Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
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Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
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CIENCIA DE LA INFORMACIÓN: SU HISTORIA Y EPISTEMOLOGIA Radamés Linares Columbié TABLA DE CONTENIDO Presentación Introducción
Capitulo 1. Entorno epocal y discursos teóricos de la Ciencia de la Información en
su etapa fundacional.
1.1 Ciencia, Tecnología y situación informacional en el siglo XIX y primera mitad
del siglo XX.
1.2 La fundación de la Ciencia de la Información en EE.UU y su contexto
1.3 La Ciencia de la Información y sus contenidos en los años originarios
1.4 Primeras conceptualizaciones de la Ciencia de la Información y sus
dependencias epistemológicas.
Capitulo 2. La Ciencia de la Información y su escenario en la etapa crítica (1980-
2000).
2.1 Coyuntura económica, cambios tecnológicos y situación informacional
2.2 Entorno intelectual y espacio informacional en los finales del siglo XX.
2.3 La Ciencia de la Información y la búsqueda de su estatuto epistemológico.
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2.4 La interdisciplinariedad de la Ciencia de la Información
2.5 Innovaciones tecnoinformacionales y Ciencia de la Información
2.6 Hegemonía del enfoque cognitivo en las construcciones conceptuales y
practicas de la Ciencia de la Información.
2.7 Hacia una epistemología de la Ciencia de la Información desde la sociedad y
la cultura.
2.8 Ciencia de la Información y Posmodernidad
Capitulo 3. La Ciencia de la Información y sus otras denominaciones
3.1 La Ciencia de la Información en Europa continental: Sus expresiones
3.2 La Ciencia de la Información en la ex URSS: Particularidades de su gestación,
desarrollo y desaparición.
Consideraciones finales
Epilogo Bibliografía
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INTRODUCCIÓN La información, en sus diversas modalidades expresivas, ha existido en todos los
tiempos y en múltiples circunstancias sociales y culturales, pero solo a partir del
siglo XX comienza a ser considerada como un fenómeno de gradual importancia
en todos los terrenos.
Una de las expresiones de la relevancia de la información en ese siglo, fue el
marcado interés en la información especializada o profesional, en tanto su
crecimiento e importancia para la actividad científica, tecnológica y económica
adquiría progresivamente un carácter estratégico. La denominada Ciencia de la
Información aparece en el escenario histórico precisamente con el propósito de
centrar su atención en esa dimensión de la información, y la convierte en su objeto
de estudio.
El proceso de construcción de este nuevo campo de conocimiento se asienta en
momentos de indiscutible complejidad, no solo desde los conocidos entornos
políticos, económicos y sociales, sino que en el terreno académico y científico
también corren tiempos donde predomina la turbulencia, en múltiples sentidos. Por
ello, intentar explicar el proceso histórico en que se enmarca la génesis y
desarrollo de la Ciencia de la Información ha sido una tarea compleja.
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La historiografía de la Ciencia de la Información ha logrado indiscutibles resultados
en la labor de intentar explicar y fundamentar sus contingencias históricas,
acompañada, además, de múltiples carencias y ausencias. Los estudios históricos
en esta dimensión no han sido capaces de ofrecer una contextualización
adecuada del objeto de su indagación.
Las lecturas históricas han adolecido de visiones que pocas veces van mas allá de
lo acontecido “al interior” de su espacio de conocimiento, sin una cabal conexión e
interrelación con la realidad en que se inscriben sus fenómenos. Los contextos
políticos, económicos y sociales aparecen, por lo general, como “paisaje” y no con
la adecuada articulación que un auténtico estudio histórico impone.
El estudio del surgimiento y expansión de un campo de conocimiento no se agota
en los marcos políticos, económicos y sociales, por lo que parece imprescindible
incorporar otras condicionantes de relevancia incuestionable.
Es significativo subrayar que la aparición de una nueva disciplina implica la
creación de flamantes saberes, razón por la que es necesario adentrarse en el
proceso de producción de conocimientos y sus condicionantes epistémicas y
teóricas.
Una aproximación histórica a la Ciencia de la Información se haría viable si
integrara los contextos epocales en varias dimensiones: políticas, económicas,
tecnológicas, culturales y epistémicas. Tal dinámica sería explicable, entonces,
desde una perspectiva como la esbozada.
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Es necesario precisar, que el análisis que este estudio realiza se refiere
mayormente a la denominada “Ciencia de la Información” tal y como esta se
originó y desarrolló en Estados Unidos de Norteamérica, que fue el espacio físico,
político, económico, científico, tecnológico y teórico donde formalmente se
constituyó en 1962.
Las razones que justifican esta selección se resumen como sigue:
1. Es la tendencia más influyente a escala global.
2. En ese país fue donde primero se postuló y desarrolló un espacio de
conocimiento con tal objeto de estudio.
3. Es la vertiente de mayor crecimiento teórico y práctico.
El carácter histórico del estudio que se propone obliga a una precisión sobre sus
bases teórico-metodológicas.
La historia de las ciencias particulares se ha desarrollado tradicionalmente desde
dos perspectivas fundamentales: Una, que remite a la sucesión y sustitución
progresiva de sus objetos de estudio, al margen de otras particularidades. A esta
tendencia internalista o inmanentista se contrapone otra, que enfatiza la
explicación del decursar reducida únicamente a factores externos, denominada
comúnmente externalista.
La concepción que se propone en este análisis, se distancia de los extremos antes
descritos y busca las bases explicativas del acontecer histórico en una
imprescindible confluencia de factores externos e internos.
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Los orígenes y el auge de la Ciencia de la Información se enmarcan en un espacio
multifactorial, integrador de sucesos económicos, políticos, científicos,
tecnológicos y epistemológicos, junto a la evolución propia del campo objeto de
estudio.
El examen a realizar desde esta perspectiva debe reflejar la interrelación existente
entre diversos factores de la totalidad social, y el campo objeto de estudio, como
una dimensión de esa totalidad, en el proceso de construcción de la Ciencia de la
Información.
Un estudio como el propuesto, en el que uno de los aspectos centrales a examinar
serian los supuestos teóricos que condicionaron la producción conceptual en
Ciencia de la Información, no excluiría los intentos de elaboraciones teóricas que
se dieron al interior de la disciplina, sin obviar una incuestionable realidad: este
espacio de conocimiento ha logrado desarrollos teóricos de aspectos particulares,
puntuales, pero son escasas las concepciones teóricas que abarquen la totalidad
de la disciplina y ofrezcan una perspectiva de ese corte, que remita a los diversos
universos que la conforman.
No obstante, es posible delimitar los conceptos emanados de este campo que
mejor representen el objetivo propuesto.
En Ciencia de la Información, desde su creación, existe una red conceptual que
tiene tres entidades fundamentales: INFORMACIÓN, USUARIO Y
RECUPERACIÓN DE LA INFORMACIÓN. En consecuencia, este estudio analiza
la interrelación entre los conceptos mencionados y los supuestos teóricos que los
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condicionan en las dos grandes etapas de la Historia de este campo de
conocimiento, e incluye un estudio de la actividad investigativa en este terreno y
bajo estos casos.
La elección de estos conceptos y espacios como centro de este examen descansa
en determinadas particularidades de unos y otros. La información es un concepto
medular: Este es el objeto de estudio declarado de la Ciencia de la Información y
cualquier examen de la problemática teórica de esta área de estudio no puede
soslayar analizarla.
El usuario es una figura capital en las especialidades informativas, que perviven
precisamente para atender sus demandas, exigencias y necesidades informativas.
La recuperación de la información, por su parte, es una de las subdisciplinas
esenciales de este espacio de conocimiento. Los mecanismos que implica su
realización y sus objetivos, la convierten en una materia de insoslayable
tratamiento.
Por último, se incluye una valoración de la actividad investigativa en este campo,
en tanto, esta es la práctica de la cual se derivan los conocimientos propios de la
Ciencia de la Información y su análisis permitió develar no solo sus peculiaridades,
sino también la incidencia de determinados presupuestos teóricos en la aparición
de nuevos conceptos por esta vía.
El examen que se realiza en el plano temporal descansa en una periodización de
los orígenes y crecimiento de la Ciencia de la Información, como sigue:
a) Una etapa fundacional enmarcada entre 1945 y 197?
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b) Una etapa crítica que abarca desde 1980 y 199?
Establecer un corte del espacio cronológico en el que se origina y desarrolla una
determinada rama del conocimiento es una tarea que requiere una mínima
justificación, más aún en un terreno de corta historia e inscrito en complejas
coyunturas.
No abundan los estudios históricos de la Ciencia de la Información ni las
necesarias periodizaciones que deben acompañarlos. Es posible agrupar en dos
direcciones los criterios respecto a lo anterior:
1. Autores que solo contemplan los orígenes de esta materia y no examinan los
cambios ulteriores de la misma. (Shera 1977; Rayward 1995)
2. Historiadores que marcan los acontecimientos propios de este campo en
antecedentes y una división por décadas, de los años 60 a los 90. (Silva da Freitas
2003; Barreto 2002; Warner 2001)
En ambos casos, se carece de argumentos que sustenten la posición asumida,
ignorando los grandes cambios o cortes a lo largo del proceso histórico en que
sucede su constitución.
Las etapas propuestas descansan en este razonamiento: La Ciencia de la
Información, en los terrenos conceptual y práctico, tiene características distintas
en dos momentos significativos.
- El lapso de su gestación, en el que discursos conceptuales y prácticos se
engarzan con el entorno epocal, pues el año 1945 sintetiza un conjunto de
acontecimientos que develan el inicio de una nueva situación informacional
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ejemplificada en la explosión informativa en el terreno científico y tecnológico,
en las preocupaciones estatales en torno a las soluciones que debían surgir.
- La etapa posterior a los años 80, caracterizada por el cambio y rechazo a los
presupuestos de la fase anterior como resultado de una nueva situación
económica, tecnológica, científica, filosófica e informacional que condicionó la
aparición de una Ciencia de la Información congruente con esta coyuntura, que
permite aludir a la existencia de una nueva fase de su historia.
Si bien los ciclos aludidos enmarcan los períodos específicos de estudio, las
peculiaridades del asunto obligan al tratamiento de fenómenos fuera del espacio
temporal establecido.
Es oportuno indicar que esta aproximación es la mejor fundamentación de la
división cronológica que se propone.
HISTORIA DE LA CIENCIA DE LA INFORMACIÓN
ETAPA FUNDACIONAL
ETAPA CRITICA
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Capitulo 1. Entorno epocal y discursos teóricos de la Ciencia
de la Información en su etapa fundacional.
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1.1 Ciencia, Tecnología y situación informacional en el siglo XIX y primera
mitad del siglo XX. El advenimiento de la Ciencia de la Información en el escenario del siglo XX no
puede ser explicado si solo nos enmarcamos en el conjunto de acontecimientos
propios de ese siglo que, sin lugar a dudas, condicionaron en gran medida el
proceso de surgimiento de esta nueva disciplina.
La historia de la ciencia tiene entre sus instantes más significativos aquel que se
vincula con la aparición de la denominada ciencia moderna, ubicada en líneas
generales entre los siglos XVI y XVII. Su relevancia está dada por la ruptura que
produce entonces y por iniciar una concepción que será dominante en siglos
posteriores.
El proceso que desemboca en la ciencia moderna, calificado como una revolución
científica, toma cuerpo gracias a descubrimientos de genios como N. Copérnico, J.
Kepler y, de modo especial, G. Galilei, y alcanza su madurez con la formulación de
la Mecánica de I. Newton. Estos acontecimientos inauguran un modelo de ciencia
que se convierte paulatinamente en paradigmático.
A partir del siglo XVII, y por primera vez en la historia, esta forma de conocimiento
se concibe como una comprensión de la naturaleza que combina la
experimentación y la matematización para lograr resultados que puedan
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someterse a control y verificación. La esencia de esta transformación intelectual
se resume en tres palabras: método, experimento y cálculo. (Bernal 1987)
El modelo de racionalidad que propone la ciencia moderna comienza a ser
aplicado al dominio de la naturaleza y, por tanto, a las ciencias naturales,
quedando así definido todo lo que puede ser considerado ciencia y conocimiento
científico. La hegemonía de la racionalidad científica de corte naturalista permea
toda la formación de los saberes ulteriores.
Con la ciencia moderna se institucionaliza la actividad científica y se convocan las
primeras sociedades de este corte, la Royal Society of London, en Gran Bretaña, y
la Academie Royale des Sciences, en Francia.1
Uno de los objetivos de estas instituciones era servir de marco para los necesarios
intercambios de ideas y descubrimientos entre los científicos, por lo que
auspiciados por esos centros aparecen las primeras revistas científicas, como
Journal des Savantes2 y Philosophical Transaction,3 difusoras del conocimiento
engendrado desde la nueva perspectiva.
La información publicada se convierte en uno de los mecanismos del proceso de
comunicación en la ciencia, y comienza a hacerse patente la necesidad de
información para el crecimiento de las disciplinas científicas.
Estas son señales iniciales de un fenómeno que tuvo sus primeras muestras en
los siglos XVII y XVIII, pero que en etapas posteriores es esencial para el proceso
de conformación de la Ciencia de la Información.
1 Ambas fundadas en 1622. 2 Creada en 1655 y considerada la primera revista científica.
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Las alteraciones que se producen al interior del universo científico, filosófico y
cultural que motiva el nacimiento de la ciencia moderna son determinantes en la
conformación del nuevo mundo que surgía, la modernidad burguesa.
Los cambios que se originaron a lo largo de los siglos XVI y XVII y que dieron
lugar a lo que se ha llamado revolución científica o explosión de la ciencia
moderna fueron de orden económico, social e intelectual, y afectaron tanto a los
niveles cuantitativos como cualitativos de la ciencia. Una de las consecuencias de
la nueva ideología fue la ampliación de la comunidad científica y, por tanto, la
necesidad mayor de comunicación científica (López Yepes 1995, 54)
La sociedad capitalista, desde sus orígenes en el siglo XVI hasta el siglo XX, sirvió
de marco para la aparición y expansión de revoluciones científicas, técnicas y
científico-técnicas. (Kedrov 1979)
Mientras que la propagación de los descubrimientos científicos en los siglos XVII y
XVIII tuvo una limitada incidencia en la vida práctica del hombre común, en el siglo
XIX empieza a notarse una relación estable entre ciencia y vida cotidiana con el
establecimiento de la industria y la tecnología, significativamente visible a partir de
la Segunda Revolución Industrial en los finales de ese siglo. (Bernal 1987)
La ciencia moderna en el siglo XVI es el primer tipo de revolución científica que
apuntaba la naciente modernidad, pero los siglos XIX y XX conocieron otras de
enorme valor para el desarrollo científico: dos revoluciones industriales y una
revolución de la Información.
3 Su primer numero apareció en 1655.
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En sus primeras etapas la Revolución Industrial no dependía de las aportaciones
científicas; sus arquitectos eran inventores, artesanos cuyo éxito fue posible por
circunstancias económicas excepcionalmente favorables. (Bernal 1987, 399-400)
El industrialismo decimonónico, promovido por la Primera Revolución Industrial
con sus símbolos más evidentes, ferrocarriles, textiles, máquinas de vapor y libre
competencia, se perfecciona con la Segunda Revolución Industrial, pues
definitivamente la ciencia comienza a ser un elemento crucial del progreso
económico, social y un ingrediente inevitable de las tecnologías.
La eclosión de los conocimientos científicos y tecnológicos de esos años y la
necesidad de información que permita continuar su lógico proceso evolutivo, se
traduce también en un aumento de los documentos a propósito de los nuevos
resultados.
Hasta el siglo XVIII, la elaboración de documentación científica no conlleva
alteraciones significativas en los saberes y prácticas que se centraban en el
registro, almacenamiento y difusión de la información documentada. Por el
contrario, la Segunda Revolución Industrial no solo extiende la masa documental,
sino que facilita un reexamen de las profesiones, instituciones y técnicas
dedicadas a ese universo. (Moreiro 1990)
En los países ubicados en estas circunstancias históricas se dan las condiciones
para que opere un cambio radical en la esfera informacional. Una de las primeras
señales fue el desarrollo de la Bibliografía y la creación de un nuevo tipo de
biblioteca, la especializada.
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Estados Unidos e Inglaterra fueron pioneros en la creación de bibliotecas
especializadas desde los años 90 del siglo XIX, con sus correspondientes
asociaciones. (Fernández Molina 1995)
Las bibliotecas especializadas aparecen con unos rasgos característicos que las
diferenciaban de las tradicionales (...) Sus usuarios eran personas interesadas en
materias concretas, con unas necesidades de información muy especificas y (...)
sus colecciones eran muy variadas en cuanto al formato, incluyendo no solo libros,
sino también artículos de revistas, informes técnicos, patentes, etc. (Fernández
Molina 1995, 9)
El cisma en la práctica bibliotecaria se evidencia en un diferendo importante entre
bibliotecarios tradicionales y especializados al encarar los nuevos formatos,
públicos y demandas. La recién creada Ciencia de la Biblioteca, según la
denominación de Schrettinger,4 se enfrenta a un debate al interior de la disciplina
acarreado por un nuevo contexto que requiere respuesta por parte de la
consagrada práctica bibliotecaria.
La Bibliografía, cuyos orígenes datan de los inicios de la era moderna, se
convierte en una práctica de significativo valor ante el despliegue documental. Su
significado ha sido objeto de más de una controversia. Unos han llegado a
confundirla con un “simple listado de obras” de un determinado tema o autor, otros
han sido más certeros al considerarla como una herramienta que se ocupa de
4 En 1808 publica un libro de texto titulado Ciencia de la Biblioteca. Se considera este acontecimiento como la constitución formal de la Bibliotecología.
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investigar, tipificar, identificar, describir y clasificar los documentos con el fin de
elaborar repertorios como instrumentos de trabajo intelectual.
El aumento de la producción documental en el siglo XIX tiene en la Bibliografía
una contestación adecuada, pese a que no se delimitaba su especificidad como
disciplina subordinada a la Bibliotecología o como una rama independiente.
En los marcos de este estudio es importante subrayar el significado de estas
entidades en el proceso de construcción histórica de la Ciencia de la Información,
ya que son una de las primeras respuestas a la explosión documental de los
finales del siglo XIX e inicios del XX.
La entrada en el siglo XX, particularmente sus tres primeras décadas, está
signada por cambios científicos, tecnológicos, económicos e informacionales
expresivos de una nueva situación histórica que descansa en una sociedad
capitalista distante del modelo de libre competencia dominante en el siglo anterior.
En lo económico, la monopolización comienza a ser la tendencia dominante y los
avances del pensamiento científico conmocionan este período, como lo muestra
la aparición de la Teoría de la Relatividad y la conformación de la Mecánica
Cuántica. (Hobsbawm 1998)
Así emerge un entorno informacional no muy distante de los diferendos de finales
del siglo XIX, que tuvo como suceso más expresivo la creación de la
Documentación como espacio de conocimiento.
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Paul Otlet5 y Henry La Fontaine6 trabajaban desde los años 90 del siglo XIX en
busca de una solución al conflicto creado en el campo de la Bibliotecología. Otlet
estaba convencido de que la única forma de controlar y manejar las publicaciones,
que crecían de manera vertiginosa, era con la evolución de la “vieja
biblioteconomía” a una ciencia nueva, la Documentación.
En 1934 publica el Tratado de documentación, en el que resulta significativa su
percepción sobre las diferencias entre el libro y el documento. A su juicio, el libro
no es el único soporte de información y considera imprescindible el procesamiento
de los nuevos formatos -fotografías, diapositivas, fotocopias, películas de cine y
programas de radio-.
Asienta un concepto más amplio y universal, el documento, y lo concibe de un
modo nuevo, como algo que transmite información, principalmente escritos de
todo tipo, pero también “cosas” que dependen de los usos a los que
conceptualmente fueron destinados (...) Para Otlet, el documento está en el centro
de un complejo proceso de comunicación y transmisión de conocimiento.
(Rayward 1991, 7) Sus aportes convierten a la Documentación en otro de los
antecedentes de la Ciencia de la Información.
En síntesis, el proceso de amplificación de la ciencia y la tecnología en su
imbricación con el desarrollo industrial, es la plataforma de un cambiante
5 (1868-1944) Fue el primero en emplear las acepciones modernas de los términos documento y documentación y jugó un papel de pionero al proponer metodologías tanto para la Bibliografía como para la Bibliometría. 6 (1854-1943) Lafontaine creó junto con Otlet, en Bruselas, la Oficina Internacional de Bibliografía que años más tarde la transformaron en el Instituto Internacional de Bibliografía. En 1913 recibió el premio Nobel de la Paz.
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escenario informacional que afecta las prácticas informativas y sus respectivos
campos de conocimiento: Bibliografía, Bibliotecas Especializadas y
Documentación.
1.2 La fundación de la Ciencia de la Información en EE.UU. y su contexto
El acta de nacimiento de la Ciencia de la Información señala a 1962 como el año
de constitución formal de esta disciplina en EE.UU., aunque el primer uso oficial
del vocablo ocurrió en 1958, al fundarse el Institute of Information Scientists (IIS),
en Gran Bretaña.
Si los antecedentes más distantes se remontan a lo referido en 1.1, los más
cercanos se inscriben en el entorno informativo que se deriva de la Segunda
Guerra Mundial y su posguerra.
El ascenso del fascismo en Europa condujo al desarrollo de políticas militares
particulares en los países calificados como potencias, al tiempo que otra guerra es
la excusa para un nuevo reparto del mundo entre los que no habían sido bien
gratificados en 1918. (Renouvin, 1969)
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Entre 1939 y 1945 se delimita el último de los grandes conflictos bélicos del siglo
XX, la Segunda Guerra Mundial, expresión de la agudización de las relaciones
políticas internacionales que involucra, entre otros, a Alemania, EE.UU. y la Unión
Soviética, a la postre, agresor y vencido el primero y líderes vencedores los
últimos.
El estallido de guerra se produce en medio de profundos cambios científicos,
tecnológicos e informativos gerenciados desde los propios gobiernos que
promueven y financian los proyectos de investigación científica con un carácter
eminentemente pragmático. (Berrnal 1986)
De esta forma, la hegemonía política transita por el control de la tecnología militar,
y los beneficios de la investigación científica que la sustenta tienen un uso casi
inmediato en las operaciones bélicas. Los científicos, sus invenciones e
investigaciones tributan directamente a las decisiones militares y esos resultados
intervienen en el discurso político de los países beligerantes.
La comunidad científica estadounidense participó de manera muy activa en el
esfuerzo militar bajo dirección gubernamental debido al convencimiento del
importante papel que la ciencia podía jugar en el desarrollo de la guerra.
(Fernández-Molina 1995, 4)
En el mundo que emerge en 1945 desaparece Europa como primer actor
internacional y se estrena la bipolaridad EE.UU.-Unión Soviética, superpotencias
por su capacidad económica, territorial, demográfica y militar, esta última
determinada por la posesión y monopolio norteamericano de la bomba atómica
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hasta 1949, fecha en la que los soviéticos declaran dominar la tecnología nuclear.
(Hobsbawm 1998)
La investigación científica, adjunta al proceso bélico, desencadenó una
exacerbada producción de documentación e información, contexto en el que
Vannevar Bush publica su célebre artículo As we my think7, en el que expone sus
ideas en torno al problema del crecimiento de la información en ciencia y
tecnología y alega cómo resolver su organización, almacenamiento y
recuperación.
Designado por el presidente Roosevelt, el Doctor Vannevar Bush fue de 1938 a
1942 el responsable del Comité Nacional de Investigación, más tarde Office for
Scientific Research and Development (Barreto 2002, 3), con lo cual es un
científico-funcionario del aparato gubernamental norteamericano dedicado a
tareas indiscutiblemente valiosas.
Las ideas de Bush anuncian un campo de conocimiento a punto de surgir. Sus
preocupaciones transparentan la fuerte relación estratégica entre investigación
científica, información y desarrollo, así como la necesidad de determinada
estructura teórica capaz de enfrentar los complejos problemas epistémicos y
técnicos que trascendían, a la vez que sugiere soluciones en torno a la necesaria
presencia de las tecnologías como instrumento esencial para encarar esta
realidad. (Bush, 1945)
7 Este articulo, publicado en 1945, es uno de los textos fundadores de la Ciencia de la Información.
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La posguerra implementa una concepción peculiar, la guerra fría,8 que continúa
propiciando el crecimiento de la industria y la investigación militar en aras de la
seguridad nacional, sobre todo después de los adelantos soviéticos en el campo
aerospacial y el lanzamiento del Sputnik9 en 1957, factor que refuerza las
preocupaciones de las esferas políticas del Este por información especializada.
Se anuncia, reiteradamente, la necesidad de un espacio teórico y práctico que sea
capaz de asumir estos y otros desafíos y que va a tener respuesta en años
posteriores.
Al contrario que en la Europa continental, el movimiento documental europeo
encabezado por Paul Otlet y Henri La Fontaine no alcanzó demasiado éxito en
EE.UU. (Fernández-Molina 1995, 7) y la muestra más prominente es la creación
en 1937 del Instituto Americano de Documentación (ADI),10 no para difundir las
ideas otlelianas, sino para introducir un componente de enorme impacto en la
actividad documental, la tecnología de la microcopia, una de las grandes
revelaciones en el mundo informativo de la época.
8 (1947-1991) Este concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que enfrentó a
EE.UU. y la Unión Soviética y a sus respectivos aliados tras la Segunda Guerra Mundial. Este
conflicto fue la clave de las relaciones internacionales mundiales durante casi medio siglo y se libró
en los frentes político, económico y propagandístico, pero solo de forma muy limitada en el frente
militar. 9 Con el “shock del sputnik” los EE.UU. se lanzan en una carrera frenética en el campo de la
investigación científica y la exploración espacial, convirtiendo el gobierno a la información científica
y tecnológica en el punto focal de ese esfuerzo. Véase además: Shera, Jesse y Donald Cleveland.
History and foundations of Information Science. ARIST, Washington, v.12; p. 249-275, 1977. 10 En 1969 cambia su nombre por el de American Society for Information Science. (ASIS)
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La tecnología documentaria se reducía, en los finales de los años 30, a la
asimilación de las fichas perforadas en el tratamiento de la información, como
herramientas emergentes para la reproducción y almacenamiento con añadidos
sucesivos.
La invención en 1946 de las tecnologías computacionales fue de progresiva e
inmediata aplicación en la naciente esfera, especialmente para solucionar las
preocupaciones dominantes en ese lapso de explosión documental sobre cómo
localizar y buscar información puntualmente. Con ese objetivo se impulsa la
elaboración de procedimientos que permitan representar el contenido de un
documento, coincidiendo con el esplendor de las clasificaciones, indizaciones y
tesauros. (Barreto 2003, 9)
Para estos fines, Calvin Mooers11 propone en 1950 un área que aborde los
aspectos intelectuales de la descripción de información y sus especificaciones
para la búsqueda, además de cualquier sistema, técnica o instrumento que se
utilice en la operación: la recuperación de información. (Saracevic 1999,13)
La gélida contienda de la posguerra, de este modo, encuentra otro eslabón de la
cadena de resoluciones informacionales con el apoyo de los avances tecnológicos
y la evolución en el procesamiento documental.
El entramado político y económico del cual surge la Ciencia de la Información
como disciplina independiente es posible resumirlo en:
11 (1919-1994) Matemático norteamericano. Creador de la Ley de Mooers, fue el primero en concebir un tesauro.
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- El crecimiento científico y tecnológico, particularmente el derivado de la
Segunda Guerra Mundial, con el incremento exponencial de la información.
- El surgimiento de tecnologías, primero, la microfilmación y ulteriormente la
computación.
- El carácter estratégico que adquiere la información para las instancias políticas
norteamericanas.
- La explícita confrontación política entre el Este y el Oeste luego del claro
desarrollo científico soviético en la carrera espacial y en la tecnología nuclear.
- La supremacía económica norteamericana y las consiguientes concepciones
geopolíticas.
Entretanto, las conceptualizaciones especializadas de insoslayable conmoción
para esta ciencia fueron:
- El Tratado de Documentación, Paul Otlet. (1935)
- El artículo As we my think, Vannevar Bush. (1945)
- La Teoría Matemática de la Comunicación, Shannon y Weaver. (1948)
- La Recuperación de la Información, Calvin Mooers. (1950)
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Con esta plataforma obra la fundación de la Ciencia de la Información, en el marco
de dos conferencias celebradas en el Instituto Tecnológico de Georgia,12 entre
octubre de 1961 y abril de 1962.
Los encuentros se centran en aspectos pedagógicos, aunque no se excluyen los
problemas en torno a la denominación de la parcela en surgimiento. Se rechaza la
voz Documentación y Robert Taylor13 propone la primera definición de Ciencia de
la Información. (Fernández Molina 1995)
En los coloquios participan 59 especialistas, pero solo el 24% son bibliotecarios o
profesionales de la Bibliotecología, bien es cierto que dedicados a la información
en ciencia y tecnología, pero la mayoría son científicos e ingenieros. (Ribeiro
García 2002)
13 Considerado el primer autor norteamericano que sistematizó los principios esenciales de la
naciente Ciencia de la Información
ANTECEDENTES DISCIPLINARIOS DE LA CIENCIA DE LA INFORMACIÓN EN EL SIGLO XX
DOCUMENTACION
RECUPERACIÓN DE LA INFORMACION
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La formación de la primera comunidad productora y legitimadora de la Ciencia de
la Información identifica las proposiciones iniciales de este campo de
conocimiento. (Ferry de Moraes 2002)
La presencia mayoritaria de ingenieros y científicos puros impregna una manera
de entender esta disciplina, tangible en la propia denominación del área como
ciencia, aprovechando el irrefutable prestigio del término, cuya utilización,
consecuentemente, otorga reconocimiento y legitimidad.
Un estudio14 de la Sociedad Americana para la Ciencia de la Información y la
Tecnología (ASIS&T) sobre los pioneros15 de esta materia arroja datos que ilustran
el perfil profesional (véase Anexo 1) y los temas preferidos en los trabajos de
investigación de los fundadores. (véase Anexo 2)
Es significativo que ninguno de los autores primigenios,16 sustente la condición de
esta ciencia en el modelo objetivista y determinista dominante, aun cuando se
llega a afirmar que una Ciencia de la Información verdadera debía basarse en el
modelo de la Física. (Yovits 1975, 95) En esos momentos no se consideró la
posibilidad de incluirla en otro conjunto que no fuera el de las ciencias naturales o
empíricas.
Mientras que es palpable en este período el interés por tópicos de gran valor
instrumental y utilitario en medio de la avalancha documental de la posguerra, es
14 15 Entendiendo por pioneros aquellos que más se destacaron en el área entre los años 1900 y 1970. 16 Harold Borko, Robert Taylor, Hans Luhn y Fritz Machlup.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
27
notoria la escasa preocupación en esos círculos por encontrar los fundamentos
epistémicos de la Ciencia de la Información.
1.2 La Ciencia de la Información y sus contenidos en los años originarios
La inscripción de la Ciencia de la Información contempla establecer las precisiones
conceptuales que enuncien sus contenidos específicos, y le cupo a Robert Taylor
el mérito de su primera definición, con tres variantes, en 1963 y 1966.
La Ciencia de la Información se encarga de los mensajes almacenados o
registrados, de su creación como documentos, de su propagación y uso. La
disciplina posee dos características científicas: un componente de ciencia pura
que investiga el objeto sin considerar sus aplicaciones y un componente de ciencia
aplicada que desarrolla productos y servicios. (Taylor 1966, 6)
Uno de los padres fundadores, Harold Borko, sintetiza las variantes de Taylor en
un artículo publicado en 1968 y considerado con justeza como un clásico,
Information Science, what is it?, que escrito hace casi treinta años, merece ser
analizado porque en él están las cuestiones esenciales de la Ciencia de la
Información como área científica, muchas de ellas discutidas hasta hoy, de ahí su
actualidad. (Ribeiro Pinheiro 1997, 98)
La intención básica es establecer que la Ciencia de la información (...) investiga
las propiedades y comportamiento de la información, las fuerzas que rigen su flujo
y los medios de procesarla para su óptima accesibilidad y aprovechamiento.
(Borko 1968, 2)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
28
También se desea asentar las características de sus profesionales y la relación
con la Bibliotecología, por lo que se argumenta que es una ciencia
interdisciplinaria derivada o que está relacionada con la Matemática, Lógica,
Lingüística, Sicología, Tecnología de la computación, Investigación operacional,
Artes gráficas, Comunicación y la Bibliotecología. (Borko 1968, 3)
El acercamiento a la relación con la Bibliotecología es decisivo en la medida que
en la actualidad es uno de los temas más polémicos en la familia informativa. El
tipo de conexión que se concibe es peculiar, ya que se asevera que la
Bibliotecología es uno de los aspectos aplicados de la Ciencia de la Información.
En otras palabras, se afirma que las técnicas y procedimientos bibliotecarios
deben estar basados en los hallazgos teóricos de la ciencia emergente y se
propone, además, iguales consideraciones para la Documentación.
Se infiere, en lo anterior, una imprecisa comprensión del autor sobre el significado
que tienen las relaciones interdisciplinarias, pues la Ciencia de la Información,
desde este ángulo, es jerárquicamente superior y las restantes son sus aspectos
aplicados.
Los criterios sobre el carácter de ciencia del nuevo espacio demuestran una
ausencia de reflexiones sobre sus bases epistemológicas, al limitarse a enunciar
que tiene componentes de ciencia pura cuando investiga o estudia un asunto sin
preocuparse con su aplicación, y componentes de ciencia aplicada cuando
desarrolla servicios y productos. (Borko 1968, 3)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
29
Las propuestas sistematizadoras de Borko de las ideas discutidas en las
Conferencias de Georgia y resumidas por Taylor en sus tres definiciones, tienen
carácter fundacional pese a no concretar la noción medular de información, que
como objeto de estudio, ni se define ni se caracteriza.
En 1970 otro de los pilares de la especialidad, William Goffman, apunta en esta
línea que el objetivo de la Ciencia de la Información debe ser crear un enfoque
científico unificado al estudio de los diversos fenómenos en torno a la noción de
información. (...) La tarea de la Ciencia de la Información es el estudio de las
propiedades de los procesos de comunicación que puedan entonces ser
traducidos al diseño de un sistema de información adecuado para una situación
física adecuada. (Goffman 1970, 591)
Al sumarse a la construcción de esta ciencia, Goffman propone que la Teoría
Matemática de la Comunicación de Shannon y Weaver fuera su basamento
teórico. Tal opción es inviable cuando el punto focal son los contenidos y
significados de los mensajes, imprescindibles en el procesamiento de la
información, pero es coherente con los supuestos cientificistas de la comunidad
profesional coetánea.
En el mismo año, aparece otra consideración importante sobre esta problemática
de la mano de Anthony Debons y Klause Otten, quienes entienden a la Ciencia de
la Información en dos dimensiones, como solución práctica para la organización y
recuperación de información a través de la aplicación de procedimientos y
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
30
tecnologías, y como fenómeno general de la información, metaciencia de la
información o Informatología. (Debons y Otten 1970)
Las proposiciones de estos autores introducen otro asunto legítimo, pero
discutible. Es cierto que, ante la diversidad de ramas que se ocupan de la
información, debía existir una que reflexionara sobre el universo de la información
y que estableciera los nexos con las especificidades de cada una, pero obvian que
existe un segmento del saber que se ocupa de los fenómenos generales, la
Filosofía. A pesar de ello, es encomiable su explícita preocupación acerca de la
necesidad de abordar la dimensión teórica de la Ciencia de la Información.
Las ideas de Taylor, Borko, Goffman, Debons y Otten sobre el significado de esta
área de conocimiento, su objeto de estudio y su naturaleza, denotan un esfuerzo
identificador loable en los años fundacionales. Para todos la información es “algo”
que puede ser recopilado, organizado, almacenado y difundido, y por tanto,
externo y objetivo, por lo que el tipo de ciencia en que se cree pertenece a las
naturales o empíricas.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
31
1.3 Primeras conceptualizaciones de la Ciencia de la Información y sus dependencias epistemológicas.
Una de las dimensiones de la Ciencia de la Información ausente en la
historiografía, es la referida al análisis de los marcos teóricos e intelectuales que
contribuyeron a su proceso de construcción y desarrollo.
La atmósfera intelectual de las primeras ocho décadas del siglo XX puede
definirse como altamente compleja porque sigue viva la visión de ciencia
propuesta entre los siglos XVI y XIX, aun cuando se hayan manifestado las
primeras fisuras en el edificio de la racionalidad científica. (Bernal 1987)
Son años en que la ciencia tiene un elevado prestigio social y una fuerte influencia
en el imaginario intelectual, se manifiesta una relevante hegemonía del
conocimiento científico sobre otros modos de conocimiento y -en el ámbito de las
Ciencias Sociales y Humanas- se oscila entre la adscripción a principios
epistemológicos y metodológicos propios de las ciencias naturales modernas
(frutos del racionalismo determinista y empirista), y las máximas basadas en la
especificidad del ser humano. (Wallerstein 1996)
El análisis del proceso de construcción de la Ciencia de la información certifica los
supuestos sobre los que se erigen los conceptos propios del área,
específicamente los de carácter teórico.
Conceptos y no teorías, pues en realidad debe señalarse la ausencia en el área de
un cuerpo de fundamentos teóricos (...) Aún se encuentra en construcción una
epistemología de la Ciencia de la Información o una investigación de los
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
32
conocimientos que la permean. La falta de estudios en esa línea y la escasa
presencia de teóricos, mantienen a la Ciencia de la Información en un estado de
fragilidad teórico conceptual. (Ribeiro Pinheiro 1996, 3)
El significado de un concepto científico está determinado por suposiciones
teóricas, y no tiene sentido propio fuera de ese esquema. (Hjǿrland 2000) Las que
son de interés en este estudio remiten a las tipificadas como grandes teorías o
teorías generales, aquellas que ofrecen visiones integrales.
En los albores de la Ciencia de la Información, en el contexto norteamericano, las
corrientes filosóficas que cimientan conceptualmente los saberes con pretensiones
científicas fueron el empirismo, el positivismo y el pragmatismo.
El empirismo17 es una tendencia filosófica que se desarrolla en Gran Bretaña entre
los siglos XVII y XVIII, que considera la experiencia como la única fuente válida de
conocimiento, y las ciencias naturales como el tipo ideal de ciencia al basarse en
hechos observables.
Este enfoque, opuesto a las posiciones racionalistas, se convirtió en una
constante a lo largo de la historia de la Filosofía en la medida que más de una
orientación filosófica es deudora del “viejo empirismo”. (Abagnano 1967)
En el siglo XIX entra el positivismo como un conjunto de escuelas de pensamiento
que asumen la teoría filosófica y sociológica formulada por el pensador francés
Augusto Comte y, ya en el siglo XX, florece la filosofía analítica, denominación que
abarca al neopositivismo del Círculo de Viena y a la Filosofía del Lenguaje.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
33
Entre una y otra vertiente (positivismo y neopositivismo) existen divergencias
significativas. El positivismo del XIX es ante todo una filosofía de la historia y un
intento de teoría de la sociedad, mientras que el proyecto fundamental de la
filosofía analítica es el estudio de las bases lógicas del lenguaje. El positivismo
clásico se propone crear una ciencia puramente inductiva. El neopositivismo, ante
la encrucijada de la inconsistencia lógica de la inducción, afirma como método
general de la ciencia el axiomático-deductivo. (Cornforth 1964)
El positivismo hipertrofia el modelo de racionalidad científica conformado a lo largo
de la modernidad, por lo que convierte a la ciencia en el único conocimiento
posible, y a su método en el único valido, en el que las ciencias naturales son el
referente modélico.
Desde finales del siglo XIX y hasta la primera mitad del siglo XX, en EE.UU. se
desarrolla una corriente filosófica considerada como típicamente norteamericana,
dado que las tesis que sustenta expresan algunos de los rasgos distintivos de esa
sociedad y cultura, el pragmatismo. La tendencia filosófica en cuestión, consiste
en tratar de interpretar cada noción señalando sus consecuencias prácticas.
(James 1959, 46)
Empirismo, positivismo y pragmatismo, entrelazados y complementarios, sirvieron
de ambiente filosófico en el cual se inscribe el proceso fundacional de la Ciencia
de la Información. Los conceptos, enfoques y propuestas de la nueva disciplina
van a expresar la influencia de estas filosofías.
17 Los filósofos creadores de esta tendencia fueron John Locke, David Hume y Thomas Berkeley.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
34
Otras perspectivas no necesariamente filosóficas también contribuyeron a
otorgarle determinadas características al área. En este sentido se inscribe el
cientificismo, una creencia dogmática que afirma que el modo de conocer llamado
ciencia es el único que merece el título de conocimiento y que debe ser paradigma
de objetividad, racionalidad y eficacia.
No hay consenso entre los estudiosos sobre el grado de incidencia de estas
orientaciones en la construcción conceptual de la Ciencia de la Información, lo que
sí puede fundamentarse es la valía de supuestos de carácter empirista-positivista-
pragmático-cientificista en su construcción y desarrollo teórico-práctico.
Las posiciones advertidas pueden ser agrupadas en tres clases:
- Positivismo como teoría dominante. (Budd 1995, Dick 1991, Harris 1986)
- Positivismo como teoría no dominante. (Hjǿrland 2000, Trosow 2001, Zwaldo
1997)
- Hegemonía del positivismo, mas no como práctica ortodoxa, sino como variedad
instrumental o aproximación empírico-pragmática. (Nitecky 1998)
Las características de este estudio apenas permiten esbozar determinados
conceptos que se consideran fundamentales en la construcción teórica de la
Ciencia de la Información. En consecuencia, se presentan conceptos como
información, usuario de información, recuperación de información y un
componente fundamental, la investigación.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
35
Información
Algunos investigadores han reconocido la necesidad de un concepto de
información adecuado tanto para el desarrollo teórico, como para el desarrollo
práctico de la Ciencia de la Información y, por tanto, han desarrollado conceptos
que consideran apropiados o han propuesto que conceptos de información
existentes de otros campos podrían aplicarse al contexto de la Ciencia de la
Información. Estos conceptos han utilizado una gran variedad de suposiciones y
presuposiciones iniciales y se han desarrollado dentro de algunos marcos
fundamentales. (Belkin 1978, 58)
El concepto información ha sido abordado dentro y fuera de la Ciencia de la
Información de las más diversas maneras. De hecho, circulan alrededor de 400
acepciones del término. (Schrader 1986)
Su entrada en el escenario intelectual, específicamente filosófico, se remonta al
siglo XIII, sin embargo, su uso generalizado se da solamente a partir de los años
50 del siglo XX.
Uno de los problemas que debe ser clarificado es en qué sentido debe entenderlo
la Ciencia de la Información, en tanto su objeto de estudio.
La información es un concepto que atraviesa heterogéneas esferas de la realidad,
por ello, una dimensión a tener en cuenta es la que se asocia con la naturaleza
omnipresente de la información, en un plano estrictamente filosófico.
Existen diversas posturas teóricas al respecto. En unas se postula asentar la
objetividad de la información, otras se adhieren a la notabilidad del sujeto en la
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
36
existencia o no de la información, e incluso se hallan las que se distancian de la
dicotomía sujeto-objeto, orientándose hacia lo social y cultural. (Capurro 2003,
Fernández-Molina 1994)
En los años fundacionales, el debate acerca de la información como concepto
central se caracterizó por una discreta pluralidad, pese a que la tendencia
dominante intenta propiciar una definición objetiva y científica, y se propone que
esta ciencia se ocupe de la información como fenómeno abstracto para que sea
reconocida como Ciencia General de la Información. La conceptualización del
término se entiende como todo cambio interno de un sistema. (Otten 1974)
Esta posición entronca con el marco positivista del que pende buena parte de la
producción de conocimientos de la época, junto con la inoperante pretensión de
ciencia general.
Las elaboraciones conceptuales de la noción información derivadas de la Teoría
Matemática de la Comunicación, son las más significativas en los primeros años.
La Teoría Matemática de la Comunicación (...) dio lugar a la única propuesta
formalizada, matemática e implementada del concepto de información.
(Fernández-Molina 1994, 2)
Su influencia teórica no se reduce a los problemas conceptuales de la información,
sino que se extiende a otras dimensiones de este y otros campos de
conocimiento,18 y se convierte en la fundamentación teórica que se necesitaba.
(Artandi 1973, Lynch 1976)
18 Comunicación, Lingüística, Sociología, Sicología y Estudios Literarios.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
37
En esencia, Shannon y Weaver despliegan en 1948 un modelo lineal de
comunicación, un proceso de transporte de información de un punto A (emisor)
para un punto B (receptor).
Justifican que la información, una vez codificada en señales por un emisor, es
transmitida a través de un canal para ser decodificada por un receptor y de este
modo, el proceso comunicacional se reduce a un asunto de vialidad, en el cual los
mensajes se tratan como señales que deben ser codificadas y decodificadas y en
donde la información se entiende como la libertad de escoger, de seleccionar un
mensaje. (López Pérez 1998)
La Teoría Matemática de la Comunicación contribuyó significativamente al
desarrollo de la Ciencia de la Información, no solo por exponer la inserción de la
información en los sistemas comunicativos, sino por introducir la independencia de
la información de sus soportes físicos, pese a no definirla concretamente.
Las características de esta propuesta, nacida del universo de las
telecomunicaciones y formalizada para el contexto de la Ciencia de la Información,
la convierten en modelo de objetividad y cientificidad en esta etapa.
A la sazón, se desarrollan nociones de información como las que afirman que la
información se refiere a hechos o eventos independientes, (McGarry 1975, 41) que
la información es una señal carente de contenido semántico, (Dretske 1981, 86) y
que la información puede entenderse como cosa o propiedad inherente de los
objetos. (Buckland 1991)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
38
En todos los casos, estas propuestas defienden a la información dentro de lo
objetivo y mensurable, congruentes con las concepciones cientificistas de los
padres fundadores, pero dejando a un lado la importancia del contenido y el
significado de la información, elementos que luego se retoman como protagonistas
en Ciencia de la Información.
Tampoco queda resuelto en esos años el tipo de información que en la práctica
debe asumirse. Se intentaron diversas maneras de definir a la información desde
supuestos generalistas, pero se trabajaba realmente con una en particular, la
científica y técnica o tecnológica. En otras circunstancias históricas será asumido
y definido este aspecto desde otra arista. (Belkin 1978)
Usuario de la información
El usuario de la información no es una de las nociones de interés en el período
1945-1978, por lo que las concepciones dominantes le dieron poca visibilidad a
esta temática.
Como se cree que el usuario introduce el subjetivismo y que, por tanto, coadyuva
al distanciamiento de lo que debía ser una ciencia, se maximiza la importancia de
los sistemas de información, de una objetividad irrefutable, y prevalecen sus
necesidades como entidad casi despersonalizada.
Esta neutralidad aparente resulta de particular importancia en la construcción
teórica del usuario como objeto (sujeto) de estudio. En una sociedad matizada por
los grandes contrastes sociales, se construye al usuario a partir de variables
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
39
neutrales: edad, ocupación... Se diseñan servicios estándar para sujetos estables:
la información es una e independiente de condiciones sociales concretas como las
clases sociales, el género, la raza. (…) Uno se lleva la impresión de una profesión
mucho más interesada en procesos y estructuras que en las personas. (Wiegand
1999, 17)
Además de las teorías mencionadas, otras provenientes de la Psicología de la
época, como el conductismo, de fuerte raíz empirista y positivista, se hace notar
siguiendo la evolución del concepto usuario en la Ciencia de la Información.
El conductismo se encarga de estudiar la conducta observable desde los métodos
de las ciencias naturales. Esta orientación de corte objetivista tiene sus
manifestaciones concretas en la trivialidad a la hora de estudiar a los usuarios.
Los usuarios de información únicamente se cuantifican en la medida que esta es
la mejor expresión de la objetividad científica de la época, y los estudios de
usuarios son generalmente diseñados tomando como base personas medias en el
desempeño de varias actividades. (Sayao 2001, 85)
Recuperación de la información
La recuperación de información alude, por un lado, a la disciplina informativa
creada por Calvin Mooers en 1950 y, por otro, a uno de los componentes del área
de conocimiento creada en 1962. Pese a esta distinción, sus objetivos son los
mismos en ambos momentos, solo que en una primera fase es “todo” y en la
última es “parte”.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
40
Abarca los aspectos intelectuales de la descripción de información y su
especificación para la búsqueda, así como cualesquiera sistemas, técnicas o
máquinas que son empleadas para llevar a cabo esta operación. (Mooers 1950)
En esencia, la recuperación de información se caracteriza por la utilización de la
indización para representar y recobrar la información, por reconocer al lenguaje
natural como base para la construcción de sus fórmulas identitarias, por
considerar a la tecnología como aliado indisoluble y por el enfoque sistémico que
esgrime como método para su análisis, diseño y actuación. (Saracevic 1979)
La aparición y desarrollo de los sistemas de recuperación de información se
encuadra en orientaciones teóricas con supuestos empiristas y objetivistas y con
modelos basados en la Teoría Matemática de la Comunicación. Si el receptor se
convierte en sujeto pasivo, el usuario de los sistemas de recuperación de
información se concibe también como un receptor pasivo de información objetiva.
Los sistemas de recuperación influidos por esta concepción consideran la
necesidad de información del usuario a la luz del propio sistema más que a la luz
de las prioridades personales de los usuarios, alejados de su comprensión y
manipulación.
En este contexto surge la tendencia de la formación de usuarios, como única
forma de que estos conozcan un sistema que se ha diseñado y construido sin
contar con ellos. (Ellis 1992)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
41
El proyecto Cranfield19 es una buena muestra de la creación de un modelo de
recuperación de información acorde a estas perspectivas y paradigmático en la
Ciencia de la Información. La recuperación de información se concibe como una
actividad estática (...) en la que el usuario realiza una consulta y el sistema
responde con un listado de documentos. (Vargas 2002, 107)
La orientación hacia el sistema que ignora el papel del usuario está sustentada en
apreciaciones tecnicistas en las que la eficiencia del sistema se mide en
detrimento de la figura del usuario. (Barreto 2002)
La recuperación de información, en los años fundacionales, es congruente con la
creencia objetiva dominante en la que la certeza técnica es la fortaleza de los
sistemas de información creados.
La investigación en Ciencia de la Información
Toda investigación ambiciona la obtención de nuevos conocimientos, para lo que
se sirve de ciertos procedimientos y estrategias. Igual ocurre en Ciencia de la
Información, pero con un marcado acento empirista o positivista. (Harris 1986,
Trosow 2001, Dick 1991)
La vocación empirista se dirige al encuentro de la objetividad, descartando toda
teorización y utilizando métodos estadísticos y matemáticos para que los hechos
hablen por sí mismos.
19 Experimentos llevados a cabo a partir de 1957 en EE.UU.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
42
La investigación cuantitativa se arroga como la única conducente a la obtención de
resultados válidos, al emplear métodos de muestreo y experimentación como los
informétricos, considerados en ese entonces como el estado más avanzado de la
Ciencia de la Información. (Myers 1997, 3)
Es justo precisar que la cuantificación no debe ser identificada necesariamente
con el positivismo o el empirismo. Se trata de que la matematización a ultranza en
la investigación pretende aproximarse por sí sola a la objetividad científica.
La ilusión cientificista expresada en las concepciones y métodos asumidos,
condiciona la incipiente práctica investigativa en Ciencia de la Información.
En la etapa fundacional de la Ciencia de la Información se desarrollan los
elementos que permiten su legitimidad y conformación inicial, con las limitaciones
de todo primer momento. Este proceso culmina en las postrimerías de los años
70, cuando comienza una revisión crítica de los principales conceptos formulados.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
43
En resumen:
1. La sociedad capitalista industrial del siglo XIX, sustentada en la economía
liberal, inaugura un proceso histórico en el que el crecimiento económico
comienza a asociarse con las innovaciones técnicas resultantes de los
nuevos descubrimientos científicos.
2. La creciente producción de conocimientos científicos y tecnológicos en el
siglo XIX genera una situación informacional en la que son insuficientes los
conocimientos, prácticas e instituciones de la esfera informativa.
3. En el siglo XIX se crea una interdependencia estratégica entre crecimiento
económico, innovaciones tecnológicas, desarrollo científico e información
documentada.
4. El surgimiento de las bibliotecas especializadas y el desarrollo de la
Bibliografía es la respuesta informacional a tal situación.
5. En la primera mitad del siglo XX hubo un crecimiento significativo de las
publicaciones, los nuevos soportes y las demandas de información acorde a
los resultados de la investigación científica y tecnológica.
6. La creación de la Documentación por Paul Otlet y Henri La Fontaine en
1934, fue la réplica especializada al desafío que significan los profundos
cambios que se producen en la estera científica, tecnológica y económica.
7. Las urgencias de la Segunda Guerra Mundial coadyuvan a que la actividad
científica conozca el apoyo y la intervención gubernamental, impulsando la
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
44
investigación científica con fines militares y acelerando el crecimiento de la
información científica.
8. La recuperación de la información, ideada en 1950, se corresponde con el
reto informacional de la posguerra y se nutre de los avances tecnológicos y
del desarrollo en el procesamiento documental.
9. En 1962 se formaliza la Ciencia de la Información en EE.UU. como
resultado de la convergencia de la explosión informativa de la posguerra, el
carácter estratégico adquirido por la información, la confrontación política
con la Unión Soviética y la aparición de las tecnologías computacionales.
10. Los fundadores de la Ciencia de la Información integraron una comunidad
profesional en el contexto de una hegemonía cientificista que condiciona el
carácter de esta área de conocimiento.
11. El proceso de construcción conceptual de la Ciencia de la Información en
su etapa fundacional descansa en supuestos teóricos de matriz positivista,
empirista y pragmática, constatado en las nociones de información, usuario
de información y recuperación de información.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
45
Capitulo 2. La Ciencia de la Información y su escenario en la etapa critica (1980-2000).
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
46
2.1 Coyuntura económica, cambios tecnológicos y situación informacional
Los años finales del siglo XX constituyen para la Ciencia de la Información una
fase de ruptura y diferenciación como expresión de la evolución de una ciencia en
formación, una suerte de crisis de desarrollo.
Esta etapa, denominada crítica, tiene particularidades interesantes por las
circunstancias en que se desarrolla y porque genera importantes reflexiones que
persiguen transformar la armazón conceptual de la etapa fundacional.
La evolución histórica de la Ciencia de la Información debe ser explicada en su
continuidad y quiebra, por lo que la separación en dos momentos no es una
convención, sino un testimonio del curso de los acontecimientos, marcados por los
encuentros y desencuentros con la estabilidad económica.
La historia de los veinte años que siguieron a 1973 es la historia de un mundo que
perdió su rumbo y se deslizó hacia la inestabilidad y la crisis. Sin embargo, hasta
la década de los ochenta no se vio con claridad hasta qué punto estaban
minados los cimientos de la edad de oro. (Hobsbawm 1998, 403)
Desde una perspectiva integral, las décadas que transcurren desde los finales de
la Segunda Guerra Mundial hasta el inicio de los años 70, pueden considerarse
como una auténtica “edad de oro” de los países capitalistas desarrollados.
Entre 1945 y 1973, esta parte del mundo mantiene un indiscutible y sostenido
crecimiento económico en el que son determinantes no los signos del
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
47
industrialismo decimonónico, sino otros sectores punteros como la petroquímica,
los electrodomésticos, la aeronáutica y la electrónica.
La economía mundial crecía (...) a un ritmo explosivo. Al llegar los años sesenta
era evidente que nunca había existido nada semejante. La producción mundial de
manufacturas se cuadruplicó entre principios de los cincuenta y principios de los
setenta, y algo todavía más impresionante, el comercio mundial de productos
manufacturados, se multiplicó por diez. (Hobsbawm 1998, 264)
En el auge económico confluyen varios factores, especialmente el rol del estado y
las grandes transformaciones científicas y tecnológicas.
La concepción económica de los países capitalistas en los años precedentes, el
liberalismo, descansa en la idea de que el ejercicio de la libertad económica
requiere que el estado no intervenga en la actividad económica.
Sin embargo, particularmente en EE.UU., no es del todo consecuente con esa
doctrina y el estado participa activamente en la solución de la crisis de 1929. La
situación es más clara a partir de los años 60 cuando se asumen las teorías de
John Maynard Keynes20, que proponen aumentar el gasto público y resaltar la
importancia de la injerencia estatal. (Hobsbawm 1998)
El liberalismo es una corriente especialmente compleja que sigue influyendo en
dos de las dimensiones fundamentales de la práctica y del pensamiento social
contemporáneo, la política y la economía, pero debe distinguirse entre el viejo y
20 (1883-1946) Economista británico.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
48
nuevo liberalismo, así como entre liberalismo político y liberalismo económico.21
En este momento del estudio interesa esencialmente el viejo liberalismo
económico. (Mayer 1941)
En los “años dorados” el estado planifica en alguna medida la economía, estimula
la empresa privada con sus compras y controla el libre funcionamiento del
mercado, todo lo cual dinamiza la economía de EE.UU., pero cuestiona en la
práctica los principios liberales. (Touraine 1994)
Las transformaciones científicas y tecnológicas también alientan la expansión
económica. Desde los años 70, la investigación científica es entendida como una
actividad inseparable de sus aplicaciones técnicas y se consolida como una de las
prioridades de los estados.
Gracias a las innovaciones en la tecnología electrónica, transistores, circuitos
integrados y computadoras de elevada eficacia se suman a una etapa de
esplendor en la que, además, aparecen potentes áreas tecnocientíficas, como la
energía nuclear, la biotecnología y la industria aeroespacial.
21 El liberalismo irrumpe con el afán de poner límites al abuso del poder centralizado de los estados
absolutistas que habrían caracterizado a las monarquías europeas durante los siglos XVII y XVIII.
Estas ideas vinculan determinantemente los derechos individuales y la libertad en todas sus
manifestaciones, incluidas las económicas. La expresión laissez faire - laissez passer, resume la
esencia de esta corriente.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
49
La investigación científica es clave en la mejora económico, las tecnologías recién
implementadas facilitan la aparición de otras áreas de inversión y la economía
comienza a ser identificada desde otras realidades.
De esta manera, las transformaciones que venían anunciándose al principio de la
segunda posguerra se establecen convenientemente por una singular situación
económica en EE.UU.
A los “años dorados” le sigue un declive. Lo que parecía ser un crecimiento
económico sostenido e indetenible, se frustra en 1973 con la crisis del petróleo.
En el desplome de la economía capitalista actúa el aumento del gasto público y
una disminución de los ingresos, el anclaje de una economía globalizada, el
imprevisto del desempleo consecuente de la automatización de los procesos
productivos y la crisis monetaria que deteriora al dólar como divisa internacional.
En el decenio de los 80 se impone el neoliberalismo22 ante la probada ineficacia
de las políticas keynesianas. Sus máximos representantes políticos son el
presidente norteamericano Ronald Reagan y la primera ministra británica
Margaret Thatcher. (Touraine 1994)
El principal postulado del neoliberalismo es que la competencia pone a funcionar
al tope las energías latentes del mercado, propugna que el estado no oficie en la
5 Es un modo casi planetario de practicar la economía política en los finales del siglo XX. Se distingue por creer que la competencia capitalista es el mecanismo que garantiza automáticamente las mejores condiciones para la evolución de las fuerzas productivas, a la vez que postula la reducción del papel estatal en la actividad económica y social.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
50
actividad económica y representa, en fin, una vuelta a los principios del viejo
liberalismo, ahora en circunstancias finiseculares.
La crisis del petróleo se detuvo momentáneamente con la aplicación de las
recetas neoliberales acompañadas por la resolución estatal de frenar el gasto
publico y una fuerte carrera armamentista, línea que encabeza EE.UU.
(Hobsbawm 1998)
El año 1980 inicia una de las etapas más cambiantes del siglo XX, período en que
se asienta y desarrolla EE.UU. como centro de poder de una economía global que
caracteriza el sistema de relaciones mundiales.
Las economías de los países altamente desarrollados, estructuradas desde un
nuevo discurso teórico y práctico, el neoliberal, colocan al mercado en el centro de
sus preocupaciones.
En esta década se desenvuelven la microelectrónica, las telecomunicaciones y
sus respectivas tecnologías subordinadas, que inciden sin dudas en la
conformación de la propuesta de un nuevo modelo de sociedad, la Sociedad de la
Información. 23
El examen de esta coyuntura se inicia con el develamiento del papel de las
innovaciones tecnológicas, cuya mejor expresión son las tecnologías electrónicas.
Fue durante la Segunda Guerra Mundial y en los años posteriores que tuvieron
lugar las mayores innovaciones en tecnología electrónica: la primera computadora
23 El creciente papel del conocimiento en la sociedad actual ha llevado a más de un autor a proponer otro estadio social, la Sociedad del Conocimiento. Véase: San Segundo, R. El conocimiento como nuevo paradigma en el actual nuevo paradigma.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
51
programable y el transistor, fuente de la microelectrónica, el verdadero corazón de
la Revolución Tecnológica de la Información en el siglo XX. (Castells 1998, 3)
No se trata de explicar los cambios en las sociedades capitalistas del período
desde una supuesta causal tecnológica, tendencia conocida como determinismo
tecnológico, al decir de Alvin Toffler24 o Manuel Castells25.
El determinismo tecnológico evoca una relación unidireccional entre tecnología y
sociedad que rigen los desarrollos tecnológicos, supuestamente impermeables
ante la influencia de factores sociales.
Aquí se propone una explicación bien distante de la postura descrita. Si bien es
innegable la influencia de las tecnologías en la sociedad, no impactan como un
factor externo casual. La relación que se produce entre tecnología y sociedad es,
en cualquier caso, simétrica. (Aibar 2001)
La explosión tecnológica fue incentivada por una particular coyuntura económica
en que se busca salir de una situación crítica siguiendo las proposiciones del
esquema neoliberal por parte de los norteamericanos, que combina privatización y
presencia estatal con absolutizaciòn de los poderes del mercado.
El nuevo empuje de la tecnología militar norteamericana fue impulsado en 1983 en
torno al programa de la Guerra de las Galaxias de hecho usando las tecnologías
desarrolladas en la prodigiosa década precedente. (Castells 1998, 6)
24 Futurólogo y Sociólogo norteamericano. Creador del análisis de la historia por “olas” para justificar el origen de los cambios y su impacto en el futuro. Sus obras se consideran megasellers dada la popularidad de las mismas. Entre otras se destacan Shock del Futuro (1970), La Tercera Ola (1980) y Cambio de poder (1990) 25 (1942- ) Científico social español conocido a partir de la publicación de su trilogía La era de la información. Es considerado como uno de los apologistas de la Era de la información.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
52
Uno de los fenómenos que mejor sintetiza la situación informacional de los finales
del siglo XX, es precisamente la aparición en el escenario político, económico y
cultural, de la llamada Sociedad de la Información, de carácter sumamente
controversial.
Aunque son diversas sus definiciones (Toffler 1991; Castells 1998; Masuda 1994),
lo común es que se orientan a establecer el carácter determinante de las
tecnologías de información y comunicación en su aparición y existencia, a
considerar un nuevo espacio económico -el informacional- que le sirve de
sustento, y a proponer un nuevo espacio ocupacional -la información es objeto de
trabajo-, esencial en la producción de riquezas.
Lo específico de la Sociedad de la Información es el decisivo el uso sistemático de
las TIC, y que se convierten en la principal fuente del incremento de la
productividad y de la economía.
Indica el atributo de una forma específica de organización social en la que la
generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en
las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, debido a las nuevas
condiciones tecnológicas que surgen en este período histórico. (Castells, 1998,
47)
Las circunstancias económicas y tecnológicas de esos años favorecen
situaciones únicas para el universo informativo. La economía neoliberal acrecienta
el proceso de mercantilización de la información ya que las tendencias
privatizadoras, típicas de ese modelo económico, descartan toda posibilidad de
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
53
que la información sea un recurso o producto al servicio de todos. Se cierra la
posibilidad de considerar la información un bien público y entra en el mercado
como cualquier otra mercancía.
En lo económico, la industria de la información, entendida como el conjunto de
organizaciones, con sus interrelaciones, que desarrollan y crean productos,
servicios y tecnologías de información transables en el mercado (BIOMUNDI),
congrega un amplio espacio de actividades, desde editoriales hasta elaboradores
de software, pasando por la producción y difusión de productos y servicios
informativos, involucrados en la dinámica del mercado como señal del discurso
económico dominante.
La capacidad de penetración de las TIC en el entramado político, social y cultural
crean una situación particular en esas dimensiones y no solo en el funcionamiento
de las economías. En la vida cotidiana se estimula el peso de la información en
todas las magnitudes, formas y soportes posibles.
En el marco de estas y otras circunstancias, la Ciencia de la Información llega a
una nueva fase de su desarrollo en correspondencia con la coyuntura histórica.
2.2 Entorno intelectual y espacio informacional en los finales del siglo XX.
La atmósfera intelectual de los países desarrollados a fines de siglo gravita en la
situación informacional y en su comunidad profesional, especialmente con las
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
54
reflexiones sobre la ciencia o el conocimiento científico, variante del conocimiento
institucionalizado de axiomática hegemonía.
La ciencia moderna, y su modelo de racionalidad aplicado en las ciencias
naturales, fija el patrón de comprensión para la ciencia de la época, en la que la
objetividad y la mensurabilidad son sus marcas de autenticidad. (Bernal 1986)
Ningún otro período de la historia ha sido más impregnado por las ciencias
naturales, ni más dependiente de ellas, que el siglo XX, (Hobsbawm 1998, 516) y
la certeza de esta aseveración tiene múltiples evidencias.
La construcción del láser y la píldora anticonceptiva (1960), la circunvalación de la
tierra en una nave espacial (1961), el primer transplante de corazón (1967), el
funcionamiento ARPANET, antecedente de INTERNET (1969), la introducción en
el mercado la computadora personal (1971), la creación de la World Wide Web
(1989) y el logro de la clonación animal (1996), muestran la diversidad de áreas
involucradas, el carácter de los resultados obtenidos y la dependencia de la
innovación tecnológica en los descubrimientos y la investigación científica al cierre
del siglo XX, continuidad de la personalidad de los productos del conocimiento
científico desde la segunda mitad del siglo XIX.
Pese a estos y otros resultados, el siglo XX controversia con el modelo
hegemónico de racionalidad científica. (Hobsbawm 1998) En realidad, esta crisis
se gesta desde tiempo atrás y se percibe inicialmente en las ciencias
paradigmáticas de la modernidad, la Matemática y la Física.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
55
Ningún otro ámbito científico parecía más sólido, coherente y metodológicamente
seguro que la física newtoniana, cuyos fundamentos se vieron socavados por las
teorías de Planck y Einstein. (Hobsbawm 1998)
La teoría de conjuntos de Cantor, las geometrías no euclidianas, las proposiciones
de Godel, la mecánica cuántica y la relatividad de Einstein, desestabilizan las
nociones de objetividad, causalidad, previsibilidad y el lenguaje matemático único
de la ciencia al uso.
Desde los filósofos también provienen críticas para la ciencia ortodoxa. Uno de los
más significativos, Karl Popper, subraya que la observación científica no es
objetiva porque está mediada por hipótesis y teorías, o lo que es igual, que la
observación depende de lo que se quiere ver. (Neufeld 1999)
La vigencia del modelo naturalista, cientificista y positivista en el terreno del
conocimiento declina a lo largo del siglo XX. Esta crisis abarca el sistema global
de los conocimientos y de las ciencias, y particularmente las ciencias sociales
reproducen, desde su realidad, las turbulencias que afectan la totalidad del saber.
Las ciencias sociales, desde el siglo XIX hasta el período que se estudia, busca
constantemente su afirmación como conocimiento científico. Primero estudia la
sociedad desde los principios epistemológicos y metodológicos acordes con las
concepciones dominantes desde el siglo XVI, asumiendo los fenómenos sociales
como “cosas”, restringidas a sus dimensiones externas, observables, objetivas y
mensurables. Luego reivindica una perspectiva epistemológica y metodológica
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
56
específica, propia para el ser humano y alternativa al modelo naturalista y
positivista.
Estas tendencias resumen los paradigmas en las ciencias sociales que nosotros
preferimos denominarlos, respectivamente, como paradigma explicativo y
paradigma interpretativo, nombres que toman en cuenta el largo debate en el
proceso de construcción de las ciencias sociales sobre el objetivo final dado a
tales ciencias, que para unos es el de explicar y para otros el de interpretar o
comprender los objetos sociales estudiados por el investigador. (Briones 1996, 87)
Cada paradigma tiene diferencias sustantivas, entre otras, las concepciones
teóricas, los métodos y técnicas de investigación, al igual que distintas
perspectivas filosóficas en las que encuentran su último fundamento.
No es oportuno adentrarse en el conjunto de teorías que responden a una u otra,
pues solo a partir de 1980 es que en la Ciencia de la Información surge
determinado sentido de pertenencia al universo de las ciencias sociales, no
recibiendo influencias directas o explícitas de los grandes paradigmas teóricos de
corte explicativo, a excepción del positivismo.
Predominan en el paradigma explicativo la obra de Augusto Comte26 y las
fecundas elaboraciones teóricas de Emile Durkheim27 y Talcoltt Parsons,28
categóricos fundadores de las ciencias sociales e imperiosos referentes en el
contexto intelectual del siglo XX.
26 (1789-1857) Filósofo francés fundador de la escuela positivista. 27 (1858-1917) Sociólogo francés considerado el primer gran sociólogo positivista. 28 (1902- ) Sociólogo norteamericano fundador del estructural-funcionalismo, una de las grandes teorías sociológicas.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
57
Efectivamente, a partir de 1980 las ciencias sociales radicalizan el proceso
iniciado desde los años 60, que no es otro que el cuestionamiento del esquema
positivista y la aceptación creciente del paradigma interpretativo.
El enfoque interpretativo intenta acercarse a las distintas realidades que
componen lo social y comprender la lógica de la construcción de conocimientos,
para lo cual, desde la óptica teórica, ofrece un panorama de la realidad social
opuesta a la tradicional, conformando estándares de interpretación de lo humano,
como la fenomenología29 y la teoría de acción comunicativa.30 (Sandoval 2002)
Es una manera de concebir la producción de conocimientos en la esfera social
basada en la investigación cualitativa, caracterizada por la recuperación de la
subjetividad como espacio legítimo, por la reivindicación de la vida cotidiana como
escenario típico para comprender la realidad social y cultural, y por la ínter
subjetividad y el consenso como vehículos para acceder al conocimiento de la
realidad humana. (Sandoval 2002, 35)
29 Corriente filosófica iniciada por Edmund Husserl (1859-1938), Su método concede absoluta primacía a la conciencia, a partir de la que se construye tanto el mundo objetivo como la intersubjetividad, basada en la experiencia de los otros. Introdujo en el lenguaje filosófico el concepto de reducción fenomenológica o epogé, abstenerse de tener en cuenta cualquier afirmación del sentido común o de la ciencia, de tal modo que el yo, en su sentido cognitivo, se convierte en observador desinteresado de sí mismo. La labor del filósofo es la superación de las actitudes naturalistas y sicologistas mediante la contemplación de las esencias de las cosas, que podían ser identificadas de acuerdo a las leyes sistemáticas que rigen la variación de los objetos en la imaginación. Admitió que la conciencia está permanentemente dirigida hacia las realidades concretas y llamó a este tipo de atención intencionalidad. 30 Propuesta teórica del pensador alemán Jurgen Habermas. Sostiene que en el análisis social lo más importante es la acción comunicativa, que permite una comprensión entre los actores en interacción. Afirma que la acción comunicativa debe tener un lugar central en la teoría. Uno de los objetivos de tal teoría es la identificación y eliminación de los factores estructurales que distorsionan la comunicación.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
58
El estudio de la realidad social en todas sus dimensiones se segmenta en un
grupo de disciplinas particulares que son centro de múltiples y agudos
cuestionamientos31 en los últimos 30 años del siglo XX, pero irrelevante en este
estudio. Una de las disciplinas cientifico-sociales de mayor significación en ese
conjunto lo fue, la sicología.
Desde la fundación de la Ciencia de la Información en 1962 hasta nuestros días,
los estudiosos del carácter interdisciplinario de este campo de conocimiento,
insisten en la presencia de la Sicología como uno de sus nutrientes
fundamentales. (Borko 1968)
En los años 80, se reitera que la Ciencia de la Información es una disciplina que
surge de una fertilización cruzada de ideas que incluyen el viejo arte de la
Bibliotecología, el nuevo arte de la Computación y de ciencias como la Sicología y
la Lingüística. (Foskett 1980, 64)
Al terminar la primera mitad del siglo XX, en la Sicología se discute la perspectiva
conductista32 como único enfoque teórico y práctico, cuyo rasgo distintivo era la
investigación del ser humano en su conducta observable, a través de
mecanismos sociológicos de estímulo-respuesta, rechazando los procesos
mentales.
Los perfiles del conductismo son claros. El objeto de la Sicología es la conducta,
no los contenidos de la conciencia, ni las funciones psíquicas. (...) En tanto la
31Véase: Wallerstein, I. El futuro de las ciencias sociales. [En línea] http://www.uqac.uquebec.ca/zone30/Classiques_des_sciences_sociales/index.html 32 El conductismo o behavorismo como tendencia psicológica fue creado en EE.UU. por John Watsos. (1878-1958)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
59
Fisiología estudia las funciones del estómago, de los pulmones y del hígado, la
Sicología estudia la actividad del cuerpo viviente total. Los pulmones respiran, el
cuerpo entero actúa. Tanto la respiración como la conducta (...) pueden estudiarse
con los métodos objetivos que caracterizan a toda ciencia. (Heidbreder 1971, 183)
El conductismo es, en el terreno psicológico, otra enunciación del cientificismo
naturalista de orientación positivista y empirista.
La sicología cognitiva, que tuvo su inicio en un Simposio sobre Teoría de la
Información, realizado en el Instituto Tecnológico de Massachussets en
septiembre de 1956, donde científicos importantes en el desarrollo del nuevo
pensamiento presentaron artículos inéditos: Herbert Simon, Noam Chomsky y
Claude Shannon, (Barreto 2002, 9) es el reemplazo del conductismo dominante y
la defensa de los aspectos subjetivos y significativos de la experiencia psicológica,
al tratar de explicar lo que pasa en el mundo interior.
Esta superación privilegia el estudio de procesos mentales como la percepción,
atención, memoria, lenguaje, razonamiento y representaciones para comprender
cómo se desarrollan estos procesos en los seres humanos.
La entrada de la dimensión cognitiva en el escenario intelectual del siglo XX no
solo se constata en lo estrictamente psicológico, sino también en el terreno las
ciencias cognitivas,33 cuyo objetivo es fundamentar los mecanismos mentales
desde una perspectiva interdisciplinaria, en la que confluyen Sicología, Filosofía,
33 Es el ámbito de conocimiento e investigación definido por los procesos de adquisición de conocimientos, tanto naturales como artificiales, y por su modo de constitución. Se encuentra por lo tanto en la intersección de varias disciplinas que se ocupan de estos procesos, siendo las
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
60
Antropología, Neurofisiología, Ciencia de la computación y Lingüística. (Saracevic
1996, 51)
Aún cuando al cognitivismo34 se le considera reduccionista por naturaleza,
imponiendo un discurso desde los adentros, en el cual las complejidades del
contexto del mundo real y la práctica no son más que disparadores externos que
determinan la construcción por el individuo de las representaciones internalizadas,
(Frohmann 1992, 374) la exaltación de la figura del sujeto como objeto de
indagación, es un factor de indiscutible importancia en el debate objetividad-
subjetividad que caracteriza los últimos años del siglo XX.
En resumen, la atmósfera intelectual de los finales del siglo XX es posible
caracterizarla porque:
1. Se desarrollan concepciones en el terreno de las ciencias humanas y
sociales que privilegian la figura del sujeto, del individuo.
2. Se comienzan a cuestionar los fundamentos tradicionales de las ciencias
naturales.
3. El paradigma de la objetividad, a la usanza del positivismo, es radicalmente
impugnado, por lo que surgen otras maneras de entender la objetividad
científica.
La Ciencia de la Información de esta etapa estará sumergida en ese sistema de
coordenadas, desde el cual gestará nuevas visiones y conceptualizaciones.
principales la Informática, la Sicología y las neurociencias; y las anexas, la Antropología, la Lingüística y la Microelectrónica (fabricación de hardware). 34 Este término busca establecer una distancia respecto al punto de vista o enfoque cognitivo. El cognitivismo es una de las tendencias de la Sicología cognitiva, caracterizada por homologar
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
61
2.3 La Ciencia de la Información y la búsqueda de su estatuto epistemológico.
Cada ciencia se define por el segmento de la realidad que estudia y por el modelo
de racionalidad o esquema de comprensión que utiliza para hacerla inteligible, es
decir, por sus estatutos ontológicos y epistemológicos.
Analizar la unidad de estas instancias permite adentrarse en el espacio de
cualquier área de conocimiento. No obstante, la historia de las ciencias muestra
más de una incompatibilidad en este sentido; sirvan de ejemplo las ciencias
naturales y las ciencias sociales, que se diferencian por su estatuto ontológico y
deben o pueden diferenciarse por su estatuto epistemológico.
Los fundadores de la Ciencia de la Información expresan diversos criterios sobre
sus dimensiones ónticas y epistémicas en formulaciones acerca del objeto de
estudio, sus fronteras disciplinarias, la naturaleza de su conocimiento y el modelo
de racionalidad explícitamente o no asumido.
Las ofertas del segundo momento de la trayectoria histórica de esta materia se
distancian de los pretextos elaborados en el período anterior, y en ellas la
información, como objeto de estudio, deja de ser un concepto aislado y comienza
a asociarse con el conocimiento y la comunicación.
La Ciencia de la Información se identifica con el estudio científico de la
comunicación de información en la sociedad, (Vickery 1987) renglón que retoma la
vieja aspiración de crear un área de conocimiento que asuma la totalidad del
mente y cerebro, en unos casos, y en otros, mente-computadora. Véase: Ingwersen, I. Information
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
62
universo informacional. De tal pretensión imposible, la disciplina se convertiría en
“reina de las ciencias” por la diversidad de materias que tienen a la información
como objeto.
Sin embargo, es notoria la terminante instalación del proceso que se enuncia en
los marcos de la sociedad, nítido indicador del contexto en el cual se ubica la
problemática.
El cambio se establece cuando se afirma que el problema fundamental de la
Ciencia de la Información es facilitar la comunicación efectiva de la información
deseada entre el generador y el usuario humano. (Belkin 1978, 28)
La mayor restricción acerca del espacio que le debe corresponder a esta disciplina
y su relación con la comunicación humana aparecen como elementos de base.
En 1992, Tefko Saracevic entiende que la Ciencia de la Información trata los
problemas de la efectiva comunicación de conocimiento y registros de
conocimiento entre seres humanos en el contexto de usos y necesidades sociales,
individuales e institucionales, de información. (Saracevic 1992, 7)
Esta línea continúa afirmando la inserción de los problemas de esta disciplina en
las ciencias sociales, e incluye la noción de conocimiento como concepto
meridiano en la apreciación sobre el carácter de esta ciencia que, junto con la
comunicación, es uno de los términos más asociados a la información desde los
inicios de esta etapa.
Retrieval Interaction. [En línea] http://www.db.dk/pi/ir.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
63
Casi cerrando el siglo XX, se generaliza que la Ciencia de la Información estudia
el mundo de la información registrada y producida por la acción humana. (Bates
1999, 5)
Se ratifica una pertenencia inequívoca al mundo humano y social, pero no se
eliminan las interrogantes sobre el carácter de esta materia, dados sus vínculos
con campos de conocimiento como las tecnologías de la información.
La tendencia dominante en esta etapa apunta hacia una incorporación del proceso
comunicacional en el entorno informativo pero, a falta de otros argumentos,
persiste el modelo general de comunicación de Shannon y Weaver.
Uno de los elementos distintivos de la Ciencia de la Información en su etapa
fundacional es el modelo de racionalidad correspondiente con las posturas
positivistas. En consecuencia, se propugna la estructuración de una disciplina en
el contexto de las ciencias empíricas y/o naturales y se descarta su alineación al
entorno de las ciencias sociales.
En la etapa crítica se introduce una perspectiva distinta y se tiende a subrayar la
pertenencia de la Ciencia de la Información al conjunto de las ciencias sociales, lo
cual implica la introducción de esta disciplina en el debate de las materias
científico-sociales.
La incidencia de los paradigmas explicativos e interpretativos, el primero en
abierto repliegue, y el segundo marchando a la hegemonía, es núcleo de debate
en el espacio informacional.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
64
Así, hay autores que sostienen que la epistemología positivista gobierna el
pensamiento de los investigadores más serios en Bibliotecología y Ciencia de la
Información (en los EE.UU). Sin embargo, esta epistemología ha sido
ampliamente enfrentada y sus valores reinterpretados en las ciencias sociales
como mismo en las ciencias naturales. Por tanto, no es deseable en LIS.35 Existe,
por ende, la necesidad de repensar los fundamentos epistemológicos de la
investigación en esta disciplina profesional y considerar las aproximaciones
cualitativas sugeridas por las investigaciones emprendidas, por ejemplo, dentro de
la teoría crítica y la hermenéutica. (Harris 1985, 516)
Otros piensan que la investigación en Ciencia de la Información aborda problemas
de diferente tipo que requieren diferentes métodos de investigación, focalizados
por diferentes métodos del conocimiento o epistemologías. En lugar de defender
un único fundamento epistemológico, se debe reconocer la validez equivalente de
diferentes formas de conocimiento, o de descubrir, que deben caracterizar a la
investigación en Ciencia de la Información. (Schrader, 1884: 370)
Los anteriores criterios abordan una nueva situación en el terreno informacional,
aunque a destiempo en relación con otras ciencias sociales, que evidencia una
forma diferente de asumir la producción de conocimientos y un fuerte interés por
alejarse del cientificismo de los años fundacionales.
La Ciencia de la Información se plantea su pertenencia a las ciencias sociales,
ante todo, como una expresión de las transformaciones de finales del siglo XX,
etapa que se cuestiona la hegemonía del conocimiento científico de corte
35 Library Information Science.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
65
positivista, cuando las ciencias sociales se distancian de ese modelo y cuando la
información como fenómeno es comprensible solo si se inserta en determinados
espacios económicos, sociales y culturales.
2.4 La interdisciplinariedad de la Ciencia de la Información
Uno de los temas que atraviesa la historia de este campo de conocimiento es su
carácter interdisciplinario,36 condición que genera diversas posiciones sobre el tipo
de ciencia que es, especialmente por sus relaciones con las TIC y la
Bibliotecología.
Un punto de partida adecuado sobre este aspecto es clarificar la noción de
interdisciplina, como fenómeno más general, la interdisciplinariedad, y la materia
prima de ambos, la disciplinariedad.
Disciplina remite a una categoría organizacional en el seno del conocimiento
científico. Es un espacio o dominio homogéneo de estudio y sus orígenes en las
ciencias sociales se remontan al siglo XIX, al fragmentarse la realidad social, con
fronteras relativamente claras sobre la dimensión que una u otra ciencia social
debe estudiar. (Gomes 2002)
Fragmentar, parcelar el estudio de la realidad social, ha sido siempre un tema
polémico. Los fenómenos sociales son, en esencia, interdependientes, y
estudiarlos en forma aislada no conduce a ninguna reflexión sólida. Por estos
36 Véase Ribeiro Pinheiro, L. V. Campo interdisciplinar da Ciencia da Informaçao: Fronteiras remotas e recentes. Investigación Bibliotecológica CUIB-UNAM. México
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
66
caminos transita la aparición de los estudios interdisciplinarios en las ciencias
sociales, más netos en la medida que fortalecen su identidad.
La interdisciplinariedad es usualmente entendida como apoyo para la comprensión
de una disciplina y como fusión de dos áreas de conocimiento para el surgimiento
de otra. La primera de las opciones es fundamental en este punto. (Morin 1999)
El fenómeno interdisciplinario en la Ciencia de la Información es palmario en todas
las fases de su historia. En las ideas iniciales de los padres fundadores, Taylor,
Borko, Goffman y otros, es consustancial el diálogo entre disciplinas a la
existencia misma de esta área de conocimiento. En la etapa crítica, Saracevic,
Vickery y Belkin, enfatizan su relevancia.
La interdisciplinariedad es una necesidad. No es posible enfrentar el estudio del
segmento de la realidad propio de la Ciencia de la Información sin la contribución
de conceptos, procedimientos y teorías provenientes de otras áreas cognoscitivas
que interceptan la información. En los años fundacionales se le atribuye
importancia a unas disciplinas, y en la etapa crítica a otras, surgidas del devenir
del conocimiento científico y de las cambiantes circunstancias del entorno
informativo.
La colaboración interdisciplinaria con la Ciencia de la Información no tiene el
mismo peso en todas las especialidades. Se traduce en un fuerte vínculo con las
áreas de Bibliotecología, tecnologías computacionales, Comunicación, Sicología,
Lingüística, ciencias cognitivas y Gestión o Administración. (Borko 1968, Saracevic
1992, Fossket 1980, Machlup 1983) Tiene una conexión más débil con las áreas
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
67
de Semiótica, Investigación de Operaciones, Sociología, Educación,
Epistemología y Economía. (Saracevic 1992; Barreto 2002; Pinheiro 1997)
Los tipos de relaciones ínterdisciplinares con la Ciencia de la Información están
poco fundamentados y no existen estudios empíricos que avalen cada uno de los
lazos. (Pinheiro 1997, Saracevic 1992)
Por tanto, hasta ahora y lamentablemente, aunque el carácter interdisciplinario de
esta área es incuestionable, la relación ocurre en un solo sentido y no puede
afirmarse cómo influye la Ciencia de la Información en otras áreas de
conocimiento.
2.5 Innovaciones tecnoinformacionales y Ciencia de la Información Los investigadores de la historia de la Ciencia de la Información coinciden en el
papel determinante de las tecnologías computacionales en sus orígenes y
evolución, pero con distintos matices.
Durante los años fundacionales, en total congruencia con el grado de desarrollo de
las invenciones, solo se admiten a la Ciencia de la Computación y sus tecnologías
asociadas como herramientas ideales para enfrentar los problemas inherentes a la
organización, almacenamiento, procesamiento y localización de grandes
volúmenes de información, enfatizando el carácter instrumental de las tecnologías
para la Ciencia de la Información.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
68
A partir de los años 80 se producen alteraciones de elevada significación en el
campo de las TIC que desencadenan efectos de suma importancia y que
reorganizaron todas las actividades asociadas a la Ciencia de la Información.
(Barreto 1998, 2)37
Influyen no solo las características de las invenciones e innovaciones, sino
también el vuelco de la economía de los países desarrollados y el espacio
económico informacional que se crea.
Especialmente en el terreno práctico, la Ciencia de la Información cambia
radicalmente, pues las fases tradicionales de la actividad incorporan el
instrumental tecnológico en todas las dimensiones posibles, lo que permite afirmar
que la ciencia de la información está inexorablemente conectada con las
tecnologías de información. Este imperativo tecnológico la impulsa. (Saracevic
1999, 5)
Ocurre una sustantiva alteración del quehacer informativo a tenor de la impronta
tecnológica, con serias implicaciones para la determinación del lugar de las TIC en
la Ciencia de la Información.
Las invenciones hasta los años 90 y la convergencia de la microelectrónica y las
telecomunicaciones afectan a la esfera informacional con drásticas
transformaciones en la relación temporal y espacial entre los usuarios y la
información.
Las redes telemáticas permiten el acceso en tiempo real a la información deseada
(interactividad) y se construye una nueva lectura sobre el acceso y la distribución
37 En el artículo se detalla este proceso en la Ciencia de la Información.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
69
de información. La posibilidad que tiene el usuario de moverse a voluntad de un
espacio de información a otro (interconectividad), lo transforma en mediador de la
elección de información. El tiempo de la comunicación entre usuario e información
disminuye notablemente, se hace instantáneo, y el espacio deja de atenerse a
limites geográficos. (Barreto 1998)
Si en los años fundacionales el nivel de desarrollo de las TIC solo permite que
funcionen como instrumentos o herramientas, en la etapa crítica se funden
estructuralmente con la Ciencia de la Información.
¿Acaso estamos evolucionando hacia dos ciencias de la información - en plural-?
Una que está basada en la Ciencia de la Computación y que se concentra en la
recuperación de información, bibliotecas digitales, motores de búsqueda, etc., y
otra basada en la Ciencia de la Información, sintonizada con la interacción, los
usuarios, el uso de la información y con poca conexión directa con el desarrollo de
sistemas. (Saracevic 1999, 53)
He aquí las dos posiciones extremas. La legitimidad de estos criterios es patente
siguiendo los desarrollos tecnológicos anteriores a 1995. Los últimos años del
siglo XX y los cambios en la esfera de la información, obligan a replantearse esos
criterios.
En el nuevo escenario informacional y comunicativo, lo humano y lo tecnológico
no son precisamente antagonistas. En estas condiciones, en que las dimensiones
de los procesos de uso y apropiación de la información han cambiado, las
tecnologías deben comprenderse no como artefactos per se, sino como objetos
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
70
culturales imbricados en el espacio informativo. Al integrarse la tecnología a la
Ciencia de la Información cambia, por tanto, la plataforma cultural que define esta
disciplina.
2.6 Hegemonía del enfoque cognitivo en las construcciones conceptuales y practicas de la Ciencia de la Información.
La historia de la Ciencia de la Información en el siglo XX solo conoce un momento
en el cual determinada concepción teórica domina en todo el espacio
informacional, el enfoque cognitivo.
Desde finales de los años 70, la presencia de lo cognitivo es una constante en casi
toda las elaboraciones conceptuales del campo de conocimiento, y goza de una
ventaja hegemónica, navega entre casi todos los autores de la Ciencia de la
Información. (Mostafa 1999, 17)
Las posturas más ortodoxas, Brookes38 y su seguidor inmediato Belkin,39 y las
abiertamente heréticas, Ingwersen40 y Hjǿrland,41 son las más representativas del
supuesto teórico cognitivo en las construcciones conceptuales de esta etapa.
Al igual que en el capítulo inicial, los conceptos información, usuario y
recuperación de información, propician algunas reflexiones.
38 B. Broohes. Introduce el enfoque cognitivo en la Ciencia de la Información 39 Norteamericano. Profesor de la Rutgers University. Iniciador de los estudios cognitivos en Ciencia de la Información junto con B. Brookes. 40 Profesor de la Real Escuela de Bibliotecología de Dinamarca. Experto en Recuperación de la Información. 41 Profesor de la Real Escuela de Bibliotecología de Dinamarca. Creador del Análisis de dominio, una de las nuevas concepciones en Ciencia de la Información.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
71
Información
Una de las primeras manifestaciones de cambios al interior de la Ciencia de la
Información desde los finales de los años 70, se produce en la noción reconocida
como objeto de esta disciplina. En su momento se examinaron las posiciones que
priman en la etapa fundacional cuando, desde el principio de la objetividad, se
intentan construir maneras de entender a la información como externa, objetiva e
independiente del individuo.
Los autores de la etapa crítica parten de posiciones teóricas y supuestos
culturales a tono con ese tiempo, y por tanto, desde el enfoque cognitivo, con lo
cual se inicia un rescate de la subjetividad. En la construcción de conceptos
intervienen factores del mundo interior del sujeto y se subraya la importancia de
cómo los individuos procesan la información que reciben en su interacción con el
mundo.
El iniciador del enfoque cognitivo en Ciencia de la Información es Bertran C.
Brookes, considerado como uno de los de mayor producción teórica en este
período.
En su interés por construir los fundamentos para esta disciplina, en fecha tan
temprana como 1974, propone la ecuación fundamental de la Ciencia de la
Información, que también puede llamarse ecuación cognitiva de la Ciencia de la
Información, de la que puede extraerse su concepción de información y que se
expresa de esta forma:
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
72
K (S) + D(I) = K (S + DS)
Donde K (S) es una estructura de conocimiento, K (S+ DS) es la estructura de
conocimiento modificada y D (I) es quien modifica esa estructura. (Mostafa 1999)
En otros términos, “eso” que altera o modifica el conocimiento, es la información.
En el debate que se entroniza en la etapa sobre información-conocimiento,
Brookes considera al conocimiento como una estructura de conceptos unidos por
sus relaciones, e información como una pequeña parte de tal estructura. La
estructura de conocimientos puede ser subjetiva u objetiva. (Brookes 1980, 129)
Al intento constructor del núcleo conceptual de la Ciencia de la Información se le
incorporan las perspectivas filosóficas neopositivistas de Popper y su noción de
los tres mundos, que clasifica:
1. El mundo de las cosas materiales.
2. El mundo de la mente.
3. El mundo objetivo conformado por ideas, teorías y textos.42
Para Brookes, el aspecto central de la Ciencia de la Información es entender las
relaciones del mundo 3 con el mundo 2, comprender las relaciones del
conocimiento objetivado en textos, ideas, teorías, con el mundo mental de cada
uno de los sujetos. (Mostafa 1999)
Como no escapa del objetivismo de sus antecesores, considera que los textos
están separados de los sujetos que los generan, que los documentos son objetos
naturales.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
73
Otra de las lecturas novedosas de la noción de información, desde esta
perspectiva, la propone Nicholas Belkin, quien no se limita a introducir su
concepto, sino que se adentra en un aspecto medular, las posibilidades o
requisitos de un concepto de información para la Ciencia de la Información.
Este aspecto es uno de los mayores aportes, recordándose que el debate de los
años fundacionales intenta delimitar o encontrar razones universales sobre la
noción información y que faltan propuestas concretas que se centren en ella.
El propio Belkin, en 1978, resume de esta forma sus condiciones: (Belkin 1978,
16,17)
REQUISITOS DE UN CONCEPTO DE INFORMACIÓN
PARA LA CIENCIA DE INFORMACIÓN
1. Debe referirse a la información dentro del contexto de la
comunicación con un propósito y una intención determinada.
2. Debe explicar la información como un proceso de comunicación
social entre seres humanos.
3. Debe explicar lo demandado o deseado de la información.
4. Debe explicar el efecto de la información sobre el receptor.
5. Debe explicar la relación entre la información y el estado de
conocimiento del generador y del receptor.
6. Debe explicar los diversos efectos de los mensajes presentados
de diferentes modos.
7. Debe ser generalizable más allá del caso individual.
8. Debe brindar un medio para la predicción del efecto de la
información.
42 Un mundo sin sujetos, solo de escrituras. (N. del A.)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
74
Este sistema de ideas excede meros “requisitos” y resalta sus concepciones de la
información y de la disciplina que la estudia, pues inserta a la información en el
ámbito de los procesos de comunicación social y recalca que el problema
fundamental de la Ciencia de la Información es la información deseada y su efecto
sobre el usuario. Notablemente incorpora, en forma integrada, los conceptos
comunicación y conocimiento, que desde el prisma de lo cognitivo se vuelven
imprescindibles en la comprensión del fenómeno de la información.
Peter Ingwersen añade algunos elementos conceptuales novedosos:
Cuando se accede al Mundo 3 de Popper, el del conocimiento objetivo (si abrimos
un libro, por ejemplo), nos encontramos solo con datos que se comunican
mediante signos, símbolos, palabras, textos, etc. Con la percepción, los datos son
transformados por la actual estructura de conocimiento en información, omitiendo
datos de sobra que no se perciben. Los conceptos y sus relaciones se reconocen
y se almacenan en la memoria. Esta es la nueva información que puede
transformar la estructura de conocimiento. La forma en que la nueva información
afecta a la estructura del conocimiento dependerá de su estado de conocimiento y
de la complejidad de la información percibida. (Fernández Molina 1994, 11)
En especial, se establece una clara distinción y relación entre datos, información y
conocimiento. Los datos son información potencial, que solo si se perciben por el
receptor se convierten en información. Esta se transforma en conocimientos en el
momento en que produce una modificación de la estructura de conocimientos
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
75
anteriores de un receptor. Sin el receptor, los sistemas de información solo son
sistemas de datos o sistemas de información potencial. Únicamente al ser
percibidas por el receptor se convierte en información.
Las ideas de Ingwersen desarrollan los criterios de Brookes, continuados por
Belkin, que distinguen al enfoque cognitivo. El cambio que produce esta tendencia
coloca al sujeto del otro lado de la barrera, como factor determinante en la
definición del concepto información.
Usuario
Una gran parte de los estudios de los cognitivistas están dedicados a los estudios
de usuarios. (Mostafa 1999, 21) Corresponde, en lo que sigue, exponer el carácter
de la lectura cognitiva en el universo de los usuarios.
No es él término usuario, en sí mismo, lo que está en debate, sino sus
dimensiones más frecuentes: necesidad, búsqueda y uso de la información.
Operacionalizando, se trata de una variable general, el usuario, y tres variables
intermedias involucradas en un ambiente que constituyen los estudios de usuarios.
Los estudios de usuarios en la etapa fundacional describen las acciones de los
usuarios y expresan sus necesidades desde los sistemas de información. En los
finales de los años 70, al igual que en otras esferas, se produce un rechazo de
esas posiciones, y surgen nuevas reflexiones sobre la problemática del usuario.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
76
El enfoque cognitivo comienza puntualizando el desconocimiento por parte de las
visones anteriores del enorme significado del mundo interior del individuo en los
procesos de asimilación y uso de la información. (Ferreira 1995)
Uno de los mejores exponentes del enfoque cognitivo en los estudios de usuarios
es el sense-making, introducido por la norteamericana Brenda Dervin.43 Es una
propuesta teórica y metodológica que propone una separación radical entre el ser
humano y los sistemas de información. Esta distinción entre mente y mundo es
propia de la perspectiva cognitivista.
El sense-making entiende a la información como un dato incompleto al cual el
individuo atribuye sentido a partir de la intervención de sus esquemas interiores.
Coloca al usuario en la cima de su interés, aboga porque el comportamiento de la
búsqueda y uso de información esté modelado por el universo cognitivo del
usuario, rechaza el uso exclusivo de las variables socio-demográficas y dicta que
el sistema de información se subordine a los intereses del usuario. (Dervin 1983)
La inserción de lo cognitivo en los estudios de usuarios varía el estado de este
fenómeno, pero imposibilita una auténtica comprensión del papel de la persona y
su interacción con los sistemas de información.
Recuperación de la Información
43Profesora de la School of Journalism & Communication. The Ohio State University.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
77
Estrechamente asociado a los usuarios de la información está el fenómeno de la
recuperación de la Información. Como ocurre con la información y con los
usuarios, los orígenes y características de la recuperación en la etapa fundacional
obedecen a las concepciones teóricas y tecnológicas de aquellos momentos.
Desde finales de los 70 y afirmándose en los 80, evoluciona una zona de
investigación que se concentra en los usuarios, usos, contextos e interacción con
los sistemas de información. Los enfoques centrados en los sistemas y los
enfoques centrados en los usuarios estudian la recuperación de información, pero
con perspectivas diferentes. (Saracevic 1999)
El enfoque que privilegia los sistemas se expone en el modelo tradicional de
recuperación de información que no toma en cuenta a los usuarios y sus
interacciones. Los enfoques que favorecen a los usuarios se orientan, desde sus
inicios, hacia lo cognitivo en sus diversas variantes.
El modelo cognitivo y los sistemas que lo apoyan, surgen como una alternativa al
modelo tradicional por considerar que los anteriores no representan de forma
adecuada las necesidades informativas de los usuarios.
El investigador nórdico Peter Ingwersen es el principal defensor del modelo
cognitivo en la recuperación de información. Lo que hace es aglutinar en un único
modelo de RI44 todos aquellos elementos, procesos y técnicas que puedan
intervenir en la RII,45 independientemente de su procedencia. Mediante esta
aproximación se da cabida a los actores que intervienen en la RI, a los procesos
44 Recuperación de información. 45 Recuperación de información interactiva.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
78
cognitivos que tienen lugar en el usuario como consecuencia de la aparición de la
necesidad informativa y su evolución hasta que ésta se satisface. (Vargas 2002,
109)
La necesidad informativa es un componente esencial en esta concepción, no solo
en Ingwersen, sino también en Belkin, quienes sostienen que cuando un usuario
se plantea la necesidad de obtener información sobre un asunto o materia, está
manifestando una carencia, una situación irregular de sus estructuras mentales y
cognitivas, un estado mental de incertidumbre que mueve al individuo a desarrollar
una serie de acciones para solucionar su insuficiencia. (Belkin 1978)
La perspectiva cognitiva en la recuperación de información tiene muchos
detractores. Se insiste en su diversidad de posiciones, en su elevada teorización y
en las escasas implementaciones concretas. Los modelos tecnicistas centrados en
los sistemas continúan siendo útiles e impugnan, en la práctica, la alternativa
cognitiva.
Lo primero a resaltar es la complejidad de la materia en sí. La investigación sobre
la recuperación de la información tiene como punto de interés un sistema en
donde la gente y los artefactos están involucrados en una cantidad de
interacciones complejas -autores, indizadores, resumidores creando textos,
índices, resúmenes y bases de datos- a los que acceden una variedad de usuarios
diferentes, de formas diferentes y con objetivos diferentes. Resaltando esta
complejidad existe una dualidad básica irreducible -las personas (los autores, los
indizadores, los intermediarios y los usuarios) y las cosas o artefactos (los
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
79
documentos, las representaciones de los documentos, los resúmenes, los índices,
las bases de datos). El paradigma físico tiene como centro de interés a los
artefactos, mientras que el interés principal del paradigma cognitivo son las
personas. Los artefactos son inertes y hasta cierto punto pueden manipularse en
gran medida como objetos físicos, característica que el paradigma físico puede
explotar muy eficientemente, pero la efectividad final de los sistemas tiene que
juzgarse haciendo referencia a los usuarios- en función del criterio de pertinencia.
(Ellis 1992, 36)
2.7 Hacia una epistemología de la Ciencia de la Información desde la sociedad y la cultura. Los años 90 del último siglo inician, lo que parece ser, un cambio de orientación
en los intentos por desarrollar una nueva lectura de la Ciencia de la Información.
El cuestionamiento de la omnipresencia cognitiva, es una de las primeras señales,
donde no solo se subrayan las insuficiencia de este enfoque, sino además se
generan nuevas propuestas de sustentación teórica del espacio informacional
Birger Hjǿrland y Bernd Frohmann aparecen como los mas lúcidos críticos del
enfoque cognitivo. Se cuestionan la marcada exclusión en lo cognitivo de los
entornos sociales y culturales en que participa el individuo, por lo que declaran
incorporar en la investigación psicológica una perspectiva social, cultural e
histórica más amplia. (Hjǿrland 1995; Frohmann 1999)
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
80
Estas críticas y otras similares han dado lugar a la aparición de una serie de
corrientes teóricas cuya característica fundamental es la importancia que se concede
a lo social, cultural, contextual.
Hjorland, en particular, aventura una opción al mentalismo y la subjetividad de los
investigadores cognitivos y reorienta la unidad de estudio: del nivel individual a las
comunidades humanas, sean estas sociales, disciplinarias o del conocimiento..
(Hjǿrland 1995)
Esta tendencia no es apenas la crítica al punto de vista cognitivo ortodoxo, sino
una nueva manera de asumir la visión cognitiva, integrando este enfoque al
universo sociológico y cultural, desplazando la atención de la estructura individual
del conocimiento a los “dominios del discurso” para las comunidades que
producen, intercambian y consumen conocimiento. (Hjǿrland 1995, 51)
El “análisis de dominio” que presenta Hjǿrland conforma una lectura de los
fenómenos informacionales que supera el dogmatismo del enfoque cognitivo. El
dominio del discurso o del conocimiento es un espacio científico o profesional con
estructuras únicas de comunicación, tipos únicos de documentos y combinaciones
informacionales específicas. Para identificar el dominio del discurso y la
comunidad disciplinaria o profesional de conocimiento, privilegia el contexto que lo
produce. (Hjǿrland 1995)
Los usuarios de la información, por ejemplo, son parte de un contexto determinado
y no se conciben individualmente. Sus necesidades de información se examinan
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
81
desde los intereses de la comunidad disciplinaria, social o cultural a la que
pertenecen. (Hjǿrland 1995)
El “análisis de dominio” concibe de otra manera la disciplina que estudia la
información e incluso el tipo de información particular sobre la que debe basarse:
la información científica y profesional, así como el objeto de la Ciencia de la
Información (que) es el estudio de las relaciones entre documentos, áreas de
conocimiento y discursos en relación con las posibles perspectivas de acceso de
distintas comunidades de usuarios. (Hjǿrland 2003, 9)
Esta tendencia inaugura una explícita entrada de la sociedad y la cultura en el
escenario informacional, con la peculiaridad de ser una mirada de la Ciencia de la
Información inequívocamente entendida como ciencia social.
El “análisis de dominio” no es una orientación que haya alcanzado carácter
paradigmático en esta disciplina, pero si se ha distinguido por ser un discurso con
pretensiones abarcadoras en los terrenos teóricos y practico. Otras perspectivas
de este corte, circulan en los círculos académicos y profesionales de la Ciencia de
la Información; de ahí que, desde la hermenéutica, la teoría critica, etc se
aventuren proposiciones, pero pocas con la amplitud y profundidad del “análisis de
dominio”
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
82
2.8 Ciencia de la Información y Posmodernidad
Comúnmente la posmodernidad se asocia a un conjunto de expresiones o
actitudes que, independientemente del grado de validez teórica, funcionan
ideológicamente como parte de la cultura, la sensibilidad o la situación espiritual al
final del siglo XX.
Se considera que la posmodernidad le corresponde una nueva época, un período
histórico distinto de la modernidad, que comienza con el desarrollo de la sociedad
capitalista en el siglo XVIII.
La posmodernidad, en los planos que interesan a este estudio, se caracteriza por
la desconfianza a las generalizaciones excesivas, construcciones normativas o
sistematizaciones muy fuertes, por un cuestionamiento del paradigma positivista
del modelo de ciencia, por ser contrario a una razón instrumental y autoritaria
poseedora de la verdad absoluta, por un rechazo al dualismo cuerpo-conciencia,
por impugnar las grandes utopías de la modernidad, por acentuar el individualismo
y sus valores, y por rechazar a la ciencia como ideal de verdad y progreso.
Una línea de indagación teórica significativa en estos años es la defendida por
Gernot Wersig.46 Su idea más sugerente es acerca del carácter de este campo de
conocimiento, para lo que se sirve de uno de los fenómenos más polémicos de los
finales del siglo XX, la posmodernidad.
Para Wersig, la Ciencia de la Información es un prototipo de ciencia posmoderna.
(...) La ciencia posmoderna no es igual a la ciencia clásica, movida por la
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
83
búsqueda de una comprensión completa de la forma en que funciona el mundo,
sino por la necesidad de desarrollar estrategias para resolver en particular
aquellos problemas que han sido causados por las tecnologías y las ciencias
clásicas. ( Wersig 1993, 3)
Varios aspectos deben ser analizados de la afirmación anterior: la contraposición
entre ciencia clásica y ciencia posmoderna, y la condición posmoderna que se le
asigna a la Ciencia de la Información.
Los elementos tipificadores de la posmodernidad son el referente de Wersig para
su noción sobre la Ciencia de la Información. En su búsqueda de una
caracterización de esta disciplina como ciencia posmoderna, realiza un examen
del papel del conocimiento en diversas etapas históricas y enfatiza uno de los
rasgos del siglo XX, el conocimiento convertido en elemento fundamental de la
dinámica económica de los países altamente desarrollados.
Considera que lo acontecido fue un cambio en el papel del conocimiento para los
individuos, las organizaciones y la cultura, y forma parte de un gran viraje que
algunos denominan posmodernismo. (Wersig 1993, 15)
La ciencia, a lo largo de su desarrollo, ha tenido la capacidad de solucionar
significativos problemas de la humanidad, lo que ha contribuido a la imagen que
tiene en los más diversos contextos.
Así como ha disipado dificultades y temores, ha generado otros y grandes
problemas. La contaminación ambiental, la manipulación genética y la explosión
46 Teórico alemán, profesor de la Universidad de Berlín y considerado uno de los más influyentes en este terreno.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
84
informativa, son buenos ejemplos de ello, por lo que se necesita frenar las
consecuencias no deseadas de la ciencia y la tecnología. (Wersig 1993)
Nuevas ciencias en el entorno posmoderno cumplen, pues, esa misión: la
Ecología y la Ciencia de la Información.
Las ciencias posmodernas no se ajustan a los esquemas tradicionales de las
ciencias clásicas. La ciencia posmoderna no puede organizarse de forma similar a
las disciplinas tradicionales; más bien debe organizarse como un campo de
estudio. (...) No se puede esperar que ese tipo de ciencia desarrolle en el sentido
clásico una teoría o una serie de teorías interrelacionadas. (Wersg 1993, 21)
La caracterización que Wersig introduce de la Ciencia de la Información es de
absoluta ruptura con los esquemas concebidos en los marcos del modelo de
ciencia generado en el contexto de la modernidad.
Aunque no se adentra en el análisis de las transformaciones que se producen en
la totalidad del saber científico y que conmueven sus cimientos desde la segunda
mitad del siglo XX, no es posible eludir la importancia de sus planteamientos en
torno a que la búsqueda de lo científico en la Ciencia de la Información deje de
transitar por los esquemas tradicionales.
En resumen:
1. La etapa critica de la Historia de la Ciencia de la Información se inscribe en
el contexto de una situación económica, política, social, científica,
informacional y tecnológica, marcada por el cambio y las transformaciones.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
85
2. El año 1980 marca el inicio de la implementación de una nueva política
económica en los países capitalistas desarrollados, el neoliberalismo, que
se instrumenta para dar respuesta a la crisis de los años 70,
particularmente en EE.UU.
3. La práctica económica neoliberal y su fundamentalismo mercadológico
impulsan el proceso de mercantilizacion de la información en todas sus
modalidades y soportes, facilitando la aparición y desarrollo de la Industria
de la Información y su espacio económico, el informacional.
4. Los cambios económicos y las transformaciones tecnológicas en la
electrónica y las telecomunicaciones, en estos años, facilitan la elaboración
de un nuevo discurso en el terreno social con la creación de la Sociedad de
la Información.
5. El modelo de ciencia de la modernidad pierde progresivamente su papel
hegemónico, postulándose nuevas concepciones de la cientificidad.
6. Las ciencias sociales de los finales del siglo XX debaten sus fundamentos
epistemológicos y metodológicos entre dos paradigmas: el explicativo, de
raíces positivistas y cientificistas, y el interpretativo, que propugna un
discurso propio del espacio humano y social.
7. La Sicología, uno de los espacios de conocimiento más influyente en el
campo de la Ciencia de la Información, desarrolla desde los años 60 de ese
siglo, una nueva perspectiva, el enfoque cognitivo, cuya idea del rescate
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
86
del mundo interior del sujeto es de significativa importancia en el universo
informacional.
8. El entorno intelectual de finales del siglo XX se distingue por un
cuestionamiento de los modelos cientificistas y naturalistas vigentes,
vislumbrándose en todos los espacios intelectuales un resurgimiento de la
subjetividad humana.
9. La Ciencia de la Información en su etapa critica descubre su pertenencia al
universo de las ciencias sociales y se incorpora al debate en torno al
rechazo del modelo positivista.
10. El enfoque cognitivo, desde finales de los años 70 del siglo XX, se
convierte en la plataforma teórica por excelencia, desde la cual se conforma
la armazón conceptual de la Ciencia de la Información de ese momento.
11. La tríada de conceptos en que se centra este estudio, información, usuario
y recuperación de información, refleja, desde sus especificidades, la
preeminencia de la perspectiva cognitiva.
12. La presencia de otras perspectivas teóricas en esta disciplina se evidencia
en la crítica al enfoque cognitivo ortodoxo, que introduce la necesidad de
apostar por las determinaciones sociales y culturales en cualquier
propuesta conceptual en el terreno informacional.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
87
Capitulo 3. La Ciencia de la Información y sus otras denominaciones
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
88
Es usual aludir solo a una “Ciencia de la Información” para referirse al campo de
conocimiento que es objeto de este estudio, pese a la existencia de más de una
denominación. Así se habla de “Ciencia de la Información” por los anglosajones,
“Informática” por los rusos, “Documentación” por los españoles y “Ciencias de la
Información y la Comunicación” por los franceses.
La existencia de estos apelativos no es gratuita. En rigor, son diversas formas de
asumir el desafío informacional que se desplegó a partir de la segunda mitad del
siglo XX, expresado en el crecimiento de la masa documental generada por los
avances científico-tecnológicos y en el determinante papel de la información en el
progreso económico.
Norteamericanos, soviéticos, españoles, franceses y otros, estructuraron
respuestas a la situación anterior a través de la conformación de espacios de
conocimientos que, con diversos nombres, convirtieron el espacio informacional,
de una u otra forma, en objeto de estudio.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
89
3.1 La Ciencia de la Información en Europa continental: Sus expresiones La Ciencia de la Información surgida en EE.UU va a ejercer una indiscutible
influencia en varios países, unos, siguieron el modelo de disciplina creado por los
norteamericanos, otros, intentaron responder al nuevo escenario informacional,
desde sus particularidades culturales; en el territorio de Europa continental, los
casos más relevantes son los de Francia y España.
El nuevo espacio de conocimiento informacional comienza a ser asumido en
Francia, con rasgos peculiares; por un lado, existe una tendencia que se siente
seguidora de la Ciencia de la Información anglosajona, y en consecuencia
conciben a esta disciplina como una materia autónoma; a su vez, otra vertiente
funda a partir del año 1972, un nuevo campo del saber, que denominaron Ciencias
de la Información y de la Comunicación, donde incluyen los saberes y practicas
propios de la información y la comunicación.
El propósito central de los seguidores de esta tendencia, no era otro que el de
enfatizar la posibilidad y necesidad de un estudio científico de la información y la
comunicación; ya que en esos años, no existía ninguna materia científica que
explícitamente se centrará en esos objetos.
Las Ciencias de la Información y la Comunicación son identificada por sus padres
fundadores (Robert Escarpit y Jean Meyriat, entre otros), por rasgos como los
siguientes:
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
90
- Postulan que, la comunicación es un proceso, donde la información es el
contenido, y una es incomprensible sin la otra.
- Pretende fortalecer la existencia de herramientas metodológicas propias, tales
como: el análisis de contenido, los análisis de audiencias, los estudios
bibliométricos e informétricos, etc.
- Subrayan que la comprensión de los procesos informacionales y
comunicacionales, no pueden obviar las mediaciones sociales y culturales.
Las denominadas Ciencias de la Información y la Comunicación de significativos
resultados teóricos y de fuerte influencia en los medios universitarios franceses, ha
tenido escaso impacto mas allá de las fronteras de ese país, pero ello no puede
minimizar la indiscutible importancia de este original enfoque de los estudios
informacionales.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
91
3.2 La Ciencia de la Información en la ex URSS: Particularidades de su
gestación, desarrollo y desaparición.
Este estudio en su intento por develar las razones que explican la aparición de la
Ciencia de la Información anglosajona, ha encontrado como factor esencial de ese
proceso, el cambio de escenario informacional que se produce posterior a la
Segunda Guerra Mundial en EE.UU, a partir de la confluencia de circunstancias
diversas, ya explicadas, en otra parte.
La URSS fue otro de los países vencedores en esa conflagración, con la
peculiaridad de haber desarrollado un modelo de sistema social, político y
económico radicalmente opuesto al vigente en Norteamérica, esta ultima
circunstancia va a desatar un antagonismo entre estos dos polos políticos que va
a dominar las relaciones internacionales en casi toda la segunda mitad del siglo
XX. Esta confrontación, denominada técnicamente, “guerra fría”, va a ser también
en la antigua Rusia zarista un factor impulsor de determinado desarrollo
informacional.
Es por ello, que puede afirmarse que las condiciones que propiciaron el
nacimiento de la nueva disciplina informativa en EE.UU, en alguna medida
también se dieron en la desaparecida URSS, sin dejar de apuntar determinadas
diferencias sustantivas.
Una de las primeras señales, dadas por la URSS de aquellos años, de que se
encontraba ante una coyuntura informacional excepcional, lo fue la de crear una
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
92
red de organismos de información que comprendía algunas ramas de la industria,
e instituciones científicas. Como centro rector de estas actividades, surgió en el
año 1952, un gran organismo para seleccionar, procesar, almacenar y difundir la
información, que pronto recibiría el nombre de Vsesoyuzny Institut Nauchnoy i
Tekhnichestkoy (VINITI), adscrito a la Academia de Ciencias de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, el cual posteriormente queda subordinado al
Comité Estatal del Consejo de Ministros de la URSS para la ciencia y la técnica y
recibió el nombre de Instituto Nacional de Información Científica y Técnica.
(Mijailov, 1968, 647).
Un rasgo distintivo desde este momento en ese contexto, es la restricción que le
dieron a la actividad informacional, esta solo se ocuparía de la información
científica y técnica.
La actividad de información científica entendida como la “rápida transferencia de
datos en el seno de la ciencia y entre la ciencia y otros tipos de actividad humana”
(López Yepes, 1995, 218) exigía así el desarrollo de una base teórica y un marco
disciplinario que contribuyera con la elaboración de las formas más racionales de
llevar a cabo dicha actividad.
En 1963 se comienza a proponer una nueva disciplina científica independiente
que dedicara sus esfuerzos al estudio del comportamiento y desarrollo de la
actividad de información científica; hecho que responde a la necesidad que existía
de – “identificar y estudiar las leyes que subyacen bajo el proceso de manejo y
transferencia de la información”. (López, Yepes 1995, 219). En 1966 se instaura
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formalmente una nueva disciplina; INFORMÁTICA, denominación que recibió en la
desaparecida URSS este nuevo campo de conocimiento, que se encargaría de
optimizar los procesos de la información científica en exclusiva, mediante su
recolección, registro, procesamiento, analítico-sintético, almacenamiento,
recuperación y difusión. (Moreiro, 2001)
Durante estos primeros años de fundación, los autores e investigadores soviéticos
van a destinar sus esfuerzos en especificar a profundidad cuáles serán las
características esenciales que definirán a esta nueva disciplina científica; llamada
Informática Dan a conocer los argumentos que definen su objeto de estudio y los
métodos de la misma, realizan investigaciones para precisar las características de
los distintos tipos de documentos que pudieran ser utilizados como fuentes de
información científica, cuáles serán los adecuados métodos de procesamiento
analítico-sintético de tal información, los principios conforme a los cuales se llevará
a cabo la búsqueda de información y los medios para mecanizar y automatizar
dicha búsqueda. (López, Yepes, 1995)
Otro rasgo distintivo de la Informática soviética, lo fue su sólido aparato y
fundamentación conceptual. Desde sus años iniciales esta vertiente disciplinaria
elaboró categorías, conceptos y leyes especificas para su espacio, con la
peculiaridad de fundamentar su posición teórica, desde determinada concepción
filosófica; el marxismo-leninismo.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
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A mediados de los años 80 en la URSS se produjeron cambios cardinales en la
economía y la organización socio-política de su estado. La aparición de las nuevas
relaciones sociales propuestas, provocó la inestabilidad económica, una inflación
galopante, una lucha enconada entre las fuerzas políticas, una tirantez social y un
aumento de los conflictos interétnicos. Se inició también una erosión gradual de
valores morales e ideológicos que hasta el momento sostenían a la sociedad
soviética. (Rodríguez, Araujo, 2003)
En 1991, la Unión Soviética deja de existir y con ella el sistema socialista de
estado. La sucede la Federación Rusa. La desintegración de la URSS y la
transición hacia el capitalismo significó un vuelco total en el desarrollo de la
Informática.
- Los cambios estructurales y organizacionales provocaron el colapso de su
sistema de información científico- técnica que apoyaba sus funciones y tareas en
la dirección y financiamiento del gobierno socialista.
- El financiamiento destinado al desarrollo y apoyo del trabajo de los centros
informativos integrantes del sistema se agotó por completo.
- El número de publicaciones científicas editadas en la URSS decreció
notablemente, así como la posibilidad de adquirir importantes publicaciones
extranjeras, se tornó difícil la consulta de información actualizada que abordase
la temática científica y tecnológica.
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
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- Las instituciones integrantes de una sólida estructura de información, se
hallaron de repente aisladas y enfrentadas al hecho de comenzar a trabajar de
modo independiente, algo a lo que no estaban habituadas.
La teoría y la práctica informacional en la URSS de estos años, debido a su
estrecha relación con el aparato estatal e ideológico, sufrió todas las conmociones
resultantes de una sociedad afectada por cambios tan radicales, que dieron al
traste con su modelo ideológico, político y económico.
La Informática, como vertiente, dejó de existir en tanto su sustrato material e
ideológico desapareció.
En resumen:
1- La Informática en la URSS emerge, se desarrolla y desaparece como
campo de conocimiento, producto de determinadas condiciones políticas,
económicas y culturales, surgidas en ese país, donde la nueva disciplina
informativa va a ser expresión de un nuevo orden social.
Por ello su desaparición como área de conocimiento es consustancial a la
extinción del modelo de sociedad que allí existió.
2- La red de conceptos que conformaron a la Informática Soviética, tuvo la
característica de expresar determinado condicionamiento filosófico, el
marxismo-leninismo.
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CONSIDERACIONES FINALES: 1. Los cortes temporales establecidos en el siglo XX para enmarcar la historia de
la Ciencia de la Información en esos años, expresan la continuidad y ruptura de
ese proceso, donde el año 1945 señala el inicio, en tanto síntesis del conjunto
de factores expresados en una situación política, económica, tecnológica e
informacional que impulsa el surgimiento de la nueva disciplina. Mientras que
en la segunda mitad de los años 70 se conforma una coyuntura política,
tecnológica, económica, tecnológica, epistemológica e informacional
favorecedora a un nuevo cambio en esta área de conocimiento.
2. La Ciencia de la Información se originó y desarrolló bajo el imperativo del
cambio de papel de la información en la sociedad. El industrialismo y sus
vínculos con los cambios científicos y tecnológicos crearon una particular
situación informativa en los años anteriores a la segunda mitad del siglo XX,
que condujeron a una respuesta informacional expresada en la aparición de la
Bibliografía y la Documentación; a su vez, otra fase de ese proceso durante la
segunda posguerra mundial, generó una explosión informativa expresiva de
una nueva coyuntura que tuvo su respuesta en la aparición de este espacio de
conocimiento.
3. Prácticas políticas implementadas en EUA en los años de la segunda
posguerra incidieron en la conformación de la Ciencia de la Información en sus
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años fundacionales, dada la prioridad que las esferas gubernamentales le
dieron a la investigación científica y la información que la respaldaba, por
razones internas y externas; al igual que en los años 80 la instrumentación de
políticas impulsoras del neoliberalismo económico, aceleran el proceso de
mercantilizacion de la información y de creación de un sector económico
informacional, acontecimientos facilitadores de un nuevo reajuste al interior de
esta disciplina.
4. La Teoría Matemática de la Comunicación de Shannon y Weaver impacta el
proceso fundador de la Ciencia de la Información, al colocar en el escenario
intelectual de la época una nueva visión de la información y la comunicación,
que convierte a esta perspectiva en el referente teórico de los fundadores de
esta disciplina, expresado en la asimilación de la noción de información y
comunicación emanada de la misma.
5. El modelo de racionalidad derivado del empirismo y el positivismo sustenta los
primeros conceptos creados en la Ciencia de la Información en su etapa
fundacional, congruente con las aspiraciones de la comunidad académica
norteamericana de conformar una disciplina “rigurosamente científica”.
6. Las proposiciones conceptuales que se estructuran durante la etapa critica de
la historia de la Ciencia de la Información descansan en concepciones que
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subrayan la presencia de la subjetividad en la comprensión de la realidad
informacional, siendo el enfoque cognitivo la perspectiva más influyente en
este entorno. Por ello, la noción de información que se postula se distancia de
la visión fenoménica de los años fundacionales y se enuncia como una entidad
comprensible solo desde el sujeto; al igual que el usuario de información se
examina desde el mentalismo inherente a este enfoque.
7. La preeminencia de la perspectiva cognitiva es cuestionada desde mediados
de los años 90 del siglo XX, anunciándose nuevas lecturas de la problemática
informacional, que rechazan el internalismo mentalista de la ortodoxia cognitiva
y se postulan concepciones que introducen las determinaciones sociales y
culturales de los procesos psicológicos e informativos.
8. La etapa critica muy acorde con las coordenadas económicas, tecnológicas y
científicas en que se inscribe se replantea aspectos centrales del espacio
cognoscitivo informacional, tales como:
- la noción de información solo se concibe en interacción con la comunicación y
el conocimiento.
- las tecnologías infocomunicacionales se perciben distantes de la visión
instrumental vigente en la etapa precedente y se aprecian como componente
estructural del espacio de conocimiento.
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- la Ciencia de la Información como área de conocimiento enfatiza su
pertenencia al universo de la Ciencias Sociales, replanteando sus referentes
teóricos y precisiones conceptuales desde esta plataforma.
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EPILOGO Los estudios históricos en cualquier terreno están acompañados de un rasgo
distintivo: su carácter aproximado, estos siempre adolecen de la imposibilidad de
agotar su objeto de análisis.
La historia de la Ciencia de la Información que se ha expuesto en este estudio,
obviamente, esta también acompañada de la no exhaustividad; los
acontecimientos que la reflejaron, no fueron todos, las coordenadas en que se
situaron respondieron a la perspectiva o enfoque de este autor. No obstante, se
hizo factible introducir una mirada que develara conexiones, interdependencias
que otras historias del campo no exploraron.
La Ciencia de la Información emana de una coyuntura epocal excepcional, los
titubeos que tipifican sus expresiones teórico discursivas, son señales inequívocas
de sus circunstancias, que no impidieron una progresiva precisión de su identidad
y legitimidad.
Si bien, el análisis expuesto se hizo en dos tiempos, estos no fueron mas que
maneras de mostrar lo que la propia realidad de los acontecimientos imponía. En
rigor, se ha expuesto una sola historia, con la continuidad, discontinuidad y
rupturas que el decursar en el tiempo de ese particular espacio de conocimiento
reveló.
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Después de esta inmersión en casi medio siglo de historia informativo disciplinaria,
en los marcos de un entorno ya trascendido, la lógica de este análisis nos coloca
ante el otro tiempo, el que aun no es, el que esta por ser.
En esta ultima dimensión solo es posible aventurar suposiciones, conjeturas;
aunque en mas de un caso la apoyatura en lo acontecido y analizado, justifica mas
de una de las consideraciones en torno a los retos, desafíos y tendencias de la
Ciencia de la Información.
Uno de los temas que la comunidad profesional del espacio informacional
reconoce como polémico, es el referido a las relaciones entre la Bibliotecologia y
la Ciencia de la Información como campos de conocimientos. Subordinación,
exclusión e inclusión son los tres términos que pueden servirnos para agrupar las
posiciones de diversos autores en torno a la relación entre estas disciplinas
informativas, con otras palabras:
- Subordinación, concibe a la Bibliotecologia como subordinada a la Ciencia de
la Información.
- Exclusión, considera que ambos son saberes independientes.
- Inclusión, propone una integración de ambos campos en un espacio único.
Son muchas las razones que sirven para sustentar las posiciones mencionadas, la
discusión es amplia al respecto, no obstante, una de las tendencias mas visible, es
aquella que apunta a la creación de un campo de conocimiento integrado que
agruparía a la Bibliotecologia y la Ciencia de la Información; pueden ser varias las
razones que sustenten este criterio, solo anoto que la futura integración no surgirá
Radamés Linares Columbié / Ciencia de la Información: su historia y epistemología
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solo de una discusión epistemológica, sino que será la realidad tecnológica y
cultural de los tiempos actuales y venideros, los que pautaran ese proceso. El
desafío informacional de la nueva época impondrá una disciplina única que
centre sus saberes y practicas en torno a la organización, representación, acceso
y disponibilidad de información potencial, pero desde una plataforma tecno
cultural.
Los procesos de humanización e integración a la cultura de las tecnologías
infocomunicacionales, hacen inevitable su imbricación estructural con este campo
de conocimiento, como espacio unificado.
Asociado a lo antes expuesto, esta la imprescindible conexión e imbricación con
las Ciencias de la Comunicación; la raíz comunicacional de los fenómenos
informativos no se reducen a la informatividad o no de los mensajes
comunicados, ni a la vigencia coyuntural de una u otra perspectiva teórico
comunicativa; sino, a una profunda unidad estructural.
Una fuerte inclinación del nuevo siglo es la ruptura de las fronteras disciplinarias y
la aparición de los estudios inter, pluri y transdiciplinarios, esta línea ofrece una
perspectiva fecunda para el segmento cognoscitivo antes mencionado. Si los
enfoques serán inter o transdiciplinarios lo dirán los acontecimientos y las
realidades por venir; lo cierto es que la insularidad disciplinaria no parece factible
en el contexto informacional.
La Ciencia de la Información se autodefine interdisciplinaria, pero en la practica
este carácter no tiene la dimensión dialógica debida. Es por lo cual, una de las
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urgencias de esta disciplina es evidenciar que existe para otras esferas del saber,
es imprescindible ofrecer, crear conceptos, teorías, metodologías, procedimientos
con capacidad para incidir, trascender mas allá de nuestro entorno. Solo así se
hará factible el reconocimiento académico perseguido desde los orígenes.
La existencia en el discurso ideológico de los poderes dominantes de esta época,
de una nueva propuesta de organización social, denominada Sociedad de la
Información o del Conocimiento y la incorporación al imaginario colectivo de esta
noción o mito ideológico, le impone a la disciplina de apellido homónimo, varias
interrogantes; es este otro de los desafíos que tiene este campo de conocimiento.
Las raíces de este fenómeno son complejas, lo innegable es que se impone un
reajuste al interior de la disciplina que reposicione su condición de campo
cognoscitivo. Por ello complace el innegable crecimiento de los estudios de corte
epistemologico, los mas recientes, distantes de los debates epistemológicos del
siglo precedente y cada vez mas centrados en la búsqueda de una plataforma
cultural, como sustento de teorizaciones caracterizadas por su pluralismo.
En resumen: los orígenes y desarrollo de esta materia a lo largo del siglo XX,
situaron y solucionaron desde las ópticas de ese tiempo los problemas que le
fueron planteados. El nuevo siglo se asoma con nuevos problemas, que es de
esperar que no se asuman con perspectivas y prácticas agotadas.
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