FERIA DE LAS “ALASTAS” EN LA CIUDAD DE PUNO
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La Feria de las “Alasitas” es una feria artesanal en la ciudad, cuya característica
principal es la venta de miniaturas con la finalidad ritual de que las mismas se
conviertan en realidad bajo los auspicios de la deidad aymara Ekeko.
Es una de las tradiciones más enraizadas en la ciudad de Puno es la feria de la
Alasita, término aymara que quiere decir "cómprame". Hasta mediados del siglo
pasado (1950-1960), la llegada de esta fiesta es anunciada con el toque de
pinquillos (flautines de caña hueca), que los niños hacen sonar, días antes de esta
feria. En aquellos tiempos, los niños eran los que más esperaban su llegada,
porque podían seguir comprando miniaturas a modo de juguetes, por entonces no
había distracciones como la televisión, juegos cibernéticos, celulares y juguetes
robotizados.
Su principal característica es la venta de miniaturas de toda clase de elementos
del hogar como pueden ser: Dinero, automóviles, casas, etc. que los asistentes
encomiendan al Ekeko, para su conversión en realidad en el futuro. Esta feria
tiene réplicas en otros países de América Latina, pero estas ferias son de menor
magnitud, siendo la Feria paceña la más conocida.
Poe ejemplo, en la ciudad de Juliaca la fiesta de las Alasitas es considerada como
una de las más importantes de la región Puno, por el gran número de
comerciantes bolivianos y peruanos, que se concentran en la ciudad calcetera
desde el 1 hasta el 5 mayo.
Alasitas, proviene de un término aymara que quiere decir “Cómprame”; algunos
historiadores señalan que esa tradicional fiesta inició en 1781, cuando el
gobernador de la Paz (Bolivia), Sebastián Segurola, ordenó celebrar la fiesta de
forma anual, en honor a la deidad pre-republicana, denominada Ekeko, donde su
principal característica es la venta de miniaturas.
Por su parte, el historiador René Calsín Anco, señala que la fiesta de las Alasitas o
fiesta de la abundancia, se celebra desde hace más de 100 años, ya que su origen
radica en el imperio incaico, cuando los incas le rendían pleitesía al Dios de la
Abundancia, durante la temporada de la cosecha.
Cabe indicar que la Feria de las Alasitas, se desarrolla de forma paralela con la
Fiesta de las Cruces; por tal motivo, el cerro Santa Cruz es un escenario que
concentra a un gran número de pobladores que habitan Juliaca y visitantes
provenientes de diversos puntos del Perú.
“ALASITA”, MITO O LEYENDA
Las investigaciones del sociólogo especialista en patrimonio cultural, David
Mendoza, muestran que la celebración de la Alasita y su relación con el Ekeko no
han dejado evidencias escritas acerca de su origen. Sus antecedentes más
conocidos están sostenidos en mitos y leyendas.
Los autores más conocidos que escribieron sobre esta festividad fueron Antonio
Paredes Candia, Rigoberto Paredes, Antonio Díaz Villamil, Carlos Ponce Sanjinés,
Ernesto Cavour y Arthur Posnasky, cuyas obras están envueltas en leyendas y
mitos sobre la feria y el personaje en miniatura.
Mendoza elaboró un expediente sobre esta festividad, pero no detectó una
evidencia histórica en los archivos del país sobre la tradición, aunque sí memorias
orales que atestiguan la celebración.
Una de las causas por las que no existiría documentación, según el investigador,
habría sido "la colonización española que no permitió desarrollar ciertos sistemas
de creencias; entonces la historia ha sido proscrita, atacada, por eso no se tiene
bien definido (la fecha, la localidad de la Alasita) qué es el Ekeko, porque hay
muchas interpretaciones".
Para comenzar, el nombre de Alasita tiene diferentes significados, en aymara el
más conocido es el reflexivo "cómprame". "Trata de la compra de las illas, ispallas
(amuletos, imágenes), miniaturas con el atributo de volverse reales, en medio de
un ritual celebrado por el yatiri (adivinador) a las 12.00. Antiguamente, indígenas
de comunidades venían a la feria a comprar illas, ispallas, animales y semillas, y
duraba un día hasta dos, pero hoy dura como 15 días". Las versiones sobre el
origen geográfico de la festividad son diversas, pero coinciden en que sucede en
la región andina de Bolivia.
RITUALIDAD AL IQIQU (EKEKO) Y LA ILLA
La fiesta de “Alasita: ritualidad al Iqiqu (Ekeko) y a la illa” es una manifestación
tradicional de la época prehispánica, que a través de los años ha perdurado
manifestándose en la fiesta de la chhalaqasiña, hoy alasita. La esencia de Alasita
se funda a partir de la creencia en la illa (miniaturas) y el Iqiqu (Ekeko) como
portadores de fecundidad, fertilidad y reproducción, lo que hoy en día se
reinterpreta como prosperidad y abundancia de lo deseado.
Durante la Colonia y el proceso que se conoció como extirpación de idolatrías, el
ritual al iqiqu (ekeko) y a la Illa, se practicaba de manera clandestina. Sin
embargo, en el siglo XVIII después del rompimiento del cerco a la ciudad de la Paz
(1781) resurge y se “oficializa” convirtiéndose en una celebración pública; pero,
cambiándose la fecha de celebración del 21 de diciembre al 20 de octubre, y
posteriormente al 24 de enero; ésta celebración adquirió también nuevas
connotaciones, del trueque se pasó a la compra – venta.
En el siglo XIX esta fiesta ritual se convierte en una feria que mantiene la esencia;
pero, con diferentes representaciones, en este periodo los artesanos, productores
de miniaturas, cobran un rol importante otorgando a través de su trabajo
significado y la creencia de que las miniaturas adquiridas serán las portadoras de
prosperidad. Actualmente los objetos en miniatura propios de la modernidad como:
vehículos, computadoras, celulares, televisores, radios y otros, están presentes
durante esta festividad. Estas nuevas adaptaciones se expresan en la Alasita en
una dinámica de cambios y adecuaciones, que se han dado, a la par de la
economía de nuestro medio dotándole de continuidad y permanencia en el tiempo.
TRES VERSIONES
El investigador Galo Illatarco elaboró el estudio Alasita: Festividad ritual del Eqeqo
y las Illas. Una tradición andina viva, en la que analiza tres versiones y
coincidencias sobre esta tradición.
La primera versión que comparte Illatarco dice que la Alasita deriva del
verbo aymara Alathaña (comprar), es una festividad sagrada de culto a la
deidad andina de la reproducción y la fertilidad animal, vegetal y humana,
de la buena fortuna, del amor y propiciador de las uniones sexuales
(Ekeko), es además una festividad prehispánica celebrada en el Qhapaj
Raymi cada solsticio de verano (21 de diciembre), caracterizada por la
presencia e intercambio de dijes y miniaturas como símbolos de la tradición
andina.
La segunda explicación dice que Alasita proviene del verbo aymara
Chhalaqa o Chhalaqasiña (intercámbiame). En el pasado habría sido un
ritual sagrado (en el Qhapaj Raymi) dedicado al dios Sol con la presencia
del Eqaqo Illa a través del intercambio de miniaturas illas, llallawas e
ispallas que representan la fuerza reproductiva de los objetos, alimentos,
animales y personas o símbolos con poderes reproductores y propiciatorios
de producción y fertilidad.
Una tercera versión señala que Alasita derivaría de la festividad incaica
llamada Sitwa o Alaui Situa y sería una fiesta ritual del Eqeqo, de las takas
y de las illas vinculadas a la fertilidad y a la salud, supuestamente realizada
desde el 21 de septiembre hasta el 21 de diciembre.
En conclusión Illatarco considera que actualmente la Alasita es "una festividad
paceña de carácter cíclico y se caracteriza por la tradición de adquirir, intercambiar
y/o comprar illas de muchos tipos y formas vinculadas a la producción agrícola y
ganadera, a la fertilidad vegetal, animal y humana, y en general, al bienestar
material, físico y espiritual".
NUESTRA COSTUMBRE
La feria de “Alasitas”, es una de las manifestaciones culturales más
representativas de Puno, que expresa los sentimientos religiosos ancestrales de
las antiguas culturas, cuyas expresiones perduran hasta la actualidad y para los
puneños es sinónimo de deseos e ilusiones.
“Es una feria simbólica y ritual, se juntan dos pensamientos: la religiosidad andina
y la religiosidad cristiana, representada por los íconos de la prosperidad y la cruz,
respectivamente”, afirma el antropólogo Walter Rodríguez Vásquez.
Estos elementos convergen durante el desarrollo de la tradicional feria de
“Alasitas”, que en la ciudad de Puno coincide con la fiesta de la Cruz de Mayo de
Bellavista, cuyo día central es el 3 de mayo, en esta fecha luce repleta la avenida
Floral, y se respira aroma de incienso por todos lados.
MILES VAN EN BUSCA DE SUS SUEÑOS EN LA FERIA DE LAS “ALASITAS”
Miles de personas abarrotaron la avenida Floral en la ciudad de Puno para
comprar sus 'sueños en miniaturas' en la Feria de las Alasitas 2013.
En la Feria de las Alasitas, no solo puede encontrar productos en miniatura, sino
que estos simbolizan los sueños y objetivos del adquiridor, y representan el inicio
de la búsqueda de la obtención de las metas y aspiraciones.
Según las costumbres andinas dicen que el comprador debe comprar con fe la
miniatura comprada para que sus sueños se hagan realidad antes del próximo
año.
La miniatura es la representación de los sueños y anhelos materiales y
espirituales, como prosperidad en la salud, estudios, vivienda, trabajo o
simplemente buenos deseos.
Comprar alguna miniatura en la Feria de las Alasitas no es como cualquier otra
adquisición, no son juguetes por los que pagamos; son sueños o, más bien, el
inicio de la concreción de nuestras más grandes aspiraciones materiales y/o
espirituales. De eso se trata, de soñar y creer.
Las costumbres andinas dicen que quien compra, cree y recibe con fe estas
"minicompras" hará realidad sus sueños antes del próximo año.
Por eso, no es suficiente con ir, preguntar, regatear y pagar; también se requiere
un buen deseo, una profunda carga de fe. La miniatura se convierte finalmente en
algo así como el frasco pequeño de un fragante que guardará la esencia de
nuestros anhelos.
No. Están equivocados quienes creen que esta feria contribuye a esa fiebre
consumista en la que el mundo está enquistado en estos tiempos, es innegable
que aquello de lo material tiene un buen lugar (por ello la compra masiva de
carritos, casitas, computadoras, tiendas, etcétera), pero lo inmaterial tiene su
propia demanda.
Es usual ver en alguno de los quioscos instalados en la feria a varios grupos de
jóvenes o personas de toda índole comprar títulos universitarios, estatuillas de
policías (los que quieren serlo algún día), gallitos de arcilla para augurar un
próximo matrimonio y hasta muñequitos de bebés para los que aspiran estrenarse
de padres. Bien dicen que para la fe no hay imposibles.
Miles abarrotaron la avenida Floral de la Ciudad de Puno para comprar y admirar
la Feria de las Alasitas 2013. Desde tempranas horas de la mañana, pero fue al
mediodía que la gente llenó los alrededores de la Capilla de Bellavista con el
propósito de hacer bendecir sus miniaturas.
En esa capilla se encuentra la tradicional Cruz de Mayo, la que marca el
sincretismo de las creencias andinas con lo que pregona la iglesia Católica.
A lo largo de la emblemática actividad se pudo apreciar algunas novedades recién
incorporadas a esta feria, entre ellas estaban esculturas de serpientes, (según
algunas creencias trae buena suerte, además, en el calendario chino el 2013 es el
Año de la Serpiente), budas y elefantes, artículos que se hicieron populares
durante el desarrollo esta fiesta.
Estimulado por la fe que profesan y con la consigna de que sus deseos se hagan
realidad, la gente compra objetos en miniatura, sea una casa, un automóvil, título
profesional, una tienda comercial, etc. La cábala, es que tienen que hacerlos
bendecir con el sacerdote a las 12 del día.
“La adquisición de miniaturas en forma de illas (representaciones) tienen una
simbología importante, la gente compra con la esperanza de que se haga realidad
al año siguiente, obviamente basado en un esfuerzo familiar o personal”, sostiene
Rodríguez Vásquez.
Destaca que a lo largo de los años, la feria ha crecido en todas las ofertas
comerciales; en sus inicios los objetos en miniatura tenían un simbolismo más
representativo y no se utilizaba la moneda, sino que se hacía un intercambio de
objetos (el trueque).
“Alasitas”, término aymara que significa “cómprame”, tiene sus orígenes en La
Paz-Bolivia (1781), desde ahí se expandió por todo el altiplano, llegando a Puno,
donde se fusionó con la Fiesta de la Cruces.
“ALASITA”: EL TRADICIONAL SENTIR DEL PUEBLO
El mes de mayo para los puneños es sinónimo de sueños y de fe. Estos dos
elementos convergen durante la celebración de la feria de las Alasitas. Esta
inveterada fiesta tiene sus orígenes en el país altiplánico de Bolivia.
En el año 1781 el gobernador de La Paz, Sebastián Segurola, ordenó celebrar
esta fiesta en honor al Ekeko, el diosecillo a través del cual pueden hacerse
realidad los pedidos de la gente. Desde ahí la fiesta se extendió por todo el
altiplano llegando a Puno. En La Paz, a diferencia de Puno, se celebra el 24 de
enero, y dura por lo menos tres semanas.
En Puno la fecha coincide con la festividad de las Cruces, el 3 de mayo. El termino
Alasitas proviene del idioma aymara que quiere decir “cómprame”. El 3 de mayo,
fecha central de la actividad, la avenida Floral que congrega a toda la población
luce repleta.
Decenas de personas buscan adquirir todo aquello que añoran. En la feria se
expenden todos los artículos inimaginables en miniatura. Desde abarrotes, arroz,
azúcar, menestras, cereales, para quienes desean que nunca falte la comida en
sus hogares.
Fajos de dólares, euros, yenes, libras y más, para quienes quieren que nunca falte
el dinero en sus bolsillos. Casas; de uno, dos y tres pisos; con cochera, balcones,
en moderna arquitectura para quienes quieren iniciar la construcción de sus casas
o simplemente quieren comprar una.
Carros desde los más pequeños hasta camiones, buses y volquetes para quienes
anhelan ingresar al sector transporte o simplemente porque quieren tener uno.
Para los que anhelan triunfar en el campo académico pueden adquirir en esta feria
títulos universitarios, de universidades locales, nacionales e internacionales;
maestrías, doctorados, posdoctorados y junto a ellos becas completas, entre otros.
Para los que buscan establecer una familia pueden comprar un certificado de
matrimonio y si gustan un certificado de nacimiento de su próximo hijo. Para los
jóvenes aventureros un pasaporte o licencia de conducir, todo lo que usted no
pueda lograr en la vida real, al menos puede anhelarlo en esta feria.
La tradición indica que uno debe tener todo aquello que anhela el día tres de mayo
al mediodía. Este día el olor a incienso de los sahumerios convierte las estrechas
calles en lugares intransitables.
EL EKEKO
Uno de los principales protagonistas de esta fecha es aquel personaje regordete
de tez blanca y bigote. Ataviado con regalos que carga sobre su espalda. El
“Iqiqu”, en aymara, es el dios de la abundancia, la fecundidad y la alegría. Los
expertos discuten hasta hoy sus orígenes.
Algunos señalan su origen prehispánico y con rasgos indígenas, con el tiempo
mutaría en una estatuilla mestiza, como es hoy. Como sea, el Ekeko es venerado
por decenas de personas en el mundo altiplánico. Para ello proveen de alcohol y
cigarrillos al Ekeko, así se aseguran que en el hogar nunca falte nada.
El Ekeko cumple un rol fundamental en la fiesta de las Alasitas. Todo lo adquirido
debe pasar por la bendición del diosecillo. La fe cristiana se entremezcla con el
ritual andino. Una muestra del sincretismo religioso propio del altiplano.
No por nada la Iglesia intentó erradicar el culto al Ekeko en el ande peruano-
boliviano durante el tiempo de la colonia. La Inquisición, entonces había puesto el
ojo sobre esta “salvaje tradición pagana”, sin embargo, esta pervivió en el tiempo.
ALASITAS EN PUNO
En la ciudad lacustre, la feria de las Alasitas genera un movimiento económico,
social y cultural. Más de mil artesanos provenientes de distintos rincones de la
región, llegan para ser parte de la fiesta.
Luis Quispe Panca, presidente de la Federación de Artesanos, indicó que en la
presente feria vienen participando 800 artesanos organizados y 200
independientes, los cuales son de Pukara, José Domingo choquehuanca, frontera
de Yunguyo, ciudad de Arequipa, Cusco, Bolivia y entre otros artesanos de la
ciudad de Puno.
La festividad inicia el primer día de mayo. La comuna provincial ha logrado
organizar año tras año esta fiesta. Entonces comienzan con la “challa” a la
pachamama. Una comparsa parte desde el centro de la ciudad en un recorrido de
más de quince cuadras para llegar hasta el punto central de la fiesta.
En el lugar se inicia el ritual del pago a la tierra y se pide permiso a los Apus
tutelares para que la fiesta transcurra por más de diez días sin ninguna novedad.
¿SE CUMPLEN LOS DESEOS?
“Si verdaderamente deseas lo que quieres y has comprado, pues en poco tiempo
podrás tenerlo hecho realidad” indica una mujer consultada por este matutino. La
mujer proveniente de Bolivia nos cuenta que en símbolo de agradecimiento
muchas personas retornan a la feria al año siguiente con el sueño concretizado.
Un carro, una nueva casa, un viaje al exterior, un matrimonio feliz y hasta una
carrera universitaria se han hecho realidad nos cuenta. “Para ello no solo hace
falta un sentimiento de querer profundo, ahondado no solamente en el objeto
soñado, sino en el poder reciproco de la fe que puede brindarte la pachamama”,
afirma esta sabia mujer.
“Da y recibirás, quiere y sueña con el corazón y no solo con la cabeza, piensa en
Dios y la tierra y en esa comunión bendita tu sueño será hecho realidad”. Con esa
sentencia dejamos a la mujer que justo extendió sus productos en miniatura en la
ciudad de Puno.
Objetos pequeños a simple vista, pero cargados de mucha mística, porque
finalmente las Alasitas representan el anhelo de sus pueblos, ese pueblo andino
que por más de 500 años, luego de la conquista, mantiene viva una parte su
historia ancestral.
CELEBRACIÓN EN OTROS PAÍSES
A lo largo del siglo XX la Feria de la Alasita ha comenzado a celebrarse en otras
ciudades y del resto del mundo entre las que se pueden mencionar:3
Estocolmo, Suecia (durante Julio y Agosto)
Buenos Aires, Argentina (24 de Enero)
La Paz, Bolivia (24 de enero)
Realizado por: Raúl Yaresi Quispe