CAPITULO I
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.
1.1. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA.
Hoy en día, los menores de 18 años de edad son inimputables. En otras
palabras cualquier menor de edad que comete un acto tipificado, como
delito para el derecho penal, es una persona eximida de responsabilidad
penal por no poder comprender la ilicitud de un hecho punible.
En estos casos no opera para ellos las reglas de nuestro código punitivo;
sino más bien son de aplicación las reglas del código de los niños y
adolescentes (ley 27337). En ese sentido para el ordenamiento jurídico
peruano, cuando un adolescente comete un delito tipificado por nuestro
código penal, lo que estará cometiendo tan solo será una infracción, por lo
que se le denomina adolescente infractor.
De esta manera el artículo 184° del Código de los Niños y Adolescentes,
regula dos tratamientos diferenciados para los adolescentes infractores; los
cuales son:
1. Cuando el adolescente infractor es mayor de 14 años, será pasible de
medidas socio educativas. Previstas en el presente Código.
2. Cuando el niño o adolescente infractor es menor de 14 años, será
pasible de medidas de protección previstas en el presente Código.
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RESPONSABILIDAD PENAL
DE LOS
MENORES DE
EDAD
Como se podrá apreciar los adolescentes infractores, no tienen ninguna
responsabilidad penal; en caso cometieran algún delito, solo podrán ser
sancionados con medidas socioeducativas, como las siguientes:
1. Amonestación.
2. Prestación de servicios a la comunidad.
3. Libertad asistida.
4. Libertad restringida.
5. Internación en establecimiento para tratamiento.
Para las infracciones más graves (que son delitos para el código penal), la
sanción máxima que puede recibir un adolescente infractor será la de
internamiento hasta por un máximo de seis años; como por ejemplo en los
casos de asesinatos u homicidios calificados.
Si este mismo hecho ilícito, lo trasladamos al ámbito del derecho penal, se
podrá observar que para los delitos de homicidio calificado, la sanción no
será menor de 15 años de pena privativa de libertad. Con un máximo de 35
años, conforme al artículo 29° del Código Penal.
COMO APROVECHAN LAS ORGANIZACIONES CRIMINALES LAS
DEFICIENCIAS NORMATIVAS QUE REGULAN NUESTRO SISTEMA
PENAL.
Como se podrá apreciar; para un mismo delito (homicidio calificado), el
ordenamiento jurídico peruano, tiene dos tratamientos diferenciados; si el
sujeto es un mayor de 18 años, su sanción será no menor de 15 años hasta
35 años de pena privativa de libertad; pero si el sujeto activo es un menor
de edad, su sanción será como máximo, la de internamiento hasta el límite
de 6 años en un Centro de Observación y Diagnostico del Poder Judicial. Es
decir si la persona comete el delito, faltando escasos minutos para cumplir
18 años, su pena será mucho menor, en comparación de si hubiera
cometido el delito pasando minutos después de cumplir los 18 años de
edad. Esta situación en inverosímil pero legal, es tan inaudito que los
hechas han superado a la norma jurídica, ya que hoy en día los menores de
edad cometen gravísimos delitos (inducidos en la mayoría de casos por
organizaciones criminales) por lo que consideramos que dicha situación
tiene que modificarse, en resguardo da la sociedad en su conjunto.
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Como es sabida la delincuencia organizada renueva y adapta sus diferentes
métodos deacuerdo a sus propias necesidades criminales, procurando
siempre sacar ventaja de las limitaciones o deficiencias que pueda
presentar el sistema penal. En ese sentido se conoce que estas
organizaciones incorporan en su accionar a adolescentes que desarrollan
concretos actos de ejecución delictiva; como por ejemplo, homicidios,
secuestros, robo agravado, tráfico de drogas, etc. La principal explicación de
este fenómeno de utilización de menores, por parte de las organizaciones
criminales, se encuentra en la amor ventaja que representa para el infractor
el sistema de sanciones que puede imponer la justicia penal especializado
en menores infractores. En efecto mientras que por un delito de homicidio
simple un adulto puede enfrentar hasta 20 años de pena privativa de
libertad, por ese mismo hecho al adolescente infractor se le puede imponer
la medida socio-educativa de internamiento no menor de 4 ni mayor de 6
años.
Es precisamente dentro de este panorama, que en los últimos años, se
vienen incrementando los homicidios por lucro (también conocidos como
homicidios por encargo o crímenes a manos de sicarios); lo peor de todo es
que este tipo de delitos se viene perpetrando por menores de edad, que en
su momento fueron captados por bandas criminales, con la intención de
utilizarlos para cometer tan execrables ilícitos penales; conocedores a
sabiendas a sabiendas de las deficiencias normativas, de nuestro sistema
penal.
NOTORIO INCREMENTO DE SICARIOS ADOLESCENTES EN PERU
El Ministerio Publico de la Libertad rebeló que el índice de adolescentes
reclutados por delincuentes aumento en más de 40% durante el 2011. Las
bandas de extorsionadores captan a menores de entre 16 y 17 años para
cometer actos delictivos; incluso asesinatos. Entre los menores más
peligrosos capturados por la policía se encuentran los adolescentes de
iniciales A.P.G. (17) alias “Gringasho” (Los Malditos del Triunfo); J.A.C.
“Peluca” (Los Pulpos); y K.P.V., “Chato Kevin”.
El pasado 18 de Marzo de 2012, se hizo pública la captura de otro sicario
adolescente de tan solo 17 años de edad G.M.R.V., alias “Pelao Gerson”,
quien pertenece a la banda de extorsionadores “Los Malditos de Rio Seco”.
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Esta capturase produjo en el mismo momento que el adolescente infractor,
estaba disparando con un arma de guerra contra el vehículo de Jhon David
Ventura Rosas. Según informo el Jefe del Departamento de Investigación
Criminal Este, mayor Eduardo Cieza, el adolescente tenía la orden de
asesinar a Ventura Rosas porque este es el principal testigo del asesinato de
su tío Ruly Venturo Vásquez, alias Ruly, quien fue acribillado en el año 2011
por miembros de la banda de “El Sol”.
De enero a abril de 2012, se han registrado en Trujillo unos 60 homicidios,
una cifra que no pareciera sorprendente en esta ciudad (por el grado de
violencia que vive), si no fuera porque el 40% de estos crímenes han sido
cometidos por adolescentes entre los 14 y 17 años de edad. Las cifras
pertenecen a la Tercera Dirección Territorial de la Policía Nacional.
El director de la Dirtepol, coronel Roger Torres, detallo que los menores de
edad en la capital de La Libertad ya no forman pandillas porque prefieren
pertenecer a organizaciones criminales o formar sus propias bandas. Un
ejemplo claro es del Shambarito; este menor detenido era el líder de una
banda de extorsionadores que exigía cupos a empresarios y transportistas.
En mayo de 2012; la policía de Trujillo identifico a cinco delincuentes
juveniles iguales o hasta más peligrosos que el sicario de 17 años conocido
como Gringasho. En esta peligrosa lista de sicarios figuran los tres internos
que escaparon junto con Gringasho del Centro Juvenil de Rehabilitación y
Diagnostico de Trujillo, ex Floresta, el ultimo 28 de abril. Entre ellos esta
J.M.R.V. (17), alias “Pelao Gerson”, quien es primo de Gringasho, y tiene 7
procesos en la Fiscalía, 3 de estos por homicidio. Así mismo D.L.P. (17) años,
alias “Deyvi” quien tiene 9 juicios, tres de ellos por asesinato. Además
figura el adolescente J.E.L.C. (17), alias “colita”, quien ha sido procesado por
una muerte. Todos pertenecen a la banda “Los Malditos de Rio Seco”. Los
otros dos menores que integran el ranking de delincuentes juveniles, son
precisamente los adolescentes a quien Gringasho quiso matar antes de
fugar del ex Floresta. Se trata K.P.V. (17), alias “Chato Kevin”, con 19
procesos en la fiscalía, uno de ellos por asesinato y José Máximo Chauca
(18) alias “Peluca”, con 14 juicios, dos por homicidio; ambos pertenecen a la
banda delincuencial “Los Pulpos” y son rivales de la banda de Gringasho.
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También en la región Lambayeque, los sicarios jóvenes cumplen sus
fechorías. Entre 2010 hasta junio 2012, 23 obreros de Lambayeque han sido
asesinados con armas de fuego. Se detalló que a la mayoría de obreros los
ultimaron por cupos de trabajo y ajustes. Los autores en su mayoría fueron
jóvenes sicarios provenientes de otras regiones del país, quienes cometen
los delitos a bordo de motos lineales.
El 1 de diciembre de 2012, el sicario adolescente conocido como Bebito,
quien se había convertido en uno de los delincuentes juveniles más
buscados de Lima y Callao, fue detenido en el distrito de La Perla con una
retrocarga y con paquetes de droga. Este hampón era buscado por su
participación en el asesinato del mecánico Cesar Rojas Cisneros. Sin
embargo ese no es el único caso en el que estaría implicado el joven sicario.
Precisamente en setiembre último, cuando era buscado por agentes de la
DIVINCRI de Callao, se enfrentó a balazos con 5 policías y logro huir.
Además, se le busca por el asesinato de otros dos jóvenes. Estos crímenes
tuvieron como móvil la disputa por el cobro de cupo en el primer puerto.
Finalizando este apretado recuento de sicarios jóvenes, cabe recordar el
reciente y lamentable asesinato del Vicepresidente del Gobierno Regional
de Amazonas, Augusto Wong López, acaecido el sábado 9 de febrero de
2013; a manos nada menos que de un sicario, de apenas 16 años de edad,
que responde a las iniciales de D.R.V.; quien lo asesinó de cuatro disparos
en su consultorio médico, por negarse a pagar cupos. Este delincuente
juvenil fue capturado por la Policía Nacional el último 14 de febrero de
2013.
1.2. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN.
¿Existe la necesidad normativa de reducir la edad de los infractores
para determinar la responsabilidad penal?
¿Son idóneas las medidas socio-educativas existentes en nuestro
ordenamiento jurídico, para reducir el nivel de delincuencia
juvenil?
¿Es posible prolongar el plazo de duración de la medida de
internamiento en casos de delitos graves?
1.3. DELIMITACIÓN DE LA INVESTIGACION O PROBLEMA.
DELIMITACION ESPACIAL.
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La recopilación de datos lo efectuaremos en las Bibliotecas y
Hemerotecas existentes en la ciudad del Cusco, así como de páginas
Web especializadas en el tema y el ámbito de la Universidad
Tecnológica de los Andes – Cusco.
DELIMITACION TEMPORAL.
Los datos que se recopilara será durante un mes aproximadamente
es decir durante 30 días, a fin de demostrar suficientemente las
hipótesis planteadas, y determinar la realidad de nuestra actual
sociedad, respecto a la responsabilidad de los menores de edad en el
ámbito del Derecho Penal.
1.4. OBJETIVOS.
OBJETIVOS GENERALES.
Llegar a determinar si es necesario variar la responsabilidad
penal de un menor de edad.
Conocer el punto de vista de la Convención de los Derechos
Del Niño, respecto del tema investigado.
OBJETIVOS ESPECIFICOS.
Analizar las posiciones doctrinarias, especialistas en el tema.
Determinar si es posible hacer la variación de la
responsabilidad penal de los menores de edad.
Analizar las posibles repercusiones de la variación de la
responsabilidad penal de menores de edad.
1.5. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.
En los últimos años, hemos sido testigos de hechos delictivos que han
captado la atención de gran parte de la prensa y a la sociedad en general.
Esto no necesariamente por la gravedad de los mismos, sino por quienes
fueron perpetrados. Es así que hoy, con más visibilidad, actos de secuestro,
homicidio, robo, entre otros, implican activamente a niños y
adolescentes que ante nuestra legislación son inimputables de
responsabilidad penal.
Con ello, surge para muchos, el interés por hacer una revisión o
replanteamiento sobre la edad más acorde para imputar penalmente a un
menor infractor y darles el trato merecido. En ese sentido en los últimos
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años se han presentado varios proyectos de ley para plantear una
modificatoria a los artículos no solo del Código Penal sino también
del Código de los Niños y Adolescentes.
Es así que existe la imperiosa necesidad de hacer esta investigación para
conocer nuestra actual realidad, así como saber si es necesario que exista
una modificatoria respecto de la edad de los menores infractores o si
necesitamos de otros medios alternativos a la solución de tan grave
problema, que según nuestro punto de vista recién comienza.
CAPITULO II
MARCO TEORICO.
ADOLESCENTES EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL, LA
MINORÍA DE EDAD Y LA RESPONSABILIDAD PENAL
Cada cierto tiempo, una corriente de pensamiento y de opinión alza la
voz para llamar la atención en cuanto al constante incremento de la
delincuencia juvenil, es decir de las cada vez mayores y más
frecuentes violaciones a la ley penal por menores de 18 años de
edad, y a consecuencia de ello reclaman que se debe disminuir la
edad de imputabilidad penal, para que aquellos jóvenes sean
sometidos a un proceso y a sanciones iguales a las que recibiría un
adulto por la comisión de un delito.
Como se sabe la ley penal trata a dichos agentes menores de 18 años
de edad como inimputables en términos jurídico-penales, pues estima
que, en tanto, no tienen la capacidad de comprender la licitud de su
comportamiento o de actuar conforme a dicho conocimiento.
Hoy en día el tema ha vuelto a saltar a la palestra, con ocasión del
considerado sicario más joven del Perú: Alexander Manuel Pérez
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Gutiérrez, alias “Gringasho”, quien ha sido encontrado autor de varios
asesinatos, entre otros delitos de extrema gravedad.
A raíz de estos sucesos, en la presente investigación se analizará la
minoría de edad y el derecho penal, pues cabe preguntarse si, en
determinados casos, los menores involucrados en la comisión de
delitos graves, realmente desconocían la licitud de su conducta o no
podían determinarse conforme a esa compresión o por el contrario si
comprendían adecuadamente la realización de sus actos; en tal
sentido se analizará, desde un enfoque normativo nacional y
supranacional, si es posible reducir el límite de inimputabilidad penal
de los menores de edad.
LA INIMPUTABILIDAD EN EL DERECHO PENAL
Uno de los elementos de la teoría del delito es la culpabilidad o
imputación personal, por la cual se evalúa un conjunto de aspectos
relativo al agente: en primer lugar la imputabilidad, esto es verificar
que el autor del ilícito penal se encontraba en capacidad suficiente,
medida de comportarse o motivarse por la norma, es decir ser capaz
de comprender la antijuricidad de su comportamiento y de regirlo por
las normas jurídicas, en otras palabras se busca determinar que el
autor, en el momento del hecho, haya sido capaz de obrar
responsablemente, es decir comprender que el hecho no está
autorizado y determinarse por esta comprensión (abstenerse del
hecho) al haber sido motivado por la norma no autoritativa.
Conforme a ello, entonces la ausencia de imputabilidad, mejor dicho,
la inimputabilidad consiste en la ausencia de la facultad de
comprensión de la ilicitud del hecho, o de determinación para actuar
conforme a dicha comprensión.
Ahora bien una de las causas de inimputabilidad penal que prevé
nuestro código penal está referido en razones de la edad de la
persona. Así el aludido código establece en su artículo 20.2 que esta
excepto de responsabilidad penal el menor de 18 años.
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Marco normativo internacional
1.- La doctrina de la protección integral y la convenció sobre
los derechos del niño.
Hoy en día el tratamiento que deben recibir los menores infractores
de la ley penal se le enfoca desde la llamada “doctrina de la
protección integral”, la que reconoce al menor de edad como sujeto
de derechos, conforme se expresa en la Convención sobre los
derechos del niño de 1989.
La Convención establece los derechos del niño como una categoría
especifica dentro de los derechos humanos. Dicho instrumento
internacional es el marco que debe orientar el desarrollo de las
legislaciones nacionales sobre la materia.
Asimismo, permite medir el estado de respeto de los derechos del
niño. Los postulados más importantes de la Convención y de la
doctrina de la protección integral son:
El cambio de visión del niño: de objeto de compasión y de
represión a un sujeto pleno de derechos.
La consideración del principio del interés superior del niño, que
sirve como garantía, norma de interpretación y/o resolución de
conflictos; y como criterio orientador de las políticas públicas
referidas a la infancia.
La inclusión de los derechos de los niños en los programas de
derechos humanos.
El reconocimiento al niño de derechos y garantías en los casos
en los que se encuentre en conflicto con la ley, especialmente
la ley penal.
El establecimiento ante la comisión de una infracción de una
serie de medidas alternativas a la privación de libertad, que
debe ser una medida excepcional y aplicarse por el mismo
plazo posible.
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Los elementos principales de una doctrina de protección integral y
conforme lo ha resaltado el Tribunal Constitucional viene a ser
entonces:
La consideración del niño y adolescente como sujeto de
derechos y no como meros objetos de protección. Estos
derechos incluyen todos los consagrados en la Constitución y
los tratados internacionales ratificados por el Perú.
La obligación de la sociedad y del Estado en la adopción e
implementación de políticas públicas, de carácter prioritario, en
materia de educación, salud, deporte, cultura,
esparcimiento, seguridad pública, justicia, trabajo,
producción y consumo hacia el niño y adolescente. De
forma complementaria, se establece la necesidad de que se
adopte planes especiales sobre temas especiales enfocados
hacia la infancia y adolescencia, tales como la trata de
personas, programas de adopción, trabajo infantil, entre otros.
Un sistema de protección basado en la Constitución y la Ley, y a
través del cual no es el niño o el adolescente hallan que se
encuentra en una situación irregular, sino que son las
instituciones, públicas o privadas, las que se hallen en tal
condición por no poder satisfacer las necesidades de aquellos.
El diseño de un sistema de responsabilidad penal especial para
aquellas personas menores de 18 años (de acuerdo con el
artículo 1 de la convención) que entren en colisión con la ley
penal.
Un sistema de responsabilidad penal juvenil que desarrolle un
mecanismo de pesos y contrapesos, en la cual el juez, la
defensa y el Ministerio Publico tiene atribuciones y funciones
determinadas por la ley. En el ámbito penal, se asegura el
respeto al principio de igualdad, sustituyendo “el binomio
impunidad – arbitrariedad por el binomio severidad – justicia.”
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En casos excepcionales, se permite una privación de la libertad pero
bajo un régimen especial de acuerdo con la Constitución, la
Convención de los derechos del niño y demás instrumentos
internacionales.
La convención establece un mecanismo de supervisión internacional
mediante la remisión quinquenal de informes por parte del estado al
“Comité de los Derechos del Niño” de Naciones Unidas con relación a
los avances implementados para dar vigencia efectiva a la norma
(artículo 44° de la convención).
En materia de infracción de las normas penales por un niño, la
Convención aborda su responsabilidad penal priorizando su condición
de “sujeto de derechos” y la aplicación del “Interés Superior del
Niño”. Por ende, prioriza y dirige la intervención estatal hacia un fin
educativo y socializador, debiendo desarrollar el proceso con todas
las garantías del debido proceso y con la finalidad de reparar a la
víctima. Pero, como dicha intervención no abarca a todos los niños, se
debe establecer un límite etario a partir del cual se puede asignar
esta responsabilidad especial.
Por otro lado es necesario señalar que la Convención sobre los
Derechos del Niño no cierra la posibilidad de rebajar la edad de
imputabilidad penal, sino que parece dar cavidad a dicha posibilidad,
así en su artículo 1 señala: “para los efectos de la presente
Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de
dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. En tal
sentido, la rebaja de la edad de imputabilidad penal no contravendría,
en sí misma, dicha convención, pero siempre y cuando antes el
agente, por virtud de la ley interna, sea considerado a su vez mayor
de edad antes de los 18 años de edad. El hecho de que la norma
únicamente lo considere mayor de edad para efectos penales, pero
que sea menor de edad para cualquier otro aspecto, constituye
claramente una afectación a la Convención, en tanto implica un trato
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diferenciado que impone al niño un trato como adulto para efectos de
una sanción penal, pero lo mantiene con una capacidad civil limitada,
así como imposibilitado del ejercicio de, por ejemplo, derechos civiles
y políticos1.
En otros países latinoamericanos dicho límite se encuentra
contemplado en los 16 años de edad. Así, con ello queda abierta la
posibilidad de rebajar la edad de imputabilidad penal, como sucede
en las legislaciones de Chile, Brasil o Costa Rica.
III. MINORIA DE EDAD Y DERECHO PENAL EN EL AMBITO
INTERNO
Según el Código Penal, solo son responsables penalmente los que
tengan de 18 años a más. En tal sentido, el articulo 20.2 CP señala:
“Esta exento de responsabilidad penal: (…)”.
Esto significa que solo pueden ser procesados y sancionados
penalmente las personas que tengan 18 años al momento de cometer
el ilícito. A los menores de 18 años que cometen infracciones a la ley
penal se les aplica el Código de los Niños y Adolescentes, el cual
prevé un proceso para menores infractores de la ley penal y donde no
se prevén penas, sino medidas de protección (a los menores de 14
años) y medidas socioeducativas (a los menores de 14 a 17 años
de edad).
Nuestro ordenamiento jurídico estima (sin admitir prueba en
contrario) que todos los menores de 18 años carecen de la facultad
de conocer el carácter delictuoso de sus actos o de determinarse
conforme a esa comprensión. En ningún delito, por más grave que
sea, es posible considerar imputable a un menor de 18 años de edad2.
1 DEFENSORIA DEL PUEBLO. Informe defensorial N° 157: el sistema penal juvenil. Lima, 2012, p.29.2 El texto anterior del artículo 20.2 del CP (decreto ley N°255664, del 20 de junio de 1992) señalaba: “está exento de responsabilidad penal: (…) 2. El menor de 18 años, con excepción de aquel que sea autor o haya participado en hechos tipificados como delito de terrorismo, in cuyo caso deberá ser menor de 15 años (…)”. Esta norma, sin embargo, fue derogada por la Ley N°26447, del 21 de abril de 1995.
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Por otro lado, según el Código de los Niños y Adolescentes (CNA), Ley
N° 27337, del 7 de agosto de 2000, la medida socioeducativa más
grave que puede recibir un adolecente es la de internación (en un
centro de rehabilitación o “centro de observación y diagnóstico del
poder judicial”) por el máximo de 6 años, lo que sucede en casos de
infracciones graves3.
¿RESPONSABILIDAD PENAL DE MENORES DE EDAD?
Opinión de María del Carmen García Cantizano4
El tratamiento que nuestro sistema jurídico penal da a los menores de
edad viene señalado en el inciso 2 del artículo 20 del CP donde, sin
mayores excepciones, se afirma que toda persona menor de 18 años
está exenta de responsabilidad penal. Con esta regla, nuestro
legislador penal consagra una presunción iuris et de jure, que
determina que, una vez cumplidos los 18 años, la persona es
considerada plenamente responsable en el ámbito penal. En cambio,
ello es negado cuando se trata de menores de 18 años, a quienes se
les considera exentos de toda responsabilidad penal por una mera
3 Artículo 235 del CNA: “La internación es una medida privativa de libertad que no excederá de seis (6) años”. Esto sucede en los casos del articulo194 del CNA: “Al adolescente que, integrando una pandilla perniciosa, lesione la integridad física de las personas, atente contra el patrimonio, cometa violación contra la libertad sexual o dañe los bienes públicos o privados, utilizando armas de fuego, armas blancas, material inflamable, explosivos u objetos contundentes, cuya edad se encuentre comprendida entre los (12) y catorce (14) años de edad se le aplicara las medidas de protección previstas en el presente Código. Tratándose de adolescentes cuya edad se encuentra comprendida entre4 Doctora en Derecho por la Universidad de Sevilla. Profesora de Derecho Penal de la Universidad de Lima.
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cuestión cronológica, mas allá de la capacidad de discernimiento que
el sujeto pueda presentar.
La respuesta legal que ofrece nuestro sistema ante aquellos menores
de edad que han cometido hechos que, de haber sido cometidos por
adultos, se llamarían delitos, se encuentra en el Código de los Niños y
Adolescentes, en cuyos artículos 183 y siguientes, se da acogida a
todo un sistema de normas especialmente previsto para enfrentar a
quien es llamado como “niño o adolescente infractor”. Las medidas
que se determinan como aplicables pretenden tener una naturaleza
de carácter educativa y correctiva, buscando así que, quien ha sido
capaz de semejante comportamiento, pueda formarse y educarse
convenientemente. Tales medidas pueden ser de muy diversa
naturaleza; van desde la de menor incidencia, como la mera
amonestación, hasta la privación de libertad que conlleva la
internación.
Hasta aquí el plano legal; la realidad nos muestra algo bien distinto:
los adolescentes infractores son sujetos que, en su inmensa mayoría,
son conocedores del sentido de sus actos y tienen plena capacidad de
actuar conforme ha dicho entendimiento, es decir, son plenamente
imputables. Son internados y tratados como auténticos responsables
de tales delitos, sin que formalmente se les reconozca tal condición.
Maranguita y Lurigancho siguen siendo centros de reclusión, donde
sus internos cumplen auténticas penas de privación de la libertad en
condiciones que definitivamente no van a garantizar la llamada
“resocialización” del sujeto, siendo la única diferencia entre ambos la
edad de sus “huéspedes”. En términos prácticos, estamos ante un
sistema donde, de manera encubierta, el adolescente infractor si es
considerado responsable por el delito cometido, si el bien
procedimiento al que es sometido y la denominación de las sanciones
que se le imponen no tienen la designación técnica de “pena”; el
legislador las llama “medidas socioeducativas”. A la vista de lo
anterior, sería deseable un sinceramiento de nuestro sistema jurídico;
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para admitir formalmente responsabilidad penal a menores con cierto
rango de edad, -los 14 o 16 años, son los rangos contemplados en
otras legislaciones penales-, y así reconocer que hay casos en los que
definitivamente el grado de imputabilidad de un menor de edad es
pleno; pero, como lo señalan los más modernos planteamientos a
nivel de política criminal, no pueden responder penalmente ni al
mismo nivel, ni en las mismas condiciones que un adulto. Es por eso
que a nivel de derecho penal comparado, se impone un sistema
gradual de exigencia de responsabilidad penal, que no niega esta,
pero la define en función a la edad del sujeto, lo que permite hablar
de menores de edad imputables –generalmente, todos los menores
de 14 años-; menores de edad responsables, pero con un sistema
propio y distinto de sanciones penales, que se viene a conocer como
derecho penal del menor o juvenil; y, por último, el sistema general
de plena responsabilidad para los mayores de edad.
Ante el clamor social, ello representa una solución frente a una
aparente debilidad de las respuestas legales que ofrece el sistema
contra el menor delincuente; pero, a su vez, permite ofrecerle a este
un tratamiento más adecuado a su real condición de menor, dirigido
especialmente a su educación, sin olvidar la necesidad de exigirle la
correspondiente responsabilidad penal por el delito cometido. No
obstante, lo fundamental sigue siendo –antes que recurrir al Derecho
Penal-, la implementación de los medios que mejoren las condiciones
sociales en las que se desenvuelve nuestra juventud, en tanto que la
prevención siempre será mejor solución que la represión.
Si el adolecente durante el cumplimiento de esta medida
socioeducativa alcanza la mayoría de edad, debe ser trasladado a los
ambientes especiales de un establecimiento penitenciario primario a
cargo del INPE. Sin embargo dado que los establecimientos
penitenciarios de los reos primarios no cuentan con ambientes
especiales para el cumplimiento de las medidas socioeducativas, los
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infractores, en la práctica, permanecen en los centros de
rehabilitación incluso más allá de los 18 años de edad.
Por otro lado, el artículo 241 del CNA regula el beneficio de
semilibertad, a través del cual el adolecente infractor puede egresar
del centro de reclusión anticipadamente. En tal sentido, dicha norma
señala: “El adolecente que haya cumplido con las dos terceras partes
de la mediada de internación podrá solicitar la semilibertad para
concurrir al trabajo o al centro educativo fuera del centro juvenil
como un paso previo a su externa-miento. Esta medida se aplica por
un término máximo de doce meses”.
Otro tema muy discutible es que la acción judicial en estos casos
prescribe a los doce años de cometido el acto infractor (artículo 222
del CNA).
LOS PROYECTOS DE LEY PARA REFORMAR LA EDAD DE
RESPONSABILIDAD PENAL EN EL ORDENAMIENTO JURIDICO
PERUANO.
A raíz de situación de aumento de la delincuencia juvenil, sea
planteado diversos proyectos de ley, que pretenden modificar la
actual legislación
Sobre imputabilidad penal. Por la importancia que revisten
consideramos pertinentes poner al alcance del lector las principales
modificaciones que proporcionen tales proyectos, de modo que cada
uno pueda sacar sus propias conclusiones sobre la convivencia o no
de aprobarlos:
A través del proyecto de ley N° 1107/2011-CR se busca
modificar los artículos 20 y 22 del código penal. El primer
dispositivo legal se establecería: “está exento de
responsabilidad penal; 2) el menor de 18 años, salvo que haya
incurrido en delito homicidio calificad, violación de la Libertad
sexual, u otro delito sancionado con pena privativa de libertad
no menor veinticinco años o cadena perpetua, en cuya
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situación el juez mediante Resolución debidamente motivada y
revisada por el superior, dispondrá su juzgamiento y/o sanción
como mayor”.
Por otro lado el proyecto de ley N° 1113/2011-CR propone
modificar el modificar el artículo 20 numeral 2) del código penal
y en consecuencia, reducir la edad de imputabilidad de 18 a 16
años de edad ante la comisión de ciertos delitos considerados
graves (asesinato, lesiones graves, secuestro, trata de
personas, robo agravado, extorsión, asociación ilícita, entre
otros)5.
También sea presentado al congreso de la republica el proyecto
de ley N° 1124/2011-CR2 que busca modificar los artículos 20 y
22 del Código Penal y reducir la edad de responsabilidad penal
de 18 a 15 años. Así se señala que:
“Articulo 20.- Exento de responsabilidad penal.
(…)
2. El menor de 15 años
Artículo 22.- Responsabilidad restringida por la edad.
Podrá reducirse prudencialmente la pena señalada para el
hecho punible cometido cuando el agente tenga más de quince
y menos de dieciocho años, o más de sesenta y cinco años, al
momento de realizar la infracción, salvo que haya incurrido en
forma reiterada en los delitos previstos 111 tercer párrafo y 124
cuarto párrafo.
5 Las razones por las que se debería operar esta modificación, según la exposición de motivos del citado proyecto de ley, radicaría en que “(…) normatividad actual no resulte a la realidad, la realidad demuestra que los sicarios de Trujillo, El Callao y Lima son en su mayoría menores de edad, entre 16 y 18 años ,menores que desatan el pánico de la población peruana, y que incluso han llegado a brindar entrevistas sobre sus conductas dolosas a los medios de comunicación a nivel nacional, pero que por su minoría de edad resultan inimputables, y cuando son derivados a los centro de reclusión de Menores se escapan o son rescatados, como es el caso de Gringasho en la ciudad de Trujillo (…) consideramos que el adolecente no solo es penalmente responsable sino que además es penalmente imputable, y los es porque, a pesar de haberse podido comportar lícitamente, es decir, de haberse podido decidir por el derecho opta por lo injusto. Dicho de otro modo, siéndole exigible una conducta distinta, al ser capaz de ser motivado de modo suficiente por la norma de comportase conforme a derecho, actuó ilícitamente. Por lo tanto, al responder su ilicitud de actuar, dicho acto se es responsable, y por ello debe ser merecedor de una sentencia condenatoria de prisión de libertad.
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Está excluido en agente que haya incurrido en delitos de la
violación de la libertad sexual, tráfico ilícito de drogas,
terrorismo, terrorismo agravado, atentando contra le seguridad
nacional, secuestro robo agravado, asesinato y traición a la
patria u otro delito sancionado con pena privativa de libertad no
menor de dieciocho años o cadena perpetua”.
Ahora bien, no solo existen proyectos de ley que pretenden modificar
el código penal, sino también el código de los niños y adolescentes,
entre los cuales tenemos a los siguientes:
Proyecto de ley N° 1867-2012-PJ: que pretende modificar los
artículos 197, 237 y 239 del código de los niños y adolescentes,
en los siguientes términos:
Artículo 197.- cumplimiento de medidas
El adolecente que durante el cumplimiento de la medida
socioeducativa de internación o durante el proceso judicial
correspondiente alcance a la mayoría de edad, será
trasladado a ambientes especiales de un
establecimiento penitenciario primario a cargo del
Instituto Nacional Penitenciario para culminar el
cumplimiento de la medida. De conformidad con los
dispuestos en el segundo párrafo del artículo 237 del
presente código.
Artículo 237.- Ubicación y cumplimiento.
La internación será cumplida en centros juveniles exclusivos
para los adolescentes. Los adolescentes infractores serán
ubicados según su edad, sexo, la gravedad de la infracción y el
informe preliminar del Equipo Multidisciplinario del Centro
Juvenil.
Cuando los adolecente infractor alcance la mayoría de
edad durante el cumplimiento de la mediada socio-
educativa de internación o durante el proceso judicial
correspondiente, será trasladado a ambientes especiales
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de un establecimiento penitenciario primario a cargo del
Instituto Nacional de Penitenciario para culminar el
cumplimento de la medida.
Para tal efecto, el equipo Multidisciplinario del Centro
Juvenil, emitirá un informe al juez a fin de que mediante
resolución Judicial debidamente motivada se disponga el
traslado del joven infractor mayor de edad.
Artículo 239º.- Excepción.
Si el adolescente adquiere la mayoría de edad durante el
cumplimiento de la medida, el Juez podrá prolongar cualquier
medida hasta el término de la misma, caso en el cual será
de aplicación lo dispuesto en el segundo párrafo del
Artículo 237 del presente código.
Si el Juez Penal se hubiera inhibido, por haberse establecido la
minoridad al momento de los hechos, asumirá competencia el
Juez de Familia aunque el infractor hubiera alcanzado mayoría
de edad. En ambos casos, la medida terminará
compulsivamente al cumplir los veintiún años de edad.
Por su parte el proyecto de ley N° 1870/2012-PJ por cual se
busca modificar el artículo 6 de código de los Niños y
Adolescentes, con el siguiente texto:
Artículo 6º.- A la identidad.
El niño y el adolescente tienen derecho a la identidad, lo que
incluye el derecho a tener un nombre, a adquirir una
nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus
padres y llevar sus apellidos. Tienen también derecho al
desarrollo integral de su personalidad.
Es obligación del Estado preservar la inscripción e identidad de
los niños y adolescentes, sancionando a los responsables de su
alteración, sustitución o privación ilegal, de conformidad con el
Código Penal.
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En caso de que se produjera dicha alteración, sustitución o
privación, el Estado restablecerá la verdadera identidad
mediante los mecanismos más idóneos.
Cuando un niño o adolescente se encuentren involucrados
como víctimas, autores, partícipes o testigos de una infracción,
falta o delito, no se publicará su identidad ni su imagen a través
de los medios de comunicación; excepto cuando sea por la
comisión o participación en un delito de Homicidio
Calificado-Asesinato, tipificado en el artículo 108° del
código penal.
Artículo 237-A.- Tratamiento especial del adolecente
infractor.
El adolecente infractor deberá ser obligatoriamente ubicado en
secciones especiales del centro juvenil cuando reúnen en forma
conjunta las siguientes condiciones:
1. Haber cometido infracción tipificados en los Artículos 106
al 108, 121, 152, 170 a 177, 188, 189, 200, 296 al 298, y
319 del código penal o en el Decreto Ley N° 25474, y,
2. Ser considerado de alta peligrosidad en virtud del informe
preliminar del Equipo multidisciplinario, en atención de
sus características, personalidad, perfil, infracción
cometida y además circunstancias y rasgos particulares.
Las sanciones especiales deberán estar separadas de aquellas
que corresponden a los demás adolecentes y estar
acondicionadas para el estricto control y actual seguridad.
Asimismo, el adolecente infractor recibirá atención médica
especializada si así amerite su situación.
Lo dispuesto en el presente artículo será de aplicación para el
adolecente infractor reincidente o habitual, de conformidad con
lo establecido en los artículos 46-B y 46-C del código penal.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el último párrafo del artículo
237 del presente código, en las secciones especiales a la que se
refiere el presente artículo, deberá proseguirse, hasta su
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culminación, con el tratamiento individualizado el adolecente
infractor, enfocándose especialmente en su personalidad y
condiciones particulares.
Artículo 197.- Cumplimiento de medidas.
El adolecente que, durante el cumplimiento de la medida
socioeducativa de internación o de internamiento preventivo,
alcance la mayoría de edad será trasladado a un
establecimiento del Instituto Nacional Penitenciario, dentro de
una sección especial y separada de la población penal ordinaria,
donde deberá continuar el tratamiento individualizado que
estuvo recibiendo hasta culminarlo. En este supuesto se
garantizará la continuación de tratamiento diferenciado a que
se refiere el artículo 237-A del presente código.
Artículo 237 Ubicación
La internación será cumplida en Centros Juveniles exclusivos
para adolescentes. Los adolescentes infractores serán ubicados
según su edad, sexo, la gravedad de la infracción cometida,
su grado de peligrosidad y el informe preliminar del Equipo
Multidisciplinario del Centro Juvenil.
Cuando el adolecente infractor alcance la mayoría de edad
durante el cumplimiento de la medida, será de aplicación lo
dispuesto en el artículo 197 del presente código.
Artículo 239.- Excepción.
Si el juez penal se hubiera inhibido por haberse estado la
minoridad al momento de los hechos, hechos asumirá
competencia el juez de Familia aunque el infractor hubiera
alcanzado mayoría de edad.
En cualquier caso, la medida terminará compulsivamente al
cumplir los veintiún años de edad, salvo en los supuestos
del artículo 237-A, en cuyo caso el Juez, de oficio o a la
instancia de parte, deberá determinar si el infractor se
encuentra en condiciones de egresar del establecimiento
penitenciario, previo informe especializado del Equipo
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Multidisciplinario sobre el avance de su tratamiento y su
grado de rehabilitación. Si el infractor no se encuentra
en condiciones de egresar, deberá cumplir la totalidad
de la medida originalmente impuesta.
MINORIA DE EDAD Y DERECHO PENAL.
Opinión José BALCAZAR QUIROZ.
La pregunta de si existe una salida dogmática sustentada en criterios
político-criminales para reducir la edad imputabilidad penal en el Perú
–es decir, para poder procesar a los menores de entre 16 a 18 años
como adultos y sentenciados como tales-, debe ser contestada, en mi
opinión, de manera negativa. Sin embargo, considero viable agregar
las penas establecidas en el derecho penal juvenil para los delitos
más grandes (asesinato lucro por o sicariato, por ejemplo).
Considero incorrecto, desde un punto de vista técnico y político,
plantear la reducción de edad de imputabilidad penal pues ello
implicaría extender arbitrariamente el concepto de adulto a los
adolescentes y, con ello, convertir a los adolescentes de la noche a la
mañana en adultos por simple hecho de que una ley así lo establezca.
El tribunal Constitucional Alemán ha dicho que “los jóvenes se
encuentren en un estadio de transición biológica, psíquica y social
que se caracteriza por tenciones, inseguridades y dificultades de
adaptación normativa”6 y que, precisamente por ello, hay que
tratarlos de forma diferenciada con respecto a los adultos. El Estado
tiene que diseñar una legislación ad hoc para el adolescente infractor
de conformidad con los estándares internacionales sobre derechos
humanos. Así, por ejemplo el comité de los derechos del Niño de las
Naciones deploró la dación del decreto Ley N° 25564 que redujo la
edad de imputabilidad penal en casos de terrorismo7, insistiendo en
6 BVerfG: Urteil 2 BvR1673/04, 2 BvR2402/04, f. N° 50. Sentencia del Tribunal Constitucional Alemán del 31 de mayo del 2006 que se pronunció sobre la constitucionalidad de la ejecución en el derecho penal juvenil. 7 “18. El comité recomienda que se revoquen o modifican las disposiciones del Decreto –Ley N° 25564 relativas a la responsabilidad penal de los niños sospechosos de haber participado en actividades terroristas a fin de garantizar a los niños menores a los niños menores de 18 años de edad el pleno
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que los menores de 18 años son Niños8 y que, en tanto tales, tienen
derecho a contar con una legislación especial que garantice sus
derechos y haga velar su responsabilidad separados de los adultos de
los adultos teniendo en cuenta su grado de desarrollo9.
Por ende, es lógico que la pena para Adolescentes persiga un fin
diametralmente distinto que la prevista para los adultos: con ella se
busca influir en forma permanente sobre la conducta, con ello,
rehabilitarlo. Las medidas limitativas de libertad en el Derecho
Penal Juvenil. Y como quiera que el daño social constituye un reflejo
de un gravísimo problema de adaptación social, el tratamiento del
adolecente que ha cometido el asesinato no podrá ser fugaz sino
proporcional al menoscabo del bien jurídico comprometido con su
accionar.
Ahora queda por responder si es que existe una salida dogmática al
problema de la comisión de delitos de gravedad por parte de los
adolescentes, como por ejemplo, el asesinato por lucro (sicariato)
citado expresamente en el Proyecto de Ley N° 1113/2011-CR como
fundamento de la reforma proyectada. A mi entender, la salida no
pasa por rebajar la edad de imputabilidad penal sino, por el contrario,
en aumentar la sanción de internamiento. Considero, pues, que la
salida debemos de encontrarla dentro da las posibilidades del propio
sistema penal juvenil. Desde la perspectiva del derecho puede
tomarse como modelo el párrafo 18 de la Ley de Tribunales de
Jóvenes Alemana (Jugend-gerichtsgesetz, JGG) que señala que la pena
mínima de seis meses, mientras que la máxima de cinco años, pero –
continua el legislador Alemán-, si se trata de un hecho para el cual el
Código Penal establece una pena superior a los Diez de la pena
privativa de libertad, entonces la pena máxima de cinco años para
disfrute de los derechos enunciados en los artículos 37, 39 y 40 de la convención”. Observaciones finales del comité de los Derechos del Niño: Perú 18/10/1993. CRC/C/15/Add.8. 8 Artículo 1”Para los efectos de la presente Convención, se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad”. Cfr. También. Observación General N° 10 del Comité de los Derechos de Niño del 2007: “Los Derecho del niño y la justicia de menores”.9 Informe Defensoría N° 157, El Sistema Penal Juvenil, p. 28.
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adolescentes será de Diez años. De tal forma que considero que es
dogmáticamente posible el elevar a Diez años, o incluso a quince
años para casos graves como es asesinato, la duración de la medida
de internamiento que según el CN y A vigente (art. 235°), tiene una
duración máxima de 6 años.
CAPITULO III
III.1. HIPOTESIS.
No existe la necesidad normativa de reducir la edad de los menores
infractores para la determinación de la responsabilidad penal de los
menores infractores por colisionar con derechos fundamentales de
los niños y adolescentes vía interpretación del código del n. y
adolescentes desde la constitución.
VARIABLES DEPENDIENTES. La no necesidad de la reducción
de la edad de los menores infractores para determinar la
responsabilidad penal.
VARIABLES INDEPENDIENTES. La Constitución y Tratados
Internaciones.
VARIABLE INTERVINIENTE. El Código de los Niños y
Adolescentes.
III.3. INDICADORES.
Opinión de educadores.
Opinión de Estudiantes.
Opinión de abogados Penalistas.
Estadísticas existentes sobre el tema de investigación.
CAPITULO IV
IV.1. METODOLOGIA.
IV.1.1. DISEÑO DE INVESTIGACION.
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El diseño seleccionado a emplearse en el tema de investigación será un
modelo no experimental y descriptivo, porque nos permitirá conocer y
concluir de la actual realidad punitiva de nuestro país respecto a los
menores de 18 años de edad.
IV.1.2. TIPO DE INVESTIGACION.
El tipo de investigación a desarrollar sobre el tema será una investigación
de tipo descriptivo y analítico, dentro de este último se desarrollara dentro
de un análisis metódico.
IV.1.3. NIVEL DE INVESTIGACION
El nivel de investigación desarrollado se encuentra dentro de un nivel
superior Universitario.
IV.1.4. UNIVERSO Y MUESTRA.
UNIVERSO
Está constituido por todos los profesionales y estudiantes de Derecho
de la Provincia del Cusco.
MUESTRA
La muestra se extraerá de las encuestas que realizaremos en el
distrito de Cusco, en el ámbito de la Universidad Tecnológica de los
Andes Filial Cusco, a estudiantes y docentes de la carrera profesional
de Derecho y Ciencia Política.
IV.1.5. METODOS Y TECNICAS.
Método Analítico
Método descriptivo
Recopilación de datos.
CAPITULO V
V.1. ASPECTOS ADMINISTRATIVOS.
V.1.1. CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES.
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1RA SEMANA 2DA SEMANA 3RA SEMANA 4TA SEMANA
RECOPILACION DE DATOS
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
DESARROLLO DEL TEMA DE
INVESTIGACION - PLANTEAMIENTO DE
LAS HIPOTESIS
REVISION Y CONCLUSIONES
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
V.1.2. RECURSOS HUMANOS.
Edith Ciprian Noa.
Giomara Yudith Quiroz Cutipa.
Karina Visa Vera.
Alí Vargas León.
V.1.3. RECURSOS MATERIALES Y TECNOLOGICOS.
MATERIALES
Computadora Portátil.
Escritorio.
Papel.
Lapicero.
Resaltador.
Corrector.
Lápiz.
Libros.
Fichas de Trabajo.
Periódicos.
Diccionarios.
Revistas.
TECNOLOGICOS
Internet.
Teléfono Móvil.
USB.
V.1.4. PRESUPUESTO.
MOBILIARIO Y OTROS ENSERES DE ESCRITORIO.
Material de escritorio……………………………………………..10.00
Material de computo e impresión…………………………..20.00
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Útiles de escritorio………………………………………………….10.00
SERVICIOS
Movilidad y viáticos……………………………………………....30.00
Servicio de computo…………………………………………..….40.00
Otros……………………………………………………………………....25.00
TOTAL……………………………………………………………..……..135.00
CONCLUSIONES.
El establecimiento de las edades de imputabilidad penal son de una
expresión de política criminal de un determinado Estado para hacer
frente a la criminalidad, pero este debe considerar lo estipulado en
los instrumentos internacionales, como la Convención de los
Derechos del Niño para en el caso de la imputabilidad penal.
Dicha Convención en su artículo 1 dispone: para los efectos de la
presente Convención, se entiende por Niño a todo ser humano menor
de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la Ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad. De ello se
pueden comprender dos casos que la protección de la Convención
alcanza al Niño, debiendo ser considerado como tal toda persona
menor de 18 años; y que es posible reducir dicha edad, pero, en tanto
la norma establece que la persona adquiere la mayoría de edad antes
de los dieciocho años. La adquisición de dicha edad implica que la
persona puede ser considerada como adulto, tanto respecto a sus
derechos y responsabilidades.
El hecho de que la norma únicamente lo considere mayor de edad
para efectos penales, pero que sea menor de edad para cualquier
otro aspecto, constituye claramente una afectación de la Convención,
en tanto implica un trato diferenciado que impone al Niño un trato
como adulto para efectos de una acción penal, pero lo mantiene aon
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una capacidad civil limitada, así como imposibilitado del ejercicio de,
por ejemplo, derecho civiles y políticos.
Además de ello, es necesario recalcar si bien no es posible negar el
significado el aumento de la delincuencia juvenil, ello sería de dar la
espalda a la realidad, sin embargo la solución no está en la
modificación de las leyes –al margen de que no sea posible-, sino que
debería existir un restructuración total de todas las áreas
involucradas en la prevención y castigo del delito. En ese sentido,
dentro del conjunto de medidas a adoptar, se debería tomar en
cuenta la creación de centros de reclusión especiales para los
menores que cometan delitos graves, de manera que no estén en
contacto con los delincuentes adultos, pero tampoco con aquellos
menores que han cometido delios leves.
Esto es un tema que sebe analizar a fondo, y desde un punto
multisectorial, para una real solución a un problema que no solo es
penal, sino –sobre todo- social.
RECOMENDACIONES.
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