viva el akelarre y sus brujas · 14 3 El trance utópico colectivo no es “la revolución” en lo...

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Edición No. 22 2 de noviembre de 2017 viva el akelarre y sus brujas A las brujas no las quemaron por malas, las quemaron por inteligentes, por rebeldes, por libres. Por querer ser parte de la historia. Por adquirir conocimientos que estaban reservados solo a los hombres. Por practicar abortos. Por no enmarcarse en la “belleza” impuesta por la mirada del poder masculino. Por leer libros, por escribirlos, por enseñar. Por soñar con revoluciones en donde todas las mujeres consiguieran lo que ahora no tienen. Las quemaron por sabias, las quemaron porque se resistieron a ser violadas, porque no aceptaron el chantaje, porque no las pudieron comprar. Les quitaron la vida porque ellas posibilitaban que otras mujeres vivieran, por fin, como querían. Por ayudar a otras mujeres a ser libres. Las quemaron por amenazar al sistema que te convierte en reproductor del sistema. Las exterminaron por amarse entre ellas y por amar a todas. Que este sea un día para recordar a las asesinadas por la inquisición, a las quemadas por pensar diferente, a las torturadas por no servir a los intereses católicos, a las que resisten en espacios machistas, a las valientes de ayer y a las valientes de siempre. Reciban el saludo de las nietas de las brujas que no pudieron quemar. Vero Ferrari

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Edición No. 22 2 de noviembre de 2017

ESTA GENERACIÓN ESTÁ EN PELIGRO

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Esta generación tiene enemigos peligrososes una florde estambres fuertes y dispuestosle toca enfrentarnuevos Herodesmás fierosmás cruelesmás macabros.

Esta generaciónes un punto seguroen nuestra historia.

Esta generación está en peligrohe visto merodearnubes de chacalesque trabajansin descansopara tenderle la celada.

Esta generación tiene enemigos peligrososlos que ya no tienen salidahan decidido liquidarlaella es una flor a puntoun estigma dispuestola posibilidad de un fruto limpio.

Este poema fue escrito por Chucho Peña, un día antes que lo desaparecieran. Actor, poeta y cantor, del movimiento estudiantil y de los trabajadores, Nació el 22 de febrero de 1962 en Medellín y a los 24 años se trasladó a vivir a Bucaramanga, donde fue desaparecido el 30 de abril de 1986. Cuando fue encontrado, le habían arrancado las uñas, sacado los ojos, la lengua y propinado veintiocho puñaladas y dos tiros. Denunciamos este crimen de lesa humanidad, contra el más puro, el más alado, el más frentero y comprometido poeta del movimiento estudiantil colombiano, aún en la impunidad.

Esta generacióntiene enemigos peligrososse lee en las heridasde los últimos sicariadosse escuchaes un rumor intensoque llega de la regiónaún sin nombrede los desaparecidos.

Esta generación está en peligrose siente en el airey se sabe que quieren liquidarla

viva el akelarre y sus brujasA las brujas no las quemaron por malas, las quemaron por inteligentes, por

rebeldes, por libres. Por querer ser parte de la historia. Por adquirir conocimientos que estaban reservados solo a los hombres. Por practicar abortos. Por no

enmarcarse en la “belleza” impuesta por la mirada del poder masculino. Por leer libros, por escribirlos, por enseñar. Por soñar con revoluciones en donde todas las

mujeres consiguieran lo que ahora no tienen. Las quemaron por sabias, las quemaron porque se resistieron a ser violadas, porque no aceptaron el chantaje,

porque no las pudieron comprar. Les quitaron la vida porque ellas posibilitaban que otras mujeres vivieran, por fin, como querían. Por ayudar a otras mujeres a ser

libres. Las quemaron por amenazar al sistema que te convierte en reproductor del sistema. Las exterminaron por amarse entre ellas y por amar a todas.

Que este sea un día para recordar a las asesinadas por la inquisición, a las quemadas por pensar diferente, a las torturadas por no servir a los intereses católicos, a las que resisten en espacios machistas, a las valientes de ayer y a las valientes de siempre.

Reciban el saludo de las nietas de las brujas que no pudieron quemar.

Vero Ferrari

Carrera 7 No 17-01 of. 439 – celular 3164551081 – [email protected] - [email protected]

Director: José AcelasDiseño: Susana RobayoRep. Legal CorpotayronaColaboradores: Baraka Ubuntu

Álvaro Miranda / Foto Graf y AndoColectivo Memoria y DDHH UNAL

Las prácticas y tradiciones prevalecen en sus comunidades para celebrar a los espíritus de los antepasados, constituye una de las costumbres más profundas y dinámicas que actualmente se realizan, así como uno de los hechos sociales más representativos y trascendentes de su vida comunitaria. Es una época de retornos: los vivos, que por diversas causas se ausentaron, regresan para participar en los preparativos de la celebración. Vuelven las almas de los seres queridos a compartir los alimentos que les ofrecen con cariño, y así, vivos y muertos se reúnen nuevamente.

Este ritual convoca a la comunidad como un cuerpo unido, en que se perciben valores como la organización comunitaria, los líderes actuales, las relaciones de género, las problemáticas con las que se mueve la comunidad, y el sentido que buscan tener  para los grupos que la conforman, es la mas importante actividad de vigilia conmemora los muertos de la comunidad.

...por nuestros muertos ni un minuto de silencio. toda una vida de combate.

En México los indígenas han rendido culto a la muerte y la han concebido como una dualidad de vida, parte del ciclo de la naturaleza. Para los mayas, los muertos tienen vida, por lo tanto sus espíritus tienen necesidad del sustento tanto como los vivos.

Durante la tradición del Día de Muertos 1 y 2 de noviembre de cada año. Los mexicanos celebran a los muertos acudiendo a los panteones para adornarlos con flores y los hogares colocan altares, para que las almas queridas vaguen unos cuantos días por el mundo, visitando la familia, su casa y amigos.

Editorial

La revista Página 13, viene dedicando su ultimas tres ediciones a la Universidad Nacional y su estado de descomposición, al que no había llegado en toda su historia, a tal extremo que se podría tipificar, como de delito de lesa soberanía en su autonomía y su memoria. Percibimos actualmente el recrudecimiento notorio del retroceso de la universidad, en las directivas actuales y profesores que se benefician de ella; manipulando y acomodando la verdad pública, al proyecto neoliberal que tienen de universidad de talla mundial, como la llaman.Ha sido roto su ciclo histórico, en el espíritu de la creación y en la búsqueda de un país con justicia alrededor del conocimiento, desde ese entonces autoritario de su nacimiento hace 150 años; como desde su segunda época, coincidente con el último periodo de violencia, cuando en el ascenso de la llamada República Liberal de los años 1930 a 1945, se construye el campus de la ciudad universitaria de hoy. En este ascenso se crea el Instituto Etnológico Nacional en 1941 y el surgimiento de carreras distintas a las heredadas del siglo anterior, de tradición elitista, medicina, derecho e ingeniería, abren paso a la licenciatura de antropología, odontología y la carrera de ciencias de la educación, y de esta manera el ingreso de jóvenes urbanos de clase media.

De esa promesa de universidad, conciencia crítica de la nación, es Jorge Eliécer Gaitán, a quien asesinaron, lanzando al país a esa noche oscura que aún hoy padecemos, sin proyecto de nación. Y mucho más grave, sin el espíritu valeroso de la juventud estudiosa y crítica de la Universidad Nacional, de la época ulterior que hizo temblar este país con el Frente Unido, dando surgimiento desde la luz inspiradora y multiplicadora de Camilo Torres y su amor eficaz, a la primera experiencia social de un proyecto político amplio y distinto al bipartidismo, con la voluntad de poder suficiente para convertirse en alternativa de poder, para las transformaciones que aún urgen a la Colombia de esta época. Todo el proyecto de renacimiento del que es hija la ciudad universitaria, se ha traicionado por los opresores criollos, como en el oscurantismo conservador de antes y se hacen celebraciones oficiales que hablan de manera mentirosa de Paz, en medio de tan fuerte decadencia.

Ese espíritu ha sido desdoblado y cauterizado por un poder, hoy en manos de un pobre hombre avaro, un Zapatoca, al decir coloquial de los santandereanos, pues luego de beneficiarse viviendo en residencias y alimentándose del bienestar universitario, dedicándole tiempo completo a sus estudios; hoy hace toda gala de mentiroso escribiendo y diciendo, con cinismo, como si estuviéramos llenos de nobeles, cuando García Márquez, el único, tuvo que salir corriendo de la universidad para llegar a serlo. Es una estafa al espíritu del país, cuando en 150 años deberíamos estar haciendo balances de ese proyecto de nación que se ha debatido en su campus. La discusión teórica definitivamente dio paso a salvaguardar primero los negocios de sus administradores y el ingreso de sus profesores que hoy aprendieron ha perderse y a perder sus estudiantes en la habilidad de la clientela y contratos. Tan solo podemos hablar de la conmemoración de una ruptura histórica, en manos de empleados del gobierno central, para durante toda su historia convertirla en el centro de la persecución a lo mejor de la creatividad y resistencia al poder autoritario en Colombia. 150 años de persecución a su autonomía y a la resistencias para la libertad de pensamiento y de acción.

http://www.festivaldevidaymuerte.com/es/dia-de-muertos/

Colectivo por la Memoria y los Derechos Humanos en la

Universidad Nacional de [email protected]

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El trance utópico colectivo no es “la revolución” en lo que esta tiene de ardua y morosa subversión material, pero sin experiencias extáticas las grandes obras públicas de ingeniería social revolucionaria no podrían romper la inercia que nos ata a lo real como horizonte de lo posible. Las experiencias utópicas son discontinuidades en el campo de un orden causal que encadena el futuro al pasado. Saltos cuánticos por los que cambiamos de lugar social sin recorrer el espacio intermedio. Aleph multitudinarios por los que el cosmos se condensa en una plaza, en una calle…

Hombre del infausto medio siglo XX, judío, comunista revolucionario, practicante del más intransigente pensamiento crítico,“políticamente incorrecto” aun en su momento y entre sus pares, defraudado por la socialdemocracia y acosado hasta la muerte por el nacional socialismo, Walter Benjamín es el espejo trizado de una generación que pese a todo se resiste a tirar la toalla, se niega a perder la esperanza. Como Gramsci en la cárcel, el alemán exiliado y a salto de mata profesa un “optimismo de la voluntad” difícil de preservar cuando sabes que la “locomotora de la historia” no marcha a tu favor sino que trata de arrollarte. Esperanzado respecto de los posibles saldos libertarios de ciertos avances de la ciencia, pero descreído del presunto efecto progresista que por si mismo tendría el desarrollo de las “fuerzas productivas”, Benjamín se desmarca radicalmente del prometeismo al tiempo que mantiene inquebrantable su fe en la posibilidad de redención.2

Mesianismo sui generis, este, pues el reino de Dios -o la sociedad sin clases-, no son culminación sino irrupción trascendente. Tesis que Benjamín formula a su modo como una suerte de apotegma contrahegeliano: “El Mesías interrumpe la historia; el Mesías no aparece al final del desarrollo” (Echeverría, 2005:97).

1http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20120511030704/osal30.pdf

Páginas: 179 y 180.

A nuestros compañeros estudiantes y demás estamentos, a los compañeros de la ACEU, de ASPU y SINTRAUNAL, como a las demás organizaciones; los invitamos a tener conciencia del momento histórico y darse cuenta, que la fuerza que potencia la financiación de la universidad; radica en ser capaces de recuperar el territorio para el ejercicio libre de la política, el arte, la cultura, el relacionamiento lúdico y los debates que en el mundo entero se están dando y no seguir aceptando la aplicación de todos los mecanismos de obediencia y aconductamiento, para eliminar el campus y empoderamiento de la comunidad. Se ha dicho hasta el cansancio y por todos los medios, que la consulta y su hábil manejo para rector es y fue una violación a la democracia y su autonomía, pero nada pasa y las palabras que es lo que más tenemos en la Universidad, se pierdan o se las lleve el viento, porque igual la iniquidad y la anti democracia fraguada se han hecho realidad.

Este fractal de la nación, nos permite in situ, hacer una observación de la vida del país, donde la clase política y sus peones como el rector Ignacio Mantilla, justifican determinados hechos, magnifican ciertos resultados y acallan otros; con el afán de legitimar el interés privado que sobre la universidad se impone en este momento.

NUNCA MÁS VAMOS A CALLAR

Prohibir las fogatas es atentar el derecho a la reunión y a la libre asociación, para conversar de los problemas nacionales y denunciar la verdadera crisis del proyecto ético y político de la UN, más allá de su déficit presupuestal. Es prohibir la poesía ancestral de la vida que nos da el fuego, cuando lo convocamos para ser en cuanto nos descubrimos entre nuestros semejantes.Exigimos que la paz se haga también en la universidad, desenmascarando a los perseguidores de nuestros compañeros y compañeras, que han tenido que pagar hasta con su propia vida la tradición humanista, revolucionaria y creadora de la Universidad Nacional de Colombia.

Hay que recordar que las huertas sembradas por colectivos estudiantiles, financiados con presupuesto estatal de investigación y extensión en la universidad, fueron atacados, destruyendo y haciendo basura las plantas y semillas, para terminar violentamente con el trabajo de reflexión práctica sobre la soberanía alimentaria y la investigación acción sobre semillas nativas. Varios sujetos de la división de vigilancia implicados en reiterados delitos, como golpear estudiantes, amenazar y sacar armas en el campus, hurtar bicicletas y morrales; son violadores de los derechos humanos de quienes defendemos el sentido de territorialidad cultural y política inspirada en la diversidad y hacemos con nuestros actos construcción de memoria de la universidad pública, en especial la Universidad Nacional de Colombia.

El delirio, de sentí-pensarnos en las paredes y los prados con cualidades humanas no terminarà, hasta que esas palabras dichas y escritas sean nuevamente pronunciadas. Hasta que esos ojos mecánicos sean subvertidos por ojos humanos y hasta que la piel, sea tatuada y sirva de lienzo para la expresión. La historia es duración. No vale el grito aislado, por muy largo que sea su eco; vale la prédica constante, continua, persistente. No vale la idea perfecta, absoluta, abstracta, indiferente a los hechos, a la realidad cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialéctica, operante, rica en potencia y capaz de movimiento.

José Carlos Mariategui

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Crisis y represión en la Universidad Nacional de Colombia La Universidad Nacional de Colombia cumple 150 años de vida y para celebrarlo, la mejor institución de educación pública, la más grande y más importante del país, ha decidido realizar varios eventos, con la característica de hacer silencio sobre los grandes problemas y su impunidad institucional. La celebración contrasta con la realidad del campus: La carrera de Arquitectura no tiene edificio porque fue derrumbado en 2015 y sus docentes, estudiantes y personal administrativo han sido desplazados, siguen los de la facultad de Artes, cuyo edificio frente a la destrucción de Arquitectura, ya se encuentra desalojado. Mientras el sesquicentenario se evidencia más en las grietas y fisuras que en los reconocimientos oficiales, la devastación de la universidad continúa, con 21 edificios en estado de vulnerabilidad. Y el espíritu de la universidad de la nación colombiana en manos de unos negociantes.

En el pregrado es una universidad semi-pública a duras penas, si se compara con México, Brasil o Argentina, donde la educación pública universitaria es gratuita. En el posgrado es absolutamente privada, ya que cuesta lo mismo que la Javeriana o el Externado y sin apoyo de Bienestar Universitario. En las cifras, es evidente el sector de la población colombiana al cual está dirigida en la actualidad, hay el doble de posgrados que pregrados y cada vez se crean más maestrías, especializaciones, doctorados, cafeterías privadas y medidas represivas de seguridad empresarial, mientras se impone una censura radical a los estudiantes de facultades tan vitales como Ciencias Humanas, Medicina, Artes y Derecho. Cada vez entra más gente que paga una matrícula de millones, mientras salen jóvenes de poblaciones que realmente necesitan una universidad pública, gratuita y estatal. Así, es evidente que llegan cada vez más estudiantes en carro mientras se ven los recortes en Bienestar, las únicas Residencias en estado de abandono desde que nacieron, las salidas de campo y apoyos a los estudiantes de las regiones, los barrios o las comunidades étnicas. El desmantelamiento de lo público coincide con la presencia de intereses privados y con la criminalización de las celebraciones estudiantiles de identidad y memoria, ejecutadas por la División de Vigilancia, así como la aparición de empresas como Cosechas, Oma, Tuboleta, etc, al interior de la institución

https://www.elespectador.com/opinion/opinion/el-deterioro-de-la-universidad-nacional-columna-650349

Mito, aquelarre, carnavalEl grotesco americano1

Armando Bartra

Si descartamos la idea de revolución como parto que alumbra lo que ya estaba presente en el viejo orden y sólo pedía que se le liberara de sus ataduras, habrá que admitir que las revoluciones verdaderas son lentas y demandan prolongados y ambiciosos programas de transformación a ejecutarse mediante ardua ingeniería social. En medio de tan prosaica revolución dónde carajos quedó la poesía; dónde fue a parar la inspiración utópica entendida como vivencia liberadora y no como ruta crítica y plano constructivo de la nueva sociedad. La utopía que aquí convoco no es Arcadia siempre pospuesta que se aleja con el horizonte sino epifanía: experiencia colectiva que salta fuera del torrente causal y por momentos se apropia simbólicamente del cosmos, re significación efímera de una realidad de suyo hostil y sinsentido, experiencia extática que prefigura otro mundo -posible no como maqueta científicamente diseñada sino como vivencia compartida, no como escenografía sino como coreografía.

En primeros meses del 2011 Tahrir, ahora conocida como Plaza de la Libertad; en Egipto; la Plaza de las palomas, en Marruecos; la Puerta de Sol, en Madrid, y la Plaza de Cataluña, en Barcelona, entre muchas otras,se volvieron espacios en verdad públicos, territorios liberados, fraternos, deliberativos, solidarios, festivos; ámbitos física y espiritualmente desfajados. Escenario de fiestas revolucionarias que no en todos los casos han cambiado las estructuras del país que las cobijó, pero sin duda marcaron para siempre a sus participantes que después del aquelarre libertario serán mejores personas y tendrán algo que contar, lo que no es poca cosa.

La necesidad transcultural de trances extáticos que desquicien el orden imperante para dramatizar ritualmente la periódica irrupción del caos primigenio seguida de una nueva y provisional refundación cósmica, hace pensar que el mundo no es habitable sin alguna clase de experiencia trascendente que restaure simbólicamente la armonía y el sentido de las cosas. Pareciera que la reproducción de ordenes sociales desgarrados como los que hasta ahora hemos conocido, requiere por fuerza de experiencias utópicas que restituyan los valores ausentes, así sea de modo fugaz y virtual. 

Y también en el marco de luchas libertarias que en primera instancia persiguen objetivos tangibles, creo descubrir la necesidad del éxtasis utópico colectivo como prefiguración pasajera pero caladora de un mundo otro, de un modo distinto de vivir que quizá nos espera en el futuro, pero que en todo caso se hace presente mientras dura la magia. Y es que si no fueran tocados de vez en cuando por el ángel de la utopía viviente, los movimientos sociales no serían más que las chatas, grises y tediosas convergencias circunstanciales de individuos movidos por el cálculo de costos y beneficios, que predica cierta sociología anglosajona.

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Llevan 150 años persiguiendo a la juventud estudiosa y revolucionaria del país y sus expresiones políticas y culturales, y ahora nos piden imponiendo la censura, que posemos para la cámara, sonriamos y hablemos de lo bueno que tiene nuestra querida universidad. Comprometidos con la verdadera educación pública, defendemos una universidad donde podamos vivir plenamente, incluida nuestra libre relación con la fiesta como acto de existir y celebrar, construyendo los acontecimientos que dan razón de lo que creemos, de lo que somos y sentimos. La universidad debe ser el lugar donde podamos experimentar nuestra existencia en primera persona, por ello el proceder que nos caracteriza es actuando de frente, sin ocultarnos ante nadie. Les recordamos a todos los burócratas que como sanguijuelas viven de la UN, que es nuestro patrimonio pagado de antemano con los impuestos de todos los colombianos.

https://www.las2orillas.co/paranoia-censura-en-la-universidad-nacional/

DICTADURA UNIVERSITARIAREPRESIÓN Y CENSURA DE LOS VIERNES

La Universidad Nacional tiene un sistema anti democrático y no un gobierno universitario autónomo y limpio, al no haber sido respetada la decisión de los resultados en la consulta a sus estamentos para elegir rector. Más parecido a una dictadura universitaria, en la cual se nombra unos tiranos serviles al gobierno de turno, frente a las propuestas de los estudiantes y de la comunidad universitaria. Desde el 2013, la administración decidió cerrar el campus los viernes por la tarde, a pesar de toda la programación académica y cultural, imponiendo medidas de censura y represión más evidentes. Los posgrados que tenían clase en la noche fueron desplazados al CAN y los programas de viernes culturales sencillamente se eliminaron. Es habitual el cierre y desalojo completo de la universidad, cuando el miedo de las directivas a la cultura y a la diversidad se impone, como sucede días antes y después del 31 de octubre, para reprimir la celebración estudiantil del aquelarre, realizada por décadas. Y de ahí para adelante es la historia de una represión abierta, que ha llegado al punto de exigir el carnet a todo el mundo en la entrada, cuando es una institución que pertenece a todos los colombianos y cuya misión es estar en directa relación con la sociedad que la sustenta. Prohibir la entrada de instrumentos musicales y sonido, al igual que la destrucción de las huertas, fogatas y prácticas culturales pacíficas y autogestionadas, como los toques, murales, ollas comunitarias, cine clubes, encuentros cirqueros, encuentros poéticos, jornadas de cuenteros y la permanente reflexión extracurricular en foros y seminarios que habitaban la universidad, es censura y destrucción de las iniciativas estudiantiles, persiguiendo la actividad pacífica de numerosos colectivos que mantienen vivos estos espacios, amenazados por la ejecución de la violencia de la División de Vigilancia y Seguridad y la complicidad en la súbitas ordenes de cierre y desalojo de la Vicerrectoría y la Administración.

http://www.eluniversal.com.co/columna/privatizacion-y-universidades-publicas

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Espacios emblemáticos y el mismo campus, están siendo amenazados, destruidos y desalojados por la misma institución.

Es tal la represión, que los espacios emblemáticos y el mismo campus, identidad y espíritu de la Universidad Nacional, están siendo amenazados, destruidos y desalojados por la misma institución que falsamente dice defenderlos. A tal punto ha llegado la destrucción de la memoria y la historia de la universidad, la cual se ufanan de celebrar en este sesquicentenario, que la plaza Che está amenazada, siendo símbolo de expresión en las paredes de la nacho, que con su prolífico discurso la convirtió, junto a Sao Paulo, en paradigmas del grafiti y el mural latinoamericanos en la década de los 70 y 80. Sus paredes han expresado los distintos matices de la vida del país; desde la crítica a la alternancia en el poder de la clase dominante con el bipartidismo, hasta los convulsionados efectos sociales que dicha democracia ha generado. La historia y la memoria de su expresión colectiva, ha desfilado en gran parte por los muros y paredes de nuestra universidad, convirtiéndolos en objeto de reflexión de cultura material e inmaterial para la nación.

Exigimos el cese de las medidas de restricción en la entrada del campus, el cierre de las puertas los viernes y días de celebraciones, la destrucción de becas, huertas, canchas y espacios culturales. Seguimos en nuestra convicción de que la Universidad Nacional es el espacio más importante para la Paz y la Educación del país, por lo tanto, reclamamos el cese de la represión y la censura, al igual que la apertura de sus puertas y sistemas de seguridad a la diversidad social y cultural colombiana. Rechazamos las fronteras que se han impuesto entre la comunidad universitaria y la comunidad colombiana en general, haciéndolos mundos radicalmente separados. Proponemos la participación y el involucramiento activo de las universidades públicas en la realidad del país y en la construcción del Proceso de Paz, al entender que desde la misma academia está claro, que las nuevas políticas de participación que garanticen la paz, son el conocimiento, el arte y la cultura, la expresión y los derechos de las comunidades que componemos a Colombia. No de otra manera vamos a redimir la política y la participación ciudadana, de la politiquería y la corrupción en que se halla sumido el país. Es necesario empoderarnos cultural, social y pacíficamente de la Universidad Nacional, porque nos pertenece a todos y la están devastando lentamente.

Estamos por la implementación y cumplimiento de la Paz, y si alguna institución debería dar ejemplo de tolerancia, en el debate pacífico y en la convivencia de la diversidad, debería ser la Universidad Nacional de Colombia. Y no sus falsas pretensiones de apoyo a la Paz y su implementación, como lo hace con su demagogia el rector, dejando claro que quieren dineros del pos conflicto para su corrupción. Así mismo denunciamos, que cuándo se conmemora el 16 de mayo y los estudiantes caídos o las demás masacres que han perpetrado el ejército y la policía dentro del campus, o cuando se realizan los festivales artísticos o los encuentros culturales, se evidencia la censura, la represión y la presencia intimidadora de la División de Vigilancia y Seguridad, nunca protegiendo la integridad de la comunidad sino, como la Policía Nacional, atropellando a los sectores activos de la sociedad.

Las dinámicas continentales y mundiales también han tenido resonancia en las paredes de la UN. Prueba de esto es el ícono convertido en símbolo del rostro esperanzador del Che Guevara, que inmortaliza a nuestra plaza central, recordando el sentido común de la generación de la segunda mitad del siglo XX y no la traición institucional de plaza Santander en el hombre de las leyes, como lo demuestra el profundo retroceso del derecho en el país, en la delincuencia actual de las altas cortes y la corrupción generalizada.

Es tal el atentado a la memoria, que la histórica y memorable Plaza Che, en la cual las generaciones de egresados de las últimas cuatro décadas se han tomado sus fotos de grado, donde muy pocos de los que han ingresado recientemente saben por la impunidad y por la censura oficial, que el Che Guevara se pintó en la Plaza principal por los hermanos Sanjuán, estudiantes de la Nacional desaparecidos y asesinados por fuerzas del Estado, después de pintarlo por primera vez en ese lugar hace 35 años. Sumando a la lista de los caídos en persecuciones sistemáticas y masacres, como la del 1929, cuando cae Gonzalo Bravo, el 54 con Uriel Gutiérrez y sus compañeros, el 82 con la caravana de desaparecidos, el 84 con la masacre y ocupación de las fuerzas del estado al campus, y en los incontables asesinatos que ha sufrido la universidad pública. El Che es pintado en la plaza por los estudiantes en homenaje a sus compañeros que fueron asesinados por reconocer la estatura histórica al legendario comandante guerrillero, cuya vida y obra es un aporte a la justicia social como lo reconoció la Unesco en 1978.

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LA FARSA DE LA PELÍCULA OFICIAL

Esta represión histórica a los movimientos estudiantiles, a los paros docentes y a las actividades de bienestar universitario, contrastan con la farsa que se montó por parte de la institución el 24 de agosto de 2017, para la grabación de la película oficial del sesquicentenario de la universidad. Reprimieron la entrada de las chazas, tiendas de autogestión. La administración puso unas tarimas pequeñas pocas veces vistas en el campus, obligando a sus docentes de último momento a convocar a los estudiantes del conservatorio y de los grupos institucionales, para figurar ese día en los videos que se deberían grabar. Invirtió una cantidad descomunal de dinero en publicidad impresa y audiovisual, dedicando un pendón del tamaño de dos pisos de la Biblioteca a la publicidad de un día, realizó la grabación de varios videos oficiales publicitarios y montó una página de internet exclusiva a la realización de este proyecto, en medio de la represión social y la destrucción estructural de la Universidad.

Conscientes de la farsa que hizo la administración de la universidad y viendo la evidente censura de la que será objeto la película, convocamos y realizamos, sin mucho anuncio para no alertar a la DVS y su sistema de represión, un concierto-mural-cineforo-fogata-partidodefútbol-lecturadepoesía-protestaestudiantilpacífica, en la Plaza Che de la Universidad Nacional, actividades que fueron registradas por los colectivos que lideramos estas actividades y por la comunidad universitaria que fue participe de esta toma cultural. No obstante, fue el único hecho colectivo que logró trascender la mezquindad y la mentira institucional en su afán de vender la cacareada universidad de talla mundial. Fueron los grupos de trabajo y resistencia antes mencionados, quienes superando todos los conflictos y prohibiciones, logramos hacer un importante acto político y cultural, restaurando nuevamente los símbolos de la plaza.

Para ver con propios ojos lo que ocurrió #UnDíaEnLaUN, los colectivos estudiantiles preparan su propia película no oficial de lo ocurrido el 24 de agosto de 2017. Han escrito numerosos artículos, publicando fotos y videos, junto a la responsabilidad crítica a la manipulación oficial de la administración de la universidad que reprime publica y soterradamente a los estudiantes, pero publicita a su conveniencia las gestiones estudiantiles autónomas. Entre las agrupaciones musicales que nos acompañaron se encontraron los Balde Boys con temas como “El doctor sin doctorado” dedicado a Enrique Peñalosa y “La tanqueta” dedicado a las entradas violentas de la policía, el ESMAD y el ejército a la Universidad Nacional. Luego se realizó la proyección del documental “Gaitán SÍ” por parte del CineFreud y el conversatorio con la hija del líder inmolado.

Así mismo sucede con la memoria a la Paz, en los murales a la obra y vida de Camilo Torres Restrepo, homenaje a los 50 años del aniversario del precursor de la Teología de la Liberación y fundador de la sociología en la universidad y el continente, junto a Orlando Fals Borda. La semana anterior a la película oficial del sesquicentenario, misteriosamente sabotearon sus imágenes, borraron la boca del rostro al Che, como el traje del sacerdote guerrillero, retratado por los estudiantes encima de la Biblioteca, dejando un claro mensaje de represión y censura a la historia. Los pintamos para darle valor a la memoria y nunca callar el motivo por el cual perdieron la vida los hermanos San Juan, para que ese símbolo sea el recuerdo de que necesitamos una institución donde se puedan expresar y vivir las ideas, como motores de transformación y justicia, sin ser perseguido, exterminado o encarcelado por ello.

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https://www.las2orillas.co/cronica-una-represion-anunciada-censura-undiaenlaun/

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Aunando fuerzas y cooperando entre artistas, gestores culturales, estudiantes, profesores, administrativos y la comunidad en general, se realizan festivales de resistencia para mantener viva la cultura universitaria, ante la represión cada vez más evidente por parte de la administración y sus ejecutores de vigilancia, al negar la entrada de los estudiantes al campus en las tardes de los viernes. Así, se realizan cada periodo académico festivales artísticos, manifestándose en contra de las acciones destructivas de los directivos de la universidad al cerrar el campus, destruir huertas y espacios estudiantiles, cortar árboles antiguos, borrar murales, arrestar estudiantes y docentes, permitir el ingreso de la policía a la universidad en indefinidas ocasiones, mientras se cae la estructura física de la Nacional.

En este contexto y aún con la obstrucción realizada por los administrativos y con la política de persecución de la seguridad de la Nacional, los encuentros culturales estudiantiles autogestionados se siguen realizando, así sea de manera casi clandestina. A pesar de golpizas cobardes de los vigilantes, los cortes de luz, los robos de equipos, las amenazas y la dispersión. Los estudiantes mantienen su vida comunitaria con diversas agrupaciones artísticas y culturales, construyendo actividades que tienen el fin de recuperar los espacios de diversidad y expresión, que se realizaban antes de las medidas represivas tomadas, desalojando a los estudiantes, egresados y miembros de la comunidad del campus. A pesar de la persecución extrema al movimiento estudiantil y su disminución de las protestas, marchas y paros, en una universidad que se ha caracterizaba por ser la vanguardia del pensamiento crítico y la reflexión social del país, los estudiantes seguimos realizando nuestros potenciales y produciendo críticas con sentido de nación y elaborando propuestas a los grandes problemas institucionales que nos agobian, tanto a nivel universitario como a nivel nacional.

Entre los colectivos nacidos en la universidad, que conforman esta red que autogestiona y celebra cada semestre varias expresiones de arte popular en la ciudad y el país; se encuentran CAICAGUA, UN ECO VITAL, Raíz de Origen, La Charanga Campesina, La Fanfarsa, Tremendo Guajuco, Balde Boys, Arenga, Son Kalavera, Aula y Palabra, Comuna Universitaria, Grupo de Estudios Culturales Kumba, Red de Huertas UN, Llenemos de vida la Nacho, ¡Mantilla! me parece muy gonorrea de tu parte fest., AK UN, CineFreud, La Direkta, Memoria y Derechos Humanos UNAL, Exploratorio Intercultural Zewua, entre otros.

RESISTENCIA CULTURAL

De diversas formas pacíficas, la comunidad se ha manifestado frente a las reformas que privatizan cada vez mas la universidad, el cierre de becas, subsidios y apoyos para los estudiantes, las insuficientes condiciones laborales de los profesores y el apoyo a los repetidos paros de trabajadores que se han realizado a lo largo de los años.

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Aunando fuerzas y cooperando entre artistas, gestores culturales, estudiantes, profesores, administrativos y la comunidad en general, se realizan festivales de resistencia para mantener viva la cultura universitaria, ante la represión cada vez más evidente por parte de la administración y sus ejecutores de vigilancia, al negar la entrada de los estudiantes al campus en las tardes de los viernes. Así, se realizan cada periodo académico festivales artísticos, manifestándose en contra de las acciones destructivas de los directivos de la universidad al cerrar el campus, destruir huertas y espacios estudiantiles, cortar árboles antiguos, borrar murales, arrestar estudiantes y docentes, permitir el ingreso de la policía a la universidad en indefinidas ocasiones, mientras se cae la estructura física de la Nacional.

En este contexto y aún con la obstrucción realizada por los administrativos y con la política de persecución de la seguridad de la Nacional, los encuentros culturales estudiantiles autogestionados se siguen realizando, así sea de manera casi clandestina. A pesar de golpizas cobardes de los vigilantes, los cortes de luz, los robos de equipos, las amenazas y la dispersión. Los estudiantes mantienen su vida comunitaria con diversas agrupaciones artísticas y culturales, construyendo actividades que tienen el fin de recuperar los espacios de diversidad y expresión, que se realizaban antes de las medidas represivas tomadas, desalojando a los estudiantes, egresados y miembros de la comunidad del campus. A pesar de la persecución extrema al movimiento estudiantil y su disminución de las protestas, marchas y paros, en una universidad que se ha caracterizaba por ser la vanguardia del pensamiento crítico y la reflexión social del país, los estudiantes seguimos realizando nuestros potenciales y produciendo críticas con sentido de nación y elaborando propuestas a los grandes problemas institucionales que nos agobian, tanto a nivel universitario como a nivel nacional.

Entre los colectivos nacidos en la universidad, que conforman esta red que autogestiona y celebra cada semestre varias expresiones de arte popular en la ciudad y el país; se encuentran CAICAGUA, UN ECO VITAL, Raíz de Origen, La Charanga Campesina, La Fanfarsa, Tremendo Guajuco, Balde Boys, Arenga, Son Kalavera, Aula y Palabra, Comuna Universitaria, Grupo de Estudios Culturales Kumba, Red de Huertas UN, Llenemos de vida la Nacho, ¡Mantilla! me parece muy gonorrea de tu parte fest., AK UN, CineFreud, La Direkta, Memoria y Derechos Humanos UNAL, Exploratorio Intercultural Zewua, entre otros.

RESISTENCIA CULTURAL

De diversas formas pacíficas, la comunidad se ha manifestado frente a las reformas que privatizan cada vez mas la universidad, el cierre de becas, subsidios y apoyos para los estudiantes, las insuficientes condiciones laborales de los profesores y el apoyo a los repetidos paros de trabajadores que se han realizado a lo largo de los años.

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LA FARSA DE LA PELÍCULA OFICIAL

Esta represión histórica a los movimientos estudiantiles, a los paros docentes y a las actividades de bienestar universitario, contrastan con la farsa que se montó por parte de la institución el 24 de agosto de 2017, para la grabación de la película oficial del sesquicentenario de la universidad. Reprimieron la entrada de las chazas, tiendas de autogestión. La administración puso unas tarimas pequeñas pocas veces vistas en el campus, obligando a sus docentes de último momento a convocar a los estudiantes del conservatorio y de los grupos institucionales, para figurar ese día en los videos que se deberían grabar. Invirtió una cantidad descomunal de dinero en publicidad impresa y audiovisual, dedicando un pendón del tamaño de dos pisos de la Biblioteca a la publicidad de un día, realizó la grabación de varios videos oficiales publicitarios y montó una página de internet exclusiva a la realización de este proyecto, en medio de la represión social y la destrucción estructural de la Universidad.

Conscientes de la farsa que hizo la administración de la universidad y viendo la evidente censura de la que será objeto la película, convocamos y realizamos, sin mucho anuncio para no alertar a la DVS y su sistema de represión, un concierto-mural-cineforo-fogata-partidodefútbol-lecturadepoesía-protestaestudiantilpacífica, en la Plaza Che de la Universidad Nacional, actividades que fueron registradas por los colectivos que lideramos estas actividades y por la comunidad universitaria que fue participe de esta toma cultural. No obstante, fue el único hecho colectivo que logró trascender la mezquindad y la mentira institucional en su afán de vender la cacareada universidad de talla mundial. Fueron los grupos de trabajo y resistencia antes mencionados, quienes superando todos los conflictos y prohibiciones, logramos hacer un importante acto político y cultural, restaurando nuevamente los símbolos de la plaza.

Para ver con propios ojos lo que ocurrió #UnDíaEnLaUN, los colectivos estudiantiles preparan su propia película no oficial de lo ocurrido el 24 de agosto de 2017. Han escrito numerosos artículos, publicando fotos y videos, junto a la responsabilidad crítica a la manipulación oficial de la administración de la universidad que reprime publica y soterradamente a los estudiantes, pero publicita a su conveniencia las gestiones estudiantiles autónomas. Entre las agrupaciones musicales que nos acompañaron se encontraron los Balde Boys con temas como “El doctor sin doctorado” dedicado a Enrique Peñalosa y “La tanqueta” dedicado a las entradas violentas de la policía, el ESMAD y el ejército a la Universidad Nacional. Luego se realizó la proyección del documental “Gaitán SÍ” por parte del CineFreud y el conversatorio con la hija del líder inmolado.

Así mismo sucede con la memoria a la Paz, en los murales a la obra y vida de Camilo Torres Restrepo, homenaje a los 50 años del aniversario del precursor de la Teología de la Liberación y fundador de la sociología en la universidad y el continente, junto a Orlando Fals Borda. La semana anterior a la película oficial del sesquicentenario, misteriosamente sabotearon sus imágenes, borraron la boca del rostro al Che, como el traje del sacerdote guerrillero, retratado por los estudiantes encima de la Biblioteca, dejando un claro mensaje de represión y censura a la historia. Los pintamos para darle valor a la memoria y nunca callar el motivo por el cual perdieron la vida los hermanos San Juan, para que ese símbolo sea el recuerdo de que necesitamos una institución donde se puedan expresar y vivir las ideas, como motores de transformación y justicia, sin ser perseguido, exterminado o encarcelado por ello.

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https://www.las2orillas.co/cronica-una-represion-anunciada-censura-undiaenlaun/

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Espacios emblemáticos y el mismo campus, están siendo amenazados, destruidos y desalojados por la misma institución.

Es tal la represión, que los espacios emblemáticos y el mismo campus, identidad y espíritu de la Universidad Nacional, están siendo amenazados, destruidos y desalojados por la misma institución que falsamente dice defenderlos. A tal punto ha llegado la destrucción de la memoria y la historia de la universidad, la cual se ufanan de celebrar en este sesquicentenario, que la plaza Che está amenazada, siendo símbolo de expresión en las paredes de la nacho, que con su prolífico discurso la convirtió, junto a Sao Paulo, en paradigmas del grafiti y el mural latinoamericanos en la década de los 70 y 80. Sus paredes han expresado los distintos matices de la vida del país; desde la crítica a la alternancia en el poder de la clase dominante con el bipartidismo, hasta los convulsionados efectos sociales que dicha democracia ha generado. La historia y la memoria de su expresión colectiva, ha desfilado en gran parte por los muros y paredes de nuestra universidad, convirtiéndolos en objeto de reflexión de cultura material e inmaterial para la nación.

Exigimos el cese de las medidas de restricción en la entrada del campus, el cierre de las puertas los viernes y días de celebraciones, la destrucción de becas, huertas, canchas y espacios culturales. Seguimos en nuestra convicción de que la Universidad Nacional es el espacio más importante para la Paz y la Educación del país, por lo tanto, reclamamos el cese de la represión y la censura, al igual que la apertura de sus puertas y sistemas de seguridad a la diversidad social y cultural colombiana. Rechazamos las fronteras que se han impuesto entre la comunidad universitaria y la comunidad colombiana en general, haciéndolos mundos radicalmente separados. Proponemos la participación y el involucramiento activo de las universidades públicas en la realidad del país y en la construcción del Proceso de Paz, al entender que desde la misma academia está claro, que las nuevas políticas de participación que garanticen la paz, son el conocimiento, el arte y la cultura, la expresión y los derechos de las comunidades que componemos a Colombia. No de otra manera vamos a redimir la política y la participación ciudadana, de la politiquería y la corrupción en que se halla sumido el país. Es necesario empoderarnos cultural, social y pacíficamente de la Universidad Nacional, porque nos pertenece a todos y la están devastando lentamente.

Estamos por la implementación y cumplimiento de la Paz, y si alguna institución debería dar ejemplo de tolerancia, en el debate pacífico y en la convivencia de la diversidad, debería ser la Universidad Nacional de Colombia. Y no sus falsas pretensiones de apoyo a la Paz y su implementación, como lo hace con su demagogia el rector, dejando claro que quieren dineros del pos conflicto para su corrupción. Así mismo denunciamos, que cuándo se conmemora el 16 de mayo y los estudiantes caídos o las demás masacres que han perpetrado el ejército y la policía dentro del campus, o cuando se realizan los festivales artísticos o los encuentros culturales, se evidencia la censura, la represión y la presencia intimidadora de la División de Vigilancia y Seguridad, nunca protegiendo la integridad de la comunidad sino, como la Policía Nacional, atropellando a los sectores activos de la sociedad.

Las dinámicas continentales y mundiales también han tenido resonancia en las paredes de la UN. Prueba de esto es el ícono convertido en símbolo del rostro esperanzador del Che Guevara, que inmortaliza a nuestra plaza central, recordando el sentido común de la generación de la segunda mitad del siglo XX y no la traición institucional de plaza Santander en el hombre de las leyes, como lo demuestra el profundo retroceso del derecho en el país, en la delincuencia actual de las altas cortes y la corrupción generalizada.

Es tal el atentado a la memoria, que la histórica y memorable Plaza Che, en la cual las generaciones de egresados de las últimas cuatro décadas se han tomado sus fotos de grado, donde muy pocos de los que han ingresado recientemente saben por la impunidad y por la censura oficial, que el Che Guevara se pintó en la Plaza principal por los hermanos Sanjuán, estudiantes de la Nacional desaparecidos y asesinados por fuerzas del Estado, después de pintarlo por primera vez en ese lugar hace 35 años. Sumando a la lista de los caídos en persecuciones sistemáticas y masacres, como la del 1929, cuando cae Gonzalo Bravo, el 54 con Uriel Gutiérrez y sus compañeros, el 82 con la caravana de desaparecidos, el 84 con la masacre y ocupación de las fuerzas del estado al campus, y en los incontables asesinatos que ha sufrido la universidad pública. El Che es pintado en la plaza por los estudiantes en homenaje a sus compañeros que fueron asesinados por reconocer la estatura histórica al legendario comandante guerrillero, cuya vida y obra es un aporte a la justicia social como lo reconoció la Unesco en 1978.

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Llevan 150 años persiguiendo a la juventud estudiosa y revolucionaria del país y sus expresiones políticas y culturales, y ahora nos piden imponiendo la censura, que posemos para la cámara, sonriamos y hablemos de lo bueno que tiene nuestra querida universidad. Comprometidos con la verdadera educación pública, defendemos una universidad donde podamos vivir plenamente, incluida nuestra libre relación con la fiesta como acto de existir y celebrar, construyendo los acontecimientos que dan razón de lo que creemos, de lo que somos y sentimos. La universidad debe ser el lugar donde podamos experimentar nuestra existencia en primera persona, por ello el proceder que nos caracteriza es actuando de frente, sin ocultarnos ante nadie. Les recordamos a todos los burócratas que como sanguijuelas viven de la UN, que es nuestro patrimonio pagado de antemano con los impuestos de todos los colombianos.

https://www.las2orillas.co/paranoia-censura-en-la-universidad-nacional/

DICTADURA UNIVERSITARIAREPRESIÓN Y CENSURA DE LOS VIERNES

La Universidad Nacional tiene un sistema anti democrático y no un gobierno universitario autónomo y limpio, al no haber sido respetada la decisión de los resultados en la consulta a sus estamentos para elegir rector. Más parecido a una dictadura universitaria, en la cual se nombra unos tiranos serviles al gobierno de turno, frente a las propuestas de los estudiantes y de la comunidad universitaria. Desde el 2013, la administración decidió cerrar el campus los viernes por la tarde, a pesar de toda la programación académica y cultural, imponiendo medidas de censura y represión más evidentes. Los posgrados que tenían clase en la noche fueron desplazados al CAN y los programas de viernes culturales sencillamente se eliminaron. Es habitual el cierre y desalojo completo de la universidad, cuando el miedo de las directivas a la cultura y a la diversidad se impone, como sucede días antes y después del 31 de octubre, para reprimir la celebración estudiantil del aquelarre, realizada por décadas. Y de ahí para adelante es la historia de una represión abierta, que ha llegado al punto de exigir el carnet a todo el mundo en la entrada, cuando es una institución que pertenece a todos los colombianos y cuya misión es estar en directa relación con la sociedad que la sustenta. Prohibir la entrada de instrumentos musicales y sonido, al igual que la destrucción de las huertas, fogatas y prácticas culturales pacíficas y autogestionadas, como los toques, murales, ollas comunitarias, cine clubes, encuentros cirqueros, encuentros poéticos, jornadas de cuenteros y la permanente reflexión extracurricular en foros y seminarios que habitaban la universidad, es censura y destrucción de las iniciativas estudiantiles, persiguiendo la actividad pacífica de numerosos colectivos que mantienen vivos estos espacios, amenazados por la ejecución de la violencia de la División de Vigilancia y Seguridad y la complicidad en la súbitas ordenes de cierre y desalojo de la Vicerrectoría y la Administración.

http://www.eluniversal.com.co/columna/privatizacion-y-universidades-publicas

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Crisis y represión en la Universidad Nacional de Colombia La Universidad Nacional de Colombia cumple 150 años de vida y para celebrarlo, la mejor institución de educación pública, la más grande y más importante del país, ha decidido realizar varios eventos, con la característica de hacer silencio sobre los grandes problemas y su impunidad institucional. La celebración contrasta con la realidad del campus: La carrera de Arquitectura no tiene edificio porque fue derrumbado en 2015 y sus docentes, estudiantes y personal administrativo han sido desplazados, siguen los de la facultad de Artes, cuyo edificio frente a la destrucción de Arquitectura, ya se encuentra desalojado. Mientras el sesquicentenario se evidencia más en las grietas y fisuras que en los reconocimientos oficiales, la devastación de la universidad continúa, con 21 edificios en estado de vulnerabilidad. Y el espíritu de la universidad de la nación colombiana en manos de unos negociantes.

En el pregrado es una universidad semi-pública a duras penas, si se compara con México, Brasil o Argentina, donde la educación pública universitaria es gratuita. En el posgrado es absolutamente privada, ya que cuesta lo mismo que la Javeriana o el Externado y sin apoyo de Bienestar Universitario. En las cifras, es evidente el sector de la población colombiana al cual está dirigida en la actualidad, hay el doble de posgrados que pregrados y cada vez se crean más maestrías, especializaciones, doctorados, cafeterías privadas y medidas represivas de seguridad empresarial, mientras se impone una censura radical a los estudiantes de facultades tan vitales como Ciencias Humanas, Medicina, Artes y Derecho. Cada vez entra más gente que paga una matrícula de millones, mientras salen jóvenes de poblaciones que realmente necesitan una universidad pública, gratuita y estatal. Así, es evidente que llegan cada vez más estudiantes en carro mientras se ven los recortes en Bienestar, las únicas Residencias en estado de abandono desde que nacieron, las salidas de campo y apoyos a los estudiantes de las regiones, los barrios o las comunidades étnicas. El desmantelamiento de lo público coincide con la presencia de intereses privados y con la criminalización de las celebraciones estudiantiles de identidad y memoria, ejecutadas por la División de Vigilancia, así como la aparición de empresas como Cosechas, Oma, Tuboleta, etc, al interior de la institución

https://www.elespectador.com/opinion/opinion/el-deterioro-de-la-universidad-nacional-columna-650349

Mito, aquelarre, carnavalEl grotesco americano1

Armando Bartra

Si descartamos la idea de revolución como parto que alumbra lo que ya estaba presente en el viejo orden y sólo pedía que se le liberara de sus ataduras, habrá que admitir que las revoluciones verdaderas son lentas y demandan prolongados y ambiciosos programas de transformación a ejecutarse mediante ardua ingeniería social. En medio de tan prosaica revolución dónde carajos quedó la poesía; dónde fue a parar la inspiración utópica entendida como vivencia liberadora y no como ruta crítica y plano constructivo de la nueva sociedad. La utopía que aquí convoco no es Arcadia siempre pospuesta que se aleja con el horizonte sino epifanía: experiencia colectiva que salta fuera del torrente causal y por momentos se apropia simbólicamente del cosmos, re significación efímera de una realidad de suyo hostil y sinsentido, experiencia extática que prefigura otro mundo -posible no como maqueta científicamente diseñada sino como vivencia compartida, no como escenografía sino como coreografía.

En primeros meses del 2011 Tahrir, ahora conocida como Plaza de la Libertad; en Egipto; la Plaza de las palomas, en Marruecos; la Puerta de Sol, en Madrid, y la Plaza de Cataluña, en Barcelona, entre muchas otras,se volvieron espacios en verdad públicos, territorios liberados, fraternos, deliberativos, solidarios, festivos; ámbitos física y espiritualmente desfajados. Escenario de fiestas revolucionarias que no en todos los casos han cambiado las estructuras del país que las cobijó, pero sin duda marcaron para siempre a sus participantes que después del aquelarre libertario serán mejores personas y tendrán algo que contar, lo que no es poca cosa.

La necesidad transcultural de trances extáticos que desquicien el orden imperante para dramatizar ritualmente la periódica irrupción del caos primigenio seguida de una nueva y provisional refundación cósmica, hace pensar que el mundo no es habitable sin alguna clase de experiencia trascendente que restaure simbólicamente la armonía y el sentido de las cosas. Pareciera que la reproducción de ordenes sociales desgarrados como los que hasta ahora hemos conocido, requiere por fuerza de experiencias utópicas que restituyan los valores ausentes, así sea de modo fugaz y virtual. 

Y también en el marco de luchas libertarias que en primera instancia persiguen objetivos tangibles, creo descubrir la necesidad del éxtasis utópico colectivo como prefiguración pasajera pero caladora de un mundo otro, de un modo distinto de vivir que quizá nos espera en el futuro, pero que en todo caso se hace presente mientras dura la magia. Y es que si no fueran tocados de vez en cuando por el ángel de la utopía viviente, los movimientos sociales no serían más que las chatas, grises y tediosas convergencias circunstanciales de individuos movidos por el cálculo de costos y beneficios, que predica cierta sociología anglosajona.

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El trance utópico colectivo no es “la revolución” en lo que esta tiene de ardua y morosa subversión material, pero sin experiencias extáticas las grandes obras públicas de ingeniería social revolucionaria no podrían romper la inercia que nos ata a lo real como horizonte de lo posible. Las experiencias utópicas son discontinuidades en el campo de un orden causal que encadena el futuro al pasado. Saltos cuánticos por los que cambiamos de lugar social sin recorrer el espacio intermedio. Aleph multitudinarios por los que el cosmos se condensa en una plaza, en una calle…

Hombre del infausto medio siglo XX, judío, comunista revolucionario, practicante del más intransigente pensamiento crítico,“políticamente incorrecto” aun en su momento y entre sus pares, defraudado por la socialdemocracia y acosado hasta la muerte por el nacional socialismo, Walter Benjamín es el espejo trizado de una generación que pese a todo se resiste a tirar la toalla, se niega a perder la esperanza. Como Gramsci en la cárcel, el alemán exiliado y a salto de mata profesa un “optimismo de la voluntad” difícil de preservar cuando sabes que la “locomotora de la historia” no marcha a tu favor sino que trata de arrollarte. Esperanzado respecto de los posibles saldos libertarios de ciertos avances de la ciencia, pero descreído del presunto efecto progresista que por si mismo tendría el desarrollo de las “fuerzas productivas”, Benjamín se desmarca radicalmente del prometeismo al tiempo que mantiene inquebrantable su fe en la posibilidad de redención.2

Mesianismo sui generis, este, pues el reino de Dios -o la sociedad sin clases-, no son culminación sino irrupción trascendente. Tesis que Benjamín formula a su modo como una suerte de apotegma contrahegeliano: “El Mesías interrumpe la historia; el Mesías no aparece al final del desarrollo” (Echeverría, 2005:97).

1http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20120511030704/osal30.pdf

Páginas: 179 y 180.

A nuestros compañeros estudiantes y demás estamentos, a los compañeros de la ACEU, de ASPU y SINTRAUNAL, como a las demás organizaciones; los invitamos a tener conciencia del momento histórico y darse cuenta, que la fuerza que potencia la financiación de la universidad; radica en ser capaces de recuperar el territorio para el ejercicio libre de la política, el arte, la cultura, el relacionamiento lúdico y los debates que en el mundo entero se están dando y no seguir aceptando la aplicación de todos los mecanismos de obediencia y aconductamiento, para eliminar el campus y empoderamiento de la comunidad. Se ha dicho hasta el cansancio y por todos los medios, que la consulta y su hábil manejo para rector es y fue una violación a la democracia y su autonomía, pero nada pasa y las palabras que es lo que más tenemos en la Universidad, se pierdan o se las lleve el viento, porque igual la iniquidad y la anti democracia fraguada se han hecho realidad.

Este fractal de la nación, nos permite in situ, hacer una observación de la vida del país, donde la clase política y sus peones como el rector Ignacio Mantilla, justifican determinados hechos, magnifican ciertos resultados y acallan otros; con el afán de legitimar el interés privado que sobre la universidad se impone en este momento.

NUNCA MÁS VAMOS A CALLAR

Prohibir las fogatas es atentar el derecho a la reunión y a la libre asociación, para conversar de los problemas nacionales y denunciar la verdadera crisis del proyecto ético y político de la UN, más allá de su déficit presupuestal. Es prohibir la poesía ancestral de la vida que nos da el fuego, cuando lo convocamos para ser en cuanto nos descubrimos entre nuestros semejantes.Exigimos que la paz se haga también en la universidad, desenmascarando a los perseguidores de nuestros compañeros y compañeras, que han tenido que pagar hasta con su propia vida la tradición humanista, revolucionaria y creadora de la Universidad Nacional de Colombia.

Hay que recordar que las huertas sembradas por colectivos estudiantiles, financiados con presupuesto estatal de investigación y extensión en la universidad, fueron atacados, destruyendo y haciendo basura las plantas y semillas, para terminar violentamente con el trabajo de reflexión práctica sobre la soberanía alimentaria y la investigación acción sobre semillas nativas. Varios sujetos de la división de vigilancia implicados en reiterados delitos, como golpear estudiantes, amenazar y sacar armas en el campus, hurtar bicicletas y morrales; son violadores de los derechos humanos de quienes defendemos el sentido de territorialidad cultural y política inspirada en la diversidad y hacemos con nuestros actos construcción de memoria de la universidad pública, en especial la Universidad Nacional de Colombia.

El delirio, de sentí-pensarnos en las paredes y los prados con cualidades humanas no terminarà, hasta que esas palabras dichas y escritas sean nuevamente pronunciadas. Hasta que esos ojos mecánicos sean subvertidos por ojos humanos y hasta que la piel, sea tatuada y sirva de lienzo para la expresión. La historia es duración. No vale el grito aislado, por muy largo que sea su eco; vale la prédica constante, continua, persistente. No vale la idea perfecta, absoluta, abstracta, indiferente a los hechos, a la realidad cambiante y móvil; vale la idea germinal, concreta, dialéctica, operante, rica en potencia y capaz de movimiento.

José Carlos Mariategui

Carrera 7 No 17-01 of. 439 – celular 3164551081 – [email protected] - [email protected]

Director: José AcelasDiseño: Susana RobayoRep. Legal CorpotayronaColaboradores: Baraka Ubuntu

Álvaro Miranda / Foto Graf y AndoColectivo Memoria y DDHH UNAL

Las prácticas y tradiciones prevalecen en sus comunidades para celebrar a los espíritus de los antepasados, constituye una de las costumbres más profundas y dinámicas que actualmente se realizan, así como uno de los hechos sociales más representativos y trascendentes de su vida comunitaria. Es una época de retornos: los vivos, que por diversas causas se ausentaron, regresan para participar en los preparativos de la celebración. Vuelven las almas de los seres queridos a compartir los alimentos que les ofrecen con cariño, y así, vivos y muertos se reúnen nuevamente.

Este ritual convoca a la comunidad como un cuerpo unido, en que se perciben valores como la organización comunitaria, los líderes actuales, las relaciones de género, las problemáticas con las que se mueve la comunidad, y el sentido que buscan tener  para los grupos que la conforman, es la mas importante actividad de vigilia conmemora los muertos de la comunidad.

...por nuestros muertos ni un minuto de silencio. toda una vida de combate.

En México los indígenas han rendido culto a la muerte y la han concebido como una dualidad de vida, parte del ciclo de la naturaleza. Para los mayas, los muertos tienen vida, por lo tanto sus espíritus tienen necesidad del sustento tanto como los vivos.

Durante la tradición del Día de Muertos 1 y 2 de noviembre de cada año. Los mexicanos celebran a los muertos acudiendo a los panteones para adornarlos con flores y los hogares colocan altares, para que las almas queridas vaguen unos cuantos días por el mundo, visitando la familia, su casa y amigos.

Editorial

La revista Página 13, viene dedicando su ultimas tres ediciones a la Universidad Nacional y su estado de descomposición, al que no había llegado en toda su historia, a tal extremo que se podría tipificar, como de delito de lesa soberanía en su autonomía y su memoria. Percibimos actualmente el recrudecimiento notorio del retroceso de la universidad, en las directivas actuales y profesores que se benefician de ella; manipulando y acomodando la verdad pública, al proyecto neoliberal que tienen de universidad de talla mundial, como la llaman.Ha sido roto su ciclo histórico, en el espíritu de la creación y en la búsqueda de un país con justicia alrededor del conocimiento, desde ese entonces autoritario de su nacimiento hace 150 años; como desde su segunda época, coincidente con el último periodo de violencia, cuando en el ascenso de la llamada República Liberal de los años 1930 a 1945, se construye el campus de la ciudad universitaria de hoy. En este ascenso se crea el Instituto Etnológico Nacional en 1941 y el surgimiento de carreras distintas a las heredadas del siglo anterior, de tradición elitista, medicina, derecho e ingeniería, abren paso a la licenciatura de antropología, odontología y la carrera de ciencias de la educación, y de esta manera el ingreso de jóvenes urbanos de clase media.

De esa promesa de universidad, conciencia crítica de la nación, es Jorge Eliécer Gaitán, a quien asesinaron, lanzando al país a esa noche oscura que aún hoy padecemos, sin proyecto de nación. Y mucho más grave, sin el espíritu valeroso de la juventud estudiosa y crítica de la Universidad Nacional, de la época ulterior que hizo temblar este país con el Frente Unido, dando surgimiento desde la luz inspiradora y multiplicadora de Camilo Torres y su amor eficaz, a la primera experiencia social de un proyecto político amplio y distinto al bipartidismo, con la voluntad de poder suficiente para convertirse en alternativa de poder, para las transformaciones que aún urgen a la Colombia de esta época. Todo el proyecto de renacimiento del que es hija la ciudad universitaria, se ha traicionado por los opresores criollos, como en el oscurantismo conservador de antes y se hacen celebraciones oficiales que hablan de manera mentirosa de Paz, en medio de tan fuerte decadencia.

Ese espíritu ha sido desdoblado y cauterizado por un poder, hoy en manos de un pobre hombre avaro, un Zapatoca, al decir coloquial de los santandereanos, pues luego de beneficiarse viviendo en residencias y alimentándose del bienestar universitario, dedicándole tiempo completo a sus estudios; hoy hace toda gala de mentiroso escribiendo y diciendo, con cinismo, como si estuviéramos llenos de nobeles, cuando García Márquez, el único, tuvo que salir corriendo de la universidad para llegar a serlo. Es una estafa al espíritu del país, cuando en 150 años deberíamos estar haciendo balances de ese proyecto de nación que se ha debatido en su campus. La discusión teórica definitivamente dio paso a salvaguardar primero los negocios de sus administradores y el ingreso de sus profesores que hoy aprendieron ha perderse y a perder sus estudiantes en la habilidad de la clientela y contratos. Tan solo podemos hablar de la conmemoración de una ruptura histórica, en manos de empleados del gobierno central, para durante toda su historia convertirla en el centro de la persecución a lo mejor de la creatividad y resistencia al poder autoritario en Colombia. 150 años de persecución a su autonomía y a la resistencias para la libertad de pensamiento y de acción.

http://www.festivaldevidaymuerte.com/es/dia-de-muertos/

Colectivo por la Memoria y los Derechos Humanos en la

Universidad Nacional de [email protected]

Edición No. 22 2 de noviembre de 2017

ESTA GENERACIÓN ESTÁ EN PELIGRO

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Esta generación tiene enemigos peligrososes una florde estambres fuertes y dispuestosle toca enfrentarnuevos Herodesmás fierosmás cruelesmás macabros.

Esta generaciónes un punto seguroen nuestra historia.

Esta generación está en peligrohe visto merodearnubes de chacalesque trabajansin descansopara tenderle la celada.

Esta generación tiene enemigos peligrososlos que ya no tienen salidahan decidido liquidarlaella es una flor a puntoun estigma dispuestola posibilidad de un fruto limpio.

Este poema fue escrito por Chucho Peña, un día antes que lo desaparecieran. Actor, poeta y cantor, del movimiento estudiantil y de los trabajadores, Nació el 22 de febrero de 1962 en Medellín y a los 24 años se trasladó a vivir a Bucaramanga, donde fue desaparecido el 30 de abril de 1986. Cuando fue encontrado, le habían arrancado las uñas, sacado los ojos, la lengua y propinado veintiocho puñaladas y dos tiros. Denunciamos este crimen de lesa humanidad, contra el más puro, el más alado, el más frentero y comprometido poeta del movimiento estudiantil colombiano, aún en la impunidad.

Esta generacióntiene enemigos peligrososse lee en las heridasde los últimos sicariadosse escuchaes un rumor intensoque llega de la regiónaún sin nombrede los desaparecidos.

Esta generación está en peligrose siente en el airey se sabe que quieren liquidarla

viva el akelarre y sus brujasA las brujas no las quemaron por malas, las quemaron por inteligentes, por

rebeldes, por libres. Por querer ser parte de la historia. Por adquirir conocimientos que estaban reservados solo a los hombres. Por practicar abortos. Por no

enmarcarse en la “belleza” impuesta por la mirada del poder masculino. Por leer libros, por escribirlos, por enseñar. Por soñar con revoluciones en donde todas las

mujeres consiguieran lo que ahora no tienen. Las quemaron por sabias, las quemaron porque se resistieron a ser violadas, porque no aceptaron el chantaje,

porque no las pudieron comprar. Les quitaron la vida porque ellas posibilitaban que otras mujeres vivieran, por fin, como querían. Por ayudar a otras mujeres a ser

libres. Las quemaron por amenazar al sistema que te convierte en reproductor del sistema. Las exterminaron por amarse entre ellas y por amar a todas.

Que este sea un día para recordar a las asesinadas por la inquisición, a las quemadas por pensar diferente, a las torturadas por no servir a los intereses católicos, a las que resisten en espacios machistas, a las valientes de ayer y a las valientes de siempre.

Reciban el saludo de las nietas de las brujas que no pudieron quemar.

Vero Ferrari