Yo soy mi cuerpo. (en situaciones de discapacidad).

Yo soy mi Yo soy mi cuerpocuerpo

(En situaciones de (En situaciones de discapacidad)discapacidad)

José María Olayo noviembre 2011 olayo.blogspot.com

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… el instrumento más valioso que tenemos los humanos para comunicarnos, para ser y estar, entrar o salir, querer y ser querido, explorar o ser explorado: el cuerpo.

Una conversación acerca de...

DEPORTE Y DISCAPACIDAD



El cuerpo nuestro, dado, es la principal herramienta que manejamos para comunicarnos y estar en el mundo...




… gracias a él nos mostramos y hacemos visibles nuestro interior: manifestamos estados de ánimo, pulsiones, miedos, afectos, dudas, inquietudes, destrezas...




… a través de los movimientos de las manos, los dedos, la cabeza, las miradas, parpadeos, la postura, las muecas y los gestos.




Cada cuerpo tiene su luz propia, más o menos brillante, de mayor o menor intensidad, pero es la suya y como tal debe ser respetada y valorada, más allá de consideraciones morales o interesadamente subjetivas...




… puede estar seriamente dañado, más o menos inerte, incompleto, aminorado o en muchas de sus funciones inoperativo, pero es cuerpo y, sobre todo, es MI CUERPO.




Gracias a mi cuerpo puedo mirar y ser mirado, admirar y ser admirado, tocar y ser tocado, atravesar con un gesto emociones ajenas...




… intercambiar afectos y abrazos, diseñar un sueño de forma conjunta con otro cuerpo, esbozar una sonrisa que evoca otra sonrisa...




… transmitir emociones y sentimientos y que me sean devueltos mejorados, ser espejo para los demás que muestran lo que nos falta y lo que tenemos.




Yo soy mi cuerpo o, si se quiere, mi cuerpo es YO. Con él alargo o acorto el horizonte a discreción, le doy sentido al infinito, utilizo la duda como una forma más de definirme..




… elijo la mejor postura ante el mejor postor, cambio mi imagen corporal en función de lo que pretendo, y no pretendo más que ser cada vez más corporal, corpóreo, cuerpo presente aún en situaciones de ausencia pretendida...




… tengo estatura, peso, olor, color, aliento, forma y disforma, envergadura, mirada, intención, fantasía, coraje y muchos besos pendientes.




Mi cuerpo es lo más importante que tengo, diezmado, menguado y en muchos aspectos inútil, pero es mío y con él soy yo y estoy aquí...




… un cuerpo menos capaz para hacer o decir, pero no por ello menos cálido, íntimo, diferente, mágico, intenso, inevitable...




... capaz de saborear, someterse, palpitar, invadir, explorar, hurgar, habitar, aprovechar, latir...




… agitar, abrigar, oponer, sostener, llevar y dejarse llevar, mudar, inventar, buscar.




Yo soy mi cuerpo, y eso es mucho más de lo que los demás aprecian y menos de lo que a mí me gustaría; con él soy capaz de percibirme y recordarme, exigirme y soñar otro cuerpo y otras formas de ser y de estar...




... atreverme a más y medirle la distancia a un abrazo, dilatar la influencia en mí mismo, convertir en realidad la ficción de cada sueño...




… compartir con otros cuerpos el espíritu de grupo, hacer piña y figurar en la agenda personal de otros, para descifrar juntos los enigmas de cada gesto propio y ajeno...




… apretar abrazos, fugarnos de la indefensión, limitar la periferia de la tristeza y compartir la creencia en la generosidad del porvenir.




Mi cuerpo no es modelo pero reconoce los rasgos de un beso, no es referencia para nadie pero aprecia como nadie la ternura cuando es sincera e incisiva...




… tiene demasiados defectos pero sabe utilizar la pasión como artefacto, es imperfecto y eso le hace más original, está incompleto y por eso mismo más rebelde y desinhibido...




… tiene menos prestaciones pero maximiza las pocas que tiene, está herido y enfermo pero es capaz de cruzar la frontera de la impotencia.




Tengo un cuerpo que es mi cuerpo, que es mi vida, que es mi esperanza, mi vehículo personal para transitar por la vida de los demás y con los demás...




… en él albergo toda mi imaginación, mis convicciones, mi sentido del humor, mis pasiones, mi inventario de deseos inconfesables...




… mis lamentos y temores, todas y cada una de las sombras que he ido acumulando a lo largo de mis fracasos e infidelidades conmigo mismo...




… pero, también, ilusiones, ensoñaciones, propósitos, entusiasmo, afán, tensión y emoción.




Tengo un cuerpo y eso es mucho: con él aprendo cada día, descubro cada día, percibo cada día y soy capaz de elegir entre tristeza y ternura, entre regreso y ruptura, pérdida y promesa...




… aprendo a reconocer la piel que me seduce, descubrir el impulso que da un fracaso, los mimbres con los que se confecciona una mentira...




… la inercia de una caricia, la tensión de una ironía, la sorpresa de la soledad, el vértigo de un te quiero mucho.




Yo soy mi cuerpo, con sus atajos y sus grutas, sus abismos y su perímetro: un universo pequeñito en el gran universo de los demás, capaz de moldearse para seducir y convertir su deterioro en oportunidades y certezas...




… un cuerpo chico en posibilidades pero enorme en ingenio, capaz de transformar la necesidad en actitud y desplegar su arsenal de motivaciones emociones...




… para huir de la nostalgia y adquirir compromisos, mudar costumbres y servir de espejo a otros cuerpos, intercambiar lágrimas y risas, sentirse persuadido y persuadir.




Yo soy mi cuerpo, y contigo ¡soy aún más¡




Yo soy mi cuerpo. (en situaciones de discapacidad).

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