Curso fundamental de Microeconomía
(4ª Edición)
Profesor: Juan Carlos Aguado Franco
Mayo 2015
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ÍNDICE
Página
Módulo 0-Presentación………………………………………………… 03
Módulo 1-Objeto de estudio de la Microeconomía………………….. 04
Módulo 2-Los mercados: Oferta y demanda………………………… 28
Módulo 3-El comportamiento del consumidor………………………. 54
Módulo 4-La empresa: Producción y costes………………………… 80
Módulo 5-La competencia perfecta…………………………………… 107
Módulo 6-El monopolio………………………………………………… 119
Módulo 7-Otras formas de competencia imperfecta………………... 137
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Módulo 0-Presentación
Este módulo inicial es simplemente descriptivo de la materia, y de evaluación previa de conocimientos de los participantes en el MOOC.
El resto de los módulos contarán con un archivo PDF en el que se explica la lección, y uno o más vídeos explicativos. Asimismo, contienen enlaces a vídeos, ejercicios resueltos, textos comentados, etc. que facilitan la asimilación de la materia. Al final de cada módulo hay un test, y al final del curso hay un test global de la materia.
Existe también un foro en el que puedes presentarte a tus compañeros y en el que podrás compartir todas las dudas que te surjan, o solucionar las que tengan otros compañeros. Yo también estaré presente en el foro para ayudaros.
Finalizado el curso se obtiene un certificado gratuito de participación en el curso. Los alumnos que lo deseen podrán solicitar igualmente un certificado de pago (40 €) de superación del curso, con la firma del docente, el logotipo de la Universidad y el ránking obtenido en los tests. Con estos certificados ya se están concediendo créditos ECTS en varias universidades españolas. Los alumnos que deseen información para convalidar la realización de este curso por créditos, han de dirigirse a la secretaría de su Facultad. Es importante que rellenes los datos de tu perfil, pues nos facilitan datos estadísticos que consideramos importantes (sexo, edad, país, etc.). Puedes hacerlo siguiendo este enlace: Enlace y pinchando en "Editar perfil". Es muy importante que te asegures de que has puesto bien tu nombre y apellidos, pues son los que figurarán en el certificado que obtendrás. Te invito por tanto a que actualices ahora los datos de tu perfil, realices el test del módulo 0, y a continuación comiences con el módulo 1.
Enlace a vídeo del Módulo 0:
https://www.youtube.com/watch?v=RSfYZWM_mIw
Blog del Profesor Juan Carlos Aguado Franco
http://microeconomiajuancarlosaguado.blogspot.com.es/
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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 1
OBJETO DE ESTUDIO DE LA
MICROECONOMÍA
En este primer módulo, que nos servirá para introducirnos en el contenido del
curso, vamos a delimitar el campo de estudio de la microeconomía. Partiremos para
ello de una definición de Economía de la que analizaremos todos sus componentes, lo
que nos permitirá posteriormente centrarnos en el análisis del comportamiento de los
distintos agentes económicos, así como de las distintas estructuras de mercado que
estudiaremos en módulos posteriores. Destacaremos a continuación, para finalizar el
módulo, las diferencias entre la microeconomía y la macroeconomía.
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2 MICROECONOMÍA
1.1.- CONCEPTO Y OBJETO DE ESTUDIO DE LA ECONOMÍA
Una definición bastante utilizada de lo que es la Economía es la siguiente: la
Economía es la ciencia que estudia la asignación de recursos escasos entre fines
alternativos.
Analizando el significado de cada uno de los términos que aparecen en la
definición vamos a poder tener un conocimiento más preciso de a qué se dedica la
Economía y también de cómo lo hace.
Decimos en la definición, en primer lugar, que la Economía es una ciencia, pues
en la forma de acometer el análisis de la realidad económica utilizamos la metodología
científica.
Así, tras la observación de hechos de la realidad formulamos hipótesis de
comportamiento que han de ser contrastadas antes de que lleguen a configurar leyes o
teorías.
En efecto, un científico que se ocupa de las leyes físicas puede estar sentado
debajo de un manzano observando cómo una manzana cae del árbol y llegar a plantearse
una hipótesis: que los cuerpos se atraen en función de su masa. Tras contrastar su
hipótesis realizando otros numerosos experimentos, llega a formular la ley de la
gravedad.
Del mismo modo, un economista observará que el precio de las manzanas en su
frutería habitual ha subido respecto del que estaba fijado la semana pasada, y tras
charlar con su amigo el frutero, quien se lamenta del descenso de sus ventas, se
planteará la hipótesis de que cuando el precio de un bien sube, la cantidad que desean
adquirir los consumidores disminuye. Ha de contrastar a continuación dicha hipótesis, y
lo hace consultando a otros fruteros, que le corroboran que eso es lo que suele ocurrir
cuando aumenta el precio de un bien. Más aún, puede comprobar que este hecho es
extrapolable a todo tipo de frutas, e incluso generalizable a todo tipo de bienes en
general. Finaliza su estudio formulando la ley de la demanda, que nos explica que existe
una relación inversa entre el valor del precio de un bien y la cantidad del mismo que los
consumidores desean adquirir.
El físico, como el economista, están actuando con una metodología científica.
Esto les lleva a dejar de lado algunos otros factores que pueden afectar al objeto de su
estudio; es bien sabido que ha habido ocasiones en las que una manzana ha salido
volando, alejándose cada vez más del suelo, en lugar de caer en él fruto de la atracción:
supongamos que pasa un tornado y se la lleva.
Si al lector le parece un ejemplo bastante descabellado y poco usual el del
tornado, imagine que estamos hablando de una pluma o una cometa en lugar de una
manzana, y podrá cambiar el tornado por una simple y agradable brisa.
El economista, igualmente, podrá encontrar –más frecuentemente en los libros
de texto que en el mundo real- situaciones en las que al aumentar el precio de un bien la
cantidad que deseen adquirir los consumidores aumente; en el módulo que estudia el
comportamiento del consumidor veremos el caso que es casi tan descabellado y poco
usual como el tornado, que suponen los llamados bienes Giffen.
Lo importante en este punto no es la anécdota de si se trata de una leve brisa o
un tornado, sino el hecho de que pueden existir otros factores que afecten al objeto de
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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 3
nuestro estudio alterando el resultado previsible, y querer abarcarlos todos puede
resultar un trabajo excesivamente laborioso y complejo.
Por ello, tanto el físico como el economista recurren a una simplificación que les
facilita su labor: suponen que el resto de variables que no son el objeto de su estudio
permanecen constantes en un determinado nivel. El físico supone que existe una
determinada temperatura, una humedad del aire dada, un cierto viento –incluso una
ausencia total de aire-, etc. que él considera oportunos, y llega a la conclusión de que,
cumpliéndose unas determinadas condiciones, el tiempo que tardará en llegar al suelo
una piedra dejada caer desde una altura que considera oportuna, será el mismo, menor o
mayor que el que tardará una pluma. El economista actúa de la misma manera.
Suponemos que la renta de los individuos permanece constante, que el precio de los
demás bienes relacionados con el que estamos estudiando también lo hace, etc. y
formulamos la ley de la demanda, que se cumplirá si todos esos factores que hemos
dejado al margen no varían.
Las “palabras mágicas” para conseguirlo provienen del latín, y son: ceteris
paribus, que significan, más o menos, lo siguiente: el resto, igual. Así, podemos decir
que si sube el precio de un bien, la cantidad que los consumidores desean adquirir del
mismo disminuirá, ceteris paribus.
Efectivamente, si no hiciéramos esa puntualización final podríamos estar
afirmando algo que finalmente no se cumpla. Imaginemos que el precio de las manzanas
aumente en un céntimo el kilogramo, y que el precio del resto de frutas aumente en
cinco céntimos el kilogramo.
¿Aumentarán o disminuirán las ventas de manzanas? Probablemente las ventas
de manzanas aumenten a pesar de que su precio también lo haya hecho, pues también ha
aumentado –incluso en mayor medida- el precio de otros bienes que le podrían ser
sustitutivos. Sin embargo, en ausencia de ese incremento del precio del resto de bienes,
(ceteris paribus), lo normal hubiera sido que la cantidad de manzanas vendidas hubiera
disminuido.
En Economía realizamos frecuentemente modelos, que muestran las relaciones
existentes entre distintas variables, intentando plasmar de forma resumida el
funcionamiento de algún aspecto de la Economía.
Cuando diseñamos modelos hemos de obviar lógicamente muchas variables que
no pueden ser recogidas en su totalidad –en caso contrario, el modelo sería una copia
fiel de la realidad y sería poco útil-.
La Economía, como ciencia, tiene algunas peculiaridades de las que carecen
otras ciencias y que dificultan su estudio, principalmente derivadas del hecho de que
tratamos con personas; tanto los consumidores como los empresarios lo son. Así,
aunque de manera general las leyes económicas se cumplan, el comportamiento de los
individuos no siempre es totalmente previsible y modelizable. El problema, además, no
procede de que las personas tengan gustos o preferencias diferentes –algo que hemos de
considerar absolutamente normal-, sino que su comportamiento puede en determinados
momentos ser variable, y serlo de forma impredecible. Hay comportamientos que a
priori se suponen “irracionales” desde un punto de vista económico, pero que podemos
observar que están presentes cuando analizamos la conducta de los individuos. ¿No
conocemos todos a personas que están dispuestas a quedarse tuertas siempre y cuando
con ello consigan que otras se queden ciegas?
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4 MICROECONOMÍA
En experimentos de laboratorio se ha podido observar cómo hay personas que
toman decisiones que les llevan a ganar una menor cantidad de dinero si con ello
consiguen que otros ganen aún menos que ellos. Esas personas no actúan conforme a un
comportamiento presuntamente “racional” que es el que consideraríamos previsible,
consistente en ganar para sí mismos lo máximo posible –independientemente de lo que
ganen los demás-, por lo que suponer que todos vayan a obrar de esta manera sería, por
lo menos inexacto, por no decir directamente erróneo.
Para profundizar en este asunto, y distinguir con mayor detalle los distintos
comportamientos (altruistas, cooperativos, competitivos, individualistas) que pueden
mostrar los individuos, puedes seguir el enlace siguiente haciendo Control+clic y
descargarte gratuitamente en formato PDF el artículo:
http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html
Hacer experimentos de laboratorio representa en ocasiones, por otro lado, un
problema en Economía. Se pueden realizar, y de hecho frecuentemente se llevan a cabo,
muchos experimentos basados en el comportamiento microeconómico de los
individuos. Sin embargo, otros resultan imposibles por las repercusiones que podrían
tener sobre las personas.
Del mismo modo que el físico puede realizar experimentos y dejar caer una
piedra o una pluma y si se rompe la piedra al chocar contra el suelo o si se va volando la
pluma como en la película de Forrest Gump este hecho no tendrá mayor relevancia,
realizar experimentos para comprobar cuál sería el comportamiento de un consumidor al
que le redujéramos en un 90% su renta durante un año podrían resultar catastróficos. En
Economía tratamos con personas, por lo que los experimentos que se puedan realizar
lógicamente están limitados por razones obvias.
1.2.- LA ESCASEZ
Partimos al inicio de este módulo de una definición de Economía en la que
cifrábamos su objeto de estudio en la asignación de recursos escasos.
La escasez es un concepto relativo; el hecho de que algo exista en una pequeña
cantidad no significa que sea escaso, mientras que su presencia en una gran cuantía no
impide su escasez.
Así, la cantidad de petróleo que existe en el subsuelo terrestre es enorme, pues
cada día extraemos de él cantidades ingentes y todavía no se ha acabado, pero es un
bien escaso porque muchos millones de personas demandan los productos derivados de
ese bien a diario, tanto como combustibles para realizar desplazamientos, como para la
fabricación de otros bienes. Como consecuencia de ello, su precio ha aumentado muy
notablemente en las últimas décadas.
Sin embargo, en sentido contrario, si hay una pequeña cantidad de un
determinado bien, pero casi nadie lo demanda, no presentará ningún problema de
escasez. Un ejemplo de un recurso escaso figura en el cuadro siguiente, en el que se
puede apreciar cómo la cantidad existente de este bien ha ido disminuyendo, mientras
que la cantidad demandada ha crecido de forma constante, motivos ambos por los que
se ha acrecentado la escasez.
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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 5
Sobrepesca del Atún
El atún rojo ha sido valorado desde hace mucho tiempo en el Mediterráneo, donde creó
riqueza y proporcionó alimento a numerosas civilizaciones. Esto contrasta fuertemente
con Norteamérica, donde antes de los años 60 sólo se podía vender como alimento para
animales de compañía.
Pero en los años 60, los mercados internacionales para atún enlatado y fresco se
desarrollaron después de la invención del palangre, las redes y los equipos de
congelación que permitían enviar el atún a puntos lejanos. En poco tiempo, un gran
número de pescadores con red de cerco estaban capturando atunes rojos en pequeños
bancos para su enlatado.
En los años 70 la atención se desvió hacia los atunes rojos para el mercado japonés,
donde esta especie se convirtió de pronto en un manjar muy codiciado para sushi y
sashimi.
Los pescadores de palangre, de arpón y de redes de cerco se centraron en los gigantes,
inducidos por los elevados precios pagados en Japón, que consume el 40% de los
desembarcos de atún a nivel mundial. Estas flotas están utilizando medios cada vez más
sofisticados para dar con los atunes, incluidas las avionetas de observación y equipos de
sónar.
El último avance, las explotaciones de atunes en granjas del Mediterráneo, podría ser la
puntilla para la población oriental en vías de extinción.
Los días contados
Las poblaciones de atún rojo han disminuido de forma alarmante en las últimas décadas.
Las poblaciones dieron síntomas de sobrepesca por primera vez a finales de los años 60.
Pero, a pesar de las diversas medidas de gestión y conservación introducidas por
ICCAT desde entonces, las poblaciones siguieron descendiendo debido a la sobrepesca
continuada.
La cantidad de adultos reproductores en la población occidental (Golfo de México) se
calcula actualmente en tan sólo un 13% de la que había en 1975, con una mortalidad
debida a la pesca todavía en aumento. Esta población, sometida a la sobrepesca, está
gravemente amenazada.
Igualmente, la población oriental, el último reducto de la especie, está sometida a una
pesca tan tremenda que supera en cuatro veces lo que la población puede sostener. En
2009, el Comité Científico de ICCAT estimó que la biomasa de reproductores había
descendido entre un 85 y un 90 por ciento (...).
Fuente:
http://www.wwf.es/que_hacemos/mares_y_costas/sobre_mares_y_oceanos/oceanos/atun_rojo/sobrepesca
_del_atun/
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6 MICROECONOMÍA
La escasez no es un concepto constante, sino que puede variar por diferentes
motivos. En primer lugar, porque un bien que en un momento dado es escaso puede
dejar de serlo en el futuro si se encuentran bienes que le sean sustitutivos o simplemente
como fruto de mejoras tecnológicas. Imaginemos que se descubre una forma de obtener
energía mucho más barata y menos contaminante que los derivados del petróleo. Ese
bien que hoy es escaso dejaría de serlo porque no lo demandaríamos. Existen de hecho
barrios en Madrid donde no existe ni una sola cabina telefónica –como por ejemplo,
paradójicamente, el barrio en el que se asienta actualmente la nueva sede de Telefónica-
, pero no parece que en la actualidad se presente un grave problema de escasez. La
necesidad de comunicarse con otras personas sigue existiendo hoy del mismo modo que
existía hace unos años, pero se sacia con la presencia de teléfonos móviles que hasta
hace pocas décadas no se habían inventado ni se había generalizado su uso.
La escasez tampoco se muestra con la misma intensidad en unos lugares que en
otros. El agua puede ser muy escasa en un sitio y existir con tal abundancia en otro de
forma que satisfaga sobradamente las necesidades existentes.
Los precios suelen servir como un instrumento útil para medir la escasez. Así,
cuanto mayor es la escasez de un bien, por lo general, mayor es su precio. El Estado, sin
embargo, puede actuar sobre los precios de algunos bienes por diferentes motivos –con
fines recaudatorios, redistributivos, por el interés general, etc.- y a través de distintos
instrumentos –fijando precios máximos o mínimos, contingentes, legislaciones
prohibitivas, estableciendo impuestos y subvenciones, etc.-, de forma que con esas
actuaciones puede ocurrir que al final los precios no reflejen fielmente la escasez
existente del bien.
La escasez es un problema general pues la padecemos todos. Los consumidores
no poseemos tanto dinero como para saciar todas nuestras necesidades –en caso
contrario, no estaríamos obligados a trabajar y sólo lo haríamos aquellos a quienes nos
encanta nuestro oficio...- Además, esa escasez no es exclusiva de quienes percibimos
salarios humildes; los grandes empresarios y los deportistas de primer nivel también
padecen la escasez pues las necesidades que sienten que han de satisfacer son también
muy elevadas –algunos necesitan su jet privado, su chalet con veinte habitaciones y 15
cuartos de baño en una zona residencial exclusiva, sus 8 coches (uno para cada día de la
semana y otro de reserva), su personal de servicio compuesto por un montón de
personas, apartamentos y propiedades desperdigados por toda la geografía terrestre,
islas privadas, etc.- y sus sueldos multimillonarios se les quedan cortos...
En el cuadro adjunto, a modo de ejemplo, se puede leer los coches que posee un
personaje famoso, incluso lo que le ha costado el último que ha adquirido. Por muy
habilidoso que sea, no creo que pueda conducirlos todos a la vez...
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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 7
El RS6 que conduce Cristiano Ronaldo
Que Cristiano Ronaldo es un gran aficionado a los coches nunca ha sido un secreto. El
jugador del Madrid, ex del Manchester United, se ha dejado ver a los mandos de varios
modelos impresionantes. En su haber: un Bentley Continental GT Speed, un BMW
M6, un Ferrari 599 GTB (con el que tuvo el célebre accidente), un Rolls Royce
Phantom o un Audi R8.
A todos ellos se suma desde hace unos meses el Audi RS6, que el galáctico escogió
entre los modelos de la marca alemana, poseedora de un acuerdo publicitario con el
Real Madrid, para trasladarse a Valdebebas.
Así es el Audi RS6
Valorado en la escalofriante cifra de 123.400 euros, el RS6 es una berlina de corte
deportivo e increíbles prestaciones. Con 580 CV, su motor V10 con sobrealimentación
biturbo e inyección directa le permite acelerar 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, y alcanzar
una velocidad máxima de 280 km/h. Asimismo, incorpora un cambio automático de
nueva generación, el tiptronic de seis etapas del nuevo RS 6. Las llantas tienen, de serie,
19 pulgadas.
Estéticamente, se distancia de su predecesor por los parachoques, más anchos, y el
alerón posterior, además de los marcados faldones laterales. El interior, personalizable,
se ofrece con asientos de cuero. A cargo de su atmósfera, un equipo de sonido Bose que
puede manejarse a través de un joystick. Todo un lujo.
Fuente: http://blogs.elpais.com/motorblog/2010/06/el-audi-rs6-que-conduce-cristiano-ronaldo.html
Es un hecho contrastado que cuanto mayor es el nivel de ingresos, mayores son
las necesidades de gasto que se perciben; una persona que cobra un sueldo muy humilde
por lo general no se plantea dar una vuelta al mundo pues no siente esa necesidad y lo
que anhela en sus vacaciones es irse al pueblo a descansar, o como mucho pasar unos
días en Benidorm. Al crecer los ingresos también aumentan las necesidades y la escasez
permanece.
Las empresas, igualmente, sufren un problema de escasez. A ninguna empresa le
sobra el dinero, y ha de priorizar a qué lo dedica. Puede abrir una sucursal en una ciudad
o en otra, pero no en ambas; puede dedicar una mayor partida a remuneración de los
trabajadores o a remozar las oficinas, pero el mismo dinero no puede servir para ambos
fines, etc.
El Estado, por su parte, también padece la escasez. Todos los años se plantea la
necesidad de elegir a qué se dedica el dinero, lo que se aprueba en los presupuestos
generales del Estado. Los distintos ministerios siempre solicitan partidas mayores para
poder acometer sus gastos, y lo que se dedica a construir infraestructuras no está
disponible para cultura, etc.
No sólo a nivel ministerial hay escasez, sino que ésta también está presente a
nivel municipal o autonómico. Si se construyen hospitales en otras zonas de Madrid, no
hay dinero para poner en marcha la construcción de un ambulatorio, tan necesario por
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8 MICROECONOMÍA
otra parte, en el barrio de Las Tablas. Si se gasta el dinero en hacer túneles de la M-30
para favorecer el uso del transporte privado, no hay dinero para construir una red
mínima de carriles-bici que facilitase un desplazamiento saludable, no contaminante y
sostenible.
Alguien que tendría menores problemas de escasez de los que tenemos los
demás es uno de los personajes que aparecen en una de una de las obras maestras de la
cinematografía española titulada Amanece que no es poco, del director José Luis
Cuerda, que es interpretado por el actor Miguel Rellán. Este personaje, cada vez que se
emborracha, no es que vea doble sino que literalmente se desdobla, por lo que puede
estar en dos sitios a la vez, haciendo dos cosas diferentes simultáneamente. Como este
no es el caso general, y de momento no se ha inventado nada para que podamos
desdoblarnos estando sobrios, seguiremos padeciendo la escasez de tiempo como lo
hemos hecho hasta ahora.
La existencia de escasez, como estamos viendo, nos está poniendo
constantemente en la necesidad de elegir. Por ello, a la Economía se le ha llamado en
algunas ocasiones “la ciencia de la elección”. O decides comprarte un coche nuevo o
pagas la Universidad de tu hijo; o construyes unos kilómetros de autovía nuevos o
arreglas un punto negro de otra carretera ya existente, etc.: siempre te ves obligado a
elegir.
Ligado directamente a esta constante necesidad de elegir surge un concepto muy
empleado en la economía: el coste de oportunidad. Definiremos el coste de
oportunidad como aquello a lo que hemos de renunciar para obtener otra cosa a
cambio. Como podríamos encontrar muchos fines alternativos a los que dedicar ese
recurso escaso, pero con la dotación del mismo con la que contamos sólo podríamos
acometer uno de ellos, el coste de oportunidad será la mejor de las alternativas
desechadas.
Así, si dispongo de una suma de dinero para irme de vacaciones y opto por hacer
un crucero por las capitales bálticas, estaré renunciando o bien a hacer un crucero por el
Nilo o bien a un safari en Tanzania, pero no a ambos, pues el dinero no me habría
alcanzado para ir a los otros dos sitios.
No sólo el dinero es escaso; un recurso muy valioso y muy escaso es el tiempo.
Si dedico dos horas cada día, de 20 h. a 22 h., a estudiar microeconomía, esas mismas
dos horas no las puedo dedicar a montar en bicicleta, ni a ver la televisión, ni a estar con
los amigos en un bar, ni a estar chateando, jugando a la play, ni a estudiar una
asignatura aburrida. Si ordenas en una lista tus preferencias respecto a qué hacer entre
las 20 h. y las 22 h. seguro que en primer lugar estará estudiar microeconomía, que es la
actividad que sabiamente has elegido. La que figure en segundo lugar será tu coste de
oportunidad.
El coste de oportunidad será por tanto la opción que he desechado, la que habría
preferido justo después de la que he elegido –pero no todas las otras que figuren en tu
lista-. Como dice la definición de Economía de la que partimos al inicio del módulo, se
trata de asignar recursos escasos entre fines alternativos. Si no fueran alternativos y
pudiera hacer frente a todos ellos no estaríamos hablando de que existe un problema de
escasez.
En el cuadro siguiente se puede apreciar cómo el dinero que se destina a unos
fines puede utilizarse con otros cometidos, según destaca el ex secretario general de la
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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 9
Unesco, Federico Mayor Zaragoza, lo que pone de manifiesto la existencia de un coste
de oportunidad.
Mayor Zaragoza critica que se destine dinero a gastos militares
"cuando cada 24 horas mueren de hambre 70.000 personas"
TORRES (JAÉN), 30 Jul. 2010 (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Fundación Cultura de Paz, académico y ex secretario general
de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, ha lamentado que "al día mueren de hambre en
el mundo 70.000 personas y en ese mismo tiempo se destinan 4.000 millones de dólares
a gastos militares" mientras que se alega que no hay dinero para atender a la gente (...)
Fuente: http://www.europapress.es/andalucia/noticia-mayor-zaragoza-critica-destine-dinero-gastos-
militares-cuando-cada-24-horas-mueren-hambre-70000-personas-20100730174218.html
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10 MICROECONOMÍA
1.3.- LA ASIGNACIÓN DE LOS RECURSOS ESCASOS EN MICROECONOMÍA
Sólo nos queda ya, para terminar de analizar todos los conceptos que aparecen
en la definición de Economía del principio del módulo, saber cómo se realiza esa
asignación de los recursos escasos entre fines alternativos.
En un módulo posterior estudiaremos el comportamiento de los consumidores.
Como la renta de la que disponen no es infinita y padecen un problema de escasez,
tendrán que realizar la asignación de ese recurso escaso y supondremos que la gastarán
en adquirir aquellos bienes y servicios que, teniendo en cuenta el precio que les van a
costar, más utilidad les reporten.
Podemos definir la utilidad como la sensación subjetiva de bienestar que les
reporta el consumo de esos bienes y servicios. Es una sensación subjetiva porque lo que
a una persona le gusta mucho, a otra puede gustarle poco o nada, o incluso llegar a
desagradarle totalmente. De esta forma, los consumidores realizan la asignación de su
recurso escaso “dinero” buscando maximizar su utilidad, y se trata de una asignación
completamente personal e intransferible.
En realidad, antes de poder llevar a cabo esta asignación del recurso escaso
“dinero” que estudiaremos en dicho módulo, sería necesario realizar otra elección:
cuánto tiempo dedicamos a trabajar y cuánto al ocio, puesto que cuanto más trabajemos
de más renta dispondremos para poder gastar en la adquisición de los diferentes bienes y
servicios disponibles. Es decir, que hay que hacer la asignación del recurso escaso
“tiempo”.
En este sentido, observamos que un fontanero puede decidir trabajar más ó
menos horas. Lo mismo podemos decir de un pintor. O de un escritor de libros, un
electricista que trabaje por cuenta propia, etc. Existen muchas profesiones en las que se
puede elegir si se trabajan más o menos horas –especialmente en aquellas en las que uno
es su propio jefe-; se puede decidir si se trabaja sólo por la mañana o a jornada
completa, etc. Lógicamente, la remuneración económica que se va a percibir estará en
consonancia con la elección efectuada.
En otros trabajos en los que se tiene fijada la jornada laboral, en muchas
ocasiones se puede decidir hacer horas extraordinarias, por lo que también se está
eligiendo al menos en parte si el tiempo de trabajo es mayor o menor. Incluso cuando se
tiene una jornada absolutamente rígida, determinada e inamovible, se puede decidir
trabajar más horas en un trabajo complementario –si es que se es capaz de encontrarlo,
claro-.
Además, si el trabajo que desempeña en el momento actual no satisface las
expectativas del trabajador debido a que el número de horas que le ha de dedicar
diariamente no es el que consideraría óptimo, siempre puede buscar otro para cambiarse
que responda mejor a sus expectativas, o formarse al menos para intentar alcanzarlo. En
este manual, dada la escasez de tiempo disponible para la docencia de un curso básico
de microeconomía, no abordaremos con más detalle esta elección renta-ocio de los
consumidores, pero el lector interesado puede encontrarla en cualquier manual de
microeconomía intermedia.
Esa asignación de recursos escasos entre fines alternativos la realizan muchas
veces los mercados. En efecto, aquello que los consumidores no deseen adquirir –es
decir, aquellos bienes para los que no haya demanda- no va a ser producido pues
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ninguna empresa está dispuesta a producir algo que no vaya a poder vender. Del mismo
modo, a precios demasiado bajos los productores no van a estar dispuestos a ofrecer sus
productos aunque los consumidores estén dispuestos a adquirirlos.
Los recursos escasos pueden ser utilizados en la producción de bienes
alternativos, y se producirá por tanto aquello que efectivamente vaya a ser demandado
por los consumidores; con una determinada cantidad de papel, tinta, etc. se puede hacer
un tebeo, un periódico de información general u otro de información deportiva, por
ejemplo.
La decisión acerca de cuál de ellos se llevará a cabo la tomará el mercado, pues
no se producirá nada que los consumidores no estén dispuestos a adquirir. En el módulo
2 estudiaremos cuáles son las características y los determinantes tanto de la demanda
como de la oferta.
Asimismo, veremos cómo se alcanza el equilibrio del mercado y cómo afectan al
mismo las posibles variaciones que se puedan producir en cualquiera de los factores que
influyen a los consumidores y los productores tanto a través de la demanda como de la
oferta.
El Estado también tiene mucho que decir respecto de la asignación de recursos
escasos entre fines alternativos. Ya hemos mencionado anteriormente que sus recursos
no son ilimitados, por lo que se ve obligado a asignarlos en mayor o menor medida a
unos u otros fines. Además, el Estado también influye con sus decisiones en el
mecanismo de mercado, de modo que con sus actuaciones también determina qué se va
a producir.
En el módulo 2 veremos los efectos que tendrá, tanto sobre el precio como sobre
la cantidad producida, el hecho de que el Estado fije un impuesto sobre la producción de
un determinado bien. Estudiaremos qué factores harán que sea la empresa la que pague
finalmente el impuesto, o por el contrario, en qué medida conseguirá que sean los
consumidores finales quienes acaben haciéndose cargo del mismo en mayor o menor
medida.
El análisis se extenderá, de forma similar, al establecimiento de subvenciones a
la producción, si bien los efectos sobre el precio y la cantidad producida serán,
lógicamente, los opuestos a los del caso anterior.
Tendrá una influencia importante sobre la asignación de recursos escasos a la
producción de unos u otros bienes el hecho de que el Estado fije aranceles –impuestos a
las importaciones-. Éstos benefician a los productores pues van a poder vender más
unidades de producto, haciéndolo además a un mayor precio, pero perjudican a los
consumidores pues van a poder comprar una menor cantidad y lo tendrán que hacer
pagando un precio mayor.
Afectará igualmente a la asignación de los recursos el Estado si en un momento
dado decide fijar precios máximos o mínimos sobre la venta de algún producto, ya sea
porque con ello se esté intentando proteger a los consumidores o a los vendedores,
respectivamente.
Tanto al analizar los impuestos, las subvenciones, los aranceles, los precios
máximos, precios mínimos o cualquier otra intervención imaginable del Estado que
altere el equilibrio del mercado –y por tanto que modifique la asignación de los recursos
en la sociedad- veremos que surgen ineficiencias que hacen que el bienestar general
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12 MICROECONOMÍA
disminuya, aun cuando en determinados casos el bienestar de alguno de los agentes
económicos implicados aumente.
No entraremos a realizar valoraciones de carácter normativo acerca de la
conveniencia o los inconvenientes de la utilización de estos instrumentos, aunque en
algunos casos particulares concretos sí que analizaremos sus posibles efectos.
1.4.- MICROECONOMÍA Y MACROECONOMÍA
Este manual está diseñado para cubrir un curso anual de microeconomía.
Analizaremos en los diferentes capítulos que lo componen, por tanto, cómo se
comportarán los agentes económicos que intervienen en la economía –en especial nos
centraremos en los consumidores y los productores-, que serán quienes compongan la
demanda y la oferta de los distintos bienes.
Esa demanda y oferta estarán referidas a un bien o servicio, y no al conjunto de
los bienes y servicios de la economía, lo que sería objeto de estudio de la
macroeconomía.
Así, al analizar los efectos potenciales de cualquier modificación de la oferta o la
demanda producidos por variaciones en los costes de producción, en los gustos o en la
renta de los consumidores, en los precios de bienes sustitutivos o complementarios, o
por cualquier otro motivo que podamos imaginar que afecte a la producción o al
consumo, observaremos cómo los desplazamientos que se puedan producir de esas
funciones de oferta y demanda afectan al precio y a la cantidad de equilibrio de ese bien
o servicio, pero no analizaremos cuál será la repercusión que tendrán sobre el IPC ó el
PIB –que son algunos de los más relevantes resultados macroeconómicos, fruto de
considerar la economía en su conjunto-.
Tras conocer los factores que influyen en el comportamiento de los
consumidores y productores, y el funcionamiento del mercado a través del estudio de la
oferta y la demanda, en microeconomía se analizan las características y el
funcionamiento de diferentes estructuras de mercado.
Un mercado al que se le presta una atención preferente en el ámbito de la
microeconomía, y al que nosotros dedicaremos el capítulo 5, es el de la competencia
perfecta. Es un mercado que se considera ideal dado que, si se cumplen todos los
supuestos que le caracterizan, tiene un funcionamiento que garantiza la eficiencia en la
asignación de los recursos, maximizando el bienestar conjunto de consumidores y
productores.
El hecho de que la suma del bienestar de consumidores y productores sea
máxima no significa, sin embargo, que la distribución de los beneficios que se obtienen
con la producción haya de ser considerada óptima necesariamente, por lo que pueden
producirse intervenciones del Estado buscando alterar la situación final de los distintos
agentes económicos.
Considerar que una situación es óptima o no, es una cuestión que cae dentro del
ámbito normativo, y que por consiguiente es resultado de la utilización de juicios de
valor.
15 de 152
MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 13
Así, a pesar de que en este manual realizaremos fundamentalmente un estudio
enfocado hacia un análisis positivo –aquel que realiza afirmaciones que describen
relaciones de causa-efecto, es decir, aquellas que nos describen “lo que es, fue o será”-,
es necesario destacar que el análisis normativo –aquel que nos dice “lo que debería ser”-
tiene una gran importancia en el tratamiento de cuestiones microeconómicas, pues está
orientado hacia la toma de decisiones entre distintas alternativas que nos proporciona el
análisis positivo, y están en juego cuestiones de equidad y justicia, así como de
eficiencia económica.
Además de dedicar el módulo 5 al estudio de la competencia perfecta, veremos
en los módulos posteriores, 6 y 7, algunas formas de competencia imperfecta como son
el monopolio, los oligopolios y la competencia monopolística.
Será necesario detenerse en el estudio de estos tipos de estructuras de mercados
si queremos tener una visión que abarque una mayor variedad de los mercados posibles
que pueden estar presentes en la realidad económica, pues el cumplimiento íntegro de
todos los supuestos presentes en los mercados de competencia perfecta resulta bastante
complicado.
La macroeconomía, sin embargo, no se detiene en el estudio de mercados
individuales –el mercado de las sillas, el mercado de los libros, el mercado de los
televisores-, sino que analiza el comportamiento de la economía en su conjunto; ve cuál
es el valor de la producción total que se genera en un país en un determinado periodo de
tiempo, por ejemplo en un año, sin prestar mayor atención a si esa producción se realiza
en algún sector u otro en régimen monopolístico, oligopolístico o perfectamente
competitivo.
Del mismo modo, generalmente, en la macroeconomía no se observa con detalle
la evolución del precio de un determinado bien o servicio en particular, sino que se
estudia cómo se comportan los precios de los bienes y servicios de forma agregada; la
medición de esa evolución se lleva a cabo, por ejemplo, a través del índice de precios al
consumo (I.P.C.).
En microeconomía nos fijamos en el comportamiento de los agentes económicos
individuales y los resultados que dicho comportamiento producirá en los mercados,
mientras que en macroeconomía tomamos los resultados de los agregados para tener una
visión de conjunto de la economía. Son dos enfoques por tanto diferentes aunque
totalmente complementarios.
16 de 152
14 MICROECONOMÍA
EJERCICIOS NO RESUELTOS
3.- Busque en Internet ejemplos de bienes escasos –sin necesidad de que sean tan
extremos como el del atún rojo que figura en el texto-, observando la evolución de la
oferta y de la demanda.
1.- Piense qué haría usted si le regalaran ahora mismo 1000 euros. Considere distintas
posibles alternativas en las que pudiera gastarlos. Ordene sus preferencias de la mejor a
la peor. ¿Cuál sería su coste de oportunidad al dedicar esos 1000 euros a adquirir lo
que ha puesto en primer lugar en su lista?
4.- Busque en Internet ejemplos de situaciones en las que se plantee, como fruto de la
escasez, la necesidad de elegir entre opciones alternativas. Observe cómo surge
entonces el concepto de coste de oportunidad.
2.- Razone por qué motivo el agua, que es absolutamente fundamental para la vida
humana, tiene un precio muy inferior al de los diamantes, cuya importancia en nuestras
vidas no es tan vital.
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¿Qué son? ¿Cómo funcionan?
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► Consumidor
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"Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el
Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas
ISSN 1696-8360
ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO DELCONSUMIDOR: EGOÍSMO, ALTRUISMO,
COOPERACIÓN Y OTRAS POSIBLESMOTIVACIONES SOCIALES
Juan Carlos Aguado Franco (CV)[email protected] Universidad Rey Juan Carlos
Resumen
Según la teoría del consumidor, cada individuo dedica la renta de la que disponea la adquisición de todo un conjunto de bienes y servicios, teniendo en cuenta elprecio de éstos, buscando maximizar su utilidad, en función de sus preferencias.Sin embargo, el bienestar que alcanza no depende únicamente de sus propiasdecisiones, sino también de las que tomen los demás, y viceversa, por lo que esnecesario analizar esas situaciones de interdependencia, en especial en el casode los dilemas sociales, para conocer cómo se puede alcanzar el mayorbienestar individual y colectivo. Además, esa búsqueda individual del bienestarparece no mostrarse como la única posibilidad cuando apreciamos la existenciamotivaciones sociales hacia la cooperación, el altruismo, la competición, etc. quemuestran un abanico más amplio de comportamientos que hay que conocer ycomprender.
Palabras clave: comportamiento del consumidor, altruismo, teoría de juegos,dilemas sociales, cooperación.
Códigos JEL: D01, D03, D11, D12
Para ver el artículo completo en formato pdf comprimido zip pulse aquí
Aguado Franco, J.: "Análisis del comportamiento del consumidor: egoísmo,altruismo, cooperación y otras posibles motivaciones sociales" , enContribuciones a la Economía, noviembre 2012, en www.eumed.net/ce/2012
1.- Introducción
Cuando estudiamos la microeconomía y analizamos el comportamiento delconsumidor, asumimos que los individuos racionales buscan maximizar suutilidad1 al disfrutar de distintas cantidades de bienes y servicios que puedeadquirir con la renta de la que disponen y dados los precios de dichos bienes yservicios2 , haciéndolo siempre en función de cuáles sean sus preferencias 3.No obstante, el nivel de utilidad que alcance un determinado consumidor no sólodependerá de sus propias decisiones, sino también de las que tomen los demás.Por ejemplo, entre los bienes a los que un individuo pueda decidir dedicar partede su renta pueden figurar bienes públicos4 , para cuyo suministro sea necesariano solamente su aportación, sino también la que hayan de realizar otrosconsumidores. Igualmente, si un consumidor utiliza un bien públicocongestionable5 , su bienestar dependerá de en qué medida otros consumidorestambién vayan a hacer uso del mismo. Del mismo modo, en la búsqueda de su
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también vayan a hacer uso del mismo. Del mismo modo, en la búsqueda de subienestar individual, un consumidor puede contribuir con sus decisiones deconsumo a la explotación de un recurso natural por encima de su tasa natural deregeneración, lo que afectará al bienestar de los demás, de la misma manera quelas decisiones que tomen los demás también afectarán a su propio bienestar6 .Por otra parte, los individuos pueden tener otras motivaciones adicionales queson diferentes a la de maximizar exclusivamente su bienestar. En efecto, si losindividuos persiguieran únicamente su mayor bienestar individual, no podríamos
apreciar los comportamientos altruistas, competitivos, penalizadores, etc. cuyaexistencia constatamos diariamente y cuyo significado e implicacionesexplicaremos con detalle en este artículo.Otra motivación importante que será necesario considerar es la búsqueda de unacierta equidad –o más bien la existencia de una aversión a la inequidad- puesparece revelarse como un factor que afecta de manera relevante alcomportamiento de los individuos.Para superar determinados dilemas sociales7 , alcanzando consiguientemente elmayor bienestar individual y colectivo, será necesario que surja la cooperación.Nos detendremos por tanto en el análisis de qué factores pueden provocar ofavorecer la aparición de la cooperación en ese tipo de circunstancias.Finalmente, consideraremos la posibilidad de que los individuos no actúen de unaforma que pudiéramos considerar “racional” conforme a los parámetrostradicionales, lo que tendrá interesantes implicaciones al estudiar cuál es elcomportamiento adecuado en ese contexto.
2.- El comportamiento del consumidor
Cuando intentamos explicar el comportamiento de los consumidores, asumimosgeneralmente que buscan maximizar su utilidad (bienestar) repartiendo la rentade la que disponen entre el consumo de diversos bienes, dado el precio de losmismos; decimos que buscan maximizar su utilidad dada su restricciónpresupuestaria8 . Esa función de utilidad depende únicamente de la cantidad deunos u otros bienes que consumirá. Por tanto, no tenemos en consideración deningún modo en el análisis el bienestar de los demás, ni de qué manera susdecisiones también van a condicionar cuál va a ser nuestro nivel de bienestar. Enefecto, en el caso de algunas –tal vez muchas- personas, puede ser cierto queobren conforme a esta búsqueda exclusiva de su interés particular, perociertamente podemos observar que ese tipo de comportamiento no esgeneralizable para la forma de proceder de todo el mundo ni en todas lascircunstancias posibles 9.En este sentido, Sen (1977) incide en su trabajo en la idea de que los individuosno actuamos únicamente de forma egoísta y sostiene incluso que, aunqueEdgeworth afirmaba que el primer principio de la Economía es que cada agenteeconómico actúa solamente según su propio interés, el propio Edgeworth estabacasi seguro de que dicho principio no era especialmente realista. Efectivamente, como Fehr y Schmidt (1999) señalan, casi todos los modeloseconómicos presuponen que los individuos persiguen exclusivamente su interésparticular, sin preocuparse especialmente de alcanzar metas “sociales”. Este tipode comportamiento que se presupone propiciaría en determinadas circunstanciasla aparición de dilemas sociales. De esta forma, resulta poco probable que surjala cooperación que se antoja necesaria en algunos tipos de dilemas sociales10para poder eludir esa situación indeseada y evolucionar hacia un mayor bienestarindividual y conjunto.Además, en este planteamiento no queda recogido el hecho de que el resultadofinal que obtengamos –es decir, el nivel de utilidad que alcancemos-, ennumerosas ocasiones depende de la interacción con los demás, en situacionesde interdependencia estratégica11 .En este sentido, Hurwicz (1945) considera que un factor que influye en la actitudde los individuos es la ausencia de información y el desconocimiento de la actitudque van a tomar los demás implicados en una situación de interdependenciaestratégica. Así, propone que habría que rechazar la interpretación al pie de laletra del principio del máximo como sinónimo de comportamiento racional –especialmente en situaciones de incertidumbre-; no es que el máximo no seadeseable si es posible alcanzarlo, pero no es posible llegar a un verdaderomáximo cuando el sujeto del que se trate sólo controla uno de los factores querigen el resultado, dado que la misma racionalidad de su actuación depende de laconducta probable de otros individuos.Por otro lado, solemos denominar al proceder de los individuos que buscanmaximizar su utilidad como económicamente racional; decimos que losconsumidores actúan en ese caso con racionalidad económica.Frank (1989) se plantea entonces cuál sería una forma “racional” de actuar endeterminadas situaciones con un ejemplo llamativo, planteando la siguientepregunta: ¿alguien devolvería un sobre que se encontrara, con la dirección del19 de 152
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pregunta: ¿alguien devolvería un sobre que se encontrara, con la dirección delpropietario escrita en él, dentro del cual hubiera un billete de 20 dólares?12 Cita este autor también un ejemplo enunciado por Schelling (1960), en el que seanaliza la situación de una persona secuestrada por un delincuente que acaba decometer un delito. Una actuación “racional” sería la de confesar al secuestradoralgo que pudiera llevarle a sí mismo a la cárcel –o incluso en un caso extremollegar a cometer un delito delante de él-; de esa manera, el secuestrador sabráque si le deja libre no le delatará, pues él, a su vez, podría delatarle.
Lógicamente, hay muchos factores por los cuales sabemos que ese no es elcomportamiento que habitualmente tendría una persona normal; qué es o noracional en el comportamiento económico de los individuos, por tanto, no parecealgo que se pueda afirmar de manera taxativa e incuestionable.
3.- Motivaciones sociales en el comportamiento de los
consumidores
Por otro lado, algunos autores parecen inclinarse a pensar que en algunasocasiones los individuos lo que buscan maximizar no es su utilidad individual,sino su situación relativa frente al resto. En concreto, afirman que en el contextode los juegos, tienden a maximizar la diferencia en las ganancias monetariasmás que las ganancias en sí mismas (Scodel et al., 1959; Bixenstine et al.,1966; Shubik, 1970). De hecho, esa es la única explicación posible para el sorprendente resultado quemuestran Scodel et al. (1959) en una circunstancia en la que las jugadoras queparticipaban en un experimento de laboratorio tenían una estrategia dominanteque les llevaba a un pago óptimo en el sentido de Pareto 13, y en el que sinembargo el 47 % de ellas prefirió elegir la otra opción –con la que obtenían menorpago, pero con la que conseguían que la otra jugadora recibiera otro aún peor-.En efecto, como describe Liebrand (1984), cabe distinguir cuatro clases demotivaciones sociales en el comportamiento de los individuos –aunque él hablade la renta, aquí nos referiremos al bienestar, por ser éste un concepto másgeneral-: altruismo –se da cuando la motivación del individuo es la de maximizarel bienestar de los demás-, cooperación –cuando la motivación es la demaximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de los demás-,individualismo –cuando la motivación dominante está encaminada a maximizarúnicamente el propio bienestar-, y competición –cuando lo que se persigue esmaximizar la diferencia entre el bienestar propio y el de los demás-. El ejemploanteriormente propuesto de Scodel et al. (1959) se encuadraría, por consiguiente,dentro de esta última categoría.La representación gráfica de estas cuatro posibilidades se presenta acontinuación en la figura nº 1. En este modelo geométrico, las funciones deutilidad se representan como vectores de longitud infinita que se extienden desdeel origen de coordenadas, siendo las variables que las determinan tanto la rentapropia –en el eje de abscisas- como la renta de las demás personas –en el eje deordenadas-. Así, en la figura nº 1 el vector representado con pendiente – 1 se corresponderíacon el de un individuo competitivo, que preferiría por ejemplo cualquier cantidad derenta para sí y nada para los demás, que esa misma cantidad de renta para sí yalgo para el resto.
En el mismo sentido, Rapoport (1963) señala que son muy variadas lasmotivaciones que pueden llevar a los individuos a seguir unas u otras estrategias,destacando que existen más pagos que los meramente monetarios: aspectospsicológicos (como por ejemplo la autoestima), el refuerzo de las “agresiones”para el futuro, etc. Otra posibilidad consiste en optar por reaccionar penalizandoal otro, aunque esto nos pueda costar dinero, o mantener una actitud “testaruda”,permaneciendo en la cooperación, como mandando un mensaje de que se deseala cooperación, ni plegándose a la actitud del otro ni buscando venganza, sinorecurriendo a su conciencia. No obstante, respecto de esta última posibilidad, como ponen de relieve Komoritay Lapworth (1982) y Rapoport y Chammah (1965), esa conducta de “mártir”, queconsiste en seguir cooperando siempre aunque el otro no lo haga nunca,raramente obtiene una reciprocidad por parte de su contrincante, por lo que ennumerosas ocasiones quien adopta el papel de mártir finalmente acaba optandopor no cooperar, desistiendo de su actitud ejemplarizante.Si como vemos pueden existir todas estas motivaciones que puedan guiar elcomportamiento de los individuos, y que no implican la obligatoriedad de labúsqueda de la maximización individual de la utilidad, cabría preguntarse si todasellas tienen cabida en la teoría convencional de la utilidad.Así, Andreoni y Miller (2002) señalan que ante la constatación decomportamientos no convencionales, como por ejemplo los altruistas, noestamos necesariamente en presencia de individuos que incumplan la teoría de la20 de 152
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estamos necesariamente en presencia de individuos que incumplan la teoría de lautilidad –dada una ordenación de las preferencias y cumpliéndose los axiomas decompletitud, reflexividad y transitividad- de forma que no son agentesmaximizadores de su utilidad, sino que en realidad esos individuos no son“maximizadores monetarios”; la cuestión radicaría entonces en definircorrectamente el conjunto de elecciones posibles, incorporando otros factoresque influyen en el comportamiento14 además del mero pago monetario, comoestamos señalando.
De esta forma, concluyen que los actos que realicen los individuos y que novayan directa y únicamente en su propio provecho se pueden describir y predecircon los modelos de elección neoclásicos tradicionales.
3.1.- El altruismo
Se antoja necesario en este punto repasar el concepto de altruismo 15 quedistintos autores han utilizado, con las implicaciones que conllevan las posiblesdiferentes interpretaciones, pues como veremos no se trata en absoluto de untérmino perfectamente homogéneo, sino que admite muy numerosos matices ensu conceptualización.Campbell (1983) distingue entre un altruismo “débil”, que mostraría loscomportamientos que benefician más a otros individuos que a la propia personaque presenta dicho comportamiento, y un altruismo “fuerte”, que sería uncomportamiento que beneficia a los demás, aun cuando sea a costa del propiobienestar. Sería cuestión en este caso de definir con precisión cuáles serían losfactores de ponderación en uno y otro caso.Respecto a las motivaciones que les llevan a actuar de esa manera, se puedendistinguir tres tipos de personas altruistas, según Paramio (2000): los altruistaspor cálculo racional, las personas que encuentran satisfacción en la acciónmisma sin esperar posteriores recompensas, y los individuos que buscanbeneficios morales en lugar de materiales.Rabin (1993) aporta un matiz diferente respecto al comportamiento de losindividuos altruistas, afirmando que las mismas personas que muestran uncomportamiento altruista frente a otras personas altruistas, están motivadastambién para lastimar a quienes les hagan daño16 . Asegura que si alguien secomporta bien con nosotros, si actuamos conforme a una cierta noción dejusticia o equidad, nosotros también seremos buenos con él. Por el contrario, sialguien se comporta de forma mezquina con nosotros, al actuar de forma justa oequitativa –e incluso vengativa-, también nos comportaremos mal con él. Así, este autor pone como ejemplo el hecho de que un consumidor puede decidirno comprar un producto vendido por un monopolista si considera que el precioestablecido es “injusto”, incluso en el caso de que su valoración de dichoproducto fuese superior al precio fijado. Al no comprarlo, su bienestar particulardisminuirá, pero considerará aceptable esa pérdida objetiva de bienestar individualsi con ella consigue penalizar al monopolista. En su trabajo, modelizaformalmente estas emociones con el fin de comprender de forma más rigurosa, ymás general, las implicaciones económicas y sobre el bienestar de ese tipo deactitudes. Schelling (1978b) analiza el papel que el altruismo puede desempeñar en ladefinición de las estrategias que pueden seguir los individuos. Así, define de estamanera a actitudes como la de desarmarse uno mismo en una disputa paraprobar al contrario que no piensa agredirle –aunque con esa actitud se corra elriesgo de ser agredido más fácilmente por el otro-. Destaca este autor el hecho de que estas actitudes tienen mayor importancia sipodemos anticiparlas, como ocurre el caso de las abejas, que tras picar mueren.Muchas abejas han salvado la vida porque anticipamos que si las vamos amolestar te van a picar, aunque a continuación eso vaya a suponer que vayan amorir. Podemos predecir que eso va a suceder de esa manera porque ya haocurrido anteriormente, y podemos anticipar cuál va a ser su comportamiento.Desde el punto de vista de qué tipo de función de utilidad tendría una personaaltruista, Taylor (1976) afirma que se podría representar como una sumaponderada del bienestar de varias personas, entre las cuales se encontraría elsuyo propio. Lógicamente, los factores de ponderación variarían en función de lavaloración que la persona altruista otorgue al bienestar de cada persona, lo quepodría incluir desde la indiferencia –factor de ponderación cero- hasta laanimadversión –factor de ponderación negativo-. Lógicamente, en nuestra opinión,en estos dos últimos casos no podríamos considerar que estamos hablando deuna persona altruista, sino que de hecho se encuadrarían en lo que Liebrand(1984) denomina “individualista” y “competitivo” como hemos visto anteriormente.Sea cual sea su motivación, el papel que los altruistas pueden desempeñar ensituaciones de acción colectiva o dilemas sociales puede ser fundamental,especialmente en las situaciones en las que la cooperación es más costosa o noexisten otros alicientes para participar.21 de 152
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existen otros alicientes para participar.
3.2.- Cooperación condicional y disposición a castigar
Ostrom (2000) distingue junto a los individuos “racionalmente egoístas” quedefiniría la obra de Olson, a los “cooperadores condicionales” y los “dispuestos a
castigar”. Los primeros serían individuos que están dispuestos a iniciar unaacción cooperativa cuando estiman que otros van a corresponderles y querepetirán esas acciones mientras que una proporción suficiente de los demásimplicados actúen con reciprocidad. No obstante, entre los “cooperadores condicionales” existen individuos condiferentes niveles en su tolerancia a los “free riders 17”. Algunos de ellos sedesaniman fácilmente si los demás no contribuyen, por lo que tienen tendencia areducir su propia cooperación en esas situaciones. De esta forma, tienden adesanimar a otros “cooperadores condicionales” para el futuro, provocándose conello un efecto en cascada negativo. Los “dispuestos a castigar” las actitudes no cooperativas, por otro lado, puedenconvertirse en “dispuestos a premiar” a aquellos que muestran una actitud muycooperativa. Estos dos tipos de individuos, “cooperadores condicionales” y “dispuestos acastigar” no son excluyentes, pues algunos “cooperadores condicionales” puedenser al mismo tiempo también individuos “dispuestos a castigar” en función delcomportamiento mayoritario de los demás.Fehr y Gachter (2002) confirman empíricamente que efectivamente existencomportamientos altruistas de individuos que además de cooperar estándispuestos a penalizar a quienes no cooperan, considerando que se trata éste deun motivo clave para la explicación de la cooperación. Entienden estecomportamiento como el perteneciente a individuos que deciden penalizar aaquellos que no cooperan aunque esa penalización les suponga un coste para símismos y no obtengan una ganancia material con ello, sino que lo hacen guiadospor las emociones negativas que sienten hacia los que se abstienen de cooperar.Fowler et al. (2005), en un análisis alternativo, concluyen que los motivosigualitaristas son más importantes que los encaminados a penalizar elcomportamiento no cooperativo.En el mismo sentido, Henrich et al. (2006) concluyen en sus estudiosexperimentales que todas las poblaciones muestran una disposición a establecerpenalizaciones a los individuos no cooperativos, que la magnitud de esaspenalizaciones varían sustancialmente entre las distintas poblaciones y queexiste una relación directa entre las penalizaciones y el comportamiento altruistadentro de las poblaciones.También Fowler (2005) se fija en el comportamiento de los altruistas-penalizadores que están dispuestos a incurrir en un coste para penalizar aquienes no cooperan, subrayando el hecho de que su actitud les proporcionabeneficios a quienes no realizan las penalizaciones, mientras que resulta costosopara los primeros. La cooperación sería por tanto un bien público a cuyosuministro colaborarían únicamente unos pocos –los que están dispuestos apagar por penalizar a los no cooperadores- pero que disfrutarían también quienesno incurren en esos costes18 .Más complicado es el análisis de Henrich y Boyd (2001), pues considerandistintas etapas, las cuales permiten que se adopten posturas como la depenalizar a quienes en la etapa anterior no hayan penalizado a los nocooperadores, pudiendo alcanzarse con ello según sus estudios uncomportamiento cooperativo estable.
3.3.- Búsqueda de la equidad
Vemos por tanto que uno de los factores que influirían en el comportamiento delos individuos es la persecución de una cierta noción de “justicia” o “equidad”.Fehr y Schmidt (1999) consideran esa “justicia” o “equidad” como una aversión ala inequidad o desigualdad respecto del propio individuo. Así, la gente no sepreocuparía en exceso por la inequidad que pudiera existir entre otros, sino másbien en la equidad entre los pagos que ellos mismos reciben y los que percibenlos demás. Estos autores afirman que, junto a los sujetos puramente egoístas, hay otros aquienes desagrada la inequidad –tanto si se manifiesta ésta en su favor o en sucontra, aunque especialmente y con mayor intensidad lógicamente en este últimocaso-. La función de utilidad de un individuo vendría dada, por tanto, en el caso de sólodos jugadores, de la siguiente forma:Ui (x) = xi – αi max [xj – xi, 0] – βi max [xi – xj, 0], i ≠ j.22 de 152
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Ui (x) = xi – αi max [xj – xi, 0] – βi max [xi – xj, 0], i ≠ j.donde el segundo término muestra la pérdida de utilidad procedente de unadesigualdad en su contra, mientras que el tercer término mide la pérdida deutilidad de una desigualdad favorable.La explicación de la figura nº 2 es sencilla; dado un pago monetario xi, la funciónde utilidad del jugador i alcanza un máximo cuando se cumple la igualdad xi = xj.La pérdida de utilidad procedente de una desigualdad en su contra (xj > xi) esmayor que la pérdida de utilidad que experimenta si el jugador i está mejor que el
jugador j (xj < xi). Esto vendría dado por el cumplimiento, en la función de utilidadmencionada, de la desigualdad: αi ≥ βi.Igualmente, se suele considerar que el valor del parámetro β está comprendidoentre cero y uno. Es lógico que sea mayor o igual que cero si consideramos quelos individuos desearán estar igual o mejor que los demás. Parece lógicoasimismo que β sea menor que uno, del mismo modo que no sería muyrazonable poner un límite máximo al parámetro α.Clark (1998) incide en este asunto mostrando con un ejemplo gráfico bastanteclarificador su concepto de altruismo y de aversión a la inequidad o desigualdad,apoyándose en un juego del dictador 19, destacando las diferencias entre ambosconceptos.Así, de una renta M dada, el dictador debe decidir qué cantidad quedarse, C1, yqué cantidad transferir a otro individuo, C2. En la figura nº 3 (a) se pueden apreciar las curvas de indiferencia de un dictador,la restricción presupuestaria y la transferencia óptima cuando actúa de maneraegoísta, que en este caso consiste en no transferir nada, pues maximiza suutilidad quedándoselo todo para él. La figura nº 3 (b) muestra la transferencia óptima del dictador si se trata de unapersona altruista, pues en su función de utilidad tiene un determinado peso elbienestar del otro a través del consumo que éste pueda realizar; mientras que lafigura nº 3 (c) presenta la transferencia óptima cuando tiene una preocupación poreste concepto de “justicia” o “igualdad” que hemos mencionado repetidamente enotros autores. En este caso particular, aun cuando el concepto de preferencias por la igualdad ypreferencias altruistas sean diferentes, producen una transferencia de rentaidéntica.Otros autores, como Dawes et al. (2007) comprobaron en experimentos delaboratorio que los individuos a quienes se les permite reducir y aumentar la rentade los otros lo hacen, incurriendo en un coste personal, incluso cuando no hay uncomportamiento cooperativo que apoyar o reforzar. Estos comportamientos hanobservado que se presentan especialmente ante las desigualdades, mostrandouna presencia de motivos igualitaristas en su proceder.
3.4.- La cooperación
Una de las motivaciones sociales que Liebrand (1984) consideraba como posiblesy que mencionamos anteriormente es la cooperación, consistente en intentarmaximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de los demás.En ese sentido, estudios experimentales de comportamiento en dilemassociales, especialmente en los que se permite un periodo de discusión grupal, seha apreciado que los individuos no siempre parecen seguir únicamente su propiointerés individual en su toma de decisiones. Esto lo corroboran, por ejemplo, losestudios realizados por Caldwell (1976), y Dawes, R.M., McTavish, J. y Shaklee,H. (1977).En efecto, aunque la teoría de juegos nos indica que los individuos racionales,maximizadores de utilidad, en un entorno de un “dilema del prisionero20 ” repetidoun número finito de veces, deberían resolver por inducción hacia atrás el juego yadoptar una estrategia no cooperativa en todas las etapas de las que contase elmismo 21, vemos en el mundo real que esto no siempre es así y que puedensurgir posturas cooperativas –sin necesidad de considerar que las repeticionesdel juego sean infinitas22 -.De hecho, un factor que colaboraría notablemente a alcanzar una mayorcooperación en los dilemas sociales, además de esa valoración de la justicia oequidad que hemos analizado en el epígrafe precedente, es la comunicación; silos individuos pueden comunicarse y alcanzar acuerdos o “contratos sociales”,aun cuando nadie pueda asegurar que finalmente vayan a cumplirlos, elporcentaje de cooperación ascendería sensiblemente. Uno de los motivos paraque aumente la cooperación en presencia de comunicación es que ésta ayuda aeliminar el miedo a obtener el pago del “pardillo23 ”. Ese beneficio para lacooperación de la comunicación es obvio y discernible aun cuando lacomunicación sea sólo parcial (Braver y Wilson II, 1986). No obstante, para impulsar la aparición de la cooperación sería positivo queexistiese alguna penalización para quien incumpliese los acuerdos. Schelling(1968) se plantea precisamente la credibilidad que merecen las afirmaciones que23 de 152
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(1968) se plantea precisamente la credibilidad que merecen las afirmaciones quese realizan cuando no hay penalización para quien miente, proponiendo ejemploscomo la respuesta que el marido ha de dar a su mujer que pregunta cómo lequeda el vestido nuevo... y mentir en esas circunstancias constituye para esteautor un asunto de la misma índole que el romper las promesas efectuadas.A pesar de ello, hay autores como Smyth (1972) que ponen en tela de juicio laviabilidad de esas penalizaciones o sanciones cuando es necesario que losjugadores implicados otorguen a una tercera parte el poder para establecerlas, ya
que argumenta –en lo que denomina dilema del prisionero II-, que es la necesidadde asegurarse de que esta tercera parte cumpla su parte del contrato, y para ellohabría que contratar con una cuarta parte, pero sería necesario contratar con unaquinta parte para que se aseguren de que la cuarta cumpla, etc. llegando a laconclusión de que no es posible hacer que se cumpla el contrato con el otroprisionero.Lógicamente, la mayor o menor aparición de cooperación en situaciones dedilemas sociales representables como dilemas del prisionero, tragedias de loscomunes, etc., dependerá también en buena medida no ya de la estructura de lospagos, sino también de las diferencias entre estos (Rapoport, 1967).Efectivamente, si las diferencias existentes entre los pagos son notables, seacentúan los incentivos que tienen los individuos para actuar de forma nocooperativa.De hecho, se ha elaborado un índice de propensión a la cooperación aplicable asituaciones como la descrita, que lógicamente depende directamente del valor delos pagos y de las diferencias entre ellos (en esta línea, Bonacich, (1970), analizacon cierto detalle las características del índice propuesto por Rapoport (1967)).En ocasiones podemos observar la aparición de la cooperación comoconsecuencia de la búsqueda egoísta de los individuos de sus propios intereses,sin necesidad de que la cooperación surja de la honestidad, generosidad obondad de los individuos. Este enfoque consistiría en investigar cómo actuaránlos individuos en la búsqueda de sus propios intereses, y ver entonces quéefectos tendrían para el sistema en su conjunto, es decir, se trata de realizar unanálisis que explora la relación entre las características de comportamiento delos individuos que componen un determinado agregado social, y lascaracterísticas del agregado. Dicho de otra forma, se trata de hacer supuestosacerca de micro-motivos y deducir a través de ellos consecuencias para macro-comportamientos (Schelling, 1978a).En este sentido, está claro que la cooperación surgiría espontáneamente enjuegos como el planteado por Sandler (1992), alcanzándose la acción colectiva,en lo que él denomina un grupo totalmente privilegiado, utilizando la terminologíade Olson (1965), que representa una situación en la que la racionalidad individualy colectiva coinciden perfectamente, ya que el incentivo a defraudar desaparece aconsecuencia de que la pérdida neta en el valor del bien colectivo producidadespués de no cooperar excedería el coste de la contribución. Por tanto, bajoesta estructura de juego, no existiría dilema social alguno.Marwell y Oliver (1993) exponen la necesidad de que se logre una masa críticapara que se produzca el éxito de la acción colectiva; en su opinión, cuando sealcance un determinado número de personas ya movilizadas se producirá unefecto de bola de nieve y los free-riders progresivamente desaparecerán. Lacuestión radica en saber qué motivaciones y con qué condiciones se llegará aalcanzar esa masa crítica que desencadenará el proceso. En esta línea, Aguado(2001) muestra cómo la clave está en alcanzar una masa crítica suficiente, apartir de la cual cada individuo que se decida a adoptar una actitud cooperativahaga que el bienestar general aumente, desarrollando un modelo que permiteestimar cuál es dicha masa crítica en función de los pagos que puedan obtenerlos individuos con una actitud cooperativa o no cooperativa.En efecto, si la acción colectiva necesaria para superar los dilemas sociales llegaa producirse, según algunos autores, es gracias a que una proporción significativade la población tiene un comportamiento altruista, y decide participar paraautorrealizarse o para mantener su reputación entre amigos y familiares,tendiendo a sobreestimar el valor de su participación (Marí-Klose, 2000). Así, Elster (1989) señala que el hecho de que fructifique una acción colectiva y seconsiga alcanzar una situación en la que predominen las actitudes cooperativasdepende de que se consiga incentivar a distintos tipos de personas a participar,aunque las motivaciones que les impulsen sean diferentes. De esa manera, esteautor considera que se puede provocar una reacción en cadena propiciada por ladecisión de incorporarse progresivamente a la acción colectiva en sucesivasoleadas en función de cuáles sean las motivaciones particulares de los distintosindividuos.No obstante, aunque estemos interesados en comprender cómo puede surgir lacooperación en los dilemas sociales, hay que matizar que la cooperación nosiempre es deseable. Pensemos en el caso de los mercados oligopolísticos; losocialmente deseable y económicamente más eficiente es que no se produzcancomportamientos cooperativos, colusivos. En ocasiones, por tanto, las políticas24 de 152
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públicas están orientadas a la prevención de la cooperación.Orbell et al. (1990) mencionan las promesas que pueden realizar los individuosacerca de la actitud cooperativa que puedan adoptar en situaciones de dilemassociales, diferenciando si el cumplimiento de dichas promesas les seabeneficioso o no. Así, el hecho de que las personas cumplan sus promesascuando éstas les benefician personalmente parece bastante obvio y previsible,pues esperamos que las personas actúen a favor de su propio interés y por tanto
que cumplan dichas promesas. No obstante, tampoco está tan claro que losindividuos pensemos que los demás van a actuar de manera racional, comomuestran en sus estudios Basu (1994) o Goeree y Holt (2001).
4.- Comportamientos “irracionales”
Basu (1994) afirma en su ejemplo que denomina “dilema del viajero”, que aplicarla racionalidad, pensando que los demás también van a actuar de un modoracional, puede conducir a una solución muy poco deseada por ninguno de ellos. El ejemplo que plantea para explicar este razonamiento y plantear el dilema quesurgiría es el siguiente: dos turistas compran idénticos recuerdos en susvacaciones. Sus maletas se pierden en el viaje de vuelta, y la aerolínea lessolicita que realicen independientemente reclamaciones para proceder a suindemnización. Anticipándose a la posibilidad de que realicen reclamacionesexcesivas, la aerolínea les comunica: “sabemos que las maletas tenían idénticoscontenidos, y aceptaremos cualquier reclamación que realicen entre los 2 $ y los100 $, pero pagaremos a cada uno una cantidad igual al mínimo de lasreclamaciones recibidas. Si las dos reclamaciones son iguales, supondremosque ambos están diciendo la verdad y les pagaremos esa cantidad. Ahora bien, silas dos reclamaciones son diferentes, pagaremos una cantidad de dineroadicional R = 2 $ a la persona que realice la reclamación más baja, y restaremoscomo penalización esa misma cantidad R = 2 $ a la persona que realice lareclamación más alta –pues suponemos que está intentando engañarnosreclamando una cantidad superior al verdadero valor de la mercancía, dado que elotro ha solicitado una cantidad menor-”.A primera vista, podría parecer que ambos individuos van a reclamar los 100 $.Sin embargo, cada uno de ellos puede darse cuenta de que, si el otro actúa deesa manera, él podría obtener una indemnización de 101 $ pidiendo 99 $ -recordemos que ambos viajeros realizan sus solicitudes por separado, de maneraindependiente-. Pero si ambos razonan de esta manera, llegarán rápida eindividualmente a la conclusión de que harían mejor pidiendo 98 $, y asísucesivamente. La lógica es inexorable, y no pararán hasta darse cuenta de queambos pedirán 2 $ -lo que constituye el único Equilibrio de Nash del juego-. Esteejemplo ilustra la forma en la que funciona el proceso de inducción hacia atrás,incluso en juegos de una sola etapa. Además, el valor de la penalización ygratificación no alteraría la lógica del problema.En el ejemplo propuesto por Basu (1994) que hemos descrito, la penalización ygratificación R era de tan sólo 2 $, aunque en los experimentos realizados porGoeree y Holt (2001) replicando con otras cifras este mismo dilema probaron condistintas cantidades (180 $ y 5 $), y unos límites inferior y superior de laindemnización de 180 $ y 300 $ respectivamente, comprobando que en lapráctica el valor de la penalización no es en absoluto irrelevante para determinarla cuantía reclamada por parte de los interesados.En otras ocasiones puede suceder que no creamos que los demás vayan a tenerun comportamiento racional tendente a la búsqueda de la maximización de lautilidad. El siguiente ejemplo de la figura nº 4, tomado de Goeree y Holt (2001), lomuestra claramente.El planteamiento del juego dinámico que acabamos de representar gráficamentees el siguiente: el primer jugador ha de elegir entre una decisión segura (S) y otraarriesgada (A). Si opta por la decisión arriesgada, el segundo jugador puede elegirentre una decisión (P) que penaliza a ambos y una decisión (N) que no penalizasino que lleva a un Equilibrio de Nash que además proporciona un pago máximoconjunto. Existe, no obstante, un segundo Equilibrio de Nash en el que el primerjugador elige la decisión segura (S) y el segundo opta por la penalización (P). Elsegundo jugador no tiene incentivo para desviarse de este Equilibrio puesto que lapenalización auto-infligida está fuera del desarrollo del juego, aunque claramentees un Equilibrio de Nash que no es perfecto en subjuegos24 pues no resultacreíble que, si el primer jugador optase por la decisión arriesgada (A), el segundorespondiese con la penalización (P), obteniendo de esa manera un pago de 10unidades frente al pago que podría percibir de 70 unidades si eligiese la estrategiano penalizadora (N).En el experimento realizado por Goeree y Holt, el 16 % de las veces el primerjugador optó por asegurarse el pago de 80, mientras que el 84 % de las veces sealcanzó la resolución del juego que lleva al seguir el Equilibrio de Nash perfecto25 de 152
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alcanzó la resolución del juego que lleva al seguir el Equilibrio de Nash perfectoen subjuegos, obteniendo ambos jugadores un pago de 90 y 70 respectivamente.El juego de la parte inferior de la figura es idéntico al de la parte superior, con lasalvedad de que el pago percibido por el segundo jugador en el caso de queoptase por la estrategia que conlleva una penalización (P) era de 68. Este cambiono altera el hecho de que como en el caso anterior sigan existiendo dosEquilibrios de Nash, uno de los cuales no es perfecto en subjuegos. En este caso, sin embargo, el 52 % de los jugadores que actuaban en primer
lugar optaron por el pago seguro, por lo que no creyeron que los demás fueran aactuar de manera racional cuando la penalización para el segundo jugador era tanpequeña –de hecho, parte de razón tenían cuando se constató que el 12 % de lasveces los jugadores que actuaban en segundo lugar lo hicieron conforme a lo quedeterminaba el Equilibrio de Nash que no es perfecto en subjuegos, de modo queel comportamiento del segundo jugador muestra que está dispuesto a perder 2u.m. con tal que el otro pierda 70 u.m.-En el juego que acabamos de estudiar, dado que la decisión (A) del primerjugador beneficia a ambos, el jugador nº 2 no tiene ningún incentivo parapenalizarle, aunque hayamos visto que en ocasiones eso sí que ocurre, tal vezpor tratarse de individuos competitivos que buscan maximizar su situación relativafrente al resto, y no su propia situación como tal. No ocurre así en el juego de la figura nº 5, en el que la decisión (A) del primerjugador hace que disminuya el pago que pueda percibir el segundo. Como en elcaso anterior, hay dos equilibrios de Nash, uno de los cuales, (S, P), no es unequilibrio perfecto en subjuegos, pues está basado en una amenaza que no escreíble: la amenaza de que el jugador nº 2 jugará (P) si el jugador nº 1 juega (A).Esa amenaza no es creíble porque entraña para el jugador nº 2 incurrir en unapérdida de 40 unidades frente a la alternativa de jugar (N) en la que podríanobtener un pago de 50 unidades, y así es como lo entendieron los jugadores, queen un 88 % de los que actuaban en primer lugar optaron por llevar a cabo laestrategia arriesgada.Cumplir la amenaza en la parte inferior de la misma figura, en la B), sin embargo,resulta “barato” para el jugador nº 2 –sólo pierde dos unidades monetarias-, por loque en los experimentos se apreció un reparto por igual entre los tres resultadosposibles. Elster (1985) afirma que sería racional cooperar si sabemos que nos vamos aenfrentar a problemas de acción colectiva similares en el futuro, algo que no esaplicable lógicamente a problemas intergeneracionales. Este mismo autor considera también, en un sentido kantiano, el concepto deldeber. Plantea la pregunta siguiente: ¿qué ocurriría si todo el mundo hiciera lomismo? Es decir, ¿qué pasaría si todo el mundo dejara sus botellas de cervezaen la playa, se quedara en casa en día de elecciones o defraudara en susimpuestos? En este contexto, es el sentido del deber quien nos llevaría a hacer loque consideramos que estaría bien si todo el mundo lo hiciera. Quienes secomportaran de esta manera serían individuos que actúan en función de susvalores morales, sin esperar una utilidad de su comportamiento. Pero actuar deeste modo individualmente, sin que los demás también lo hagan, llevaría acualquier persona a estar en la peor situación descrita en el “dilema delprisionero” –lo que llamamos el pago del “pardillo”-. En ese sentido, por tanto, sino existen más consideraciones como las descritas anteriormente, podríamosconsiderar esa forma de actuar como “irracional” desde un punto de vistameramente económico.
5.- Conclusiones
La utilidad que alcance un consumidor no depende únicamente de sus propiasdecisiones de consumo, sino que se ve influenciada por la interacción con losdemás, del mismo modo que sus decisiones afectan al resto.Por otro lado, los individuos no actuamos únicamente de forma egoísta; cabedistinguir cuatro clases de motivaciones sociales en el comportamiento de losindividuos: el altruismo –que se da cuando la motivación del individuo es la demaximizar el bienestar de los demás-, la cooperación –cuando la motivación es lade maximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de losdemás-, el individualismo –cuando la motivación dominante está encaminada amaximizar únicamente el propio bienestar-, y la competición –cuando lo que sepersigue es maximizar la diferencia entre el bienestar propio y el de los demás-. El altruismo es un concepto que admite muchos matices, y puede mostrar desdecomportamientos que benefician más a otros individuos que a la propia personaque presenta dicho comportamiento, hasta aquellos que llegan a beneficiar a losdemás, aun cuando sea a costa del propio bienestar. Este tipo decomportamientos puede facilitar la aparición de la cooperación en entornos dedilemas sociales.El altruismo además está relacionado con otros tipos de comportamientos, como26 de 152
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El altruismo además está relacionado con otros tipos de comportamientos, comoel de aquellos individuos que están dispuestos a castigar a quienes no cooperen,o quienes están dispuestos a iniciar una acción cooperativa cuando estiman queotros van a corresponderles y que repetirán esas acciones mientras que unaproporción suficiente de los demás implicados actúen con reciprocidad. Otro de los factores que influyen en el comportamiento de los individuos es lapersecución de una cierta noción de “justicia” o “equidad”. Esa “justicia” o“equidad” se podría interpretar como una aversión a la inequidad o desigualdad
respecto del propio individuo. Así, la gente no se preocuparía en exceso por lainequidad que pudiera existir entre otros, sino más bien en la equidad entre elbienestar que ellos mismos disfrutan y el que gozan los demás. Finalmente, todos estos tipos de comportamientos pueden llegar a serconsiderados “irracionales” pues no cumplen los postulados tradicionales de lateoría del consumidor –no solemos considerar racional, por ejemplo, que alguienesté dispuesto a perder dinero siempre y cuando otro lo haga en mayor medida, yese tipo de comportamientos, entre otros, existen-. Por tanto, no podemos obviarsu existencia y debemos realizar esfuerzos por integrarlos en la teoría si nuestraaspiración es que esta plasme de la forma más precisa posible la realidad quepretende reflejar, con todos sus matices.
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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 1
LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA
En este módulo vamos a estudiar cuáles son los principales factores que afectan
a la cantidad que los consumidores desean adquirir de los distintos bienes, así como los
que determinan la cantidad que los productores desean ofrecer. Veremos cómo se
alcanza el equilibrio en los mercados, y analizaremos varias posibles intervenciones
que puede llevar a cabo el Estado en el mecanismo del mercado si se considera que los
resultados que arroja el mismo no son los más deseables. Estas intervenciones
afectarán de manera desigual al bienestar de los distintos agentes económicos, por lo
que será necesario que comprendamos su funcionamiento.
28 de 152
2 MICROECONOMÍA
2.1.- LA OFERTA, LA DEMANDA Y EL EQUILIBRIO DEL MERCADO
Un mercado, tal y como lo entendemos en economía, no es un lugar físico donde
acuden los consumidores a adquirir todo tipo de productos -pescado, verdura, carne,
etc.- sino que el mercado está compuesto por un grupo de oferentes (vendedores) de
demandantes (compradores) de un determinado bien o servicio.
En el mercado, los individuos han de entregar una determinada cantidad de
dinero para obtener los bienes que desean; es el precio. El precio de un bien es el
número de unidades monetarias que se necesitan para obtener una unidad de dicho
bien.
La cantidad que los consumidores deseen adquirir de un determinado bien o
servicio dependerá de muchos factores, aunque a nadie se nos escapa que el precio del
mismo será un factor fundamental. El resto de factores –la renta con la que cuente el
consumidor, sus gustos, etc.- también serán muy importantes para determinar cuál es la
cantidad que los consumidores deseen adquirir. Dado que la función de oferta la vamos
a poder representar también referenciada a los precios, optaremos por buscar la relación
entre los precios y las cantidades demandadas considerando el resto de factores como
dados. Posteriormente, procederemos a analizar qué es lo que ocurre cuando alguno de
ellos varía.
La demanda nos indica por consiguiente cuál es la cantidad que los
consumidores desean adquirir a cada nivel de precios. Es por tanto, la relación entre la
cantidad demandada y su precio, ceteris paribus.
La relación existente entre los precios y las cantidades, generalmente, es una
relación inversa; cuando aumentan los precios, menor es la cantidad que los
consumidores desean adquirir de un determinado bien. Lo podemos ver en la figura 2.1;
al aumentar el precio desde P1 a P2, la cantidad demandada disminuye desde Q1 hasta
Q2, desplazándonos a lo largo de la curva de demanda (D) desde el punto 1 hasta el
punto 2.
Por el contrario, cuanto menores son los precios, mayor será la cantidad
demandada. Esto es lo que nos indica la ley de la demanda.
Figura 2.1: relación entre el precio y la cantidad demandada
P
Q2 Q1 Q
D
P1
P2
1
2
29 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 3
La demanda depende básicamente de:
El precio del bien
Las preferencias y gustos de los consumidores.
Los ingresos (rentas) de los mismos, incluso de las rentas futuras.
Los precios de los demás bienes (sean éstos complementarios o sustitutivos)
Como acabamos de ver, los cambios que se producen en los precios, dado que
esa es la variable que hemos optado por poner en el eje de ordenadas, generan
desplazamientos a lo largo de la curva de demanda.
Si las variaciones se producen en cualquier otro de los factores que habíamos
considerado constantes, observaremos que se producen desplazamientos de la curva de
demanda. Así, por ejemplo, si es un bien que se pone de moda, las preferencias y gustos
de los consumidores hacia el mismo aumentarán, por lo que a cada nivel de precios
desearán adquirir una cantidad mayor. Es lo que representamos a continuación en la
figura 2.2.
Figura 2.2.: desplazamientos hacia la derecha de la curva de demanda
Al precio P1, los consumidores estaban dispuestos a adquirir Q1 unidades; al
ponerse de moda ese bien, desearán comprar Q2 unidades, pasando del punto 1 al punto
2. Esto ocurrirá para cada nivel de precios. La función de demanda se desplazará
consecuentemente desde D a D’.
Del mismo modo, si aumenta el precio de bienes sustitutivos, o si disminuye el
precio de bienes complementarios, la función de demanda se desplazará hacia la
derecha. También lo hará si aumenta la renta de los consumidores, siempre que se trate
P
Q1 Q2 Q
D
P1 1 2
D’
30 de 152
4 MICROECONOMÍA
de un bien normal –en algunos casos, como estudiaremos en el tema correspondiente al
comportamiento de los consumidores, al aumentar la renta disminuye la cantidad
demandada de un bien, y viceversa. Son los bienes inferiores. Ya nos detendremos en
ellos con más detalle en su momento-.
La demanda se desplazará hacia la izquierda, como en la figura 2.3, si
disminuyen los gustos, la renta de los consumidores –si es un bien normal-, disminuye
el precio de bienes sustitutivos o si aumenta el precio de los bienes complementarios.
Figura 2.3.: desplazamientos hacia la izquierda de la curva de demanda
La cantidad que los productores deseen fabricar de un determinado bien dependerá de
varios factores, como la tecnología con la que cuenten, el precio de los factores
productivos necesarios, etc. El precio al cual puedan venderlo, por supuesto, será un
factor determinante. Así, cuanto mayor sea éste, más cantidad desearán vender los
productores, y más productores estarán dispuestos a ofertar ese bien. Del mismo modo
que hicimos con la demanda, referenciaremos la cantidad ofertada al precio del bien,
dejando en principio constantes las otras variables.
La oferta es la relación entre el precio de un bien y las cantidades que las
empresas desearían ofrecer de ese bien “ceteris paribus”.
Los principales determinantes de la oferta por tanto son:
El precio del bien
El coste de los factores productivos
El nivel tecnológico
Como acabamos de ver, los cambios que se producen en los precios, dado que
esa es la variable que hemos optado por poner en el eje de ordenadas, generan
desplazamientos a lo largo de la curva de oferta. Estos desplazamientos se muestran en
la figura 2.4.
P
Q2 Q1 Q
D’
P1 2 1
D
31 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 5
Figura 2.4: relación entre el precio y la cantidad ofertada
Si las variaciones se producen en cualquier otro de los factores que habíamos
considerado constantes, observaremos que se producen desplazamientos de la curva de
oferta, como ocurre en la figura 2.5. Así, por ejemplo, si el coste de los factores
productivos disminuye, o si mejora la tecnología y pueden producir a menores costes,
los productores estarán dispuestos a vender una cantidad mayor a cada nivel de precios.
Es lo que representamos a continuación:
Figura 2.6.: desplazamientos hacia la derecha de la curva de oferta
Al precio P1, los productores estaban dispuestos a ofertar Q1 unidades; al
disminuir el coste de los factores productivos necesarios para fabricar ese bien, a ese
mismo nivel de precios están dispuestos a ofertar Q2 unidades, pasando del punto 1 al
P
Q1 Q2 Q
O
P1
P2
1
2
P
Q1 Q2 Q
O
P1 1 2
O’
32 de 152
6 MICROECONOMÍA
punto 2. Esto ocurrirá para cada nivel de precios. La función de oferta se desplazará
consecuentemente desde O a O’.
Del mismo modo, si mejora la tecnología y son capaces de producir más
eficientemente, la función de oferta se desplazará hacia la derecha.
La oferta se desplazará hacia la izquierda, como ocurre en la figura 2.7, si
aumenta el coste de los factores productivos –incluyendo aquí, incluso, un aumento de
la fiscalidad sobre las empresas- o si se utiliza una tecnología más ineficiente.
Figura 2.7.: desplazamientos hacia la izquierda de la curva de oferta
Para cada nivel de precios de un bien, existirá una cantidad de dicho bien que los
consumidores desearán adquirir (lo que nos señala la función de demanda) y una
cantidad que los productores estarán dispuestos a producir (lo que nos indica la función
de oferta).
El precio para el que la cantidad demandada y la cantidad ofertada coinciden
es el precio de equilibrio (P*). A ese precio, los consumidores adquieren todo lo que
desean comprar, y los productores venden todo lo que desean vender. La cantidad
intercambiada es la cantidad de equilibrio (Q*). Vemos la representación de ambos en
la figura 2.8.
P
Q2 Q1 Q
O’
P1 2 1
O
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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 7
Figura 2.8: El equilibrio del mercado
Si el precio (P1) fuese superior al precio de equilibrio (P*), existiría exceso de
oferta (o escasez de demanda), pues los productores estarán dispuestos a vender una
cantidad (QO) superior a la de equilibrio (Q*), mientras que los consumidores desearán
adquirir (QD) una cantidad inferior a la misma, como en la figura 2.9.
Figura 2.9: Exceso de oferta provocado por un precio superior al de equilibrio
Si por el contrario, el precio (P2) fuera inferior al de equilibrio (P*) -como
cuando se fijan por parte de las autoridades precios máximos-, los consumidores
desearían adquirir una cantidad superior (QD), mientras que la cantidad que estarían
D
P
Q* Q
O
P*
QD QO
D
P
Q
O
Exceso de oferta
Q*
P*
P1
34 de 152
8 MICROECONOMÍA
dispuestos a vender los productores (QO) sería menor que la de equilibrio (Q*). Nos
encontraríamos por tanto con un exceso de demanda, como el de la figura 2.10.
Figura 2.10: Exceso de demanda provocado por un precio inferior al de equilibrio
Si no existen rigideces en el mercado por ningún motivo, la tendencia en los
mercados es la de alcanzar el equilibrio. En efecto, si el precio es “demasiado” alto, los
empresarios tenderán a abaratar el precio del producto para no acumular demasiadas
existencias -o para no perder parte de la producción si ésta es perecedera, por ejemplo-.
Si el precio es demasiado bajo y hay exceso de demanda, los empresarios estarán
interesados en producir más unidades y venderlas a un precio mayor, pues los
consumidores están dispuestos a adquirirlas y a pagar mayores precios.
2.2.- DESPLAZAMIENTOS DE LA OFERTA Y DE LA DEMANDA
Analizaremos a continuación qué ocurre con el precio y la cantidad de equilibrio
cuando se produce una variación en alguna de las variables que afectan ya sea a la
demanda, ya sea a la oferta.
Si aumenta la renta de los consumidores, y se trata de un bien normal, la función
de demanda se desplazará hacia la derecha (desde D hasta D’). Siendo esto así, al precio
de equilibrio vigente inicialmente (P*1) se producirá un exceso de demanda (la distancia
entre Q*1 y Q
*3), por lo que se surgirán las fuerzas que nos lleven de nuevo a un
equilibrio. En efecto, al existir un exceso de demanda, los productores se animarán a
fabricar más unidades, pero esto se producirá a un precio mayor. Al aumentar el precio
(hasta P*2), la cantidad demandada por los consumidores disminuirá (de Q
*3 a Q
*2). Se
tenderá por tanto a alcanzar el equilibrio (en el punto 2). Como es la función de
demanda quien se mueve, los puntos de equilibrio estarán situados sobre la función de
oferta, desplazándonos a lo largo de ella (desde el punto 1 hasta el punto 2).
Lo vemos en la figura 2.11:
QD QO
D
P
Q
O
Exceso de demanda
Q*
P*
P2
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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 9
Figura 2.11: Desplazamiento de la demanda y nuevo equilibrio
Siempre que se produzca una variación en la demanda, el precio y la cantidad de
equilibrio evolucionarán en el mismo sentido. En este caso, al incrementarse la
demanda, tanto el precio como la cantidad de equilibrio aumentarán. Si la demanda se
redujese, también lo harían el precio y la cantidad de equilibrio.
No ocurre así cuando es la oferta quien se mueve. En este caso, el precio y la
cantidad de equilibrio evolucionan en sentido inverso, como veremos con el ejemplo
siguiente representado en la figura 2.12.
Supongamos que se produce una mejora tecnológica, por lo que la función de
oferta se desplaza hacia la derecha. En este caso, se producirá un exceso de oferta (la
distancia entre Q*1 y Q
*3) al precio inicialmente vigente (P
*1), por lo que las empresas se
verán forzadas a disminuir su precio. Al hacerlo, la cantidad que los consumidores
deseen adquirir aumentará, tendiéndose a alcanzar el equilibrio (en el punto 2). Como es
la función de oferta quien se mueve, los puntos de equilibrio estarán situados sobre la
función de demanda, desplazándonos a lo largo de ella (desde el pto. 1 hasta el punto 2).
Figura 2.12: Desplazamiento de la oferta y nuevo equilibrio
D
P
Q*1
O
P*1
D’
P*2
Q*2 Q Q*
3
Exceso de demanda
1
2
D
P
Q*1
O
P*1
P*2
Q*2 Q Q*
3
Exceso de oferta
1
2
O’
36 de 152
10 MICROECONOMÍA
El resultado, por tanto, corrobora lo expuesto anteriormente; al desplazarse la
función de oferta, el precio y la cantidad de equilibrio evolucionan en sentido inverso;
en este caso concreto, el precio disminuye y la cantidad aumenta. Lógicamente, si la
función de oferta se hubiese contraído, el precio habría aumentado y la cantidad
disminuido.
Si se produce un movimiento tanto de la función de oferta como de la función de
demanda, no podremos decir con exactitud cuál va a ser la evolución del precio y de la
cantidad de equilibrio, sino sólo de uno de ellos, dependiendo el otro de la amplitud de
los desplazamientos. En el ejemplo representado a continuación en la figura 2.13, ante
un desplazamiento hacia la derecha tanto de la función de oferta como de la función de
demanda, hemos representado que la cantidad aumenta –algo que indudablemente iba a
ocurrir, pues ambos desplazamientos lo provocan-, pero hemos mantenido constante el
precio.
Figura 2.13: Desplazamiento de la oferta y la demanda con precio constante
Sin embargo, podíamos haber representado que el precio aumentase como ocurre
en la figura 2.14.
Figura 2.14: Desplazamiento de la oferta y la demanda con incremento del precio
D
P
Q*1
O
P*
1
Q Q*2
1 2
O’
D’
P*
2
D
P
Q*1
O
P*
Q Q*2
1 2
O’
D’
37 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 11
Incluso podríamos representar que el precio disminuyese, como ocurre en la
figura 2.15.
Esto es así porque el desplazamiento de la oferta hace que el precio disminuya,
mientras que el desplazamiento de la demanda opera en sentido contrario, provocando
su aumento. El resultado, por tanto, dependerá de cuál de los dos efectos actúe con más
fuerza sobre el precio. No podemos afirmar taxativamente que el precio vaya a subir,
bajar o permanecer constante, a diferencia de lo que ocurre con la cantidad, que
obligatoriamente va a aumentar pues lo hará como consecuencia tanto del movimiento
de la función de oferta como del desplazamiento de la función de demanda.
Figura 2.15: Desplazamiento de la oferta y la demanda con disminución del precio
2.3.- EL EXCEDENTE DE LOS CONSUMIDORES Y DE LOS PRODUCTORES
¿Cuánto está dispuesto a pagar un aficionado al buen fútbol por una entrada de
tribuna de lateral para un partido Atlético de Madrid – F.C. Barcelona? Depende. Habrá
quien esté dispuesto a pagar 1000 euros, quien sólo esté dispuesto a pagar 500 euros y
quien esté dispuesto a abonar únicamente 150 euros, aunque si realmente es un
aficionado al buen fútbol, está demostrado históricamente que este es el partido que no
debería perderse. Son muchas las variables que influirán en la disposición a pagar de
cada aficionado, si bien parece evidente que su nivel de ingresos será bastante
determinante, aunque no sea el único factor. Supongamos que el precio en taquilla de
esas entradas sea de 120 euros. El aficionado que habría estado dispuesto a pagar 1000
D
P
Q*1
O
P*
2
Q Q*2
1
2
O’
D’
P*
1
38 de 152
12 MICROECONOMÍA
euros se estaría ahorrando 880 euros; el segundo se ahorraría 380 euros, y el último sólo
se ahorraría 30 euros.
En el equilibrio del mercado vimos que al precio de equilibrio los consumidores
adquirían todas las unidades que deseaban comprar. Siendo esto así, muchos se estarán
ahorrando bastante dinero, pues habrían estado dispuestos a abonar sumas mayores.
La diferencia entre lo que efectivamente abonan los consumidores y lo que
hubieran estado dispuestos a pagar, recibe el nombre de excedente de los
consumidores.
Gráficamente, es el área comprendida entre la función de demanda –que es quien
muestra esa disposición a pagar de los consumidores- y el precio de equilibrio –que es
el precio que efectivamente pagan-, como vemos en la figura 2.16.
Figura 2.16: Excedente de los consumidores
Por otra parte, la función de oferta muestra qué cantidad están dispuestas las
empresas a producir a cada nivel de precios, o viéndolo desde el sentido contrario, qué
precio están dispuestos a cobrar, como mínimo, para cada nivel de cantidad producida.
Como en el equilibrio todo lo que se produce se vende al precio de equilibrio,
existirá también un excedente de los productores, pues habrían estado dispuestos a
cobrar un precio inferior al que efectivamente perciben. Gráficamente, es el área
comprendida entre el precio de equilibrio y la función de oferta, como vemos en la
figura 2.17.
Figura 2.17: Excedente de los productores
D
P
Q* Q
O
P*
Excedente de los
consumidores
D
P
Q* Q
O
P*
Excedente
de los productores
39 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 13
2.4.- INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN EL MECANISMO DE MERCADO
Existen muy variados motivos por los que el Estado puede estar interesado en
intervenir en el mecanismo de mercado, como por ejemplo, si el precio de equilibrio,
fruto del libre juego de la oferta y la demanda, es considerado demasiado bajo, o
demasiado alto.
También puede intervenir el Estado en los mercados si se considera que el
consumo de un determinado bien es perjudicial para la salud de los ciudadanos, o para
el medio ambiente, y desea disminuir dicho consumo.
Otra posible justificación para intervenir es la defensa de la producción nacional
de algún bien frente a la competencia extranjera.
Los instrumentos con los que cuenta son muy variados, aunque aquí nos
referiremos únicamente a algunos de los más relevantes:
Precios máximos
Precios mínimos
Impuestos
Subsidios
Aranceles
Cuando el Estado considera que el precio de un determinado bien,
principalmente porque lo considera un bien esencial para los consumidores, no debería
subir por encima de un determinado nivel, puede fijar un precio máximo. Lógicamente,
para que tenga sentido, un precio máximo ha de ser inferior, por definición, al precio de
equilibrio. En caso contrario, se estaría en el equilibrio y el precio máximo no tendría
ningún efecto. Observemos en la figura 2.18 que cuando se fija un precio máximo, si no
se articula ninguna medida complementaria adicional, ocurrirá que la cantidad que los
consumidores deseen adquirir (QD) será mayor que la que los productores deseen vender
(QO), generándose un exceso de demanda; habrá demanda que quede insatisfecha. En
estos casos, dado que los productores están dispuestos a vender a precios mayores que
dicho precio mínimo, y también hay consumidores que estarían dispuestos a adquirir ese
bien por encima del precio fijado, se corre el riesgo de que surja un mercado negro,
ilegal, que nos acerque al precio y la cantidad de equilibrio.
Figura 2.18: Exceso de demanda originado por un precio máximo
QD QO
D
P
Q
O
Exceso de demanda
Q*
P*
Pmáx
40 de 152
14 MICROECONOMÍA
Si el Estado considera que el precio de un bien no debería caer por debajo de un
determinado nivel –generalmente para proteger la renta de los productores-, puede fijar
un precio mínimo. Un precio mínimo sólo tendrá efectividad si es superior al precio de
equilibrio; en caso contrario no serviría para nada pues se encontrarían en el equilibrio.
Cuando se fija un precio mínimo se genera un exceso de oferta, como en la figura 2.19,
pues a ese precio la cantidad que desean vender los productores (QO), es superior a la
que desean adquirir los consumidores, (QD). En muchas ocasiones, ya sea en su
totalidad, ya sea sólo en parte, el Estado puede comprar dicho exceso de oferta.
Figura 2.19: Exceso de oferta originado por un precio mínimo
QD QO
D
P
Q
O
Exceso de oferta
Q*
P*
Pmín
41 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 15
Antes de 2013
Rusia estudia la posibilidad de doblar el precio
mínimo del vodka
MOSCÚ, 9 Jun. (Reuters/EP) -
Rusia podría doblar el precio mínimo del vodka antes de 2013, hasta los 200 rublos
(más de 5,25 euros), informó este miércoles el viceprimer ministro de Finanzas,
Sergei Shatalov.
La subida sería gradual. Según el plan del Ministerio en 2011 el precio de esta
bebida alcohólica deberá ser de 120 rublos, y de 160 un año después para llegar a los
200 rublos en 2013. "El vodka no debe ser barato, no es un producto de primera
necesidad", argumentó Shatalov, citado por la agencia Itar-Tass. Además, adelantó
que también podrían aumentar en un 30 por ciento los impuestos del tabaco hasta
2013.
Los analistas de la asesoría VTB Capital advirtieron de que estas subidas
repentinas en el impuesto del alcohol "probablemente darán como resultado un
drástico incremento en la producción de alcohol ilegal", con lo que los ingresos por
los impuestos "podrían caer". Rusia superó en 2009 su peor recesión de los últimos
15 años.
El presidente, Dimitri Medvedev, es partidario de tomar medidas contundentes
contra el alcoholismo. Cada ruso consume una media de 18 litros de alcohol puro al
año.
En enero el Gobierno ya subió los impuestos sobre la cerveza y estableció para el
vodka un precio mínimo de 89 rublos, lo que equivalió a doblar el precio de la
botella más barata.
Fuente:
http://www.europapress.es/internacional/noticia-rusia-estudia-posibilidad-doblar-
precio-minimo-vodka-20100609165339.html
42 de 152
16 MICROECONOMÍA
El Estado puede fijar también impuestos a las empresas –otros impuestos
podrían ir destinados a las familias- por distintos motivos; con el fin de recaudar dinero
para sufragar sus actividades, para disminuir las cantidades que se consumirían si
dejáramos actuar libremente a la oferta y la demanda y se tratase de un bien dañino para
la salud –como el tabaco-, o para el medio ambiente –emisiones de CO2-, etc.
Los impuestos pueden ser de muy variados tipos –de cuantía fija, ad valorem,
etc.-, aunque nosotros nos referiremos aquí únicamente a aquellos que gravan en una
determinada cantidad cada unidad de producto fabricada. Como vemos en la figura
2.20, si el empresario ha de abonar a la Hacienda Pública t unidades monetarias por
cada unidad producida, la curva de oferta se desplazará paralelamente hacia arriba en
esa misma medida –véase el gráfico adjunto-; al fin y al cabo, se trata de un incremento
de costes más.
Figura 2.20: Impuesto a las empresas
Si por cada unidad de producto vendida, el Estado va a recaudar t unidades
monetarias, y se venden Q*2 unidades, la recaudación total que se efectúe será la suma
de las áreas punteada y rayada.
El precio aumenta desde P*1 hasta P
*2, por lo que los consumidores no van a
pagar del impuesto más que la parte punteada (antes pagaban un precio P*
1, ahora van a
pagar un precio P*2 , y van a comprar Q
*2 unidades).
La parte rayada no van a poder trasladársela los empresarios a los consumidores,
por lo que acabarán asumiéndola ellos.
El resultado que se obtiene sobre el precio y la cantidad de equilibrio con la
fijación de un impuesto es claro: el precio aumenta, y la cantidad consumida disminuye.
El cuadro adjunto muestra un ejemplo de la fijación de un impuesto justificado
en intentar la disminución del consumo de un determinado bien.
D
P
Q*2
O’
P*2
P*1
Q*1 Q
2
1
O
t
43 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 17
REPORTAJE
El que engorda, paga más
Científicos estadounidenses han propuesto gravar las bebidas azucaradas para frenar la
epidemia de sobrepeso - La industria alimentaria responde con un 'ataque preventivo'
DAVID ALANDETE 06/10/2009
En la guerra contra la obesidad, los científicos han encontrado un nuevo enemigo: las
bebidas azucaradas. Un prestigioso grupo de estudiosos y expertos en nutrición le ha
pedido al Gobierno Federal de EE UU que aplique un nuevo impuesto sobre ese tipo
de refrescos, a los que acusan de tener una responsabilidad central en la epidemia de
sobrepeso que vive el país. Con el dinero recaudado se podría financiar una parte de la
reforma sanitaria en marcha. La industria, sin embargo, contemplando una posible
caída de ventas, ha pasado al ataque, reforzando sus lobbies en Washington y
preparándose para evitar cualquier incremento de precio, a toda costa.
La propuesta de gravar los refrescos la planteó el mes pasado un grupo de prestigiosos
expertos de las Universidades de Yale y Harvard, en un polémico artículo publicado
en New England Journal of Medicine. Su propuesta es que el Gobierno Federal
imponga un nuevo impuesto de un céntimo de dólar por cada onza (28 gramos) de
refresco que incluya edulcorantes calóricos (una lata de Coca-Cola tiene 139 calorías).
Es, en realidad, una medida largamente contemplada y, hasta el momento, nunca
aprobada (...)
Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/engorda/paga/elpepisoc/20091006elpepisoc
_2/Tes
44 de 152
18 MICROECONOMÍA
La traslación del impuesto a los consumidores por parte de los empresarios será
mayor o menor dependiendo principalmente de la elasticidad de la demanda, la cual
viene marcada por la existencia o inexistencia de sustitutivos de ese bien y de lo
imprescindible -de primera necesidad o no- que resulte para los consumidores. Así, si
un bien es de primera necesidad para un consumidor –la insulina para un diabético, por
ejemplo-, y carece de sustitutivos, su función de demanda será muy rígida o inelástica.
En ese caso, ante incrementos en el precio, la disminución en la cantidad demandada
será muy pequeña –como en el gráfico de la izquierda de la figura 2.21-. Por el
contrario, si el bien de que se trate no es en absoluto imprescindible para el consumidor,
y además existen sustitutivos muy cercanos, la función de demanda será muy elástica, y
ante pequeñas variaciones en el precio, la respuesta a través de la reducción de la
cantidad consumida será alta –como en el gráfico de la derecha-.
Figura 2.21: Función de demanda rígida y función de demanda elástica
Cuando la función de demanda es rígida, aunque aumente el precio los
consumidores apenas reducen la cantidad que demandan. Por ello, la traslación del
impuesto es alta (el área punteada, que indica qué parte pagan los consumidores en la
figura 2.22, es ancha).
Figura 2.22: Traslación del impuesto en una demanda rígida
Función de demanda rígida
P
Q2
D
P1
P2
1
2
Q1
Q
Q2 Q1 Q
P
D P1
P2
1
2
Función de demanda elástica
O’
O P
Q2
D
P1
P2
1
2
Q1
Q
t
45 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 19
Cuando la función de demanda es elástica, un pequeño incremento en el precio
provoca que los consumidores reduzcan de forma apreciable la cantidad que demandan.
Por ello, la traslación del impuesto es baja (el área punteada, que indica qué parte pagan
los consumidores en la figura 2.23, es estrecha). Los empresarios en este caso han de
asumir buena parte del impuesto (el área rayada es ancha).
Figura 2.23: Traslación del impuesto en una demanda elástica
Desde el punto de vista de la eficiencia, podemos observar en la figura 2.24 que
antes de que se fijase el impuesto, las áreas 1 y 2 formaban parte del excedente de los
consumidores, y las áreas 3 y 4 pertenecían al excedente de los productores. Con el
impuesto, las 4 áreas desaparecen de ambos excedentes, aunque en parte se recuperarán
a través de la recaudación impositiva, que representan las áreas 1 y 3. Por tanto, las
áreas 2 y 4 son la pérdida de eficiencia del impuesto.
Figura 2.24: Ineficiencia del impuesto
D
P
Q*2
O’
P*2
P*1
Q*1 Q
2 1
O
3 4
O’
O
Q2 Q1 Q
P
D P1
P2 1
2
t
46 de 152
20 MICROECONOMÍA
También interviene el Estado, en sentido contrario al de los impuestos,
abaratando el precio de determinados bienes mediante las subvenciones que concede.
Es el caso opuesto al del impuesto, y en lugar de penalizar el consumo se trata de
promover el uso de determinados bienes -por ejemplo, si se quiere potenciar el uso del
papel reciclado, se puede abaratar “artificialmente” -es decir, fuera de lo que dictarían la
oferta y la demanda-, concediendo una subvención a las empresas productoras por cada
unidad de bien producida. El efecto será una traslación de la función de oferta hacia
abajo como vemos en la figura 2.25 –equivale a una disminución de los costes-, por lo
que el nuevo equilibrio se producirá para una cantidad mayor y a un precio menor.
Aunque beneficia a los consumidores y productores, la subvención incorpora una
ineficiencia pues el gasto del Estado es superior a la ganancia de demandantes y
oferentes.
Figura 2.25: Efectos de una subvención a las empresas
Otra intervención del Estado en el mecanismo de mercado la constituye la
fijación de aranceles, ya sea para proteger la producción nacional de un bien, o
simplemente con fines recaudatorios. Un arancel no es más que un impuesto a las
importaciones. Si partimos de un mercado cerrado a las transacciones internacionales –
en el que el precio y la cantidad de equilibrio son P* y Q
*respectivamente-, y de repente
esa economía se abre al exterior –suponiendo evidentemente que el precio de ese bien
en el exterior (Pext) sea menor-, se importarán tantas unidades de producto como sean
necesarias para salvar la diferencia entre la cantidad que a ese precio internacional
estarían dispuestos a producir las empresas nacionales, QO, y la cantidad que los
consumidores estarían dispuestos a adquirir, QD, como vemos en el gráfico de la figura
2.26.
D
P
Q*1
O
P*
2
P*
1
Q*2 Q
1
2
O’
s
47 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 21
Figura 2.26: Importaciones sin aranceles
Si el Estado fija un arancel, como vemos en la figura 2.27, la producción de las
empresas nacionales aumentará -desde QO, hasta QOa- y las importaciones que se
realicen se reducirán –además de obtener una recaudación por el arancel-.
Figura 2.27: Importaciones con un arancel
QD QO
D
P
Q
O
Importaciones
Q*
P*
Pext
Pext + ar.
QD QO
D
P
Q
O
Importaciones
Q*
P*
Pext
QO
a QD
a
48 de 152
22 MICROECONOMÍA
Los aranceles benefician a los productores nacionales, pues pueden vender una
mayor cantidad y lo hacen a un precio más alto, mientras que perjudican a los
consumidores pues han de abonar un precio mayor y además disfrutan de una menor
cantidad de los bienes.
Desde el punto de vista de la eficiencia, podemos observar en la figura 2.28 que
las áreas 1, 2, 3 y 4 formaban parte del excedente de los consumidores antes de que se
fijase el arancel, pues podían adquirir QD unidades al precio Pext mientras que su
disposición a pagar era mayor –venía dada por la función de demanda-. Con el arancel,
dado que el precio aumenta y con ello la cantidad que los productores nacionales están
dispuestos a producir también lo hace, el área 1 pasa a formar parte del excedente de los
productores.
Figura 2.28: Ineficiencia del arancel
La recaudación viene dada por el área 3, pues el área de ese rectángulo sería el
volumen de importaciones multiplicado por el importe unitario del arancel. Las áreas 2
y 4 por tanto, se pierden del excedente de los consumidores pero no pasan a formar
parte ni del excedente de los productores ni de la recaudación arancelaria. Podríamos
decir metafóricamente que “se evaporan”: representan la pérdida de eficiencia que
incorpora el arancel.
QD QO
D
P
Q
O
Pext
QO
a QD
a
1 2 3 4 Pext+Ar
49 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 23
2.5.- LA ELASTICIDAD
Hemos estudiado al principio de este tema que cuando el precio de un bien
aumenta, la cantidad que los consumidores desean adquirir disminuye, mientras que la
cantidad que desean vender los productores aumenta. También vimos que la cantidad
que los consumidores desean adquirir de un bien depende de la renta que perciba el
consumidor, así como del precio de otros bienes relacionados con él –porque le son
sustitutivos o complementarios-. Podemos medir esas variaciones, y utilizaremos un
concepto específico para ello, que es el de la elasticidad. La elasticidad mide la
sensibilidad de una variable ante las variaciones que se puedan producir en otra.
En concreto, la elasticidad indica la variación porcentual que experimenta una
variable ante una variación de otra de un 1 por ciento.
Aunque existen más posibilidades, estudiaremos aquí 4 tipos concretos de elasticidad:
La elasticidad-precio de la demanda
La elasticidad-precio de la oferta
La elasticidad cruzada de la demanda
La elasticidad renta de la demanda
La elasticidad-precio de la demanda mide la variación porcentual que
experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de
su precio. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:
Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:
En los casos en los que la función de demanda sea lineal, a pesar de que la
pendiente sea constante, generalmente el valor de la elasticidad no lo será.
Efectivamente, si nos fijamos en la fórmula anterior, el valor de la derivada
sí que será una constante –es la pendiente de una recta, que obviamente es una
constante-, sin embargo, la segunda parte,
, no lo será según consideremos la
elasticidad-precio de la demanda en un punto o en otro a lo largo de la función. Por
ejemplo, si consideramos la función de demanda lineal Q = 2000 – 10P, al utilizar la
fórmula,
, la derivada de Q respecto de P será – 10. Sin embargo, en cada
punto a lo largo de la recta tendremos un valor diferente para el cociente
.
Por lo general, como hemos visto en este ejemplo numérico, el valor de la
elasticidad-precio de la demanda será negativo, pues al aumentar el precio, la cantidad
demandada se verá reducida. La única excepción la supondrán los bienes llamados
50 de 152
24 MICROECONOMÍA
Giffen, en los que la elasticidad-precio de la demanda será positiva –al aumentar el
precio, crece la cantidad demandada-. Los estudiaremos en el tema correspondiente al
comportamiento del consumidor.
Los casos extremos que podemos considerar son aquellos en los que la
elasticidad-precio de la demanda sean cero ó infinito.
Figura 2.29: Función de demanda con elasticidad cero y con elasticidad infinita
En la parte izquierda de la figura 2.29, si se produce un incremento en el precio,
por ejemplo de P1 a P2, la cantidad demandada, Q, no se ve alterada. La elasticidad-
precio de la demanda, en este caso, es cero.
En la parte derecha de la figura 2.29, por pequeña que sea la alteración del
precio desviándose de P1, la cantidad demandada se reducirá drásticamente hasta cero.
En este caso, por tanto, la elasticidad es infinita.
La elasticidad-precio de la oferta mide la variación porcentual que experimenta
la cantidad ofertada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de su precio. Por
ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:
Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:
Función de demanda con elasticidad cero Función de demanda con elasticidad infinita
P
Q
D
P1
P2
1
2
Q
P
D P1
Q
51 de 152
MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 25
Aunque su formulación matemática sea similar, a diferencia de lo que hemos
visto que ocurría con la elasticidad-precio de la demanda, la elasticidad-precio de la
oferta suele ser positiva pues al aumentar el precio más productores estarán dispuestos a
suministrar ese producto: la cantidad ofertada aumentará.
La elasticidad cruzada de la demanda mide la variación porcentual que
experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento
del precio de otro bien. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:
Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:
Si la elasticidad cruzada de la demanda es positiva significa que al aumentar el
precio de un bien, aumenta la cantidad que demandamos de otro. Esto ocurre cuando
ambos bienes tienen un cierto grado de sustituibilidad; si aumenta el precio de las
naranjas, demandamos más mandarinas.
Por el contrario, si la elasticidad cruzada de la demanda arroja un valor negativo,
nos estará indicando que ambos bienes son complementarios; al aumentar el precio de
uno, disminuye la cantidad demandada del otro; si crece el precio de los alojamientos
turísticos en Chipre, disminuirá la demanda de billetes de avión a ese destino.
La elasticidad renta de la demanda mide la variación porcentual que
experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de
la renta del consumidor. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:
Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:
Así, si al aumentar la renta de los individuos la cantidad que se demanda del
bien objeto del estudio aumenta, diremos que es un bien normal –es decir, que el valor
de la elasticidad renta de la demanda será positivo-. Sin embargo, si la cantidad
disminuye ante un aumento de la renta, se tratará de lo que denominamos un bien
inferior. Retomaremos este asunto cuando estudiemos el comportamiento del
consumidor.
52 de 152
26 MICROECONOMÍA
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a los contenidos de este módulo
siguiendo el enlace: ejercicios resueltos.
EJERCICIOS NO RESUELTOS
1.- Represente gráficamente qué ocurre con las áreas del excedente de los
consumidores y el excedente de los productores cuando se concede una subvención a la
producción de un bien, comparándolas con el importe que el Estado ha de abonar por
dicha subvención.
2.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se
producen simultáneamente los siguientes hechos:
a) Aumenta la renta de los consumidores (se trata de un bien normal).
b) Disminuye el coste de una materia prima necesaria para la fabricación del bien.
4.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se
producen simultáneamente los siguientes hechos:
a) El bien que estamos estudiando se pone de moda.
b) Aumentan los impuestos que han de pagar las empresas.
3.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se
producen simultáneamente los siguientes hechos:
a) Aumenta el precio de un bien complementario.
b) Se produce una mejora tecnológica en la fabricación del bien.
53 de 152
MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 1
EL COMPORTAMIENTO DEL
CONSUMIDOR
En este módulo vamos a estudiar el comportamiento del consumidor, uno de los
agentes económicos principales. Supondremos que los consumidores dedican la renta
de la que disponen a adquirir una serie de bienes y servicios buscando con ello
maximizar su utilidad. Para ello será necesario tener en cuenta el precio del bien
objeto de estudio así como de los bienes que están relacionados con el mismo -
complementarios o sustitutivos-, la renta disponible y otros factores, veremos cómo se
conformará la demanda individual de los bienes, y a partir de ésta obtendremos la
demanda total del producto en cuestión. Asimismo, comprenderemos cómo podemos
diferenciar los dos efectos que van a afectar a la cantidad demandada de un bien
cuando se produce una variación en el precio del mismo -efecto renta y efecto
sustitución-, lo que nos permitirá diferenciar entre bienes normales e inferiores.
54 de 152
2 MICROECONOMÍA
3.1. LA TEORÍA DE LA DEMANDA Y DE LA UTILIDAD
La teoría de la demanda y de la utilidad estudia la forma en la que distribuiría la
renta un individuo que actuara con racionalidad económica entre las distintas
posibilidades de consumo con las que contase, es decir, asumiendo que buscará
maximizar su utilidad total.
Para poder estudiar el comportamiento del consumidor, hay que tener en cuenta
las dos principales características relativas a la utilidad que el consumo de un bien
reporta a los individuos, que son:
La utilidad total es creciente.
La utilidad marginal es decreciente.
Figura 3.1: Utilidad total y utilidad marginal
En efecto, cuantas más unidades de un bien consumimos, más “placer”
experimentamos; nuestro bienestar crece. Sin embargo, ese “placer” o utilidad que nos
proporciona cada unidad adicional que consumimos de un bien es cada vez menor: si
sólo tomamos un vaso de agua a lo largo de todo un día, éste nos proporciona un nivel
de utilidad muy grande; el segundo también es muy positivo, aunque algo menos que el
primero; el tercero menos que el segundo, etc. Consumir tres es mejor que dos y dos es
mejor que uno, -por lo que la utilidad total es creciente- pero individualmente el primero
nos proporciona mayor utilidad que el segundo, y éste más que el tercero –y por
consiguiente la utilidad marginal es decreciente-.
Siendo esto así, con el fin de maximizar su utilidad y teniendo en cuenta el
precio de los distintos bienes, los consumidores actuarían conforme al principio
equimarginal, también conocido como ley de la igualdad de las utilidades
marginales ponderadas.
Según esta ley, los consumidores adquirirán diferentes cantidades de los
distintos bienes hasta que se produzca una igualdad entre la utilidad marginal que cada
uno le proporciona, dividido por el precio que le cuesta comprarlo.
UT
UMg
UT UMg
Q Q
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 3
De esta manera, partiendo de esta situación de equilibrio, si el precio de un bien
aumentase, su cociente disminuiría. Para restaurar la igualdad, sería necesario consumir
menos de ese bien y más de los demás. Al consumir menos de ese bien, su utilidad
marginal crecería, por lo que se tendería a reestablecer el equilibrio. Asimismo, al
consumir más unidades de otros bienes, la utilidad marginal de los mismos disminuiría,
por lo que actuaría de la misma forma tendiéndose a recuperar la igualdad inicial.
Obviamente, ante un descenso en el precio de un bien, el proceso sería análogo
pero a la inversa.
Al realizar la demanda de unos u otros bienes, los individuos muestran -además
de su capacidad adquisitiva- sus preferencias. Para poder realizar un estudio
sistemático desde la teoría económica, las preferencias de los individuos han de cumplir
una serie de características:
Completitud. Hemos de saber si un individuo prefiere el bien A al bien B, ó
bien el bien B al bien A, o si se muestra totalmente indiferente entre el consumo de uno
y otro; pero debe tener completamente definidas todas sus preferencias de alguna de
estas maneras.
Transitividad. Si un individuo prefiere el consumo del bien A al del bien B, y
el del bien B lo prefiere al del bien C, necesariamente ha de preferir el consumo del bien
A al del bien C. Las preferencias por tanto han de ser transitivas.
Insaciabilidad. Este principio viene a decir que “más es mejor que menos”, o
bien que “cuanto más mejor”. Aunque la utilidad que proporciona cada unidad adicional
consumida de un determinado bien sea cada vez menor, puesto que la utilidad marginal
es decreciente, ésta no llega nunca a hacerse negativa. Estudiaremos, no obstante, el
caso en el que este principio se incumple y los “bienes” se convierten en “males” a
partir de un determinado nivel de consumo –los bienes saciables-.
Conocidas las características que han de cumplir las preferencias de los
consumidores respecto al consumo de los distintos bienes, podemos ya definir y conocer
cómo son las curvas de indiferencia.
Una curva de indiferencia es el conjunto de todas las combinaciones de bienes
entre las que el consumidor se muestra indiferente, pues le proporcionan el mismo nivel
de utilidad –bienestar-. Para poder analizarlo más fácilmente -así se pueden dibujar en
el plano-, solemos realizar el estudio de las curvas de indiferencia referidas únicamente
a dos bienes, que se representan en los ejes de abscisas y ordenadas, aunque las
conclusiones que se obtienen son extensibles a un número tan alto de bienes como
deseemos, pues en la realidad las elecciones las realizamos entre un número casi infinito
de bienes.
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4 MICROECONOMÍA
Figura 3.2: Una curva de indiferencia
En la figura 3.2. hemos dibujado una curva de indiferencia de un individuo entre
los bienes x e y. El consumidor es indiferente entre cualesquiera puntos que estén
situados a lo largo de la curva. Así, por ejemplo, le dará igual estar en el punto A, en el
que consume ya unidades del bien y junto con xa unidades del bien x, que situarse en el
punto B y consumir una cantidad menor del bien y –yb- pero una cantidad mayor del
bien x –xb-. El aumento de bienestar que obtiene por consumir más unidades del bien B
compensa exactamente a la pérdida de bienestar –utilidad- derivada de consumir una
cantidad menor del bien A.
Una característica fundamental de las curvas de indiferencia es que cuanto más
alejada del eje de coordenadas esté una curva de indiferencia, más utilidad representa.
Esto es así siempre que se cumpla el principio de insaciabilidad, pues en puntos más
alejados el individuo gozará del consumo de más de al menos uno -o de los dos- de los
bienes representados en los ejes.
Como se puede apreciar en la figura 3.3., la curva de indiferencia más alejada
del origen de coordenadas contiene al punto B. En este punto, el consumidor goza de
mayor cantidad del bien x y del bien y que en el punto A, por lo que necesariamente ha
de estar mejor; la utilidad que representa es mayor.
Figura 3.3: Dos curvas de indiferencia
y
x
ya
xa
yb
xb
A
B
y
x
yb
xa
ya
xb
B
A
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 5
La pendiente de las curvas de indiferencia -el cambio del valor de la variable
representada en el eje vertical dividido por el cambio de la variable representada en el
horizontal-, es negativa. Si esto no fuese así, es decir, si una curva de indiferencia
tuviese pendiente positiva como la representada en la figura 3.4, se estaría incumpliendo
el supuesto de la insaciabilidad. Obsérvese que en el punto A el individuo goza de una
mayor cantidad tanto del bien x como del bien y que en el punto B. Si ambos bienes
reportan una utilidad positiva, es imposible que los puntos A y B formen parte de una
misma curva de indiferencia.
Figura 3.4: Curva de indiferencia con pendiente positiva
La pendiente nos indica a qué tasa está dispuesto a intercambiar un bien por otro
un consumidor. La pendiente no es constante, por lo general, a lo largo de la curva de
indiferencia.
Al valor absoluto de la pendiente de una curva de indiferencia se le llama
relación marginal de sustitución, y nos indica la cantidad del bien representado en
ordenadas a la que está dispuesto a renunciar un consumidor para obtener una unidad
adicional del bien representado en el eje de abscisas.
La relación marginal de sustitución desciende conforme nos desplazamos hacia
abajo a lo largo de una curva de indiferencia, por lo que en el caso general las curvas
de indiferencia son convexas respecto del origen. Esto es así porque cuantas menos
unidades de un bien tenemos más valor les damos –más utilidad nos proporcionan-, y
por tanto más unidades de otro nos tienen que dar para renunciar a una de ellas.
Figura 3.5: La relación marginal de sustitución
y
x
ya
xa
yb
xb
A
B
y
x
a
3
1
4
A
B
C D
5 6 1 2
c 1
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6 MICROECONOMÍA
En la figura 3.5, si un individuo se encuentra en el punto A y desea tener una
unidad más del bien x, pasando al punto B, ha de renunciar a una cantidad del bien y
como la del segmento a. La relación marginal de sustitución sería en este caso a/1 = a.
Si se encontrara en el punto C y deseara obtener una unidad adicional del bien x,
pasando al punto D, habría de renunciar a una cantidad del bien y como la del segmento
c, que como se puede apreciar, dado que la curva de indiferencia es convexa respecto
del origen, es menor que el segmento a. La relación marginal de sustitución sería en este
caso c/1 = c.
Una característica importante de las curvas de indiferencia es que no se cortan.
Si esto fuera así, se estaría violando el axioma de transitividad. Como vemos en la
figura 3.6, el punto A y el punto B forman parte de una misma curva de indiferencia, por
lo que reportan el mismo nivel de utilidad. Asimismo, el punto A y el punto C están
situados sobre una misma curva de indiferencia, por lo que también proporcionan el
mismo nivel de utilidad. Si esto es así, conforme al principio de transitividad, si A = B y
A = C, se ha de cumplir B = C. Sin embargo, esto es imposible pues ambos puntos
cuentan con la misma cantidad del bien y, pero en el punto C la cantidad del bien x es
mayor que la cantidad del dicho bien en el punto B –xc > xb- por lo que el punto C ha de
proporcionar un nivel de utilidad mayor. Las curvas de indiferencia, por consiguiente,
no pueden cortarse.
Figura 3.6: Las curvas de indiferencia no se cortan.
El hecho de que las curvas de indiferencia no se corten no implica, sin embargo,
que necesariamente hayan de ser paralelas. Pueden acercarse cada vez más, porque las
curvas de indiferencia son líneas y por tanto no tienen ancho, como se puede apreciar en
la figura 3.6.
Figura 3.6: Las curvas de indiferencia no necesariamente son paralelas.
y
x
yb,c
xa
ya
xb
B
A
C
xc
y
x 59 de 152
MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 7
El mapa de indiferencia es el conjunto total de curvas de indiferencia, y nos
muestra cómo son las preferencias de un individuo entre dos bienes. En la figura 3.7
hemos representado un mapa de indiferencia, nombrando a cada curva de indiferencia
por el nivel de utilidad que proporcionan, de modo que U4 > U3 > U2 > U1.
Figura 3.7: Mapa de indiferencia de un individuo entre los bienes x e y.
En ocasiones se incumplen alguno o algunos de los supuestos de las preferencias
de los individuos, como en el caso de los sustitutivos perfectos, los complementarios
perfectos, los bienes indiferentes, los bienes saciables y los males.
Diremos que dos bienes son perfectamente sustitutivos cuando el individuo se
muestre completamente indiferente entre el consumo de uno y otro. Además, la
sustitución la realiza a una tasa constante, es decir, que tienen una relación marginal
de sustitución constante.
Como consecuencia de ello, su representación gráfica será el de líneas rectas -y
no curvas convexas como ocurría en el caso general- pero siempre con pendiente
negativa como las de la figura 3.8.
Figura 3.8: Bienes perfectamente sustitutivos
y
x
y
x U1
U2
U3
U4
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8 MICROECONOMÍA
Si a un individuo le da exactamente lo mismo una moneda de 2 euros que dos
monedas de 1 euro, y le da igual tener dos monedas de 2 euros que una de 2 euros y dos
de 1 euro ó cuatro de 1 euro, etc. se trata de dos bienes perfectamente sustitutivos, a esa
tasa constante (una moneda de dos euros equivale a dos monedas de un euro siempre).
Un caso particular de los bienes perfectamente sustitutivos es el de los bienes
homogéneos, que son sustitutivos perfectos con una relación marginal de sustitución
constante e igual a uno. A todos los efectos, el consumidor considera idénticos los
bienes. Si un individuo considera que un litro de gasolina en Repsol es igual que un litro
de gasolina en Campsa, estamos ante bienes homogéneos.
Dos bienes son complementarios perfectos cuando han de consumirse
conjuntamente, en proporciones fijas.
El mapa de indiferencia para un par de complementarios perfectos es una serie
de ángulos rectos, que se encuentran a lo largo de una línea que parte del origen y cuya
pendiente es igual a la proporción en que se consumen los bienes.
Figura 3.9: Bienes perfectamente complementarios
El ejemplo típico de complementarios perfectos es el de los zapatos del pie
derecho y los del pie izquierdo. Con un par de zapatos satisfaremos la necesidad de
calzado de un individuo de la misma manera que con un zapato del pie derecho y dos,
tres, cuatro ó cien mil del pie izquierdo; sólo tenemos un par. Mejor que un par son dos,
pero con dos zapatos de un pie sólo se pueden formar dos pares por muchos que se
tengan del otro pie.
En este caso, la proporción en que se consumen ambos bienes es uno a uno, por
lo que la pendiente será uno.
Cuando un bien no le reporta ninguna utilidad -ni desutilidad- a un individuo, es
un bien indiferente. El mapa de indiferencia correspondiente estará formado por un
conjunto de líneas rectas, paralelas al eje en el que esté representado dicho bien
indiferente. Si a un individuo no le interesa el teatro, el que le regalen entradas para una
o más funciones le será indiferente -siempre que no se vea obligado a ir o pueda
regalárselas a alguien o canjearlas por algún otro bien-.
y
x
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 9
Las preferencias de un click
Un click de Playmobil –de Famobil para quienes somos mayores y los
recordamos con el nombre con el que se empezaron a comercializar en
España- entra en una cafetería y le pide al camarero que está tras la barra
un refresco de cola.
- ¿Coca Cola o Pepsi? Le responde este.
- Me da igual; me lo voy a echar por encima.
(Probablemente esta aclaración es innecesaria para casi todo el mundo, pero por si
alguien no lo sabe, los clicks no tienen articulación en el codo y el brazo está totalmente
rígido, de modo que es imposible acercar la mano a la boca e intentándolo sólo se puede
conseguir elevar el brazo hacia la cabeza... de tal forma que el contenido del vaso se
vierta sobre la misma).
¿Cómo serían las curvas de indiferencia de un click respecto de la Coca
Cola y la Pepsi?
A diferencia de lo que ocurre en el caso general, en el que las curvas de
indiferencia son convexas respecto del origen, para el click se trata de
líneas rectas y no de curvas. Así, dos Coca Colas le reportan exactamente
la misma utilidad que una Coca Cola y una Pepsi, o que dos Pepsis. Del
mismo modo, tres Coca Colas son equivalentes a dos Coca Colas y una
Pepsi, o una Coca Cola y dos Pepsis o, finalmente, a tres Pepsis.
Para un click, la Coca Cola y la Pepsi son dos bienes perfectamente
sustitutivos.
¿Sería usted capaz de realizar la representación gráfica de las curvas de
indiferencia de un click entre las Coca Colas y las Pepsis?
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10 MICROECONOMÍA
Figura 3.10: Un bien normal (el bien y) y un bien indiferente (el bien x).
Si un “bien” le reporta desutilidad a un individuo, es decir, que desearía tener lo
menos posible de dicho bien -e incluso nada, si eso es posible-, se trata de un mal. El
mapa de curvas de indiferencia, en este caso, estaría formado por curvas con pendiente
positiva. Nadie desea tener males, pero en ocasiones hemos de padecerlos si son
condición necesaria para obtener otros bienes. Si un proceso productivo es
contaminante, tendremos que admitir una cierta cantidad del mal polución para obtener
el producto que deseamos, y en una cantidad mayor cuanto más bien queramos tener.
Figura 3.11: Un bien (el bien x) y un mal (el bien y).
Existen bienes que incumplen el supuesto de la insaciabilidad a partir de una
determinada cantidad. En ese caso, las curvas de indiferencia cambiarán de pendiente -
de negativa a positiva- a partir de ese punto. Tomar una cerveza, o dos, nos puede
y
x
x
y
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 11
resultar placentero cuando tenemos sed; pero sobrepasar nuestro límite –y cada uno
sabrá cuál es el suyo- hará sentirnos peor y que se convierta en un mal a partir de ese
momento.
Figura 3.11: un bien normal (el bien x) y un bien saciable (el bien y)
3.2. LA RESTRICCIÓN PRESUPUESTARIA
En el análisis del comportamiento del consumidor no sólo hemos de tener en
cuenta los gustos y preferencias de los individuos. Junto a ellos, hay que considerar la
renta o ingresos de los que dispone, puesto que limitan su posibilidad de acceso a
adquirir los distintos bienes. Del mismo modo, el precio de los distintos bienes también
es fundamental para determinar las decisiones de consumo de los individuos.
La restricción presupuestaria muestra todas las posibles combinaciones de
bienes que se pueden adquirir gastando toda la renta disponible. Presenta, por tanto,
todas las posibilidades de consumo disponibles para un determinado nivel de renta y
unos precios de los bienes dados.
Si llamamos R a la renta; Px al precio de uno de los bienes representados en los
ejes -el bien x-, Py al precio del otro -el bien y-, la restricción presupuestaria se
expresaría como:
R = Px · x + Py · y
Para representarla gráficamente, como hacemos en la figura 3.12, se consideran
los puntos en los que corta con los ejes de coordenadas. Cuando la cantidad consumida
del bien x = 0, despejando en la igualdad anterior, tenemos que y = R/Py, que es el punto
de corte con el eje de ordenadas. Si la cantidad consumida del bien y = 0, tenemos que
x = R/Px, que es el punto de corte con el eje de abscisas.
y
x
punto de saciabilidad
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12 MICROECONOMÍA
Figura 3.12: La restricción presupuestaria
Ante variaciones en el nivel de renta del individuo, la restricción
presupuestaria se desplazará; hacia afuera si se producen incrementos, hacia dentro si
son disminuciones.
Sin embargo, si son variaciones en los precios, el punto de corte con el eje en el
que está representado el bien cuyo precio permanece constante no se moverá, pivotando
la restricción presupuestaria sobre el mismo. Vemos ambas posibilidades en los dos
gráficos de la figura 3.13.
Figura 3.13: Variaciones en la restricción presupuestaria: un incremento de renta y una
disminución del precio del bien x
Ante un incremento –o una disminución- de la renta, por consiguiente, la
restricción presupuestaria se desplaza paralelamente; si lo que varía es el precio, la
restricción presupuestaria cambia de pendiente.
y
R’/py
R/py
R/px R’/px x R/px R/p’x x
y
R/py
y
R/py
R/px x
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 13
3.3. EL EQUILIBRIO DEL CONSUMIDOR
Sólo nos queda, para comprender el comportamiento del consumidor,
considerar conjuntamente sus gustos y preferencias -expresados en las curvas de
indiferencia- con sus posibilidades -manifestadas por la restricción presupuestaria-.
Dado que suponemos que se trata de individuos económicamente racionales,
asumimos que buscarán maximizar su utilidad –intentarán alcanzar la curva de
indiferencia más alejada del origen de coordenadas posible- dadas sus limitaciones –es
decir, sin poder sobrepasar su restricción presupuestaria-. Esto se alcanzará, en el caso
general, en un punto en el que una curva de indiferencia sea tangente -no secante- con la
restricción presupuestaria.
Además, en ese punto, la relación marginal de sustitución ha de ser igual al
cociente de los precios de los bienes representados en los ejes de coordenadas. Esto ha
de ser así porque la RMS es la pendiente de la curva y el cociente de los precios es la
pendiente de la restricción presupuestaria. En un punto de tangencia, es decir, donde
maximiza utilidad cumpliendo la restricción, ambas pendientes han de ser lógicamente
iguales, lo que ocurre en la figura 3.14 en el punto A.
Figura 3.14: Maximización de la utilidad del consumidor
Un punto como el B también es accesible para el consumidor dada su restricción
presupuestaria, pero sería preferible situarse en el punto A, pues pertenece a una curva
de indiferencia más alejada del origen de coordenadas. Un individuo siempre podrá
mejorar si se encuentra en un punto en el que la restricción presupuestaria corta a la
curva de indiferencia. Un punto como C sería preferible al A, pero es inaccesible dados
la renta del consumidor y los precios de los bienes.
Esta igualdad tiene dos excepciones: en las soluciones de esquina y en las
ocasiones en las que la restricción presupuestaria está quebrada.
x
A
B
y
B
B
C
B
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14 MICROECONOMÍA
Figura 3.15: Una solución de esquina
En la figura 3.15 observamos una solución de esquina. Este consumidor
maximiza su utilidad, dada su restricción presupuestaria, consumiendo únicamente
todas las unidades que pueda del bien x, pues así alcanza la curva de indiferencia más
alejada posible del origen de coordenadas, teniendo en cuenta la renta de la que dispone
y los precios de los bienes x e y. En ese punto, como se puede apreciar en el gráfico, la
pendiente de la restricción presupuestaria no coincide con la de la curva de indiferencia
–serían secantes y no tangentes-.
Figura 3.16: Una restricción presupuestaria quebrada
La restricción presupuestaria puede estar quebrada, como la de la figura 3.16,
por diferentes motivos, como la fijación de precios diferentes en función de las
cantidades vendidas o por otras consideraciones. En estos casos, en el punto en el que el
individuo maximiza su utilidad, dada su restricción presupuestaria, no se produce
x
y
x
y
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 15
tampoco la igualdad de la pendiente de la curva de indiferencia con la de la restricción
presupuestaria pues, al estar quebrada, tenemos dos pendientes para ésta en ese punto, y
los dos tramos de la curva de indiferencia serían secantes a la curva de indiferencia.
3.3. OBTENCIÓN DE LA CURVA DE DEMANDA DE UN BIEN
Ante la variación en el precio de un bien podemos observar que tenemos
distintas cantidades consumidas del mismo, pues la tangencia con las curvas de
indiferencia se producirá para distintos valores reflejados en los ejes. Si repitiéramos ese
proceso para los infinitos valores que pudiera adoptar el precio de ese bien,
obtendríamos la cantidad del mismo que estaría dispuesto a adquirir para cada uno de
ellos. De esta forma, deduciríamos la función de demanda de ese bien para ese
individuo, ceteris paribus.
Figura 3.17: Obtención de la curva de demanda de un bien
En la parte superior de la figura 3.17 podemos apreciar que al descender el
precio del bien x desde P0 hasta P1 la restricción presupuestaria del individuo se
desplaza pivotando sobre el otro eje, como hemos explicado anteriormente, y la
cantidad demandada del bien x aumenta desde x0 hasta x1. La relación inversa entre
precios y cantidades demandadas, por tanto, se muestra en la parte inferior de la figura.
Esa es la demanda que realiza un individuo de ese bien; la demanda total de ese
bien en el mercado será la suma o agregación horizontal de las cantidades que deseen
adquirir todos los individuos para cada nivel de precios.
y
Px
P0
P1
x
x
x0 x1
x0 x1
D
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16 MICROECONOMÍA
Del mismo modo que hemos estudiado de qué manera varía la cantidad
demandada cuando se producen modificaciones en el precio de un bien, podemos
hacerlo ante posibles variaciones en la renta.
En esta oportunidad distinguiremos dos posibilidades: que se trate de un bien
normal, o que se trate de un bien inferior. Diremos que un bien es normal cuando ante
un incremento de la renta del consumidor, la cantidad de dicho bien que ese individuo
desea adquirir es mayor. Por el contrario, si es un bien inferior, ante un aumento de la
renta de ese consumidor, demandará una cantidad menor de dicho bien.
La explicación de este hecho radica en que existen bienes que adquirimos
porque no tenemos renta suficiente para poder comprar otros que nos reportarían una
utilidad mayor. Supongamos, por ejemplo, que una persona con un nivel de ingresos
reducido compra yogures de una marca blanca, y que si le suben el sueldo deja de
comprar esos yogures para adquirir otros de una marca conocida. En ese caso, para ese
individuo, los yogures de marca blanca serían un bien inferior (Figura 3.18).
Figura 3.18: Efecto de un incremento de la renta sobre la cantidad demandada en un
bien inferior
D D’
y
Px
P0
R
R1
R0
x
x
x1 x0
x1 x0
x x1 x0
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 17
Otra persona diferente, sin embargo, podría seguir consumiendo la misma marca
de yogures, e incluso en una mayor cantidad, porque tiene más dinero. Para ella, se
trataría por lo tanto de un bien normal (fig. 3.19).
Figura 3.19: Efecto de un incremento de la renta sobre la cantidad demandada en un
bien normal
La relación que existe entre la cantidad demandada de un bien y la renta –que
está representada en la parte inferior del gráfico, tanto en la figura 3.18 como en la
figura 3.19- recibe el nombre de curva de Engel. Si la curva de Engel tiene pendiente
positiva nos está indicando que al aumentar la renta también lo hace la cantidad
demandada –como en la figura 3.19-, por lo que se tratará de un bien normal. Si por el
contrario la curva de Engel tiene pendiente negativa –como en la figura 3.18-, estaremos
ante un bien inferior.
Un ejemplo de bienes normales e inferiores lo tenemos en el recuadro adjunto,
con una noticia aparecida en prensa.
y
Px
P0
R
R1
R0
x
x
x0 x1
x0 x1
x x0 x1
D D’
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18 MICROECONOMÍA
Según un estudio
La crisis lleva más clientes a los
restaurantes de comida rápida
La crisis económica ha transformado los
planes de ocio de los españoles, según los datos
presentados por el sitio web de ocio
'lanetro.com', en los que se refleja que, a la
hora de comer, los españoles han aumentado
sus visitas a restaurantes de comida rápida en
un 52,1 por ciento.
El estudio, que recoge un cambio en las preferencias de
los españoles a la hora de emplear su tiempo libre en
aspectos como la asistencia a espectáculos y restaurantes,
también constata que la búsqueda de un menú inferior a
los 24 euros se ha incrementado en un 25,7 por ciento, en
contraste con aquellos donde el precio es superior a los
36 euros, cuyas visitas han descendido un 37,5 por
ciento. Por su parte, los restaurantes exclusivos como
asadores o marisquerías han descendido sus visitas un
42,3 por ciento. Por otro lado, uno de los sectores que se
han visto beneficiados por la crisis es el cine, que ha visto
incrementada la asistencia a sus salas en un 66,2 por
ciento, en detrimento de otras ofertas como la de los
musicales, que ha reducido la venta de butacas en un 44,2
por ciento.
Fuente:
http://noticias.terra.es/2008/genteycultura/1202/actualidad/la-crisis-
lleva-mas-clientes-a-los-restaurantes-de-comida-rapida.aspx
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 19
3.4. EFECTO RENTA Y EFECTO SUSTITUCIÓN
Al variar el precio de un bien hemos observado que el consumidor decidía
demandar una cantidad diferente del producto. Dentro de esa variación vamos a poder
distinguir dos efectos en este apartado: el efecto renta y el efecto sustitución.
Supongamos por ejemplo que aumenta el precio del bien. En ese caso,
normalmente, la cantidad demandada será menor. Esto se debe a que, al encarecerse ese
bien, los individuos preferirán adquirir otros que le sean relativamente sustitutivos y que
comparativamente se habrán abaratado. Como sustituyen el consumo de un bien por el
de otros recibe el nombre de efecto sustitución.
Pero, asimismo, cuando se encarece un bien, podemos observar que se produce
otro efecto. Así, podríamos decir que el individuo globalmente es “como más pobre”,
pues no es capaz con su renta de acceder a la cesta de consumo a la que antes llegaba.
Es el llamado efecto renta.
La suma de ambos efectos, el efecto renta y el efecto sustitución, es el efecto
total que la variación en el precio de un bien tiene sobre la cantidad consumida del
mismo. En la figura 3.20 hemos representado un incremento del precio del bien x, por lo
que la restricción presupuestaria disminuye pivotando sobre el eje de ordenadas y
podemos ver el efecto total que se produce en la demanda del bien x sobre el eje de
abscisas.
Figura 3.20: Efecto total sobre la cantidad demandada por un aumento del precio
Efecto total
x1 x0 x
y
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20 MICROECONOMÍA
A partir del estudio del efecto renta y el efecto sustitución podemos discernir de
qué tipo de bien se trata para el consumidor. Así, si los efectos renta y sustitución tienen
el mismo signo, estaríamos ante un bien normal.
Por el contrario, si los efectos renta y sustitución tienen distinto signo, se trataría
de un bien inferior.
Si se trata de un bien normal, o de un bien inferior no Giffen, la función de
demanda será como la que habitualmente conocemos: con pendiente negativa.
Como ya hemos señalado, podemos entender un bien inferior como aquel que el
consumidor adquiere porque no tiene renta suficiente para comprar otro que preferiría.
Si la renta del individuo aumenta, dejará de consumir este bien inferior para consumir el
otro. No obstante, respecto a su propio precio, recordemos, actúa “con normalidad”.
En el caso de que, en un bien inferior, en valores absolutos el efecto renta fuera
mayor que el efecto sustitución, estaríamos hablando de un bien Giffen.
Figura 3.21: Efecto total sobre la cantidad demandada de un aumento del precio del bien
x en un bien Giffen
En este caso, la función de demanda de ese bien tendría pendiente positiva; al
aumentar el precio del mismo, se incrementaría la cantidad demandada. Lo vemos en la
figura 3.22. en sentido inverso; al disminuir el precio, también lo hace la cantidad
demandada. Es interesante observar la diferencia con el gráfico que resultaba en la
figura 3.17.
x0 x1 x
y
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 21
Figura 3.22: Obtención de la curva de demanda de un bien Giffen
Para distinguir dentro del efecto total el efecto renta y el efecto sustitución
tenemos dos propuestas: la de Hicks y la de Slutsky.
Ambos autores coinciden en que para distinguir ambos efectos, podemos hacerlo
restando del efecto total el efecto renta; darle o quitarle figuradamente renta al
consumidor –según se trate de un encarecimiento o un abaratamiento del bien-, pero
conservando la nueva relación entre los precios, es decir, con la nueva pendiente de la
restricción presupuestaria.
Hicks considera que, al hacerlo, hemos de preocuparnos de que el individuo
mantenga el nivel de utilidad, es decir, que pueda acceder a la curva de indiferencia
inicial, con lo que el punto de tangencia entre dicha curva de indiferencia y la
restricción presupuestaria ficticia -en la que estamos eliminando el efecto renta-
determinará el nivel de consumo de ese bien considerando únicamente el efecto
sustitución.
En la figura 3.23 hemos supuesto una disminución del precio del bien x. En
consecuencia, la cantidad demandada aumenta desde x0 hasta x1. Este es el efecto total.
Si quitamos ficticiamente renta al consumidor, con los nuevos precios –es decir,
trazando una paralela a la nueva restricción presupuestaria- de forma que pueda tener el
mismo nivel de utilidad inicial –o sea, que dicha paralela sea tangente a la curva de
indiferencia original-, estaremos en el punto x2. Por tanto, el paso de x0 a x2 sería el
efecto sustitución. La diferencia, que es el segmento x2- x1, sería el efecto renta.
y
Px
P0
P1
x
x
x1 x0
x1 x0
D
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22 MICROECONOMÍA
Figura 3.23: Efecto renta y sustitución con la técnica de Hicks
Por su parte, Slutsky considera que lo que se ha de mantener es la posibilidad de
consumo que tenía el individuo; que pueda acceder a la misma cesta de bienes a la que
anteriormente podía llegar. En este caso, el consumidor podrá acceder a una curva de
indiferencia diferente -debido al cambio que se ha producido en la pendiente de la
restricción presupuestaria-, lo que igualmente determinará cuál es el efecto sustitución.
En la figura 3.24 hemos supuesto una disminución del precio del bien x. En
consecuencia, la cantidad demandada aumenta desde x0 hasta x1. Este es el efecto total.
Si quitamos ficticiamente renta al consumidor, con los nuevos precios –es decir,
trazando una paralela a la nueva restricción presupuestaria- de forma que pueda alcanzar
la cesta de consumo inicial –o sea, que dicha paralela sea secante a la curva de
indiferencia original, pasando por el primer punto de equilibrio-, estaremos en el punto
x2. Por tanto, el paso de x0 a x2 sería el efecto sustitución. La diferencia, que es el
segmento x2- x1, sería el efecto renta.
x0 x2 x1 x
y
ET
ES ER
75 de 152
MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 23
Figura 3.24: Efecto renta y sustitución con la técnica de Slutsky
En ambos casos, como hemos visto, el efecto renta se obtiene al restar del efecto
total el efecto sustitución.
Más allá de la diferencia conceptual entre Hicks y Slutsky para diferenciar entre
efecto renta y efecto sustitución, resulta interesante comprender ambos conceptos para
poder interpretar hechos de la vida económica cotidiana. El recuadro de la página
siguiente nos muestra cómo ante incrementos desiguales de los precios de los bienes
que consumimos –como ocurre habitualmente-, la renta necesaria para gozar del mismo
nivel de bienestar es inferior a la que sería preciso tener en el caso de que deseásemos
poder adquirir la misma cesta de bienes inicial, debido a que se produce un efecto
sustitución entre los bienes cuyo precio ha crecido más y aquellos que
comparativamente se han abaratado.
x0 x2 x1 x
y
ET
ES ER
76 de 152
24 MICROECONOMÍA
No se lo cuentes al ministro de Economía...
El índice de precios al consumo (I.P.C.) sirve para observar la
evolución del coste de una cesta de bienes que representa el consumo de
las familias. De esta forma, si los salarios de los trabajadores aumentan en
la misma proporción que lo hacen los precios, los asalariados podrán
mantener su capacidad adquisitiva.
Sin embargo, si nos fijamos en el bienestar de los individuos,
entendido éste como la utilidad que consiguen alcanzar al consumir las
distintas cantidades de unos y otros bienes dada su restricción
presupuestaria, podemos observar que dicho bienestar no permanece
constante, sino que aumenta al incrementarse los salarios en la misma
medida que los precios.
Esto ocurre porque no todos los bienes experimentan la misma
subida de precios; unos lo hacen en mayor medida que otros. De esta
forma, buscando sacarle a su dinero el mayor partido, los consumidores
no adquieren siempre la misma cesta de bienes, sino que tienden a
sustituir aquellos bienes que comparativamente más se han encarecido
por aquellos otros que relativamente se han abaratado.
Por tanto, no es necesario que los salarios crezcan en la misma
medida que los precios para que el bienestar de los individuos
permanezca constante. Por favor, no se lo cuentes al ministro de
Economía...
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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 25
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo el enlace: ejercicios
resueltos.
933
EJERCICIOS NO RESUELTOS
1.- Represente gráficamente el razonamiento desarrollado en este módulo
en el texto titulado “No se lo cuentes al ministro de Economía...”, conforme a las
siguientes recomendaciones:
a) Represente en los ejes únicamente dos bienes, así como la restricción
presupuestaria y la curva de indiferencia que consigue alcanzar el
consumidor.
b) Represente la nueva restricción presupuestaria que existiría al
considerar un incremento desigual de los precios de los bienes que
tienes representados en los ejes.
c) Represente la nueva restricción presupuestaria que existiría como
consecuencia del incremento de renta que obtiene el consumidor al
subir su salario en la misma medida que el IPC. Esto le permitirá
adquirir la misma cesta de bienes con la que maximizaba su utilidad en
el primer apartado.
d) Represente la nueva curva de indiferencia que podrá alcanzar el
consumidor con esta nueva restricción presupuestaria.
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26 MICROECONOMÍA
3.- Represente gráficamente cómo serían las curvas de indiferencia de un
individuo entre dos bienes saciables.
2.- Se estima que la función de utilidad de un individuo respecto del
consumo de dos bienes x e y responde a la siguiente: U(x,y) = 2x .
a) A partir del equilibrio del consumidor, obtenga las funciones de demanda
de los dos bienes.
b) Suponga que Px = 1, Py = 4 y R = 900. Obtenga las combinaciones de de-
manda de equilibrio y el nivel de utilidad.
c) Represente gráficamente el equilibrio del consumidor.
Suponga que se produce una variación en el precio del bien y, de tal forma
que ahora es Py = 2.
d) Calcule el efecto renta y el efecto sustitución según Hicks.
e) Calcule el efecto renta y el efecto sustitución según Slutsky.
f) Represente gráficamente el efecto renta y el efecto sustitución según ambos
autores.
4.- Suponga que el Gobierno desea que se reduzca el consumo de
carburantes fósiles, pues está demostrado que su utilización contribuye al cambio
climático a través de la emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, se
plantea incrementar la fiscalidad sobre la gasolina y el gasoil. Sin embargo, con el
fin de no perjudicar a los consumidores, les reembolsará al final de cada mes, con
la colaboración de las estaciones de servicio, el importe recaudado durante el
mismo, simplemente presentando en la gasolinera la factura o comprobante de
compra.
Analice qué efectos tendrían estas medidas sobre el bienestar de los
consumidores y sobre el consumo de carburantes.
79 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 1
LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES
Para comprender el funcionamiento de la Economía es necesario entender, al
menos, cómo se comportan los consumidores -objeto de estudio del módulo 3-, y cómo
actúan las empresas -módulo 4-. En este módulo analizaremos cómo se produce el
proceso de toma de decisiones en la empresa en aras de maximizar sus beneficios, en
función de cuáles sean sus costes de producción y de cómo pueda combinar los
diferentes factores productivos la empresa, según las tecnologías disponibles.
80 de 152
2 MICROECONOMÍA
4.1. LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN
Una FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN expresa la relación existente entre las diferentes
combinaciones de factores productivos y la cantidad máxima del bien que puede
obtenerse con ellas. Por ello, describe lo que es técnicamente viable cuando la empresa
produce eficientemente.
Podemos distinguir la función de producción a corto y a largo plazo. En el
corto plazo, uno de los factores (generalmente el capital) permanece constante, por lo
que la función de producción expresará la cantidad de producto que podemos obtener en
función del mayor o menor aporte del factor trabajo, de la mano de obra, para una
tecnología dada.
En el corto plazo representaremos por tanto el nivel de producción total en el eje
de ordenadas respecto del trabajo, que estará en el eje de abscisas.
En el caso general, la función de producto total tiene forma de “S” o
sigmoidea; convexa respecto del origen de coordenadas al principio, volviéndose
cóncava a partir de un determinado nivel de trabajo. Véase la figura 4.1.
La explicación económica de este hecho reside en que, según se va incorporando
mano de obra al proceso productivo, se facilita la especialización y la división del
trabajo y todo ello hace mejorar la productividad. Sin embargo, estas mejoras no se
pueden producir indefinidamente, por lo que incorporaciones de trabajadores -o de
horas de trabajo- una vez que se sobrepasa un determinado límite -que dependerá del
sector productivo y de la empresa en particular-, el incremento de producción que
genera un trabajador adicional es menor que el aporte que proporcionaba el
inmediatamente anterior.
Imaginemos que ponemos en marcha una empresa de hacer fotocopias. Si una
sola persona se ocupa de todas las tareas imaginables: limpiar el local, cambiar el tóner,
poner el papel en las máquinas, hacer las fotocopias, encuadernar los trabajos que le
encarguen, ir a comprar el papel, el tóner y demás inputs, ocuparse de la contabilidad,
de los pagos a la seguridad social, a hacienda, al señor que le alquila el local, a los
trabajadores y a los proveedores, cobrar los trabajos realizados, etc. Esa persona, dada la
multitud de tareas que ha de acometer, probablemente pueda hacer pocas fotocopias
cada día, siendo sin embargo esa la labor para la que ha montado la empresa. Si contrata
a una persona para que trabaje con él, se podrán dividir las tareas de tal forma que si
uno se ocupa de la mayor parte de las tareas administrativas, el otro podrá dedicar más
tiempo a hacer fotocopias; una tercera persona incrementará la división del trabajo y
facilitará aun más la especialización, de forma que el producto total crezca. Este proceso
continuará hasta que llegue un momento en el que el aporte de un trabajador adicional
incorporado al proceso productivo genere una cantidad de trabajo inferior a la que
aportó el anterior. Si continúan incorporándose trabajadores, superado ese momento, su
aportación será cada vez progresivamente menor, hasta que llegará el punto en el que
contratar un trabajador adicional haga que la producción total disminuya: sería el
trabajador que estaría molestando a los demás y distrayéndoles porque no tuviera
trabajo que hacer. Obviamente, ninguna empresa razonable llegaría a contratar tantos
trabajadores como para llegar a superar ese punto; es aquel en el que la función de
producto total –figura 4.1.- alcanza su máximo, y es conocido como el máximo técnico,
y contratar más trabajadores haría que el volumen de producto total obtenido
disminuyese.
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 3
Figura 4.1: La función de producto total tiene forma de “S”
4.2. PRODUCTO MARGINAL Y PRODUCTO MEDIO
La función de producto marginal –o productividad marginal- muestra cuál es el
aumento de producto total que se produce cuando se incorpora un trabajador adicional a
la empresa.
Por todo lo explicado respecto de la forma que tiene la función de producto total,
la función de producción en el corto plazo cuenta con una productividad marginal del
trabajo creciente en un primer tramo, y decreciente después. Cuando la función de
producto total alcanza su máximo, la función de producto marginal se hace cero. En
definitiva, por su definición, la función de producto marginal es la derivada de la
función de producto total respecto del trabajo:
En la figura 4.2 podemos observar gráficamente la relación entre las funciones de
producto total y producto marginal.
PT
L
Máximo técnico
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4 MICROECONOMÍA
Figura 4.2: relación entre las funciones de producto total y producto marginal
Además de la función de producto total y del producto -o productividad-
marginal del trabajo que hemos descrito, es interesante mencionar la función de
producto medio. Esta función indica cuál es el producto que como media generan los
trabajadores empleados por la empresa. Por tanto, será igual al cociente del producto
total por el trabajo.
Esta función alcanzará su máximo para un nivel de trabajo tal que si trazamos
una recta que pase por el origen de coordenadas, ésta sea tangente a la función de
producto total.
En efecto, si el producto medio es producto total dividido por L, será igual al
valor de la tangente del ángulo formado entre el eje de abscisas y dicha recta, tratándose
de un triángulo rectángulo en el que los dos catetos son el valor del producto total y el
trabajo, como vemos en la figura 4.3.
Así, para valores de L inferiores o superiores al expuesto, la línea descrita sería
secante a la curva, y la tangente del ángulo formado nos daría un valor menor.
PT
PMg
PT
L
PMg
L
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 5
Figura 4.3: relación entre las funciones de producto total y producto medio
La función de producto marginal y de producto medio gráficamente tienen una
relación clara, pues como vemos en la figura 4.4, la primera corta a la segunda en su
máximo. Esto es así, aparte de por una explicación matemática, por razones económicas.
En efecto, si el producto marginal es mayor que el producto medio, la
incorporación de un trabajador adicional hará que el producto medio crezca. Sin
embargo, si el producto marginal es menor que el producto medio, la cantidad de
producto que incorpore un trabajador adicional no puede sino hacer decrecer el producto
medio. Esto sólo puede ocurrir, lógicamente, si el PMg corta al PMe en su máximo.
Ese punto para el que el producto medio es máximo recibe el nombre de óptimo
técnico.
PT
L
PMe
L
PT
PMe
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6 MICROECONOMÍA
Figura 4.4: El producto marginal corta al producto medio en su máximo
Se suelen distinguir, finalmente, en la función de producción de corto plazo tres
zonas –ver figura 4.5-:
Una primera, en la que el producto marginal es mayor que el producto
medio, que abarca tanto el tramo convexo como parte del tramo cóncavo
de la función de producto total hasta alcanzar el máximo del producto
medio;
Una segunda en la que el producto medio es mayor que el producto
marginal, pero éste último es aún positivo;
Una tercera en la que el producto marginal se hace negativo (y por tanto
el producto total es decreciente).
Figura 4.5: La empresa ha de decidir en qué zona situarse
L
PMg
PMe
I
II
III
PMg
PT
L
PMe
PMg
PMe
L
PMe
PMg Óptimo técnico
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 7
La decisión que han de tomar las empresas en este contexto es la relativa al
volumen de trabajo que van a contratar, lo que determinará si se encuentran en una u
otra zona. Parece lógico que las empresas no estarán interesadas en situarse en la
primera zona, pues cada trabajador adicional que incorporen a su proceso productivo
hará que el producto medio crezca; y tampoco tendrán incentivo ninguno en situarse en
la tercera zona, pues en ésta estarán contratando demasiados trabajadores y el producto
total será menor que si contrataran menos.
La zona relevante, por tanto, es la segunda, pues es en ella en la que se situarán
todas las empresas que actúen con racionalidad económica. Dado que su forma en ese
segundo tramo es cóncava, para simplificar representaremos en ocasiones la función de
producción de esa forma, como en las figuras 4.6 y 4.7.
Hasta el momento hemos considerado la función de producción en el corto
plazo, relacionándola con el nivel de trabajo. Hay otros factores que se pueden tener en
cuenta antes de que acometamos el estudio del largo plazo: el nivel tecnológico.
Dado que, como hemos visto, el tramo relevante de la función de producción es
cóncavo respecto del origen, podemos simplificar la representación gráfica y dibujar
una función con producto marginal decreciente siempre, sin perder por ello rigurosidad
en el análisis.
Cuando se produce una mejora tecnológica, con la misma cantidad de trabajo
podemos optar a mayores niveles de producto total. Esto se plasmará en un
desplazamiento hacia arriba de la función, como vemos en la figura 4.6.
Figura 4.6: Una mejora tecnológica desplaza hacia arriba la función de producto total
Sin embargo, en ocasiones puede interpretarse de otra manera; al producirse la
mejora tecnológica que desplaza hacia arriba la función de producto total, para obtener
el mismo nivel de producción que alcanzábamos anteriormente, bastaría con mantener
un nivel de trabajo inferior, como se muestra en la figura 4.7.
L
PT
PT
PT’ PT1
L
PT0
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8 MICROECONOMÍA
Figura 4.7: Disminución de empleo como consecuencia de una mejora tecnológica
La viñeta siguiente ironiza respecto de esta posibilidad.
Fuente: El País, 2 de julio de 2010.
L
PT
PT
PT’
L1 L0
PT
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 9
Hasta el momento hemos considerado solamente el corto plazo. Sin embargo, en
el largo plazo, hay más de un factor variable, por lo que la empresa tiene que elegir la
combinación de factores óptima.
La empresa elige sus niveles de factores buscando alcanzar la eficiencia
económica: quiere elegir la combinación menos costosa de factores que pueden usarse
para obtener el nivel de producción deseado. La condición de eficiencia económica para
una empresa precio aceptante consiste en que debe elegir una combinación de factores
para la cual los productos marginales de los factores sean proporcionales a sus precios,
como veremos más adelante cuando mencionemos los costes de los factores.
En cualquier caso, es interesante distinguir entre eficiencia técnica y eficiencia
económica. Diremos que una empresa está utilizando una tecnología –una forma de
combinar los factores productivos- que es técnicamente eficiente cuando no pueda
combinarlos de otra manera en la que, manteniendo la cantidad utilizada de unos, pueda
disminuir la empleada de otro u otros.
Un proceso productivo será económicamente eficiente si no existe ningún otro
con el que se pueda obtener la misma cantidad de producto final a menor coste.
Lógicamente, un proceso económicamente eficiente ha de ser también técnicamente
eficiente, pero esto no necesariamente se ha de cumplir de manera recíproca.
4.3. LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN EN EL LARGO PLAZO
En el largo plazo, a diferencia de lo que ocurría en el corto plazo, no existirá
ningún factor fijo sino que podremos elegir la combinación de factores más adecuada en
función de las circunstancias de la empresa, por lo que habremos de fijarnos en las
CURVAS ISOCUANTAS Y LAS RECTAS ISOCOSTES.
Las curvas isocuantas representan el conjunto de combinaciones de factores
productivos que producen una misma cantidad de producto. Tanto gráficamente, como
por sus características, presentan notables analogías con las curvas de indiferencia.
Sus principales características son las siguientes:
Cuanto más alejadas del origen de coordenadas, mayor nivel de producción
representan (es decir, que dejan debajo y a la izquierda las combinaciones que
representan menor producción).
No se cortan (o lo que es lo mismo, con la misma combinación de factores no
se pueden conseguir dos niveles distintos de producción).
Tienen pendiente negativa (y dicha pendiente es igual al cociente entre el
producto marginal del factor productivo que tenemos representado en abscisas dividido
por el producto marginal del factor productivo representado en ordenadas).
Son convexas (lo que implica que según un factor productivo se va haciendo
más escaso, más unidades del otro serán necesarias para reemplazarlo).
Podemos definir la relación marginal de sustitución técnica como la cantidad
de uno de los factores de que la empresa puede prescindir al aumentar una unidad la
cantidad del otro factor que emplea, permaneciendo sobre la misma isocuanta. Como
se puede apreciar, es un concepto muy similar al de la relación marginal de sustitución
entre dos bienes en las curvas de indiferencia.
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10 MICROECONOMÍA
Si las curvas isocuantas guardan una gran analogía con las curvas de
indiferencia, las rectas isocostes se asemejan a la restricción presupuestaria.
Las rectas isocostes representan el lugar geométrico de las combinaciones de
inputs que pueden comprarse dado un presupuesto de la empresa y los precios de los
factores.
Por tanto, de la definición se deduce, CT = P1X1 + P2X2, y dados P1 y P2, para
distintos valores de CT obtendríamos distintas rectas isocostes.
Si consideramos los factores productivos trabajo y capital, esta expresión
quedaría: CT= wL + rK donde w y r (salario y tipo de interés) son los precios de los
factores productivos L (trabajo) y K (capital).
Despejando K en esta igualdad, podemos ver cuál es la pendiente de la recta
isocoste:
por lo que la pendiente de la recta isocoste es la razón de los precios de los factores
productivos, con signo negativo.
Al estudiar el comportamiento del consumidor, suponemos que maximiza su
utilidad -que viene dada por las curvas de indiferencia-, con la limitación que le impone
la restricción presupuestaria.
En el caso de las empresas, estamos suponiendo, sin embargo, lo contrario: que
minimizará los costes de los inputs -recta isocoste- necesarios para alcanzar un nivel de
producción considerado óptimo -curva isocoste-. Se busca por tanto minimizar la
isocoste, dada una isocuanta.
En ese equilibrio, por tanto la isocuanta ha de ser tangente a una isocoste -si
fuera secante podríamos encontrar una curva isocoste más cercana al origen de
coordenadas que fuera tangente-, como vemos en la figura 4.8., en la que hemos
señalado cuál sería el punto de equilibrio de la empresa, y en la que tenemos
representados en los ejes los dos inputs necesarios en el proceso productivo, x e y, que
se corresponderían generalmente con el factor capital y el factor trabajo.
Figura 4.8: Equilibrio de la empresa en el largo plazo
y
x
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 11
Matemáticamente, se ha de cumplir por tanto que la pendiente de la recta y de la
curva coincidan:
o lo que es lo mismo:
En este caso, se cumpliría la condición de eficiencia económica expuesta
anteriormente.
4.4. LA LEY DE LOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES
En muchas ocasiones se cumple la LEY DE LOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES,
como ya señalara, en 1789, Thomas Malthus en su “Ensayo sobre el principio de la
población”, refiriéndose a la producción de alimentos.
Diremos que una tecnología muestra rendimientos decrecientes a escala
cuando el producto total aumenta menos que proporcionalmente con el aumento de
nivel de todos los factores.
Por el contrario, una tecnología muestra rendimientos constantes a escala
cuando el producto total aumenta en la misma proporción que el incremento de todos
los niveles de los factores.
Finalmente, una tecnología mostrará rendimientos crecientes a escala cuando
la producción total aumente más que proporcionalmente ante el incremento de todos los
niveles de los factores.
Como indicábamos más arriba, Malthus fue uno de los primeros economistas
que llamaron la atención acerca de la existencia de rendimientos decrecientes en algunas
actividades. Así, Malthus afirmaba que, al ir creciendo la población, para satisfacer sus
necesidades alimenticias, se cultivarían cada vez más tierras. En primer lugar, se
utilizarían las más fértiles y productivas. Al agotarse éstas, se emplearían otras de
menor calidad progresivamente. De esta forma, ante incrementos de todos los factores
productivos en una determinada proporción, el aumento que se obtendría en la
producción total sería cada vez menor.
Gráficamente, como podemos apreciar en la figura 4.9, los rendimientos
decrecientes a escala se representan con las curvas isocuantas. Así, si con una
combinación dada de factores productivos que tenemos representados en los ejes
obtenemos un nivel de producción señalado por una isocuanta, si duplicamos los
factores productivos no alcanzaremos una curva isocuanta que indique el doble de
producción, sino que la que lo hará estará más alejada del origen. Si dicha curva
estuviera más cerca del origen de coordenadas estaríamos ante rendimientos crecientes
y si coincidiera estaría mostrando la presencia de rendimientos constantes de escala.
90 de 152
12 MICROECONOMÍA
Figura 4.9: Rendimientos crecientes, constantes y decrecientes
y
x
2ya
xa
ya
2xa
B
A
Rendimientos constantes
Q = 100
Q = 200
y
x
2ya
xa
ya
2xa
B
A
Rendimientos crecientes
Q = 100
Q = 200
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 13
4.5. LOS COSTES DE PRODUCCIÓN A CORTO PLAZO
Antes de pasar a estudiar los costes de producción a corto y largo plazo, tenemos
que definir qué entendemos por el concepto de “coste”.
Podríamos definir el coste como el equivalente monetario de los consumos de
factores en una actividad económica. En efecto, en un proceso productivo combinamos
distintas cantidades de factores. Si valoramos monetariamente el gasto que realizamos
en cada uno de ellos, y obtenemos la suma del conjunto, tendremos el coste de
producción.
Es importante diferenciar entre coste contable y coste económico. Desde un
punto de vista contable, los costes estarían compuesto por los gastos reales y los gastos
de depreciación del equipo de capital. Sin embargo, el concepto económico de coste
engloba más aspectos, pues es el coste de utilización de los recursos económicos en la
producción, incluido el coste de oportunidad.
Existen toda una serie de costes, por tanto, que no se tienen en cuenta; por
ejemplo, cuando se generan costes externos –externalidades-, o los procedentes del
consumo de bienes no económicos, es decir, no escasos.
En este ámbito entendemos el coste de oportunidad como el correspondiente a
las oportunidades que se pierden cuando no se utilizan los recursos de la empresa para
el fin para el que tienen más valor.
Cuando afirmamos que tenemos que considerar los costes de oportunidad, por
otro lado, estamos considerando que los costes irrecuperables –también llamados
“hundidos”- no han de ser computados para el análisis de las alternativas de cara al
futuro. En efecto, se trata en costes en los que ya se ha incurrido, y que formarán parte
del resultado final, sea cual sea la alternativa por la que decidamos optar.
A
y
x
2ya
xa
ya
2xa
B
Rendimientos decrecientes
Q = 100
Q = 200
92 de 152
14 MICROECONOMÍA
Se puede distinguir entre diferentes tipos de costes en función de su naturaleza:
costes de las materias primas
costes financieros,
costes de la mano de obra, etc.
Igualmente, en función de su imputación al coste del producto, podemos
diferenciar entre:
costes directos, que se pueden computar y calcular de manera directa
respecto al producto,
y costes indirectos, que son generales y afectan al proceso productivo en
su conjunto, por lo que es necesario establecer unos baremos para su distribución.
Asimismo, respecto del momento, podemos encontrar:
costes históricos, o “a posteriori” que están basados en datos reales,
procedentes del estudio de los costes observados en la empresa en periodos anteriores,
y costes “a priori”, a un precio supuesto y para una estimación de
consumo determinada.
La principal distinción que en la microeconomía se realiza entre diferentes tipos
de costes, en el corto plazo, es la que se refiere a cómo evolucionan éstos en función
del volumen producido.
Recordemos que consideramos el corto plazo como ese espacio de tiempo lo
suficientemente pequeño como para que algún factor sea considerado fijo; que es
prácticamente imposible modificarlo por el alto coste que eso implicaría.
En este sentido, tendremos:
Costes fijos: los costes de los factores fijos de la empresa, es decir, que
son independientes del volumen producido. Suele estar relacionado con la realización de
inversiones de capital de alto valor, el pago de impuestos por ejercer la actividad, etc.
Gráficamente, dado que los costes fijos son independientes del volumen
producido, serán una línea paralela al eje de abscisas, como en la figura 4.10.
Figura 4.10: Los costes fijos son una constante
CF
Q
CF
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 15
Costes variables: los costes de los factores variables de la empresa;
dependen, por tanto, del nivel de producción. Son costes, por lo general, relacionados
con el volumen de mano de obra y con la adquisición de materias primas.
Costes totales: son la suma de los costes fijos más los costes variables.
Respecto de la representación gráfica de los costes variables, es necesario
recordar la teoría de la producción. En ella veíamos que el producto marginal del
trabajo, para las primeras unidades producidas, era creciente –por lo que la función del
producto total era convexa respecto del origen-, mientras que para un nivel de
producción mayor, el producto marginal del trabajo era decreciente –por lo que la
función del producto total era cóncava respecto del origen en ese tramo-.
Dado que la utilización del factor variable crece menos que proporcionalmente
respecto a la cantidad de producto total obtenida en la primera fase, los costes crecerán
inicialmente a un ritmo decreciente. Después, dado que la utilización del factor variable
crece más que proporcionalmente respecto a la cantidad de producto total obtenida, los
costes lo harán a un ritmo creciente –figura 4.11-.
Figura 4.11: Representación gráfica de los costes variables
Los costes totales los obtenemos, simplemente, como la suma vertical de los
costes fijos y los costes variables. Dado que los costes fijos son una constante, los costes
totales serán paralelos a los costes variables.
En la factura de gas adjunta podemos observar que también existen costes fijos –
que no dependen del nivel de consumo- y costes variables –que sí que están ligados
directamente a dicho nivel de consumo.
CV
Q
CV
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16 MICROECONOMÍA
95 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 17
Representamos gráficamente conjuntamente, a continuación en la figura 4.12 los
tres tipos de costes a corto plazo enunciados.
Figura 4.12: Costes totales, fijos y variables
Podemos estar interesados también en conocer qué coste podemos imputar de
cada uno de estas tres tipos de costes, de promedio, a cada unidad producida: son los
costes medios.
El coste fijo medio es el cociente entre el coste fijo –que como dijimos, es una
constante- y la cantidad –que crece a lo largo del eje de abscisas-, por lo que dicho
cociente será siempre decreciente, y tenderá a hacerse cero según nos desplacemos
hacia la derecha por el eje de abscisas, cuando la cantidad tienda a ser infinito, como en
la figura 4.13.
Figura 4.13: costes fijos medios
CT
CF
CV
Q
CV
CT
CF
Q
CFMe
CFMe
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18 MICROECONOMÍA
El coste variable medio, como cociente que es del coste variable y la cantidad,
tendrá pendiente negativa en un primer tramo, para crecer después, a partir del punto
correspondiente al óptimo técnico de la función de producción –véase la figura 4.14-.
Matemáticamente, será:
4.14: Representación gráfica de los costes variables medios
El coste total medio, lo obtenemos como el cociente entre el coste total y la
cantidad. Es, asimismo, la suma del coste fijo medio y el coste variable medio. Por ello,
dado que el coste fijo medio tiende a hacerse cero, el coste total medio tenderá a ser
igual al coste variable medio en el infinito –véase la figura 4.15-.
Matemáticamente, será:
CTMe = CFMe + CVMe
CVMe
CVMe
Q
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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 19
4.15. Representación conjunta de los costes totales medios y los costes variables medios
Otro coste muy relevante, e íntimamente relacionado con el coste variable, es el
coste marginal. Es el coste derivado de producir una unidad adicional. Dado que el
coste fijo no depende del nivel de producción, el coste marginal (C’) será también el
aumento de coste variable en que incurrimos al producir una unidad adicional -véase la
figura 4.16-.
Matemáticamente, el coste marginal es la derivada del coste total respecto de la
cantidad –o, por lo expuesto anteriormente, también es igual a la derivada del coste
variable respecto de la cantidad-.
dado que
CTMe
CTMe
Q
CVMe
CVMe
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20 MICROECONOMÍA
Figura 4.16: Representación gráfica del coste marginal
El coste marginal corta a las curvas de coste total medio y de coste variable
medio en sus respectivos mínimos. Esto es así porque, si el coste marginal es menor que
el medio, al producir una unidad más hará que el coste medio disminuya.
En caso contrario, si el coste marginal es mayor que el coste medio –sea éste
total o variable-, al producirse esa unidad adicional a un coste mayor que el coste
medio, hará que este crezca.
Esto sólo puede ocurrir si corta a dicha gráfica en su mínimo, como se puede
apreciar en la figura 4.17.
C’
C’
Q
99 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 21
Figura 4.17: Los costes marginales cortan a las curvas de coste total medio y de coste
variable medio en sus respectivos mínimos
El coste marginal tiene gran importancia pues, entre otros motivos, en la
competencia perfecta indica cuál es la función de oferta de la empresa –en su tramo
creciente, a partir del punto de cierre o mínimo de explotación, que es cuando el coste
marginal corta con el coste variable medio, como estudiaremos en el módulo siguiente-.
4.6. LOS COSTES DE PRODUCCIÓN A LARGO PLAZO
En el largo plazo, la empresa puede modificar la cuantía utilizada de todos los
factores productivos; ya no existirán por tanto factores fijos que den lugar a la aparición
de costes fijos: todos los costes serán variables.
Combinará por tanto los factores productivos de modo que minimice los costes
para cada volumen de producción, dados los precios de dichos factores.
Para verlos, estudiaremos a continuación la relación entre curvas de coste a corto
y largo plazo, haciendo referencia al concepto de dimensión óptima.
Obtendremos la curva de costes totales a largo plazo como la envolvente de las
diferentes curvas de costes totales a corto plazo que podríamos construir para distintas
dimensiones de la empresa, como vemos en la figura 4.18.
C’
CVMe
CTMe
C’
CTMe
CVMe
Q
100 de 152
22 MICROECONOMÍA
Figura 4.18: Representación gráfica de la curva de costes totales a largo plazo
Lógicamente, la empresa optará en el largo plazo por la estructura de costes que
le resulte óptima, en función del nivel de producción, dentro de las distintas
posibilidades disponibles.
La curva de costes medios a largo plazo representa por tanto el coste medio
mínimo de producción cuando todos los factores productivos son variables.
Los costes medios a largo plazo se obtienen como el cociente de los costes
totales a largo plazo por la cantidad producida. Dado que en el largo plazo todos los
factores son variables, la empresa tendrá unos costes menores en ese periodo respecto
del corto plazo, pues en éste únicamente puede alterar las cantidades del factor variable,
generalmente el factor trabajo. Por ello, para niveles de producción inferiores al mínimo
de la curva de costes medios a largo plazo, la tangencia entre las curvas del corto y la
curva del largo plazo se produce en el tramo decreciente de las curvas a corto plazo –
figura 4.19-, mientras que para niveles de producción superiores al mínimo la tangencia
ocurre en el tramo creciente.
CT
Q
CTCP1
CTCP2
CTLP
101 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 23
Figura 4.19: Relación entre los costes totales medios a corto y a largo plazo
El coste marginal a largo plazo muestra el coste adicional en que se incurre
para producir una unidad adicional cuando todos los factores son variables. Como a
largo plazo los rendimientos decrecientes son menos importantes –podemos variar tanto
los factores variables como los fijos al incrementar la producción-, el coste marginal a
corto será superior en niveles de producción mayores, pero será inferior al de largo
plazo cuando los niveles de producción son bajos –pues en el largo consideramos
también el coste de oportunidad del capital invertido para aumentar el tamaño de la
planta-.
Igual que ocurre en el corto plazo, y por los mismos motivos, en el largo plazo la
curva de costes marginales corta en su mínimo a la curva de costes medios.
En ese punto en el que el coste total medio a largo plazo sea mínimo, que
coincidirá asimismo con el mínimo de una curva de costes totales medios a corto plazo,
diremos que la empresa presenta una DIMENSIÓN ÓPTIMA, pues se encuentra
minimizando el coste por unidad producida.
CTMeLP
CTMeCP
CTMeCP
CTMe
Q
102 de 152
24 MICROECONOMÍA
Figura 4.20: Curvas de costes marginales y de costes totales medios a corto y a
largo plazo
4.7. ECONOMÍAS Y DESECONOMÍAS DE ESCALA
La forma que tenga la curva de costes medios a largo plazo dependerá de la
existencia de ECONOMÍAS Y DESECONOMÍAS DE ESCALA.
En efecto, si la empresa presenta una curva de costes medios
decrecientes, una expansión de la producción implica una reducción del coste unitario
del producto, por lo que el producto crecerá más rápidamente que el aporte realizado de
factores productivos –a igualdad de precios de los factores-; en ese caso se tratará de
rendimientos crecientes de escala.
Si por el contrario, al incrementarse la cantidad de producto los costes
medios también crecen, esto ha de deberse a que el producto aumenta menos que
proporcionalmente respecto del incremento de los factores. Diremos entonces que
presenta rendimientos decrecientes de escala. Finalmente, podría ocurrir también que
los costes medios permanecieran constantes al variar el volumen de producción; nos
encontraríamos en ese caso con rendimientos constantes de escala.
Distintos motivos que pueden provocar la existencia de economías y
deseconomías de escala son los siguientes:
La especialización: a medida que una empresa crece, se incrementan las
oportunidades de especialización y de división de trabajo de forma que se puedan
desarrollar las tareas de una forma más eficiente. Esto provocaría la aparición de
economías de escala.
Un factor dimensional: no es necesario que el aporte de determinados
factores crezca proporcionalmente al aumento de la dimensión de la empresa; una cajera
puede atender a diez personas ó a veinte. Hay economías de escala.
CTMe
Q
CTMeLP
CTMeCP
CTMeCP
C’CP
C’CP C’LP
C’
103 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 25
Un factor tecnológico: al crecer la empresa, tendrá mayor capacidad
presupuestaria para incorporar nuevas tecnologías que le permitan reducir costes. Habrá
por tanto economías de escala.
La burocratización: en sentido contrario, al crecer el tamaño de una
empresa aparecen nuevas dificultades para gestionarla y de coordinación. En este
apartado hablaríamos de deseconomías de escala.
Obviamente, el mayor peso de unos u otros factores explicará la realidad de cada
caso particular.
Finalizamos resaltando el papel tan importante que tienen los costes en el
funcionamiento y la rentabilidad de las empresas. En función de que estudiemos el corto
o el largo plazo estaremos limitando en mayor o menor medida las posibilidades de la
empresa para reajustar los factores productivos en la búsqueda de una minimización de
los costes por unidad de producto. Por último, hay que resaltar que existen diversos
factores que pueden provocar la aparición de economías y deseconomías de escala ante
incrementos en la cantidad producida.
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo estos
enlaces:
ejercicios resueltos de producción.
ejercicios resueltos de costes.
104 de 152
26 MICROECONOMÍA
EJERCICIOS NO RESUELTOS
1.- Se estima que la función de producto total de una empresa responde a la forma
siguiente: PT = 20L2 + 75L – L
3.
a) Calcule las funciones de producto marginal y de producto medio.
b) Calcule el óptimo técnico de la empresa.
c) Calcule el máximo técnico de la empresa.
d) Represente en dos gráficos interrelacionados el producto total por un lado y
el producto marginal y producto medio, por otro.
2.- Se estima que la función de producto total de una empresa responde a la forma
siguiente: PT = 80L – L2.
a) Calcule las funciones de producto marginal y de producto medio.
b) Calcule el máximo técnico de la empresa.
c) Represente en dos gráficos interrelacionados el producto total por un lado y
el producto marginal y producto medio, por otro.
3.- Para llegar a alcanzar un determinado nivel de producción, si una empresa
emplea la tecnología X deberá recurrir a utilizar 10 unidades del factor productivo
A, 8 unidades del B y 4 unidades del C. Si opta por la tecnología Y, necesitará 16
unidades del factor productivo A, 10 del factor productivo B y 5 del factor
productivo C. Finalmente, si eligiese la tecnología Z, tendría que ponerse en
funcionamiento con 5 unidades del factor productivo A, 20 unidades del B y 6 del
C. Los costes de los factores productivos A, B y C son, respectivamente, de 20, 25 y
10 u.m. Se pide:
a) Indique si alguna de las tecnologías enunciadas (X, Y, Z) es técnicamente
ineficiente.
b) Señale cuál será la tecnología económicamente eficiente.
4.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = Q3 – 40Q
2 + 500Q + 840. Se pide:
a) Construya una tabla que le permita calcular los costes fijos medios para las
primeras 8 unidades producidas.
b) Represente gráficamente los datos calculados.
c) Calcule la función de costes marginales y la de costes variables medios.
d) Represente en un mismo gráfico los costes marginales y los costes variables
medios.
105 de 152
MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 27
5.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = Q3 – 30Q
2 + 100Q + 4000. Se pide:
a) Calcule las funciones de costes marginales y de costes totales medios.
b) Represente en un mismo gráfico los costes marginales y los costes totales
medios.
6.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = 2Q2 + 8Q + 200. Se pide:
a) Calcule las funciones de costes marginales, de costes variables medios y de
costes totales medios.
b) Represente, en un mismo gráfico, los costes marginales, los costes variables
medios y los costes totales medios.
106 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 1
LA COMPETENCIA PERFECTA
El tipo de mercado probablemente más estudiado en el análisis económico es el
de la competencia perfecta, pues se trata de un “mercado ideal”, en el que se cumplen
toda una serie de características que lo harían funcionar eficientemente. En el mundo
real es prácticamente imposible encontrar un mercado que se comporte totalmente de
esa manera, pero es fundamental conocer su funcionamiento para poder comprender
qué ocurre cuando se incumple alguno de sus supuestos, dando lugar a otros tipos de
mercado que estudiaremos en los próximos módulos, o a los “fallos del mercado”, que
son algunos de los motivos que justifican la intervención del Estado en la Economía.
107 de 152
2 MICROECONOMÍA
5.1.- SUPUESTOS DE LA COMPETENCIA PERFECTA
El modelo de la competencia perfecta se basa fundamentalmente en el
cumplimiento de los siguientes cuatro supuestos:
Tanto el número de compradores como de vendedores en el mercado
es alto. Así, el porcentaje de la producción total que ofrezca cada empresa
individualmente será pequeño. Igualmente, tampoco existen compradores que acaparen
una parte importante de las compras. Existe por tanto una alta atomización del mercado.
Como consecuencia las empresas serán precio-aceptantes, enfrentándose a una función
de demanda horizontal, que es el precio de equilibrio del mercado. Los ingresos
marginales de la empresa, por tanto, serán una constante: el precio de equilibrio.
En efecto, las empresas competitivas no estarán incentivadas a vender a un
precio diferente al precio de equilibrio, pues a ese precio pueden vender todo lo que
deseen -surge del equilibrio, en el que “se vacían” los mercados- y por tanto no tendrá
sentido ofertar a un precio inferior. Tampoco fijarán un precio superior al de equilibrio,
pues al existir transparencia en el mercado -otro supuesto de la competencia perfecta
que mencionaremos más adelante-, los consumidores irían a comprar a aquellos
vendedores que les ofrezcan ese producto al precio de equilibrio.
Existe libertad de entrada y de salida en el mercado. Las empresas ya
establecidas en el mismo carecen por tanto de poder para impedir que otras se
incorporen al negocio. Así, si se trata de un sector en el que disfrutan de elevadas tasas
de beneficios, lo normal será que nuevas empresas muestren su interés por entrar, no
encontrando trabas para ello. Del mismo modo, si existen pérdidas, las empresas más
ineficientes, especialmente de cara al largo plazo, optarán por salir del mercado.
Las distintas empresas que operan en el mercado producen un bien
homogéneo, de similares características. De este modo, los consumidores se mostrarán
indiferentes entre comprárselo a una u otra empresa. Las marcas y especialmente la
publicidad carecen de sentido en un mercado de competencia perfecta por este motivo.
Existe información perfecta. Esto significa que todos los agentes
económicos que operan en el mercado, ya sean compradores o vendedores, conocen
perfectamente cómo funciona el mercado; los precios fijados por las distintas empresas,
los costes, etc. Este supuesto recibe igualmente el nombre de “transparencia de
mercado”; el mercado es transparente y nadie cuenta con información privilegiada.
Como se puede suponer, el cumplimiento estricto de los cuatro supuestos de la
competencia perfecta es prácticamente imposible, por lo que resulta una labor harto
complicada encontrar un mercado que los cumpla fielmente en su totalidad, aunque
podremos analizar hasta qué punto el funcionamiento se asemeja al ideal.
El mercado de competencia perfecta está basado en el libre juego de la oferta y
la demanda, y la tendencia es la de alcanzar el equilibrio. En este sentido, los precios
desempeñan un papel muy importante, como señal de la escasez y como instrumento
para alcanzar ese equilibrio.
Así, si el precio es superior al de equilibrio, los empresarios se verán obligados a
abaratar sus productos si no quieren acumular demasiadas existencias, con el coste de
almacenaje y el coste de oportunidad que esto conlleva. Por el contrario, si el precio es
inferior al de equilibrio existirá un exceso de demanda, por lo que los empresarios
108 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 3
subirán el precio dado que los consumidores están dispuestos a pagar un precio mayor y
producirán más para satisfacer la demanda.
Como en la competencia perfecta las empresas carecen de poder para manipular
el mercado y para controlar los precios, para maximizar sus beneficios deberán producir
de la manera más eficiente posible, lo que redundará asimismo en un beneficio para los
consumidores.
Cabe distinguir entre el corto y el largo plazo para entender el modelo de la
competencia perfecta. En el corto plazo, el número de empresas es fijo. En función de
sus funciones de costes y de sus ingresos tendrán muchos beneficios, pocos, o incluso
pérdidas, pero esta situación no la pueden modificar en un corto periodo de tiempo.
Sin embargo, en el largo plazo, la existencia de beneficios o pérdidas afectará a
la entrada y salida de empresas en el mercado; si los beneficios son altos, nuevas
empresas estarán interesadas en entrar en el mercado, por lo que la función de oferta se
desplazará hacia la derecha, y el precio caerá, haciendo desaparecer esos beneficios.
Si por el contrario en el mercado existen pérdidas, en el largo plazo habrá
empresas que o bien modificarán sus estructuras de costes o bien saldrán del mercado.
En este caso, la función de oferta se desplazará hacia la izquierda, con lo que el precio
de equilibrio subirá haciendo desaparecer las pérdidas de las empresas que continúen en
el mercado.
5.2.- EL FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO DE COMPETENCIA PERFECTA
Para analizar el funcionamiento del mercado de competencia perfecta tenemos
que examinar el comportamiento de la empresa competitiva. Ya dijimos antes que cabía
distinguir entre el corto y el largo plazo en el mercado. Igualmente ocurre con el
comportamiento individual de las empresas.
Si suponemos que la empresa competitiva en el corto plazo actúa buscando
maximizar beneficios, habrá de producir una cantidad tal que cumpla la condición de
primer orden: que el ingreso marginal sea igual al coste marginal.
En efecto, la empresa competitiva, como cualquier empresa presente en algún
otro tipo de mercado, buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la
totalidad de sus ingresos y de sus costes:
B = IT – CT
Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar el precio –que nos viene
dado por la intersección de la oferta y la demanda- por la cantidad que decida producir
esa empresa. Los costes totales en los que incurra serán el resultado de sumar sus costes
fijos y sus costes variables.
Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que
derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla
a cero:
=
–
= 0
La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes
totales son los costes marginales, por tanto tendremos:
109 de 152
4 MICROECONOMÍA
I’ – C’ = 0
I’ = C’
La regla de maximización de beneficios de una empresa competitiva nos dirá,
por tanto, que habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen
con sus costes marginales. En el caso de la competencia perfecta, además, se da la
circunstancia de que el ingreso marginal es el precio de equilibrio dado que todas las
unidades que venda lo hará al precio de equilibrio, por lo que podríamos escribir esta
condición de primer orden como:
P = C’
La condición de segundo orden nos dice que lo que acabamos de calcular ha de
tratarse de un máximo y no de un mínimo. En efecto, la primera condición se extrae de
derivar el beneficio respecto de la cantidad e igualarlo a cero.
Para que se trate de un máximo, la segunda derivada ha de ser menor que cero.
Como la derivada del precio -una constante- respecto de la cantidad es igual a cero,
tenemos que la derivada del coste marginal -con signo negativo- respecto de la cantidad
sea menor que cero, o lo que es lo mismo, que la derivada del coste marginal respecto
de la cantidad sea mayor que cero:
< 0;
< 0;
> 0
Esto implica que la función de costes marginales se ha de encontrar en su tramo
creciente.
Como tercera condición, debemos fijarnos en si, aun cumpliéndose las dos
premisas anteriores, a la empresa no le saldría más rentable cerrar.
5.3.- EL PUNTO DE CIERRE Y EL PUNTO DE NIVELACIÓN
Para que la empresa siga en el mercado, si es que tiene pérdidas, éstas han de ser
menores que sus costes fijos, pues estas son las pérdidas en que incurriría si se decide
por cerrar.
Equivalente a esa condición es que, para su cantidad de equilibrio, el precio sea
mayor que el coste variable medio, es decir, mayor que el precio de cierre.
Y, finalmente, también es equivalente a exigir que los ingresos totales sean al
menos iguales a los costes variables.
110 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 5
El punto de cierre, o mínimo de explotación, se puede calcular de dos
maneras: como el mínimo de los costes variables medios, o como la intersección de los
costes variables medios con los costes marginales. Su representación gráfica es la
siguiente:
Figura 5.1. Mínimo de explotación o punto de cierre de una empresa competitiva
Siempre que el precio sea al menos igual al de cierre, a la empresa competitiva,
al menos en el corto plazo, le conviene seguir en el mercado aunque tenga pérdidas,
pues estaría recuperando parte de sus costes fijos -o al menos no perdiendo más que los
costes fijos-.
Para que la empresa competitiva no tuviera pérdidas, el precio debería ser, al
menos, igual al coste total medio, alcanzando de esta forma el punto de nivelación. Si
fuera mayor que éste, la empresa estaría obteniendo beneficios.
Esta condición equivale a exigir que los ingresos totales sean por lo menos de
igual cuantía que los costes totales.
El punto de nivelación, se puede calcular de dos maneras: como el mínimo de
los costes totales medios, o como la intersección de los costes totales medios con los
costes marginales. Su representación gráfica es la siguiente:
Pm
P1
P2
Qm
CTMe
P
P1
P2
C’
CVMe
Q
Mínimo de explotación o
punto de cierre
P1
P2
111 de 152
6 MICROECONOMÍA
Figura 5.2: Punto de nivelación de una empresa competitiva
En el gráfico siguiente, el punto de cierre se produce para el precio P2, mientras
que el punto de nivelación es el correspondiente a P1, de tal forma que, según lo
expuesto anteriormente, se cumplen las siguientes relaciones que recogemos de forma
resumida:
Si P > P2, la empresa tiene beneficios.
Si P = P2, la empresa no tiene ni beneficios ni pérdidas (IT = CT).
Si P1 < P < P2, la empresa tiene pérdidas en el corto plazo pero sigue produciendo
(las pérdidas son menores que los costes fijos).
Si P < P1, la empresa cerrará (sus ingresos no cubren ni siquiera los costes variables,
y está perdiendo más que los costes fijos).
Figura 5.3. punto de nivelación y punto de cierre de una empresa competitiva
Qn
P1
P2
Pn
P1
P2
CTMe
P
P1
P2
C’
CVMe
Q
Punto de nivelación
P1
P2
P1
P1
CTMe
P
P1
C’
CVMe
Q P2
P2
Mínimo de explotación o
punto de cierre
Punto de nivelación
P1
112 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 7
5.4.- LOS BENEFICIOS Y LAS PÉRDIDAS EN COMPETENCIA PERFECTA
Vemos en los gráficos siguientes las áreas que representan los beneficios y las
pérdidas de la empresa, en función de cuál sea el valor del precio de equilibrio en el
mercado (P*). En primer lugar, con beneficios:
Figura 5.4: Representación gráfica del beneficio de una empresa competitiva
Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para
maximizar beneficios es Q*, por lo que sus ingresos totales (IT) son el área del
rectángulo 0-P*-1-Q
*.
Si la cantidad que produce la empresa es Q*, el coste total medio será el
correspondiente al punto 2, por lo que el área que muestra cuáles son los costes totales
será 0-CTMe-2-Q*.
Los beneficios, por tanto, son la diferencia entre los ingresos totales y los costes
totales, es decir, el área sombreada.
Si el precio de equilibrio fuera menor, y la empresa tiene pérdidas, el gráfico
sería el siguiente:
0
1
2
IT
CT
CTMe
P
P1
P2
C’
CVMe
Q
P*
P1
P2
Q*
P1
P2
BENEFICIO
P1
P2
CTMe
P1
P2
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8 MICROECONOMÍA
Figura 5.5: Representación gráfica de una empresa competitiva con pérdidas
Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para
maximizar beneficios –aun cuando en este caso vaya a obtener pérdidas- es Q*, por lo
que sus ingresos totales (IT) son el área del rectángulo 0-P*-1-Q
*.
Si la cantidad que produce la empresa es Q*, el coste total medio será el
correspondiente al punto 2, por lo que el área que muestra cuáles son los costes totales
será 0-CTMe-2-Q*, que es mayor que la de los ingresos totales.
Las pérdidas en las que incurrirá la empresa, por tanto, serán la diferencia entre
los costes totales y los ingresos totales, es decir, el área sombreada.
Como el precio de equilibrio está por encima de la curva de costes variables, esta
empresa deberá seguir en el mercado pues sus pérdidas son inferiores a sus costes fijos;
produciendo está recuperando parte de los mismos, algo que no ocurriría si decidiese
cerrar.
Q 0
1
2
IT CT
CTMe
P
P1
P2
C’
CVMe
P*
P1
P2
Q*
P1
P2
PÉRDIDAS
P1
P2
CTMe
P1
P2
114 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 9
5.5.- LA FUNCIÓN DE OFERTA DE LA EMPRESA COMPETITIVA
Como consecuencia del proceso de maximización de beneficios en el corto
plazo, podemos extraer que la función de oferta de la empresa competitiva es su
curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación -punto de cierre-. Está
representada en trazo más grueso en el gráfico siguiente.
Figura 5.6: Representación gráfica de la función de oferta de una empresa competitiva
Esto es así porque, para cada posible nivel de precios vigente en el mercado, la
empresa competitiva decide producir aquella cantidad que haga que dicho precio sea
igual al coste marginal –en su tramo creciente-. Existe por tanto una relación biunívoca
entre precios y cantidades.
La función de oferta total del mercado la obtendríamos sumando
horizontalmente las funciones de oferta individuales de las empresas.
Si en el sector existen beneficios en el corto plazo, como ya habíamos explicado
en el primer epígrafe del módulo, puesto que existe libertad de entrada y salida en el
mercado, entrarían nuevas empresas haciendo desaparecer dichos beneficios en el largo
plazo, dado que la función de oferta se desplazará hacia la derecha y el precio de
equilibrio disminuirá, como se puede apreciar en el gráfico siguiente.
Así, aunque la cantidad que se produzca globalmente en el mercado aumente, la
cantidad que fabricará cada empresa individual disminuirá.
Figura 5.7: Equilibrio competitivo a largo plazo de beneficio nulo.
Pm
P1
P2
Qm
CTMe
P
P1
P2
C’
CVMe
Q
Mínimo de explotación o
punto de cierre
P1
P2
Curva de oferta de la
empresa
P1
P2
115 de 152
10 MICROECONOMÍA
Por el contrario, si existen pérdidas, la salida de las empresas más ineficientes
haría que el resto dejara de tener pérdidas al aumentar el precio de equilibrio puesto que
la función de oferta se desplazaría hacia la izquierda. Este desenlace se conoce como el
equilibrio a largo plazo de beneficio nulo.
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo este enlace:
ejercicios resueltos de competencia perfecta.
P
P1
P2
Empresa Mercado
P1
Q1
P1
P2
Q
P1
P2
CTMe
P
P1
P2
C’
Q Q1
P1
P2
P1
P2
O
D
O’
P2
P1
P2
Q2
P1
P2
Q2
P1
P2
116 de 152
MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 11
1.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la
presentada a continuación: CT = Q3/3 – 11’5Q
2 + 100Q + 10.
En el mercado del bien que produce se estima que las funciones de oferta y
demanda son, respectivamente, las siguientes: Qo = 75p – 80 y Qd = 3000 – 2P.
Se pide:
a) Calcular la cantidad que producirá esa empresa si pretende maximizar
beneficios.
b) Hallar el beneficio máximo que obtendrá.
c) Representar gráficamente tanto el equilibrio del mercado como el de la
empresa.
2.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la
siguiente: CT = Q3 – 30Q
2 + 325Q + 100.
Se pide:
a) Calcule su mínimo de explotación.
b) Suponiendo que el precio vigente en el mercado fuera P = 268, señale
qué cantidad producirá la empresa y calcule los beneficios que
obtendrá.
c) Represente gráficamente los datos obtenidos.
EJERCICIOS NO RESUELTOS
117 de 152
12 MICROECONOMÍA
3.- La función de costes totales de una empresa que trabaja en un mercado
competitivo es: CT = 3Q3 – 50Q
2 + 200Q + 1000.
Se pide:
a) Calcule su punto de nivelación.
b) Indique qué cantidad producirá si el precio de equilibrio en el
mercado fuera 189 u.m., y los beneficios que obtendrá.
118 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 1
EL MONOPOLIO
En este módulo analizamos una de las formas más estudiadas de la competencia
imperfecta: el monopolio. Sabemos que en el monopolio el precio de equilibrio es
mayor que en la competencia perfecta, y las cantidades vendidas menores. Esto,
ciertamente, es malo para los consumidores; hay un “coste social del monopolio”.
Debemos conocer por tanto las características de este tipo de mercado, su
funcionamiento, y qué posibilidades existen para su regulación.
119 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 2
6.1.- LA COMPETENCIA IMPERFECTA
Existe competencia imperfecta siempre que los productores puedan controlar de
alguna forma cuál va a ser el precio de venta de su producto. Decimos “de alguna
forma” puesto que no es necesario que los vendedores controlen totalmente dicho precio
para que se trate de un mercado de competencia imperfecta. En el caso del monopolio,
al ser una única empresa quien abastece el mercado, ese poder es mayor -aunque
pudiera ser que existieran bienes distintos, pero en parte sustitutivos, que influyeran en
su precio y el control no fuera total-. En el caso del oligopolio y de la competencia
monopolística que estudiaremos en el capítulo siguiente, está claro que la interacción
entre las empresas les va a impedir ejercer individualmente un control total sobre el
precio.
La competencia imperfecta, por tanto, no impide necesariamente la existencia de
una alta rivalidad en el mercado, por aumentar la cuota de mercado, a través de
campañas publicitarias, etc.
La principal característica de la competencia imperfecta consiste en que la
función de demanda a la que se enfrenta una empresa que forme parte de algún tipo de
mercado de competencia imperfecta tiene pendiente negativa, a diferencia de lo que
ocurre en la competencia perfecta, en la que la empresa individual se enfrenta a una
función de demanda totalmente elástica, horizontal, e igual al precio de equilibrio.
El caso extremo es el del monopolio, en el que la única empresa que abastece el
mercado se enfrenta a la totalidad de la curva de demanda.
En algunos casos, los costes de entrada en el mercado son tan elevados que es
necesario que se produzca una concentración de capitales. Algunos sectores, como el
del transporte aéreo comercial, o la construcción de grandes infraestructuras, por
ejemplo, implican unos costes tan elevados que muy pocas empresas pueden acometer.
Por este motivo, en este tipo de sectores es evidente que no vamos a estar en un
mercado de competencia perfecta.
6.2.- ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS DEL MONOPOLIO
No sólo la acumulación de capitales recién mencionada puede ser uno de los
factores que estén en el origen del monopolio. También pueden ser causas de la
aparición de un monopolio las siguientes:
El control de un factor productivo que sea imprescindible para la
fabricación del bien por parte de una empresa, lo que impediría la aparición de
potenciales competidores en el mercado;
La existencia de monopolios fiscales, que tienen su explicación en motivos
recaudatorios por parte de la Hacienda Pública;
Las barreras a la entrada de tipo legal (patentes, restricciones
administrativas, cuotas al comercio internacional) o económico (economías de escala,
exigencias iniciales de capital, ventajas absolutas en los costes por el uso de técnicas
superiores, diferenciación de producto).
120 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 3
La existencia de unos costes fijos muy elevados que provoquen la aparición
de rendimientos crecientes, con curvas de costes medios y marginales siempre
decrecientes, en cuyo caso lo más eficiente es que una sola empresa abastezca el
mercado: son lo que conocemos como monopolios naturales. Lo veremos a
continuación con un ejemplo gráfico.
En este gráfico podemos apreciar que tanto los costes totales medios como los
costes marginales de esta empresa son siempre decrecientes, al menos para el intervalo
de la Q considerado. Para producir Q1 unidades, se incurriría en unos costes totales
como los del área sombreada, pues serán el resultado de multiplicar los costes totales
medios por la cantidad.
Figura 6.1: Representación gráfica de los costes de un monopolio natural
En el gráfico siguiente, podemos apreciar cuál sería el coste total en que se
habría de incurrir para producir el doble de unidades de las que se fabricaron en el
gráfico precedente: 2Q1. De nuevo se tratará del área sombreada, como resultado de
multiplicar el correspondiente coste total medio por la nueva cantidad, 2Q1. Como se
puede apreciar claramente, esta área sombreada no es en absoluto el doble de la del
gráfico anterior. Si en lugar de ser una empresa quien fabricase esas unidades hubiesen
sido dos empresas con las mismas funciones de costes que estamos considerando, los
costes totales en que se habría incurrido en conjunto serían el doble del área sombreada
del primer gráfico, con lo que queda demostrado gráficamente que es más eficiente que
una única empresa sea quien suministre este bien o servicio.
Q
CTMe
C’
CTMe
C’
CTMe1
Q1
121 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 4
Figura 6.2: Los costes disminuyen en un monopolio natural al producir más
Un caso de monopolio natural podría ser la construcción de toda la
infraestructura ferroviaria de un país. Los costes fijos –de adquisición de tierras por
donde pasarían, por ejemplo- son tan elevados que parece poco probable que dos
empresas estuvieran interesadas en construir en paralelo esas infraestructuras, y lo más
eficiente sería que una sola lo hiciera –sea una empresa privada o directamente el
Estado-.
En la página siguiente tenemos otro ejemplo aparecido en la prensa en el que se
habla de la existencia de un monopolio natural en otro ámbito.
Q
CTMe
C’
CTMe
C’
CTMe2
2Q1
122 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 5
Un monopolio natural en manos de una única empresa
A. M. CH. - Barcelona - 26/07/2007
Endesa controla alrededor del 90% del sector de la distribución eléctrica en Cataluña, mientras que
Red Eléctrica Española (REE), empresa de participación pública, es la propietaria de la red de alta
tensión y única responsable de transportar la energía hasta las redes de los comercializadores, en
Cataluña, Endesa.
Las redes de Red Eléctrica y las de Endesa-que en breve pasará a manos de la constructora Acciona
y la italiana Enel- se conectan en las llamadas subestaciones eléctricas, en una de las cuales se
originó el accidente que ha desencadenado el gran apagón en Barcelona.
El Gobierno socialista creó REE en 1985 para separar el transporte de energía de su generación y su
comercialización, para evitar que la propiedad de la red de alta tensión perjudicase a aquellas
empresas que quisieran entrar en el negocio de la comercialización.
El de Endesa es un monopolio natural, ya que no tiene sentido construir una nueva red junto a la ya
existente. Pero en comercialización, los intentos por plantar cara a Endesa en el mercado eléctrico
catalán han resultado poco exitosos: las cuotas de mercados de, por ejemplo, Gas Natural o Factor
Energía en este segmento son irrisorias frente al dominio de Endesa.
Además, la gasista frenó hace unos meses su ofensiva para captar clientes al no resultarle rentable.
El regulador del mercado energético es la Comisión Nacional de la Energía (CNE). El consejo de
administración de este ente acordó ayer abrir un expediente informativo sobre el apagón de
Barcelona.
La CNE ha pedido a Endesa y a Red Eléctrica de España (REE) que le entreguen, en el plazo de
diez días, toda la información relevante sobre lo ocurrido.
Entre los datos reclamados por el regulador energético figuran el esquema eléctrico de la zona en la
que se inició el apagón, el esquema de las subestaciones afectadas y la descripción de los sistemas
de protección. Este expediente se suma al abierto por el Gobierno de Cataluña.
Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/cataluna/monopolio/natural/manos/unica/empresa/elpepiespcat/200
70726elpcat_1/Tes
123 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 6
Explicaremos a continuación las principales características del monopolio
comparándolas con las del mercado de competencia perfecta. Son las siguientes:
Los monopolistas tienen una función de demanda con pendiente negativa,
frente a la función de demanda totalmente horizontal a la que se enfrenta la empresa
individual en competencia perfecta. Efectivamente, los monopolistas por definición se
enfrentan a la totalidad de la función de demanda y ésta tiene, generalmente, pendiente
negativa.
Los monopolios son precio-oferentes, frente a lo que ocurre en los mercados
de competencia perfecta, donde las empresas son precio-aceptantes. Como
recordaremos, el precio les viene dado a las empresas en la competencia perfecta, pues
han de vender todo lo que produzcan al precio de equilibrio, que es el resultado de la
intersección de la oferta con la demanda. Los monopolios, sin embargo, pueden fijar el
precio al que deseen vender.
La elasticidad-precio de la demanda del monopolista es finita, frente a la
elasticidad de la demanda infinita de la empresa que trabaja en un mercado de
competencia perfecta. La elasticidad-precio de la demanda era infinita en la
competencia perfecta pues la cantidad que podía vender variaba totalmente si el precio
que fijaba la empresa se alejaba aunque sólo fuera mínimamente del precio de
equilibrio. Así, dado que los bienes que producen las diferentes empresas competitivas
son homogéneos, si una empresa decide vender a un precio ligeramente superior al de
equilibrio nadie le va a comprar ni una sola unidad de producto, pues cualquier
consumidor racional decidirá adquirir esos bienes a cualquier otra empresa de la
competencia. En el monopolio, sin embargo, si se decide alterar el precio fijado, la
cantidad que los consumidores deseen adquirir se verá reducida o aumentada en una
determinada cantidad –que nos indicará la función de demanda-, pero no
necesariamente se reducirá totalmente como ocurre en el caso de la competencia
perfecta.
Los monopolistas pueden utilizar como variable de ajuste tanto el precio
como la cantidad, mientras que en la competencia perfecta sólo pueden utilizar a tal fin
las cantidades, pues como hemos recordado los precios les vienen dados. Con una
función de demanda con pendiente negativa como a la que se enfrenta un monopolista
sabemos que, si fijamos el precio, la cantidad que desearán adquirir los consumidores
nos vendrá dada; mientras que si decidimos vender una determinada cantidad de
producto, el precio que estarán dispuestos a abonar los consumidores también estará
fijado; podemos, en principio, fijar el precio o la cantidad que deseemos, aunque no
ambos a la vez.
Para vender una cantidad mayor, un monopolista debe reducir su precio;
en competencia perfecta, sin embargo, no ha de hacer nada para conseguirlo, pues puede
vender cuanto desee al precio de equilibrio. Esto es consecuencia de lo expuesto
anteriormente; al enfrentarse a una función de demanda con pendiente negativa,
cantidades mayores van asociadas a precios menores y viceversa.
Para un monopolista, el precio es mayor que el ingreso marginal pues si
desea vender más unidades de producto ha de hacerlo a un precio menor, y ese precio
menor se aplicará a todas las unidades vendidas, mientras que en la competencia
124 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 7
perfecta ambos son iguales pues las empresas competitivas venden cada unidad
adicional siempre al mismo precio;
En el cuadro siguiente podemos ver cómo evolucionan los ingresos totales,
marginales y medios ante distintos valores del precio. Las dos primeras columnas nos
indican que estamos ante una función de demanda con pendiente negativa; si el precio
es de 12 euros, nadie deseará adquirir ninguna unidad, pero si el precio va bajando, las
cantidades que se desearán comprar van aumentando.
La tercera columna nos muestra los ingresos totales. Los ingresos totales son el
resultado de multiplicar el precio por la cantidad vendida. A diferencia de lo que ocurría
en la competencia perfecta, donde los ingresos totales son una línea recta con pendiente
positiva, siempre creciente, en el monopolio tendrá la forma de una parábola invertida,
que crecerá hasta un determinado punto –en este caso hasta que las cantidades
adquiridas alcanzan las 3 unidades- para decrecer a partir de ese momento. Eso es así
porque, como hemos señalado, para vender más, dado que el monopolista se enfrenta a
una curva de demanda con pendiente negativa, ha de bajar el precio. Y ese precio menor
se aplica a todas las unidades que vende.
Esta es también la explicación de la forma que tienen los ingresos marginales,
que están en la cuarta columna. Los ingresos marginales son el incremento de ingresos
que tenemos por vender una unidad adicional. Los ingresos marginales son
decrecientes, a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, donde son
constantes. En la competencia perfecta se venden todas las unidades al precio de
equilibrio, luego dicho precio es equivalente al ingreso marginal. En el monopolio no.
Aquí, son decrecientes, y pueden llegar a ser negativos, como vemos en la tabla a partir
de la cuarta unidad vendida, pues llega un momento en el que el incremento que
obtenemos por vender una unidad más no compensa a la pérdida de ingresos que
experimentamos por vender todas las unidades a un precio menor –es necesario vender
a un precio menor para poder vender más unidades-.
El ingreso medio, que tenemos en la quinta columna, sería el resultado de dividir
el ingreso total por la cantidad y ha de coincidir necesariamente con el precio –es decir,
con la función de demanda-, pues el ingreso total es el resultado de multiplicar el precio
por la cantidad.
Figura 6.3: Cálculo del ingreso total, marginal y medio a partir de una función de
demanda
Precio Cantidad Ingreso total Ingreso
marginal
Ingreso medio
12 0 0 - -
10 1 10 10 10
8 2 16 6 8
6 3 18 2 6
4 4 16 -2 4
2 5 10 -6 2
125 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 8
La representación gráfica de los datos del cuadro anterior sería, aproximadamente, la
siguiente:
Figura 6.4: Ingresos medios y marginales de un monopolista
La cantidad producida en el equilibrio en el monopolio es menor que la que
se fabrica en la competencia perfecta, como consecuencia de que en situación de
monopolio se fija un precio mayor;
En el monopolio no existe función de oferta, pues no se puede establecer
una relación biunívoca entre precios y cantidades, sino que hay puntos de oferta, frente
a la competencia perfecta donde la función de oferta de la empresa es la curva de costes
marginales a partir del mínimo de explotación.
P
Q
12
6 3
I’
Ingreso medio
126 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 9
6.3.- FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO MONOPOLÍSTICO
El monopolista, como cualquier empresa presente en algún otro tipo de mercado,
buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la totalidad de sus ingresos y
de sus costes:
B = IT – CT
Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar, como hemos visto en el
ejemplo numérico anterior, el precio –que nos viene dado por la función de demanda-
por la cantidad que decida producir. Los costes totales en los que incurra serán el
resultado de sumar sus costes fijos y sus costes variables.
Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que
derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla
a cero:
=
–
= 0
La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes
totales son los costes marginales, por tanto tendremos:
I’ – C’ = 0
I’ = C’
La regla de maximización de beneficios en el monopolio nos dirá, por tanto, que
habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen con sus costes
marginales.
Para entender mejor el funcionamiento del mercado monopolístico vamos a
ayudarnos de la representación gráfica del equilibrio en un monopolio.
Figura 6.5: Equilibrio de un monopolista
I’
P
P*
Q*
Q
C’
P = IMe
127 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 10
Obsérvese que si produjera una cantidad inferior a Q*, estaría dejando de ganar
beneficios , pues los ingresos por cada unidad producida (los ingresos marginales) son
superiores a los costes de cada unidad producida (los costes marginales) a la izquierda
de Q*. Del mismo modo, si produjera una cantidad superior a Q
*, estaría perdiendo
beneficios, pues el coste de producir cada unidad adicional supera al incremento de
ingresos que obtenemos con su venta (los costes marginales son mayores que los
ingresos marginales a la derecha de Q*).
Una vez que conocemos cuál es la cantidad óptima que ha de producir, hemos de
saber qué precio están dispuestos a pagar los consumidores por esas unidades.
(Gráficamente, consiste en trazar una línea vertical a partir de la cantidad de equilibrio
hasta intersecar a la función de demanda. De esta manera obtenemos el precio de
equilibrio, P*).
En una hipotética situación de competencia perfecta, sin embargo, se seguirían
produciendo unidades del producto en cuestión hasta que el coste marginal se igualara
con la función de demanda -en competencia perfecta, recordemos, la función de oferta
de la empresa es su curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación; dado
que sólo existe una empresa, la función de oferta del mercado sería dicha función de
oferta individual, y buscaríamos el equilibrio en la intersección de la oferta con la
demanda-.
Por tanto, como ya hemos expresado en este módulo, el precio es mayor y la
cantidad es menor en el monopolio respecto de la competencia perfecta. Además, esto
genera una ineficiencia; la suma del excedente del consumidor más el excedente del
consumidor no es máxima.
En efecto, existe un coste social del monopolio. Podemos observar que hay
unidades de producto -las comprendidas entre Q*
mon y Qcp-, cuyo coste de producción
por unidad adicional (es decir, cuyo coste marginal) es menor que el precio que los
consumidores están dispuestos a pagar (que viene dado por la función de demanda), y
que sin embargo no se producen; el coste social del monopolio es el área sombreada en
el gráfico, y representa que la pérdida de excedente del consumidor frente a una
hipotética situación de competencia perfecta es mayor que la ganancia de excedente del
productor.
Figura 6.6: Representación gráfica del coste social del monopolio
I’
Qcp
P
P*
mon
Q*
mon Q
C’
P = IMe
P*
cp
128 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 11
Un monopolio tendrá beneficios cuando la curva de costes marginales corte con
la de costes totales medios para un valor inferior al precio -es decir, a la función de
demanda-; si fuese al contrario, el monopolio presentaría pérdidas.
Se representan a continuación ambas posibilidades. Sólo en el caso en el que la
curva de costes totales medios cortara con la de demanda para un nivel de producción
en el que también coincidieran las funciones de ingresos y costes marginales la empresa
no tendría ni beneficios ni pérdidas.
Figura 6.7: Representación gráfica de los beneficios de un monopolio
Figura 6.8: Representación gráfica de un monopolio con pérdidas
CTMe
CTMe
BENEFICIO
CTMe
P
P*
Q* Q
I’
C’
P = IMe
CTMe
PÉRDIDAS
P
P*
Q* Q
I’
C’
P = IMe
CTMe
129 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 12
6.4.- DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS EN EL MONOPOLIO
En ocasiones ocurre en la dinámica del monopolio –aunque en otros tipos de
mercados de competencia imperfecta también puede ocurrir- que se intenta acaparar el
máximo posible del excedente del consumidor a través de una práctica que consiste en
fijar precios distintos a consumidores diferentes; mediante la práctica que es conocida
como discriminación de precios.
Supongamos una compañía de transporte terrestre, de autocares por ejemplo, que
esté en una situación monopolista para un determinado recorrido. Si fija un precio muy
alto, pocos consumidores desearán utilizar sus servicios. Si por el contrario fija precios
bajos, tanto los que estaban dispuestos a abonar un precio alto como los que están
dispuestos a pagar un precio más asequible querrán utilizarlo. Sin embargo, puede que
no le resulte óptima esta última opción pues no está cobrando más que una pequeña
cantidad a quienes están dispuestos a pagar un precio mayor.
En ese caso, podría optar por ofrecer distintas tarifas. Así, si ha observado que
los menores de 20 ó 25 años tienen una menor capacidad adquisitiva, así como los
jubilados mayores de 65 años, podría ofrecer a ambos segmentos del mercado un precio
asequible. Para el resto, con mayor renta, fijaría la tarifa normal, más alta. De esta
forma, conseguiría acercarse al objetivo de hacer que todos paguen lo que verdade-
ramente están dispuestos a pagar.
Además la reventa, en este caso, es controlable mediante la contrastación de la
edad pidiendo el carné de identidad o cualquier sustitutivo válido del mismo.
Esta práctica de discriminación de precios requiere que se cumplan al menos dos
características:
Que el mercado pueda fraccionarse y que se puedan identificar los distintos
segmentos de mercado; y
Que no haya posibilidad de reventa entre los miembros de distintos segmentos de
mercado a los que se les va a aplicar precios diferentes.
Aplicando esta técnica, se fijaría un precio diferente a cada clase de consumidor,
buscando que efectivamente paguen lo que realmente están dispuestos a pagar;
intentando hacer desaparecer o al menos minimizar el excedente del consumidor.
En ocasiones, se establece una tipología de la discriminación de precios,
distinguiendo tres posibilidades:
Discriminación de precios de primer grado: la empresa cobra a cada
consumidor el precio máximo que está dispuesto a pagar por cada unidad. Es el
ejemplo de los regateos en un mercadillo.
Discriminación de precios de segundo grado: la empresa cobra precios distintos
a sus clientes en función de la cantidad que compren -normalmente, se cobra menos
cuanta mayor cantidad se adquiera-.
Discriminación de precios de tercer grado: la que ya hemos descrito en el
ejemplo de la empresa de transporte terrestre; cuando se agrupa a los consumidores
en dos o más segmentos de mercado y se les cobra un precio distinto a cada uno de
ellos, haciéndolo generalmente en función de su capacidad de pago.
130 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 13
LA REVENTA, A VECES, ES ARRIESGADA
La mayor discriminación de precios posible se puede alcanzar con la reventa
de un bien que sea muy apreciado por los demandantes –aun cuando los oferentes no
sean monopolistas-, pues con la negociación que se entabla con cada comprador
potencial se puede intentar conseguir que cada uno pague lo máximo que esté
dispuesto a pagar... aunque este tipo de comportamiento no siempre sale bien.
El 12 de mayo de 2010, en Hamburgo, el Atlético de Madrid disputaba –y
ganaba- la final de la primera Europa League frente al correoso equipo inglés del
Fulham, tras haber dejado en la cuneta a algunos buenos equipos como el Valencia o
el Liverpool, entre otros. La fiel parroquia rojiblanca se dispuso a desplazarse hasta
tierras germanas como siempre hace con la intención de animar a su equipo, pero
apareció un problema: el número de entradas que se puso a la venta en el estadio
Vicente Calderón era insuficiente para satisfacer la gran demanda existente. Por otro
lado, en Hamburgo cientos de alemanes habían adquirido con meses de antelación las
entradas que había puesto a la venta allí la UEFA, con la esperanza de que su equipo
llegase a la final, algo que finalmente no ocurrió.
Algunos aficionados alemanes vieron entonces un potencial negocio en la
reventa de sus entradas, pues había seguidores de los equipos finalistas dispuestos a
pagar sumas muy superiores al precio al que las habían adquirido en taquilla –al fin y
al cabo, si pagaban por ejemplo 200, 300 ó 400 euros por una entrada cuyo precio era
de 50 €, todavía estaban abonando por ella una cantidad de dinero inferior a lo que
costaba el vuelo desde Madrid, que rondaba los 500 euros-.
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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 14
Algunos seguidores atléticos que no querían correr riesgos cerraron la
transacción por internet adquiriendo un bolígrafo o un mechero con el que te
regalaban una entrada, pero otros pocos se aventuraron a desplazarse hasta Hamburgo
sin entrada esperando conseguirla allí en la reventa.
Estos últimos tuvieron suerte. Así, en muchos lugares céntricos de Hamburgo
era fácil encontrar a bastantes personas mostrando sin ningún disimulo las entradas
que pretendían revender. Y a lo largo del kilométrico camino por en medio de un
bosque que hay que recorrer para acceder desde la estación de metro más cercana del
estadio hasta éste, se encontraban muchas decenas más.
Para los reventas, cada minuto que pasaba según se acercaba la hora de
comienzo del partido corría en su contra, y el exceso de oferta tiraba inexorablemente
del precio a la baja, hasta tal punto que es más que probable que algunos tuvieran que
venderlas a un precio inferior a aquel al que las habían adquirido.
Intentar hacer negocio con un bien perecedero es arriesgado –para poco vale
una entrada cuando el partido ha acabado, salvo el valor sentimental del recuerdo para
los que allí estuvimos disfrutando al ver proclamarse de nuevo campeón a nuestro
equipo-.
¡Aúpa Atleti!
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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 15
6.5. LA REGULACIÓN DEL MONOPOLIO
Dada la ineficiencia que representa el monopolio frente a la competencia
perfecta, manifestada en la existencia de ese coste social del monopolio, los gobiernos
pueden estar dispuestos a regular los monopolios.
La REGULACIÓN DE UN MONOPOLIO es el proceso por medio del cual el
gobierno realiza una intervención permanente en un mercado, monopolista en este caso.
Básicamente existen tres formas de regular un monopolio:
Mínima: se deja al monopolio producir la cantidad que desee y al precio que
considere oportuno, pero se le fija un impuesto para que esa ganancia extraordinaria
que obtiene redunde en beneficio de los ciudadanos a través del gasto público. Es
importante señalar que ese impuesto ha de ser de cuantía fija. En caso contrario, si
fuera dependiente del nivel de producción, la empresa podría tomarlo como un coste
marginal más -y no como un coste fijo como deseamos- por lo que su curva de costes
marginales se desplazaría paralelamente hacia arriba y tendríamos un nuevo
equilibrio para un precio mayor y una cantidad menor, justo lo contrario de lo que
sería deseable.
Fijación del precio según la regla del coste medio. En este caso, si se considera
que el sector en el que trabaja el monopolio obtiene beneficios extraordinarios,
obligándole a fijar un precio que sea igual a los costes medios se le permitiría
obtener únicamente beneficios normales. Con esta regla se consigue que la cantidad
producida sea mayor, y que el precio de venta sea menor frente al monopolio no
regulado.
Fijación del precio según la regla del coste marginal. En este tipo de
regulación, se obliga a trabajar al monopolio “como si estuviera en competencia
perfecta”. Así, no seguirá el principio de maximización de beneficios del monopolio,
ingreso marginal igual al coste marginal, para fijar la cantidad que va a producir, sino
que se le obliga a que fije un precio igual a su coste marginal. En este caso, podría
ocurrir que la empresa obtuviera pérdidas y que fuera compensada por las mismas.
Este tipo de regulación es el que consigue, de los tres expuestos, que la empresa
produzca más cantidad y a un menor precio, al hacerlo “como en competencia
perfecta”.
133 de 152
MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 16
Los tres tipos de regulación expuestos se corresponden, respectivamente, con los
puntos A, B y C del gráfico siguiente:
Figura 6.9: Distintas posibles regulaciones del monopolio
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo estos enlaces:
Ejercicios resueltos de monopolio.
Ejercicios resueltos de regulación del monopolio.
P
I’
C’
B C
PA
QA Q
P = IMe
CTMe
A
QB QC
PB
PC
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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 17
1.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: P = 27 – 2Q, y se estima
que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q
2 + 40Q + 10.
Se pide:
a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio.
b) Calcular el beneficio que obtendrá.
c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.
EJERCICIOS NO RESUELTOS
2.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Q = 3000 –
P, y se
estima que tiene una función de costes totales como la siguiente:
CT = Q3 – 153 Q
2 + 4800Q + 185000.
Se pide:
a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio.
b) Calcular el beneficio que obtendrá.
c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.
3.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Qd = 300 – 2P, y se
estima que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q
2 + 40Q + 50.
Se pide:
a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio.
b) Calcular el beneficio que obtendrá.
c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.
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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 18
5.- Un monopolista se enfrenta a una función de demanda: P = 100 – 2Q. Su
función de costes totales responde a: CT = 2Q2 + 4Q + 76.
a) Indique qué cantidad deberá producir y a qué precio la venderá si
pretende maximizar beneficios.
b) Calcule qué beneficios obtendrá.
c) Calcule el coste social del monopolio.
d) Represente gráficamente el equilibrio del monopolio.
e) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = C’.
Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio
obtendrá.
f) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = CTMe.
Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio
obtendrá.
g) Suponga que se produce una regulación consistente en fijarle un
impuesto de 100 u.m. Indique qué precio fijará, qué cantidad
producirá y qué beneficio obtendrá.
4.- El organizador de un concierto en un estadio de fútbol, cuyo aforo máximo es
de 80000 personas, se estima que se enfrenta a una función de demanda como la
siguiente: Q = 200000 – 1000P.
Tiene costes de alquiler del estadio y de pagar a los artistas de 500000 u.m., y
unos costes de seguridad de 100000 u.m.
a) Indique qué cantidad de entradas deberá poner a la venta y a qué precio
las venderá si pretende maximizar beneficios.
b) Si se ve obligado a pagar un impuesto de 45 u.m. por cada unidad vendida,
calcule qué cantidad deberá poner a la venta y a qué precio las venderá si
pretende maximizar beneficios, así como el importe de la recaudación
impositiva.
c) Represente gráficamente los distintos equilibrios del monopolista.
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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 1
OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA
IMPERFECTA.
En los dos módulos anteriores hemos estudiado dos modelos de mercado
extremos respecto al número de oferentes: el monopolio, en el que una sola empresa se
enfrenta a la totalidad de la curva de demanda y que tiene total poder de mercado –
tanto para fijar precios como cantidades- y la competencia perfecta, en la que la
atomización de la producción impide a las numerosas empresas existentes tener
ninguna influencia sobre el precio. Sin embargo, en el mundo real observamos que
existen con frecuencia otros tipos de mercado que no responden a ninguno de estos dos
modelos y que estudiaremos en este módulo: el oligopolio y la competencia
monopolística.
137 de 152
2 MICROECONOMÍA
7.1.- EL OLIGOPOLIO
El oligopolio es un tipo de mercado en el que existen pocas empresas, y por
tanto su rasgo principal radica en que existe una interdependencia entre las decisiones
que éstas vayan a tomar; tienen que valorar las reacciones de las demás empresas a la
hora de adoptar sus propias decisiones.
El hecho de que sean pocas las empresas que abastezcan el mercado suele estar
propiciado por la existencia de barreras a la entrada, por lo que los beneficios suelen
ser altos a largo plazo. Estas barreras pueden tener su origen en la existencia de
economías de escala, en el acceso limitado a una determinada tecnología, etc. Pero las
empresas de un mercado oligopolístico también pueden tomar posicionamientos
estratégicos para disuadir a otras de entrar, por ejemplo, amenazando con inundar el
mercado y presionando a la baja sobre los precios, creando un exceso de capacidad de
producción, etc.
El bien que producen esas distintas empresas es homogéneo, prácticamente
idéntico, por lo que los consumidores serán indiferentes entre comprárselo a una
empresa u otra. Algunos autores, no obstante, no le dan demasiada importancia al hecho
de que el producto esté o no diferenciado, siempre que se cumpla que sólo unas pocas
empresas producen la mayor parte o toda la producción total; que exista una alta
concentración en el mercado.
Se suele medir el grado de concentración del mercado a partir de la
proporción de ventas que representan unos pocos y grandes vendedores respecto del
total de ventas del mercado o industria.
La variable de decisión de la empresa oligopolística puede ser tanto el precio
como la cantidad. En función de que sea uno u otra, estudiaremos el modelo de
Bertrand o el de Cournot.
Puede ocurrir que una empresa, por su importancia en el mercado debido a su
volumen o por otros motivos, adopte el papel de líder y que las demás tomen sus
decisiones en función de lo que ésta haga; para saber lo que sucederá en ese caso
estudiaremos el modelo de Stackelberg.
Muy frecuentemente se estudia en la literatura económica el caso que ocurre
cuando solamente dos empresas satisfacen la totalidad del mercado: es el duopolio. Del
mismo modo que en el comportamiento del consumidor dibujamos las curvas de
indiferencia entre dos bienes, de los virtualmente infinitos que existen y extraemos
conclusiones aplicables en entornos más complejos, en el oligopolio estudiamos el
equilibrio entre dos empresas y extrapolamos conclusiones a la existencia de un número
indeterminado mayor.
Un modelo de duopolio es el que desarrolló Cournot. Según este modelo, cada
empresa debe decidir la cantidad que va a producir. Esta decisión se ha de producir
simultáneamente –o, si se produce de forma secuencial, la segunda empresa en tomar su
decisión debe desconocer qué es lo que hizo la primera-.
Al tomar sus decisiones, cada empresa ha de tener en cuenta lo que crea que
vaya a hacer su competidora, pues sabe que el precio de mercado dependerá de la
cantidad total que entre ambas vayan a decidir producir.
138 de 152
MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 3
En el modelo de Cournot, cada empresa considera fijo el nivel de producción de
su competidora, y en función de ello decide la cantidad que va a producir. Para
expresarlo, se elabora una curva de reacción. Una curva de reacción muestra la
relación existente entre el nivel de producción maximizador de beneficios para una
empresa y la cantidad que cree que producirá la otra empresa.
Las curvas de reacción, en el modelo de Cournot, tienen pendiente negativa.
Esto es así pues cuanto mayor sea la cantidad que las demás empresas produzcan –o que
la otra empresa produzca, en el caso del duopolio-, menor será la cantidad que una
empresa pueda producir para maximizar beneficios, puesto que incrementar en exceso la
cantidad producida total hará que el precio caiga y por tanto los ingresos y también los
beneficios.
Alcanzaremos un equilibrio cuando las curvas de reacción de las dos empresas
se corten; en ese punto, la cantidad que una empresa produce es óptima dada la que
produce la otra, y viceversa. Ese punto, por tanto, cumple los requisitos de un
equilibrio de Nash, pues si se encuentran en esa situación nadie tiene incentivos para
variar de estrategia.
Figura 7.1: Equilibrio del duopolio cuando la variable de decisión es la cantidad
Según el modelo de Stackelberg, una empresa fija el nivel de producción antes
que el resto, y éstas conocen lo que hizo la primera. Este modelo también es conocido
como el del líder y el seguidor.
Dado que la segunda empresa –suponiendo que se trate de un duopolio- decide
qué cantidad va a producir sabiendo lo que produjo la primera, esa cantidad que produjo
la primera será un dato para ella, una constante, y producirá en función de ello la
cantidad que le haga maximizar beneficios.
La primera empresa que ha de decidir, a su vez, conoce que la segunda va a
actuar de esa manera, por lo que toma su decisión siendo consciente de la manera en
que la segunda va a reaccionar. Por tanto, su decisión la tomará teniendo en cuenta la
función de reacción de la segunda, sabiendo de qué manera actuará –qué cantidad
producirá- la segunda para cada posible nivel de producción suyo.
En teoría de juegos esta situación se denominaría un juego dinámico con
información perfecta, que se resolvería por inducción hacia atrás.
Cuando lo que se decide es la cantidad producida, la primera empresa que
realiza su elección tiene ventaja, pues la segunda toma la decisión de la primera
como algo inamovible, a lo que ha de acomodarse. Por lo general, como ya hemos
Q2
Q1
Función de reacción de la empresa nº 1
Función de reacción de la empresa nº 2
Equilibrio
139 de 152
4 MICROECONOMÍA
señalado anteriormente, la segunda empresa no podrá fijar niveles de producción muy
altos, pues esto haría que el precio disminuyese –recordemos que ambas empresas
satisfacen una misma función de demanda-, y podría llegar incluso a incurrir en
pérdidas.
Otro modelo de duopolio posible es el de Bertrand. Según este modelo, las
empresas producen un bien homogéneo, y todas las empresas deciden simultáneamente
el precio que van a cobrar. La variable de decisión en este modelo, por tanto, es el
precio, a diferencia de lo que ocurría en los dos modelos anteriores, en los que lo que se
decidía eran las cantidades producidas, y el precio que se cobraba en el mercado era una
consecuencia de dichas decisiones.
En los ejercicios prácticos que realizaremos nosotros, no obstante, dado que
presentan un mayor interés analítico, consideraremos los oligopolios diferenciados en
los que los bienes que producen las distintas empresas son altamente sustitutivos pero
no perfectamente homogéneos.
La resolución en este caso será similar a la de Cournot, pues la decisión de las
diferentes empresas se toma de manera simultánea, pero tomando como variable de
decisión los precios. Para ello, las empresas considerarán constante el precio que las
demás vayan a fijar y decidirán entonces cuál es el precio óptimo por el que deberían
optar.
El equilibrio en este caso también constituye un equilibrio de Nash, pues en el
equilibrio ninguna empresa tiene incentivos individualmente para cambiar su decisión,
dada la decisión de las demás.
A diferencia de lo que ocurría en el modelo de Cournot, en este caso las curvas
de reacción tendrán pendiente positiva. La explicación radica en que cuanto mayor sea
el precio que fijen las otras empresas –o la otra empresa en el caso del duopolio- mayor
será el que podamos fijar nosotros; o visto en sentido contrario, si las demás empresas
fijan un precio más bajo, nosotros también deberemos bajarlo para no perder cuota de
mercado.
Figura 7.2: Equilibrio del duopolio cuando la variable de decisión son los
precios
P1
P2
Función de reacción de la empresa nº 1
Función de reacción de la empresa nº 2
Equilibrio
140 de 152
MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 5
7.2.- COLUSIÓN Y COMPETENCIA EN EL OLIGOPOLIO.
En el oligopolio, las empresas pueden actuar ya sea compitiendo entre sí, ya sea
poniéndose de acuerdo en alguno de los aspectos relevantes de su funcionamiento,
como los precios, etc. Estudiaremos en este punto, por tanto, la colusión y competencia
en el oligopolio.
Si las empresas se deciden por coludir, se pondrán de acuerdo para fijar
precios, cuotas de producción, nivel de gastos publicitarios, etc. En definitiva, formarán
un cartel y actuarán como si se tratara de un monopolio.
Dado que frecuentemente existen legislaciones a favor de la defensa de la
competencia, que pretenden evitar ese tipo de comportamientos, la colusión se puede
producir de una forma no explícita sino tácita. Esto es frecuente cuando existe una
empresa que ostenta un papel dominante en el mercado, y que fija un precio que es
seguido por las demás.
Existen distintos factores que favorecen la aparición de comportamientos
colusivos en un mercado.
En efecto, si el número de empresas en el mercado no es excesivo, al
trabajar en el mismo sector es posible que se conozcan, lo que favorecerá que se
alcancen acuerdos.
Igualmente, si producen artículos similares, también es más factible
que lleguen a acuerdos acerca de los precios.
Lo mismo ocurre si hay barreras de entrada en el mercado, pues en
ese caso no tienen miedo a que otras empresas irrumpan en el mercado.
También favorece la colusión, como argumentamos anteriormente, el
hecho de que haya una empresa dominante en el mercado.
La estabilidad del mercado, es decir, si tanto la demanda como los
costes no fluctúan mucho, es otro factor que puede inducir al alcance de acuerdos.
Por último, si los métodos de producción y las estructuras de costes de
las empresas son similares, todas ellas querrán alterar los precios más o menos al
mismo tiempo y en porcentajes más o menos parecidos.
En la página siguiente tenemos un ejemplo, de los muchos que podríamos
encontrar realizando una revisión de las páginas de economía de la prensa, de una
situación en la que al parecer una serie de productores o vendedores han tomado
acuerdos enfocados a alterar el precio buscando eludir la competencia, con conductas
prohibidas por la Ley de Defensa de la Competencia.
141 de 152
6 MICROECONOMÍA
Competencia multa por subir los precios a
los panaderos
EP - Sevilla - 22/04/2010
El Consejo de Defensa de la Competencia ha sancionado a las
asociaciones provinciales de panaderos de Sevilla y Málaga con multas
que suman 77.627 euros por efectuar una recomendación colectiva de
subida de precios del pan fresco sin envasar, una conducta prohibida por
la Ley de Defensa de la Competencia.
Contra la Federación de Fabricantes de Pan de Sevilla y Provincia
(Fepan), Competencia emitió una resolución que establece una sanción de
39.067 euros "como consecuencia de que se ha probado la existencia de
una recomendación colectiva de fijación en materia de precios". Además,
establece otros 6.000 euros de multa por mantener una cláusula
"anticompetitiva" en sus estatutos. Competencia insta a la asociación para
que se abstenga de realizar la recomendación de fijar precios y elimine la
cláusula. En el caso de la Asociación Provincial de Panaderos de Málaga
(Apropan), Competencia emitió otra resolución que le sancionaba con
32.560 euros.
Tras las inspecciones realizadas por Competencia, el 47% de los
establecimientos sevillanos confirmaron que conocían o participaban de
alguna práctica "potencialmente ilícita" en la alteración de los precios.
Mientras, en Málaga se visitaron unas 23 empresas y el 53% de los
establecimientos habían subido el precio del pan tras hacerse públicas las
informaciones relativas al alza de los precios.
Cada asociación deberá impartir programas formativos en materia de
competencia a cargo de expertos y destinados a sus socios durante este
año. En caso contrario, serán sancionadas con una multa coercitiva de 600
euros.
Fuente:
http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Competencia/multa/subir/preci
os/panaderos/elpepiespand/20100422elpand_3/Tes
142 de 152
MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 7
Del mismo modo que las empresas pueden ponerse de acuerdo y coludir por los
motivos que acabamos de señalar, también puede ser que opten por competir entre ellas.
De hecho, aunque globalmente las empresas se encuentren mejor en una situación
colusiva, siempre tendrán incentivos a romper el acuerdo y bajar el precio que fijen por
debajo del acordado, para intentar ganar una mayor cuota de mercado a costa de las
demás.
Esos comportamientos estratégicos son los que estudia la teoría de juegos, como
explicamos anteriormente, así como los distintos modelos teóricos diseñados, como los
de Cournot, Stackelberg y Bertrand que hemos descrito.
Ante esta situación, las empresas pueden desear un poco de tranquilidad, al
menos en lo que hace referencia al nivel de precios. Esto es lo que explica el modelo de
la demanda quebrada.
Según este modelo, cada oligopolista se enfrenta a una curva de demanda
quebrada al precio vigente, por lo que a niveles de precios mayores, la demanda es muy
elástica –si una empresa decidiese subir el precio correría el riesgo de perder gran cuota
de mercado-, mientras que a precios menores, la demanda es inelástica –por lo que si
una empresa decidiera competir con las demás bajando su precio no conseguiría
incrementar sustancialmente sus ventas, además de que el resto de empresas también
podrían hacerlo para no perder cuota de mercado, llegándose a una situación no deseada
por ninguna de ellas-.
Por tanto, es previsible una estabilidad en el mercado a los precios vigentes, aun
cuando se produjesen modificaciones en los costes marginales de las empresas, como se
puede apreciar en el gráfico siguiente.
Al estar quebrada la curva de demanda, la curva de ingresos marginales no es
continua. Así, los costes de la empresa pueden variar sin que el precio óptimo vaya a ser
diferente para la empresa.
Figura 7.3: El modelo de demanda quebrada
Q
P
C’’
C’
D
I’
Q*
P*
143 de 152
8 MICROECONOMÍA
7.3.- LA COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA.
Examinaremos a continuación otro tipo de mercado de competencia imperfecta:
la COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA, cuyas principales características que podríamos
señalar son las siguientes:
A diferencia de lo que ocurre en el oligopolio, en el que son pocas las
empresas que existen en un mercado, en la competencia monopolística el número de
empresas es bastante elevado. Como consecuencia de ello, todas ellas gozan de una
cuota de mercado pequeña, por lo que tendrán poca influencia sobre las demás. En
lugar de una gran interdependencia habrá bastante independencia.
Frente a las barreras de muy diverso tipo que como hemos explicado
están presentes en buena medida en el origen de los oligopolios, en un mercado de
competencia monopolística existe libertad de entrada y salida en el mercado.
Así, si existen pérdidas las empresas pueden abandonar fácilmente el
mercado, del mismo modo que otras empresas pueden entrar si se observa la existencia
de beneficios.
La característica que define a la competencia monopolística
diferenciándola de la competencia perfecta es que el bien no es totalmente
homogéneo; existe una cierta diferenciación del producto. El grado de sustituibilidad
entre los productos que fabrican unas u otras empresas, aunque es muy alto, no es total.
De esta forma, si una empresa decidiera en un momento dado elevar
ligeramente sus precios, esto no le haría perder todos sus clientes; la función de
demanda a la que se enfrenten, por tanto, será muy elástica, pero no totalmente
elástica como ocurría en el modelo de competencia perfecta.
También ocurre que, a diferencia de lo que vimos en la competencia
perfecta, el precio de equilibrio será superior al coste marginal en la competencia
monopolística.
En efecto, dado que la función de demanda a la que se enfrenta la empresa tiene
pendiente negativa, el equilibrio se alcanzará cuando el ingreso marginal –que es menor
que el precio, del mismo modo que ocurre en el caso del monopolio-, se iguale con el
coste marginal.
Lo vemos a continuación en el gráfico siguiente:
144 de 152
MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 9
Figura 7.4: Equilibrio y beneficios de la competencia monopolística
Dado que en la competencia monopolística existe un cierto poder de
mercado, se producirá una pérdida irrecuperable de eficiencia explicable por los
mismos motivos del coste social del monopolio, si bien el bienestar de los consumidores
no se verá demasiado perjudicado, dado que por lo general el poder de monopolio es
pequeño al existir libertad de entrada y salida en el mercado.
En el corto plazo pueden existir beneficios extraordinarios en el
mercado, como se ve reflejado en el gráfico adjunto (arriba). Sin embargo, en el largo
plazo, estos beneficios extraordinarios tenderán a desaparecer pues nuevas
empresas estarían dispuestas a entrar en el mercado para aprovecharlos, como se ve en
el gráfico de abajo.
Como podemos observar a continuación en el gráfico correspondiente al
largo plazo, la empresa monopolísticamente competitiva tiene un exceso de capacidad,
pues su producción es menor que la que minimizaría el coste medio. Aunque, del
mismo modo que ocurre en la competencia perfecta, la entrada de empresas reduce los
beneficios hasta cero, dado que en la competencia monopolística la función de demanda
tiene pendiente negativa, ésta no coincidirá con la de costes medios en su mínimo –algo
que sí que ocurre en la competencia perfecta en el largo plazo-.
P
I’
C’
Q Q*
P*
D CTMe
Beneficios
CTMe
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10 MICROECONOMÍA
Figura 7.5: Exceso de capacidad en el largo plazo de la competencia monopolística
7.4.- DIFERENCIACIÓN DEL PRODUCTO, POLÍTICA DE MARCAS Y PUBLICIDAD.
A pesar de que hemos señalado que los beneficios extraordinarios existentes en
el mercado de competencia monopolística en el corto plazo tenderán a desaparecer en el
largo plazo, en la práctica, los beneficios extraordinarios pueden persistir en el largo
plazo, por la existencia de información imperfecta –ausencia de transparencia en el
mercado-, por una libertad de entrada en el mercado no total, y que impida que se
produzca una mayor competencia, por problemas de indivisibilidades –en los casos en
los que el establecimiento de un productor adicional haría que fuese inviable para todas
las empresas permanecer en el mercado-, o por la existencia de competencia no basada
en los precios, sino en otras posibilidades que estudiaremos en el último apartado de
este tema: diferenciación del producto, política de marcas y publicidad.
Los mercados oligopolísticos tienen en numerosas ocasiones, como ya hemos
indicado, un cierto grado de diferenciación del producto; las cuotas de mercado de las
empresas dependerán por tanto no únicamente de los precios, sino también de otras
diferencias relativas al diseño, el rendimiento, y la durabilidad del producto de cada una
de ellas, o a la localización de los puntos de venta –aun cuando se tratase de un bien
homogéneo-. En esos casos, dado que el producto es algo diferente, las empresas
tenderán a competir eligiendo los precios en lugar de las cantidades. Algo similar
ocurrirá en los mercados de competencia monopolística.
Exceso de capacidad
P
I’
C’
Q Q*
P*
D
CTMe
Q
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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 11
Lo que se persigue con las marcas, principalmente, es diferenciar el producto.
De esta manera la empresa puede conseguir una fidelidad de los consumidores, y actuar
como monopolista de su propio bien, aun cuando existan productos de características
muy similares o incluso idénticas en el mercado; el consumidor puede identificar y
diferenciar este bien del resto gracias a la marca.
En ocasiones, una misma empresa puede tener varias marcas y vender un mismo
producto con marcas diferentes y a distintos precios. Con ello, puede realizar una
discriminación de precios en la que los consumidores adquieran y paguen un precio lo
más cercano posible a su disposición a pagar. El objetivo está claro: apoderarse de la
mayor parte posible del excedente del consumidor.
La publicidad tiene una serie de cualidades como son las siguientes:
Da información a los consumidores de los productos existentes en el
mercado
Es necesaria para poder introducir productos nuevos
Fomenta la competencia de precios
Al incrementar el volumen de ventas, puede fomentar la aparición de
economías de escala que permitan que a la larga los precios puedan bajar
Sin embargo, en ocasiones también se le achacan a la publicidad una
serie de inconvenientes:
Al crear deseos, crea escasez
Fomenta el materialismo
Es costosa; los costes publicitarios requieren un gasto
Puede crear barreras de entrada que limiten la competencia, por efecto de
la fidelidad.
En efecto, una de las dos cosas que se persigue con la publicidad es aumentar la
demanda –conseguir que se desplace hacia la derecha, es decir, vender más-, como
vemos en el gráfico siguiente, en el que se puede apreciar que a un mismo nivel de
precios la cantidad que desean adquirir los consumidores es mayor.
Figura 7.6: Desplazamiento de la demanda como efecto de la publicidad
Px
x
D’
D
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12 MICROECONOMÍA
El segundo efecto que se busca es convertir la demanda en más inelástica –por la
fidelidad de los consumidores hacia el producto-, de tal modo que aun cuando se
produjeran incrementos de precios, como vemos en el gráfico siguiente, la cantidad
demandada apenas se vería alterada, y en cualquier caso siempre sería mayor a la
existente con la función de demanda original.
Figura 7.7: La demanda se vuelve más rígida con la publicidad
Concluyendo, hay que señalar que existen muy distintos modelos para explicar
el comportamiento de los mercados. Desde la competencia perfecta, pasando por el
monopolio, la competencia monopolística y el oligopolio, encontramos toda una
variedad de mercados que responden en mayor o menor medida a lo que observamos
que sucede en el mundo real. Por ello, es necesario escoger aquel que refleje lo más
fielmente posible la realidad del sector estudiado, y por tanto hay que conocer todos
estos modelos.
Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo este enlace:
ejercicios resueltos de oligopolios.
Px
x
D’
D
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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 13
EJERCICIOS NO RESUELTOS
1.- En el mercado de un determinado bien únicamente hay dos empresas
que satisfacen la demanda, tomando la decisión de cuánto producir de manera
simultánea. Sus funciones de costes totales responden a la forma: CTi = 400.
Se estima que la demanda es: P = 120 – QT
Se pide:
a) Calcule la función de pagos o beneficios de cada empresa.
b) Calcule la función de reacción o de mejor respuesta de cada
empresa.
c) Represente gráficamente el equilibrio del mercado.
d) Calcule los beneficios que obtendrán ambas empresas en el
equilibrio.
Suponga que entra una nueva empresa en el mercado.
e) Calcule el nuevo equilibrio y los beneficios que obtendrán.
Suponga que entran dos empresas más en el mercado, de forma que ya
sean cinco.
f) Calcule el nuevo equilibrio y los beneficios que obtendrán. ¿Qué
conclusiones puede extraer analizando los resultados?
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14 MICROECONOMÍA
2.- Suponga que en el mercado de un determinado bien existen sólo dos
empresas, –se trata por tanto de un duopolio–, cuyas funciones de costes totales
responden a la forma: CT1 = 4Q1 + 88 y CT2 = 4Q2 + 44.
La función de demanda del bien que producen es P = 100 – 4(Q1 + Q2). Si la
empresa nº 1 decide la cantidad que va a producir antes que la empresa nº 2,
determine:
a) La función de pagos y de reacción de la empresa nº 2
b) La función de pagos de la empresa nº 1
c) La cantidad que producirá cada empresa
d) El precio de equilibrio del mercado
e) El beneficio que obtendrán cada una de las empresas
f) Compare estos beneficios con los que habrían obtenido en el caso de
que la decisión hubiese sido simultánea.
150 de 152
MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 15
3.- Considere un mercado en el que cada una de las dos empresas que lo
componen por el lado de la oferta actúa como monopolista de su propio producto,
si bien la demanda de cada una de ellas se ve afectada tanto por el precio que fije
como por el que establezca su competidora. Esto es así porque los bienes que
producen tienen un cierto grado de sustituibilidad, aunque no son perfectamente
homogéneos.
En concreto, la demanda de la empresa nº 1 responde a la forma:
Q1 = 24 – 2P1 + P2. Por su parte, la empresa nº 2 tiene una demanda como la
siguiente: Q2 = 24 – 2P2 + P1. La variable de decisión de las empresas son los
precios, que deciden de manera simultánea. Únicamente tienen costes fijos que
ascienden, en ambos casos, a 28 u.m.
a) Calcule la función de pagos o reacción de ambas empresas.
b) ¿Qué cantidad producirá cada una de las empresas en el equilibrio?
c) ¿Cuáles serán los precios de equilibrio en el mercado?
d) Calcule los beneficios que obtendrán ambas empresas en el equilibrio.
e) Calcule los precios que fijarán, las cantidades que producirán y los
beneficios que obtendrán si la empresa nº 1 toma su decisión de qué
precio fijar antes que la empresa nº 2.
f) Si de nuevo toman la decisión de qué precio fijar simultáneamente,
pero sus estructuras de costes varían pasando a ser: CTi = 2Qi + 68/9,
calcule lo que se solicita en los primeros cuatro apartados del ejercicio.
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16 MICROECONOMÍA
4.- Imagine que la función de demanda a la que se enfrenta una empresa
tiene dos tramos, de tal forma que si la cantidad que produce es inferior a 50
unidades, la demanda es: P1 = 300 – Q, mientras que para un nivel de producción
superior a 50 unidades se estima que es P2 = 400 – 3Q.
La función de costes a la que se enfrenta es: CT = 1’5Q2 + 5.
a) Calcule el equilibrio y represéntelo gráficamente.
b) Suponga ahora que varían los costes totales de la empresa, pasando a
ser: CT = 1’5Q2 + 20Q + 5. Calcule de nuevo cuál será el equilibrio,
representándolo gráficamente y extrayendo conclusiones de los
resultados obtenidos.
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