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A mis compañeros y desafortunados lectores del texto “MUERTE EN LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UV” publicado en un periódico que tuvo el desatino de desinformar con sus palabras:

Cada párrafo tiene interpretaciones falsas de los hechos. Es lamentable que le den difusión a noticias basadas en datos reales, pero tergiversados para dañar la imagen de las personas que conformamos la Universidad Veracruzana, nuestra alma mater. La UV es de todos y todos los estudiantes, académicos, trabajadores, familiares y veracruzanos debemos unirnos para hacer frente a estas injurias.

Cito el texto:

1. “92 estudiantes no merecen entrar al sistema de salud porque reprobaron el trabajo de campo, y lo peor fue que varios de ellos falsificaron calificaciones para estar en los mejores hospitales de Xalapa. (...) no aprobaron, no fueron al campo clínico, no aprobaron en sus historias clínicas ni tampoco sus casos clínicos.”

Los campos clínicos son una parte de la calificación (2 puntos de cada materia) y se toman en cuenta cada semestre. La asignación de las plazas para realizar el internado se lleva a cabo tomando en cuenta la última calificación disponible, que es la del noveno semestre, por lo tanto la calificación del décimo semestre no influye en la asignación de los lugares para realizar el internado. Para respaldarlo, publico una parte de la respuesta que dieron las autoridades de mi facultad al respecto: “Alberto Navarrete, director de la Facultad de Medicina-Xalapa, precisó que las calificaciones corresponden al décimo

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periodo y que no son tomadas en cuenta por las autoridades de salud que asignan espacios para que los estudiantes realicen su internado en hospitales: “Las calificaciones del décimo periodo no tienen que ver con su posibilidad de aspirar a una plaza. El reparto se hace en junio con el promedio que resulta de las calificaciones obtenidas del primer al noveno periodo”, concluyó.

Cito el texto:

2. “Todas estas anomalías en la facultad de Medicina de Xalapa, provienen del nuevo modelo educativo que realizaron los rectores Víctor Arredondo Álvarez y Raúl Arias Lovillo, que por lo menos en Xalapa en Medicina no funcionó y corrompió tanto a maestros y alumnos.”

Nuestra facultad está en transición y los cambios han generado la necesidad de adaptar las antiguas formas de enseñar, calificar y estudiar. Esta es la primera generación que ha cursado la carrera con el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF) y es muy temprano para decir que no funciona. Las autoridades de nuestra facultad e institución llevaron a cabo la instauración del MEIF con la finalidad de mejorar el nivel académico. No dan pasos en falso; se estudiaron modelos que surten efecto en universidades de México y de otros países, se analizaron cuidadosamente y así surgió el MEIF (yo asistí a una conferencia que dio el rector hace años sobre el MEIF). Los cambios siempre se acompañan de ajustes y desajustes que surgen porque no todo es previsible, decir que algo no funciona cuando está apenas comenzando es desatinado y desecharlo puede resultar en el retroceso de lo ya logrado. Hay que sumarse, adaptarse, ser valientes y no temer al cambio.

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En cuanto a los alumnos y maestros corrompidos. Me da risa, como si el MEIF fuera un conjuro maléfico (¿). Hay gente corrupta, pero por suerte son los menos y achacárselos al modelo educativo es de mentes cortas. Yo he compartido el salón con muchos compañeros de varias generaciones de la carrera de medicina, la mayoría son médicos brillantes. Aunque no tienen su título me refiero a ellos como médicos por que tienen vocación; son gente comprometida; sinceramente preocupados por adquirir conocimientos y destrezas que les sirvan para lograr su cometido, que no es otro que el de aportar a la sociedad su servicio con convicción y entrega. Ojalá pudiera escribir aquí todos sus nombres para enaltecer mi escrito, pero son muchos.

Cito el texto:

3. “Los que hemos estado en la Universidad Veracruzana, sabemos que lo que se aprende en las facultades no corresponde a la realidad en el campo de trabajo. Pueden salir malos abogados, malos pedagogos, malos historiadores y hasta malos ingenieros, etc., pero no se puede permitir que estudiantes de Medicina entren al sistema de salud sin saber y aprendan matando a sus pacientes.”

Este individuo está verdaderamente perdido. Cada profesionista tiene su papel de vital importancia en la sociedad, aunque es halagador que haga mención especial de la carrera de medicina, la verdad es otra. No se pueden aceptar profesionistas incompetentes de ninguna carrera y todas las carreras tienen importancia equiparable por que forman individuos que no sólo prestaran sus servicios, sino que también serán críticos

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de la sociedad; decidirán el rumbo de nuestro país; tomarán decisiones de vital importancia, comparables a las que toman los médicos en la sala de urgencias; pero por supuesto estas cosas el redactor no las alcanza a ver por que es en el sentido etimológico de la palabra un idiota.

Después dice que aprendemos “matando” pacientes. Los estudiantes de la licenciatura de medicina no tenemos pacientes a nuestro cargo, la responsabilidad dentro de los hospitales es de los médicos residentes y adscritos. Nosotros somos observadores y las tareas que nos asignan en los campos clínicos no van más allá de tomar la presión, medir la cintura, llevar las muestras de laboratorio, familiarizarnos con los formatos, estudiar los padecimientos, interrogar pacientes, todas actividades sencillas que no ponen en riesgo a las personas hospitalizadas. Esto bajo la supervisión de nuestros profesores o de médicos adscritos del hospital. Cuando entramos al servicio nuestras responsabilidades aumentan: censamos a los pacientes para agilizar las visitas de los adscritos, tomamos muestras de sangre, apoyamos a los residentes (médicos ya graduados que están haciendo su especialidad) en los procedimientos sencillos que realizan, los que son complejos los realizan los residentes de mayor grado apoyados por residentes de menor grado y los estudiantes que realizamos el servicio sólo observamos. En fin, la organización de un hospital es compleja y muy bien estructurada, de modo que alguien que no tiene la experiencia de trabajar o estudiar en un hospital no debería criticar el funcionamiento sin antes informarse debidamente. La crítica es un instrumento benéfico, poderoso y útil cuando

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se hace con conocimiento y con la finalidad de medrar.

Cito el texto:

4. “Cualquiera de nosotros puede tener un accidente, darle un infarto o pre- infarto o enfermarse de lo que sea. Imagínese llegar a un hospital consciente o inconsciente y caer en manos de estos estudiantes que no saben nada y por sus malas decisiones nos maten.”

Como ya expliqué antes, los estudiantes no tomamos decisiones sobre el tratamiento de los pacientes. El peligro más preocupante que se expone en el párrafo anterior es que el redactor es un asesino consumado de la verdad.

Cito el texto:

5. “Todo empezó el 10 de junio del 2013, cuando el doctor Ignacio García Peimbert, coordinador de Campos Clínicos, Internado, Pre-Grados y Servicio Social de la Facultad de Medicina en la Universidad Veracruzana campus Xalapa, entrega a la dirección del plantel --a cargo del doctor Alberto Navarrete Munguía-- las reales calificaciones de 134 alumnos del décimo semestre, cursado en los meses de febrero y mayo del 2013.”

De igual manera, García Peimbert mandó vía correo electrónico a todos los maestros que tienen injerencia en el trabajo de campo de la facultad, las calificaciones reales de sus alumnos.

Para que se dé una idea de lo grave del caso, es que la máxima calificación en esa materia es de 2 puntos y lo máximo que llegó alcanzar un alumno de los que

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falsificaron sus calificaciones es el 0.8 puntos. Hay ceros y no llegan muchos de los 92 ni a la mitad de la calificación. En pocas palabras, ninguno tan siquiera llegó al 1.2 de la calificación, que es la mínima para pasar la materia de “panzazo”. Ninguno de los 92 merecen estar en una clínica ni hospital.

Hablé en párrafos anteriores de la transición que está viviendo nuestra facultad y es debido a eso que muchos alumnos cursaron sus campos clínicos en instituciones diferentes a las que tenían asignadas, generando las inasistencias y calificaciones que se publicaron. Son asuntos internos que no debieron exponerse sin la correcta explicación. Voy a relatar lo que yo como alumna presencié. En las experiencias educativas muchos de los maestros nos ofrecen asistir a sus consultorios o a los hospitales en los que trabajan para que nosotros nos familiaricemos con la forma de dar consulta, los exámenes que ellos realizan a sus pacientes, etc. Esto lo hacemos en horas extracurriculares y ellos sin percibir más que nuestro eterno agradecimiento por su entrega a la enseñanza. Así fue en la mayoría de las experiencias educativas que yo cursé (4 de 5). Los catedráticos de cada materia también nos evaluaban la entrega de historias clínicas que hacíamos basándonos en la experiencia de asistir a sus consultorios y acompañarles al hospital. Por lo que cumplimos con horas de asistencia a campo clínico, pero no se reflejan en las calificaciones dadas a conocer que no eran las oficiales, sino un reporte de las instituciones a la facultad. Sin duda se requieren ajustes. Los catedráticos con los que asistimos a horas extracurriculares tomaron en cuenta las calificaciones que obtuvimos de las asistencias al hospital con ellos y las

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historias clínicas que les entregamos.

Para dar contestación a los párrafos que siguen, cito la clara respuesta que dieron las autoridades. No copio la nota, por que no quiero exponer más los nombres de compañeros a los que sin la investigación necesaria se les culpa y calumnia. Las investigaciones y sanciones están a cargo de la institución por lo que la justicia será contundente.

http://www.uv.mx/noticias/2013/07/02/sancionara-uv-conducta-irregular-de- tres-alumnos-de-medicina-uv/

Por último me queda decir que la Universidad Veracruzana es faro que ilumina a la distancia y nos previene de las tormentas. Protejamos nuestra luz, hagamos consciencia, seamos artífices de cambio con críticas que construyan una universidad más fuerte.

Carolina Cuervo Aguirre