Pérdidas de sangre (loquios)
Durante los primeros 3 ó 4 días se puede presentar sangrado, a veces con
coágulos abundantes y de color rojo. Paulatinamente, los loquios se tornan
más escasos y se vuelven amarronados. Pueden durar hasta 15 días. En
general, no tienen olor desagradable. Si lo tuvieran, puede significar que se
está produciendo una infección; en este caso, la consulta con el obstetra
se hace imprescindible.
Se deben higienizar los genitales
externos entre 3 y 5 veces por día.
Para ello, se puede disolver una
cucharada de antiséptico iodado
en un litro de agua hervida y tibia, o
simplemente lavarse con agua y
jabón neutro. Se derrama esta
solución en los genitales (con una
jarra o recipiente), luego se seca
con un apósito o toalla limpia, y se cambia el apósito. No es conveniente el
uso de algodón porque se deshace. Si se realizó una episiotomía, se puede
utilizar el secador de pelo para secar la zona, ya que el hecho de que esté
seca ayuda a la cicatrización. Mientras duran las pérdidas, no se deben
usar tampones.
Contracciones
Se producen contracciones un poco dolorosas porque el útero se contrae
para retomar su tamaño habitual. Esto se produce especialmente cuando
se amamanta al bebé, pues se segregan hormonas que lo contraen. Son
los conocidos entuertos, que son más dolorosos en mujeres que ya han
tenido hijos.
Cansancio
Conviene dormir y descansar cuando el bebé duerme. Es importante pedir
ayuda a quienes puedan brindarla para descansar lo máximo posible.
Molestias al caminar y al sentarse
Esto se produce especialmente si se realizó una episiotomía. Ayuda
sentarse sobre almohadones.
Constipación
Generalmente después del parto es difícil ir al baño. Además se tiene la
fantasía de que esto será doloroso o abrirá los puntos de la episiotomía. Es
importante incorporar a la dieta vegetales, frutas, fibras y tomar mucha
agua.
Fiebre
En el caso de presentar temperatura superior a los 38 ºC, acompañada de
escalofríos, intenso dolor en el vientre, pérdidas de sangre amarillenta o
verdosa malolientes es importante consultar rápidamente porque puede
deberse a una infección uterina. Otras veces, la fiebre, en general de no
más de 37 ó 38 ºC, se produce por la tensión mamaria ante la bajada de la
leche (entre 2 ó 3 días después del parto).
Alimentación saludable después del parto
El aumento de peso es uno de los cambios más evidentes que se producen
durante el embarazo. En circunstancias normales suele rondar los 16
kilogramos, aunque no olvides que no hay dos mujeres iguales y, por tanto,
no hay dos embarazos iguales. En este sentido, piensa que la mayor parte
de estos kilos se acumulan durante el último trimestre del embarazo y que,
también, se pierden tras dar a luz.
Sin lugar a dudas, el posparto no es el momento más adecuado para
seguir una dieta estricta o hipocalórica ya que no debes regatearle
calorías a tu organismo en un momento como éste en el que tu bebé te
necesita con más energía que nunca.
Lo más recomendable es que hagas cinco comidas al día y que incluyas
en ellas alimentos de todos los grupos alimenticios en la proporción
adecuada.
Si además le estás dando el pecho al bebé, debes asegurarte de que
realizas un buen aporte de líquidos, ya que aproximadamente el 90 por
ciento de la leche materna es agua. Para ello, recurre a los zumos
naturales, al agua y las infusiones, en lugar de otro tipo de bebidas que
contengan un mayor índice calórico.
La lactancia ayuda a la recuperación.
Darle el pecho al recién nacido hace que disminuya el
sangrado posparto y que el útero vuelva antes a su forma
habitual
Si optas por la lactancia debes saber que no sólo beneficias a tu bebé sino
que, además, estás contribuyendo acelerar tu proceso de recuperación
física. Darle el pecho al recién nacido hace que disminuya el sangrado
posparto y que el útero vuelva antes a su forma habitual, con lo que tu
vientre estará plano mucho antes. Por otra parte, las reservas de grasa que
has acumulado durante el embarazo se van perdiendo al producir la
leche, con lo cual estás ayudando a aumentar la pérdida de peso.
La lactancia es compatible con todo tipo de alimentos, de hecho cuanto
más sana y equilibrada sea tu alimentación, mejor será para tu bebé. Del
mismo modo, también es compatible con el ejercicio físico y hasta con
algunas cremas reafirmantes, así que consulta a tu médico qué productos
son los más recomendables y no te escudes en ella para dejar de cuidarte.
En temas de necesidades nutricionales, la primero es que, durante el post
parto, tu alimentación debe ser saludable para que cubra tus necesidades
nutricionales, estés o no amamantando a tu bebé.
Durante el post parto, la fatiga acumulada durante el embarazo y el
comienzo del post parto, la alimentación y cuidado del bebé y las tareas
diarias, requieren de mucha energía, necesidades nutricionales especiales
y una adecuada ingesta de vitaminas y minerales. Estas necesidades
nutricionales pueden ser aportadas por una dieta de buena calidad y el
consumo de ciertos productos que aportarán a tus necesidades
nutricionales.
En el embarazo tu cuerpo sufrió grandes cambios. Las reservas de hierro,
calcio y vitaminas disminuyeron y, en algunos casos, aumentó tu
predisposición a contraer ciertas infecciones. Por eso, mímate, preocúpate
y lleva una alimentación equilibrada a tus necesidades nutricionales, para
que, durante tu post parto, sigas siendo una gran mamá.
¿Cómo satisfacer mis necesidades nutricionales en
el post parto?
Prepara a diario comidas que contengan los 5 principales grupos de
alimentos, así, tus necesidades nutricionales estarán cubiertas durante el
post parto.
Por ejemplo, puedes iniciar el día con un buen desayuno que contenga
ciertos productos como cereales para la energía, un jugo de fruta natural
para la rehidratación, y un vaso de leche para el calcio y las proteínas.
Lo principal para una mamá post parto es una dieta variada y placentera.
Toma bastante agua y consume productos lácteos en cada comida para
restituir tus reservas de calcio.
Otra de las necesidades nutricionales durante el post parto y, como una
forma de protegerte del riesgo de anemia, está la ingesta de alimentos
ricos en hierro. Recuerda que el hierro de las carnes y pescados se absorbe
mucho mejor en nuestro organismo que el hierro de origen vegetal y, por
ende, es mucho más efectivo a la hora reparar una deficiencia.
Recuerda que la vitamina C también incrementa la absorción de hierro.
Si tienes deficiencia de magnesio, hierro u otras vitaminas, a continuación
te entregamos una pequeña lista de comidas que te permitirán reconstruir
tus necesidades nutricionales para ser una súper mamá.
Magnesio
Existe magnesio en varios productos como la cocoa en polvo, las frutas
secas (damascos, dátiles e higos), las semillas (nueces, almendras y
avellanas), el chocolate Nestlé, algunas aguas minerales y Milo para la
leche.
Hierro
El hierro se encuentra en los siguientes productos:
Hierro de origen animal: carnes y sus derivados (hígado, riñones, corazón y
prietas), productos marinos (pescado, ostras, ostiones y almejas).
Hierro de origen vegetal: verduras (arvejas, habas, entejas y porotos), frutas
secas (pistachos, nueces, avellanas, almendras y maní), harina, galletones
de soya y productos fortificados como la leche.
Ácido Fólico
Las comidas relativamente altas en ácido fólico (más de 100 microgramos
por 100g) incluyen al hígado, espinacas, lechuga, almendras, nueces,
maní, melones, perejil y espárragos.
Otras fuentes adecuadas (entre 50 y 100 microgramos por 100 g) incluyen
al repollo, brócoli, porotos cocidos, betarraga, paltas, frutillas y huevos.
Como el ácido fólico es destruido por el calor, ingiere estos alimentos
crudos o evita cocerlos por períodos largos.
En Chile, las harinas de trigo están fortificadas con ácido fólico, por lo que
otros productos como el pan y las galletas también lo contienen.
Vitamina C
La encontrarás en la mayor parte de las frutas (como naranjas, pomelos,
limones, kiwis, mora, frutillas y papaya), y en ciertos vegetales verdes
(como perejil, pimentón, coliflor, repollos de Bruselas, repollo, repollo
morado y espinaca).
La vitamina C es muy sensible a la cocción, por lo que se recomienda a la
mamá cocer estos alimentos por poco rato.
*La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido. Se
recomienda la alimentación complementaria a partir de los 6 meses de
edad del niño.
Top Related