Francisco Fernández Lombard
ESPA 3212 - Introducción a la literatura española II
Dr. Freddy Acevedo Molina
Primer examen: Parte 1
Los matices del renacimiento en la literatura del siglo XVI
La transformación del pensar es lo que divide diferentes épocas. Esta metamorfosis
se refleja en la transición entre dos paradigmas de pensamiento en cuanto los conceptos
previamente creídos se transforman o se substituyen por otros. Las innovadoras ideas que
vendrán a definir la nueva forma de pensar el mundo, y consecuentemente, el florecer de
una nueva época, que resulta en un ajuste de filtro por la cual una sociedad percibe e
interpreta su mundo. Este cambio paradigmático afecta la sociedad colectivamente
ajustando la expresión y creación artística de los individuos. Consecuentemente, los
individuos que componen este paradigma reflejan a través de sus escritos los matices
comunes del nuevo pensamiento. Distintas épocas en la historia son producto de cambios
en el pensamiento humano. Algunas de los paradigmas del Renacimiento que se discutirán
son el individuo como centro de su mundo, carpe diem y el humanismo. Al analizar estos
matices a través de la literatura española del siglo XVI, específicamente en la poesía
italianizante y el Teatro de Lope de Rueda, se podrán observar como estos matices
formaron el pensamiento del Renacimiento en el reino de Castilla y Aragón.
Los conceptos del individuo como centro de su mundo, carpe diem y el humanismo
son matices renacentistas que tiene muchas similitudes entre sí. El individuo como centro
de su mundo representa un cambio a la perspectiva individual de la experiencia humana.
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Transferir el enfoque de la experiencia a la interpretación del individuo permitió que se
reflejaran eventos mundanos desde la discreción particular del individuo. La propagación
de esta perspectiva fue desarrollando la idea de carpe diem que se traduce a “coger el día”.
El carpe diem es una frase alude la brevedad de la vida y sugiere vivir en el presente,
debido a que no conocemos el porvenir y el pasado es algo que ya no regresará. El carpe
diem se ata a la idea del individuo al darle importancia a cada momento mundano que vive.
El humanismo es un concepto que intenta reconocer la dignidad y el valor del ser humano,
considerándolo como un ser racional capaz de practicar el bien y encontrar la verdad. A
diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado
fundamentalmente desde una perspectiva teocéntrica, los humanistas valorizaron al hombre
desde una perspectiva terrenal. El humanismo se relaciona con ambos matices renacentistas
previamente mencionados ya que una crea un nuevo punto de partida para interpretar la
experiencia, la otra le da una nueva estructura a la interpretación de esa experiencia y el
humanismo es el concepto que acoge ambos. La actitud humanista propone que el ser
humano es capaz de usar la razón para llegar a la verdad y hacer el bien a través de su
propia perspectiva e interpretación individual. Estos matices inculcados en la forma de
pensar de la época se ven representados en las formas literarias del siglo XVI español.
En la tradición literaria del reino de Castilla y Aragón, el Renacimiento trajo nuevas
corrientes de forma en la literatura, como la poesía italianizante. Este estilo de poesía surge
del desarrollo de la poesía en Italia, en donde varias formas de poemas cogen auge, de las
cuales la más usada es el soneto. El soneto seguía una forma específica: (1) versos
endecasílabos, (2) dos cuartetos seguido por dos tercetos, (3) una rima A, B, A, B en los
primeros dos cuartetos y (4) la presencia de encabalgamiento. El nuevo estilo poético causó
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una ruptura en la fórmula de poesía tradicional. Juan Boscán introduce y se dedica a
promover la evolución hacia el nuevo formato endecasílabo, pero es con su buen amigo
Garcilaso de la Vega que se perfecciona la nueva métrica. El soneto se transforma en unos
de los medios predominantes para transmitir los nuevos matices renacentistas.
Al analizar los versos de Boscán, se pueden encontrar temas tales como el individuo
como centro de su mundo. En su poema CXXIX, Boscán proyecta la experiencia del
individuo. “[…] ¿por qué tras ti no me llevaste/ cuando de esta mortal tierra partistes? […]”
(Antología 6). Estos versos verbalizan un cuestionamiento ante el acto de la muerte desde
la perspectiva del individuo. Boscán provee al individuo con la voz cantante en la
interpretación de su experiencia y la proyección de sus deseos de poder ver a su amigo
fallecido. Esto se diferencia del anterior tratamiento del tema de la porque no usa el lente
cristiano para describir experiencia de la muerte. Boscán suplica al espíritu de Garcilaso
que lo visite para consolarle su perdida en la forma de un espectro: “[…] que o quisieras
honrarme con tu lado/ o a lo menos de mí te despidieras […]” (Antologia 6). Esta imagen
del espectro es algo individual que sale de la congoja de Boscán de haber perdido a su
querido amigo Garcilaso. Esta imagen del individuo como centro de su mundo reflejado en
la poesía de Boscán incluye sus pesares, dolores y perspectivas sobre la muerte.
La descripción que hace Boscán de Garcilaso en su poema CXXIX, “[…] que pocos
pasos tras el corriste/ en todo enteramente le alcanzaste […]”, refiriéndose a la vida de
riesgos que vivió Garcilaso, refleja ejemplarmente el carpe diem (Antologia 6). En su
soneto XXIII, Garcilaso verbaliza, a través de bellas metáforas, el concepto de aprovechar
el momento antes que el arrastre del tiempo lo hace desvanecer por el precipicio del
horizonte. “[…] coged de vuestra alegre primavera/ el dulce fruto, antes que el tiempo
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airado/ cubre de nieve la hermosa cumbre […] (De la Vega). Además, en su soneto XI,
puede verse el mismo tema de aprovechar el momento cuando dice: “[…] que o no podréis
de lástima escucharme/ o convertido en agua aquí llorando/ podréis allá de espacio
consolarme” (Antologia 3). La voz poética está argumentando que las ninfas que se pasan
labrando deben parar un momento a consolarlo ya que son tan bellas. Aquí se ve reflejado
el carpe diem a través de dos lentes. El de las ninfas que están labrando en vez de
aprovechar la belleza que tienen y estar con un hombre que las anhela; y la voz poética
melancólica, posiblemente por un amor pasado, que debería aprovechar la belleza presente
de las ninfas. Ambos lentes implican el mismo consejo de aprovechar el presente para
disfrutar la belleza de ese día, carpe diem.
Conjuntamente con las imágenes poéticas de Garcilaso y la nueva métrica de
Boscán, el teatro español también se transformó a través de los nuevos matices del
paradigma renacentista. Lope de Rueda fue uno de los primeros actores profesionales
españoles, y un dramaturgo de gran versatilidad que escribió comedias, farsas y pasos
(teatro breve populista). Presentó sus obras como Las Aceitunas por distintos pueblos y
ciudades de España. Su teatro se puede resumir en un conjunto de pequeñas obras, de
carácter cómico y realista, que se representaban en los entreactos de las comedias llamadas
pasos (Haro 259). Las contribuciones de Lope de Rueda al teatro también incluyen la
creación de la dirección escénica (Haro 259). Su teatro presentaba una temática relacionada
con asuntos del día a día y personajes de la vida cotidiana como las figuras del bobo y del
criado (Haro 260). La influencia humanista es integral en sus comedias, en las cuales
establece una visión de la experiencia cotidiana con un lenguaje coloquial para un público
que buscaba las ocurrencias mundanas en donde el protagonismo del ser humano era el
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centro de la trama de sus obras. La visión humanista representada en su obra Las Aceitunas
demuestra como los matices renacentistas se reflejan en la expresión literaria de la época.
Las Aceitunas se trata de la controversia entre los personajes de Toruvio y Agueda
sobre a qué precio deberían vender las aceitunas que todavía no han cosechado. Este asunto
presenta un problema muy mundano, a través del medio de la comedia de una pareja
peleándose y su hija, Mencigüela, entremedio de ellos y no sabiendo a quien obedecer.
Lope de Rueda expone la belleza de la mundanidad a través de la trama y resalta el uso de
la razón para resolver estos asuntos, como se puede observar con el personaje del vecino,
Aloja, que le soluciona la disputa de la pareja. Aloja luego concluye la obra con: “Hora por
cierto, que cosas vemos en esta vida, que ponen espanto Las aceitunas no están plantadas y
ya las habemos visto reñidas. Razón será que dé fin a mi embajada” (Antologia 19). Lope
de Rueda alude claramente al uso de la razón para solucionar el problema mundano y
disfrutar el presente sin preocuparse por las aceitunas que todavía ni se han cosechado. Esto
refleja el humanismo presente en el teatro del renacimiento español en relación con los
otros dos matices analizados.
El siglo XVI en el Reino de Catilla y Aragón produjo literatura que reflejaba el
nuevo paradigma de pensamiento del Renacimiento. Este paradigma es evidenciado en las
nueva formas literarias españolas renacentistas como el soneto o el paso mediante la
presencia de las matices del individuo como punto de partido de la experiencia humana, el
concepto del carpe diem y el humanismo en las obras de diferentes autores. El cambio fue
paradigmático ya que trata de ideas que fueron sedimentadas como parte de la sabiduría
popular substituyendo la visión teocéntrica de la Edad Media, y la literatura ha tenido un
papel fundamental en verbalizar como ha ido evolucionando el pensamiento humano.
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Bibliografía
Acevedo, Dr. Freddy. Antología De Lecturas (De Garcilaso De La Vega a Miguel De
Cervantes Saavedra). ESPA 3212 ed. Río Piedras: UPR - Recinto De Río Piedras,
2015. Impreso.
De La Vega, Garcilaso. "Soneto XXIII." Antología De Poesía Española. Fred F. Jehle Y
Vern G. Williamsen., 17 Nov. 1999. Web. 8 Mar. 2015.
Haro, Pedro. "El Teatro Anterior A Lope De Vega." Historia Breve De La Literatura
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