DEMOCRACIA Y LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS
DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO.
La democracia es la base esencial de cualquier abordaje que se
quiera realizar sobre los derechos humanos. En el plano de los sistemas de
protección de derechos humanos en Europa o en América, su existencia es
la condición sine qua non para su interpretación y aplicación teniendo en
cuenta que la expresión se encuentra tanto en el preámbulo de la
Convención Americana como en la Convención Europea de Derechos
Humanos.
En ese orden de ideas, el presente artículo pretende determinar cómo
la democracia se constituye en un elemento fundante de los sistemas de
integración regional en América y Europa en el campo de los derechos
humanos.
Para abordar la democracia es necesario hacerlo a través de tres
posturas. Una de carácter formalista o instrumental, otra sistémica y una
tercera sociológica. En cuanto al primer tipo de democracia, debe indicarse
que su preocupación radica sobre los aspectos jurídicos y formales de la
democracia. Su objetivo no es otro que sobrevalorar los procedimientos
formales de elección, sin tomar en cuenta los aspectos meta democráticos
que se sobreponen al simple mecanismo ciudadano de depositar un sufragio
en las urnas durante un periodo electoral.
Desde la teoría del derecho, no es posible concebir la democracia sin
la existencia de la libertad y la igualdad. Las teorías de extrema derecho o
marxista no pueden ser consideradas como democráticas.
Indiscutiblemente el tema de la democracia y los derechos humanos
ha cobrado en la actualidad una importancia tremenda no sólo en
ámbitos académicos e Institucionales, sino además, en ámbitos y contextos
cotidianos. La revalorización, por decirlo de algún modo, y el debate actual
alrededor de los derechos humanos, su protección, garantía y su violación o
irrespeto, coinciden con la globalización de la democracia, el auge de las
instituciones y fundamentalmente de la ciudadanía como centro y objeto de
los mismos.
De tal manera que en la actualidad es de suma importancia
crear las condiciones no sólo para el fortalecimiento de los sistemas políticos
democráticos, la propia sociedad civil, sino también y de forma
especial, lo concerniente al fortalecimiento del Estado de derecho, el
régimen de libertades y la imperante necesidad de crear instituciones,
organismos, mecanismos y una cultura en pro de la garantía y protección de
los derechos humanos.
Democracia y derechos humanos han sido históricamente tratados
como fenómenos distintos y que todavía hoy remiten a esferas políticas
diferentes: uno se refiere a la organización del gobierno, otro a la protección
jurídica del individuo en su singularidad.
Es bastante común escuchar que “la democracia es el sistema que
más beneficia a la defensa de los derechos humanos”, o que “la democracia
debe ser complementada por la promoción de los derechos humanos”, como
si éstos fuesen algo a ser añadido a aquella y que, en caso de que así no se
lo haga, supondrían un “peligro para la democracia”
Democracia:
Según las definiciones de la palabra democracia, el Oxford English
Dictionary “Gobierno por el pueblo”, la Columbia Encyclopedia la describe
como “un gobierno en el cuela el pueblo participa en dirigir las actividades del
Estado”.
La democracia, es el aquel sistema de gobierno, en el cual la
soberanía del poder reside y está sustentada, en pueblo. Es éste, por medio
de elecciones directas o indirectas, quien elige las principales autoridades del
país. Asimismo, es el pueblo, quien puede cambiar o ratificar a estas mismas
autoridades, en las siguientes elecciones populares. Por este motivo los
griegos hablaban de la democracia, como el gobierno del pueblo; de hecho
este es su significado literal.
Para conocer los principios democráticos antes se debe identificar la
esfera relevante de la democracia. La democracia está circunscrita al ámbito
político de las decisiones colectivas, es decir, pertenece al espacio de toma
de decisiones y creación de reglas por y para la colectividad, sea ella un
grupo, una familia, o una larga asociación, como sería el caso de un Estado.
La democracia pertenece a una esfera política de toma de decisiones
por y para la colectividad, un sistema de procesamiento de decisiones
colectivas podría ser dicho democrático a la medida que a los miembros
afectados por dichas decisiones correspondiese su elaboración. Los
principios democráticos por excelencia son “control popular” y de “equidad
política”.
Gobierno del Pueblo, por el pueblo y para el pueblo, eso es
democracia. Lo que es igualdad o equidad política, control popular o igualdad
social y gobierno del pueblo, aunque algunos prefieren hablar de “libertad
política” y de “igualdad política”, haciendo diferencia entre democracia y
poder del pueblo, ya que eso implicaría una anarquía en la que todos serían
iguales y nadie podría poner el “orden” que el estado representa.
La democracia constituye un ideal que pretende la libertad y la
igualdad de los seres humanos haciéndose efectivo en la práctica, a través
de un conjunto de normas e instituciones específicas, dando origen así a los
modernos sistemas políticos democráticos. Estos sistemas tienen una
existencia muy frágil, hallándose sometidos a riesgos constantes que
emanan tanto de su propio seno como de sus enemigos externos; siendo los
enemigos internos que los más daño le hacen a la democracia.
Derechos Humanos:
El ser humano siempre deseó condiciones de vida que le permitieran
desarrollarse en forma integral y vivir a plenitud. Para ello, desarrolló
mecanismos de convivencia que determinan su forma de relacionarse unos
con otros, de interactuar con el medio que los rodea y la manera de
proveerse de los instrumentos que garanticen su supervivencia y felicidad.
Los primeros seres humanos que poblaron la tierra lucharon muy
duro por su supervivencia. Tuvieron que enfrentarse a un medio natural
inhóspito. La necesidad de protegerse del frío los llevó a descubrir el fuego;
la necesidad de protegerse de los grandes animales los llevó a inventar
armas para su defensa; la necesidad de transportarse más rápidamente los
llevó a inventar la rueda. En la misma medida en que fueron descubriendo
sus capacidades de disfrutar una vida más plena, fueron surgiendo nuevas
necesidades.
Este proceso de conquista de un mayor bienestar se hizo más sólido
cuando ello comenzó a asumirse de manera colectiva, es decir, en la medida
en que se unían esfuerzos y se actuaba de manera conjunta y organizada.
Desde siempre los hombres y las mujeres luchan por sus derechos,
entendidos estos como satisfacción de necesidades para alcanzar un pleno
desarrollo de la vida y la dignidad humana.
Ubicación y Relación Histórico:
La palabra griega "democracia" ("el gobierno del pueblo") fue
inventada por los atenienses para definir un sistema de gobierno de la ciudad
en el cual las decisiones eran tomadas por la asamblea de ciudadanos(los
ciudadanos no eran ni mujeres ni esclavos ni extranjeros) y no por un rey o
emperador como en otras ciudades o imperios de la antigüedad.
La democracia romana era similar a la ateniense, aunque concediese
a veces la ciudadanía a quienes no eran de origen romano. El estoicismo
romano, que definía a la especie humana como parte de un principio divino, y
las religiones judía y cristiana, que defendían los derechos de los menos
privilegiados y la igualdad de todos ante Dios, contribuyeron a desarrollar la
teoría democrática moderna.
La mayoría de los procedimientos utilizados por las democracias
modernas son muy antiguos. Casi todas las culturas han elegido o al menos
aceptado a sus dirigentes mediante algún sistema de referendo popular en
algún momento de su Historia.
Ay en el Siglo XVIII y XIX, con la aparición de la idea de que todos los
varones adultos deberían votar, con independencia de su patrimonio y renta.
En 1780, el desarrollo de movimientos sociales que se identificaban a sí
mismos con el término democracia: Conflicto político entrearistócratas y
demócratas, que cambio la connotación negativa de la palabra democracia
en Europa, que hasta entonces se consideraba como sinónimo de anarquía,
a un opuesto de aristocracia.
Desde finales de la década de 1770, se da nuevas Constituciones que
describían y limitaban los poderes de los gobernantes, basándose en la
Carta Magna (1215) y la Bill of Rights (1689). Virginia Declaration of Rights
de 1776 (basada en la Bill of Rights británica) Constitución de los Estados
Unidos, ratificada en 1789. La Revolución francesa.
Cuando el sistema económico feudal hizo crisis y el advenimiento de
una nueva clase social comenzó a regularizarse a través del capitalismo
industrial, los problemas relacionados con el buen gobierno y la legitimidad
del orden jurídico de dominación llamaban a integrar en las instituciones de
los estados el cíclico poder del pueblo visto ahora en las clases obreras.
Relación entre democracia y derechos humanos:
La relación entre Derechos Humanos y Democracia puede ser
conflictiva, si por ejemplo el individuo que no es democrático en esas esferas
alega la protección de su derecho fundamental para sobreponerlo a los
principios democráticos.
La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público;
esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de
celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u
otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
los derechos humanos, herederos de la noción de derechos
naturales, son una idea de gran fuerza moral y con un respaldo
creciente. Legalmente, se reconocen en el Derecho interno de numerosos
Estados y en tratados internacionales. Para muchos, además, la doctrina de
los derechos humanos se extiende más allá del Derecho y conforma una
base ética y moral que debe fundamentar la regulación del orden geopolítico
contemporáneo.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha convertido
en una referencia clave en el debate ético-político actual, y el lenguaje de los
derechos se ha incorporado a la conciencia colectiva de muchas
sociedades. Sin embargo, existe un permanente debate en el ámbito de
la filosofía y las ciencias políticas sobre la naturaleza, fundamentación,
contenido e incluso la existencia de los derechos humanos; y también claros
problemas en cuanto a su eficacia, dado que existe una gran desproporción
entre lo violado y lo garantizado estatalmente.
El reconocimiento de derechos humanos por parte de los Estados y la
promulgación de diversos instrumentos para su protección no ha sido
garantía del respeto a los mismos. Según el Iusnaturalismo los derechos se
tienen como intrínsecos en la personalidad misma, mientras que para los
positivistas los derechos humanos deben ser establecidos en una norma
para que contengan el valor necesario, por su parte el utilitarismo enseña
que los derechos humanos son solo validos en los estados donde sea útil su
aplicación.
Aspectos relevantes
Numerosas ONG en el mundo se dedican a la defensa y promoción de
los derechos humanos en el mundo, en la imagen logo de Human Rights
Watch. Los derechos humanos tienen una creciente fuerza jurídica, en tanto
que se integran en las constituciones y, en general, en el ordenamiento
positivo jurídico de los Estados. También, en el ámbito de la comunidad
internacional, por su reconocimiento en numerosos tratados internacionales –
tanto de carácter general como sectorial; universal y regional – y por la
creación de órganos jurisdiccionales, cuasi jurisdiccionales o de otro tipo
para su defensa, promoción y garantía.
Además, debido a su aceptación, diversos derechos humanos se
consideran parte del Derecho internacional consuetudinario y algunos incluso
normas de ius cogens, tal y como han afirmado órganos internacionales
como el Comité de Derechos Humanos o la Corte Internacional de Justicia.
Entre ellos se encuentran la prohibición de la tortura y de la privación
arbitraria de la vida96 o el acceso a unas mínimas garantías procesales y la
prohibición de detención arbitraria.
Generaciones de derechos humanos
La división de los derechos humanos en tres generaciones fue
concebida por primera vez por Karel Vasak en 1979. Cada una se asocia a
uno de los grandes valores proclamados en la Revolución francesa: libertad,
igualdad, fraternidad.
Primera Generación:
Los derechos de primera generación son los derechos civiles y
políticos, vinculados con el principio de libertad. Generalmente se consideran
derechos de defensa o negativos, que exigen de los poderes públicos su
inhibición y no injerencia en la esfera privada.
Segunda Generación:
Por su parte, los derechos de segunda generación son los derechos
económicos, sociales y culturales, que están vinculados con el principio
de igualdad. Exigen para su realización efectiva de la intervención de los
poderes públicos, a través de prestaciones y servicios públicos.
Contradicción entre Primer y Segunda
Existe cierta contradicción entre los derechos contra el Estado
(primera generación) y los derechos sobre el Estado (segunda generación).
Los defensores de los derechos civiles y políticos califican frecuentemente a
los derechos económicos, sociales y culturales como falsos derechos, ya que
el Estado no puede satisfacerlos más que imponiendo a otros su realización,
lo que para éstos supondría una violación de derechos de primera
generación.
Tercera Generación:
Por su parte, la tercera generación de derechos, surgida en la doctrina
en los años 1980, se vincula con la solidaridad. Los unifica su incidencia en
la vida de todos, a escala universal, por lo que precisan para su realización
una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel planetario. Normalmente
se incluyen en ella derechos heterogéneos como el derecho a la paz, a
la calidad de vida o las garantías frente a la manipulación genética, aunque
diferentes juristas asocian estos derechos a otras generaciones: por ejemplo,
mientras que para algunos la protección contra la manipulación genética
sería un derecho de cuarta generación, para otros es una manifestación,
ante nuevas amenazas, de derechos de primera generación como el derecho
a la vida, la libertad y la integridad física.
La democracia y los derechos civiles y políticos
A través del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, son
consolidados en el Derecho Internacional los derechos de primera
generación así nombrados dada su concepción históricamente anterior a la
de otros derechos humanos actualmente reconocidos por la comunidad
internacional. Dichos derechos están basados fundamentalmente en la
propuesta liberal y en los valores democráticos emergentes en la segunda
mitad del siglo XVIII que resultaron en la proclamación por la libertad de la
Revolución Francesa.
El pacto se refiere a derechos tales como la libertad de circulación, la
igualdad ante la ley, el derecho a un juicio imparcial y a la presunción de
inocencia, la libertad de pensamiento, conciencia y religión, la libertad de
opinión y expresión, el derecho de reunión pacífica, la libertad de asociación
y participación en la vida pública y en las elecciones y la protección de los
derechos de las minorías.
Los derechos civiles y políticos son necesarios para la realización de
los principios democráticos, pero no establecen con ellos una relación
extrínseca, complementaria, sino que estos principios, llevados a cabo, se
materializan en algunos de los derechos mencionados; el derecho a la
libertad de expresión, de reunirse en asociación, de movimiento entre otros.
La democracia y los derechos económicos y sociales
Con el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales se buscó atender al llamado de la igualdad de la Revolución
Francesa, albergando así los derechos entendidos como de 2ª generación,
inspirados en las bases sociales de la política, llevados a cabo a finales del
siglo XIX y comienzos del XX. En este documento están tutelados tres tipos
de derechos:
a) el derecho al trabajo en condiciones justas y favorables;
b) el derecho a la seguridad social, a un nivel de vida adecuado y a los
niveles más altos de bienestar físico y mental que se puedan lograr;
c) el derecho a la educación y al disfrute de los beneficios de la
libertad cultural y el progreso científico.
Por fin, se estipula que estos derechos deben disfrutarse sin ningún
tipo de discriminación Cualquier observador del grado de incorporación de
las directrices jurídicas establecidas en ámbito internacional, en lo que se
refiere a los derechos de 1ª y 2ª generación, fácilmente concluiría que la
mayoría de los países de Occidente prima por ofrecer libertad política sin que
la igualdad política disfrute del mismo entusiasmo.
En América Latina, por ejemplo, mientras casi la totalidad de los
países reconoce ampliamente el derecho de voto, es de destacar su
incapacidad para atender a los reclamos del igualitarismo en lo que se refiere
al trabajo, salud, vivienda, educación y otros derechos esenciales para el
pleno ejercicio de la misma libertad otorgada con el sufragio.
La democracia y los derechos culturales
Hay dos tipos de derechos culturales que deben ser distinguidos. Uno
de ellos, se refiere al derecho a la educación y a los beneficios de la ciencia,
tema que está muy relacionado con los derechos económicos y sociales
tratados en el tópico anterior. La segunda modalidad de la cultura como un
derecho humano, que ahora nos pasa a interesar, está incorporada a la
normativa internacional como un derecho de las minorías para que disfruten
de su cultura particular y diversificada. Habría, pues, que establecer la
relación entre la democracia y esta expresión de la cultura.
Con este propósito, dos tareas están por realizar: en primero lugar,
tendríamos que abordar el debate en torno a la universalidad de este
derecho, puesto que todavía no está el mismo de todo superado; en un
segundo momento, el enfoque conllevaría a un debate instrumental en torno
a la gobernabilidad democrática y al mecanismo de representación
mayoritaria.
La Convención Americana de los Derechos Humanos:
La Convención Americana sobre Derechos (también llamada Pacto de
San José de Costa Rica o CADH) fue suscrita, tras la Conferencia
Especializada Interamericana de Derechos Humanos, el 22 de
noviembre de 1969 en la ciudad de San José de Costa Rica y entró en
vigencia el 18 de julio de 1978. Es una de las bases del Sistema
interamericano.
Los Estados partes en esta Convención se comprometen a respetar
los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna.
Si el ejercicio de tales derechos y libertades no estuviese ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados
partes están obligados a adoptar medidas legislativas o de otro carácter que
fueren necesarias para hacerlos efectivos.
Además, establece la obligación, para los Estados partes, del
desarrollo progresivo de los derechos económicos, sociales y culturales
contenidos en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, en la
medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios
apropiados.
Como medios de protección de los derechos y libertades, establece
dos órganos para conocer de los asuntos relacionados con el cumplimiento
de la Convención: la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y
la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
A la fecha, veinticinco naciones se han adherido a la Convención:
Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Dominica,
Ecuador, El Salvador, Grenada, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana,
Suriname, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Trinidad y Tobago
denunció la Convención Americana sobre Derechos Humanos, por
comunicación dirigida al Secretario General de la OEA, el 26 de mayo de
1998.
Ha sido complementada con:
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Protocolo de San Salvador), de 1988
Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos relativo a la abolición de la pena de muerte, de 1990.
Conclusiones:
La atención a los principios democráticos y el respeto de los derechos
humanos, concebidos y relacionados en los términos aquí expuestos, impone
que lo instrumental sea definido en foro local, de modo que las iniciativas de
la comunidad internacional deben nada más que apoyar las soluciones que
se formulen en ambiente endógeno, si lo que se pretende es facilitar la
creación de sociedades más justas, as entadas en un nuevo paradigma
de desarrollo autónomo, lo que no puede, bajo ninguna condición, servir de
excusa para la inejecución de programas de desarrollo relacionados con
determinados colectivos humanos.
A pesar de todos estos logros, la vigencia plena de los derechos
humanos no es, aún, una realidad en nuestro país ni en América Latina. Por
el contrario, existen serias amenazas a la vigencia de derechos ya
conquistados con mucho esfuerzo y al costo de muchas vidas. Por eso
nuestro reto, hoy, es doble: evitar retrocesos en los derechos alcanzados y
lograr el reconocimiento y disfrute de nuevos derechos para toda la
población, especialmente en lo concerniente a los derechos económicos,
sociales y culturales, donde existen enormes desafíos, entre ellos alcanzar
su justiciabilidad, en momentos cuando las tendencias de la economía
mundial impulsan su desconocimiento.
Hoy se demuestra, más que nunca, la necesidad de unidad y trabajo
coordinado para seguir construyendo la historia de los derechos humanos,
continuar luchando por su efectiva vigencia y lograr que la conquista de
nuevos derechos sea una realidad para las generaciones futuras.
Bibliografía
Democracia Radical. Douglas Lummis. Siglo XXI Editores. México DC
2010.
Reflexión Política (Revista). Año 10 Nº19 Junio de 2008, Editada Por
UNAB (Colombia)
Brewer – Carias A. (2002) La Crisis de la Democracia venezolana (La
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http://judic.blogspot.com/2007/05/acerca-del-pacto-de-san-jos-de-
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La democracia: un concepto base dentro de los sistemas de
protección de los derechos humanos. Francisco R. Barbosa Delgado. Revista
Derecho del Estado n.º 27, julio-diciembre del 2011, pp. 177-191.
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