Historia de los centros de enseñanza de
La Aldea y su entorno (IV)
LA CARDONERA
Francisco Suárez Moreno Cronista Oficial de La Aldea de San Nicolás
Año 2007
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COLEGIO DE LA CARDONERA
Breve historia de su entorno Francisco Suárez Moreno
ÍNDICE
PRESENTACIÓN …………………………………...…………..………....….5
I.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS ANTIGUOS ……………………………......6 La población más antigua (siglo XVIII)……………………..………..……….6
Un paisaje desolado (siglo XIX)……..…………….………………….…….…7
II.- LOS CAMBIOS (PRINCIPIOS DEL SIGLO XX ) ……………………………………9
La propiedad y tenencia de la tierra…………………………….…..…………10
Conflictos en la tierra (1912-1927) .…………………………………….……14
Estrategias hidráulicas (1912-1936) …………………………….…………….16
Anexo I. La mina de Barranco Santo .. ………………………….....……..…20
Los hornos de teja………………………………………………….….……… 21
Anexo II Evolución de la población…1920 ……………………………….….…. 20
Anexo III. Las familias… 1922 …………………………………..………….23
El gofio nuestro de cada día (1870-1945) …..…………………………….….24
La carretera (1929) ..……………………………………………….………..25
La población (1920-1940) . ……………………………………………….…26
III. HISTORIA RECIENTE (1950-2007) …..…………………….…………….……..28
Los tomateros, almacenes, pozos y sorribas ……………………………….….28
Anexo IV. Juan Segura ..……………………………………………….……30
La explosión demográfica y cambios sociales ……………………………...31
NOTA FINAL ……..……………………………………..………………………….33
Anexo VII. Las escuelas de La Cardonera
(a, b, c y d) …………………………………….………………….………. 34
Anexo VIII. Las escuelas de la Cardonera en imágenes…………….………..38
Anexo IX. De escuelas unitarias a colegio completo……………………..…..39
Anexo VIII. Deportes ……………………………………………………….…40
Anexo VI. Parrandas, murgas y cantantes ……………………………….…..41
Anexo VIII. Personajes populares del ayer…. .……………………………... 42
INFORMACIÓN ORAL Y COLABORACIONES….………………………….…………. 43
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA .………………………….…………..…………… ..….43
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Dedicatoria:
A los tantos alumnos y alumnas que he tenido
de La Cardonera desde la Enseñanza de Adultos y Compensatoria hasta la Secundaria.
A los compañeros y compañeras del Colegio de La Cardonera.
Y a los amigos y amigas que tengo en esa zona,
tan prestos en facilitarme información para este ensayo.
La Aldea de San Nicolás a 14 de septiembre de 2007
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C.E.I.P. LA CARDONERA, EN EL NÚCLEO PRINCIPAL DE LA POBLACIÓN
PRESENTACIÓN
Entre Barranco Santo y Los Pasitos,
por la carretera que, desde el pueblo
llega a El Hoyo, encontramos el barrio
de La Cardonera donde, desde 1961,
funciona un grupo de dos escuelas
unitarias (niños y niñas) transformado
en los años ochenta en Colegio
Incompleto de EGB y luego en Centro
de Educación Infantil y Primaria.
En este ensayo se describe la evolución
histórica del barrio de La Cardonera y
zonas de influencia escolar de El
Molino de Viento, Barranco Santo… un
espacio casi despoblado a lo largo de
los siglos, a pesar de lo cual encierra
interesantes capítulos sobre la
evolución de la propiedad agraria, las
arquitecturas hidráulicas e industrias
artesanales. Asimismo se hace una
detallada descripción de la escuela a lo
largo de tantos años de cambios.
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1.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS ANTIGUOS (SIGLOS XVIII-XIX)
La Cardonera y espacios anexos conforman un área geográfica de suaves laderas
que comienzan en su base de Los Llanos de La Mina y el barranco de Toco-
domán, hasta las alturas de El Granillar, La Montañeta del Pueblo y Artejévez. Su
vegetación natural la conformaba antes la flora del piso basal canario sobre todo
una masa de euforbias canarias que generó el topónimo de La Cardonera.
La ausencia de cursos de agua continuos y la disposición de un terreno enlade-
rado no hizo posible que, desde los primeros siglos de la Colonización, estas tie-
rras se convirtieran en fértiles terrenos. Permanecieron estériles por mucho tiem-
po, a excepción de unas pequeñas huertas regadas con el agua de las madres y
minas del barranco de Tocodomán, frente a algunas tierras de secano o de “pan y
sembrar”.
Desde el siglo XVIII, o quizás antes, hasta el siglo XX, la habitan sólo cuatro o
cinco familias de medianeros de la Hacienda Aldea de San Nicolás. Es lo que
permitía su corta capacidad de sustentación ecológica frente a los terrenos ubica-
dos más abajo regados, del pueblo a la playa, con las aguas más continuas del
barranco de Tejeda-La Aldea.
La población más antigua, siglo XVIII
Las primeras familias de La Cardonera roturaron y pusieron en cultivo las primi-
genias tierras de riego y de sembrados en los secanos adyacentes, afirmando los
derechos de medianería perpetua para sus descendientes. Quizás sean de La Car-
donera algunos de los 8 vecinos censados, en la entidad de El Pueblo Canario
(zona de Artejévez), en 1735, por la Sinodal del obispo Dávila. Cuando se crea la
Ayuda de Parroquia de San Nicolás, en 1742, aparecen tres casas de familia de La
Cardonera que aportan la correspondiente limosna para el inicio de los cultos e
infraestructura de la nueva institución religiosa.
A finales del siglo XVIII, ya estructurados todos los barrios históricos de La
Aldea, en esta zona vivían unos cuatro o cinco vecinos, en humildes casas repar-
tidas desde Los Llanos Altos hasta Los Pasitos, en cada una de las fincas históri-
cas. Lo confirma el primer censo detallado que elabora la Parroquia, en 1820,
donde constan 5 familias con un total de 23 habitantes. En ese momento la po-
blación de La Aldea permanecía estable tanto fuera (Furel, Guguy, Tasarte, Ta-
sartico…) como dentro de las tierras de Hacienda Aldea de San Nicolás, aún vin-
culadas al mayorazgo de los Nava Grimón, cuya capacidad agraria y demográfica
era de 180-200 medianeros. Las familias censadas en aquel año son las siguien-
tes: Juan García y María Ramírez, con dos hijos; Juan Viera y Francisca Montes-
deoca, con otros dos; Diego Montesdeoca y Francisca Saavedra, con un solo hijo;
la viuda Claudina Afonso y tres hijos y por último la casa del viudo Antonio Del-
gado, la persona de más edad de la zona, con sólo 50 años y seis hijos (lo que nos
indica el bajo índice de esperanza de vida). Estos vecinos, nacidos en el siglo
XVIII, son los bisabuelos de la media docena de familias que, a principios del
siglo XX, habitan y cultivan esta zona.
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Un paisaje desolado. Siglo XIX
A lo largo del siglo XIX asistimos a un estancamiento demográfico y pobreza de
la población de La Cardonera-Barranco Santo, un barrio con sólo una media do-
cena de familias de medianeros perpetuos de la Hacienda Aldea de San Nicolás,
propiedad del Marqués de Villanueva del Prado hasta 1892 en que los Pérez
Galdós se hacen con ella.
Estos primeros colonos de La Cardonera vivían desde siglos atrás en las mis-
mas casitas de piedra de sus ascendientes, con techumbre de torta de paja y barro
a dos aguas, que ahora se cubren de tejas. Estaban ubicadas dentro de cada una de
la media docena de fincas históricas comprendidas entre Barranco Santo y Los
Pasitos. No había espacio de producción para más familias pues la capacidad de
sustentación ecológica y demográfica seguía comprendiendo unas cinco o seis
posesiones, cultivadas por los colonos al partido de medias perpetuas, con una
superficie de una o poco más fanegadas de riego y, a su vez, fraccionadas en pe-
queñas cadenas de un par de celemines. Son terrenos situados bajo el nivel de las
acequias de las minas que seccionaban el barranco de Tocodomán, por tanto de
riego o de medio riego cuando eran cadenas de nueva roturación con derecho a
regar cuando las antiguas lo habían hecho. Y cada una de estas posesiones de tie-
rra de riego o medio riego se unen posesiones de los mismos medianeros sobre
tierras de secano en las zonas adyacentes.
En este contexto histórico tenemos, a principios del siglo XIX, año 1912-1913,
un censo agrario realizado en toda la Hacienda Aldea de San Nicolás que, en la
zona de La Cardonera-Barranco Santo, contabiliza un total aproximado de cuatro
fanegadas de riego y dos de medio riego, las que a su vez limitaban con el amplio
espacio de tierras de siembra que ascendía por el Granillar hasta Artejévez.
Y es que desde muy antiguo, en toda la hacienda, los medianeros que disfruta-
ban tierras de riego debían sembrar obligatoriamente granos (trigo y cebada) en
los secanos adyacentes, para lo que la Casa aportaba la semilla y además tener
ellos la obligación de criar en la finca a una yunta de vacas y una bestia de carga,
a disposición del administrador de la hacienda.
Esta distribución de la tenencia de la tierra que describimos es la preexistente
desde siglos atrás en cualquier zona de la Hacienda Aldea de San Nicolás.
La posesión enfitéutica de más valor, es la finca de riego de una fanegada co-
mo media, donde está ubicada la vivienda familiar, la gañanía, el corral y mulada-
res, complementada, obligatoriamente, con el cultivo de tierras de secano para los
sembrados casi siempre cerca o en el área geográfica de la posesión principal de
riego y residencia del medianero, por cuya casita debía de pagar al marqués, todos
los años, una especie de renta feudal, de una gallina o dos reales de plata.
Además, cada familia tenía que contribuir con trabajos adicionales que les in-
dicaba el mayordomo o administrador de la Hacienda: limpiar las acequias, ir a
vigilar a Tejeda las aguas (de lo que estaban exentos los medianeros de La Car-
donera, El Hoyo y Artejévez) y prestar, como ya indicamos, las bestias de carga y
las yuntas cuando lo necesitase la Casa (arar, llevar granos al puerto, etc.).
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En estos tiempos del último cuarto del siglo XVIII a mediados del XIX, los ve-
cinos de todos los pueblos debían afrontar otros servicios comunitarios, organiza-
dos por el alcalde real y el oficial de las milicias locales (vigilancia de costas,
traslado al cementerio de muertos abandonados en los caminos, un servicio mili-
tar local, obligatorio durante varios años, en el marco de las milicias canarias,
etc.). Más tarde, cuando se organizan los Juzgados de Paz y los de Instrucción del
Partido Judicial, los mozos estaban obligados a el traslado de los cadáveres de
accidentes hasta Guía para hacer la preceptiva autopsia).
¿Qué ocurre desde La Cardonera hasta Barranco Santo según avanza el siglo
XIX? A nuestro entender son pocas las novedades. La zona se dibuja aún más
despoblada que media centuria atrás, con sólo 9 habitantes en 1860 y 14 en 1895.
La principal razón del desplome demográfico está en la crisis económica que su-
frió Canarias, con sangría constante de emigrantes hacia América. A parte los
Delgado Gil, ubicados entre Barranco Santo y Los Llanos Altos, encontramos
según los censos de las últimas décadas del siglo XIX, en La Cardonera, a las fa-
milias de Claudina Montesdeoca, Dionisio Suárez, Juan Molina Dámaso, Euge-
nio Suárez Rosa…
La Cardonera mantiene aquel paisaje desolado que se apreciaba desde siglos
atrás en los márgenes del estrecho camino real que iba para el Sur, dirección El
Hoyo desde Los Llanos Altos-Barranco Santo. Era una estrecha vía abierta desde
tiempo inmemorial entre el gran barranco de Tocodomán y las parcelas de culti-
vo, separadas a su vez unas de otras por muros de piedra coronados de alguna
higuera, tuneras y cañas. El camino tomaba un suave y ondulado ascenso hasta
La Cardonera, entre los eriales de piedras, cardones y espinos del amplio cauce
del barranco de Gomanillo en su confluencia con el de Tocodomán.
Por este solitario camino, en un lugar aún indeterminado, en 1876, poco antes
de caer asesinado en Tirma, el secretario del Ayuntamiento y del Juzgado, don
Diego Remón de la Rosa, fue asaltado por unos encapuchados cuando venía de El
Hoyo, a punta de revólver para quitarle y destruir las notificaciones que venía
haciendo entre los medianeros para desahuciarlos si no reconocían la propiedad
del marqués, cuando el Pleito de La Aldea, había vuelto a renacer después de se-
tenta años de los graves conflictos de principios del siglo XIX.
PANORÁMICA DE LA ZONA DEL BARRANCO DE TOCODOMÁN DESDE
EL PINILLO A LA CARDONERA Y LOS LLANOS ALTOS.
AÑO 1927-1928. TEODOR MAISCH.
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2. LOS CAMBIOS. PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
La difícil situación social y económica heredada del siglo XIX se mantuvo hasta
principios del siglo XX; aunque, en sus primeros años, un nuevo cultivo, introdu-
cido desde 1897, comienza a modificar el paisaje y a cambiar las estructuras agra-
rias con unas decisivas consecuencias sobre el régimen y propiedad de la tierra,
así como en la evolución demográfica. Se trata del cultivo del tomate con sus al-
macenes de empaquetado y las mejoras que debieron hacerse en las fincas para
producir más, lo que a su vez generó la conflictividad social del reinicio y fin del
Pleito de La Aldea (1912-1927). Es cuando, lentamente, comienza a repoblarse
La Cardonera, aunque seguirá siendo uno de los barrios más pobres del munici-
pio. Es el momento en que las fincas se ponen más verdes, gracias a la construc-
ción de nuevas minas de agua en el barranco de Tocodomán (algunas estaban tra-
zadas desde el siglo anterior o quizás del siglo XVIII), de la perforación de los
primeros pozos donde se instalan molinos, norias y motores para bombear el agua
a la superficie.
La primera gran novedad es la noria que Magdalena Gil instala en su pozo de
La Cardonera, luego se perforarán otros pozos con la instalación de molinos de
viento americanos o motorcillos térmicos que accionan bombas. Las ampliaciones
de las superficies de cultivo se hacen sobre los laterales del cauce del barranco de
Tocodomán, siempre amenazante, que obliga a realizar los primeros muros de
contención, denominados fuertes.
Así comienza la historia moderna de este barrio, que detallaremos a continua-
ción. Antes podemos analizar este paisaje con la fuente de información más preci-
sa: las fotografías de Teodor Maisch (1925-1927), en la página anterior y la de
Leopoldo Medina Ojeda (1934) en esta. Con ellas podemos hacernos una idea
bastante exacta del paisaje agrario antiguo de Los Llanos a La Cardonera, ya en
transformación, con el crecimiento urbano en la zona baja (Los Llanos), las nue-
vas sorribas y los fuertes en los laterales del barranco de Tocodomán, la huella de
los aparatosos desbordamientos del barranco de Tocodomán en temporales como
los de 1878-1879, 1896 y 1919, hacia el pueblo, llegando incluso a la Iglesia.
PANORÁMICA DE LA ZONA DEL BARRANCO DE TOCODOMÁN DESDE
EL PINILLO (PRIMER PLANO) A LA CARDONERA Y LOS LLANOS ALTOS.
AÑO 1934. LEOPOLDO MEDINA OJEDA (GENTILEZA DE TOÑÍN DE LA NUEZ
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La propiedad y tenencia de la tierra (1912-1928)
A partir de 1912, la Casa Nueva, propietaria y administradora del latifundio o
Hacienda La Aldea de San Nicolás (en posesión de los Pérez Galdós desde 1892)
es gestionada por don Hermenegildo Hurtado de Mendoza, quien tiene que afron-
tar los graves conflictos creados por los colonos-medianeros. Esto le obliga a
plantear un acuerdo de venta con los mismos a fin de solucionar el centenario
Pleito de La Aldea. A tal efecto elabora un censo agrario de todas las posesiones
que disfrutaba cada medianero de la hacienda. Gracias a este documento podemos
conocer con toda precisión la distribución de las posesiones de los colonos, los
que tras la solución del Pleito en 1927 pasan al status de propietarios. Podemos
distinguir el régimen de propiedad y tenencia de la tierra en dos áreas distintas
pero anexas y con los mismos agentes de posesión: regadío y secano.
1º. Dionisio Suárez
2º. Juan José Dámaso
4º. Magdalena Gil
(los Delgado)
3º. Antonia del Toro
5º. Bernarda Moreno
6º. Ana Ramírez
DISTRIBUCIÓN PARCELARIA DE LA CARDONERA-BARRANCO SANTO HACIA 1963. LA LÍNEA AZUL
ES LA ACEQUIA DE LA MINA ALTA (LOS PASITOS), QUE SEPARA EL ANTIGUO REGADÍO DE LOS SECANOS AHORA CULTI-
VADOS DE TOMATEROS Y LLEGA HASTA EL ESTANQUE DE LOS MAJANOS DONDE SE REGULABA EL RIEGO DE LOS LLA-
NOS ALTOS. COLOCAMOS LOS SEIS BLOQUES DE PROPIEDAD DE REGADÍO PRINCIPALES (DE 1912 A 1927): 1º SUÁREZ, 2º
DÁMASO, 3º DEL TORO, 4º DELGADO, 5º MORENO Y 6º RAMÍREZ, QUE EXPLICAMOS EN LA PÁG. SIGUIENTE.
El Pinillo
La Cardonera
Los Majanos
Molino de Viento
Granillar
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DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA EN EL ÁREA DE REGADÍO
Desde muy antiguo, hemos venido explicando, las tierras de regadío de esta
zona estaban repartidas entre una media docena de colonos-medianeros perpe-
tuos. En total comprendía una franja de unas 8 fanegas (no toda cultivada) situa-
da, de Sur a Norte, entre la línea de la acequia de la mina más alta (de Los Pasitos
al Molino de Viento) y el barranco de Todocomán, entonces con un cauce muy
ancho rozando, como ya indicamos con el camino real que subía desde Los Lla-
nos hasta El Hoyo. Esta franja verde se repartía entre unos 6-8 medianeros, cada
uno con su bloque de tierras, a su vez, por las características del terreno empina-
do, fraccionado en cadenas niveladas para el riego. Eran posesiones muy antiguas
y se transmitían de padres a hijos, como en toda la Hacienda de La Aldea de San
Nicolás. Sus límites eran caminos, barranquillos y paredes. Las podemos ver con
toda precisión en el referido censo agrario de 1913-1914. A principios del siglo
XX, la primera posesión, en la parte más alta, era una pequeña suerte de riego
ubicada en Los Pasitos de dos celemines, cultivada por Juan María Rosa Suárez y
la última, ya en Los Llanos Altos-Barranco Santo, constituía una extensa finca de
dos fanegadas que disfrutaba María de los Ángeles Ramírez. Esta franja se amplió
luego sobre los barrancos y laderas como consecuencia del hambre de tierra pro-
piciada en los años de la expansión de los cultivos de tomateros (1947-1962),
cuando los últimos colonos, descendientes de quienes las habían puesto en cultivo
siglos atrás ya eran propietarios por compras al Estado en 1927.
De Sur a Norte, según el censo de 1913, las principales posesiones de riego
son seis, aunque hay pequeñas parcelaciones en medio de los principales bloques.
Las vamos a distinguir a continuación, a partir de La Cardonera (ver también la
imagen de la página 9), con los nombres de sus colonos:
1º.- Cadenas de Dionisio Suárez
Conformaba una suerte de riego de una fanegada, aproximadamente, fraccio-
nada en varias cadenas y situada entre el barranco de Tocodomán y las actuales
casas de la calle principal de La Cardonera. Se regaba con el agua de la mina que
venía de Los Pasitos teniendo un pequeño estanque regulador que aún subsiste, en
la parte superior del camino. Su colono era Dionisio Suárez Montesdeoca, casado
con Dominga Casas, cuya vivienda estaba junto al camino real o calle principal
de La Cardonera. Limitaba al poniente con las tierras de Juan José Dámaso. Se
regaba con el agua de la mina alta.
2º.- Cadenas de Juan José Dámaso
Es un bloque de terrenos de riego contiguo al anterior, parcelado en varias ca-
denas, con una superficie aproximada de una fanegada, comprendida entre el ba-
rranco de Tocodomán y el camino real por el poniente y el sur. Su colono era
Juan José Dámaso que tenía su vivienda dentro de la misma posesión. Se regaba
con el agua de la mina alta.
3º.- Cadenas de Antonia del Toro
En aquel entonces era una finca de más de una fanegada, pero muy fraccionada
en cadenas pequeñas y rodeada de muchos arrifes. Pero cuando compran al Esta-
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do en 1927 adquieren un total de 5 fanegadas y 7 celemines al incluir todos los
arrifes, pequeñas huertas y cañas. Se ubica a la derecha del camino real que sube
a La Cardonera, más allá del barranquillo de Gomanillo y llegaba hasta Barranco
Santo-La Majada. Su lindero sur era la acequia de la mina más alta, de la que to-
maba el agua de riego y el del norte el barranco de Tocodomán y las posesiones
de los Delgado Gil. Juan del Pino Dámaso estaba casado con Antonia del Toro
Montesdeoca, de la que traen causa como propietarios los actuales González del
Toro. En esta posesión vivía la familia de Juan del Pino Dámaso su esposa e hija
casada con Juan González. Por arriba de la misma, en el erial pedregoso, había
otra vivienda de la misma familia, la José del Toro Montesdeoca, albañil, que
sembraba los secanos contiguos.
4º.- Cadenas de Magdalena Gil (madre de los Malenas)
Adyacente a la posesión anterior, en Barranco Santo, y regadas por las minas
de El Cabuco-La Majada y de Barranco Santo, estaban las parcelas de Magdalena
Gil y de su hijo Juan Delgado, que sumaba unas dos fanegadas, fraccionadas en
varias cadenas. Este bloque lindaba con el camino real, el barranquillo de Santo y
las posesiones más abajo de otros dos medianeros. Se regaba con el agua de una
mina de la misma posesión.
5º.- Cercado de Bernarda Moreno
Estaba ubicado entre Barranco Santo, Los Majanos y Los Llanos Altos. Tenía
una superficie de una fanegada, casi llana y partida en tres cadenas, que se regaba
con el agua del estanque de Los Majanos, procedente de la mina alta.
6º.- Fincas de María del los Ángeles Ramírez
Era la posesión más grande de la zona casi ya en Los Llanos Altos. Lindaba
por el Norte y Oeste con caminos; Sur, en Barranco Santo, con los Malenas y
Sur-Oeste con Bernarda Moreno, en Los Majanos. Era una suerte de dos fanega-
das casi llanas, partida en cuatro cadenas (terrenos actuales del almacén de Franco
y alrededores). Además poseía una parcela de 3 celemines en el mismo punto pe-
ro separada por el camino y lindando con el barranco. La suerte mayor se regaba
con el agua de la mina de El Cabuco y la segunda con la acequia que venía de la
mina de Barranco Santo.
7º.- Otras pequeñas parcelas
A estas posesiones mayores hay que añadir algunas pequeñas suertes de riego
cultivadas por pequeños medianeros como Cristóbal Jiménez, además de las nue-
vas fincas que se van acondicionando a partir de 1913, como terrenos de cultivo
sobre el margen derecho del barranco de Tocodomán. Están, en aquel año, culti-
vadas de tomateros para la exportación en un 50-80% de su superficie más un
resto dedicados a papas, batateras, millo, trigo, legumbres… aparte de sus orillas
plantadas de tuneras, cañas, higueras, durazneros, etc., que aportaban frutos, fo-
rraje y la vital leña para uso doméstico o sea un policultivo para autoabasteci-
miento.
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El bloque principal se regaba con el agua de la mina alta que seccionaba el ba-
rranco por Los Pasitos y las cadenas más bajas con la mina de Los Cascajillos o
de Barranco Santo (ver distribución de las minas en la pág. 17.
Los colonos-medianeros de la Hacienda Aldea pasan al status de propietarios,
cuando se soluciona el Pleito de La Aldea, en 1927, fueran los censados en 1913
si sobrevivían en esta fecha o fueran sus herederos, al comprar al Estado estos
terrenos de riego tan disputados a lo largo de los siglos. Las compras se hacen a
distintos precio, según su calidad del suelo y los derechos al riego. Las tierras de
primera se compran razón de 2.040 pesetas la fanegada, las de segunda a 1.620
ptas./fg., las de tercera a 1.200 ptas./fg., las huertas-cañas (a 420 ptas/fag), los
barrancos a 48 ptas./fg. y los arrifes a 24 ptas/fag. La posesión más importante en
extensión y precio son las fincas de Antonia del Toro y de Juan del Pino Dámaso,
que aún sobrevivían, quienes pagan al Estado 3.438 pesetas por 5 fanegadas y 7
celemines de terrenos bajo regadío de distinta calidad y 3 fanegadas de secano.
En cambio, otra gran e histórica posesión como la de Magdalena Gil, por falleci-
miento de ésta, se fracciona entre sus herederos; un ejemplo de lo que va a suce-
der en toda la Hacienda Aldea y en particular en esta zona, en las décadas si-
guientes, es decir la acusada fragmentación parcelaria.
DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA EN EL ÁREA DE SECANO
Adyacente a la franja de regadío estaban las laderas de secanos, unos eriales
pedregosos sin cultivar y otros roturados para siembras de cereales menudos, so-
bre todo cebada y trigo en las zonas de primera, cuya semilla la aportaba la Casa.
Se extendían unos al naciente de La Cardonera por las laderas de enfrente, más
allá del cauce de Tocodomán, hacia El Pinillo-Cañada de las Mentiras-Los Pasi-
tos y otros por las suaves laderas del Sur y Poniente, a partir de la línea de la ace-
quia de la mina alta hasta El Granillar y El Pueblo.
En esta área sin otra agua que la de la lluvia se dibujaban parcelaciones mayo-
res, casi siempre superior a la fanegada. Se hallaban en posesión de varios media-
neros casi todos residentes en La Cardonera-Barranco Santo y algunos en El
Hoyo. Entre otros, en 1913, sembraban por las laderas de La Cardonera-Granillar,
los hermanos Dionisio e Ignacio Suárez Montesdeoca, Juan María Rosa Suárez,
Valentín Segura e hijos, Juan Delgado Gil, Sebastián Ojeda Segura, José del To-
ro Montesdeoca, etc. Otros medianeros del lugar tenían secanos en lugares más
lejanos como La Sabinilla, Artejévez, Lomo de Granados o incluso en Los Car-
dones como Juan del Pino Dámaso-Antonia del Toro que disfrutaba allí de una
gran parcela de 3 fanegadas, que luego pasaría a sus hermanos.
Las siembras en los secanos llevaban un mínimo laboreo (arado con yuntas o a
sacho en lugares más difíciles, sembrado y siega a mano sin hoz o arrancado).
Son terrenos enladerados en suave pendiente, pedregosos y delimitados unos de
otros por pequeñas paredes, majanos o mojones albeados con cal. Al igual que en
los terrenos de regadío, en 1927, cuando finaliza el Pleito de La Aldea los colo-
nos-medianeros que los cultivaban los compran al Estado a precios según calidad:
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los primera, más llanos y mejor sorribados, a razón de 330 pesetas la fanegada);
los de segunda, a 132 pts./ fg.; los de tercera y barrancos, a 48 ptas/fg y los arri-
fes, a 24 ptas/fg. Este proceso final del Pleito de La Aldea es lo que analizamos a
continuación.
El Pleito de La Aldea en La Cardonera (1912-1927)
Cuando, en 1912, los colonos de la Hacienda Aldea dejan de entregar la renta
anual en especies a la Casa y renace el Pleito de La Aldea, en La Cardonera-
Barranco Santo no hubo ningún arreglado en los acuerdos de 1916, todos fueron
rebeldes y defendieron hasta 1927 sus posesiones. Es la última fase del Pleito de
La Aldea con la expropiación del Estado y posterior venta a los colonos de las
parcelas que cultivaban, tras la promulgación del Decreto Ley de 15 de marzo de
1927.
Algunos colonos, en este período de tiempo de 1912 a 1927, comenzaron a
hacer mejoras en las posesiones (pozos, estanques, etc.), con la oposición judicial
de los propietarios. Otros son denunciados ante los tribunales por el impago de la
renta y objeto de desahucio.
En esta conflictividad destacamos el papel de la familia de Magdalena Gil y
sus hijos los Delgado Gil, conocidos, como ya indicamos, por “los Malenas”.
Disfrutaban 5 parcelas de riego que sumaban casi 3 fanegadas entre Los Llanos
Altos y Barranco Santo y 4 suertes de secano con 6,5 fgs. Magdalena Gil viuda
de Juan Delgado desde finales del siglo XIX, vivía en Barranco Santo. Ella y sus
hijos entran en conflicto con los propietarios del latifundio Aldea de San Nicolás,
tanto en 1913 con el inicio de la insurrección como en 1921, cuando los propieta-
rios, los Pérez Galdós venden a un consorcio toda la Hacienda Aldea. La Casa
demanda en el Juzgado de Primera Instancia a Antonio Gil un interdicto de obra
nueva, por mejoras que estaba haciendo en sus propiedades, quizás fuera el pozo
y la célebre noria de esta familia que se hallaba cerca de La Mina o quizás el liti-
gio fuera por la construcción de la mina intermedia cuyo estanque regulador esta-
ba ubicado en La Majada sólo para esta familia. En los años finales del pleito en-
tran en conflicto los cinco hijos ya que Magdalena Gil, viuda, les había cedido la
mayor parte de su posesión tras su fallecimiento en 1916. Los Delgado Gil,
cuando finaliza el Pleito, son los que compran al Estado, siendo una de las fami-
lias, tanto varones como hembras dinamizadores del proceso de oposición a la
Casa Nueva.
Los restantes colonos o sus herederos que se quedaron dentro de cada finca,
defendiéndola en los pleitos con los propietarios de la Hacienda Aldea, tras la
intervención del Estado, en 1927 y compran sus posesiones y pasan a ser propie-
tarios, como ya indicamos en el apartado anterior al analizar la evolución de la
propiedad de la tierra en regadío y secanos. Fue así como en el marco de aquella
radical reforma agraria se acabó para siempre con el Pleito de La Aldea.
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La Cañada de
Las Mentiras
Los Pasitos
El Pinillo
La Montañeta de El Molino
El Granillar
El Pueblo
Gómez
Lomo de Artejévez
El Molino de Viento
Los Llanos Altos
Los Llanos de La Mina
Barranco Santo
Villanueva
La Cardonera
Los Majanos
El Polvorín
El Cabuco
PARA RECREARSE LOS MAYORES Y APRENDER LOS MENORES : IMAGEN AÉREA (DIRECCIÓN DE NORTE A SUR) DE EL PINILLO, BARRANCO DE TO-
CODOMÁN, LOS LLANOS ALTOS Y LA CARDONERA, HACIA 1954.
TOPONIMIA Y DISTRIBUCIÓN URBANA: El Pinillo ya se ha fragmentado en cuatro pequeños núcleos. La Cardonera se mantiene en el bloque
original. Los Llanos Altos aparece con la trama actual definida. El Molino de Viento comienza a repoblarse.
PARCELACIONES: Se mantiene en la zona de regadío las cadenas de siglos atrás (siglos XVIII y XIX). Pero los secanos aparecen ahora rotu-
rados y acondicionados para los tomateros y regados gracias a elevaciones desde los pozos y tomaderos de la zona baja. Aún se sembraba
granos en las laderas de El Granillar y El Pinillo.
CAMINOS Y CARRETERAS: Se mantienen los caminos y veredas de siglos atrás y surgen otros esta vez más anchos para el tránsito de camio-
nes que iban a recoger los tomates. En ese año, por octubre, se abrirá el paso de la carretera de Mogán construida entre 1952-1953.
EL BARRANCO DE TOCODOMÁN Y LOS TEMPORALES DE 1953-1954: a partir de octubre y a lo largo del invierno caerán torrenciales lluvias de
trayectoria Suroeste, cuyos aguaceros que originaron continuadas riadas de los barrancos. Aquí se aprecia entre El Pino y Los Llanos cómo
el barranco de Tocodomán se había desbordado hacia Villanueva y también lo hará sobre El Barrio.
Los Cascajillos
Bquillo. de Gomanillo
- pág. 16 -
Estrategias hidráulicas (1912-1936)
LAS MINAS
Las minas de agua son unas galerías de obra de fábrica que seccionan los barran-
cos para recoger sus aguas subálveas. Tiene una parte debajo del barranco, la zo-
na de captación, que a tramos dispone de unos respiraderos o campanas por donde
se limpiaban. El agua captada dentro de la mina, por gravedad, se conduce por
una acequia subterránea o a cielo abierto hasta uno o varios estanques regulado-
res. Todas las tierras de riego desde La Cardonera a Los Llanos Altos recibían el
agua de tres minas; aunque, había una más (muy antigua y desconocida) que no la
aprovechaban los regantes de la zona, pues su acequia subterránea iba para las
fincas de la Casa Nueva. De arriba hacia abajo son:
1ª.- La Mina de Los Pasitos. Es la mina más alta y la más antigua. Su acequia
recorría toda La Cardonera, regando primero las tierras de Suárez, Dámaso y del
Toro con pequeños estanques reguladores de tierra hasta el último de mayores
dimensiones situado en Los Majanos, debajo de El Molino de Viento. Regaba un
total de 19 fanegadas desde La Cardonera hasta el Cementerio de Los Llanos.
2ª.- La Mina de Los Malenas en El Cabuco. Estaba detrás de las casas de La
Cardonera a pocos metros más abajo de la mina desconocida. Hasta hace poco los
vecinos extraían agua de ella por una de sus campanas o respiraderos que estaba
en la margen izquierda del barranco, justo donde hoy está un palmito. Su acequia
cruzaba las tierras de los Suárez, Dámaso y del Toro hasta un pequeño estanquito
situado en Las Majadas, desde donde regaban unas 2 fanegadas de Magdalena Gil
e hijos, los Malenas.
3ª.- La Mina de Los Cascajillos-Barranco Santo. Seccionaba el barranco de
Tocodomán, desde la desembocadura del barranquillo de la Cueva del Medio
Día-Raboratón hasta Los Cascajillos, tras pasar por debajo del camino real luego
carretera de Los Llanos a El Hoyo, debajo del cual continuaba su acequia sub-
terránea hasta el estanque regulador, que aún subsiste. Continúa regando terrenos
de Los Llanos-Barranco Santo. La estudiamos con detalle en el anexo adjunto.
Cuando el Estado expropió, en 1927, a la Casa Nueva y vendió las tierras y
aguas a cada uno de los medianeros, los regantes de esta zona comenzaron a dis-
frutar continuamente de las aguas de estas tres minas. Antes de 1927, estas aguas
estaban controladas por la Casa Nueva e incluso en los meses secos solían llevár-
sela a través de acequias hasta las tierras de administración directa que tenían en
El Huerto-La Rosa, dejando secas a las de esta zona. A partir de aquel momento,
a pesar de que es la Comunidad de Regantes Aldea de San Nicolás, quien asume
legalmente, según el Decreto Ley de 15 de marzo de 1927, el control de las aguas
del barranco principal y demás madres como las de las minas, tanto el agua de las
minas de La Cardonera como las de El Hoyo se gestionan a través de pequeños
heredamientos (ver páginas siguientes).
- pág. 17 -
TRAZADO APROXIMADO DE LA SECCIÓN DE
LA MINA 2 O DE LOS MALENAS Y LA MINA 3,
LOS CASCAJILLOS
EN EL CAUCE DE TOCODOMÁN
ARQUITECTURAS HIDRÁULICAS
TRADICIONALES DE LOS PASITOS-LA CARDO-
NERA A BARRANCO SANTO, SOBRE FOTOGRAFÍA
AÉREA DE LOS AÑOS SESENTA:
MINAS CON SU ACEQUIA
Y ESTANQUES REGULADORES
1. Mina de Los Pasitos
2. Mina de El Cabuco o de Los Malenas
3. Mina de Los Cascajillos o de Barranco
Santo.
NORIA DE LOS DELGADO GIL
O DE LOS MALENAS
POZOS.
Colegio
- pág. 18 -
Los pozos, norias, molinos y motores
Los pozos comenzaron a perforarse antes de 1920 y a mediados del siglo XX lle-
ga a haber casi una veintena.
Para extraer el agua de los mismos se instalan primero alguna noria y luego
molinos de viento americanos (Aermotor y Samson) y motores de baja potencia,
unos 4 a 6 C.V. para terminar en la década de los años cincuenta con motores
más potentes para elevar el agua hacia los cultivos de tomateros en las laderas
adyacentes.
Destacamos el artilugio de La Noria de los Malenas. Como todas las norias
que en aquel entonces había en La Aldea eran de hierro fundido (los ejes y engra-
najes, de latón los cangilones y de madera la viga) La constituía un tambor de
hierro situado en el brocal del pozo con una cadena sin fin que bajaba al pozo
con los cangilones enganchados. Estos según se movía la noria subían el agua
hasta la superficie, en un movimiento circular engranado a un malacate con una
palanca que, dando vueltas alrededor del pozo, era producido por una bestia o, en
su caso, por la fuerza humana. «Yo me acuerdo de niña que se hacía juntas hasta de noche para mover la noria y
sacar agua. La noria estuvo sacando agua hasta después de la Guerra».
[NORITA, SEGURA DELGADO, 2007]
La Noria era punto de descanso para caminantes de El Hoyo y Tasarte que dis-
frutaban del frescor del agua que los cangilones vaciaban sobre la pileta de la No-
ria sobre todo en los pesados calores del estío: «Mi madre nos contaba que una vez que venían de Tasarte y se pararon las mucha-
chillas en la Noria para beber. Como estaba parada ellas mismas empezaron a mo-
ver la viga despacito. Pero según iban subiendo los cangilones llenos de agua se les
hacía más pesada. Llegó un momento en que los cangilones echaron el agua en la
pileta, y había que trancar la noria con una chaveta; pero no atinaron y los cangilo-
nes llenos se volvieron para atrás con fuerza, empezando la noria a dar vueltas al
revés y la viga dando golpes a las muchachas que se caían al suelo, se levantaban y
volvía a caer de toletazo en toletazo».
[JUANA MORENO AFONSO, 83 años, 2007]
IZQUIERDA: AEROMO-
TOR MARCA
SAMSON, DE LA FAMILIA
GLEZ. DEL TORO.
DERECHA UN MODELO
DE NORIA DE FUNDICIÓN
SIMILAR A LAS QUE
HABÍA EN LA ALDEA Y
EN LA CARDONERA
1. Eje vertical donde se incrusta la
palanca de madera
2. Ruedas de desmultiplicación.
3. Tambor donde se enganchan los
cangilones de latón.
4. Punto donde se incrusta la viga
de madera para girar la noria
1
2 3
Partes de una noria de fundición
4
- pág. 19 -
ANEXO I
LA MINA DE LOS CASCAJILLOS
O DE BARRANCO SANTO
Gran Canaria es una isla donde, sobre todo
en la zona seca, se trazaron muchas minas,
más de 100, en los barrancos para captar sus
aguas subálveas (las que discurren debajo de
su superficie), una vez secos. En La Aldea
había minas en el barranco de El Hoyo, en el
de Tocodomán, en El Tarahalillo y de San
Clemente a El Salto de El Perro.
De todas ellas la única que aún se utiliza
es la de El Tarahalillo y la de Barranco San-
to, cuyo estanque regulador está detrás de la
casa que hoy es de Pepe el de La Cardonera,
en la zona de Los Tres Molinos, donde hay
varios pozos, en uno de los cuales se instaló
la célebre Noria de Los Malenas.
El agua sobrante de la Mina de Barranco
Santo aún la vemos discurrir por Los Llanos
dirección al Barranco de Tocodomán. En
verano brota media azada y en invierno hasta
dos. Es un bien patrimonial hidráulico que
habría que proteger.
ESTANQUE DE LA MINA. BARRANCO SANTO-LOS TRES
MOLINOS
- pág. 20 -
ANEXO II
PROYECTO DE MINAR EL BARRANCO DE TOCODOMÁN HACIA 1920
El Barranco de Tocodomán es uno de los
principales tributarios del Barranco Grande
de La Aldea, donde desde tiempo atrás se
trazaron primero zanjas y luego minas en
número de 9 ó 10.
Disponemos de una fuente escrita fiable para
conocer la infraestructura hidráulica del
mismo, como el acta que levanta in situ la
Jefatura de Obras Públicas de Las Palmas,
el 16 de septiembre de 1920, en presencia
del alcalde de La Aldea, varios propietarios
como opositores al proyecto de un particu-
lar de Las Palmas, José Martorrell, que
había presentado solicitud-expediente para
trazar varias minas en el Barranco de To-
codomán. Tanto en dicha acta como en el
plano de este proyecto constan tres minas
construidas en la zona de La Cardonera y
muchas zanjas y minamientos naturales por
este barranco.
No es muy preciso en localización de obras
hidráulicas entonces trazadas pero no
ayuda un poco a comprender la zona.
Está dibujado en dirección Sur-Norte.
Panorámica de ubicación
(GRAFCAN).
El recuadro, es regular y no contempla dimensiones
de perspectiva
- pág. 21 -
Los hornos de teja (1920-1936)
Los cultivos de tomateros revitalizaron la economía de La Cardonera a principios
del siglo XX, lo que produjo un aumento de la población e incluso una pequeña
industria hizo su aparición en el lugar: la teja y ladrillo, con dos hornos propiedad
del vecino de El Hoyo, Valentín Segura Sosa1. Este personaje tenía otro horno de
tejas en El Hoyo, en el pie de La Cuesta, estructura que aún existe, por lo que cal-
culamos que los hornos de La Cardonera debieron tener la misma estructura.
Valentín sembraba con sus hijos varias parcelas de secano en esta zona, siendo
el bloque principal, de varias fanegadas, el ubicado en la ladera de la Cardonera al
Granillar, en la banda izquierda del camino vecinal que asciende al Granillar, has-
ta las tierras de Abel Hernández, en cuya base inferior cerca de la acequia de la
mina construyó los dos hornos. Dos de sus hijos se establecieron en esta zona,
Andrés Segura Navarro por su matrimonio con Teresa Delgado, hija de Magdale-
na Gil, lo hizo en Barranco Santo y Antonio Pablo, casado Antonia Dámaso Mon-
tesdeoca en La Cardonera.
Los dos hornos de Valentín Segura estaban detrás de la Granja de don Juan
Márquez, y el otro, al parecer más antiguo, se hallaba más arriba en el Granillar.
Dos hijos de éste, Valentín y Andrés Segura Navarro, continuaron quemando en
los dos hornos de abajo hasta principios de años treinta, lo que aún recuerdan las
personas de más edad del barrio2.
Esta industria artesanal de la teja y el ladrillo se ubicó en este lugar,
seguramente, por la demanda de nuevas construcciones, la existencia de agua
procedente de la mina, de tierras con arcillas puras (terreras), arena del barranco
de Tocodomán y una vía de comunicación cercana (el camino) tanto para traer
leña como para sacar la producción. El producto principal de cocción era la teja
árabe aunque en ocasiones se quemaban ladrillos de barro utilizados por los
mamposteros en tabiques, dinteles…
La estructura de estos hornos debió ser similar al que subsiste en El Hoyo, en las
tierras que fueron de la familia de Valentín Segura. Como se puede observar, en la
fotografía de este horno, presenta una planta circular y alzado casi cónico de
paredes de piedra, ripios y barro, a cielo abierto. Los materiales de su construcción
debían seleccionarse entre las “piedras muertas” que reunían mejores condiciones
(resisten las altas temperaturas frente a las denominadas “piedras vivas”) y tierra
arcillosa de propiedades aislantes con la que se revestía su interior para mantener el
calor. Su estructura se compone de dos partes bien diferenciadas: la cuba y el
hogar.
La cuba o parte superior está a cielo abierto y tiene por dentro una forma
troncocónica invertida, donde se depositan las tejas y demás productos de cocción
1 Valentín Segura, es el bisabuelo del Delegado de Gobierno en Canarias, Antonio Segura Clavel
(2007). 2 Un horno estaba en la margen derecha del camino vecinal que desde La Cardonera llega al
Granillar, unos metros más arriba del viejo eucalipto y los otros dos que los vecinos recuerdan
estaban cerca del camino. Información de Cristóbal González del Toro y Juan Delgado.
- pág. 22 -
y en su fondo tiene unas aberturas o soleras que se comunica con el hogar, como
un conjunto de toberas por donde ascendía el calor. En su mitad superior dispone
de una abertura para las operaciones de carga y descarga de las tejas.
El hogar es la base del horno. Es una especie de bóveda que está debajo de la
cuba. Su techo tiene una estructura abovedada a base de lajas, mampuestos y barro
que configuran varios arcos convergentes, por donde están las toberas por las que
asciende el calor hasta la base de la cuba. Se comunica con el exterior por una boca
que está en la base del horno, en la parte opuesta a donde está la abertura de la
cuba. Por esta boca se introduce la leña para la combustión y se extraen las cenizas.
Estos hornos de tejas se construían incrustados en los desniveles del terreno para
faenar en su parte superior todo el proceso (amasado, modelado y secado) y colocar
las tejas en el horno entrando con facilidad por la abertura de la cuba, sin necesidad
de mucho esfuerzo de elevación; mientras que por la otra parte opuesta, en su base
inferior del horno, se cargara de leña el hogar de combustión, también con facili-
dad. De ellos nos habló hace tiempo un anciano de El Hoyo: «Yo siendo un muchacho trabajaba a sueldo, allá por los años de 1923-1924, en La
Cardonera, en un horno de Valentín Segura -en el otro que tenían por allí no me
acuerdo-. Me mandaban a acarrear leña, amasar la torta de barro, trabajar con los
moldes de madera, colocarlas en la mantilla, tapadas con ramas, antes de quemarlas y
a todo lo que hiciera falta. Ellos tenían por esta época mucho trabajo. Al mes podían
quemar unas 200, 300, 1000... tejas, más o menos (…)».
[MATÍAS MONTESDEOCA RODRÍGUEZ. El Hoyo. 1993. 90 años.]
«Mi madre me decía que hacían las tejas por el día. Amasaban con los pies el barro y
claro cansaba… por ello hacían juntas porque era un trabajo muy pesado (…). Por las
noches las quemaban en el horno».
[NORITA SEGURA DELGADO, Barranco Santo. 2007, 78 años, hija de Andrés Segura]
UBICACIÓN APROXIMADA DE LOS TRES HORNOS DE LA CARDONERA:
(1) EL MÁS ANTIGUO, (2) Y (3) LOS UTILIZADOS POR VALENTÍN SEGURA E HIJOS ENTRE 1920 Y 1936
- pág. 23 -
ANEXO III
LOS HORNOS DE TEJA
1. BÓVEDA U HORNILLA, BASE DEL HORNO DONDE SE
PRODUCE LA QUEMA DE LA LEÑA.
2. CUBA, PARTE SUPERIOR DEL HORNO DE TEJAS, CON LA
ABERTURA POR DONDE SE ENTRAN Y SACAN LAS TEJAS, DEL PIE
DE LA CUESTA (EL HOYO), SIMILAR A LOS EXISTENTES EN LA
CARDONERA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX.
3. SECADO DE LAS TEJAS EN LA MANTILLA NORTE DE GRAN
CANARIA, IMAGEN DE LA FEDAC.
4. OTRA PERSPECTIVA DEL HORNO DE EL HOYO
1 2
3
4
- pág. 24 -
El gofio nuestro cada día (1870-1945)
Esta zona contaba desde 1870 con el primer molino harinero de viento que se
construyó en La Aldea, cuyo primer propietario fue el carpintero José Reina
Rodríguez. Se trata de una maquinaria que ha dado nombre al barrio cercano de
El Molino de Viento, un lugar alto y abierto a la brisa del alisio. En el momento
histórico que estudiamos este molino ya había cambiado de propietario al adqui-
rirlo el vecino de Los Cercadillos Juan Ramos Afonso de quien traen causa sus
actuales herederos.
La primigenia estructura del Molino de Viento se componía de una torre de
mampostería, cilíndrica de dos plantas, con la típica cubierta cónica. Probable-
mente su caja de molturación estaba situada en un segundo piso, según el modelo
de los molinos de planta circular de Canarias, lo que confirma la tradición oral.
Hacia 1920 este molino modifica completamente toda su estructura. Se le in-
crusta la actual maquinaria de pivote por los célebres carpinteros Antonio y Eulo-
gio Romero, con lo que se convirtió en una molina que giraba toda su maquinaria
en dirección del viento automáticamente a través de su cola. Con esta remodela-
ción el molino estuvo funcionado hasta avanzados los años 40 y así lo conocemos
hoy en ruinas. Constituye un bien patrimonial y está protegido en la carta et-
nográfica y en el catálogo arquitectónico municipal.
A mediados de la década de los años cuarenta en Barranco Santo se instaló otro
molino de gofio, movido por un motor de fuego cuyo combustible era el gas po-
bre que se producía en una caldera o gasógeno. Su propietario era Manuel Jimé-
nez que lo explotó unos pocos años. De esta maquinara sólo queda el recuerdo en
las personas de edad.
IZQUIERDA: IMAGEN DEL MOLINO DE VIENTO, 1934 (IMAGEN DE LEOPOLDO MEDINA).
DERECHA: DIBUJOS DE COMPARACIÓN DE LOS DOS MODELOS DE MOLINO, DE TORRE (1870) Y LA REFORMA QUE LO
CONVIRTIÓ EN MOLINO PIVOTE DÉCADA DE 1910 (IMÁGENES DEL AUTOR).
- pág. 25 -
La carretera (1928) y los viejos caminos de herradura preexistentes
Hacia 1928-1929, cuando ya habían comenzado a circular por el interior del valle
de La Aldea las primeras camionetas, el Ayuntamiento, siendo alcalde don Simeón
Ramos, decide acometer con toda urgencia la carretera o camino vecinal que desde
Los Llanos Bajos uniría al pueblo con El Hoyo, pasando por La Cardonera. Para
ello exigió una contribución vecinal de 300 pesetas por vecino. Esta nueva
carretera facilitó las comunicaciones entre La Cardonera y El Hoyo además del
enlace con las naves de empaquetado de tomates que estaban en el pueblo, sobre
todo las dos que a principios de los años treinta se construyeron en Los Llanos
Altos: las de Antonio Bonny y José Rodríguez Armas (luego de sus hijos los
Rodríguez-Marrero), hoy de COAGRISAN.
Pero aún la mayor parte de la producción agraria e incluso la forestal de los
montes y pinares cercanos que aportaban madera, carbón y leña, se hacía a lomo de
bestias (mulos, caballos y burros) propiedad de los arrieros del valle, por los
caminos de herradura que formaban una complicada retícula de caminos
principales y secundarios más decenas de veredas y servidumbres de paso. La
arteria principal era el Camino Real que desde Los Llanos subía a La Cardonera y
El Hoyo para seguir para Tasarte, Veneguera y Mogán. Desde La Cardonera se
podía subir por Gomanillo o por El Lomo de Artejévez para enlazar con el camino
que llegaba a la Degollada de Tasartico o por el Granillar hasta Tocodomán y desde
aquí por el Salen subir a la Degollada de Tasartico. Otro punto de tránsito desde
Los Llanos de La Mina era llegar al Pinillo y subir por El Arrastradero hasta El
Viso, para ir a Linagua.
Por tanto, La Cardonera y El Hoyo fueron punto de paso de peatones y bestias
de carga procedentes de Tasarte y Tasartico, lo que facilitó las relaciones sociales
de sus habitantes, siendo de estos lejanos parajes algunas de las familias que a
principio de aquel siglo comienzan a asentarse en estos dos barrios.
EN LOS LLANOS ALTOS COMENZÓ LA CARRETERA QUE EN 1928 UNIÓ AL PUEBLO CON LA CARDONERA Y EL HOYO.
OBSÉRVESE ESTA IMAGEN DE 1934, LOS ALMACENES DE BONNY (AÚN EN CONSTRUCCIÓN) Y RODRÍGUEZ ARMAS.
(FOTOGRAFÍA DE LEOPOLDO MEDINA, GENTILEZA DE TOÑÍN DE LA NUEZ)
Almacén de Bonny Almacén de Rguez. Marrero
- pág. 26 -
La población (1920-1940)
En esta década de los años veinte, tan trascendental para la historia de La Aldea,
de grave crisis social pero de crecimiento continuo por la mejora de las condicio-
nes económicas y sanitarias, la población de La Cardonera, sin contar a los
miembros de los Delgado Gil ya ubicados en Los Llanos Altos, la constituía 7
casas de familia que sumaban 62 habitantes, casi seis veces más que 30 años
atrás, triple que en 1820, como podemos ver con detalle en el cuadro adjunto. Y
continuará esta tendencia alcista en las década siguientes. Así, el censo oficial de
1930 sitúa la población en 122 habitantes y en 1940 asciende a 160 habitantes
(seguramente con vecinos de barrios limítrofes).
En estas tres primeras décadas del siglo XX aún encontramos a familias origi-
narias como los Suárez, los Dámaso, del Toro, Delgado… las que se emparentan
con otras del valle abajo o de El Hoyo (Ojeda, Ramírez, Segura, etc.). Más tarde,
después de la Guerra Civil y de la crisis siguiente de la posguerra de los años cua-
renta, comienzan a llegar a La Cardonera nuevas familias que se integran a través
de matrimonios con los antiguos habitantes de La Cardonera. Es el caso, entre
otros, de dos hijos de Clemente Suárez, vecino natural de La Rosa, afincado en
Tasartico, que ambos (Francisco y Felipa) se casan con miembros de una familia
de El Hoyo, los Guerra. Estos nuevos Suárez no tienen relación de parentesco con
los otros Suárez históricos del barrio (Dionisio e Ignacio). Y en la medida que
avanzan los años, después de la Guerra, la complejidad de relación familiar es
mayor, pues La Cardonera ya no es el lugar de la media docena de familias, una
en cada finca.
ANEXO IV
EVOLUCIÓN DEMOGRÁFICA EN LA DÉCADA DE 1920
CASAS DE FAMILIA EN LA CARDONERA EN 1922
Juan del Pino Dámaso y Antonia del Toro............2
Juan Glez. Dámaso y María del Toro …………...3
Juan José Dámaso y Secundina (hija)…………....4
Teófilo Navarro Déniz y Juana Dámaso Moca… .6
Antonio Segura Navarro y Antonia Dámaso M... .7
Dominga Casas y María Suárez Casas……….…..5
Manuel Suárez Delgado y Juliana Godoy Delg. ...4
TOTAL: 7 casas = 31 habitantes
MAYORES: Juan José Dámaso, 74 años y Antonia
del Toro Moca. 56 años; Juan del Pino Dámaso, 56
a. y Dominga Casas, 55 años.
CASAS DE FAMILIA EN LA CARDONERA EN 1929
Juan del Pino Dámaso y Antonia del Toro Moca. 2
Juan González Dámaso y María del Toro………..7
Juan Dámaso y Secundina (hija) ………….........4
José del Toro Moca. e Inés Gómez Viera ,,,,,.….. 3
Teófilo Navarro Déniz y Juana Dámaso M …... 8
Dominga Casas .………………………..……… 4
Antonio Segura Navarro y Antonia Dámaso …..7
Félix Glez. Ramírez y Venancio Moca. Segura ..9
Santiago García Perdomo y Maximina Afonso...10
Fco. Montesdeoca y Balbina Segura Díaz ……..7
TOTAL: 11 casas = 63 habitantes
MAYORES : Juan Dámaso, 79 años, Juan del Pino
Dámaso, 68 años; José del Toro Moca. 63 a., Inés
Gómez viera, 61 a.
- pág. 27 -
ANEXO V
LAS FAMILIAS DE LA CARDONERA-BCO. SANTO EN 1922
FAMILIAS
NOMBRES EDAD
LOCALIZACIÓN
DE LA VIVIENDA
LOCALIZACIÓN DE POSESIO-
NES AGRARIAS
Dominga Casas, viuda de Suárez
Hijos:
María Suárez Casas
Isabel
Germán
Pedro
55 a
24
21
16
14
En su finca, junto al
camino
1 fg de riego en La Cardonera
1 fg secano en La Hoya del
Ñame
0,5 fg de secano en La Cardo-
nera
4 cel. Ladera del Cabuco
Juan José Dámaso, viudo
Hijos:
Secundina Dámaso Moca.
Juan
Manuel
74 a
34
8
6 m
En su finca 1 fg. riego en La Cardonera
1 fg. secano en La Cañada de
las Mentiras
1 fag. secano en la Hoya del
Ñame
4 cel. Secano en Los Pasitos
Teófilo Navarro Déniz
Juana Dámaso Moca.
Hijos:
José
Policarpio Dámaso Moca.
Mauricio
Jacinto
Teodoro
47 a
43
15
13
4
3
5 m
En la finca del sue-
gro, junto al camino
1 fg. secano en La Cardonera
Antonio P. Segura Navarro
Antonia Dámaso Moca.
Hijos:
Antonia Segura Dámaso
Juan
Francisco
Antonio
Tomás
45 a
43
20
15
13
6
3
En la finca de su
suegro, junto al ca-
mino
1,5 fg de secano en La Cardo-
nera
Juan del Pino Dámaso
Antonia del Toro Moca.
56 a
57
En su finca de La
Cardonera
1 fg de riego en La Cardonera
3 fg de secano en Los Cardo-
nes
Juan González Dámaso
María del Toro Montesdeoca
Hijos:
Juan González del Toro
31
29
2
En la finca anterior
de su familia
Teresa Delgado Gil
Andrés Segura Navarro
María Delgado (esposa)
Hijos:
Pedro Segura Delgado
Andrés
Carmen
Juana
Nicolás
Narcisa
Magdalena
70 a
36
31
12
8
10
6
4
3
1
En la finca de su
madre en Barranco
Santos
Su parte correspondiente de la
finca matriz de Magdalena Gil
(1/5) de 2 fanegadas
Manuel Suárez Delgado
Juliana Godoy Delgado
Hijo:
Manuel Suárez Godoy
35 a
28
4
FUENTE: Censo Parroquial, 1924
- pág. 28 -
III.- HISTORIA RECIENTE (1950-2007)
Los tomateros, almacenes, pozos y sorribas
Tras superar la difícil época del hambre y carencia de recursos básicos que generó
la posguerra, se reanudan hacia 1946-1947 las exportaciones de tomates a Europa.
Y comienza en La Aldea un período de recuperación económica y demográfica.
Los nuevos cultivos de tomateros de La Cardonera se iniciaron en las antiguas
tierras de regadío bajo las acequias de las minas y de los primeros pozos con sus
artilugios de elevación (noria, molinos y pequeños motores) y continuaron exten-
diéndose por las laderas de los antiguos terrenos de secano dedicados, desde
tiempo inmemorial, a siembras. El paisaje agrario comienza a modificarse hasta
los tiempos recientes.
SORRIBAS Y NUEVOS CULTIVOS DE TOMATEROS
Los antiguos colonos, pequeños propietarios que en 1927, por compras al Es-
tado, de La Cardonera-El Granillar-Lomo Artejévez comienzan a vender sus
parcelas a compradores de otras zonas, sobre todo a las nuevas empresas de cose-
cheros-exportadores. Estos las acondicionan y las transforman en nuevas áreas de
regadío.
A tal efecto, entre finales de los años cuarenta y la década de los cincuenta, se
producen muchas sorribas y perforaciones de pozos, con la fuerza de la sangre y
el fuego; es decir con los brazos de jornaleros, yuntas de bueyes ayudados de cor-
sas, carretillas, picos, palas, sachos… y la dinamita (mecha, cartucho y detona-
dor) sobre la superficie pedregosa o en el fondo de los pozos. Y así fue como en
menos de diez años los antiguos secanos se transformaron en cultivos de tomate-
ros, para cuyo riego se creó una nueva y compleja infraestructura hidráulica.
LA NUEVA INFRAESTRUCTURA HIDRÁULICA: POZOS, MOTORES, BOMBAS, SIFONES, ELEVACIO-
NES…
La perforaron de más pozos por la esterilidad del subsuelo no cubrió la demanda
de agua para riego. Se necesitó elevar más agua desde las zonas bajas y se necesi-
taron estanques reguladores de mayor capacidad. Las elevaciones de agua preci-
saron potentes motores, bombas y redes de tuberías de cemento o de hierro, donde
se invirtieron fuertes sumas de dinero.
Algunos ejemplos de esta expansión hidráulica fueron la red de pozos-motores
y tuberías de Rodríguez Marrero (Villanueva y Los Pasitos), de Juan Segura y
José Navarro (El Parral-Pinillo-La Cardonera), la Comunidad Bersabé (La Plaza-
La Cardonera-Granillar) o José Franco (San Clemente-La Zarcilla-El Pinillo-La
Cardonera-Artejévez), entre otros.
Cada unidad hidráulica la componían el pozo, el motor y sistema de bombeo a
la superficie (bomba de pistón), el tomadero (bomba centrífuga) y la elevación
por tubería (de hierro en la zona de mayor presión y de cemento en la de menor),
que en los tramos de los barrancos precisaba de sifones o canales en su caso.
- pág. 29 -
PROPIETARIOS, JORNALEROS Y APARCEROS
Surge una clase de propietarios minifundistas de los antiguos colonos o descen-
dientes (los Delgado Gil, Suárez Casas, Dámaso, González del Toro, etc.). La
relación de parcela con propietario es cada vez más reducida por los fracciona-
mientos hereditarios de cada familia. Constituyen en sus fincas pequeñas autoex-
plotaciones familiares que llevan la producción tomatera a los almacenes de los
cosecheros exportadores locales. Algunos ceden sus terrenos a medianeros o los
arriendan, con lo que se convierten en pequeños rentistas. También se afincan en
el lugar pequeños propietarios por compras de secanos que los acondicionan co-
mo es el caso de Abel Hernández que adquiere en 1941 parcelas a los Segura Na-
varro, donde perfora un pozo y las sorribas para tomateros.
Los nuevos propietarios que destacan por su posición económica son los cose-
cheros exportadores de otros lugares del municipio. Casi todos no tienen de cuna
ninguna propiedad, pero sí iniciativa empresarial o visión capitalista y al cabo de
los años conforman empresas agrícolas, en el marco expansivo del capitalismo
salvaje de aquella época de grandes beneficios por los escasos costes y coyuntu-
ra favorable de las divisas. Algunas de ellos son José Navarro, José Franco y Juan
Segura. A ellos se une una empresa foránea que adquiere una finca de secano en
El Granillar que la transforma en regadío: la Comunidad Bersabé.
La clase trabajadora se distribuye en jornaleros del campo, aparceros y media-
neros, muchos de los cuales tienen su trabajo en fincas alejadas como Las Tabla-
das. Los sueldos son bajos y, en su mayor parte carecen de protección y seguros
sociales. La mujer también trabaja en fincas aunque es en los almacenes de em-
paquetado cercano donde prefiere el trabajo y tiene la doble función de trabajado-
ra y "ama de casa" de varios hijos.
EL ALMACÉN Y CULTIVOS DE JUAN SEGURA
Entre los nuevos asentamientos agrarios de La Cardonera destacamos los pro-
movidos en labor empresarial de Juan Segura Rodríguez. Para la puesta en pro-
ducción de nuevas tierras en el Granillar. Este perfora pozos e instala maquinarias
(4 motores, en puntos distintos desde El Parral a La Cardonera, con una potencia
de 77 caballos de vapor). Su almacén y cultivos generan desde Los Llanos a La
Cardonera una oferta laboral para la población femenina de la zona. Este histórico
empresario llega a poner en cultivo un total cercano a 12 fanegadas de tomateros,
empaqueta para la exportación, hacia 1956, un total de 203 mil kg de tomates, el
3% del total del municipio, casi todo de pequeños propietarios de la zona y de sus
propios cultivos mediante aparceros y medianeros que aloja en unas cuarterías
ubicadas junto a su almacén.
En octubre de 1965, momento de crisis, se funda la Cooperativa Agrícola In-
dustrial de Cosecheros Exportadores de San Nicolás de Tolentino (COPAISAN)
presidida por Juan Segura Rodríguez, quien será su principal gestor durante mu-
chos años.
- pág. 30 -
ANEXO VI
JUAN SEGURA RODRÍGUEZ
UN EMPRESARIO AGRÍCOLA
ASENTADO EN LA CARDONERA
Juan Segura Rodríguez (La Placeta,1916- La
Palmilla, 1999), es un ejemplo de aquella gene-
ración de emprendedores y aventureros, podía-
mos decir, en el cultivo, empaquetado y exporta-
ción de tomates, dentro del sector de los deno-
minados cosecheros exportadores de los años
1950-1970.
De joven había tenido inquietud y militancia
activa (en los últimos años de la II República, en
el Frente Popular) por lo que fue duramente
castigado, en 1936, tras el golpe militar, tenien-
do que esconderse lejos de La Aldea, hasta que
fue llamado a filas en el frente militar, lo que le
salvó de más represiones.
Tras regresar de la Guerra debió buscar tra-
bajo en su pueblo como herrero, jornalero…
hasta que emprende un negocio de comercio
familiar, en La Placeta, las antiguas tiendas de
aceite y vinagre, hasta el comienzo del boom del
tomate, a principios de los años cincuenta. En
este contexto empresarial toma la iniciativa de
empaquetar tomates en un pequeño almacén
situado en Los Llanos Altos y desde allí se pasa
a La Cardonera, en creciente aumento del volu-
men de exportación y extensión de cultivos por
todo El Granillar hasta la Montañeta del Pueblo,
con costosas elevaciones de agua hasta que se
trazaron los canales de las presas.
De fuerte carácter, personalidad y carisma,
fue presidente de COPAISAN durante 25 años y
presidente del Sindicato de Riegos de La Comu-
nidad de Regantes, casi 10 años. Acogió en su
empresa a muchas familias pobres de La Cardo-
nera y cedió terrenos para la construcción del
primer grupo escolar, hacia 1961.
Su trayectoria empresarial fue recompensada
con la concesión de la Medalla al Mérito Agrí-
cola por el Gobierno del Estado, según Real
Decreto de 15 de marzo de 1982.
Su nombre pervive con una calle de La Cardone-
ra que da a un acceso por su propiedad hasta la
carretera general de Mogán:
Subida de Juan Segura.
JUAN SEGURA RODRÍGUEZ, YA JUBILADO, HACIA 1985,
APROXIMADAMENTE
PERSPECTIVA DE LA ALDEA HACIA 1962. EN EL PLANO MEDIO LA
MONTAÑETA DEL PUEBLO Y LAS LOMAS DE EL GRANILLAR,
ARTEJÉVEZ Y GÓMEZ, ESPACIOS PUESTOS EN CULTIVO POR JUAN
SEGURA Y OTROS EMPRESARIOS DEL TOMATE, CON AGUA ELE-
VADA DESDE POZOS SITUADOS EN LA ZONA BAJA DEL VALLE.
- pág. 31 -
La explosión demográfica, cambios sociales y mejora de los servicios
Entre 1940, con 160 habitantes y 1990 con 347, La Cardonera experimenta una
verdadera explosión demográfica y expansión urbana sin precedentes en su histo-
ria. La media docena de familias históricas en sus ramificaciones no tienen nece-
sidad como en pretéritos tiempos de emigrar. Se asientan en sus propiedades, ca-
da vez más afectadas por los fraccionamientos hereditarios, teniendo una oferta
laboral cercana en los cultivos y almacenes de empaquetado. La línea de caminos
antiguos se transforma con nuevos trazados urbanos donde se ponen en circula-
ción solares a precios razonables, lo que determina que muchas familias proce-
dentes de otros lugares se asienten definitivamente.
En un primer momento se urbaniza, en los años cincuenta, con el modelo de
autoconstrucción, la carretera principal, luego, a principios de los años sesenta se
traza una carretera que llega hasta el Molino de Viento, que a los pocos años, co-
mienza a urbanizarse y toma el nombre de calle Bentejuí. De igual forma en la
zona de Los Llanos Altos a Barranco Santo, se traza un alineamiento urbano por
el viejo camino.
A mediados de los años cincuenta crea un equipo de fútbol para competiciones
locales, proyecto deportivo que se retoma en los años setenta con otro equipo en
las nuevas y apasionadas competiciones veraniegas del fútbol aficionado. . Luego,
dentro del plan estatal de construcciones escolares, de 1961, se construye el pri-
mer grupo escolar, que en los años ochenta se amplía con nuevas aulas hasta
transformarse en un centro de varias unidades, cuya historia la recogemos con
detalle en el Anexo VII, porque es un buen ejemplo para explicar la transforma-
ción del modelo antiguo de escuela unitaria en un centro completo y su evolución
es fiel reflejo de los cambios sociales, económicos y urbanos que hemos venido
estudiando.
Y como quiera que la zona había crecido tanto, comienza a disponer desde los
años sesenta, de variados servicios, empezando por el comercial cuyo primer
agente de tienda de comestibles, a principios de los años sesenta fue José García,
negocio que continúa su hijo Pepe con el Supermercado La Cardonera; un fotó-
grafo profesional Juan González Ojeda, labor que continuó su hijo Paco González
Suárez, así como otros nuevos comercios y bares. Varios vecinos ejercen, entre
1970 y 1990, puestos de responsabilidad en empresas de empaquetado como, en-
tre otros, Francisco Suárez Guerra en Las Tabladas, Cristóbal González del Toro
en la empresa de Franco o en empresas propias como las constructoras de Jacinto
Dámaso, Elías del Toro y de Antonio Suárez, que la continúan sus hijos Juan y
Elías.
A principios de la década de los años setenta se constituye en este lugar un
grupo musical con los miembros de la familia de Ezequiel Ramírez Ojeda (1930-
1995), denominado los Nueve Hermanos (la familia de Luis el de Las Máquinas,
Bella, Alexis, Paco… por citar a los más conocidos). Poco después, a principios
de los ochenta, por iniciativa de vecinos, sobre todo con la gran dinamización
social que genera José Luis Martínez (casado con una vecina del lugar), comienza
- pág. 32 -
a desarrollarse importantes iniciativas de actividades culturales como la creación
de la murga Pónselo Tú (1984-1985). Esta tradición musical la recogemos en otro
anexo por las curiosidades que encierra (página 35). El dinamismo social al que
hacemos referencia tiene sus resultados en 1984 cuando se crea para los barrios
de La Cardonera, Molino de Viento y Barranco Santo la a Asociación de Vecinos
Carmoba, así como, también tienen lugar las primeras fiestas patronales del ba-
rrio en el mes de agosto. Este interesante movimiento vecinal logra la construc-
ción del local social que se inaugura el 5 de junio de 1998.
En el aspecto de desarrollo industrial y comercial, surge a principios de los
ochenta, el importante taller de cerrajería y construcciones metálicas de los Tres
Molinos, creado por Juan Manuel González Armas que llega a diseñar modelos
propios de máquinas electrónicas de empaquetado de tomates. Este taller se cierra
en los años noventa y en su lugar se crea otro, en el mismo centro de La Cardone-
ra por José Luis Martínez, fabricando los mismos productos. El taller de pintura
de Pepe Vega, la carpintería de Enrique en Los Llanos, la Frutería Soaldea, tan
recientes o actuales que son analizados en la globalidad de un barrio en continuo
crecimiento pero necesitado de una mejora del aspecto urbano quizás con un plan
de embellecimiento con jardines y cromatismos adecuados en las fachadas.
En cuanto a la trama urbana reciente destacamos la construcción de 32 vivien-
das de protección oficial, en el año 1992, lo que atrae a más población de otras
partes del municipio, hasta conformar actualmente un área urbana que desde La
Cardonera se extiende hasta La Cruz por el Sur y hasta Molino de Viento y Los
Llanos por el Norte y Oeste, con una población total, aproximada de 500 habitan-
tes. Los servicios (agua, luz, saneamiento…) ya estaban cubiertos, momento en
que La Cardonera comienza a tener una mayor cohesión comunitaria. Al finalizar
el siglo el Ayuntamiento potencia y mejora el recinto escolar y construye un gran
parque en la zona.
ASOCIACIÓN DE VECINOS CARMOBA, 2007
- pág. 33 -
NOTA FINAL
Esta pequeña historia de La Cardonera no se cierra con este texto, añadimos unos
anexos complementarios y dejamos a los lectores para que aporten más datos,
que fácilmente se pueden añadir a la misma por la facilidad que representa este
medio de difusión.
Y, aún más —cuestión muy importante— debiera ser la aportación de los escola-
res guiados por su profesorado, en proyectos sencillos de investigación escolar
pues lo que acabamos de presentar son aspectos generales; aún quedan pues, más
contenidos para profundizar en su historia reciente, en sus arquitecturas hidráuli-
cas, asociacionismo, deportes, escuelas… partiendo si quieren de los anexos que
hemos diseñado para este trabajo y teniendo una rica tradición oral en la memoria
de muchos vecinos de La Cardonera, mayores de edad, que estamos seguros de su
predisposición a aportar datos como lo han hecho para conformar este artículo, a
quienes agradecemos su buena actitud, como epílogo.
En La Aldea de San Nicolás a 14 de septiembre de 2007
- pág. 34 -
- pág. 34 - ANEXO VII (A)
LAS ESCUELAS DE LA CARDONERA
Primeros años (1961-1973)
Estas dos imágenes son las más antiguas que hemos podido localizar de la escuela de La Cardonera, creada en
1961 con dos unidades; una de niños y otra de niñas, cuando aún la coeducación no existía y sí una rígida separa-
ción por géneros, en el marco legal de la Ley Moyano de 1857.
El barrio aún mantenía la distribución urbana antigua, sin carretera que lo uniera con El Molino de Viento. El
edificio se levanta dentro del Plan Nacional de Construcciones escolares de 1961 para lo cual el empresario Juan
Segura cede los solares. Su diseño está ajustado al modelo oficial que se imponía en todo el territorio del Estado
español de escuela de dos plantas ocupando la vivienda la parte superior; en este caso con dos bloques contiguos,
uno para la escuela de niñas y otro para la de niños que iban a funcionar de forma independiente.
Las escuelas abrieron sus puertas en septiembre de 1961. En sus tres primeros cursos sus maestros fueron pri-
mero don Amelio Suárez y después don Javier León (en la foto con sus alumnos, 1962-1963) y don Luis Alba
mientras que en la de niñas primero fue nombrada doña Antonia de Jesús y luego doña Fela Sánchez.
DON JAVIER LEÓN SOSA CON SUS ALUMNOS DE LA CARDONERA, HACIA 1962-1963.
- pág. 35 -
- pág. 35 - ANEXO VII (B)
LAS ESCUELAS DE LA CARDONERA
Primeros años (1961-1973)
La historia continúa con doña Fela Sánchez Alemán que ocupará su plaza desde 1962 a 1994, con un to-
tal de 34 años que se convertirá en maestra de muchas generaciones, teniendo más tarde, como consorte, a
su esposo don Ricardo León Ramírez que ocupa la plaza de niños entre 1967 y 1996, matrimonio que resi-
de en las viviendas de la escuela durante varios años, donde nacen sus hijos y se convierten durante años
como referentes de la enseñanza en este lugar.
En aquel tiempo, con ratios de 35 a 50 alumnos por aula, la práctica educativa se ajustaba a la Ley de
Enseñanza Primaria de 1945, que establecía como obligatorio un período de enseñanza elemental de seis a
diez años, seguido del período de perfeccionamiento de diez a doce años, estructurados en tres ciclos (pri-
mer grado, segundo grado y tercer grado). Tenía como materias instrumentales la Lectura, Escritura, Dibu-
jo y Cálculo; como formativas la Religión, Geografía e Historia, Lengua, Matemáticas, Formación del
Espíritu Nacional y Educación Física y como complementarias las Ciencias Naturales, Trabajos Manua-
les, Prácticas de taller y Formación para el hogar. Y aún se mantenía un currículo muy confesional, de
culto a Franco y su régimen y el Complemento Alimenticio de la leche en polvo proveniente de la ayuda
americana.
En el Colegio Libre Adoptado se impartían clases de Magisterio y por esta escuela pasaban alumnos en
prácticas (hoy maestros jubilados y algunos fallecidos) como podemos apreciar en estas dos imágenes del
curso 1968-1969, cuando se acercaban grandes cambios en el sistema educativo y en el desarrollo urbano
de La Cardonera con dirección a Molino de Viento.
- pág. 36 -
- pág. 36 - ANEXO VII (C)
LAS ESCUELAS DE LA CARDONERA
Primeros años (1961-1973)
En los primeros años de las escuelas de La Cardo-
nera, los recursos y materiales didácticos eran escasos
y las ratios altísimas, por lo que los maestros tenían
que afrontar su labor con sobreesfuerzo. Básicamente
había que centrarse en las áreas instrumentales (lectu-
ra, escritura y cálculo), aparte había que gestionar el
complemento alimenticio, gestionar la corresponden-
cia, hacer un seguimiento diario del cuaderno del
alumno… En fin, enseñar a leer y escribir a los más
pequeños y dar conocimientos e infundir buenas acti-
tudes a los mayores que pronto se iban a incorporar al
trabajo y tener la escuela preparada para la visita de la
Inspección.
Los siguientes documentos son ilustrativos: un
cuaderno de exámenes de la niña Marta Ramírez (hoy
cantante profesional en Miami), del curso 1971-1972;
un borrador de un oficio de 1962 sobre los problemas
del maestro para dar el complemento alimenticio (le-
che) y un informe de Visita de Inspección (marzo de
1964) sobre la labor de la recordada y querida maestra
doña Fela Sánchez.
- pág. 37 -
- pág. 37 - ANEXO VII (D)
LAS ESCUELAS DE LA CARDONERA
Primeros años (1961-1973)
En aquel estado centralista y rural, la mayor parte de la enseñanza primaria se impartía en escuelas unitarias,
salvo las graduadas de las ciudades.
Los maestros llevaban obligatoriamente un libro de Registro Escolar donde consignaban matrícula, asisten-
cia diaria, clasificación, contabilidad y correspondencia.
Hemos consultado los dos libros de registro del curso 1962-1963, uno del maestro, don Javier León y otro
de la maestra doña Fela Sánchez. Seleccionamos, de cada libro las páginas de la matrícula escolar donde se
consignan los datos de los 53-54 niños y niñas matriculados en cada una de las dos escuelas, en aquel se-
gundo año de funcionamiento, muchos de los cuales vienen los abuelos y abuelas de los actuales escolares.
- pág. 38 -
- pág. 38- ANEXO VIII
LAS ESCUELAS DE LA CARDONERA EN IMÁGENES
Parece que fue ayer…tal como éramos
1. DOÑA FELA Y ALUMNOS, AÚN "A LA LAJA" Y
CON TIRANTES (09-XII-1963)
2. DOÑA FELA , SI LE TIEMPO RETROCEDIERA
(1965-1966).
3. ALUMNOS Y DOÑA FELA (1971-1972)
4. LLEGÓ EL COLOR. ME CONOCES MASCARITA,
PROFESORES EN EL CARNAVAL DE 1984: DON
TOMÁS PÉREZ, DOÑA FELA Y DON RICARDO.
5. ALUMNOS Y DON RICARDO (1971-1972).
- pág. 39 -
- pág. 39-
ANEXO IX
DE ESCUELAS UNITARIAS A COLEGIO COMPLETO
El Cambio y la Democracia
Los primeros cambios en la escuela llegan hacia 1973,
con la aplicación del nuevo sistema educativo de 1969,
la Ley Villar Palasí, que implanta en las escuelas la
Enseñanza General Básica. La escuela de La Cardone-
ra mantiene su independencia con respecto al nuevo
Colegio Nacional San Nicolás de Tolentino (La Lade-
ra), imparte la Primera Etapa y remite sus alumnos de
la Segunda Etapa a dicho colegio..
Con los cambios educativos de la Democracia y la
demanda de puestos escolares como consecuencia del
crecimiento del barrio, a partir de 1984, comienzan a
construirse nuevas aulas y cancha, a nombrar más ma-
estros y a generar un nuevo dinamismo social y pe-
dagógico con actividades diversas.
De escuelas unitarias independientes se va transfor-
mando en un Centro Incompleto, con cargos directivos
y un número de cuatro a cinco profesores.
A partir de 1986, va a contar con apoyos de especia-
listas por parte del Centro de Recursos de Educación
Compensatoria que ejerce su labor muy centrado en
este colegio, donde se desarrollan muchas actividades
complementarias en trabajo de equipo con el resto de
las escuelas unitarias del municipio (celebraciones,
visitas escolares, jornadas de convivencia familias-
escuela, etc.).
Con la aplicación del tercer sistema educativo del
Estado español, en los años noventa, se transforma en
un centro completo de Educación Infantil y Primaria,
desde donde se organizan los apoyos a las pocas escue-
las unitarias que quedan en este municipio.
TRES IMÁGENES DE ACTIVIDADES FUERA DEL AULA (1988-1989)
- pág. 40 -
- pág. 40-
ANEXO X
DEPORTES
Esta difusa imagen representa el primer club de fútbol, que se creó en La Cardonera. Fue
hacia 1953, cuando se organiza en el municipio una competición de fútbol, con motivo del
acondicionamiento del Llano de Los Calixtos (junto a la Sociedad) como campo de fútbol.
Se organizó en torno a una serie de equipos por zonas tales como Cercadillos, C.F., La Ro-
sa C.F., Cardonera C.F. San Bernardo C.F. y Nueva España C.F. que se unía a los ya con-
solidados de Juventud C.F. e Imperial C.F. El proyecto terminó como el "rosario de la au-
ra", unos por un lado y otros por el otro, con enfrentamientos, de lo que se benefició un
nuevo proyecto auspiciado desde personas vinculadas al poder político local, hacia 1955:
Imperio C.F.
La Cardonera volverá a contar con su propio equipo hacia 1970, cuando se estructura una
nueva competición de fútbol aficionado, en el marco de una competición veraniega muy
apasionada, con jóvenes futbolistas del barrio como los hermanos Dámaso, Manolo Ramírez
(el “Ganster”). Hoy (2007) el Bar La Cardonera C.F. recuerda con trofeos e imágenes esta
historia deportiva local, que debiera ser investigada por los escolares.
- pág. 41 -
- pág. 41-
ANEXO XI
PARRANDAS, MURGAS Y CANTANTES
Si como dice la canción cubana mamá ¿de dónde vienen los cantantes?... vienen de La Haba-
na… estando en La Aldea diría que de La Cardonera, de la saga del inolvidable parrandero
Ezequiel Ramírez Ojeda. Con sus nueve hijos conformó hacia 1974, la agrupación Los Nueve
Hermanos, cuya imagen de principios de los ochenta ofrecemos en la parte superior izquierda.
Todos dominaban y dominan los instrumentos musicales y cantan profesionalmente algunos
como Marta, en Estados Unidos (carátula de uno de sus discos en la imagen de la derecha) o el
más pequeño Alexis, con su extraordinaria voz que ameniza veladas en La Aldea, Paco con su
guitarra en sus tiempos de ocio o Fefi Ramírez, cantante de orquesta.
La otra imagen del anexo, es la murga Pónselo tú, coordinada por José Luis Martínez hacia
1984-1985, en tiempos de carnaval, que llegó a participar en los concursos del Carnaval de
Las Palmas, celebrados en el Estadio Insular. Estaba formada en su mayoría por chicas de La
Cardonera y Barranco Santo.
Hoy son recuerdos de un pasado ya no tan reciente, más de 20 años atrás. Toda una intere-
sante historia musical familiar, a investigar también por los escolares de La Cardonera.
1. LOS NUEVE HERMANOS, HACIA 1974.
2. CARÁTULA DE UN DISCO DE CANCIONES EDITADO POR MARTA
3. MURGA PÓNSELO TÚ (1984-1985).
4. IMAGEN RECIENTE DE ALEXIS (AÑADIDA EN 2013).
- pág. 42 -
- pág. 42-
ANEXO XII
PERSONAJES POPULARES DEL AYER
Cerramos los anexos con algunos de los tantos personajes populares del barrio, los que una
vez desaparecidos parece que dejan un hueco que no se va a cubrir nunca más, por sus cuentos,
agradables veladas…
Empezamos por Ezequiel Ramírez Ojeda (19930-1995), como ya indicamos con la creación
de su rondalla familiar, aunque él fue mucho más parrandero. Amenizó tantísimos bailes de
taifas por nuestra geografía, desde La Cardonera a La Cruz, El Hoyo, Tasarte… aparte del don
de su oído musical tenía una gran facilidad improvisadora y sus buenas aptitudes para la rela-
ción social. Fue uno de los primeros animadores de la Romería de San Nicolás que data de
1993. Su voz y música han quedado para siempre en un disco grabado por el Proyecto Comuni-
tario de La Aldea.
Personaje vigilante del acontecer diario de La Cardonera, ya en tiempos de su jubilación, y
de mil anécdotas y cuentos para escribir un libro, fue Manuel Segura Ramírez, conocido como
Manolo el Gáster, tenía de todo lo humano menos lo de su apodo derivación en el habla popular
de “ganster”, cuando por sus actitudes y poses de juventud imitaba a los célebres personajes de
bandas inmortalizadas por el cine de los cincuenta de Hollywod y le dieron el sobrenombre. Sus
prontos y dichos aún se cuentan en La Cardonera, tantos que suman para escribir un librito, que
deberían confeccionar los escolares. Señalamos sólo uno: en una ocasión le pregunta en comer-
cial Laslás que a cuánto le salía un bloque de construcción y teniendo la respuesta de que entre
más se llevaba, más barata le saldría la unidad respondió sobre la marcha: empiece a mandar
para arriba hasta que me salgan gratis.
Hace unos pocos años que desapareció un popular artesano de la madera, Juan Vicente Suá-
rez, que solía siempre estar presente en colegios y ferias con sus trabajos de marquetería y talla-
do, cuya estampa también se iba haciendo popular en este barrio. Su primo Cristóbal es uno de
los fundadores y directores del grupo Salem dedicado a la promoción del Salto del Garrote.
EZEQUIEL RAMÍREZ,
EL DE LA CARDONERA
CON ESPOSA , POCO ANTES DE SU MUERTE
- pág. 43 -
INFORMACIÓN ORAL Y COLABORACIONES
Juan DELGADO SEGURA vecino de El Molino de Viento
Isidro OJEDA MONTESDEOCA, vecino de El Hoyo
Cristóbal GONZÁLEZ DEL TORO, vecino de La Cardonera
Lolina GONZÁLEZ DEL TORO, vecina de La Cardonera
José Luis MARTÍNEZ GARCÍA, vecino del lugar y partice de dinamización cultural
Ricardo LEÓN GARCÍA, maestro de la unitaria de La Cardonera y luego Director del Colegio
(1967-1996)
Ignacio PÉREZ, Naso el Zapatero, propietario de Barranco Santo
Alexis RAMÍREZ SEGURA, vecino de La Cardonera, componente más joven de los Nueve Her-
manos
Rafaela SÁNCHEZ ALEMÁN, maestra de La Cardonera (1961-1994)
Abel HERNÁNDEZ SEGURA, hijo de propietario del lugar
Francisca Rosa SEGURA ÁLAMO, hija de Juan Segura
Norita SEGURA DELGADO, vecina de Barranco Santo
Francisco SUÁREZ GUERRA, vecino de La Cardonera
CORRECCIÓN DE ESTILO
Bárbara CASTELLANO FELIPE, profesora del CEIP la Cardonera
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
FUENTES INÉDITAS
Archivo fotográfico de Leopoldo OJEDA MEDINA
Archivo de la Catedral Las Palmas de Gran Canaria. Secretaria. Censo Parroquial de 1820
Archivo Parroquial, censos de población 1890-1929
Álbum familiar y docente de Fela Sánchez y Ricardo León
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
SUÁREZ MORENO, Francisco: El Pleito de La Aldea, 300 años de lucha por la propiedad de la
tierra, 1990.
ÍDEM (1994): Ingenierías históricas de La Aldea. Cabildo de Gran Canaria
ÍDEM (2001): La cultura del cereal en el oeste de Gran Canaria. Ayuntamiento de Mogán,
Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás.
PROYECTO COMUNITARIO DE LA ALDEA. La Parranda Tradicional. Disco con folleto
- pág. 45 -
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