Volvemos Al Paganismo

7/29/2019 Volvemos Al Paganismo

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PAGANISMO?

LA VERDAD OS HAR LIBRES

(Ju. 8, 32)


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A qu estamos de nuevo anteel anuncio maravillosoCHRISTUS NATUS ESTNOBIS!Entonces ya no estamos msabandonados, ya no estamos mssolos, perdidos en un mundo en-demoniado. PARA NOSOTROS,CRISTO HA NACIDO, VENIDY ADOREMOS!S, pero no al Pap Noel protes-tante, con panettones y r egalos,sino al Nacimiento de Jesucristo,verdadero Dios y verdader oHombre, cuyas dos naturalezas,divina y humana, estn unidas enuna sola persona, en la SegundaPersona de la Santsima T rini-dad.Esta unin de las dos naturalezas enuna sola persona, se llama UninHiposttica.Y las tres personas divinas son igua-les e inseparables, pero solo la Se-gunda Persona se hizo Hombr e,permaneciendo sin embargo, unida al Padre y al EsprituSanto an durante su vida terrena, no pudiendo una PersonaDivina separarse de las otras, Por lo tanto, Jesucristo, al ha-cerse Hombre, nunca dej de ser Dios!El Concilio Vaticano I escribi: La santa Iglesia Catlica,

Apostlica y Romana cr ee y con-fiesa que hay un solo Dios verda-dero y vivo, cr eador y seor delcielo y de la tierra, omnipotente,eterno, inmenso, incompr ensible,infinito en toda perfeccin en suentendimiento y voluntad; el cual,siendo una sola sustancia espiri-tual, singular, absolutamente sim-ple e inmutable, debe ser pr edica-do como distinto del mundo, en sy por s, Santsimo e inefable, su-perior a todas las cosas que, fuerade l, son o pueden ser pensadas.(Denz. 1872)Por lo tanto, la esencia de Dios, enla doctrina escolstica, es esencia,por la cual una cosa es tal y no otra,constituida en su especie, y es Sub-sistencia, porque existe en S mis-ma y no en otro. Por lo tanto, laesencia divina consiste en el hechode que Dios es el mismo Ser Sub-sistente. Yo soy el que soy,El Dios de vuestr os padres me

enva a vosotros. (Ex. 3, 13-13).Por esta razn, el ttulo que el Cardenal Joseph Ratzin-ger dio a su libro: El Dios de Jesucristo (Queriniana)significa claramente que Jesucristo tiene otr o Dios y,que por lo tanto, Jesucristo no es Dios.

por el Pbro. Dr. Luigi Villa Doctor en Teologa

Traduccin: Un Ermitao

NAVIDAD!

NAVIDAD?

El card. Joseph Ratzinger.


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Frente a esta gravsima afirmacin no podemos permane-cer indiferentes, sino sentir, en cambio, el santo orgullode defender a JESS-DIOS nuestro Salvador y Re-dentor.Por lo tanto, si la defensa del Papa es nuestro deber de cat-licos, decir, sin embargo, no haber comprendido sus pala-bras, es pura hipocresa y cobarda, porque si la funcinde Pedro en la Iglesia es insustituible, pedir a Pe-

dro que acte comoPedro, no significa, por supues-to, oponerse al Tu es Petrus!Lo que no admitimos es que l pueda desviar a la Iglesiaen un curso diferente del de la autntica Fe Catlica, tam-bin porque el poder del Papa no es ilimitado, sino que es-t limitado por el Derecho Divino.Es decir, la Verdad r evelada,los sacramentos la Eucaristain primis! , las almas, la mismaIglesia, no estn al arbitrio del Pa-pa, para que haga lo que le parezca,sino que le han sido confiados paraque los custodie en la integridad yen la pureza.Ahora bien, esto exige que el podereclesistico, conforme a su fin, seautilizado en la edificacin delCuerpo Mstico de Cristo, no ensu destruccin (II Cor. 10,8).Por lo tanto, en la Iglesia, no puedehaber espacio ni para el libre arbi-trio ni para el despotismo.Volvamos a leer el Vaticano Prime-ro: pues no fue pr ometido alos sucesores de Pedro el EsprituSanto para que por r evelacinsuya manifestaran una nuevadoctrina, sino para que, con suasistencia, santamente custodia-ran y fielmente expusieran la r e-velacin transmitida por losApstoles, es decir el depsito dela Fe. ( cf Const. Dogmtica DeEcclesia Christi, Denz. 1836).Ahora, por desgracia, este salir delos lmites del Derecho Divino porparte del Papado, se lo puede demostrar en la Historia dela Iglesia con el cardenal Gaetano, un gran telogo,quien declara explcitamente: Personae papae porenue-re subesse officio Papae (La persona del Papa puede ne-garse a los deberes de su oficio como Papa) porque el Pa-pa no es siempr e infalible en la gua pastoral y en elGobierno de la Iglesia, sino que puede equivocarse.La infalibilidad est ligada a muy especficas y determi-nadas condiciones, bien precisadas por el Vaticano Pri-mero, resultantes en la frmula ex cathedra. Fuera deestas condiciones, por lo tanto, puede acaecer que el Papase equivoque, incluso en el campo doctrinal. Por lo tanto,fuera de estas condiciones, el Ubi es Petrus, ibi Eccle-sia no tiene ningn valor, porque Pedro se convierte enSimn, con sus deficiencias!

Recordemos el caso San Atanasio, quien, en el ao360, era el nico entre todos los obispos de la cristiandad,en la defensa de la ortodoxia contra los herejes arrianos,como dijo consternado tambin San Jernimo: Elmundo catlico se encontr arriano! Ahora, la here-

ja que amenaz a toda la Iglesia, fue sin duda porculpa del Papa Liberio, por haber suscripto una frmulade fe ambigua. Siguieron los tristes Concilios de Rimini y

Saleucia, donde la hereja arriana triunf sobre la verdad,la catlica, defendida por San Atanasio. Pero hoy l esvenerado en los altares, y no el Papa Liberio, que fue ex-cluido, incluso del Martirologio Romano!Es claro, entonces, que en esa ocasin, no se poda aplicar

al Papa Liberio el Tu es Petrus,y ni siquiera el Ubi Petrus, ibiEcclesia, y no se podan condenarlas afirmaciones de San Atanasio yde los otros pocos defensores.Con razn, pues, Santo Toms deAquino nos ensea que cuandohay un peligr o para la fe, lossbditos estaran obligados a r e-prender a sus pr elados, inclusopblicamente (ver S.Th. II-II, a.4 a 2), y que se debe resistir a unPapa que destruye abiertamentea la Iglesia. (Cfr. Card. Gaetano,De comparata auctoritate Papae etConcilii).Y fue un deber an para San Pa-blo, cuando se sinti obligado a re-sistir en el r ostro a Pedr o (cf.Gal. 2, II y ss.).Lo mismo sucedi en el tiempodel Papa Liberio, del Papa Ho-norio y del Papa Juan XXII.Llegados a este punto, podemostambin preguntarnos: Donec-contrarium, probetur, cmo seexplica la situacin de BenedictoXVI como V icario de Cristo,cuando, en diversas ocasiones, haescrito y dicho que JESUCRIS-TO NO ES DIOS?

Lo hemos visto incluso como ttulo, El Dios de Jesucris-to en su libro, publicado por Queriniana en 2005-2006,pero que ya haba sido publicado una vez en Alemania, en1976 y por segunda vez en el ao 1978.Pero sin embargo, yo lo haba denunciado claramente yaen enero de 2003, en mi libro La Nueva Iglesia de Pa-blo VI, presentando el texto sacrlego extrado de la edi-cin francesa del libro de Ratzinger La foi chrtienne,hier et aujurdhui (La fe cristiana, ayer y hoy), p. 126.Presento aqu un breve resumen de la expresin ELDIOS DE JESUCRISTO, que alude a Dios y a Jesucris-to, sin ms vinculacin con los datos de la divina Revela-cin.Incluso como cardenal, Ratzinger , entonces Prefecto dela Congregacin para la Doctrina de la Fe, claramente

Benedicto XVI.


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escriba que el hombre autntico, por el simple hecho deque es integralmente tal, es Dios, y , en consecuencia,Dios es un hombre autntico.Esta, su cristologa, sin embargo, no es sino una here-

ja.Toda su cristologa, de hecho, gira alrededor de este eje,que para l es fundamental. Para l, JESUS NO ESDIOS, ni el Hijo natural del Padre, ni es del Padre an-tes de todos los siglos, ni siquiera no engendrado, nocreado, consustancial del Padre, sino que Cristo Jesses un simple hombr e que lleg a coincidir con Dioscuando, en la Cruz, encarn el ser para los otr os, elaltruismo por antonomasia.Est claro, pues, que Ratzinger r echaza la cristologade la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II como unacristologa triunfalista, que no sabe ms qu hacer conel hombre crucificado y el siervo, para inventar, ensu lugar, un mito del Dios ontolgico (Cfr. Ratzinger:La Foi chrtienne, hier et aujourdhui, pg. 152).Por lo tanto el card. Ratzinger, a la cristologa triunfa-lista que cr ea un mito del Dios ontolgico, oponeuna cristologa de servicio que l dice haber descu-bierto en San Juan, donde el Hijo sera slo un servi-dor perfecto, y llega incluso a hacerle decir a Dante unatal estupidez hertica (pp. Ibid, 125-126).Asimismo, se esfuerza tambin por interpretar a San Pa-blo (I Cor.15:45), donde dice que Cristo es el ltimohombre, el hombre definitivo que introduce al hombreen su futuro, un futuro que consiste en ser simplementehombre, pero para ser uno con Dios. Y prosigue: ... la

fe cristiana r econoce en Jess de Nazar et, al hombr eejemplar.Luego, el Cardenal se apoya incluso en el jesuita ma-sn Teilhard de Chardin, apstata , al escribir: Es ungran mrito de T eilhard de Chardin el haber r epensa-do estas r elaciones a partir de la imagen del mundode haberlas hecho nuevamente accesibles. (Ibd., pp.160-162)No slo eso, sino que har de este monismo-pantesta in-cluso la cristologa de San Pablo : A partir de all, la fever, en Cristo, el inicio de un movimiento que hace en-trar, cada vez ms, a la humanidad dividida en el serde un nico Adn, de un cuerpo amigo, en el ser delhombre que est por venir. Ver en Cristo, el movimientohacia ese futuro del hombre, en el que estar totalmentesocializado, incorporado al nico. (Ibd., pp.162-163).Hereja con hereja!.. No ser ms Dios que se hace hom-bre, sino que ser el hombre que se manifiesta como Diosen Jesucristo!stas son bestialidades, que disuelven la teologa catli-ca!Hasta el cardenal Siri, en su inteligente libro Getsema-n se pregunta: Cul puede ser el sentido de esta afir-macin? O mejor dicho, Cristo es slo hombre, o el hom-bre es divino?El Cardenal Ratzinger, por esto, muestra ser un discpulode Rahner, SJ , otro hereje, el cual se preguntaba: Sepuede tratar de ver la unin hiposttica en la lnea deeste perfeccionamiento absoluto de lo que es el hom-

19 de agosto de 2005. Benedicto XVI durante su visita a la sinagoga de Colonia, donde ha sido recibido con todos los honores por la comunidad hebraica.


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bre? (Cfr. Card. Siri, Getseman, cita de Naturalezay Gracia de Karl Rahner, p. 79).El cardenal Ratzinger, entonces, ha abandonado la filo-sofa del ser por la del devenir, repudiando por tantola Tradicin y el Magisterio de siempre, para volver alModernismo que, en Cristo no r econoce nada msque al hombre, viendo en l un dios, por que el princi-pio de la fe es inherente al hombre.

Por desgracia, el Cardenal Ratzinger nunca se ha r e-tractado o negado nada de sus escritos, en efecto, se hacalificado como un progresista equilibrado para larevolucin tranquila de la doctrina, sin nostalgia porun ayer irr emediablemente pasado, y esto porque esal hoy de la Iglesia que debemos permanecer fieles, noal ayer ni al maana. (Cfr. Entretien sur la Foi, pp 16-17).Sus obras, de hecho, dan razn de l, no como un restau-rador de la fe , sino como un opositor a la T radicinCatlica en el repudio de la misma Revelacin divina!Ninguna maravilla, entonces, si an hoy se revela como elautor de su libro: EL DIOS DE JESUCRISTO, es de-cir, de un Jesucristo que no es ms Dios.Pero an hoy parece que quieren invitar a repensar elcristianismo, poniendo en duda incluso a Jesucristo-Dios y poniendo en discusin toda la fe catlica paratransformarla en una especie de pantesmo naturalista quehara reflorecer un nuevo cristianismo de las cenizas de losdos mil aos que quieren destruir.Pero qu ser de Jess, entonces, despus de que se loquiere muerto a toda costa, incluso negndole la Resu-rreccin y la Ascensin?El problema es que estas desviaciones herticas han entra-do, ahora, oficialmente, en las Universidades catlicas, enlos seminarios y en los estudios teolgicos. Lo grave, en-tonces, es que son presentadas descaradamente por mu-chos de los que se declaran profesores catlicos, es-critores catlicos, sacerdotes catlicos.Por supuesto, desconcierta el escuchar que Cristo seamencionado slo para ser ultrajado y retratado como unamante de Magdalena, o incluso como un sodomita, o co-mo un gur o un impostor, y uno no puede permanecer in-diferente, sino sentir el santo orgullo de defender a nues-tro Salvador y Redentor.Est claro que sin Cristo, se vive en un mundo perverso,lujurioso, sodomita, sin escrpulos.Incluso San Pablo nos pone en guardia: Os recomiendo,hermanos, que os guardis bien de los que provocan di-visiones y obstculos contra la doctrina que habisaprendido: manteneos lejos de ellos. Estos, de hecho,no sirven a Cristo Nuestro Seor, sino a su propio vien-tre, y, con un hablar solemne y halagador engaan elcorazn de los simples. (Romanos 16-17)Y entonces, cmo Benedicto XVI dice que tenemos elmismo Dios de Israel y del Islam cuando, no creyendo enCristo, las otras religiones son idolatra?Santo Toms de Aquino, en su Summa Contra Genti-les, niega toda relacin entre nuestro Dios que es elverdadero y el del islam que es falso en realidad ine-xistente.

Tambin sucede lo mismo con los Hebreos, que nieganque Jess sea Dios, como lo afirm el mismo prof.Muhammad Hamidullah, el ex rector de la UniversidadAin-Shamus en El Cairo, que declar: decir que losmusulmanes adoran al mismo Dios de los catlicos, esfalso, porque nuestro Dios no es Trinitario, y los musul-manes no adoran ni a Jess ni al Espritu Santo.Nuestra actual Jerarqua debera saber, sin embargo, que la

Historia del Cristianismo est plagada de cadveres cris-tianos, hechos por los musulmanes, como debera saberque an hoy el Dios de su Corn obliga a la guerrasanta contra los infieles especialmente contra nosotros,los catlicos.Podemos, asimismo, leer en el Corn: Al, eres nuestroSeor: haznos vencedores sobre el mundo de los infie-les (Corn, Sura 2,286).

En la noche de Navidad, Nosotros proclamaremos nues-tra Fe en el VERBO HECHO CARNE, JESUCRIS-TO-DIOS y renovaremos nuestra voluntad de combatirel error moderno, que se enmascara con el envoltoriode una r eligin ms inteligente, pero llena de mitos ysimbologa oculta, rogando para que la humanidad r e-encuentre a Jesucristo, Dios, nico camino de salva-cin, en la verdad y en el amor, en todos, con la alegraen el Misterio de Jess-Dios!

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