Autoestima en la Educación Primaria
En los niños de educación primaria, es básico e importante el desarrollo óptimo de la autoestima, pues el desarrollo de esta, conlleva el buen desarrollo de muchos otros aspectos del niño.
A continuación adjunto parte de un trabajo de investigación, sobre la autoestima en la Educación Primaria, que realicé con algunos compañeros de la especialidad de Primaria, de la Facultad de Educación de la UNMSM, para el curso de Orientación del educando.
LA AUTOESTIMA EN LA EDUCACIÓN PRIMARIA
INTRODUCCIÓN
Es necesario ser conscientes de la importancia del desarrollo
de la autoestima en todo ser humano, el cual se inicia desde
los primeros meses de vida del individuo, y se desarrolla a lo
largo de su vida gracias a sus experiencias adquiridas.
Es fundamental que todo futuro docente-tutor o en ejercicio,
conozca el presente trabajo de investigación, puesto que en
nuestro proceso de formación, requerimos de muchos
conocimientos que se involucren con nuestra acción
orientadora.
Es así, que vamos a desarrollar el tema de la autoestima, por
ser un tema que concierne tanto a los estudiantes, como a
nosotros mismos, futuros docentes.
Por otro lado, esta investigación se plantea como un estudio
que puede servir de base o pauta para estudios posteriores
sobre la autoestima en los niños de educación primaria, tema
al que como docentes-tutores lamentablemente no le damos
la debida importancia o atención al desarrollar las sesiones
de tutoría.
I. ELEMENTOS TEÓRICOS.
1.1. Concepto.
Par conceptualizar la autoestima, descompondremos el
término en dos palabras. En primer lugar, la palabra
“estima”, es una palabra que expresa que alguien o algo son
importantes o que se da valor a esa persona o cosa. Y por
último auto se refiere a cuánto valor tiene la persona o cuánto
se valora a sí mismo.
La autoestima es quererse uno mismo y querer a los demás.
Significa ser valioso y capaz. Implica respetarse a sí mismo,
al entorno y enseñar a los demás a hacerlo.
1.2. Definiciones.
Según la R.A.E. la autoestima es la Valoración generalmente
positiva de sí mismo.
Alcántara (1993, p 17) define la autoestima como una “actitud
hacia uno mismo (…) la forma habitual de pensar, amar,
sentir y comportarse consigo mismo. Es la disposición
permanente según la cual nos enfrentamos con nosotros
mismos. Es el sistema fundamental por el ordenamos
nuestras experiencias refiriéndolas a nuestro “Yo personal”.
Haeussler y Milicic (1995, p. 17) sostiene que la autoestima
“sería la suma de juicios que una persona tiene de sí misma;
es decir, lo que la persona se dice a sí misma sobre sí
misma. Es la dimensión afectiva de la imagen personal que
se relaciona con datos objetivos, con experiencia vital y con
expectativas. La autoestima, entonces, sería el grado de
satisfacción consigo mismo, la valoración de uno mismo”
Martínez Montané citados en Oñate (1989, p. 78) hablan de
autoestima considerándola como la “satisfacción personal del
individuo consigo mismo, la eficacia de su propio
funcionamiento y una evaluativa de aprobación que él siente
hacia sí mismo”
Para Rosenberg (1973, p. 39) la autoestima “es una actitud
positiva o negativa hacia un objeto particular: el sí mismo”
También, recientemente Branden (1983, p. 20) se refiere a la
autoestima como ·un concepto inherente a una sensación
fundamental de eficacia y a un sentido fundamental de
evaluación de mi mente, mi conciencia y en un sentido
profundo de mi persona”
Coopersmith (1981, p. 8) del término autoestima como “la
evaluación que una persona hace y comúnmente mantiene
respecto a sí mismo. La autoestima expresa una actitud de
aprobación o desaprobación e indica la medida que una
persona cree ser capaz, importante, exitoso y digno. La
autoestima de una persona es un juicio de mérito que se
expresa subjetivamente transmitida a otro mediante reportes
orales y otros comportamientos expresivos.
Quandt y Selzncik (1984) sostienen que el concepto de sí
mismo se refiere a todas las percepciones que un individuo
tiene de sí, especialmente en su propio valor y capacidad.
1.3. Características de la Autoestima.
Según las siguientes características la persona muestra una
alta autoestima.
1.3.1. Aprecio
Incluye todo lo positivo que individualmente posee, como por ejemplo: habilidades, cualidades, destrezas. Se puede tener todas en un mismo nivel, si nos lo proponemos.
1.3.2. Aceptación.
La persona que se acepta a pesar de sus limitaciones, debilidades, fracasos y errores, es consciente de que es un ser humano que se equivoca, que no se avergüenza demasiado cuando falla y que reconoce los aspectos de su personalidad que debe mejorar.
1.3.3. Afecto.
Es lo que la persona se entrega a sí mismo de tal forma que se sienta tranquila con sus pensamientos, emociones y con su cuerpo. Se siente bien consigo misma.
1.3.4. Atención.
Cualidad de la percepción hace referencia a la función de la atención.
Es el mecanismo que controla y regula los procesos cognitivos; desde el aprendizaje por condicionamiento hasta el razonamiento complejo.
Estas son las principales características que, de poseerlas, demuestra que nos sentimos satisfechos con nosotros mismos. Debemos tener el conocimiento de cada una de ellas para tomar conciencia del propio mundo interior.
1.4. Componentes de la Autoestima.
El MINEDU explica que existen diferentes aspectos
importantes a desarrollar en cada persona, ellos son los
componentes de la autoestima, y son los siguientes:
1.4.1. El sentido de seguridad.
La seguridad es un componente básico para la autoestima. Toda acción o reacción de la persona es resultado de la seguridad en el ámbito personal, profesional, social, etc.
“La seguridad es un factor de motivación dentro de la
labor personal de cada uno. Las acciones realizadas están
orientadas a conseguir resultados” (VOLI, Franco. Autoestima
del Profesor. Editorial Artes Gráficas, Madrid España, P. 78)
[1].
Una persona que tiene seguridad, tiene libertad para
pensar, actuar, reaccionar de la forma que le parezca más
oportuna y efectiva en cualquier contexto y situación que se le
presente; por ejemplo: cuando un docente tiene seguridad, se
siente capaz de tomar decisiones en la conducción de sus
sesiones de clase.
1.4.2. El sentido de autoconcepto.
“El sentido de autoconcepto se refiere a la forma cómo nos vemos o percibimos a nosotros mismos como individuos y como personas. El
autoconcepto se empieza a formar desde que nacemos, desde las primeras experiencias y reacciones anímicas que ocurren sucesivamente durante nuestra vida, en los diversos contextos y situaciones ya sea por las felicitaciones o por las sanciones que hayamos recibido.
Por ejemplo, un docente que tiene un buen nivel de
autoconcepto:
- Está abierto a tomar decisiones, correr riesgos y dirigir sus
acciones a conseguir resultados.
- No se siente afectado por las críticas destructivas (sabe qué
es lo que quiere, y es capaz de conseguirlo).
- Se adapta rápidamente a los cambios, porque se siente
preparado para asumir responsabilidades que se le presenten
en el camino.
- Sabe que puede confiar en sí mismo y en los demás.
1.4.3. El sentido de pertenencia.
El sentido de pertenencia se refiere a la capacidad de sentirse cómodo y a gusto con las personas que le rodean; es decir a la capacidad de ser consciente de que todos formamos parte de un grupo familiar, de trabajo, de diversión, de estudios, etc. y que aportamos a dichos grupos.
Por ejemplo, el docente que posee un buen sentido de
pertenencia:
- Constantemente, busca transformar su labor pedagógica.
- Colabora, contribuye y participa activamente.
- Demuestra sensibilidad y comprensión.
- Coopera y comparte fácilmente.
- Constantemente, emprende acciones.
- Tiene características sociales positivas.
1.4.4. El sentido de motivación.
El sentido de motivación se refiere a la capacidad de impulsar a las personas a actuar de una determinada forma y a proponerse objetivos específicos, efectivos, concretos y alcanzables.
“La persona con motivación sabe lo que quiere
conseguir y averigua como hacerlo a corto, medio y largo
plazo. Sus energías se dirigen a tareas específicas y se
sienten satisfechas cuando han conseguido lo que se
proponen” (VOLI, Franco. Autoestima del Profesor. Editorial
Artes Gráficas, Madrid España, P. 78)[3].
Por ejemplo, el docente con elevado sentido de
motivación:
- Sabe cómo actuar para alcanzar sus metas.
- Se siente preparado para emprender nuevas actividades.
- Crea el contexto para utilizar habilidades y destrezas.
- Es consciente de que está en un proceso de aprendizaje
continuo, y no se siente desmotivado ante los errores que
pueda cometer.
1.4.5. El sentido de competencia.
En el sentido de competencia interviene el reconocimiento de lo que hemos aprendido. Una persona con sentido de competencia es capaz de aprender, continuamente y sin límites.
“El sentirse competente forma parte de la conciencia de
la propia valía e importancia” (VOLI, Franco. Autoestima del
Profesor. Editorial Artes Gráficas, Madrid España, P. 78)[4].
En el docente, la competencia es un fuerte elemento
motivador de su seguridad profesional y de su auto-concepto
en su rol como docente y/o alumno.
Por ejemplo, el docente con un buen sentido de
competencia:
- Busca su propia auto-superación y acepta riesgos.
- Comparte sus gustos, ideas y opiniones con los demás.
- Es consciente de sus virtudes y destrezas.
- Reconoce sus debilidades, y no las ve como un obstáculo o
limitación, sino como oportunidades de crecimiento personal.
- Reconoce sus éxitos, los ensalza y es capaz de hablar de
ellos.
Ahora bien, el desarrollo de estos 5 componentes permite el
fortalecimiento de la autoestima en cada persona.
1.5. Desarrollo de la Autoestima.
Cada edad presenta determinadas peculiaridades que van a
permitir el inicio del desarrollo de la autoestima en el niño.
Para ello vamos a dividir en dos partes el estudio del
desarrollo de la autoestima en la niñez.
1.5.1. Etapa de los 0 a los 5 años de edad.
Violeta Cardenal Hernaez, refiriéndose a la aparición de la
autoestima, señala que existe en el infante con pocos meses
de edad, el “self” existencial y el “self” categórico (Lewis y
Brooks, 1975). El self existencial implica la noción básica de
existencia separada del otro; y el self categórico se refiere a
las categorías por las cuales el niño se define a sí mismo
como distinto o separado del mundo que le rodea
En un principio, en su relación con su madre, a través de los múltiples contactos con ella, el niño aprende a distinguir su cuerpo de aquello otro que no lo es, a reconocer los límites externos de su cuerpo. A través de la imagen corporal, el niño va formando la primera noción de sí mismo, separado del mundo exterior.
Posteriormente, con la aparición del lenguaje, la progresiva
utilización de pronombres personales y posesivos, indican
que el niño tiene una mayor diferenciación respecto del otro y
una conciencia más definida de sí mismo.
Muchas veces, la autoestima del niño se ve herida por ciertas
frustraciones que experimenta el infante al no poder explorar
y/o realizar lo que desea.
Según Allport (1965) alrededor de los dos a tres años ocurren
frecuentemente situaciones en las cuales los padres frenan el
deseo de exploración de los niños, claro está, sin mala
intención. Pero, cuando el niño ve frustradas sus intenciones
de exploración, se siente herido en su autoestima, se siente
disminuido, generándose en él, humillación y enojo. Los
psicólogos consideran a este tipo de manifestaciones como
expresión de la ‘necesidad de autonomía’.
Alrededor de los tres a cinco años se hace frecuente, el juego
de alternancia de papeles y los comportamientos imitativos en
el niño. Ello indica la necesidad del niño de identificarse con
los adultos en ciertos roles. Por ello, es importante recalcar
que las reacciones de los allegados al niño, ante su evolución
física e intelectual, sus comportamientos e identificaciones,
repercutirán sobre la elaboración infantil de la sensación de
valor personal, de competencia y de capacidad (Allport,
14961; Combs y Syngg, 1959)
Un niño de cuatro o cinco años tiene autoestima y conciencia
de cualidades o características suyas personales.
A la edad de dos años el niño comienza a realizar las
primeras distinciones entre los sexos. El afianzamiento de
esta identificación se va completando a los cuatro años de
edad y finaliza con éxito a los seis o siete años. Por otro lado,
todas las pautas de conductas distintivas para uno y otro sexo
en el marco de aprendizaje de la familia, escuela y sociedad,
determinan el auto-concepto del niño. Por ello, es inevitable la
asimilación e identificación por parte del niño de los roles que
conlleva pertenecer a uno u otro sexo; pues ello va a marcar
y condicionar la valoración de sus capacidades, habilidades e
imagen corporal, de manera diferenciada, de acuerdo con el
sexo.
1.5.2. Etapa de los 5 a los 12 años de edad.
Cuando se ha establecido la identificación con el sexo, el niño
empieza a experimentar sus primeros contactos con el medio
escolar. Es allí donde las experiencias que viva el niño le
permitirán ser consciente de sus logros académicos, de la
popularidad entre sus semejantes y de las reacciones de los
profesores ante sus gestos, actitudes, éxitos o fracasos.
De este modo, y gracias a su contacto con el medio escolar, se irá incrementando paulatinamente el sentido de identidad del niño y repercutirá sobre la aceptación de sí mismo, permitiendo que se forme y consolide la autoestima o valor de sí mismo. Así, al entrar en contacto con su medio escolar, el niño desarrolla nuevos elementos de juicio, evaluaciones y actitudes hacia sí mismo.
1.6. Factores intervinientes en la naturaleza de
la Autoestima.
Existen determinados factores que intervienen en el
desarrollo de una autoestima positiva en el niño. Entre esos
factores tenemos los siguientes:
1.6.1. La opinión de los otros.
La construcción de la autoestima de los niños y niñas es un
proceso que no se construye de la noche a la mañana, sino
más bien, un proceso que se inicia desde los primeros años
de la vida, de ahí la importante labor que tienen los padres y
otras personas más cercanas a ellos, en la estimulación
temprana de una autoestima positiva.
1.6.1.1. Primera fuente: Los
Padres.
Al nacer el niño o la niña ha de tener un ambiente afectivo y
caluroso con su madre, pues será ella quien le brinde
seguridad al recién nacido. Desde esta forma se estará
estimulando positivamente a un buen desarrollo de la
autoestima.
No obstante con el transcurrir de los años, este ambiente
afectivo y caluroso se ha de mantener junto a los dos padres
para seguir desarrollando esta autoestima positiva. Esta
autoestima se logrará siempre y cuando exista un clima
emocional donde prime lo afectivo, con espacios para poder
pasar momentos agradables junto a padres e hijos y en la
forma en que se trate al niño y se lo guíe.
"La autoestima de un niño no guarda relación directa con la
posición económica de la familia ni con la educación, ni con la
ubicación sociogeográfica del domicilio familiar, ni con el
hecho de que la madre esté siempre en el hogar... Lo que
resulta significativo es la calidad de la relación existente entre
el niño y los adultos que sean importantes en su vida"
“La autoestima que el niño adquiere en el hogar va a permitir
determinarse a sí mismo y abrirse a los demás. El niño poco
autoestimado se considera, casi siempre, incompetente e
inútil. En el ambiente familiar el propósito educativo debe ser
la gradual conquista del yo y el pleno desarrollo de las
capacidades de niño y joven"
1.6.1.2. Segunda fuente: Los “otros
significativos”.
Los “otros significativos” vienen a ser todas aquellas
personas que el niño(a), además de los padres, considera
importante en su vida, como:
- Sus amigos del barrio,- Compañeros de aula, - Profesores, - Vecinos, etc.
Estas personas tienen gran importancia, en el sentido que se establecen relaciones sociales significativas para los niños y niñas; además porque sus valoraciones y conocimientos hacia la persona del niño o niña es determinante para el desarrollo personal de estos últimos.
“El niño o adolescente o joven quiere ser aceptado y seguro dentro del grupo de condiscípulos. Teme ser despreciado y sufre por ello. Es muy sensible a las críticas y cuantas veces lo menosprecien le imprimen una conciencia deprimente”.
1.6.2. La auto-observación y observación de las consecuencias que la conducta de uno mismo tiene en los demás.
En el proceso de construcción de la autoestima, las relaciones sociales que se dan entre los padres, amigos, vecinos, compañeros, profesores, etc. Influyen de alguna
manera u otra en este proceso, ya que son estos, quienes dan percepciones y opiniones acerca de los comportamientos o formas de ser, observados en los niños o adolescentes, según sea el caso.
Es a partir de estas percepciones u opiniones “del otro”, que el niño o adolescente construirá su autoestima. Sin embargo no basta con esto. Según, Bandura (1978) “el individuo podría cambiar su autoestima como resultado de un momento de análisis y evaluación de las percepciones recibidas por su entorno, esto basado en un primer momento por la auto observación”.
Por lo tanto, la construcción de la autoestima es posible gracias a las percepciones recibidas del entorno, pero también de la auto observación y autoevaluación que el sujeto hace de sí mismo.
1.6.3. Otros factores.
A continuación, presentaremos tres factores (sexo, nivel
social y raza) que de alguna u otra forma afectan en el
desarrollo de la autoestima, puesto que están íntimamente
relacionados a conductas o roles sociales que se dan en un
determinado tiempo y espacio, por tanto pueden variar de
acuerdo a la etnia, clase, cultura, país, etc.
1.6.3.1. El sexo.
El sexo es un factor social y cultural que interviene negativamente en el desarrollo de la autoestima de chicos y grandes.
Por ejemplo, en la sociedad paraguaya se le da mayor importancia a los roles que cumplen los varones. Esto hace que ya desde la familia se fomente esta diferencia, disminuyendo así, la autoestima de las mujeres y favoreciendo la diferencia entre sexos, en perjuicio de la mujer.
1.6.3.2. El nivel social.
El nivel social, es también un factor interviniente en el desarrollo de la autoestima, puesto que es considerado en algunos países o determinadas culturas, que al ser la persona “pobre” o de bajos recursos económicos se le puede tratar mal, favoreciendo así a la disminución de su estima.
1.6.3.3. La raza.
Al igual que los dos anteriores factores, la raza es considerada por algunas culturas como un factor determinante en el desarrollo de la autoestima. Esto al considerar que tal “raza” es “menos” capaz de realizar tal trabajo o tarea.
Por ejemplo, en nuestro país o mejor aún, en nuestra capital Lima, se le suele considerar a personas con ciertos rasgos andinos o amazónicos con ciertas incapacidades, como la intelectual, artísticas, etc. Sin embargo, estas personas han demostrado ser iguales en capacidades, o mejores aún.
Para ejemplificar este caso, mencionemos a la reconocida
actriz y cantante peruana Magaly Solier Romero, nacida el 11
de junio del año 1985, en Huanta.
1.7. Aspectos positivos del desarrollo de la
Autoestima alta.
El desarrollo de la autoestima en los estudiantes resulta de
vital importancia porque les permite a ellos potenciar y
afianzar capacidades y actitudes que luego le servirán en su
desenvolvimiento tanto cotidiano como para la búsqueda de
una opción laboral y profesional.
Entre las capacidades y actitudes que mencionamos tenemos
a las siguientes:
La persona o estudiante es capaz de adaptarse a la
vida, por la confianza que posee en sus capacidades.
Es honesto y responsable en las acciones que
ejecuta o prevé.
Se siente importante por sus propias competencias.
Tiene plena confianza en las decisiones que realiza.
Alcántara menciona a los siguientes: Favorece el aprendizaje: La adquisición de nuevas
ideas y aprendizajes está subordinada a nuestras
actitudes básicas.
Ayuda a superar las dificultades personales:
Cuando una persona goza de alta autoestima es
capaza de afrontar los fracasos y los problemas que le
sobrevienen, ya que dispone dentro de si de la fuerza
necesaria para reaccionar de forma proporcionada
buscando la superación de los obstáculos.
Fundamenta la responsabilidad: A la larga solo es
responsable el que tiene confianza en si mismo, el que
cree en su aptitud.
Desarrolla la creatividad: Una persona creativa
únicamente puede surgir desde una confianza en si
mismo, en su originalidad, en sus capacidades.
Estimula la autonomía personal: Ayuda a ser
autónomo, seguro de si mismo, a sentirse a gusto
consigo mismo, a encontrar su propia identidad.
Posibilita una relación social saludable: El respeto y
el aprecio por uno mismo es sumamente adecuada
para una relación con el resto de las personas.
Garantiza la proyección futura de la persona:
Impulsando su desarrollo personal y permanente.
Así mismo Maslow
nombra las siguientes características de una persona con autoestima elevada, mencionaremos las más sobresalientes:
La persona se acepta así mismo como es.
Percepción más clara y eficiente de la realidad.
Tiene más apertura a la experiencia.
Una identidad firme; autonomía y unicidad.
Objetividad, independencia y trascendencia del yo.
Posee un código moral propio.
1.8. Consecuencias del desarrollo de la Autoestima baja.
El tener una autoestima baja depende de muchos factores entre ellos están la percepción que tenemos de nosotros mismos, no solo tienen baja autoestima las personas que no saben reconocer sus capacidades o pasan la mayor parte de su tiempo lamentándose las cosas que no hicieron por la falta de toma de decisiones en sus vidas, sino también aquellas personas que no saben reconocer sus limitaciones o fabrican imágenes que no necesariamente corresponden como son, para reconocer en el aula a los alumnos que potencialmente pueden estar
desarrollando su autoestima de modo inadecuado presentaremos algunos de los rasgos más sobresalientes en cuanto a la deficiencia en la autoestima:
La persona con autoestima baja se siente
desadaptada, por la poca confianza en sus
capacidades.
Posee mucha inseguridad en la toma de decisiones
por no confiar en sus propias habilidades, además de
temer a equivocarse.
Tiene muchos problemas para entablar nuevas
amistades por el temor de ser ignorado(a) o
rechazado(a).
Para Ruiz y Branden la persona con baja autoestima:
Se siente incapaz de afrontar los desafíos que le
impone su existencia.
Actúa de forma defensiva en todo y contra todos.
Se siente equivocado como persona.
Clemens encuentra las siguientes actitudes o características:
Ø Sensación de ser inútil, innecesario, de no importar.
Incapacidad de disfrutar, pérdida del entusiasmo por
la vida.
No se considera aceptable físicamente.
Siente que no tiene amigos.
Se considera inferior a los demás.
Miedo a desagradar y perder la estima de los
demás.
Se siente incapaz de hacer las cosas por si mismo.
Se considera un mal estudiante.
Es pesimista y depresivo.
Tiene una visión negativa global, que incluye, sobre
todo a uno mismo.
1.9. Propuestas para estimular la Autoestima.
Para estimular la autoestima tenemos las siguientes
propuestas:
1.9.1. Propuesta pedagógica planteada por el
ministerio de Educación.
Desde la escuela, la autoestima se educa básicamente
cuidando tres aspectos (Sanz, 2002):
Estimular la participación democrática de los
estudiantes en la vida de la I.E., pues contribuye al
desarrollo de la autonomía, la autoafirmación, y en
general la autovaloración.
Reconocer constantemente el esfuerzo y avance de
los estudiantes.
Desarrollando en las áreas curriculares una
metodología cooperativa de trabajo en grupo que
facilite la autonomía, basada en el aprendizaje
significativo y la evaluación como medio de
comprensión y mejora.
Trabajar actividades orientadas al desarrollo de la
autoestima en la hora de tutoría y en cada área
curricular.
Estos aspectos deben darse en el marco de un clima de
convivencia que promueva y respete los derechos de los
estudiantes.
1.9.2. Propuesta de A. Ontoria.
Según este autor los alumnos logran afianzar o estimular su
autoestima a través de la elaboración de mapas mentales,
porque la elaboración de estos supone la toma de decisiones
por parte del alumno, esta toma de decisiones tiene como
resultado que el estudiante sea consciente de que es capaz
de ejecutar estas actividades lo que refuerza su autoestima,
además que pone en practica su creatividad
1.9.3. Propuesta de Bruner y Negro.
Surge la necesidad que padres y educadores en general:
Ø Busquemos campos de éxito en los que puedan desatacar y compensarse, de alguna manera, nuestros hijos y alumnos.
Corregirles oportunamente cuando las cosas no
estén bien hechas, suprimiendo frases destructivas,
amenazas o malos augurios. En cualquier caso se
critica el fallo no a la persona globalmente.
No exagerar las dificultades para evitar peligros.
Dejarlos crecer promoviendo equilibradamente
libertad y responsabilidad.
Infundir ánimos para que superen los pequeños
fracasos y frustraciones, darles a entender que todos
nos equivocamos.
Que nuestros hechos no contradigan nuestras palabras.
1.9.4. Propuesta de Rosenthal y Jacobson.
Ellos plantean que se debe desarrollar 3 componentes que son:
Pertenencia: Sentirnos vinculados, bien tratados lo que hacemos.
Competencia: Descubrir las capacidades propias.
Valía personal: Sentirse valioso en lo más profundo.
1.10. La Autoestima del docente.
Así como existe la autoestima en el alumno también es sabio
comprender que existen factores determinantes que influyen
en la autoestima del docente, algunos autores para tratar de
definir este concepto tratan de explicar algunos de sus
componentes, entre estos tenemos:
La motivación personal que los
guía durante los años de docencia y así mismo les
sirve para llegar a su autorrealización profesional.
Depende mucho del proceso de aprendizaje que
llevó a cabo durante su formación profesional.
Finalmente repercute mucho en la autoestima el
desenvolvimiento en clase así como el grado de
eficiencia que posee cada docente.
Algunos autores como P. Saura sostienen una serie de
actitudes y conductas que el profesor debe de tener en
consideración para fortalecer el autoestima de sus alumnos,
de esta manera los logros que el maestro alcance
fortalecerán su autoestima. Si somos razonables y
coherentes nuestra autoestima saldrá beneficiada. No
olvidemos que el mejor modo de inspirar una buena
autoestima es poseerla nosotros mismos y que cuando
vivimos partiendo de lo mejor de nosotros mismos tendremos
más posibilidades de extraer lo mejor de los otros, en este
caso de nuestros alumnos.
II. ARGUMENTACIÓN REFERENTE A LA
IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA EN LA
FORMACIÓN DE LA INFANCIA.
2.1. Importancia de una reorientación para
mejorar la Autoestima.
2.1.1. En la familia
La reorientación educativa en la familia debe favorecer las
condiciones y experiencias capaces de producir una
estabilidad personal en el niño y adolescente.
La familia juega un papel fundamental en el proceso de socialización de nuestros niños y niñas, pero también en el proceso de desarrollo personal de estos, por lo tanto, su función también es fomentar la construcción de una autoestima sana y positiva.
Para esto, la familia ha de crear, en primer lugar, un clima afectivo incondicional donde el niño y niña se sienta seguro (a) y querido (a) por los que le rodean.
Asimismo, ha de crear un ambiente positivo donde al niño o
adolescente:
Se le sepa escuchar.
Se le reconozca sus derechos y establezca deberes.
Se le demuestre y diga que son valiosos e
importantes.
Se le enseñe que algunas cosas pueden salir mal,
aprendiendo así a aceptar sus errores y límites.
Se le dé la oportunidad de tomar decisiones en todo lo
que puede hacer, siempre y cuando no represente un
peligro para él y los demás.
Lo que no ha de ser la familia es:
Criticar destructivamente al niño o adolescente
diciendo, por ejemplo, eres un ”tonto”, “estúpido”, “bruto”,
“inútil”, etc. Pues esto hace que el niño o adolescente
construya un mal concepto de sí mismo. Por tanto, la
labor re-orientadora de la familia no cumpliría con su fin:
construir una autoestima positiva de los hijos.
Antonia Melcon, en la Revista Complutense de Educación, en
el Artículo “Educación en la Autoestima” (1991), señala lo
siguiente respecto a la labor re-orientadora de la familia:
“Es indispensable que los padres vigilen las palabras que
pueden desvalorizarle. Si continuamente al niño se le dice
que es “torpe” “inútil” y “malo”, y otros calificativos de
significado negativo es prácticamente imposible que adquiera
confianza en sí mismo. Los insultos y el desprecio llegan a
incrustarse en su mente, le impregnan cada vez más, de tal
modo que al chico le será muy difícil liberarse de ellos,
aunque haga esfuerzos por mejorar”.
“Debemos desarrollar el sentido de responsabilidad de todas
nuestras palabras, acciones y gestos. Evitemos juicios
irresponsables, ya que, el educando, en ocasiones está
deseoso de conocer lo que es correcto”
En consecuencia, la labor re-orientadora de la familia en la
construcción de la autoestima de niños y adolescentes es
fundamental, puesto que la familia es para todo ser humano,
un centro de experiencias inigualables, inolvidables y
significativas.
2.1.2. En el centro educativo
Es importante educar en la autoestima al niño, aunque ello
suponga un lento aprendizaje, puesto que se desarrollará a lo
largo de su vida. Se debe educar su libertad para que pueda
usarla de forma natural y adecuada, fuera del ámbito escolar,
de modo que el niño se sienta capaz de elegir y aceptar la
responsabilidad de sus actos libres. Una persona con baja
autoestima no será capaz de hacerlo.
El educador debe reforzar en el niño sus cualidades o
aspectos positivos que posee y neutralizar lo discordante.
Cuando se ha cultivado la autoestima, ésta puede triunfar
incluso en una personalidad seriamente afectada. Un sujeto
puede carecer de ella pero, si tiene voluntad, no decaerá
hasta conseguirla. Hay que enseñar al educando que cada
acontecimiento y/o experiencia que vive trae consigo una
enseñanza, una lección pertinente para su vida.
La labor docente en la formación de la autoestima del niño
supone facilitar en el niño el desarrollo de autonomía en
solidaridad y responsabilidad, y esto sólo puede lograrlo a
través de la propia estimación.
Por otro lado, es importante que el docente identifique la baja
autoestima en los niños, si existiese, para así mostrarles que
son dignos de ser respetados y que merecen aprecio. A
veces, basta una palabra agradable, para salvar el sentido de
una vida.
Bandura indica que: en el ámbito escolar, comunicar al
educando su valía y sus capacidades supone aumentar sus
expectativas de auto-eficacia; además, cuando el sujeto ha
aprendido determinadas estrategias de aprendizaje posee las
habilidades necesarias para realizar una tarea, la confianza
en su auto-eficacia intensifica y mantiene el esfuerzo para
conseguir la meta, que no se logra si el sujeto dudase
constantemente sobre su adecuación personal para la citada
tarea (1983).
En la escuela se suele premiar más el triunfo que el mérito, o
el punto de llegada. Pero para conocer el mérito y apreciarlo
hay que considerar el punto de partida del niño, el tiempo que
ha empleado y los medios que ha usado para hacer el
recorrido. Antonia Melcon, señala que “hay un gran principio
que (…) debe prevalecer en todo centro: «Valorar en primer
lugar el esfuerzo, el buen resultado ya llegará»”.
La madurez personal supone conocerse a sí mismo y, por tanto, conocer y aceptar sus propias limitaciones. Cada persona tiene el poder de tomar decisiones en su vida, y hacerlo significa que posee autoestima. El aumento de la autoestima es señal de que la persona ha iniciado un auténtico progreso.
Si el alumno siente satisfacción personal, puede esto
determinar que se concentre mejor en el estudio, lo que, a su
vez puede traducirse en una mejor adaptación familiar,
escolar y social.
Finalmente, Nubia Saffie sostiene que, para rendir, el alumno
debe interactuar con su profesor en una comunicación
directa, que promueva un clima afectivo y motivador para el
aprendizaje, y que el alumno debe poseer dentro del colegio
- Un lugar en la sala de clases, es decir, no solo un
espacio físico donde expresarse, sino también un lugar
donde se sienta aceptado, apoyado y acogido por
quienes lo rodean, ya que deberá permanecer allí
muchos años de su vida;
- Un espacio, es decir, un lugar de encuentro con sus
pares que le permita compartir las actividades de trabajo
y los juegos, un lugar de estudio donde se le enseñe a
convivir con los otros intercambiando sus conocimientos
y valores;
- Un profesor significativo, es decir, un profesor que muestre interés en el alumno, con actitudes como identificar su nombre, reconocerlo entre la multitud, reconocer cuando
está alegre y cuando está triste, conocer a su familia, saber lo que le gusta, etc., de modo que el alumno perciba este interés por parte de su profesor.
2.1.3. En las relaciones sociales
Educar para vivir en sociedad, constituye desde una
perspectiva el objetivo de la acción docente, pero no solo es
vivir sino hacerlo en la sociedad actual, en el clima de un
sistema dinámico en donde solo triunfan las personas que
pueden desplegar sus capacidades de acuerdo al contexto y
situación del momento.
Entonces diremos el hacer que el alumno tome conciencia de si mismo, como alguien que ocupa un lugar especifico dentro de la sociedad, estimulando los diversos componentes de auto-percepción y personalidad, tratando de orientar nuestro trabajo en la edificación de capacidades que se demuestren en una buena autoestima en el alumno, solo haciendo eso podremos afirmar que la felicidad de los individuos, su engrandecimiento personal y la prosperidad de los pueblos dependen en buena parte de la autoestima que poseen.
III. ESTRATEGIAS ADECUADAS PARA TRABAJAR LA
AUTOESTIMA EN EL NIVEL PRIMARIO
3.1. Actitudes y conductas que debe tener el
profesor para educar la Autoestima de los alumnos.
La tarea del docente es orientar a sus alumnos en la
percepción que tiene del mundo y despertar su imaginación.
Además, es sumamente importante que desarrolle en sus
alumnos la capacidad de observar, de escuchar, de crear, de
reflexionar y tener confianza entre ellos mismos.
La labor del docente como mediador es muy importante en la
formación de la autoestima del alumno.
Nubia Saffie cita a Humprey (1971), quien propone una lista
de cualidades que debe poseer un profesor para ser un
educador eficiente, las cuales son las siguientes:
- Entusiasta.
- Optimista.
- Paciente.
- Sensitivo.
- Organizado.
- Inteligente.
- Informado.
Por otro lado, afirma que el educador debe usar dos
herramientas fundamentales: su voz y su cuerpo; pues
mediante el lenguaje corporal, el educador puede transmitir
confianza, seguridad, puede motivar, disminuir la inquietud,
ofrecer recompensas, aceptar y elogiar a sus alumnos. Por
ello, es importante que el docente use normas comunicativas
no verbales.
Los niños no se limitan a escuchar las palabras que emite el
profesor, sino que captan la actitud del docente a través de
las expresiones faciales que este muestre, la modulación de
su voz y la cualidad tonal que use al hablar con ellos.
Entre otras técnicas de comunicación que permite saber si el
niño se siente cómodo o no con los demás están también las
siguientes:
- El contacto visual: el docente debe procurar ser
sincero y sensible en la interacción con sus alumnos;
- El elogio: es un medio para que el niño sea
consciente de sus logros y se sienta motivado a
continuar y enfrentar el siguiente desafío;
- La voz y la expresión facial del educador: sirven
para que se cree, entre el educando y él, una atmósfera
de confianza;
- El lenguaje que use el docente: debe ser acorde a
las características sociales, emocionales y cronológicas
del alumno.
Un individuo con alta autoestima se siente seguro en su
ambiente y en sus relaciones, sabe enfrentarse a problemas
o desafíos que se le presenten, responde con confianza y alto
grado de éxito, tiene sentido de orgullo y responsabilidad en
sus actos, se fija una meta y propósitos futuros, y aprovecha
los recursos y las oportunidades que se le presentan para
cumplir sus metas.
En cambio, un individuo con baja autoestima tiene miedo a
tomar decisiones por temor a fracasar, y está preocupado de
lo que piensan los demás.
Por ello, es importante que los docentes encaminen a los
niños en la adquisición de confianza, que se sientan bien
consigo mismos y que logren sentirse motivados para
alcanzar lo que ellos quieran. Además, los docentes deben
reconocer que cada alumno es único y peculiar, importante,
con derechos y sentimientos que debe reconocer y proteger
.