REVISTA
DE LA PONTIFICIA
UNIVERSIDAD CATÓLICA
DEL ECUADOR
No. 79 • Septiembre 2006 • Quito - Ecuador
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR RECTOR Dr. Manuel Corrales Pascual, S.J VICERRECTOR Ing. Pablo Iturralde Ponce
DIRECTOR GENERAL Ing. Galo Cevallos Ricaurte ACADÉMICO DIRECTOR DEL CENTRO Magíster Jesús Aguinaga Zumárraga DE PUBLICACIONES
MIEMBROS DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL CENTRO DE
PUBLICACIONES
PRESIDENTE Magíster Jesús Aguinaga Zumárraga VOCALES Dr. Hugo Reinoso Luna
Dr. Fernando Miño-Garcés Ing. José Chacón Toral Dr. Luis María Gavilanes Del Castillo
IMPRESIÓN: Qualityprint Cía. Ltda.
Centro de Reproducción Digital (XEROX – PUCE) Av. 12 de Octubre y Robles
(Pontificia Universidad Católica del Ecuador) Teléfonos: (593-2) 2547-548 / 2547-691 / 2546-668 2565-627 ext: 1330
CORRECCIÓN DE ESTILO: Lic. Juan Carlos Andrade Y ORTOGRAFÍA: Centro de Publicaciones Av. 12 de Octubre y Robles PUCE Apartado N° 17-01-2184
Telf. 2991711 ISSN: 1013-89 X
Registro de derecho autoral: 010645
Quito – Ecuador
ÍNDICE
A nuestros Lectores 3
Dr. Jesús Aguinaga
Consagración Episcopal de Monseñor René 5
Coba Galarza como Obispo Auxiliar
de la Arquidiócesis de Quito.
Mons. René Coba Galarza
Vigésimo Quinto Aniversario de 10
Fallecimiento del Dr. Julio Tobar Donoso
Mons. Antonio González Zumárraga
Discurso de agradecimiento con ocasión 17
del acto de Presentación Del Libro ―La Iglesia
Modeladora De La Nacionalidad‖
Dra. Rosario Tobar
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: Su contribución 25
a la Historia Literaria Ecuatoriana
(Breve Nota)
Josep M. Barnadas
Estudio de la concordancia. 38
Dr. Fernando Miño-Garcés, Ph.D.
Dictamen de los países garantes = laudo 67
arbitral. Una ecuación con más de una
incógnita.
Dr. Íñigo Salvador Crespo
Manuelita Sáenz. 123
Dra. Fanny Carrión de Fierro
La negociación de conflictos: Un modelo 136
para ganar-ganar.
Mgtr. Fausto Segovia Baus
Región amazónica ecuatoriana ―el valor de 143
la conservación de sus áreas protegidas‖.
Dra. Ana Alexandra Andino
Dr. Juan Carlos Tufiño
Pedagogía de la esperanza. 154
Dr. Jesús Aguinaga
Ecuador en la 94ava reunión del mar. 162
Dr. Milton Ayala Castro.
3
A NUESTROS LECTORES
La Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a
través de su Centro de Publicaciones, presenta su
revista general académica No. 79, con importantes
y variados artículos que enfocan temáticas de
actualidad a nivel académico y que tratan de
responder a los intereses y a las necesidades del
mundo de hoy: Temas sobre lingüística, que
ayudarán a comprender y a ejercitarse mejor en el
idioma; temas históricos como para recordar
nuestro pasado heroico y ejemplarizador y para
impulsarnos hacia nuevas conquistas; jurídicos,
referentes a la problemática de nuestro país y sus
relaciones internacionales; acerca de ecología, al
descubrirnos la riqueza natural de nuestra patria;
pedagógicos, sobre propuestas que para algunos
pueden ser innovadoras... En fin, todo contribuirá a
informarnos y a formar mejor nuestro criterio
respecto a estos tópicos, lo que repercutirá en
beneficio de la comunidad universitaria y de la
sociedad en general.
El presente número, en la persona de cada uno de
los integrantes del Centro de Publicaciones, saluda
a su Rector, el Doctor Manuel Corrales Pascual,
S.J., en el primer año de su acertada gestión, y le
reitera su testimonio de afecto, respeto y
admiración.
4
Agradece a sus colaboradores por tan valioso
contenido y les pide, para el presente año que lo
estamos iniciando, continuar con las reconocidas
contribuciones de sus artículos, para bien de los
lectores.
A todos los miembros de la Comunidad
universitaria con sus respectivas Sedes y en
especial, al Cuerpo Docente, les invitamos a
participar con sus artículos sobre temas académicos
(ciencia, técnica, arte...) y de fe, en este órgano
universitario de difusión y de formación.
Respetados lectores, disfrutemos de los diversos
contenidos que nos ofrece el contacto con este
libro.
Magíster Jesús Aguinaga Z.
DIRECTOR
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
5
CONSAGRACIÓN EPISCOPAL DE
MONSEÑOR RENÉ COBA GALARZA
COMO OBISPO AUXILIAR DE LA
ARQUIDIÓCESIS DE QUITO
René Coba Galarza
―Estoy contigo...‖ (Hechos 18, 9)
Mi alma proclama la grandeza del Señor y mi espíritu se
alegra en Dios mi Salvador‖
Queridos hermanos:
Es la Hora de la Gratitud, el último Sínodo Mundial pone
al fuego la figura y misión del Obispo, llamándolo
Servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza
del mundo. El Obispo tiene que ser Siervo y apoyo en el
camino de la esperanza; un cristiano elegido por Dios
para continuar la misión apostólica, para ser hermano,
padre y amigo de todos; heraldo de la fe; dispensador de
los misterios de Dios y de la Gracia; sucesor de los
Apóstoles; hombre de Oración; pastor al servicio de la
Unidad y esperanza para facilitar un encuentro con
Jesucristo vivo, para avanzar por los caminos de la
comunión y de la solidaridad. Este es el reto que con la
Ordenación sagrada asumimos.
Infinitas gracias a Dios Santísima Trinidad, familia y
comunidad de amor; a Dios Padre, que nos creó; a
Jesucristo, Pastor y Obispo de nuestras vidas, que con su
René Coba Galarza
6
sangre nos redimió; a Dios Espíritu Santo, Señor y Dador
de Vida, que nos ha ungido con su fuerza.
Gracias, gracias a la Iglesia Madre, Sacramento de
Salvación, en la persona del Santo Padre Benedicto XVI
que me eligió para ser Pastor y servidor; al Excmo. Sr.
Nuncio Apostólico que manifestó esta voluntad de Dios.
Gracias, gracias a Ustedes Padres y Hermanos de la
Conferencia Episcopal Ecuatoriana por su unidad y
presencia, por sus palabras y ejemplo en el servicio
episcopal; gracias por los diez años que me permitieron
compartir y colaborar con ustedes en la Conferencia
Episcopal donde los fui conociendo y admirando en cada
una de las jurisdicciones eclesiásticas.
Gracias al Señor Cardenal Antonio González, a Mons.
Juan Larrea Holguín quienes aunque físicamente lejos,
son tan cercanos por la oración ofrecida por nuestro
ministerio pastoral.
Gracias, gracias al Sr. Arzobispo de Quito, Mons. Raúl
Vela, por su ejemplo y tenacidad. Desde hace tres años
como su Vicario General me ha permitido compartir la
cruz y la ilusión de ir forjando poco a poco una Iglesia
particular de Quito más viva y evangelizadora.
Gracias, gracias a ustedes hermanos sacerdotes, ejemplo
y reto para mi vida, particularmente al Presbiterio de
Quito. Soy uno de ustedes desde hace 24 años. Nos
conocemos muy bien, y los invito A REMAR MAR
ADENTRO y comprometernos juntos para ser signo
Consagración Episcopal de Monseñor René Coba Galarza como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Quito
7
colectivo de Cristo Buen pastor, como soñaba nuestro
querido y recordador Cardenal Pablo Muñoz Vega S.I.
Gracias a ustedes queridas religiosas. ¡Cuántos rostros
queridos! La Vida Consagrada es una bendición para la
Iglesia. Cuento con su oración, y testimonio.
Gracias a la Pontificia Universidad Católica, y a su
Facultad de Teología donde, desde hace 20 años como
profesor, he conocido a los sacerdotes que se han ido
ordenando en este tiempo.
Gracias a Uds. hermanos laicos, fuerza viva de la Iglesia,
SOY OBISPO PARA USTEDES PERO CRISTIANO
CON UDS. COMO DECÍA SAN AGUSTÍN. Hermanos
de los movimientos y grupos apostólicos construyamos
juntos una Iglesia, con la fuerza del Espíritu Santo, más
viva y comprometida.
Gracias a mis dos amores: al primero que nunca se
olvida, a la Parroquia Querida de Cangahua, al trabajo
con la Pastoral indígena, al Pueblo que me enseñó a ser
Cura. Y a ustedes queridos hermanos y hermanas de
Chimbacalle con quienes nos hemos ido forjando para ser
una comunidad de comunidades a lo largo de los años.
Déjenme decirles desde este lugar sagrado el verso de la
canción popular: CHIMBACALLE DE MI VIDA, YO
NUNCA TE OLVIDARÉ, PORQUE TÚ ERES EL
TESTIGO DEL AMOR QUE YO ENCONTRÉ:
JESUCRISTO SEÑOR Y PASTOR.
René Coba Galarza
8
Concluyendo ya...Gracias, gracias a ustedes mi familia, a
mis padres, al TESORO DE MI VIEJITA, su ejemplo y
trabajo nos formó, a mis hermanos que comparten la
tarea codo a codo.
Una palabra de gratitud especial al querido Padre Aurelio
Rodríguez, por su ejemplo y tenacidad, porque él es un
reto cada día para nosotros sacerdotes.
MI PALABRA FINAL DE GRATITUD ES PARA
ELLA, QUE LO HA HECHO TODO, A LA VIRGEN
MARÍA ¡ESTRELLA DE LA EVANGELIZACIÓN!
QUERIDOS HERMANOS LES PROMETO SER
SERVIDOR Y PASTOR. ¡RECEN POR MI PARA QUE
ASÍ SEA!
ESTOY CONTIGO NOS DICE EL SEÑOR A CADA
UNO. ME DICE A MI: ―ESTOY CONTIGO‖. YO LE
DIGO A ÉL: ―ESTOY CONTIGO‖. ÉL LES DICE A
CADA UNO DE USTEDES: ―ESTOY CONTIGO‖, YO
LES DIGO A USTEDES: ―ESTOY CONTIGO‖. ESTE
ES EL LEMA DE MI EPISCOPADO.
Dice un Santo Obispo: ―He recibido un peso mayor del
que pueden sostener mis hombros, no soy digno de este
Ministerio. Pero confiando en Dios y poniendo en Él mi
confianza he aceptado. Él mismo me ayude y me confiera
la gracia para que mi oración, lo mismo que mi acción,
tengan buen comienzo y feliz término.‖
¡DIOS LES PAGUE A TODOS!
Consagración Episcopal de Monseñor René Coba Galarza como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Quito
9
+ RENÉ COBA GALARZA
OBISPO TITULAR DE VEGESELA
DE BIZACENA Y AUXILIAR DE QUITO
Catedral Metropolitana, 11 de agosto 2006
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
10
VIGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO DEL
FALLECIMIENTO DEL DR. JULIO
TOBAR DONOSO
Cardenal Antonio J. González Z.
“Las Almas de los justos están en las manos de Dios y no
los alcanzará tormento alguno…; pero ellos están en la
paz…Su esperanza estaba llena de inmortalidad”
(Sabiduría 3, 1ª b.3b.4b.)
El pasado viernes 10 de marzo se cumplieron los
veinticinco años del fallecimiento del Dr. Julio Tobar
Donoso, acaecido en 1981. Para celebrar el vigésimo
quinto aniversario del natalicio, para la gloria del cielo,
de tan insigne personalidad, hemos sido convocados,
principalmente por la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador, para celebrar esta Eucaristía de aniversario de
su incorporación al Misterio Pascual de Cristo y para ser
testigos del lanzamiento de la Reedición de su obra
principal “LA IGLESIA MODELADORA DE LA
NACIONALIDAD”, aparecida en 1953.
En esta Eucaristía de aniversario, el pasaje del libro de la
Sabiduría que ha sido proclamado como primera lectura
nos ha recordado que el alma del Dr. Julio Tobar
Donoso, en cuanto ―alma de un justo, ya está en las
manos de Dios y no le alcanzará tormento alguno; él está
en paz eterna y su esperanza está llena de inmortalidad‖.
Vigésimo Quinto Aniversario del Fallecimiento del Dr. Julio Tobar Donoso
11
Por tanto, demos gracias a Dios en esta Eucaristía porque
concedió a la Iglesia, que peregrina en el Ecuador, un
cristiano y un católico fervoroso que, con su actividad
apostólica y apostolado social, fue un verdadero testigo
de Cristo.
1. El Dr. Julio Tobar Donoso un cristiano y un
católico fervoroso.
La Providencia Divina hizo que el Dr. Julio Tobar
Donoso naciera el 25 de enero de 1894, en Quito, en un
hogar de sólidas convicciones cristianas formado por
Don Julio Tobar Yépez y doña Mercedes Donoso Freile,
quienes influyeron decididamente en el crecimiento y
educación del cristiano, hijo de Dios y miembro de la
Iglesia, que fue aquel niño desde el sacramento del
bautismo. A los siete años de edad perdió a su madre y
recibió la austera orientación ejemplar que le dio su
padre, a quien perdió a los veintinueve años de edad.
Recibió una esmerada educación cristiana primero en la
Escuela de El Cebollar, regentada por los Hermanos de la
Escuelas Cristianas de la Salle, en tiempos del Santo
Hermano Miguel; luego en el Pensionado Elemental
―Pedro Pablo Borja‖, prestigioso establecimiento de
educación católica de Quito que comenzó a funcionar a
principios del siglo veinte.
Su educación media la recibió en el Colegio ―San
Gabriel‖, regentado por la Compañía de Jesús, único
colegio católico que funcionaba en Quito. Doce años de
edad tenía Julio Tobar Donoso cuando, siendo alumno
del San Gabriel, ocurrió el milagro del 20 de abril de
Mons. Antonio González Zumárraga
12
1906. Él trató con sus compañeros internos, testigos de
aquella manifestación de amor y predilección de la
Madre Dolorosa por la niñez y la juventud ecuatorianas.
El suceso del 20 de abril acrecentó en Julio, durante su
adolescencia, su fervor cristiano y su devoción mariana.
Los estudios de jurisprudencia en la Universidad Central
del Ecuador no le impidieron seguir profundizando y
perfeccionando su formación cristiana, de manera que en
el joven Julio Tobar Donoso iba creciendo también el
católico militante. Militó en la Acción Católica,
eficazmente impulsada por el Papa Pío XI, y llegó a ser
Presidente de la Junta Nacional durante el arzobispado de
Mons. Manuel María Pólit Lasso.
2. El católico militante y el testigo de Cristo
Como militante católico, el Dr. Julio Tobar Donoso fue
uno de los más celosos precursores del apostolado de los
seglares en el Ecuador y de la Acción Social de la Iglesia.
Joven aún, con el afán de ser útil a la sociedad, se dedicó
a los estudios de las ciencias sociales y a la Acción
social: colaboró en la fundación y desarrollo del ―Centro
Católico de Obreros‖, fundado en Quito en 1906 como
una aplicación en nuestra Patria de las orientaciones
sociales en la Encíclica ―Rerum Novarum‖. Orientó sus
estudios hacia los campos de la sociología, del
cooperativismo y del mutualismo. Sus libros
―Catolicismo Social‖, ―Derechos y Deberes de los
Patronos y Trabajadores del campo‖, ―Cooperativas y
Mutualidades‖, ―Figuras del Catolicismo Social‖ y sus
actividades en la ―Conferencia de San Vicente de Paúl‖
Vigésimo Quinto Aniversario del Fallecimiento del Dr. Julio Tobar Donoso
13
son pruebas de su gran sensibilidad social y de su
preocupación de servicio a sus hermanos.
En ―Acción Popular‖, revista fundada por él, expuso con
claridad lo siguiente: “Nuestra orientación definida será
la popular, porque el pueblo ha merecido y merecerá
siempre nuestras preferencias. No pretendemos propagar
solamente ideas que estimamos regeneradoras, sino
suscitar iniciativas que contribuyan al mejoramiento de
la actual condición de las clases trabajadoras, sangre de
sus derechos y amigos sinceros”. (A. P. n. 1, 19 de
marzo de 1932).
En ―Catolicismo Social‖ y en ―figuras del Catolicismo
Social‖ demuestra su gran preocupación por los
problemas sociales y su versación en la Doctrina Social
de la Iglesia. Uno de los más graves problemas sociales
del Ecuador, el problema del indio, fue también objeto de
estudio y de la apremiante inquietud y sensibilidad del
Dr. Julio Tobar Donoso, quien participó en el ―Primer
Congreso Catequístico Arquidiocesano de Quito‖,
celebrado del 1º al 4 de junio de 1916, en el que se trató
no solo de la evangelización del indio, sino también de su
promoción humana y social, con un verdadero programa
de acción de la Iglesia a favor del indio ecuatoriano.
Fruto de la eficaz preocupación de Tobar Donoso por la
promoción y redención social del indio ecuatoriano en su
valiosa obra intitulada ―El Indio en el Ecuador
Independiente‖, editada en 1992 por la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador.
Mons. Antonio González Zumárraga
14
Como católico militante y gran apóstol seglar, Julio
Tobar Donoso actuó en política, en Acción Social, en el
desempeño de su profesión como abogado, como
historiador y como escritor y académico guiado e
iluminado por las luces de la fe y del Evangelio. En todas
las actividades de su vida se presentó siempre como un
fiel testigo de Jesucristo. Como fiel hijo de la Iglesia y
como competente jurista católico, asesoró acertadamente
al Nuncio enviado por la Santa Sede al Ecuador en la
redacción y suscripción, en el año de 1937, del ―Modus
vivendi‖ que regula las relaciones entre la Iglesia y el
Estado en nuestro país. Aquel tratado internacional,
todavía vigente, puso fin a un largo período de
hostilidades de los Gobiernos del Ecuador para con la
Iglesia y garantizó la libertad de acción de ésta para el
cumplimiento de su misión propia.
Su fervor religioso de católico practicante y su
competencia como historiador y jurista lo capacitaron
para escribir una de sus más valiosas obras, la intitulada
“La Iglesia Modeladora de la Nacionalidad”,
aparecida en 1953. Como ha expresado Gonzalo
Zaldumbide, este libro de Julio Tobar Donoso “siendo
obra de historia, es un libro exacto. Pero es además un
gran libro: infórmale un espíritu férvido al par que
lúcido, una fe que es amor vivo… Libro de historia, no de
polémica; obra de fe pero de exactitud documental
empapada en espíritu de oración”. (Homenaje Póstumo,
pág 60).
El catolicismo militante, el celo apostólico y la fidelidad
a la Iglesia del Dr. Julio Tobar Donoso se expresaron de
Vigésimo Quinto Aniversario del Fallecimiento del Dr. Julio Tobar Donoso
15
una manera diáfana en la decidida y generosa
colaboración personal que dio al entonces Arzobispo de
Quito, Monseñor Carlos María de la Torre, para la
fundación de la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador. Él es uno de sus fundadores. Fue Decano de la
Facultad de Jurisprudencia durante veinticuatro años.
Tobar Donoso tuvo la convicción de que la fundación de
la Universidad Católica del Ecuador era una de las
urgencias que la Iglesia tenía para la formación cristiana
de los dirigentes de la sociedad ecuatoriana.
Recordemos también que este católico militante y fiel
testigo de Jesucristo, fue también durante toda su vida un
fervoroso cristiano piadoso, que cultivó su unión con
Dios por medio de la oración y de la frecuente
participación en la Eucaristía. Cuando se celebró en
Quito el segundo Congreso Eucarístico Nacional del
Ecuador, en 1949, el Dr. Julio Tobar Donoso, como uno
de los más prominentes católicos del Ecuador, tuvo
brillantes conferencias o ponencias sobre el Sacramento
de la Eucaristía. En muchas ocasiones pude comprobar
que él fue asiduo participante de la Eucaristía y la
comunión de la Misa que a medio día celebraba, en la
iglesia de El Sagrario, Mons. Juan Larrea Holguín,
cuando conmigo era Obispo Auxiliar de Quito.
Su catolicismo militante, su cualidad de testigo fiel de
Jesucristo, su fervor piadoso y sus virtudes de cristiano,
de patriota e intelectual, son las razones y fundamentos
suficientes para que la Dra. Isabel Robalino haya
presentado al Señor Arzobispo de Quito y Primado del
Ecuador la instancia por la cual nuestro Prelado solicite a
Mons. Antonio González Zumárraga
16
la Santa Sede el “Nihil Obstat” para que se inicie, en la
Arquidiócesis de Quito, la Causa de beatificación y
canonización del Dr. Julio Tobar Donoso, a fin de que se
instruyan su vida, sus escritos, virtudes y fama de
santidad de este ―Siervo de Dios‖.
La personalidad del Dr. Julio Tobar Donoso se sintetiza
en esta doble faceta: ―El Testigo de Cristo‖ y ―El Patriota
sincero‖. Él mismo nos hizo esta confesión de la doble
faceta de su personalidad: “A pesar de mis faltas –nos
dice– solo he tenido en mi existencia los dos sublimes
ideales: Dios y Patria. Si he trabajado pasajeramente en
otros campos, ha sido también por demostrar mi amor
religioso al suelo natal y porque Cristo reinase en él y en
todas las almas redimidas con su sangre divina”. “ni
una sola fase se encontrará, por fortuna, en mis escritos
que no esté impregnada de estos dulces sentimientos”.
En fin, estimados hermanos y hermanas, en esta
Eucaristía que celebramos en el vigésimo quinto
aniversario del fallecimiento del Dr. Julio Tobar Donoso,
pidamos a Dios que glorifique a su servidor bueno y fiel
con la gloria de los santos. Así sea.
Homilía preparada por el Cardenal Antonio J. González
Zumárraga, Arzobispo emérito de Quito, para la Misa
del 25 aniversario del fallecimiento del Dr. Julio Tobar
Donoso, en el Centro Cultural de la PUCE, el 16 de
marzo de 2006, a las 18h00.
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
17
PRESENTACIÓN DEL LIBRO “LA
IGLESIA MODELADORA DE LA
NACIONALIDAD”
Rosario Tobar García
Monseñor Juan Larrea Holguín, al incluir el nombre de
mi padre como el mejor jurista de nuestro país, en medio
de una multitud de hombres prominentes en el ramo, me
ha recordado la famosa frase de Menéndez y Pelayo con
respecto a García Moreno. Gracias a Monseñor Larrea es
posible decir que Julio Tobar Donoso puede vivir
honrosamente en la historia.
Podría resumir su vida con una hermosa expresión del
actual Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier
Echeverría, que mi padre ―custodió a Cristo‖ en la
Escuela de los Hermanos Cristianos, en el Pensionado de
Mons. Pedro Pablo Borja, en el Colegio San Gabriel –sus
compañeros internos vieron llorar a la Virgen Dolorosa–,
en la Universidad Central, en su despacho como
Abogado, en la casa de los tres hermanos entrañables
Tobar Donoso, fuentes de brillantes generaciones, en el
Centro Católico de Obreros y en la Conferencia de San
Vicente de Paúl, en la asesoría y en la elaboración del
Modus Vivendi, en la Universidad Católica cuyos
estatutos estructuró con su Decanato de la Primera
Facultad durante 24 años y su cátedra de Ciencia Política,
en el Instituto de Cultura transformado en Casa de la
Cultura Ecuatoriana, en las Academias de la Lengua y de
la Historia, en la Corte Suprema de Justicia, en el
Rosario Tobar García
18
Instituto Hispánico, y en su biblioteca, legado
imperecedero de su saber con sus libros, folletos y
condecoraciones, aunque la mejor obra escrita es su
propia vida, según afirmó Xavier Villacís Argüello.
Allí, en la Biblioteca, recibía a los más cercanos, a veces
nos llamaba a sus hijos, a sus nietos y nietos políticos, a
sus sobrinos, a la par asesores y coautores, todos honra
de la familia. En particular, al Embajador Alfredo Luna
Tobar, en el libro ―Derecho Territorial Ecuatoriano‖, al
Doctor Luis Tobar Ribadeneira, sucesor en la Cátedra de
Ciencia Política y promotor de la IV Edición Revisada
del mismo nombre. Los dos libros fueron parte de los
homenajes en el Año Centenario.
Nuestra madre – su sola presencia era signo de paz– fue
su compañera ideal.
―Allá por 1924, relata el Doctor Jorge Pérez Serrano,
conocí por primera vez, en alguna reunión de campo al
Dr. Julio Tobar Donoso y a Angelita García de Tobar.
Enseguida admiré a la pareja y me llamó la atención la
alegría de sus personas. La sonrisa, el brillo de sus ojos,
sus palabras siempre adecuadas a la ocasión
transparentaban esa alegría interior que Julio Tobar
Donoso conservó a lo largo de su vida sin que pudieran
contra ella las contrariedades o sufrimientos‖.
Recuerdo a nuestra madre sentada o de pie junto a él en
los trágicos días anteriores a la invasión peruana y al
consiguiente Protocolo de Río de Janeiro, cuando
regresaba nuestro padre a la casa después del frente de
Presentación del libro “La Iglesia Modeladora De La Nacionalidad”
19
combate diplomático. Todavía la veo silenciosa y
compungida en el largo comedor, pero serena igual que
las mujeres que acompañaron al Señor en la vía dolorosa.
Sus hijos fueron la culminación, no siempre
sobresaliente, de lo que habían sido los dos. Mi hermano
Julio fue su perpetuo gozo. Ambos amaron y nos hicieron
amar a la Compañía de Jesús.
Y vino la corona de doce estrellas de la que habla el
Apocalipsis que se fijó en la casa para después brillar en
sus respectivos hogares. Quizás este hecho no ha sido
suficientemente ponderado al delinear la vida de los dos.
Hoy lo hago ante vosotros, querido público.
Luego, vinieron nueve cabezas y nueve diademas, los
otros nietos (el Apocalipsis solo señala siete) que han
cumplido, igual que los primeros, el papel fundamental
que les señalaron, según un autor: ―antes de prescribirles
lo que deberían hacer, les mostraron lo que debían ser:
Hombres y mujeres completos, agentes de un mundo
mejor, más moderno, con la mirada hacia Dios‖. A
propósito, el Padre Tobar, al agradecer el homenaje que
le rindiera la Universidad después de su muerte, hace 25
años, escribió ―que su autenticidad se mostró también
ante los cambios; él no se refugió en la crítica o el
pesimismo. Supo apreciar lo bueno de lo moderno y, ante
cosas que él no llegó a comprender, supo guardar el sabio
consejo de un Cardenal que más de una vez le repitió:
ahora nos conviene a todos hablar menos‖.
Rosario Tobar García
20
El lema de esta Universidad, a la que ayudó a fundar el
humanista más notable del siglo pasado, el Padre Aurelio
Espinosa Pólit y a otros insignes personajes, como sabéis,
es ―Seréis mis testigos‖. Así ha cumplido la Universidad
durante 60 años –coincide que es Año Jubilar– desde el
inicio con los alumnos fundadores. La primera matrícula
fue la del doctor Jorge Salvador Lara cuyo perfil del
Doctor Tobar Donoso ha sido de los más completos y
refulgentes que se hayan escrito, como habréis podido
observar. Él, igual que sus compañeros, ha plasmado el
lema que el Dr. Tobar, cuando joven, se trazó: Ser el
primero en todo, en la fe, en la ciencia, en la familia, en
la cátedra, en el periodismo, en el servicio a la Patria. Le
agradecemos de corazón.
Y en esta forma, la Universidad ha cumplido hoy con la
reedición y la presentación del mejor libro de nuestro
padre y abuelo –así lo consideramos muchos–; reedición
que ha sido un prodigio y que ha compensado la falta de
la técnica moderna del scanner, por tratarse de un texto
antiguo, por la de la digitación, usada con enorme
voluntad, pericia y sentido de homenaje. La portada lleva
impresa la pintura de la Madre del Amor Hermoso del
Museo Franciscano. Su Director la proporcionó
generosamente. ―María es Reina y Señora de nuestra
tierra‖ escribe el autor, resumiendo la colosal obra de la
Virgen en la configuración de nuestra nacionalidad.
La Dra. Merchán, al escoger esta portada nos ha llevado
a las manos de la Virgen y, a su vez, al aliento del
Espíritu Santo para que vivamos en el Hijo y según Él.
Presentación del libro “La Iglesia Modeladora De La Nacionalidad”
21
Por eso, quiero pedir un aplauso para el Magíster Jesús
Aguinaga, Director del Centro de Publicaciones y sus
Asesores, en particular la Lic. Elena Roldán; para la
experta digitadota, la Dra. Miriam Merchán; para el
Padre Rector, Doctor Manuel Corrales Pascual, S.J., a
quien hace poco le pasó la tea de la permanente sabiduría
y generosidad, el benemérito Padre Doctor José
Ribadeneira, S.J.
Sus palabras a la prensa fueron: ―En el cumplimiento de
su misión, la Universidad no puede limitarse a ser un
mero reflejo de la sociedad a la que sirve, sino lámpara
que la ilumine en la búsqueda del bien común, cuya
promoción es deber primordial del Estado‖. En esta
forma se ha comportado con la reedición del libro que
presentamos hoy: lámpara que ha alumbrado cada paso,
cada gestión, si es posible cada rincón a través del Centro
de Publicaciones y personalmente hasta ofrecernos este
suntuoso escenario y reedición del libro ―La Iglesia
Modeladora de la Nacionalidad‖.
Mil gracias, en primer término, con respecto a los
asistentes, a su Excelencia Monseñor Juan Larrea
Holguín por presidir la Ceremonia de la Santa Misa y por
su admirable homilía. El Doctor Tobar Donoso tuvo una
profunda devoción por la Eucaristía, recibiéndola
diariamente cuando los hombres se ocultaban para
hacerlo y acolitando Misa aún en el período de la
Cancillería.
Gracias a vosotros, eminentísimas dignidades
eclesiásticas, académicas y docentes por vuestra
Rosario Tobar García
22
presencia enaltecedora. Gracias a los amigos generosos
que han ensalzado la memoria de Julio Tobar Donoso en
estos 25 años de palabra y de obra; y a los que han salido
en defensa suya y no han callado en Quito, Guayaquil,
Cuenca, Ibarra, Ambato. Gracias al Excmo. Mons. Julito
Terán Dutari, Obispo de Ibarra. Y quiero incluir aquí a
las demás autoridades de la PUCE, en especial a las de la
facultad de Derecho, que en calidad de Rector, preparó
siempre el Arco de Triunfo para que pasara el Dr. Tobar
Donoso en las ceremonias que enaltecieron su recuerdo
en los 100 años de nacimiento y en ocasiones anteriores.
No puedo dejar de reconocer públicamente la actuación
de la Doctora Isabel Robalino Bolle, que nos presentó al
INDIO EN EL ECUADOR INDEPENDIENTE, libro
póstumo editado por la Pontificia Universidad Católica,
en el interior: una revisión y anotaciones de cada hecho y
de cada página, y en el exterior: la cara que hubiera
inspirado a los propios Reyes Católicos y a Colón.
También agradezco la actuación del actual Embajador,
investigador, político y docente Francisco Salazar
Alvarado y la del doctor Alfredo Fuentes Roldán, quienes
han moldeado la figura casi hasta físicamente, si cabe
decir, del Doctor Julio Tobar Donoso, a partir de su
muerte.
Gracias a los Profesores y alumnos que apreciaron su
esfuerzo por crear y recrear una Universidad de
principios católicos hechos ciencia y vida.
Quiero recordar a los primeros Vicerrectores, Decanos,
Directores, Profesores, Secretarios Generales, Tesoreros,
Presentación del libro “La Iglesia Modeladora De La Nacionalidad”
23
Bibliotecarios, Ayudantes, Conserjes que apoyaron y
magnificaron la Universidad.
El Padre Julián Bravo Santillán, en calidad de Director de
la magna obra de cultura nacional, la Biblioteca ―Aurelio
Espinosa Pólit‖, confió su saber al Dr. Tobar Donoso
cuando iba allá, sobre todo cuando sus pies ya no
obedecían a su cabeza. El, desde su muerte, ha sido el
alentador oculto y magnánimo de cuanto se ha hecho
porque la memoria de mi padre no se esfumara como
suele ocurrir en nuestro país.
Al Padre Jorge Villalba Freire, investigador e historiador,
autor del Prólogo a esta segunda edición, nuestro
agradecimiento público también.
Mil gracias a todos los parientes que se han dignado
venir. Nuestro padre los quiso tanto y nos dejó en
herencia su cariño. Recuerdo que cuando llevaba corbata
negra, era señal de que alguno había fallecido.
Gracias a los brillantes concertistas y a los integrantes del
coro formado en la propia Universidad porque su música
ha sido igualmente homenaje.
Gracias a los amigos que nos han acompañado en esta
ceremonia del padre, del abuelo y del bisabuelo. Cada
uno de vosotros es como la memoria enaltecida de cuanto
quiso y obró.
Para terminar este discurso que se alargó –perdonad
cualquier omisión o tropiezo– me permito repetir aquello
Rosario Tobar García
24
a lo que me refería al principio: después de este
homenaje modelador de buena voluntad, de cariño,
eficiencia y dignidad, puede JULIO TOBAR DONOSO
vivir honradamente en la historia y en la Universidad.
Con él y con nuestra madre y abuela y sobrinos. ¡Qué
Dios, dador de todo bien, os pague!
Quito, marzo 16 de 2006
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
25
AURELIO ESPINOSA PÓLIT S.J.: SU
CONTRIBUCIÓN
A LA HISTORIA LITERARIA
ECUATORIANA
(Breve Nota)
Josep M. Barnadas
1
La generosidad del P. Julián Bravo, Director emérito de
la ‗Biblioteca Ecuatoriana A. Espinosa Pólit‘, ha
correspondido a mi petición de un folleto sobre tan
benemérita institución, poniendo en mis manos varias
piezas en torno al P. Aurelio; de ellas, algunas me eran
absolutamente desconocidas. A quienes alcanzamos a
conocer personalmente al P. Espinosa y a beneficiarnos
in extremis de su magisterio, todo lo que de alguna
manera se relaciona con él nunca podrá dejarnos
indiferentes. Así se explica que, al divagar de una
publicación a otra, haya resurgido toda una etapa de mi
vida: la que me mantuvo en Quito de 1960 a 1965,
primero en el Instituto Superior de Humanidades Clásicas
y, luego, en la Facultad de Filosofía de San Gregorio.2
1 Josep M. Barnadas es historiador catalán-boliviano residente en
Bolivia. 2 En otra ocasión ya he expresado mi visión de los primeros de
aquellos años, filtrada por la distancia del tiempo transcurrido: cf. ―La escuela humanística de Cotocollao: evocación de una vivencia‖,
en: Clásica Boliviana. I Encuentro Boliviano de Estudios
Clásicos, La Paz, 1999, pp. 157-164.
Josep M. Barnadas
26
Pero no se trata solamente del recuerdo de una etapa
escolar, por más importante que fuere; en mi caso
personal existen dos factores absolutamente
determinantes para mi futuro personal. Por una parte, en
el primer trimestre del curso 1960-1961 (el último de
magisterio y de vida del P. Aurelio) y en el transcurso de
una entrevista que mantuve con el Prefecto de Estudios
que seguía siendo en el juniorado de Cotocollao, me
señaló y recomendó un camino que definiría buena parte
de mi vida y de mi trabajo posterior: la que, a través de
aquella bendita ‗ley de gracia‘ (en cuya promulgación
tanto peso había tenido), me abrió las puertas de la
titulación universitaria. Por otra, en la Biblioteca
Ecuatoriana, junto a la solícita mirada del Sr. Granja, viví
mi primera vela de las armas historiográficas; allí recogí
la información para mi tesina de Licenciatura en
Humanidades Clásicas sobre los jesuitas en Bolivia
durante el siglo XVI; pero debo añadir que, aun antes de
llevar a cabo esa investigación iniciática (con cuyo
carácter hasta hoy inédito nada ha perdido la
Historiografía), ya había ido quedando
inconscientemente atrapado por los arcaicos aromas de la
bibliografía americanista que podían respirarse por entre
los estantes de aquella ala del Colegio de Cotocollao
(exactamente debajo de la Biblioteca General).
Con estos elementos a la vista, se hará más inteligible
que el envío del P. Bravo haya removido aguas profundas
en mi espíritu; y que, bajo la conmoción de esos
recuerdos, quisiera retribuirle con esta breve nota
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
27
Entre los recientes regalos del P. Bravo figuraba el
registro Bibliografía del P. Aurelio Espinosa Pólt S. I.
y reseña de los críticos de sus obras (Quito, Academia
Ecuatoriana de la Lengua, 1961), obra del íntimo
colaborador del P. Espinosa, O. Romero Arteta (otra
amistad quiteña a la que los giros de la vida y, finalmente
su desaparición, no le han quitado el recuerdo
complacido). Repasando sus páginas con cierta atención,
a mis ojos ha ido adquiriendo cuerpo y volumen una
faceta del legado espinosiano que a veces queda como
opacada por el renombre con que ha pasado a la
posteridad por sus altos logros en el campo de las letras
grecolatinas.
Me estoy refiriendo al aporte que el P. Aurelio hizo al
conocimiento, valoración y reivindicación de las letras
coloniales quiteñas. Y no es que ahora haya venido a
descubrir la existencia de sus ediciones y comentarios,
casi siempre militantemente reivindicadores, sobre una
serie de escritores quiteños; tampoco quisiera insinuar
que sus biógrafos y exegetas hayan ignorado esa parcela
de su labor. No, no se trata de una cuestión de
conocimiento; se trata de una cuestión de valoración. No
teniendo a mano las fuentes primarias para entrar en una
directa apreciación crítica de esa veta de la bibliografía
de Espinosa, con esta breve nota me he de limitar a
llamar la atención sobre ella.
De la mano de la bibliografía de Romero Arteta, me
parece que podemos circunscribir los méritos adquiridos
por P. Aurelio en esta área de la Filología
hispanoamericana a los trabajos que a continuación
Josep M. Barnadas
28
menciono (cuando se trata de ediciones quiteñas, omito la
ciudad; después, anoto el carácter de su participación):
1) F. J. E. DE SANTA CRUZ Y ESPEJO
1943 El Nuevo Luciano de Quito [1793],
XXVII, 243 p. (establece y anota el texto)
2) G. DE VILLARROEL OSA
1943 El gobierno eclesiástico pacífico.
Selecciones [1656-1657], XXXIII, 304 p.
(traduce y titula los fragmentos
seleccionados)
3) J. B. DE AGUIRRE SJ
1944 Poesías y obras oratorias, LXII; 128 p.
(establece el texto de la prosa)
4) J. J. DE OLMEDO
1945 Obras completas. Poesías, LXVIII, 436
p. (establece y anota el texto, además de
escribir el prólogo)
1947 Poesías completas de J. J. Olmedo,
México, LXVIII, 317 p. (reed. de 1945;
aunque Romero no lo indica, según E.
Carilla en esta edición mexicana el P.
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
29
Espinosa habría introducido adiciones,
aunque no señala cuáles)
1955 Olmedo en la historia y en las letras.
Siete estudios, 159 p. (reproduce textos de
los dos volúmenes anteriores, más otros
dos inéditos)
1960 J. J. Olmedo. Poesía-prosa, Puebla, 531
p. (introduce y selecciona los textos; )
J. J. Olmedo. Epistolario, Puebla, 619 p.
(prologa y edita el texto)
5) J. MORÁN DE BUTRÓN SJ
1955 Vida de Santa Mariana de Jesús [1697],
ocho, 602 p. (establece, anota e introduce
el texto manuscrito, cotejado con la
edición compendiada de 1724)
6) A. BASTIDAS SJ
1953 ―El primer poeta ecuatoriano de la
colonia: Padre A. B.‖, Boletín de la
Academia Nacional de Historia (Quito),
XXXVI/87 (1956), pp. 5-19 (discurso de
ingreso en la Academia Nacional de
Historia)
7) SANTA MARIANA DE JESÚS
Josep M. Barnadas
30
1957 Santa Mariana de Jesús, hija de la
Compañía de Jesús. Estudios histórico-
ascético de su espiritualidad, 411 p.
(amplia monografía)
8) H. DOMÍNGUEZ CAMARGO
1959 ―Una cuestión de historia literaria
colombiana‖, Revista Javeriana
(Bogotá), LI/253, pp. 120-143 (sobre la
paternidad del ‗Poema heroico‘,
posteriormente decantada a favor de H. D.
C.)
9) A. BASTIDAS SJ – J. B. AGUIRRE SJ
1959 Los dos primeros poetas coloniales
ecuatorianos. A. de Bastidas, Juan
Bautista Aguirre, Puebla (introduce,
selecciona y edita la antología)
10) JESUITAS EXPULSOS
1960 Los jesuitas expulsos del extrañamiento,
Puebla (introduce, selecciona y traduce el
material incluido)
11) J. DE VELASCO SJ
1961 Padre Juan de Velasco. Historia del
Reino de Quito, 2 vols., Puebla (establece
críticamente el texto)
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
31
Dentro del ámbito ecuatoriano, pero fuera ya del periodo
colonial, podemos añadir todavía
12) R. CRESPO TORAL
1957 Obras completas, Tomo I: Bibliografía,
pp. VII-X (conjuntamente con O. Romero
Arteta, establece los criterios de la edición
y suscribe la ―Advertencia preliminar‖; la
bibliografía de Romero por una vez no
indica las páginas del volumen)
Y dentro del tiempo de transición entre fines de la
colonia y las primeras décadas republicanas, entra
plenamente en la faceta de la obra de Espinosa que
venimos perfilando (no por la materia latina, sino por el
personaje hispanoamericano)
13) A. BELLO
1958 Gramática latina y escritos
complementarios (Caracas) (prologa y anota)
Dentro de ese panorama, acaso valga la pena destacar la
decidida apuesta del P. Espinosa por la ―Biblioteca
Ecuatoriana Mínima‖ (BEM), patrocinada por el
Gobierno ecuatoriano con vistas a la XI Conferencia
Interamericana celebrada en Quito (1959): considero
Josep M. Barnadas
32
particularmente significativo que sea así a pesar de que
sus condiciones físicas ya le obligaban a medir sus
compromisos; y éstos, cualesquiera fueran, no podían
dejar de ser considerados peligrosos para la culminación
de sus traducciones de Sófocles y Virgilio; en este
sentido, su opción es doblemente elocuente; pero vista
desde otra vertiente, en cambio, era también la
culminación de su anterior dedicación a los escritores
coloniales, como estamos tratando de poner de relieve.
A propósito de la BEM, a cualquier lector le puede
sorprender la afirmación que ha hecho hace poco uno de
los biógrafos del P. Espinosa en sentido de que esa
colección ―se vió frustrada en el propósito para el que se
la había programado: la celebración de la XI
Conferencia Interamericana, obstruída por una de
aquellas incomprensibles obcecaciones políticas,
lamentablemente no raras en la historia del Ecuador. Y
no obstante su valor cultural intrínseco..., no tuvo ni la
trascendencia que debía tener, pero ni siquiera una
distribución planificada‖.3 Al respecto desearía añadir
dos comentarios.
El primero tiene que ver con las últimas palabras del
fragmento reproducido: a pesar de todos los esfuerzos
que he hecho por conseguir algunos de los volúmenes de
la BEM (incluso ante la Cancillería), jamás lo he logrado;
y esto a pesar de que alguna vez he oído decir que
centenares de ejemplares yacen ‗perdidos‘ en algún
sótano oficial.
3 J. G. Bravo, Aurelio Espinosa Pólit SJ. Apóstol de la educación
católica y de la evangelización de la cultura, Quito, 1990, p. 106.
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
33
El segundo, es una consecuencia del anterior:
quienquiera que hojee una reciente obra emblemática
para el estudio de las letras latinoamericanas,4 en la
bibliografía registrada al final del artículo dedicado a
Juan B. Aguirre. SJ. no encontrará ni la edición selectiva
de la BEM ni el estudio introductorio, ambos del P.
Aurelio (I, p. 74); y lo mismo sucede con la bibliografía
recogida en el artículo de J. J. Olmedo, a pesar de que su
ilustre autor (el ya citado Emilio Carilla) habla
expresamente de su epistolario (III, p. 3475); o cosa
todavía peor, ni siquiera ha reservado un artículo para el
P. Antonio Bastidas SJ. Y nueva paradoja: recoge la
edición de la BEM en el artículo sobre la Historia del
Reino de Quito del P. Juan de Velasco SJ, pero no
menciona el centenar de páginas que Espinosa publicó
allí mismo sobre su autor y su obra (II, p. 2289). Todas
estas anomalías probablemente son efecto de aquella falta
de aceptable distribución que aquejó a la BEM.
Aun dejando de lado al pedagogo, al apologeta y al
escritor espiritual, resulta que, junto al Espinosa helenista
y latinista, no le haría justicia quien relegara a lo
marginal su tarea de historiador de la literatura colonial
ecuatoriana. Y es mi convicción que también en ella le
cabe un puesto de honor al P. Espinosa. He omitido
algunos trabajos de rango claramente circunstancial o
desprendidos de los ya registrados; no quisiera callar, en
4 Me refiero al Diccionario de las Letras de América Latina
(DELAL), 3 vols., Caracas, Biblioteca Ayacucho – Monte Ávila
Editores, 1995, 5189 p.
Josep M. Barnadas
34
cambio, sobre otros tres, nacidos como conferencias o
discursos. Me refiero a:
14) ―Filiación hispánica de nuestra América‖, pp.
43-73 del volumen La fiesta de la
Hispanidad, celebrada en Quito en 1949 (Quito, 1949) (conferencia en la fiesta de la
Hispanidad de aquel año)
15) Temas ecuatorianos (Quito, 1954), 365 p.
(colección de trabajos sueltos, no todos de
erudición)
16) Roma y nuestro mundo americano (Bogotá,
1956), 41 p. (conferencia pronunciada en la
Academia Colombiana de Historia)
Me parece justificada su mención porque en ellos
Espinosa nos manifiesta algunas de sus más hondas
convicciones en torno a la identidad latinoamericana, ya
fuera en su genérica latinidad, ya fuera en su específica
hispanidad. Que en el último medio siglo la Historia del
continente haya seguido dando vueltas y que a las tesis
espinosianas se les pueda anexar (y aun oponer) más de
una glosa, es una cosa; otra muy distinta es que me
parezcan ineludibles para quien pretenda describir o
comprender su ‗sistema‘ (explícito o no, según los
contextos), pues en ellos nos dio a conocer lo que puede
calificarse de su Filosofía/Teología de la Historia.
A la vista de este capítulo de la producción literaria del P.
Aurelio, creo que podemos establecer de forma asertiva
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
35
que el aporte del P. Espinosa a la historiografía literaria
ecuatoriana fue:
1) De considerable magnitud y abarcó una
buena serie de autores.
2) No tuvo nada de episódica; mucho menos,
de ‗arribista‘
3) En ella brilló inconfundiblemente su
formación y su experiencia filológica
adquiridas con los autores clásicos
Para terminar, podemos plantearnos cuál pudo ser la
motivación que le acicateó a incursionar en unos predios
que no eran propiamente los suyos (por lo menos no
había sido formado para ellos). A la luz de lo que nos
dicen sus principales biógrafos,5 creo que lo podemos
resumir así: si por un lado su exquisito, aristocrático y
casi innato sentido de exigencia de calidad le hacía
detectar el estado tan incipiente y ‗retórico‘ en que se
encontraba la Historiografía ecuatoriana en general y,
más en particular, la literaria (sobre todo la de los
tiempos coloniales); con un poco de esfuerzo y de trato
con los medios culturalmente dirigentes del país, pudo
comprobar que este descuido no era simple fruto del
‗subdesarrollo‘ general, sino que obedecía a la falta de
sintonía o, peor todavía, a la descalificación apriorística
5 Pienso en las dos que conozco: la de F. J. Miranda SJ, El
humanista ecuatoriano Aurelio Espinosa Pólit, Puebla, Cajica,
[1974], pp. 327-348; y la ya citada de J. G. Bravo Santillán SJ,
Aurelio Espinosa Pólit SJ, pp. 87-109.
Josep M. Barnadas
36
que la tradición cultural liberal mantenía contra todo
cuanto se hubiere producido durante los siglos coloniales
(costumbres, instituciones, textos, artes plásticas...).
Frente a esta situación, su sentido de servicio a la Patria y
su condición militante en favor de una comprensión
hispánica y cristiana de la identidad patria, hicieron el
resto.
Por encima de lo anterior, no debemos olvidar que en la
parcela literaria el P. Aurelio Espinosa Pólit tenía que
sentir una muy específica responsabilidad: la que le
imponía su formación y su experiencia con los autores de
la antigüedad clásica; la que se derivaba de sus
herramientas de trabajo. Lo uno y lo otro le habilitaban
para emprender la roturación de unos campos más
recientes, más cercanos, incluso más entrañables que los
de la cultura grecorromana. Y había de por medio un
sentido de urgencia y de vocación personal; tratándose de
las letras coloniales ecuatorianas, no eran muchos los que
podían llevar a cabo esa tarea de rescate y revaloración.
Visto desde la perspectiva que acabo de bosquejar, este
capítulo de la obra de Espinosa constituye un episodio
emblemático que se sitúa dentro de aquel más amplio e
importantísimo capítulo de la Historia cultural
hispanoamericana que consistió (o sigue consistiendo) en
superar las condenaciones basadas en la ignorancia,
buscando la reconciliación de las actuales culturas con su
ancestro colonial, venciendo las barreras que impiden o
descalifican su acceso y degustación. Éstas,
tradicionalmente solían proceder de las ideologías
Aurelio Espinosa Pólit S.J.: su contribución a la historia literaria ecuatoriana
37
progresistas importadas últimamente de los autoctonistas
originarios.
Situado dentro de ese marco, creo que esta faceta de la
obra espinosiana viene a conferirle uno de sus méritos
principales: por lo menos uno de los más ejemplares, uno
de los que más directamente atestigua su temple y su
estrategia cultural; pero también de aquella ‗humilde
eficacia‘ que la Historia suele exigir de quien aspira a
producir y construir cultura, conocimiento, belleza,
desarrollo.
Centro de Estudios Bolivianos Avanzados
Cochabamba, marzo 2005
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
38
ESTUDIO DE LA CONCORDANCIA
Fernando Miño-Garcés, Ph.D.
1
Analice las siguientes oraciones y diga si son correctas o
incorrectas:
1. Esa casa blanca perteneció a mis abuelos.
2. Los edificios blancos parecen fantasmas
3. Los camiones giraron en la esquina.
4. El camión giró en la esquina
5. En la cinta muestran a una criatura estirado,
enjuto y serio.
6. Su Santidad, Juan Pablo II, lucía serio y
preocupado.
7. El pueblo estaba asustado, pero al oír los gritos de
apoyo corrieron hacia el palacio.
8. Una delegación de alumnos pidieron ir al cine.
9. Todos los estudiantes salieron, la mitad
regresaron al ver al profesor
10. La gente huyó despavorida, parte corrieron sin
detenerse y el resto se escondieron en la
universidad.
11. Mi papá fue a comprar la entrada donde las
vendían.
12. Los estudiantes son la razón de ser de la
universidad.
13. Los deportes es la fuente de la juventud.
14. Los profesores y el personal de servicio
constituyen los pilares de una universidad.
1 Facultad de Comunicación, Lingüística y Literatura Pontificia
Universidad Católica del Ecuador
Estudio de la Concordancia
39
15. En la fiesta había chicos y chicas entusiasmados.
¿Qué le parece? ¿Son correctas todas o algunas no?
Para contestar la pregunta vamos a estudiar cada oración,
a la luz de las reglas de concordancia de la gramática
española. Pero, antes debemos definir concordancia.
Según Bello (1977: # 814, p. 274) ―La concordancia es
la armonía que deben guardar entre sí el adjetivo con el
sustantivo, y el verbo con el sujeto.‖
Veamos la primera oración:
1. Esa casa blanca perteneció a mis abuelos.
Tenemos el sustantivo casa y el adjetivo blanca, puesto
que casa es un sustantivo singular femenino, el adjetivo
debe concordar y también señalar las dos características:
singular y femenino. Blanca, lo hace, por lo tanto la
oración es correcta. Hay armonía entre el adjetivo y el
sustantivo, los dos concuerdan en número (singular) y
género (femenino).
Esa casa blanca es el sujeto de la oración, el verbo debe
concordar en número y persona con él, es decir estar en
tercera persona singular, perteneció está en tercera
persona singular, por lo tanto la oración es correcta, pues
hay concordancia.
¿Puede usted hacer un análisis similar para la segunda
oración?
2. Los edificios blancos parecen fantasmas.
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
40
Si usted dijo: edificios (sustantivo) y blancos (adjetivo)
concuerdan en número (plural) y género (masculino); los
edificios blancos (sujeto) concuerda con parecen
(verbo), en número (plural) y persona (tercera); por lo
tanto, la oración es correcta, usted está en lo cierto.
Las dos oraciones cumplen la regla gramatical de la
concordancia que dice: ―Cuando el verbo se refiere a un
solo sujeto, concuerda con él en número y persona, y
cuando el adjetivo se refiere a un solo sustantivo,
concuerda con él en género y en número‖ (Bello 1977: #
815, p.274).
Las oraciones tercera y cuarta:
3. Los camiones giraron en la esquina.
4. El camión giró en la esquina.
También cumplen con esta regla, ya que los camiones
(sujeto) concuerda con giraron (verbo), en número
(plural) y persona (tercera). De igual forma la oración
cuarta.
¿Puede usted poner en palabras esa concordancia para
dicha oración?
La regla parece muy sencilla y obvia para un nativo-
hablante del español, pero fallamos mucho los quiteños
(y muchos otros hablantes del español) por no tomar en
cuenta que deben concordar el núcleo del sujeto con el
verbo.
Por ejemplo en la oración:
Estudio de la Concordancia
41
La Red Informática después de casi tres años de
trabajo y de sumar interesantes lecciones se han
convertido en un campo amplio de información.
se ha perdido de vista que si bien el sujeto es la Red
Informática después de casi tres años de trabajo y de
sumar interesantes lecciones, su núcleo es la red, por
tanto el verbo debe concordar con la red y no, como
vemos en esta oración, con lecciones, es decir con el
sustantivo más cercano al verbo.
La oración correcta es:
La Red Informática después de casi tres años de
trabajo y de sumar interesantes lecciones se ha
convertido en un campo amplio de información.
Para no cometer este error, no pierda de vista el núcleo
del sujeto para cuidar que el verbo siempre concuerde
con él en número y persona.
La quinta oración:
5. En la cinta muestran a una criatura estirado,
enjuto y serio.
Vemos que en cuanto al sujeto implícito (ellos) y el
verbo, sí hay concordancia, pero criatura (sustantivo
femenino) no concuerda con estirado, enjuto y serio
(adjetivos masculinos), pero, sin embargo, la oración es
correcta.
¿Por qué? Porque sigue la regla gramatical que dice: ―En
virtud de la figura llamada silepsis toma a veces el
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
42
adjetivo el género que corresponde al sexo de la persona,
cuando ésta es designada por un sustantivo de género
diferente.‖ ―Bello 1977: # 816, p.275)2.
¿Podría aplicarse esta regla a la sexta oración?
6. Su Santidad, Juan Pablo II, lucía serio y
preocupado.
Santidad es un sustantivo femenino y, sin embargo, los
adjetivos serio y preocupado son masculinos. Pero, ¿es
correcta la oración? Por supuesto que sí, cumple la
misma regla anterior, y por silepsis los adjetivos (serio y
preocupado) toman el género que corresponde al sexo de
la persona, en este caso al Papa que es hombre.
La séptima oración es muy interesante, pues es motivo de
discusión entre los gramáticos:
7. El pueblo estaba asustado, pero al oír los gritos de
apoyo corrieron hacia el palacio.
El pueblo es un sustantivo colectivo singular, por lo que,
según la regla estudiada, los verbos, de los cuales es
sujeto, deben concordar en número con él, por lo tanto es
correcto decir el pueblo estaba, pero el verbo corrieron
también tiene como sujeto a el pueblo, por tanto debería
ser corrió y la oración correcta sería:
El pueblo estaba asustado, pero al oír los gritos de
apoyo corrió hacia el palacio.
Indudablemente esta oración es correcta, pero también lo
es la propuesta, pues sigue la regla que dice: Los
2 Silepsis: concordancia gramatical que se rige por el sentido y no
por la forma
Estudio de la Concordancia
43
colectivos de número singular (en nuestro caso pueblo)
pueden concertar con un adjetivo o verbo en plural
(corrieron) (Bello 1977: # 818, p. 275).
¿Quiere esto decir que la oración:
El pueblo corrieron hacia el palacio.
es correcta? No, pues la regla dice que eso es posible
siempre que se cumplan dos condiciones (Bello 1977: #
818, p. 275):
a. Que el colectivo signifique colección de
personas o cosas de especie
indeterminada.
b. Que el adjetivo o verbo no forme una
misma proposición con el colectivo.
En esta oración:
El pueblo corrieron hacia el palacio.
se cumple la primera condición: pueblo significa
colección de personas y es indeterminado, pero no
cumple la segunda condición, pues el colectivo (pueblo)
forma una misma proposición con el verbo. Por lo tanto
esta oración es incorrecta, se debe seguir la regla general,
enunciada luego del análisis de las oraciones una a
cuatro. Es decir el verbo debe concordar con el sujeto.
Es, entonces, lo correcto:
El pueblo corrió hacia el palacio.
¿La oración número 7, cumple las dos condiciones? Sí,
¿verdad? Pues, entonces es correcta.
Veamos si entendimos la regla y sus dos condiciones.
Diga usted si es correcta la oración:
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
44
Llegó la tropa del campo de batalla y se sentaron
a descansar.
Tenemos un colectivo: tropa, y el verbo sentarse no
forma una misma proposición con él, sin embargo, la
oración es incorrecta, pues el colectivo no es
indeterminado ya que tropa es un conjunto de soldados y
la condición dice:
a. Que el colectivo signifique colección de personas
o cosas de especie indeterminada.
Por lo tanto no se puede usar el verbo en plural, hay que
usarlo en singular. La oración correcta sería:
Llegó la tropa del campo de batalla y se sentó a
descansar.
En la octava oración:
8. Una delegación de alumnos pidieron ir al cine.
Tenemos un colectivo singular: delegación, que está en
la misma proposición que el verbo: pidieron, por lo
tanto, según la regla y las condiciones anteriores, el verbo
debería estar en singular y, por supuesto, si lo ponemos
en singular no cometemos error y la oración es correcta:
Una delegación de alumnos pidió ir al cine
Usted se sorprenderá si decimos que, sin embargo, la
oración número ocho es también correcta, ¿verdad? Pues,
sorpréndase, es correcta, pues hay una regla que dice:
―cuando el colectivo es modificado por un
complemento con de, que tiene por término las
personas o cosas de que forma el conjunto,
Estudio de la Concordancia
45
designadas en plural, puede hacerse la
concordancia en este número, aunque el adjetivo
o verbo forme una misma proposición con el
singular colectivo.‖ (Bello 1977: # 818, p. 275).
Note usted que en las dos reglas precedentes se dice que
en esos casos puede cambiarse la concordancia, por lo
tanto si usted usa la regla general de concordancia:
―Cuando el verbo se refiere a un solo sujeto, concuerda
con él en número y persona, y cuando el adjetivo se
refiere a un solo sustantivo, concuerda con él en género y
en número‖ (Bello 1977: # 815, p.274), usted está seguro
de no cometer errores.
La séptima y octava oraciones podrían escribirse
también, entonces:
7. El pueblo estaba asustado, pero al oír los gritos de
apoyo corrió hacia el palacio.
8. Una delegación de alumnos pidió ir al cine.
Pero no pierda de vista estas reglas que hacen posible el
cambio en la redundancia, manteniendo la corrección de
las oraciones.
La novena oración:
9. Todos los estudiantes salieron, la mitad
regresaron al ver al profesor.
Si su primera reacción fue: ―es incorrecta, pues la mitad
es singular y el verbo está en plural‖, le felicito pues
siempre debemos cumplir la regla general de
concordancia. Sin embargo, la oración es correcta, pues
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
46
sigue esta otra regla de concordancia: ―Parte, resto,
mitad, tercio, y otros sustantivos semejantes, pueden
concertar con el verbo y con el adjetivo en plural‖ (Bello
1977: # 820, p. 275).
Y, ¿qué le parece la décima oración?:
10. La gente huyó despavorida, parte corrieron sin
detenerse y el resto se escondieron en la
universidad.
Bien, si aplicamos la regla mencionada anteriormente,
vemos que la oración es correcta. Por supuesto que, como
la regla dice ―pueden concertar‖, el usar la regla general
sería también correcto, con lo cual tendríamos:
La gente huyó despavorida, parte corrió sin
detenerse y el resto se escondió en la universidad.
¿Qué le parece a usted la undécima3 oración?
11. Mi papá fue a comprar la entrada donde las
vendían.
Con razón, usted dirá: la entrada es singular, por lo tanto
debe ser donde la vendían, ¿verdad? Pero, ―en virtud de
la silepsis reproducimos en plural una idea que ha sido
antes expresada en singular‖ (Bello 1977: #822, p. 276),
por lo tanto esta oración es correcta con donde las
vendían.
La oración duodécima:
3 Note, usted, que estamos usando los números ordinales, no cometa
el error común de usar la numeración fraccionaria (onceavo).
Estudio de la Concordancia
47
12. Los estudiantes son la razón de ser de la
universidad.
y la decimatercera:
13. Los deportes es la fuente de la juventud.
ambas, tienen dos sustantivos: uno como sujeto y el otro
come predicado del verbo ser. Por la regla general de la
concordancia parecería que solo la duodécima oración es
correcta, pues el sujeto es plural y el verbo también, pero
ambas oraciones son correctas en virtud de la regla que
dice que en estos casos se sigue por lo común la regla
general, pero que a veces el predicado que sigue al verbo
ejerce una especie de atracción sobre él, comunicándole
su número (Bello 1977: #823, p. 276), ese es el caso de la
decimatercera oración, donde la fuente, ha ejercido esa
atracción sobre el verbo y le ha comunicado el número
singular.
Por lo tanto las dos oraciones podrían decirse
indistintamente:
12. Los estudiantes son la razón de ser de la
universidad.
Los estudiantes es la razón de ser de la
universidad.
13. Los deportes es la fuente de la juventud.
Los deportes son la fuente de la juventud.
Aunque, por supuesto, como lo dijimos anteriormente, se
prefiere siempre seguir la regla general de la
concordancia. ¿Cuál de las dos oraciones sigue esa regla?
La decimocuarta oración es solamente una ilustración de
otra regla general que dice: cuando el verbo se refiere a
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
48
dos o más sujetos, éstos equivalen a un sujeto en plural
(Bello 1977: #825, p. 277). Por eso tenemos constituyen:
14. Los profesores y el personal de servicio
constituyen los pilares de una universidad.
Y, la decimoquinta oración es una ilustración de otra
regla general que dice: cuando el adjetivo se refiere a dos
o más sustantivos de diferente género, éstos equivalen a
un sustantivo plural masculino (Bello 1977: #825, p.
277). Por eso tenemos entusiasmados.
15. En la fiesta había chicos y chicas
entusiasmados.
Podemos hacer un resumen de las reglas generales de la
concordancia estudiadas hasta este momento:
I. Cuando hay un solo sujeto, el verbo
concuerda con él en número y persona.
II. Cuando hay dos o más sujetos, el
verbo debe ir en plural.
III. Cuando hay un solo sustantivo, el
adjetivo concuerda con él en género y
en número.
IV. Cuando hay dos o más sustantivos de
diferente género, el adjetivo debe ir en
número plural y género masculino.
V. Por silepsis, el adjetivo toma a veces
el género que corresponde al sexo de
la persona, cuando ésta es designada
por un sustantivo de género diferente.
VI. Los colectivos de número singular
pueden concertar con un adjetivo o
verbo en plural, siempre que se
Estudio de la Concordancia
49
cumplan las dos condiciones
siguientes:
a. Que el colectivo
signifique colección
de personas o cosas
de especie
indeterminada.
b. Que el adjetivo o
verbo no forme una
misma proposición
con el colectivo.
VII. Cuando el colectivo es modificado por
un complemento con de, que indica las
personas o cosas de que forma el
conjunto, designadas en plural, puede
hacerse la concordancia en este
número, aunque el adjetivo o verbo
forme una misma proposición con el
singular colectivo.
VIII. Parte, resto, mitad, tercio, y otros
sustantivos semejantes, pueden
concordar con el verbo y con el
adjetivo en plural
IX. Por silepsis, podemos reproducir en
plural una idea que ha sido antes
expresada en singular.
X. Si tenemos dos sustantivos con el
verbo ser, de los cuales uno es sujeto y
el otro predicado se sigue por lo
común la regla general, pero a veces el
predicado que sigue al verbo ejerce
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
50
una especie de atracción sobre él,
comunicándole su número.
Las siguientes oraciones son correctas, deduzca la regla
que se aplica para que podamos afirmar que lo son:
1. La usura y mentira ha sido condenada siempre.
2. Caminar, nadar y comer una dieta equilibrada es
el remedio para la diabetes.
3. La chica o el chico puede subir ahora.
4. La chica o el chico pueden subir ahora.
5. Ni la falta de dinero, ni la escasez de víveres le
preocupó.
6. Ni la falta de dinero, ni la escasez de víveres le
preocuparon.
7. La chica con su enamorado salieron corriendo
del lugar.
8. Tanto el profesor como el alumno fueron
galardonados.
9. La criada fue atropellada en la acera con el
niño.
10. El Presidente comenzó su discurso con orgullo
y prepotencia inaceptables.
11. La obra fue recibida por la crítica con admirable
efusión y alegría.
12. Hubo muchas personas que vieron el accidente.
13. Debe haber cien o más legisladores que no están
de acuerdo.
14. Se ponen inyecciones.
15. Desde la ventana se ve a los niños jugando.
16. Al malo le caerá el rayo y la maldición de Dios.
17. El trueno y el grito perturbaron su descanso.
Estudio de la Concordancia
51
18. Me gusta cantar y bailar.
19. Esto y lo otro hizo que nos enojáramos.
20. Ya se han dejado de fabricar esas armas.
Aunque algunas de estas oraciones pueden parecer
incorrectas, si pensamos en las reglas generales
enunciadas anteriormente, todas son correctas pues
siguen las reglas de excepción de la gramática castellana.
Veamos si las reglas que usted dedujo al analizar las
oraciones coinciden con las que mencionaremos ahora:
1. La usura y mentira ha sido condenada siempre.
Si observamos la regla general el verbo debería ser han
sido y el adjetivo condenadas, pero a pesar de no ser así,
decimos que esta oración es correcta porque sigue la
regla que dice: ―Los nombres, en número singular, de dos
o más ideas que forman colectivamente una sola,
equivalen a un solo nombre en el mismo número‖ (Bello
1977: #826, p. 277).
Consideramos aquí que usura y mentira forman una
sola idea y que esa idea es la que ha sido condenada, no
queremos decir que la usura, por un lado, y la mentira,
por otro, han sido condenadas, sino que la idea unitaria
que las dos forman es lo que ha sido condenado. Si
quisiéramos señalar que las dos individualmente han sido
condenadas escribiríamos:
La usura y la mentira han sido condenadas.
Tome en cuenta que en este caso los dos sustantivos
tienen el artículo delante.
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
52
Otros ejemplos de este tipo de oraciones son:
La entrada y salida de personas estuvo
restringida.
La entrada y la salida de personas estuvieron
restringidas.
Sin embargo, hay que tener presente que al ser una regla
de excepción, se puede aplicar la regla general siempre.
Es decir si decimos: La usura y mentira han sido
condenadas, es una oración correcta pues la sigue.
2. Caminar, nadar y comer una dieta equilibrada es
el remedio para la diabetes.
Tenemos tres infinitivos que describen actividades
distintas, deberíamos decir son el remedio, pero hay otra
regla de excepción que dice que dos o más infinitivos
concuerdan con un singular (Bello 1977: #827, p. 278).
De la misma forma que en el caso anterior, las tres
actividades se las toma como una unidad. Si no queremos
decir que el conjunto de las tres actividades es
provechoso, sino que cada actividad lo es, pondríamos el
artículo delante de cada una, así:
El caminar, el nadar y el comer una dieta
equilibrada son el remedio para la diabetes.
3. La chica o el chico puede subir ahora.
4. La chica o el chico pueden subir ahora.
Estudio de la Concordancia
53
En estas dos oraciones tenemos la conjunción disyuntiva
o, como vemos: en la tercera oración el verbo está en
singular y en la cuarta en plural, y, sin embargo, las dos
son correctas.
Para explicarlo, Bello (1977: #837, p. 280) dice:
―Sujetos singulares, enlazados por la conjunción
disyuntiva o, parecen pedir el singular del verbo, sea que
le precedan o sigan‖. Es decir podríamos tener:
La chica o el chico puede subir ahora.
Puede subir la chica o el chico ahora.
Esto parece muy lógico para Bello, pues él dice que al
usar el verbo en plural indicaríamos dos acciones, pero
acepta el uso del plural.
El Esbozo (1999: 510), en cambio, dice: ―El verbo que se
refiere a dos o más sujetos singulares unidos por la
disyuntiva o, puede hallarse en singular concertando con
uno solo, o en plural concertando con todos‖. Es decir
que las oraciones en estudio son correctas ambas.
Para efectos prácticos, es mi opinión particular que al ser
la conjunción disyuntiva, es decir que plantea la
posibilidad de escoger uno de los dos elementos, el verbo
debe ir en singular. En nuestras oraciones solo una
persona puede subir, sea el chico o la chica no las dos.
No debemos perder de vista el hecho de que estamos
tratando del caso de varios sujetos singulares unidos por
o, cuando no todos los sujetos son singulares, lo mejor
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
54
será, dice Bello (977: #837, p. 280), poner el verbo en
plural junto con el sujeto del mismo número.
Pueden subir las chicas o el chico.
El chico o las chicas pueden subir.
Siguiendo la lógica expresada anteriormente como
opinión personal, creo que en estos casos se debería usar
el verbo sea en singular o plural, según el sujeto que esté
más próximo.
Pueden subir las chicas o el chico.
Puede subir el chico o las chicas.
Las chicas o el chico puede subir.
El chico o las chicas pueden subir.
5. Ni la falta de dinero, ni la escasez de víveres le
preocupó.
6. Ni la falta de dinero, ni la escasez de víveres le
preocuparon.
En las dos oraciones encontramos la conjunción
copulativa ni. Aunque Bello (977: #835, p. 279) dice que
ante la presencia de ella se siguen reglas particulares,
creo que es más práctico, para evitar confusiones, el
seguir lo que dice el Esbozo (1999: 391): ―Con la
copulativa ni, el verbo puede concertar con todos (los
sujetos) en plural, o en singular con el más próximo, sin
que en esta concordancia influya que el verbo siga o
preceda a los sujetos‖. Por lo tanto las dos oraciones son
correctas.
7. La chica con su enamorado salieron corriendo
del lugar.
Estudio de la Concordancia
55
8. Tanto el profesor como el alumno fueron
galardonados.
Como usted se habrá dado cuenta, en las dos oraciones
tenemos sustantivos singulares (la chica, el profesor)
ligados inmediatamente a otros (su enamorado, el
alumno) por medio de con y tanto como, y los verbos
están en plural. Esto es lógico pues tenemos en cada caso
dos sujetos de los que decimos algo. La chica salió y su
enamorado salió, el profesor fue galardonado y el alumno
fue galardonado. De ahí la regla que dice: ―Si un
sustantivo singular está ligado inmediatamente a otro por
medio de con, como, tanto como, así como deben
considerarse todos ellos como sujetos y regir el plural del
verbo‖ (Bello 1977: #838, p. 280).
Fíjese que la regla dice ―ligado inmediatamente‖, es decir
que si están separados es menester usar el singular, como
en la novena oración:
9. La criada fue atropellada en la acera con el
niño.
Podríamos argüir que igual que en las oraciones
anteriores: la criada fue atropellada y el niño fue
atropellado, pero al no estar ligados inmediatamente se
aplica esta regla de excepción.
10. El Presidente comenzó su discurso con orgullo
y prepotencia inaceptables.
Este es un caso en el que tenemos un adjetivo
(inaceptables) con dos sustantivos singulares que lo
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
56
preceden (orgullo y prepotencia). Como vemos el
adjetivo se lo usa en plural (Bello 1977: #844, p. 281).
No así en el caso de que el adjetivo sea el que preceda a
los sustantivos, como en la undécima oración:
11. La obra fue recibida por la crítica con admirable
efusión y alegría.
Entonces el adjetivo concuerda con el sustantivo que
inmediatamente le sigue (Bello 1977: #839, p. 280).
Adjetivo admirable (singular), sustantivo que le sigue
efusión (singular). Si tuviéramos un sustantivo plural
siguiendo al adjetivo, éste debería estar en plural, como
en:
La obra fue recibida por la crítica con grandes
aplausos y alegría.
12. Hubo muchas personas que vieron el accidente.
13. Debe haber cien o más legisladores que no están
de acuerdo.
Los quiteños y muchos otros hispanohablantes debemos
cuidar especialmente el uso del verbo haber cuando
significa existencia. La tendencia generalizada es a
conjugar este verbo en todas las personas, pero con este
significado solo se lo puede usar en tercera persona del
singular ya que es un verbo impersonal y lo que le sigue
es el complemento del verbo, no su sujeto (Esbozo 1999:
384).
En presente es muy claro pues decimos:
Hay muchas personas, o
Estudio de la Concordancia
57
Hay una persona
Lo mismo se debe considerar en todos los tiempos
gramaticales, de ahí que la oración duodécima es
correcta:
12. Hubo muchas personas que vieron el accidente.
Muchas personas es el complemento del verbo
impersonal haber en pretérito, por lo que lo correcto es
hubo.
El verbo haber comunica su impersonalidad a los otros
verbos que van con él, por lo tanto el verbo deber de la
decimatercera oración, tiene esa impersonalidad y va en
tercera persona del singular:
13. Debe haber cien o más legisladores que no están
de acuerdo.
Puesto que es un verbo impersonal no es posible decir
oraciones como:
Habemos personas que pensamos así.
Han habido protestas callejeras.
Lo correcto sería:
Hay personas que piensan así, incluido yo.
Ha habido protestas callejeras.
14. Se ponen inyecciones.
Es motivo de gran discusión entre los gramáticos el uso
del pronombre se con el verbo: se debe decir:
Se ponen inyecciones, o
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
58
Se pone inyecciones
¿el verbo debe ir en plural o en singular? Personalmente
creo que tenemos dos oraciones distintas: la una en la que
inyecciones es el sujeto de la oración y la otra en la que
es el objeto.
En se ponen inyecciones se trata de una oración en
pasiva refleja, la significación pasiva viene expresada por
un verbo activo ponen más el pronombre reflexivo se.
La estructura profunda (Miño-Garcés 1984: 105) de la
oración es: alguien pone inyecciones, y por una
transformación a voz pasiva, se ha convertido en una
primera estructura superficial en la que el objeto
inyecciones se ha cambiado en sujeto de la oración
pasiva inyecciones son puestas por alguien, y por el
horror que tiene la lengua española a la construcción
pasiva (Corrales 1998: 60), otra transformación la ha
cambiado a una nueva estructura superficial, más usada,
con se, pero manteniendo el carácter de sujeto de
inyecciones, el verbo está en plural porque el sujeto es
plural:
Se ponen inyecciones.
En la otra oración:
Se pone inyecciones.
Inyecciones es el objeto del verbo poner. Se trata de una
oración en voz activa, cuya estructura profunda es
alguien pone inyecciones, es decir la misma que para la
oración precedente, pero en lugar de sufrir la
transformación a pasiva, solamente usa el pronombre se
Estudio de la Concordancia
59
como un sujeto indeterminado. Se (= alguien) (singular)
pone (singular) inyecciones.
Por tanto las dos oraciones son correctas y solo depende
de que prevalezca la idea de que las inyecciones son
puestas (pasiva) (se ponen inyecciones) concertando el
verbo con su sujeto pasivo, o bien de que un sujeto
indeterminado pone inyecciones (impersonal activa) (se
pone inyecciones) (Esbozo 1999: 383).
El la decimaquinta oración:
15. Desde la ventana se ve a los niños jugando.
en cambio, no es posible decir se ven. ¿Puede usted
explicarlo?
En esta oración está claro que los niños es el objeto
directo (con la preposición a personal) del verbo ver en
la oración activa con sujeto indeterminado. La
preposición a
nos señala este hecho.
16. Al malo le caerá el rayo y la maldición de Dios.
Esta oración es correcta, sin embargo también lo es la
oración:
Al malo le caerán el rayo y la maldición de Dios.
ya que la regla dice que: ―Si el verbo precede a varios
sujetos singulares ligados por la conjunción y, puede
ponerse en plural, o concertar con el primero‖ (Bello
1977: # 832, p. 278).
17. El trueno y el grito perturbaron su descanso.
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
60
Tenemos dos sujetos enlazados por la conjunción y que
preceden al verbo, en este caso el verbo debe ir en plural,
es decir, se aplica la regla general II mencionada
anteriormente (Esbozo 1977: 390), pero si el verbo
precede a los sujetos, es posible que concierte con el
primer sujeto y no con todos, por ejemplo:
Perturbó el trueno y el grito su descanso
Observemos que la regla dice que es posible que el verbo
concierte con el primero, pero siempre es aconsejable
usar la regla general, esto es: a dos o más sujetos, verbo
en plural., sin tomar en cuenta la posición del verbo.
18. Me gusta cantar y bailar.
Como usted se habrá dado cuenta, esta oración cumple
con una regla enunciada anteriormente, cuando
analizábamos la segunda oración, esto es que dos o más
infinitivos concuerdan con un verbo en singular. En la
segunda oración los infinitivos preceden al verbo y en
ésta lo siguen.
Recuerde que en todo caso se puede seguir la regla
general, todas las reglas de excepción señalan que se
puede hacer la excepción, no que se debe hacerla.
19. Esto y lo otro hizo que nos enojáramos.
En esta oración tenemos dos demostrativos neutros, y la
regla dice que ―dos o más demostrativos neutros se
consideran como equivalentes a uno solo en número
singular‖ (Bello 1999: # 827 p. 278). No sonaría bien:
Esto y lo otro hicieron que nos enojáramos.
Estudio de la Concordancia
61
Pero si con el neutro o los neutros hay un sustantivo
masculino o femenino, es admisible la concordancia en
plural:
Esto, lo otro y la apatía general hicieron que nos
enojáramos.
20. Hubiera habido muchos accidentes.
Observe usted las oraciones duodécima y decimatercera.
¿Se ha dado cuenta de que es el mismo caso? Ya lo
habíamos dicho: El verbo haber comunica su
impersonalidad a los otros verbos que van con él y va
solamente en singular. El error común es ponerlo en
plural, como si muchos accidentes fuera el sujeto de la
oración, pero es el complemento, estamos usando el
verbo haber de existencia.
Hagamos un resumen de estas reglas de excepción:
I. Los nombres, en número singular, de
dos o más ideas que forman
colectivamente una sola, equivalen a
un solo nombre en singular.
II. Dos o más infinitivos concuerdan
con un singular.
III. El verbo que se refiere a dos o más
sujetos singulares unidos por la
disyuntiva o, puede hallarse en
singular concertando con uno solo, o
en plural concertando con todos.
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
62
IV. Con la copulativa ni, el verbo puede
concertar con todos los sujetos en
plural, o en singular con el más
próximo, sin que en esta
concordancia influya que el verbo
siga o preceda a los sujetos.
V. Si un sustantivo singular está ligado
inmediatamente a otro por medio de
con, como, tanto como, así como
deben considerarse todos ellos como
sujetos y regir el plural del verbo.
VI. Un adjetivo con dos sustantivos
singulares que lo preceden. va en
plural.
VII. Un adjetivo que precede a varios
sustantivos concuerda con el que
inmediatamente le sigue.
VIII. El verbo haber, cuando significa
existencia solo se lo puede usar en
tercera persona del singular.
IX. El verbo haber, cuando significa
existencia comunica su
impersonalidad a los otros verbos
que van con él, por lo tanto éstos van
en singular.
X. En una oración pasiva refleja, el
verbo concuerda con el sujeto
pasivo.
XI. En una oración impersonal activa, el
verbo se usa en tercera persona del
singular.
Estudio de la Concordancia
63
XII. Si el verbo precede a varios sujetos
singulares ligados por la conjunción
y, puede ponerse en plural, o
concertar con el primero.
XIII. Dos o más demostrativos neutros se
consideran como equivalentes a uno
solo en número singular.
XIV. Si con el neutro o los neutros hay un
sustantivo masculino o femenino, es
admisible la concordancia en plural.
Fernando Miño-Garcés, Ph. D.
64
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Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
67
DICTAMEN DE LOS PAÍSES GARANTES =
LAUDO ARBITRAL.
UNA ECUACIÓN CON MÁS DE UNA
INCÓGNITA1
Íñigo Salvador Crespo2
I. INTRODUCCIÓN: PLANTEAMIENTO DE LA ECUACIÓN
En los días que precedieron a la divulgación del punto de
vista vinculante de los Países Garantes del Protocolo de
Río de Janeiro, el 23 de octubre de 1998, y al Acta
Presidencial de Brasilia, suscrita el 26 del mismo mes y
año, en virtud de los cuales se zanjó el conflicto
territorial que había opuesto a Ecuador y Perú desde que
nacieron a la vida republicana, los medios de
comunicación social del país recogieron opiniones que
identificaban con un "arbitraje" el procedimiento cuyo
resultado fue el referido pronunciamiento y con un
"laudo arbitral" el dictamen en sí.
El propio Presidente Mahuad, en una cadena de radio y
televisión transmitida el 14 de octubre de 1998, expresó
1 "Ecuación. f. Álg. Igualdad que contiene una o más incógnitas". Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, Madrid, Espasa Calpe, 1970, 19ª ed., pág. 501.
2 Profesor de Derecho Internacional Público en la Facultad de Jurisprudencia, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. El autor desea
agradecer a los cursantes de la Academia Diplomática "Antonio J. Quevedo" del Ministerio de Relaciones Exteriores (2000), así como a los alumnos de la materia de "Introducción al Derecho Internacional Público" de la Facultad de Jurisprudencia de la P.U.C.E. (segundo semestre 2000-2001), por su contribución en clase a la discusión del tema abordado en este trabajo.
Ínigo Salvador Crespo
68
que "la intervención de los garantes, en la práctica, es un
arbitraje"3. A esta opinión se sumaron ex-Presidentes
4,
ex-Ministros de Relaciones Exteriores5, hombres
públicos6, articulistas
7 y líderes civiles.
El criterio de que el punto de vista vinculante de los
Garantes constituía un laudo arbitral fue oficialmente
enunciado por el Tribunal Constitucional en su dictamen
emitido en virtud del artículo 162, inciso segundo, de la
3 "Mahuad aplaudido en la Cancillería, en la Tv. intervino 65 minutos", El Comercio, Quito, 15 de octubre de 1998, pág. A2.
4 El ex-Presidente Rodrigo Borja, en entrevista concedida al diario "Hoy", manifestó: "En estos últimos años, después de tantos conflictos y traspiés, hemos retornado a la solución del arbitraje, solo que ya no será un arbitraje del Papa ni de equidad, sino a cargo de países que no pueden desligarse de
sus intereses geopolíticos y geoeconómicos". "El 'callejón sin salida' de Borja", Hoy, Quito, 14 de octubre de 1998, pág. A2.
5 "Se requiere, entonces, cuando las partes no pueden llegar a un acuerdo, que un ente jurídico superior fije una resolución de los problemas, resolución que sea obligatoria para las partes. En el caso, parece lo más conveniente un arbitraje, que según los acontecimientos y declaraciones de instituciones y personas de ambos países, tiene factibilidad". Francisco ACOSTA YÉPEZ, "De garantes a árbitros", El Comercio, Quito, 15 de octubre
de 1998, pág. A4.
6 "Se critica el hecho de dar la calidad de árbitros a quienes por mandato del Protocolo de Río de Janeiro son Garantes del mismo; pero como ya hemos dicho, las instancias jurídicas y diplomáticas están agotadas y lo que se plantea es una solución política con la intervención de terceros para superar los escenarios de una paz armada o de confrontaciones bélicas abiertas. Hoy está más claro que el arbitraje papal nos hubiera ahorrado tiempo, esfuerzos y recursos". René MAUGÉ, "Hacia el final de una época", El Comercio, Quito, 13 de octubre de 1998, pág. A5.
7 "Los países Garantes ... han realizado un planteamiento por el que se convertirían en actores trascendentales del proceso, en una calidad que actualmente no contempla para ellos el Protocolo de Río de Janeiro, la de árbitros del diferendo". Manuel M. TERÁN, "El desenlace de las negociaciones", El Comercio, 14 de octubre de 1998, pág. A5.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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69
Constitución Política de la República, y posteriormente
reiterado por el Congreso Nacional en su resolución del
día siguiente.
En efecto, en su extenso dictamen contenido en el oficio
No. 279-TC-P-98, de 15 de octubre de 1998, el Tribunal
Constitucional, luego de hacer una introducción doctrinal
sobre el arbitraje internacional, concluye: "De las
consideraciones anteriores es evidente que los
Presidentes de Ecuador y Perú solicitaron a los
Presidentes de los países garantes, que intervengan
como árbitros arbitradores y elaboren una propuesta,
que dentro del marco jurídico que nos vincula,...
contribuya a alcanzar los objetivos de la paz, amistad,
comprensión y buena voluntad a que nos hemos
comprometido' "8 (el resaltado es nuestro).
De igual manera, el Congreso Nacional, en sesión de 16
de octubre de 1998, adoptó una resolución en la cual,
luego de considerar "que los países garantes han
respondido que su propuesta debería tener el carácter de
vinculante, asumiendo así la condición de árbitros en
la controversia" (párrafo considerativo 7), resuelve
―aprobar el pedido del señor Presidente Constitucional de
la República, respecto al procedimiento planteado por los
señores Presidentes de los cuatro Países Garantes,
quienes a juicio del Congreso Nacional asumen la
calidad de árbitros, para solucionar el diferendo
8 Los Documentos de la Paz, Ecuador-Perú, Paz con dignidad, Fundación Cívica Dr. Cristóbal Hurtado Mata, Quito, Gráficas Ortega, sin fecha, pág. 252.
Ínigo Salvador Crespo
70
territorial ecuatoriano-peruano..."9 (el resaltado es
nuestro).
Es incuestionable que el largo proceso de negociación y
solución del diferendo territorial ecuatoriano-peruano,
iniciado a poco del cese de las hostilidades en enero de
1995, como el de todo conflicto internacional, tuvo
sucesivamente características de más de uno de los
medios pacíficos de solución de controversias
internacionales. Sin embargo, ¿puede afirmarse
categóricamente que se trata de un proceso arbitral?,
¿puede sostenerse, a la luz de la teoría y la práctica del
derecho internacional, que los Países Garantes
"asumieron la calidad de árbitros", que el proceso fue un
arbitraje y que su punto de vista vinculante fue un laudo
arbitral?
El propósito de este estudio es justamente intentar
despejar estas incógnitas a través de una confrontación de
los hechos históricos con la moderna teoría del derecho
internacional, particularmente la relativa a los medios de
solución pacífica de controversias. El interés de este
empeño es principalmente académico y no busca sino
esclarecer, desde un punto de vista doctrinal
estrictamente jurídico, la esencia de la solución al
problema territorial ecuatoriano-peruano, a fin de
enderezar aparentes confusiones conceptuales; no
pretende, por tanto, sugerir que la interrogante planteada
constituya en modo alguno un cuestionamiento al
desenlace del proceso, ni, menos aún, insinuar que la
respuesta, sea ella la que fuere, pueda poner en duda el
9 Ibid., págs. 266 y 267.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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71
resultado final de las negociaciones llevadas a cabo desde
febrero de 1995 hasta octubre de 1998.
La metodología que se seguirá a lo largo de este estudio
para intentar alcanzar el objetivo antes planteado
consiste, pues, en presentar sistemáticamente las
principales características del arbitraje internacional,
según las establecen los principales instrumentos
internacionales, los escritos de los tratadistas y la
jurisprudencia de los principales tribunales
internacionales, y cotejarlas con la forma en que se
desarrolló el proceso que culminó con el Acta
Presidencial de Brasilia. Así, revisaremos inicialmente la
teoría del derecho internacional relativa al arbitraje y el
papel preponderante que desempeña el convenio arbitral
como fuente del proceso arbitral.
A partir de ello, repasaremos los hechos acaecidos desde
febrero de 1995 para verificar si existe entre Ecuador y
Perú un convenio arbitral propiamente dicho, una
cláusula arbitral o un compromiso arbitral, poniendo
énfasis en la configuración tanto de los elementos
formales del consentimiento que debió expresarse a
través de un tratado internacional (pues no otra cosa es
un convenio arbitral), como de los de fondo, es decir, el
contenido que debió haber tenido tal consentimiento.
Finalmente, a manera de respuesta a las incógnitas
planteadas, intentaremos alcanzar conclusiones que nos
permitan definir la naturaleza arbitral o no del punto de
Ínigo Salvador Crespo
72
vista vinculante de los Países Garantes en la controversia
territorial entre Ecuador y Perú.
II. EL ARBITRAJE INTERNACIONAL
Comencemos, entonces, por definir al arbitraje
internacional. Para hacerlo, partamos, como hipótesis
inicial de trabajo, de la noción de arbitraje —"impecable
desde el punto de vista doctrinal"10
, al decir de Pastor
Ridruejo— enunciada por la Convención de La Haya
sobre solución pacífica de las controversias
internacionales, el 18 de octubre de 1907:
"Artículo 37.- El arbitraje internacional tiene por
objeto arreglar los litigios entre los Estados
mediante jueces por ellos elegidos y sobre la base
del respeto al Derecho. El convenio de arbitraje
implica el compromiso de someterse de buena fe
a la sentencia arbitral"11
.
Esta definición, aunque lacónica, encierra las
características esenciales del arbitraje internacional, a
saber:
10 José Antonio PASTOR RIDRUEJO, Curso de derecho internacional público y organizaciones internacionales, Madrid, Tecnos, 2000, reimpresión de la 7ª
ed. (1999), p. 599.
11 "Convenio de La Haya para el arreglo pacífico de los conflictos internacionales", 18 de octubre de 1907, en Oriol CASANOVAS Y LA ROSA, Casos y textos de derecho internacional público, Madrid, Tecnos, 1988, 4ª. ed., pág. 498.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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73
el conflicto es sometido a la decisión de un tercero
imparcial, el órgano arbitral (sea éste un solo árbitro o
un tribunal arbitral);
la competencia del árbitro y su elección dimanan de
la voluntad de las partes;
el análisis y la solución del caso por el órgano arbitral
se fundamentan en el derecho internacional (aunque
las partes pueden facultarle para que falle ex æquo et
bono); y
el laudo arbitral tiene carácter obligatorio.
El sometimiento de una controversia a la resolución
obligatoria de un tercero y la obligatoriedad de la
decisión de éste son las características primordiales de
los medios "jurídicos" de solución pacífica de
controversias, que son dos: la solución judicial y el
arbitraje. La solución es impuesta, no propuesta, a las
partes en conflicto por un tercero.
Sin embargo, el arbitraje se diferencia de la solución
judicial por la naturaleza específica del órgano arbitral en
relación al conflicto que le es sometido. Así, mientras el
órgano judicial preexiste al conflicto y perdura luego de
su solución para seguir conociendo otros casos, el órgano
arbitral nace cuando el conflicto surge y desaparece una
vez que éste ha sido solucionado. Esta particularidad
favorece la libertad de los Estados partes en el conflicto
para designar al órgano arbitral, definir su conformación,
establecer el procedimiento que deberá seguir y el
derecho que ha de aplicar y delimitar sus facultades. El
arreglo judicial, por el contrario, en la medida que el
órgano dirimente es permanente, limita radicalmente la
Ínigo Salvador Crespo
74
libertad de los Estados que le someten una controversia,
pues cuenta ya con un estatuto y unas reglas de
procedimiento preestablecidos y se encuentra, por lo
general, adscrito a la estructura de alguna organización
intergubernamental12
; es, en definitiva, un medio de
solución de conflictos bastante más rígido que el
arbitraje.
Por otra parte, el sometimiento de una controversia a la
resolución obligatoria de un tercero y la obligatoriedad
de la decisión de éste son las características que
distinguen a los medios jurídicos de los medios
"políticos" de solución de controversias, que son: buenos
oficios, negociación, mediación, conciliación,
investigación, en los cuales la solución es acordada
directamente por las partes (aunque a veces con la
intervención no vinculante de un tercero). En estos
medios la solución puede ser propuesta a las partes,
jamás impuesta.
Estrechamente relacionada con la utilización de los
medios jurídicos o políticos de solución de controversias,
está la naturaleza del conflicto mismo. Así, según la
doctrina13
, convendría utilizar medios jurídicos para
resolver conflictos también "jurídicos" y medios políticos
para resolver conflictos "políticos".
12 Así, por ejemplo, la Corte Internacional de Justicia es el órgano judicial de
las Naciones Unidas; el Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina lo es de esta organización; el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, de estas últimas (Comunidad Europea del Carbón y del Acero, Comunidad Europea y Comunidad Europea de Energía Atómica); etc.
13 Ver PASTOR RIDRUEJO, op. cit., pág. 576.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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75
Conflictos políticos son aquéllos que versan, en palabras
de Vattel, sobre "derechos esenciales" de los Estados (―se
quiere arrebatar a una nación su derecho esencial, o
alguno sin el cual no puede esperar sostenerse; si un
vecino ambicioso amenaza la libertad de una república; si
pretende someterla o esclavizarla‖14
), la independencia,
los intereses vitales o el honor del Estado.
Por exclusión, son conflictos jurídicos todos los demás.
La enumeración que hace el artículo 36, número 2 del
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia ilustra los
conflictos considerados jurídicos. Reza la citada norma:
"Los Estados partes en el presente Estatuto podrán
declarar en cualquier momento que reconocen como
obligatoria ipso facto y sin convenio especial,
respecto a cualquier otro Estado que acepte la misma
obligación, la jurisdicción de la Corte en todas las
controversias de orden jurídico que versen sobre:
a) la interpretación de un tratado;
b) cualquier cuestión de derecho internacional;
c) la existencia de todo hecho que, si fuere
establecido, constituiría violación de una
obligación internacional;
d) la naturaleza o extensión de la reparación que
ha de hacerse por el quebrantamiento de una
obligación internacional" (el resaltado es
nuestro).
14 Emerico de VATTEL, Le Droit des Gens ou Principes de la loi naturelle appliqués à la conduite et aux affaires des nations et des souverains, 1758, citado por PASTOR RIDRUEJO, op. cit., pág. 577.
Ínigo Salvador Crespo
76
Aunque es generalmente aceptada esta caracterización
que se hace de los conflictos jurídicos y los políticos, no
es menos generalizada la convicción de que ningún
conflicto puede ser exclusivamente jurídico o
exclusivamente político15
.
A. El convenio arbitral es la fuente de todo arbitraje
En virtud del principio de la libertad de elección de los
medios de solución pacífica de controversias16
, los
Estados deciden qué clase de medios —jurídicos o
políticos, y, dentro de cada una de estas dos grandes
categorías, cuál de los medios en particular— utilizarán
para intentar resolver sus conflictos.
En caso de escoger el arbitraje, los Estados pueden
manifestar su voluntad mediante un tratado17
, conocido
15 Ver Hersch LAUTERPACHT, The Fonction of Law in Internationl Community, Oxford, 1933, pág. 39 et seq., citado por PASTOR RIDRUEJO, op.
cit., pág. 578.
16 Este principio ha sido reconocido por la Corte Permanente de Justicia Internacional en su fallo en el Asunto del Estado de Carelia Oriental (1923), cuando dice: ―Por lo demás, esta regla no hace sino reconocer un principio fundamental en el Derecho Internacional: el principio de la independencia de los Estados. Está perfectamente establecido en Derecho Internacional que ningún Estado puede ser obligado a someter sus controversias con otros Estados a la mediación, al arbitraje o a cualquier otro medio de solución pacífica sin su consentimiento‖.
17 La Corte Internacional de Justicia en su fallo en el caso Ambatielos alude a esta facultad cuando dice que "la Corte no se desvía del principio bien establecido en derecho internacional y aceptado por su jurisprudencia, así como por la de la Corte Permanente de Justicia Internacional, según el cual ningún Estado puede ser obligado a someter sus diferendos a arbitraje sin su
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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en términos genéricos como "convenio arbitral".
Dependiendo del momento en que surge el conflicto o, si
se quiere, del momento en que se suscribe el tratado, éste
toma diferente nombre. Así, si el tratado preexiste a la
controversia y está destinado a regir toda controversia
futura, mantiene el nombre de convenio o tratado arbitral,
propiamente dicho; si, en cambio, el tratado es suscrito
una vez que ésta ha surgido y tiene por objeto regular el
arbitraje de esa controversia en particular, entonces el
tratado es llamado "compromiso arbitral".
Pueden también los Estados decidir someter sus
conflictos futuros a arbitraje mediante la inclusión de una
cláusula en tal sentido dentro de un tratado general sobre
solución de controversias o sobre otra materia cualquiera;
en ese caso hablamos de una "cláusula arbitral" o
"cláusula compromisoria".
III. ¿EXISTE UN CONVENIO ARBITRAL ENTRE ECUADOR Y
PERÚ? (INCÓGNITA NO. 1)
La pregunta debe ser replanteada en estos términos:
¿puede invocarse la existencia de un convenio entre
Ecuador y Perú, en virtud del cual los Países Garantes del
Protocolo de Río de Janeiro fueron investidos con la
calidad de árbitros para decidir sobre el problema
territorial ecuatoriano-peruano o sobre parte de él?
Para dar respuesta a esta cuestión hemos de seguir el
esquema teórico enunciado más arriba, según el cual, en
función del momento de suscripción del convenio arbitral
consentimiento...". "Caso Ambatielos (fondo: obligación de arbitraje)", sentencia, C.I.J., Recueil, 1953, pág. 53.
Ínigo Salvador Crespo
78
o de su dependencia o no de un tratado sobre otra
materia, estaremos frente a un convenio arbitral
propiamente dicho, un compromiso o una cláusula
arbitral.
A. ¿Cuándo surgió la controversia territorial entre
Ecuador y Perú? (Incógnita No. 2)
Como primer paso, debemos, pues, establecer una "fecha
crítica" de surgimiento de la controversia en cuestión, a
fin de poder determinar si la celebración de un convenio
arbitral, que asigne a los Garantes la calidad de árbitros,
fue anterior o posterior a ella.
El asunto no es fácil de dilucidar. Podría postularse, con
sobrada razón jurídica, que la controversia surgió a raíz
del incumplimiento por parte del Perú del Tratado de
Guayaquil de 1829, que fijó los límites entre Colombia,
predecesora del Ecuador en la titularidad de los derechos
sobre los territorios en cuestión, y el Perú. Sin embargo,
esa posición, para los efectos que nos ocupan, es
impertinente, puesto que si estamos hablando de los
Países Garantes como supuestos árbitros, un tratado que
les invistiera con tal calidad solamente podría haberse
celebrado con posterioridad a la suscripción del
Protocolo de Río de Janeiro, en 1942, pues es en este
instrumento que se crea la figura de los Países Garantes.
Sin embargo, aún si conviniéramos en que 1829 es la
fecha crítica, en función de la cual debemos hacer nuestra
determinación, podríamos asegurar que ningún convenio
arbitral que confiriera a los Presidentes de Argentina,
Brasil, Chile y Estados Unidos la calidad de árbitros fue
firmado antes de la existencia de la controversia.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
79
Una postura más acertada sería la de que la controversia
surgió cuando, suscrito y ratificado por Ecuador y Perú el
Protocolo de Río de Janeiro de 1942, y descubierta en
1947 la inexistencia del accidente geográfico previsto por
el mencionado instrumento como límite en la frontera sur
oriental del Ecuador, el Presidente Galo Plaza proclamó
en su mensaje al Congreso de 1951 la inejecutabilidad
del injusto tratado y dirigió un memorándum en tal
sentido a los Países Garantes. Los Países Garantes
propusieron una alternativa de línea demarcatoria que fue
violentamente rechazada por el Perú18
. Esta oposición
del Perú es la que determina la existencia de la
controversia19
.
18 Ver Julio TOBAR DONOSO y Alfredo LUNA TOBAR, Derecho Territorial Ecuatoriano, Quito, Imprenta del Ministerio de Relaciones Exteriores, 1982,
3ª ed., pág. 261, nota al pie.
19 La Corte Internacional de Justicia ha establecido en varios de sus fallos los supuestos de existencia de una controversia internacional. Así, por ejemplo, en el caso de la "Interpretación de los tratados de paz concluidos con Bulgaria, Hungría y Rumania", el tribunal expresó: "La existencia de una diferencia internacional exige que sea establecida objetivamente. El simple hecho de que la existencia de una diferencia sea discutida, no prueba que esta diferencia no exista. ... Se ha producido pues una situación en que
los puntos de vista de las dos partes en cuanto a la ejecución o no
ejecución de ciertas obligaciones procedentes de los tratados, están claramente en contra. En presencia de tal situación, el Tribunal debe concluir que se han producido diferencias internacionales" (la negrilla es nuestra). "Interpretación de los tratados de paz", Opinión consultiva: C.I.J. Recueil , 1950, p. 74.
Ínigo Salvador Crespo
80
B. ¿Existe una cláusula compromisoria? (Incógnita
No. 3)
Podemos, pues, preguntarnos nuevamente: ¿se suscribió
entre 1942 y 1951, fecha crítica de surgimiento de la
controversia, un convenio arbitral o una cláusula
compromisoria que sometiera el problema territorial
ecuatoriano-peruano a la decisión obligatoria de los
Países Garantes?
Una categórica negativa parece ser la única respuesta
posible en relación a la existencia de un convenio
arbitral. En efecto, ningún tratado arbitral que confiera a
los Garantes la calidad de árbitros fue celebrado entre
1942 y 1951.
La posible existencia de una cláusula arbitral, empero,
debe ser analizada con algo más de detenimiento. El
Protocolo de Río de Janeiro de 1942 establece en su
artículo VII:
"Cualquier duda o desacuerdo que surgiere sobre
la ejecución de este Protocolo, será resuelto por
las Partes con el concurso de los Representantes
de Estados Unidos, la Argentina, Brasil y Chile,
dentro del plazo más breve que sea posible".
¿Puede esta disposición ser considerada como una
cláusula arbitral inserta en el propio Protocolo de Río de
Janeiro?
Las cláusulas arbitrales, en palabras de Wühler,
"estipulan el arreglo de las controversias que puedan
surgir entre las partes en un convenio por parte de un
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
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81
tribunal arbitral internacional o por otra institución
internacional que pueda decidir con fuerza vinculante"20
.
El contenido de estas cláusulas "puede variar de manera
considerable" y "la combinación de varios métodos de
solución pacífica de controversias, sea
acumulativamente, sea alternativamente, es una
característica frecuente. Por regla general, el recurso a
un tribunal arbitral es permitido solamente luego de
agotados los demás medios"21
.
Así, pues, el artículo VII del Protocolo de Río de Janeiro
no es, tampoco, una cláusula arbitral, pues atribuye a las
partes mismas, Ecuador y Perú, la capacidad de
resolución de los desacuerdos o dudas relativos a la
ejecución del Protocolo, con la colaboración, "el
concurso", eso sí, de los Garantes, pero sin dejar en
manos de éstos la solución obligatoria de tales
diferencias. La ausencia de la palabra "arbitraje" o de
una referencia específica a la "fuerza vinculante" de tal
concurso desmiente más categóricamente cualquier
equiparación del artículo VII del Protocolo de Río a una
cláusula arbitral. Este artículo es, más bien, una cláusula
de solución pacífica de controversias a través de medios
políticos, pues a ello equivale dejar en manos de las
partes el arreglo del conflicto con la colaboración de los
Países Garantes.
Se funda también, en el referido artículo VII del
Protocolo de Río, el artículo 6° del Comunicado de
20 Norbert WÜHLER, "Arbitration Clause in Treaties", en R. BERNHARDT (editor), Encyclopedia of Public International Law, 1992, volumen I, pág. 236.
21 Ibid., pág. 237.
Ínigo Salvador Crespo
82
Prensa conjunto de los Cancilleres de Ecuador y Perú,
difundido el 19 de junio de 1996, luego de la reunión
celebrada en Buenos Aires para "continuar el proceso de
definición de los procedimientos que se aplicarán en las
próximas conversaciones de Brasilia"22
, que dice:
"Para la adopción del procedimiento que seguirán las
Partes en las conversaciones de Brasilia, acordaron
tomar en cuenta la Declaración formulada por los
Países Garantes en Lima el 18 de enero de 1996, que
contiene los siguientes puntos:
a) las Partes conversarán directamente con la
participación de los Países Garantes;
b) en caso de que surjan desacuerdos durante el
curso de las conversaciones, los Países Garantes
formularán evaluaciones, recomendaciones,
sugerencias, exhortaciones y declaraciones, de
acuerdo con el espíritu del Protocolo de Río de
Janeiro de 1942;
c) las Partes, si así lo convinieren, otorgarán
obligatoriedad a su recurso a los Garantes
cuando no se haya llegado a un acuerdo entre
ellas acerca de un punto determinado, todo
esto dentro de los términos del artículo 7° del
Protocolo de Río de Janeiro de 1942;
22 Paz con Dignidad. Documentos del problema territorial ecuatoriano-peruano, Quito, Imprenta del Ministerio de Relaciones Exteriores, 1997, pág. 69.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
83
d) la aceptación o no de las propuestas que
hagan los Garantes, quedará a la decisión de
las Partes"23
(el resaltado es nuestro).
Por lo tanto, en la medida que es una derivación del
artículo VII del Protocolo de Río, cuya naturaleza ya
hemos desentrañado, este artículo 6º del Comunicado de
Prensa de Buenos Aires, carece también de la calidad de
cláusula arbitral.
C. ¿Existe un compromiso arbitral? (Incógnita No. 4)
Un compromiso arbitral, como ha quedado dicho, es un
convenio arbitral celebrado después de que la
controversia ha surgido. ¿Puede decirse, en puridad, que
Ecuador y Perú suscribieron un tratado internacional, por
medio del cual sometieron su controversia territorial a
resolución obligatoria de los Países Garantes?
Los Presidentes de las Repúblicas de Ecuador y Perú,
mediante carta conjunta de 8 de octubre de 1998 dirigida
al Presidente de Brasil, en vista de que no había "sido
posible encontrar una fórmula mutuamente aceptable
para culminar la fijación en el terreno de la frontera
terrestre común conforme a lo establecido en el Protocolo
de Río de Janeiro, el Fallo del árbitro Braz Días de
Aguiar y a lo convenido en el Cronograma del 19 de
enero"24
del mismo año, "de conformidad con el Artículo
Séptimo del Protocolo de Río de Janeiro y con el Punto
23 Ibid., pág. 70.
24 Los Documentos de la Paz..., pág. 232.
Ínigo Salvador Crespo
84
Cuarto del Acuerdo de Santiago, de octubre de 1996,
[convienen] en solicitar, por su alto intermedio, a los
señores Presidentes de los Países Garantes, la elaboración
de una propuesta que, dentro del marco jurídico que nos
vincula y tomando en consideración los desarrollos
registrados en el proceso iniciado con la Declaración de
Paz de Itamaraty, contribuya a alcanzar los objetivos de
paz, amistad, comprensión y buena voluntad a que nos
hemos comprometido". Dicha propuesta, a decir de los
Presidentes, "podría conducir al arreglo que permita dar
término, en forma global y definitiva, a las diferencias
que aún subsisten entre nuestros países"25
.
Nótese que en este pedido, las partes en la controversia,
no solicitan a los Países Garantes más que una
"propuesta", término que por definición conlleva la
posibilidad de que los solicitantes acepten o no lo
propuesto. Nótese también que, si bien los Presidentes
de Ecuador y Perú admiten que la propuesta de los
Garantes podría dar lugar a un arreglo definitivo de las
controversias subsistentes, se cuidan mucho de
comprometerse a acatar de manera obligatoria la
propuesta de los Garantes; el uso del condicional
"podría" ("podría conducir al arreglo") es muy decidor.
Nótese, por último, que la referencia al artículo VII del
Protocolo de Río de Janeiro sitúa a los Garantes en el
terreno bien definido de la contribución al arreglo, del
"concurso" para que las partes resuelvan ellas mismas sus
diferencias. Este pedido, por lo tanto, no indica que
Ecuador y Perú hubiesen querido, en ese momento,
someterse a una solución obligatoria impuesta por los
25 Ibid., pág. 233.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
85
Garantes; por el contrario, en función del principio de la
libertad de elección de los medios, parecen inclinarse
más bien por continuar en la senda de los medios
"políticos" de solución de controversias, prefieren que se
les proponga, antes que se les imponga.
Son los Garantes por intermedio del Presidente brasileño,
en su carta de 10 de octubre de 1998, los que introducen
el elemento de la obligatoriedad de lo que ellos lleguen a
proponer:
"Creemos así que en las actuales circunstancias y
en virtud del punto cuarto del Acuerdo de
Santiago, para que el procedimiento solicitado por
ustedes permita superar las dificultades
encontradas en el proceso que se inició con la
Declaración de Paz de Itamaraty y alcanzar los
propósitos de paz y amistad dentro del marco del
Protocolo de Río de Janeiro, el punto de vista de
los Países Garantes del Protocolo debería de
[sic] tener un carácter vinculante para las
Partes.
"Para los efectos de asegurar este carácter,
entregaríamos nuestra propuesta solamente en
el evento de que los Congresos de ambos países
hubieran aprobado este procedimiento. Los
Garantes consideramos que la prontitud en la
resolución de la cuestión planteada es condición
del éxito de la solución"26
(el resaltado es
nuestro).
26 Ibid., pág. 236.
Ínigo Salvador Crespo
86
De esta manera, lo que inicialmente habría debido ser
una proposición de solución que las partes en la
controversia podían aceptar o rechazar, se torna en una
velada forma de coacción y una casi indisimulada
imposición que las partes deben acatar. Evidentemente,
admitir esta transformación queda todavía aparentemente
librado a la voluntad de las partes: es prerrogativa de
Ecuador y Perú aprobar este procedimiento propuesto por
los Garantes Y así lo hacen, no sin antes llevar a cabo las
consultas y obtener las aprobaciones necesarias, según
las respectivas legislaciones internas.
En efecto, con fecha 16 de octubre de 1998, el Presidente
del Ecuador comunica al Presidente del Brasil que
"El Congreso del Ecuador ha aprobado en esta
fecha el pedido que dirigía la Legislatura para que
exprese su conformidad a fin de que el Presidente
de la República, a nombre del Estado ecuatoriano,
se comprometa a:
1.- Someter al pronunciamiento de los
Presidentes de Argentina, Brasil, Chile y Estados
Unidos de América la solución de las diferencias
existentes con la República del Perú, acerca de la
determinación en el terreno de la frontera común;
2.- Reconocer a dicho pronunciamiento carácter
vinculante; y,
3.- Aceptar que el pronunciamiento abarque la
totalidad de la controversia, teniendo en cuenta
tanto los puntos en los que se ha producido
coincidencias durante la negociación directa,
como aquellos en los que ha habido discrepancia.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
87
Al comunicar a Vuestra Excelencia la aceptación
del Ecuador a los planteamientos constantes en su
nota recibida el 10 de los corrientes, conforme se
registra en la Resolución del Congreso Nacional,
cuyo texto acompaño, deseo reiterar ..."27
.
Al día siguiente, el Presidente del Perú, por su parte,
dirige al Presidente del Brasil una carta, cuyo párrafo
medular dice:
"En virtud de lo anterior, es grato expresar a
Vuestra Excelencia que el Gobierno del Perú
acepta, conforme a la autorización otorgada por el
Congreso de la República, el procedimiento
propuesto por los Presidentes de los Países
Garantes en aplicación del artículo Séptimo del
Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de
Janeiro y del Punto cuarto del Acuerdo de
Santiago de 29 de octubre de 1996"28
.
1. El tratado internacional
"Un tratado es una manifestación de voluntades
concordantes, imputables a dos o más sujetos de derecho
internacional, y destinada a producir efectos jurídicos en
conformidad con las normas del derecho internacional"29
.
27 Ibid., pág. 271.
28 Ibid., pág. 284.
29 Paul REUTER, Introducción al derecho de los tratados, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, pág. 45.
Ínigo Salvador Crespo
88
Corresponde ahora verificar si a los supuestos de esta
definición del célebre Paul Reuter se ajustan los hechos
verificados en torno a la adopción del procedimiento
propuesto por los Países Garantes. O, planteado de otra
manera: ¿puede decirse que el procedimiento seguido
para aprobar la propuesta de los Garantes constituye el
método de creación de un compromiso arbitral, es decir
de un tratado internacional por el cual Ecuador y Perú
someten a la decisión obligatoria de los Garantes su
controversia territorial, ya surgida?
¿Hubo una manifestación de voluntades concordantes?
(Incógnita No. 5)
A fin de determinar la existencia o no de la expresión de
consentimiento coincidente de las dos partes en el caso
que nos ocupa, abordemos primero el proceso formal de
creación de la norma convencional, revisando
brevemente el procedimiento de creación de los tratados
en el derecho internacional y confrontado con ese
proceso la manera como se llegó al punto de vista
vinculante de los Países Garantes, para luego detenernos
en el fondo de dicha manifestación, es decir, si el
consentimiento, en caso de existir, incluye los elementos
característicos de un compromiso arbitral.
i. Proceso de creación de los tratados (iter pacti)
La fuente formal del derecho internacional conocida
como "procedimiento convencional", que resulta en la
creación de la "norma convencional", consiste en una
sucesión ordenada de pasos tendientes a la creación del
consentimiento, que se pueden agrupar en una "fase
inicial" en que se forma el consentimiento, una "fase
intermedia" en que se confirma el alcance de dicho
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
89
consentimiento y una "fase final" en que el
consentimiento se expresa y se perfecciona30
. Es el
derecho internacional consuetudinario el que regula
predominantemente las fases inicial y final del
procedimiento convencional, aunque la Convención de
Viena sobre el derecho de los tratados ha codificado esas
normas consuetudinarias, sin que éstas, como es sabido,
por haber sido reconocidas convencionalmente pierdan
vigencia o autonomía. El derecho interno de cada estado
parte regula principalmente la fase intermedia, aunque
toma parte también, desde su competencia específica, en
las fases inicial y final.
Dentro de la fase inicial del iter pacti se encuentran las
etapas de "negociación" del texto del convenio, la
"adopción" de su redacción definitiva y la
"autenticación" de dicho texto final a través de la firma
del plenipotenciario. La Constitución Política
ecuatoriana faculta al Presidente de la República, en
términos amplios, a "celebrar" tratados internacionales
(artículo 171, numeral 12); debemos entender que esta
formulación, aunque genérica, sin duda incluye aquellas
etapas.
La fase intermedia, regulada en el caso del Ecuador por
la Constitución Política de la República, consiste en la
aprobación en un solo debate del Congreso Nacional de
los tratados incursos en cualquiera de las seis categorías
taxativamente descritas (artículo 161 de la Constitución),
previo análisis del Tribunal Constitucional a fin de
determinar su conformidad con la Constitución (artículo
30 Cfr. Antonio REMIRO BROTÓNS et. al., Derecho Internacional, Madrid, McGraw-Hill Interamericana de España, 1997, págs. 204 et seq.
Ínigo Salvador Crespo
90
162 de la Carta Fundamental). La publicación en el
Registro Oficial es requisito de orden interno, posterior a
la ratificación, para la difusión del texto del convenio,
que pasa a formar parte del ordenamiento jurídico
nacional desde ese momento (artículo 163 de la
Constitución).
La fase final incluye la "manifestación" del
consentimiento a través de la ratificación —asignada en
nuestro orden interno al Presidente de la República, con
posterioridad a la aprobación del Congreso Nacional
(artículo 171 numeral 12 de la Constitución Política)— y
el "perfeccionamiento" de tal manifestación a través del
canje de instrumentos de ratificación o el depósito de los
mismos en manos de un tercero.
ii. ¿Pueden las voluntades concordantes manifestarse
en dos instrumentos separados? (Incógnita No. 6)
La infundada duda —que parece haber asaltado al propio
Presidente Mahuad— respecto a si las dos cartas de
aceptación de los Presidentes de Ecuador y Perú a la
propuesta del de Brasil podrían constituir una expresión
válida de voluntades, debe ser desechada de entrada.
La Convención de Viena sobre el derecho de los Tratados
(1969), en el literal a) de su artículo 2, intitulado
"Términos empleados", define:
"Se entiende por 'tratado' un acuerdo
internacional celebrado por escrito entre Estados
y regido por el derecho internacional, ya conste
en un instrumento único o en dos o más
instrumentos conexos y cualquiera que sea su
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
91
denominación particular"31
(el resaltado es
nuestro).
Así, pues, el hecho de que el consentimiento haya sido
expresado mediante dos instrumentos separados no le
resta en absoluto plenitud.
Consultado el Procurador General del Estado por el
Presidente ecuatoriano, mediante carta de 12 de octubre
de 1998, sobre si se requería, para dar eficacia a la
propuesta de los Garantes, "la aprobación previa del
Congreso a que se refiere el número 12 del artículo 171
de la Constitución, en concordancia con el artículo 161
ibídem", así como "el dictamen del Tribunal
Constitucional previsto por el inciso segundo del artículo
162 de la Constitución Política de la República"32
, el
referido funcionario, en su comunicación de 13 de
octubre de 1998, absuelve la consulta en los siguientes
términos:
"1. Siendo la declaración que debe formularse
una manifestación de voluntad de la cual van a
surgir efectos vinculantes entre las partes y frente
al concierto internacional, tiene la naturaleza de
un convenio. En efecto, para que exista
convenio no es indispensable que las partes, en
un mismo documento y en unidad de acto se
comprometan mutuamente y frente a terceros.
31 ―Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 26 de mayo de
1969‖, R.O. No. 6 de 18 de abril de 2005. El Ecuador es parte de esta convención en virtud de su suscripción el 23 de mayo de 1969 y ratificación mediante Decreto Ejecutivo No. 619 de 18 de julio de 2003 (R.O. No. 134 de 28 de julio de 2003).
32 Los Documentos de la Paz..., pág. 240.
Ínigo Salvador Crespo
92
El mismo efecto jurídico se produce cuando
mediante declaraciones independientes, pero
coincidentes en su contenido, las partes
aceptan someterse con fuerza vinculante al
pronunciamiento de terceros.
En consecuencia, según lo previsto por el numeral
12 del artículo 171, en concordancia con el
artículo 161 de la Constitución, es necesaria la
aprobación previa del Congreso Nacional.
2. En virtud de lo expresado en el numeral 1
antecedente, esta aprobación debe contar con el
dictamen del Tribunal Constitucional, únicamente
respecto de la conformidad de tal instrumento con
la Constitución"33
(el resaltado es nuestro).
El Procurador aborda, pues, de manera correcta la
potencial naturaleza convencional de los dos
instrumentos de expresión de voluntad, aunque la
inexacta redacción del numeral 1 de su informe —en que
asimila el efecto jurídico de los tratados, en general, con
el de lo que sería el Punto de vista vinculante de los
Garantes— insinúa también que nos encontramos frente a
un convenio arbitral.
iii. ¿Se ajusta a este iter pacti el procedimiento seguido
para adoptar el mecanismo sugerido por los Garantes?
(Incógnita No. 7)
Intentemos, pues, comparar el procedimiento seguido
desde febrero de 1995 hasta la adopción del Acta
33 Ibid., pág. 246.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
93
Presidencial de Brasilia con el iter pacti esbozado más
arriba.
La fase inicial
Es bien cierto que entre la Declaración de Paz de
Itamaraty de 17 de febrero de 1995 y la carta de los
Presidentes de Ecuador y Perú de 8 de octubre de 1998 se
desarrolló un largo proceso de negociación a diversos
niveles (Comisiones Negociadoras, Viceministros y
Ministros de Relaciones Exteriores, Presidentes),
tendiente a lograr convenios en diferentes áreas
(comercio y navegación; navegación en los sectores de
los cortes de los ríos y el río Napo; integración fronteriza,
desarrollo y vecindad; profundización del libre comercio;
medidas de confianza mutua y seguridad; Canal de
Zarumilla; fijación de una frontera terrestre común).
No es menos cierto, empero, que no existió en el mismo
período una negociación tendiente a lograr un convenio
por el cual se sometiera a arbitraje de los Países Garantes
el problema subsistente en torno a la delimitación de la
frontera sur oriental del Ecuador. Como resultado lógico
de esta carencia, tampoco puede decirse que un
determinado texto de compromiso arbitral haya sido
adoptado ni autenticado mediante la firma de un
plenipotenciario. Es tanto así que lo que se somete a
aprobación del Congreso Nacional ecuatoriano no es un
texto firmado por los Presidentes de Ecuador y Perú o sus
Ministros o Viceministros de Relaciones Exteriores, ni
por sus plenipotenciarios; lo que se pone a consideración
del Congreso es una propuesta de un Jefe de otro Estado,
el Presidente de Brasil, a nombre de los Jefes de Estado
de los Países Garantes. Muy probablemente estos
Ínigo Salvador Crespo
94
últimos sí negociaron entre ellos los términos de la
propuesta de mecanismo de solución que presentarían a
Ecuador y Perú y hasta es presumible que hubieran
firmado, o al menos rubricado o "inicializado", algún
documento en que esos términos fueran recogidos. Pero
en ningún caso tal documento, de existir, podría
considerarse como un texto de tratado que permita
establecer indicios de una obligación de Ecuador y Perú
de someter su controversia territorial a arbitraje de los
Países Garantes, pues no compromete las voluntades de
los dos estados en cuestión.
Si acaso, podría decirse que existió un convenio
negociado y suscrito por los Presidentes de Ecuador y
Perú, constante en su comunicación de 8 de octubre de
1998, pero de ninguna manera tal convenio sería un
compromiso arbitral, pues lo que los Presidentes pidieron
a los Países Garantes, como se ha dicho, fue la
"elaboración de una propuesta que... contribuya a
alcanzar los objetivos de paz, amistad, comprensión y
buena voluntad"34
y no que los Países Garantes
resolvieran de manera obligatoria para Ecuador y Perú el
problema subsistente relativo a la fijación de la frontera
terrestre común. Este presunto tratado, en todo caso, no
fue sometido a aprobación del Congreso Nacional ni
ratificado por el Ejecutivo; como tampoco lo fueron las
cartas de 16 y 17 de octubre de 1998, mediante las cuales
los Presidentes de Ecuador y Perú, en su orden aceptaron
la propuesta de los Garantes.
34 Los Documentos de la Paz..., pág. 233.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
95
Por tanto, puede concluirse de manera categórica que la
fase inicial del iter pacti no se cumplió, pues ni Ecuador
ni Perú negociaron, adoptaron o suscribieron el
mecanismo de solución propuesto por los Garantes,
menos aún un compromiso arbitral.
La fase intermedia
La discusión en torno a la fase intermedia es, quizás, algo
más compleja. Corresponde, para abordarla, comenzar
por distinguir qué es lo que el Congreso Nacional aprobó
y qué lo que la Constitución Política le faculta aprobar.
Según el artículo 161 de la Constitución Política de la
República,
"El Congreso Nacional aprobará o improbará los
siguientes tratados internacionales:
1. Los que se refieran a materia territorial o de
límites.
2. Los que establezcan alianzas políticas o
militares.
3. Los que comprometan al país en acuerdos de
integración.
4. Los que atribuyan a un organismo
internacional o supranacional el ejercicio de
competencias derivadas de la Constitución o la
ley.
5. Los que se refieran a los derechos y deberes
fundamentales de las personas y a los derechos
colectivos.
Ínigo Salvador Crespo
96
6. Los que contengan el compromiso de expedir,
modificar o derogar alguna ley."
De esta manera, un compromiso arbitral destinado a
lograr una solución al problema de la delimitación de la
frontera terrestre entre Ecuador y Perú, en tanto que se
ajusta al presupuesto previsto en el numeral 1 del artículo
antes citado, debió haber sido sometido a aprobación o
improbación del Congreso Nacional.
Hemos visto, sin embargo, que lo que se somete a
aprobación legislativa no es un convenio negociado,
adoptado y suscrito por los representantes de Ecuador y
Perú para someter a la resolución obligatoria de los
Países Garantes la delimitación de la frontera terrestre
común, sino una propuesta de mecanismo de solución
hecha por éstos últimos, la cual —aún si se tratara de un
convenio— no podría obligar a dos países que no son
parte en él.
Como hemos visto antes, la carta de 8 de octubre de 1998
por la que los Presidentes de Ecuador y Perú solicitan a
los Países Garantes que hagan una propuesta de solución,
que podría ser calificada como un tratado pero de
ninguna manera como un compromiso arbitral, no fue
sometida a aprobación legislativa.
Tampoco lo fueron las cartas de 16 de octubre de 1998 al
Presidente de Brasil, en las que, luego de aprobado por
los Congresos de los dos países, los Presidentes de
Ecuador y Perú aceptan el mecanismo propuesto de
solución al problema de delimitación de la frontera.
Estas cartas, que también podrían ser consideradas como
un consentimiento ya formado de los dos países, no
prosperaron en el proceso de perfeccionamiento, pues ni
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
97
siquiera fueron sometidas a aprobación del Congreso
Nacional ni a ratificación del Presidente.
¿Qué papel desempeña entonces la aprobación dada por
el Congreso Nacional a la propuesta de mecanismo de
solución planteada por los Garantes?
A mi modo de ver, la condición impuesta por los
Garantes de que los Congresos ecuatoriano y peruano
aprobaran su propuesta de mecanismo de solución antes
de que ellos emitieran su punto de vista vinculante,
constituyó para ellos no solo un hábil artificio sino
también la única oportunidad de comprometer el
cumplimiento de su dictamen por parte de los dos países
en disputa, a fin de lograr una conclusión definitiva del
diferendo y evitar la prolongación de las negociaciones,
ya agotadas, y posibles confrontaciones en el futuro. Fue
también una herramienta de legitimación de la actuación
de los Garantes y de los Presidentes de los países en
conflicto frente a sus pueblos, representados por los
Congresos; una suerte de "declaración de responsabilidad
solidaria" Garantes-Presidentes-Congresos que sirviera a
estas tres instancias de escudo frente a las reacciones de
la opinión pública de sus países.
No nos encontramos, por lo tanto, frente a la "aprobación
legislativa" de un tratado internacional en los términos
del artículo 161 de la Constitución Política –a pesar de
que el Congreso nacional así lo sostenga en su resolución
de 16 de octubre de 1998– sino ante una iniciativa
eminentemente política dentro de un proceso de
mediación emprendido por Ecuador y Perú con el
"concurso" de los Garantes.
Ínigo Salvador Crespo
98
Esta aseveración se puede corroborar por vía de
comparación con el procedimiento de aprobación seguido
en el Perú, ya que el Congreso de ese país, en el
considerando penúltimo de su resolución legislativa de
16 de octubre de 1998, señala:
"Que, por todos estos sustentos, procede que el
Congreso atienda la solicitud del Poder Ejecutivo,
otorgándole su respaldo a este compromiso que
asumirá en ejercicio de las facultades que le
confiere el artículo 118° de la Constitución. Este
respaldo no constituye exoneración de la
necesidad de aprobación de los tratados
internacionales antes de su ratificación que
establece el artículo 56° de la Constitución, ni de
ninguna otra intervención del Poder Legislativo
que sea exigida por la Constitución y las Leyes de
la República"35
.
Como se ve, no solamente que el Congreso peruano no
invoca el artículo 5636
de la Constitución como
35 Ibid., pág. 280. El artículo 118 de la Constitución peruana a que se refiere
la resolución del Congreso del Perú reza: "Artículo 118º. Corresponde al Presidente de la República: 1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales. 2. Representar al Estado, dentro y fuera de la República. ... 4. Velar por el orden interno y la seguridad exterior de la República. ... 11. Dirigir la política exterior y las relaciones internacionales; celebrar y ratificar tratados. ... 15. Adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y de la soberanía del Estado. ...16. Declarar la guerra y firmar la paz, con autorización del Congreso." Constitución Política del Perú,
www.cajpe.org.pe/rij.
36 "Artículo 56º. Los tratados deben ser aprobados por el Congreso antes de su ratificación por el Presidente de la República, siempre que versen sobre las siguientes materias: 1. Derechos humanos. 2. Soberanía, dominio o integridad del Estado. 3. Defensa Nacional. 4. Obligaciones financieras del
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
99
fundamento de su resolución de aprobación del
mecanismo propuesto por los Garantes, lo cual equivale a
negar que dicha aprobación constituya la aprobación
legislativa de un tratado internacional (la "fase
intermedia" de confirmación del consentimiento
formado, de que hemos hablado más arriba), sino que
recalca la necesidad de que los tratados que se suscriban
de resultas del punto de vista vinculante de los Garantes
deberán ser sometidos, ellos sí, a una aprobación
legislativa previa a la ratificación presidencial, como
efectivamente lo fueron más tarde, diferenciando aún
más, así, la naturaleza no legislativa de la aprobación
exigida por los Garantes.
La fase final
Revisemos, por último, el cumplimiento de la "fase
final". Esta última fase consiste, recordémoslo, en la
manifestación del consentimiento a través de la
ratificación presidencial y de su perfeccionamiento
mediante el canje de instrumentos de ratificación.
Hechas en las dos secciones precedentes las
consideraciones relativas al cumplimiento de las fases
inicial e intermedia del iter pacti, y alcanzada la
conclusión de que ninguna de ellas llegó a verificarse, se
puede prima facie deducir que tampoco pudo haberse
cumplido la fase final.
Podríamos, simplemente por gracia de la discusión,
intentar identificar en qué momento se habría podido
Estado. También deben ser aprobados por el Congreso los tratados que crean, modifican o suprimen tributos; los que exigen modificación o derogación de alguna ley y los que requieren medidas legislativas para su ejecución." Constitución Política del Perú, www.cajpe.org.pe/rij.
Ínigo Salvador Crespo
100
realizar la ratificación presidencial de las tres alternativas
posibles: a) del supuesto tratado constituido por las
cartas de 8 de octubre de 1998; b) del supuesto tratado
constituido por la carta conjunta de 16 de octubre de
1998; c) del supuesto tratado constituido por la propuesta
de solución hecha por los Garantes en su carta del 10 de
octubre de 1998; o d) del supuesto tratado constituido
por el Acta Presidencial de Brasilia.
Puesto que, como hemos visto, ninguno de estos
instrumentos recibió una aprobación legislativa en el
sentido del artículo 161 de la Constitución, la única
posibilidad de que pudieran ser ratificados sin dicha
aprobación existía si los supuestos convenios no se
hubiesen enmarcado en ninguna de las seis categorías de
tratados para los cuales dicho precepto constitucional
exige la aprobación del Congreso. Ahora bien, hemos
visto, asimismo, que los tratados que "se refieran a
materia territorial o de límites" —como serían los que
nos interesan— constituyen justamente la categoría 1 del
artículo 161 de la Carta Fundamental; por lo tanto no
cabía la ratificación directa del Presidente de la
República.
Y esa ratificación, precisamente, no se dio: ni con
aprobación legislativa ni sin ella. Prueba irrefutable de
esto es que ninguno de los antes mencionados
documentos es mencionado en el ―Acta de Canje de los
instrumentos de ratificación de los acuerdos bilaterales
suscritos entre la República del Ecuador y la República
del Perú relativos al Acuerdo Global y Definitivo
convenido en el Acta Presidencia del Brasilia de 26 de
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
101
Octubre de 1998‖37
; a diferencia de los demás convenios
que resultaron de las negociaciones iniciadas a poco del
cese de hostilidades en 199538
, cuyos instrumentos de
ratificación sí fueron debidamente intercambiados.
Este canje de instrumentos de ratificación, como hemos
dicho, constituye el momento del perfeccionamiento
pleno del consentimiento, según lo establece el artículo
16 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados39
y, por lo tanto, faltando aquél, el
consentimiento, que ya se tambaleaba en las dos primeras
fases, termina por desplomarse en esta última.
En conclusión, no habiéndose completado el iter pacti en
ninguna de sus tres etapas, podemos asegurar que, desde
el punto de vista formal, es decir, del procedimiento de
creación de la norma convencional, no existió un
37 Registro Oficial No. 252, 11 de agosto de 1999, pág. 5.
38 Tratado de comercio y navegación entre los Gobiernos de la República del Ecuador y la República del Perú; Acuerdo amplio ecuatoriano-peruano de integración fronteriza, desarrollo y vecindad y sus anexos; Acuerdo de bases para la administración del Canal de Zarumilla y el Reglamento para la administración de dicho canal y la utilización de sus aguas; Acuerdo con
relación a los aspectos vinculados a la navegación en los sectores de los cortes de los ríos y del río Napo; Acuerdo de constitución de la Comisión binacional ecuatoriano-peruana sobre medidas de confianza mutua y de seguridad. Loc. cit.
39 "Artículo 16. Canje o depósito de los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión.- Salvo que el tratado disponga otra cosa, los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión harán constar el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado al efectuarse: a) Su canje entre los contratantes; b) Su depósito en poder del
depositario; o c) Su notificación a los Estados contratantes o al despositario, si así se ha convenido" (el resaltado es nuestro). "Convenio de Viena sobre el derecho de los tratados", en Julio D. GONZÁLEZ CAMPOS y Paz ANDRÉS
SÁENZ DE SANTAMARÍA (editores), Legislación básica de Derecho internacional público, Madrid, Tecnos, 2000, pág. 80.
Ínigo Salvador Crespo
102
compromiso arbitral por el cual se sometiera a la
resolución obligatoria de los Países Garantes la
resolución del problema territorial ecuatoriano-peruano.
iv. ¿Hubo voluntades concordantes respecto de someter
el conflicto a arbitraje? (Incógnita No. 8)
Con miras a despejar esta incógnita, debemos revisar cuál
ha de ser el contenido de un compromiso arbitral, de
manera que podamos establecer si tal compromiso se
llegó a estipular sobre el fondo, ya que sobre la forma,
como hemos visto, podemos asegurar que no se pactó.
Concuerda la doctrina en que el compromiso arbitral
debe contener estipulaciones acerca de la conformación
del tribunal, su sede, el procedimiento por el que se ha de
regir, la materia objeto del arbitraje y el derecho
aplicable, así como los poderes del tribunal (en derecho o
ex æquo et bono)40
. Cierto es que a falta de uno de estos
elementos el propio tribunal arbitral podrá llenar los
vacíos, a condición de que las partes así lo hayan
consentido, particularmente en lo que tiene que ver con la
facultad de fallar en equidad.
Varios instrumentos internacionales sobre solución de
controversias incluyen entre sus disposiciones preceptos
que contienen los elementos que ha de comprender el
40 Ver, inter alia, Carlos ARELLANO GARCÍA, Segundo curso de derecho internacional público, México, Porrúa, 1998, 2ª. ed., pág. 252; Manuel DIEZ
DE VELASCO, Instituciones de derecho internacional público, Madrid,
Tecnos, 1997, 11ª. ed., págs. 746 a 748; NGUYEN Quoc Dinh, et. al., Droit international public, París, Librairie générale de droit et de jurisprudence, 1992, pág. 804; B.S. MURTY, "Solución de las controversias", en Max SORENSEN (editor), Manual de derecho internacional público, México, Fondo de Cultura Económica, 2000, 7ª. reimpresión, págs. 639 a 643.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
103
compromiso arbitral. El Pacto de Bogotá sobre
soluciones pacíficas (1948), por ejemplo, luego de
señalar en los artículos XL y XLI los mecanismos de
designación del órgano arbitral, establece en su artículo
XLIII que:
"Las partes celebrarán en cada caso el
compromiso que defina claramente la materia
específica objeto de la controversia, la sede del
Tribunal, las reglas que hayan de observarse en el
procedimiento, el plazo dentro del cual haya de
pronunciarse el laudo y las demás condiciones
que convengan entre sí"41
.
Sin pretender insistir en que las características que
permitirían configurar como un arbitraje al mecanismo de
solución planteado por los Países Garantes y acogido por
Ecuador y Perú son insuficientes, tratemos de comprobar
si, en los documentos que podrían ser considerados como
indicios de un consentimiento para someter la
controversia en cuestión a arbitraje, se ha pactado alguno
de los elementos antes señalados.
v. ¿Se establecieron la sede y el procedimiento del
órgano arbitral
en un compromiso arbitral? (Incógnita No. 9)
Descartemos de entrada los requisitos referentes a la sede
del tribunal y su procedimiento. En efecto, nada hay en
la carta de solicitud de los Presidentes de Ecuador y Perú
41 "Tratado Americano de Soluciones Pacíficas, 'Pacto de Bogotá' ", en ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS, Instrumentos básicos de la Organización de los Estados Americanos, Washington, D.C., 1981, págs. 99 y 100.
Ínigo Salvador Crespo
104
de 8 de octubre de 1998, ni en la propuesta de los
Garantes de 10 de octubre de 1998, ni en las cartas de
aceptación de dicha propuesta de 16 de octubre de 1998,
que permita concluir que se estipuló una sede para el
órgano arbitral, ni unas reglas de procedimiento por las
que éste se rija, o sea las normas relativas a "las
peticiones escritas de las partes, la etapa oral, cómo se
obtiene la prueba,... el tiempo del arbitraje, si es posible
decretar medidas provisionales, el idioma a emplear, la
forma de hacer la decisión, etc."42
.
vi. ¿Se estableció en un compromiso arbitral la
manera de conformar
el órgano arbitral? (Incógnita No. 10)
Tampoco hay referencia alguna a la manera en que se
conformaría el supuesto órgano arbitral, si bien podría
entenderse que al conferir a los Jefes de Estado de los
Países Garantes la facultad de emitir su punto de vista
vinculante, ese órgano estaría conformado por aquéllos
cuatro magistrados. Curiosa es la conformación de este
supuesto órgano arbitral, pues, por lo general, todo
órgano arbitral suele estar integrado por un número impar
de árbitros para que uno de ellos, que lo preside, pueda
dirimir en caso de igualdad de votos; lejos quedaron los
días en que las Comisiones Mixtas previstas en el
Tratado Jay entre Estados Unidos y el Reino Unido
(1794), tenían un número par de miembros, aunque
nacionales de cada país (si bien preveían la posibilidad de
designar eventualmente un "superárbitro" dirimente)43
.
42 Marco Gerardo MONROY CABRA, Solución pacífica de controversias internacionales, Medellín, Biblioteca Jurídica Diké, 1996, pág. 81.
43 Ver NGUYEN, op. cit., pág. 810.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
105
También extraña, justamente, que, a diferencia de la
práctica habitual, ninguno de los supuestos árbitros fuera
nacional de los estados en conflicto.
vii. ¿Estuvo el órgano arbitral integrado
por árbitros independientes? (Incógnita No. 11)
La respuesta a esta pregunta debe ser abordada con suma
objetividad.
Como hemos dicho al principio de este estudio, el quid
del arbitraje radica en que la solución de una controversia
internacional es confiada a un tercero, que no es parte en
el conflicto y que, en virtud de su honorabilidad,
prestigio e independencia, garantiza la imparcialidad del
laudo y compromete a las partes a cumplirlo, más allá de
la obligación jurídica que tienen de hacerlo. De ahí que
aún hoy en día se sometan controversias internacionales a
personajes de la talla de S.S. Juan Pablo II, el Secretario
General de las Naciones Unidas, un Jefe de Estado u otra
personalidad de integridad comprobada.
En el caso que nos ocupa, soy de la opinión de que la
propia calidad de Garantes del Protocolo de Río de
Janeiro que ostentaban los Presidentes de Argentina,
Brasil, Chile y Estados Unidos en el momento de emitir
su punto de vista vinculante, se encontraba en frontal
contradicción con el requisito de independencia que se
exige de los árbitros.
Baso este criterio en la afirmación de una distinguida
estudiosa de la institución de la garantía en el derecho
internacional, quien señala que "los Estados Garantes
[del Protocolo de Río de Janeiro] son Parte del tratado y
rige para ellos también la obligación de cumplir la regla
Ínigo Salvador Crespo
106
'pacta sunt servanda' " y, citando a Oppenheim, recalca
que "la Garantía es una especie de accesión al tratado
garantizado y es —literalmente— un tratado en sí, la
promesa del Garante es hacer lo que está en su poder para
compeler a las partes contratantes a ejecutar el
Tratado"44
.
Con este antecedente, es inevitable la pregunta: ¿puede
esperarse que estados que son Partes en el tratado cuya
ejecución fue la fuente de la controversia sometida a un
supuesto arbitraje y que se encuentran obligados a forzar
su cumplimiento, actúen ellos mismos como árbitros
independientes?
La única respuesta posible es, necesariamente, que no y
que, por consiguiente, el proceso que estamos estudiando
no es, ni pudo ser un arbitraje.
viii. ¿Fue definida en un
compromiso arbitral la materia
objeto del arbitraje? (Incógnita
No. 12)
La materia objeto de la solución, según la solicitud hecha
a los Países Garantes mediante la carta conjunta de los
Presidentes ecuatoriano y peruano al Presidente del
Brasil, el 8 de octubre de 1998, consistiría en "la
elaboración de una propuesta que, dentro del marco
jurídico que nos vincula y tomando en consideración los
desarrollos registrados en el proceso iniciado con la
Declaración de Paz de Itamaraty, contribuya a alcanzar
44 María del Carmen GONZÁLEZ CABAL, "Reflexões sobre a garantia do Protocolo Equatoriano-Peruano de Paz, Amizade e Limites", en Carta Internacional, Sao Paulo, USP, 1998, No. 20, pág. 4.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
107
los objetivos de paz, amistad, comprensión y buena
voluntad a que nos hemos comprometido" y que "podría
conducir al arreglo que permita dar término, en forma
global y definitiva, a las diferencias que aún subsisten
entre nuestros países"45
.
En su respuesta del 10 de octubre de 1998, los Garantes,
luego de proponer el mecanismo para llegar a la solución
(la aprobación previa de los Congresos de Ecuador y
Perú para asegurar la naturaleza vinculante de su punto
de vista) enuncian lo que sería la materia de su propuesta
de solución:
"Nuestra propuesta estaría referida al acuerdo
global y definitivo, por lo que incluiría los
acuerdos ya alcanzados entre Ecuador y Perú y
una fórmula para el arreglo de los asuntos aún
pendientes en materia de fijación en el terreno
de la frontera terrestre común"46
(el resaltado
es nuestro).
En la carta de 16 de octubre de 1998 el Presidente del
Ecuador manifiesta a los Países Garantes la aceptación
del Congreso del Ecuador de:
"1.- Someter al pronunciamiento de los
Presidentes de Argentina, Brasil, Chile y Estados
Unidos de América la solución de las diferencias
existentes con la República del Perú, acerca de
la determinación en el terreno de la frontera
común;
45 Los Documentos de la Paz..., pág. 233.
46 Ibid., pág. 236.
Ínigo Salvador Crespo
108
"2.- Reconocer a dicho pronunciamiento carácter
vinculante; y,
"3.- Aceptar que el pronunciamiento abarque la
totalidad de la controversia, teniendo en cuenta
tanto los puntos en los que se ha producido
coincidencias durante la negociación directa,
como aquellos en los que ha habido
discrepancia"47
(el resaltado es nuestro).
En su carta de 17 de octubre de 1998, el Presidente del
Perú transmite a los Garantes la aprobación del Congreso
de su país del "procedimiento planteado... a fin de
permitir el concurso de los mismos en la solución de las
discrepancias con Ecuador respecto de los tramos
pendientes de fijación en el terreno de la frontera
terrestre común..."48
(el resaltado es nuestro).
La lectura del primero de estos documentos muestra que
la materia de la solución solicitada a los Garantes está
definida en función de metas sumamente generales:
"alcanzar los objetivos de paz, amistad, comprensión y
buena voluntad", "dar término a las diferencias que aún
subsisten entre nuestros países".
Ante este pedido, los Garantes, en su propuesta,
delimitan el alcance de lo que comprendería su punto de
vista vinculante: "los acuerdos ya alcanzados" y "los
asuntos aún pendientes en materia de fijación en el
terreno de la frontera terrestre común". Sin embargo, esta
enunciación de los Garantes no es clara, pues al hablar de
47 Ibid., pág. 271.
48 Ibid., pág. 284.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
109
los acuerdos ya alcanzados no se sabe si se refieren
solamente a los relativos a la fijación de la frontera
terrestre (es decir los impases ya solucionados) o también
a los acuerdos relativos a temas extraterritoriales
(comercio y navegación; integración fronteriza,
desarrollo y vecindad; profundización del libre comercio;
medidas de confianza mutua y seguridad; Canal de
Zarumilla). En la práctica y con el paso del tiempo, se
vería que el punto de vista vinculante de los Garantes
incluiría materias de índole territorial y también asuntos
extraterritoriales.
Mientras el Ecuador acepta la propuesta de los Garantes
en términos casi idénticos a los utilizados por ellos: "los
puntos en los que se ha producido coincidencias durante
la negociación directa, como aquéllos en los que ha
habido discrepancia" y "las diferencias existentes acerca
de la determinación en el terreno de la frontera común";
el Perú, al aceptar también, se refiere solamente a "las
discrepancias con Ecuador respecto de los tramos
pendientes de fijación en el terreno de la frontera terrestre
común".
Suponiendo que Ecuador y Perú hubieran celebrado un
compromiso arbitral, sería asaz evidente que, en cuanto a
la determinación de la materia del arbitraje, el
consentimiento prestado no sería coincidente, pues
cuando es unívoco —como en la carta conjunta de 8 de
octubre— es demasiado general y cuando es específico y
detallado —como en las cartas de los Presidentes de
Ecuador y Perú de 16 y 17 de octubre, en su orden— no
es unívoco.
Ínigo Salvador Crespo
110
Así, pues, en el supuesto de que estuviésemos frente a un
compromiso arbitral, no existiría una definición de la
materia objeto del arbitraje.
ix. ¿Fue establecido en un compromiso arbitral
el derecho aplicable? (Incógnita No. 13)
Hay que distinguir entre el derecho que ha de aplicar el
órgano arbitral, es decir las normas de derecho
internacional en que ha de basar su decisión luego de
confrontar con los supuestos en ellas contenidos los
hechos del caso, y el procedimiento que ha de seguir en
la sustanciación del proceso, que, como ya vimos, en el
caso que nos ocupa no fue estipulado.
No es fácil determinar si Ecuador y Perú, definieron en
algún momento el marco jurídico dentro del cual debía
enmarcarse la decisión de los Países Garantes, pues sus
expresiones de voluntad fueron equívocas a este respecto.
Es así como, en su carta conjunta de 8 de octubre de 1998
los Presidentes de los dos países se refieren al "Protocolo
de Río de Janeiro, al Fallo del árbitro Braz Dias de
Aguiar y a lo convenido en el Cronograma del 19 de
enero [de 1998]", simplemente para constatar que "no ha
sido posible encontrar una fórmula mutuamente
aceptable para culminar la fijación en el terreno de la
frontera común" que esos instrumentos preveían y, en
consecuencia, solicitar la propuesta de los Garantes.
En su carta de 17 de octubre de 1998, empero, el
Presidente del Perú se refiere a la solución de las
diferencias "conforme a los instrumentos jurídicos
constituidos por el Protocolo de Río de Janeiro de 1942,
el Laudo de Braz Dias de Aguiar y otros
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
111
complementarios". Esta enunciación está sustentada en
la resolución legislativa del Congreso del Perú, que, en su
considerando undécimo señala que
"Esa perspectiva jurídica [de la opinión de los
Garantes] está determinada por el marco que
vincula a ambos países constituido por el
Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de
Janeiro de 1942 y por el Laudo de Braz Dias de
Aguiar, así como por los desarrollos registrados
en el curso del proceso iniciado con la
Declaración de Paz de Itamaraty. Esta última
mención incluye a los Pareceres u Opiniones de
los grupos jurídico-técnicos nombrados por los
propios Garantes, los que fueron emitidos en
Mayo pasado"49
.
Por su parte, el Presidente del Ecuador no hace referencia
a ningún marco jurídico en su carta de 16 de octubre al
Presidente de Brasil. Es más, ni siquiera menciona al
Protocolo de Río de Janeiro, si no es para nombrar a "los
Jefes de Estado de los Países Garantes del Protocolo de
Río de Janeiro" como destinatarios de esa comunicación.
Cosa similar ocurre con la resolución del Congreso del
Ecuador, pues no se hace en ella ninguna alusión al
entorno de referencia jurídica de los Garantes; aunque la
única mención que se hace del Protocolo de Río de
Janeiro para declarar "que el Estado Ecuatoriano ha
reconocido [su] vigencia..., proclamando al mismo
tiempo su inejecutabilidad parcial y que a partir de ese
49 Ibid., pág. 279.
Ínigo Salvador Crespo
112
hecho se inició el actual proceso de negociación; ..."50
,
podría ser considerada como una tácita pero dubitativa
evocación de un contexto jurídico para la decisión de los
Garantes.
Frente a estos hechos, puede sostenerse que Ecuador y
Perú no manifestaron voluntades coincidentes en cuanto
a las normas de derecho internacional que debían utilizar
los Garantes para emitir su opinión vinculante.
x. ¿Fue el supuesto arbitraje
en derecho o ex æquo et bono? (Incógnita No. 14)
Un órgano arbitral puede emitir su laudo en derecho o ex
æquo et bono (en equidad). Cuando las partes no le
facultan expresamente para fallar en equidad se entiende
que el órgano arbitral deberá hacerlo en derecho.
Una vez que el árbitro ha sido facultado por las partes para
fallar en equidad, puede recurrir a ella para suplir los
vacíos legales resultantes de una ausencia total de normas
aplicables o incluso apartarse de las normas jurídicas
positivas y dictar su laudo al margen de lo que ellas
establezcan51
.
50 Ibid., pág. 266.
51 Aunque algunos autores se oponen a esta última posibilidad, pues, a su criterio, ello desnaturalizaría el carácter jurisdiccional del arbitraje, la Corte Permanente de Justicia Internacional y la Corte Internacional de Justicia se han referido al tema en sus fallos, si bien ellas mismas nunca dictaron una sentencia en equidad. En el "Caso de las zonas francas", la Corte Permanente de Justicia Internacional expresó que si la cláusula es "clara y
expresa" en el sentido de habilitar al juez para hacerlo, éste puede apartarse de las normas positivas. Corte Permanente de Justicia Internacional, Orden, "Caso de las Zonas Francas", serie A No. 24 (1930), pág. 10. En el "Caso del diferendo limítrofe", la Corte Internacional de Justicia manifestó que si la habilitación en equidad a la Corte no es de claridad meridiana, la Corte se
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
113
En el caso que nos ocupa, y nuevamente suponiendo que
Ecuador y Perú hubieran celebrado un compromiso
arbitral, ninguno de los instrumentos suscritos por los
Presidentes de ambos países habilita expresamente a los
Países Garantes para que emitan su laudo en derecho o en
equidad.
Si bien, como hemos visto, en la carta conjunta de 8 de
octubre de 1998 los dos Presidentes se refieren al
"Protocolo de Río de Janeiro, al Fallo del árbitro Braz
Dias de Aguiar y a lo convenido en el Cronograma del 19
de enero [de 1998]", lo hacen, como ya hemos dicho,
solamente para constatar la imposibilidad de concluir la
demarcación de la frontera prevista en esos instrumentos.
Sin embargo, también hemos visto como el Presidente
del Perú en su carta de 17 de octubre de 1998 hace
referencia a una solución de las discrepancias "conforme
a los instrumentos jurídicos constituidos por el Protocolo
de Río de Janeiro de 1942, el Laudo de Braz Dias de
Aguiar y otros complementarios", con lo cual parecería
que busque encuadrar la decisión de los Garantes dentro
de un marco estrictamente jurídico; ello parecería
indicar, según hemos dicho antes, que, al menos para el
Perú, nos encontraríamos frente a un arbitraje de derecho,
aunque la posición general del Perú apuntaba a negar
toda característica arbitral al proceso de paz.
abstendrá de fallar contra legem y aún præter legem. "Caso del diferendo limítrofe", sentencia, C.I.J., Recueil, 1986, pág. 567. En el "Caso de la plataforma continental Túnez-Libia", la Corte Internacional de Justicia
expresó que si la habilitación es indiscutible, la Corte ya no tendrá que aplicar estrictamente las normas jurídicas y su objetivo será el de llegar a una solución apropiada, lo cual implicaría el ejercicio de la "justicia distributiva". "Caso de la plataforma continental Túnez-Libia", sentencia, C.I.J., Recueil, 1982, pág. 60.
Ínigo Salvador Crespo
114
La carta del Presidente ecuatoriano del día anterior, nada
dice al respecto. Sin embargo, cuando repasamos la
resolución del Congreso del Ecuador de 16 de octubre de
1998, hallamos una posición bien definida en cuanto a las
facultades otorgadas a los árbitros (no olvidemos que el
Congreso ecuatoriano sostuvo en esta resolución que se
trataba de un arbitraje); en efecto, el párrafo resolutivo
primero dice:
"PRIMERA.- Aprobar el pedido del señor
Presidente Constitucional de la República,
respecto al procedimiento planteado por los señor
Presidentes de los cuatro países garantes, quienes
a juicio del Congreso Nacional asumen la
calidad de árbitros, para solucionar el diferendo
territorial ecuatoriano-peruano, en el
entendimiento de que deberán revisar, con
arreglo al derecho y a la equidad, todos los
instrumentos hasta esta fecha suscritos por los
gobiernos del Ecuador y del Perú, las
impugnaciones presentadas por el Ecuador y las
argumentaciones formuladas por las partes en el
curso del proceso de negociación iniciado a partir
de la Declaración de Paz de Itamaraty,
considerando todos los aspectos políticos,
históricos, jurídicos y geográficos; ..."52
(el
resaltado es nuestro).
De esta manera, el supuesto arbitraje era para el
Congreso Nacional un arbitraje tanto en derecho como en
equidad y los aspectos que debían tener en cuenta los
52 Los Documentos de la Paz, pág. 267.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
115
"árbitros" rebasaban el ámbito estrictamente jurídico.
Podría decirse que los legisladores ecuatorianos, quizá
sin saberlo, se hacían eco de la doctrina que sostiene que
la equidad es una "calidad del derecho", un "atributo"
intrínseco que impregna a todas las reglas del derecho
internacional y que se hace presente en la labor
interpretativa de todas las normas internacionales y que
la equidad, por definición, no autoriza apartarse de la
aplicación del derecho53
.
Muy distinta es la posición manifestada por el Congreso
del Perú en su resolución legislativa del mismo 16 de
octubre. Comencemos por señalar que el Congreso
peruano no hace ninguna referencia a un posible arbitraje
y que, al decir en el artículo 1° de dicha resolución que
aprueba
"el procedimiento planteado por los Países
Garantes y presentado por el Poder Ejecutivo, a
fin de permitir el concurso de los mismos en la
solución de las discrepancias respecto de los
tramos pendientes de fijación en el terreno de la
frontera terrestre común,..."54
(el resaltado es
nuestro),
53 Esta posición es consagrada por la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia cuando dice: "Sea cual sea el razonamiento jurídico del juez, sus decisiones deben ser justas y, en tal sentido, equitativas" ("Caso de la plataforma continental del Mar del Norte", sentencia, C.I.J., Recueil, 1969, pág. 48); o, "... la Corte tomó en consideración la equidad tal como se
expresa en su aspecto infra legem, es decir esa forma de equidad que constituye un método de interpretación del derecho y es una de sus cualidades" ("Caso del diferendo limítrofe", sentencia, C.I.J., Recueil, 1986, pág. 567).
54 Los Documentos de la Paz, pág., 280.
Ínigo Salvador Crespo
116
deliberadamente circunscribe la acción de los Garantes al
"concurso" previsto en el artículo VII del Protocolo de
Río, es decir una colaboración que deja en manos de
Ecuador y Perú la solución última de la controversia.
A esto añadamos que en el considerando undécimo de su
resolución el Congreso peruano recalca el carácter
jurídico, a su criterio, de lo que sería el punto de vista
vinculante de los Garantes, cuando dice:
"Que esta propuesta es conveniente por cuanto el
texto de la Carta de las Partes que solicita el
concurso de los Garantes, como el texto de la
carta de éstos de respuesta establecen con toda
claridad que esa opinión deberá darse desde el
punto de vista jurídico y no político. Esa
perspectiva jurídica está determinada por el marco
que vincula a ambos países constituido por el
Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de
Janeiro de 1942 y por el Laudo de Braz Dias de
Aguiar, así como por los desarrollos registrados
en el curso del proceso iniciado con la
Declaración de Paz de Itamaraty. Esta última
mención incluye a los Pareceres u Opiniones de
los grupos jurídico-técnicos nombrados por los
propios Garantes, los que fueron emitidos en
Mayo pasado"55
(el resaltado es nuestro).
De este modo, no podemos sino llegar a la conclusión de
que no existe una manifestación de consentimientos
coincidentes en torno a la naturaleza del supuesto
arbitraje, pues mientras el Perú ha expresado que la
55 Ibid., pág. 279.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
117
solución, que no considera arbitral, debe ajustarse a un
marco jurídico bien definido, el Ecuador, en cambio,
sostiene inconsistentemente —lo dice el Congreso pero
no el Presidente de la República— que se trata de un
arbitraje y que éste es en derecho y equidad.
Esta conclusión provoca inevitablemente al menos dos
interrogantes. Primera: si el "arbitraje" fue en derecho,
¿por qué los Garantes en su punto de vista vinculante
concedieron al Ecuador el dominio sobre el kilómetro
cuadrado de Tiwinza, que no estaba previsto en ninguno
de los instrumentos jurídicos que obligaban a Ecuador y
Perú? Segunda: si el "arbitraje" fue en equidad, ¿por qué
los Garantes no fueron expresamente facultados para
dictar su punto de vista vinculante ex æquo et bono?,
¿qué efectos jurídicos podría producir esto?
Estas preguntas pueden ser contestadas con una sola
respuesta: no se trató de un arbitraje, de una solución
jurisdiccional, sino claramente de una solución política,
dentro de la cual cabían concesiones como la de Tiwinza,
a cambio de una imposición en relación a la delimitación
de la frontera suroriental del Ecuador.
b. ¿Es la manifestación de voluntades concordantes
imputable a sujetos de derecho internacional? (Incógnita
No. 15)
La expresión de voluntad contenida en un tratado es
imputable a un sujeto de derecho internacional, y más
concretamente a un Estado, cuando, expresada
unívocamente y de acuerdo con las formas previstas por
el derecho internacional, ha sido manifestado por quien
está facultado para comprometer la voluntad del Estado,
Ínigo Salvador Crespo
118
es decir por un competente "órgano interno de las
relaciones internacionales".
En sección anterior de este estudio hemos visto que ni la
manifestación de voluntades fue unívoca en cuanto a
someter la controversia a un órgano arbitral, ni la forma
del iter pacti fue observada, y que, por lo tanto, no nos
encontramos frente a un compromiso arbitral. Aunque a
la luz de esta conclusión parezca, entonces, inútil analizar
si el consentimiento fue prestado por quien estaba
facultado para obligar al Estado, impulsados por un afán
de rigor académico no dejaremos de hacerlo.
Hemos visto ya que la Constitución Política distribuye
las facultades para conformar el consentimiento del
Estado ecuatoriano entre el Presidente de la República
(fases inicial y final del iter pacti, artículo 171, numeral
12) y el Congreso Nacional (fase intermedia, artículos
161 y 162). El Presidente, de conformidad con la Ley
Orgánica del Servicio Exterior, recibe la colaboración del
Ministro de Relaciones Exteriores y del Servicio Exterior
en la formulación y ejecución de la política internacional
del país56
.
56 El artículo 2° de la Ley Orgánica del Servicio Exterior señala: "De acuerdo con lo dispuesto por la Constitución Política, corresponde al Jefe del Estado, en cuanto órgano supremo de la representación exterior y de los derechos soberanos del país, la dirección de la gestión internacional y del Servicio Exterior. Como órgano inmediato al Jefe del Estado, corresponde
al Ministro de Relaciones Exteriores colaborar directamente con el Jefe del Estado en la formulación de la política internacional y ejecutarla. El Ministro es, además, el Jefe directo del Servicio Exterior". Ley Orgánica del Servicio Exterior y reglamento, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 1987.
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
119
A lo largo del proceso iniciado en febrero de 1995 es
innegable que tanto los sucesivos Presidentes de la
República, como los Ministros de Relaciones Exteriores
y demás funcionarios del Servicio Exterior y ajenos a él
(pero con encargo de misiones diplomáticas especiales)
actuaron en ejercicio de esas facultades conferidas a ellos
por la Constitución y la Ley Orgánica del Servicio
Exterior. Lo mismo puede decirse del Congreso
Nacional respecto de la norma fundamental.
Sin embargo, lo que importa en este caso no es eso. Bien
pueden haber estado legal y constitucionalmente
facultados todos los participantes en el proceso que
culminó con el Acta Presidencial de Brasilia para
negociar, suscribir, aprobar y ratificar un compromiso
que invista a los Garantes con la calidad de árbitros y
otorgue a su decisión el carácter de un laudo obligatorio,
el hecho es que tal compromiso nunca fue negociado,
suscrito, aprobado ni ratificado. Los demás tratados
(Tratado de Comercio y Navegación, Acuerdo Amplio
Ecuatoriano-Peruano de integración fronteriza, desarrollo
y vecindad, etc.) sí lo fueron y, por tanto obligan al
Ecuador y al Perú en tanto sujetos de derecho
internacional.
Pero un compromiso arbitral formal y fundamentalmente
inexistente no crea obligación alguna entre sujetos de
derecho internacional.
c. ¿La manifestación de voluntades concordantes
está destinada a surtir efectos jurídicos de
conformidad con el derecho internacional?
(Incógnita No. 16)
Ínigo Salvador Crespo
120
En el caso que nos ocupa, los efectos jurídicos que
deberían surgir de un compromiso arbitral se contraen
básicamente a que los Jefes de Estado de determinados
terceros países sean investidos de la calidad de árbitros y
que la resolución adoptada por ellos sea de cumplimiento
obligatorio para las partes a la luz del derecho
internacional.
No insistiremos en los argumentos antes expuestos
respecto a la carencia de la calidad de árbitros de los
Países Garantes.
En cuanto a la obligatoriedad de la resolución de los
Países Garantes, debemos decir que ésta deriva, lo hemos
visto ya, no de un compromiso arbitral, sino de la
aceptación por parte de Ecuador y Perú de una propuesta
realizada por los propios Garantes en el ámbito del
"concurso" previsto en el artículo VII del Protocolo de
Río de Janeiro y de sus lógicas consecuencias. Esta
resolución no pierde su obligatoriedad por el hecho de no
provenir de un compromiso arbitral; en la medida en que
se origina en un acuerdo de voluntades entre dos sujetos
de derecho internacional a instancias de otros, a la luz de
normas de derecho internacional, el punto de vista
vinculante de los Garantes tiene pleno efecto jurídico.
No ha sido el objetivo de este trabajo, como hemos
dicho, cuestionar la obligatoriedad del punto de vista
vinculante de los Garantes, sino determinar si éste fue un
laudo arbitral; los Garantes, árbitros; el proceso, un
arbitraje.
IV. CONCLUSIÓN: DICTAMEN DE LOS GARANTES ≠
LAUDO ARBITRAL
Dictamen de los Países Garantes = laudo arbitral. Una ecuación con más de una incógnita
1
121
El análisis realizado a lo largo de este trabajo nos permite
determinar que el proceso iniciado con la Declaración de
Paz de Itamaraty, 17 de febrero de 1995, y finalizado
con el Acta Presidencial de Brasilia, 26 de octubre de
1998, no fue un arbitraje, que los Países Garantes del
Protocolo de Río de Janeiro no fueron árbitros y que su
Punto de vista vinculante, 23 de octubre de 1998, no fue
un laudo arbitral.
El fundamento principal de esta conclusión es la
inexistencia de un tratado internacional entre Ecuador y
Perú que estableciera la materia objeto del arbitraje, el
derecho aplicable, las normas relativas a la designación y
conformación del órgano arbitral, sus facultades, sus
reglas de procedimiento, su sede; en otras palabras, no
existió un compromiso arbitral.
Y esta inexistencia fue tanto material, de fondo, pues
Ecuador y Perú no tuvieron la intención unánime de
someter la solución de su problema territorial al arbitraje
de los Países Garantes; como formal, pues, aún si la
hubieran tenido, no cumplieron con el iter pacti previsto
por el derecho internacional y los derechos internos
ecuatoriano y peruano, es decir nunca se negoció,
suscribió, aprobó, ratificó, ni intercambiaron los
documentos de ratificación.
¿Por qué, entonces, las expresiones de Presidentes,
funcionarios, políticos, el Tribunal Constitucional, el
Congreso Nacional, etc. en el sentido de que nos
encontrábamos frente a un arbitraje?
Ínigo Salvador Crespo
122
Sin descartar la posibilidad de que alguna de ellas fuese
producto de mero desconocimiento, me inclino a creer
que la mayoría de esas declaraciones quizás haya
respondido a una campaña dirigida desde las esferas
gubernamentales, particularmente la ecuatoriana, para
hacer aparecer el Punto de vista vinculante de los
Garantes como un laudo dictado por un tribunal arbitral
imparcial, a fin de evitar una reacción de la opinión
pública ecuatoriana frente a la consumación del despojo
territorial de 1942. En la medida que la solución
impuesta por los Garantes tuviera la apariencia de un
arbitraje sería mejor recibida por los ecuatorianos, pues la
figura del arbitraje —que ha planeado permanentemente
sobre el diferendo territorial ecuatoriano-peruano y en
1910 estuvo a punto de concretarse en un laudo del Rey
de España— era de general aceptación por la opinión
pública ecuatoriana tras haber sido revivida por el
Presidente Borja con su propuesta de arbitraje papal.
En la práctica, el Punto de vista vinculante de los
Garantes fue producto de un largo proceso en que se
conjugaron varios métodos políticos de solución pacífica
de controversias, particularmente la negociación directa
entre las partes, con la mediación de los Garantes, a
quienes ellas facultaron para imponer una solución que,
como hemos visto, carece de las características y virtudes
de un arbitraje internacional.
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
123
MANUELA SÁENZ, LA LIBERTADORA
Fanny Carrión de Fierro
"Tú fuiste la libertad,
Libertadora enamorada…"
Pablo Neruda
Sobre los acantilados, dispuestos en declive hacia la
ardiente bahía, se alzan un centenar de casas de adobe,
grises unas, blancas otras, todas calcinadas por el sol que
choca contra la arena y va luego a morir en las olas del
mar. Un sendero trepa desde el muellecito del puerto,
serpentea por entre las casas y dibuja un pequeño laberinto
donde parece imposible perderse. Una serenidad inquieta
nos agita sin embargo, una serenidad que parece cobijarnos
bajo las alas del olvido y hacer que efectivamente nos
perdamos para siempre, y sugiere que hemos llegado ya a
la quietud de los muertos, aunque pretendamos hacer los
movimientos de los vivos.
Corre el año de 1835. Simón Bolívar ha muerto hace poco
y, con él, su sueño de Colombia, la Grande. Una mujer
madura, intensa y atractiva todavía, contempla desde el
lomo de una mula el desolado paisaje y piensa para sí que
sería hermoso detener el tiempo y que, si lograra detenerlo,
lo haría en ese preciso momento y en ese lejano puerto
donde la han aceptado para que viva -o muera- su último
destierro. Y es que Manuela Sáenz no acaba de aceptar el
autoritarismo de Vicente Rocafuerte quien, temeroso de
que pudiera agitar a las gentes de Quito con el pretexto,
Fanny Carrión de Fierro
124
según afirma, de "vengar" el asesinato de su hermano, el
general Sáenz, no le ha permitido quedarse en el país ni
llegar a Quito, y la ha hecho escoltar de regreso a
Guayaquil para que de allí se traslade a Paita. Pero
Manuela no se resigna a la muerte del gran sueño de
establecer la Patria americana, y por eso presiente que, a
pesar de todo (del dolor de no poder vivir en su amada
Quito, de la pobreza a la que se verá abocada por no haber
podido arreglar los asuntos relativos a la herencia de su
madre) habrá de conseguir finalmente detener el tiempo, en
una suerte de serenidad altiva y secreta, para dedicarse a
cultivar sus recuerdos. Podrá entonces vencer el olvido con
la remembranza de aquellos ocho años en que sus actos
incidieron en el destino de la nueva república.
Su vida es en efecto serena y digna en este desolado puerto
a donde llegan solo los pescadores de ballenas y, alguna
vez para visitarla, personajes como Giuseppe Garibaldi,
Simón Rodríguez, José Joaquín Olmedo, Ricardo Palma.
Pero el tiempo del descanso no ha llegado todavía. Desde
su destierro, Manuela escribe muchas cartas para
defenderse de los ataques de Rocafuerte y expresar su
pensamiento político de estadista, de Libertadora. Y
mientras los poderosos, los que odiaron a Bolívar y trataron
de asesinarlo, se cobijan hipócritamente bajo las alas de su
gloria, Manuela se dedica a ser ella misma, a redescubrir su
destino, a revivirlo en la pureza de su soledad.
Su vida diaria es sencilla, transparente. Por las mañanas
atiende el establecimiento de tabaco, los tejidos, los hilos y
los dulces que le permiten sobrevivir, con dignidad, en
compañía de sus dos esclavas quienes han sido, desde
Manuela Sáenz, La Libertadora
125
siempre, sus compañeras de nostalgia y añoranzas. Las
tardes en cambio son suyas, íntima e irrevocablemente
suyas. Al abrigo del seco y duro sol, que parece iniciar un
incendio en el patio de su casa y extenderlo por todo el
continente, abre su cofre de cuero y bálsamo, saca las
cartas de su amante, y recrea aquellos prodigiosos tiempos
de lucha por la libertad, por su amor, contra los
destructores de tanto sacrificio. Y recuerda... lo que quiso
conseguir con la revolución anticolonial, cómo concibió su
papel y su pensamiento, y cómo los llevó a la práctica en el
momento de la lucha y de la entrega. Recuerda que sus
ideas nunca estuvieron separadas de sus actos, desde los
tempranos días en que, antes de conocer a Bolívar, recibió
del general San Martín la condecoración de Caballeresa del
Sol por sus servicios a la causa de la independencia.
Recuerda sus campañas, su participación en el
planeamiento de la estrategia de las batallas de Pichincha y
Junín, de Boyacá y Ayacucho. Recuerda su lucidez para
detectar la traición de Páez, de Paula y Santander.
Recuerda cómo advirtió los peligros en que se hallaba
Bolívar y salvó su vida arriesgando la suya, la noche
septembrina de 1828. Uno de los conjurados, Florentino
González, ha dejado la siguiente narración sobre la
actuación de Manuela:
―Cuando rompimos, pues, la puerta de su cuarto de
dormir, ya Bolívar se había salvado. Nos salió al
encuentro una hermosa señora, con una espada en la
mano, y con admirable presencia de ánimo y muy
cortésmente nos preguntó qué queríamos.
Correspondimos con la misma cortesía y tratamos de
saber por ella en dónde estaba Bolívar. Alguno de los
conjurados llegó poco después y profirió amenazas
contra aquella señora, y yo me opuse a que las realizara,
Fanny Carrión de Fierro
126
manifestándole que no era ella el objeto que nos
conducía allí. Procedimos a buscar a Bolívar, y un
joven negro, que le servía, nos informó que se había
arrojado a la calle por la ventana...‖ 1
"A esto hay que agregar -anota Concha Peña- que la Sáenz
tomaba parte activa en la política de aquel tiempo y hasta
puede decirse, sin exagerar, que formaba parte del Consejo
de Gobierno que inspiró a Bolívar las excesivas medidas de
rigor contra los conspiradores.2 A pesar de ello, se
conmuta la pena de muerte para Santander por la del
destierro, aunque Manuela ha escrito a Bolívar que:
―Esto más ha hecho Santander, no creyendo lo demás
bastante para que lo fusilemos. Dios quiera que mueran
todos esos malvados que se llaman Paula, Padilla, Páez,
y de este último siempre espero algo. Sería el gran día de
Colombia el día que estos viles muriesen, éstos y otros
son los que le están sacrificando con sus maldades para
hacerlo un día u otro. Este es el pensamiento más
humano: que mueran diez para salvar millones‖. 3
Como vemos, Manuela es una verdadera revolucionaria.
Luego de la última batalla, se dedica a detectar y sofocar la
contrarrevolución y a pensar la nueva sociedad, ya que,
dada la urgencia del proceso transformador, la lucha y la
reflexión debían realizarse simultáneamente. Se da así, en
el caso de Manuela Sáenz y Simón Bolívar, un juego
dialéctico entre praxis y teoría, entre pensamiento y acción,
pues pocas veces se ha unido, como en ellos, lo personal y
privado con lo público y social. El amor surgido del mutuo
conocimiento de estos dos seres tan afines en sus ideales y
en su decisión de llevarlos a la práctica fue, entonces, el
catalizador más eficaz que nuestra historia pudo haber
forjado para que triunfara nuestra revolución y para que
Manuela Sáenz, La Libertadora
127
luego, en su etapa de estabilización, pasara desde el
momento bélico al más universal de la elaboración de un
pensamiento político propio. Desde luego que Manuela
siempre había visto así su función dentro del proceso de
liberación de su pueblo, siendo como fue un ser humano
que se adelantó a su época en la práctica de ciertos valores
fundamentales para el desarrollo social, tales como la
práctica de la libertad, el respeto y la defensa de los
derechos humanos, la búsqueda de la liberación de la mujer
y, ante todo, el ejercicio de una ética humanística que
anteponga la vida del hombre a cualquier otra
consideración.
Es injusto, entonces, afirmar que Manuela haya sido tan
solo una asistente de Bolívar, o su apoyo moral, ni siquiera
únicamente el complemento amoroso de su agitada
existencia. Manuela fue la colaboradora, la estratega, la
consejera, la administradora, la financista. Es injusto que se
la recuerde como la "amable loca" o "la libertadora del
libertador", frases estas de Bolívar sólo para ella, para la
intimidad de su amor, para alimento de ese lenguaje
privado propio de todos los amantes. Ya es hora de tomar
consciencia de lo que en verdad fue la heroína quiteña, de
su verdadera dimensión humana y revolucionaria. Si el
Libertador no podía estar sin ella, no funcionaba sin ella,
en su titánico destino de crear un mundo nuevo, fue porque
ella era también Libertadora.
Y su papel emancipador incluía varias facetas. Manuela fue
una pionera de la liberación de la mujer, y por tanto de la
liberación del ser humano, que implica el abandono de la
hipocresía y los falsos convencionalismos sociales. Solo así
Fanny Carrión de Fierro
128
podemos comprender que pudiera escribirle a su marido
inglés para decirle, con toda honestidad, que nunca lo amó,
y que su matrimonio, artificial y convenido, no la
comprometía a nada:
―No, no, no más, hombre, por Dios [...] Usted es
excelente, es inimitable, jamás diré otra cosa sino lo que
es usted. Pero mi amigo, dejar a usted por el general
Bolívar es algo; dejar a otro marido sin las cualidades
de usted sería nada [...] Si algo siento es que no haya
sido usted mejor [...] Yo sé muy bien que nada puede
unirme a él bajo los auspicios de lo que usted llama
honor. ¿Me cree usted más honrada por ser él mi amante
y no mi esposo? Ah, yo no vivo de las preocupaciones
sociales inventadas para atormentarse mutuamente‖. 4
Y al hablar de la noche fatídica del 25 de septiembre de
1828, nos da una verdadera lección de integridad. En una
carta al general Flores, dice:
"Yo amé al Libertador. Muerto lo venero. Y por eso estoy
desterrada por Santander".
Y añade que, lejos de ser una conspiradora ambiciosa de
poder, como cree Santander, es "un formidable carácter,
amiga de mis amigos, enemiga de mis enemigos".5
Años después, ya desterrada en Paita, Manuela recordaría
la noche de los conjurados del Palacio de San Carlos, y la
vería como un momento decisivo en su compromiso con
Bolívar y con la nueva sociedad que los dos querían crear.
Así se lo confiesa a Garibaldi en la larga conversación que
tiene con él. Desde aquella noche hasta el final, dos años
más tarde, su amor se iría purificando hasta el punto de no
distinguir entre lo personal y lo colectivo, es decir entre su
Manuela Sáenz, La Libertadora
129
lealtad a Bolívar y a la causa de la independencia
americana. ¡Qué lejos parecían entonces los días de la
efusión erótica, a pesar de haber sido casi inmediatos en el
tiempo! Sólo en marzo del mismo año de 1828, Bolívar le
había escrito:
―Todo es amor en ti [...] tú me has hecho idólatra de la
humanidad hermosa o de Manuela [...] estoy todo el día
y la noche entera haciendo meditaciones eternas sobre
tus gracias y sobre todo lo que te amo, sobre mi vuelta y lo que harás y lo que haré cuando nos veamos...‖ 6
De ese amor de los dos nacerá la generosidad con que
perdonarán a los conjurados de septiembre, y también la
lucidez de la desterrada tantas veces por su fidelidad a la
causa de la libertad. Cerca ya de la muerte de Bolívar,
Manuela contesta los ataques de un libelista bogotano:
―El autor de La Aurora debe saber que la imprenta libre
no es para personalidades, y que el abuso con que se escribe cede más bien en desdoro del país que en injuria
de las personas a quienes se ataca. Con estas palabras
le contesto: él me ha vituperado del modo más bajo; yo
le perdono, pero sí le hago una pequeña observación:
¿por qué llama hermanos a los del Sur y a mí forastera?
Seré todo lo que quiera. Lo que sé es que mi país es el
continente de la América: he nacido bajo la línea del
Ecuador‖.7 (El subrayado es nuestro.)
He aquí un verdadero pensamiento latinoamericano: el
sueño de Manuela es el de todos. Si queremos llevar a la
práctica nuestros más genuinos ideales, como el amor a la
libertad, la justicia social, la independencia económica y
cultural, la promoción de la vida, debemos ser una sola
gran nación. Esta independencia de pensamiento, esta
autonomía ética, notada y censurada ya en otras quiteñas
Fanny Carrión de Fierro
130
por el presidente Rocafuerte, le costó a Manuela el
destierro definitivo en Paita. En una carta justificatoria,
Rocafuerte le escribe a Flores:
―Por el convencimiento que me acompaña de que las
señoras principales son enemigas declaradas de todo
orden [...] y por el conocimiento que tengo del carácter,
talento, vicios, ambición y prostitución de Manuela Sáenz [...] en favor de la tranquilidad pública, me he
visto en la dura necesidad de mandarle un edecán para
hacerla salir de nuestro territorio‖. 8
Los dos primeros calificativos pueden aceptarse en una
descripción objetiva de Manuela. Los tres que siguen, y en
especial el último, son una prueba de los prejuicios y la
intransigencia de Rocafuerte. Meses más tarde se endurece
ante los intentos de Flores por conseguir el indulto:
―Manuela Sáenz venía aquí con la intención de vengar la muerte de su hermano, y con ese pretexto hacerse
declarar libertadora del Ecuador. Como es una verdadera
loca, la he hecho salir de nuestro territorio para no pasar
por el dolor de hacerla fusilar‖.9 (El subrayado es
nuestro.)
Manuela rechaza, desde luego, cualquier defensa y se
queda en Paita. Ha llegado la hora de precisar su
pensamiento. Su correspondencia abunda en declaraciones
americanistas, pues es Libertadora hasta el fin. En una carta
a don Roberto Ascázubi, futuro suegro de García Moreno,
le pregunta sobre los rumores acerca de ciertos problemas
limítrofes, y le dice:
―Diga si es cierto que la Nueva Granada amaga al
Ecuador y si quieren repartirse de nuestra hermosa
patria los vecinos. Esto me tiene muy molesta porque
Manuela Sáenz, La Libertadora
131
soy más quiteña que cristiana‖. 10 (El subrayado es
nuestro)
Ser quiteña y ser cristiana. Dos valores de Manuela y de
nuestra cultura. Y al momento de elegir su prioridad,
decidirse por la identidad nacional recién creada. Porque
ser quiteña significa ser ecuatoriana, latinoamericana,
defender los derechos del hombre en estas latitudes y en
todas las latitudes, porque ser quiteña primero y cristiana
después es la actitud más honesta en un mundo que está
formándose y que, por tanto, está también formando su
nuevo cristianismo.
Qué le queda, entonces, a Manuela sino detener el tiempo
en el espejismo de arena y mar de su último destierro. Solo
dos deseos aguijonean su espíritu en esas tardes de olvido y
remembranza. El primero, la restitución de la gloria de
Bolívar se ha cumplido con creces, hasta por los antiguos
enemigos. El segundo, el olvido para ella, salvo por el
reconocimiento y veneración de unos pocos, se cumplirá
también a lo largo de los veinte años de Paita. Para estos
dos únicos deseos tiene en sus cartas expresiones
clarividentes. "El no morirá nunca", le dice al maestro
Simón Rodríguez. "El tiempo me justificará", afirma
cuando se intenta destruir su imagen de Libertadora. Y los
visitantes de Paita son los primeros en reconocerlo. En
1841, un joven marino de 21 años, que ha llegado a bordo
de un barco ballenero, Herman Melville, conoce a Manuela
y recibe su ayuda en relación con un motín que se ha
declarado en el barco. Años más tarde, ya famoso como
escritor y como autor de la novela Moby Dick, recuerda a
aquella gran dama que conoció en Paita y lamenta las
injusticias del mundo en su valoración de los verdaderos
Fanny Carrión de Fierro
132
héroes. Refiriéndose a Manuela, afirma: "Oh humanidad,
fuerte cosa eres. Yo te rindo mi admiración, pero no en el
héroe laureado sino en el que ha sido abandonado por
todos".11
En 1847, dos hechos contradictorios muestran como la
ironía del destino persigue a la Libertadora hasta su último
destierro. El general inglés Daniel O'Leary, que había
luchado por la independencia junto a Bolívar, la visita para
pedirle unos documentos y cartas del Libertador que ha
oído que están en su poder. Manuela le confiesa que su
cofre secreto ha quedado escondido en el jardín de la
quinta de Bolívar en Bogotá y, en una manifestación de
confianza, acepta que, una vez que O'Leary haya tomado lo
que necesita para la biografía que está escribiendo, se lo
remita con las mayores seguridades a Paita. O'Leary
cumple fielmente su promesa y le envía el cofre, junto con
una carta en la que le entera de los últimos
acontecimientos. Es así como Manuela recibe al mismo
tiempo su cofre de amor y la noticia de que James Thorne,
su esposo inglés, ha sido asesinado mientras caminaba
borracho por las calles de Lima, rodeado de prostitutas.
Hacia finales del mismo año de 1847 recibe la visita de dos
personajes, quienes son probablemente los primeros en
referirse a ella como Libertadora: Simón Rodríguez, el
maestro de Bolívar, testigo de su juramento en Roma, y
Giuseppe Garibaldi, héroe de la lucha de Italia contra la
invasión austríaca y gran admirador de ella y de Bolívar.
Tanto Rodríguez como Garibaldi llegan enfermos a Paita y
son atendidos por Manuela. Largas son las tardes de sus
conversaciones sobre las luchas por la independencia,
cuando "ustedes los libertadores", dice Rodríguez,
Manuela Sáenz, La Libertadora
133
entregaron todo a la causa del futuro de América. Y
Garibaldi, en su añoranza de aquella Manuela que conoció
en Paita, escribe:
―Doña Manuelita Sáenz era la más graciosa y gentil
matrona que yo hubiera visto hasta ahora. Había sido la
amiga de Bolívar, conocía las circunstancias más
minuciosas del Libertador de la América del Sur. Esta vida consagrada completamente a la emancipación de
su país y las altas virtudes que le adornaban no valieron
para sustraerle al veneno de la envidia y el fanatismo‖.12
Y rubrica sus recuerdos con una categórica afirmación: fue
"la más alta personalidad de mujer del siglo XIX que yo
haya conocido".
Así fue Manuela, un ser humano completo, una pensadora
indomeñable que puso sus ideas al servicio de la causa de
forjar un mundo nuevo, al servicio de los demás, hasta la
muerte. El pensamiento y la praxis de esta revolucionaria
americana siguen vigentes: nuestra lucha será siempre por
la vida, por la justicia, por la verdad, desde Manuela y
hasta alcanzar la paz y el amor. Qué importa entonces que
haya muerto por cuidar a los enfermos de la epidemia de
difteria que diezmó la población de Paita el año de 1856.
Qué importa que la hayan enterrado en una tumba común y
que sus restos se hayan perdido para siempre en el
laberinto del olvido. Para nosotros su tiempo, su vida, sus
acciones, las suyas y las de Bolívar, son todavía nuestra
historia y nuestro desafío permanentes.
Fanny Carrión de Fierro
134
NOTAS
1 - Cornelio Hispano, Historia Secreta de Bolívar, Bogotá,
Bedout, 1944, pp. 223-24.
2 - Concha Peña, La Libertadora, el Ultimo Amor de
Simón Bolívar, Quito, Ed. Moderna, 1944, p. 328.
3 - Cornelio Hispano, idem., pp. 211-12.
4 - Alfonso Rumazo G., Manuela Sáenz, la Libertadora del
Libertador, Caracas, 1972, p. 190.
5 - ------------------, p. 191.
6 - Cornelio Hispano, idem., p. 209.
7 - G. Humberto Mata, Manuelita Sáenz, Cuenca, Zenit,
1972, p.58.
8 - Jaime E. Rodríguez, Estudios sobre Vicente Rocafuerte,
Guayaquil, Archivo Histórico del Guayas, 1975, p. 227.
9 - ------------------, idem., p. 230.
10- Concha Peña, idem., p. 330.
11- ------------------, idem., p. 337.
12- Giuseppe Garibaldi, Memorias, citado en el libro
Manuela Libertad, varios autores, Quito, Consejo
Provincial de Pichincha, s.f., s.p.
* Fanny Carrión de Fierro es Master of Arts por la
Universidad de California en Berkeley, EEUU y Doctora
en Literatura por la Pontificia Universidad Católica del
Ecuador, Quito. Actualmente es profesora en la Facultad
de Comunicación, Lingüística y Literatura de la Pontifica
Universidad Católica del Ecuador, Quito. Ha enseñado
también en varias universidades de los Estados Unidos,
como Profesora Fulbright y como profesora invitada. Es
miembro de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Sección
de Literatura del Club Femenino de Cultura, Quito, de la
Sociedad Ecuatoriana de Escritores y de la Asociación de
Manuela Sáenz, La Libertadora
135
Profesores Universitarios del Ecuador. Escritora y crítica
literaria, ha publicado obras de poesía, narración, ensayo
y análisis literario. Ha recibido varios premios nacionales
e internacionales de poesía y cuento.
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
136
LA NEGOCIACIÓN DE CONFLICTOS:
UN MODELO PARA GANAR-GANAR
Fausto Segovia Baus1
Al iniciar el tercer milenio, es muy
importante tener en cuenta el porqué todas
o casi todas las actividades humanas están
sujetas al tema de la negociación.
No hay acción humana familiar, social, política,
económica o cultural que no esté relacionada directa o
indirectamente con la negociación. Negociamos todos los
días, a toda hora, con todas las personas y grupos, en
cualquier circunstancia; incluso lo hacemos sin ser
necesariamente expertos por lo que, de una forma o de
otra, todos somos negociadores.
Negociación y conflictos
La negociación tiene que ver necesariamente con los
conflictos. Y los conflictos nacen en la medida que las
personas o los grupos no están dispuestos a aceptar
decisiones dictadas por terceros. Surgen entonces las
diferencias, que a veces se tornan irreconciliables.
Pero siempre existe la posibilidad de una reconciliación
mediante una exitosa negociación, y esto sucede cuando
1 Profesor Principal de la PUCE. Docente de postgrado de
Negociación de Conflictos
La negociación de conflictos: un modelo para ganar-ganar
137
comenzamos a entender el conflicto como un sistema y
no como un suceso. Tomando como base la analogía
médica, el conflicto podría considerarse como el síntoma
de una enfermedad, o como un parásito. Si existen las
condiciones, el parásito puede instalarse en el cuerpo y
provocar dolor y un grave malestar cuando no se trata a
tiempo. Del mismo modo, un conflicto puede llegar a
alterar a las personas y provocar miedos, desconfianzas e
inclusive agresiones.
Este artículo pretende orientar a los lectores hacia una
actitud diferente para manejar los conflictos y tratarlos
desde un enfoque sistémico.
El conflicto es, en cierto modo, una amenaza para la
supervivencia de la especie, pero también,
paradógicamente, un recurso interesante para hacer de la
experiencia humana algo soportable.
Es menester reconocer que los conflictos humanos son
tan reales y evidentes que los sistemas represivos o los
modelos de dominación, cumplieron una etapa en el
mundo, y ahora no sirven para resolver los problemas
más comunes, incluyendo los cotidianos o domésticos.
Es urgente generar una cultura negociadora, una
capacidad racionalizada por la ciencia y la cultura para
enfrentar, por nosotros mismos, los conflictos más
comunes antes que dejar que fuerzas extrañas, externas e
impostoras utilicen cualquier tipo de violencia para
imponer ―soluciones‖ no negociadas. Lo anterior nos
lleva a plantear al conflicto como algo consustancial a la
Fausto Segovia Baus
138
vida y no como un hecho necesariamente negativo y
pernicioso.
Una vida estable es producto de una adecuada resolución
de conflictos. O dicho de otro modo: el conflicto es parte
de nuestra naturaleza. Ante él tenemos tres alternativas:
1. Luchar en los juicios y en las comisarías con todo el
desgaste emocional y económico que ello implica.
2. Huir.
3. Negociar.
Les invito a negociar.
Teoría del conflicto
La humanidad vive un clima de conflictos. Para unos el
conflicto es sinónimo de ―crisis‖; para otros, en cambio,
la ―crisis‖ es un signo vital de todo organismo, como la
calentura es el síntoma de una enfermedad y es una
respuesta del cuerpo a la necesidad de sobrevivencia.
Una tercera tendencia afirma que el conflicto es sinónimo
de guerra.
Para nuestro estudio entendemos por conflicto la relación
de oposición entre dos partes, sobre un asunto o tema.2
Un conflicto requiere de dos partes o contendientes.
Cuando eventualmente interviene una parte este conflicto
es de carácter personal o psicológico.
También es reconocido el conflicto “como el
enfrentamiento o desacuerdo intencional entre dos entes
2 Diccionario RAE.
La negociación de conflictos: un modelo para ganar-ganar
139
o grupos que se manifiestan, unos respecto a otros, por
mantener, afirmar o manifestar un derecho e intentan
quebrar la resistencia del otro...‖3.
Interpretaciones.
La interpretación de un conflicto depende de la
orientación ideológica de los participantes. La ideología
condiciona el escenario del conflicto, así como la cultura
y el contexto, y facilita o dificulta la resolución del
conflicto, según los casos.
El conflicto es un elemento perturbador del sistema
político imperante. Así, se habla del conflicto de los
indígenas como un fenómeno que disgrega o desarticula
la sociedad. Esta es una tendencia funcionalista.
Pero también existe la tendencia evolucionista, que
plantea el conflicto como una relación social necesaria,
que forma parte del cambio universal de la sociedad, que
expresa una relación de poder, y gracias a él se generan
nuevas normas de convivencia, por medio de las cuales
se institucionaliza la tolerancia y se asegura la
continuidad y el equilibrio.
Para el marxismo, en cambio, la contradicción es un
fenómeno inevitable, una fuente permanente de
conflictos, y está en el centro del desarrollo dialéctico de
la sociedad.
3 Julien Freund, en documento ―Resolución de Conflictos‖, Altos
Estudios Nacionales, Ecuador, 1997.
Fausto Segovia Baus
140
La actitud que adoptemos sobre un conflicto depende, en
última instancia, de los valores y principios que vivamos,
y de los intereses que entren en juego, directa e
indirectamente, con el objeto del conflicto y sus actores.
Un aspecto evidente es que el conflicto está presente en
todas las relaciones familiares, sociales, económicas y
políticas. En ocasiones, el conflicto puede derivar en
enfrentamientos, y dependiendo de su naturaleza y
origen, puede permanecer latente por períodos
prolongados
Clasificación.
Frente a un conflicto hay dos alternativas: la negociación
diplomática, si se trata de un conflicto internacional, y la
denominada mediación. También se clasifican los
conflictos en: no violentos, conflictos para-violentos y
conflictos violentos.
Otros tipos de conflictos son: internos, de grupos
primarios (de grupos sociales entre sí); o de grupos
secundarios (de grupos sociales con el Estado). Y
externos: entre Estados, entre Estados y empresas
transnacionales, y entre organismos internacionales.
Se identifican: los conflictos ―fríos‖ u ocultos, y los
conflictos ―calientes‖, que pueden generar agresividad.
Los conflictos calientes no pueden resolverse mediante
una confrontación directa. Bien decía Ghandi: ―Sigamos
con la filosofía del ojo por ojo durante mucho tiempo y
acabaremos todos ciegos‖.
La negociación de conflictos: un modelo para ganar-ganar
141
Relaciones conflictivas.
Las relaciones conflictivas tienen las siguientes
propiedades:
El comportamiento conflictivo requiere al menos de dos
partes.
La interacción entre las partes conflictivas toman el
nombre de acciones y reacciones.
El origen de los conflictos puede ser endógeno y/o
exógeno.
Todo acto de acción u omisión dentro de un conflicto es
motivado.
La relación conflictiva se mantiene en la medida que una
de las partes desea ganar a expensas de la otra.
La negociación.
El Dr. Roger Fisher, una autoridad en esta materia, dice:
“La negociación es un medio básico para lograr lo que
queremos de otros. Es una comunicación de doble vía
para lograr un acuerdo cuando usted y otra persona
comparten intereses en común, pero que también tienen
intereses opuestos.”4
El método de negociación de conflictos.
Se define como “un proceso donde existen dos o más
partes, que tienen intereses y necesidades comunes y
4 Sí, de acuerdo. Cómo negociar sin ceder. Roger Fisher, Wiliiam
Ury y Bruce Patton, Grupo Editorial Norma, 1996, pág. xvii.
Fausto Segovia Baus
142
contradictorios sobre un problema, y quieren llegar a un
acuerdo”.5
El método de negociación por principios.
Fue desarrollado por el Dr. Roger Fisher, en el Proyecto
de Negociación de Harvard. Consiste en decidir según los
méritos, en vez de decidir por el método del regateo,
centrado en lo que las partes se comprometen a hacer o
no hacer.
El objetivo es ―ganar-ganar‖, es decir, que haya ventajas
mutuas, dentro de lo posible. Si se presenta un conflicto
de intereses, el resultado o el acuerdo final debería ser
justo, independientemente de la voluntad de las partes.
Este método de negociación por principios generalmente
es ―duro‖ para los argumentos y ―suave‖ para las
personas.
5 Documento interno PUCE.
Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
143
REGIÓN AMAZÓNICA ECUATORIANA
“EL VALOR DE LA CONSERVACIÓN
DE SUS ÁREAS PROTEGIDAS”
Ana Alexandra Andino
Juan Carlos Tufiño
La Región Amazónica Ecuatoriana posee una
privilegiada diversidad geográfica, biológica, étnico-
cultural y económica, que es amenazada constantemente
por dos actividades productivas: la agricultura y la
explotación petrolera que han destruido y provocado
impactos negativos al medio ambiente.
Debido a las amenazas y fragilidad de los ecosistemas, en
el Ecuador, a partir del año de 1.976, se ha establecido un
Sistema Nacional de Areas Protegidas (SNAP), cuya
finalidad es la conservación de las Areas Silvestres,
estableciendo Leyes y Reglamentos como la Ley
Forestal, cuyos objetivos nacionales relacionados a la
conservación son:
Propender a la conservación de los recursos naturales
renovables acorde con los intereses sociales,
económicos y culturales del país.
Preservar los recursos sobresalientes de flora y fauna
silvestres, paisajes, reliquias históricas y
arqueológicas fundamentados en principios
ecológicos.
Ana Alexandra Andino Juan Carlos Tufiño
144
Perpetuar en estado natural muestras representativas
de comunidades bióticas, regiones fisiográficas,
unidades biogeográficas, sistemas acuáticos, recursos
genéticos y especies silvestres en peligro de
extinción.
Proporcionar oportunidades de integración del
hombre con la naturaleza.
Asegurar la conservación y fomento de la vida
silvestre para su utilización racional en beneficio de
la población.
Estos objetivos, son solo enunciados que no son
respetados por el Gobierno Nacional que impone sus
intereses en los territorios declarados Areas Protegidas,
especialmente en la Areas Protegidas del nororiente
ecuatoriano como son: La Reserva de Producción
Faunística Cuyabeno (RPFC), y El Parque Nacional
Yasuní (PNY), debido a que en esta zona se encuentra la
mayor cantidad de yacimientos petroleros (principal
fuente de ingresos económicos del país).
No se considera la ecología, ni los bienes y servicios que
estas Areas Protegidas ofrecen, a pesar de que su
conservación es de vital importancia por las siguientes
razones:
Conservan la biodiversidad como recurso genético
presente y futuro cumpliendo con una serie de
funciones irremplazables de vital importancia.
Región Amazónica Ecuatoriana “el valor de la conservación de sus áreas protegidas”
145
Protegen las cuencas hidrográficas controlando la
erosión, regulando los ciclos hidrológicos porque
absorben gran cantidad de agua lluvia, reduciendo las
inundaciones, y controlando el flujo y curso de los
ríos.
Estabilizan el clima: los bosques regulan la
temperatura a escala local a través de la
evapotranspiración. La deforestación induce a un
cambio extremo de la temperatura y por ende la
sequedad del aire.
Facilitan la captación de CO2 (1): la Reserva de
Producción Faunística Cuyabeno y el Parque
Nacional Yasuní son parte de una gran reserva
fotosintética como son los bosques húmedos
tropicales (BHT).
Protegen los suelos: la falta de la cobertura vegetal
genera la pérdida de los nutrientes del suelo y su
posterior erosión.
Mantienen el proceso de evolución de las especies
endémicas y de aquellas en peligro de extinción.
Proporcionan importantes e incalculables reservas de
agua dulce.
1 EL CO2 es el gas de efecto invernadero que más contribuye al calentamiento mundial, y el que más rápidamente está aumentando
su nivel de concentración en la atmósfera, en razón de las actividades
antropogénicas.
Ana Alexandra Andino Juan Carlos Tufiño
146
Facilitan la investigación científica siendo un
laboratorio a nivel mundial.
Promueven la educación ambiental a través del
Ecoturismo cuyo rubro económico es cada vez más
importante, dinamizando así las economías locales.
Guardan un conjunto de valores intangibles
(culturales, espirituales, históricos, paisajistas, etc.)
Evitan la formación de vientos (tifones, huracanes,
tornados).
El valor de la conservación de las Areas Protegidas es
incalculable, hablando en términos económicos y
ambientales, constituyendo además una herencia
necesaria para las futuras generaciones.
Lamentablemente en estas Areas Protegidas no se aplican
las tareas mínimas de conservación y preservación, ni
control de: la colonización, explotación ilegal de madera,
comercialización de especies silvestres, y actividades
turísticas; y lo que resulta más cuestionable e inaceptable
es la autorización dada por el Gobierno para que en estas
áreas se realicen actividades de explotación petroleras,
evidenciándose de esta manera una fuerte contradicción
entre la Legislación y la Conservación.
Es decir, el Estado Ecuatoriano en el caso del Cuyabeno
y Yasuní ha infringido las Leyes y convenios suscritos a
nivel internacional sobre la protección del medio
ambiente, en complicidad con las compañías petroleras,
Región Amazónica Ecuatoriana “el valor de la conservación de sus áreas protegidas”
147
incumpliendo sus obligaciones de protección de la
biodiversidad y conservación de las Areas Protegidas
(Art. 86, lit. 3 (2) de la Constitución Política de la
República del Ecuador). Las diversas fases de la
industria hidrocarburífera: exploración, explotación,
producción, transporte, almacenamiento e
industrialización inciden negativamente en las Areas
Protegidas, ya que su ejecución ocasiona efectos
negativos de contaminación de suelo, agua, aire, ruido y
afectación a todos los seres vivos, incluido el hombre.
Esta actividad que produce graves impactos negativos en
el ambiente debería ser descartada en las Areas
Protegidas destinadas a la conservación, de manera
especial si se considera el Art. 91 de la Constitución
Política de la República del Ecuador: ―El Estado, sus
delegatarios y concesionarios, serán responsables por
los daños ambientales”.
Al contrario de lo establecido en la Legislación,
Petroecuador tiene un nuevo proyecto considerado
fundamental para ―el desarrollo económico del país”,
que es la explotación del tren estructural Ishpingo,
Tambacocha, Tiputini conocido como (ITT) ubicado en
pleno Parque Nacional Yasuní.
2 Se declaran de interés público y se regularán conforme a la ley:
El establecimiento de un sistema nacional de áreas naturales
protegidas, que garantice la conservación de la biodiversidad y el
mantenimiento de los servicios ecológicos, de conformidad con los
convenios y tratados internacionales.
Ana Alexandra Andino Juan Carlos Tufiño
148
PROYECTO ITT (ISHPINGO, TAMBACOCHA,
TIPUTINI)
Hablando en términos económicos versus ambientales,
¿qué resultaría más rentable? ejecutar este proyecto en
una de las reservas ecológicas más importantes a nivel
mundial, conllevando así al deterioro de la misma, o
protegerla y conservarla en pro de la biodiversidad con
sus bienes y servicios ecológicos.
Región Amazónica Ecuatoriana “el valor de la conservación de sus áreas protegidas”
149
Por otro lado, el respetar y motivar la conservación de las
Areas Protegidas no significa que exista un arraigado
afán conservacionista, sino que estas áreas deberían
considerarse sagradas porque en ellas habitan pueblos y
culturas ancestrales que han sabido mantener una
relación armónica con la naturaleza, como el caso de
los Huaorani.
Culturalmente para este grupo étnico, la vinculación con
las empresas petroleras mediante la contratación de su
gente ha dado como resultado procesos acelerados de
pérdida cultural, de conocimientos ancestrales y
tradicionales formas de vida. El contacto con personas
ajenas a su identidad trajo como consecuencia el
deterioro de su salud, por el contagio de epidemias
extrañas a su entorno que inicialmente diezmaron a la
población.
Como protesta a estos impactos socio-ambientales se han
realizado denuncias y oposición de las poblaciones
locales, comunidades indígenas, instituciones públicas y
grupos ambientalistas a nivel nacional e internacional.
Denuncias que se producen constantemente por los
antiguos y continuos problemas socio-ambientales
ocasionados por las compañías petroleras y que se hacen
públicas por ser noticias relevantes en periódicos y
revistas nacionales e internacionales.
La nueva Constitución Política del Ecuador (Art. 86) de
1.998 (3) y la promulgación de la Ley de Gestión
3 ―El Estado protegerá el derecho de la población a vivir en un medio
ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice un
Ana Alexandra Andino Juan Carlos Tufiño
150
Ambiental (1.999) han demostrado mayor exigencia en
lo relativo a la conservación del medio ambiente y las
relaciones con los pueblos indígenas (a quien se les
reconoce sus derechos ancestrales y colectivos), pero los
contratos petroleros no han considerado estos aspectos,
por lo que sería necesario que los mismos sean
modificados de manera que respondan a las nuevas
exigencias legales; y por parte del Estado se propongan
nuevas políticas para determinar el desarrollo sustentable
de la RAE, partiendo de una visión holística de la región
que contemple los aspectos económicos, sociales,
culturales, ambientales y políticos para que a nivel
comunitario se emprenda un nuevo camino hacia un
desarrollo sostenible, seguro e igualitario.
Países como el nuestro en vías de desarrollo, no han
sabido aprovechar los recursos económicos que ha
producido el petróleo; recursos económicos que siendo
bien administrados crearían muchas alternativas de
desarrollo sustentable. Velará para que este derecho no sea afectado
y garantizará la preservación de la naturaleza.
Se declaran de interés público y se regularán conforme a la ley:
1. La preservación del medio ambiente, la conservación de los ecosistemas, la biodiversidad y la integridad del patrimonio
genético del país.
2. La prevención de la contaminación ambiental, la recuperación
de los espacios naturales degradados, el manejo sustentable de
los recursos naturales y los requisitos que para estos fines
deberán cumplir las actividades públicas y privadas; y,
3. El establecimiento de un sistema nacional de áreas naturales
protegidas, que garanticen la conservación de la biodiversidad y
el mantenimiento de los servicios ecológicos, de conformidad
con los convenios y tratados internacionales‖.
Región Amazónica Ecuatoriana “el valor de la conservación de sus áreas protegidas”
151
desarrollo en campos como: la agricultura, el turismo, la
ecología, recursos forestales, la minería, la pesca, la
investigación (propiedad intelectual), incluyendo además
la venta de oxígeno a través de la captación de CO2 a
países industrializados, desplazando de esta manera al
petróleo como la principal fuente de recursos económicos
para el país. Es tiempo ya de que en el Ecuador, país
privilegiado, se aprovechen sus recursos naturales en
beneficio de sus habitantes, desplazando la idea que se
escucha retóricamente que ―el petróleo es de los
ecuatorianos‖, y sin embargo, continúe siendo un país
pobre, debido a la corrupción.
Ana Alexandra Andino Juan Carlos Tufiño
152
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las funciones del Bosque Tropical Primario en la
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Revista PUCE No. 79 / 2006 / Quito / Centro de Publicaciones
154
PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA
Jesús Aguinaga Z.
Como el aire que respiramos debe ser puro, suficiente,
acorde con las necesidades biológicas y sicológicas de la
persona y que le produzcan bienestar físico y espiritual,
de la misma manera, los grupos humanos, las
instituciones están respirando el ambiente de la sociedad
pequeña y/o grande en las que se hallan inmersas; este
ambiente ejerce una influencia decisiva en su ser y en su
actuar ya que, como el hombre es un ser eminentemente
social, permeable a las influencias externas, éstas
penetran en su interior y son capaces de modificar
significativamente su comportamiento, lo motivan o
desestimulan, le proporcionan datos para un aprendizaje
a través de la vida cotidiana, le pueden ir imprimiendo
huellas las que se podrían proyectarse durante toda su
vida.
Ahora bien, en el caso de un centro educativo, ¿Cuál es
este ambiente ideal?, ¿quiénes lo proporcionan?
El ambiente o clima de un centro educativo es el
resultado de varios factores: las relaciones
interpersonales entre los miembros de la Comunidad
Educativa y las relaciones interinstitucionales, la práctica
cotidiana del Reglamento Interno de la unidad educativa,
la forma de aplicar las diversas metodologías en las
varias asignaturas, en fin... la vivencia del sistema
educativo implantado en dicha institución.
¿Quiénes crean el ambiente de una institución
educativa?. Naturalmente, todos sus miembros: los
padres de familia, los directivos, los docentes y
administrativos, los estudiantes.
Pedagogía de la Esperanza
155
En este artículo nos vamos a referir específicamente a los
docentes y al clima ideal –no por esto menos real- que
puede y debe ser vivido en el establecimiento y de una
manera especial, en el aula.
Para que se dè en realidad un proceso educativo, es
preciso que tanto el profesor como los estudiantes, nos
sintamos a gusto en la clase.
¿Cómo un docente puede crear un clima adecuado en su
clase?
La clase que dictemos será no solo comprensible sino
atractiva y no aburrida ni angustiosa; será una clase que
produzca deseos de aprender, que tenga en cuenta las
diferentes maneras de ser de cada uno de nuestros
estudiantes.
Siempre hará falta que los maestros tengamos y
demostremos interés por nuestros estudiantes, que
sintamos y manifestemos cariño por ellos y por su
educación, que siempre seamos justos y misericordiosos
en nuestros juicios, comprensivos en nuestras actuaciones
y actitudes. En todo momento, estaremos comprometidos
con nuestros estudiantes.
Seamos exigentes pidiendo a los estudiantes que rindan
al máximo, cada quien de acuerdo a sus posibilidades y
dones recibidos, cada uno poniendo en juego sus propias
capacidades. Para lograr esto, seamos con ellos
auténticos, creativos, aportemos con responsabilidad,
ingenio y entusiasmo No esperemos compensaciones,
simplemente querámoslos y busquemos su bien
desinteresadamente, con dedicación, con compromiso y
entrega. El maestro debe saber que la gratificación la
encontraremos en nuestra conciencia y en nuestra alegría
Jesús Aguinaga Z.
156
de saber que servimos más y mejor a la sociedad; y los
maestros cristiano–católicos, sintamos esa felicidad de
que lo que hacemos lo hacemos por un Dios al que lo
queremos de corazón y con obras, a un Dios a quien lo
vemos y sentimos en cada uno de nuestros educandos.
Buen profesor es aquel con quien los estudiantes van
aprendiendo a ser ellos mismos, a ser más personas, es
decir, van aprendiendo a pensar, a ser libres y a decidir
por sí mismos, a ser la persona que uno realmente es.
Para algunos, pensar y ser libre supuestamente significa
ser atrevido, malo, perverso, incontrolado, destructivo, lo
que equivaldría a convertirse en un remedo de hombre,
en un monstruo. Pero la verdad es otra. Pensar y ser libre
significará que el estudiante pueda ya pensar por sí
mismo, juzgar por sí, por sí tomar sus propias decisiones,
es decir, ser él mismo, a pesar de sus equivocaciones.
Según Carl R. Rogers, cuando un enojo o una situación
desagradable son asumidos con espontaneidad, sin
temor, no resulta una acción destructiva, y peor, ser un
motivo suficiente como para que se le recrimine al
estudiante porque tal acción esté mala, cuando realmente
deberíamos, comprender y, en algunos casos, hasta
felicitarle. Dentro de ese contexto, sí que lo estamos
educando.
Cuando se mezclan las debilidades con las fortalezas, en
función de un razonable y sincero equilibrio constructivo
que no le induzca al estudiante a un decaimiento y
frustración, sino más bien a un energizante proceso de
recuperación, se llega a la armonía de ser, a la unicidad
como ser humano, a ser lo que uno verdaderamente es,
Pedagogía de la Esperanza
157
siempre positivo, constructivo, realista y digno de
confianza.
¿Por qué castigar lo que puede ser una mera debilidad?
¿Por qué premiar lo que se hizo por simple cumplimiento
del deber?
Sobre los premios y castigos, el pedagogo Pedro Chico
Gonzáles afirma que los premios no son convenientes
como remuneración a los esfuerzos realizados, ya que el
cumplimiento del deber aún a costa de cualquier esfuerzo
que esto implique, no puede ser motivo de felicitación,
pues no es cumplir con algo extraordinario, sino hacer lo
normal. Por otra parte, el premio enseña a ser gente
egoísta e interesada y genera una competencia insana,
discordante con la verdadera educación, que enseña a
obrar no por miedo a la sanción o por un premio a recibir,
sino por convicción, con libertad y responsabilidad.
Además, el premio corre el riesgo de ensoberbecer
fatuamente al estudiante, o a la inversa, el castigo puede
destruir la autoestima. Este planteamiento no contradice,
a los bien concebidos estímulos, que no son premios, sino
unos justos tratamientos que incentivan a la persona y
humanizan la educación.
Jesús Aguinaga Z.
158
Una de las prácticas de premio o de castigo puede ser la
puesta de calificación.
Bajo lo que expusimos anteriormente, las calificaciones
serían el símbolo de lo inexacto, lo relativo, e incluso, a
veces, de lo injusto, ya que tras el telón de la nota
podemos encontrar memorismo, nervios destrozados,
afectos o desafectos, simpatías o antipatías, resultados y
cifras que expresan fríamente una simple sumatoria de
puntos, y en ella, una sentencia parcial o definitiva, que
equivale, en algunos casos, a no volver a estudiar por el
resto de su vida, es decir, una frustración como estudiante
y una frustración como persona, con las consecuencias y
agravantes correspondientes.
Por lo expuesto, pensemos en una de las alternativas
pedagógicas, la pedagogía de la esperanza, es decir, en
ese proceso de siembra cuidadosa, inteligente, paciente y
humana, con incentivos que motivan y transforman, no
solo por el valor agregado del conocimiento, sino
fundamentalmente, por la transformación de un ente
naturaleza a un ente persona; esto es personalizar y
socializar a un estudiante, que éste haya desarrollado sus
propias capacidades, que sin miedos ni angustias, esté
listo para asumir nuevos roles y etapas en la vida y se
transforme en un elemento multiplicador no del miedo,
sino de la confianza, de la fe y de la esperanza.
Lo expresado será posible si nosotros, educadores,
―somos dadores de vida y no dispensadores de muerte; y
¿qué significa dar vida? Significa compartir todo lo
bueno que tenemos, a pesar de nuestras limitaciones
Pedagogía de la Esperanza
159
humanas, incluyendo nuestras vidas, con aquellos que lo
necesitan...‖, significa morir al yo ególatra y entregarnos
al otro sin condiciones.
En el libro ―Práctica de la Educación Personalizada‖,
Álvaro Vélez Escobar S.J., dice que ―los estudiantes no
aprenden con profesores a los que no quieren‖. Es
importante hacerse querer, pero no mediante una
búsqueda desenfrenada de este amor sino que el hacerse
querer debe fluir como una consecuencia necesaria del
buen trato, de nuestro interés por sus problemas, de
nuestra entrega total y sacrificada al apostolado de la
educación.
Los estudiantes buscan nuestra ayuda especialmente en
momentos de crisis como es la etapa de la adolescencia,
necesitan de nuestro aliento, de nuestra orientación, de
nuestra voz y actitud de esperanza, de nuestros recursos
pedagógicos, y no de los reproches o reclamos duros y
despóticos que desalientan y nublan el horizonte del
estudiante y mucho menos, de una retórica sin mensaje o
con mensajes de incertidumbre, de acusación, de muerte
espiritual. Los educandos no necesitan de nuestro
discurso cristiano, pero sí de nuestra actitud humanística
llevada a la luz de Cristo. En ocasiones, el docente, de
buena fe, puede ser un dispensador de la muerte de los
ideales y sueños del educando, con su falsa rectitud y
rígida corrección, con su insipidez, con sus respuestas
ligeras, superficiales o desatentas, con su insensibilidad,
con actitudes o gestos que de por sí revelan lejanía,
desinterés, antipatía y hasta espíritu de revancha y
expresiones de venganza: ―El que ríe al último ríe
mejor‖.
Jesús Aguinaga Z.
160
La pregunta, aunque tremenda, parecería ser: ¿en dónde
matamos a aquellos estudiantes que no reúnen nuestros
estándares, condicionamientos y exigencias: ¿en el
útero?, o en nuestras escuelas, colegios y universidades,
con nuestras clases descuidadas y deshumanizadas, con
nuestras prácticas débiles y raquíticas en los laboratorios
y reformatorios, en nuestras guerras originadas por las
exigencias no razonadas o no dosificadas, guerras
motivadas por el egocentrismo, la ambición de poder, el
mal ejemplo, la envidia; éstos son antitestimonios que
ciertamente no enseñan sino alejan, y generan una falta
de credibilidad, de fe y de confianza en el maestro,
afirmación que con razón la hace Louis Echeverri R.
Acosta.
Cabe, pues, aquí recordar los principios de una educación
auténtica: la individualización, el dinamismo, la
racionalidad, la libertad y la solidaridad humana. Pues
bien, con estos principios tenemos que trabajar los
maestros educadores, si queremos hacer de nuestros
jóvenes educandos, mujeres y hombres, personas
pensantes y sensibles, que sepan utilizar el conocimiento,
sus aptitudes, para el servicio del bien común; que sepan
penetrar a las entrañas de la ciencia y la sepan investigar,
que actúen bajo la luz de la conciencia; los educadores
debemos velar porque la virtud haga crecer al corazón de
estos jóvenes con abundantes valores que permitan a
estos seres humanos, líderes del mañana, pensar, decidir
y actuar, ante todo con los sentimientos y sensibilidad
propios de unos ciudadanos del universo, de unos hijos
de Dios; que luego de un proceso de formación y
Pedagogía de la Esperanza
161
revolución interna espiritual, sepan ser las personas
íntegras, comprometidas consigo mismos y con los
demás.
Maestros: Con nuestra vida y mística de educadores,
demos a Dios y al mundo una sola respuesta: Educar en
la única y suprema dimensión humana, la dimensión del
amor.
BIBLIOGRAFÍA
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EN EDUCACIÓN.
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Rogers, Carl R., EL PROCESO DE CONVERTIRSE EN
PERSONA.
Vélez Escobar, Álvaro, PRÀCTICA DE LA
EDUCACIÓN PERSONALIZADA.
162
ECUADOR EN LA 94AVA. REUNIÓN DEL
MAR.
Milton Ayala Castro1
El Ecuador participó con cuatro delegados en la 94ava.
Reunión de la Mar celebrada en Ginebra, Suiza. Este
encuentro de carácter mundial se realizó en el Palacio de
las Naciones Unidas el pasado mes de febrero del
presente año, y contó con la intervención de la gran
mayoría de países del mundo. Se acreditaron 969
delegados, entre ellos: gubernamentales, armadores,
trabajadores del mar, asesores, técnicos y personal de
apoyo de los distintos gobiernos participantes. De estos,
329 tenían calidad de asesores y 334 votantes. Es digno
de resaltar la importante presencia del género femenino
que enalteció este evento; ya que 52 mujeres actuaron
como delegados votantes y 73 como consultoras técnicas
en representación de gobiernos, armadores y trabajadores
del mar.
Fueron veinte días consecutivos de minuciosos estudios
finales y debates, donde la OIT alcanzó ―Convenio sobre
Trabajo Marítimo 2006‖, el que fue aprobado casi por
unanimidad con 330 votos a favor y 4 abstenciones. Se
destaca, como hecho relevante de la aprobación de este
documento, el reconocimiento mundial del rol que
cumple el trabajador del mar en tan duro y difícil 1 Asesor Jurídico de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador,
Sede Manabí.
Pedagogía de la Esperanza
163
escenario, así como el establecimiento de sus justos
derechos por méritos a su gran esfuerzo en busca de una
normativa más adecuada y completa, que robustezca y
garantice el trabajo del mar.
Este es un logro histórico porque por primera vez se
ha obtenido, en base de consenso general, aprobar el
convenio de aplicación de normas internacionales
destinadas a los trabajadores marítimos. El
instrumento denominado ―Convenio sobre Trabajo
Marítimo 2006‖ contiene varios capítulos en los que se
enfatizan los principios generales en que se basa el
derecho al trabajo en el mar, las obligaciones primarias y
responsabilidades de los gobiernos firmantes, el control y
reglamentos sobre la vigencia de estos derechos, el
Código Marítimo del trabajo y su entrada en vigor, y
otros.
En efecto, el convenio debe aplicarse a partir de los 12
meses de haber sido ratificado por 30 de los países
miembros de dicha conferencia (Ecuador es parte de
ellos); y que estos a su vez, hayan reunido y aprobado
el 33% del arqueo bruto de su flota mercante.
El presente convenio viene a sustituir a 65 instrumentos
legales de la OIT ya que muchos de ellos datan desde el
año 1.920, los mismos que se encuentran modernizados
y compendiados en el actual instrumento internacional.
Lamentablemente, en este convenio no se contempló al
grupo de los trabajadores marítimos del sector pesquero,
de conformidad a las políticas de la Organización
164
Internacional del Trabajo. Sin embargo, este importante
sector será considerado en el próximo proyecto de
convenio que planea realizar la OIT en el año 2007.
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