Hacia una nueva era. (Síntesis del Manual 22.CEPAL)
Los desafíos de la nueva era exigen un nuevo modo de enfrentarla, donde la facultad
característica del ser humano que es el conocer, su curiosidad por saber, debe ser tratada
como el principal valor de cambio para el desarrollo de la empresa humana. Es la
denominada gestión del conocimiento, el tratamiento de este tal como si fuera una
mercancía más, y de hecho es la más valiosa. Porque este es el milenio de la
información según muchos, pero más que la información, que es el uso de datos y nada
más, es el aprovechar esta capacidad que tiene el género humano de aprender y aplicar,
si, en cada persona del mundo hay un capital que puede ser explotado en pos de una
mayor eficiencia, cada hombre y/ mujer tiene esta facultad.
Los países que han comprendido esto han dado el salto necesario hacia el desarrollo,
haciendo uso de la gestión del conocimiento para enfrentar las desventajas de las post-
guerras, de la falta de recursos naturales y la alta competencia que ofrece el sistema de
libre mercado. La gestión del conocimiento responde al auge de la teoría luhmanniana
de sistemas en el fin de siglo y la ya imparable teoría de la información gestada en la
década de los 70’ con el auge de la computación. Estos dos factores nos han trasladado
a una era post-capitalista donde la inmediatez y las acciones dinámicas se convierten en
la carta para lograr el éxito; así, con una eficiente gestión del conocimiento y una fluida
comunicación nos embarcamos en la aventura de encontrar este nuevo sistema de
funcionamiento para las empresas.
Es aquí donde el rol de las instituciones educacionales toma una preponderancia sin
antecedentes, ya que son estas las productoras de capital, las generadoras de
conocimiento. También es la hora del auge de nuevas profesiones relacionadas con el
conocimiento, su gestación, su distribución, su actualización y su almacenamiento, y
también es el momento donde surgen nuevas formas de enfrentar la organización
estructural de las empresas, tanto públicas como privadas; ya no estamos ante la
presencia de una estructura rígida y granítica, sino que es la innovación la que recorre el
esqueleto de esta corrigiendo, y más que todo, creando actualización de saberes.
Sólo así se logrará que las empresas atraviesen este nuevo obstáculo llamado siglo XXI,
donde el sistema capitalista debe mutar hacia un sistema de generación de conocimiento
aplicable y traducible a tecnología y eficiencia, y donde las personas juegan un papel
central, adaptando el ambiente de trabajo estructurado del siglo pasado a una flexible
organización que permita el tratamiento adecuado del conocimiento, en otras palabras:
el conocimiento es la nueva mercancía, y el ser humano es la materia prima.