Visión y Vocación

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V ISIÓN Y V OCACIÓN Hacia un entendimiento más amplio de nuestro llamamiento celestial Romeu Bornelli Ediciones “Aguas Vivas”

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Un entendimiento más amplio de nuestro llamamiento celestial

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  • VISINY VOCACIN

    Hacia un entendimiento ms amplio

    de nuestro llamamiento celestial

    Romeu Bornelli

    Ediciones Aguas Vivas

  • 4Romeu Bornelli

    Visin y vocacinHacia un entendimiento ms amplio de nuestro llamamiento celestial

    Traduccin del portugus: Rodrigo AbarcaEdicin y diagramacin: Equipo Aguas Vivas

    EDICIONES AGUAS VIVASTemuco (Chile), Enero de 2011.

  • 5PREFACIO

    Durante el verano de 2010 tuvimos en Chile la oportunidad

    de ser bendecidos por el ministerio de enseanza de nuestro

    querido hermano Romeu Bornelli 1. La palabra compartida en

    esos das llev a muchos de nosotros a una mayor compren-

    sin de nuestra vocacin en Cristo y de sus implicancias prc-

    ticas para nuestra vida, tanto individual como corporativa.

    En aquellos das naci y creci en nosotros la conviccin

    de que estas conferencias deban tener una difusin ms

    amplia a travs de la palabra impresa, pues tocaban asuntos

    que resultan vitales para el pueblo de Dios en nuestros das.

    Vivimos una poca donde muchos parecen estar apartan-

    do de la verdad el odo y volvindose a las fbulas. Tiempos

    en los que escasea la palabra de Dios y no hay visin con

    frecuencia. Por cierto, muchos proclaman sus visiones y sue-

    os particulares, pero la visin celestial, a la cual Juan, Pablo

    y Pedro consagraron su vida en completa obediencia, perma-

    nece olvidada, o lo que es peor, desconocida, para muchos

    hijos de Dios.

    Sin embargo, vivimos tambin en tiempos de restauracin.

    Una vez ms, aqu y all, muchas voces se levantan para pro-

    clamar lo que era desde el principio. Pues la esperanza de

    la iglesia no est en alguna nueva visin o revelacin, sino en

    la palabra que nos fue confiada desde el principio, proclama-

    da de una manera fresca y restauradora, en el poder del Esp-

    ritu de Verdad.

    1 Romeu Bornelli Cordeiro vive en San Lorenzo (Brasil) junto a su esposa

    Cilene y sus tres hijos. Odontlogo de profesin, Romeu renunci a su ejerci-

    cio profesional para dedicarse de lleno al ministerio de la palabra del Seor.

  • 6Precisamente nuestro hermano Romeu puede ser contado

    entre esas voces, pues nos conduce a travs de dos libros

    fundamentales del Nuevo Testamento, a un entendimiento ms

    amplio y profundo de nuestro llamamiento celestial, y de los

    medios divinamente establecidos para su realizacin en nues-

    tras vidas. Y la amplitud de su alcance y consecuencias nos

    alientan y estremecen.

    Hace mucho tiempo, el apstol or para que Dios abriese

    los ojos del entendimiento de sus lectores. Nuestra principal

    necesidad es siempre de mayor visin celestial. Mi pueblo

    fue destruido, porque le falt conocimiento, fue la triste con-

    clusin divina en boca de Oseas. Por ello, tambin hoy unimos

    nuestras oraciones a la antigua oracin del apstol Pablo, para

    que tambin nuestros ojos sean abiertos de una manera cre-

    ciente, a fin de conocer nuestra divina vocacin en Cristo Je-

    ss, y vivir por medio de ella.

    Los Editores

  • 7La visin de la casa de Dios ......................................................... 9

    Introduccin ....................................................................... 111. La visin de Juan ..........................................................152. La visin de Pablo ........................................................ 333. La visin de Pedro ....................................................... 454. El nuevo hombre .......................................................... 61

    Nuestra vocacin celestial .......................................................... 79

    1. Un llamamiento con propsito .................................. 812. De gloria en gloria ....................................................... 993. Considerando a Cristo .............................................. 1154. La palabra de exhortacin ........................................ 133

    INDICE

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  • 9LA VISINDE LA CASA DE DIOS

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    Cun amables son tus moradas, oh Jehov de los ejr citos! Anhela mi alma y aunardientemente desea los atrios de Jehov; mi corazn y mi carne cantan al Dios vivo.Aun el gorrin halla casa, y la golondrina nido para s, donde ponga sus polluelos, cer cade tus altares, oh Jehov de los ejrcitos, Rey mo, y Dios mo. Bienaventurados losque habitan en tu casa; perpetuamente te alabarn (Salmo 84:1-4).

    Nuestra carga en estos cuatro primeros mensajes es com-partir algo relacionado con la visin de la casa de Dios.Creo que este asunto de la visin, aunque no lo sea todo,es siempre el comienzo y la base de todo. Cuando nosotros mi-ramos la manera en que la palabra de Dios aborda este asuntode la visin espiritual, vemos que se presenta como el centro,como el foco, en todo aquello que el Seor desea hacer a travsde su pueblo.

    Todos recordamos las palabras de Pablo al rey Agripa, en He-chos 26:19: Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visin celes-tial. De modo que, si la visin espiritual no es clara para noso-tros, no tenemos direccin o rumbo, y mucho de lo que conquis-tamos de parte del Seor se pierde.

    Si imaginamos un cuadro como un rompecabezas por ejem-plo, un puzle con 500 piezas, si sacamos una pieza de su lugary la miramos directamente, no comprendemos muchas veces cules el sentido de ella en s misma, ni tampoco dnde encaja. Mu-chas veces, por falta de visin espiritual, tenemos una desco-nexin entre las verdades de la palabra de Dios, y entonces con-vertimos algo que es parcial, en algo total. Corremos el riesgo deconvertir lo perifrico en central. Y todos esos problemas sonderivados de la falta de visin espiritual.

    INTRODUCCIN

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    Entonces, nuestro clamor al Seor en estos das es que l pue-da abrirnos los cielos y darnos claridad con respecto a este asun-to de la visin espiritual. No vamos a abordar la visin espiri-tual de un modo general. Vamos a abordar la visin espiritualde la casa de Dios. Veremos algo relacionado con la visin deJuan, de Pablo y de Pedro: la iglesia como familia, como cuerpoy como templo y nosotros como hijitos, miembros y piedras vi-vas, encarando el propsito de Dios para nosotros, para que po-damos amarnos unos a otros como familia de Dios, expresar suvida como cuerpo de Cristo e irradiar su luz como templo delEspritu Santo.

    Veamos un versculo ms: La exposicin de tus palabras alum-bra (Sal. 119:130). En la versin portuguesa, dice: La revela-cin de tus palabras esclarece, da luz. Hermanos, yo no s cmoustedes comprenden este asunto de la revelacin, hablando es-piritualmente, pero me parece que la revelacin es una apertura,por el Espritu Santo, del reino de la realidad espiritual conteni-da en la persona de Cristo.

    La nica persona capaz de abrir ese reino de la realidad espi-ritual es el Espritu Santo. Entonces, cuando comprendemos quela revelacin es esa apertura, entendemos lo que Pablo quiso deciren 1 Corintios 2:9: Cosas que ojo no vio, ni odo oy, ni han subidoen corazn de hombre, son las que Dios ha preparado para los que leaman. Y en el verso siguiente dice: Pero Dios nos las revel anosotros por el Espritu; porque el Espritu todo lo escudria, aun loprofundo de Dios. Y a continuacin dice: Nosotros no hemos reci-bido el espritu del mundo, sino el Espritu que proviene de Dios, paraque conozcamos lo que Dios nos ha concedido.

    Entonces, si ustedes conocen el contexto de 1 Corintios ca-ptulo 2, l dice que el hombre natural no entiende; pero noslo eso, sino que el hombre natural no acepta las cosas delEspritu de Dios, porque a l le parecen locura, y no las puedeentender, porque ellas se disciernen espiritualmente. Luego, esteasunto de la revelacin se presenta como la apertura del reinode la realidad espiritual. Sin el Espritu Santo, tal apertura esimposible.

    Una vez ms, cuando recordamos Proverbios 29:18, dice: Sinprofeca el pueblo se desenfrena (Reina-Valera 1960). Cuando nohay visin, el pueblo se corrompe. Hay muchas traduccionesposibles de esa palabra hebrea. La versin portuguesa traducecorrompe. Por ejemplo, donde no hay visin, el pueblo pere-

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    ce, el pueblo queda sin control, sin restriccin. Pero la palabraexacta en el original hebreo habla de un desalio o falta de com-postura. Entonces, podramos traducir este versculo as: Don-de no hay visin, el pueblo se desalia, se desgrea, se desorde-na.

    Para entenderlo mejor, la palabra exacta all es de uso doms-tico. Tal vez las hermanas la comprendern mejor. Cuando van auna fiesta, ellas usan pinches para sujetar sus cabellos en un her-moso peinado, pero al volver a casa y quitar esos pinches, suscabellos lucen desgreados. El resultado ya no es tan bonito.Porque donde no hay visin, el pueblo se vuelve desgreado,como una cabellera toda enredada. Ese es el resultado de la faltade visin espiritual.

    Enva tu luz y tu verdad; stas me guiarn; me conducirn a tusanto monte, y a tus moradas (Sal. 43:3). Cuando abordamos elasunto de la revelacin o la visin espiritual, necesitamos luz yverdad; porque luz sin verdad es slo misticismo, y verdad sinluz es apenas teora. La verdad, en Cristo, es completa. Pero es laluz, sobre la verdad, que la transforma en revelacin. Por esodice: Enva tu luz y tu verdad, para que me guen y me lleven atu santo monte, y a tus tabernculos la casa del Seor.

    Cun amables son tus tabernculos!. Cmo podemos ha-bitar en los tabernculos de la casa del Seor? Cuando l envasu luz sobre la verdad, cuando tenemos la verdad iluminada porDios. Por eso tambin Pablo ora en Efesios 1:17-18: para que elDios de nuestro Seor Jesucristo, el Padre de gloria, os d espritu desabidura y de revelacin en el conocimiento de l, alumbrando losojos de vuestro entendimiento, para que sepis.

    Vean ustedes cun importante es leer las Escrituras de unmodo muy cuidadoso y reposado, pues de lo contrario perdere-mos todo el sentido de esas palabras maravillosas, y vamos apensar que Pablo estaba all simplemente haciendo una oracinformal. Sin embargo, aquella era una oracin inspirada por elEspritu Santo, y cada palabra contiene una realidad espiritual.

    Entonces, hermanos, este asunto de la revelacin o de la vi-sin es lo que gobierna toda la esfera de nuestra vida. Vamos aconsiderar esta visin de la casa de Dios en tres aspectos dife-rentes. Ahora quisiera mostrar cmo sera ese cuadro, para queustedes ya vayan meditando en l.

    Usted puede mirar este cuadro con calma, y empezar a en-tender el asunto de la casa de Dios. Porque Dios us a Juan, a

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    Juan 13:33-35

    1 Cor. 12:25

    1 Pedro 2:5, 9

    Padre

    Hijo

    Espritu Santo

    Familia

    Cuerpo

    Templo

    Hijitos

    Miembros

    Piedras vivas

    Amarse unos a otros

    Expresar su vida

    Irradiar su luz

    Juan

    Pablo

    Pedro

    Pablo y a Pedro para mostrarnos diferentes aspectos de la casade Dios, todos maravillosamente ricos.

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    El siguiente da otra vez estaba Juan, y dos de sus discpulos. Y mirando a Jessque andaba por all, dijo: He aqu el Corder o de Dios. Le oyeron hablar los dos discpu-los, y siguieron a Jess. Y volvindose Jess, y viendo que le seguan, les dijo: Qubuscis? Ellos le dijeron: Rab (que traducido es, Maestro), dnde moras? Les dijo:Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con l aquel da; porque eracomo la hora dcima (Juan 1:35-39).

    El versculo 36 contiene la respuesta a la gran pregunta delAntiguo Testamento: Dnde est el cordero para el holo-causto? (Gn. 22:7). Recuerdan quin hizo aquella pre-gunta? Fue Isaac a su padre Abraham. Cuando Dios pidi aAbraham que ofreciese a su hijo Isaac en el monte Moriah, enaquel bello pasaje de Gnesis 22, dice que ambos caminaban jun-tos. Pero hay detalles muy especiales que el Espritu Santo pusoall.

    La Palabra dice que su hijo Isaac cargaba la lea sobre s, por-que l es figura de nuestro amado Redentor. Y dice que Abrahamsu padre llevaba en sus manos el fuego y el cuchillo. Porque, enlo que concierne a nuestra salvacin, o a nuestra redencin, todala justicia, gloria y santidad de Dios necesitaban ser vindicadas.Entonces, Abraham llevaba el fuego y el cuchillo, smbolos deljuicio de Dios. Pero Isaac llevaba la lea. Eso es muy interesante.

    Isaac debera tener entonces unos trece o catorce aos de edad,pero era l quien llevaba la lea sobre s, porque l estaba prefi-gurando a Aquel que habra de venir. E Isaac pregunta a su pa-dre: Padre mo, he aqu el fuego y la lea; mas dnde est el corderopara el holocausto?. Casi dos mil aos despus, vemos a Juan elBautista, como extendiendo su mano, diciendo: He aqu el Cor-dero de Dios.

    1LA VISIN DE JUAN

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    La Palabra dice que Juan el Bautista tena dos discpulos; unode ellos era Andrs, y el otro, con toda certeza, era Juan el evan-gelista, porque Juan omite su nombre en su evangelio. En Juancaptulos 13 y 21, l se refiere a s mismo como el discpulo aquien Jess amaba. Era l mismo, omitiendo su nombre, y lo mis-mo ocurre aqu en el captulo 1. l dice: Andrs, hermano de SimnPedro, era uno de los dos que haban odo a Juan, y haban seguido aJess. El otro discpulo, aqu, era Juan.

    Entonces, en el versculo 38, se registra algo muy impresio-nante. Pongamos este cuadro en nuestra mente. Imagnense cuan-do Juan el Bautista lo seala y dice: He aqu el Cordero de Dios.l est empezando a perder a sus discpulos. Porque todo minis-terio eficaz no hace discpulos para s mismo, pero s discpulosde Cristo. Entonces, cuando apunta al Cordero de Dios, l pier-de dos discpulos.

    Cuando el Seor mira hacia atrs, ve que le estn siguiendoAndrs y Juan, y les hace una pregunta: Qu buscis?, comodicindoles: Qu quieren ustedes?. Qu le diramos noso-tros al Seor si oysemos de l esa pregunta? Tenemos tantosdeseos, tantas ambiciones, tantas cosas que queremos ver resuel-tas Pero ellos responden a la pregunta del Seor con otra pre-gunta: Dnde moras?. O sea, ellos no estaban buscando algodel Seor; estaban buscando al Seor mismo. Entonces, el Seorles responde: Venid y ved.

    Hermanos, qu obra maravillosa es nuestra vida cristianacuando comprendemos que el Seor Jess no es un medio paraalcanzar un fin, sino que l es el propio fin. l es el propsito, les la razn. El Seor les responde, diciendo: Venid y ved. Y elversculo 39 contina diciendo: Fueron, y vieron donde moraba, yse quedaron con l.

    La memoria de Juan es tan vvida con relacin a este tiempo,que l registra: era como la hora dcima, es decir, las cuatro dela tarde. Juan escribe este evangelio con ms de noventa aos deedad. El Seor Jess haba partido de esta tierra haca ms desesenta aos, pero la memoria de Juan es tan precisa, tan viva,porque donde hay amor, hay memoria.

    Entonces, cuando Juan escribe este evangelio. Algunos erudi-tos cuestionan que sea suyo, porque no comprenden la relacinentre amor y memoria. Juan escribe, por ejemplo, en el captulo10, refirindose a la persona del Seor Jess, as: Celebrbase enJerusaln la fiesta de la dedicacin. Era invierno. Y Jess andaba en el

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    templo por el prtico de Salomn. Es decir, l se acordaba cul era eltiempo, cul era la estacin del ao, por dnde paseaba Jess enaquel lugar exacto del templo, frente al prtico de Salomn, y yahaban pasado ms de sesenta aos. Porque todo lo que rige lavisin de Juan respecto del Seor es unin y comunin.

    Unin y comunin con Dios en CristoEl Espritu Santo us a Juan para escribir cinco libros: el evan-

    gelio de Juan, tres epstolas y el Apocalipsis. Y el tema de esoscinco libros es uno solo: Unin, comunin, vida de unin conDios en Cristo. Juan fue usado por el Espritu Santo para hablarsobre el asunto del amor en la casa de Dios.

    Cuando examinamos algunos pares de palabras en el evan-gelio de Juan, aquellos que gustan de estudiar la Escritura conmayor exactitud, si usted busca en una concordancia griego-es-paol, hallar a veces la mencin de una palabra griega, una nicapalabra, slo dos veces en todo el evangelio; o sea, parejas depalabras. Entonces, cuando se ponen juntas esas palabras, o lasdos menciones de la misma palabra, vemos un cuadro muy her-moso.

    Vamos a examinar por lo menos tres de ellas, para ver cul esla visin de Juan acerca de la casa de Dios. La primera palabra esseno. Juan 1:18. A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que esten el seno del Padre, l le ha dado a conocer. El Hijo unignito en elseno del Padre eterno.

    Ahora, cuando vemos la segunda mencin de esa misma pa-labra en el evangelio, en Juan 13:23. Y uno de sus discpulos, alcual Jess amaba, estaba recostado al lado de Jess. En la ltima cena,Juan est reclinado sobre el seno, sobre el pecho de Jess. Lapalabra que se traduce all como recostado o reclinado, es lapalabra seno. Entonces, cuando miramos esa segunda mencin,tenemos a Juan en el seno del Hijo. Vean aqu el asunto de launin o la comunin el Hijo en el seno del Padre, y Juan en elseno del Hijo.

    Entonces, en verdad, este asunto de la unin gobierna todo elpensamiento de Juan, porque es lo supremo para nosotros comoiglesia. Ustedes recuerdan Juan 17:21? Observe esta expresin:para que todos sean uno; como t, oh Padre, en m. Y cmoes el Padre en el Hijo? Comunin plena, comunin perfecta, uninperfecta. como t, oh Padre, en m, y yo en ti, que tambin ellossean uno en nosotros. Ese es el asunto de la unin en el evangelio

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    de Juan. O sea, nosotros fuimos llamados para participar del abra-zo eterno de la Trinidad. Este es nuestro supremo llamamiento:Unin.

    Pero hay una palabra ms que nos ayuda en este mismo asun-to de la unin. Juan ve a la iglesia como familia de Dios; l veque nuestra mayor necesidad es amarnos unos a otros. En estoconocern todos que sois mis discpulos, si tuviereis amor los unos conlos otros (Juan 13:35). Entonces, otra palabra ms que nos ayudaen esta lnea, una frase, es: la casa de mi Padre. Recuerdan us-tedes dnde aparece esta expresin? Slo dos veces: Juan cap-tulo 2 y Juan captulo 14.

    En Juan captulo 2, el Seor Jess entra en el templo, da vuel-ta las mesas y expulsa a los cambistas. Y Juan cita un salmo conrespecto a l, que dice: El celo de tu casa me consume. Algunaspersonas le preguntaron con qu autoridad haca esas cosas, y lles dijo: Destruid este templo, y en tres das lo levantar. Pero Juanda la interpretacin de esta frase en el versculo 21: Mas l habla-ba del templo de su cuerpo.

    Entonces, hermanos, aqu, en esta primera mencin, qu esla casa de mi Padre? Est interpretado en el versculo 21. Se re-fiere al propio Seor Jess, al santuario de su cuerpo. Aquel tem-plo era apenas una figura de su propio cuerpo. Por eso, ellos noentendieron al Seor cuando dijeron: En cuarenta y seis aos fueedificado este templo, y t en tres das lo levantars?. Es como si elSeor les dijese: Ese templo es figura, es sombra, es tipo; la rea-lidad es mi propio cuerpo. Yo soy la casa del Padre.

    Por eso Juan dice: Y aquel Verbo fue hecho carne, y habit(tabernaculiz) entre nosotros (Juan 1:14). Esa palabra significacoloc su morada o coloc su tienda entre nosotros. Y Juandice: y vimos su gloria. Y vea la prxima expresin: glo-ria como del unignito del Padre. O sea, l es la casa de Dios, l esla manifestacin de la realidad de la casa de Dios. Por eso, lentra en el templo y purifica el templo.

    Ahora, Juan 14:1-2 dice: No se turbe vuestro corazn; creis enDios, creed tambin en m. En la casa de mi Padre. Hermanos,cmo podemos comprender la expresin la casa de mi Padre,en este versculo 2? Sin el captulo 2 de Juan, es imposible. Poreso, muchos piensan que esa casa de mi Padre, cuando sloven el captulo 14, se refiere a una morada eterna cuandomorimos vamos a la casa del Padre, porque en la casa del Padrehay muchas moradas. Si no furamos muy fieles, vamos a tener

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    una casa como una carpa; pero, si somos fieles, vamos a teneruna mansin.

    En la casa de mi Padre muchas moradas hay, y cuando mu-ramos, vamos a ir all. Pero no es eso lo que est escrito en eltexto. Porque la casa de mi Padre ya est afirmada en el captulo2 como siendo el santuario de su propio cuerpo. Jess es la casadel Padre. Entonces, cuando l dice: En la casa de mi Padre mu-chas moradas hay, l est diciendo que, a travs de su muerte yde su resurreccin, l ira a proveer lugar para que nosotros ha-bitsemos en l. l es la casa del Padre. Nosotros estamos en lacasa del Padre; l es nuestra morada, nuestro santuario. Noso-tros somos casa de Dios, y l es nuestra casa.

    Entonces, esa es la visin de Juan sobre la casa de Dios. Enla casa de mi Padre muchas moradas hay. Quin nos introdujoen esas moradas en Cristo? El Consolador. Por eso, l dijo: Osconviene que yo me vaya. Yo me voy, pero voy a preparar lu-gar, y entonces enviar al Consolador. Y el versculo de Juan14:20 es muy importante: En aquel da se refiere a Pentecos-ts vosotros conoceris por experiencia que yo estoy en mi Pa-dre. Porque el Padre es la casa para el Hijo. Pero tambin elPadre est en m, como lo dice la prxima expresin: yoestoy en mi Padre.

    Volvamos al versculo 11: Creedme que yo soy en el Padre, y elPadre en m. Porque l es la casa del Padre. Luego el versculo20: En aquel da vosotros conoceris que yo estoy en mi Padre, y voso-tros en m. Por qu vosotros en m? Porque: En la casa de miPadre muchas moradas hay. Vosotros en m. l es la casa del Pa-dre. Y al final del versculo 20 dice: y yo en vosotros. Y esose transform en una realidad espiritual para ellos cuando elConsolador vino. Entonces, el Consolador los introdujo de ma-nera prctica en esa morada de Dios en Cristo. Esa es la expre-sin la casa de mi Padre mencionada dos veces.

    Veamos otra expresin ms, todava, en el captulo 14 vers-culo 2, el mismo versculo: En la casa de mi Padre hay muchasmoradas. La palabra moradas tambin aparece slo dos ve-ces. Una vez aqu, en el versculo 2, y la otra en el versculo 23del mismo captulo: Respondi Jess y le dijo: El que me ama, mipalabra guardar; y mi Padre le amar, y vendremos a l, y haremosmorada con l. Pueden ver de nuevo aqu el mismo asunto de launin. Nosotros morando en Cristo, porque en la casa de mi Pa-dre hay muchas moradas, pero tambin Cristo morando en noso-

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    tros con el Padre, por el Espritu. Porque yo y mi Padre vendre-mos, y haremos morada en l.

    El secreto de nuestro testimonio cristianoEntonces, hermanos, para donde vayamos, en los escritos de

    Juan, siempre vamos a ver ese asunto de la casa de Dios comosiendo una vida de unin, una vida de comunin, una vida dehabitacin. Por eso, la expresin de Juan captulo 17 versculo 21es tan significativa. El Seor Jess dice que, si esa fuese una rea-lidad experimentada por nosotros, el mundo creer que t meenviaste. El secreto de nuestro testimonio cristiano es nuestravida de habitacin. Juan captulo 15: Si nosotros habitamos enl, y l habita en nosotros, su amor entonces habita en nosotros,sus palabras habitan en nosotros, entonces somos un testimonioverdadero de quin es Dios.

    Ahora, iremos a un versculo clave en este evangelio sobre elasunto de la unin. Juan 13:33-35: Hijitos, an estar con vosotrosun poco. Me buscaris; pero como dije a los judos, as os digo ahora avosotros: A donde yo voy, vosotros no podis ir. Un mandamiento nue-vo os doy: Que os amis unos a otros; como yo os he amado, que tam-bin os amis unos a otros. En esto esta frase es enftica conoce-rn todos que sois mis discpulos un adjetivo posesivo, si tuviereisamor los unos con los otros.

    Hay muchas cosas importantes en este versculo. Primero, elSeor Jess dijo: Un nuevo mandamiento os doy. Y otra vez, sino somos cuidadosos aqu, hallaremos que no hay nada de nue-vo, porque la ley ya lo deca. Pero la ley no dice esto. La ley dice:Amars a tu prjimo como a ti mismo. Si el Seor Jess estuvieraslo reforzando la ley, l no podra hablar de un nuevo manda-miento, porque aquel mandamiento dado a travs de Moiss yatena 1.500 aos. No tena nada de nuevo.

    Pero, qu hay de nuevo con respecto a lo que el Seor habl?Que os amis unos a otros; como yo os he amado. No como ati mismo. Y cuando abrimos el captulo 13, cmo empieza estecaptulo? Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jess que su horahaba llegado para que pasase de este mundo al Padre, como haba ama-do a los suyos que estaban en el mundo, los am hasta el fin. As escomo l los am. Por eso, Juan usa la palabra gape, que hablade un amor de una va nica, un amor que no da con una mano yespera la retribucin con la otra, un amor sacrificial. Como yoos he amado, as debis amaros unos a otros.

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    Entonces, la novedad de este mandamiento es que el SeorJess demanda de nosotros, de los unos para con los otros, lamisma calidad de amor con que l nos am. Llegaremos noso-tros a la conclusin de que la vida cristiana es una vida imposi-ble? Si usted no lleg, espero que llegue lo ms rpido posible.El nico que puede vivir la vida cristiana es el propio Cristo; elnico que puede amar como Cristo es el mismo Cristo. Por eso,la clave de la vida cristiana es: Ya no vivo yo, mas vive Cristo enm (Gl. 2:20).

    Que os amis unos a otros; como yo os he amado. Slo habitan-do y permaneciendo en l, la vid verdadera. Permaneciendo ensu amor, teniendo sus palabras permaneciendo en nosotros, sonlos trminos que el Seor usa en Juan 15. Slo as nosotros so-mos capaces de amar con el amor de l; porque la verdad es lamando a travs de nosotros.

    Un nuevo mandamiento os doy. Hermanos, cuando miramosa la ley, vemos que el precepto de la ley deca as: Ojo por ojo,diente por diente. Algunas personas encuentran que eso era algomalo. Pero, cuando nosotros conocemos nuestro propio corazn,sabemos que si Dios no hubiese dado la ley para regular nuestraconducta, sera un ojo por dos ojos y un diente por la dentaduracompleta. Entonces, el Seor dijo un ojo por un ojo, un dientepor un diente.

    La figura de EnocUsted recuerda, antes de la ley, en Gnesis captulo 4, cuando

    ese hombre perverso llamado Lamec fue el primero que tompara s dos mujeres. Qu hombre corajudo aqul! Imagine aque-lla escena, con aquellas dos mujeres sentadas en una silla, di-ciendo: Ada y Zila, escuchen: Mat a un hombre porque l mehiri y a un joven porque me pis. Imaginen la cara de esasmujeres mirndolo. Seremos nosotras las prximas? No pode-mos quemar el pan en el horno. Lamec fue el sptimo descen-diente de Adn por la lnea de Can. El 7 habla de plenitud. En-tonces, en la vida de Lamec vemos la plenitud de la malignidad.No slo mat a un hombre porque me hiri, sino a un jovencitoporque me pis.

    Entonces, cuando miramos al otro lado, la descendencia deAdn a travs de Set, el sptimo despus de Adn por este linajees Enoc. Y cuando contrastamos a Lamec con Enoc, vemos queLamec es el clmax de la perversidad, y Enoc es figura de la vida

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    de unin con Dios. Enoc engendr un hijo cuando tena sesentay cinco aos de edad, y de ah en adelante anduvo con Dios du-rante trescientos aos. Y muri de trescientos sesenta y cinco aos.El nmero 365 nos habla de una rbita completa. O sea, Enocconoci a Dios y anduvo con Dios hasta que Dios lo tom paras. Enoc nos muestra la clave de la vida de unin andar conDios.

    Hay una historia de una niita de diez aos de edad que oyun mensaje con respecto a Enoc, y sus padres no fueron a la re-unin. Entonces ellos le preguntaron acerca de qu se haba com-partido. Ella dijo: El hermano cont una historia acerca de Enoc.Los padres pidieron que ella les resumiera la historia. Y ella dijo:Fue un hombre que anduvo con Dios, y fue andando y andan-do y andando, hasta que en un momento Dios lo mir y le dijo:Enoc, t ests tan lejos de tu casa y tan cerca de la ma. Entonces,entra y qudate aqu conmigo. Ella comprendi bien la historiade Enoc.

    Enoc fue andando y andando y andando con Dios, de mane-ra que Dios se volvi la habitacin de Enoc. Dios se convirti enla morada de Enoc, el hogar de Enoc, hasta que l fue llamado yconvidado a permanecer con Dios. Ese es el secreto del arrebata-miento. Cunto podemos perdernos en las profecas sobre el arre-batamiento, sin tocar en la realidad espiritual del arrebatamien-to. El arrebatamiento no es una mera mudanza geogrfica, sinouna mudanza espiritual, una mudanza de corazn, una mudan-za de estilo de vida. Ese es el espritu del arrebatamiento.

    Mirando hacia GetsemanEntonces, cuando el Seor Jess, en Juan captulo 13, habl

    sobre este nuevo mandamiento, l puso este nfasis: como yoos he amado. Otro aspecto importante en este versculo es com-prender este yo os he amado, mirando hacia Getseman.

    Querido hermano, querida hermana, usted ha meditado conrespecto a Getseman? Cul es el significado de Getseman? Porqu el Seor Jess dijo: Mi alma est profundamente angustia-da? No slo angustiada, sino profundamente angustiada. Por-que en su vida, el Seor Jess estaba gobernado por dos grandesbases: una era ver el rostro de su Padre, y la otra era hacer lavoluntad del Padre.

    El Seor Jess nunca perdi de vista la faz del Padre. l po-dra soportar la traicin de Judas, podra soportar la negacin de

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    Pedro, podra soportar el abandono de todos, pero no poda so-portar perder de vista el rostro del Padre. Cuando l ora en Juan17:5, dice: Padre, glorifcame t al lado tuyo, con aquella gloria quetuve contigo antes que el mundo fuese. Entonces, la realidad de verel rostro del Padre es algo anterior a la encarnacin, es algo queel Hijo experimenta en la Trinidad por siempre. Eso nunca fueafectado, nunca fue roto. El rostro sonriente del Padre, ese rostrode aprobacin del Padre, era el mayor bien en la vida de Jess.

    Por otro lado, tenemos el hacer la voluntad del Padre. Juan4:34: Mi comida es que haga la voluntad del que me envi. El SeorJess nunca dej de hacer la voluntad del Padre. En ningn mo-mento. l nunca perdi de vista la faz del Padre. Pueden verahora lo que est ocurriendo en Getseman? Para que el SeorJess contine haciendo la voluntad del Padre, l tendr que per-der de vista el rostro del Padre.

    Cundo l perdi de vista el rostro del Padre? Cuando cla-m: Dios mo, Dios mo. Los evangelios no dicen slo que lclam, mas dicen que l grit en alta voz. El, El, lama sabactani?(Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?). Y l est, en-tonces, previendo eso en Getseman, y por eso ora tres veces:Padre mo, si es posible, pase de m esta copa; pero no sea como yoquiero, sino como t. Pero, para que la voluntad del Padre fuesehecha, el Hijo perdera el brillo de la gloria de la faz del Padre; elPadre le volvera las espaldas, por causa de ti y de m.

    Dios mo, Dios mo, por qu me has desamparado?. Entonces,no slo la cruz, sino tambin Getseman, nos muestra el profun-do amor de Cristo por nosotros y la profunda devocin de lhacia el Padre. Obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Queos amis unos a otros; como yo os he amado En esto conocern todosque sois mis discpulos.

    Los unos a los otrosHermanos, cuando vamos al Nuevo Testamento, empezando

    por las epstolas de Pablo, vemos muchas veces la mencin deesta expresin: unos a otros. Voy a citar algunos ejemplosrpidos. Si usted quiere hacer un estudio acucioso, ser muy be-neficiado por ello. Cuntas veces aparece esta expresin unosa otros en el Nuevo Testamento, y tambin la expresin mutua-mente? Porque todas esas expresiones nos hablan de las formasprcticas en que debemos amarnos unos a otros.

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    Si lo que Juan enfatiza es que somos familia de Dios, hijitosde Dios, que debemos amarnos unos a otros, entonces claramen-te el Nuevo Testamento tendr muchas expresiones prcticas deese amarnos unos a otros, para que no nos quedemos slo en elterreno de las ideas, sino tengamos una visin que sea prctica.Porque visin sin prctica nos hara visionarios, y no profetas.Entonces, hay muchos textos que se refieren a unos a otros en elNuevo Testamento. Revisemos rpidamente algunos de ellos.

    Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,prefirindoos los unos a los otros (Rom. 12:10). Si nuestro llama-miento como familia de Dios es para amarnos los unos a los otros,vea cun prctico es este asunto. Preferir en cuanto a honra, losunos a los otros, es una de las expresiones del amor de unos aotros. Estimando cada uno a los dems como superiores a l mismo(Flp. 2:3). Entonces, el amarnos los unos a los otros es prctico.

    Por tanto, recibos los unos a los otros, como tambin Cristo nosrecibi, para gloria de Dios (Rom. 15:7). No hay una expresinprctica del amor de los unos a los otros cuando no hacemosestas dos cosas. La primera de ellas, recibirnos los unos a losotros, pero no slo de una manera sentimental, sino recibirnospara gloria de Dios. O sea, como dice Efesios captulo 4, practi-car la verdad en amor.

    Debemos aplicar la verdad en la vida de los unos y los otros,para que entonces podamos vivir en una atmsfera de amor, re-cibindonos para gloria de Dios. No cubrindonos unos a otrosen cuanto a nuestros errores, sino acogindonos para gloria deDios. Todo lo que no glorifica a Dios en mi vida, no puede seraceptado por los hermanos. Porque tenemos que recibirnos losunos a los otros para gloria de Dios.

    Hace unos aos atrs, hubo un gran avivamiento espiritualen el norte de frica. Uno de los hermanos presentes en aqueltiempo se llama Roy Hession. l escribi una pequea trilogallamada El Camino del Calvario, Queremos ver a Jess y Sed LlenosAhora. En uno de sus libros, l dice que aquellos hermanos delnorte de frica, llenos del Espritu Santo, se buscaban los unos alos otros y decan as: Mi hermano, usted es tan responsable,delante de Dios, de mi vida, como yo lo soy. Entonces, todo aque-llo que en su visin no est agradando a Dios en mi vida, ustedes responsable de cuidar de m. Esa es su obligacin. Eso es ungenuino avivamiento espiritual.

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    Porque, cuando no estamos llenos del Espritu, y cuando al-guien nos toca y quizs nos hable alguna cosa acerca de nuestraesposa, nuestro primer pensamiento es el siguiente: Por qu nose preocupa de la suya? Yo cuido de la ma. Recibos los unos alos otros para gloria de Dios. Porque, mucho ms que ocupa-dos con nosotros mismos o con nuestra reputacin, nosotros es-tamos ocupados con la gloria del testimonio de Dios en su casa.

    Entonces, el resultado de una vida llena del Espritu es quenos abrimos para ser juzgados unos a otros. Juzgad todas lascosas. No juzgando a las personas, sino juzgando actitudes, ayu-dando a desvincularse de sus pecados, ayudando a mudar suestilo de vida, ayudando a cambiar sus conceptos. Nosotros nocomprendemos cunto necesita nuestra mente ser transformadapor la verdad.

    Las palabras del Nuevo Testamento: exhortacin, adverten-cia, amonestacin, tienen la misma raz, y hablan de una urgen-cia en anunciar un error con respecto a un concepto, una idea ouna conducta. Si no hicisemos esto los unos para con los otros,para dnde vamos en nuestra vida cristiana? Recibos los unos alos otros para gloria de Dios.

    Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamen-te que no usis la libertad como ocasin para la carne, sino servos poramor los unos a los otros (Gl. 5:13). Servir los unos a los otros sindar ocasin a la carne. Vea siempre la misma clave: los unos alos otros.

    Sobrellevad los unos las cargas de los otros (Gl. 6:2). Y elversculo 5: porque cada uno llevar su propia carga. Ser quela palabra de Dios se contradice? Vamos a llevar las cargas losunos de los otros o cada uno llevar su propio fardo? Ser quePablo se est volviendo loco? Hay dos palabras all en el origi-nal. En el versculo 2, la palabra para carga es un fardo pesado,grande, que usted no es capaz de cargar solo. Pero la palabrapara fardo en el versculo 5, es un paquete pequeo, un paquetecomn, aquello que usted mismo puede cargar. Entonces, la pa-labra de Dios, en lugar de contradecirse, nos ayuda en dos asun-tos: Llevar juntos las cargas pesadas que no podemos llevar so-los, pero cada uno debe aprender a llevar su propio paquete co-mn.

    Cuando nosotros estamos sufriendo, no necesitamos escribirun gran cartel que diga: Mrenme todos, estoy sufriendo. Pero

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    eso es lo que normalmente hacemos la autocompasin. Pero,cuando nos recibimos los unos a los otros, cuando llevamos lascargas los unos de los otros, no eximimos a los otros de llevarsus cargas pequeas, pero ayudamos a los otros a llevar las gran-des cargas.

    Una expresin ms, en Efesios 4:25: Por lo cual, desechando lamentira, hablad verdad cada uno con su prjimo; porque somos miem-bros los unos de los otros. Efesios 5:21: Someteos unos a otros en eltemor de Dios. Unos a otros, unos con otros, mutuamente,todos estos versculos hablan de expresiones de la prctica deamarnos los unos a los otros.

    Hebreos 10:24: Y considermonos unos a otros. La palabraconsidermonos aparece en el libro de Hebreos slo dos veces,tambin. En el captulo 3 dice: considerad al apstol y sumo sa-cerdote de nuestra profesin. Significa que nosotros fijamos untelescopio para observarlo con atencin. Pero tambin ahora, enHebreos 10:24, dice: Considermonos unos a otros. Entonces, te-nemos ese telescopio fijo en l, pero tambin fijos los unos en losotros. Para vigilar la vida de los dems? No, sino para esti-mularnos al amor y a las buenas obras.

    Santiago 4:11: Hermanos, no murmuris (juzguis) los unos delos otros. No en el sentido de juzgar actitudes, conductas o esti-los de vida, en el sentido de hacer un juicio temerario, precipita-do. No os juzguis los unos a los otros. Santiago 5:9: Herma-nos, no os quejis unos contra otros. Ms sutil: No hablis mallos unos de los otros.

    Entonces, la enseanza de la mutualidad en el Nuevo Testa-mento es tanto positiva como negativa lo que debemos hacer losunos para con los otros, y lo que no debemos hacer. Y todo eso esla expresin de amarnos unos a otros, porque esa es la visin deJuan. Somos familia de Dios, somos hijitos, debemos amarnos losunos a los otros, y en esto conocern todos que sois mis discpu-los. Que el Seor nos ayude.

    La obra del Espritu SantoHermanos, como hemos visto anteriormente, cunta necesi-

    dad tenemos de que los ojos de nuestro corazn sean abiertospara que veamos la realidad de aquello que est contenido en elSeor mismo y en sus propsitos eternos. Cun carentes somosde visin espiritual.

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    Decamos que la visin o la revelacin espiritual es una aper-tura, por el Espritu Santo, de ese gran reino de la realidad espi-ritual reunida en la persona de Cristo. Entonces, cuando Pablooraba por los efesios pidiendo que los ojos de su corazn seaniluminados, estaba testificando por el Espritu de Dios que no-sotros no podemos alcanzar las cosas de Dios por ningnequipamiento humano. El hombre natural no entiende, el hom-bre natural no acepta; mas Dios nos las revel por el Espritu.Nosotros no hemos recibido el espritu del mundo, sino el Esp-ritu que proviene de Dios, para que conozcamos aquello queDios nos ha concedido gratuitamente.

    Entonces, hemos visto algo en relacin con la casa de Dios.Hay tres aspectos principales en la visin de la casa de Dios,relacionados con el Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Qu bus-ca el Padre? Una familia de hijitos que se amen los unos a losotros. Qu busca el Hijo? Un cuerpo de muchos miembros paraexpresar Su vida. Y qu est buscando el Espritu Santo? Untemplo de piedras vivas para irradiar Su luz.

    Hermanos, cuando el propsito de Dios est consumado, esesto lo que el Dios trino obtendr en plenitud. O sea, el Padretendr una familia de hijos semejantes a su Hijo unignito. Cmosabemos eso? Romanos 8:29: Porque a los que antes conoci, tam-bin los predestin para que fuesen hechos conformes a la imagen de suHijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos. Noso-tros estamos siendo hoy, por la accin del Espritu Santo, confor-mados a ese padrn celestial que es el propio Cristo.

    Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en unespejo la gloria del Seor, somos transformados de gloria en gloria en lamisma imagen, como por el Espritu del Seor (2 Cor. 3:18). Enton-ces, esa es la intencin de Dios. El Padre obtendr una familia dehijos semejantes a su Hijo. No es eso maravilloso, hermanos?A usted le gustara vivir toda la eternidad as como est ustedahora? Cuidado con esa respuesta! Porque tenemos que vivirlos unos con los otros, por toda la eternidad.

    Entonces, nuestra gran esperanza es que, as como trajimos laimagen del terrenal, traeremos la imagen del que es celestial. Ypor qu es eso? Porque el Seor Jess es el segundo hombre, ca-beza de una nueva creacin; pero tambin es el ltimo Adn,donde todo aquello que se contrapone a los propsitos eternosde Dios fue finalmente juzgado y llevado a su fin. El ltimo Adn,pero tambin el segundo hombre, cabeza de una nueva raza.

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    En cuanto al Espritu Santo, qu obtendr l en la consuma-cin final del propsito de Dios? Un templo de piedras vivas,perfectamente ajustadas, donde l podr irradiar su luz. 1 Pe-dro 2:4-5: Acercndoos a l, piedra viva, desechada ciertamente porlos hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros tambin, comopiedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Je-sucristo. Y el versculo 9 dice que fuimos llamados para expre-sar las virtudes de aquel que os llam de las tinieblas a su luz admira-ble. Ese es el llamado con respecto al Espritu Santo.

    Lo que ya somos y lo que hemos de serHoy, nosotros ya somos todas esas cosas. Somos familia del

    Padre, somos cuerpo del Hijo y somos templo del Espritu San-to. Sin embargo, cuando llegue la consumacin final de los pro-psitos de Dios, todo eso se manifestar en plenitud. Usted com-prende esa tensin que existe en el Nuevo Testamento entre elahora y el todava no?

    Ya hablamos un poco sobre el apstol Juan. Usted recuerdalo que dice 1 de Juan 3:1? Mirad cul amor nos ha dado el Padre,para que seamos llamados hijos de Dios. Valo ahora con atencin.De hecho, lo somos. Ya somos hijos de Dios. por esto el mundono nos conoce, porque no le conoci a l. Entonces, el versculo 2dice: Amados, ahora somos hijos de Dios. Y preste atencin a laprxima frase: y an no. Usted ve la tensin ah? Ahorasomos hijos de Dios, y an no. Por qu todava no? an nose ha manifestado lo que hemos de ser.

    Qu hemos de ser? Hijos de Dios hijos maduros de Dios,hijos totalmente parecidos a su Hijo. Por eso, l no slo es revela-do en las Escrituras como el Hijo unignito, sino tambin comoel primognito entre muchos hermanos. Entonces, qu hizo Diosel Padre? l plant a su Hijo como el nico y precioso grano. Si elgrano de trigo no cae en tierra y no muere, si el grano unignitono muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

    En Hebreos 2:13 hay una expresin que cita un salmo refirin-dose al Seor Jess, cuando l dice: He aqu, yo y los hijos que Diosme dio. El captulo 1 de Hebreos est dedicado totalmente a ha-blar de la gloria del Hijo unignito. l es el resplandor de su gloria,y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas conla palabra de su poder, habiendo efectuado la purificacin de nuestros

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    pecados por medio de s mismo, se sent a la diestra de la Majestad en lasalturas, hecho tanto superior a los ngeles (Heb. 1:3-4).

    Y el captulo 2 del libro de Hebreos est dedicado a hablar dela gloria de los hijos. As que, por cuanto los hijos participaron decarne y sangre, l tambin particip de lo mismo, para destruir pormedio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, aldiablo (Heb. 2:14). Entonces, el propsito de Dios aqu es queestos muchos hijos sean hechos semejantes a su Hijo. Cun ne-cesaria es nuestra visin espiritual!

    La visin espiritual debe gobernarAmados hermanos, la visin espiritual debe gobernar. No te-

    nemos opcin ante la visin espiritual. Usted se acuerda de loscinco primeros captulos de Isaas? Este libro comienza dicien-do: Visin de Isaas acerca de Jud y Jerusaln. Isaas era unprofeta de Dios; l tena una palabra con respecto a Jud y Jeru-saln, tena un ay! para muchos de los habitantes de Jud y Je-rusaln. Ay de ste, ay de aquel, ay de aquel otro! Vea el captu-lo 5 de Isaas.

    Pero, cuando comienza el captulo 6, l dice: En el ao quemuri el rey Uzas, vi yo al Seor. Ahora no es la visin de Isaasacerca de Jud y Jerusaln, sino la visin de Isaas con respectoal Seor. Y cuando l vio al Seor, qu dijo? Habla de Su gloria,habla de los serafines volando a su alrededor con aquellas seisalas, y de aquella voz que deca: Santo, santo, santo. Y, en se-guida, l tiene un ay! para s mismo. Ay de m! que soy muerto;porque han visto mis ojos.

    Ahora no es una palabra acerca de Jud y Jerusaln; ahoraIsaas ya no es un predicador para el pueblo, pues sus ojos hanvisto la gloria de Aquel que es santo. Ay de m! que soy muerto;porque han visto mis ojos al Seor. En seguida, est la desespera-cin de Isaas. l ve a un serafn que toma una brasa del altar. Enla tipologa bblica, el altar siempre habla de la cruz. Entonces,cuando sus labios son tocados por aquella brasa, l oye una vozque dice: A quin enviar, y quin ir por nosotros? (Is. 6:8).

    Isaas haba ya dado cinco captulos de profeca, pero estecaptulo 6 es un parntesis de su historia con el Seor; porqueninguno de nosotros puede ser realmente un siervo, a no ser quetenga una visin clara de estos tres asuntos. En primer lugar,han visto mis ojos al Seor, en segundo lugar, nos vemos a noso-

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    tros mismos como realmente somos, y en tercer lugar, la visindel altar y sus provisiones. La visin de la santidad de Dios, lavisin de nosotros mismos y la visin de las provisiones del al-tar.

    Slo despus de eso, fue oda aquella voz: A quin enviar, yquin ir por nosotros?. E Isaas dice: Heme aqu, envame a m.De la misma manera, el Seor trabaj en los tiempos del NuevoTestamento en las vidas de Juan, Pablo y Pedro, y equip de unamanera espiritualmente particular para que ellos vieran con cla-ridad aspectos particulares relacionados con la casa de Dios.

    Entonces, el nfasis de Juan es la familia, los hijitos, y el amorde unos a otros. El nfasis de Pablo es el cuerpo de Cristo, uncuerpo de muchos miembros, para que el Hijo pueda expresarsu vida. Y el nfasis de Pedro es el templo espiritual constituidode piedras vivas, y no slo piedras vivas, sino piedras vivas ajus-tadas, yuxtapuestas, para que las virtudes de aquel que nos lla-m de las tinieblas puedan ser manifestadas.

    El corazn de JuanTodava ms, un pequeo complemento a lo que ya habla-

    mos sobre Juan. Cuando el Seor Jess ascendi a los cielos des-de el monte de los Olivos, el corazn de Juan se transform en elcorazn de una viuda, porque ahora l no podra ver ms la fazde su amado Seor. Juan no tuvo ms descanso. Toda su largavida fue vivida tomando la cruz da a da.

    Cuando escribe su libro sobre la revelacin, en Apocalipsis18:7, al hablar sobre la Babilonia apstata, l muestra cmo elespritu de aquella se apart del Seor. Ella se dice a s misma:Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no ver llanto. Uste-des perciben el contraste entre esa Babilonia apstata que se apar-t del Seor, y aquel espritu que haba en el corazn de Juan,representando l mismo a toda la iglesia. La iglesia es viuda; ellano est sentada como reina, sino como sierva, y ella experimentael llanto, hasta que el Seor venga. Bienaventurados los que llo-ran, porque ellos recibirn consolacin (Mat. 5:4).

    Cuando el Seor Jess ascendi desde el monte de los Olivos,Juan no encontr ms reposo, hasta que sus ojos pudieron ver alSeor. Entonces, escribi primero el Apocalipsis y despus suevangelio, en orden cronolgico. Y como veamos antes, su evan-gelio est lleno de amor; porque donde hay amor, hay memoria.

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    Entonces Juan deja esos registros tan especficos con respecto ala vida del Seor.

    Cuando Judas niega al Seor, en la ltima cena, Juan escribeen el captulo 13 que Jess dio a l el bocado mojado. Y Juanregistra entonces que Judas luego sali. Y luego coloca unapausa, y dice as: y era ya de noche. Y un punto nuevamente.La memoria de Juan es tan precisa, porque el Seor es todo sutesoro, es toda la atraccin de su corazn. Entonces, Juan fue elvaso escogido para hablar del amor entre los hijitos. Que os amisunos a otros; como yo os he amado, que tambin os amis unos a otros.En esto conocern todos que sois mis discpulos (Juan 13:34-35).

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    Ahora hablaremos un poco sobre el segundo vaso escogi-do de Dios, para darnos de una manera muy especial laclaridad con respecto a la visin del cuerpo. Ese vaso esSaulo de Tarso.

    Observe lo que dice el versculo 1 de Hechos captulo 9: Saulo,respirando an amenazas y muerte contra los discpulos del Seor, vinoal sumo sacerdote. Este es el vaso que el Seor escogi. La pa-labra muerte, como se registra aqu, en su trmino original,tiene un sentido no slo de muerte sino de un asesinato violento.Y la palabra respirando se refiere a un gran toro irritado, conlas ventanas de sus narices abiertas y furioso. Ese era Saulo, res-pirando amenazas y muerte violenta contra los discpulos delSeor.

    Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuidacon ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por voso-tros, que hubiramos querido entregaros no slo el evangelio de Dios,sino tambin nuestras propias vidas; porque habis llegado a sernosmuy queridos (1 Tes. 2:7-8). Aqu la idea es una nodriza, aquellaque cuida; la palabra que aparece all es aquella que acaricia asus propios hijos. A qu hijos se refiere Pablo aqu? A los disc-pulos del Seor, su iglesia. Aquel Saulo que respiraba amenazasy muerte, es este Pablo, que ahora es una nodriza que acaricia asus hijitos.

    Qu cambio, qu mudanza maravillosa! Dnde est la res-puesta a esto, hermanos? Porque el amor de Cristo nos constrie,pensando esto: que si uno muri por todos, luego todos murieron; y portodos muri, para que los que viven, ya no vivan para s, sino paraaquel que muri y resucit por ellos (2 Cor. 5:14-15). La palabra

    2LA VISIN DE PABLO

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    constreir, aqu, significa amarrar a un preso con cadenas y lle-varlo arrastrando. Pablo est diciendo que l fue hecho un cauti-vo, un esclavo del amor de Cristo. Entonces, la diferencia entreSaulo y Pablo est en ese amor de Cristo.

    Por eso, l dice en Romanos 8: Quin nos separar del amor deCristo? Ninguna cosa nos podr separar del amor de Dios, que esen Cristo Jess Seor nuestro. Entonces, vemos que la visin dePablo con respecto al Hijo y a los hijos, la visin de Pablo respec-to del cuerpo de Cristo, es tan precisa y tan cautivante; porque lve ese nuevo hombre, de la nueva creacin.

    Una visin impresa en el esprituY cuando nosotros hablamos de ver, no es algo que compren-

    demos con la mente. Recuerden, cuando l escribe en 2 Corintioscaptulo 12: Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce aos(si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no lo s; Dios lo sabe) fue arrebatadohasta el tercer cielo donde oy palabras inefables. Entonces, lavisin espiritual es algo que se imprime en nuestro espritu; noes algo que comprendemos con nuestra mente. Hay mucho denuestra visin espiritual que no comprendemos con la mente,pero que est impresa en nuestro espritu.

    Hermano, usted ya pens cmo es que Moiss pudo descen-der de aquel monte despus de cuarenta das, sin ningn ma-nual de gua, pero pudo describir la planta del tabernculo contodos aquellos minsculos detalles? Usted piensa que la me-moria de Moiss era muy buena? Es mucho ms que eso. Aquelmodelo del tabernculo, esa visin, fue impresa en el espritu deMoiss, de modo que todos aquellos detalles estaban all, y en-tonces l poda ser muy preciso con relacin a los materiales usa-dos, las piedras, las cortinas, porque algo fue impreso en su es-pritu.

    Me gustara que ustedes considerasen esto, porque nosotrosnecesitamos ser una y otra vez tocados por el Seor con respectoa la visin espiritual. Muchas veces, nuestro caminar se rige mspor lo que est en nuestra mente que por aquello que est impre-so en nuestro espritu. El camino del Seor para imprimir algoen nuestro espritu debe pasar primero por la mente, pero mu-chas veces slo es retenido por la mente, y entonces entramos enun engao muy grande, porque pensamos que, porque ya escu-chamos o ya lemos, ya estuvimos en muchas conferencias, en-

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    tonces ya comprendemos aquel asunto; pero esto an no es paranosotros una realidad espiritual.

    El lenguaje espiritualY la iglesia no es un seminario. Los asuntos de la iglesia no

    son acadmicos, sino espirituales. Por eso, en 1 Corintios 2, Pa-blo dice que el (hombre) espiritual juzga todas las cosas (v. 15). ldice que nosotros acomodamos lo espiritual a lo espiritual (v. 13).El sentido exacto de ese versculo es que nosotros interpretamoslas cosas espirituales en un lenguaje espiritual. Este versculo 13es muy importante. lo cual tambin hablamos, no con palabrasenseadas por sabidura humana, sino con las que ensea el Espritu entonces, no es un conocimiento intelectual, sino un conocimientoespiritual, acomodando lo espiritual a lo espiritual.

    Parece que en nuestras versiones en portugus y en espaol,esta frase no tiene mucho sentido, porque la traduccin es defi-ciente. El sentido exacto aqu, entonces, es: interpretando lascosas espirituales con un lenguaje espiritual. Ustedes se dan cuen-ta que, lo que el Espritu Santo quiere hacer con nosotros comovasos de l, nos da la capacidad de interpretar la revelacin es-piritual con un lenguaje espiritual, colocando en palabras aque-llo que es la revelacin, la visin impresa en nuestro espritu.

    Hermanos, este es un asunto muy prctico. Cuntos de no-sotros encontramos dificultades al compartir la palabra de Diosunos a otros? Usted trata de explicar algo que en su espritu com-prende, pero usted no tiene un lenguaje espiritual, no es ver-dad? El ministerio del Espritu Santo, entonces, es traducir larevelacin espiritual en lenguaje espiritual. Para esto, nosotroscarecemos de espritu de sabidura y de revelacin. Esta no esuna opcin. O tenemos el Espritu Santo como espritu de reve-lacin, o clamamos a Dios por revelacin, o tocamos la realidadespiritual... o no tenemos nada. Ser slo doctrina, y tal vez unadoble condenacin. Que el Seor tenga misericordia de noso-tros.

    La experiencia de PabloEntonces, cuando el Seor separa a aquel vaso, Saulo de Tar-

    so, l lo va a usar para escribir trece epstolas. Y Saulo pas, ensu historia con el Seor, como a travs de las cuatro estacionesdel ao: primavera, verano, otoo e invierno. Es interesante, her-

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    manos, que en la primavera de la vida de Pablo, l escribi dosepstolas: 1 y 2 a los Tesalonicenses. Despus, en el verano desu vida, escribi cuatro epstolas: 1 y 2 a los Corintios, Roma-nos y Glatas. Pueden percibir que esas epstolas son fuertes.Con respecto a su crecimiento espiritual, Pablo estaba en el vera-no de su historia con el Seor. Estaba ministrando correccin alas iglesias.

    Pero, despus del verano, llegamos al otoo. En el otoo desu vida, Pablo estaba en prisin. Su ministerio ya no tena unaamplitud geogrfica; l se estaba derramando para el Seor, con-finado en una celda. Y l escribe cuatro epstolas preciosas:Efesios, Colosenses, Filipenses y Filemn. Y luego, en la ltimaestacin, el invierno, al final de su vida, l escribe tres epstolas:1 Timoteo, Tito y 2 Timoteo.

    En 2 a Timoteo, l dice as: Apresrate a venir antes delinvierno. Pablo estaba pasando el invierno de su historia con elSeor. l sera martirizado poco tiempo despus. Por eso l ex-horta a Timoteo: Lo que has odo de m ante muchos testigos, estoencarga a hombres fieles que sean idneos para ensear tambin a otros(2:2). Entonces l coloca esa secuencia de cuatro eslabones: Loque has odo de m (Pablo) esto encarga (Timoteo) a hombres fielesque sean idneos para (ellos) ensear tambin a otros. Porque lacarga de Pablo por el evangelio era que esa transmisin de larevelacin de Dios pudiese ser clara, inequvoca, y que nada seperdiese.

    La expresin de la vida del CuerpoEntonces, hermanos, me gustara, en esta parte final, abordar

    un poco las epstola a los Efesios y a los Filipenses, para queveamos cmo el Seor us a Pablo en este asunto de expresar lavida del cuerpo.

    y someti todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobretodas las cosas a la iglesia (Ef. 1:22). Vean cmo Pablo define ala iglesia aqu, porque estamos viendo que el nfasis de Pablo escon respecto al cuerpo del Hijo, un cuerpo con muchos miem-bros, para expresar Su vida. Entonces, l define a la iglesia as:la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lollena en todo (v. 23).

    Nosotros sabemos que en la palabra de Dios no hay divisinen captulos ni en versculos. Entonces, seguimos al captulo 2

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    inmediatamente. Y Pablo va a mostrar, entonces, la naturalezade la iglesia, a partir del captulo 2. Y aqu de nuevo hay unadeficiencia en las traducciones, porque l no comienza con unnfasis positivo, diciendo: Y l os dio vida a vosotros. Esa fraseno aparece aqu; va a aparecer despus, recin en el versculo 5.En mitad del versculo 5, dice: nos dio vida juntamente con Cris-to.

    Entonces, el versculo 1 comienza con un nfasis negativo,que comienza as: Estando vosotros muertos en delitos y pecados,y luego habla sobre la esclavitud de la carne y la esclavitud delos pensamientos. Y en el versculo 4, l coloca esa conjuncin:Pero. Ese Pero maravilloso. Pero Dios, que es rico en mi-sericordia, por su gran amor con que nos am, nos dio vida juntamentecon Cristo.

    Entonces, hermanos, en primer lugar, desde el versculo 1 al3, Pablo nos ayuda a ver cul es el material que Dios us paraconstituir ese cuerpo de Cristo. Y ese material somos nosotros.l busc ese material en el tarro de la basura. Los mejores denosotros, si es que as podemos decirlo, fuimos buscados en eltarro de la basura; esclavos de pasiones y placeres, haciendo lavoluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturalezahijos de ira.

    Somos hechura de DiosPero Dios. Entonces, l va a hablar de esa vida de unin

    con Cristo, juntamente con Cristo. Y en el versculo 10 de estecaptulo 2, l concluye as: Porque somos hechura suya. No s sies as en espaol, pero en el portugus hay dos palabras muysemejantes. Una es feitura (hechura) y la otra es feiura (fealdad).Entonces, a nosotros, que ramos feiura, l nos hizo feitura. Esat fue colocada all. Nosotros ramos la fealdad, y ahora somosla hechura.

    La palabra hechura, en el original, es poiema (poema). Poe-ma es aquello que fluye de lo ms ntimo. Somos una hechura del. Con sus propias manos, l ha escrito nuestra historia y nues-tra vida. Por eso, Pablo les dice a los corintios: Vosotros sois nues-tras cartas, escritas en nuestros corazones no con tinta, sino con elEspritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carnedel corazn (2 Cor. 3:2-3). Nosotros, los cristianos, leemos la Bi-blia; pero la Biblia que el mundo lee son los cristianos.

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    Entonces, a medida que la obra del Espritu de Dios va escri-biendo en nosotros esa hechura, transformados de gloria en glo-ria a su propia imagen, el Hijo encuentra expresin en Su cuer-po. l lo podra hacer todo solo. l no necesitaba de nosotros. UnDios que necesita no es Dios; un Dios que tiene necesidades noes Dios. l no nos salv porque necesitaba salvarnos; l no nece-sitaba de nosotros. A veces pensamos que, cuando nos salv, lse prest un favor a s mismo. Cunto talento l compr en nues-tras vidas!.

    Sin embargo, en portugus, nosotros tenemos de nuevo dospalabras. Una es talento, y la otra es ta lento, o est lento.Y nosotros ramos eso: ta lento. Entonces, l nos compr porsu gracia, y nos constituy su hechura. Usted recuerda 1Corintios captulo 1? Pablo dice as: no sois muchos sabios se-gn la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles. Pero l es-cogi cosas dbiles, cosas despreciables, humilladas, cosas queno son. Eso somos nosotros. Nosotros no somos, pero l nos es-cogi, para avergonzar a las cosas que son, a fin de que nadie sejacte en su presencia. Mas por l estis vosotros en Cristo Jess, el cualnos ha sido hecho por Dios sabidura, justificacin, santificacin y re-dencin; para que, como est escrito: El que se glora, glorese en elSeor.

    Entonces, esta es su hechura. Nosotros estamos involucradosen el hecho ms importante que est aconteciendo en todo eluniverso la hechura de Dios. Nosotros estbamos alienados,muertos, esclavos. l compr ese material, lo coloc en su Hijo,y estamos siendo edificados juntos, para que un da seamos ex-puestos a los ojos de principados y potestades, para que ellos seasombren y vean lo que Dios hizo con hombres miserables comonosotros: para que la multiforme sabidura de Dios sea ahora dada aconocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en loslugares celestiales, conforme al propsito eterno que hizo en Cristo Je-ss nuestro Seor (Ef. 3:10-11).

    Entonces, esta es la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitudde Aquel que todo lo llena en todo. Pero, hermanos, nosotros noslo somos aquel material que l compr para su hechura ser elmaterial ya es una cosa grande para nosotros, que estbamos enel tarro de la basura, sino que l tambin nos transform encolaboradores. No slo el material con el cual l edifica, sino co-laboradores de su edificacin. Qu cosa maravillosa!

    Por eso, en Efesios 4:16, Pablo dice: todo el cuerpo, bien con-

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    certado y unido entre s por todas las coyunturas que se ayudan mutua-mente, segn la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimien-to para ir edificndose en amor. Entonces, no somos slo el mate-rial, sino que somos colaboradores.

    La experiencia cristiana normalAhora, al considerar la epstola a los Filipenses, me gustara

    dividirla en cuatro partes. Filipenses tiene cuatro captulos, ycada uno de ellos nos da un nfasis especial con respecto a Cris-to. En primer lugar, la epstola a los Filipenses tiene un temamuy definido. La palabra clave de esta carta es gozo; pero eltema de ella pienso que puede ser descrito como la experienciacristiana normal. Pienso que todos nosotros concordamos en queel libro de Romanos es la vida cristiana normal, y la epstola alos Filipenses es la experiencia cristiana normal. Entonces, va-mos a meditar rpidamente con respecto a ella.

    Cul es la experiencia cristiana normal? Es el transbordar,en cualquier circunstancia, de la vida, naturaleza y mente deCristo, viviendo en nosotros. Esa es la experiencia cristiana nor-mal. Un desbordar, un derramar, de la vida, la naturaleza y lamente de Cristo, viviendo en nosotros. Filipenses 1:21 dice: Param el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.

    El captulo 1, entonces, tiene como nfasis que Cristo es nues-tra vida. El primer paso para entrar en la experiencia cristiananormal, el primer paso para que el Hijo tenga expresin de suvida a travs del cuerpo es: Cristo es nuestra vida. No nuestrateora, nuestra filosofa, nuestra doctrina, sino Cristo es nuestravida. Tambin Colosenses 3:4 dice esto: Cuando Cristo, vuestravida, se manifieste, entonces vosotros tambin seris manifestados conl en gloria. Entonces, en el captulo 1, Cristo es nuestra vida.Ah comienza la experiencia cristiana normal.

    Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambin en CristoJess (2:5). El nfasis en el captulo 2 es que Cristo es nuestramente. La palabra mente, pensamiento, y sus derivados, aparecedoce veces en la epstola a los Filipenses. Es una de las palabrasclaves de esta epstola. Haya, pues, en vosotros la misma menteque hubo tambin en Cristo Jess.

    Una de nuestras dificultades y luchas en la vida de la iglesiaes que nosotros pensamos que la mente de uno debe ser impresasobre la mente de otro; las ideas de la mente de uno deben pre-

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    valecer sobre la mente del otro. Pero la clave de la experienciacristiana normal es que Cristo es nuestra mente. Aquel que sevaci a s mismo. No fue despojado por el Padre. En los versculossiguientes, dice que l se despoj, l se humill, y fue obediente has-ta la muerte. Y tambin dice despus: Por lo cual Dios tambin leexalt.

    Por qu Dios le exalt? Porque l se despoj, porque l sehumill. Por eso, Pedro nos dice: Humillaos, pues, bajo la podero-sa mano de Dios, para que l os exalte cuando fuere tiempo (1 Pedro5:6). Tengan ustedes la misma mente que hubo en Cristo. En-tonces, en este captulo tan precioso, l va a citar a dos herma-nos: Timoteo y Epafrodito. Y va a hablar cosas impresionantescon respecto a estos dos siervos. A travs de ellos, Pablo va adecir, usando mis palabras: A travs de Timoteo y Epafrodito, seexpresa la mente de Cristo. l dice con respecto a Timoteo:pues a ninguno tengo del mismo nimo, y que tan sinceramente seinterese por vosotros. Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que esde Cristo Jess. (Flp. 2:20-21). Usted se acuerda?

    Y despus, l va a hablar de Epafrodito, diciendo queEpafrodito estuvo enfermo, a punto de morir, y que l sentanostalgia de los hermanos de su iglesia de origen. Y cuandoEpafrodito se enferma, en lugar de estar preocupado de sus do-lencias, l est preocupado por la iglesia de los filipenses, por-que la iglesia supo que l estaba enfermo, y entonces l estabaangustiado. l no se preocupaba por su enfermedad, sino por laangustia de la iglesia con respecto a l. Esa es la mente de Cristoen sus hijos.

    Cristo es nuestra mente. La mentalidad de Cristo necesita serformada en nosotros. Nunca entraremos a esa experiencia cris-tiana normal de otra manera. El Hijo no podr expresar su vidaa travs de su cuerpo de otra manera. La mente de Cristo tieneque ser formada en nosotros, y slo hay un camino para eso elcamino de la cruz.

    El tercer nfasis. Filipenses 3:12. prosigo a la meta, al premiodel supremo llamamiento de Dios en Cristo Jess. El nfasis en elcaptulo 3 es que Cristo es nuestra meta. En el captulo 1, Cristoes nuestra vida; captulo 2, Cristo es nuestra mente, y en el cap-tulo 3, Cristo es nuestro blanco, nuestra meta. En el versculo 8de este captulo 3, Pablo dice que considera todo como basura,para ganar a Cristo. Ganar a Cristo. Cristo es nuestro blanco.Conocerle es nuestra meta; las riquezas insondables de Cristo.

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    Conocer a Cristo no slo es un ministerio para la vida terre-nal, sino por toda la eternidad. Es nuestro ministerio aqu, y sernuestro ministerio por toda la eternidad. Nunca agotaremos aCristo. Nunca podremos poner a Cristo en una mesa de cirugay decir: Ya conozco todo; porque l es infinito, inescrutable. Cris-to es nuestro blanco.

    Aprendiendo de CristoY, para concluir, el captulo 4. En el versculo 10, Pablo agra-

    dece la ofrenda que los filipenses le enviaron. En los versculos11 a 13, l dice as: No lo digo porque tenga escasez, pues he apren-dido. Vean esta parte. (Yo) he aprendido. l no aprendiesto cuando el Seor lo derrib en el camino a Damasco; l loaprendi conociendo a Cristo; aprendi esto en la intimidad deCristo, como discpulo y siervo de Cristo.

    He aprendido. Quisiera que nosotros pudiramos hablarde la misma manera. he aprendido a contentarme, cualquiera quesea mi situacin. Ahora, vea aqu, lo que es hecho de una formatan bella. Dos pares de palabras. l dice: S tener abundancia(y) padecer necesidad. Aprend a tener honra, y tambin a serhumillado1. Vamos a pensar un poco sobre estos dos pares.

    Hay una oracin de Agur registrada en Proverbios captulo30. l dice as, orando a Dios: No me des pobreza ni riquezas;mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga:Quin es Jehov? O que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre demi Dios (Prov. 30:8-9). Entonces, estos dos polos, abundancia ynecesidad, son dos pruebas tremendas. Ninguno de nosotrospuede ser aprobado en esta prueba, a menos que Cristo sea nues-tra vida, nuestra mente y nuestra meta. Entonces l podr sernuestro todo.

    Entonces, cul es la prueba relacionada con la abundancia?Cuando nosotros experimentamos la abundancia, tendemos aconfiar en ella. Autosuficiencia. La abundancia es una gran prue-ba. Pablo escribe en 1 Timoteo captulo 6: A los ricos de este siglomanda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas.Porque la prueba de la abundancia es esa autosuficiencia.

    Y cul es la prueba relacionada con la escasez o la pobreza?Es la murmuracin. Cuando nosotros, en nuestra vida cristiana,

    1 Esta cita de la versin en portugus no aparece en la versin Reina-Valera1960, ni en otras versiones en espaol.

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    experimentamos tiempos de necesidad o de pobreza, la primeratentacin es la murmuracin. Por qu Dios le concedi eso aaquel hermano? Por qu Dios me cierra las puertas a m? Y co-menzamos a cuestionar el amor y la justicia de Dios. La murmu-racin. Sin embargo, Pablo dice: He aprendido a contentarme.Cuando tena abundancia, l no se volva autosuficiente; y cuan-do tena escasez, no murmuraba.

    El segundo y ltimo par de palabras. l dice: Aprend a serhonrado y tambin a ser humillado. Tambin son dos polos. EnProverbios se dice que el hombre es probado por las honras querecibe. Porque la honra es una gran prueba. Todas las veces quesomos honrados, tendemos a mirarnos a nosotros mismos en bus-ca de algn valor, y nuestro globo se va inflando. Y Dios, en sumisericordia, rpidamente provee espinas para pinchar nuestroglobo, porque si no, nos hincharamos como un enorme globo.

    La honra es una prueba tremenda. Pero Pablo dice: Yo s serhonrado, sin ensoberbecerme. Hermanos, la soberbia es un pe-cado espiritual sutil. La soberbia anda junta con nuestro creci-miento espiritual. Nosotros crecemos espiritualmente, y la so-berbia est aqu al lado, acompandonos. Todo el camino, has-ta el final, ella nunca nos va a dejar. Y sabe lo que nos va dicien-do? Mira cmo ests creciendo espiritualmente; mira cmo es-ts siendo ms til para el Seor; mira cmo los otros te admi-ran, mira cun necesario eres!. Esa es la voz de la soberbia.

    Entonces Pablo dice: Yo aprend a ser honrado, porque lahonra es una gran prueba. Pero aqu dice tambin: Aprend aser humillado. S vivir humildemente. Porque esa es otra prue-ba tremenda. Cuando somos humillados, la tendencia es la de-presin. Nos miramos a nosotros mismos, con una capa de falsaespiritualidad, diciendo: No soy nada; no sirvo para nada. Mesiento en el ltimo lugar, cruzo mis brazos y bajo mi cabeza, paraque todos me miren y vean cun miserable soy.

    Pablo dice: Yo s ser humillado, sin dar lugar a esa depre-sin. Hermanos, eso es madurez cristiana, y esta es la experien-cia cristiana normal. Slo as la vida del Hijo puede ser expresa-da en su Cuerpo. No est claro eso? Si no pasamos por la abun-dancia y la escasez (en Cristo), por la honra y la humillacin (enCristo), Cristo no puede ser expresado en su Cuerpo. Nosotrosvamos a expresar nuestras reacciones a todo eso, y todas ellasson negativas; todas ellas hablan de nosotros mismos, y no de loque Cristo es.

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    Si usted se va a hacer un examen del corazn al cardilogo, sisu salud est muy buena su electrocardiograma muestra ondasaltas y ondas bajas: onda P, onda Q, onda R y ondas alfa. Enton-ces, cuando usted est bien vivo y saludable, usted vive tiemposen el monte de la transfiguracin y tiempos en el valle de la de-presin. Pero estos son apenas los dos polos de la vida de nues-tro propio yo.

    Es necesario que vivamos una vida constante en Cristo, quemuramos a nosotros mismos. Porque, si estamos muertos, nues-tro electrocardiograma ser una lnea recta. No es as? Pero,porque estamos tan vivos, nuestro yo est tan vivo, vivimos unavida tan alta y tan baja, pero en nosotros mismos. Honrados yhumillados, en abundancia y en escasez. A no ser que aprenda-mos la vida oculta con Cristo en Dios, no podremos expresar laconstancia de Cristo.

    Entonces, la nica forma en que el Hijo puede expresar suvida a travs de su Cuerpo, es: Ya no vivo yo, mas vive Cristo enm. Y esta no es una experiencia automtica. El Seor nos con-ducir, circunstancia tras circunstancia, para que lo experimen-temos a l como nuestra vida, nuestra mente, nuestra meta, yfinalmente nuestro todo. Cristo es nuestra vida, Cristo es nues-tra mente, Cristo es nuestra meta, y finalmente Cristo es nuestrotodo. Por eso en Filipenses 4:13, l dir: Todo lo puedo en Cristoque me fortalece. Vea esa palabra: Todo. Todo lo puedo en aquelen unin con aquel que me fortalece.

    Entonces, hermanos, el Seor nos ayude a ver, por nuestroespritu, esta realidad con respecto a la casa de Dios. Cmo lus a Pablo para expresar estas verdades de una manera tanmaravillosa! Y ms que eso, que l nos d aliento paraadentrarnos ms profundamente en la realidad de la experien-cia cristiana normal. Nosotros somos el Cuerpo del Hijo, un cuer-po de muchos miembros, para que l pueda expresar su propiavida a travs de nosotros, una vida que no puede ser derrotada.

    Cristo tiene ese carcter de alteridad 2. l es otro. Cuando no-sotros somos dbiles, l no es dbil; si nosotros somos necios, lno es necio; si somos insuficientes, l no es insuficiente. Nuestroproblema es que vivimos en nosotros y por nosotros. Que el Se-or nos ayude a ver esto y a experimentarlo con ms claridad,para gloria de su nombre.

    2 Alteridad. Otredad, condicin de ser otro (Diccionario RAE).

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    El Padre obtendr lo que se propusoHemos visto, con relacin al asunto de la casa de Dios, cmo

    el Dios trino, desde la eternidad, previ obtener algo para supropio placer y satisfaccin. Cuando Dios obtiene algo para supropio placer y satisfaccin, significa que todos aquellos que es-tn involucrados en su proyecto obtendrn igualmente realiza-cin y satisfaccin, porque la norma de vida de la Trinidad esdar. Y, cuando Dios se reparte a s mismo, todos aquellos queson objeto de esa reparticin entran en su propio gozo y realiza-cin. Este es nuestro mayor privilegio.

    Entonces, podemos ver que, desde la eternidad, el Dios trinoplane que l, siendo Dios el Padre, obtendra para s una fami-lia de hijitos que se amasen unos a otros con el mismo amor conque l nos ama. Y esa familia de hijos sera hecha semejante a suamado Hijo unignito. Nada se podr interponer a ese propsi-to eterno. Romanos 8 dice que a los que predestin, a stos tambinllam; y a los que llam, a stos tambin justific; y a los que justific,a stos tambin glorific.

    Entonces, nuestra confianza es que todo lo que est estableci-do desde la eternidad en la Trinidad ser cabalmente expresadoen nuestras vidas. El Padre obtendr su familia de hijos seme-jantes a su Hijo unignito, para que l sea el primognito entremuchos hermanos (Rom. 8:29). Muchos semejantes a l mismo.

    Tambin hemos visto cmo el Hijo, como miembro de la Tri-nidad, el Hijo eterno engendrado del Padre eterno, obtendr paras un cuerpo. Porque l es el grano de trigo que cay en tierra ymuri, y con eso produjo mucho fruto. Vosotros, pues, sois el cuerpode Cristo, y miembros cada uno en particular (1 Cor. 12:27). Enton-ces, a travs de ese Cuerpo, la propia Cabeza podr encontrarun canal para expresar su propia vida.

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    Piedras vivas y piedras ajustables

    El Espritu Santo, como el tercer miembro del Dios trino,obtendr para s un templo de piedras vivas, a travs delcual l podr irradiar su luz. Nosotros somos esas piedrasvivas. Esta vez nos abocaremos a enfatizar el proceso de trans-formacin de estas piedras. Porque el deseo de Dios no es sloque seamos piedras que viven, sino piedras ajustables en el tem-plo espiritual.

    Hay mucha diferencia entre una piedra viva y una piedraajustable. Porque la piedra viva necesita pasar por un procesode ajuste para encajar en ese templo espiritual. Y quien ms va aayudarnos en esto es el apstol Pedro. Recuerden que su mismonombre significa piedra. Y es l quien dice en su epstola: vo-sotros tambin, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritualy sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Diospor medio de Jesucristo (1 Pedro 2:5).

    Aquel que es la piedra angular, que fue desechada, CristoJess, ha venido a ser la piedra del ngulo, la piedra fundamen-tal, sobre la cual muchas otras piedras, no slo como piedrasvivas, sino como piedras transformadas, ahora pueden ser ajus-tadas y edificadas juntas, para que Dios obtenga no slo un mon-tn de piedras, sino una casa.

    As como hay una enorme diferencia entre un montn de pie-dras y una casa, tambin hay mucha diferencia en cuanto a noso-tros, entre ser piedras vivas y piedras ajustables. Y el camino delSeor para producir piedras ajustables es la obra de la cruz. En-tonces, tomaremos la vida de esta piedra (Pedro), y veremos cmoel Seor trabaj esa piedra viva, hasta que fue una piedra preciosa.

    3LA VISIN DE PEDRO

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    Creciendo de diez a ceroNormalmente, nosotros pensamos que el crecimiento espiri-

    tual es algo que va de cero a diez; pero, en realidad, el crecimien-to espiritual es algo que va de diez a cero. Cuando tenemos unacongregacin con trescientas personas, y todos son diez, si ustedmultiplica 300x10, tendr 3.000. Tres mil problemas, porque no-sotros somos diez. Entonces, el proceso del Seor es reducirnosde diez a cero. Es necesario que l crezca, pero que yo menge (Juan3:30). Ya no vivo yo, mas vive Cristo en m (Gl. 2:20). La obra delSeor, de reducirnos de diez a cero; es la obra de la cruz. Y pien-so que pocos personajes en la palabra de Dios ilustran esto conms exactitud que Pedro. Pedro es esa piedra, transformada degloria en gloria en Su propia imagen.

    Antes de entrar con ms detalle en este asunto, vamos a verun resumen. En el texto de Juan 13:33-35, que ya lemos, el Seorenfatiza la necesidad de amarnos unos a otros como l nos am.l nos am hasta el fin. Tambin vimos, en relacin a Pablo, cmoese cuerpo de muchos miembros va a expresar Su vida, y cita-mos 1 Corintios 12:27: Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, ymiembros cada uno en particular.

    La experiencia de la vida de PedroAhora enfatizaremos el tercer aspecto, viendo algo relacio-

    nado con esta obra de la cruz en la vida de Simn Pedro. Vea-mos, en Juan captulo 1, el primer encuentro del Seor Jess conPedro. Sabemos que esos primeros encuentros del Seor Jessson un marco para aquellos que son hallados. Cuando Juan en-contr al Seor por primera vez (Juan 1:35-39), en la experienciade Juan, l fue invitado a ir a la casa del Seor y permanecer conl. Aquella era la hora dcima, y ellos se quedaron con el Seor.Por eso Juan habla de unin, habitacin y comunin.

    Tambin recordamos el primer encuentro del Seor con Pa-blo. ste hizo al Seor dos preguntas. La primera: Quin eres,Seor?, y la segunda: Seor, qu quieres que yo haga?. En aquelprimer encuentro, dos verdades quedaron muy claras para Pa-blo. Cuando l pregunt: Quin eres, Seor, l vio que Jess esJehov encarnado. Y cuando el Seor le dijo: Yo soy Jess, a quient persigues, l percibi que, cuando tocaba a los discpulos delSeor con furia y sentimientos de muerte, l estaba tocando alSeor mismo. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo. Nadie vioesto con ms claridad que el apstol Pablo.

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    Y ahora tenemos aqu el primer encuentro del Seor con Pe-dro; en realidad, con Simn. Juan 1:40-42: Andrs, hermano deSimn Pedro, era uno de los dos que haban odo a Juan, y haban se-guido a Jess. Este hall primero a su hermano Simn, y le dijo: Hemoshallado al Mesas (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jess. Ymirndole Jess, dijo: T eres Simn, hijo de Jons; t sers llamadoCefas (que quiere decir, Pedro).

    Hay dos cosas importantes aqu. Primero, estas dos posicio-nes: t eres y t sers. Qu preciosas palabras del Seor paraPedro! Primero, afirma lo que Pedro es en s mismo. El nombreSimn, en el original, significa inestable. Eso es Simn inestable.Pero l no slo oy al Seor decir: T eres, sino tambin aquelmaravilloso: T sers llamado Cefas, que quiere decir una piedra.

    Pienso que esto es algo completamente inimaginable paraPedro. l no tena la menor idea de lo que el Seor hara con l.Pienso que, cuando el Seor lo llam, l imagin que el Seorhaba hallado para su colegio de discpulos un gran talento. Porqu sabemos esto? Porque Pedro da siempre sus ideas y opinio-nes sobre todo. l conoce todo, es experto en los caminos delSeor; l sabe lo que el Seor debe hacer y lo que no debe hacer,sabe la hora en que el Seor lo debe hacer y la hora en que elSeor no lo debe hacer. Entonces, a la verdad, el que discipulaaqu debera ser Pedro y el discpulo sera el Seor.

    Pedro no tena la menor idea de lo que el Seor hara con l.Mas, esa maravillosa palabra: T sers, garantiz que todoel trabajo en la vida de Pedro dependera de la fidelidad del Se-or; nunca de la inestabilidad de Pedro. El Seor es fiel. Enton-ces, en 1 de Pedro, l mismo escribe este versculo maravilloso:Mas el Dios de toda gracia, que nos llam a su gloria eterna en Jesu-cristo... l mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca (v.5:10). Cuatro palabras que resumen la obra del Seor en la vidadel propio Simn Pedro. l lo perfeccion, lo afirm, lo fortale-ci y lo estableci. Por eso, dice al final: A l sea la gloria.

    Cuando vemos el inicio de la historia del Seor con Pedro,vemos que el Seor le dice: T eres Simn, hijo de Jons. Ama-dos hermanos, quizs en aquel tiempo, en Palestina, la mitad delos habitantes se llamaban Simn y la otra mitad Juan. O sea, elSeor le dice a Pedro: T eres un Juan de Nadie; eres simple-mente Simn hijo de Jons; pero yo har de ti una piedra ajusta-ble en mi casa, para mi gloria. Y entonces, el Seor comienzafielmente esta obra en la vida de Simn Pedro.

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    Veamos algunas instancias en las Escrituras donde es tal vezms evidente el trabajo del Seor con Pedro.

    Desde entonces comenz Jess a declarar a sus discpulos que leera necesario ir a Jerusaln y padecer mucho de los ancianos, de losprincipales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar altercer da. Entonces Pedro, tomndolo aparte, comenz a reconvenirle,diciendo: Seor, ten compasin de ti; en ninguna manera esto te acon-tezca. Pero l, volvindose, dijo a Pedro: Qutate de delante de m,Satans!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas deDios, sino en las de los hombres (Mateo 16:21-23).

    La ocasin citada aqu est prxima al monte de la transfigu-racin. El Seor ya lleva tres aos de ministerio en la tierra. lsube al monte de la transfiguracin, y luego desciende de aquelmonte y camina seis meses ms hasta subir a otro monte, el monteCalvario. Tres aos y medio junto con sus discpulos. Nosotrostenemos la certeza de que son tres aos y medio, por causa delevangelio de Juan, porque Juan cita tres pascuas. Entonces, elSeor estuvo con sus discpulos por tres aos y medio.

    Es probable que Pedro fuese mayor en edad que el Seor Je-ss. Entonces, l se sinti con derecho a dar algunos consejos alSeor en relacin a sus sufrimientos. Usted ha visto esa actitudcuando el ms viejo llama al ms joven hacia un lado? Usted veaqu que Pedro llam al Seor aparte. l no habl delante de losdiscpulos. Es como si l dijera: Yo soy el ms viejo y te voy adar algunos consejos.

    Seor, ten compasin de ti; en ninguna manera esto te acontezca.La verdad de lo que Pedro quiere decir detrs de estas palabrases: Ten compasin de m. Porque si el Seor, que era su Maes-tro, segua ese camino de sufrimientos, cul iba a ser el caminode esos doce escogidos? Si el Seor iba a enfrentar la cruz, haciadnde iran sus doce discpulos?

    Entonces, la autocompasin fue una manifestacin seria enla vida de Pedro en su discipulado a Cristo. Cmo ella se mani-fest en este texto? Cuando el Seor mira a Pedro y le dice: Qu-tate de delante de m, Satans!. l no est llamando Satans a Pe-dro. Porque, cuando l dice: no pones la mira en las cosas de Dios,sino en las de los hombres, o t no piensas de acuerdo con lamente de Dios, sino como los hombres, l est diciendo queSatans encontr un lugar a travs de la mente de Pedro.

    Por eso, en esta obra de discipulado a Cristo, las Escriturasdan tanto valor a que nuestras mentes sean renovadas y transfor-

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    madas en la mente de Cristo. Y este fue un gran problema en lavida de Pedro. Seor, ten compasin de ti. Y el Seor lo repren-de: T no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hom-bres. Hermanos, en esta obra del Seor de hacernos piedras vi-vas y transformarnos en piedras preciosas, ese enemigo es algo aser tratado duramente; la autocompasin, la indisposicin quetenemos hacia los sufrimientos, a no participar incluso de lossufrimientos de Cristo.

    Pablo escribe en la epstola a los Colosenses: Ahora cumploen mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que esla iglesia (Col. 1:24). Si nosotros no tenemos disposicin de par-ticipar de los sufrimientos de Cristo, somos intiles en la edifi-cacin de la casa de Dios. Cuando somos tocados incluso por elsufrimiento ms leve, levantamos ese cartel: Vean todos; estoysufriendo. Cunta necesidad tenemos que la obra de la cruz vayaal fondo de nuestra autocompasin. Y esta fue una leccin quePedro tuvo que aprender en toda su historia con el Seor.

    Pasemos a Mateo captulo 17. Veamos lo que ocurre aqu, enel monte de la transfiguracin, en los versculos del 1 al 8. Seisdas despus, Jess tom a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y losllev aparte a un monte alto; y se transfigur delante de ellos, y res-plandeci su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos comola luz. Y he aqu les aparecieron Moiss y Elas, hablando con l. En-tonces Pedro dijo a Jess: Seor, bueno es para nosotros que estemosaqu; si quieres, hagamos aqu tres enramadas: una para ti, otra paraMoiss, y otra para Elas. Mientras l an hablaba, una nube de luz loscubri; y he aqu una voz desde la nube, que deca: Este es mi Hijoamado, en quien tengo complacencia; a l od. Al or esto los discpulos,se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jessse acerc y los toc, y dijo: Levantaos, y no temis. Y alzando ellos losojos, a nadie vieron sino a Jess solo.

    La vida natural de Pedro, as como tambin la nuestra, es tanfuerte, que aun en el monte de la gloria, en el monte de la trans-figuracin, contemplando toda aquella magnitud del Seor trans-figurado, l consigue hablar. Cmo alguien puede abrir la bocaen una escena como sa? Pero Pedro abre su boca, y una vez msle da consejos al Seor.

    Estaba prxima la fiesta de los tabernculos, una de las fiestasms importantes de Israel. Entonces, delante de la gloria del Se-or transfigurado y no slo l, sino tambin Moiss y Elas,Pedro debe haber imaginado: Vamos a pasar la mejor fiesta de

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    los tabernculos de todos los tiempos. Y ni siquiera pidi ayudaa Jacobo ni a Juan para hacer tres tiendas. l dice: Yo har, siquieres 3.

    Usted puede ver aqu una capa de falsa espiritualidad? Pri-mero, l dice: Bueno es para nosotros que estemos aqu. Primeroafirma eso. Y luego dice: Si quieres, y all presenta su proyec-to. Har tres tiendas: una para ti, otra para Moiss, y otra paraElas. Porque nosotros queremos que el Seor venga a bendecirnuestros caminos y proyectos. No queremos conocer los cami-nos y proyectos del Seor; queremos traer la bendicin del Se-or hasta nuestros caminos. Esta era otra expresin fuerte en lavida natural de Pedro, y lo es tambin con nosotros.

    El Salmo 1 dice as: Bienaventurado el varn que no anduvo enconsejo de malos. Nosotros no llamamos al Seor para bendecirnuestros caminos; nosotros somos bendecidos cuando andamosen los caminos del Seor. El Seor, antes de tener compromisocon las personas, tiene compromiso con Sus principios. l tienecompromiso con Sus caminos. Por eso, cuando andamos en suscaminos, nosotros somos bendecidos. Entonces, esta fue otra duraleccin que Pedro aprendi en su discipulado.

    De piedras vivas a piedras preciosasUsted puede ver la diferencia entre una piedra viva y una

    piedra preciosa? Cunto trabajo vino a hacer el Espritu Santoen estas piedras vivas? Si l no realiza este trabajo, nosotros nopodemos ser edificados como templo espiritual; somos apenasun montn de piedras vivas. Pero ese no es el inters de Dios; lquiere edificarnos como un templo, una casa espiritual, para sugloria.

    Cuando nosotros somos piedras, llenas de aristas y puntas,no podemos ser ajustados ni sobrepuestos unos con otros. Haymuchas puntas y aristas. Y estos textos relativos a la vida de Pe-dro nos hablan de esas puntas y esas aristas la arista de laautocompasin, la arista de los consejos y planes, la arista de laimaginacin, la arista de los buenos caminos. El Seor necesitadetener todo eso en nosotros, y cortar todas esas puntas, paraque podamos ser ajustados y sobrepuestos como una casa espi-ritual.

    3 Ante el silencio de Juan y Jacobo, el autor, al usar la primera persona, inter-preta de esta manera el carcter impulsiv o de Pedro.

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    Hermanos, volvamos a examinar el primer texto que vimosen Juan captulo 1, el encuentro del Seor con Pedro. La inten-cin del Seor era transformar a Pedro, aquel pedazo de barro,en una maravillosa piedra preciosa.

    Ya not usted que en todas las listas de los discpulos, elnombre de Pedro viene primero? Cuando usted mira aquella citade los doce apstoles como las doce columnas de la nueva Jeru-saln, en Apocalipsis captulo 21, desde el versculo 11, se des-cribe la gloria de la nueva Jerusaln. Y entonces se dice que lanueva Jerusaln tiene una apariencia de jaspe, difana como elcristal. Y Apocalipsis 21:11 dice que ella tiene la gloria de Dios. Ycuando los doce apstoles son citados