Delito de lesiones al concebido
I. BIEN JURIDICO PROTEGIDO
El bien jurídico protegido o tambien denominado bien jurídico tutelado es la
expresión de una aspiración político criminal de ejercer protección “sobre todos
aquellos ámbitos, comprendidos en la esfera personal del individuo o en su
correlación con la comunidad, que sean necesitados y merecedores de dicho
revestimiento tutelar”.1
Al tenor del Art. 124-A del C.P. peruano vigente, el bien jurídico protegido es la
integridad física y la salud del feto. Es decir, se protege la salud del ser humano que
tiene vida dependiente.2 A examen del legislador, se considera al ser vivió en la
etapa que comienza con la anidación del ovulo fecundado en el útero de la mujer
hasta que se inicie el parto.
Como bien refiere Peña Cabrera, “decir que la salud es el bien jurídico es decir
muy poco, en vista de la magnitud y complejidad que abarcan estos injustos,
cuando adquieren concreción material (...)”.3
La figura genérica del delito de lesión contiene dos manifestaciones para
identificarse como tal: o puede ser un daño en el cuerpo o en la salud.4
La integridad corporal o física es el objeto de protección considerado por la doctrina
y jurisprudencia clásica, tomando en cuenta los órganos que componen el
organismo humano. Resulta, pues, vulnerada a través de toda perdida, inutilización,
menoscabo o desfiguración de cualquiera de los órganos, miembros o partes del
cuerpo.5
No obstante, deben considerarse todos los aspectos que involucran un daño al
individuo. Es decir, considerar las dimensiones del acto lesivo. Por ejemplo, la
castración de un hombre, al margen de exteriorizar una grave afectación a la
integridad corporal, produce –qué duda cabe–, una repercusión negativa muy
significativa en la psique del sujeto; por lo que habrá de decirse, que algunas veces,
el daño a la salud puede extenderse a varias de las dimensiones que la componen,
sino que ello implique una doble lesión.6
De ahí que se afirme que el bien jurídico pese a conceptuarse de una manera
única o sintetizada tiene varios aspectos que deberán ser delimitados, para
1 Peña, Raúl. Derecho Penal parte especial. T. I., p. 2222 Salinas, Ramiro. Derecho Penal Parte Especial. p. 271.3 Ob.cit. p. 2224 Soler, Sebastián. Derecho penal argentino, T. III, cit., p. 131. 5 Peña, R. p. 2236 Peña, R. Estudios de Derecho Penal. Delitos contra la vida. p. 285.
identificar la tipicidad penal de la conducta.7 El menoscabo a la salud personal, es
decir, al bien jurídico, no puede ser entendido como menoscabo físico o material sin
impactos psicológicos. Pues, como expresa la Organización mundial de la Salud
(OMS) salud es un “estado de bienestar físico, mental, y social, y no meramente la
ausencia de enfermedad o invalidez”. 8 La salud es, pues, un bien jurídico con
contenido relativo puesto que presenta características particulares de acuerdo a la
persona. Por ejemplo, es distinto el contenido de la salud de un joven que el de un
anciano.9 Al respecto, como apunta Juan Michue “de acuerdo a la doctrina
mayoritaria representada por González Rus, Muñoz Conde, Higuera Guimer (…) el
bien jurídico penal que se protege en esta clase delitos es la salud del nasciturus,
entendido como aquel estado donde el ser humano ejerce normalmente todas sus
funciones, propias de cada etapa de su formación hasta alcanzar el nacimiento”.10
En el caso de las lesiones al concebido, se toma en cuenta este criterio sub
examine de que es un ser en pleno desarrollo. Por lo que se defiende su integridad
(física o corporal) y su salud, a partir del asentamiento en la matriz endometrial
como lo considera la teoría recogida por el legislador, es decir, la teoría de la
anidación. Cabe considerar que para cierto sector de la doctrina española
(Carbonell Mateu, González Cussac) el bien jurídico penal que se protege con las
lesiones al feto recogidos en su texto legal no es otra que la salud de las personas
nacidas quienes sufrieron la lesión con anterioridad al nacimiento. Esto en razón de
que se sigue protegiendo la salud e integridad de las personas. Esto es, el objeto
de protección no es el feto mismo, sino la persona que nacerá con taras físicas o
psíquicas.11 De ahí que las lesiones al no nacido sean un apéndice de los delitos de
lesiones. Para Michue, Juan, esta situación encuentra su fundamento en el aspecto
penológico pues tanto la legislación penal española, la peruana y la colombiana
castigan las lesiones al nasciturus con una pena mayor respecto al delito de aborto.
Ahora, cabe aclarar que en el tipo que contempla la lesión al concebido o feto
no se superpone el bien jurídico vida ni tampoco el bien jurídico salud, puesto que
ambos son categorías que pertenecen a lo que la doctrina actual denomina “bienes
vitales”. Por tanto, la salud como concepto genérico puede englobar los bienes
vitales naturales (integridad física, salud corporal), por lo que es preferible,
siguiendo un criterio clarificador, sostener que la salud es el bien jurídico al cual va
7 Peña, R. Ob. cit. p. 225.8 Bustos Ramírez, Juan. Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 70; 9 Berdugo, Ignacio. Delitos contra la Salud Personal:..., cit., p. 168. 10 Michue, Juan. El delito de lesiones contra la vida humana dependiente: precisiones de dogmática penal y política criminal. p. 84.11 Ídem. p. 86.
dirigido el daño o menoscabo sea desde su estado postnatal o prenatal (lesión al
concebido).12
II. ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL DELITO
II.1. Tipo Penal
Nuestro Código Penal vigente incluía originariamente las lesiones (en su
forma dolosa o culposa) en los individuos mas no en el concebido o
nasciturus. Así, el art. 1 de la Ley N° 27716, publicada el 08 de mayo de
2002, incorporó al Código Penal el artículo 124-A que tipifica el delito de
daños o lesiones al concebido o feto con el contenido siguiente: “El que
causa daño en el cuerpo o en la salud del concebido, será reprimido con
pena privativa de la libertad no menor de un año ni mayor de tres”.
II.2. Tipicidad objetiva
El delito de lesiones o daño al feto se configura cuando el agente o
autor desarrolla o efectúa, haciendo uso de cualquier medio o instrumento,
una conducta orientada a causar u ocasionar daño o lesiones en la
integridad física o salud del concebido. Las lesiones a la integridad o la
salud del feto deben tener la magnitud de las lesiones previstas en los
supuestos de los artículos 121, 122 Y 123 del Código Penal vigente, por lo
que el operador jurídico al momento de aplicar la norma en comentario,
deberá remitirse a aquellos supuestos.
La ley se refiere a dos clases de lesiones, una en la integridad física del
feto, y otra en la salud del mismo, la primera se limita a ocasionar
deformaciones, tanto en el aspecto interno como externo, en la etapa de
formación o en la etapa desarrollada; la segunda clase, se refiere al daño o
menoscabo en la salud, como en el funcionamiento de los órganos;
afectación que puede prolongarse hasta después del nacimiento como ya
se expresó en el apartado anterior. Como bien sostiene Salinas Siccha “es
indudable que el feto para desarrollarse o desenvolverse normalmente,
requiere de salud, mucho más que un ser extrauterino, pues cualquier
afectación a su salud trae consecuencias para su desarrollo futuro. No
debe obviarse que un ser en formación es más propenso a ser afectado
que un ya nacido, el mismo que se refleja en el APGAR (prueba
universalmente aceptada por los pediatras que sirve para determinar el
12 Michue, Juan. Ob. cit. p. 44.
estado de salud del recién nacido, el mismo que se basa en la frecuencia
cardiaca, esfuerzo respiratorio, no muscular, respuesta estímulos y
coloración de piel). De donde resulta que el feto en su evolución necesita
de plena salud, su alteración puede ocasionar trastornos irreparables que
necesariamente van a influir negativamente en su vida fuera del vientre
materno”.13
El "causar daño en el cuerpo o salud del concebido", muy bien puede
englobar todas y cada uno de los comportamiento previstos expresamente
en el artículo 157 del Código Penal español que regula el delito de lesiones
al feto. En efecto, allí se expresa que comete delito de lesiones al feto
aquella persona que por cualquier medio o procedimiento, le causa una
lesión o enfermedad que perjudique gravemente su normal desarrollo, o
provoque en el mismo una grave tara física o psíquica. En nuestro sistema
penal, no hay lesiones al feto o concebido por negligencia como sí se
regula en el artículo 158 del Código Penal español. Como advierte Salinas
Siccha “es una omisión que debe corregirse, caso contrario, los fetos se
encuentran desprotegidos o desamparados ante temerarias negligencias
de los profesionales de la salud que tienen que ver con ellos”.14 Al
respecto, Michue opina que el tipo penal contenido en el Art. 124 - A
encierra dificultades para su interpretación puesto que presenta aspectos
formales como de fondo que puede confundir al operador jurídico. “En lo
que se refiere al aspecto de forma del tipo penal bajo análisis, la dificultad,
prima facie, se presenta en la ubicación sistemática del precepto legal que
lo contiene (art. 124-A); pues, ésta conduce a dos razonamientos
equivocados: disfuncionalidad del bien jurídico penal y considerar a los
delitos culposos como regla general. Ello contraviene con el sistema
dogmático que rige nuestro ordenamiento penal, generando por ello una
confusión entre los operadores del derecho”.15
En efecto, por la ubicación del precepto que tutela la salud de la
persona nacida se presta a la confusión de considerar la salud de la vida
humana independiente. Por otro lado, la ubicación del tipo como anexo de
ilícito en su forma genérica culposa (art. 124) puede conducir a que se
conciba como un ilícito penal de comisión culposa. Estas dos confusiones
son equívocos superables al tomar en cuenta el principio de legalidad o
13 Salinas, R. Ob. cit. pp. 269-270.14 Idem. p. 270. 15 Michue, J. Ob. cit. p. 91
tipicidad, puesto que solo lo que prescribe y sanciona la norma es lo único
presto a interpretación.
En cuanto al aspecto de fondo, se debe precisar que el delito de lesión
al concebido es de carácter doloso y pese a no precisarse la magnitud del
acto, si presenta una forma grave o leve, el legislador presupone que al
tratarse de un nasciturus, cuyo diagnóstico es complicado y recuperación
delicada, es la forma grave la que reviste al tipo. Además, como bien
señala Portocarrero Hidalgo, del precepto legal se desprende dos clases
de lesiones: uno en el cuerpo del feto y otra en la salud del mismo.16 De ahí
que se conciban dos niveles de afectación. No obstante el legislador creyó
conveniente subsumir el tipo al bien jurídico genérico salud, cuyas razones
ya explicamos en el primer ítem.
II.3. Sujeto activo
De acuerdo con el Art. 124-A del C.P., el sujeto activo del delito de
lesiones al feto puede ser cualquier persona. El tipo penal no exige alguna
cualidad o calidad especial en el sujeto activo. En consecuencia, puede ser
perfeccionado, realizado o cometido tanto por un ignorante en la ciencia
médica como por un iniciado en ella. No se excluye tampoco a la madre. Al
respecto, en caso de verse un resultado mortal puede concurrir un
concurso con el delito de autoaborto.
II.4. Sujeto pasivo
De manera general, en el caso de delitos de lesiones son sujetos
pasivos todos aquellos sobre los cuales rechacen los efectos perjudiciales
de la conducta criminal, una visible lesión a las esferas corporal, fisiológica
y/o mental.17 En el caso de las lesiones en el concebido, la víctima o sujeto
pasivo de la conducta en análisis es el feto o ser humano en formación
comprendido desde la anidación o implantación del óvulo fecundado en el
útero de la mujer hasta el momento que comienza el parto de la gestante.
El Diccionario de la Real Academia coincide con este criterio al definir al
feto como "el embrión de los mamíferos placentarios y marsupiales, desde
que se implanta en el útero hasta el momento del parto".
II.5. Tipicidad subjetiva
16 Portocarrero, Juan. Delito de lesiones, p. 173.17 Peña, R. Ob. cit. p. 227
Como ya referimos, el tipo penal trata una conducta punible netamente
dolosa. No cabe la comisión por culpa o imprudencia, es decir, el agente
debe actuar con conocimiento y voluntad de ocasionar daño a la salud o
integridad física del ser concebido. Puede presentarse cualquier tipo de
dolo ya sea directo, indirecto o eventual.
El dolo directo o de primer grado es aquel cuya realización típica llevada
a cabo es la perseguida por el autor. Esto es, hay un dominio del aspecto
volitivo sobre el cognitivo. Luego, “(…) en las lesiones al nasciturus el dolo
se manifiesta por querer dañar la salud, conduciendo por ello su voluntad a
ese objetivo”.18 Por ejemplo, puede darse el caso de que un sujeto inyecte
a la gestante una sustancia que dañe al feto con ánimo de venganza.
El dolo de consecuencias necesarias o dolo indirecto es aquel en el cual
se produce un hecho típico indisolublemente ligado a lo perseguido por el
autor y que por eso mismo es conocido y querido por él. En este tipo de
dolo predomina el aspecto intelectual sobre el volitivo. “El sujeto activo
conoce que con su acción se van a realizar los elementos del delito de
lesiones al nasciturus, esto es, sabe que con su conducta producirá el
menoscabo en la salud del feto, aun cuando no quiere ese resultado”.19 Por
ejemplo, cuando un médico receta un determinado fármaco a la gestante
que produce en el feto efectos secundarios o en la transmisión dolosa de
una enfermedad infecto contagiosa a la gestante, como el SIDA, cuando el
autor considera que dicha enfermedad se transmitirá al feto.20
Por último, en el dolo eventual o dolo condicionado, el sujeto activo al
desplegar su conducta asume la posibilidad de producción del resultado.
Esto es, “el autor se representa el resultado como posible consecuencia de
su acción y a pesar de ello lo realiza, aceptando la causación del mismo si
efectivamente llegara a producirse”.21 Ejemplo de ello tenemos a las
parejas de las gestantes que pese a tener alguna enfermedad transmisible
por vía sexual mantienen relaciones con la madre y sabiendo que pueden
causar con dicho acto un daño a la madre.
Puede, tambien, presentarse en un caso concreto un error de tipo que
excluye de la sanción al agente del hecho debido que no se ha previsto
como delito a las conductas culposas.22 Dado que las formas de
18 Michue, Juan. Ob.cit. p. 103.19 Idem. P. 104.20 Portocarrero, J. Ob. cit. p. 177.21 Michue, J. Ob cit. p. 10422 Salinas, R. Ob. cit. p. 272.
culpabilidad pueden verse excluidas por el error, es decir una
representación falsa de la realidad. En este sentido, podemos distinguir
entre “error de tipo” que es la ignorancia o conocimiento equivocado por
parte del sujeto activo de alguno o todos los elementos que conforman el
tipo objetivo) y “error de prohibición”, es decir, aquel que recae sobre la
antijuricidad o injusto del hecho. 23
Por otro lado, si se llega a determinar que el daño ocasionado el sujeto
pasivo, se originó a consecuencia de una conducta negligente o
imprudente, se descartará la comisión del delito. Esto en razón de que,
como expresamos líneas arriba, el legislador no considero la forma culposa
o imprudencia. No obstante, desde un enfoque político-criminal es
necesaria la punibilidad de este tipo de conductas por cuanto son los
sucesos más comunes. Como luego desarrollaremos, la jurisprudencia
penal española trae muchos ejemplos y su texto legal contiene la lesión
imprudente o culposa al feto.
La imprudencia o conducta culposa, según la dogmática penal, consiste
en la infracción del deber de cuidado personalmente exigible y en la
producción causal de un resultado (elemento objetivo) teniendo en cuenta
las capacidades y experiencias personales (elemento subjetivo).24 En
términos de la jurisprudencia nacional, “el tipo objetivo de los delitos
culposos o imprudentes exige la presencia de dos elementos: a) la
violación de un deber objetivo de cuidado, plasmado en normas jurídicas,
normas de la experiencia, normas de arte, ciencia o profesión, destinadas
a orientar diligentemente el comportamiento del individuo, y b) la
producción de un resultado típico imputable objetivamente al autor, por
haber creado e incrementado un riesgo jurídicamente relevante, que se ha
materializado en el resultado lesivo del bien”.25 Pues, como apunta Salinas
Siccha, “teniendo como objetivo una normativa penal coherente y con
consistencia interna y observando la realidad que también por conductas
negligentes se lesiona el cuerpo y la salud de los fetos, consideramos de
lege ferenda que el legislador en el futuro debe incorporar un capítulo
específico para regular tanto las conductas dolosas como culposas que
lesionan le bien jurídico integridad física y salud de los concebidos o
fetos”.26 Por otro lado, como ya se había expresado en la descripción de la
23 Michue, J. Ob. cit. p. 10524 Idem. p. 105.25 Recurso de nulidad N° 4288-97, citado por Michue, Juan, Ob. cit. p. 10526 Salinas, R. Ob. cit. p.272.
conducta o el tipo, el precepto contempla a cualquier sujeto activo,
incluyendo a la madre y al médico o profesional de salud. Tanto la gestante
como el medico pueden incurrir en un acto imprudente, sobre todo el
profesional médico. La doctrina considera que la actividad profesional del
médico presenta una mayor inclinación a desencadenar actos negligentes.
El legislador debería, pues, tomar en cuenta estos aspectos mencionados.
El delito de lesión es un delito de resultado por lo que se consuma o
perfecciona en el mismo momento que el agente por cualquier medio
ocasiona o causa lesión en la integridad física o causa daño a la salud del
feto. Obviamente, con lo avanzado de la ciencia médica, la lesión o daño
causado puede terminar con atención médica tanto antes del nacimiento
como después del parto. Es posible la tentativa. Habrá tentativa cuando el
agente desarrolla su comportamiento orientado a ocasionar lesión en el
feto, sin embargo, no logra alcanzar su objetivo por la intervención de
circunstancias extrañas a su voluntad, o también por su propio
desistimiento.
II.6. Antijuricidad
Una vez que se ha determinado que en la conducta analizada concurren
todos los elementos objetivos y subjetivos que conforman la tipicidad de la
lesión al concebido previsto en el art. 124-A, el operador jurídico deberá
pasar inmediatamente a analizar la antijuricidad. Esto es, entrará a
determinar si la conducta es contraria al ordenamiento jurídico o en su
caso, concurre alguna causa de justificación de las previstas y sancionadas
en el artículo 20 del Código Penal. En la práctica judicial es frecuente
encontrarse con la legítima defensa como causa de exclusión de la
antijuricidad. No obstante, “no parece indicado un análisis detallados de
todas y cada una de las causas de justificación, pues la apreciación de
algunas resulta improbable. Así, por ejemplo, la legitima defensa no tiene
campo de juego alguno en este delito, pues no parece imaginable un
supuesto en el que una acción de lesiones al nasciturus sea medio racional
y necesario para eludir una agresión ilegítima”.27
El estado de necesidad (justificante) es la causa más probable que puede
configurarse en esta figura penal. Por ejemplo, ante un hecho como el
siguiente: “Una mujer de ocho meses de gestación es arrojada, para
27 Michue, J. Ob. cit. p. 107.
salvarle la ida, desde el segundo piso de su vivienda que estaba en llamas.
Puesto que arrojar a la gestante era el único medio para salvarla del
incendio, no obstante que se tenía la certeza de causar lesiones al hijo que
llevaba en el vientre producto de la caída, lo que ocurrió finalmente”.28 Por
definición el estado de necesidad es el estado de peligro actual para
legítimos interese que únicamente pueden conjurarse mediante la lesión de
los intereses legítimos de otra personas. Esta figura se encuentra en el inc.
4 del art. 20 del C.P. vigente.
Los requisitos para la aplicación de esta causal de justificación se presenta
bajo dos aspectos: uno objetivo y otro subjetivo. El primero requiere que
una situación de peligro sea real inminente. En el ejemplo planteado: el
“incendio de la vivienda de la gestante”. Por otro lado, debe presentarse
una acción necesaria por parte de la persona que realiza la defensa a partir
de una ponderación, esto es, el bien jurídico defendido debe ser de mayor
valor que el sacrificado. En el ejemplo: la salud del nasciturus es el bien
jurídico sacrificado a favor de la vida de la madre.
El segundo aspecto lo conforma el conocimiento de estar en una situación
de peligro y la voluntad de defensa para evitar un mal grave. De ahí que el
aspecto cognitivo, en el ejemplo, sea el hecho incendiario, y el volitivo sea
la voluntad de hacer el acto riesgoso pese a la posibilidad de causar daño
al feto.
II.7. Culpabilidad
Después de analizar la conducta tipa y al no concurrir causa alguna que
justifique frente al ordenamiento jurídico, el operador jurídico entrara a
determinar si aquella conducta puede ser atribuida o imputable a su autor.
En consecuencia, analizará si la persona a quien se le atribuye la conducta
típica y antijurídica es imputable penalmente, es decir, goza de capacidad
penal, para responder por su acto. En este aspecto por ejemplo, tendrá
que determinarse la edad biológica del autor del homicidio. "La minoría de
edad constituye una causa de inimputabilidad criminal, cuya importancia
normativa supone una presunción legal iure et de jure que incide en una
dimensión biológica de la persona, por lo que bastará la sola constatación
28 Michue, J. Ob. cit. p. 107.
de que el sujeto no haya alcanzado la mayoría de edad para fundar la
exclusión de su responsabilidad penal".29
II.8. Autoría y participación
II.8.1. Autoría
Para definir quién es autor, la doctrina se inclina por la teoría del
dominio de hecho para considerar como autor a quien tenga dicho
dominio. No obstante, el art. 23 del CP define al autor como aquel
“que realiza por sí o por medio de otro el hecho punible y los que
cometan conjuntamente”.
Así, nuestro Código punitivo se afilia a la doctrina dominante que
distingue tres supuestos: autor directo, autor mediato y coautoría.
Autor directo o inmediato es quien domina la acción y realiza integra
y directamente los actos ejecutivos. En el caso del delito de lesión
al concebido, el autor directo es quien directamente cause
menoscabo en la salud del sujeto pasivo
El autor mediato es quien, para lesionar al nasciturus se vale o
utiliza a otra persona de la que se sirve como instrumento. La
primera domina la voluntad de la segunda.
La figura de la coautoría se enmarca dentro de un plan grupal o
unitario. Esto es, son coautores dos o más personas que acuerdan
llevar a cabo diferentes acciones que van dirigidas a menoscabar la
salud de la persona en formación (sujeto pasivo), distribuyéndose
las tareas, sea de manera mediata o inmediata. Todos los coautores
tienen dominio de hecho debido al reparto de roles.
Los tres supuestos de autoría están regulados en el art. 23 del C.P.
vigente.
II.8.2. Participación
La participación en derecho penal se le conceptualiza como la
cooperación o apoyo intencional a un tercero en la comisión de un
delito doloso. Sólo los delitos de carácter doloso resisten la
categoría de la participación. La participación siempre es dolosa, no
cabe una participación culposa. Resulta imposible que en un delito
culposo se hable de partícipes. Partícipes son los sujetos cuya
actividad se encuentra en dependencia, en relación a la del autor,
29 Salinas, R. Ob. cit. p. 40.
no tienen dominio de hecho y contribuyen a la realización delictiva
de otra persona. Son los que efectúan un aporte doloso en el
injusto doloso de otro, trátese de una instigación o de una
complicidad. El partícipe interviene en un hecho ajeno, por ello es
imprescindible la existencia de un autor, respecto del cual se
encuentra en una posición secundaria. De ahí que no sea posible
un partícipe sin un autor.
Al respecto, nuestro C.P. vigente clasifica a los partícipes en
instigadores (art. 24) y cómplices (art. 25). Instigador o inductor es
quien dolosamente determina o hace que otra persona (inducido)
idee la comisión de una acción delictiva. En el delito de lesión, es
quien instigue a otro a menoscabar la salud del feto. Ahora, cabe
aclarar que si el acto fracasa, es decir, no se realiza el resultado, no
cabe lugar a hablar de instigador. Esto en aplicación del principio de
accesoriedad.
Cómplice, a su vez, presenta una clasificación. Tenemos al
cómplice primario y al secundario. El primero es quien participa de
los actos preparatorios, su aporte es necesario para la realización
del tipo penal, pero no tiene dominio de la voluntad ni del hecho. Su
pena es la misma que el del autor. Por otro lado, el cómplice
secundario participa desde la ejecución del tipo penal pero su
aporte no resulta significativo en la realización del hecho. Es una
colaboración no necesaria, por lo que su pena es atenuada. De ahí
que se afirme que el cómplice tiene responsabilidad en tanto que su
aporte haya contribuido a que el autor realice el delito, mas si este
no llega a concretarse, dicho aporte carece de relevancia penal.30
CONCLUSIONES
30Michue, J. Ob. cit, p. 11
La lesión al concebido es el daño, deterioro o menoscabo a la salud o integridad física
del feto. Consideramos, siguiendo a la doctrina moderna, la salud como concepto
genérico puede englobar los bienes vitales naturales (integridad física, salud corporal).
De ahí que la salud es el bien jurídico al cual va dirigido el daño o menoscabo sea
desde su estado postnatal o prenatal (lesión al concebido).
El delito de lesiones o daño al feto se configura cuando el agente o autor desarrolla o
efectúa, haciendo uso de cualquier medio o instrumento, una conducta orientada a
causar u ocasionar daño o lesiones en la integridad física o salud del concebido.
De acuerdo con el Art. 124-A del C.P., el sujeto activo del delito de lesiones al feto
puede ser cualquier persona. El tipo penal no exige alguna cualidad o calidad especial
en el sujeto activo. En consecuencia, puede ser perfeccionado por cualquiera,
inclusive la madre.
La víctima o sujeto pasivo de la conducta en análisis es el feto o ser humano en
formación comprendido desde la anidación o implantación del óvulo fecundado en el
útero de la mujer hasta el momento que comienza el parto de la gestante.
El delito de lesión al concebido recogido por nuestro ordenamiento jurídico penal solo
contempla su forma dolosa pese a que la dogmática y la política criminal identifican
como necesario la tipificación de la forma culposa o imprudente, además de que se
ubique la vigente norma en un capitulo autónomo para su correcta interpretación.
En este tipo de delitos caben el dolo directo, indirecto y el eventual. La lesión culposa
está presente en legislaciones extranjeras como la española y colombiana. Además de
estos elementos constitutivos, en las lesiones al concebido, podemos identificar
estados de necesidad, exculpación, autoría y participación.
BIBLIOGRAFIA
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