Zuluaga, M., El Problema de Agripa

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    1 IDEAS Y VALORES N 128 AGOSTODE 2005 BOGOT, COLOMBIA

    EL PROBLEMA DE AGRIPA

    MAURICIO ZULUAGAUNIVERSIDADDEL VALLE

    [email protected]

    Resumen: El objetivo de este artculo es presentar el problema triple(trilema) de Agripa que cuestiona la posibilidad de alcanzar una justifica-cin epistemolgica del conocimiento emprico. Una posible reconstruc-cin del problema es la que se apoya en el problema del regreso al infinitouno de los modos de Agripa. En el presente texto se presentar unareconstruccin del mencionado problema mediante un argumento de re-duccin al absurdo. Los intentos de solucionar el absurdo conducen a losrestantes dos modos que constituyen el problema triple de Agripa.

    Palabras clave: escepticismo filosfico, justificacin inferencial, regresoepistmico, fundacionalismo, coherentismo, internalismo, externalismo.

    Abstract: Agrippas Problem: The purpose of this paper is to present thetriple problem (trilemma) of Agrippa that questions the possibility ofreaching an epistemological justification of empirical knowledge. A possiblereconstruction of such problem is one that is based on the problem of theregresumadinfinitum one of Agripas modes. In this paper, a reconstructionof this problem will be presented by means of a reduction ad absurdumargument. The attempts of solving the absurd lead to the remaining twomodes of Agrippas triple problem.

    Key Words : philosophical scepticism, epistemic justification, epistemicregress, foundationalism, coherentism, internalism, externalism.

    Introduccin

    Mi inters es analizar el llamado trilema de Agripa en contra de laposibilidad de alcanzar una justificacin inferencial para1Cuando hablo de justificacin, justificacin inferencial o justificacin epistmica

    estoy hablando de la justificacin que nos da buenas razones para sostener, deforma epistmicamente responsable, que una creencia determinada es verdaderao que ella se aproxima a la verdad. La justificacin de la que aqu hablamos esaquella relacin o cualidad de una o ms creencias que permite distinguir unacreencia que es verdadera por mero azar de aquellas que constituyen conocimien-to. Siempre que hable de justificacin deber entenderse en este sentido. Comoseala BonJour: [] I will assume that the subject of which foundationalism and

    coherentism are offering competing accounts is the fundamental structure of theepistemic justification of contingent or empirical beliefs, where what is distinctiveabout epistemic justi ficat ion is that it involves an acceptably strong reason forthinking that the belief in question is true or likely to be true. This is not the onlypossible account of the subject matter of this dispute, but it is by far the moststandard and straightforward. (BonJour 1999: 117-118).

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    nuestro conocimiento emprico.1 Una posible reconstruccin de estetrilema es la que parte primero del problema del regreso al infinito en

    la justificacin inferencial. El problema del regreso al infinito en lajustificacin inferencial2 se puede presentar por medio de un argu-mento por reduccin al absurdo. La reduccin al absurdo se da altener que aceptar que la justificacin inferencial incurre en un regresoal infinito y al considerar que este regreso es epistmicamente inacep-table. Al intentar solucionar el absurdo se caer en los otros modos(suposicin y crculo viciosos) que tambin son cuestionados porAgripa. Esta presentacin del trilema de Agripa nos permitir ademsver su pertinencia en el debate epistmico contemporneo entre fun-dacionismo y coherentismo.

    Este artculo consta de tres partes. En la primera har una brevedistincin entre el escepticismo profesional (filosfico) y la actitudcotidiana que usualmente calificamos de escptica; en la segundaparte expondr el trilema de Agripa. En la tercera parte presentar unargumento por reduccin al absurdo del problema del regreso al infi-nito, analizar cules alternativas se pueden ofrecer para evitar elabsurdo y por qu son insatisfactorias para el escptico.

    1. Escepticismo profesional y cotidiano

    Es importante diferenciar el escepticismo filosfico de otras actitu-des cotidianas que tambin suelen calificarse de escpticas. Muchasveces somos escpticos o tenemos dudas respecto a determinadas

    cosas o estados de cosas. Muchas veces albergamos alguna dudaacerca del resultado de un examen, de que el equipo nacional logreganar un partido o de que la respuesta a una solicitud de empleo seaafirmativa. Cuando Tobas dice, por ejemplo, que l es escptico enrelacin con su solicitud de empleo, lo que est expresando es slocierta incredulidad e inseguridad: no sabe si lograr conseguir el em-pleo. Las razones de tal incredulidad pueden ser varias y de diversanaturaleza: puede ser que Tobas no se haya sentido conforme con laentrevista de trabajo que present; puede ser que ni sus recomendacio-nes ni su cualificacin sean las mejores; puede ser que tenga un mal

    presentimiento, etc. En la vida diaria se suele sealar esta incertidum-bre diciendo: soy escptico de que pueda conseguir el trabajo o ten-go dudas acerca de la posibilidad de obtener el empleo. El escepticis-

    mo que nos interesa y del que aqu hablamos tiene muy poco que ver

    2 En lo que sigue, me referir a este regreso simplemente como regreso o comoregreso al infinito.

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    con esta actitud de incredulidad de la vida diaria, es de otro gnero.Considrese, por ejemplo, que Tobas, luego de recibir una respuesta

    negativa a su solicitud de empleo, se dedic a un anlisis juicioso dela poltica econmica del actual gobierno. Considrese adems que lle-ga a la conclusin de que la situacin de desempleo no mejorar. Su-pongamos que Tobas afirma: dudo que el gobierno logre disminuir eldesempleo. Lo que Tobas ha hecho es lo que podemos considerarcomo un juicio selectivo y restringido. Su juicio es selectivo, en el sentidoen que su incredulidad se dirige slo a una situacin determinada y noa cualquier pretensin de conocimiento. Frente a todas las cosas queTobas sabe o que cree saberseleccion una (que la situacin del desem-pleo puede mejorar) y la consider como dudosa; las razones de sududa, que pueden ser de muy diversa ndole, no nos interesan; lo queaqu nos interesa resaltar es que su duda se aplica slo a una creencia oa un grupo determinado de creencias.

    Es obvio que el juicio de Tobas es, adems, restringido: si Tobasafirma que es escptico en relacin con la poltica econmica delgobierno frente al desempleo, no dir que, por lo tanto, no sabe nada.Al contrario, slo afirma una incredulidad frente a un estado decosas, pero esta incredulidad no afecta a las dems cosas que l sabeo cree saber. En la vida cotidiana el escepticismo slo se presenta enrelacin con una creencia o con un grupo de creencias y esta dudano afecta otras cosas que sabemos o que creemos saber; por ello elescepticismo cotidiano es selectivo y restringido (cf. Williams 2001captulo 4).

    El escepticismo filosfico o profesional, por el contrario, es unaposicin en relacin con el conocimiento humano en general, no con

    un saber especfico y debe considerarse como una disciplina de se-gundo orden (cf. Hoyos 1999). Su importancia radica en que todateora del conocimiento se puede considerar como un intento de res-ponder concluyentemente a los problemas que el escptico presenta.Su tesis central es que no podemos afirmar que conocemos algo o queslo podemos afirmar que conocemos muy pocas cosas. Por lo tanto,el escepticismo filosfico no es ni selectivo ni restringido; se aplica atodo lo que conocemos o a lo que pretendemos conocer. Es una tesisglobal.

    En general, hay dos formas o familias de argumentacin escpticas.Unas que desarrollan argumentos tendientes a sealar la imposibi-lidad de alcanzar la justificacin de cualquier creencia, otras quedesarrollan argumentos escpticos en los que se propone un criterio

    de justificacin y que, al mismo tiempo, sostienen que tal criterio nopuede ser satisfecho.

    Estas dos formas argumentativas del escepticismo se puedenapreciar si comparamos las estrategias de Agripa y del escepticismo

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    cartesiano.3 Para Agripa cualquier intento por justificar una creen-cia se enfrenta con problemas fundamentales y, por lo tanto, desde

    su posicin la justificacin de cualquier creencia es imposible.Cuando Agripa niega la posibilidad de cualquier justificacin, se-ala que existe una dificultad intrnseca en nuestro concepto dejustificacin epistmica. El escptico cartesiano, por su parte, consi-dera que existe un criterio que debe ser satisfecho por cualquiercreencia para que podamos considerarla como epistmicamentejustificada y para que cuente como conocimiento. Sin embargo, estecriterio slo puede ser satisfecho por muy pocas creencias. Desdeesta perspectiva el conocimiento humano es posible en principio,aunque mucho ms restringido de lo que creemos.

    2. El problema de Agripa

    Como hemos visto hay dos grupos o familias de argumentos escpti-cos, que emplean distintas estrategias argumentativas tendientes acuestionar nuestro conocimiento. Una de estas familias de argumentosest constituida por lo que se denomina el trilema de Agripa. Esta familiade argumentos cuestiona al concepto de justificacin epistmica.

    El escepticismo filosfico se origin en Grecia donde se le conside-raba tanto una actitud moral como una posicin epistmica. Dadoque, segn el escptico, no hay ningn criterio para preferir unaopinin sobre otra, ellas se presentan como equipotentes (isosthe-neia). Como tal equipotencia no puede solucionarse, el escptico

    opta por la suspensin de la actitud judicativa (epoj). Con esta sus-pensin el escptico llega, por azar, a la tranquilidad del alma (ata-raxia). Esta dinmica de la actitud escptica es descrita por SextoEmprico como sigue:

    3 La expresin escepticismo cartesiano debe ser claramente acotada y no debeconfundirse ni con la totalidad del sistema filosfico propuesto por Descartes nicon algunas de sus consecuencias (por ejemplo, lo que he denominado solipsismocartesiano (cf. nota 10 de este texto). La posicin de Descartes en teora del cono-cimiento debe caracterizarse como un sistema fundacionista de corte deductivo.Esto dista mucho de cualquier escepticismo posible. Debe reconocerse, por tanto,

    que la expresin escepticismo cartesiano es desafortunada y lo es, porque sen-cillamente no existe tal cosa. Con todo, esta expresin se ha ido convirtiendo en unlugar comn en los anlisis contemporneos para referirse a una suerte de proble-mas escpticos bien definidos que tienen su origen en la posicin cartesiana de laPrimera Meditacin o que se desarrollan a partir de all. La expresin escepticismocartesiano debe entenderse en este sentido.

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    Tambin los escpticos, en efecto, esperaban recobrar la sereni-dad del espritu a base de enjuiciar la disparidad de los fenme-

    nos y de las consideraciones tericas; pero, no siendo capaces dehacer eso suspendieron sus juicios y, al suspender sus juicios, lesacompa como por azar la serenidad del espritu, lo mismo quela sombra sigue al cuerpo (Sexto Emprico, Esbozos Pirrnicos, I, 29).

    Para alcanzar la equipotencia entre varias creencias, el escepticis-mo antiguo utiliz varios modos.4 Estos modos son simplementeestrategias argumentativas tendientes a mostrar que es imposibledecidir entre alternativas diversas. En los Esbozos Pirrnicos Sextopresenta primero los modos de Enesidemo de Cnossus (Siglo I d.C.)y luego los de Agripa (Siglo I-II d.C.?). El punto de partida de losmodos de Enesidemo es que frente a toda opinin, creencia o posi-cin terica existen diversos puntos de vista que dependen de diver-

    sos factores (cf. Annas & Barnes 1994). Esto hace que frente a cual-quier creencia se pueda presentar una alternativa que sera igual-mente vlida. Los modos de Enesidemo ofrecen los motivos por loscuales esto es cierto de las creencias relativas a nuestra percepcinsensorial: o bien ellas son relativas al observador, o bien ellas de-penden de la relacin que existe entre el observador y el objeto obser-vado, o bien ellas son relativas al objeto observado. Los modos deEnesidemo operan siguiendo una estructura comn, como sealanAnnas & Barnes:

    4 No hay consenso acerca del trmino adecuado para referirse a los modos o

    tropos escpticos. Algunos autores prefieren el trmino tropo, otros prefieren eltrmino modo. No hay ninguna diferencia entre ambos trminos y si he elegidoel trmino modo, lo hago por razones meramente estilsticas. Annas & Barnes,por ejemplo, optan por traducir tropo por modo y sealan: We have usedthe word mode to translate the Greek term tropos. Other translators prefer totransliterate, and speak of the Ten Tropes. According to Sextus (36), the Pyrrhonistsalso employed the word logos, presumably in its sense of argument, to designatethe modes. Sextus also says (if the text is right) that the word tupos was used: tuposwill mean either outline or, better, pattern or schema, in the sense of argument-pattern. The title of a work by Plutarch indicates (but again the text is uncertain)that a further term was introduced, namely topos. Topos means literally place; butit also has a logical sense the sense it bears for example in Aristotles Topics inwhich it means something like general principle of argument. This variety ofnames has no particular significance. The standard term for a mode is tropos. Inordinary Greek tropos is fairly colourless, meaning simply way or manner. Thetropoi of Pyrrhonism may thus be ways or manners of introducing suspension of

    judgement. But tropos also hat a technical sense. In Stoic logical theory, a tropos isa sort of pattern of argument, e.g. If A then B; but A; therefore B(DiogenesLaertius VII 76). Now the skeptical modes are in a somewhat relaxedsense patterns or schemata of argument, and it is possible that the Pyrrhonistsintended their use of the term tropos to be understood in its technical logical sense.(Annas & Barnes 1994: 21).

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    (1) x appears Fin S(2) x appears F*in S*

    but the appearances are equipollent, i.e.(3) we cannot prefer S to S* or vice versa;Hence we arrive at suspension of judgement, i.e.(4) we can neither affirm nor deny that x is really For really F*.(Annas & Barnes 1994: 25).

    Luego del anlisis de los diez modos de Enesidemo, Sexto presentacinco nuevos modos que, segn l, se deben a los escpticos msrecientes:

    Los escpticos ms recientes dan estos cinco tropos de la sus-pensin del juicio:El primero, el de a partir del desacuerdo.El segundo, el de caer en una recurrencia ad infinitum.El tercero, el de a partir del con relacin a algo.El cuarto, el de por hiptesis.El quinto, el del crculo vicioso.El de a partir del desacuerdo es aquel segn el cual nos damoscuenta de la insuperable divergencia de opiniones que surgenen torno a la cuestin propuesta, tanto entre la gente corriente,como entre los filsofos; y por ello concluimos en la suspensindel juicio al no poder elegir ni rechazar ninguna.El de a partir de una recurrencia ad infinitum es aquel en el quedecimos que lo que se presenta como garanta de la cuestinpropuesta necesita de una nueva garanta; y esto, de otra; y ashasta el infinito; de forma que, como no sabemos a partir dednde comenzar la argumentacin, se sigue la suspensin del

    juicio.

    El de a partir del con relacin a algo es segn hemos dicho elde que el objeto aparece de tal o cual forma, segn el que juzgay segn lo que acompaa su observacin, y que nosotros man-tenemos en suspenso el cmo es por naturaleza.El de por hiptesis se da cuando, al caer en una recurrencia adinfinitum, los dogmticos parten de algo que no justifican, sinoque directamente y sin demostracin creen oportuno tomar porconvenio.El tropo del crculo vicioso ocurre cuando lo que debe ser demos-trado, dentro del tema que se est investigando, tiene necesidadde una garanta derivada de lo que se est estudiando. En esecaso, no pudiendo tomar ninguna de las dos cosas como base dela otra, mantenemos en suspenso el juicio sobre ambas. (SextoEmprico, Esbozos PirrnicosI, 164-170).

    Hoy en da hay unanimidad respecto de quines sean estosescpticosrecientes; Sexto se est refiriendo a Agripa. Agripa fue contemporneo deAntoco y vivi entre Enesidemo y Sexto. Es mencionado explcitamente

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    por Digenes Laercio en La Vida de los Filsofos como el inventor delos cinco modos para la suspensin del juicio (cf. Dig. Laer., IX: 88-89).

    Al comparar los modos de Agripa con los de Enesidemo se haceevidente el nuevo enfoque que Agripa le dio al escepticismo. A dife-rencia de los modos de Enesidemo, los de Agripa se dirigen a sealarlos problemas lgicos que conlleva cualquier intento por justificar in-ferencialmente nuestras creencias.De los cinco modos de Agripa, losde a partir del desacuerdo y a partir del con relacin a algo tienenuna estructura anloga a la de los modos de Enesidemo, los otros no.5

    El modo de a partir del desacuerdo solo seala que las personaspueden tener distintas opiniones acerca de casi cualquier cosa. Consi-deremos por ejemplo el debate acerca de la naturaleza de la luz: unossostienen que ella es una partcula, otros que una onda y otros que estanto una onda como una partcula. Esto es, a unos la luz se les aparececomo una partcula, a otros como una onda y a otros como una onda ycomo una partcula. El escptico no quiere tomar ninguna posicin, lslo seala que, por ejemplo, a partir de la pregunta acerca de la natu-raleza de la luz existe una gran discrepancia y por ello se ha de sus-pender el juicio en relacin con la naturaleza de la luz. El modo apartir del con relacin a algo seala que cualquier pretensin de co-nocimiento puede ser relativa a desde mi perspectiva o por lo quea mi concierne o gracias a mi educacin.

    Estos dos modos no se diferencian de los propuestos por Enesidemo.Estos dos modos y los de Enesidemo permiten hacer una preguntaepistmica por la justificacin. As, nos remiten a lo que podemos

    5 Brochard lo seala explcitamente: Los cinco tropos de Agripa, nos dice

    Sexto, no estn destinados a excluir los diez tropos de Enesidemo; sirven solamen-te para introducir variedad en los argumentos que ponen al desnudo la vanidaddel dogmatismo. Sin embargo, mirando all ms cerca, es fcil ver que no son,como Sexto parece decirlo, una simple variante de los de Enesidemo. De la antigualista, dos solamente se han conservado, el del desacuerdo y el de la relatividad. Adecir verdad, puede considerarse los ocho restantes como comprendidos y resu-midos bajo el nombre de relatividad: slo expresan, en efecto, las diferentes rela-ciones de las cosas particulares con el espritu. Todo lo que hay de esencial en laantigua lista se encuentra otra vez en la nueva. Pero los otros tres presentan uncarcter muy diferente: se refieren a las formas del conocimiento, mientras que losprecedentes son ms bien relativos a la materia. Diramos en lenguaje modernoque los dos antiguos fueron sugeridos por la teora del conocimiento, los dems,por la lgica o la dialctica; corresponden a las condiciones de toda demostracin.Adems, los diez tropos, salvo el ltimo, se refieren todos, se ha visto, al conoci-miento sensible. stos, por el contrario, atacan a la vez los sentidos y la inteligen-cia; Sexto tiene cuidado en hacerlo notar, y consagra a cada uno de estos dos

    puntos una demostracin particular. Los diez tropos de Enesidemo tendan aprobar que la certeza no existe realmente; los cinco tropos de Agripa quierenestablecer que lgicamente no podra haber certeza. Por ah puede medirse lasuperioridad de los ltimos sobre los primeros.

    Adems, no es ya del conocimiento sensible, de la opinin comn, de lo que sesospecha; es de la ciencia misma o del razonamiento. (1945: 368-370).

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    denominar la lgica de la justificacin. Luego de que los modos logranestablecer una equipotencia entre dos o ms creencias, el escptico

    puede preguntar, por ejemplo: por qu hemos de aceptar esta posi-cin si otras personas mantienen otra? Creo que todos concordamosen que esta pregunta es sencilla y no constituye ningn problemaespecfico; muchas veces en nuestras prcticas cotidianas la hemosformulado y, sin embargo, esto es todo lo que el escptico necesita. Elpunto de estos dos modos de Agripa y de los diez de Enesidemoes el de llevarnos a reconocer que se puede preguntar por las razonesy motivos por los cuales creemos lo que creemos; esto es, el conoci-miento debe estar justificado: no basta con que una creencia sea verda-dera, es necesario dar una justificacin.6

    Una vez hemos aceptado que la pregunta es legtima, el escepticis-mo de Agripa se vuelve insoslayable: cualquier intento por respondera la pregunta qu lo justifica para creer lo que cree? incurrir nece-sariamente en algunas de las tres falacias lgicas que corresponden alos otros tres modos.7 Los primeros dos modos han permitido estable-cer una pregunta epistmica; el problema se presenta al intentar res-ponderla, pues al intentar justificar una pretensin de conocimientose incurrir necesariamente en el siguiente trilema:

    (i) Usted puede brindar una nueva creencia para tratar de justificarsu pretensin de conocimiento, sin embargo esta nueva creencia ne-cesita, a su vez, ser justificada, y as hasta el infinito. Modo de larecurrencia ad infinitum o regreso al infinito en la justificacin.

    (ii) Usted puede considerar, en un momento determinado, que lapregunta que cuestiona su pretensin de conocimiento es descabe-llada. Modo de por la hiptesis o de la suposicin.

    (iii) Usted puede llegar a una creencia, que se haba presentado antesen la cadena de razones. Modo del crculo vicioso o de la circularidad.

    6 Aqu se pone de manifiesto que el problema fundamental del escptico seaantiguo o moderno es la justificacin epistmica de nuestro conocimiento.

    7 Hankinson tambin acepta esta distincin. Los modos que son anlogos a losde Enesidemo son denominados modos materiales, los que se originan con Agripaformales. Respecto de los modos formales Hankinson dice: The Formal Modesare prohibitions on certain types of reasoning. They do not seek to establish that theactual premisses involved in any argument must satisfy that any attempt toresolved a dispute involving such premisses is bound to fall foul of one of thesethree conditions. Thus, the Formal Modes go to work on the material elaboratedaccording to the Material Modes it is only when we are assured that there is atleast a potential dispute on our hands, and that the parties to the dispute are in

    possession at best information of a merely relative nature, that we might proceedto try and resolve the dispute. Such a resolution should take the form of showingthat one of the disputants is as a matter of fact in possession of information thatis non-relatively true. Hence the Formal Modes attempt to block any attempt toestablish by further reasoning the rational preferability of one or other of the disputingclaims. (1995: 186).

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    Estas tres posibilidades constituyen las nicas alternativas paralograr justificar una creencia de manera inferencial; sin embargo,

    todas ellas parecen sospechosas. Intentemos aclarar esto por mediode un ejemplo.

    Supongamos que Tobas se encuentra discutiendo con su pequeohijo. Tobas estudi los escritos de los escpticos antiguos y decidillamar a su hijo Agripa. Agripa tiene cinco aos y, como es usual aesta edad, tiene la maravillosa capacidad de preguntar por todo.Supongamos que se desarrollan los siguientes dilogos:

    A. Primera Variante

    Agripa: Papi, Papi, es Pars una ciudad grande?Tobas: s, seguro, Pars es una ciudad muy grande.A: Por qu?

    T: Porque Pars tiene muchos habitantes.A: Por qu?T: Porque en Pars hay muchas posibilidades de trabajo.A: Por qu?T: Porque Pars es una ciudad muy vital, con muchas casas yrestaurantes.A: Por qu?T: Porque a la gente le gusta que haya restaurantes y porque asellos pueden trabajar.A: Por qu?T: Porque a la gente le gusta estar en una ciudad donde puedantrabajar y haya muchas cosas para hacer.A: Por qu?

    .... (Modo del regreso al infinito)

    Si Tobas fuera lo suficientemente paciente, se podra presentar undilogo que nunca acabara; pero, normalmente los padres no son tanpacientes y buscan concluir dilogos de este tipo de la manera msrpida posible.

    B. Segunda Variante (como en el caso anterior, pero Tobas pierde lapaciencia)

    Agripa: Papi, Papi, es Pars una ciudad grande?Tobas: seguro, Pars es una ciudad grande.A: Por qu?

    T: Porque Pars tiene muchos habitantes.A: Por qu?T: Porque en Pars hay muchas posibilidades de trabajo.A: Por qu?

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    T: Porque Pars es una ciudad muy hermosa, con muchas casas yrestaurantes.

    A: Por qu?T: Porque s.

    (Agripa llora, modo de la suposicin)

    C. Tercera Variante (como en el caso anterior)

    Agripa: Papi, Papi, es Pars una ciudad grande?Tobas: seguro, Pars es una ciudad grande.A: Por qu?T: Porque Pars tiene muchos habitantes.A: Por qu?T: Porque en Pars hay muchas posibilidades de trabajo.A: Por qu?T: Porque Pars es una ciudad muy hermosa, con muchas casas yrestaurantes.A: Por qu?T: Porque Pars es una ciudad grande.

    (Agripa fue tomado del pelo. l slo quera saber por qu Pars esuna ciudad grande. Modo del crculo vicioso).

    Son estas posibilidades tan defectuosas como Agripa seala ycomo se ve a primera vista? Para responder a estas preguntas presen-tar el trilema de Agripa en dos momentos. En un primer momentoexpondr el modo del regreso al infinito por medio de un argumento alabsurdo. Este modo constituye slo uno de los modos de Agripa, losotros surgen al intentar solucionar el absurdo en el que se incurrira.

    Por lo tanto, en un segundo momento, sealar cmo, al intentar evitarel modo del regreso al infinito, se incurrir o bien en el modo de lasuposicin o bien en el del crculo vicioso.

    3. El modo del regreso al infinito I

    Hay una gran cantidad de reconstrucciones del modo del regreso alinfinito. Algunas, como la de Grundmann (2001) y la de Post (1980), seapoyan en nuestra intuicin acerca de cmo debe funcionar la justifi-cacin inferencial.8 Moser (1985: 23 y ss.), por ejemplo, la presenta

    8 Grundmann, por ejemplo, seala que el problema del regreso se presenta dadala incompatibilidad de los siguientes presupuestos epistmicos:

    (1) La justificacin es siempre inferencial.(2) La justificacin inferencial se apoya siempre en razones justificadas.(3) Cada justificacin conduce o a un regreso al infinito o a un crculo (De (1) & (2))

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    como una cadena potencialmente infinita de creencias en la que lacreencia Cn justifica la creencia Cn+1, y la creencia Cn+1 justifica la

    creencia Cn+2y as sucesivamente, y en donde la creencia Cn est justi-ficada por la creencia Cn-1 y la creencia Cn-1 por la creencia Cn-2 y assucesivamente.

    Otras reconstrucciones se apoyan en la contradiccin en que se in-currira si aceptamos que la relacin de justificacin es una relacinde orden estricto y negamos que una justificacin que tienda al infini-to sea satisfactoria. Black (1988: 412-437), quien sigue esta estrategia,realiza una reconstruccin formal del modo de regreso al infinito queser la que analizar. l la presenta como un argumento por reduc-cin al absurdo que yo ejemplificar para el caso especfico de la justi-ficacin epistmica. Segn Black el modo del regreso al infinito puedepresentarse de la siguiente manera:

    (1) (Ax1) [Ax1 B (Ex2) (A x2 T x1R x2) ] (Premisa)(2) (Ex

    1) Ax

    1(Premisa)

    (3) R es irreflexiva (Premisa)(4) R es transitiva (Premisa)(5) (Es) [ Inf (R(s)) T (A

    i) (i QD (s) B As

    iT A s

    i+1T s

    iR s

    i+1)]

    (Lema)(6) (5) (Premisa)(7) (5) T (5) (Contradiccin)(8) (1)/ (2)/ (3)/ (4) / (6) (RAA)

    (1) dice que para todo x1 que tiene la propiedadA, hay un x2 quetiene la propiedad A y x1est en la relacin R con x2. (2) seala quehay un x1 que tiene la propiedadA. Lo que (3) y (4) afirman es que la

    relacin R que se da entrex1 y x2es irreflexiva y transitiva, por lo tantoes una relacin de orden estricto. (5) nos dice hay una secuencia derango infinito, cada uno de cuyos elementos tiene la propiedadA yestn en la relacin R con su antecesor. (De 1-4 por un procedimientoespecfico9 (cf. Black 1988: 421; 1985)). (6) seala que tal secuencia derango infinito no debe presentarse. (7) presenta la contradiccin entre

    (4) Tanto el regreso al infinito como el crculo son epistmicamente ilegtimos.(5) La justificacin es imposible (De (3) & (4))(6) Hay creencia justificadas. (Grundmann 2001: 221).9 Black presenta una prueba deductiva de (5) (1987, parte V; 1988). l indica:

    ... the claim is that the sequence has infinite range, not just that it is infinite. For aninfinite sequence may consist of an infinite iteration of a finite number of elements:

    infinite regress arguments do not concern repetitive sequences of that kind. (5) isderive in three stages: first, an inductive procedure is specified for generation from(1)-(4) a sequence that satisfies the second conjunct of (5); second the range of thesequence is proved to be infinite; third, (5) is inferred with the rule for introducingthe existential quantifier. (Black 1988: 421) Por cuestiones de espacio no entrara discutir en detalle la prueba de Black. Sin embargo, se puede apreciar que el lema

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    (5) y (6). Lo que (8) seala es que frente a la contradiccin debemosrechazar alguna de las premisas.

    Si ejemplificamos este argumento para el caso de la justificacinepistmica, el argumento se puede presentar de la siguiente manera.Consideremos la propiedad A como la propiedad estar justificado.(1) dice es que para toda creencia x1 que est justificada, hay unacreencia x2 tal que x2 est justificada y x1 est justificada por x2 (o x1est basada en x2 o x1 se puede inferir de x2 o x2 es una razn para x1).(2) seala que hay por lo menos una creencia que est justificada. (3)dice que si x1 se justifica por x2, no se puede dar el caso de que x2 sejustifique porx1. Lo que (4) afirma es que si x2 justifica x1 y x3 justificaa x2entonces x3 justifica a x1. (5) nos dice que se presenta un regreso alinfinito en la justificacin inferencial. (6) seala que una justificacininferencia que conduce a una regresin al infinito, no debe aceptarse,de ah la contradiccin que se presenta en (7).

    3.1 Es adecuada esta reconstruccin?

    El argumento de Black muestra que la justificacin inferencial cae-ra en un regreso al infinito por dos razones: (i) Por la exigencia de quetoda creencia slo pueda estar justificada por otra creencia y (ii) porlas caractersticas de la relacin estar justificado por. Esto conducea que para justificar la creencia C1 sea necesario apelar a la creencia C2y para justificar C2 sea necesario apelar a C3 y as hasta el infinito. Elargumento por reduccin al absurdo de Black tambin indica que una

    justificacin que genere un regreso al infinito es epistmicamentein-aceptable(No he entrado a argumentar a favor de esta premisa, lo harms adelante).

    Lo que me interesa ahora antes de analizar las premisas del argu-mento de Black es ver si esta reconstruccin logra presentar el trilemade Agripa de forma satisfactoria. Parece como si esta reconstruccin notuviera en cuenta los modos de circularidad y de suposicin y se

    (5) es vlido. La premisas (3) y (4) exigen que la relacin sea una relacin de ordenestricto:

    xy (xRyB DyRx) R es irreflexiva.

    xyz (xRy T yRzB xRz) R es transitiva.

    Considrese una secuencia s, en la cual es vlido que para todo i As i y siRsi+1.Por tanto es vlido por transitividad que siRsj, caso que i

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    concentrara, exclusivamente, en el modo del regreso al infinito.Poresta razn, algunos comentaristas M. Williams (2001: 63), por ejem-

    plo no estn de acuerdo en que la posicin de Agripa se deba enten-der exclusivamente como un problema del regreso al infinito (dadoque lo que Agripa seala es que se debe evitar el regreso, sin incurriren los otros dos modos).

    No sugiero ni argumento que el trilema deba ser entendido exclusi-vamente como un problema del regreso al infinito en la justificacininferencial. Creo, sin embargo, que apoyados en el problema del regre-so al infinito se puede ver cmo, al intentar evitar el regreso, se incurri-r necesariamente en los otros modos de Agripa.

    Fogelin (1994 captulo 6) seala que la relacin entre el trilema deAgripa y el problema del regreso al infinito es clara cuando se apre-cian las posibilidades que tanto BonJour como Moser presentan parasolucionar el problema del regreso al infinito, cada una de las cualescoincide con uno de los modos de Agripa:

    Prima facie, there are four main logical possibilities as to theeventual outcome of the potential regress of epistemic justifica-tion, assuming that ones epistemic interlocutor who may ofcourse be oneself continues to demand justification for eachnew premise-belief offered: (1) The regress might terminatewith beliefs which are offered as justifying premises for earlierbeliefs but for which no justification of any kind, however im-plicit, is available when they are challenged in turn. (2) Theregress might continue indefinitely backwards, with evermore new empirical premise-beliefs being introduced, so thatno belief is repeated in the sequence and yet no end is ever

    reached. (3) The regress might circle back upon itself, so that ifthe demand for justification is pushed far enough, beliefs whichhave already appeared as premises (and have themselves beenprovisionally justified) earlier in the sequence of justificatoryarguments are again appealed to as justifying premises. (4) Theregress might terminate because basic empirical beliefs arereached, beliefs which have a degree of epistemic justificationwhich is not inferentially dependent on other empirical beliefsand thus raises no further issue of empirical justification. (Bon-

    Jour, 1985: 21).

    We have, then, at least four possible accounts of inferential jus-tification: inferential justification via infinite regresses, via jus-tificatory circles of some sort, via the unjustified, und via im-mediate justification. (Moser 1985: 24)

    Tres de estas posibilidades corresponden a los modos de Agripa. Lanica posibilidad que no se da es la del fundacionismo, es decir, lapropuesta de que hay creencias que, o bien son autojustificadas, o bien

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    no logran una justificacin de manera inferencial a partir de otrascreencias. Sin embargo, el fundacionismo no est libre de problemas. Se

    podra argumentar que el fundacionismo slo es una manera refinadade presentar el modo de la suposicin e insistir en los problemas epist-micos que esta posicin conlleva como veremos ms adelante. La rela-cin entre las soluciones de BonJour y Moser y los modos de Agripa espresentada por Fogelin (1994: 117) de la siguiente manera:

    As, aunque el argumento de Black se ocupa exclusivamente del

    modo de regreso al infinito, uno puede sostener que los intentos porsolucionar este modo incurren en los otros dos modos de Agripa.La reconstruccin de Black del modo del regreso al infinito por

    medio de un argumento por reduccin al absurdo permite apreciarque para evitar el absurdo se debe negar alguna o algunas de laspremisas que conducen a l; sin embargo, el argumento no sueleindicar cul de ellas debemos negar (cf. Dancy & Sosa 1992: 209, ss.).Dependiendo de qu premisa(s) neguemos, se da paso a las alterna-tivas de justificacin inferencial que tambin son cuestionadas porAgripa. Existen cuatro alternativas para evitarlo el regreso; tres deellas constituye los modos de Agripa.

    Si rechazramos las premisas (1) y (3) como propone el funda-cionismo y aceptaramos que hay creencias autojustificadas o que

    se justifican no inferencialmente a partir de algo distinto a las creen-cias por ejemplo, datos sensoriales, incurriramos, eventualmen-te, en el modo de la presuposicin. Si impugnramos la premisa (4),como propone al coherentismo aceptaramos que se pueden

    (4) Creencias autojustificadaso cuya justificacin no se

    logra de manera inferenciala partir de otras creencias.

    Fundacionismo

    BonJour & Moser Agripa

    (1) Creencia no justificada.Dogmatismo

    Modo de la suposicin

    (2) Regreso al infinito.

    Infinitismo

    Modo del regreso al

    infinito(3) Justificacin circular.

    CoherentismoModos del crculo vicioso

    Modo de la suposicin yotros problemas

    epistmicos

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    presentar crculos de razones; si estos crculos son viciosos incurri-ramos en el modo del crculo vicioso. Si nos opusiramos a la premisa

    (6), y si el regreso es epistmicamente inaceptable, caeramos en elmodo de regreso al infinito.

    Agripa, como es de esperar, opta por la solucin escptica. Esta so-lucin es mantenida si renunciamos a la premisa (2). Es decir, si re-nunciamos a la posibilidad de que haya creencias que estn justifica-das. Sin embargo, incluso en el caso en que no estuviramos dispues-tos a renunciar a esta premisa, se podran presentar un escepticismode corte cartesiano: podemos encontrar alguna creencia que est justi-ficada, pero cuya justificacin no puede ser transmitida al resto de lascreencias, lo que representara un solipsismo de corte cartesiano.10

    En conclusin, hay apoyo para la afirmacin de que el trilema deAgripa se puede reconstruir apoyndose en el modo del regreso alinfinito. Cuando se intenta evitar el regreso, se cae o bien en uno de losmodos restantes que constituyen el trilema de Agripa (circularidad ypresuposicin) o bien se asume la solucin escptica.

    3.2 El modo del regreso al infinito II

    Rechazo de la premisa (6)

    Supongamos que aceptamos las premisas (1) a (4) del argumento deBlack. El absurdoslo se da si aceptamos tambin la premisa (6); estoes, si consideramos que una cadena de justificacin que se desarrolleal infinito es inaceptable. Es defectuosa la posibilidad de un regresoal infinito en la cadena de razones para alcanzar la justificacin deuna creencia? Es decir, debemos detener tal regreso? Normalmente,cuando intentamos justificar una creencia apelamos a otras creencias:qu hay de malo en una estrategia como sta?

    El problema es que no se trata simplemente de que se d un regreso,sino que tal regreso es vicioso. Si se presentase el regreso al infinito,ninguna creencia podra estar justificada y, por ello, este regreso debeser interrumpido. Qu argumentos hablan a favor de esta posicin?

    10 El solipsismo cartesiano puede ser considerado como un tipo de escepticismoparcial que comparte algunos elementos del fundacionismo epistmico y sera la

    posicin a la que nos veramos abocados al adoptar el criterio de indubitabilidadcartesiano (cf. Williams 1996 captulo 2). No examinar aqu este solipsismo.Tampoco sus relaciones con el escepticismo y con el fundacionismo. Sin embargo,se pueden desarrollar argumentos que muestran como una posicin fundacionistaapoyada en la indubitabilidad, aunque lograse solucionarel trilema de Agripa, seenfrentara con otros problemas escpticos.

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    Existen varios argumentos en contra de esta posibilidad (cf. Foley1978: 311- 316). Un regreso al infinito en la justificacin no puede

    brindarnos ninguna creencia justificada, porque nosotros somos se-res que tenemos una capacidad cognitiva limitada y, por tanto, noseramos capaces de una justificacin que tenga estas caractersticas.Incluso si este argumentopsicologistafuera convincente, no excluye laposibilidad de seres con una capacidad cognitiva infinita que puedanalcanzar una justificacin por medio de un regreso al infinito. Peronosotros tenemos la intuicin de que, incluso para tales seres, unacreencia para cuya justificacin se apele a un rango infinito de razo-nes, no est plenamente justificada. El anterior argumento, sin embar-go, no aclara esta intuicin.

    Un mejor argumento en contra de esta posibilidad es ofrecido porGrundmann (2001: 229-230). La cadena de creencias permite transmi-tirla justificacin pero nogenerarla. No importa qu tan larga sea estacadena de justificacin o si ella es infinita, si no existe una creencia queestjustificada, ninguna lo estar. Lo que una justificacin al infinitopoda ofrecer es una justificacin que podramos denominarcondicio-nal: una creencia est justificada ssi su antecesora lo est. Su anteceso-ra lo est ssi la antecesora de ella tambin lo est, y as hasta el infinito.Consideremos, por ejemplo, dos creencias Cn y Cn+1, donde la creenciaCn justifica la creencia Cn+1 y esta justifica la creencia Cn+2y as sucesiva-mente, y en donde la creencia Cn est justificada por la creencia Cn-1 y lacreencia Cn-1 por la creencia Cn-2 y as sucesivamente. Cn slo estarajustificada y slo podr servir para justificar a Cn+1 si alguna de lascreencias en las que Cn se apoya tambin lo est, pero, por la mismarazn, ninguna de las creencias en las que Cn se apoya est justificada

    porque ellas slo lo estarn si una creencia en la que ella se apoya estjustificada, y as hasta el infinito.Hay otra objecin que se puede presentar contra la posibilidad de

    alcanzar una justificacin apelando a un rango infinito de razones: si elregreso al infinito en la justificacin inferencial es permitido, entoncescualquier creencia y su negacin podran estar justificadas por mediode un algoritmo determinado. Obviamente esto sera fatal. Se puedeofrecer un algoritmo con ayuda del cual se pueden dar razones quejustificaran cualquier creencia y su negacin. Esto se podra lograr conuna simple iteracin infinita delModusPonens: si se quiere justificar laproposicinp, bastara con construir unModusPonens, cuya conclusinseap: (qT (qBp)).11 Este algoritmo es la razn para aceptarp y podra a

    11 Foley seala que este argumento tampoco ofrece una razn concluyente con-tra una justificacin inferencial que se desarrolle hacia el infinito. El algoritmo deFoley es la conjuncin (p T q) y, segn l, este algoritmo viola la condicin deirreflexividad de la relacin R, porque una de las razones para aceptar p es pmisma; esta crtica tambin se puede aplicar a un procedimiento que se apoye en

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    su vez ser justificado por medio de otro algoritmo, otroModusPonens,cuya conclusin sea (qT (qBp)): (rT (rB (qT (qBp)))), y as hasta el

    infinito. De esta forma, podemos justificar cualquier proposicin. Sinembargo, siguiendo este mismo mecanismo tambin podramos justi-ficar su negacin. Dado que ambas proposiciones (py Dp) pueden jus-tificarse siguiendo el mismo procedimiento, llegamos a la conclusinde que o bien ambas creencias estn justificadas o ninguna lo est.Dado que es absurdo sostener que ambas estn justificadas, se sigueque ninguna lo est (cf. Post 1980: 34; Barnes 1990 captulo 2). De aquse sigue que el regreso al infinito se debe detener si queremos contarcon creencias que estn justificadas. Slo quedan dos posibilidadesde detener tal regreso: el fundacionismo y el coherentismo.

    3.3 Modo de suposicin.

    Rechazo de las premisas (1) y (3); el Fundacionismo

    El regreso al infinito se puede evitar si consideramos que unacreencia determinada est justificada porque s. sta es la posicindel dogmtico. Sin embargo, esta postura deja mucho que desear,como seala Sexto:

    Si para evitar eso, [Sexto se refiere a los modos de recurrencia adinfinitum y del crculo vicioso] el que nos discute consideraoportuno por convenio y sin demostracin tomar algocomo justificacin de lo dems, se seguira el tropo de por

    hiptesis, que es inviable; pues si el que hace la hiptesis esdigno de crdito, nunca seremos nosotros ms indignos de cr-dito por suponer lo contrario. Y adems, si se toma como hip-tesis algo verdadero, el que lo toma como hiptesis lo vuelvesospechoso al tomarlo como hiptesis; y si algo falso, estar

    elModusPonens. Foley rechaza la posibilidad de alcanzar una justificacin inferencialapelando a una justificacin ad infinitum.Foley seala This objection also fails[Foley se refiere a la objecin de que podemos ofrecer un algoritmo para justificarcualquier proposicin emprica y de que podemos repetir este procedimiento adinfinitum], since the regress theorist insist that there can neither be self-justifyingbeliefs nor inferentially justified beliefs whose justification is circular. It is claim, inother words, that a belief cannot play a role in justifying itself in either of these

    senses. But then, a regress theorist is in no way committed to maintaining that theabove series are justificatory series. For, if the conjunction (p and q) is to justify p,it too must be justified and for it to be justified the conjunct p must be justified.But p is precisely what (p and q) is purported to justify. So, unless p can be usedto justifyp, there is no reason for a regress theorist to think that p, (p and q), (p andq, and r), etc, is a justificatory series. (Foley 1978: 313).

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    podrida la base de sus argumentaciones. Pero adems, si el he-cho de poner una hiptesis consigue algo con garanta, tmese

    como hiptesis eso mismo que se busca hacer creble y no esaotra cosa en virtud de la cual se justifica el asunto del que tratael razonamiento; pues si absurdo es suponer lo que se intenta

    justificar, igualmente absurdo ser suponer el punto de parti-da. (Sexto Emprico, Esbozos Pirrnicos I: 173-175).

    Otra forma de romper el regreso, sin caer en el dogmatismo, es la queofrece el fundacionismo epistmico.

    El problema del regreso al infinito en la justificacin fue discutidopor lo menos desde Aristteles (cf. Segundos Analticos, Libro I captu-los 1-3), quien argument a favor de una solucin fundacionista paraeste problema. Normalmente se ha considerado que este problemapresenta un fuerte argumento a favor del fundacionismo epistmico,

    dado que, si el regreso en la justificacin se ha de evitar, entonces debehaber creencias que estn justificadas de una forma no inferencial; esdecir, habra creencias bsicas que constituyen el fundamento para elresto de nuestras creencias. Esto ha persuadido a muchos filsofos deque la estructura de justificacin epistmica de nuestro conocimientodebe ser fundacionista.

    Sin embargo, la posicin del fundacionismo no es la de un dogmti-co que seala que el regreso se ha de evadir estipulando simplementeque una creencia se encuentra justificada porque s. Aunque el funda-cionista tambin parte de que el regreso se ha de impedir, l, a diferen-cia del dogmtico, explica cmo y por qu algunas creencias se en-cuentran justificadas de forma no inferencial.

    Desde su posicin una creencia est justificada si:

    a) se apoya en una creencia bsica ob) pertenece al subconjunto de creencias bsicas que daapoyo a las dems creencias.

    Las creencias bsicas, por su parte, se encuentran justificadas si

    a) se encuentran autojustificadas ob) si se justifican por algo que no es una creencia, digamospor medio de los datos de los sentidos.

    El fundacionista considera, por tanto, que la justificacin epistmi-ca no es siempre inferencial. Consideremos la primera posibilidad (a).Esta posibilidad rechaza la premisa (1) y (3) de Black. Habra creen-cias que estn justificadas por ellas mismas, violando la condicin deirreflexibilidad. Por lo tanto, no seria cierto que toda creencia que estjustificada lo est de forma inferencial gracias aotra creencia. Esta posi-bilidad no es muy apreciada porque implica que las creencias bsicasse reducen a aquellas creencias que son verdades necesarias; esto es, a

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    verdades de la lgica y de la matemtica. El problema aqu es cmopodemos darle apoyo a la totalidad de creencias empricas partiendo

    nicamente de creencias que, como las de la lgica y de la matemtica,son infalibles. Una creencia que podramos considerar autojustificaday, por tanto, infalible es la creencia cartesianapienso luego existo. Sinembargo, es difcil ver cmo podra drsele apoyo epistmico a nuestrascreencias empricas a partir de una base tan estrecha.

    El primer dilema que se le presenta al fundacionismo es el siguiente:si se pretende tener la seguridad de que el conjunto de creencias bsicasest justificado, se puede intentar, como Descartes, considerar comobsicas slo a las creencias infalibles. Concretamente, llegamos a lacerteza de que creencias comopienso luego existoestn justificadas. Sinembargo, estas creencias parecen ofrecer poca ayuda. En efecto, qu sesigue de ella? Desde la perspectiva de Descartes se habra logrado en-contrar un criterio, en virtud del cual podemos decir que una creenciaest justificada. Un escptico podra incluso acompaar a Descartes enesta afirmacin. El problema se presenta cuando se quiere dar un pasoms all del cogito y de sus contenidos de conciencia. As, aunque esposible encontrar por lo menos una creencia que est justificada, nopodemos dar un paso ms all de esta primera verdad. Si nuestra nicacreencia justificada es sta, slo habremos vencido al escepticismo radi-cal para darle cabida al escptico parcial o solipsista.

    El fundacionismo puede intentar solucionar este problema am-pliando el conjunto de creencias bsicas. Se podra considerar que lascreencias bsicas no son solamente aqullas que estn autojustifica-das, sino tambin aqullas que reciben apoyo epistmico de datossensoriales esta es la alternativa b. Sin embargo, el problema que

    aqu se podra presentar es que no tendramos ninguna garanta deque las creencias bsicas estn justificadas. As, mientras ms ampliosea el conjunto de creencias bsicas, mayor probabilidad existe de quepodamos justificar las creencias que no son bsicas, pero al mismotiempo existe una mayor probabilidad de que las creencias de la baseno estn justificadas. De otro lado, mientras mayor seguridad tenga-mos de que las creencias bsicas estn justificadas (dado que reduci-mos el conjunto a aquellas creencias que son necesarias), esto es,mientras ms pequea sea la base, mayores problemas tendremospara poder justificar el resto de las creencias.

    El fundacionista podra replicar e indicar que las creencias bsicasque se apoyan en datos sensoriales tambin son indubitables. Unopuede equivocarse al intentar describir una experiencia sensorial,

    pero no respecto a sus propios datos sensoriales. El error sera slo unerror verbal (cf. Dancy 1985: 58).

    Veamos si esto es posible. Consideremos que las creencias bsicasestn justificadas por datos de los sentidos, esto es, consideremos que

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    hay creencias que estn justificadas pero cuya justificacin no se ob-tiene inferencialmente a travs de otras creencias. Consideremos ade-

    ms que estas creencias bsicas son infalibles. El fundacionismomantendra entonces:

    1. El escptico no tiene razn, el regreso se ha de poderdetener.2. Esto es, hay creencias que estn justificadas.3. La justificacin de las creencias bsicas es sensorial.

    El fundacionismo comparte una intuicin de nuestra vida cotidianay esto lo hace una posicin muy atractiva. Normalmente, cuando seme pregunta, por ejemplo, por las razones que tengo para saber que elcaf est sobre la mesa, suelo responder diciendo que lo he visto. Qu

    mejor justificacin puedo ofrecer para mi creencia que el caf est so-bre la mesa que el hecho de haberlo visto? Parece entonces muy natu-ral sostener que hay algunas creencias que ganan su justificacin delos datos sensoriales y que ellas constituyen la base o los fundamen-tos de nuestro conocimiento emprico.

    Sin embargo, esto no es del todo evidente. El punto es que una creen-cia que se apoya en los sentidos puede ser falsa y que, incluso ellas,pueden a su vez ser apoyadas por otras creencias. Si esto es as, lascreencias que se apoyan en los datos de los sentidosperderan su condi-cin de bsicas. Considrese el siguiente caso. Supongamos que digo ques que Claudia est en la ciudad. Luego alguien me pregunta cmo losabes? Yo respondo diciendo que conozco a Claudia desde la escuela,que s dnde queda su casa, que unos amigos me han contado que ellase encuentra en la ciudad, etc. Luego se me pregunta por qu s que setrataba de Claudia y no, digamos, de alguien que se le parece mucho. Yorespondo: porque la vi. Supuestamente he dado una creencia bsicaque se apoya en un dato sensorial y que no requiere de otra justificacin.Supuestamente he presentado una creencia infalible. Sin embargo, si seme preguntar por qu s que se trataba de Claudia, puedo responderdiciendo que estaba a dos metros de ella, que el da era soleado, quereconoc su sonrisa, etc. Qu problema podra haber con esta respues-ta? El punto es que si, como el fundacionista sostiene, las creenciasbsicas son aquellas que se apoyan en los datos de los sentidos, elhecho de haber visto a Claudia parece ser una creencia bsica. Sin em-bargo, cuando se me pregunt por qu saba que la haba visto, pude

    dar nuevas razones que me garantizan la verdad de lo que yo habacredo. Dado que puedo dar razones que me permiten justificar unacreencia bsica, entonces tales creencias no son tan bsicas despus detodo: he podido dar razones por las cuales mi creencia de que he visto aClaudia est justificada. ste es el segundo dilema del fundacionismo.

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    Un fundacionismo puede intentar una salida a este problema. l po-dra argumentar diciendo que el hecho perceptual mismo ni puede ser

    falso, ni puede requerir de una justificacin. Esto es, el hecho mismo dehaber tenido una percepcin sensorial no requiere de ninguna justifica-cin. As, mi percepcin visual, sea originada por Claudia o no, esfeno-menolgicamente evidente, por lo tanto no necesita de ninguna justifica-cin. Sin embargo, esta respuesta no es satisfactoria. Por una parte, noparece que las creencias que se apoyan en la percepcin puedan ser labase de nuestro sistema de creencias empricas porque ellas pueden sernuevamente justificadas, esto es, ellas tienen un contenido proposicio-nal, as este sea un contenido mnimo, y, por lo tanto, no son creenciasbsicas. De la otra, si consideramos nicamente el carcter de darsede una experiencia sensorial, esto es, su contenido fenomnico conindependencia de cualquier contenido proposicional, es muy difcilque una percepcin pueda justificar algo como una creencia quetiene un contenido proposicional.12 Este dilema es presentado porSosa como sigue:

    a. (i) If a mental state incorporates a propositional attitude,then it does not give us direct contact with reality, e.g., withpure experience, unfiltered by concepts or beliefs.

    (ii) If a mental state does not give us direct contact with reali-ty, then it provides no guarantee against error

    (iii) If a mental state provides no guarantee against error,then it cannot serve as a foundation for knowledge.

    (iv) Therefore, if a mental state incorporates a propositionalattitude, then it cannot serve as a foundation for knowledge.b. (i) If a mental state does not incorporate a propositional

    attitude, then it is an enigma how such a state can provide su-pport for any hypothesis, raising its credibility selectively bycontrast with its alternatives. (If the mental state has no concep-tual or propositional content, then what logical relation can itpossibly bear to any hypothesis? Belief in a hypothesis wouldbe a propositional attitude with the hypothesis itself as object.How can one depend logically for such a belief on an experien-ce with no propositional content?)

    12 Williams seala esta crtica de forma clara: One problem stands outimmediately: how could merely having experiences or sensing sense-data justifyanything? However basic knowledge is understood, it must be capable of standingin logical relations to whatever judgments rest on it. For example, it must be

    capable of being consistent or inconsistent with them. But this means that evenbasic knowledge must involve propositional content and so cannot consist in amere relation to a particular. Sensing a sense-datum is no more knowing anythingthat is standing next to a lamp-post. For this reason, some philosophers reject theidea that experience if experience is sharply distinguished from judging orbelieving can justify anything. (Williams 2001: 97).

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    (ii) If a mental state has no propositional content and cannotprovide logical support for any hypothesis, then it cannot serve

    as a foundation for knowledge.(iii) Therefore, if a mental state does not incorporate a pro-positional attitude, then it cannot serve as a foundation forknowledge.c. Every mental state either does or does not incorporate a pro-positional attitude.d. Therefore, no mental state can serve as foundation forknowledge. (From a(iv), b(iii), and c.). (Sosa 1980: 136-7).13

    El fundacionista podra intentar la siguiente salida: podra renun-ciar a la infalibilidad o incorregibilidad como caracterstica funda-mental de las creencias bsicas. Sin embargo, si hace esto, deberatambin renunciar a una de sus tesis bsicas: las creencias bsicasnunca estn justificadas, ni siquiera parcialmente, por apelacin aotras creencias. Pero si el fundacionista renunciara a esta tesis, permi-tira que creencias no bsicas justificaran a las creencias bsicas assea parcialmente. Esto implica renunciar a laasimetra entre creenciasbsicas y no bsicas, dando lugar a crculos de razones cuya conse-cuencia escptica es que nada est realmente justificado.

    3.4 Modo del crculo vicioso

    Rechazo de la premisa (3); el coherentismo

    La alternativa frente al fundacionismo y sus problemas la constituye

    el coherentismo. El coherentista considera que la justificacin de nues-tras creencias es el resultado de la coherencia y de las relaciones quenuestras creencias guardan entre s. No hay, por tanto, creencias bsi-cas y no bsicas, sino que todas ellas estn en igualdad de condiciones:no existe una relacin de asimetra entre la base y la estructura. Unas yotras se apoyan mutuamente.

    Mientras el esquema de justificacin del fundacionismo es el deuna pirmide, cuya base est constituida por creencias que no re-quieren de una justificacin inferencial o que son autojustificadas,para el coherentista nuestro sistema de creencias es como una red.Cada una de nuestras creencias se da apoyo epistmico de maneramutua.

    13 Sosa considera que este argumento no es concluyente. l considera que ni lapremisa b(i) ni la premisa a(iii) son evidentes. Por cuestiones de espacio no entrara analizar los argumentos de Sosa; creo, sin embargo, que estos no son tan eviden-tes como l cree.

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    La objecin evidente contra el coherentismo es la de que en un siste-ma coherente, se viola el principio de asimetra y de prioridad epist-

    mica. Veamos esto. Segn el argumento de Black, sip justifica a q, no sepuede dar el caso de que q justifique ap, esto es lo que la premisa (3)seala y parece muy plausible. La premisa (3) junto con la (4) estable-cen adems unaprioridad epistmica. Por prioridad epistmica ha deentenderse que la cadena de razones tiene una nica direccin; demodo que se presenta una asimetra entre creencia que justifica ycreencia justificada. Si yo estoy justificado en mi creencia de quep porq, yo no puedo estar justificado en creer q porp. Esta parece ser unaintuicin fundamental de nuestro concepto de justificacin. Sin em-bargo, el coherentismo parece violar precisamente esta intuicin.Puede el coherentismo explicar cmo sip justifica a q,p puede serjustificado por q? Vemoslo.

    Primero debemos distinguir entre distintos crculos de razones.Consideremos primero un crculo simple (Y) que consta de dos ele-mentos, en el que la creenciaA justifica la creencia B (o le da apoyoepistmico) y la creencia B justifica la creencia Y:ABBBA. En estecaso, la asimetra epistmica es claramente violada, porqueA es epis-tmicamente anterior y epistmicamente posterior en relacin con B.Sin embargo, si consideramos una cadena de razones un poco msamplia (Z), una que incluya ms de dos elementos, esto no es tan claro.Consideremos Z:ABBBCBDBA. En un caso como ste, la asimetraentre creencia que justifica y creencia justificadaslo ser violada si larelacin de justificacin R es tambin transitiva. Una relacin es tran-sitiva si es vlido que (ABBTBBC) BABC. Si la transitividad de lajustificacin es aceptada, entonces la cadena de razones Z tambin

    violar la asimetra epistmica, porqueABDBA.No es muy claro si la relacin de justificacin es o no transitiva. Poruna parte, tenemos una fuerte inclinacin a pensar que s lo es: sialguien est justificado para creer quep y sabe quep implica q, unoesperara que tambin estuviera justificado para creerq. Una creenciaque est justificada no se encuentran completamente aislada y su jus-tificacin debe poder trasmitirse a otras creencias. Otro argumento afavor del carcter transitivo de la relacin de justificacin es el que seapoya en el principio de cierre lgico de la justificacin (cf. Barke 2002;Vogel 1986). Esto se puede ver intuitivamente en el caso de argumentosdemostrativos como el de reduccin al absurdo. En este tipo de argu-mentos sabemos que la conclusin no est justificada, porque ella es unabsurdo, y sabemos que esto se da porque alguna de las premisas de

    este argumento no est justificada. Si la relacin de justificacin nofuera transitiva resultara muy difcil poder explicar cmo funcionanlos argumentos deductivos.

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    Sin embargo, hay algunos ejemplos que parecen sealar que la rela-cin de justificacin no es transitiva. Consideremos algunos casos. Si

    entendemos la relacin de justificacin de maneraprobabilstica, en-tonces esta relacin no es transitiva. Supongamos que podemos decirquep justifica a q, si la probabilidad condicionada de q, dadop, esmayor que 0,5. Supongamos ahora que la probabilidad condicionadade nuestra cadena de razones es la siguiente: P(A/B)= 0.8; P(C/B)=0.7; P(D/C)= 0.7. Cuando consideramos la probabilidad condiciona-da de D dadoA obtenemos P(D/A)= 0.3; por lo tanto,Ano justifica a D.En conclusin, si entendemos la relacin de justificacin como unarelacin probabilstica, entonces la relacin de justificacin no estransitiva (cf. Black 1988: 431; Grundmann 2001: 228. El ejemplo quehemos analizado es de Grundmann). Sin embargo, la tesis de que larelacin de justificacin es una relacin probabilstica no est exentade problemas. El ms conocido de ellos es la paradoja de la lotera.14

    Una segunda interpretacin de la relacin de justificacin, tambintiene como consecuencia que la relacin no es transitiva. Considresequep justifica q, porque q es la mejor explicacin dep y que q justificar, porque res la mejor explicacin de q. Si la transitividad de la justifi-cacin fuera vlida, entoncesp justificara a rporque res la mejorexplicacin dep. Sin embargo, esto es imposible, porque ex hipotesiq y no r es la mejor explicacin dep.

    El coherentista podra tener razones que le permitiran mostrar quela prioridad epistmica no siempre se viola, dado que est lejos de serevidente que la relacin de justificacin es transitiva. Si ella es o notransitiva, depende de cmo deba interpretarse. Pero, incluso en elcaso de que la relacin de justificacin fuera transitiva, un coherentis-

    ta podra sostener que todas las creencias en un sistema coherente decreencias estaran justificadas dado el carcter holstico del sistema.Como afirma BonJour:

    [] a coherence theory will claim, the apparent circle of justifi-cation is not in fact viciosu because it is not genuinely a circle: the

    justification of a particular empirical belief finally depends, noton other particular beliefs as the linear conception of justifica-tion would have it, but instead on the overall system and itscoherence (BonJour 1985: 92).

    Sin embargo, el coherentismo no est exento de problemas escpti-cos. El ms importante de ellos lo constituye el hecho de que la cohe-rencia, por si sola, no constituye ninguna garanta para la verdad unsistema de creencias. Si consideramos, por ejemplo, los escenarios es-cpticos desarrollados por Descartes en la Primera Meditacin, pode-mos ver claramente la objecin que el escptico puede formular. Su-pongamos que el sistema de creencias Ces tan complejo como usted

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    quiera; considrese adems que las creencias de Ctienen las relacio-nes de coherencia, no importa a qu grado de complejidad, que son

    necesarias para que se garantice que cada una de ellas est justifica-da. Supongamos ahora un sistema de creencias C* tan complejo comoel anterior y en el que todas las creencias deC* se encuentran justifica-das en virtud de sus relaciones. La nica diferencia entreCy C* es quetodas o algunas de las creencias de C* son incompatibles con lascreencias de C. Supngase que Cest constituido por creencias comoBerln es la capital de Alemania, la miel es dulce, etc., mientrasque en C* Berln es la capital de Holanda, la miel es cida, etc.Ahora al comparar Ccon C* podemos encontrar dos creenciasp yp*que son incompatibles y ambas estn epistmicamente justificadas.As, usted no puede estar epistmicamente justificado en preferir una

    p sobrep*, como el escptico seala. Tales casos se dan en cualquierescenario escptico, llegando as a un escepticismo parcial, que seapoyara en una indeterminacin. El principio de indeterminacinescptico mantendra que, sip y q son incompatibles, uno no estjustificado en creer quep, si las razones o evidencias E que soportan qson tan buenas como las que soportanp. Tal es caso en nuestros dossistemas de creencias Cy C*.

    Hasta aqu hemos visto que el trilema de Agripa se puede entender,en un primer momento, a partir del modo del regreso al infinito en lajustificacin y que los otros dos modos se dan al intentar evitar esteregreso. Hemos argumentado tambin que la posicin del fundacio-nismo no es ni la nica ni la mejor alternativa frente al regreso alinfinito; el coherentismo podra ser otra solucin, pero hemos vistotambin que tanto el coherentismo como el fundacionismo, en el caso

    de que logren solucionar el problema del regreso en la justificacin, seenfrentan con otros problemas escpticos que no son menos graves.La alternativa del escptico radical consiste en negar la premisa (2)

    y considerar que no hay creencias que estn justificadas. Esta solu-cin no suele ser tampoco muy bien recibida: cmo puede ser posibleque carezcamos de creencias justificadas? No es del todo evidente quesabemos un montn de cosas y que cualquier posicin que afirme locontrario debe estar equivocada. Esta reaccin suele acompaar cual-quier intento por ofrecer una posible respuesta escptica al problema.Se insiste en que el escepticismo no es ninguna respuesta, menos anuna satisfactoria.

    Tras la bsqueda de una explicacin de por qu el trilema de Agripaofrece una amenaza tanto para fundacionistas como para coherentis-

    tas, algunos autores han sealado Moser, Grundmann, Williamsque el trilema slo se puede presentar si se parte de una posicininternalista. Para ver esto, analicemos primero cules son los presu-puestos del trilema de Agripa. Ellos son, desde mi perspectiva, tres:

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    (a) Una creencia slo puede estar justificada de forma infe-rencial por otra creencia.

    (b) Slo creencias justificadas pueden justificar otrascreencias.(c) Slo una creencia que es verdadera y justificada puedeser considerada como saber.

    De esto se sigue, segn Agripa, que ninguna creencia puede estarjustificada. Cada intento por hacerlo caer en uno de los tres modossealados.

    El punto de arranque del trilema de Agripa est constituido por elpensamiento de que una creencia est justificada en el caso de quecontemos con buenas razones para que la aceptemos. Alguien tienebuenas razones para aceptar una creencia cuando hay razones para

    considerarla como justificada. El problema se da cuando intentamosestablecer cules o cmo han de ser las razones que tenemos paraaceptar una creencia. Si aceptamos la definicin tripartita de conocer,entonces el hecho de carecer de una justificacin para una creenciaimplicara que no podemos llegar a saber algo. Si carecemos de razo-nes para afirmar que una creencia est justificada o si, cada vez quebrindamos una, nos topamos con los modos de Agripa, entonces elescepticismo radical se impone.

    Los presupuestos de Agripa implican lo que podramos denominaruna teora internalista de la justificacin epistmica. El internalismo diceque todos los hechos relevantes para la justificacin de una creenciadeben ser transparentes para el sujeto: el sujeto debesaberque est justifi-cado (algunas formas menos fuertes de internalismo exigen que el suje-

    to slo crea que est justificado). El problema se da porque a cualquierrazn que un sujeto epistmico d para poder considerar que una creen-cia esta justificada, se le puede preguntar por nuevas razones que lojustifiquen, sin que podamos detenernos en un punto. Pero una vez seadopte un sistema externalista, el sujeto podra desconocer las razonesque lo justifican para creer lo que cree, sin que se d el caso de que elsujeto carezca de justificacin. La creencia puede encontrarse justifi-cada sin que el sujeto lo sepa. Si esto es as, entonces es claro que elsujeto epistmico no requiere presentar nuevas razones que justifi-quen una creencia determinada. Esto ha llevado a muchos epistem-logos a considerar que en realidad el trilema de Agripa es una reduc-cin al absurdo del internalismo epistemolgico. Tal posicin puedeser correcta. Sin embargo, no se puede desconocer que el hecho de

    llevar el internalismo epistemolgico a un absurdo, no implica queel externalismo sea verdadero. Quiz lo nico que el trilema de Agri-pa muestra es que el internalismo est equivocado, pero quiz esesto lo nico que se pretenda. Si el externalismo puede ofrecer unamejor solucin al problema, es tema de otro trabajo.

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