencia de la República, “en una isla rodeada por regiones en donde la influencia de las autodefensas era cada vez más notable. Las autodefensas, no solo golpearon en el sur de la región en los ochenta, sino que actuaron en los noventa en el entorno próximo de Barrancabermeja, es decir San Vicente de Chucurí , El Carmen, Sabana de Torres y Puerto Wilches. En los últimos años ocurrió lo mismo en el sur del Cesar, el sur de Bolívar y Yondó” (Diagnostico Vicepresidencia de la República, 2001)

El Magdalena Medio como lo menciona Laura Bonilla “fue testigo antes que otras regiones del país de proyectos de corte paramilitar. Esta región, en la década del ochenta fue la cuna del modelo paramilitar que luego se extendería por el resto del territorio nacional” (Bonilla, 2007). Identificándose a Puerto Boyacá como la primera región en desarrollar un modelo paramilitar consolidado apoyado por ganaderos, hacendatarios y esmeralderos (Barón Villa, 2011) quienes buscaban constituir ejércitos privados para protegerse de las acciones guerrilleras y adjudicarse una participación legal por medio de ACDEGAM (Asociación de comerciantes, ganaderos y agricultores del Magdalena Medio).

Este primer intento de unificar los distintos grupos de la región tendría vigencia hasta 1993, momento en que las Autodefensas de Puerto Boyacá colapsan y los grupos bajo su mando se vuelven nuevamente autónomos. Estos grupos que resurgen tras la disolución de las Autodefensas de Puerto Boyacá estuvieron confinados a determinados municipios o corregimientos, ninguno alcanzó una dimensión regional (Barón Villa, 2011).

Dentro de este contexto surgen las Autodefensas de Santander y Sur del Cesar al mando de Domingo Cristancho alias “Camilo Morantes” que tuvieron presencia en el Bajo Rionegro, San Martín, San Alberto y Aguachica, en el Cesar; Ocaña, La

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Esperanza y La Playa, de Norte de Santander, Puerto Wilches y finalmente en la ciudad en Barrancabermeja, en Santander.

De acuerdo con las declaraciones de Camilo Morantes, él junto con sus dos hermanos, uno conocido como Braulio y otro como el chengo Samuel iniciaron su vida dentro de las autodefensas en las filas del frente Isidro Carreño hacia los años ochentas, posteriormente constituyeron las Autodefensas de Santander que en 1996 se unieron a los paramilitares del Cesar para conformar las Ausac (El tiempo, 13 de noviembre de 1999).

La primera incursión en la ciudad se da a partir de la década de los noventa dentro del contexto nacional de resurgimiento de los paramilitares como consecuencia de una reconfiguración interna de la organización cuyo propósito era la unificación nacional y dotar al grupo de un carácter político. Así, entre 1997 y 1998 se consolidaron las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) integradas por las autodefensas de Córdoba, Urabá, Puerto Boyacá y los Llanos Orientales. Por otro lado, por medio del Decreto 356 de 1994 el gobierno otorgo la posibilidad de una vía legal para la estructura de las autodefensas, con las organizaciones que fueron conocidas como Convivir. (GMH, 2013).

Las Ausac, para este periodo ya se encontraban, como el resto de grupos paramilitares del Magdalena Medio dentro de este proyecto, logrando el control sobre poblaciones claves para la guerrilla como Cantagallo y San Pablo en el sur de Bolívar. El proceso de toma de control de la ciudad de Barrancabermeja había iniciado desde 1996, pero hasta 1998 con la masacre del 16 de mayo marcarían su entrada definitiva en la zona.

La responsabilidad sobre la masacre fue reconocida cuatro meses después por Camilo Morantes aludiendo al hecho de que Barrancabermeja "era un santuario de la guerrilla, y ellos no tenían zonas vetadas para incursionar", mientras que las personas retenidas y posteriormente ajusticiadas y asesinadas “tenían vínculos directos con las milicias populares de Barrancabermeja”. Camilo Morantes reconoció que los retenidos fueron asesinados días después del hecho y que sus cuerpos fueron “incinerados y otros arrojados a las aguas del rio Magdalena” (El espectador, 21 de septiembre de 1998).

Pero las acciones de las Ausac sobre la ciudad solo se darían hasta finales de 1999, cuando Morantes fue asesinado por orden de Carlos Castaño (Verdad Abierta, …), y se dio la segunda incursión paramilitar por el Bloque Central Bolívar vinculado a las Auc. De acuerdo a lo planteado por Barón Villa, la desaparición de las Ausac fue consecuencia de las prácticas extorsionistas contra ganaderos y comerciantes en sus zonas de dominio que estaban haciéndose demasiado evidentes e incluso, en 1999, las fuerzas militares acantonadas en el Magdalena

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Medio comenzaron a reprimir sus acciones (Barón Villa, 2011) convirtiéndose en un aliado incomodo para las Auc.

A partir del año 2000- 2001 el Bloque Central Bolívar retomaría las acciones iniciadas por las Ausac, tomando el control definitivo sobre la ciudad. En estos dos años se cometieron masacres, asesinatos selectivos, desapariciones y otras expresiones de violencia que solo se atenuaron en el momento en que los paramilitares tuvieron el control seguro de la zona.

La dinámica del paramilitarismo en Barrancabermeja estuvo dirigida por dos actores que si bien se encontraban bajo un mismo esquema y tenían un objetivo común que era el control de la ciudad, fueron producto de procesos diferentes en cuanto origen y consolidación. Por esta razón es importante diferenciar las dos incursiones a la ciudad: la primera, la de las Ausac que se consolido en 1998 pero que se venía dando desde años anteriores, y la segunda la del BCB a partir del año 2000.

De esta forma la pregunta problema será: ¿Cómo se dio el desarrollo del paramilitarismo en la ciudad de Barrancabermeja durante el periodo de 1996- 2005? Teniendo en cuenta la identificación de estos dos actores armados.

BIBLIOGRAFIA

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