Un nuevo paradigma del conocimiento, indispensable para las realidades que estamos creando, implica una profunda revisión, no sólo de los fines de la producción científica, tecnológica y humanística, sino de la manera en que esta es valorada en nuestras sociedades, así como del modo en que se construye y se difunde. Para ser realmente emancipador, el nuevo paradigma debe reconocer el valor de saberes y prácticas comunitarias como formas de conocimiento. Debe repensar la importancia de la especulación como herramienta al servicio de los pueblos. Debe considerar el conocimiento como un producto cultural útil para la transformación pertinente, necesaria (y no accesoria) de la realidad local y grancontinental. Debe dar lugar a la divulgación de iniciativas humanísticas sustentadas en la abolición del “distanciamiento” y el “desencantamiento” —subyacentes en la oposición sujeto/objeto sobre la que se basa la ciencia moderna—. Debe reconocer el valor de las experiencias lúdico-expresivas, que permiten afianzar procesos sentidos, en los que el conocimiento se hace práctica de vida. Lo que concebimos tiene como base un principio similar a lo que Boaventura de Sousa Santos denomina “el paradigma del cono-cimiento prudente para una vida decente”, y que implica el paso de la ciencia moderna al nuevo sentido común.1
1 Ver Boaventura de
Sousa Santos: “Da
ciência moderna ao
novo senso comum”
en A crítica da razão
indolente: contra
o desperdício da
experiência. Cortez
Editora, São Paulo,
2002.
La crítica de la razón
indolenteBoaventura de Sousa Santos año3 4–2013
“He subrayado la necesidad de crear nuevas formas de conocimiento basadas en una nueva retórica, en una retórica dialógica empeñada en constituirse enun espacio para la emancipación, es decir, en un espacio para el nuevo sentido común emancipatorio. Tengo en mente algunas formas de conocimiento que nos ayudan a transitar del colonialismoa la solidaridad, y que son relativamente tolerantes al caos, porque el caos tienela capacidad de crear un orden emancipatorio que facilita la transición hacia el nuevo paradigma”. issn: 2244-7555
año
34–
2013
Boaventura de Sousa Santos (Portugal)
Carlos Walter Porto-Goncalves (Brasil)
Maryann Hanson (Venezuela)
Guillermo Barreto (Venezuela)
Oficina de Diversidad Biológica
del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Venezuela)
Giordana García Sojo, tesista de la maestría en Antropología Social
de la Universidad de Buenos Aires
José Luis Omaña
Korinna Bustamante
Jousette Rivodó
Daniel Herrera
Sergio Palma
Isabella Pániz
Clara Briceño
Alejandra Tejido
Sahili Franco
José Miguel Jiménez
Alejandra Saavedra
César Castillo
Carmen Pereiro
Ejército Comunicacional de Liberación
PP201102DC3823
ISSN: 2244-7555
Mayo 2013
15.000 ejemplares
Impreso en Lithomundo S.A.
Textos compuestos en Vista Sans
Papel: Abitibi AltBook 52
CORR ECC I ÓN D E T E X TO S Y D E E S T IL O S E D I TOR I A L E S
T R A NS C R IP C I ÓN
T R ADU CCI ÓN
D I SE Ñ O GR Á FI CO
HECHO EL D E P Ó SI TO D E L E Y
ÁRB I T R O S
CO ORD IN ACI ÓN E D I TOR I A L
CON SE J O A SE S OR
Recibimos:
Textos de divulgación, ensayos no académi-
cos, reflexiones y artículos no especializa-
dos, crónicas, proyectos comunitarios y
socioculturales, proyectos de innovación,
entrevistas, relatos de vida, testimonios,
artículos especializados, textos de estu-
diantes, capítulos de trabajos de grado,
trabajos de ascenso, adelantos de investi-
gaciones y ensayos académicos de pro-
yectos sociales y comunitarios, reseñas
y proyectos de exposiciones, de congre-
sos, de colectivos, de eventos, de libros.
Recibimos colaboraciones en formato de
texto y de audio.
Las colaboraciones son recibidas durante
todo el año. Pueden ser enviadas al
correo [email protected],
o al Centro de Documentación del Ministe-
rio del Poder Popular para Ciencia, Tecno-
logía e Innovación en la avenida Universi-
dad, torre ministerial, edificio anexo,
Caracas, Venezuela.
Los textos deben tener una extensión de 15
a 30 cuartillas aproximadamente, a 25
líneas por página con interlineado doble.
Las imágenes deben enviarse en alta resolu-
ción, es decir, deben tener entre 300 y 400
dpi. Los documentos de audio que conten-
gan testimonios deben contar con una
buena calidad de reproducción.
Las colaboraciones serán aceptadas con sus
estructuras formales y metodológicas
originales, incluyendo sus sistemas de
referencias. Será tarea de los editores
de la revista ajustar los textos a un
sistema único.
ww
w.
re
vi
st
an
ue
st
ra
me
ri
ca
.n
et
Aceptaremos colaboraciones en español, francés, inglés y portugués
Los textos deberán incluir un resumende 250 palabras y una breve reseña curricular
La revista tiene una versiónimpresa y una digital
w w w . r e v i s t a n u e s t r a m e r i c a . n e t
r e v i s t a n u e s t r a m e r i c a @ g m a i l . c o mFondo Nacional de Ciencia, Tecnología e InnovaciónAdscrito al Ministerio de Ciencia y Tecnología
Sumario
Editorial
La violencia jurídica y las formas de existencia apolítica y revolucionaria
A propósito de “Un viejo manuscrito” de Franz Kafka Lenín Brea (Argentina)
De la desmitificación de la historieta a la historia del mito Una genealogía de Para leer el Pato Donald
Mariano Zarowsky (Argentina)
Mitología y cosmovisión de los pueblos originarios de Venezuela Aportes al buen vivir en el marco de la Cumbre Río+20
Lisseth Rodríguez y José Duque Moreno (Venezuela)
Conflicto humano-ambiente en el Observatorio Astronómico Llano del hato
Hugo Cerda y Caroly Higuera (Venezuela)
SOS desde el lago de Tacarigua Carlos Bordón et al. (Venezuela)
Algunas memorias del III Congreso Venezolano de Diversidad Biológica (San Carlos, Cojedes, Venezuela, 2012)
Programa Arte y parte Participación de colectivos de producción visual
Desmontando el mito de la economía verde de cara a Río+20 (conferencia) Carlos Walter Porto-Gonçalves (Brasil)
Agua: mercantilización vs derecho humano (conferencia) Santiago Arconada (Venezuela)
Interculturalidad y descolonización como alternativa contrahegemónica (conferencia)
Jorge Viaña (Bolivia)
Demarcación: importancia de los territorios indígenas para la conservación de la cultura y la vida (conferencia)
José Gregorio Díaz Mirabal (Venezuela)
6
11
41
59
77
93
119
115
123
139
151
163
Importancia de la recuperación de espacios urbanos para la vida (conferencia)
Flavia Piñango (Venezuela)
Sistema de Trueke Urachiche (conversatorio) Tito Rafael Quiroz, Neyris Teresa, María Lucelia Ortiz, Luis Rafael D’Hoy,
Josefina Laurito Mogollón y M. Portela (Venezuela)
Memorias y saberes tradicionales en las luchas contra la exclusión en la geografía urbana de Medellín (conferencia)
Vladimir Montoya (Colombia)
Lucha campesina por la tierra para la conservación de la vida (conferencia)
Gabriel Gil (Venezuela)
La defensa del maíz ante la erosión cultural y la pérdida de la diversidad de semillas campesinas
por el modelo corporativo de producción de alimentos (conferencia)
Adelita San Vicente (México)
Reapropiación de la cultura desde el aprendizaje colectivo en torno a la soberanía alimentaria (conferencia)
Liccia Romero (Venezuela)
Luchas campesinas y agricultura para la vida: una reflexión desde el movimiento campesino (conversatorio)
Joel Pineda, Fray Silvera, Élida Rivero, David Sánchez y Ángela Colmenares (Venezuela)
De la vulnerabilidad ambiental a la organización popular: construyendo el gobierno parroquial popular
en San Juan, Caracas (conversatorio)
Bertha Caravallo, Iris Suárez, Carmen León, Elsa O'Connor, Eurícide Sojo, Wilfredo Giménez Gladis Mera, Servia Romero, Nancy Goitía y Albany Guzmán (Venezuela)
Rescate de la papa nativa y otros cultivos andinos (conversatorio)
Bernabé Torres (Venezuela)
Declaratoria final del III Congreso de Diversidad Biológica
175
187
193
205
217
225
235
241
251
255
La revista Nuestramérica busca subvertir el orden hegemónico de
producción, circulación y recepción del conocimiento. Es un espa-
cio para la divulgación grancontinental de los saberes populares
y emancipatorios de América Latina y el Caribe, así como también
para la socialización del conocimiento académico producido en
nuestras universidades, centros de investigación y colectivos de
autogestión.
La revista está dirigida a las comunidades organizadas en toda Nues-
tra América: a colectivos, escritoras, trabajadores culturales, artis-
tas, creadoras populares, innovadores populares, movimientos
sociales, organizaciones socioculturales, estudiantes e investiga-
doras. Nuestro objetivo es ayudar a que estas comunidades pro-
ductoras de conocimiento se reconozcan y se legitimen entre sí.
Para ello, procuramos la transparencia de los procesos editoriales,
incluyendo el arbitraje.
Publicamos bajo los principios del acceso abierto. La revista está ins-
crita en CLaCaLIA, Índice Venezolano de Publicaciones Periódicas
Latinoamericanas y Caribeñas de Libre Acceso que garantiza la
democratización, distribución y socialización de diversas formas
del conocimiento.
5
EDITORIAL
6
¿Para quiénes escriben las investigadoras y los investigadores?
¿Para qué se publica? ¿Cuál es la función política de una publi-
cación? ¿Quiénes y qué mecanismos determinan los destinos
de esa función? Preguntas como estas hemos venido plantean-
do en los Talleres de Políticas Editoriales, realizados, hasta ahora,
en cinco estados venezolanos: Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Delta
Amacuro y Apure. Durante lo que queda de año, esperamos poder
hacer lo mismo en el resto del país.
El taller tiene la finalidad de reflexionar sobre el sistema dominante
que controla la producción de conocimiento, identificando algunos
de sus actores más influyentes —como la compañía Elsevier— y
sus impactos en la cultura editorial internacional y nacional. Luego
invitamos a reconocer las propuestas de contrahegemonía edito-
rial, o de creación de otra hegemonía en Latinoamérica y el Caribe,
y revisamos su importancia para la reorganización de los poderes
que determinan la circulación del conocimiento.
A partir de esa revisión planteamos, pero nos concentramos en dos: el
Índice Venezolano de Publicaciones Periódicas Latinoamericanas
y Caribeñas de Libre Acceso (ClaCalia), y la revista Nuestramérica.
Dos propuestas para crear y consolidar comunidades ampliadas
de conocimiento, más allá de las jerarquías modernas académicas.
Ambas procuran ampliar los modelos de representación editorial,
valorando la transparencia de los procesos de arbitraje, la legitima-
ción entre pares, la equidad etaria, la de género y la geográfica en las
colaboraciones y en los comités editoriales. También promueven el
conocimiento de libre acceso y aprecian la producción de conoci-
mientos contextualizados, pertinentes y socializables; esto es, que
partan de y vayan dirigidos a resolver necesidades socioculturales
específicas.
En el caso de la revista Nuestramérica, hemos ampliado los criterios
de recepción de originales, liberándolos de las retóricas formalis-
tas dominantes (no los determinamos a ninguna estructura formal
preestablecida). También hemos planteado la posibilidad de recibir
archivos de audio y de video, y no sólo colaboraciones textuales, y
hemos acompañado la sistematización de experiencias de conoci-
miento transacadémico: la de nuestros innovadores y tecnólogos,
7
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
que no siempre cultivan herramientas metodológicas específica-
mente académicas, y que se mueven entre múltiples saberes.
Todo esto ayuda a diseminar el conocimiento, a descentrarlo, a con-
vertirlo en una herramienta política capaz de influir sobre el apara-
to socioproductivo nacional, así como de estimular estrategias de
autorepresentación comunitaria. Esto último lo promueve ClaCalia
abriendo un canal para que nuestras comunidades epistemológi-
cas se encuentren, se reconozcan y tengan, además, la posibilidad
de diseñar sus propias estrategias editoriales. Lo primero es posible
gracias a proyectos como la revista Nuestramérica, que promue-
ve una relación pragmática entre escritores, lectores y actores de
la innovación tecnológica nacional y gran nacional.
8
LA VIOLENCIA JURÍDICA Y LAS
FORMAS DE EXISTENCIA APOLÍTICA Y
REVOLUCIONARIA A propósito de “Un viejo manuscrito”
de Franz Kafka
Lenín Brea
ARGENTINA
ResumenEste ensayo tiene por objeto contribuir a la crítica de la violencia
jurídica tomando como referencia el cuento de Kafka, “Un
viejo manuscrito”. Esta narración se enmarca en la problemá-
tica delineada por la crítica de la violencia jurídica. Permite
definir dos posibilidades de existencia vinculadas al Estado:
la apolítica y la revolucionaria. Si la condición de la primera es
el orden que la violencia jurídica posibilita, la condición de la
segunda es la superación de dicha violencia.
Palabras clave
Apolítico
Derecho
Estado de excepción
Revolución
Soberanía
Violencia jurídica
Violencia policial
La violence juridique et les formes d’existence apolitique et révolutionnaire À propos d’ « Un vieux manuscrit » de Franz Kafka
Cet essai vise à contribuer à la critique de la violence juridique sur
la base du conte de Kafka « Un Vieux Manuscrit ». Cette nar-
ration s’insère dans la problématique définie par la critique
de la violence juridique et permet de définir deux possibilités
d’existence liées à l’État : l’apolitique et la révolutionnaire. Si la
condition de la première est l’ordre que la violence juridique
rend possible, celle de la deuxième est la maîtrise de cette vio-
lence-là.
Mots clés
Apolitique
Droit
État d’exception
Révolution
Souveraineté
Violence juridique
Violence policière
12
Legal violence and apolitical and revolutionary ways In reference to Kafka’s “An Old Manuscript”
This paper aims to contribute to the critique of legal violence,
using as a reference Franz Kafka’s short story “An Old
Manuscript”. This story is based on the problem outlined
by the critique of legal violence that sets two possibilities
of existence associated to the state: the apolitical and the
revolutionary. If the condition of the first one is the order
that permits legal violence, the condition of the second is to
overcome such violence.
Key words
Apolitical
Law
State of emergency
Revolution
Sovereignty
Legal violence
Police violence
A violência jurídica e as formas de existência apolítica e revolucionária A propósito de “um velho manuscrito” de Franz Kafka
Este ensaio visa contribuir com a crítica da violência jurídi-
ca tomando como referência o conto de Kafka, “Um velho
manuscrito”. Esta narração aborda a problemática criada
pela crítica da violência jurídica. Permite definir duas possi-
bilidades de existência vinculadas com o Estado: a apolítica
e a revolucionária. Se a condição da primeira é a ordem que
a violência jurídica possibilita, a condição da segunda é a
suplantação dessa violência.
Palavras chave
Apolítico
Direito
Estado de exceção
Revolução
Soberania
Violência jurídica
Violência policial
13
La realidad se estructura como una fi cción.
Jacques Lacan
¡Raza de Caín, sube hasta el cielo y arroja a Dios sobre la tierra!
Charles Baudelaire
Mieux vaut un désastre qu’un désêtre.
Alain Badiou
Una breve fi cción de Kafka titu-lada “Un viejo manuscrito” describe la siguiente situación: los nómadas han llegado a la mismísima capital imperial y se hallan a las puertas del palacio del emperador. Los poblado-res, a pesar de estar desesperados, nada hacen por liberarse de los invasores y se limitan a limpiar la suciedad más osten-sible que aquellos producen. Los bárbaros no se muestran interesados en entrar a las casas de los súbditos y no ejercen violencia contra ellos; más bien, toman lo que quieren sin que nadie se les oponga. Tampoco asaltan el palacio imperial, sino que han acampado en las calles adyacentes limitándose a comer carne cruda o a alistar sus armas y caballos. El empe-rador por su parte no hace nada a pesar de que los súbditos de aquel imperio sólo esperan de él su salvación. Estas son las palabras fi nales del manuscrito:
¿En qué terminará esto? —nos preguntamos todos—. ¿Hasta
cuándo soportaremos esta carga y este tormento? El palacio
imperial ha atraído a los nómades, pero no sabe cómo hacer
para repelerlos. El portal permanece cerrado; los guardias, que
antes solían entrar y salir marchando festivamente, ahora
están siempre encerrados detrás de las rejas de las ventanas.
La salvación de la patria sólo depende de nosotros, artesanos
y comerciantes, pero no estamos preparados para semejante
empresa; tampoco nos hemos jactado nunca de ser capaces
de cumplirla. Hay cierto malentendido, y ese malentendido
será nuestra ruina (1983: 601).
Esta narración de Kafka se enmarca en la problemática delineada por
la crítica de la violencia jurídica. Permite definir dos posibilidades
de existencia vinculadas al Estado: la apolítica y la revolucionaria. Si
la condición de la primera es el orden que la violencia jurídica posi-
bilita, la condición de la segunda es la superación de dicha violencia.
Estas dos formas de existencia pueden ser definidas a partir de los
conceptos de unidad política de Carl Schmitt y de violencia jurídica
de Walter Benjamin. Mientras que el marco general teórico de este
ensayo está dado por el primer autor, el segundo proporciona los
medios para la crítica.
En primer lugar, la narración kafkiana plantea una situación que
puede ser descrita en términos schmittianos: el estatus político
de un pueblo organizado sobre un territorio delimitado se halla
amenazado por un extraño y, frente a esta amenaza, el soberano
no decide sobre la situación. En la medida en que la ficción de Kafka
describe una situación en que la norma convive con lo excepcional
sin que se produzca resultado jurídico alguno, resalta lo que es fun-
damental en la definición de unidad política, a saber, el concepto
de decisión y su relación con lo político.
Pero lo absurdo de la situación planteada por la narración kafkiana
no termina allí, ya que, ante el vacío dejado por la indecisión sobe-
rana, el pueblo rehúsa asumir la decisión que salvaría su unidad
política. El carácter radicalmente apolítico de aquella sociedad,
tal como la describe Kafka, permite pensar la relación entre el
15
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
Estado —como presupuesto de lo político— y la sociedad —como
sujeto de aquel monopolio de la decisión—. ¿Por qué no es posible
que los súbditos del imperio tomen la decisión en sus manos? ¿Por
qué siguen reconociendo al soberano como tal a pesar de su inde-
cisión? ¿Qué impide que desde la realidad social se alcance el punto
culminante de lo político?
En segundo lugar, el texto de Kafka bosqueja una situación que cabe
dentro del problema planteado por Benjamin en “Para una crítica
de la violencia”: ¿es posible detener el curso de la eterna dia-
léctica entre la violencia que crea el derecho y la violencia que
lo conserva? ¿Es posible suspender esta dialéctica con “medios
puros”, violentos o no? El efecto que tiene la presencia bárbara
en el imperio es, precisamente, reducir la unidad soberana a un
no-hecho y dejar sin efecto la normalidad jurídica, lo que hace
posible la existencia apolítica. Desde este punto de vista, los
bárbaros no vendrían a fundar un orden, sino a provocar el ver-
dadero estado de excepción del que habla Benjamin en la octava
tesis del concepto de historia.
Partiendo de esta base, este ensayo tiene por objeto contribuir
a la crítica de la violencia jurídica tomando como referencia la
narración kafkiana. Tendrá tres partes. La primera quiere definir
la situación excepcional que plantea la indecisión soberana en la
narración de Kafka mediante los conceptos de Carl Schmitt. Este
apartado intenta, además, delinear la relación entre el concepto
de decisión y el de lo político. La segunda tiene por objeto definir
la forma de existencia apolítica y su relación con la violencia
jurídica. Mientras que la última se interroga por la posibilidad
de detener dicha violencia.
Situación excepcional, unidad política y sujeto de la soberanía
La unidad política es, por su esencia, la unidad decisiva, sin que importe de
qué fuerzas extrae sus últimos motivos psíquicos. Ella existe o no. Si exis-
te, es la unidad suprema, o sea la que decide en el caso decisivo.
Carl Schmitt, El concepto de lo político
16
Si el cuento de Kafka plantea un problema schmittiano, es porque
hace convivir lo fáctico (llegada de los bárbaros, silencio del empe-
rador) con lo jurídico (existencia de una frontera y de una organi-
zación política), y muestra todo el alcance de la decisión soberana.
En él, nada vincula el derecho a los hechos. La tensión que Schmitt
reconoce a esta relación, y que tiene como efecto la decisión, es lle-
vada a su máxima expresión sin que se produzca resultado jurídico
alguno.
Así, en la ficción de Kafka no podemos encontrar términos que per-
mitan aproximar la situación a una definición jurídica. Que sepa-
mos, no se trata de una guerra ni de una ocupación ni siquiera de
una invasión; todo lo que sabemos es que los bárbaros llegaron de
modo inexplicable a la capital o, a lo sumo, que el emperador los
ha “atraído” sin que lleguemos a comprender qué significado tiene
esa atracción. Tampoco existe una decisión sobre el otro. No se
trata de un pueblo reconocido, sino simplemente de unos nóma-
das del norte de costumbres extrañas o “repugnantes”, pero esto
no dice mucho de su condición de amigos o enemigos. Más que de
un enemigo se trata de unos otros que están allí cuando deberían
estar muy lejos allende las fronteras. Ante esta indeterminación,
¿no podría decirse incluso que se trata de un pueblo “amigo” que
ha llegado para proteger al imperio? De la situación jurídica del
emperador tampoco sabemos nada, ¿ha capitulado, y con él, el
imperio? ¿Ha sido él quien ha llamado a los nómadas y estos han
llegado para ejercer un protectorado? ¿Ha cedido el territorio que
ahora habitan los bárbaros y el imperio ha quedado reducido a
los confines del palacio? ¿Ha renunciado a su cargo? ¿Se prepara
para un contraataque? Todo lo que sabemos del emperador es un
no-hecho, a saber, que se ha retirado a su palacio y no hace nada
respecto de la situación.
Sin embargo, es imposible no reconocer que se trata de una situación
que cuestiona la unidad política del imperio y por ende calificable
como excepcional o decisiva. Pero lo fundamental es insistir en que,
sin una decisión jurídica que la sancione, sólo tenemos en frente un
amasijo de hechos sin forma (la llegada de un otro, el silencio del
emperador, la desesperación de los súbditos), sobre el cual lo más
17
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
que se puede decir es que bosqueja una amenaza existencial. Como
si Kafka hubiese pensado esta historia para demostrar que una situa-
ción caótica y violenta podría ser algo cotidiano y normal, que podría
ser vivida como una desgracia y como un tormento, que podría ser
mucho más que una mera posibilidad y, aun así, carecer de senti-
do jurídico-político. En este caso, lo que define la situación como
excepcional no es sólo el acontecimiento que perturba el orden,
sino también la ausencia de decisión del soberano.
Esta situación remite a la conocida definición de Schmitt (1998) según
la cual soberano es quien decide sobre el caso excepcional. Pero en
la ficción kafkiana el soberano se caracteriza más bien como un no-
hecho, como falta o ausencia de decisión. Importan poco sus razones,
sólo importa la situación que origina su mutismo jurídico, su pura
indecisión como hecho en tanto que no tiene lugar una decisión.
Pero lo radical del planteamiento kafkiano es que, a pesar de la
indecisión del emperador, este sigue manteniendo hasta el
final el monopolio por el cual es soberano, es decir, el de la últi-
ma decisión. Dicho de otra manera, a pesar de reconocer que
es urgente hacer algo —restablecer el orden—, “artesanos y
comerciantes” siguen esperando del emperador un llamado
a la salvación. Aquel pueblo no se decide a actuar, como si no
pudiese reconocer que la obediencia que debe al soberano sólo
tiene sentido en virtud de la protección que aquel debe brindar.
Así, el malentendido que destruye a este pueblo se basaría en
que, a sus ojos, la salvación de la patria, el acto de tomar en sus
manos la decisión que la situación requiere, equivale a cues-
tionar su unidad política, su existencia como pueblo. De este
modo, el monopolio de la decisión aparece como presupuesto
incondicional e incuestionable de la existencia política.
También podría decirse que los súbditos de este imperio se hallan
atrapados en el siguiente razonamiento circular, que expresamos
con palabras de Schmitt: “Todo orden jurídico se asienta en una
decisión” (1998: 21), “soberano es el que decide sobre el estado
de excepción” (1998: 15). Para ellos, desconocer a aquel que fue
reconocido como soberano equivale a dejar sin efecto la deci-
sión en virtud de la cual existen como pueblo. Actúan como si las
18
fronteras del imperio permaneciesen vigentes a pesar de que los
nómadas están ya en la capital; como si pudiese existir el “robo”
sin un orden jurídico que proteja de hecho la propiedad; como si la
competencia del soberano para decidir estuviera dada de una vez
y para siempre, y se mantuviera incólume a pesar de todo lo que
sucede; como si dicha competencia recayera en algo más que en
la decisión misma o, si se quiere, en su tener lugar. En tal sentido,
es posible afirmar que se hallan sujetos a la soberanía entendida
como presupuesto de la normalidad y, con esto, al monopolio de
la decisión con base en la cual hay derecho.
Aunque lo que se impone en adelante es definir en qué se basa la
sujeción en cuestión, tiene relevancia hacer un paréntesis para
intentar aclarar el malentendido en que se encuentran los súb-
ditos de este imperio, pues esta aclaración permitirá resaltar el
significado de la excepción para la existencia de la unidad política
y el papel que la decisión tiene en los casos decisivos. Lo que el
caso excepcional cuestiona es el monopolio de la decisión —y el
deber de obediencia que implica tal monopolio— en virtud del cual
existe una situación jurídicamente calificable como normal. En tal
sentido, podría decirse que la situación excepcional es el momento
político de la soberanía o, si se quiere, el momento en el cual lo
político presupone al Estado.
En primer lugar, que todo orden jurídico se asienta en una decisión
quiere decir que, en última instancia, la normalidad no se deriva de
la norma sino que existe en virtud de una decisión que la establece
y sólo en virtud de esta decisión. Así, la decisión del Estado o del
soberano es el presupuesto de la existencia política. Pero dicho
presupuesto sólo es incuestionable y sólo es incondicional en la
medida en que nada ni nadie cuestione de facto el derecho a decidir
sobre la normalidad de la situación o sobre su carácter excepcional.
En segundo lugar, si obediencia significa —antes que respeto a
la decisión— cesión del derecho a decidir, esto únicamente tiene
sentido en la medida en que el soberano protege o garantiza el
orden jurídico. Todo sucede en la historia de Kafka como si para
los súbditos fuera imposible asumir para sí el cogito ergo sum de
19
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
la unidad política, esto es, el deber de protección a cambio de la
debida obediencia.
En tercer lugar, la situación excepcional cuestiona el derecho a
decidir del soberano, esto es, la decisión sobre la que se asienta
determinado orden jurídico y, por ende, la condición de la nor-
malidad jurídica. En este sentido, todo momento excepcional o
decisivo tiene para la unidad política la intensidad de un desafío
existencial. En tales momentos, se verifica si ella existe o no exis-
te pues, si quiere seguir siendo tal, debe probar por los hechos su
derecho. Si “no hay en la realidad política poder indiscutible” (1998:
31), porque el “caso extremo”, el “hecho imprevisible”, el “momento
decisivo” exige siempre una decisión que “actualice” (1998: 17) de
hecho aquello que se disputa en el concepto de soberanía (a saber,
el problema de su sujeto), entonces: ¿quién decide en un caso excep-
cional? ¿Quién protege y luego exige obediencia? ¿Contra quién y
en nombre de quién se obliga a asumir el riesgo de muerte? ¿Si el
soberano no decide, qué lo vincula a la soberanía, qué vincula a los
súbditos a su imperio? ¿Qué impediría que desde la realidad social
se alcance el punto culminante de lo político y se asuma la decisión
soberana? ¿No es evidente que, desde esta perspectiva, lo que se
impone es decidir sobre el carácter de enemigo de los nómadas y
combatirlos, decidir sobre el carácter de enemigo del emperador
y combatirlo, acabar o someter a ambos enemigos para refundar el
imperio o quizás aprovechar la coyuntura para organizar cualquier
otro estatus político imaginable?
Lo terrible y lo ridículo de la situación planteada por Kafka radica
en que nadie se decide a asumir el “desafío” planteado por la
falta de decisión del soberano; o dicho de otra manera, que el
monopolio de la decisión aparece como presupuesto incuestio-
nable e incondicional de la existencia política y con esto de la
existencia social. Por eso, desde un punto de vista schmittiano,
la ficción de Kafka podría titularse “La indecisión” y llevar el
siguiente epígrafe: “Lo ‘político’ no desaparece del mundo por
el hecho de que un pueblo no tenga ya la fuerza y la voluntad de
mantenerse en la esfera de lo ‘político’: desaparece simplemente
un pueblo débil” (1984: 49).
20
La cuestión pasa en adelante por ahondar en la debilidad de este
pueblo. Pero a nadie debe escapar el efecto que tiene la ficción
de Kafka en la definición de Schmitt de unidad política. Mientras
dure la situación creada por la indecisión del soberano, lo político
debe aparecer mediante la negación de su presupuesto; es decir,
del monopolio de la decisión. Así, la fuerza y la voluntad que se
requieren implica redefinir la unidad política mediante la ruptura
del vínculo entre los súbditos y el soberano.
Lo apolíticoEs por lo tanto indiferente con qué medios técnicos será realizada la gue-
rra, qué organización militar exista, cuántas posibilidades haya de ganar la
guerra, la condición de que el pueblo políticamente unificado esté dispues-
to a combatir por su existencia e independencia: él determina, por la fuer-
za de una decisión propia, en qué consiste su independencia y su libertad.
Carl Schmitt, El concepto de lo político
Es posible llegar a una definición schmittiana de lo apolítico si se exa-
mina la sujeción que impide a los súbditos del imperio tomar para
sí la decisión soberana. Aunque lo apolítico podría definirse a partir
de la negativa a decidir sobre el caso extremo que representa el
emperador, lo que importará aquí es partir de este no-hecho para
considerar la imposibilidad de que la “realidad social” alcance el
punto culminante de lo político y se transforme en una intensidad
cualitativamente nueva, esto es, en la unidad política (1984: 58).
Es posible definir la sujeción de que se trata examinando el concepto
de burgués que Carl Schmitt elaboró a partir de Hegel:
En Hegel se encuentra también la primera definición polé-
mico-política de bourgeois como un hombre que no quiere
abandonar la esfera de lo privado, políticamente no riesgosa;
como un hombre que en la legalidad y en la justicia de la pro-
piedad privada se comporta como un individuo en relación con
la totalidad, como un hombre que encuentra la compensación
por su nulidad política en los frutos de la paz y de la ganancia
y sobre todo “en la perfecta seguridad del bienestar”, y que
21
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
como consecuencia de ello quiere ser dispensado de la valen-
tía y sustraído del peligro de una muerte violenta (1984: 58-59).
Lo que sabemos de la sociedad en la narración en cuestión se asemeja
bastante, o al menos lo suficiente, a esta definición.
En primer lugar, es necesario destacar que la sociedad del imperio
apócrifo de Kafka parece ser totalmente homogénea; es decir, com-
puesta exclusivamente por artesanos y comerciantes, gente de la
pequeña burguesía. Quizás pueda decirse de esta sociedad lo que
Adam Smith decía de las sociedades capitalistas y civilizadas: que
todo el mundo ha devenido un comerciante. Pero no hay aquí, al
menos que se sepa, una clase de los que no poseen medios de pro-
ducción, ni tampoco de los que se dedican a acumular capital. Se
diría que los súbditos imperiales hacen su vida en el armónico ciclo
M-D-M (mercancía-dinero-mercancía). Es de destacar que, ante la
llegada de los bárbaros, se hallan casi exclusivamente preocupados
por el restablecimiento de la normalidad sin la cual no son posibles
los negocios. Actúan como si en la perturbación económica traída
por los nómadas se resumiera la totalidad de la situación, como si
la única razón para apelar al soberano y al orden jurídico estuviera
dada por la perturbación en cuestión; pero ni siquiera respecto de
esto se deciden a actuar de manera grave.
De esta manera, el zapatero remendón que escribe el manuscrito en
la ficción de Kafka muestra una profunda preocupación a propó-
sito de la situación del carnicero, a quien los nómadas “roban” su
mercancía apenas esta llega a la tienda. El narrador también se
queja de que lo mismo le sucede a él, sólo que en menor cuantía,
por lo que se siente afortunado. Además, en toda la historia no
sabemos que esta gente se organice para otra cosa diferente que
hacer colectas de dinero para mantener al carnicero. Se trata cier-
tamente de un gesto loable, supone que el conjunto de la sociedad
asume sus pérdidas, pero más allá no parece que esto contribuya
a la salvación de la patria. Para decirlo de otro modo, si ya no hay
comercio en este imperio, ¿cómo podría solventar la situación
un don en metálico? ¿Hasta cuándo sería posible sostener esta
“carga”? ¿Qué valor monetario puede tener una mercancía en un
22
contexto como este? ¿No se impone la valoración de la utilidad
para la guerra de los martillos de zapatero, de los cuchillos de car-
nicero, e incluso del dinero? ¿No se impone la transformación de la
actividad comercial en algo cualitativamente diferente, a saber,
actividad político-militar?
En segundo lugar, sabemos por la narración que los vanos intentos
por parte de los súbditos de normalizar la situación los ponen en
peligro. Por la misma razón que dejan de salir de sus casas para
evitar los riesgos que esto conlleva, socorren monetariamente al
carnicero: “Si los nómades se encontraran sin carne, nadie sabe lo
que se les ocurriría hacer; por otra parte, quién sabe lo que se les
ocurriría hacer comiendo carne todos los días” (1983: 601). Aunque
reconocen ante sí un peligro existencial, no hacen más que intentar
continuar con su vida, se diría que bajo la firme convicción de que,
de un momento a otro, todo regresará a la normalidad.
Hay en esta actitud una especie de voluntad por diferir lo imposterga-
ble, la decisión. Para no asumir los riesgos de una muerte violenta,
se prefiere padecer el riesgo, no la muerte. Se diría incluso que los
súbditos imperiales gozan de su situación, que su vida se ha redu-
cido a la satisfacción que obtienen del riesgo que soportan. Con
esta actitud, no sólo se rechaza de manera equivoca el riesgo de
morir, sino además la necesidad de matar y, más aún, la necesidad
de imponer la lucha y el asesinato implicados en el derecho de gue-
rra. Ante tanta repulsión, asco, miedo y terror a los nómadas, ante
la conciencia de hallarse frente un peligro existencial, sorprende la
persistencia de este pueblo en no recurrir a la violencia. Pero más
aún sorprende que se niegue a dar un estatus jurídico a la violencia
de que dispone de facto. Dicho de otra manera, no se trata solamente
de que los súbditos rehúsen la violencia implicada en actuar direc-
tamente contra los bárbaros —cuchillos y martillos en mano— sino
de que se nieguen además a legitimar esa violencia mediante una
decisión que le dé carácter jurídico. Soló a partir de esta decisión sería
posible exigir a los suyos que maten y que mueran. O si se quiere,
asumir el riesgo de muerte y obligar a la máxima obediencia.
Si bien los súbditos de este imperio son seres pacíficos y sólo preocu-
pados por la situación imperial, en cuanto se halla amenazado el
23
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
bienestar que los negocios y las ganancias traen, lo que resalta en
la historia es que ni dicha paz ni dichas ganancias tendrían lugar sin
una violencia que las estableciese como derecho o bien las conserva-
se por los hechos. En la medida en que esta violencia le corresponde
siempre al soberano, tanto como le corresponde únicamente a él
decidir sobre su objeto y su necesidad, se comprende la desespera-
ción de este pueblo ante la terrible situación que la nulidad sobe-
rana revela. El deseo de paz y de prosperidad que impulsa a esta
gente tiene como garante la violencia del orden jurídico. Entonces,
la decisión que se les impone implica reconocer que la paz y el bien-
estar tienen un fundamento violento cuyos sacrificios y desmanes
deben asumir en su propio nombre.
Para entender esto, son clave las razones que este pueblo aduce para
no tomar la situación en sus manos: “A nosotros, artesanos y comer-
ciantes, se nos confía la salvación de la patria; pero no nos senti-
mos a la altura de semejante empresa; jamás nos hemos jactado
de poder cumplirla.” ¿No está claro que la desgracia de que se trata
en esta situación es la de no poder continuar con una vida pacífica
y rodeada de bienestar? ¿No actúan los súbditos como si quisiesen
que alguien, casi cualquiera, se encargase de la situación por ellos?
¿No debería encargarse quien se “jacta” normalmente de la “sal-
vación de la patria”, es decir, el emperador y sus soldados? Se diría
incluso que los súbditos accederían a que los bárbaros impusiesen
cualquier orden de no ser porque estos no comprenden la cultura
ni las instituciones ni el lenguaje de aquel pueblo.
A partir de lo dicho, la sujeción a que nos referimos se puede defi-
nir por la negativa a tomar parte en la decisión que sanciona la
violencia y, a su vez, en la exigencia de que tal decisión tenga
lugar en otras manos. Entonces, más que de un malentendido se
trataría de una voluntad que pugna, hasta el extremo de lo fútil,
por no asumir la responsabilidad y autoría de un orden, de una
paz y seguridad, que tienen como fundamento y como medio a la
violencia. Por otra parte, en la voluntad que supone tomar estas
decisiones, verdaderamente graves o decisivas, radicaría la esen-
cia de lo político.
24
Ante la gravedad de esta decisión, que obliga al reconocimiento y
praxis de la violencia, parece incluso tentadora la opción de una
dominación bárbara siempre y cuando mantuviese alguna posi-
bilidad de tranquilidad y bienestar. De hecho, lo menos fútil que
han intentado los súbditos para retornar al estatus deseado es
intentar comunicarse con los bárbaros: “Uno puede dislocarse la
mandíbula y las muñecas de tanto hacer ademanes; no entienden
nada y nunca entenderán” (1983: 601). ¿Qué será lo que los nómadas
no entienden?
Lo revolucionarioCon la huelga general, todas estas bellas cosas desaparecen; la revolu-
ción se presenta como una revuelta pura y simple, y no hay ya lugar para
los sociólogos, para los amantes de las reformas sociales o para los inte-
lectuales que han elegido la profesión de pensar por el proletariado.
Georges Sorel, "Reflexiones sobre la violencia"
vA esta concepción profunda, moral y claramente revolucionaria, no se le
puede oponer un razonamiento destinado a calificar como violencia esta
huelga general a causa de sus eventuales consecuencias catastróficas.
Walter Benjamin, "Para una crítica de la violencia"
Si hasta aquí hemos sostenido que Kafka plantea en su ficción un pro-
blema schmittiano, esto ha sido para destacar el lugar fundamental
que tiene el concepto de decisión para pensar la unidad política.
La narración nos plantea una situación en que el soberano, quien
debe decidir sobre la situación excepcional, no actúa, lo que cues-
tiona la unidad política del imperio. Pero lo que resulta de esto no
es creación jurídica, ya que, la sociedad que se encuentra despro-
tegida no se atreve a tomar para sí la decisión. De este modo, el
Estado como monopolio de la decisión aparece como presupuesto
de la paz económica —de la normalidad— y lo apolítico como suje-
ción al Estado. Aquellos súbditos son obedientes hasta el ridículo
de negarse a decidir, porque no conciben su existencia sin la pro-
tección de aquel. En tal sentido, el planteamiento kafkiano logra
resaltar la definición de unidad política, entendida como mono-
polio de la decisión y presupuesto de la existencia político-jurídica,
25
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
pero también de la existencia social, lo que quiere decir que, si bien
aquella sociedad existe fuera del Estado, no puede garantizar su
protección sin él, o al menos, no parece capaz de imaginarse tal
cosa. Sin embargo, siempre quedará abierta la posibilidad de que
los súbditos asuman la decisión y con esto salven a la patria y al
imperio, o creen un nuevo orden jurídico.
Pero además, la situación planteada por el no-hecho soberano y la
indecisión de los súbditos revela la relación entre violencia jurídica
y decisión soberana. A propósito de la actitud de los súbditos impe-
riales frente al riesgo de muerte, que padecen sin asumirlo, se ha
señalado que para que la violencia tenga un carácter jurídico debe
estar mediada por una decisión acorde a un orden legal existente
—situación normal— o creado por la decisión misma —situación
excepcional—. En tal sentido, asumir el riesgo de muerte no sólo
significa que exista una posibilidad de morir, sino que, por decirlo
así, se muere de derecho. Pero, además, significa que se asume el
derecho de obligar a los otros a que mueran y maten. En la medida
en que asumir todo esto tiene la finalidad de crear o conservar
el orden jurídico, sin el cual no hay prosperidad económica, y en
que la violencia es el medio del derecho para tales propósitos, es
posible hablar de violencia jurídica.
Ahora, hablaremos del efecto que tiene la presencia bárbara en el
imperio, a saber: reduce la unidad soberana a un no-hecho desnu-
dando con esto la vida de la existencia apolítica. Desde este punto
de vista, los bárbaros no vendrían a fundar un orden sino a dete-
ner de una vez y para siempre la dialéctica de la violencia jurídica.
Así, el texto de Kafka se enmarcaría en la problemática planteada
por Walter Benjamin en “Para una crítica de la violencia” y en las
“Tesis para una filosofía de la historia”: ¿es posible superar el curso
de la eterna dialéctica entre la violencia que crea el derecho y la
violencia que lo conserva? ¿Es posible suspender esta dialéctica
con “medios puros”, violentos o no? ¿Equivale la llegada de los
bárbaros a la suspensión efectiva del derecho, a la realización del
26
verdadero estado de excepción del que habla Benjamin en la octa-
va tesis?
Lo primero será resaltar que en la situación creada por la presencia
bárbara no puede decirse que no haya violencia, pero tampoco
puede decirse que se trate de violencia jurídica.
La violencia que pueda atribuirse a devorar una res viva, la que pueda
suponerse resultado de convertir la plaza en un establo, la que
implica atropellar o golpear con los látigos a los súbditos imperia-
les y la que se deriva del robo no tienen por finalidad crear o conser-
var derecho, por lo tanto, no representan violencia jurídica. En el
primer caso, se trata más bien de un acto salvaje, sin forma, pareci-
do a una orgía, que no deja nada más que unos hombres “tendidos
por el agotamiento” como “ebrios en torno de un tonel de vino”.
Entre los súbditos nada se opone a este horrible espectáculo, y sólo
sabemos que algo debería oponérsele por la situación psíquica que
provoca en ellos. La segunda forma de violencia sólo testimonia
que los súbditos juzgan de forma totalmente equivocada la situa-
ción, pues, el problema no es ni la higiene ni la tranquilidad de la
plaza. Además, limpiar la basura no es violencia jurídica y en nada
contribuye a conservar el derecho. Del lado de los bárbaros, si han
convertido la plaza en un caos, en un basurero, precisamente no
hay aquí creación jurídica alguna, a lo sumo, destrucción. El tercer
tipo de violencia se debe sólo a una cuestión circunstancial, es una
violencia similar a la de un tropiezo en la calle, como la que ocurri-
ría si se intentase cruzar una autopista a pie. Los bárbaros, que se
sepa, no pretenden con esto dominar a los súbditos ni mantenerlos
confinados en sus hogares, todo lo que quieren es que se quiten
de su camino. En cuanto a los súbditos, sucede más de lo mismo,
sabemos que están psíquicamente afectados porque falta aquello
que mantendría la moral pública, la plaza limpia y las calles de la
ciudad despejadas.
La violencia atribuible al robo permite verificar de forma más clara
la inexistencia de violencia jurídica en esta situación.
27
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
[Los bárbaros] con frecuencia hacen muecas; en esas oca-
siones ponen los ojos en blanco y les sale espuma por la boca,
pero con eso nada quieren decir ni tampoco causan terror
alguno; lo hacen por costumbre. Si necesitan algo, lo roban.
No puede afirmarse que utilicen la violencia [Gewalt]. Simple-
mente se apoderan [nehmen, que significa tomar] de las cosas;
uno se hace a un lado y se las cede (1983: 601).
¿Cómo puede existir el robo sin que el que ejecuta la acción use la
violencia? ¿No es el robo una violación del orden jurídico? ¿Cómo
puede no haber violencia si se cede? ¿Cómo se puede tomar algo
ajeno sin violentar la propiedad?
“Tomar” algo no implica necesariamente que lo tomado se constituya
en propiedad, es decir, en un bien jurídico. Tomar lo que se necesita
para consumirlo, como consumen por ejemplo la carne, no es una
acción que pueda dar origen a la propiedad o si se quiere a un nomos
de la tierra (Schmitt, 1984). Más bien, lo paradójico en la ficción de
Kafka es lo ambiguo de la presencia bárbara, esta forma de tomar el
territorio sin apropiarse de él, sin dividirlo o distribuirlo y sin ponerlo
a producir. Por otra parte, hasta donde tenemos conocimiento, la
violencia que pueda suponerse a esta acción no tiene como finalidad
establecer una dominación jurídica.
Más explicativo, a propósito de la violencia jurídica, es el lado del
“ceder” porque allí el orden jurídico conserva aún algún significa-
do: la propiedad privada sigue vigente, pero exclusivamente como
motivo psíquico, por lo cual, no queda más remedio que cederla
a quien la toma. Lo que falta aquí es claramente la violencia jurí-
dica porque sólo esta podría evitar que se ceda lo propio. Pero la
cuestión de esta violencia no se plantea a partir de la posibilidad
de que determinado artesano o comerciante pueda defender vio-
lentamente sus mercancías pues, en este caso, se trataría de un
conflicto entre fines naturales perseguidos con violencia, pero no
habría violencia jurídica. Si, por otra parte, los súbditos salieran en
masa de forma espontánea a violentar a los bárbaros, tal acción no
sería un acto de guerra, y la situación resultante de ella no estaría
determinada por el derecho de guerra. Para que la propiedad tenga
28
cabal vigencia y sea posible determinar cuándo ha sido violada y
defenderla harían falta más que motivos psíquicos, el monopolio
de la decisión soberana y la amenaza de violencia que desprende
de la legitimidad de dicho monopolio.
Si la violencia jurídica se muestra en estos casos, es por su no tener
lugar, lo mismo que la decisión que daría a esta violencia su carácter
jurídico. Sabemos además de ella por la afectación de los súbditos,
afectación que es sólo eso y nada más.
¿Qué más podemos decir de la violencia jurídica a propósito de la pre-
sencia bárbara? ¿Qué conocemos de los bárbaros? Lo fundamen-
tal es que no sabemos a qué han venido, qué quieren, cuál es la
finalidad de su llegada. Bien pudiera ser que tal como aparecieron
un día desaparezcan, aunque parece más seguro que han llegado
para no irse más. Pero ¿han venido a fundar un orden jurídico? ¿Se
trata para ellos de imponer una dominación a los súbditos? ¿Tienen
los nómadas orden jurídico?
Conocemos de los bárbaros que actúan “fieles a su naturaleza, acam-
pan al aire libre, pues aborrecen las casas. Pasan su tiempo afilan-
do las espadas, aguzando las flechas y haciendo ejercicios con los
caballos” (1983: 601). Se podría decir que se trata de un pueblo en
armas, siempre preparado para la guerra, pero no por eso se trata
de un pueblo militarista en tanto que la violencia para la que se
preparan no tiene como finalidad crear o conservar derecho, en tal
sentido no sabemos que haya rangos ni líder ni estructura política
alguna.
Además, conocemos sus costumbres [Lebensweise] —echar espuma
por la boca, ser cochinos, devorar reses vivas, graznar, tomar lo que
necesitan—. Pero costumbre no tiene aquí el sentido de tradición y
es difícil que se pueda decir que estos actos tienen como fin el respe-
to o la transgresión de la ley. Que sepamos, los bárbaros no tienen ni
dios ni religión ni mito o rito alguno. No existe entre ellos ninguna
institución, ni jurídica ni política, tampoco una fuerza militar inde-
pendiente. Más bien parece como si estas prácticas carecieran de
finalidad alguna, incluso de necesidad. Como si constituyera un
fin en sí mismo la forma pura en que se manifiesta su vida. Se diría
de la presencia bárbara que su forma de ser es la de la vida des-
29
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
nuda. Pero, en contraste con los súbditos imperiales, desprovistos
del ropaje del derecho, los bárbaros llevan por prenda aquello que
sirve a la guerra. Porque puede decirse de ellos que son un pueblo
que vive para la guerra, resalta el hecho de que no saquean ni matan
ni violan. La violencia que resulta de sus acciones es mínima y casi
puramente casual en comparación con la que cabría esperar. Pero
más importante aún, la guerra no parece ser para ellos el medio
para una conquista, para el ejercicio de una dominación jurídica.
Es más, todo parece indicar que no hacen la guerra.
Además sabemos que han llegado atraídos, quizás de manera
irresistible, por el palacio imperial y sin embargo, no lo toman.
Con base en su presencia armada, se mantienen allí, a sus puertas,
vida que simplemente vive, como si tomar el palacio del empera-
dor fuese lo único que estuviera prohibido, como si más allá de esa
puerta que permanece cerrada no hubiese nada que buscar. Quizás
no exista manera de tomarlo sin asumir para sí el monopolio de la
decisión y, en tal sentido, la decisión de no hacerlo testimoniaría la
voluntad de detener el orden jurídico. El imperio no ha caído, tam-
poco hay otro imperio, ni una república ni orden jurídico alguno.
Con la presencia bárbara los relojes se han detenido y se diría que
el objeto de su presencia se reduce a crear esta situación en que el
emperador no sabe qué hacer para echarlos. Así, mientras no haya
violencia jurídica contra los bárbaros y sigan sin entender lo que lo
apolítico entiende perfectamente —la necesidad de la violencia/
decisión—, bastaría con que decidieran no moverse de donde están
para que el tiempo dejase de pasar.
En la medida en que pueda decirse que la presencia bárbara produce
el efecto de reducir al soberano a un no-hecho, en la medida en que
tiene lugar bajo la decisión de no crear derecho, recuerda el efecto
que la huelga general revolucionaria —como medio puro— tiene
en la violencia jurídica y en el monopolio de la decisión soberana, a
saber, lo cuestiona en tanto que fundamento de la unidad política.
El análisis de Benjamin sobre la huelga general muestra cómo la
situación excepcional cuestiona el monopolio de la decisión sobe-
rana. En el momento en que la suspensión del trabajo se torna
amenazante para el Estado y surge un desacuerdo en torno a la
30
interpretación del derecho a huelga entre el soberano y los huel-
guistas, lo que se disputa es el problema concreto de la soberanía,
esto es, quién decide sobre la situación excepcional. El soberano
puede alegar sus razones para declarar ilegal la huelga y declarar
el estado de excepción para corregir la situación. Pero esta ha
sido planteada ya como una disputa sobre el derecho a decidir.
Lo fundamental es la posibilidad de que, frente a la suspensión
de derecho, el proletariado justifique su acción con la ilegalidad
del proceder soberano y tome medidas con vistas a asumir la radi-
calización del conflicto (1921: 5-6). De este modo, puede decirse
que el momento excepcional o decisivo es el momento propia-
mente político de la soberanía jurídica. Político porque obliga al
soberano a declarar un enemigo interno, pero también porque
lo que está en juego es el monopolio por el cual es soberano. Así,
la cuestión central —a propósito de la declaración del estado de
excepción— no sería la de su justificación, sino su capacidad
performativa o realizativa, a la cual se opone efectivamente la
del contrario.
En el cuento de Kafka, este cuestionamiento del derecho a decidir
se produce por la vía del absurdo. La unidad política queda abso-
lutamente contravenida por la presencia bárbara y conocemos
la situación por la afección que produce en lo apolítico. Esta
afección da cuenta de la violencia jurídica como aquello que
falta para normalizar la situación. Por su parte, la presencia bár-
bara no tiene mas finalidad que el efecto que produce, el confi-
namiento de la violencia jurídica a los límites del palacio. Aquí
ciertamente la unidad política es cuestionada por un otro que
viene desde afuera, pero lo fundamental es que la situación se
produce por su presencia, por su estar adentro. Es factible que,
de hallarse aún los nómadas en el norte, allende las fronteras,
el imperio seguiría funcionando normalmente como sucede en
otros cuentos de Kafka que tratan de bárbaros e imperios. Aquí
es su presencia lo que cuenta, lo que desnuda el estatus de la
vida apolítica y la violencia soberana. En tanto que la presencia
bárbara tiene este efecto, puede ser pensada como un cuestio-
31
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
namiento puro, en el sentido de total, de la violencia jurídica.
Incluso podría decirse que es el medio puro que emplea Kafka
para criticar dicha violencia.
Sin embargo, existe un límite a la analogía entre la existencia de los
bárbaros y la existencia revolucionaria. En la octava tesis, el sujeto
llamado a traer al frente el verdadero estado de excepción es aquel
que se reconoce en la situación revelada en la tradición de los opri-
midos. Los nómadas no se reconocen como oprimidos y además
carecen de lo necesario para articular una tradición sobre la cual
reclamar justicia. En tal sentido, ni el efecto que la presencia bár-
bara tiene en el ordenamiento jurídico ni la ausencia de violencia
jurídica en las acciones y prácticas de los bárbaros son condicio-
nes suficientes para realizar el estado de excepción efectivo. En el
texto citado de Benjamin la cuestión de los medios puros aparece
particularmente desarrollada a partir de su análisis de la huelga
general revolucionaria. Basándose en la distinción elaborada por
Sorel, entre huelga general política y huelga general revoluciona-
ria, Benjamin establece las relaciones de estas formas antitéticas
con la violencia:
Mientras la primera forma de suspensión del trabajo es
violencia, pues determina sólo una modificación extrínse-
ca de las condiciones de trabajo, la segunda, como medio
puro, está exenta de violencia. Porque ésta no se produce
con la disposición de retomar —tras concesiones exteriores
y algunas modificaciones en las condiciones laborales— el
trabajo anterior, sino con la decisión de retomar sólo un tra-
bajo enteramente cambiado, un trabajo no impuesto por el
Estado, inversión que este tipo de huelga no tanto provoca
sino que realiza directamente. De ello se desprende que la pri-
mera de estas empresas da existencia a un derecho, mientras
que la segunda es anárquica. Apoyándose en observaciones
ocasionales de Marx, Sorel rechaza toda clase de programas,
utopías y, en suma, creaciones jurídicas para el movimiento
revolucionario (1921: 12).
32
Lo que interesa resaltar de este fragmento no es tanto la distin-
ción entre los tipos de huelga como la condición necesaria para
una huelga revolucionaria: esta debe realizar directamente la
inversión necesaria para la retoma de un trabajo enteramente
cambiado. En la ficción de Kafka, si bien los nómadas pueden
detener el ejercicio de la violencia jurídica, esto no se traduce en
una modificación del modo de producción inherente al imperio.
Estos se limitan a tomar la tierra a la manera de un fluido derra-
mado sobre una superficie estriada. No se trata sólo de que no
distribuyen ni cultivan la tierra, sino de que tampoco destruyen
las divisiones ni los canales que definen el nomos del imperio
kafkiano. Si es verdad que con su llegada todo cambia, también
lo es que nada ha cambiado todavía.
Post-scriptum sobre la violencia policialVIII
La tradición de los oprimidos nos enseña que la regla es el “estado de
excepción” en el que vivimos. Hemos de llegar a un concepto de la histo-
ria que le corresponda. Tendremos entonces en mientes como cometido
nuestro provocar el verdadero estado de excepción; con lo cual mejora-
rá nuestra posición en la lucha contra el fascismo.
Walter Benjamin, "Tesis para una filosofía de la historia"
Existe, sin embargo, una tercera posibilidad de leer la situación
que la narración de Kafka describe. Esta pasa por considerar la
relación entre la presencia bárbara y el silencio del emperador
como una forma de poder. A tal respecto, es posible traer al
frente la definición de policía que Benjamin desarrolla en su
crítica de la violencia jurídica.
Según Benjamin, de todas las instituciones del Estado moderno,
la policía es aquella en que mejor se observa la suspensión de la
distinción entre la violencia que crea el derecho y aquella que lo
conserva, y en esto radica su ignominia. La policía es violencia a
disposición de fines jurídicos, pero a la vez tiene amplia autoridad
para decidir sobre esos fines. Está emancipada de las dos condi-
ciones que —según el pensamiento jurídico— harían legítimo
33
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
o justo el uso de la violencia. Primero, puede modificar los fines
jurídicos sin necesidad de “presentar sus títulos de victoria”; es
decir, sin reivindicar públicamente su derecho a crear derecho, sin
presentarse como una violencia que habiendo vencido aspira a
fundar un nuevo orden. Segundo, aunque se presenta como una
violencia que tiene por fin el cumplimiento de la ley y el mante-
nimiento de las condiciones en que aquella puede imperar, no se
limita a esto, sino que es libre para crear nuevos fines jurídicos
(1921: 8). En tal sentido,
A diferencia del derecho, que reconoce en la “decisión” local
o temporalmente determinada una categoría metafísica, con
lo cual exige la crítica y se presta a ella, el análisis de la policía
no encuentra nada sustancial. Su poder es informe así como
su presencia es espectral, inaferrable y difusa por doquier en
la vida de los Estados civilizados. Y si bien la policía se parece
en todos lados en los detalles, no se puede sin embargo dejar
de reconocer que su espíritu es menos destructivo allí donde
encarna (en la monarquía absoluta) el poder del soberano, en
el cual se reúne la plenitud del poder legislativo y ejecutivo,
que en las democracias, donde su presencia, no enaltecida por
una relación de esa índole, testimonia la máxima degeneración
posible de la violencia (1921: 9).
Hay dos aspectos de esta definición que es importante resaltar: en
primer lugar, la policía es un poder sin fundamento metafísico, en
esto se diferencia de las otras instituciones del derecho moderno
y en particular de la soberanía. En el concepto de Schmitt, la deci-
sión es el fundamento metafísico de la soberanía jurídica. Esto
implica que, en última instancia, no se decide porque se es sobe-
rano, sino que se es soberano porque se decide. Así pues, la situa-
ción excepcional plantea el problema del sujeto de la decisión
que produce el orden jurídico: ¿quién decide sobre la situación
excepcional? Como ya se ha dicho, lo genial del cuento de Kafka
es que plantea esto con toda claridad.
34
Ahora bien, la crítica de la violencia jurídica de Benjamín revela que
la decisión fracasa en su intento de realizar el derecho. Por ejem-
plo, la pena de muerte no tiene nada que ver con realizar fines del
derecho, sino con la reafirmación del poder soberano. Es, por ende,
una crítica de la decisión como fundamento metafísico del derecho.
Pero aun así la soberanía jurídica se presta a la crítica y, de hecho, la
demanda. Esto es lo esencial respecto de su diferencia con el poder
de policía. Carecer de fundamento es carecer de discurso, de legi-
timación, de justificación, de finalidad. Precisamente los bárbaros
carecen de todo esto pero, además, son incapaces de decidir —en
el sentido de fundar— cualquier nomos de la tierra. Si es cierto que
tienen un modo de vida, lo es también que no se puede determinar
filosóficamente.
En segundo lugar, la policía se presenta como un poder autónomo con
respecto a la soberanía jurídica. Esta autonomía se observa sobre
todo en las democracias donde la actuación de la policía no está
enaltecida por la autoridad de un soberano que reúne la plenitud
del poder. En las monarquías constitucionales, la actuación de la
policía todavía se funda sobre el derecho del soberano, todavía
encarna la autoridad de quien reivindica para sí el derecho a decidir
en última instancia sobre la situación jurídica. Por eso la violencia
policial es siempre la violencia del soberano, es su espectro igno-
minioso, marca el momento en que se ve obligado públicamente a
crear derecho sin tenerlo. En las democracias, la actuación policial
no encarna un poder absoluto en última instancia, sino a la misma
división de poderes. Nadie reúne jurídicamente la totalidad del
poder, excepto la policía. Como si en el poder de policía los fines
empíricos que el Estado persigue a toda costa se independizaran
definitivamente del cumplimiento de los fines del derecho.
La analogía entre la presencia bárbara y el poder de policía se refuer-
za por el hecho de que tanto una como otra actúan sin considerar
límites jurídicos, pero esto no quiere decir que carezcan de límites.
La actuación, la violencia de la policía pasa desapercibida por la mayo-
ría. Sólo se ejerce contra los débiles, contra aquellos que no están
protegidos legalmente por ley del Estado. Por ejemplo, contra la
clase obrera cuando trata de reclamar sus derechos o cuando ejer-
35
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
ce el derecho de huelga. También se ejerce contra intelectuales y
contra todo aquel que se oponga a los fines empíricos del Estado,
incluso si esta oposición está dentro del marco de la ley o tiene
por objeto la realización de sus fines. También actúa contra el con-
junto de los ciudadanos, cuya vida regula mediante ordenanza, o
contra individuos específicos a los cuales vigila directamente. Por
último, actúa cuando no “subsiste una clara situación jurídica” y se
diría que decide cuando se da tal situación. Con todo, sólo en raras
ocasiones se manifiesta con la máxima brutalidad. Por su parte,
la presencia bárbara también tiene límites, no entran a las casas,
no matan, no violan, se limitan a las calles, no toman el palacio.
Como ya se ha dicho, su violencia es bastante menos brutal de lo
que cabría esperar. Tampoco guarda relación con la violencia que
pretende fundar o conservar el derecho. Es de destacar que para los
súbditos toda la situación tiene los efectos de una dura opresión
que afecta su vida cotidiana. Entre otras cosas no salen de sus casas.
La diferencia entre los límites de una y otra violencia parecen estar
en que la policía tiene en Benjamín una finalidad, aunque no sea
metafísica. Sirve para garantizar, no los fines del derecho, sino los
fines empíricos del Estado. Es quizás el instrumento de la razón de
Estado; reglamenta, vigila, controla, contiene y aplaca poblaciones
determinadas. El Estado sería, sin idea, un puro proceso adminis-
trativo indiferente a la justicia. Por su parte, la presencia bárbara
parece simplemente un modo de vida que está ahí sin perseguir
nada, simplemente palpitando al ritmo de las carreras de caballos
o del calor de la carne de res recién muerta. En realidad, nada sabe-
mos del porqué de las limitaciones que pone a la violencia.
Sin embargo, es posible que en la ficción de Kafka la presencia bár-
bara sea la ignominia del emperador. Este no puede decidir sobre
la situación porque esto implicaría reconocer el vínculo profundo
que lo une a la violencia. La presencia bárbara sería el ectoplasma
que encarna su espíritu de soberano, pero liberada de ataduras
jurídicas. Cobra así sentido el hecho de que haya sido atraída por
el emperador y su palacio. Si viste el ropaje de la guerra, no es por-
que es guerrera, no busca su ser en el combate y en realidad no lo
practica. Usa sus armas y realiza sus ejercicios para controlar la
36
calle, y en general, la situación. La presencia bárbara es la presen-
cia espectral e ignominiosa del soberano. Más que eso, ella toma
el lugar de la soberanía jurídica, la sobrevive; suplanta al espíritu
con su ectoplasma.
37
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Len
ín B
rea
LA
VIO
LEN
CIA
JU
RÍD
ICA
Y L
AS
FOR
MA
S D
E E
XIS
TE
NC
IA A
PO
LÍT
ICA
Y R
EV
OLU
CIO
NA
RIA
A
pro
pó
sito
de
“Un
vie
jo m
an
usc
rito
” d
e Fr
an
z K
afk
a 1
1- 3
6
ReferenciasBenjamin, Walter (1921). “Para una crí-
tica de la violencia”. Disponible en:
http://www.philosophia.cl/bibliote-
ca/Benjamin/violencia.pdf
Benjamin, Walter (1940). “Tesis de filo-
sofía de la historia”. Disponible en:
http://www.jacquesderrida.com.ar/
restos/benjamin_historia.htm
Kafka, Franz (1983). “Un viejo manuscrito”.
En: Obras completas. Barcelona
(España): Teorema/Visión Libros.
Schmitt, Carl (1984). El concepto de lo polí-
tico. Buenos Aires: Folios Ediciones.
Schmitt, Carl (1998). Teología política:
cuatro ensayos sobre la soberanía.
Buenos Aires: Struhart & Cía.
38
DE LA DESMITIFICACIÓNDE LA HISTORIETA
A LA HISTORIA DEL MITO Una genealogía de
Para leer al Pato Donald
Mariano Zarowsky
ARGENTINA
41
ResumenSin duda, Para leer al Pato Donald (Valparaíso, 1971) de Armand
Mattelart y Ariel Dorfman, marcó con su impronta la historia
político-cultural de Chile y del continente en su conjunto.
Nos proponemos en este trabajo presentar resumidamente
la génesis del libro en relación con el debate que generó en
la izquierda chilena durante el ascenso de la Unidad Popular
de Salvador Allende (1970-1973) y de la existencia en Santiago
de Chile de una serie de espacios institucionales donde se
ensayaron formas novedosas de producción de conocimiento
e intervención cultural e intelectual. Uno de ellos, la Editora
Nacional Quimantú, explica en buena medida las condiciones
que dieron nacimiento al libro de Mattelart y Dorfman. Creada
en febrero de 1971 a partir de la estatización de la editorial
Zig-Zag (por entonces una de las más grandes e importantes de
Latinoamérica), Quimantú emprendió un ambicioso proyecto
editorial y cultural donde se manifestaron algunas de las ten-
siones y dilemas que atravesó el campo cultural de la época y,
de alguna manera y visto desde esta óptica, el proyecto global
de la transición democrática al socialismo que encarnó la
Unidad Popular. Pues Quimantú se enfrentó al desafío de con-
tribuir a la creación de una “nueva cultura” en el marco —
y con los materiales— de una industria cultural medianamen-
te desarrollada, que hacía años que conformaba los gustos y
las expectativas de sus consumidores desde una lógica comer-
cial. La historia de Para leer al Pato Donald se vuelve un objeto
productivo para ejercitar una mirada genealógica sobre los
procesos culturales latinoamericanos de los años setenta,
que nos permita pensar y actuar en las condiciones particula-
res de nuestro presente político.
Palabras clave
Socialismo
Política cultural
Editoriales
Quimantú
Chile
42
De la démythification de la bande dessinée à l’histoire du mythe une généalogie de Para leer al Pato Donald
Sans doute, Para leer al Pato Donald (Valparaíso, 1971) d’Armand
Mattelart et Ariel Dorfman, a marqué l’histoire politique et
culturelle du Chili et du continent en général. Ce travail vise à
présenter sommairement la genèse du livre vis-à-vis le débat
qu’il a déclenché dans la gauche chilienne lors du succès de
l’Unidad Popular de Salvador Allende (1970-1973) et de l’exis-
tence de plusieurs espaces institutionnels à Santiago du Chili
accueillant de nouvelles formes de production du savoir et
d’intervention culturelle et intellectuelle. L’un de ces espaces,
la Maison d’édition nationale Quimantú, est à l’origine des
conditions qui ont permis la parution du livre de Mattelart
y Dorfman. Crée en février 1971, à partir de la nationalisation
d’éditions Zig-Zag — l’une des plus grandes et importantes en
Amérique Latine à l’époque —, la maison d’édition Quimantú
a mis en œuvre un projet éditorial et culturel ambitieux com-
prenant quelques tensions et dilemmes liés au domaine
culturel de l’époque et, d’une certaine manière et vu de ce
point, le projet global de la transition démocratique au socia-
lisme dirigée par l’Unidad Popular. Ceci étant donné que
Quimantú a dû faire face au défi d’encourager la création
d’une « nouvelle culture » dans le cadre — et avec les outils —
d’une industrie culturelle plus ou moins développée qui confi-
gurait les goûts et les expectatives de ses consommateurs sui-
vant une logique commerciale depuis des années. L’histoire
de Para leer al Pato Donald est devenue un objet productif
pour jeter un regard généalogique sur les processus culturels
latino-américains des années 70 qui nous permet de penser
et d’agir dans les conditions particulières de notre présent
politique.
Mots clés
Socialisme
Politique culturelle
Maisons d’édition
Quimantú
Chili
43
From the debunking of comics to the story of a myth A genealogy about Para leer al Pato Donald
Undoubtedly, Para leer al Pato Donald (Valparaíso, 1971) by
Armand Mattelart and Ariel Dorfman influenced the political
and cultural history of Chile and the continent altogether.
The purpose of this paper is to summarize the genesis of
the book and its relation with the impact it generated in
the Chilean leftwing during the rise of Salvador Allende’s
Popular Unity (1970-1973) and the existence of a series of
institutional spaces in Santiago de Chile where several
novel forms of production of knowledge and cultural and
intellectual intervention were rehearsed. One of them, the
Editora Nacional Quimantú, explains the conditions that
gave birth to the book by Mattelart and Dorfman. Quimantú
opened in February 1971, after the nationalization of the
publisher Zig-Zag (one of the biggest and most important
publishers in Latin America); it began an ambitious
publishing and cultural project where some of the dilemmas
and tensions that the cultural campus of the period
went through, as well as the global project of democratic
transition towards socialism that the Popular Unity
embodied. Quimantú faced the challenge of contributing to
the creation of a “new culture” within the frame of a poorly
developed cultural industry that had longshaped the tastes
and expectations of the consumers from a commercial
point of view. The story of Para leer al Pato Donald turns into
a productive object in order to take a genealogic glance over
the Latin American cultural processes of the decade of the
1970s that will allow us to think and act in the conditions of
our political scenario.
Key words
Socialism
Cultural politics
Publishing houses
Quimantú
Chile
44
Da desmitificação do desenho animado à história do mito Uma genealogia de Para ler o Pato Donald
Sem dúvida, a impressão de Para ler o Pato Donald (Valparaí-
so, 1971) de Armand Mattelart e Ariel Dorfman, teve grande
importância na história político-cultural do Chile e de todo o
continente em geral. Nosso objetivo neste trabalho foi apre-
sentar resumidamente a gênese do libro em relação ao deba-
te que gerou na esquerda chilena durante a ascensão da Uni-
dade Popular de Salvador Allende (1970-1973) e à existência,
em Santiago do Chile, de uma série de espaços institucionais
onde se praticaram formas inovadoras de criação de conhe-
cimentos e de intervenção cultural e intelectual. Um deles, a
Editora Nacional Quimantú, explica em grande parte as condi-
ções que deram nascimento ao livro de Mattelart e Dorfman.
Criada em fevereiro de 1971, a partir da estatização da edito-
rial Zig-Zag (naquela altura uma das maiores e mais importan-
tes da América Latina), Quimantú iniciou um ambicioso pro-
jeto editorial e cultural no qual se manifestaram algumas das
tensões e dos dilemas que houve no âmbito cultural da época
e no qual, de alguma forma e a partir desta abordagem, o pro-
jeto global da transição democrática ao socialismo defendido
pela Unidade Popular. Quimantú fez frente ao desafio de con-
tribuir com a criação de uma “nova cultura” enquadrada —e
com os materiais— numa indústria cultural medianamente
desenvolvida, que há anos incluía os gostos e as expectativas
de seus consumidores partindo de uma lógica comercial. A
história de Para ler o Pato Donald se torna um objeto produti-
vo para exercitar um estudo genealógico dos processos cul-
turais latino-americanos dos anos setenta, permitindo-nos
pensar e agir nas condições particulares do nosso presente
político.
Palavras chave
Socialismo
Política cultural
Editoriais
Quimantú
Chile
45
Manual de descolonización cultural, ícono de una
época, sin duda el libro de Armand Mattelart y Ariel Dorfman marcó con su impronta el proceso de emergencia de los estu-dios en comunicación en América Latina y, tal vez, el de la histo-ria cultural del continente. La paradoja es que si Para leer al Pato Donald se propuso desmitificar la historieta más popular de Dis-ney, con el correr de los años devino o bien en una suerte de mito de izquierdas, o bien en el emblema más apto para caracterizar —debiéramos decir: caricaturizar— unas ciencias sociales “en exceso politizadas” que, en los años sesenta y setenta, habrían perdido todo estatuto de cientificidad. Esta mitificación se debe, en parte, a que poco se ha escrito acerca de las condiciones que —en el contexto de los debates y los desafíos que planteó el gobierno de Salvador Allende en Chile y su pretensión de promo-ver una transición democrática al socialismo (1970-1973)— expli-can la emergencia y significación del libro.
Nos referiremos, por un lado, al debate cultural que se desplegó en la
izquierda chilena y, por otro, a la existencia en Santiago de Chile de
una serie de espacios de entrecruzamientos —entre la enseñanza
universitaria, la investigación científica y la militancia política y
cultural— donde se ensayaron formas novedosas de producción
de conocimiento e intervención intelectual.
Uno de estos espacios de entrecruzamientos se forjó a partir de la
inserción de una cantidad importante de cientistas sociales, docen-
tes y graduados universitarios en el asesoramiento de la Editorial
Nacional Quimantú. Esta casa editorial había sido adquirida por el
Estado en febrero de 1971 a partir de un conflicto entre los trabaja-
dores y los propietarios de la hasta entonces editorial Zig-Zag, una
de las editoriales más grandes e importantes de Latinoamérica. Sin
perder tiempo, Quimantú emprendió un ambicioso proyecto edito-
rial que intentó modificar ciertas lógicas y procesos de producción
de sus materiales culturales. Aquellos dedicados al ocio, sobre todo
las historietas, devinieron objeto de una intensa experimentación
para la búsqueda de alternativas, en el marco de un debate más
amplio sobre el carácter que debían adoptar las políticas culturales
en un período de transición socialista “en democracia”.
Como era de esperar, en este debate se manifestaron algunas de las
tensiones y dilemas que atravesó el campo cultural de la época y,
de alguna manera y visto desde esta óptica, el proyecto global de
la vía chilena, pues Quimantú se enfrentó al desafío de contribuir
a la creación de una “nueva cultura” en el marco —y con los mate-
riales— de una industria cultural medianamente desarrollada, que
desde hacía años conformaba los gustos y las expectativas de sus
consumidores desde una lógica comercial y una particular visión
de mundo.
Quimantú: un proyecto editorial en el laboratorio chileno
La editorial fue dividida en una serie de departamentos, cuya direc-
ción respetaba el “cuoteo” con el que las fuerzas políticas que
conformaban la Unidad Popular (UP) se asignaban los espacios de
gestión. De allí que, a diferencia de lo que podía ocurrir con otros
medios de comunicación —la prensa o la radio, donde cada partido
político podía tener su propio órgano de expresión—, en el seno de
Quimantú se expresaron diferentes opciones en relación con la polí-
tica cultural. El departamento editorial, a cargo del escritor Joaquín
Gutiérrez, del Partido Comunista, estaba dividido en dos secciones,
una para las publicaciones de ficción y otra para las “publicacio-
nes especiales”, esta última a cargo de Alejandro Chelén Rojas,
del Partido Socialista. En la publicación de libros se destacaba la
47
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ma
ria
no
Za
row
sky
DE
LA
DE
SM
ITIF
ICA
CIÓ
N D
E L
A H
IST
OR
IETA
A L
A H
IST
OR
IA D
EL
MIT
O:
un
a g
en
ea
log
ía d
e P
ara
lee
r a
l Pa
to D
on
ald
39
-53
colección Quimantú para todos, que se proponía ampliar el acceso
de las masas a ciertos bienes culturales acercando, a bajo costo,
las obras clásicas de la literatura (sobre todo latinoamericana) a
un amplio público de lectores. En la sección de libros políticos se
destacaron la colección dirigida por Alejandro Chelén Rojas, Clási-
cos del pensamiento social, que se proponía formar a los jóvenes
cuadros políticos en los clásicos del pensamiento marxista; y los
Cuadernos de educación popular, dirigidos por Marta Harnecker y
Gabriela Uribe que, con el objetivo de “educar y elevar la conciencia
de los trabajadores”, trataban aspectos centrales de la coyuntura
política mediante la divulgación de los clásicos del marxismo leni-
nismo. Si bien es difícil acceder a estadísticas y documentación,
se estima que Quimantú llegó a editar once millones de libros y
a vender unos diez millones. Chile por entonces se acercaba a los
nueve millones de habitantes.
Los perfiles de las secciones y las publicaciones expresaban los dife-
rentes énfasis que los partidos pertenecientes a la UP hacían en
materia de política cultural. Aun a riesgo de simplificar, podemos
hablar, por un lado, de una línea representada en buena medida por
el Partido Comunista, tendente a la “democratización cultural”, que
se planteaba la extensión de las posibilidades de acceso del pueblo
a determinados bienes culturales y, por otro, de una línea represen-
tada por el Partido Socialista que pretendía promover la educación
política con fines de concientización y movilización popular.
Pero probablemente, haya sido en el campo de las publicaciones
masivas —revistas periodísticas, infantiles, historietas—, donde
se plantearon de modo más explícito las divergencias de criterios
para afrontar la tensión entre la “vieja” y la “nueva” cultura o, dicho
en otros términos, el contraste entre las formas heredadas de la
vieja editorial y los nuevos contenidos que se pretendía expresar.
¿Qué es “recuperable” en los diversos medios que manejamos y qué
definitivamente no lo es?, se preguntaba Armand Mattelart en un
artículo publicado en abril de 1971, pocos meses antes de su incor-
poración profesional a Quimantú. El autor belga formulaba una
serie de interrogantes en relación con las condiciones para crear
un medio de comunicación que acompañara el proceso de cambio
48
y se preguntaba —en relación con las fotonovelas o los cómics que
tomaba como ejemplos— acerca de la posibilidad y eficacia de esta-
blecer modificaciones en los contenidos de los mensajes mante-
niendo inalteradas las formas. En otras palabras, se preguntaba por
la conveniencia de sustituir por “nuevos valores” la visión “mistifi-
cada” de la realidad que suponía transmitían este tipo de publica-
ciones. ¿Acaso el período de transición tuviera alguna especificidad,
y fuera posible y conveniente —en el camino hacia la creación de
una nueva cultura— utilizar las formas heredadas, pero invirtiendo
la orientación de sus contenidos? “Con la forma que manipulaba
el medio burgués”, sintetizaba Mattelart el interrogante, se trata-
ría paulatinamente “de hacer pasar un nuevo contenido”. El pro-
blema no era sencillo y no aceptaba soluciones fáciles; Mattelart
advertía que esta posibilidad no podía ser aceptada sin indagar sus
implicancias y presuposiciones pues, señalaba, recurrir a “formas
expresivas creadas por la antigua sociedad” y “connotadas por su
uso mercantil” para transmitir contenidos que nieguen los valores
de dicho sistema, no dejaba de constituir una “contradicción cuyas
diversas facetas y ramificaciones” llamaba a investigar.
El segundo eje que, a grandes rasgos, organizaba las propuestas
de Armand Mattelart en materia de las publicaciones masivas se
vinculaba a la idea de promover “talleres populares”, una serie de
encuentros de evaluación que aspiraba a conocer no sólo el tipo
de recepción por parte de los lectores sino, fundamentalmente, a
integrarlos paulatinamente al proceso de producción de los mensa-
jes. Partiendo del criterio que sintetizaba en el lema “la devolución
del habla al pueblo”, Mattelart señalaba que los talleres popula-
res permitirían quebrar la unidireccionalidad y el carácter cerrado,
“envasado” del mensaje, de modo que, “lanzado por su emisor a
las ‘masas’, [retornaría] a su emisor, desalienado y enriquecido…”.
De este modo, se pretendía romper la estratificación al interior
del proceso de producción de la comunicación para que el grupo
que estuviera encargado de la realización de una historieta, por
ejemplo, discutiera “en conjunto la realización de su trabajo con un
objetivo cultural explícito”. En su propuesta, Mattelart imaginaba
“talleres situados en poblaciones, barrios obreros, nuevas unidades
49
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ma
ria
no
Za
row
sky
DE
LA
DE
SM
ITIF
ICA
CIÓ
N D
E L
A H
IST
OR
IETA
A L
A H
IST
OR
IA D
EL
MIT
O:
un
a g
en
ea
log
ía d
e P
ara
lee
r a
l Pa
to D
on
ald
39
-53
agrícolas”, con la idea de crear “nuevas estructuras comunitarias”
donde insertar la práctica comunicativa.
De algún modo, las indicaciones señaladas aquí orientaron los prime-
ros pasos en la modificación de algunas publicaciones de Quiman-
tú. En efecto, al poco tiempo de la formulación de estas propuestas
fue creada la Sección de Investigación y Evaluación en Comunica-
ciones de Masas y Armand Mattelart se incorporó a la editorial
para dirigir el equipo que integró junto a René Brussain, Abraham
Nazal y Mario Salazar. La sección, creada formalmente en agosto
de 1971, tenía como tarea estudiar las publicaciones periódicas en
Quimantú.
Paralelamente, se conformó en la editorial el equipo de Coordi-
nación y Evaluación de Historietas, un grupo integrado por
jóvenes sociólogos y especialistas en literatura (algunos de
los cuales habían sido alumnos de los seminarios de Mattelart
o los cursos de Ariel Dorfman en la universidad), que se propuso
interactuar con guionistas, dibujantes y letristas para formular
modificaciones en las historietas y adaptarlas a los objetivos del
proceso cultural. Los cambios propuestos iban desde la modifi-
cación de las formas y contenidos de las revistas heredadas de
la editorial Zig-Zag —que por razones comerciales se seguían
publicando— a la creación de historietas nuevas, con nuevos
personajes, estructuras y conflictos que expresaban nuevas
visiones de mundo y juicios de valor.
La tarea era compleja y pronto comenzaron a manifestarse las ten-
siones y dificultades. Algunas revistas vieron disminuir número a
número su nivel de ventas, una situación que indicaba, en parte,
el rechazo de los lectores al cuestionamiento de sus expectativas
de lectura. También, dado que se emprendió su reorganización,
afloraron conflictos al interior del propio proceso de producción
de las publicaciones. El equipo de Coordinación y Evaluación de
Historietas promovió ciertas modificaciones en la organización
del trabajo con el fin de articular las distintas etapas de la elabora-
ción, haciendo participar a los distintos profesionales —dibujantes,
letristas, guionistas— en la discusión y concepción de las revistas.
50
Los “asesores” (en general jóvenes sociólogos o graduados en literatu-
ra que se imaginaban a sí mismos como una suerte de “vanguardia
concientizadora”), daban cuenta de la dificultad para lograr que los
“realizadores” aceptaran sus propuestas y modificaran tanto los
contenidos y las formas como (y sobre todo) los modos de trabajo;
en su representación, los guionistas y dibujantes, en su mayoría
heredados de la antigua editorial, no comprendían los objetivos
de las nuevas propuestas: reivindicaban la “libertad de creación
artística” y rechazaban las nuevas reuniones de equipo, pues les
resultaba un trabajo extra no remunerado.
Por su parte, los realizadores entendían que los sociólogos “ideolo-
gizaban” y “politizaban” al extremo unas historietas que, en su
opinión, no debían dejar de cumplir con una inocente función de
entretenimiento. Por último, y como si fuera poco, los obreros tipo-
gráficos —de quienes de algún modo se pretendía que fueran los
primeros lectores y evaluadores del material— llegaron a señalar
en alguna oportunidad a los sociólogos como los responsables de
alterar sus expectativas de recepción; por ejemplo, como cuando
vistieron a Tarzán y desplazaron el escenario de sus aventuras a un
espacio urbano. Esta modificación, en la perspectiva de los aseso-
res, se había propuesto para contrarrestar el “efecto ideológico”
que le atribuían a esta moderna encarnación del “mito del buen
salvaje”. Los problemas se acentuaban cuando los directivos o los
mismos tipógrafos evaluaban que la alteración de los materiales
causaba la caída de las ventas y, con ello, se constituía en un peligro
para la continuidad de la empresa.
Donald y las políticas culturales de la Unidad Popular
En este contexto, en diciembre de 1971 fue publicado Para leer al Pato
Donald por Ediciones Universitarias de la Universidad Católica de
Valparaíso. Como el propio libro advierte en varios pasajes, la pre-
ocupación de Dorfman y Mattelart se vinculaba más al proceso de
elaboración de políticas culturales y la discusión sobre su legitimi-
dad que a la reflexión metodológica para el análisis de los discursos
de la industria cultural o del efecto de los medios en las audiencias.
51
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ma
ria
no
Za
row
sky
DE
LA
DE
SM
ITIF
ICA
CIÓ
N D
E L
A H
IST
OR
IETA
A L
A H
IST
OR
IA D
EL
MIT
O:
un
a g
en
ea
log
ía d
e P
ara
lee
r a
l Pa
to D
on
ald
39
-53
La disputa era en relación al control y perfil de una industria edito-
rial de entretenimiento altamente extendida en Chile. Sólo en ese
país los productos del mundo de Disney, señalaban los autores,
llegaban cada semana a un millón de lectores. En su génesis, Para
leer al Pato Donald se enmarcaba —de allí su excepcionalidad— en
la trama de relaciones que se tejían entre la universidad, la interven-
ción cultural y la aspiración de los autores de dirigirse a públicos
más amplios que los estrictamente académicos.
Dorfman y Mattelart expresaban su intención de incluir a la ciencia
como uno de los términos a analizar en su trabajo, no para negar
su racionalidad o su ser específico, sino para reformular sus condi-
ciones, planteándose la intención de “hacer la comunicación más
eficaz” con el lector, pues entendían que la labor crítica suponía
también una “autocrítica del modo en que se piensa comunicar sus
resultados”. De allí que afirmaban que el lenguaje que utilizaban
intentaba “quebrar la falsa solemnidad con que la ciencia por lo
general encierra su propio quehacer”. Esta intención sintonizaba
con la propuesta de los “talleres populares” que se desarrollaban
al interior de Quimantú, pero también con algunas de las experien-
cias que se desarrollaban en la academia, como en el CEREN (Centro
de Estudios de la Realidad Nacional) en la Universidad Católica de
Santiago de Chile (donde trabajaba Armand Mattelart), espacio en
que se intentaba redefinir los modos del quehacer científico y los
vínculos entre la universidad y los actores sociales.
Por otra parte, el libro se enmarcaba en una disputa político-cultural
muy precisa. La estatización de la editorial Zig-Zag a principios de
1971 había encendido la alarma en los órganos de opinión de los
sectores dominantes que, preocupados por los posibles efectos que
las publicaciones de Quimantú podrían ejercer en niños y jóvenes,
se dedicaron a cuestionar primero la estatización gubernamental
y luego su política editorial. Prueba de ello es que Para leer al Pato
Donald incorpora en sus páginas el discurso periodístico de sus
adversarios. No sólo las “Instrucciones para ser expulsados del
Club de Disneylandia” anticipaban las posibles críticas por parte
de la prensa opositora; sino que a lo largo del cuerpo del trabajo los
autores incorporaban, para refutarlos, fragmentos de los artículos
52
periodísticos con los que la prensa liberal —La segunda y El Mer-
curio en especial— intentaba deslegitimar la política editorial de
Quimantú atacando explícitamente a muchos de los intelectuales
y cientistas sociales que trabajaban en su seno.
El debate a la izquierdaPero también a su salida, Para leer al Pato Donald desató la polémi-
ca en el propio seno de la izquierda, exhibiendo las tensiones que
atravesaba el frente popular. Las objeciones al libro desde algunos
de los sectores progresistas formaban parte del debate sobre el
papel de la cultura y la vida cotidiana en el proceso de cambio y, más
específicamente, sobre la política editorial de Quimantú.
En un artículo de abril de 1972, Carlos Maldonado, referente cultural
del Partido Comunista chileno, objetaba —como reverso de cierta
tendencia de la ortodoxia marxista (que también criticaba) a sub-
estimar el factor cultural— un elemento “altamente paralizante”
que era la “desesperación en que caen sectores de la izquierda nada
despreciables [que] gimotean por la falta de una política cultural”.
Estos sectores intelectuales, según Maldonado, “atentan contra el
proceso cultural”, aunque “aparecen como sus mejores espadachi-
nes” pues visualizan “la revolución cultural como un acto volun-
tarista, entendiendo el mundo de la conciencia sólo en cuanto a
su autonomía”; de allí, continúa, que traten de “dotar de un poder
que no tienen (y nunca alcanzarán) a los factores semánticos, los
slogans [sic] publicitarios, los personajes de historietas o telenove-
las…”. En términos marxistas clásicos, Maldonado subrayaba la estre-
cha relación entre base y superestructura para hacer hincapié en la
heteronomía de lo cultural, concluyendo que no podía “entenderse
la aparición de rasgos que anuncien una nueva cultura, sin estar
asentados en la aparición de un nuevo tipo de relaciones sociales.”
La referencia de Maldonado a algunas de las experiencias de Qui-
mantú y sobre todo al libro de Dorfman y Mattelart, Para leer al
Pato Donald, era directa.
En la misma línea, el escritor comunista Bernardo Subercaseaux escri-
bía en enero de 1972 en el suplemento cultural de El Siglo (periódico
de masas del PC) un extenso artículo polemizando con los autores.
53
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ma
ria
no
Za
row
sky
DE
LA
DE
SM
ITIF
ICA
CIÓ
N D
E L
A H
IST
OR
IETA
A L
A H
IST
OR
IA D
EL
MIT
O:
un
a g
en
ea
log
ía d
e P
ara
lee
r a
l Pa
to D
on
ald
39
-53
Si bien reconocía aspectos positivos, pues “indudablemente con-
vencían” de que el mundo de Disney “no es un mundo inocente”,
observaba que Dorfman y Mattelart caían en el error de suponer
que el Pato Donald era responsable del triunfo o el fracaso de la
revolución en Chile; los acusaba de “idealismo”, de concebir la lucha
de clases exclusivamente como lucha ideológica y de ser ajenos
tanto a la clase obrera como a la realidad chilena. Subercaseaux
planteaba sus diferencias en relación con la estrategia de combate
ideológico y cultural que adjudicaba a los autores y, en parte, a la
editorial Quimantú. Cuestionaba algunas de las publicaciones de
la editora estatal como las revistas Onda, Cabrochico y Mayoría.
En lugar de hacer una lectura ideológica de las revistas o proponer
a los padres que no lean las historietas a sus niños, se preguntaba
por qué no promover los trabajos voluntarios o la participación de
los padres en los problemas educacionales, pues, en su visión, el
combate ideológico debía enmarcarse “en una situación histórica
concreta junto al combate político y económico”.
La marcha del proceso fue poniendo de manifiesto las contradiccio-
nes y los límites en las que se desenvolvía la práctica comunicativa
en el marco de una organización cultural heredada; al mismo tiem-
po que las dificultades políticas generales para las fuerzas progre-
sistas fue polarizando las posiciones y diferencias en su interior. Si
bien no podemos extendernos aquí en esta cuestión, no exagera-
mos si decimos que las diferencias en materia de política editorial
y cultural fueron una suerte de traducción de las divergencias en
torno a la estrategia política general, en cuyos polos podemos ubi-
car: por un lado, a los partidarios de la vía democrática, quienes se
inclinaban a construir consensos en los sectores medios en relación
con el proceso de cambio; por otro lado, a quienes proponían una
estrategia insurreccional de enfrentamiento “clase contra clase”
y la conformación de un “poder popular”. Detrás de las propuestas
en materia cultural pueden leerse orientaciones más acordes con
una u otra estrategia.
54
ReferenciasAlbornoz, César (2005). “La cultura en la
Unidad Popular: porque esta vez no
se trata de cambiar un presidente”.
En: Pinto Vallejos, J. (coordinador).
Cuando hicimos historia. La expe-
riencia de la Unidad Popular. Santia-
go de Chile: LOM.
Bergot, Solène (2005). “ Quimantú :
une maison d’édition d’État durant
l’Unité Populaire chilienne (1970-
1973) ”. En: Bulletin de l’Institut Pierre
Renouvin, Nº 21, printemps 2005.
Disponible en: http://ipr.univ–paris1.
fr/spip.php?rubrique50
Chelén Rojas, Alejandro (1972). “Qui-
mantú rompe todos los moldes”. En:
Punto Final, Nº 158. Santiago de Chile.
Dorfman, Ariel y Mattelart, Armand
(1972). Para leer al Pato Donald. Comu-
nicación de masa y colonialismo.
Buenos Aires: Siglo XXI.
Harnecker, Marta y Uribe, Gabriela
(1971). Explotados y explotadores.
Santiago de Chile: Quimantú.
Jofré, Manuel (1974). “Las historietas y su
cambio. Experiencias prácticas para
la transformación de los medios en el
proceso chileno”. En: Dorfman, Ariel
y Jofré, Manuel. Superman y sus ami-
gos del alma. Buenos Aires: Galerna.
Maldonado, Carlos (1972). “El proceso
cultural como incentivador de la
praxis”. En: Cuadernos de la Realidad
Nacional, Nº 12. Santiago de Chile:
Universidad Católica.
Mattelart, Armand (1971). “Lucha de
clases, cultura socialista y medios
de comunicación de masas”. En:
Cuadernos de la Realidad Nacional,
Nº 8. Santiago de Chile: Universidad
Católica.
Mattelart, Armand y Mattelart, Michèle
(1972). “Ruptura y continuidad en la
comunicación: puntos para una polé-
mica”. En: Cuadernos de la Realidad
Nacional, Nº 12. Santiago de Chile:
Universidad Católica.
Moulián, Tomás (1993). La forja de ilu-
siones: el sistema de partidos 1932-
1973. Santiago de Chile: Universidad
Arcis/Flacso.
Navarro, Arturo (2003). “Quimantú o la
propagación de los niños lectores”.
Conferencia dictada el 24 de septiem-
bre en la Facultad de Literatura de
la Universidad Católica. Disponible
en: http://arturo-navarro.blogspot.
com/2007/11/quimant-o-la-propaga-
cin-de-los-nios.html
Nómez, Naín (1974). “La historieta en
el proceso de cambio social. Un
ejemplo: de lo exótico a lo rural”. En:
Comunicación y Cultura, Nº 2. Buenos
Aires: Galerna.
Schmucler, Héctor (1971). “Donald y la
política”. En: Dorfman, Ariel y Matte-
lart, Armand. Para leer al Pato Donald.
Buenos Aires: Siglo XXI.
55
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ma
ria
no
Za
row
sky
DE
LA
DE
SM
ITIF
ICA
CIÓ
N D
E L
A H
IST
OR
IETA
A L
A H
IST
OR
IA D
EL
MIT
O:
un
a g
en
ea
log
ía d
e P
ara
lee
r a
l Pa
to D
on
ald
39
-53
Subercaseaux B. (1972). “Para leer al Pato
Donald”. En: El Siglo, 16 de enero de
1972. Santiago de Chile.
Zarowsky, Mariano (2007). “En torno
al vínculo entre saber-política en
los trabajos de Armand y Michèle
Mattelart en el período chileno”. En:
Cuadernos Críticos de Comunicación
y Cultura, Nº 2, 21-40. Buenos Aires.
Zarowsky, Mariano (2009). Cultura y
política en el laboratorio chileno. Un
itinerario intelectual de Armand Mat-
telart (1962-1973). Tesis de Maestría
en Comunicación y Cultura, Facultad
de Ciencias Sociales, Universidad de
Buenos Aires, mimeo.
56
MITOLOGÍA Y COSMOVISIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE
VENEZUELA Aportes al buen vivir en el marco de la
Cumbre Río+20
Lisseth Rodríguez y José Duque Moreno
VENEZUELA
59
ResumenEste artículo aborda el tema del aporte de valores, principios
y saberes de los pueblos originarios de Venezuela a través
de la identificación de nexos con las teorías del desarrollo
sustentable y la aplicación de acciones concretas vinculadas
a la sustentabilidad. Se exploran conceptos emergentes en el
desarrollo, como buen vivir y decrecimiento, en el marco de la
reciente cumbre Río+20. Así mismo, se analizan —a partir de
la cultura milenaria del pueblo yukpa de la sierra de Perijá—
los elementos que distinguen su relación de interdependencia
con el ambiente y se valora la cultura indígena como portado-
ra de una sabiduría ancestral digna de ser reconocida
y respetada por su vigente significación para las presentes y
futuras generaciones.
Palabras clave
Cosmovisión
Pueblos originarios
Cultura yukpa
Decrecimiento económico
Desarrollo sustentable
La mythologie et la manière d’interpréter le monde du peuple originaire yukpa du Venezuela Apports au bien vivre dans le cadre du Sommet Rio +20
Cet article porte sur l’apport de valeurs, de principes et de savoirs
des peuples originaires du Venezuela à l’aide de l’identifica-
tion de rapports avec les théories du développement durable
et de la mise en œuvre d’actions concrètes liés à la durabili-
té. L’on explore de nouvelles notions relatives au dévelop-
pement, telles le bien vivre et la décroissance économique,
dans le cadre du Sommet de Rio +20. En plus, l’on analyse, sur
la base de la culture millénaire du peuple yukpa de la sierra
de Perijá, les éléments qui caractérisent sa relation d’inter-
dépendance avec l’environnement et l’on évalue la culture
indigène en tant que maître de connaissances ancestrales
qui devraient être reconnues et respectées vu qu’elles sont
en vigueur et importantes pour les générations présentes et
celles à venir.
Mots clés
Cosmovision
Manière d’interpréter le monde
Peuples originaires
Culture yukpa
Décroissance économique
Développement durable
60
Mitologia e cosmovisão do povo originário da Venezuela Contribuições para o bem estar no âmbito da Cúpula Rio+20
Este artigo aborda o tema da criação de valores, princípios e
saberes dos povos originários da Venezuela através da identi-
ficação de vínculos entre as teorias do desenvolvimento sus-
tentável e a aplicação de ações concretas relacionadas com a
sustentabilidade. São examinados conceitos inovadores do
desenvolvimento, tais como bem estar e decrescimento, no
âmbito da recente Cúpula Rio+20. Além disso, são analisados
—a partir da cultura milenar do povo yukpa da sierra de Peri-
já— os elementos que diferenciam sua relação de interdepen-
dência do ambiente e se valoriza a cultura indígena por contar
com uma sabedoria ancestral que deve ser reconhecida e res-
peitada por ter significado vigente não só para as presentes
gerações, mas também para as futuras.
Palavras chave
Cosmovisão
Povos originários
Cultura yukpa
Decrescimento econômico
Desenvolvimento sustentável
Mythology and Cosmo vision of the yukpa people from Venezuela Contributions for a good living in the framework of the Rio+20 Summit
This article is basically about the values, principles, and
knowledge of the indigenous peoples of Venezuela
through the identification of bonds with the theories of
sustainability. Certain emerging concepts of development
are being studied such as good living and economic
degrowth in the framework of the recent Rio +20 Summit.
Furthermore, there is an undergoing study that is using
the millenary culture of the yukpa people on the Perijá
mountains as a cornerstone to distinguish their reliance
on the environment; highlighting the indigenous culture as
a fundament of ancestral knowledge to be respected and
recognized for the meaning it has for the present generation
and those to come.
Key words
Cosmo Vision
Indigenous peoples
Yukpa culture
Economic degrowth
Sustainable growth
61
Introducción
La espiritualidad, desde el punto de vista indígena, es la comunión del
hombre con el mundo inmaterial a través del cual concibe sabiduría.
Para estos pueblos, no solo el ser humano tiene alma sino todo ser vivo
que viene de la naturaleza.
Gil Inoach Shawit
En junio de 2012 se realizaron, al mismo tiempo, la Cumbre de Río+20
y la Cumbre de los Pueblos, en Río de Janeiro, Brasil. Emanadas de
estos dos encuentros, tanto la declaración de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) como la de la Reunión de los Pueblos
plantean la importancia de los conocimientos ancestrales de nues-
tros pobladores originarios para la construcción de un cambio de
paradigma hacia el desarrollo sustentable y el buen vivir o vivir
bien. En este artículo se quiere destacar que los conocimientos y
principios ancestrales son de gran utilidad para la construcción
del equilibrio entre la sociedad y la naturaleza. Es vital decir que el
fortalecimiento de valores individuales, familiares y comunitarios
de los pueblos originarios —tales como la reciprocidad, la solida-
ridad, el intercambio, la confianza, la organización política y el tra-
bajo— son modelos de vida para la posmodernidad. Se exponen
también los problemas que enfrentan los indígenas venezolanos: la
limitación de su territorio producida por el desarrollo, la carencia de
servicios básicos, los cambios en el uso de la tierra, las migraciones
por presión de proyectos en su territorio, las quemas recurrentes,
los efectos del cambio climático, así como el conflicto de intereses
y diferencias en la percepción de problemas por distintos grupos
sociales. Todos estos son factores de riesgo para la continuidad y
sustentabilidad social de los pueblos originarios y la preservación
de los sistemas ecológicos de nuestro país, cuya vulnerabilidad
puede alcanzar niveles irreversibles.
Lo importante aquí es concebir una perspectiva novedosa para identi-
ficar, mostrar y compartir experiencias con base en las cuales dise-
ñar estrategias de sustentabilidad. Bajo esta óptica, el intercambio
de conocimientos es un objetivo fundamental.
Los valores de los pueblos originarios y la Cumbre Río+20
La Cumbre de Río+20 es el evento más importante sobre desarrollo
sustentable que las Naciones Unidas ha llevado a cabo en la última
década. Así como en las reuniones anteriores (1972, 1992, 2002), en
esta cumbre del 2012 las etnias indígenas han tenido un punto cen-
tral en la agenda por dos razones fundamentales. La primera razón
es que la valoración de la cultura de los pueblos indígenas, desde los
mandatos constitucionales, forma parte de las políticas de desarro-
llo de todos los países, y la riqueza de sus saberes, valores, costum-
bres, son formas del capital cultural de la humanidad. De permitir
su degradación, estaríamos haciendo desaparecer conocimientos
que han tomado miles de años en constituirse.
La segunda razón a la que hay que darle peso es que las sociedades
indígenas están siendo duramente presionadas por los intereses
económicos y políticos del desarrollo. Bajo esta situación, están
reclamando sus derechos con fuerza y siendo oídas. Son muchos
las ocasiones en que estos pueblos han sido capaces de paralizar
grandes obras, cambiar políticas y revertir impactos ambientales
en sus territorios como formas de denunciar el desequilibrio del
63
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
humano frente a la naturaleza. La Declaración de la Conferencia
Internacional de Pueblos Indígenas señala: “Los pueblos indíge-
nas llamamos al mundo a volver al diálogo y la armonía con la
Madre Tierra, y adoptar un nuevo paradigma de civilización basado
en el buen vivir o vivir bien” (DCIPI, 2012). Explican que en el espíritu
de la humanidad, de la supervivencia colectiva, de la dignidad y el
bienestar, la cultura se manifiesta como una base importante para
renovar colectivamente las relaciones con otras sociedades y con la
Madre Tierra, y de esta forma garantizar el buen vivir con integridad.
Es necesario recalcar que la cultura es una dimensión inseparable
del desarrollo sustentable, aunque la ONU habla solamente de la
relación triangular entre crecimiento económico, progreso social
y sustentabilidad ambiental. La cultura y las instituciones políticas
son para nuestras sociedades dos dimensiones importantes del
concepto de sustentabilidad.
Por ello, hemos convenido aceptar que la operatividad de este con-
cepto se basa en un pentágono, cuyas cinco dimensiones —eco-
nomía, ecología, sociedad, cultura y política-institucional— son
aspectos ampliados del desarrollo sustentable. Los sistemas de
creencias culturales y las cosmovisiones están basadas en las
relaciones sagradas con la Madre Tierra. Las culturas milenarias
son formas de ser y de vivir con la naturaleza, pues esta sostiene
sus valores, sus opciones éticas y morales, así como sus acciones.
Creemos que todas las sociedades deben fomentar una cultura de la
sustentabilidad, y que Río+20 debió poner de relieve la cultura, la
moral y la ética como dimensiones fundamentales del desarrollo
sostenible (DCIPI, 2012). Para muchos, la declaración de esta cumbre
es decepcionante, otros piensan que es una plena afirmación de lo
que ya se ha considerado en los veinte años de historia pasados, y
un tercer grupo considera inaceptable no ser más proactivo y poner
en marcha más decisiones en torno al cumplimiento de los objeti-
vos del desarrollo sustentable.
Cualquier posición que se tome es válida y respetada. El documen-
to final de Río+20 de la ONU, El futuro que queremos, no deja de
reconocer la importancia de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas en el contexto de la
64
aplicación de estrategias de desarrollo sustentable en los ámibtos
mundial, regional y nacional. Dicho documento recoge a grandes
rasgos los elementos fundamentales de la economía verde relacio-
nados con los valores de los pueblos originarios. En este sentido, la
economía verde debe “mejorar el bienestar de los pueblos indíge-
nas y sus comunidades, otras comunidades locales y tradicionales
y las minorías étnicas, reconociendo y apoyando su identidad, cul-
tura e intereses; y evitar poner en peligro su patrimonio cultural,
sus prácticas y sus conocimientos tradicionales, preservando y
respetando los enfoques no orientados al mercado que contri-
buyan a la erradicación de la pobreza” (El futuro que queremos,
Río+20, 2012).
Se reconoce también la importancia que tienen las prácticas agrí-
colas, la pesquería sustentable, el uso de las montañas y los sis-
temas tradicionales de suministro de semillas, sobre todo para
muchos pueblos indígenas y comunidades locales. En fin, se ponen
de relieve valores, conocimientos, innovaciones y prácticas que
hacen una alta contribución a la conservación y uso sostenible
de la biodiversidad, y cuya aplicación más amplia puede apoyar
el bienestar social y el desarrollo de medios de vida sustentables.
Principios rectores y conceptos como el buen vivir, vivir bien y
decrecimiento económico, relacionados con el nuevo paradigma
del desarrollo, constituyen guías en la relación armoniosa del
humano con la naturaleza.
Buen vivir-vivir bien de los pueblos ancestrales y decrecimiento económico de la sociedad moderna en relación con el desarrollo sustentable
Estamos conscientes de que la vida económica y social que conocieron
nuestros antepasados hace miles de años contrasta radicalmente
con el crecimiento económico y la tecnología generada durante los
últimos doscientos años. Está demostrado que hoy en día vivimos
más tiempo, pero lo hacemos bajo una presión constante de intere-
ses, inseguridades, enfermedades, abusos ambientales, conflictos
bélicos, pobreza, desigualdad y corrupción. Y, lo más grave, hemos
perdido la orientación ética de nuestras acciones quebrantando la
65
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
relación de equilibrio que hombres y mujeres deben buscar esta-
blecer con la naturaleza. Nos cuesta siquiera recordar los valores
de la convivencia entre familias, la reciprocidad entre unos y otros,
la solidaridad entre individuos y pueblos, la cooperación entre indi-
viduos y sociedades, y la confianza.
El concepto del buen vivir o vivir bien, engloba un conjunto de ideas
que se vienen construyendo como reacción y alternativa a los
conceptos convencionales del desarrollo. Bajo esos términos se
están acumulando diversas reflexiones que, con mucha inten-
sidad, exploran perspectivas creativas interesantes tanto en el
plano de las ideas como en el de sus aplicaciones (Gudynas, 2011).
Estas nociones toman como punto de partida el cuestionamiento
sustancial a las teorías del desarrollo y al modelo de crecimien-
to económico visto como exclusiva fuente de riquezas; además,
denuncia su incapacidad para resolver los problemas de la pobreza
y las prácticas que desembocan en severos impactos sociales y
ambientales. Buen vivir o vivir bien se manifiestan en los discursos
y las prácticas ancestrales que hoy se están transmitiendo a las
nuevas generaciones. Es el caso de la etnia yukpa, cuyas caracterís-
ticas examinaremos cuidadosamente con la intención de entender
cómo es posible vincularse a esta ética de reciprocidad, coopera-
ción, confianza, solidaridad y corresponsabilidad.
Otro concepto novedoso y provocador que está siendo estudiado
en el mundo entero es el de decrecimiento económico y —dada la
falta de avances notorios obtenidos desde 1992— somos muchos
los que pensamos que el poder económico atrapa y acaba destru-
yendo cualquier iniciativa social y política que se ponga en marcha,
y por esta razón también pensamos que el decrecimiento es una
solución válida.
Para Carlos Taibo (2011), el decrecimiento es un proyecto nece-
sario, y argumenta “que si no somos capaces de decrecer bajo
un proyecto consciente, racional, ecológico, social y solidario,
acabaremos por desaparecer”. Porque el crecimiento no genera
cohesión social, produce un sinfín de agresiones ambientales
irreversibles, agota los recursos naturales y es la causa de la
pérdida de armonía que hace que los seres humanos irrespeten
66
los derechos de la tierra. Para Taibo, el decrecimiento destaca
una clara y alegre reivindicación de la vida social frente a la vida
marcada por el consumo, la productividad y la competitividad. El
decrecimiento, con sus principios, conduce al restablecimiento
del equilibrio con la naturaleza.
Aportes de la cosmovisión del pueblo yukpa en la configuración de alternativas para el buen vivir como respuesta a la Cumbre Río+20
Como primer elemento de análisis, nos referiremos a las caracterís-
ticas más resaltantes de la cosmovisión del pueblo yukpa y su vin-
culación con la naturaleza. Según la entendemos en este trabajo,
la palabra cosmovisión comprende la manera particular de ver e
interpretar el mundo, incluyendo el conjunto de creencias, saberes
y valores que configuran la vida de los pueblos originarios.
La cosmovisión del pueblo yukpa expresa una sabiduría que se ha
articulado a partir de experiencias, conocimientos, rituales y tradi-
ciones que forman parte de su identidad. Es una visión de carácter
colectivo que se transmite a través de mitos, rituales y creencias.
Entre las características de la cosmovisión de los pueblos indígenas
podemos señalar las siguientes:
• Concepción del mundo de carácter holístico e integrador.
• Interdependencia con los elementos de la naturaleza. No se concibe
al humano separado de la naturaleza, sino formando parte de
un sistema con el cual se establecen relaciones de convivencia
y armonía.
• Se da una relación de reciprocidad entre los seres que conforman
la naturaleza y los seres humanos. El ser humano forma parte
de la tierra como sistema y no al revés, como se concibe en el
pensamiento occidental.
• Se expresa en creencias, valores, símbolos, prácticas sociales, organi-
zación social y política, economía, rituales y mitos.
• Los saberes se transmiten de manera oral de generación en gene-
ración.
También es pertinente reseñar lo que menciona Bracho (2008):
67
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
…En la visión indígena tradicional el ser humano y el
ambiente son una misma cosa. La palabra “ambiente” como
tal, incluso es en general desconocida en las lenguas indíge-
nas. Por consiguiente, el bienestar humano estaba indisolu-
blemente ligado a la calidad del entorno: el equilibrio climá-
tico, el agua, los suelos, el aire, los bosques y los otros seres
vivos. Como bien nos dejara dicho el inmortal sabio indígena
Seattle: “El hombre no tejió la trama de la vida, tan solo es una
hebra de ella; por tanto todo lo que él le haga a la trama se lo
hará a sí mismo” (Bracho, 2008: 49).
Luego de puntualizar los aspectos más relevantes de la cosmovisión
de los pueblos originarios, pasamos a identificar los elementos
que nos aporta la cultura del pueblo yukpa para la sustentabilidad
socioambiental.
Curandero yukpa. Sierra de Perijá, Venezuela.
La comunidad yukpa —junto a los añú, wayúu, barí y japreria— es
uno de los cinco pueblos originarios que habitan en Perijá, estado
Zulia. Específicamente, ocupa la parte norte de la sierra de Perijá,
68
en los límites de Colombia y Venezuela, aproximadamente entre
los ríos Palmar al norte y Tucuco al sur. En Colombia, este pueblo
recibe el nombre de yuko. También se le conoció en el pasado como
“motilones mansos”, para diferenciarlos de los barí, a quienes les
denominaban “motilones bravos”.
Los yukpa son de filiación lingüística caribe, un grupo que se divide
en subgrupos tales como irapa, macoita, parirí, wasama, viakshi,
shaparu y los de Río Negro. En el caso de Colombia, se dividen en
irota, candela, manaure, maracá, socomba, susa, yowa y los de
San Genaro. Según el censo de 2001, 7.522 personas se identifi-
caron como miembros del pueblo yukpa. De esta cifra, un total
de 6.074 habla su idioma tradicional (Hernández, 2009). Es pre-
ciso señalar que en el año 2011 se realizó el censo de población
que incluyó a la población indígena, mas todavía no se dispone
de estos datos.
Las actividades productivas de este pueblo son principalmente la
agricultura —en la que predominan cultivos de yuca, maíz, ocumo,
batata, piña, plátano y café—, la caza, la cría de animales, la pesca
y la recolección. También se desempeñan como hábiles artesanos
de arcos y flechas, cestas, collares, esteras, sombreros, entre otros
objetos que son comercializados en las ciudades.
En el caso de la producción agrícola, cada familia es responsable del
traslado de su producción desde el conuco en la comunidad de ori-
gen hasta ciudades como Machiques y Villa del Rosario, lugares
donde los propios indígenas comercializan los productos tanto al
detal como al mayor. Cabe destacar que el cultivo de café presenta
características distintivas, ya que se cosecha a mayor escala y se
distribuye y vende a través de circuitos formales de comercializa-
ción (Fernández Soto, 2010).
La cultura yukpa transmite sus saberes de manera oral y es posee-
dora de una variedad de mitos (recopilados por autores como
Wilbert y Acuña), acerca de la creación del mundo, de los huma-
nos, de los dioses y héroes culturales; sobre su cosmología, sus
enfermedades, el origen de las plantas, las características de
los animales, las conductas y los valores de los seres humanos,
entre otros.
69
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
En la cosmovisión yukpa destaca la concepción integral de la salud,
de acuerdo con la cual las enfermedades de tipo físico no se pue-
den separar de su carácter sobrenatural. Así, por ejemplo, las
dolencias asociadas con ataques de los espíritus, mal de ojo y
otras causas del mismo tipo, se identifican a través de la obser-
vación de los cambios que experimentan las personas. Los yukpa
saben que este tipo de afecciones puede causar la muerte y por
eso las atienden de manera especial. Además, para prevenirlas,
utilizan una contra y toman preparados y jarabes de plantas (Fer-
nández Soto, 2010).
Al igual que para otras sociedades amerindias, los saberes ances-
trales relacionados con la salud ocupan un lugar preponderante
en el pueblo yukpa. Aunque la cultura yukpa ha experimentado
cambios debido al contacto con la sociedad criolla, podemos
señalar que la práctica de la medicina tradicional sigue vigente
y es valorada de una manera positiva. Entre los años 2000 y 2004,
tuvimos contacto con indígenas de varias etnias a partir de la
ejecución del proyecto denominado “Hacia la formulación de una
política intercultural de salud para los pueblos indígenas de Vene-
zuela” de la extinta Dirección de Asuntos Indígenas del Ministerio
de Educación. En ese marco, se realizaron varios talleres sobre
los conocimientos tradicionales vinculados con la salud, y en el
caso del pueblo yukpa hubo una gran colaboración y apertura
para identificar los elementos esenciales del tratamiento de sus
enfermedades desde la perspectiva tradicional y para aportar
información relevante sobre el uso de las plantas medicinales.
Los yukpa identifican dos tipos de chamanes, que tienen roles espe-
cíficos en el tratamiento de las enfermedades: el tomaira (inter-
mediario entre los vivos y el mundo sobrenatural, establece cómo
y cuándo deben celebrarse las ceremonias o rituales) y el tuano
(dedicado a curar con hierbas, es conocedor de las mismas y de
su preparación) (Ruddle y Wilbert, 2008; Fernández Soto, 2010).
Otro elemento distintivo entre los yukpa, que forma parte de la
concepción integral de la salud que ya hemos mencionado, es
el de las restricciones alimenticias que corresponden a etapas
del ciclo de vida de las personas o a épocas del año; es decir, en
70
VALOR CARACTERÍSTICAS CÓMO SE EXPRESA
Cosmovisión y mitología
Se sustenta en la tradición oral transmitida de generación en generación.
En rituales, creencias, religión, mitos, organización social y política, en la concepción de los elementos que integran la naturaleza y su interrelación con los seres humanos.
Conocimientos milenarios referentes
al uso de plantas medicinales
Se basa en la observación y sistematización de saberes relacionados con hierbas que tienen propiedades curativas.
Mediante identificación de plantas específicas para dolencias específicas, a través de los conocimientos de hombres y mujeres, así como de las prácticas y saberes propios de los chamanes o curanderos (tomaira y tuano).
Práctica de la reciprocidad y la
solidaridad
Se organiza especialmente entre los miembros de la familia y también en situaciones como las celebraciones y rituales.
En diversos ámbitos de su vida social y ritual; entre ellas celebraciones colectivas donde se agradece la obtención de una cosecha abundante. En estas celebraciones se consume chicha de maíz (tuka), la cual está presente en todas sus celebraciones.
Laboriosidad Basada en la tradición y en el seguimiento de las pautas culturales del trabajo de la etnia y la importancia de contar con un sustento para la familia.
A través de la ocupación en varias actividades productivas (agricultura, cría de animales, elaboración de artesanía, recolección, pesca, caza), de las que se ocupan mujeres y hombres demostrando sus habilidades y dedicación.
Organización política Distinguen prácticas de ejercicio de la autoridad basadas en el reconocimiento de la sabiduría de los ancianos.
En el diálogo, en la búsqueda de consenso y en formas democráticas de convivencia comunitaria.
Aprendizaje basado en la vida familiar
y comunitaria
La formación y educación de los/as niños/as yukpa se comienza a dar desde los primeros años de vida a través de la enseñanza de los padres.
En las responsabilidades de hombres y mujeres que se definen (según el sexo) desde la familia y luego se van complementando con la socialización y atención a los rituales y celebraciones de la etnia.
Reconocimiento de la importancia
de la protección y resguardo
del ambiente
Identifican a partir de su cosmovisión la interdependencia con los elementos que conforman la naturaleza y a partir de allí valoran y reafirman la importancia de contar con un ambiente sano.
En los últimos años, a través de movilizaciones, protestas y llamados de atención para evitar que la zona sea convertida en espacio para la explotación minera (carbón) y maderera. Así como en las demandas por el reconocimiento de sus derechos en el territorio despojado por ganaderos y hacendados.
Resistencia cultural
Valoración de la cultura propia, transmisión de los saberes, continuidad de las prácticasy rituales ancestrales..
Al igual que las demás etnias y pueblos originarios, han luchado por años para que su cultura sea respetada y valorada. Actualmente, esta lucha se apoya en instrumentos legales que favorecen la construcción de espacios para el diálogo intercultural.
Cuadro 1. Aspectos resaltantes de la cultura yukpa de la sierra
de Perijá del estado Zulia, Venezuela.
71
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
momentos precisos evitan el consumo de determinados alimen-
tos para cumplir con tradiciones y preceptos. En el caso de las
mujeres, ejemplos de esas etapas son el momento de la primera
menstruación, el de la menstruación regular y el embarazo. Los
hombres, por ejemplo, cumplen algunas limitaciones alimenti-
cias luego de que sus compañeras han parido (Hernández, 2009).
El pueblo yukpa ha aportado a la sustentabilidad socioambiental
y a los principios del buen vivir una serie de aspectos relevantes
que reseñamos en el cuadro 1.
Los aspectos que hemos presentado no se pueden ver de manera ais-
lada, sino como distintivos de la compleja cultura de este pueblo,
que desde hace varios años experimenta una serie de amenazas
contra su integridad. El yukpa ha venido padeciendo, lo mismo que
otras sociedades originarias, la reducción de su territorio ancestral,
expuesto a la codicia invasora desde la década de 1530-40 cuando
Ambrosio Alfínger y sus lugartenientes exploraron las márgenes
del lago de Maracaibo, cruzaron la sierra de Perijá y luego pasaron
al sur bajando al Valle de Upar (Ruddle y Wilbert, 2008). Este proceso
histórico, caracterizado por constantes invasiones y despojos, aún
hoy se mantiene, lo cual es paradójico frente a los cambios sociopo-
líticos que se han dado. Todavía lo es más cuando se cuenta con una
carta magna que garantiza los derechos de los pueblos indígenas y
con instrumentos legales aprobados para que dichos derechos se
concreten en acciones específicas. La historia de la demarcación
del territorio yukpa ha estado signada por una alta conflictividad
y por una permanente movilización de sus pobladores, siempre en
pie de lucha para evitar que sus derechos sean lesionados.
En el año 2010, investigadores de la Universidad del Zulia elaboraron
un documento titulado Informe socioantropológico sobre el
pueblo yukpa, que registra de manera muy completa los aspectos
más relevantes de la cultura yukpa. Allí se abordan los problemas
actuales de esta etnia, como la carencia de tierras aptas para el
desarrollo de las actividades socioeconómicas tradicionales,
la reducción de su territorio ancestral, los desplazamientos, el
desempleo, la explotación laboral y la mendicidad. También hay
que mencionar el asesinato de yukpas en la sierra de Perijá, del
72
que se responsabiliza a personas de peso económico opuestas
a la recuperación del territorio por parte de los indígenas.
ConclusionesLa cosmovisión de los pueblos originarios hace aportes significati-
vos para abordar el tema del desarrollo desde un enfoque inte-
grado, siendo ejes fundamentales lo ambiental y la búsqueda de
una alternativa a la crisis ecológica del planeta. En este sentido,
reafirmamos que las sociedades indígenas conforman modelos
de organización comunitaria basadas en principios y valores, y en
una perspectiva cultivada en saberes milenarios y experiencias de
atención, observación y sistematización de los ciclos de la natura-
leza. La concepción integral de uso y gestión del ambiente de los
pueblos indígenas representa un modelo ecológico importante que
ha permitido desde hace centurias la conservación y la protección
de los recursos naturales.
Ante las situaciones que amenazan la reproducción, expresión y
continuidad de los modelos de vida de los pueblos originarios,
es necesario que se garantice el cumplimiento los derechos con-
sagrados en nuestros instrumentos legales por la vía de la plena
participación de las etnias en la formulación, programación y eje-
cución de las políticas públicas que se desarrollen. De la misma
manera, se requiere reconocer plenamente la importancia de la
cultura como dimensión y valor para el desarrollo sustentable y
la protección del ambiente, materias estas que han sido tratadas
por los colectivos, movimientos y organizaciones indígenas en
sus documentos y en sus propuestas.
Los conceptos de desarrollo sustentable, decrecimiento y buen vivir
recogen aspectos que son inherentes a la perspectiva ancestral de
los pueblos originarios. Por ello, es pertinente propiciar el encuentro
de saberes, el diálogo entre experiencias y la promoción de opciones
para el cambio de actitudes y patrones que favorezcan un mejor vivir.
73
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Liss
eth
Ro
drí
gu
ez
y Jo
sé D
uq
ue
Mo
ren
oM
ITO
LOG
ÍA Y
CO
SM
OV
ISIÓ
N D
E L
OS
PU
EB
LOS
OR
IGIN
AR
IOS
DE
VE
NE
ZU
EL
A
Ap
ort
es
al b
ue
n v
ivir
en
el m
arc
o d
e la
Cu
mb
re R
ío+2
0 55
- 70
ReferenciasBracho, Frank (2008). “La felicidad como
centro de la sabiduría indígena
ancestral. Visión y agenda para un
mundo nuevo”. En: Mosonyi, Este-
ban Emilio y Bracho, Frank. El resca-
te de la sabiduría indígena ancestral
como aporte a un mundo nuevo.
Una recomprensión y actualización
del tema indígena. Caracas: Funda-
ción Editorial el Perro y la Rana.
Declaración de la Conferencia Inter-
nacional de Pueblos Indígenas
sobre Desarrollo Sostenible y Libre
Determinación (2012). Disponible en:
http://alainet.org/active/55770
Fernández Soto, Zaidy y otros (2010).
Informe socioantropológico sobre el
pueblo yukpa. Universidad del Zulia,
Facultad Experimental de Ciencias,
Departamento de Ciencias Humanas.
Disponible en: http://laclase.info/
comunidades-indigenas/informe-
socioantropologico-sobre-el-pueblo-
yukpa. Consulta: 19/5/2012.
Gudynas, Eduardo (2011). “Buen vivir: ger-
minando alternativas al desarrollo”.
En: Revista América Latina en Movi-
miento, Nº 462. Disponible en: http://
www.otrodesarrollo.com/buenvivir/
GudynasBuenVivirALAI2011.pdf
Hernández, Clodovaldo (editor) (2009).
Pueblos indígenas de Venezuela.
Añú/yukpa. Caracas: Santillana.
Ley de Demarcación y Garantía del
Hábitat y Tierras de los Pueblos Indí-
genas (2001). Gaceta Oficial nº 37.118.
Ley de Idiomas Indígenas (2008). Gaceta
Oficial nº 38.981.
Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas (2005). Gaceta Oficial
nº 38.444.
Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos
y Comunidades Indígenas (2009).
Gaceta Oficial nº 39.115.
Ministerio de la Cultura. Consejo Nacio-
nal de la Cultura (2006). Constitución
de la República Bolivariana de Vene-
zuela. Caracas: Autor.
Mosonyi, Esteban Emilio y Bracho, Frank
(2008). El rescate de la sabiduría indíge-
na ancestral como aporte a un mundo
nuevo. Una recomprensión y actualiza-
ción del tema indígena. Caracas: Fun-
dación Editorial el Perro y la Rana.
Organización de las Naciones Unidas
(2012). El futuro que queremos. Docu-
mento final de la Cumbre Río+20.
Ruddle, Kenneth y Wilbert, Johannes
(2008). “Los yukpa”. En: Los aborígenes
de Venezuela. Etnología contemporá-
nea, volumen II. Caracas: Monte Ávila
Editores Latinoamericana/Funda-
ción La Salle de Ciencias Naturales.
Taibo, Carlos (2011). El decrecimiento
explicado con sencillez. Madrid:
Los Libros de la Catarata.
74
CONFLICTO HUMANO-AMBIENTE EN EL OBSERVATORIO
ASTRONÓMICO LLANO DEL HATO
Hugo Cerda y Caroly Higuera
VENEZUELA
77
ResumenEn este trabajo se presenta el conflicto ser humano-ambiente
que se viene produciendo en torno al Observatorio Nacional
Astronómico Llano del hato, ubicado en el municipio Rangel,
estado Mérida, Venezuela. Se presentan el contexto histórico
de dicho conflicto y las posiciones de los distintos actores
en conflicto: las comunidades o aldeas, el Ministerio de
Ambiente, el Instituto Inparques, el Centro de Investigaciones
Astronómicas (CIDA), los ecologistas, los desarrollistas y los
movimientos sociales. Se discuten las posibles soluciones a
este conflicto desde la agroecología.
Palabras clave
Conflicto ser humano-ambiente
Observatorio astronómico
Venezuela
Mérida
Agroecología
Conflit être humain-environnement dans l’Observatoire Astronomique Llano del hato
Ce travail porte sur le conflit être humain-environnement qui
se déroule autour de l’Observatoire National Astronomique
Llano del hato, dans la municipalité de Rangel, à l’état de
Mérida au Venezuela. L’on présente le contexte historique
de ce conflit-là et les positions de ceux qui sont impliqués
dans le conflit : les communautés ou villages, le Ministère de
l’environnement, l’Institut pour les parques (Inparques), le
Centre de recherches astronomiques (CIDA), les écologistes,
les constructeurs et les mouvements sociaux. Le travail com-
prend aussi des solutions possibles à ce conflit dans le cadre
de l’agroécologie.
Mots clés
Conflit être humain-environnement
Observatoire astronomique
Venezuela
Mérida
Agroécologie
78
Conflict between human beings and environment in the Astronomical Observatory of Llano del hato
This paper focuses on the ongoing conflict between human
beings and the environment regarding the National
Astronomical Observatory of Llano del hato located
in the Rangel municipality of the state of Mérida in
Venezuela. The article presents the historical context
of this conflict and the positions that hold the social
actors involved: the community or villages, the Ministry
of Environment, Inparques Institute, the Center of
Astronomical Investigations (CIDA, by its initials in Spanish),
the ecologists, the developers, and the social movements.
Several possible solutions to this conflict are in discussion
from an agroecological point of view.
Key words
Conflict human-environment
Astronomical observatory
Venezuela
Mérida
Agroecology
Conflito ser humano-ambiente no Observatório Astronômico Llano del hato
Neste trabalho se apresenta o conflito existente entre ser huma-
no e ambiente, que vem se produzindo em relação ao Obser-
vatório Nacional Astronômico Llano del hato, localizado no
município Rangel, estado Mérida, Venezuela. Apresenta-se
o contexto histórico do conflito e as opiniões dos diversos
atores que participam dele: as comunidades ou aldeias, o
Ministério do Ambiente, o Instituto Inparques, o Centro de
Pesquisas Astronômicas (CIDA), os ecologistas, os pró-desen-
volvimento e os movimentos sociais. São discutidas as possí-
veis soluções para este conflito partindo da agroecologia.
Palavras chave
Conflito ser humano-ambiente
Observatório Astronômico
Venezuela
Mérida
Agroecologia
79
Antecedentes Como sucede en el Parque Nacional La Culata y en el Parque Nacional
Sierra Nevada, en el municipio Rangel del estado Mérida hay una
zona protegida por el Decreto y Reglamento de Uso de la Obra Públi-
ca Observatorio Astronómico Llano del hato (Gaceta Oficial N° 4. 158,
25/1/90; Gaceta Oficial Decreto N° 1658 del 05/6/91). En el artículo 4
se establecen dos unidades de ordenamiento y sus radios de acción,
contabilizados horizontalmente a partir del emplazamiento de la
infraestructura del observatorio. Además de describirse cada una
de las unidades, se indican las limitaciones y una orientación sobre
el control de aquellas actividades que pudieren interferir con las
observaciones astronómicas. En los artículos 6 y 7 del mismo decre-
to se enmarca el uso y las normas para la administración, conserva-
ción y vigilancia del área de protección, y se dispone como objetivo
la regulación de las condiciones ambientales que caracterizan el
espacio decretado como área de uso.
Este decreto ofrece reglamentación específica con relación a las
edificaciones y sus luminarias: la orientación de las construccio-
nes, el tamaño de los aleros, el tamaño de las ventanas y los patios
internos. Así mismo se prohíbe usar materiales de construcción con
propiedades reflexivas.
Para evitar la contaminación ambiental, se prohíben las quemas, los
movimientos de tierra hasta las 3 p.m. y los vertederos de basura
a cielo abierto.
Adicionalmente, se pretendió prohibir la actividad económica princi-
pal, la agricultura, mediante la propuesta de reubicar la población
en un estado vecino (León, 1998). Esto, se supone, vendría a facilitar
las observaciones astronómicas del Observatorio Llano del hato.
El 90% de la actividad económica del municipio Rangel se sostiene de
la agricultura, y cerca del 70% de su superficie está regulada con la
figura de las áreas bajo régimen especial (ABRAES): Parque Nacional
Sierra Nevada, Parque Nacional Sierra de la Culata. A esto se sumó
el decreto al que hacemos referencia en este artículo, y que regula,
como hemos dicho, el terreno donde funciona el Centro de Investi-
gaciones Astronómicas CIDA.
Historia del conflicto social de los afectados por ley de protección de obra pública astrofísico llano del hato
A principios de la década de los noventa, cuando se trató de imple-
mentar el decreto sobre Llano del hato, el Estado, representado en
ese entonces por el Ministerio de Ambiente, el instituto Inparques
y el Centro de Investigaciones Astronómicas (CIDA), reprimió las
comunidades o aldeas. Los habitantes de la zona no podían ejer-
cer la agricultura, no podían construir viviendas, no tenían energía
eléctrica. Algunos fueron incluso detenidos. Además tuvieron que
lidiar con una propuesta de reubicación.
El señor Balza (un informante local), cuenta que, cansados los agri-
cultores y habitantes de estas comunidades de esta situación de
represión, organizaron una protesta que aún recuerdan como un
éxito: “La marcha de los bueyes”. Se llevó a cabo el 24 de noviem-
bre de 1994. La marcha se dirigió a la ciudad de Mérida, capital
del estado. Se movilizaron más de 150 yuntas por las principales
avenidas de la ciudad de Mérida, y se reunieron en la plaza Bolívar
de Mérida, donde se expusieron los atropellos de los que los habi-
tantes eran víctimas. Allí los agricultores expusieron su negativa a
ser reubicados en otras comunidades, y su resolución de no dejar
de realizar lo que mejor sabían hacer: la agricultura.
La marcha devino en un enfrentamiento entre los pobladores y el
Estado, y se agravó de tal forma la situación que las autoridades
81
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Hu
go
Cer
da
y C
aro
ly H
igu
era
CO
NF
LIC
TO
HU
MA
NO
-AM
BIE
NT
E E
N E
L O
BS
ER
VA
TO
RIO
AS
TR
ON
ÓM
ICO
LA
NO
DE
L H
AT
O
73-8
2
gubernamentales no entraban al municipio por temor a ser
agredidos. Los habitantes, cansados de los maltratos a los que fueron
sometidos, se dispusieron a hacer todo lo que la regulación sobre el
Llano del hato les había prohibido, causando impactos negativos al
ecosistema. Ampliaron la frontera agrícola, construyeron viviendas
en lugares inadecuados e hicieron un uso irracional de agroquímicos,
agua y suelos.
El conflicto generó enfrentamientos entre grupos de poder, recono-
cidos localmente como:
1. Los ecologistas: para quienes los páramos son un santuario,
donde sólo puedan realizarse investigaciones “científicas”, y son indi-
ferentes ante los pobladores que han estado en ellos desde siempre.
2. Los desarrollistas: representados por pobladores locales o forá-
neos movidos por el deseo de trabajar la agricultura para enrique-
cerse, no importa a qué costo ecológico.
3. Los movimientos sociales: organizaciones comunitarias locales,
que ya existían antes del conflicto, y que se activan ante el enfrenta-
miento entre desarrollistas y ecologistas.
Los movimientos socialesEn el páramo merideño trabaja una diversidad de colectivos, a veces
identificados con una organización más o menos concreta de
productores agrícolas y en otras ocasiones con movimientos que
defienden la protección del medio ambiente en la región. Este movi-
miento social es representado por organizaciones comunitarias
locales como:
• El Liceo Agroecológico para adultos.
• La Asociación de Productores Integrales del Páramo (PROINPA).
• La Asociación de Coordinadores de Ambiente (ACAR).
• La Comisión Nacional para el Aprovechamiento de Plantas Medicinales
(CONAPLAMED).
• El Asesoramiento en Salud Preventiva Comunitaria (ASESALUD).
• La Asociación de Baquianos y Posaderos (ASOBAP).
• Los Comisarios del Ambiente.
• Las Cooperativas de Reciclaje MUBAY.
82
• La Comunidad Piloto de Producción y Almacenamiento de Semilla de
Papa de Alta Calidad Fitosanitaria.
• El Sistema de Distribución de Agua con fines de Riego para el Parcela-
miento La Toma, sector Las Cuadras, municipio Rangel estado Mérida.
• El sistema de Resguardo y Protección de Nacientes, Cursos de Agua
y Ambiente en General del municipio Rangel del estado Mérida
• La Red de Innovación Productiva de Plantas medicinales.
Estos movimientos sociales buscan la solución al conflicto usando la
agroecología, la organización social comunitaria y la aproximación
humanista a los problemas sociales, apoyados por el Estado Socia-
lista Bolivariano en construcción.
Su propuesta plantea considerar que la agricultura debe concebirse
desde un punto de vista más amigable con el ambiente (agroecología)
(Romero, 2009), lo cual debe pasar por reconocer las comunidades
dentro del área de observatorio astronómico con un alto sentido eco-
lógico, emulando experiencias como las emprendidas localmente
por diferentes colectivos. Algunos de estos colectivos habían sido
partícipes del Programa de Formación Técnico-Práctico Agroecoló-
gico, Microfinanciero y de Turismo Sustentable desarrollado por el
Programa Andes Tropicales, desde el año 1997 al 1999.
Al mismo tiempo, han surgido otras propuestas, orientadas a propi-
ciar el mantenimiento de las condiciones ambientales originales a
través de pagos por servicios ambientales a los propietarios origi-
narios de los terrenos, siguiendo el ejemplo de países como Costa
Rica (ARCA, 2002).
Una alternativa agroecológicaLa alternativa agroecológica es una propuesta que contempla:
a. Manejo sustentable y salud de los suelos (abonos verdes, cul-
tivos de cobertura y cultivos asociados), prácticas de conservación
(siembra en contorno, franjas de pasto y zanjas de infiltración).
b. Manejo ecológico de plagas y enfermedades (uso de insumos
biológicos, laboratorios de bioinsumos, repelentes naturales,
enemigos naturales —depredadores y parasitoides—, controles
etológicos —trampas, feromonas— y uso de plantas o cultivos
resistentes a plagas y enfermedades).
83
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Hu
go
Cer
da
y C
aro
ly H
igu
era
CO
NF
LIC
TO
HU
MA
NO
-AM
BIE
NT
E E
N E
L O
BS
ER
VA
TO
RIO
AS
TR
ON
ÓM
ICO
LA
NO
DE
L H
AT
O
73-8
2
c. Producción de abonos orgánicos (humus sólido y líquido de
lombriz roja californiana, y compostero). Producción, preservación
y recuperación de semillas autóctonas y mejoradas (producción de
semillas de papa nativas —negras— y mejoradas, producción de
semilla de trigo, semillas de hortalizas, y producción de plántulas
bajo invernaderos).
d. Diversificación (incorporación de componente animal, ali-
mentación alternativa).
e. Implementación de un componente de capacitación y divul-
gación (talleres nacionales e internacionales, integración a planes
y proyectos del Estado relacionados con la agroecología —todas
las manos a la siembra—, diseño de propuestas de investigación
con las universidades, institutos y diplomados, y uso de TV y radios
comunitarias locales).
En el año 2009, los consejos comunales de los sectores ubicados en
los alrededores del Observatorio Astronómico Nacional de Llano
del hato plantearon al ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias
Intermedias la necesidad de sustituir el decreto Nº 1.658, titulado
“Plan de ordenamiento y reglamento de uso del área de protección
de obra pública Observatorio Astronómico Nacional de Llano de
Hato”, firmado en 1991, por cuanto limita y restringe los derechos
sociales-económicos de los pobladores (Castellano, 2009).
Gerardo Rivas, vocero del consejo comunal Camino Real y productor
de papas de esta localidad, hizo entrega al Ministerio de la propues-
ta de reforma del mencionado decreto, durante una asamblea rea-
lizada en el Observatorio Astronómico Nacional de la Fundación
Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte”
(CIDA). Así mismo, Rivas dio a conocer la necesidad de agilizar los
trabajos de ampliación de 12 kilómetros de la vía desde el sector La
Asomada hasta Llano del hato-Apartaderos.
La idea es convertir la región en una zona que amplíe su capacidad de
generación de semillas. Se comenzaría con la ampliación de los gal-
pones de almacenamiento. Se estudiaría la posibilidad de utilizar
los espacios del Observatorio Astronómico del CIDA. El Ministerio
enfatizó que el éxito dependería de la capacidad de organización
de los doce consejos comunales de la zona, que permitiera crear
84
una empresa de propiedad social como punto terminal del ciclo
de la papa. El excedente se quedaría en la comunidad (lo cual
disminuiría o anularía la plusvalía), y esos recursos servirían para
el arreglo de carreteras y otras obras.
Posteriormente, y con el apoyo del director del CIDA, se instalaron
varias mesas de trabajo en la sede de los bomberos en Apartaderos,
en las que participaron los colectivos sociales agroecológicos del
municipio, los representantes de los consejos comunales afectados
por el decreto 1.658 y las instituciones vinculadas a su aplicación.
En estas mesas de trabajo se logró el consenso para la reforma
del decreto. Sin embargo, los pobladores ahora convertidos en la
“Comuna Paso de Bolívar 1813”, siguen esperando que el Ministerio
apruebe los cambios propuestos (Romero, 2011).
Conclusión 1. Sumar actores es clave para consolidar propuestas sustentables
agroecológicas colectivas con el fin de continuar mitigando el conflic-
to ser humano-ambiente presente en el Observatorio Astronómico.
2. La educación y la capacitación deben ser consideradas como un
eje transversal de las propuestas. Solo una educación política, social,
ética y ecológica, que active la sabiduría colectiva y corresponsa-
ble de un Estado humanista-ecosocialista, y la de los movimientos
sociales locales, puede dar la respuesta a los conflictos ser humano-
ambiente.
3. Es necesario acompañar el aporte de lo antes mencionado con
la implementación de una estrategia informativa, comunicacional e
integradora que exalte la capacidad de compromiso de los actores,
sin afectar la especificidad de los roles, ni su autonomía institucional.
AgradecimientoEste artículo ha sido posible gracias a las voces de la Sra. Niria Parra,
del Sr. José Gregorio Balza, del Sr. Gerardo de Jesús Rivas Gil, de la
Asociación de Productores Integrales del Páramo (PROINPA) y de
la Asociación de Coordinadores de Ambiente del Municipio (ACAR),
así como gracias a todas las demás personas que compartieron su
información y su conocimiento con nosotros.
85
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Hu
go
Cer
da
y C
aro
ly H
igu
era
CO
NF
LIC
TO
HU
MA
NO
-AM
BIE
NT
E E
N E
L O
BS
ER
VA
TO
RIO
AS
TR
ON
ÓM
ICO
LA
NO
DE
L H
AT
O
73-8
2
ReferenciasARCA (2002). Conclusiones generadas
en la reunión de expertos legales en
conservación de tierras privadas.
Promoción de cuerpos legales e ins-
trumentos para la conservación de
tierras privadas en América Latina.
La Asunción, Paraguay.
Castellanos, R. (2009). “Jesse Chacón sos-
tuvo encuentro con consejos comu-
nales del páramo en el Observatorio
Astronómico Nacional”. Prensa CIDA
y MPPCTII.
Colmenares, A. (2008). “La Sierra de la
Culata en peligro”. En http://laclase.
info/ecologia-y-medio-ambiente/la-
sierra-de-la-culata-en-peligro
Goncalves, A. (2005). El Parque Nacional
más antiguo de Venezuela, después
del Parque Nacional Henri Pittier.
León, C. (1998). “Situación represiva
ambiental vivida en el Municipio
Rangel”. En Revista del páramo.
Mérida.
Núñez (2008). “Red Social de agroeco-
logía en el Municipio Rangel”. En
Noticias de Redes Aliados CENDITEL.
Mérida, Venezuela.
Richell, M. (2005). “Innovación social
y desarrollo local en un municipio
andino”. En Revista CAYAPA. Univer-
sidad del Zulia. Venezuela.
Romero, R. (2006). Plan de desarrollo del
municipio Rangel 2007-2017. Mucu-
chíes. Estado Mérida.
PROINPA (2007). La clave para superar
muchos de los obstáculos en el
municipio Rangel. Estado Mérida.
Mérida.
Javier E. Alvarado U. et. al (2009). “Diag-
nóstico integral del Parque Nacional
Sierra de La Culata en el Municipio
Andrés Bello. Base fundamental para
un plan de ordenamiento territorial”.
En XII Encuentro de geógrafos de
América Latina. Uruguay
Tribunal Supremo de Justicia de la
República Bolivariana de Venezuela
(1990). “Decreto y Reglamento de
Uso de la Obra Pública Observatorio
Llano Del Hato”, en Gaceta Oficial N°
4. 158, 25/01/90.
86
SOS DESDE EL LAGO DE TACARIGUA
Carlos Bordón, Edwards Castillo, Aitor Achutegui, Centro
de Excursionismo "Kuyaimá", Explo-Aragua, Centro
de Ecología y Excursionismo de la Universidad de Carabobo
(C.E.E.U.C.), Movimiento Nacional por La Vida, Frente
Ecológico Regional Aragua-Carabobo (F.E.R.A.C) Fundación
de Investigación y Desarrollo Ecológico Integral (FIDEI),
Movimiento Ambientalista de Defensa Integral del Lago
Los Tacarigua (PROLAGO)
[email protected] VENEZUELA
89
ResumenEste artículo expone la solución definitiva de los problemas
de crecimiento y contaminación del lago de Valencia (de
Tacarigua), en el sentido de garantizar el drenaje de todas las
aguas servidas de la cuenca mediante una red de colectores o
tuberías con suficientes pendientes para permitir el desagüe
natural, por gravedad, con eliminación absoluta de cualquier
tipo de bombeo. Habrá dos colectores principales: uno del
lado oriental del lago (que recolectaría las aguas servidas de
Carabobo que se encuentran en la cuenca), y otro del lado
occidental (que recolectaría las aguas servidas de Aragua que
se encuentran en la cuenca). Todos los colectores convergerán
en la entrada de un túnel ubicado en la cercanía de Mariara (el
lugar más estrecho de la cordillera) que —perforando la cor-
dillera de la costa una longitud de 13,5 km— empalmará en su
salida con una tubería superficial de unos 17 km, la cual des-
cargará en el mar a 200 metros de profundidad, valiéndonos
de una técnica de dilución usada por la mayoría de las grandes
ciudades costeras del mundo.
Palabras clave
Venezuela
Lago de Tacarigua
Contaminación del agua
Sistemas de drenaje
Recolección de aguas servidas
Tratamiento del agua
90
SOS lancé dans le lac de TacariguaCet article présente la solution définitive aux problèmes de crois-
sance et de pollution du lac de Valencia (ou lac de Tacarigua).
Celle-ci consiste à drainer toutes les eaux usées du bassin à
l’aide d’un réseau de collecteurs ou de tuyaux placés en pente
pour permettre l’écoulement naturel par gravité et l’élimina-
tion totale de pompage. Il y aura deux collecteurs principaux :
l’un du côté oriental du lac (qui prendrait les eaux usées de
Carabobo qui se trouvent dans le bassin) et l’autre du côté
occidental du lac (qui prendrait les eaux usées d’Aragua qui
se trouvent dans le bassin). Tous les collecteurs converge-
raient dans l’entrée d’un tunnel près de Mariara (l’endroit le
plus étroit de la chaîne de montagnes) qui — en perforant la
chaîne de montagnes de la côte au long de 13,5 km — rassem-
blera une tuyauterie superficielle de quelques 17 km. Celle-
ci jettera les déchets dans la mer à une profondeur de 200
mètres à l’aide d’une technique de dilution employée par
la plupart des grandes villes de côtières du monde.
Mots clés
Venezuela
Lac de Tacarigua
Pollution de l’eau
Systèmes de drainage
Collecte d’eaux usées
Traitement de l’eau
91
SOS from the Tacarigua LakeThis article is an exposé of the final solution to the problems
of growth and pollution in the Valencia Lake (or Tacarigua
Lake), with the purpose of guaranteeing the drainage of
sewage waters to the basin using a network of pipes with
a slope sufficient enough to permit natural drainage of
the waters, by gravity, thus eliminating all of the pumping
devices. There will be two main collectors: one on the
east side of the lake (collecting the sewage waters of the
state of Carabobo that are found in the basin) and one on
the west side of the lake (collecting the sewage waters
of the state of Aragua that are present in the basin). All of
the collectors will converge at the entrance of the tunnel
located in the proximities of Mariara (the narrowest place of
the cordillera) that—after perforating the cordillera of the
coast 13,5 km long—would then meet superficial pipes at
the exit (approximately 17 km), later discharging in the sea
at a depth of 200 meters; this can be done using a diluting
technique used by most of the urban cities on the coast.
Key words
Venezuela
Tacarigua Lake
Water pollution
Drainage systems
Sewage waters collection
Water treatment
92
SOS do lago de TacariguaEste artigo apresenta a solução definitiva para os problemas de
crescimento e de poluição do lago de Valencia (de Tacarigua),
que permitirá garantir a drenagem de todas as águas residuais
da bacia mediante uma rede de coletores ou esgotos que têm
suficiente altura, permitindo que haja uma drenagem natural,
por gravidade, o que eliminará definitivamente qualquer tipo
de bombeamento de água. Haverá dois coletores principais:
um do lado oriental do lago (que coletaria as águas residuais
do estado Carabobo que se encontram na bacia), e outro
localizado do lado ocidental (que coletaria as águas residuais
do estado Aragua que se encontram na bacia). Todos os cole-
tores convergirão na entrada de um túnel localizado perto de
Mariara (o lugar mais estreito da cordilheira) que —atravessa
a cordilheira da costa em 13,5 km de comprimento— que, em
sua saída, junta-se com uns canos superficiais de 17 km apro-
ximadamente. Esta união permitirá descarregar essas águas
no mar, a 200 metros de profundidade, utilizando a mesma
técnica de diluição conhecida na maioria das grandes cidades
litorâneas do mundo.
Palavras chave
Venezuela
Lago de Tacarigua
Poluição da água
Sistemas de drenagem
Coleta de águas residuais
Gestão da água
93
Antecedentes El lago Tacarigua drena eventualmente hacia el Orinoco, por el caño
Pao: esto refi rió Alexander von Humboldt en 1799. No obstante, el
lago pasó a ser una cuenca endorreica debido a las quemas y defo-
restaciones de los bosques de galería ubicados en 22 caños origina-
rios. Este proceso se inició durante la expansión agrícola colonial,
siguió durante las guerras de independencia y las subsiguientes
guerras caudillistas. Se agravó por el crecimiento y la concentración
poblacional (cuatro veces mayor en los últimos ochenta años) en la
cuenca del lago. Todo esto generó un balance hídrico negativo que
causó su retirada por desecación a mediados del siglo XX.
El lago se retiró rápidamente de sus orillas tradicionales en la cota
414 msnm, alcanzando la cota 405 msnm en los años setenta. El pro-
blema entonces era la salinización, la eutrofi zación y la desecación
progresiva. A pesar de esto sus aguas aún contaban con calidad
sufi ciente para mantener una fl ora y fauna ricas. El lago servía para
el riego, los deportes y la recreación, se podía pescar y consumir
frutos. Hasta las campeonas nacionales de esquí acuático hacían
sus prácticas en Punta Palmita.
Crecimiento y contaminación del lago Tacarigua
El alto crecimiento y la concentración poblacional en la región generó
un aumento de la demanda de agua potable, pero en lugar de inten-
tar satisfacerla con la depuración de las aguas del lago, se decidió, a
fi nales de los setenta, alimentar el acueducto regional con aguas de
la cuenca del río Pao, de los estados Carabobo y Cojedes. Esta deci-
sión fue la primera de una serie de errores técnicos y políticos. Con
la intención de dar prioridad a las necesidades humanas se dejaron
de lado aspectos ecológicos, como la insostenibilidad de esas solu-
ciones técnicas. No se consideraron los efectos que hoy sufrimos.
A fi n de evitar la contaminación de los embalses aprovechables para
el acueducto regional (Pao-Cachinche y Pao-La Balza), por las aguas
residuales contaminadas provenientes del área metropolitana de
Valencia, se realizó el trasvase del caño Cabriales, primer afl uente
del Pao, hacia el lago Tacarigua. Este trasvase incorporó, durante
30 años, un caudal medio de 10 m3/seg en época lluviosa y unos
5 m3/seg en época seca. Con este caudal adicional, fundamental-
mente cargado de aguas residuales o cloacas, y sumando el hecho
de que no existía separación de redes cloacales de las de drenaje
urbano, el lago ha recibido el caudal natural de sus tributarios más
el caudal adicional extra cuenca proveniente del acueducto regio-
nal del centro (3 m3/seg iniciales a 15 m3/seg actuales). Por más de
34 años el lago se ha alimentado de cloacas urbanas. El excedente
de aguas extra cuencas que ocasionó un balance hídrico positivo y
por el cual el lago empezó a crecer, provino de las cloacas de estos
centros urbanos; se agravó el problema de contaminación, eutrofi -
cación y salinización del lago, aunque subió de nivel.
Paralelamente, las superfi cies de concreto y asfalto por el crecimien-
to horizontal de las ciudades y los pueblos fue aumentando. Esto
aumentó la escorrentía superfi cial y disminuyó la infi ltración de
aguas de lluvia al subsuelo. Se redujo también la evado-transpi-
ración de la vegetación eliminada. Estos son otros factores que
intervienen en el balance hídrico. Aumentó el ingreso de agua y
se redujeron las salidas. Por ello, el balance hídrico fue positivo
y fue creciendo progresivamente cada año.
Por otra parte, la alta pendiente y la estructura estratigráfi ca del suelo
en las cordilleras de la cuenca generan un alto riesgo de erosión
solifl uidal masiva (aluviones o deslaves), debido a la frecuencia de
lluvias diluvianas, pero esto sólo es mitigable conservando las cuen-
cas. El deterioro de la vegetación ocasionará grandes aluviones en
95
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
estos afluentes. El balance hídrico positivo existente en la cuenca
ha sido también provocado por la reducción de la cubierta vegetal
natural, lo que provoca menor infiltración de lluvia a los acuíferos,
mayor escorrentía superficial y disminución de la evapo-transpira-
ción. Esto debe ser considerado al momento de buscar alternativas.
Se trata de un aspecto importante en la solución estructural.
Reacciones contra los efectos, en lugar de acciones ante las causas
En el proyecto original, se suponía que una vez desviado el caño
Cabriales hacia el lago Tacarigua se iniciarían las obras de separa-
ción de drenajes y cloacas en todos los centros poblados. Esto no
se ha realizado aún. Se suponía que se construirían de inmediato
colectores de cloacas para llevarlas a tres plantas depuradoras en
muy pocos años. Pero la verdad es que ninguno de los gobiernos
anteriores lo hizo, sino el de Chávez, aunque ya era tarde.
Este gobierno ejecutó las tres plantas depuradoras de aguas residua-
les, pero ya cuando los niveles del lago y del embalse Taiguaiguay
habían inutilizado dos de las tres plantas. Y prosigue contaminán-
dose el Pao.
Disentimos de la idea de mantener sólo tres megaplantas depurado-
ras de aguas residuales para más de tres millones de habitantes.
Preferimos una red de muchas pequeñas plantas depuradoras
por sectores, que vayan captando y depurando aguas servidas y
vertiéndolas limpias a cauces naturales. Se trataría en definitiva
de operar bajo el mismo concepto que inició el rescate del Guaire,
abandonado finalmente por viejos criterios.
Para reducir el crecimiento del lago, se regresó hace pocos años el
caño Cabriales a la cuenca del Pao. Pero se contaminó el embalse y
se dificultó la potabilización, puesto que la planta potabilizadora
no estaba diseñada para tanto caudal ni para aguas de tan baja
calidad, lo que ha generado problemas al suministro de agua. Asi-
mismo, el desvío del Cabriales hacia el Pao ocurrió muy tarde, pues
el lago ya tenía mucho nivel y alta contaminación, e inundaba sus
costas en ambos estados.
96
Adicionalmente, se realizó el trasvase de aguas residuales del área
metropolitana de Maracay, que llegan a la planta depuradora (ino-
perativa actualmente) en el embalse Taiguaiguay. Las aguas se bom-
bean hacia el Tucutunemo, vertiente del río Guárico, pero apenas
unos 3 m3/seg. Si bien esta cantidad es elevada para crear impactos
en esa cuenca, es insignificante para evacuar excedentes del lago
y compensar el balance hídrico.
Intentando desesperadamente frenar la crecida del lago para evitar
nuevos damnificados por la subida de nivel, se ha cometido otro
error que afecta las aguas del Pao, vertiente del San Carlos al Portu-
guesa, afluente del Apure y éste del Orinoco; así como el Tucutune-
mo, vertiente del Guárico, que cae al Apure y de allí al Orinoco, para
luego llegar al mar. Estamos empezando a acumular contaminantes
en esos cuerpos de agua, pero también en los embalses que nos
surten: Cachinche y Las Balzas en el Pao, y Camatagua y Calabozo
en el Guárico.
Otro intento por evitar la crecida del lago ha sido la construcción de
un terraplén provisional que sirviera de dique de contención, para
ganar tiempo en la reubicación de familias afectadas, concretamen-
te en las urbanizaciones La Punta y Mata Redonda. Una sentencia
del Tribunal Supremo de Justicia ya ordena las indemnizaciones de
tales urbanizaciones.
En lugar de hacer este dique, debió determinarse la proyección de
la crecida y las zonas afectadas y proceder a su reubicación
en forma gradual y oportuna en otros sectores. A medida que
sube el nivel del lago suben los niveles de sus afluentes, por lo
que aguas arriba crecerá también el nivel, y con ello crecerán
los demás problemas asociados. Por ello, esta solución debe
ser vista como provisional y solo considerarla estable con la
creación de pasos de drenajes futuros que tendrán el acceso
obstruido mientras tanto.
97
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
Metodología propuestapara priorizar soluciones
El de los efectos de la subida del nivel no es un simple problema de
inundación transitoria. Igual que sube el espejo de agua, sube el
nivel freático bajo el suelo, por lo que aún antes de que llegue el agua
a las viviendas y demás edifi caciones se obstruyen los servicios de
agua potable y aguas servidas en las zonas urbanas, como se satu-
ran los suelos y mueren los cultivos en la zona rural. Igual que se
afecta a seres humanos, también hay efectos sobre la vegetación y
la fauna del lago. La fauna (serpientes, reptiles, arácnidos, roedores
y mamíferos diversos) migra en forma masiva a zonas altas, cau-
sando pánico en la población cercana y contribuyendo al colapso
de los servicios.
En la búsqueda de soluciones transitorias hay que tener en cuenta
la dinámica hídrica y edafológica, para aprovechar su secuencia al
determinar prioridades en la reubicación de los afectados. En un
nivel bajo existe una franja dinámica de inundación, infl uida por
las mareas durante el día y por la temporada lluviosa y seca en el
año, que debe ser defi nida como planicie inundable del lago, sin
otro uso.
Más arriba está la franja húmeda, muy heterogénea en sus suelos de
arcilla, arena, limo o caracolillo. La franja no permite un uso adecua-
Lago Zona inundable
Zona húmedaZona secainestable
Zona secaestable
Muro
98
do por no ser ni sufi cientemente seca ni sufi cientemente inundada,
por lo que debe ser añadida a la planicie inundable del lago.
En la franja superior siguiente hay una zona seca inestable, debido al
alto nivel freático de la proyección del espejo de agua. Esta franja
no puede ser aprovechada por la inestabilidad de las estructuras
y de los servicios de agua potable y aguas residuales, colapsables
de inmediato. Es útil para uso agrícola vegetal y animal, pero sin
estructuras.
Finalmente, existe una zona seca estable, en la cual pueden asentarse
obras de infraestructura y estructuras. La zona está lo sufi ciente-
mente alta para que el nivel freático no sea problemático, y alejada
del espejo de agua en función de la pendiente. A menor pendiente,
es más lejana.
Esta debe ser la zona a tener en cuenta para considerar la cota mínima
de estabilidad en los usos urbanos y sobre la cual se debe defi nir el
trazado de la avenida Arterial 5 prevista en el Plan de Ordenación
Urbanística del Área Metropolitana de Maracay (La Cabrera-La
Encrucijada).
99
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
Lago Zona agrícolaZona agrícola forestal
y Protectoria
Zona turística y residencial
de alta densidad
Solo agrícola y vegetal
y deportes acuáticos
sin contacto hídrico
Terraplén para
avenida y tren
expreso tacarigua
Uso forestal
donde se requiera
estabilizar
estructuras
Renovación y
revalorización
urbana
Debe destacarse que cuando el problema de contaminación y
crecimiento del lago sea resuelto, estos terrenos serán los más
valiosos del área metropolitana de Maracay. Por ello, en la zona
seca estable, actualmente entre la cotas 414 a 415 msnm, pudie-
ra ubicarse un nuevo terraplén que sirva de dique para conte-
ner la crecida del lago en épocas de lluvias extremas, y para
demarcar un lindero físico a los usos urbanos, con una avenida
proyectada en los instrumentos de ordenación urbanística de
Maracay, como avenida Arterial 5.
Este debe ser el criterio para un terraplén que sirva de barrera a las
crecidas del lago, que sirva para que en lo sucesivo sea convertido
en esa avenida Arterial, futura avenida Tacarigua-Tuy; en lugar
de invertir en reforzar un terraplén provisional que ya cumplió
su utilidad.
Urge la reformulación de las soluciones iniciadas
En la búsqueda de soluciones estructurales debe darse respuesta a
las causas del problema y, en cierta medida, a soluciones transito-
rias que puedan ser definitivas en el combate tanto de las causas
como de los efectos.
Se han dirigido diversas obras, servicios y gastos a mitigar o corre-
gir los efectos de la crecida del lago en las zonas urbanas. Estas
acciones, sin embargo, no inciden en las causas del problema ver-
dadero, como podrá verse en cuadros anexos. Los costos no inclu-
yen las obras temporales de protección, tales como el terraplén
provisional levantado para ganar tiempo en indemnizaciones a
familias afectadas, y que quedará inútil al subir el lago.
En los medios de comunicación se ha destacado cómo los entes públi-
cos proponen incidir en los factores que intervienen en el balance
hídrico sobre la subida de nivel del lago. La atención se centra en
los damnificados de hoy, pero no en lo que le espera a las nuevas
generaciones, que verán cómo el lago Tacarigua se va secando,
pudriendo y salinizando cada día más.
100
Las obras anunciadas, expuestas por la prensa y la televisión, sin el
anuncio de los detalles de cálculos hídricos, costos actuales de eje-
cución y costos futuros de operación son:
• Un túnel de 28 km para realizar el trasvase de aguas residuales trata-
das del área metropolitana de Valencia hacia el Pao, afluente del
Portuguesa, al Apure y de allí al Orinoco.
• Ampliar la capacidad de bombeo y trasvase de aguas residuales tra-
tadas del área metropolitana de Maracay, desde el embalse de Tai-
guaiguay hacia la quebrada Tucutunemo, afluente del río Guárico,
vertiente del Apure, y de allí al Orinoco.
• El desvío de la cuenca del río Aragua para erradicar la captación de la
cuenca y las aguas residuales del área metropolitana de La Victo-
ria, pero hacia el río Tuy, que vierte al mar Caribe en Barlovento.
• Como obra de protección, se contempla ampliar el dique existente,
con un “contra-dique” elevado hasta la cota 415 msnm.
• Se plantea, adicionalmente, la creación de un nuevo terraplén y de
canales de escorrentía para la urbanización Paraparal; lo cual es
inconsistente, debido a que este sector está entre dos ríos que no
pueden ser protegidos sin levantar sendos diques en ellos, lo que
crearía una zona de captación de escorrentía, aguas servidas y
aguas de ambos ríos, especialmente cuando atraviesen el periodo
de crecida.
Como puede verse, estas obras están dirigidas a manipular los fac-
tores que intervienen en el balance hídrico eliminando caudales
que ingresan a la cuenca, dirigiéndolos hacia cuencas vecinas, lo
que implica verter aguas residuales —incluso aunque estuvieran
perfectamente tratadas— hacia cauces naturales que tienen
embalses para uso de agua potable, lo cual es ilegal conforme
a las normas ambientales y sanitarias venezolanas e interna-
cionales.
En estas obras no se incluye tampoco la demolición de estructuras
anegadas, dejando pendiente esos pasivos ambientales, ni el uso
de los terraplenes de protección como base de la futura avenida
Arterial 5.
101
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
Se recomienda que en caso de ser necesario un nuevo dique, no sea
realizada la elevación del actual, sino que se proceda a demoler
las estructuras ya afectadas por el lago entre el actual terra-
plén y el nuevo dique, y que se realice la inundación gradual
de ese espacio con la también gradual eliminación del primer
terraplén.
Estas soluciones pueden resolver el problema de subida del nivel del
lago, que ha causado damnificados, pero no resuelven el problema
estructural de crecimiento y contaminación, sino que lo empeo-
ran, pues agravan la eutrofización, salinización y desecación del
lago. De seguir así, este no será conocido por las generaciones
futuras.
Solución holística: resuelve el problema en sus causas y efectos, genera mejores beneficios y rescata el lago
El principal problema es la crecida y contaminación del lago Taca-
rigua. La única solución es eliminar la condición endorreica
mediante el trasvase del lago, como cuerpo de agua final hacia
otra cuenca, lo más directamente posible al mar, para aplicar la
técnica de dilución submarina. Con este tipo de trasvase, tanto
de excedentes del lago como de aguas residuales urbanas de la
región, se consigue bajar el nivel del lago de inmediato, contro-
lado hasta cotas determinadas matemáticamente en función
del balance hídrico deseado. Esta opción posibilita muchas
ventajas:
• Da salida a los excedentes del lago junto a las aguas residuales defi-
nitivamente.
• Permite controlar como un embalse el nivel del lago.
• Aprovecha la altura del lago para trasvase por gravedad, que ahorrará
costos actuales y futuros.
• El lago deja de ser endorreico y se inicia la descontaminación.
•Mejora la calidad del agua del lago para aprovecharla en el futuro,
dentro y fuera de la cuenca.
102
Para realizar este trasvase es necesario considerar, por ejemplo, cos-
tos y lapsos de ejecución, costos de operación y mantenimiento de
las soluciones a largo plazo, etc. Esto obliga a configurar algunos
criterios de solución:
• Que con las mismas obras se pueda realizar el control del nivel del lago
y su descontaminación, o sea, que pueda realizarse de inmediato
la evacuación del agua excedente del lago como aguas residuales.
• Que la inversión inicial sea definitiva del problema, sin depender de
sistemas de bombeo y sistemas de depuración: aun cuando, el costo
inicial sea mayor, se ahorran costos de adquisición, operación, man-
tenimiento y reposición de sistemas de bombeo y tratamientos.
• Que las obras de trasvase permitan controlar a voluntad el nivel del
lago y su capacidad de depuración, mediante la regulación del
caudal y del desnivel de operación deseado.
• Que la cuenca receptora del trasvase pueda ser capaz de asimilar el
impacto de la evacuación de excedentes y aguas residuales, sin pro-
vocar problemas similares a comunidades humanas o naturales.
• Que la distancia de las obras para el trasvase de excedentes y aguas
residuales sea mínima y, preferiblemente, el cuerpo receptor se
103
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
ALTERNATIVAS PARA TRASVASE Y CONTROL DE NIVEL DEL LAGO TACARIGUA
ubique lo más próximo al mar para favorecer la extensión de una
tubería marginal que permita la dilución submarina.
• Que aun cuando se inicie el trasvase de excedentes y aguas resi-
duales de la cuenca lo más próximo a una dilución submarina,
en el futuro puedan realizarse con calma los sistemas de sepa-
ración de cloacas y drenajes, captación y depuración de aguas
residuales y aprovechamiento de aguas tratadas dentro y fuera
de la cuenca.
En función de las cuencas vecinas, las obras de trasvase solo pueden ser
realizadas tomando en cuenta de las condiciones geográficas de la
cuenca, hacia:
• Cuenca del Tuy, por La Victoria, estado Aragua, que vierte hacia el mar
Caribe en Barlovento, luego de recorrer su zona media entre El Con-
sejo, Sabaneta y Las Tejerías en Aragua, Paracotos, Tácata, Yare, Ocu-
mare, Charallave, Santa Lucía y Santa Teresa del Tuy en Miranda.
• Cuenca del río Guárico, en la zona sur-este, por Villa de Cura, estado
Aragua, hacia San Juan de los Morros, San Sebastián, Camatagua,
Barbacoas, El Sombrero, Aguaro-Guariquito, río Apure, río Orinoco,
para terminar en el océano Atlántico.
• Cuenca del Pao, hacia el extremo Oeste, desde el desparramadero del
caño Paíto, en Tacarigua, estado Carabobo, hacia el sur de Valen-
cia y Tocuyito, llegando al río Pao antes o después del embalse de
Cachinche, para verter al San Carlos, al Portuguesa, al Apure, al
Orinoco, y de allí nuevamente al Delta Amacuro, para terminar en
el océano Atlántico.
• Cuenca alta de la quebrada Trincheras, al extremo noroeste, en el Estado
Carabobo, la cual vierte directamente al mar Caribe en el sector El
Palito, pasando por El Cambur, Trincheras y Taborda, en Carabobo.
• Cuenca alta de la quebrada Ocumare (Perales), en el extremo norte
de la cuenca, que vierte directamente al mar Caribe en el sector
la Boca de Ocumare de la costa, estado Aragua, pasando cerca de
los caseríos La Trilla y Aponte, aguas abajo del pueblo de Cumboto,
aguas arriba del pueblo de Ocumare, en Aragua.
Esta última cuenca vecina es la que cuenta con el tramo más corto,
que posibilita un canal en trinchera para el desbaste y filtrado del
agua del lago; una fosa de captación de las aguas excedentarias
104
captadas del lago por el canal y el vertido de los colectores de aguas
residuales de toda la región, lo que exige un desnivel aproximado
de treinta metros con relación a las poblaciones más alejadas del
punto; un túnel excavado parcialmente en terreno aluvional (2 km)
y en roca (10 km); una tubería marginal a la quebrada Ocumare (17
km) y las aguas profundas más cercanas a la costa para dilución
submarina.
Adicionalmente, por contar con el mayor desnivel en la menor distan-
cia, es la única solución que permite el trasvase por gravedad, sin
necesidad de adquirir sistemas de bombeo, energía, insumos, man-
tenimiento y reposición por siempre. Incluso, al realizar un mejor
filtrado y depuración previa, pudiera servir para la producción
hidroeléctrica de la costa aragüeña, ya que contaría con al menos
20 m3/seg de caudal, con un desnivel aprovechable mínimo de
200 m de altura. Esta solución fue propuesta en la revista Ámbito, en
1988, por el ing. Carlos Bordón Azzali. Fue presentada formalmente
al entonces Ministro del Ambiente. No fue considerado su pronós-
tico de la crecida inminente del lago ni la propuesta de solución
estructural. Se explica en las láminas siguientes:
105
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
106
1. El objetivo de este es la solución definitiva de los problemas del lago de Valencia, en el sentido de garantizar el drenaje de todas las aguas servidas y pluviales de la cuenca, mediante una red de canales o tuberías con pendientes suficientes para permitir el desagüe natural por gravedad, prescindiendo absolutamente de cualquier tipo de bombeo.
2. Todos los canales convergen en la entrada de un túnel, ubicado en la cercanía de Mariara y Punta Palmita, perforando la cordillera de la costa en una longitud estimada de 13,5 km, donde empalma con una tubería superficial de unos 17 km con descarga submarina a 200 m de profundidad; técnica de dilución usada en las grandes ciudades costeras del mundo.
PROPUESTA PARA SANEAR EL LAGO DE VALENCIA ING. CARLOS BORDÓN.
Exposición a M.A.R.N.R. Revista Ámbito Nº4 (abril/mayo, 1988)
107
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
3. Para crear un desnivel que permita el flujo natural de los canales, la entrada del túnel se ubicará en la cota 380 msnm a 25 m por debajo del nivel normal del lago en el año 1988. Con una pendiente no menor de 1 por 1000 desde localidades más distantes (Güigüe, Magdaleno, Cagua); cuyo recorrido hasta el mar servirá para oxidación de materia orgánica.
4. Como consecuencia del desnivel requerido, la superficie del lago se reduce de 340 km2 a 175 km2 que permite recuperar 5.500 ha inundadas y afloran 16.500 ha de nuevas tierras, para fines urbanos y agrícolas (200.000 apartamentos con zonificación media tipo El Paseo de El Limón.
5. Tratamiento y disposición de las aguas servidas:En temporada seca: todas las aguas servidas confluyen hasta el túnel, por tubería o mediante canal abierta.En temporada de lluvias: por las inadecuadas conexiones de drenajes con cloacas (no diseñadas para ello), el agua de lluvia hace colapsar la red cloacal, rebosa y contamina las quebradas y el lago.
6. Aun cuando las cloacas han contaminado por mucho tiempo el lago, las aguas tratadas de las plantas depuradoras no tienen la calidad adecuada para asegurar que no se contaminen los cuerpos de agua que las reciben posteriormente: los embalses de Taguaiguay, del Pao y del Guárico; mientras que las aguas
de lluvia crean mayor dilución en la red cloacal, la relación de esta agua contaminada sobre el volumen del lago es insignificante (unas 15 partes por millón) comparada con la contaminación de aquellos embalses por las aguas residuales actuales.
7. Costo estimado de las obras. Tomando como referencia algunos trabajos similares en ejecución actualmente en Colombia, el costo de las obras puede estar por el orden de:Túnel: US$ 100.000.000Canales y colectores US$ 100.000.000Total US$ 200.000.000A 4,3 $/Bs BsF. 860.000.000
108
Obras para atenderefectos sociales del problema
Se deben tener en cuenta obras necesarias para la reubicación de
aproximadamente dos mil quinientas viviendas, así como los
equipamientos urbanos que estos nuevos desarrollos requeri-
rán, ya defi citarios en el diagnóstico urbanístico del área metro-
politana de Maracay. En esta zona existen sufi cientes espacios
para crear nuevos urbanismos, debido a que hay una subutiliza-
ción de terrenos urbanos en la expansión horizontal de la ciudad;
hay una baja densidad de ocupación predominante en sectores
zonifi cados para una densidad mayor.
Bastaría detectar grandes sectores urbanos que ya cuentan con
equipamiento de servicios suficientes para edificaciones de
diversos niveles, pero que son poco ocupados. Este es el caso
de las urbanizaciones populares 23 de Enero, Santa Rosa, Lour-
des, Santa Ana, San Agustín, San José, entre otras. Además hay
amplios terrenos urbanos que inexplicablemente fueron exclui-
dos de los decretos de áreas vitales para uso de vivienda. Igual
sucede con los demás centros poblados ubicados en otros muni-
cipios del área metropolitana de Maracay o la Gran Tacarigua
oriental, zona que pasará a ser Distrito Motor de Desarrollo
conforme a la propuesta de Plan 2013-2019.
Debe quedar claro que esta operación no debe verse como si se tratara
de “indemnizaciones” ordenadas por el Tribunal Supremo de Justi-
cia, sino de una situación de emergencia que amerita la reubicación
de las familias, incluso hacia refugios dignos, conforme a la ley en la
109
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
Uso agrícola ecoturísticoy transporte acuático
Terraplén paraavenida Tacarigua
Zona agrícolaforestaly protectora
Zona turística,residencialy productiva del Distrito Motorde Tacarigua
SUBREGIÓN Y DISTRITO MOTOR DEL LAGO TACARIGUA
materia; mientras son dotados de una vivienda digna, que tendrá
costos y calidad equivalente a la indemnización reclamada. Esta
reubicación es urgente, debido a que en caso de un sismo de gran
duración o intensidad, así como en caso de tormentas extraordina-
rias, podrá aumentar el riesgo de daños en el terraplén que contiene
al lago, lo que pudiera generar efectos devastadores.
El costo medio de estas obras equivaldría a la totalidad por construc-
ción y/o adquisición de viviendas para aproximadamente dos mil
quinientas familias, con los servicios y equipamientos básicos para
esa población, que satisfaga el déficit de dotación básica de los
sectores aledaños.
No menos importante sería considerar la situación de damnifica-
dos de las familias de productores agrícolas, en su mayoría al
lado sur de Aragua y en toda la periferia del lago en Carabobo,
quienes también han perdido edificaciones diversas, viviendas,
servicios, lo que además se traduce en una merma en la produc-
ción agroalimentaria y agroindustrial en la región. Estas familias
también merecen ser indemnizadas y reubicadas, al menos mien-
tras se logra rebatir el nivel hasta una cota adecuada, o hasta
que de manera definitiva puedan restablecerse en los diversos
predios rescatados de las manos de los terratenientes en la región.
Por ello, hay que realizar el censo para la reubicación y financia-
miento de los productores agrícolas afectados así como de los
que sufrirán los efectos en un futuro, a fin de reubicarlos prefe-
riblemente en los fundos rescatados a los terratenientes de la
caña de azúcar, en la misma región.
Con la siembra de especies consumidoras de agua y evapotranspi-
radoras, especialmente las usadas para secar pantanos, como el
pino y el eucalipto, se pudiera complementar la barrera de segu-
ridad provisional, que en el futuro permanecería como barrera de
estabilización del suelo definitiva.
Protección de zonas naturales afectadas
Las zonas urbanas y rurales afectadas por el lago conservan elemen-
tos sobresalientes del espejo de agua y cercanos a su superficie
110
que constituyen un pasivo ambiental, por el daño al paisaje y por
el riesgo que implican para la navegación en el lago. En la dinámica
franja en que continuará el lago avanzando y retrocediendo, irán
apareciendo algunos de estos elementos. Hay que considerar la
posibilidad de que otras familias se atrevan a ocupar esas edifica-
ciones y reinicien la colonización invasiva de esos espacios, por lo
cual es muy importante erradicarlos con su demolición inmediata.
La presencia de numerosos colectores cloacales que aún no están
empotrados a las tuberías colectoras marginales, y contaminan
tanto tuberías de drenaje urbano como cauces naturales, tam-
bién ha ocasionado pasivos ambientales. Es necesario levantar
los nuevos sistemas de drenaje separados de los colectores, en
todos los centros poblados de la región, con lo que mejorará el
comportamiento urbano ante las lluvias, evitando inundaciones
reiteradas. Así también cesará la alta presión de agua en las cloa-
cas cuando llueva, cosa que tanto daño hace al pavimento urbano.
Otras obras ambientales que coadyuvan a la estabilidad de taludes
y terrenos son la siembra de especies protectoras del talud en la
zona húmeda del lago, como la guasdua, el bambú, el vetiver y
otros similares. Asimismo, pueden ubicarse especies vegetales
hidrófugas, como el pino, el eucalipto, el vetiver, etc., hacia la zona
urbana del lago.
Esta reforestación intensiva debe ser acelerada con el uso de “misiles
ecológicos” de tierra y semillas aglomeradas, esparcidos desde
el helicóptero de una brigada ecológica permanente, en la tem-
porada de lluvias; el mismo sistema estaría dotado de cestas de
captación de agua y bombardeo para la prevención y el combate
de incendios de vegetación en la temporada seca. Todo esto se
sumaría a la reorganización, dotación y apoyo financiero para
las brigadas voluntarias y oficiales de prevención y combate de
incendios: “traga humos”.
Las extensiones de suelos de primera clase que serán recuperados
al controlar el nivel del lago podrán ser usadas para textiles (algo-
dón, añil, etc.), agroindustriales (cacao, caña de azúcar, etc.), cultivos
destilables (para la producción de alcoholes o etanol), hasta tanto
111
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
se puedan descontaminar los suelos con las siembras sucesivas,
cuando los estudios de suelo así lo indiquen.
El filtro de los metales pesados de estos suelos con inundación some-
ra se puede acelerar con la siembra de jacintos de agua o bora, cuyas
raíces deberán manejarse como desechos peligrosos. La siembra de
esta planta será posteriormente erradicada hasta poder insertar
cultivos no alimentarios que continúen esa labor (textiles, destila-
bles, agroindustriales, etc).
Con el trasvase del lago y de las aguas residuales que se vierten en él
se iniciará el proceso natural de descontaminación; el lago dejará
de ser cuenca endorreica y se revertirá su proceso de eutroficación
y contaminación a largo plazo. Este proceso puede ser acelerado
con el uso de técnicas adecuadas, como la oxigenación por el uso
de embarcaciones de motor a cuatro tiempos o de retroacción, y
con el uso de fuentes, nebulizadores, aireadores y similares.
Al ir recuperando la calidad del agua del lago se recuperará también
la flora y la fauna local, lo que puede ser incentivado con zoocria-
deros y viveros destinados a tales fines. También hará falta erradi-
car especies que han colonizado en exceso y se han convertido en
plaga, como la tilapia. Ésta pudiera emplearse en la producción de
alimentos concentrados para animales (exceptuando las cabezas,
que concentran metales y deben manejarse como desechos).
Una vez controlado el nivel del lago con las obras que deben enfren-
tar estructuralmente el problema, los terrenos urbanos aledaños
serán los de mayor valor inmobiliario y de mayor demanda urbanís-
tica en el futuro de la otrora Ciudad Jardín y municipios cercanos.
Por ello, la solución holística que aborda la respuesta estructural
al problema debe también abordar una nueva visión urbana: los
espacios cercanos a un cuerpo de agua saneado y hermoso serán
por ley zona turística, donde tendrían prioridad las edificaciones
de hoteles, servicios y comercios, que compitan con los centros
comerciales al norte de Maracay. Junto a estos, los conjuntos resi-
denciales urbanos de envidiable ubicación integrarán el Distrito
Motor de Desarrollo Tacarigua.
En las zonas rurales aledañas se deberán diseñar nuevos equipamien-
tos para brindar servicios a las familias de productores agrícolas, a
112
fin de evitar la constante migración hacia las ciudades, y para lograr
que en las interfases entre las zonas urbanas, su periferia y las zonas
rurales se ubiquen los equipamientos comunes que posibiliten el
desarrollo integral de la región.
Igualmente, en las zonas naturales que deberán dejarse a la preserva-
ción del lago, quedarán zonas de interfase rural-natural y urbano-
natural. Estos deberán ser reglamentados para lograr usos compa-
tibles y, especialmente, para evitar usos prohibidos.
Con esquemas de desarrollo territorial orientados a establecer el Dis-
trito Motor de Desarrollo Tacarigüense, atendiendo las áreas agro-
industrial, ecoturística y artesanal, se podrán hacer ajustes a las dis-
posiciones que surjan en el marco de la actualización de los planes
de ordenación urbanística, y del plan de ordenación y reglamento de
uso de la cuenca del lago Tacarigua.
113
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s B
ord
ón
et
al.
SO
S D
ES
DE
EL
LA
GO
DE
TA
CA
RIG
UA
85
-10
8
ALGUNAS MEMORIAS DEL
III CONGRESO VENEZOLANO
DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA
(mayo 2012)
115
PROGRAMA ARTE Y PARTE
Taller Artefacto, Me Art-Tu-Art, Proyecto Alma Llanera, Maryorie Cabrita, Daniel
Herrera, Ivan La Borda, Frente Itinerante de Discusión Agroecológica FRIDA,
Proyecto ISYCAMBIO, ONDB
116
Durante los días del III Congreso Venezolano de Diversidad Biológi-
ca se realizó un salón itinerante de las artes por la ecología, como
una actividad de exploración de medios transdisciplinarios para
la divulgación del conocimiento ecológico, a fin de construir un
mensaje colectivo a través de las artes en torno a la importancia
de los territorios para la conservación de la vida, y que además se
orientó a promover la participación infantil con distintas propues-
tas artísticas.
El salón itinerante tuvo dos fases. La primera consistió en varios talle-
res e intervenciones murales en espacios destinados a la zona de
campamento del congreso. Plateada como actividad pre-congreso,
esta fase tuvo como objetivo la facilitación de talleres a los miem-
bros de la comunidad escolar, y la intervención de dos escuelas en la
comunidad campesina El Charcote (Escuela Flor Amarillo y El Char-
cote), apoyando además el mejoramiento de estas instalaciones.
En esta primera fase se realizaron tres talleres. Los dos primeros fue-
ron de poesía y de títeres. A través de la exploración de elementos
de la poesía, la narrativa y el dibujo, las niñas y niños participantes
construyeron títeres con materiales reusables, alternativos o des-
echados, encontrados y propios de su entorno. Esto les permitió
experimentar la realización de personajes vinculados a su imagina-
rio y a su historia local, usando técnicas de la pintura y la escultura
aplicadas al diseño. De estos dos talleres surgió la intervención
mural, hecha desde el viernes 27 de abril al martes 1 de mayo en
las mismas escuelas, junto a los miembros de la comunidad.
El tercer taller se centró en la elaboración de papel artesanal, y consis-
tió en la recolección y preparación de fibras naturales, comúnmente
desechadas al finalizar el proceso de siembra, que fueron aprove-
chadas por las y los participantes (adultos) para la elaboración de
papel artesanal, y de otros objetos a base de su pulpa.
La segunda fase del salón itinerante consistió en un conversatorio,
realizado en el escenario del congreso, sobre las acciones la primera
fase del salón. El salón culminó con una intervención mural en las
instalaciones cercanas a la Universidad Nacional Experimental de
los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora.
117
Desmontando el mito de la economía verde de cara a Río+20 Carlos Walter Porto-Gonçalves Brasil
Quiero antes que todo agradecer la invitación. Voy a tratar, sobre
todo, el tema central que deriva de la conferencia que se realizará
en Río de Janeiro entre el 20 y el 22 de julio de 2012 llamada Río+20.
Nombre que hace referencia, con intención retrospectiva, a la famo-
sa Cumbre de la Tierra que se hizo en Río de Janeiro en 1992, hace
20 años. Yo vengo a hablar un poco de los conceptos centrales, de
los documentos preparatorios de esta conferencia. La idea de la
economía verde que se desarrollará en esa conferencia —en un
momento de crisis profunda del capitalismo— se traduce en que
los sectores corporativos y las redes de corporaciones mundiales
procuran apropiarse, como en todo el Brasil, de la causa ambiental y
de la causa ecológica, y hacer de esta conferencia un momento para
abusar de la alienación, de la privatización, en otras palabras, de la
capitalización de la naturaleza. Toda la conferencia está preparada
para afirmar esos principios de la llamada economía verde, y todo
el aparato de leyes, de nombres y de instituciones procuran validar
la idea de economía verde. Así se intentará desviar todo debate eco-
lógico hacia fuera de la idea de la capitalización de la naturaleza.
Mi intención es hablar un poco de todo esto. ¿Cómo hablare de esto?
Dividiré mi conferencia en dos momentos. En un primer momen-
to analizaré el contexto: cómo se formó ese contexto hasta llegar
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
a este punto de intentar transformar todo debate ambiental en la
idea de la capitalización de la naturaleza. En un segundo momento
haré una crítica específica a la idea de economía verde, con una revi-
sión de los documentos y de sus principales puntos críticos. Río+20
hace referencia a 1992, cuando en Río de Janeiro ocurrió la confe-
rencia de la ONU para debatir sobre medio ambiente y desarrollo.
Yo quiero retroceder en el tiempo un poco más atrás, a un evento
anterior, a 1972: la primera conferencia que la ONU, la Organización
de las Naciones Unidas, realizó para debatir la situación ambiental
mundial, en Estocolmo, Suecia. Por eso hablaré de Estocolmo+40
y Río+20. Es importantísimo para nosotros saber cómo este con-
texto se viene construyendo para entender, dentro de la cuestión
medioambiental, cómo a través del tiempo se ha intentado reducir
el debate a esta noción de economía verde.
En 1972, la ONU convocó una reunión en Estocolmo para resolver
una serie de cuestionamientos que provenían de las calles. Los
movimientos de los años sesenta marcaron pauta en la agenda
política. Movimientos étnicos que volcaron la agenda política
sobre los grupos indígenas empezaron a cobrar fuerza en esos
años, haciéndole la guerra al racismo y al patriarcado cultura,
valiéndose del liderazgo de Malcom X y las Panteras Negras, de
la década anterior, y de las experiencias del movimiento feminis-
ta y el ecologico. Todos estos movimientos, sobre todo el movi-
miento ecológico, levantaron una bandera que ponía en crisis
y cuestionaba la idea de desarrollo. Planteaban que el planeta
no podía soportar un estilo de vida como el de los norteameri-
canos. Era imposible generalizar dicho estilo de vida para toda
la humanidad, puesto que es el más consumista del mundo. Eso
generó un debate muy interesante ya que sectores de la izquier-
da hacían la promesa de distribuir o socializar aquello que el
capitalismo no ofrecía para todos. Los ecologistas decían que no
era posible ofrecer para todos lo que el capitalismo sólo ofrece para
algunos, pues el problema no se centraba en la socialización de
los bienes de consumo. No se trata de distribuir las riquezas tal
cual era concebido en el mundo burgués; ofrecer por ejemplo, que
todos tendrían carro o que todos poseerán aparatos de consumo.
124
El planeta no puede soportar eso para toda la humanidad. Esa tesis
de los ecologistas será comprobada años más tarde por científi-
cos que evidenciaron, entre otras cosas, cifras como estas: el 20%
de los más ricos del planeta consume 84% de la materia energéti-
ca producida anualmente. Los más pobres, el 80% restante de la
población, consumen el 14% de la materia energética. Hay una pro-
funda injusticia. Un planeta con calentamiento global, con graves
pérdidas de biodiversidad a raíz de la contaminación, más todos
los problemas medioambientales que generan estas actividades
humanas, y todo para que sólo el 20% de la población mundial viva
en riqueza y abundancia.
Esto nos lleva a asumir un reto teórico, teológico y político: inventar
una nueva sociedad con nuevos valores que no sean basados en el
consumismo. Ese mito que afirma que “el capitalismo provee por
igual para todos nosotros” no tiene forma de cumplirse. La presión
que vino de las calles, de los movimientos de los años sesenta y
setenta, con énfasis en los movimientos ecológicos, hizo que la
ONU convocara la primera reunión para debatir los problemas del
medio ambiente en 1972. Y esa reunión de la ONU tiene como con-
secuencia la introducción definitiva dentro de la agenda geopo-
lítica mundial el tema medioambiental. A partir de 1972, la ONU
vela porque en la relación entre países, entre Estados, se tome en
cuenta la problemática ambiental. Y es justamente en ese año que
el capitalismo empieza a entrar en una crisis sin retorno.
Para intentar salir de la crisis, Estados Unidos aplicó una política extre-
mamente pragmática e hizo una alianza con China. En 1972, Richard
Nixon visita China. El principal enemigo de Estados Unidos para ese
momento era la Unión Soviética. Aliarse con China formaba parte de
una gran estrategia para combatir a la Unión Soviética (estrategia
que, me parece, fue bien exitosa: la Unión Soviética se derrumbará
a principios de la década del noventa). El siguiente movimiento del
capital fue el de trasladar hacia el tercer mundo muchas de sus
fábricas y sus plantas industriales. Acaece una reconfiguración
de la división internacional del trabajo. Europa y Estados Unidos
durante los años sesenta, setenta y ochenta pasan a llamarse a
sí mismas “sociedades del conocimiento” que, prácticamente,
125
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
no producían más nada. Traslada sus fábricas para China. Hoy,
grandes partes de la importación de productos norteamericanos
viene de China. Y así gran parte de este traslado de la industria fue
a parar en Brasil. Algunos países del tercer mundo pasaron a ser
países industrializados, y los países del primer mundo pasaron a ser
países “del conocimiento”, controlando la tecnología y la ciencia.
Nosotros producimos las cosas y ellos las ideas, el conocimiento.
Este debate que ha surgido a partir de la conferencia de la ONU de 1972
fue una tentativa de responder a los movimientos de las calles, pero
al mismo tiempo sirvió para darle forma al proyecto empresarial del
capitalismo verde. Un proyecto dirigido por el presidente de la Fiat,
por el presidente de la IBM, grandes corporaciones que también
empezaron a preocuparse por el agotamiento de los recursos natu-
rales. Los movimientos de las calles denunciaban al capitalismo y
también a los Estados que privilegiaban los modelos de desarrollo,
pero, al mismo tiempo, aparecía una lucha desde arriba, desde los
empresarios: una lucha por los recursos naturales. Ese proceso de
los años setenta y ochenta nos lleva a Río de Janeiro en 1992. Allí se
desarrollaron tres ideas muy importantes para el debate ambien-
tal. Una idea llamada “ecodesarrollo”, que surge de un documento
que se genera en 1987 llamado “Nuestro futuro común”, de donde
viene la idea de desarrollo sustentable. Este documento prescribía
la fórmula para constituir un capitalismo verde, y que fue creado
bajo la dirección de quien fuera la primera ministra de Noruega,
Gro Harlem Brundtland.
El documento señalaba a los mercados como los mecanismos a través
de los cuales la problemática ambiental debía ser resuelta. La idea
de capitalismo verde ya estaba en el documento “Nuestro futuro
común”. Al mismo tiempo surge en nuestra América Latina una
perspectiva teórica-política muy original llamada “ecologismo de
los pobres”. Ecologismo que tiene a las comunidades indígenas, a
las comunidades campesinas y a las comunidades afroamericanas
como sus principales protagonistas. En la lucha de la amazonia bra-
silera, yo tuve la fortuna de haber sido asesor personal de Francisco
Alves Mendes Filho, mejor conocido como Chico Mendes. Gracias
a esta experiencia puedo decir que provengo de esta tradición del
126
ecologismo popular, que no es el ecologismo empresarial. Desde
entonces, el panorama lo configura un embate teórico-político
entre un ecologismo “desde arriba” y un ecologismo “desde abajo”;
panorama que es muy importante tener presente. Es necesario
tener mucha lucidez para saber cómo posicionarnos dentro de
ese debate. La conferencia de la ONU convocada en Río de Janeiro,
en 1992, fue motivada por el asesinato de Chico Mendes: Chico era
un campesino del bosque amazónico, por eso la Amazonía entró
en todo el debate.
En Río 92 los movimientos populares que hasta el momento habían
ganado mucha fuerza, sobre todo indígenas, campesinos y afroa-
mericanos, ejercieron mucha influencia. Pero no podemos olvidar
que Río 92 va a ser realizado dos años después de la caída de la
Unión Soviética. Esto es importante porque el capitalismo empe-
zará a suponer que ganó la batalla, e intentará imponer en los años
noventa una teoría de mercado sin rastro de socialismo. No obstan-
te, la conferencia de Río 92 fue muy influenciada por el ecologismo
popular. Citaré un caso. Yo era asesor de unos movimientos indíge-
nas y campesinos presentes en la conferencia. Y dentro del debate
interno de los campesinos e indígenas se preguntaban cómo posi-
cionarse políticamente en la conferencia. De este debate surgió
la idea de denunciar los genocidios y asesinatos de los europeos
desde su llegada a América, idea que se enfrentó a una postura un
poco más conciliadora. Esta segunda postura logró ganar con una
interesante propuesta. Hicieron una asociación fantástica de dos
fechas: 1992 y 1492, y plantearon lo siguiente: ¿qué tipo de reunión
es Río 92?, ¿qué se debate en ella? Pues se debate sobre aire, agua,
plantas, animales, recursos, etc. Han pasado quinientos años de la
llegada de los europeos a nuestras tierras, para elevar el desarrollo,
para elevar el progreso, y después de estos quinientos años ¿qué es
exactamente lo que se debe debatir? ¿Sobre la falta de agua, de aire,
de bosques, plantas y animales? Sobre eso nosotros los indígenas
ya sabíamos mucho: hemos denunciado el dañino desarrollismo
de la sociedad europea.
Esta estrategia tuvo un impacto tan grande en la conferencia que
surgieron documentos importantísimos: la Convención sobre el
127
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
cambio de climático (que precederá al Protocolo de Kioto que hoy
intentan derrumbar en Río+20); la Convención de biodiversidad;
la Carta de la tierra, que es un documento de compromisos extre-
mamente interesante; la Agenda 21. Es decir, que de Río 92, a pesar
de la enorme influencia de los empresarios poderosos, salen un
conjunto de documentos extremamente importantes que generan
responsabilidades específicas a los Estados.
¿Y qué ha ocurrido desde 1992 hasta hoy? Durante estos años el neo-
liberalismo ha ganado terreno, se ha impuesto sobre las discusio-
nes medioambientales. Es entonces cuando surge la tentativa de
imponer una idea falsa: en la naturaleza nada se pierde, todo se
transforma en una oportunidad de mercado. Es decir —y que esto
no nos engañe — en la naturaleza nada se pierde, todo se transfor-
ma en una oportunidad de ganar plata. Con los avances hegemó-
nicos neoliberales llegamos, en este momento, a Río+20 como en
verdadera regresión histórica. Pues tomar todas las resoluciones de
la convención de Río de Janeiro 1992 y reducirlas hoy a una dimen-
sión meramente económica (la de economía verde) para vender
la naturaleza, es un retroceso histórico, teórico y político gravísi-
mo. Debemos tener mucha lucidez, mucha claridad política para
combatir eso, a través de la propuesta de superar el concepto de
naturaleza ligado a la perspectiva de mercantilización. Por eso los
saludo a ustedes, venezolanos y venezolanas, por el maravilloso
subtítulo que tiene este congreso: “por la desmercantilización de
la naturaleza”. La naturaleza no es mercancía, la naturaleza es para
que sea, al mismo tiempo que amada, una fuente de inspiración
estética, una fuente de vida. De ella comemos, bebemos y hasta
gozamos. Por todo eso es muy importante revisar lo que ocurre
desde Río 92 hasta ahora. Como también me parece importante
retomar los últimos cuarenta años desde Estocolmo: nunca jamás
tuvimos años tan devastadores para la vida del planeta como los
últimos cuarenta años; nunca tuvimos un proceso de exprociación
y violencia de campesinos e indígenas tan fuerte como en los últi-
mos cuarenta años.
Para que tengan una idea, en 1970, 35% de la población mundial era
urbana y 65% era rural. En 1990, la población urbana del plane-
128
ta era mayor que la población del planeta veinte años antes. Y
para 2010 esta cifra no hizo sino acrecentar vertiginosamente. La
expropiación de las tierras de campesinos e indígenas creció con
mucha violencia: una expropiación jamás vista en la historia de
la humanidad. Nosotros, los que analizamos la historia, habla-
mos siempre de la expulsión de los campesinos que aconteció
en los siglos XVII y XVIII en Europa, pero la expulsión y despose-
sión de campesinos y pueblos originarios acaecida en los últimos
cuarenta años ha sido la más violenta de la historia humana. En
Nuestramérica, sobre todo.
Así llegamos a Río + 20 con la economía verde como concepto central.
Ya no hay más derechos y responsabilidades de los Estados, como
fue en la conferencia del 92. Ahora todo se plantea como una posi-
bilidad de venta. Es con eso que debemos tener un cuidado muy
grande, desde el punto de vista conceptual y político. Cuando se
habla de economía verde se quiere sacar provecho de la idea de lo
verde, de la biomasa, de la vida. Se saca provecho asociando “revo-
lución verde” con la revolución tecnológica de los agrotóxicos: una
revolución química que llevó a un gran aumento de la producción
agrícola, pero a través de procesos altamente contaminantes y a
través de la producción de material genético. A todo eso lo “llaman
revolución verde”.
La palabra verde se usa con cualquier cosa, y así se pierde toda pers-
pectiva de análisis. En cambio, ¿cuáles son las regiones del planeta
en donde sí se podría hablar, si fuera posible, de una economía real-
mente verde? Yo diría que en todas las áreas de economía indígenas
y campesinas. Los indígenas siempre son verdes, vienen y viven de
y con la biomasa, al igual que el campesino. Pero si revisamos los
documentos de la ONU, nada se habla de economía indígena o cam-
pesina. ¿Cuál es el concepto de economía verde que está presente
en esos documentos? Un concepto con sentido capitalista: la opor-
tunidad de ganar plata vendiendo tecnologías. ¿Quién controla la
economía verde? Las grandes corporaciones que intentan vender
toda clase de productos. Es como el marketing, es como si “lo verde”
fuese una pieza de publicidad para vender más.
129
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
Entonces, mirando un mapa del mundo, podemos preguntarnos:
¿cuáles son las regiones más ricas en biodiversidad? ¿Cuáles son
las regiones más ricas en agua? Son justamente aquellas áreas
que no han pasado por procesos intensos de mercantilización.
Son áreas indígenas, áreas de dominación campesinas. Y esto es
paradójico, porque las áreas señaladas como de biodiversidad son
las que más se están mercantilizando. Las áreas que tienen mayor
riqueza de biodiversidad son, sobre todo, las áreas en las que viven
las comunidades vita-extraccionales. Lo que hay allí es economía
verde verdadera, no capitalista.
La economía que conciben los economistas y antropólogos del capi-
tal deja por fuera esta economía natural, que no es mercantil, sino
que es una economía para garantizar la vida, y no para reproducir
dinero. Pero, claro, la visión dominante es la del capital. Por eso
hay que tener mucha firmeza en la perspectiva teórica-política: el
capitalismo es en esencia antiecológico. Y voy a dar dos razones
estructurales para eso. La primera es que el capitalismo se constitu-
ye como una sociedad cuyo estilo de vida produce una separación
radical entre el humano y la naturaleza. Expulsar y desalojar a la
gente de la tierra, de la naturaleza, trastoca la condición natural de
la existencia humana. Expulsado el ser humano de la naturaleza,
¿de qué puede vivir? Tiene que vivir de su capacidad de trabajo y
ganar un salario. El ser humano se torna entonces en mercancía.
La naturaleza y la gente se convierten en mercancía. La esencia del
capitalismo es mercantilizar todo, y esto comienza con la separa-
ción del ser humano de la tierra, de las comunidades de la tierra. En
la escencia del capitalismo está la necesidad de separar.
Ahora, si me permiten, voy a afirmar una cosa gravísima, debo decir
que este congreso es un marco para quebrar la lógica de la sepa-
ración, para oír a las diferentes personas con diferentes matrices
de pensamientos, como los conocimientos tradicionales, que
muchas veces no son entendidos. Los pescadores pueden no saber
hablar sobre pesca, pues su hacer no es el hablar sino el pescar. Yo
puedo hablar de pesca y no saber pescar, pero el pescador que no
sabe pescar no es pescador. Entonces para pescar hay que saber
pescar, por tanto el saber está inscrito en la vida. Hay que com-
130
batir ese prejuicio que las élites inculcaron en nuestras cabezas,
de hablar de conocimiento científico y hablar de conocimiento
tradicional como si este último fuese un conocimiento inferior.
Hay quienes hablan desde la experiencia y formación campesina,
desde la experiencia y formación indígena, desde la experiencia
y formación universitaria; son diferentes matrices y matices de racio-
nalidad, más no hay una matriz superior a otra. Hay que cambiar ese
paradigma, hay que dialogar. Y eso es lo que este congreso posibili-
ta. La separación hombre-naturaleza que el capitalismo produce ha
generado una universidad también quebrada: científico natural de
un lado, científico social de otro lado. Es decir, separó los científi-
cos naturales de los científicos sociales. Esa forma de división del
trabajo en la academia es parte de la división del trabajo de la bur-
guesía, que separa la naturaleza de la sociedad. Así entramos en una
trampa: creemos que la diversidad biológica es tema de biólogos,
cuando en esta región de la América hay presencia humana mile-
naria poseedora de conocimientos fundamentales sin los cuales
no podemos preservar nuestro entorno natural.
El otro aspecto de la dominación capitalista es la confusión de la rique-
za y el dinero. El dinero no es riqueza, lo máximo que llega ser es
“medida de riqueza”. Si tú pones aquí en la mesa diez mil dólares de
papel dinero y te lo comes, no matas el hambre, no calmas tu sed.
¿Qué es riqueza, los frijoles o los dólares? Los dólares, como máxi-
mo, son la expresión de la riqueza mas no es la riqueza misma. Hay
un mito griego llamado el mito del Rey Midas. Midas había hecho un
pacto con los dioses y todo lo que tocaba se convertía en oro. Enton-
ces se sentó en la mesa para comer y cuando tocó la comida ésta
se convirtió en oro, y por eso no conseguía calmar el hambre. Fue a
tomar agua para calmar la sed y cuando tocó el agua, los poderes
mágicos que poseía hicieron que el agua se convirtiese en oro; y
el oro no quita la sed. ¿Qué quita la sed? El agua, y ¿qué es el agua?
No es plata. ¿Qué es el frijol? No es oro o dólar. Ese mito habla de la
trampa en la que siempre caemos, la de confundir la riqueza con
la medida de la riqueza.
Ahora yo pregunto, ¿cuál es el límite de una sociedad que mide la
riqueza en números? ¿Cuál es el límite de los números? No se tiene
131
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
límites para los números. Una sociedad que funda su riqueza en la
medida de la riqueza no tiene límite para explotar la naturaleza y
la gente. Cree que es una sociedad ilimitada, medida por el dinero.
Los ecosistemas tienen límites, las culturas tienen límites, el capi-
talismo, imponiendo la idea de la riqueza como números, no tiene
límites. La tendencia permanente de crecimiento mercantil hizo
que la humanidad corriera un riesgo permanente. Solo pensemos
en el calentamiento global, en el proceso de polución, de contami-
nación, y en toda la biodiversidad perdida. Todas estas son razones
fundamentales para señalar a la economía verde como una estra-
tegia que no tiene sentido, pues el modelo de vida capitalismo es,
en su esencia, antiecológico.
En el documento de Río 92 se puede leer una cosa que es una hipocre-
sía. En el documento de 19 páginas hay 36 referencias a la expresión
“ayuda a los pobres”. Me gustaría hablar de dos cosas sobre esto. Pri-
mero, actualmente el discurso de la pobreza está creando una nueva
ciencia, la “pobrelogía”, pues ahora todos hablan de pobres. Hay un
sociólogo peruano llamado Alberto Toro, especialista en combate
contra la pobreza, asesor del Banco Mundial para el combate contra
la pobreza, que cuando observó en una ocasión a las ONG bregando
entre sí soltó una frase maravillosa, ejemplar para nosotros: “No
breguen tanto, hay pobres para todos”. Así la pobreza pasó a ser
algo así como un bien para el Banco Mundial. Y la izquierda, por su
parte, medio atontada, que cree que el tema de la pobreza es un
tema de la izquierda, jamás ha construido un debate real sobre la
pobreza. El tema de la izquierda es la riqueza, es decir, la de los tra-
bajadores que producen riqueza y que por tanto pueden adueñarse
de ella, pues es fruto de su trabajo. Los debates de la izquierda ¿son
los debates de qué cosas?, ¿para qué sirven? Para resolver el proble-
ma de quién controla la riqueza y qué tipo de riqueza se controla.
El debate de la pobreza debe ser el debate sobre el Banco Mundial,
un debate atrapado desde el punto de vista teórico-político, y que
puede hacernos perder el rumbo. Debatir sobre la pobreza esdeba-
tir un tema del Banco Mundial. Lo que nosotros debemos debatir
es la riqueza.
132
Por eso en el documento de Río 92 el debate sobre la pobreza se plan-
tea como un debate para ayudar a los países pobres y sub-desarro-
llados. Este tipo de discurso me causa mucha indignación. Como si
fueran los pobres, como si fueran los países subdesarrollados los
responsables de la gravedad de la cuestión medioambiental del pla-
neta. Los pobres no son quienes necesitan ayuda, los que en verdad
necesitan ayuda para cambiar el rumbo de sus vidas son los ricos.
Nosotros no. Nosotros somos los oprimidos y explotados, pero
eso es otra cosa. Una cosa es hablar de discriminación, opresión y
explotación, y otra del “cuidado de los pobres”. Como si nosotros
fuésemos incapaces, como si fuésemos nosotros los responsables
de la crisis ambiental contemporánea.
Un norteamericano medio consume por día 88 kilos de recursos
naturales de todo tipo, mientras un africano consume 10. O sea,
un norteamericano consume 8 y casi 9 veces más que un africano.
Pero mucha gente cree que el problema ambiental es un problema
de crecimiento de la población, y eso es un error. ¿Por qué? Porque
cuando nace un bebé en Nueva York están naciendo nueve africa-
nos, porque un norteamericano consume lo equivalente a nueve
africanos. Entonces el problema no es la cantidad de gente que nace
África, el problema es que alguien nazca con el patrón de vida nor-
teamericana. Un patrón de vida que el planeta no puede soportar:
allí es donde reside el problema. Ese debate en torno a la “ayuda al
tercer mundo” es gravísimo, al mismo tiempo que revelador. ¿Quién
es el que realmente necesita ayuda? El primer mundo, sin duda.
Ellos son lo que necesitan ayuda para cambiar un modelo de desa-
rrollo que está amenzando al planeta entero. No somos nosotros
quienes necesitamos ayuda, pues el impacto que causamos sobre
el planeta es mucho menor al del primer mundo. Eso no quiere decir
que no tenemos ninguna tarea, al contrario, sabemos que tenemos
mucho por hacer, como denunciar esa visión colonial en la cual
“ellos siempre tienen la solución para nosotros”. Es grave eso.
El otro asunto es la idea de que habrá una solución tecnológica para
todos los problemas de la humanidad. Ese es otro mito del mismo
documento de Río 92, que se sostiene sobre el principio de que la
ciencia y la tecnología hacen milagros. Un carro se produce hoy
133
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
con 30% menos de materia y energía que hace treinta años, o sea se
consume mucho menos para construir un carro. Y así, hoy, la media
de los productos se produce con 30% menos de materia y energía,
gracias a la tecnología, a esa gran contribución de la tecnología.
Mas, lamento informar, que en los últimos 30 años el consumo de
materia y energía en el planeta aumentó en 50%. La tecnología nos
ayudó a disminuir la cantidad de materia y energía por cada unidad
de producto, pero el capitalismo siguió su afán de producir más y
más, y lo que se ganó con el avance tecnológico se perdió con el
aumento de la producción para agrandar los mercados.
El planeta continúa siendo agredido, aun con los avances de la tecno-
logía. Por más que necesitemos de tecnología, ella, por sí misma, no
es suficiente para solventar los problemas. Es necesario, entonces,
derribar el mito de la tecnología. Y cuando digo que hay que de derri-
bar el mito de la tecnología no estoy diciendo que no haya nada que
aprender en las escuelas. Yo que trabajo con pueblos indígenas sé
que ellos pueden manejar muy bien una cámara fotográfica o de
video, y saben manejar muy bien el internet también. Había un indí-
gena en Brasil que siempre andaba con un grabador, y había gente
que decía que ya no era indígena, como si por tener ese grabador
abrazara otra causa, o como si los pueblos indígenas no pudiesen
vivir cambios en su manera de vincularse con la tecnología occi-
dental. Aquel hombre usaba el grabador en los momentos en que
hablaba con un político, y registraba lo que le decía y lo que no. Esta
grabación la usaba meses después cuando hablaba con el mismo
político, y así podía demostrarle inmediatamente si mentía o no.
Los indígenas, como no escriben, dependen mucho de la palabra,
por eso no pueden mentir, pues si mintieran la vida se les volvería
imposible de ser vivida. La verdad no está en el papel sino en la
palabra hablada, y si partimos de ese principio, aquel indígena era
más indígena porque usaba un grabador. Hay que acabar con esa
idea en la cual el indígena está siempre en penacho o desnudo para
recibir a la gente, como si se hubieran congelado en el tiempo. Los
indígenas sobrevivieron porque supieron cambiar para permane-
cer como ellos mismos, y esa dialéctica también nos enseña mucho.
134
En cuanto a la tecnología, existe la misma idea de que hay una sola
forma de conocimiento: una sola tecnología producida en Europa y
en Estados Unidos. Mas, toda sociedad, cualquier sociedad tiene su
tecnología. Tecnología es un modo de hacer las cosas. Los indígenas
tienen tecnologías adaptadas, los campesinos tienen tecnologías
adecuadas. No es que no tengan tecnologías: tienen sus propias
tecnologías. Las adecuadas. Los indígenas son maestros, tienen un
enorme conocimiento de la localidad, de los suelos, saben en dónde
se puede plantar una cosa y en dónde se puede plantar otra. Son
muy sabios en un saber local absolutamente fantástico.
El pensamiento universal está comúnmente asociado al pensamien-
to europeo. Y no digo que no lo sea. Pero cuando los campesinos
tienen sus fiestas de encuentro con otros campesinos, elevan su
conocimiento, intercambian su conocimiento, universalizan su
conocimiento. ¿Qué significa eso? Que no hay por qué hablar de
conocimientos universales. En lugar de eso, tenemos que empezar
a hablar de pluriversalidad, y no solamente de universalidad. Son
múltiples las universalidades posibles, por tanto hay que inter-
cambiar y pluriversalizar las experiencias. Y más complejo aun,
debemos descolonizar nuestras mentes. Esa idea del pensamiento
universal y único fue una idea que importamos a nuestros países
y regiones cuando comenzamos a organizarnos como “Estados-
nación”. El Estado nacional es otro de los grandes mitos que infla-
ron nuestras cabezas. Dentro de nuestros países, cualquiera que
sea, habitan múltiples naciones. En Brasil se hablan 178 lenguas,
no se habla sólo portugués. Esa visión colonial inserta en nosotros,
esa noción de una única idea, de una nación única, es una especie
de colonialismo interno que nos impide vivir con los otros pueblos,
con los campesinos, incluso en Venezuela. ¿Qué es soberano en
Venezuela? ¿Qué es el pueblo venezolano? ¿Incluye a los yukpa, a
los wayúu, a los barí? ¿O no los incluyen? Venezuela es múltiple, es
una sociedad pluriétnica, pero también padece de un colonialismo
interno que invisibiliza esos pueblos, y al invisibilizarlos lo invia-
biliza políticamente. Por eso este proceso que está ocurriendo en
Venezuela es muy importante para la humanidad. Es un proceso
135
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
que acoge este congreso de diversidad biológica, involucrando a
colectivos campesinos.
Debemos ser capaces de ver también y de explorar esa idea profunda
de la diversidad de pueblos en Venezuela. Yo diría que Venezuela
tiene una rica diversidad biológica de pueblos indígenas. Y desde
lo campesino, hay que profundizar la reforma agraria con una pers-
pectiva ecológica. Hay que profundizar también el reconocimiento
de la Ley Orgánica de las Comunidades Indígenas, y así reconocer
sus conocimientos, sus formas tecnológicas y sus derechos pro-
pios. En ese sentido tenemos que observar el proceso bolivariano
que está en curso en Venezuela. Observar, sobre todo a los pueblos
indígenas, en una sociedad que muchas veces habla de un naciona-
lismo, pero ignora las múltiples nacionalidades que hacen de este
pueblo venezolano un pueblo riquísimo. Me permito entonces, por
último, saludar a los bolivarianos, y en especial a Sabino Romero,
líder yukpa que lucha en contra de la ocupación de sus territorios.
136
137
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ca
rlo
s W
alt
er P
ort
o-G
on
çalv
es
D
ES
MO
NTA
ND
O E
L M
ITO
DE
LA
EC
ON
OM
ÍA V
ER
DE
DE
CA
RA
A R
ÍO +
20
119
-131
Agua: mercantilización vs derecho humano
Santiago Arconada Venezuela
En primera instancia, quisiera agradecer a la Oficina Nacional de Biodi-
versidad del Ministerio del Ambiente, por la invitación a participar
en este evento, y así, ofrecerme la oportunidad de realizar un nuevo
intento por arrojar a los mercaderes del templo. En el marco de este
espacio destinado a destacar las acciones contra la mercantiliza-
ción de la vida, quisiera orientar mi participación hacia la lucha en
contra de la privatización del agua, y mi experiencia en este ámbito
durante los últimos quince años.
Pienso que no es posible decir exactamente cuándo comenzó la lucha
de los pueblos del mundo por obtener el reconocimiento del agua
como un derecho humano fundamental. Así como tampoco es posi-
ble precisar la fecha en que la pretensión del capital de transfor-
marlo todo en mercancía emprendió la apropiación ilegítima de
las fuentes de agua del planeta. Por esta razón, quisiera acotar mi
intervención a las acciones que ha ejercido el movimiento popular
y las historias que tiene que contar, en contraposición a aquella que
pretenden escribir las poderosas fuerzas del capital. Digo esto, por-
que existen hitos en el movimiento popular muy importantes, como
por ejemplo la emblemática Guerra del agua de Cochabamba, Boli-
via, en el año 2000, que se estableció como insignia de los pueblos
del mundo en la guerra contra la privatización del agua. Así también
influyó la actuación de las fuerzas de los movimientos populares,
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
que se dieron cita en distintos eventos como el Foro Social Mundial
(más adelante explicaré con detalle qué es y cómo funciona), en
la declaración del agua como derecho humano fundamental de la
Asamblea General de las Naciones Unidas, en su plenaria número
ciento ocho, el 28 de julio del 2010.
Pero, en todo caso, voy a intentar acotar mi intervención a desta-
car el pulso con el cual, en estos últimos quince años —desde el
año 1997 hasta el presente— el movimiento popular ha luchado
para que el agua sea un derecho humano verdadero, mientras el
capital ha intentado varias veces poseerla. Como ejemplo de esto
último pongo la creación del autodenominado Consejo Mundial
del Agua, un organismo carente de toda legitimidad, creado por
grandes empresas. Este consejo, que reúne en su seno a las princi-
pales empresas trasnacionales del agua del mundo, se reúne por
primera vez en 1997 en su feria de la privatización, que es el modo
más correcto de denominar lo que ellos llamaban pomposamente
“foros mundiales del agua”.
Sin embargo, no fue sino hasta el 2001 en Porto Alegre, Brasil, donde se
da la primera edición del Foro Social Mundial, que es el espacio de
resonancia y el lugar de evaluación de las acciones de cambio, por
parte de los movimientos antiprivatización del agua en el mundo,
para evaluar su lucha y al mismo tiempo establecer nuevas estra-
tegias.
El autodenominado Consejo Mundial del Agua realiza su primera feria
de la privatización en Marruecos, en 1997. Decide que el evento va
a tener una periodicidad trianual. Tres años más tarde en La Haya,
Holanda, hace su segunda edición y pasa por debajo de la mesa el
hecho de que ese mismo año en Cochabamba, el pueblo saca de
Bolivia a la empresa Vestel, una de las trasnacionales más agresivas,
que había iniciado en el país un proceso de privatización. Dicho
proceso expresó de una manera muy rápida y muy resumida las
verdaderas voluntades de los esfuerzos privatizadores. De la ter-
cera edición del Consejo Mundial del Agua, realizada en Kyoto, en
el año de 2003, quisiera destacar las participaciones de algunas
personalidades que intentaron enfrentar y denunciar la escalada
que se planteaban las trasnacionales del agua en su proceso de
140
privatizar acueductos en todas partes del mundo. Las transnacio-
nales idearon una operación planetaria y estaban obteniendo, en
los cinco continentes, importantísimos avances.
Quisiera destacar estos luchadores y voceros en contra de la privatiza-
ción: Meda Bankar y Vedana Shiva por India; también Oscar Olivera,
una figura que había surgido como referente del pueblo boliviano
en la lucha contra la privatización, y que se convirtió en uno de los
portavoces mundiales más calificados del movimiento popular;
también está Bob Barlon y el equipo que trabajó en Blue Project
Planet. El proyecto Blue Gold tuvo una incidencia muy significativa:
se encargó de denunciar las estrategias de las transnacionales más
estructuradas que existían hasta ese momento.
Retomo. Cuando se realizó la tercera edición del Foro Mundial del
Agua, salvo el hito popular de gran magnitud que ha significado en
Cochabamba la Guerra del agua, había muy pocas y muy pequeñas
acciones antiprivatizadoras. No eran pequeñas en significación,
puesto que en ellas latía la fuerza de todas las organizaciones
populares contra la privatización del agua. Pero hasta el 2003 en
Kyoto, la expresión que había tenido el movimiento popular no
solamente para enfrentar los procesos concretos de privatización
de acueductos que operaban en todo el planeta las trasnacionales
del agua, sino para denunciar esa estrategia, había sido relativa-
mente muy escasa.
En el 2006 hay un punto de inflexión, que se da por dos razones: prime-
ro, el movimiento popular tuvo capacidad para hacer lo que podría-
mos ver como un contraforo (en oposición al foro mundial del agua).
Este era un nuevo espacio en el que, a partir de su primera edición
en Porto Alegre, Brasil, comienza a rodar por el mundo un espacio
de discusión de los movimientos populares contra la mercantiliza-
ción de la vida muy significativo. Yo tuve la oportunidad de asistir
al foro del 2006 y me permito contar lo que sucedió, no tanto como
participante, sino como quien tuvo la responsabilidad de organizar
y dirigir todo el impulso de las jornadas en defensa del agua y la
vida, que devino en la coalición de organizaciones mexicanas en
defensa del agua y la vida: la llamada COMDA.
141
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Sa
nti
ag
o A
rco
na
da
AG
UA
: ME
RC
AN
TIL
IZA
CIÓ
N V
S D
ER
EC
HO
HU
MA
NO
13
3-1
41
Tuve la oportunidad de estar, tanto en el contraforo organizado por
la COMDA, como en la delegación oficial venezolana en el Foro
Mundial del Agua. Lo último no me causó ningún orgullo; me
parecía una afrenta a la dignidad de los pueblos que los gobier-
nos enviasen representaciones oficiales a un evento convocado
por empresas trasnacionales, me parecía que eso carecía de toda
dignidad. Ya para ese tiempo el Consejo Mundial del Agua había
logrado una muy importante significación institucional y oficial.
De hecho, el foro se dividía en dos partes: una primera parte que
era una feria en que las distintas empresas mostraban los últimos
corotos que habían inventado, y los últimos chips que habían colo-
cado; y la segunda parte que llamaban segmento ministerial, donde
iban los embajadores y los ministros del ambiente de los distintos
países, a una reunión que estaba convocada bajo la perspectiva y
desde la lógica de las trasnacionales. En México, en el 2006, se logra
un primer punto de inflexión, se destaca la participación venezola-
na en conseguir que cuatro países se distanciaran de la declaración
final, una declaración que no estaba firmada, que estaba realizada
meses antes de que el evento se realizara. El hecho de que hubiera
una disidencia en la declaración final del evento, de que la iniciati-
va desestabilizadora de paradigmas tuviera éxito, fue una victoria
para la guerra contra la privatización.
El trabajo estuvo a cargo del compañero boliviano René Orellana y mi
persona. Tuvimos la tarea de entrar a cada taller, a cada seminario, a
buscar diferentes representantes oficiales de los países para plan-
tearles la pertinencia y la conveniencia de un documento que nos
separara, que nos hiciera diferentes ante ese concierto miserable
de apoyo a la estrategia privatizadora de las empresas trasnacio-
nales. El personal de seguridad corría detrás de nosotros, mientras
íbamos de taller en taller, buscando a las personas que nos habían
dicho que podían ser susceptibles de ser receptivos a nuestro
planteamiento. Al final, logramos que cuatro países: Bolivia, Cuba,
Uruguay y Venezuela firmasen una declaración a favor del derecho
humano al agua, y que se diferenciaran de la declaración final del
Consejo Mundial del Agua en México. Esto fue una pelea muy difícil,
en contra de la cancillería mexicana que estaba empeñada en que
142
nadie le aguara la fiesta, en que nadie arruinara la foto final; arrui-
nara la sensación de haber tenido un evento exitoso.
Tuvimos que enfrentar las duras medidas de seguridad de que dis-
ponía el evento, en uno de los centros de reunión más grandes del
mundo. Quiero resaltar que la lucha de los pueblos jamás va por
caminos convencionales. Logramos vencer barreras. Entramos
con nuestras botellas de plástico de agua mineral llenas de dinero,
para poder hacerlas sonar como maracas, para poder responder
con ruido al silencio con que los asistentes aceptaban los horrores
del evento. De hecho, México recuerda esta manifestación como
una de las concentraciones populares más grandes de los últimos
tiempos.
A partir de la siguiente edición de la feria de la privatización del Con-
sejo Mundial del Agua, tres años más tarde, en Estambul, Turquía,
podemos reconocer que en distintas partes del mundo hay un cre-
cimiento muy significativo de las organizaciones populares contra
la privatización del agua. En el 2006, Caracas tuvo el honor de ser la
sede del Foro Social Mundial, y yo tuve el gran honor de participar
en el comité organizador de esta edición. En este foro del 2006, se
logra una de las concentraciones más importantes de los movimien-
tos contra la privatización del agua en el mundo, una oportunidad
que sirvió para llegar a acuerdos y diluir un poco las divergencias
que siempre existen en el seno de los movimientos populares, para
lograr hacer confluir efectivamente toda la capacidad de lucha de
los movimientos contra la privatización en una plataforma común.
A partir de ese año, nuestras mesas técnicas de agua alcanzaron un
desarrollo muy significativo a lo largo y ancho del país. Nos nive-
lamos con las mesas técnicas de agua de todos los países, que en
el Foro Social Mundial tuvieron una participación muy poderosa,
dando lugar a discusiones de altura. Este avance del movimiento
contribuyó a que cuatro años más tarde, en Berlín, Alemania, se
lograra la republicitación de un acueducto. Este gesto representó
una victoria que nos tiene que llenar de orgullo. El organismo que
lleva adelante esa lucha se llama Berlinal Vasser Tisch (traducido
como: mesa de agua de Berlín).
143
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Sa
nti
ag
o A
rco
na
da
AG
UA
: ME
RC
AN
TIL
IZA
CIÓ
N V
S D
ER
EC
HO
HU
MA
NO
13
3-1
41
Debemos siempre recordar que el agua no solo debe ser pública sino
también democrática, que no es lo mismo. No solamente deben ser
del pueblo aquellas empresas referidas a la administración y ope-
ración de los sistemas de suministro de agua potable y saneamien-
to, sino que además tienen que ser democráticas: deben estar en
manos de la gente. Por ejemplo, todos nosotros sabemos en nuestro
país de empresas nacionalizadas, empresas que, desde el punto
de vista jurídico, son empresas públicas. Sin embargo, el manejo
de estas compañías no difiere en absoluto de ninguna empresa
capitalista, además que tampoco tienen ninguna pretensión de
estar en manos de la gente. No es igual ser público, a ser público y
democrático.
En el foro de 2009, en Estambul, la experiencia tenida en México influ-
yó notablemente, sobre todo en la delegación venezolana —en la
que también tuve la oportunidad de participar, al igual que en los
dos contraforos que organizó el Movimiento Popular Turco Con-
tra la Privatización—. Sucedieron dos contraforos en vez de uno,
porque fue imposible llegar a un acuerdo. Esto es importante des-
tacarlo para reconocer que los mismos movimientos de izquierda
de todo el mundo tienden a la división. En todo caso, los colectivos
que tuvimos la oportunidad y el privilegio de estar allí, participamos
en ambos contraforos, pudimos efectuar una gestión mucho más
atrabiliaria por parte de las delegaciones boliviana y venezolana, en
la consecución de un documento en oposición al Foro Mundial del
Agua mucho más significativo. Realizamos acciones parecidas a las
del foro en México, tomamos áreas para la discusión. Yo recuerdo
que estaba acompañado de una funcionaria de la chancillería, que
hasta se ofendió un poco, porque ella no conocía a los representan-
tes de los países que estábamos buscando y yo le di la tarea de con-
trolar la puerta de una sala. Iba por el hotel donde se estaba desa-
rrollando el evento, buscando un sitio en que celebrar una reunión,
y en cuanto conseguí una sala vacía le puse una silla en la puerta:
le pedí a la compañera que se quedase ahí para indicarle a la gente
sobre qué era la reunión. Estábamos saboteando abiertamente el
Foro Mundial del Agua. Una vez más el departamento de seguridad
144
corría detrás de nosotros. Y lo digo con orgullo. Incumplíamos sin
prurito toda formalidad del evento.
Logramos con estas acciones que 25 países, entre ellos países euro-
peos, africanos, asiáticos y de América latina redactaran una decla-
ración en que se destacaba el principio del agua como derecho
humano fundamental, al margen de la declaración del Foro Mundial
del Agua. No tengo la menor duda de que la declaración de Naciones
Unidas del 28 de julio de 2010 está relacionada con el hecho de que,
en el foro de Estambul, 25 países de todos los continentes comen-
zaron a plantear en un documento muy sencillo que el agua es un
derecho humano fundamental.
El Consejo Mundial del Agua, perteneciente a las trasnacionales, opo-
nía al concepto “derecho humano fundamental” el de “necesidad
básica” por una razón muy sencilla y a la vez muy triste: las necesida-
des pueden ser mercancía, pero los derechos humanos no. Esa era
la clave del asunto. Mientras el agua no fuese derecho humano su
mercantilización era posible, en sentidos tan extremos como el que
lamentablemente vemos en Suráfrica y en muchos otros lugares. El
agua llega a las casas de Suráfrica únicamente si es cancelada con
una tarjeta prepago, sí, como la de los celulares: metes la tarjeta,
tienes agua; se te agota la tarjeta, se te acabó el agua.
El movimiento contra la privatización se hace consciente, esto se
ha comunicado en diversas ocasiones: no podemos pensar que la
declaración de la ONU es una defensa contra los avances privatiza-
dores. Que las Naciones Unidas haya declarado el agua como dere-
cho humano fundamental, el 28 de julio del 2010, no garantiza que
las trasnacionales del agua vayan a cesar en su empeño privatiza-
dor. No es correcto pensar que después de la declaración de la ONU
estamos a salvo, la privatización se esconde de muchas maneras,
detrás de la fachada de humildes operadoras. Podemos tener por
ejemplo, y lo digo con mucho dolor, que dentro de Hidrocapital hay
una filial de Vivendi, que opera un área de Caracas. Hablamos de la
filial de una de las trasnacionales más agresivas en los procesos de
privatización, y que, mediante un proceso de licitación absoluta-
mente legal previsto en nuestro ordenamiento, obtuvo la operación
de un área del acueducto de Caracas. Quiero decir que si no estamos
145
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Sa
nti
ag
o A
rco
na
da
AG
UA
: ME
RC
AN
TIL
IZA
CIÓ
N V
S D
ER
EC
HO
HU
MA
NO
13
3-1
41
libres de privatización en el seno del proceso bolivariano, después
de trece años de gobierno, nadie en el mundo debe pensar que,
con la declaración de las Naciones Unidas del agua como derecho
humano fundamental, se terminó la amenaza privatizadora.
Por otro lado, quisiera destacar un elemento fundamental de mis plan-
teamientos como activista en la lucha por una relación con el agua
no determinada por el capital, la mercancía, ni el mercantilismo. El
movimiento internacional contra la privatización no puede seguir
asumiendo como válidos hechos a los que hemos llegado probable-
mente sin saber cómo y sin saber por qué. Por ejemplo, lo que hoy
conocemos como saneamiento ambiental es una ingeniería de la
depredación que no podemos seguir llamado impunemente “inge-
niería sanitaria”. Nuestro cuerpo produce diariamente excretas que
son abono, suelo y energía. La cultura occidental, tan orgullosa de
sí misma, ha hecho de nuestra excreta de todos los días un desecho
tóxico, que supone costos altísimos para su tratamiento.
Ciudades como Caracas carecen de saneamiento ambiental. Nuestra
cloaca se llama río Guaire. Cada vez que amanecen muertas tone-
ladas de sardinas en Carenero y me dicen que no me preocupe,
que ese “es un efecto natural” me indigno. Todos debemos saber
que este hecho tiene que ver con que por los lados de Carenero, en
Higuerote, desemboca el río Tuy después de que el Guaire se le ha
sumado. El río Tuy arrastra todos los desechos de la zona industrial
del Tuy, más los desechos que el Guaire trae de Caracas. Una vez que
el río llega a Carenero, que desemboca en las costas de Barlovento,
produce una devastación tremenda.
En el 2010 tuve la oportunidad de participar en la Cumbre de los pue-
blos por los derechos de la madre tierra, en Cochabamba. Estando
allí escuché una consigna. Me van a perdonar si no es muy delica-
da en su expresión, sin embargo, es muy profunda en su sentido:
“Quién caga en el agua merece morir de sed”. Esta consigna debería
resonar en nuestras mentes: el acto cotidiano de defecar en el agua
no puede ser por más tiempo continuado sin que nosotros tome-
mos conciencia del daño que ocasionamos.
Sabemos que los pueblos que estamos inmersos en lo que llamamos
cultura occidental no podemos digerir de un momento a otro esta
146
idea, es necesario mucho trabajo para que una bomba de profun-
didad estalle por dentro de nosotros y nos revele el sentido pro-
fundo de la perspectiva de los pueblos indígenas en la cumbre de
Cochabamba. Por ejemplo, cosas tan difíciles de entender para
nosotros como que el agua es sagrada, que el agua posee espíritu
y que tiene una significación que no nos permite hacer de ella un
uso inadecuado.
La esencia del agua es lavar cualquier tipo de inmundicia, por esta
razón se revela contra el hecho de ser el vehículo de arrastre de
heces fecales. Las fuentes de agua no son para eso, es un insulto
a su carácter sagrado, es un insulto a su sentido. No hemos reco-
nocido aún nuestra condición cíclica, al estar en relación íntima
con la naturaleza tenemos la responsabilidad ética individual y
colectiva de que nuestros desechos entren en el ciclo de la natural
de una manera no contaminante, y de una manera coherente con
las necesidades fundamentales de la humanidad.
La humanidad pena por su ego. Cada día perdemos suelo en canti-
dades significativas, estamos desesperados por fuentes de ener-
gía mientras nuestro cuerpo produce energía todos los días, pero
nuestra cultura occidental nos inculca que debemos sentirnos aver-
gonzados por eso, que no debemos verlo ni olerlo. Hay que llevarlo
entonces al río más cercano, a la cañada más cercana. Sin contar
que, una vez contaminadas las fuentes de agua, es necesario com-
prar unas costosísimas plantas de tratamiento, que cuestan mucho
esfuerzo y dinero a la gente. Tenemos el ejemplo de la planta de La
Mariposa en Carabobo, que cuando no está dañada por una cosa
está dañada por la otra, porque está compuesta por chips, por pro-
ductos cada vez más caros y sofisticados. Nos volvemos esclavos de
los vendedores de corotos, no estamos resolviendo las necesidades
de las comunidades. Nos hicieron creer que estas cosas son nece-
sarias, aquellos que descubrieron que nuestras necesidades coti-
dianas pueden producir dinero, y aceptamos esto tranquilamente.
En este momento estoy trabajando en la Universidad Indígena de
Venezuela, en el estado Bolívar. Después de tener mucho contac-
to con distintos pueblos indígenas, sobre todo con los yukpa, en la
sierra de Perijá, comencé a trabajar en la universidad con una visión
147
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Sa
nti
ag
o A
rco
na
da
AG
UA
: ME
RC
AN
TIL
IZA
CIÓ
N V
S D
ER
EC
HO
HU
MA
NO
13
3-1
41
más amplia. A mí me causa mucho dolor cuando entes de poder rea-
lizan acciones sin entender el contexto. Un día vi por el canal Vive a
la ministra para Asuntos Indígenas llevarle a la comunidad pumé,
del estado Apure, un cargamento de pocetas y de tanques para que
hicieran pupú dignamente, así como nosotros lo hacemos. Porque
para nosotros la poceta es lo limpio, lo civilizado, lo higiénico. No
nos damos cuenta de que es todo lo contrario. Es la visión depreda-
dora que parte del criterio de “yo soy el ser humano, poseo la natu-
raleza, el agua me pertenece y hago lo que quiera con ella” y que esa
mentalidad es precisamente la que estamos llamados a derrotar.
Ese hecho me hizo recordar que no hemos llegado aún, que nos falta
mucha reflexión sobre los actos más cotidianos de la vida, sobre la
manera en que la mentalidad del capital y la racionalidad del capital
se cuelan por las rendijas de nuestro diario vivir.
148
Interculturalidad y descolonización como alternativa contrahegemónica para la conservación de la vida
Jorge Viaña Bolivia
Buenos días a todos. Quisiera agradecer a las personas que me han
invitado acá y a todas aquellas personas que han confiado en que
podamos aportar algo a este congreso.
Esta ponencia originalmente tenía un nombre bastante largo
y mezclaba diferentes elementos. Su título era Interculturalidad y
descolonización como alternativa contrahegemónica para la con-
servación de la vida. Pareciese que, con este título, tomé los tres
o cuatro libros que he hecho y los uní en un solo título. Pero hoy
no puedo exponer algo así, tan largo. Plantearé, en cambio, tres
elementos centrales que según creo pueden hacer un aporte en
un congreso sobre diversidad biológica, en el marco de un debate
político sobre procesos de cambio en Latinoamérica.
Una primera cuestión la podríamos llamar la confrontación entre
una visión de interculturalidad, llamémosle funcional o conser-
vadora, y una visión de interculturalidad que podríamos con-
siderar una concepción crítica de interculturalidad. Dirigiré el
debate hacia lo que hemos llamado interculturalidad crítica,
intentando reflexionar sobre un núcleo central que hace proli-
ferar las formas coloniales, clasistas, patriarcales y generacio-
nales de articulación de sistemas estables de dominación. Me
interesa que además podamos reflexionar sobre los límites y las
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
potencialidades del debate sobre interculturalidad, y revisemos
cómo podemos intentar aplicar estos elementos de la intercultu-
ralidad crítica, atendiendo al modo en que se organiza una forma
más sutil de articulación de la dominación, para pensar luego en la
potencialidad, los límites y los desafíos de este aspecto del proceso
que los bolivianos vivimos actualmente.
Enfrentemos, entonces, los conceptos de interculturalidad fun-
cional y de interculturalidad crítica. La visión de interculturalidad
que circula de una forma implícita (porque generalmente no hay
definiciones explícitas) está articulada alrededor de cuatro ele-
mentos o cuatro ejes discursivos que, creemos, son insuficientes.
Como primer eje tenemos la constatación de la diversidad junto
a la presencia de los diversos: los castellanohablantes urbanos
modernos se relacionan con los quechua, los wayúu, etc. ¿Desde
dónde se enfoca este concepto de diversidad? Así comienza el grave
problema de la interculturalidad funcional. Se plantea que los diver-
sos deban ir a un diálogo. Dicho de otra forma, se plantea que toda
matriz civilizatoria tendría que tener más o menos la misma canti-
dad de condiciones y posibilidades para poder dialogar con el otro.
Acá entraría el segundo eje: los diversos dialogan. Se evidencia el
tono conservador de esta visión de interculturalidad. Los diversos,
entonces, dialogan para plantearse en abstracto durante este diálo-
go, sin que se atiendan las condiciones básicas, objetivas y subjeti-
vas que deben respetarse entre ellos; he aquí el tercer eje, se da por
sentado que todos tenemos el mismo potencial para respetarnos;
para que pueda suceder lo que sería el cuarto eje: plantearse el vivir
en armonía. La interculturalidad funcional plantea entonces estos
cuatro ejes: primero, la presencia de diversos; segundo, la idea del
diálogo a priori; tercero, el respeto mutuo; y cuarto, el alcance de la
armonía. Claro que todos queremos vivir en armonía en el mundo.
El problema es que pretendemos obviar lo que causa la falta
de armonía, las contradicciones y las disputas de los proyectos de
sociedad. No es un asunto de malas intenciones o de visiones
maquiavélicas de la realidad.
Me gustaría recordar, para empezar la crítica de esta visión de intercul-
turalidad, el último capítulo de La pedagogía del oprimido de Paulo
152
Freire. Este autor plantea que las matrices civilizatorias, generado-
ras de relaciones de dominación ideológica, política, económica,
simbólica, lingüística, médica, etc., tienden, como diría Freire, a ser
“antidialógicas”; la cultura moderna —resultado de la Ilustración,
del surgimiento de los Estados y naciones, del mercantilismo, del
capitalismo— tendería, en la visión de cualquier persona progre-
sista, a ser una cultura o una matriz civilizatoria antidialógica.
En este contexto, el tema clave no es determinar si la cultura moder-
na es mala o buena; no es un problema de calificación moral. Raúl
Fornet dice que la interculturalidad no comienza en la pregunta
por el diálogo; por el contrario, la interculturalidad comienza
en la pregunta por los factores y las condiciones de ese diálogo.
Existen factores y condiciones que habilitan la posibilidad de un
diálogo en paridad, pero esto casi nunca sucede. Es decir, existen
estratos que han sido subvalorados, minimizados, oprimidos, sub-
estimados, en términos políticos, lingüísticos, culturales, econó-
micos, etc., y por lo tanto, hay una falencia muy profunda en esta
visión de la interculturalidad funcional. Da por sentado un supues-
to de partida que no existe. Existen, en cambio, las posibilidades a
priori o de entrada como, por ejemplo, que los médicos formados
en las universidades coloniales latinoamericanas vayan a asumir
en paridad de condiciones los conocimientos de los chamanes o los
médicos tradicionales. Es decir, todos los que somos vaciados en
la lógica de la tradición y de la formación de la matriz civilizatoria
moderna, tendemos a no mirar o escuchar realmente al otro, como
un otro legítimo.
Todo el mundo moderno, basado en el Estado-Nación, está construido
bajo la premisa de ejercer la voz civilizatoria frente al otro, pensan-
do que tiene la labor de enseñar y civilizar a este otro. De esta forma,
la interculturalidad funcional es profundamente conservadora por-
que en el fondo lo único que hace es exhortar a la buena voluntad
de la gente sin ver las contradicciones materiales, simbólicas, lin-
güísticas, que en definitiva ocasionan la falta de armonía y la vio-
lencia en la sociedad. Digamos, entonces, que existen culturas que
tienden a ser antidialógicas, mientras que hay otras que tienden a
153
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Jorg
e V
iañ
aIN
TE
RC
ULT
UR
ALI
DA
D Y
DE
SC
OLO
NIZ
AC
IÓN
CO
MO
ALT
ER
NA
TIV
A C
ON
TR
AH
EG
EM
ÓN
ICA
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
VID
A 1
43-1
51
ser dialógicas. Esto necesariamente debe ser tomado en cuenta
cuando se hable interculturalidad.
Teodoro Adorno, sociólogo alemán y marxista, llamaría a esto tole-
rancia unitarista: La matriz civilizatoria moderna mercantil, basada
en el liberalismo, está dispuesta a tolerar a todo el mundo siempre y
cuando los otros se adecúen a lo que la ideología de esta matriz consi-
dere el bien y el mal, y a lo que entienda por política, sociedad, Estado,
relaciones, etc. ¿No es sospechoso que el Banco Mundial, el Fondo
Monetario Internacional y todas estas grandes instituciones de poder
político y económico hablen ahora constantemente de interculturali-
dad, de enfoque de género, etc., como si de repente se hubiesen conver-
tido en entes progresistas? Parecería, incluso, que ya estamos viviendo
en el mundo ideal. Díaz Polanco, un viejo militante académico mexicano,
habla del método etnofágico de la época moderna. Este método consiste
en una exaltación efervescente y devocional a la proliferación de la diver-
sidad y de las múltiples identidades, y en un supuesto respeto por esta
proliferación de identidad. Pero el método etnofágico no sólo trata de
resaltar retóricamente la diversidad; sino de poner en marcha, al mismo
tiempo, males socioculturales y económicos de erosión y destrucción,
no de la diversidad en abstracto, sino de las identidades y diversidades
que ponen en cuestión las lógicas de la acumulación del capital o las
lógicas de imposición de los poderes políticos mundiales.
El problema de fondo de la interculturalidad funcional es que no quie-
re indagar, ni develar o discutir la forma en la que están constituidas
las estructuras de dominación. Visto de esta forma, la intercultura-
lidad sólo implicaría unos diversos que se relacionan, se respetan y
viven en armonía. Ahora, ¿las estructuras de poder y las estructuras
estables de dominación, coloniales, clasistas, patriarcales, genera-
cionales, permiten realmente que las culturas puedan tener una
relación en paridad de condiciones, en las que reconocemos verda-
deramente como un otro legítimo al que está en frente? Esto es lo
que no quiere discutir la interculturalidad funcional: las estructuras
de poder y las relaciones de dominación.
En un congreso sobre diversidad biológica no se puede hablar de com-
batir la mercantilización de la vida o de luchar por la vida si no se
hace una crítica a los aspectos políticos, económicos, simbólicos
154
y culturales de esta matriz civilizatoria de la que somos parte. La
paradoja surge cuando nos preguntamos cómo hacemos para com-
batir esto si todos somos producto de esta lógica capital. La cultura
moderna es por excelencia una matriz civilizatoria que enseña rela-
ciones de disparidad. ¿Dónde existen ahora relaciones de paridad:
en los cuarteles, en las iglesias, en el Estado, en la familia? Estamos
construidos bajo una lógica de esta matriz que busca siempre un
jefe o un padre de familia, por ejemplo, llevando siempre a la sumi-
sión, y a la obediencia de estructuras de dominación del Estado,
de la Iglesia, y de todas estas instituciones y empresas que se rigen
bajo una lógica de dominación moderna, clasista y patriarcal. Existe
acá un tema de fondo que necesitamos discutir; no se puede hacer
interculturalidad crítica sin una crítica radical al conjunto del orden
civilizatorio moderno mercantil.
En el lado moderno del desarrollo de la civilización está latente la bar-
barie, en su forma más literal, no figurativa o panfletaria. Debemos
reflexionar sobre los actos más cotidianos de la vida; en ellos se
evidencia la irracionalidad moderna. Por ejemplo, si los habitantes
de la India, que son mil trescientos millones de personas, utilizaran
y malgastaran el papel higiénico como lo hacemos nosotros, ya no
quedarían bosques en el planeta. Esto no lo digo a modo de anéc-
dota: necesitamos hacer una crítica radical de la forma de organi-
zación de la matriz civilizatoria moderna mercantil y de cómo se
constituyen las subjetividades de los que vivimos bajo esa lógica
del capital y el colonialismo. Todos acá somos producto de esa lógi-
ca. Sin embargo, somos muchos los que intentamos sembrar algo
distinto al pensamiento capitalista.
En esta segunda parte de la ponencia hablaremos sobre ciertos ele-
mentos que sirven para reflexionar y profundizar en el vínculo que
existe entre la lucha por la vida, la interculturalidad y la descoloni-
zación. No se puede hablar de interculturalidad crítica sin hablar de
descolonización. Esta descolonización necesita ser pensada desde
varios niveles. El primero, y quizás el más importante, sería el núcleo
en el cual se organizan las formas de dominación. Estas formas pue-
den identificarse de esta manera: la colonial, muy presente en casi
todos los países latinoamericanos, especialmente en países como
155
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Jorg
e V
iañ
aIN
TE
RC
ULT
UR
ALI
DA
D Y
DE
SC
OLO
NIZ
AC
IÓN
CO
MO
ALT
ER
NA
TIV
A C
ON
TR
AH
EG
EM
ÓN
ICA
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
VID
A 1
43-1
51
Ecuador y Bolivia; la clasista, donde todo está determinado por la
articulación de clases sociales, la construcción de castas señoriales
que explotan a los indígenas y a los afrodescendientes; el patriarca-
do, que más allá de un problema de hombres contra mujeres implica
que los beneficios y las condiciones de los hombres (generalmente
blancos y castellanohablantes) son privilegiados, al punto de ser
asimilados por la mentalidad de la mujer (machista); y la generacio-
nal, donde se pone por encima el estatus y las condiciones de las
personas maduras o mayores sobre las condiciones y los derechos
de los jóvenes.
Todas estas son estructuras de dominación muy complicadas y arrai-
gadas en Latinoamérica. La forma de dominación colonial tiene
exactamente las mismas características que la lógica de domina-
ción patriarcal. De hecho, ambas se retroalimentan y se articulan
mutuamente. Podría decirse que Hernán Cortés es uno de los pri-
meros hombres modernos: su figura se constituía entre el capital,
el patriarcado y el colonialismo, esa gran trenza perversa.
En este punto me gustaría hablar de algo llamado la violencia sim-
bólica que explicaré con un ejemplo de la forma de dominación
patriarcal. Imaginemos que un señor, un hombre como cualquiera
de nosotros, llega a su casa. Su esposa le sirve el almuerzo, una
sopa; el hombre sólo hace un gesto porque la sopa está fría y la
mujer se lleva la sopa, la calienta, y la trae de vuelta; la esposa
entiende con un simple gesto lo que quiere su marido. Este ejem-
plo puede trasladarse a otras formas de dominación, a la colo-
nial, la clasista y la generacional. El trasfondo de esta forma de
dominación no tiene vinculación con el cariño en una relación
de pareja; por el contrario, trae adelante el hecho de que la gente
está dentro de una relación de dominación ya naturalizada, como
si este tipo de relaciones ya fuesen normales. Justamente allí es
donde comienza el problema en las relaciones de dominación: se
toma por sentado el hecho de que existe una jerarquía y que hay
cierto grupo de personas que trabajan para servir a otros, mientras
que hay otro grupo de personas que existen para ser atendidos.
Esto se encuentra ya tan naturalizado y tan arraigado en nosotros
que la persona dominada ya sabe de antemano qué es lo que quie-
156
re la persona dominante (casi como si le leyese la mente), sin que
esta última tenga que pedirlo. No es necesario exigir obediencia o
sumisión porque simplemente el otro ya se encuentra dispuesto
a servir. Lamentablemente, esta persona dominada no ha adquiri-
do consciencia de que se encuentra en una posición de sumisión
y servilismo.
No sólo se articulan las lógicas de dominación, sino que en la idea
de colonialismo está presente el hecho de que toda la sociedad
se envilece cuando hay relaciones de dominación colonial y
clasista. El dominado se envilece porque interioriza la mirada,
el deseo y las aspiraciones del amo o del dominante: construi-
mos una lógica de articulación de nuestra subjetividad a partir de
esas lógicas de dominación que implican satisfacer al dominante.
Diciéndolo de otra forma: construimos almas de esclavos. Por otro
lado, las castas y las clases dominantes también están envilecidas
porque viven como un privilegio algo que es sumamente perverso:
tener la visión compulsiva de creer que deben ser servidos por los
indígenas o por cualquier persona de un estatus menor. La aspira-
ción emancipadora de la descolonización no es volvernos como
las castas señoriales o como los burgueses, no queremos tener
resueltas nuestras necesidades materiales y convertirnos a la vez
en seres perversos y envilecidos, que asumen como objetos a los
otros seres humanos.
Este envilecimiento puede trasladarse también a las formas de domi-
nación patriarcal, en cuanto al tema del machismo. Por ejemplo,
los hombres que ven a las mujeres únicamente como objetos
sexuales o de consumo. Todas estas relaciones nos muestran un
dominado envilecido, porque es producto de la lógica del capital.
Nuestras propias estructuras cognitivas están construidas bajo las
lógicas del capitalismo, el colonialismo y de estas formas de domi-
nación. La dominación, como veníamos diciendo, se convierte en un
hecho natural, se neutraliza, y se transforma en algo que ni siquiera
vemos como un problema. Sin embargo, es debido a esta neutrali-
zación que surge el gran problema de nuestra sociedad moderna:
se invierten todas las relaciones reales y simbólicas; lo que es un
hecho de sumisión y de servilismo muchas veces tiende a ser leído
157
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Jorg
e V
iañ
aIN
TE
RC
ULT
UR
ALI
DA
D Y
DE
SC
OLO
NIZ
AC
IÓN
CO
MO
ALT
ER
NA
TIV
A C
ON
TR
AH
EG
EM
ÓN
ICA
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
VID
A 1
43-1
51
como una virtud. Y no sólo esto, vemos, además, una inversión de
los valores morales. Coloquemos un ejemplo. En esta sala entra de
repente una persona que tiene mucho capital simbólico, político,
económico, estatal, y muchos de nosotros tenderíamos a asumir
ante ella la actitud de una persona sumisa, servil y oprimida, o
también podríamos decir, una actitud de adulación. Lo que sería
una relación perversa e indigna, se transforma y es vista como un
despliegue de virtud.
El tema clave que necesitamos resolver es el arraigo de la dominación,
tan presente en nosotros; por esto es tan difícil hacer verdaderas
revoluciones, profundas, serias, sistemáticas, que transforman
radicalmente el orden establecido, como diría Marx. No es sufi-
ciente minar ciertos aspectos del Estado —que también es bas-
tante importante— ni deconstruir las estructuras establecidas
de las instituciones y el Estado. Vale preguntarse, ¿por qué si los
oprimidos somos mayoría en la sociedad, hacemos revoluciones y
nuevamente volvemos al punto de partida y fracasamos? Pongo en
este punto el ejemplo de Bolivia: un autor fundamental de este país,
René Zavaleta Mercado, acuñó una frase extraordinaria: “Somos
tan poderosos ante el enemigo y tan débiles ante nosotros mis-
mos”. Zavaleta hace una interpretación sobre la revolución de 1952
en Bolivia, preguntándose, ¿por qué los mineros que hicieron una
de las revoluciones más heroicas y proletarias en el siglo XX, tan
heroicos y radicales en el enfrentamiento, no mostraban capacidad
de autogobierno? ¿Por qué llamar al doctor Paz, que se encontraba
en Buenos Aires, para que los gobernara? A la revolución boliviana
nadie le robó el poder, dice Zavaleta; fueron los mismos mineros los
que renunciaron al poder. Esto responde justamente a lo que veni-
mos discutiendo desde hace rato: los mineros no veían a los indios
de las comunidades como para organizar junto a ellos una estruc-
tura de autogobierno. Quizás estaban marcados por las estructuras
de la modernidad, aunque eran muy heroicos en la lucha, o quizás
no habían construido referencias de las disoluciones de la lógica del
capital. En su propia estructura cognitiva estaba el último resquicio
de la supervivencia del capital y del colonialismo.
158
Debemos comprender cómo subvertir el orden capital de la domina-
ción patriarcal y generacional; no vale ya hacer el mismo esfuerzo
de siempre: es necesario hacer otro tipo de esfuerzos, más siste-
máticos, más profundos. Necesitamos instalar prácticas emanci-
padoras y generar referencias de autogobierno, crear consciencia
del poder que se tiene. Solamente cuando la clase obrera lucha para
negarse como capital variable, como diría Marx, se convierte en
revolucionaria. Para descolonizarnos y para destruir las relaciones
del capital, necesitamos ver que no queremos ser como los burgue-
ses ni como las castas señoriales; debemos plantearnos un horizon-
te emancipador en el que realmente destruimos estas lógicas. Las
lógicas del capitalismo mercantil nos llevan a construir fetiches,
enajenaciones y a convertir al hombre en una cosa, en un objeto
o herramienta: el hombre como valor de uso desechable para acu-
mulación del capital.
Finalmente, quisiera tratar un último punto, un tema clave en Bolivia:
el hecho de que necesitamos plantearnos una posición que supere
dos grandes visiones y concepciones que, para mí, son equivoca-
das. Una de ellas es una visión o una crítica malintencionada, sin
principio de realidad, que generalmente acaba en posiciones muy
conservadoras, y que es también una posición un tanto pragmática
y triunfalista que no ve los errores y los problemas que necesitamos
resolver en nuestro proceso boliviano. Por otro lado, existe otra
visión y una crítica catastrófica y pesimista de los entes burgueses.
Sucede en Bolivia que han empezado a hacerse visibles ciertas con-
tradicciones internas que se han acumulado para hacer viable el
proceso de la primera gestión de Evo Morales. Un ejemplo de esto
es cuando se plantea las formas de democracia comunitaria y de
autorepresentación indígena. ¿Dónde encontramos el estado plu-
rinacional? Es un germen muy interesante y con potencial, pero
germen al fin. Debemos evaluar con precisión dónde estamos y qué
cosas realmente hemos cambiado. Cometemos dos grandes erro-
res. Somos demasiado pesimistas: no reconocemos los avances del
proceso, pero también es un error creer que todo lo hemos hecho
bien y que no hay necesidad de hacer crítica. Igualmente, es nece-
sario para hacer viable este proceso que los altos funcionarios del
159
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Jorg
e V
iañ
aIN
TE
RC
ULT
UR
ALI
DA
D Y
DE
SC
OLO
NIZ
AC
IÓN
CO
MO
ALT
ER
NA
TIV
A C
ON
TR
AH
EG
EM
ÓN
ICA
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
VID
A 1
43-1
51
Estado tengan la capacidad de entender y procesar esa discusión,
y que exista una crítica fraterna.
En Bolivia estamos en un proceso complicado porque han salido a la
luz estas contradicciones internas y está comenzando a surgir un
problema: empieza a darse una especie de fractura o, por lo menos,
una fisura en el bloque de poder del gobierno: se ha roto el pacto
de unidad. El poderoso elemento de transformación que venía tra-
yendo este proceso había sido ese pacto de unidad. Necesitamos
asumir aquí la corresponsabilidad de que estamos cometiendo
excesos y torpezas desde ambos lados, tanto desde las organi-
zaciones indígenas, como desde las estructuras de gobierno que
no tienen la cautela suficiente para no seguir profundizando esta
fisura. Una posición profundamente emancipadora implicaría ser
responsable, tener la capacidad de hacer crítica cuando hace falta,
pero siempre intentar generar la unidad desde el gobierno y desde
las organizaciones para remontar este problema que está empe-
zando a enfrentar el proceso boliviano.
160
161
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Jorg
e V
iañ
aIN
TE
RC
ULT
UR
ALI
DA
D Y
DE
SC
OLO
NIZ
AC
IÓN
CO
MO
ALT
ER
NA
TIV
A C
ON
TR
AH
EG
EM
ÓN
ICA
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
VID
A 1
43-1
51
Demarcación: importancia de los territorios indígenas para la conservación de la cultura y la vida
José Gregorio Díaz Mirabal Venezuela
(Palabras de introducción en arahuaco)
Quise saludarlos en mi idioma, arahuaco curripaco, del sur de la Ama-
zonía venezolana. Dije: me llamo Gregorio Mirabal. Vengo de la
cuenca del río Atabapo, y mis orígenes están en la región sur de la
Amazonía venezolana, en la frontera con Colombia y Brasil. Otra
parte de mi familia habita también en la cuenca del río Orinoco,
en la cabecera, detrás del cerro Autana. Dije esto y saludé a los
pueblos presentes, a ustedes, de otros pueblos latinoamericanos,
de nuestras tierras, y a toda la gente que no es indígena, a los her-
manos campesinos, a los hermanos afrodescendientes. También
quería felicitar a este tercer Congreso Venezolano de Diversidad
Biológica, especialmente a Ana, quien hizo un esfuerzo para que
viniéramos. Lo digo porque creo que las personas que de verdad
están preocupadas por lo que estamos diciendo, muchas veces,
lamentablemente, no son tomadas en cuenta en los espacios
donde se toman decisiones. Quienes luchamos desde abajo a
veces no podemos participar en las decisiones que se toman en
niveles superiores. Pero en este evento se han podido escuchar
muchas voces.
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Trabajo en la Comisión de medio ambiente y territorio habitado por
indígenas de la Asamblea Nacional. Hay una subcomisión para
los pueblos afrodescendientes. Está el diputado Modesto como
representante allí. De último digo que soy diputado. Llegamos allí
por una coyuntura histórica, en el año 1998, cuando tras el Cara-
cazo y todo lo ocurrido, emergió un liderazgo que se metió en el
corazón del pueblo venezolano, latinoamericano y mundial, que
es el comandante Hugo Chávez Frías. Quizás nosotros nos colea-
mos allí; estamos aquí por eso, por incorporarnos a esas luchas
populares.
Quería hablar un poco sobre el concepto de territorio para nuestros
pueblos. Lo plantearé de la siguiente manera: voy a hacer uso de
nuestra tradición oral; los hermanos jira jara, los campesinos y los
afrodescendientes, compartimos una cultura oral, y estamos en ese
proceso de apropiarnos de las tecnologías. A pesar de que estamos
en la Asamblea Nacional todavía estamos en un proceso de apren-
der y des-aprender. En primer lugar, yo quería hablar de la cosmo-
visión propia de nuestros pueblos sobre el territorio. Este proceso
que comenzó en el noventa y ocho ha sido muy intenso: aprendi-
mos en la calle, en los ríos, en las ciudades peleando por nuestros
derechos, no en la Universidad, no aprendimos y desaprendimos
haciendo doctorados. Es por eso que luego quisiera tratar la con-
cepción actual de territorio, no solo de los pueblos indígenas, sino
desde diversas ópticas. También quería exponer los grandes avan-
ces que hemos tenido, así como nuestras grandes preocupaciones,
y quería finalmente expresar, desde nuestro punto de vista, cuáles
son las decisiones que debemos tomar en este momento.
Para hablar de la visión indígena sobre territorio quiero partir de una
experiencia propia. Durante el proceso constituyente me corres-
pondió organizar a los veinte pueblos indígenas de la Amazonía
venezolana, para que fuésemos a participar en el proceso constitu-
yente. A mí me tocó la tarea de visitar a las comunidades, municipio
por municipio, la labor de organizarnos y movilizarnos a la capital
para presionar, para que se tomara en cuenta nuestro derecho
como pueblo indígena. Ustedes recordarán que en el proceso cons-
tituyente había gente de derecha, de izquierda, del medio, militares,
164
etc. Recuerdo que la primera vez que aparecimos en el hemiciclo
de la Asamblea Nacional uno de los titulares del periodismo de la
derecha decía “aquí hay de todo como en botica”, y apareció una
foto de nosotros en guayuco, con nuestro traje tradicional. Como
burlándose de nuestra presencia en la Asamblea Nacional. Una foto
en la que una persona aparece vestida con un flux y una corbata,
viéndonos como si nosotros fuésemos extraterrestres; eso apareció
en primera plana en ese momento.
El día en que se aprobó el derecho de los pueblos indígenas en la
Asamblea Nacional, el pueblo venezolano se dio cuenta de que
existían los pueblos indígenas, que no eran los mismos que apa-
recían en los libros que todavía están en nuestras escuelas. La
referencia que tenía el pueblo venezolano era la de esos maestros
que dicen “hace quinientos años había indígenas”, o la de Guai-
caipuro. La gente pensaba “ya murieron”, o “ya no existen”. En
ese momento se dieron cuenta y dijeron: ¿y dónde estaban estas
personas? Ese fue el primer aprendizaje que se dio en colectivo al
país. El día que se aprobó en plenaria, el gran poeta constituyente,
Gustavo Pereira, leyó un poema dedicado a los pueblos indígenas,
para sensibilizar a todas las personas responsables de levantar la
mano y aprobar los derechos de los pueblos indígenas. Él tituló el
poema: “Sobre salvajes”. “...Para decir madre dicen ternura/para
decir ternura dicen entrega/tienen tal confusión de sentimientos/
que con toda razón las buenas personas que somos/les llamamos
salvajes”. A mucha gente le llegaría al corazón. A otros no les gustó
mucho lo que dijo. Pero ese día se aprobaron los derechos indíge-
nas en la Asamblea Nacional.
Quería comenzar contando esto porque tiene relación con nuestra
visión del territorio, una visión que quizás comenzó hace mucho
tiempo con el sacrificio, con la guerra de resistencia, con el proceso
de colonización, de conquista, donde quedaron sembrados Guai-
caipuro, Tupac Amaru, Atahualpa. Hoy continuamos en la misma
lucha. Creo que el concepto de territorio para nosotros en aquel
momento y ahora significan lo mismo, porque nuestra cultura nos
ha ido enseñando eso de generación en generación. ¿Qué significa
el territorio para nosotros? Concepciones y ceremonias se implican,
165
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
José
Gre
go
rio
Día
z M
ira
ba
l D
EM
AR
AC
IÓN
: IM
PO
RTA
NC
IA D
E L
OS
TE
RR
ITO
RIO
S IN
DÍG
EN
AS
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
Y L
A V
IDA
153
-162
creencias con respecto al origen de la vida y de la muerte, al bien y
al mal, y a las formas de curación dentro y fuera de nuestro espa-
cio geográfico. Territorio no es sólo tocar o sembrar en la tierra.
En él está la explicación de dónde venimos, para dónde vamos, a
dónde regresamos, y tiene que ver con oraciones, con sueños. Yo
lo relaciono con el poema porque tiene que ver con eso.
Nuestra visión de territorio también se relaciona con el uso que le
damos a las plantas, a los animales, a los suelos, a las aguas y a los
minerales. Cada uno de ellos tiene un uso para nosotros y es por eso
que hay una relación de respeto. Como decía, nuestro territorio
tiene que ver con oraciones, cantos rituales, danzas y sonidos,
porque generalmente eso nace de la madre tierra. También tiene
que ver con las artesanías, las cerámicas, los tejidos, las pinturas
y los símbolos que utilizamos; con el manejo de nuestras semi-
llas, con nuestros cultivos, con nuestros sistemas de caza, pesca
y recolección. Es todo eso. El concepto de territorio es muy amplio
para nosotros.
Cuando visitamos otras comunidades dentro de nuestro territorio
no viajamos solos, viajamos con nuestros espíritus, con nuestros
dioses, con nuestras visiones, con la Luna, con el Sol, con la Lluvia,
y nos llevamos también a nuestros animales, al perro, a la guaca-
maya, al loro. Nunca viajamos solos, viajamos con el arco, la flecha,
la curiara, el bombo; es una visión colectiva. Y tenemos un sistema
de manejo económico colectivo del territorio: conocemos la pre-
paración, la conservación de los alimentos, de los medicamentos,
los medios de transporte, de trabajo y protección. Y por supuesto
todo esto implica la observación de unas normas propias dentro
de nuestra cultura, tenemos códigos propios: nuestros idiomas.
Hablo de las Montañas, el Agua, de la Lluvia, del Sol, de los Ríos, como
sitios sagrados: todo eso en nuestro contexto es territorio. Cree-
mos que cualquier proceso, cualquier política que quiera exami-
nar esto tiene que respetar en primer lugar a nuestros pueblos,
a nuestra cultura, junto a los derechos de la madre tierra. Esta
166
concepción de territorio que he compartido con ustedes muchas
veces es rechazada. Dicen que es un concepto folklórico, que es
un mito, una leyenda, que no son conocimientos científicos. Eso
es un irrespeto a nuestros conocimientos ancestrales. Y ahí es
donde chocan nuestros valores con la cultura occidental, con la
cultura mercantilista.
Justamente en estos tiempos son pertinentes estos valores nues-
tros, para detener la constante destrucción de la madre tierra;
hace falta implementar estos valores, conocerlos, practicarlos,
para poder detener ese proceso de destrucción. Si no ponemos
en práctica estos conocimientos, que no se ofrecen en las escuelas,
que todavía no ha implementado esta educación colonizadora que
tenemos, entonces no habrá esperanza. Tienen que oír, y tomar en
cuenta nuestra palabra, la de los campesinos, y la de los afrodes-
cendientes. Esta es mi primera reflexión sobre nuestra concepción
de territorio.
Sobre ese otro punto de vista del territorio: ¿cómo vemos que lo ve
otra gente? Quiero hablar de esto porque por casualidad, cuando
dirigía la organización, llegaron unos investigadores a nuestro
territorio. Venían de Europa y de Estados Unidos. Les preguntamos
adónde iban y qué iban a hacer, y nos dimos cuenta de que llevaban
plantas, equipos sofisticados de detección de minerales, y estaban
haciendo una base de datos sobre el conocimiento indígena. Así
comenzó nuestro aprendizaje, de ahí salimos, del monte, a averi-
guar qué era eso y estamos aquí. Llegamos a denunciar el hecho a la
Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, tuvimos un pro-
blema con la Academia de Ciencias de Austria, tuvimos problemas
con el Instituto Botánico de Nueva York. Fuimos interpelados en la
Academia de Ciencias de Venezuela porque decían que estábamos
locos, que cómo se nos ocurría enfrentar a la ciencia, que cómo
íbamos a enfrentar a las instituciones científicas más grandes del
mundo: alegaron que queríamos seguir siendo salvajes por allá
si pretendíamos que no tocaran nuestros conocimientos. De esa
167
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
José
Gre
go
rio
Día
z M
ira
ba
l D
EM
AR
AC
IÓN
: IM
PO
RTA
NC
IA D
E L
OS
TE
RR
ITO
RIO
S IN
DÍG
EN
AS
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
Y L
A V
IDA
153
-162
lucha tuvimos que aprender, y tuvimos que hacer un doctorado en
la calle, peleando.
Hemos tenido la oportunidad de nacer y crecer en territorios de bos-
ques, territorios ricos en minerales. Tenemos el ecosistema andino y
la cuenca amazónica, ahí vivimos nosotros, y dentro del ecosistema
Andino está: Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Venezuela. Un ecólo-
go británico los califica como el epicentro de la biodiversidad. Son
un millón cuarenta y dos mil hectáreas. Dice que hay ciento treinta
y tres ecosistemas que superan los quinientos metros sobre el nivel
del mar, que serían los ecosistemas andinos. Habla de cuarenta y
cinco mil especies de plantas, tres mil cuatrocientas especies de
animales vertebrados. Todo esto lo dice un ecólogo británico que
está estudiando los mapas y ecosistemas andinos, pero ni nombra
a los pueblos indígenas. No nombra a las personas que viven allí,
que según creo, es la riqueza cultural más importante. Pero para las
empresas farmacéuticas, para las empresas transnacionales esos
son los números importantes.
La Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazó-
nica tiene otra visión. Decimos que somos trescientos noventa
pueblos indígenas, dos millones de habitantes, diez millones de
kilómetros cuadrados, e igualmente están todos los países que
nombré, más la Guyana francesa. También somos una reserva
mundial de conocimiento tradicional, somos una reserva mundial
de bosques tropicales, somos una reserva mundial de biodiversidad
y aguas dulces; pero somos un objetivo mundial de las empresas
transnacionales.
Ante estas dos visiones de desarrollo está la nuestra, que para ellos
no tiene valor, porque no nos interesa explotar, pero para ellos esos
datos significan miles y miles de millones de dólares y poder. Y
por eso en este momento tenemos que unirnos, los campesinos,
los afrodescendientes. Tenemos que tratar de hacer eventos pro-
movidos por nosotros mismos y fortalecer esa lucha que nosotros
queremos enfrentar. Ante esta situación quiero preguntarnos: ¿qué
queremos?, ¿seguir con un modelo colonialista, neoliberal, desarro-
llista? Para poder seguir comercializando nuestros recursos natura-
les, ¿eso es lo que se quiere? Yo creo que ese modelo es el mismo que
168
nos invadió en1492, que saqueó y luego colonizó. E implantó las
dictaduras en América latina y ahora quiere destruir los gobiernos
progresistas, como los de Venezuela y Bolivia, como el de Ecuador.
Ese es el modelo que hay que enfrentar. Por eso hago un llamado a
nuestros voceros que van a la cumbre de Río+20 para ir en contra de
ese modelo. Yo me anoto en el modelo de los pueblos en resistencia,
que siguen luchando por los derechos de la madre tierra y el buen
vivir de la generaciones presentes y futuras. Hay que retomar la
conferencia mundial de los pueblos sobre los cambios climáticos
y los derechos de la madre tierra. Hay que apoyar a la CELAC, que es
todo un instrumento de lucha para la reivindicación, no solamente
de la soberanía como pueblo, sino de la defensa de lo que nosotros
consideramos que es nuestro. Ese socialismo bolivariano que qui-
zás van a ver nuestros nietos, porque todavía está en proceso de
construcción. Tenemos que analizar cómo vamos a enfrentar estas
guerras que vendrán por la biodiversidad, por el agua potable. Ya
las sufrimos por el petróleo. Debemos enfrentarlas como pueblo.
Y una de las cosas que debemos hacer es dar a respetar la consulta
previa, libre e informada, a todos nuestros pueblos.
Quiero resaltar ahora los grandes avances que hemos alcanzado en
nuestro país, porque hay que reconocerlos. En este momento, los
pueblos indígenas gozamos del reconocimiento jurídico más avan-
zado, por primera vez en la historia de nuestro país. Tenemos el
marco más amplio para la aplicación de políticas públicas. Tene-
mos aproximadamente sesenta y cuatro instrumentos jurídicos
en Venezuela a favor de los pueblos indígenas, incluyendo leyes,
decretos, resoluciones y convenios internacionales. Agradecemos
que nos hayan hecho visibles en esas sesenta y cuatro leyes, y que
todavía sigamos discutiendo leyes en la Asamblea Nacional. Tene-
mos un ministerio indígena y presencia en la mayoría de las misio-
nes e instituciones; tenemos alcaldías, gobernaciones, consejos
legislativos, y en la Asamblea Nacional tenemos representantes
en los poderes públicos como nunca antes. Somos reconocidos en
diez estados del país con población indígena, tenemos cuarenta
pueblos reconocidos constitucionalmente según la ley orgánica
169
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
José
Gre
go
rio
Día
z M
ira
ba
l D
EM
AR
AC
IÓN
: IM
PO
RTA
NC
IA D
E L
OS
TE
RR
ITO
RIO
S IN
DÍG
EN
AS
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
Y L
A V
IDA
153
-162
de pueblos indígenas, y el mayor alcance en cuanto a políticas
sociales para los pueblos excluidos.
Reconocemos todo esto, pero también tenemos nuestras preocupa-
ciones al respecto. A pesar del elevado vuelo constitucional en nues-
tro beneficio, todavía, en el marco por la lucha de la construcción
del socialismo indígena bolivariano, latinoamericano también, que
lleva trece años; todavía está entre nosotros la estructura colonial y
neoliberal. Vive en nuestras instituciones, permanece en nuestras
escuelas, y todavía se desconocen los avances de los grados en los
pueblos indígenas en las leyes que ya les nombré, en esas sesenta
y cuatro leyes, que la mayoría de las instituciones muchas veces
desconoce o simplimente no aplica. Y nosotros, aún débiles, no las
hacemos respetar.
Voy a poner casos puntuales de nuestras grandes preocupaciones.
Los procesos de demarcación: tenemos un ministerio indígena que
está haciendo los esfuerzos, pero que, como lo decía el compañero,
al mismo tiempo sigue fortaleciendo a los enemigos de nuestros
territorios. Al pagar cualquier cantidad de dinero están avalando
que ellos tenían razón, que no son nuestros territorios, cuando
en realidad nos despojaron. En algunos títulos de propiedad que
han dado en la región oriental y occidental, todavía se reconoce
la presencia de los terceros. Todavía hay miedo de hacer respetar
y reconocer el territorio de los pueblos indígenas.
Muchas veces el ochenta por ciento del personal de un ministerio:
técnicos, asesores, son personas que quizás no están comprome-
tidos con la lucha de nuestro pueblo; y esto es una realidad. Noso-
tros tenemos un proceso de autodemarcación en este momento.
Mañana tengo que estar en un congreso en el estado Amazonas.
Se prometió que en este mes de agosto se iban a demarcar terri-
torios indígenas en la Amazonía, porque es un estado indígena. Y
queremos ver cómo va a ser ese proceso, porque hay un proceso
de autodemarcación que lo hacen los pueblos, en que ellos dicen
donde están sus límites, porque ellos son los que viven ahí y cono-
cen. Y no puede ser que los técnicos vayan a decir “es por aquí,
este es tu territorio”. Nosotros vamos a dar esa pelea para que el
170
estado Amazonas nos dé el título. Porque ahí no hay terceros, es
un estado indígena.
El proceso de administración de justicia es otro asunto entre nuestras
preocupaciones. Hablaba el compañero sobre el caso de la sierra
de Perijá. Hace dos semanas estuvimos allí los de la comisión per-
manente de pueblos indígenas de la Asamblea Nacional, y tuvimos
que ir escoltados por el ejército y la Guardia Nacional, porque los
terratenientes estaban armados. Y fueron a la Asamblea arma-
dos, a amedrentar a los pueblos indígenas en su propio territorio.
Tuvimos que pedirle a las fuerzas militares que desalojaran a esas
personas para que nosotros pudiésemos hablar con nuestros her-
manos. De hermanos a hermanos, no como diputados, sino como
hermanos, para saber qué está pasando.
Y lo que decía el compañero es cierto, los hermanos fueron asesina-
dos por defender su territorio con armas de alto calibre, armas
que sólo tienen nuestras fuerzas armadas. En este momento soli-
citamos una investigación de la fiscalía nacional,—porque hay
que irse a la competencia nacional, si se baja a la competencia
municipal o estatal, se sabe que no va a pasar nada—. Ese sería
un ejemplo pequeño de lo que está pasando en este momento, lo
que está pasando con ellos y con nosotros también.
Tenemos un gravísimo problema con la minería ilegal, ochocientos
dos mil kilos de oro están saliendo semanalmente de nuestro país, y
no benefician a los pueblos indígenas, ni siquiera se quedan aquí.
Y por las fronteras, el combustible, el contrabando. Por la guerra que
hay en Colombia, están llegando a nuestros municipios indígenas
desplazados. Siempre viene gente buena y gente mala.
Otro problema es el del desarrollo de la faja petrolífera del Orinoco.
Queremos pedirle a los hermanos que estén aquí que nos ayuden
a monitorear cuál va a ser el impacto ambiental y sociocultural en
nuestros pueblos, y eso es importante. En el caso específico de
Amazonas nuestro territorio es de ciento ochenta y tres mil kiló-
metros cuadrados, habitamos veinte pueblos indígenas, y somos
el estado con mayor diversidad de pueblos indígenas de nuestro
país. Representamos casi el veinte por ciento del territorio vene-
zolano. Imagínense demarcar ese territorio. Si nos juntamos con
171
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
José
Gre
go
rio
Día
z M
ira
ba
l D
EM
AR
AC
IÓN
: IM
PO
RTA
NC
IA D
E L
OS
TE
RR
ITO
RIO
S IN
DÍG
EN
AS
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
Y L
A V
IDA
153
-162
Bolívar, con los pueblos indígenas de Bolívar, representaríamos el
cincuenta por ciento del país. Entonces cuando se preguntan por
qué no han demarcado nuestro territorio, quizás en eso se encuen-
tra alguna respuesta.
Vivimos en parques nacionales y monumentos naturales todavía.
Necesitamos sentarnos urgentemente con las instituciones para
ver cómo vamos a asumir esa situación. Seguimos viviendo en
territorios amenazados, en este caso, por gente de nuestro mismo
gobierno, que se visten de rojo pero que están contaminados por
capitalismo, por las empresas extractivistas, porque desgraciada-
mente en nuestros conucos el suelo es rico en minerales. Nosotros
preferimos hacer nuestro conuco a buscar lo que está abajo, pero
ellos quieren eso justamente, y por ellos nos vemos amedrantados
sin descanso. Esa misma situación se ve en Panamá, en Bolivia, en
Ecuador, en Colombia.
Para finalizar quiero presentar algunas propuestas para la toma de
decisiones. Creo que en todo el país hay que elevar el nivel de arti-
culación del gobierno socialista bolivariano con los que estamos
comprometidos, con los pueblos indígenas, afrodescendientes y
campesinos. Elevar el nivel de articulación es necesario.
Con respecto a los procesos de demarcación y autodemarcación de
nuestros territorios, si queremos garantizarlos de manera efecti-
va, tenemos que articularnos para aplicar y promocionar nuestras
leyes, esas leyes que nos favorecen, y hacerlas respetar. Hay que
meterle el ojo a las leyes que se están aprobando. En este momen-
to está en discusión la ley de desarme, y en esa ley hay un artículo
que criminaliza el uso del arco y la flecha, dicen que es un arma de
guerra. Estamos peleando en la Asamblea Nacional porque para
nosotros ese es un instrumento de caza, de pesca. Todavía encon-
tramos gente que no quiere que avance la revolución.
La ley de bosques está en discusión, y allí estamos peleando por tres
cosas: primero, que se reconozcan los sistemas tradicionales de
conservación del ambiente por los pueblos indígenas, que se intro-
duzca el concepto de diversidad de culturas de los pueblos indí-
genas con respecto al aprovechamiento de los recursos naturales
de forma sustentable, y que se respete dentro de nuestro hábitat
172
y territorio. Buscamos que se respeten los modos de vida de nues-
tros pueblos, que se tome en cuenta el patrimonio cultural de los
pueblos indígenas sobre las plantas y los animales que se utilizan
para la alimentación y medicinas tradicionales. Esto es algo que no
contempla esta ley. También exigimos que se respeten a los habi-
tantes de los pueblos indígenas como protectores originales de los
bosques, que deben ser respetados en su derecho de entidades tra-
dicionales. Esta ley habla de los bosques, pero no de la gente que
está allí. También creemos que toda investigación que sea realizada
en un pueblo indígena debe tener el consentimiento de ese pueblo.
Esto es un pequeño ejemplo de la lucha que estamos dando en la
Asamblea Nacional.
Y hago un llamado al director de la oficina de diversidad biológica: en
el 2002 propusimos crear el método de los pueblos indígenas de
Venezuela para la protección de los conocimientos tradicionales.
Entonces se llegó a un acuerdo, pero esperamos retomarlo para
dar un aporte a la lucha mundial por la conservación de los conoci-
mientos indígenas, por la defensa de la madre tierra y por nuestra
defensa, que somos sus hijos, porque sabemos que el gobierno
venezolano va a dar esa batalla internacional, porque no estamos
solos en el planeta en este aspecto.
173
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
José
Gre
go
rio
Día
z M
ira
ba
l D
EM
AR
AC
IÓN
: IM
PO
RTA
NC
IA D
E L
OS
TE
RR
ITO
RIO
S IN
DÍG
EN
AS
P
AR
A L
A C
ON
SE
RV
AC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
Y L
A V
IDA
153
-162
Importancia de la recuperación de los espacios urbanos para la vida
Flavia Piñango Venezuela
Me llaman Flavia Alejandra Piñango de López. Nací en la Parroquia
Sucre, oeste, Distrito Capital, Municipio Bolivariano Libertador, que
se conoce popularmente como Catia. Fui engendrada en el sector
de Cútira. Allí está mi ombligo. De allí sigue nutriéndose mi lucha.
Hace bastante tiempo, cuando yo tenía dos moñitos, conocí al
maestro normalista Ignacio de Souza, que actualmente escribe
la historia de Catia para validar un doctorado. Fue mi profesor
en la escuela. Él es una de tantas personas que han llegado a mi
vida aportando algo muy valioso. Con personas así empiezan las
luchas, al menos la mía.
En el trabajo del profesor Ignacio de Souza —según dice Quintana,
citado por Evans en 2009—, se afirma: “Catia, sector de nombre
indígena, tiene un origen que se remonta a casi cinco siglos atrás,
momento en el cual eran comunes las luchas entre los españoles y
los indígenas venezolanos”.
Decir que somos de Catia es decir “nosotros los indígenas, también
indígenas de Catia”. La cultura central indígena se mezcla con esa
cultura negra, dándome este colorcito que no elegí. Catia: soy la
negra Flavia, y soy catiense. Con la autoridad de este gentilicio,
tengo que decirles que comencé luchar desde los nueve años.
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Desde la escuela soy la negra Lorenza, vocera (hoy se dice “vocera”,
antes se decía “delegada”).
Me tocaba llevar la tiza. Y desde la tiza a la pizarra verde asumía un
poder en mi escuela, la Miguel Antonio Caro. Entonces decían, para
minimizar mi lucha, que iba a ser marimacha. Yo, que soy hija de
Flora y Julio, oriundos del campo mirandino; estaba en un pupitre
secuestrada y tenía que buscar en el recreo las maneras de crear
y redescubrir. Hoy la Miguel Antonio Caro cuenta con 1125 niños, y
como ex alumna sigo en ella.
Se habrán dado cuenta de que voy al pasado y me ubico en el presen-
te. Lo hago para dar respuesta al para qué, por qué y cómo hemos
llegado aquí, a este Tercer Congreso de Diversidad Biológica. Para
algunos es muy fácil sentarse y decir debe ser así, debió ser asao;
pero usted no estaba cuando había que ser sancochao.
Sigo relatando. Me sitúo ahora en mi núcleo familiar, con mis dos
hermanas hembras y mi hermano varón, en una casa normal, con
una familia que te toca la puerta a cualquier hora y te pide ayuda.
Así fui creciendo. Por eso para mí es normal que vaya subiendo
por mi casa y me digan: “Flavia, necesito que me ayudes a hacer
esto; negra, ¿cómo hago lo otro?; negra, te estamos esperando
para que nos ayudes en algo”. Por eso creo que la lucha se inicia
desde el vientre de tu madre, que se asienta en el nido en el que
te van cultivando, mientras vas entendiendo, desde tu familia,
quiénes son la comunidad, para que en comunidad te identifiques
y asumas tu arco y tu flecha, o tu espada revolucionaria o el fusil,
si se diese el caso.
Entonces me meto y me meten en el mundo de la iglesia (imagínense
ustedes a dónde fui a parar yo). Esta negrita, medio esclava para
algunos, inserta en la cultura de mi padre Dios que reconozco:
Dios padre, hijo y espíritu santo. Escuchando discursos, a veces
secuestrados, de un Cristo que no llegó por azar hace más de dos
mil años. Han secuestrado estos discursos para seguir apoyando
las prácticas que nos niegan como seres. Entonces desde esa prác-
tica nos explican: “porque es que el indio es bruto”, y comenzamos
a desconocernos a nosotros mismos allá en Catia, y comienzan a
176
conocernos y comenzamos a reconocernos como los malandros
de Catia, porque así nos llaman: “los malandros de Catia”.
Ahora ustedes están comprobando que allá no hay tantos malandros
como algunos anuncian en esos medios que controlan y desdibujan
todas las luchas. Las prácticas siguen siendo las mismas: silenciar,
desmontar la imagen, apropiarse de la tierra y quitar la vida. Es una
práctica común que se repite en el tiempo: ayer con el indio Catia,
y hoy con Hugo Rafael Chávez Frías, con los Jesús Manzanilla, con
los Alexander Segarra, con las Isis Ochoa, con aquellos que sueñan
y plantean caminos distintos.
Dentro de la iglesia y en la escuela, mientras jugaba basket, voleibol,
(deportes en los que era muy buena por mi tamañote), continuaba
la lucha. Incluso en el atletismo me tocó elegir entre los trofeos
y la lucha porque la lucha no viene con trofeo. La lucha es lucha por-
que te persiguen, porque te condenan, porque te identifican, porque
te quieren silenciar, porque te meten miedo, porque te empiezan a
parar, te empiezan a perseguir.
Mientras tanto en la iglesia yo pertenecía a la coral. Era contra alto
y cantaba: “Sangre de romero/cenizas de Rutilio/y todo un conti-
nente sufriendo ese martirio”, en vez de cantar lo que otros querían
que cantara, porque allí también decidí qué cantar y a quién cantar.
Ya a los catorce años me comprometo en una reflexión profunda
desde la lucha dentro de la iglesia como catequista, dictando pre-
catequesis, primera comunión, confirmación… y me quedé un buen
tiempo dando catequesis de perseverancia, para enseñar por qué
continuar en la lucha.
Continué trabajando en la unidad de quemados del hospital de niños,
repartiendo juguetes y comida, haciendo diversos trabajos compro-
metidos. También trabajé con los abuelos en los ancianatos. Hasta
que decidí quedarme trabajando con niños y niñas de la calle. En
ese momento (1992), se estaba dando un debate bien interesante
en América Latina sobre el término “educador de calle”.
El Ministerio de Educación de aquel entonces decía que no entendía
cómo era posible que unos bichos raros que no teníamos nada que
ver con la academia nos llamáramos educadores, cuando ese era
un término que les pertenecía a ellos, porque estaba privatizado.
177
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Fla
via
Piñ
an
go
IMP
OR
TAN
CIA
DE
LA
RE
CU
PE
RA
CIÓ
N D
E L
OS
ES
PA
CIO
S U
RB
AN
OS
PA
RA
LA
VID
A
165-
175
Entonces, me di a estudiar con miras a la educación popular: Simón
Rodríguez, Paulo Freire y educadores populares. En este proceso se
condensó todo lo aprendido en la lucha iniciada a los catorce años
sobre el mundo de las calles. Aún a mis cuarenta y uno continúo
practicando esto en otros espacios, otras instancias y otras com-
petencias. Pronto me tocará volver a mi cartón, en el buen sentido,
para recuperar la esencia que dio origen a mi proceso.
Reconozcamos, entonces, que tiene que haber una intención perso-
nal, porque de lo contrario el nombre de cualquier compañero o de
algún camarada sembrado en la lucha pasa a ser un simple nom-
bre. Seguramente esos compas tuvieron que haber elegido donar
la vida; no sabían cuando, a veces no sabemos cuándo nos toca.
Pero tiene que quedar claro que para emprender la lucha debemos
estar conscientes de que esta vida no nos pertenece, es sólo para
servir a los demás.
Tengo un compañero, de cuando estaba estudiando recreación, que
decía que somos almas gravitando en una envoltura vulgar. Como
somos almas gravitando nos podemos concentrar y conseguir con
el ayer, con el pasado ancestral, y hacerlo vigente en la lucha de hoy
y en las venideras. Siempre tendrá que haber lucha, porque si no, se
le va la sazón a la cosa. Si todo es tan fácil, nadie va a valorarlo. Debe
existir la posibilidad de identificar en todo la lucha, incluyendo la
lucha personal, la lucha espiritual.
Tenemos que tomar en cuenta que la parroquia Sucre, léase Catia,
está habitada por más de un millón de compañeras y compañe-
ros, es multicultural. Su población y su producción están hechas
de muchos, que han venido a resguardarse en Catia. También es la
puerta para Caracas, todo el que llega pasa por nuestra Parroquia.
Somos puerta de Caracas, somos imagen de Venezuela.
Con solo desplazarse por la ciudad comienza uno a ver las diferencias
entre el este y el oeste. No son diferencias recientes. Pongo mi ejem-
plo: aunque yo no decidí vivir en una palomera, vivo en lo que en
1983 un arquitecto llamó dizque apartamento. El apartamento en
que yo vivo no tiene balcón, no tiene áreas verdes, no hay espacio
para estacionamiento. Los apartamentos que se construyeron en
ese momento en el este poseen balcón, áreas recreativas, puestos
178
de estacionamiento. Pero no puedo negar algo: en esa palomera de
Catia, donde no elegí vivir, crecí en un nido en el que he comparti-
do con cada familia, donde he aprendido lo que significa decir “mi
comunidad”.
En nuestra Catia nos organizarnos en torno al ahora denominado par-
que Alí Primera. Comenzamos por un reconocimiento del espacio.
Para aquel momento era un parque con poca luz y muchas drogas;
ver esto último me llevó a afianzar la lucha de los niños de la calle,
porque en ese momento eran utilizados como distribuidores. El
negocio del narcotráfico lo llevaban veintiún personas y todas
operaban en el único espacio para la recreación ambiental de la
parroquia. Por lo complicado de la situación algunos decidimos
intentar desde los cuerpos del estado, desde las instituciones. Otros
continuaron con otras acciones, de cara a reconocer al Cristo vivo
en el otro.
Para el año 2005 sólo habíamos conseguido que catorce de las cuaren-
ta y tres hectáreas se desarrollaran (a diferencia del Parque del Este
que posee ochenta y cuatro hectáreas y todas están desarrolladas).
Ya estando en revolución, en 1999, ocurre la vaguada de La Guaira,
que afectó a Catia: la tragedia dejó muertos y heridos también en la
carretera que bajaba desde Caracas. Dieciocho mil familias pasaron
por la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en espera de sus esposos e
hijos. En ese momento mi colectivo, que contaba con mil quinientos
voluntarios, corrimos a servir. A mí me tocó coordinar una acción
estratégica para distribuir los recursos que llegaban, para satisfacer
las necesidades de las personas que se encontraban en cuarenta y
cinco refugios temporales distribuidos en la parroquia. La situación
nos afectó mucho espiritualmente, porque no podíamos compren-
der el por qué de la muerte de niños, niñas y familias. A todos nos
agarró fuera de base. Pero la tragedia también nos agarró fuera de
base como gobierno porque se trataba de un gobierno bolivariano
recientemente constituido. Chávez acababa de ganar las eleccio-
nes. Así pasó que el veintidós de diciembre llegan las instituciones
a afrontar la tragedia que había comenzado el trece.
Pero el mismo trece se había activado el movimiento popular, porque
somos solidarios por naturaleza y más cuando estamos ante una
179
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Fla
via
Piñ
an
go
IMP
OR
TAN
CIA
DE
LA
RE
CU
PE
RA
CIÓ
N D
E L
OS
ES
PA
CIO
S U
RB
AN
OS
PA
RA
LA
VID
A
165-
175
emergencia. Porque la lucha es así: no es lo que tú eliges: te desdi-
bujas tú y la lucha pasa a decidirla un colectivo. A mí, en ese momen-
to, me asignaron esa tarea de coordinación por mis cualidades, mi
voz, mi tamaño, mi condición física, porque llegado el caso me paro
rápidamente y le digo a la gente: “no estoy de acuerdo contigo, no
entiendo lo que dices, no me caso con lo que no comprendo. Per-
miso”. No me dejo confundir, no me dejo llevar aparte, no me tomo
un café a escondidas con nadie. Conmigo es así, a gritos delante
de todo el mundo. Mis compañeros y yo sabíamos que conmigo
coordinando podíamos evitar el robo de los insumos que estaban
llegando y que no nos pertenecían a nosotros.
Una vez superado el momento crítico, los niños fueron llevados al
Parque Alí Primera para recrearse, a pesar de que aún no contaba
con las condiciones adecuadas. Entonces activamos la lucha por
la recuperación del parque. 1999 nos enseñó que para estar siem-
pre preparados era necesario contar con un lugar para atender a
la gente, para recrearla, entonces continuamos trabajando allí, en
el parque.
Organizamos cuarenta y cinco reuniones con instituciones, voce-
ros y voceras de comunidades en comunas en construcción para
emprender el desarrollo de las hectáreas que estaban ociosas. En
aquel momento ya se comenzaba a hablar de comunas y Chávez
estaba evidenciando el modelo de producción socialista. En ese
contexto nos percatamos de la existencia de cuatro proyectos, en
el mismo espacio, con puntos de cuenta firmados.
Uno de esos proyectos, la creación de una universidad, fue presen-
tado a Chávez por el entonces ministro del Poder Popular para la
Educación Luis Acuña. Cuando el ministro explica el proyecto nos
damos cuenta de que la universidad limita con la avenida Sucre,
que suele estar trancada. Se presentaban tres horarios para asumir
dos mil personas por grupo; es decir, seis mil personas caminando
diariamente por nuestras catorce hectáreas, convirtiendo el parque
en la cantina de los estudiantes. Beneficiando únicamente al terra-
teniente dueño de las concesiones del terreno, que estaría hacien-
do plata con los recursos que son nuestros. Se le decía a nuestro
180
comandante en jefe Hugo Rafael que ya se había hablado con las
comunidades, pero no se le había consultado a nadie.
Luego apareció en nuestras reuniones un compañero diciendo que
en ese terreno se iba a edificar el Museo de la Historia, donde iba a
estar en exhibición la espada de Bolívar. Se repite el error: no nos
preguntan a los que vivimos allí porque, según dicen, Catia es de
malandros, y luego le anuncian a Chávez que sí se consultó. Tanto el
proyecto de la universidad como el proyecto del museo le iba a cos-
tar al Estado millardos, y a los catienses ni siquiera les preguntaron.
Mientras tanto nosotros, la comunidad catiense, teníamos otro pro-
yecto: un acuario-aviario. Ya teníamos varias mesas técnicas con
Inparques, estábamos por firmar un acuerdo con la alcaldía del
municipio a la que ya se le estaban asignando los recursos. Pero
para el mismo espacio estaba previsto un cuarto proyecto: la recu-
peración de las áreas del parque por el Ministerio del Poder Popular
para el Ambiente.
No nos quedó de otra que, con mucho respeto, organizar una movili-
zación popular. En el momento en que Casa Militar cierra el parque
y van a poner la primera piedra de la universidad, para desgracia de
ellos, yo estaba dentro, porque ese es mi parque, es como mi casa,
ese es nuestro parque, pues. Estaba dentro con unos abuelitos de
los clubes de abuelos haciendo una bailoterapia. Comenzamos con
cincuenta abuelos y luego llegamos a cuatrocientos. Hoy por hoy
hay un sistema metropolitano del Distrito Capital con clubes de
abuelos, hay nueve mil afiliados que pertenecen a una organiza-
ción en la que ellos pueden tomar decisiones.
Mientras hacíamos la bailoterapia llegaron los que iban a poner la
piedra, pero no contaban con nuestra presencia porque nos subes-
timan. Así como la oposición nos subestimó en el 2002 y no contaba
con los mensajes de texto. Yo en el 2002 fui a parir mi primer hijo,
en medio del candelero fui a dar vida, en ese momento la lucha me
decía que debía parir con dolor mi primogénito.
La representante del despacho de uno de los ministros repartió unas
tarjetas, como se les había olvidado convocar a los dueños del par-
que había llevado como diez; nosotros éramos trescientos. Ella pen-
saba que iba a haber sólo terratenientes y resulta que se consiguió
181
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Fla
via
Piñ
an
go
IMP
OR
TAN
CIA
DE
LA
RE
CU
PE
RA
CIÓ
N D
E L
OS
ES
PA
CIO
S U
RB
AN
OS
PA
RA
LA
VID
A
165-
175
al pueblo: abuelos, niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres
dispuestos a correr. Así conseguimos que nos atendieran en el des-
pacho de uno de los ministros que estaba allí presente y nos dijeron
“vénganse que el ministro los espera en veinte minutos”, pero del
parque al despacho no se puede llegar en tan poco tiempo.
Se van ellos en sus carrotes. Nosotros ya teníamos las motos listas,
afuera, esperando. Llegamos antes que ellos, y los esperamos en la
planta baja para que no entraran primero y le dijeran a seguridad
que no nos dejaran pasar. De trescientos sólo dejaron pasar a siete.
Y nos subieron en los ascensores dizque bonitos para llegar directo
al despacho del ministro.
Se sientan, quedando frente a frente el entonces Ministro del Poder
Popular para la Ciencia y la Tecnología Luis Acuña, y Farruco Sexto,
para ese entonces Ministro del Poder Popular para la Cultura.
Comenzaron a discutir sobre cuál de los dos tenía un proyecto en
ese lugar y mientras tanto nosotros ahí a los lados diciéndoles:
¿acaso ustedes nos habían consultado?, ¿acaso no le dicen a Chávez
que ustedes nos consultan a nosotros?
Como yo tengo la costumbre de hacer una lista de asistencia para
todo, le paso la hoja al ministro Acuña y le digo: anótese. Luego
se anotó. Uno de mis compañeros le repicó al celular para saber si
nos había dado el número de teléfono correcto. Y la bailoterapia,
la protesta en el parque y la reunión con el ministro se hicieron
ese mismo día, en esa lucha, porque hay que saber dónde estar y
con quién estar.
Entonces propusimos una reunión. Ellos nos dijeron que el día siguien-
te. Nosotros, impresionados, aceptamos. Ellos seguramente espe-
raban que fuésemos como máximo los trescientos que llegamos
al ministerio. En menos de un día logramos convocar a más de seis
mil personas en la concha acústica a las cuatro de la tarde. Lo logra-
mos mediante mensaje de texto y radio bemba (mi voz a veces
es un megáfono). Tuvimos éxito porque la imagen es importante:
si convoca la negra Flavia todos van porque saben que yo no los
182
voy a convocar si no es importante. Si yo puedo dar la lucha, como
soy colectivo y tengo un pensamiento colectivo, la doy. Pero si soy
yo sola la que escucha la barbaridad, me toca a mí, pues.
Al día siguiente colocamos el escenario para recibir el embuste número
uno, el embuste número dos y el embuste número tres, porque
según nuestra verdad lo único que se estaba haciendo era el pro-
yecto con Inparques, porque era el único que se había socializado
y el único en el que estábamos aportando desde nuestra sabiduría
ancestral. Acordamos que nos íbamos a quedar tranquilitos y que
nuestras únicas herramientas iban a ser la disposición, nuestro
pensamiento, el criterio colectivo, lápiz, cuaderno y más nada. Y en
el derecho de palabra preguntamos cuándo se dieron las discusio-
nes y debates, por qué le estaban mintiendo a Chávez, dónde esta-
ba la rendición de cuenta de los proyectos, qué pasó con la plata; y
se pararon muchos compañeros con planteamientos y argumen-
tos contundentes, con mucho respeto. A mí me tocó apelar a la
constitución de la República Bolivariana de Venezuela y demostrar
cómo ellos violaron los artículos que nos garantizan el derecho a
participar en todos los procesos de cualquier instancia de poder
que tengan que ver con la consolidación del proyecto revolucio-
nario. Citamos artículos como el 5, el 18, el 70 y el 184, entre otros.
Como resultado de esa lucha se ha invertido en nuestro parque Alí
primera y hoy cuenta con áreas verdes más desarrolladas. El par-
que estuvo habilitado para el plan vacacional 2010 al que asistieron
quince mil niños sólo de la parroquia Sucre y doscientos cincuenta
y siete recreadores. Formamos más de ochocientos recreadores
en un año. En mi caso, llevo cuatro años formando recreadoras y
recreadores y han pasado por mis manos más de quince mil sete-
cientos muchachos a los que cuando me presento y me preguntan
a qué me dedico les contesto: ama de casa. Porque también soy
ama de casa, ese es otro de mis roles, y yo me presento con el rol
que quiero. Si a mí me preguntan, yo digo quién soy. Y dicen que
yo respondo feo cuando digo que soy la negra Lorenza. Siempre
183
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Fla
via
Piñ
an
go
IMP
OR
TAN
CIA
DE
LA
RE
CU
PE
RA
CIÓ
N D
E L
OS
ES
PA
CIO
S U
RB
AN
OS
PA
RA
LA
VID
A
165-
175
digo quién soy y no lo que otros esperan que yo sea, para que no
me colonicen, porque no se puede atrapar lo que ya se ha liberado.
Otro de los logros de esta lucha es que los compañeros Alex Sega-
rra y Jesús Manzanilla me invitaron a hacer política de Estado, la
condición que les puse es que iba a trabajar mientras el trabajo
en la institución no se interpusiera en mi lucha. Si trabajar en una
institución me impide seguir en la lucha de mi parroquia yo dejo la
institución y sigo en el lugar de donde vengo, porque soy catiense.
Las herramientas que emplean para callarnos siempre son las mismas:
silenciar la voz, darnos sustos. En la época en que estaba con los
niños de la calle, la DISIP permanecía frente a mi casa, para meter-
me miedo. Yo salía en la mañana, trabajaba en el sistema bancario,
tenía una cinturita, un buen cuerpo, un tamañote que me permitía
estar en el sistema bancario para aprender por qué no debía estar
allí. Estudié también administración, aunque yo lo que quería ser
era abogada. Ahora abogo pero con una herramienta distinta: la
recreación.
La manera en que silencian nuestras voces es con excusas como: “es
que ella no me dijo nada, es que yo no sabía, es que ella es muy
ordinaria, es que ella habla muy raro”. Y hoy me estoy expresando
ante un auditorio internacional que me está comprendiendo y me
sigue en la lucha, porque somos luchadores. Es decir, que esto es un
gremio y lo entendemos los que hemos llevado pela por entender la
lucha, y el que diga que no nos entiende se pone en evidencia ante
nosotros porque no tiene lucha, mientras que nosotros vinimos
como consecuencia de una lucha.
Debemos saber que esto es lo que nos va a pasar a todos los que nos
comprometemos con una lucha. Nuestra labor va a ser silenciada,
va a ser malinterpretado lo que hagamos y digamos, para que en
la toma de decisiones no se tomen en cuenta las palabras que uno
ha dicho. Van a desdibujarnos.
Si acordamos que estamos en un país rumbo al socialismo aquí no
deberíamos estar hablando de “mayoría”, deberíamos ir perfilando
el consenso a través de una conversa, para que todos podamos com-
prender sin dejar a nadie por fuera. Pero en las tomas de decisiones
se deja de lado la gente de la ciudad tanto como la del campo. En las
184
campañas de descrédito, se les trata de ignorantes, y mientras más
poder de convocatoria tenga algún marginado más lo desacreditan.
El espacio de la participación es el parque, es la casa, es la comu-
nidad, es la tierra de todos. Es de la cultura, de los principios, de
los valores, de la comuna real, no la discursiva. Pero ellos prefieren
decir que en esa tierra no hay nada para poner banderas como las
del descubrimiento: se siguen llevando leyes que son las banderas
de los Cristóbalos Colonos de ahora. Y se le dice a Chávez que se nos
consulta a todos.
El peligro está en no reconocernos; en repetir el esquema que colap-
só y no nos permite el buen vivir, que no nos permite la vida en
armonía con la naturaleza, que no nos permite decidir qué hacer,
con quién y cómo.
Aunque no sepamos para dónde vamos, sabemos que no estamos
perdidos. Vamos rumbo al socialismo: un modelo diferente a los
implantados a lo largo de la historia, pero que se nutre del pasado
para evitar cometer viejos errores, porque no tiene sentido morir
siempre por la misma causa.
Mi propuesta es el diálogo para la toma de decisiones, sensibilizar,
cultivar la conciencia de todos y cada uno de nosotros. Mis herra-
mientas actualmente están en lo que aprendo de la gente, en el
acto de cantar, en el de jugar con mi hija, en el gesto de saber que
no soy eterna. Nosotros no podemos andar por la vida negando lo
que hemos logrado. Hay que hacer constante revisión personal
de la lucha. Hay que pedir permiso a nuestros espacios, porque en
nuestros espacios habitan ancestros, porque los muertos no están
muertos, siguen allí todavía. Como me recitaba mi padre: “No son
muertos los que en dulce calma/ la paz reposan en su tumba fría/
son muertos los que muerta tienen el alma/ y aún viven todavía”.
Yo creo en vivir para re-crear. Hay que volver atrás para recrear la patria.
Sensibilicemos nuestra conciencia para que nuestra voz ya no nos
pertenezca. Aprendamos de la patria, porque como dijo Simón Rodrí-
guez “toda la patria es una escuela”. La lucha es una escuela.
185
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Fla
via
Piñ
an
go
IMP
OR
TAN
CIA
DE
LA
RE
CU
PE
RA
CIÓ
N D
E L
OS
ES
PA
CIO
S U
RB
AN
OS
PA
RA
LA
VID
A
165-
175
Sistema de trueke Urachiche Tito Rafael Quiroz, Neyris Teresa , María Lucelia Ortiz Luis Rafael D’Hoy, Josefi na Laurito Mogollón y M. Portela
Venezuela
El trueke es más que un intercambio de bienes y servicios, es también
un intercambio de conocimientos. Todo esto lo decimos desde el
corazón y desde mis ancestros, desde las voces de quienes nos
legaron esta gran responsabilidad que es el trueke, desde nuestros
indígenas. Pero también desde nuestros tiempos, desde nuestros
truekeritos y truekeritas, que son los niños y niñas de las familias
del trueke para quienes estamos luchado por una economía más
humana.
Es importante ubicarnos en el período que estamos viviendo. Si habla-
mos de la desmercantilización de la naturaleza es porque existe
un gran monstruo que se llama el capitalismo noeliberal, y que se
llama ahora economía verde, que lo único que busca es vender.
Nosotros como organización que desarrolla este tipo de experien-
cia hacemos lo contrario de la economía verde. No queremos decir
con esto que somos la panacea, que somos la solución, solamente
decimos que somos parte de una alternativa, de una complemen-
tariedad dentro de un proceso de construcción, más humano, más
solidario, en el que se ponga en primer término a la Pachamama, y
allí parto de lo que dicen los bolivianos: la Pachamama primero,
y dentro de ella, por supuesto, nosotros.
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
La idea de este conversatorio es compartir nuestra experiencia, lo que
venimos haciendo. Queremos contarles que ha sido una experien-
cia muy humilde, construida desde las bases y desde la iniciativa
del presidente, pero que ya estaba en los pueblos desde hace tiem-
po, desde que el pueblo es pueblo. Nosotros no estamos haciendo
una innovación, simplemente estamos trabajando sobre lo que ya
existía, pero lo estamos haciendo de una manera quizás más orga-
nizada y más constante.
Nosotros tratamos de definir, a nuestra manera, el trueke como:
“el arte de compartir con el prójimo”. No hay duda de que eso es el
trueke: un intercambio. Ahora bien, ¿qué comparto con el prójimo?
En primer lugar lo que yo soy, lo que sé y lo que hago. Así definimos
nosotros el trueke, así lo vivimos y así lo hacemos.
Por eso el trueke es un proceso de construcción de la complemen-
tariedad, la solidaridad, la igualdad, la unidad, entre otras cosas.
Allí se manifiesta lo que en las estrategias para la conservación de
la diversidad biológica se llama la ética socialista. Sentimos que
encajamos en esa ética porque habla de una práctica de valores
fundados en la idea de complementarnos como humanos y como
comunidad. La solidaridad, la igualdad y la unidad forman parte
de los valores de la ética ecosocialista que se ponen en práctica
cuando nosotros hacemos trueke.
Vale decir que el trueke no es sólo un intercambio que nosotros hace-
mos dos veces al mes; en el trueke está implícito el sentimiento de
rescate del sentido de comunidad.
Nosotros somos fieles defensores de la historia, del pasado del que
se alimentan las generaciones del presente. Es nuestra responsa-
bilidad tomar de nuestro pasado las cosas positivas, y nosotros
sentimos que esta forma de economía antigua, llamada por algu-
nos primitiva, debe ser rescatada, tal vez precisamente porque
ha sido practicada desde hace miles de años, porque se trata de
algo humano. El trueke se hacía y se hace, aquí y en otros países
porque es herencia humana. Claro que a través del tiempo se ha
ido deformando. Incluso la noción de mercado capitalista, valién-
dose del lenguaje como herramienta de poder, ha intentado borrar
la palabra “trueke”. Muchas veces preferimos decir “intercambio”
188
para referirnos a un trueke, y es precisamente esto lo que debemos
modificar.
Teniendo en cuenta que nos encontramos en un proceso revolucio-
nario socialista mezclado con el capitalismo, nos encontramos
a diario con el reto de jugar con estas dos formas de economía.
A causa de estas contradicciones hemos perdido mucha gente, pero
ahí estamos en la lucha, junto con otros 13 grupos que existen en
todos el país y conformamos sistema.
El sistema funciona ligado a las comunidades, que son nuestros cen-
tros de acción. Por ejemplo, en Urachiche todo se lleva a cabo con
las comunidades, dependiendo que tengan a bien realizar las prácti-
cas del trueke. Las relaciones con las comunidades se llevan a cabo
de muchas maneras. En una oportunidad se hicimos cayapa en un
pueblo, colaboramos con la limpieza de las calles, con el desmale-
zamiento, recogimos, acomodamos y pusimos todo bonito, y luego
hicimos el mercado.
Generalmente trabajamos así: visitamos una comunidad, nos ponernos
de acuerdo con ella y hacemos el mercado. Le explicamos a la gente
qué pueden llevar para participar en el mercado: a la que cocina, a la
que tiene el esposo agricultor, a la que le gustan las matas, con esas
cosas participan. También hacemos recorridos en comunidades que
están interesadas, nos acercamos y le presentamos la experiencia.
Así ganamos mayor número de prosumidores.
¿Qué es un prosumidor? Es alguien que consume y que produce. Todos
los participantes del trueke tienen que ser prosumidores. Deben
producir algo, un producto o un saber, y en el mercado hacen un
intercambio de cualquiera de esas experiencias. Nosotros asistimos
y acompañamos a las comunidades, y quienes quedan engancha-
dos con la experiencia pueden continuarla. Trabajamos en red con
otros sistemas y hacemos dos mercados al mes.
Cualquiera es invitado a nuestro sistema: le damos a la gente un peque-
ño taller, los vinculamos a los mercados y luego ya es parte de la
familia. Nosotros decimos que hay que vivir el trueke para entender-
lo y conocerlo verdaderamente. De hecho, aquí, en este congreso,
hemos venido haciendo trueke de saberes y no de productos: ha
ocurrido el intercambio, la gente pasa por los mesones, muestra
189
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Tito
Ra
fael
Qu
iro
z, N
eryi
s Te
resa
, Ma
ría
Luce
lia
Ort
iz, L
uis
Ra
fael
D’H
oy,
Jose
fin
a L
au
rito
Mo
go
lló
n y
M. P
ort
ela
SIS
TE
MA
DE
TR
UE
KE
UR
AC
HIC
HE
17
7-18
1
interés por esto o por lo otro, y con ganas de creer que esta econo-
mía es posible.
Trueke y biodiversidadDesde el momento en que fuimos invitados a participar en este con-
greso ya sabíamos que nosotros encajábamos bien aquí, no sólo
por nuestros valores y los valores que promueve el congreso, sino
también por la diversidad que conforma nuestro sistema.
El sistema de trueke toca de cerca las prácticas más básicas de lo
humano, y eso es lo importante: que el ser humano pueda ser y sea
diferente. Desde un principio hemos dicho que nuestro modelo de
trueke no es una panacea, no es una solución definitiva, sino más
bien una solución en construcción. La realidad de cada sistema
de trueke nos va diciendo qué debemos cambiar, donde estamos
equivocados, qué debemos revisar. Pero ya el hecho de ser parte de
este sistema nos hace personas diferentes: estamos pensando en
el bien de muchos, no en el bien propio.
Aprovechamiento sustentableEl trueke de saberes está relacionado con lo que yo sé que puedo
transmitirle a mis compañeros y compañeras, cosas que pueden
serles útiles. Por ejemplo, se han hecho talleres para la utilización
de las taparas, para el reciclaje del periódico, cómo hacer cestas,
sombreros, etc. Todos tenemos algo que podemos intercambiar.
Partimos del principio de que cada uno de nosotros como prosumido-
res debemos tener un patio productivo. Esto surge de la necesidad
de dejar de comprar tanto. Nuestros abuelos tenían sus conucos, la
vega, y de allí salían una gran cantidad de alimentos que llegaban
a la cocina. Con el tiempo esto cambió. Comenzamos a comprar,
comprar y ya no a producir. En el rescate de los patios productivos
estamos articulados con el INEA. Comenzamos haciendo un com-
postero, que es una manera sustentable de utilizar lo que se llama
desecho, y así generamos abono.
Esta práctica nos dignifica porque en un momento podemos hasta
pensar que no tenemos nada para intercambiar, pero cuando
empezamos a ser prosumidores tenemos que pensar en qué vamos
190
a producir, y entonces nos damos cuenta, con orgullo, que podemos
producir nuestros propios productos. Esto nos llena de felicidad,
porque podemos cocinar sin tener que salir a comprar cosas, y con
la seguridad de que estamos usando alimentos totalmente orgá-
nicos, sin pesticidas.
Los patios productivos aseguran la diversidad de productos en el
mercado, nos aseguran que siempre podremos encontrar produc-
tos indispensables en la cocina de los venezolanos. Si todos los
miembros del sistema siembran sus patios, podemos garantizar
la existencia de nuestros productos.
Las jornadas anticapitalistasEl hecho de que exista de manera local, no masificado, no significa
que el trueke no valga, que no sea importante. Nuestra vida, fuera
de este sistema está amarrada al dinero. El trueke nos aparta de
esto, nos permite vivir con lo que tenemos. Al venir a este congreso
ponemos en práctica este tipo de vida.
El 4 de octubre es el día del no-dinero, nosotros hacemos campañas
para promover este día: hacemos cayapas, regalamos poemas, tra-
bajamos en la comunidad, y todo porque no creemos que el dinero
sea la forma ideal de relacionarnos. Tenemos que parar este consu-
mismo que nos desquicia. Da tristeza ver cómo compramos cosas
que no necesitamos.
Si se supone que los que estamos aquí tenemos otra mentalidad,
entonces este 4 de octubre sumémonos todos a estas jornadas.
Ese día no compremos nada y hagamos nuestra parte en esta lucha.
191
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Tito
Ra
fael
Qu
iro
z, N
eryi
s Te
resa
, Ma
ría
Luce
lia
Ort
iz, L
uis
Ra
fael
D’H
oy,
Jose
fin
a L
au
rito
Mo
go
lló
n y
M. P
ort
ela
SIS
TE
MA
DE
TR
UE
KE
UR
AC
HIC
HE
17
7-18
1
Memorias y saberes tradicionales en las luchas contra la exclusión en la geografía urbana de medellín
Vladimir Montoya Colombia
Estoy tan ahogado y tan enérgico a la vez. Sé que todos y todas las
que estamos aquí estamos igual. No sólo agradeceré porque creo
que a veces simplemente agradecer puede sonar vacío de conteni-
do. Prefiero reconocer y valorar este momento, esta conspiración
universal que me ha traído y nos ha traído acá hoy, pues es para mí
demasiado grandioso. Lo que aquí está pasando es, para mí, una
muestra de cómo la universidad nos ha secuestrado el pensamien-
to. Hoy y durante todo este congreso nos hemos estado levantando
en contra de ese secuestro, contra esa manera en que se ha querido
asfixiar la acción de vivir.
Lo que voy a compartir hoy con ustedes es fruto del proceso por el
que he reconocido las formas de domesticación que la universidad
forjó en mí. Compartiré también mucho del verdadero conocimien-
to que he podido rescatar, reconocer, recuperar, acompañar, con los
movimientos sociales en los ríos, en las selvas y en las calles de las
ciudades en Colombia. Hacer esto pasa por reconocer el dolor que
acompaña este proceso y esta experiencia, pues han costado la vida
de personas luchadoras. En particular quiero rescatar la memoria
de Andrés Medina, líder afrodescendiente de veintiún años, que
fue asesinado impunemente en Medellín en julio del 2010. Lo que
se está logrando aquí es muestra de que esas muertes no son en
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
vano, demuestra que esas muertes son capaces de fortalecernos y
de siempre señalarnos que hay un horizonte por mantener.
Quiero hacer un recorrido rápido, porque creo que aquí ya se han
dicho cosas tan profundas que no hay que ponerles muchas aran-
delas, como decimos en Colombia. Hablaré de lo que significa el
espacio y el poder en la geopolítica contemporánea, para después
mostrar cómo opera esto en el caso colombiano y, finalmente, escla-
recer qué significa esto mismo en los espacios urbanos. Voy a pasar
por esos tres niveles.
Gracias a otras experiencias expuestas en este evento ha quedado en
evidencia que el gran problema del sistema contemporáneo es el
dominio y el control del espacio. Ese es el verdadero fundamento
de las luchas de poder contemporáneas. Y ese control del espacio
opera, evidentemente, sobre sus recursos pero también sobre la
gente que ocupa ese espacio. La forma en la que opera esa relación
entre espacio y poder en el contexto actual es a través de lo que
Harvey ha llamado “acumulación por desposesión”. Para acumular
hay que desposeer a otros.
Y esta acumulación se caracteriza por unas prácticas de las que ya
aquí se ha hablado pero que quisiera volver a poner en común: la
mercantilización y privatización de la tierra; el desplazamiento
de las poblaciones; la supresión del derecho a los bienes comu-
nes; el aniquilamiento de las formas de producción propias; la
ocupación de espacios estratégicos para el control de recursos
naturales; el tráfico de seres humanos; el sistema de crédito con
su inclemente usura; la usurpación de la propiedad intelectual; el
secuestro del pensamiento; la proliferación de las licencias gené-
ticas; la transformación de la naturaleza en mercancía (contra la
que este congreso muy bien se pronuncia); la expropiación de los
conocimientos tradicionales; y, de una manera clave dentro del
modelo neoliberal global, la privatización de los activos y de los
bienes públicos. Aquí se habló en concreto del tema de los acueduc-
tos, pero no solo se trata de eso, los demás bienes públicos entran
dentro de esa lógica de la privatización.
Expongo esos temas porque todos ellos tienen relación con la manera
en que el sistema transforma la relación entre espacio y poder en
194
beneficio de la acumulación productiva. Acumulación que enrique-
ce a unos y empobrece a todos los demás. La sobreacumulación
y las demandas de insumos son cada vez mayores. Es un secreto
a voces que para mantener esa marcha del progreso, ese avance
hacia la civilización, cada vez el capital se extiende más sobre regio-
nes que hasta hace unos años no le interesaban, o le parecían sim-
ple periferia. La relación entre centro y periferia se esfumó. ¿Dónde
está la periferia del capital hoy? Es una pregunta que me gustaría
que nos hiciéramos todos.
¿Qué no le interesa al capital? Antes, la periferia, en el caso de mi país,
era ubicada geográficamente por allá en la selva del Pacífico, o en
las selvas limítrofes con Venezuela. Hoy eso no es periferia para
el capital. Hoy es el centro del capital. Ese trecho entre centro y
periferia, se reventó. Piénsenlo ustedes en sus cotidianidades y se
van a dar cuenta de que igualmente, en sus realidades nacionales,
en sus contextos de vida, el capital penetró y se puso a gravitar en
la relación que todos y todas ustedes tienen con sus territorios. Es
una apropiación del espacio por el capital. Y ese es un tema funda-
mental.
Otras experiencias compartidas aquí dejan ver claramente cómo en
la zona urbana, hasta los ríos, hasta los bosques, están llevando
los intereses del capital a reapropiarse del espacio. Y eso, particu-
larmente en Latinoamérica, toma forma a través de unas maneras
de actuación geopolítica que invierten la anterior estrategia de
dominación mediante la colonización. El problema ahora no es la
presencia del colonizador. El problema ahora es la instalación del
modelo de pensamiento en nuestro cuerpo, en nuestra forma de ser.
Es una estrategia de colonización que, a partir del ascenso político
de los norteamericanos, cambió totalmente la forma de relación
entre dominadores y dominados. Nuestro problema en el siglo XIX
era cómo sacar de aquí a los españoles. El problema hoy es cómo
sacamos el modelo del consumo de nuestras cabezas y de nuestras
formas de ser. Nos instalaron otra forma geopolítica de domina-
ción, mucho más potente: ahora somos nosotros mismos quienes
reproducimos el modelo de dominación. Y en ese sentido enton-
ces quisiera señalar que la principal estrategia de actuación de esa
195
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Vla
dim
ir M
on
toya
M
EM
OR
IAS
Y S
AB
ER
ES
TR
AD
ICIO
NA
LES
EN
LA
S LU
CH
AS
CO
NT
RA
LA
EX
CLU
SIÓ
N
183-
192
acumulación por desposesión es el vaciamiento de los territorios.
Y los territorios empiezan a ser vaciados de contenido cuando sus
poblaciones son expulsadas de ellas. Porque lo que hace la vida en
los territorios son las poblaciones que han mantenido ancestral-
mente sus tradiciones allí. Ese vaciamiento progresivo, en el caso de
nuestros países se deja ver en, por lo menos, seis temas que dejaré
aquí para la discusión. Y de los cuales seguramente ustedes tendrán
mayores luces y complementaciones.
El primer asunto es la noción de escasez del agua. El agua se volvió
escasa, el agua se volvió un recurso, el agua se volvió un objeto de
lujo, un bien. Está marcando de manera decisiva la bolsa del capi-
tal. Para nadie es un secreto que Latinoamérica toda es la mayor
despensa hídrica de esta planeta. Vean por ejemplo, el acuífero de
Chiapas, el acuífero guaraní, la cuenca amazónica, la selva endémi-
ca colombiana, los páramos altoandinos. Ahí está el agua, lo que
le queda de agua a este planeta. Y no en vano comienzan a darse
movimientos transnacionales por apropiación del agua. Yo les dejo
aquí, solamente, unos temas para que lo piensen. ¿Por qué China
está arrendando tierras en Latinoamérica? Arrendando tierras para
cultivar. La mayoría de esos arrendamientos los está haciendo en
Argentina y Brasil, pero ya tiene solicitudes en Colombia. Yo no
conozco el caso venezolano, pero prontamente van a tener solicitu-
des de arriendo. Ya China arrienda tierras en Madagascar, en Sudán.
Tierras para el cultivo. Pero un mapeamiento de esas tierras cada
vez da datos más coincidentes con las reservas proteicas de agua.
Segundo punto, fundamental: la producción de energía. Es un asunto
fundamental para el régimen de acción y apropiación del mundo
del que les he venido hablando. La producción de energía, parti-
cularmente, los hidrocarburos. Pero el agua nuevamente entra en
juego. Pues recuerden que este sistema se fundamenta, básica-
mente, en la producción energética de combustibles fósiles pero
además, en la generación hidroeléctrica. Estas son las dos fuentes
principales de energía hoy. Ustedes como venezolanos y venezo-
lanas conocen las maneras en que Latinoamérica participa de eso
mejor que yo.
196
Tercer asunto. La propiedad. ¿Propiedad de qué? De las reservas de
biósferas y recursos genéticos. Asunto totalmente estratégico den-
tro de las relaciones de poder geopolítico hoy. Río+20 no es una
conferencia ecológica. Es una reunión de poder para tratar estra-
tegias de definición de la propiedad de las reservas de biósfera. Eso
no es otra cosa.
El cuarto asunto es la gestión del conocimiento y el control de la infor-
mación. Eso es esencial en el ordenamiento geopolítico hoy. ¿Por
qué? Porque está reconocido suficientemente que es el conocimien-
to el motor de generación de riquezas por una cosa muy sencilla, y
que los marxistas seguramente entenderán más que yo: excedente
de capital en la relación trabajo-ganacias a través de la producción
de objetos de consumo. Eso es lo que es el conocimiento. Ahí están
los excedentes de capital. Y por eso es fundamental en el ordena-
miento geopolítico. ¿Y eso en qué se expresa? Para que entendamos
todo eso, que se vuelve tan complejo en la teoría marxista. Eso se
expresa en patentes, tráfico de conocimientos, bioprospección,
biopiratería, y una cosa fundamental: la brecha tecnológica entre
el norte y el sur geopolítico.
Otro asunto. La relocalización de los poderes hegemónicos. En parti-
cular, la llamada crisis del capitalismo global, que no es otra cosa
que el decaimiento de la economía norteamericana y su respuesta,
la que siempre ha tenido a la mano: la militarización y la expansión,
o más bien, la proyección de las guerras globales. En este caso, con
la bandera en contra del terrorismo como argumento.
Y dejo un último tema, para que ustedes lo piensen y lo complemen-
ten, así como con los otros temas. Es el interés por los conocimien-
tos, saberes, memorias tradicionales. Ahora todo parece entrar en la
lógica del patrimonio. Y nosotros nos preguntamos ¿ese patrimonio
a quién le es funcional? Se volvieron patrimonios los indígenas, se
volvieron patrimonios los negros, las negras, los campesinos, todos
se volvieron patrimonio. Pero esa patrimonización responde a unos
ciertos parámetros que nos piden para entrar en la idea de patrimo-
nio. Hasta la biodiversidad, indudablemente, se volvió patrimonio.
Ahí les dejo ese otro tema planteado.
197
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Vla
dim
ir M
on
toya
M
EM
OR
IAS
Y S
AB
ER
ES
TR
AD
ICIO
NA
LES
EN
LA
S LU
CH
AS
CO
NT
RA
LA
EX
CLU
SIÓ
N
183-
192
Esta geopolítica nos compete a todos, a todas. Eso atraviesa nues-
tra constitución como sujetos. Eso que parece una cosa de los
poderosos, lejana, aterriza en nuestras cotidianidades. Está ese
hermoso ejemplo que nos dejaba Santiago Arconada ayer, con su
intervención sobre el agua, del pupú que hacemos cada día, cómo
entendemos la noción de escasez del agua, cómo la vivimos, cómo
experimentamos todas esas nociones si no es a través del saqueo
de conocimientos, si no es a través de la expropiación de nuestros
espacios cotidianos, si no es a través de nuestras prácticas de cul-
tivo. Estamos sujetos a esa geopolítica. Somos producción de esa
geopolítica. Eso no significa que no podamos resistir, eso no signi-
fica que, como dicen los afrodescendientes, no podamos reexistir,
volver a existir, existir de un modo distinto. Pero esa geopolítica
está ahí, y hay que reconocerla primero.
Con esa reflexión primera quisiera que me acompañaran a reconocer
las maneras como eso opera en el caso colombiano. Para que uste-
des también puedan hacer un paralelo con la manera en que fun-
ciona dentro de sus cotidianidades. Enrique Roa (un nativo, como
en realidad le gusta llamarse: un viejo negro, porque le gusta que le
digan “negro”), allá, sentado en su playa, estábamos hablando de
territorio y me dijo una vez: “Lo importante es que protejamos nues-
tro lugar de vivir, eso que ustedes llaman territorio, para poder man-
tener nuestras formas de vida, las que nos dan la identidad, las que
nos permiten seguir siendo nosotros, como nuestros veteranos”.
Con eso, comienzo a decirles que en el caso colombiano, en los últi-
mos años, la presión sobre los territorios colectivos se ha incremen-
tado de manera crítica. Auspiciada especialmente por intereses
asociados, al menos, a tres asuntos esenciales aquí: la minería, los
agronegocios y los megaproyectos de infraestructura energética
o interconexión vial. Además de otros asuntos de conexión con el
Pacífico, de infraestructura portuaria y de producción hidroeléctri-
ca. Eso sí que ha sido uno de los mayores introductores de la presión
sobre los territorios colectivos tradicionales.
En el caso colombiano eso ha provocado que áreas rurales y selváti-
cas que anteriormente estaban desarticuladas de esos circuitos
de producción, tengan cada vez mayor presencia corporativa.
198
Y ahí viene el primer elemento: es la presencia corporativa la vía
con que el Estado colombiano ha venido ejerciendo soberanía
sobre territorios en los cuales nunca tuvo presencia. Esta presen-
cia sobre estos territorios, normalmente, se limitaba a una escue-
lita en la que un profesor impartía todos los niveles de la primaria
e incluso algunos de la básica secundaria. Desde la década del
noventa hacia acá esos territorios han recibido una presencia
cada vez mayor de agentes corporativos (porque, llámenlos como
los llamen, son agentes corporativos).
Esos intereses han provocado una transformación sustancial de los
territorios, mediante la implantación de formas de producción y
aprovechamiento de la naturaleza que van en contravía a los usos
tradicionales, a las formas de conservación que los pueblos arrai-
gados en dichos lugares habían mantenido. En el caso específico de
la minería, me gustaría que miráramos este mapa que muestra las
concesiones mineras de la última década, y que deja ver la evidente
presión que esas concesiones mineras en los territorios de los pue-
blos tradicionales, así como lo que los asesores de la biodiversidad
han llamado áreas de reserva o de protección de la biósfera.
El mapa deja ver lo siguiente: lo rojo indica las solicitudes vigentes, es
decir los territorios en solicitud de concesión minera. Lo morado
deja ver los títulos vigentes, los títulos que están ahora en ejercicio.
Lo azul del mapa, si es que se alcanza a ver porque está casi total-
mente ahogado en el cáncer de lo morado, son los humedales. Lo
verde son los parques naturales nacionales, y si se dan cuenta en
la zona de parques ya hay títulos en ejercicios o concesiones soli-
citadas. Por la zona de los páramos altoandinos, hay gran cantidad
de parques, prácticamente invisibilizados por lo rojo y lo morado.
Ese complejo mapa de la minería, tanto en solicitudes como en ejerci-
cio, tiene consecuencias serias sobre: primero, los territorios tradi-
cionales, y por eso aquí faltaría sobreponer el mapa de resguardos
indígenas y de territorios colectivos afrodescendientes, y el mapa
de los que ni siquiera tienen título, el de los campesinos y las campe-
sinas que están casi siempre asociados a las zonas andinas, es decir,
a esa gran mancha que es la que tiene mayor solicitud o ejercicio
de títulos mineros.
199
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Vla
dim
ir M
on
toya
M
EM
OR
IAS
Y S
AB
ER
ES
TR
AD
ICIO
NA
LES
EN
LA
S LU
CH
AS
CO
NT
RA
LA
EX
CLU
SIÓ
N
183-
192
Pero además tiene consecuencias en la tierra misma, en nuestro pro-
pio planeta. Se trata de problemas que nos vuelven a recordar que
Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá constituyen realida-
des comunes. Realidades biofísicas comunes y realidades sociales
que, histórica y geohistóricamente, nos han hermanado. A pesar de
que hoy nos quieran hacer pensar lo contrario. ¿Dónde desembocan
estos ríos, los que bajan de esos páramos andinos? Muchos van al
Orinoco, otros van a la cuenca amazónica, otros van al mar Caribe
y otros van al Pacífico. Pero, en última, lo que se marca es que esta
realidad minera no compete únicamente a la nación colombiana.
Involucra a sus hermanos con los que, biofísica y socialmente, com-
parten esa realidad común.
Me voy a tomar un minuto para leerles algo de gravedad sobre el asun-
to minero. INGEOMINAS, que es el Instituto Nacional de Minas de
Colombia, entregó, durante el gobierno pasado, un total de treinta
y ocho títulos mineros en 36.400 hectáreas. Lo cual equivale a 0.3 %
del total del área de parques naturales. Actualmente tiene trescien-
tas solicitudes sobre 193.000 hectáreas en áreas de reservas foresta-
les protectoras que son las que garantizan el agua. En los páramos
otorgó 416 títulos, 106.000 hectáreas de páramos concesionadas,
equivalente a 5.5 % de los páramos. Los que son biólogos y biólogas
saben lo que significa un páramo en términos de la conservación
del agua. Del área Ramsar1 colombiana, reconocida mundialmente
como área de protección de humedales, otorgó 44 títulos sobre 9000
hectáreas. Lo cual equivale a 1,2 % del área Ramsar. Esto lo cito de
un informe de Pulido y Osorio del 2011.
Por eso, en los escenarios del futuro, cada vez más se hacen más pre-
sentes los hospitales con médicos tradicionales, el intercambio
y las redes de troque de semillas, cada vez son más presentes los
experimentos, y digo experimentos porque, por ejemplo, se traen
una planta de la selva, de la cuenca no sé qué, para adaptarla y acli-
1 Las áreas Ramsar de cualquier país son aquellas que responden a una convención
intergubernamental firmada en la ciudad iraní de Ramsar (1971): “se consagran los
compromisos contraídos por sus países miembros para mantener las características
ecológicas de sus humedales de importancia Internacional y planificar el 'uso racio-
nal', o uso sostenible, de todos los humedales situados en sus territorios.”
(Disponible en: www.ramsar.org, fecha de visita: 11-02-13)
200
matarla en la ciudad. Eso requiere una tecnología impresionante.
Hemos encontrado eso como una forma significativa de constituir
despensas colectivas de plantas y de semillas que contribuyen a
mantener a las especies amenazadas, a aportar a la conservación
y, por su puesto, a recrear el conocimiento y a apropiarse de esto
en la ciudad.
También se da la siembra de plantas alimenticias cuando se puede
conquistar, además del espacio para levantar la casita, unos espa-
cios adicionales. Hemos llevado iniciativas de agroecología urbana
como el sembrado de plantas y la cría de animales para gestionar
la alimentación.
Las prácticas y técnicas de construcción urbana: eso que parece tan
feo a la administración pública, eso que hay que entrar a derribar
para levantar de nuevo,ellos lo están defendiendo como una geo-
grafía que configura los paisajes urbanos que les ha dado la posi-
bilidad de volver a encontrar una vida en la ciudad. La lucha de la
gente no es para que la muevan a un edificio, la lucha de la gente es
para que la mantengan ahí con dignidad. Y eso parece muy difícil
de entender para la administración pública.
Todos estos conocimientos tradicionales se juntan a las estéticas
corporales que han venido a aportar también a la diversidad de
la cultura. Una estética corporal que muestra peinados, cuerpos,
bailes, en fin, todas unas formas de conocimiento tradicional que,
en la ciudad, se lucha por recuperar. Está también la tradición oral:
ya hemos reconocido conjuntamente la importancia de esto aquí.
Están los procesos organizativos desde lo local, desde esos espacios
conquistados.
Y para dejar a la reflexión: el principal recurso para estas luchas por
la vida son los conocimientos, los saberes y las memorias tradicio-
nales, pues permiten rehacer las trayectorias individuales, volver a
juntar, articular en red y construir proyectos de vida colectivos en
medio de unas ciudades que se pensaron para la individualización.
Aquí se propone adecuar y defender los territorios recién conquis-
tados en la ciudad. Hay retos importantes dentro de eso. Creo que
ya lo plantearon aquí y encuentro algunos retos coincidentes. El
mantener vínculos con los territorios de origen, es una dificultad.
201
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Vla
dim
ir M
on
toya
M
EM
OR
IAS
Y S
AB
ER
ES
TR
AD
ICIO
NA
LES
EN
LA
S LU
CH
AS
CO
NT
RA
LA
EX
CLU
SIÓ
N
183-
192
Nos encontramos en la ciudad pero se nos hace muy difícil volver
al territorio colectivo, al de origen, visitarlo, tener parentela ahí.
Es la dificultad de mantener diálogos en la ciudad entre jóvenes y adul-
tos mayores. Este es un reto importante para los movimientos de
lucha urbana pues en la urbe el conocimiento se vuelve únicamente
“cosa de ciudad”, y el joven sólo quiere saber de “cosas de ciudad”
y pasa entonces que el conocimiento tradicional se ve seriamente
amenazado cuando hay dificultad para producir los diálogos entre
los ancianos y ancianas y la población joven.
El otro problema fundamental es el problema de la articulación.
Todas estas son luchas que tienen dificultades para articularse,
para conectarse, para reconocerse mutuamente, y eso además
obedece a una estrategia, en el caso colombiano, del más alto
nivel. Una estrategia para mantener la movilización apaciguada
y desconectada.
Quiero finalizar diciéndoles que toda esta experiencia me lleva a
reflexionar sobre la necesidad de subvertir el pensamiento y por
tanto la acción. Una subversión que nos diga a nosotros que el hori-
zonte no es el desarrollo. Que tampoco tendríamos que mantener
en el centro del problema la igualdad: el centro del problema es
la dignidad. Y la dignidad implica fortalecimiento y protección de
la vida. Esa dignidad, desde lo que estas personas con su dolor y
la sangre que han tenido que ofrendar nos muestran, requiere un
renacer, un recrear. Y el horizonte tendrá que ser la diferencia con
dignidad, la resistencia activa, y el reexistir. Gracias.
202
Lucha campesina por la tierra para la conservación de la vida
Gabriel Gil Venezuela
Nosotros formamos parte del Movimiento Campesino Jirajara. Lucha-
mos por la tierra en Yaracuy y otros estados del país, principal-
mente en la región centro-occidental. Hemos tenido la fortuna de
asistir a esta convocatoria, que no sólo es académica, sino tam-
bién popular, y nos permite visibilizar todas nuestras luchas. Aquí
hay camaradas campesinos de otras organizaciones populares
del país. El congreso favorece una alianza entre los movimientos
populares de la ciudad y los del campo, para saber cómo percibi-
mos las problemáticas de los distintos entornos; así podremos
acortar la distancia que hay entre estos dos grupos de movimien-
tos, una distancia que no nos ayuda.
Nuestra conferencia se llama: “Luchas campesinas por la tierra para
la conservación de la vida: guerra al latifundio, diversidad biológi-
ca y soberanía alimentaria”, esos tres aspectos de la lucha por las
tierras se relacionan íntimamente. Cuando conseguimos la tierra
estaba, podemos decir, en terapia intensiva: uniformizada comple-
tamente, con la diversidad biológica casi en cero. Emprendimos
un proceso de rescate, dirigidos por una propuesta de agricultura-
tropical-sustentable, que nos permitirá, a corto plazo, alcanzar la
soberanía alimentaria del sur: no sólo de Venezuela, sino también
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
de toda Suramérica, por medio del establecimiento de lazos con
los países hermanos.
A propósito de la descolonización, tanto mercantil como mental, me
permito citar a Fausto Reinaga —un pensador indígena bolivia-
no—, que dice lo siguiente sobre la concepción del pensamiento
occidental ante nuestros pensamientos ancestrales:
Hace seis mil años que aparece Occidente, apenas seis mil
años. Su historia es la historia de su pensamiento. Antes de
que el mundo fuera conquistado por Occidente, Asia, África
y América —al igual que Europa— tenían sus pensamientos
particulares. El pensamiento conquistador aplastó el de Asia,
África y América; quienes en carne y espíritu quedaron como
esclavas factorías de Europa. De Sócrates a Sartre, Europa es
el hombre-lobo del hombre.
Las palabras de Reinaga muestran cómo el pensamiento mercantilis-
ta, europeo y norteamericano, intenta dominar al mundo, lo que
implica acabar con el pensamiento de los otros; mientras nosotros
intentamos construir un mundo mejor.
Ese pensamiento occidental mercantilista impone a la agricultura
unos modos de producción capitalista que provocan la degrada-
ción de los suelos. La ecología se ve muy afectada, y lo mismo le
sucede a la agricultura como cultura. Esto se evidencia en diversas
prácticas: en la dependencia de productos fertilizantes inorgánicos,
que son contaminantes; en el uso de las semillas transgénicas, que
son una grave amenaza para nosotros, pues lo que hacen es contro-
lar el sistema y no incrementan la producción de alimento; o en el
uso extendido de venenos, esos que por eufemismo son llamados
“agrocontroladores”, en el documento que se está elaborando en el
Ministerio de Agricultura y Tierras. Simplemente son venenos, y los
venenos matan. Esto aprendemos de algunos camaradas brasile-
ños: dicen que hay que llamar venenos a los “agrotóxicos”, porque
acaban con la vida.
En Venezuela, aproximadamente 70 u 80 % de la propiedad de la tierra
es dominada por latifundios improductivos. La oligarquía venezola-
206
na tiene una particularidad, en comparación con otras oligarquías,
que son igual de sanguinarias. La nuestra no produjo alimentos
a gran escala. Por el contrario, nuestra oligarquía es parasitaria;
utilizó la tierra para pedir créditos en los bancos y especular con el
dinero. No produjeron nada. Pero tenían una licencia de importa-
ción de alimentos.
Este proceso latifundista expulsó y desplazó a los campesinos e indí-
genas de sus territorios ancestrales. Los latifundistas lanzaron una
estrategia de sicariato judicial y físico. Ahí está el caso del camarada
José Pimentel, del estado Cojedes, uno de los más dignos represen-
tantes de la lucha por la tierra en Venezuela, quien ha sufrido más
de tres atentados. El último atentado apuntaba a una muerte física,
moral y simbólica. Intentaron asesinarlo dentro de las instalacio-
nes del INTI. Entendimos el mensaje: “No me importa que tengas
un gobierno de avanzada, no me importa que tengas el Instituto
Nacional de Tierras, no me importa que digas que rescatarás las
tierras. Si lo haces, si te atreves, nosotros te vamos a matar dentro
de tu sistema”. Por fortuna, nuestras deidades protegen a Pimentel.
Ha recibido balazos en la cabeza, y sin embargo lo hemos visto en
este congreso.
Lo mismo sucedió con Braulio Álvarez, máximo dirigente de nuestro
Movimiento Campesino Jirajara: sufrió tres atentados. Vicente Lecu-
na, un terrateniente, dijo en Yaracuy: “El problema de la tierra se
soluciona dándole un tiro en la cabeza a Braulio Álvarez”. A los dos
días le dieron el tiro. Vicente Lecuna no ha recibido ninguna sanción
por esa amenaza que cumplió. Esos atentados implican también la
destrucción de la diversidad biológica: el hombre y la mujer forman
parte de ella, y los terratenientes, hombres o mujeres, acaban con
el suelo, las aguas y la agrodiversidad.
Tratamos de hacer visibles todos estos intentos de asesinato. Los
medios de comunicación convencionales no sirven para ello, así
que nuestras denuncias salen por el portal llamado Aporrea: un
portal alternativo para las noticias en Venezuela, que por fortuna
es revisado por camaradas de toda América Latina.
En Venezuela nos estamos enfrentando al sistema de producción
dominante, pero el proceso presenta graves contradicciones. Una
207
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ga
bri
el G
il
LUC
HA
CA
MP
ES
INA
PO
R L
A T
IER
RA
PA
RA
LA
CO
NS
ER
VA
CIÓ
N D
E L
A V
IDA
19
5-20
5
parte de nuestro gobierno está avanzando en la propuesta de agri-
cultura tropical sustentable, mientras otra parte continúa pro-
moviendo los sistemas agrícolas convencionales: métodos como
los monocultivos y sistemas de producción intensiva de ganado
bobino, o la aplicación de fertilizantes inorgánicos y de semillas
transgénicas, que, como dije, sirven para controlar la producción,
pero no incrementan los rendimientos de cultivo.
Nosotros, que vivimos en un país tropical y erigimos un movimiento
campesino, aplicamos los principios universales del conuco como
cultura, para presentar nuestra propuesta de agricultura para la
vida, no para la muerte. La agricultura convencional, en cambio,
destruye la biodiversidad y domina grandes extensiones de terre-
nos latifundistas, lo que ocasiona, entre otras cosas, que nuestros
campesinos tengan una baja calidad de vida. La agricultura con-
vencional implica una desconexión entre los sistemas económicos
y sociales.
Históricamente, el latifundio ha significado la gran concentración de
propiedades de tierra en pocas manos, así como también la priva-
tización de nuestras reservas de fauna y floras silvestres. Los com-
pañeros que son de Cojedes seguramente conocen el Hato Piñero,
pero nunca pudieron entrar. Allí se encuentra una de las reservas
más hermosas de fauna y flora silvestre de los llanos venezolanos.
El Hato Piñero estaba privatizado. Para entrar allí se necesitaban
dólares. Casi siempre entraban investigadores extranjeros, que
pagaban 20 dólares por entrar, 10 dólares por quedarse en un cuarto
y 5 dólares por los binoculares.
Hacían bioprospección, o biopiratería: se llevaban toda la información
que obtenían. El Hato Piñero fue rescatado del latifundio. Se ha tra-
tado de legislar para que nadie privatice nuestras reservas de fauna
y flora silvestre. Ahora queda la tarea de que el gobierno venezolano
continúe una propuesta de explotación sustentable, de modo que
la promoción de la agricultura convencional no florezca allí.
El siglo XX abre con relaciones esclavistas y semifeudales, que se
extienden por más de cien años. Veamos el caso de Yaracuy. Hay
un investigador yaracuyano, que escribió un libro llamado La
serpiente en la niebla: allí pone en evidencia los desmanes a que
208
los terratenientes someten a nuestros campesinos. 90% de las
tierras del estado Yaracuy cae en la clasificación de “tierras con
escasas limitaciones para la agricultura”, es decir, que son promi-
sorias para la producción de alimentos. Los cubanos batisteros
que escaparon de la Cuba revolucionaria llegaron a Yaracuy, para
fomentar la propuesta de la agricultura convencional y la produc-
ción de caña de azúcar a gran escala. Desplazaron a los campesinos,
convirtiéndolos en peones de hacienda. Acabaron, prácticamente,
con todo. Trabajaron también con la importación de alimentos.
Entre el 2001 y el 2004 descubrimos que las relaciones de producción
que allí proliferaban, eran cuasi esclavistas. Hay compañeros que
tenían entre treinta y ocho y cuarenta años trabajando para los
terratenientes. Ese fue el caso del antiguo fundo La Quinta, donde
funciona actualmente la Empresa Socialista Mixta Leguminosas
del Alba, que propone la producción de semillas de leguminosas,
tanto las autóctonas como las más difundidas, como la caraota, que
integra nuestro plato principal. También supimos de un terratenien-
te árabe que mantenía a algunos de nuestros compañeros en un
estado muy cercano a la esclavitud. Supimos de viejos que tenían
treinta y ochos años trabajando sin recibir salario; sólo un pedazo
de suelo para sembrar sus propios alimentos, cosa que podían hacer
pobremente, porque debían trabajar ocho horas en el campo del
terrateniente.
Los terratenientes usurparon tierras comuneras y resguardos indí-
genas, despojando a los originarios de su territorio. Se apoderaron
de las mejores tierras del centro-occidente, de donde eliminaron la
cultura colectiva del conuco. La tierra, el hombre, la mujer, los sue-
los y las aguas quedan en terapia intensiva. La tierra en el poder
de unos cuantos favorecidos es la causa de la miseria en el campo.
Pienso en una frase de Gino González, un cantante de música vene-
zolana que demuestra cómo, a través del canto revolucionario, se
aborda políticamente el problema de la tierra en Venezuela. Dice
González “La tierra deforestada aquí se pierde de vista. Nada más
con expropiar esas grandísimas fincas le aportarían al país más
de lo que necesita, si todo un pueblo en cayapa le hecha bolas y
209
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ga
bri
el G
il
LUC
HA
CA
MP
ES
INA
PO
R L
A T
IER
RA
PA
RA
LA
CO
NS
ER
VA
CIÓ
N D
E L
A V
IDA
19
5-20
5
planifica. Lo de la propiedad privada, eso es de la clase rica, pero
no falta un pendejo que llegue la justifique”.
Cuando el presidente Chávez asume la presidencia, se encuentra
con la agricultura deprimida, extensos latifundios improducti-
vos, pobreza extrema en campos y ciudades, niños en la calle por
todos lados, alta dependencia alimentaria de las importaciones,
alienación en el consumo, uniformización de los gustos. Y aquí
cabe otra canción de Gino: “El problema no es el trigo, la cuestión
son los extremos de que nos alimentemos con lo que no produ-
cimos”. Toda la estructura estaba preparada para no producir en
el campo, para una tierra ocupada por los latifundios improducti-
vos, que importan alimentos para la alienación del consumo. Las
instituciones agrícolas estaban virtualmente liquidadas. Cuando
se crea la Ley de Tierras en el 2001, la oligarquía terrofágica que
antes nos asesinaba estando en el gobierno, hace lo mismo desde
la oposición. Como opositores reiniciaron la matanza sistemática
de líderes campesinos rescatadores de tierra. Ahora se atreven a
hablar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Dicen
que hay inseguridad en el país, pero no cuentan los casos de líderes
campesinos que han perecido víctimas del sicariato, pagado por la
oposición venezolana.
Los cuerpos de seguridad del Estado burgués también arremeten
contra los campesinos: la Guardia Nacional, el CICPC, las policías
regionales, muchas veces siguen órdenes del poder económico
dominante, que también controla los tribunales judiciales. En ese
punto se desmorona la trampa de la oposición, cuando dice que el
gobierno controla todos los poderes. Si controlara todos los pode-
res, entonces nosotros estaríamos allí como jueces, abogados, fis-
cales, tirando la casa por la ventana a favor del campesino, al menos
en este ámbito. Los oficiales tribunales imputan a los campesinos
por delitos falsos de invasión a la propiedad privada, aplican el dere-
cho penal para criminalizar la lucha por la tierra.
Ha habido más de doscientos campesinos asesinados, desde el 2001
hasta la fecha, y más de dos mil imputados en delitos falsos por
invasión a la propiedad privada. Hace mes y medio descubrimos que
un burócrata pretende hacer retroceder la revolución del campo
210
venezolano. Desde dentro de nuestro gobierno se generan políticas
anticampesinas, que deben ser aplastadas de inmediato, antes de
que sea muy tarde. Se paralizan los rescates de tierras, se indem-
niza —con montos millonarios— a terratenientes y usurpadores,
que dejaron la tierra en terapia intensiva, que vulneraron todos
los derechos de los campesinos. Más bien quedan debiéndole a
nuestra gente.
Citamos a Viaña: "hay una permanente interlocución y ruptura entre
los movimientos sociales y el gobierno bolivariano". Si se asigna al
INTI un personal revolucionario, nosotros avanzamos en el rescate
de la tierra; pero si colocan a un militar, que se dice chavista, pero
es amigo de los terratenientes, los reivindica y manda a paralizar
los rescates de tierra, entonces estamos mal. En un país en revo-
lución, los ricos siguen matando a los pobres y no van a prisión.
El mes pasado, un tribunal absolvió al terrateniente Luis Galo, de
Fedecamaras (Yaracuy), autor intelectual del asesinato del líder
campesino Nelson López, el camarada que fue acribillado en el
2009 con catorce disparos en la espalda. Esa situación también la
estamos enfrentando.
Con todo respeto debemos decir que Agropatria continúa vendien-
do los agrotóxicos que vendía Agroisleña, sólo que a mejor precio;
mas no se ha planteado la posibilidad de migrar hacia la transición
agroecológica. Nosotros estamos discutiendo con los compañeros
de esa institución.
Pongamos otro ejemplo: miembros del ejército y ganaderos están
aliados contra los indígenas yukpa. Esta situación fue denunciada
por Lusbi Portillo, un camarada militante por la causa indígena.
Él denuncia que en lo que va de año, ganaderos usurpadores han
matado a cinco indígenas en el Zulia. El pasado 13 de abril fueron
asesinados dos yukpa, en la cuenca del río Yaza, en Machiques,
Perijá. La población urbana no se entera de estas situaciones, no
se sensibiliza por este grave problema. En la cosmovisión yukpa
hay una relación estrecha entre lo cultural, el territorio y los recur-
sos; no sólo una visión productiva de la tierra. En otras palabras,
la visión de territorio de nuestros indígenas es distinta a nuestra
211
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ga
bri
el G
il
LUC
HA
CA
MP
ES
INA
PO
R L
A T
IER
RA
PA
RA
LA
CO
NS
ER
VA
CIÓ
N D
E L
A V
IDA
19
5-20
5
visión campesina, que consiste en rescatar una parcela para pro-
ducir alimento.
En la sierra de Perijá, territorio yukpa, se desarrolló el proceso de auto-
demarcación, que consistió en el deslinde de las tierras. Fue efec-
tuado por las comunidades indígenas, para reivindicar los derechos
territoriales de los pueblos ancestrales, sistemáticamente violados
a lo largo de la historia. Esto ocasionó que ganaderos y mineros
reaccionaran agrediendo letalmente a los indígenas. Vladimir Agui-
lar está haciendo seguimiento a estos hechos, nos iba a acompañar
en la conferencia, pero no pudo asistir.
El Flaco Prada dijo en un artículo: “Tierra para los yukpa: sin carbón, ni
ganaderos. Castigo para los asesinos de nuestros hermanos yukpa”.
Está tipificado en la Constitución Bolivariana, en el artículo 119, y
en el artículo 12 de la Ley de Demarcación y Garantía de Hábitat, la
posibilidad de que nuestros indígenas puedan autodemarcar sus
territorios. Todo el territorio de la sierra de Perijá le pertenece a los
indígenas, pero los terratenientes ven amenazados sus intereses y
se ocupan del asunto por la vía de la muerte sangrienta.
Tengamos también en cuenta que no hacemos nada luchando contra
el latifundio y la terrofagia en Venezuela, si no atendemos a lo que
ocurre en otros países. En Brasil, cuatro campesinos sin tierras fue-
ron asesinados brutalmente, en menos de dos días. Eso ocurrió en
Pernambuco y Minas Gerais. El pasado 23 de marzo, el campesino
Antonio Tiningo fue víctima de una emboscada, cuando iba hacia
el campamento de una hacienda ocupada en el municipio Jataú-
ba. Tiningo era líder de la región, desde hacía tres años, en el Movi-
miento de los Sin Tierra del Brasil. En Minas Gerais tres campesinos
fueron asesinados el 24 de marzo: dos hombres y una mujer, cuyos
cadáveres fueron encontrados en Miraponga. Los tres también for-
maban parte del Movimiento de Liberación de los Sin Tierra. Los
terratenientes aplican las mismas medidas para asesinar a nuestros
campesinos e indígenas.
En Paraguay, gracias a la alianza que tenemos con los compañeros
del IALA, sabemos que seis campesinos de diferentes organizacio-
nes de base se encuentran detenidos, desde hace más de tres años,
acusados de ser invasores de tierra y de pertenecer a un grupo gue-
212
rrillero. Una dirigente campesina, Sonia Muñoz, de la Organización
Campesina del Norte, debió asilarse en Brasil: la amenazaron con
detenerla por la acusación de integrar invasiones, la intentaron
ligar con el EPP. La radio comunitaria de la Organización Campesi-
na del Norte, a la que pertenecen varios compañeros paraguayos
que nos acompañan, tiene prohibición de salir al aire, bajo la ame-
naza de que encarcelarán a los que incumplan con los mandatos
gubernamentales al respecto. Te quitan la voz, te quitan la tierra y
te quitan la vida.
Líderes campesinos, que comandan campesinos en Paraguay, y se
asientan en carpas frente a las tierras que reclaman, son tratados
por la prensa paraguaya como jefes invasores. Este es el mecanismo:
eliminarlos moralmente en la prensa, para luego preparar el asesi-
nato. El 14 de febrero de 2012, una jueza ordenó el desalojo de carpas
en Ñacundá y Paraguay, afectando a más de tres mil campesinos.
Otro caso lo vemos en Bolivia, con el sistema de la soya y el cerealero,
y sus latifundistas. La mayoría son extranjeros. Controlan más de
95% de las tierras bajas, las tierras aptas para la producción agrícola
diversificada. Esto ocurre en el departamento Santa Cruz. Los cam-
pesinos indígenas y originarios se encuentran en minifundios, en
el altiplano y otras zonas altas. Lamentablemente, no existen casi
tierras fiscales. La mayoría son propiedad de la nación. Los latifun-
distas y usurpadores robaron todas las tierras.
En el mapa de Bolivia existen cinco puntos verdes: son las tierras fis-
cales, en las que el gobierno boliviano no puede proponer una pro-
puesta de agricultura campesina, pues pertenecen a los bosques
del Gran Chaco y la selva amazónica. Las instituciones guberna-
mentales se parecen a las nuestras; llenas de altos funcionarios a
favor de la mercantilización de la naturaleza, están en contra de la
integración ALBA.
Pero hay alternativas de alianza: los indígenas del altiplano boliviano,
en Oruro y Potosí, a 4500 m de altura, viven en condiciones parecidas
a las de nuestros páramos andinos. Por la similitud de los territorios
hemos podido traer la semilla del grano de oro de los incas, que
tiene unas condiciones nutricionales de primera calidad. Normal-
mente este grano es exportado, casi en su totalidad, a Europa. La
213
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ga
bri
el G
il
LUC
HA
CA
MP
ES
INA
PO
R L
A T
IER
RA
PA
RA
LA
CO
NS
ER
VA
CIÓ
N D
E L
A V
IDA
19
5-20
5
idea es que por medio del intercambio y distribución de alimentos,
entre los países de América Latina, nosotros podamos intercambiar
productos tan importantes como esta semilla. Ya le dimos semillas
a los compañeros del páramo, de la Organización PROINPA, para
que prueben si pueden trasplantarse a nuestras condiciones. Estos
compañeros trabajan de manera orgánica, y aún en esas condicio-
nes que pueden parecer inhóspitas para la mayoría de las personas,
viven de sus propios cultivos.
La lucha por nuestras tierras nos ha enseñado, pues, que tenemos
los mismos enemigos en toda América Latina. Debemos hacernos
varias preguntas: ¿cómo logramos la integración de un movimien-
to para nuestras luchas latinoamericanas?, ¿cómo y cuándo logra-
remos una verdadera integración del pueblo latinoamericano a
través de nuestras instituciones populares? ¿Cuándo emprendere-
mos acciones conjuntas? Nosotros hemos propuesto en diversos
escenarios un tribunal popular latinoamericano contra el sicariato
campesino y la criminalización de nuestras luchas. No hablamos
de un tribunal para matar a los terratenientes, sino uno moral,
que identifique a los asesinos y difunda sus asesinatos a través
de las naciones.
Es importantísimo que iniciemos la campaña latinoamericana con-
tra los agrotóxicos, pues al hacer esto protegemos y rescatamos
la biodiversidad: Redes alternativas de producción de alimentos
sanos, una red popular de protección de la diversidad biológica.
Parte de nuestra estrategia es lograr entendernos con las organiza-
ciones populares de la ciudad, para establecer propuestas como un
mercado campesino, en el que las relaciones no sean mercantiles
—entre el campesino y el consumidor citadino—, sino de distribu-
ción directa de alimentos. Para que el pueblo sepa porqué debe com-
prarle al campesino, no al terrateniente o al intermediario.
A pesar de las dificultades y agresiones, en Venezuela seguimos avan-
zando. El territorio se está rescatando del latifundio explotador.
Intentamos liberar a los alimentos de la impúdica visión mercan-
til, que los trata como vulgares mercancías. Paralizamos la abomi-
nable destrucción de los ecosistemas, al menos en los territorios
rescatados. Con la caña de azúcar pasamos a los agro-sistemas
214
diversificados, en transición hacia la propuesta agroecológica. Se
implementan relaciones sociales de producción colectiva no explo-
tadoras: que la gente no parcele los espacios y territorios, sino que
los mantenga como propiedad colectiva.
Intentamos transitar de ecosistemas degradados hacia diseños
de agroecosistemas que pueden llegar a ser sustentables. En
este proceso se va recuperando la diversidad biológica. Actualmen-
te se producen alimentos con disminución de carga tóxica, pues
a través de la Escuela Popular de Monitoreo utilizamos prácticas
ecológicas para el control de plagas y enfermedades. Se financia la
diversificación y la atención integral al campesino, en buena parte
de la población. Con la Misión Robinson no alcanzamos la meta
de erradicar el analfabetismo, por ello acá también estamos ense-
ñando a leer a los campesinos. Otra gran propuesta que estamos
apoyando es la del Paulo Freire, el Instituto Latinoamericano de
Agrotecnología, denominada propuesta de vías campesinas.
Este es nuestro contexto. Ahora los retos actuales: ¿Cómo crear una
red alternativa permanente de distribución e intercambio socia-
lista de alimentos, que quede en manos de los campesinos? ¿Cómo
acceder a conocimientos y tecnologías alternativas que permitan
transformar los productos frescos en diversos alimentos sanos
procesados agroindustrialmente? ¿Cómo establecemos una red
latinoamericana para la protección de la diversidad biológica?
215
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ga
bri
el G
il
LUC
HA
CA
MP
ES
INA
PO
R L
A T
IER
RA
PA
RA
LA
CO
NS
ER
VA
CIÓ
N D
E L
A V
IDA
19
5-20
5
La defensa del maíz ante la erosión cultural y la pérdida de la diversidad de semillas campesinas por el modelo corporativo de producción de alimentos Adelita San Vicente México
El maíz domesticó a los mexicanos. Su presencia implica un proceso en
el que hubo una unión hasta el nivel molecular, y podemos verlo en
todas las representaciones prehispánicas: siempre estuvo presente
el maíz. Es un invento que es nuestro y que a la vez nos inventó, y que
continúa en las representaciones religiosas actuales. Existen repre-
sentaciones de todo tipo —como una iglesia en la sierra en México
o una cruz prehispánica— donde se combina el culto católico con
este culto al maíz: hay, generalmente, sincretismo. De este modo,
todas las fi estas religiosas terminan por acomodarse al calendario
agrícola en México.
Se dice que el maíz se inventó en México porque se ha descubierto que
el ancestro de esta planta es un teocintle1, un pasto silvestre que aún
1 Los teocintles (Zea spp) son gramíneas altamente emparentadas con el maíz.
Debido a la poca información sobre su utilidad agrícola y ganadera, existen algunas
especies que están en peligro de extinción. Con el apoyo de evidencia genética fue
posible confi rmar que las poblaciones de la especie de teocintle, Z. mays ssp. parvi-
glumis, que pertenece a la raza balsas, participaron en el origen del maíz, y fueron
ubicados en los estados de Michoacán, México y Guerrero; mientras que la especie
de teocintle Z. mays ssp. mexicana contribuye en la diversifi cación del maíz de la
mesa central de la república mexicana. El estudio del teocintle representa una fuente
de conocimiento para el estudio de la genética del maíz y estudios evolutivos de su
genoma, además de su importancia como potencial fuente de genes en el mejora-
miento del maíz. En el desciframiento del genoma del maíz se podrá comprobar su
proceso evolutivo, caracterizar los genes responsables de resistencia a plagas y enfer-
medades, tolerancia a sequía y la efi ciencia en la captación de nutrientes, y estudiar
la respuesta al cambio climático.
http://www.invdes.com.mx/suplemento-noticias/343-teocintle-el-ancestro-del-maiz
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
se encuentra en el país y del que brota un fruto que poco a poco se
convirtió en maíz. Esto sucedió debido a un proceso de domesti-
cación que llevaron a cabo los antiguos habitantes (posiblemente
fueron las mujeres, ya que ellas se encargaban de los sembradíos),
que comenzaron a observar los teocintles y los cruzaron, mejoran-
do el fruto hasta que consiguieron obtener lo que hoy conocemos
como maíz. Esta planta gramínea tiene ocho mil años de mejoras,
pues los campesinos han trabajando en él constantemente. Hay
reportes de que en Chihuahua (norte de México) se hacen cruces
con teocintles y maíces criollos o nativos para obtener algunas
características propias de esta planta.
Así, la historia del maíz es una historia del éxito, porque es un cultivo
de gran adaptabilidad: se encuentra en todo el mundo (cultivado
desde los 3000 m.s.n.m hasta el nivel del mar) y se adapta a todo
tipo de climas, temperaturas y altitudes. Cada una de las razas exis-
tentes se adapta a distintas precipitaciones y varias altitudes, de
modo que existe un maíz específico para cada zona y para cada
gusto gastronómico.
Un estudio realizado en el siglo pasado sobre la distribución del teo-
cintle en tierras mexicanas fue renovado y actualizado. Los resulta-
dos evidenciaron mayor diversidad de este fruto, lo que corrobora
que los campesinos continúan cambiando el genoma; por esto se
habla de que México es centro de origen y diversificación del maíz.
Los mexicanos ingieren entre doscientos y ochocientos gramos de
maíz cada día (representa gran parte de la ingesta calórica y pro-
teica de la población) y se consumen en más de seiscientas formas
distintas (las tortillas y los tamales entran en esa clasificación). Sin
embargo, México convirtió en mercancía el bien que lo representa
como país y cultura al poner el maíz de manera unilateral sobre el
panorama en la firma del Tratado de Libre Comercio de 1994. A pesar
del desacuerdo de algunos países, el gobierno mexicano avanzó en
el proyecto, convirtiendo esta planta sagrada en una mercancía
sujeta a un tratado comercial que ha sido dañino para la población
mexicana y nos ha arrojado al peor de los escenarios: importar mer-
cancía y exportar mano de obra mexicana en las peores condiciones
218
(migran más de cuatrocientos mil mexicanos a Estados Unidos cada
año de manera ilegal).
En términos de producción, el maíz se ha convertido en el cultivo de
mayor relevancia en el mundo. En toneladas, es el cereal que más se
produce y se ha incrementado debido a su uso como bio y agrocom-
bustible. La gran diversidad de usos del maíz sólo es sustituida por
el petróleo: después de este, el maíz se utiliza en todo. No sólo para
la ingesta, sino para la higiene corporal (en la producción de pasta
de dientes), para los refrescos, para la fructosa, jarabes, textiles y
ahora para movilizar automóviles.
Hablando ahora de transgenes: los cuatro transgénicos que existen en
el mercado son soya, maíz, algodón y canola. Si comparamos esto
con el número de eventos (así se le llama a cada transgénico, pues
se consideran como eventos particulares) que existen, la planta a
la que más experimentos se le ha aplicado es al maíz. Con esta hay
treinta y cinco eventos, mientras que con la soya sólo hay siete.
Por esto consideramos que —tanto por sus características como
por el significado que implica para los pueblos latinoamericanos
con respecto a la alimentación— el maíz es un gran bien en dispu-
ta, pues la transformación genética significa la apropiación de las
características genéticas de esta planta por parte de las empresas
implicadas en las modificaciones genéticas.
En México, se habla de tener una alimentación sana a partir de las
semillas. Partimos de la idea de que la agricultura campesina no
sólo nos brinda alimentación, sino también agua, oxígeno, conoci-
miento, cultura y preservación del ambiente. Se trata de una multi-
funcionalidad de la agricultura campesina.
México tiene una característica producto de la revolución del siglo
pasado, y es que la propiedad social de la tierra representa 56% de
la propiedad total, sea bajo la forma de ejidos o de unidades. Las
propiedades privadas suelen estar representadas por pequeñas
zonas de riego con grandes infraestructuras especializadas para
esta actividad. Del resto, más de la mitad de las propiedades del
país son ejidos rodeados por bosques y minerías. Además, este tipo
de producción sigue generando más de 60% del maíz blanco para el
consumo humano, y proviene de pequeñas superficies que gene-
219
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ad
elit
a S
an
Vic
ente
LA
DE
FEN
SA
DE
L M
AÍZ
AN
TE
LA
ER
OSI
ÓN
CU
LTU
RA
L Y
PÉ
RD
IDA
DE
LA
DIV
ER
SID
AD
DE
SEM
ILL
AS
C
AM
PE
SIN
AS
PO
R E
L M
OD
ELO
CO
RP
OR
AT
IVO
DE
PR
OD
UC
CIÓ
N D
E A
LIM
EN
TOS
207-
212
ralmente están en este tipo de propiedad, que no se producen con
semillas nativas y que logran germinar en suelos muy deteriorados.
Entonces, lo que estamos haciendo es considerar que estas unida-
des de producción son el reservorio del material genético y de
los conocimientos. Verdaderamente, son la respuesta ante el
cambio climático, y brindan alternativas ante la crisis a la que
se enfrenta este modo de producción. Muchas organizaciones
en México, además de la nuestra, han descubierto que la mejor
defensa contra los transgénicos es salvaguardar las semillas en
fondos locales de semillas in situ para conservar y reproducir las
variedades de semillas nativas. Esto quiere decir que la forma
de conservar las semillas es sembrarlas, pues el mejor banco de
semillas es la tierra misma.
De modo que se hace un diagnóstico, se siembran las mejores
variedades de semillas, se cuida la polinización para que no se
crucen las variedades y haya una polinización fraterna, se atien-
de la humedad a través de una técnica de cajetes2, y luego se
identifican y se resguardan en el ámbito regional. Así, no sólo se
salvaguardan las semillas de maíz, sino también las de calabaza,
chayote, jitomate y chile. Todas estas especies —que poco a poco
se han perdido o han disminuido su crecimiento— se rescatan
y se resguardan.
Una vez que se siembran, se llevan a un intercambio regional libre
entre comunidades que se realiza nacionalmente en México. Se
trata de una feria cultural que, además de presentar los produc-
tos de los sembradíos, incluye otras expresiones culturales: hay
representaciones textiles y rituales agrícolas, donde se bendi-
cen las semillas y se unen las religiones católica y la indígena.
Primero se hace una misa y luego se lleva a cabo el rito indígena,
en el que se mata a un guajolote o pavo bajo la creencia de que
cuando se da muerte se da vida. Aquí reaparece el sincretismo
entre religiones.
2 La técnica de cajetes en los sembradíos se utiliza para controlar la cantidad de
agua que se riega a las semillas y frutos. A través de una serie de cajas, se retiene el
agua que es necesaria para la germinación y crecimiento sano de las semillas.
http://www.sma.df.gob.mx/sma/download/archivos/manual_manejo_areas_ver-
des_folleto_practico.pdf
220
Como semillas de vida, somos una de las organizaciones que forma la
campaña “Sin maíz no hay país”. Conformamos una red de diversas
organizaciones, cada una de las cuales hace un trabajo diferente: en
derechos humanos, en confederaciones, para con los consumidores
o en producciones de las campañas. Con esto, en 2008, nos juntamos
en defensa de la soberanía alimentaria y la reactivación del campo
mexicano bajo la idea de “salvar al campo para salvar a México”, con
el fin de llamar la atención del gobierno para que hiciera una rene-
gociación en el Tratado de Libre Comercio y evitara la liberación
de productos sensibles (maíz, frijol y azúcar). Se realizaron muchas
actividades: fuimos al Zócalo o plaza de la Constitución en México,
hicimos un ayuno por la independencia alimentaria, sembramos
maíz en toda la ciudad. El primero de enero de ese año, compañeros
en la frontera con Estados Unidos cerraron una de las garitas en
contra del Tratado de Libre Comercio, se realizó una gran marcha
campesina que llegó a Ciudad de México, juntamos miles de firmas
que se entregaron a los senadores de la república y, desde entonces,
tenemos un órgano divulgativo que es un periódico de publicación
mensual.
Sin embargo, no hubo respuesta del gobierno: hay una clara alianza
con las transnacionales. Monsanto entró a México con su gobierno
a sembrar transgénicos, se ha aumentado el precio en las comer-
cializadoras, se han creado empresas de agrocombustibles con
subsidios del gobierno. Así, en el año 2008 decidimos construir
una plataforma nacional que tiene un eje muy claro de trabajo,
donde en esencia defendemos la agricultura campesina y nuestro
patrimonio natural para que se mantenga esta riqueza genética
libre de transgenes y para defender una alimentación suficiente
y de calidad.
Hay cien millones de mexicanos, de los cuales 20% está en pobreza
extrema, lo que quiere decir que esta quinta parte tiene hambre. Y
en tanto, somos el país con mayor población infantil obesa. Enton-
ces, este eje defiende la alimentación suficiente y de calidad y el
impulso de la agricultura y de las técnicas agroecológicas. A partir
del año 2009, decidimos tomar la justicia en nuestras manos, pues
si el gobierno no actuaba debíamos ser nosotros quienes solven-
221
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ad
elit
a S
an
Vic
ente
LA
DE
FEN
SA
DE
L M
AÍZ
AN
TE
LA
ER
OSI
ÓN
CU
LTU
RA
L Y
PÉ
RD
IDA
DE
LA
DIV
ER
SID
AD
DE
SEM
ILL
AS
C
AM
PE
SIN
AS
PO
R E
L M
OD
ELO
CO
RP
OR
AT
IVO
DE
PR
OD
UC
CIÓ
N D
E A
LIM
EN
TOS
207-
212
táramos la situación. Hemos venido haciendo distintas acciones
para cambiarla. En una de las reuniones del protocolo de Cartagena
en México, formamos un mapa con granos de maíz. Invitamos al
relator por el derecho a la alimentación Oliver de Shutter, quien ha
estado dos veces en México y ha exhortado al gobierno mexicano
a no propulsar la siembra de transgénicos en un país tan diverso.
En 2011, se logró que el Congreso le diera rango constitucional al
derecho por la alimentación, pero todavía falta mucho para que
esto se tome como una política y un protocolo a seguir.
Ahora, desde hace tres años, celebramos el maíz. Pensamos que habría
que llevar a todo el país este rito que tienen nuestros pueblos de
celebrar las semillas y la bendición de la cosecha. Poco a poco se
ha ido convirtiendo en una celebración popular. Por medio de ella,
convocamos al pueblo de México a juntar esfuerzos para defender
lo que nuestros pueblos han creado, reproducido y defendido por
siglos. Creemos que el maíz se ha convertido en el símbolo de la
agricultura campesina ligada a la cultura indígena. Es nuestra vida y
necesitamos protegerla. Es un esfuerzo de muchos mexicanos, pero
sobre todo de campesinos que protegen el maíz, y que hoy están a
punto de lograr que este sea liberado comercialmente. A través de
la campaña “Sin maíz no hay país”, se estimula e invita a la gente a
que se estipule un México libre de transgénicos. En la defensa del
maíz está la protección de una forma de producción de los pueblos
que consumen esta planta.
222
Reapropiación de la cultura desde el aprendizaje colectivo en torno a la soberanía alimentaria
Liccia Romero Venezuela
La idea de este trabajo es compartir tres experiencias muy cerca-
nas a lo que ha sido mi vida en la docencia universitaria y en el
mundo académico, espacios que he ido transitando, donde he
aprendido y desaprendido con respecto al tema de la soberanía
agroalimentaria.
La primera experiencia va desde el año 1993 hasta el año 1995, en
el sur del lago de Maracaibo. Se ha hablado de los impactos sobre
el cuerpo de agua del lago de Maracaibo debido a que es utilizado
como vertedero de desechos y como canal de navegación. Pero
es la tierra inmediata, la que rodea al lago, la que sobre todo ha
sufrido fuertes transformaciones. Esta zona está representada
por las grandes planicies de los ríos, que empiezan en las cordille-
ras colombianas y venezolanas y que desembocan en el lago de
Maracaibo. Es un territorio complejo, sujeto a fuertes pugnas por
la posesión de la tierra y a procesos que no terminan de madurar
para configurar territorios.
Las planicies se forman por los fenómenos aluvionales de los ríos
que vienen desde las alturas y que se explayan por una mezcla de
materiales. También hay una mezcla humana muy reciente y muy
conflictiva en estos territorios del lago.
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Mediante dos fotografías del lago en el puerto de Palmarito tomadas
con varios años de diferencia, pudimos observar cómo árboles de
gran altura sobre una matriz de pastizales han ido invadiendo las
formaciones forestales originales. Llegamos a calcular que sólo
queda como remanente, fragmentado y disperso, 2% del territorio
original concentrado en áreas de ciénagas y espacios inundables,
donde ha sido más difícil la transformación para estos pastizales
que generalmente son utilizados en la ganadería de doble propósito.
Esta transformación fue impulsada por distintos fenómenos: en
la época del florecimiento del café en los Andes—donde fueron
construidos los ferrocarriles para transportarlo y exportarlo— los
puertos del sur del lago de Maracaibo servían como salida hacia el
gran puerto de Maracaibo para la exportación de café, y los Andes
era el epicentro de la gran producción y movilización del café.
Las vías férreas por donde transitaban los trenes fueron las prime-
ras vías de colonización: se trataba de una selva con un camino
muy complicado e intrincado, de modo que debían establecerse
puntos de acampada para que los obreros pudieran mantener en
buen estado las vías, pues allí ocurría el explayamiento de los ríos
cuyas aguas inundaban las planicies.
De allí, surgen ciudades como El Vigía (lugar de vigilancia y de encuen-
tro de cruces de caminos), que es el punto de llegada por vía aérea
a la ciudad de Mérida. Estos puntos hicieron posible e impulsaron
la expansión petrolera del siglo XX: los capitales acumulados en esa
época y el manejo importante de la renta petrolera por parte de los
particulares y del gobierno para llevar adelante proyectos lograron
un proceso de colonización de estas planicies. Con hachas y mache-
tes, goajiros del norte del estado Zulia e inmigrantes colombianos
fueron transformando las tierras originales del lago, pues las con-
diciones de humedad impedían que pudiera desforestarse la selva
con quemas. Así, fue necesario un uso intensivo de mano obrera.
Este es el paisaje que domina el proceso de transformación del sur
del lago, pero actualmente pueden verse fragmentos de bosque
remanente y pequeñas unidades diversificadas de producción.
No sólo hay ganadería, sino que existen sistemas agroforestales
dentro de la matriz.
226
Gracias a un estudio convencional para una tesis de maestría, nos
interesamos en estos sistemas agroforestales como los sistemas
más idóneos para tratar los territorios forestales del sur del lago.
Entrando en esas arboledas e islas de los pastizales, nos encon-
tramos con uno de los elementos más impactantes de la biodiver-
sidad en nuestro país: el cacao porcelana. Lo encontramos ligado a
una arboleda entre El Vigía y caño Zancudo, en una finca que pro-
duce para una empresa transnacional llamada Valhrona, que tra-
bajaba con los cacaos finos de aroma.
El cacao porcelana es la base (como materia prima) para el producto
más exquisito y caro que esta empresa vende en Francia. Nos llamó
la atención que el principal referente de un cacao criollo fuese su
uso como elemento de exportación.
De modo que investigamos, y nos encontramos con una serie de pro-
gramas impulsados por el gobierno nacional para la protección y
rescate del cacao. Leímos informes y entrevistamos personas liga-
das a esos programas, y la mayoría de estos arrojó que los resul-
tados de los programas eran desalentadores y escasos. Se había
invertido mucho dinero en este proyecto, y aún así los resultados
eran insignificantes.
No entendía como a Vahlrona le iba tan bien, y un programa de rescate
para el bienestar de los campesinos no salía a flote. Se nos argu-
mentaba que quizá se había generado un cruce entre la planta de
cacao que no crecía, y el hecho de que los campesinos no estaban
lo suficientemente capacitados para tratar el cacao. Afortunada-
mente, no me conformé con estas historias y comencé a visitar más
lugares hasta que me tropecé con la arboleda original de la planta
de cacao porcelana que está en la finca de Vahlrona: la finca de
la familia Churio, de origen goajiro. Ellos mantenían la arboleda
originaria de los materiales que estaban en otros espacios. Con el
señor Churio, concluí que la conservación de la agrobiodiversidad
se concreta en lugares donde las personas no prestan atención al
medio donde se encuentran, lo pasan desapercibido. Se trata de
islas geográficas, económicas o culturales.
También concluí que la agrobiodiversidad venezolana es un recurso
estratégico desprotegido. Está muy tenazmente mantenida por
227
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Licc
ia R
om
ero
R
EA
PR
OP
IAC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
DE
SD
E E
L A
PR
EN
DIZ
AJE
CO
LEC
TIV
O
EN
TO
RN
O A
LA
SO
BE
RA
NÍA
ALI
ME
NTA
RIA
215
-223
campesinos, que a su vez están aislados, olvidados y descuidados.
Personas de varios lugares del mundo habían visitado la finca para
que el señor Churio les diera material de cacao porcelana, y sin pro-
blema se los había regalado. Estamos hablando de una característi-
ca cultural que identifica al goajiro: son muy dados al intercambio,
al trueque. Es natural que hayan intercambiado el material por cual-
quier otra cosa que las personas les hayan ofrecido.
Pero el problema no reside únicamente en los materiales, sino en
la forma en que se maneja la planta de cacao. El señor Churio me
explicó por qué el cacao porcelana no había florecido en otras
fincas. Con obvios conocimientos agroecológicos (que indican
procedimientos específicos de cómo producir este tipo de cacao),
decía que en la finca de Vahlrona el clima es muy frío y hay mucha
piedra para el porcelana. Decía que originariamente “el cacao es
de la tierra llana, donde el agua no enchumba. Donde hay bancos de
arena formados por los ríos y hay sombra de bucare”. Son dominios
del agroecosistema para una producción ideal. Así entendí cómo
aquel programa no avanzaba en la investigación sobre el rescate
y producción del cacao: no conocían la agroecología de ese territo-
rio, y nunca aprovecharon la oportunidad de aprender con quienes
tenían la experiencia y la sabiduría de cómo conservar el cacao a
contra corriente con un territorio específico.
Por razones académicas, pasé a otro escenario ecológico. Aquí se
inicia la segunda de las experiencias de investigación y apren-
dizaje sobre la realidad socioambiental en Venezuela. Viajé a
los altos Andes de Mérida en el 2001, donde hay dos elementos
significativos amenazados por el cambio climático: las neva-
das y los paisajes de páramo. En este nuevo piso ecológico, nos
concentramos a trabajar dentro del estado Mérida, en lo que
llamamos núcleo central del páramo, incluyendo las comuni-
dades parameras de Mucuchíes y Gavidia que están a la altura
límite de lo que soporta la agricultura, 3600 m.s.n.m. Allí, el tema
del trabajo fue otro elemento importante y significativo de la
agrobiodiversidad venezolana: la papa andina. Comenzamos a
estudiar la semilla de la papa como una posibilidad de lograr la
soberanía agroalimentaria, siendo los Andes centro de origen y
228
diversificación de los cultivos del patrimonio alimentario andino.
Nos llamaba mucho la atención que la papa fuese en realidad
“andina”. Después de un muestreo estadístico para conocer
de dónde provenía la producción andina, concluimos que 100% de
la papa que se produce en los Andes venezolanos no proviene de
una semilla criolla, sino de semillas importantes de consorcios ale-
manes y canadienses. A veces, con mucha suerte, las semillas son
colombianas. No entendíamos qué había ocurrido con las semillas y
variedades nativas que forman parte de la historia de los territorios
andinos venezolanos. Al principio, la versión oficial indicaba que
este tipo de papa estaba desaparecida.
Para el 2001, la posición de algunos técnicos dictaminaba que inver-
tir esfuerzos en la búsqueda de su origen no tenía sentido, pues
esta semilla no es atractiva para el mercado. Valiéndonos de unos
espacios de trabajo donde ya veníamos participando, empezamos a
localizar no una, sino muchas variedades de papa. Encontramos la
papa negra o papa de color, nativa de los páramos: los campesinos
andinos la llaman la papa guerrera, pues tiene mejores condiciones
para enfrentar varias adversidades.
Así, estructuramos un proyecto interdisciplinario que involucró otras
instituciones dentro de la ULA. El programa incorporó en la inves-
tigación a los campesinos y a las organizaciones campesinas del
páramo venezolano, interesadas en la búsqueda de la soberanía ali-
mentaria y nuevos modelos de producción. Este proyecto pretende
ser incremental: no se interesa en la sustitución de los campesinos,
sino que busca ser un programa que se convierta en un esfuerzo téc-
nico y científico para apoyar lo que los campesinos están haciendo.
Todo consta en reforzar un proceso histórico-cultural que ya viene
en marcha, y que intentaremos repotenciar mediante un diálogo
respetuoso con los esfuerzos y enfoques de los campesinos.
En el plano de mi labor como investigadora, donde he ido replan-
teando y desaprendiendo los principios bajo los cuales fui for-
mada, debo decir que la agrobiodiversidad se mantiene por la
sabiduría y los actos de resistencia de los campesinos ancianos.
Se dio un acto intencional de desobediencia expresa contra
todas las recomendaciones y las prédicas que hubo en los años
229
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Licc
ia R
om
ero
R
EA
PR
OP
IAC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
DE
SD
E E
L A
PR
EN
DIZ
AJE
CO
LEC
TIV
O
EN
TO
RN
O A
LA
SO
BE
RA
NÍA
ALI
ME
NTA
RIA
215
-223
ochenta, orientadas a convertir a los productores de papa de
los Andes venezolanos en dependientes de una semilla impor-
tada, que venía en un paquete tecnológico altamente contami-
nante y tóxico. Es loable cómo todavía puede encontrarse ese
acto de desobediencia, cuyos líderes, los campesinos ancianos,
fueron capaces de transmitir a sus hijos ese acto de resistencia.
No sólo se mantienen los materiales originales, sino también los sis-
temas de manejo y diversificación. A pesar de que el paquete tecnoló-
gico ha inundado e invadido los modos de producción, todavía existe
el conocimiento de cómo manejar estos materiales y de cómo tener
un sistema independiente de ese otro paquete que depende de las
importaciones, y que limita el desarrollo de la soberanía alimentaria.
La diversidad no se conserva, se cría. Esto significa un acto de com-
promiso emocional, cultural, individual y colectivo con ese proceso.
Se cría por convicción, porque se ama y se quiere lo que se conserva.
Así como decía Adelita San Vicente: “Cría al maíz, y este también
te criará a ti”. Implica entender que se trata de otro ser que nos
acompaña, y esta noción, este aprendizaje, es muy importante para
todos.
Es interesante que del público sólo haya una persona que conoz-
ca el campo y sepa de las variedades de semillas de papas. El
resto sólo vamos al supermercado a comprarlas, sin saber de
dónde provienen y cuál es su verdadero nombre. El proceso de
desarrollo de la soberanía alimentaria tiene el deber, entonces,
de informar a la población acerca de las semillas nativas, apro-
vechando los espacios de consumo mediante varias herramien-
tas divulgativas para comenzar a utilizar ese otro material que
todavía tenemos.
La tercera y última experiencia de este recorrido que les he venido
contando es muy reciente e incipiente. Comenzó a raíz de una con-
vocatoria nacional de proyectos estratégicos del FONACIT en la que
nos hemos hermanado con los protectores de tierras del estado
Yaracuy. Complementa las investigaciones sobre el modelo de
producción de la papa andina. El proyecto se llama “Estrategias
comunitarias agroecológicas para la soberanía alimentaria y el
cambio climático. Experiencias participativas para la construc-
230
ción de indicadores de potencial de investigación basados en el
criterio de sustentabilidad”. Este nombre indica que generamos
un proyecto para acompañar el proceso que está dando respues-
tas, desde una perspectiva agroecológica y una construcción de
una nueva cultura agroproductiva, a la producción frente a los
desafíos ambientales actuales (los riesgos e incertidumbres fren-
te al cambio climático), pero también, cambiando hacia modelos
productivos para una alimentación sana e integral.
Los compañeros del estado Yaracuy no sólo luchan por rescatar
la tierra, sino por crear territorio y crear identidad. Parte de esa
identidad reside en generar tecnologías apropiadas para atacar
las zonas maltratadas por la explotación productiva. Estamos
conscientes de que no sólo apoyamos técnicamente, sino en la
mano de obra también. Intentamos, juntos, producir una cultura
agroproductiva para la soberanía agroalimentaria que desafortu-
nadamente confronta muchos reveses en nuestro país.
Más que respuestas a nuestras experiencias, tenemos preguntas:
¿para qué el rescate de tierras?, ¿qué va a producirse allí? y ¿cuál
es el modelo de producción que se utilizará para la construcción
cultural y económica que proponemos? El primer enfoque que
hemos encontrado trata de adaptar la producción azucarera a la
diversificación agroproductiva. Es un primer espacio de trabajo
donde buscamos apoyo.
El segundo enfoque cuestiona fuertemente el contramodelo de la
diversificación agroproductiva: esta propuesta pretende sustituir
la caña agroindustrial por el monocultivo del maíz. Intenta cam-
biar un modelo alimentario establecido y pasar a un modelo diver-
so, de rescate, de otras alternativas, de recreación, de redimensión,
de “criación”. Son alternativas que están en los pequeños conucos
y arboledas de nuestros campesinos, que pudiesen convertirse
en economía viable. El enfoque de maíz industrial pudiese tener
incidencia en el autoabastecimiento, pero se queda corto con la
idea de soberanía alimentaria.
Estamos rescatando tierras a un costo físico muy alto, pero enten-
demos que está en riesgo la posibilidad de establecer un modelo
cultural de producción y consumo. Se les exige a los campesinos
231
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Licc
ia R
om
ero
R
EA
PR
OP
IAC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
DE
SD
E E
L A
PR
EN
DIZ
AJE
CO
LEC
TIV
O
EN
TO
RN
O A
LA
SO
BE
RA
NÍA
ALI
ME
NTA
RIA
215
-223
rescatistas ser proveedores para los consumidores citadinos: la
gran meta es producir para las ciudades. En consecuencia, se res-
cata la tierra para sostener un sistema parasitario ciudad-campo
que súper explotaría al campesino. Frente a este modelo, escasea
la intensificación de mano de obra que exigiría el cambio de un
modelo contracultural, de manera que incluso faltarían horas hom-
bre para procesos de rescate de suelos con respecto a los procesos
de reincorporación de materia orgánica. Es bastante difícil traba-
jar el campo con poquísima mano de obra campesina, cuando las
ciudades están sobre saturadas de personas que pudiesen formar
parte de los procesos de producción que implica crear esta nueva
cultura productiva. Esto hace que se necesite maquinaria pesada,
que impacta sobre los suelos y que afecta al cambio climático. Que-
remos transformar todos esos elementos para lograr el cambio de
políticas que permitan una soberanía alimentaria que trascienda
el concepto inmediato, pero definitivamente inferior, del autoa-
bastecimiento alimentario.
Todo esto viene de un proceso en el que he trabajado desde la ULA
como investigadora y docente, desde un aprendizaje que he queri-
do compartir y desde contradicciones que me he encontrado en el
camino. No sólo me llaman a replantear el modelo agroalimentario
como un producto sociocultural, sino a replantearme todo el proce-
so de aprendizaje, habidas cuentas de las expresas limitaciones que
tienen los modelos de enseñanza que se dan en las universitarias
tradicionales y las que siguen el proceso bolivariano. La informa-
ción tecnocientífica está incapacitada, en su versión actual, para
acompañar y dar respuesta a los procesos de resistencia cultural
por la soberanía agroalimentaria y la conservación de la biodiversi-
dad que los campesinos están llevando a cabo en distintos espacios
de nuestro territorio.
El concepto de biodiversidad es una idea tecnocientífica cultural-
mente excluyente. Es un concepto que se ha generado desde un
marco puramente academicista, sin tomar en cuenta que en esos
procesos de producción y creación social también se generan
formas de ver y maneras de tratar la biodiversidad. Acompañar
los procesos sociales donde están implicados los procesos de
232
resistencia para conservar la biodiversidad requiere una mirada
científica diferente, y debemos construirla. Pero el aprendizaje
sigue privilegiando los espacios convencionales (aulas, audito-
rios, laboratorios), y los campesinos siguen representando una
excepción. Hay que cambiar los pensa de estudio de modo que
privilegien la participación de cualquier persona. Las herramien-
tas de investigación y enseñanza no son dialógicas, se limitan a
ser extractoras de información. Debemos replantearnos estas
herramientas y crear otras, de modo que exista la vivencialidad
con el campesino. Además de enseñar, debe haber compromiso.
La experiencia formativa-educativa sigue siendo repetitiva, y no
ejercita a quienes participan para un pensamiento integrador, y
mucho menos para una comprensión compleja de las herramientas
que se implementan. Hay herramientas que integran y que posibi-
litan el diálogo y el compartir.
Para finalizar, queremos compartir la idea de hermanarnos con las
personas que trabajan el maíz criollo. De este modo, buscamos
impulsar una plataforma que represente un lugar de encuentro
llamado “Somos papa. Somos maíz”, para hacer una representa-
ción simbólica del espacio ecológico en el que podemos producir
nuestros alimentos (desde las tierras llanas hasta los Andes). La
propuesta implica comenzar en octubre de este año, teniendo un
encuentro nacional por la crianza de la diversidad y la soberanía
alimentaria. El objetivo fundamental sería comenzar a plantear un
programa político para el cambio alimentario en Venezuela, empe-
zar a dar respuestas de manera colectiva a todas las incertidumbres
que hemos planteado, establecer el papel protagónico del campe-
sino y generar alianzas científico-campesino bajo la etimología del
diálogo y del respeto.
233
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Licc
ia R
om
ero
R
EA
PR
OP
IAC
IÓN
DE
LA
CU
LTU
RA
DE
SD
E E
L A
PR
EN
DIZ
AJE
CO
LEC
TIV
O
EN
TO
RN
O A
LA
SO
BE
RA
NÍA
ALI
ME
NTA
RIA
215
-223
Luchas campesinas y agricultura para la vida: una refl exión desde el movimiento campesino Joel Pineda, Fray Silvera, Élida Rivero, David Sánchez y Ángela Colmenares Venezuela
Si no fuese por las mujeres hubiese sido imposible rescatar la can-
tidad de tierras que hemos rescatado, porque la mujer, junto con
el campesino y sus hijos, es la que anima que ocurra el rescate.
Muchas veces es la que se queda en la casa mientras que su esposo
se va a hacer el rescate, y ella tiene que lidiar con muchas cosas,
incluso a veces tiene que producir el alimento que se va a llevar
ese compañero.
La lucha de la tierra, específicamente en el estado Yaracuy, tiene
una historia inmensa, y en esa historia se han ido campesinas y
campesinos, muchos con una esperanza de haber visto lograda
la conquista de la tierra. Yo personalmente participé en el resca-
te de la hacienda Santa Bárbara, que queda ubicada en Yaritagua.
Allí perdieron la vida muchos compañeros, muchas mujeres fue-
ron violadas, muchos hogares fueron violentados. Claro que eso
ocurría cuando teníamos un gobierno capitalista, un gobierno de
terratenientes. Entonces no pudimos rescatar esas tierras porque
los poderes económicos lo impidieron. Pero esto nos ayudó, nos
impulsó a organizarnos para continuar luchando por rescatar esas
tierras tan fértiles del estado Yaracuy.
En los años 81, 82 y 83 éramos un grupo de jóvenes que nos dedicamos
a buscar y a organizar a las comunidades para rescatar las tierras
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
de Yaracuy. Luego entramos en las tierras de Aguaruca, donde los
policías atacaron a los campesinos, policías que el entonces gober-
nador Eduardo Lapi había entrenado como un grupo de tortura y
asesinos conocidos como “los pantaneros”, entrenados para matar
a todos los hombres y mujeres que quisieran luchar por sus tierras,
que son herencia de nuestros antepasados. A pesar de eso seguimos
luchando. Hemos seguido luchando. Hoy estamos en los cayitos de
Palo Quemao, en donde tenemos una comunidad. Allí la gente está
trabajando en esas tierras que nosotros rescatamos.
Particularmente, yo lo que yo viví fue lo siguiente: mi hogar fue ame-
trallado en una oportunidad porque mi compañero de hogar estaba
conmigo en la lucha. Nos hicieron cuatro atentados, en el último lo
torturaron, le sacaron los dientes, mis hijos también fueron tortu-
rados. La persecución fue tanta que tuvimos que irnos a la frontera,
también con un proyecto de rescate de tierras. En el estado Apure
trabajamos 4 años en lo que hoy se llama ciudad Sucre.
Hoy me siento muy feliz porque sé que nuestro trabajo ha valido el
esfuerzo de muchos que se nos han ido. Llevamos con nosotros la
memoria de 125 campesinos muertos en manos de terratenientes,
de latifundistas, y hasta los momentos estamos luchando porque
se haga justicia. Los invito a que nos sigamos conociendo.
En el estado Yaracuy tenemos una experiencia de una tierra rescata-
da, específicamente en Camunare Rojo, con la Unidad Comunera
Socialista General Prudencio Vázquez, que lleva el nombre del com-
pañero de lucha de Ezequiel Zamora, que inclusive aprendió a leer
durante la guerra. Desde el pueblito Camunare Rojo, donde han
nacido muchos revolucionarios, estamos construyendo una Vene-
zuela distinta, la Venezuela libre por la que estamos trabajando.
En Camunare Rojo del municipio Urachiche está la Unidad Comu-
nera, de la cual yo formo parte con otras 7 familias. Comenzamos
con mucho trabajo a cultivar aguacate y a hacer trabajo artesanal,
porque el rescate de las tierras también debe incluir el rescate
de las formas de trabajo. En la actualidad tenemos allí 300 galli-
nas, 7 vacas y 5 caballos. Nosotros tuvimos que buscar la forma
de rescatar los procesos de producción de los indígenas. Eso nos
236
permite tener esas 300 gallinas, a pesar de que comenzamos con
4, y sin incubadoras.
Tenemos 120 matas de aguacate ya en producción, y todos tenemos
huertos familiares. Estamos tratando de garantizar la producción
de alimentos para nuestra comunidad, y pronto poder llevar nues-
tros productos a todo el país.
Camaradas y amigos, realmente me siento muy feliz por estar aquí.
Estos espacios son herramientas para conocernos.
Ángela Colmenares-Cooperativa Luchas Campesinas y Agricultura
para la Vida, Yaritagua, Yaracuy.
En el 2008 hicimos un rescate de tierras hecho por puras mujeres.
Desde entonces hemos venido trabajado en una tierra infértil,
desgastada, por motivo del monocultivo de caña durante más de
100 años, y en los últimos años usada para hacer colchones de caña,
que eran simplemente justificaciones de los terratenientes para
conservar esas tierras que en verdad estaban improductivas.
Hicimos el rescate con una cooperativa que se conformó con la misión
Vuelvan Caras, con la instancia dedicada a la agroproducción. Llega-
mos a estas tierras desgastadas, lavadas por el exceso de agua. Tierras
sin capa vegetal, porque las cañas se riegan por gravedad. Llevamos
casi 4 años con un proceso de regeneración de esa capa vegetal.
El primer año cargamos a mano los desechos vegetales para comen-
zar a tratar las tierras, y luego a sembrar el maíz, que es parte de
la cultura de la zona, porque el yaritagueño es maicero. También
cultivamos lechoza, berenjena, ají, parchita y cebolla. Ese primer
año tuvimos mucho éxito con estas prácticas, que son totalmente
agroecológicas.
El segundo año cultivamos yuca, guanábana, tomate, berenjena, y
ahora también tenemos pimentón. Todo sin fertilizantes artificia-
les, sin insecticidas, con prácticas totalmente naturales. Sabemos
todo esto porque nos hemos capacitado, así como hemos hecho
programas de capacitación para injertos frutales, con institucio-
nes el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), Insti-
tuto Nacional de Salud Agrícola Integral (INSAI), y el Ministerio de
Agricultura y Tierras. Tuvimos que incorporar pluviólogos al grupo
237
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Joel
Pin
ed
a, F
ray
Silv
era
, Éli
da
Riv
ero
, Da
vid
Sá
nch
ez
y Á
ng
ela
Co
lmen
are
s LU
CH
AS
CA
MP
ES
INA
S Y
AG
RIC
ULT
UR
A P
AR
A L
A V
IDA
: UN
A R
EFL
EX
IÓN
DE
SD
E E
L M
OV
IMIE
NT
O C
AM
PE
SIN
O
225-
228
de trabajo porque en esas tierras no llueve, y es importante para
nosotros saber qué cantidades de agua caerán al año. Actualmente
estamos generando un proyecto de cría de cerdos.
También trabajamos con el monitoreo de plagas, que consiste en
trabajar por zonas y en saber cuáles son los tipos de animales o
insectos que atacan los sembradíos. Le hacemos un seguimiento
a la planta durante todas las etapas de desarrollo para saber
qué tipo de medidas se deben tomar para evitar que se dañe la
producción.
La práctica del monitoreo es muy importante, y su constancia es
lo que nos permite saber qué zonas son atacadas y por qué pla-
gas específicas, y así logramos actuar a tiempo y así evitamos el
uso de insecticidas. Antes de sembrar hacemos análisis de suelo
para saber qué tipo de semillas podemos plantar. Hasta hemos
hecho pruebas con la papa, que han dicho que no se produce en
nuestras tierras, ya veremos.
En este momento, estamos haciendo un taller de riego con un camara-
da de otra cooperativa del fundo que nos está ayudando. Lo bueno
de nuestro sistema de organización como cooperativa es eso, que
podemos compartir con otros grupos productores para ayudarnos.
238
De la vulnerabilidad ambiental a la organización popular: construyendo el gobierno parroquialpopular en San Juan, Caracas Bertha Caravallo, Iris Suárez, Carmen León, Elsa O'Connor, Eurídice Sojo, Wilfredo Giménez, Gladis Mera, Servia Romero, Nancy Goitía y Albany GuzmánVenezuela
Wilfredo Jiménez: Vamos a presentarnos para que sepamos más o
menos quiénes somos y luego comenzamos el debate, ¿les parece?
Vamos a empezar con la compañera Nancy.
NG: Buenas tardes, mi nombre es Nancy Goitía. Represento, de la
parroquia San Juan, la empresa de propiedad social La comuna de
San Juan, en el área de alimentación.
IS: Buenas tardes, mi nombre es Iris Suárez. Pertenezco a la parroquia
San Juan, también soy integrante de la empresa de propiedad social
La comuna de San Juan y trabajo en el área de ambiente.
GM: Buenas tardes, mi nombre es Gladys Mera. Pertenezco a la parro-
quia San Juan, estoy en el área de ambiente.
AG: Buenas tardes, mi nombre es Albany Guzmán. Soy de la comuna
de San Juan y soy del área de ambiente.
CL: Buenas tardes, mi nombre es Carmen León. Trabajo en el área
ambiental de la parroquia San Juan.
WJ: Perfecto. Como pueden ver, las mujeres mandan en esta revolu-
ción. Hoy haremos un conversatorio sobre una experiencia que
venimos desarrollando en la parroquia. Mi nombre es Wilfredo
Jiménez y presido la empresa de propiedad social La comuna
de San Juan, cuyos dueños son los consejos comunales, comités de
tierras y comités de salud. En el análisis que venimos debatien-
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
do en la parroquia hemos encontrado dos temas centrales, que
históricamente ubicamos en nuestra relación con los españoles.
Uno es el del ejercicio del poder: ese para nosotros es el tema central
de esta revolución. Porque el poder es tener la capacidad de decidir,
¿no es así? Si ese es el poder, entonces el pueblo tiene que asumir
las decisiones de su rumbo, de su historia y de su proceso. Gober-
narse a sí mismo es la tarea central de esta revolución y de todas
las revoluciones del mundo, de todos los pueblos del mundo. Y el
otro tema central es que el ejercicio del poder no es para someter,
esclavizar, dominar, explotar. No, es para liberar a la humanidad, a
los sujetos sociales y a los seres humanos. Es para lograr la unidad.
Pero la unidad en torno a eso que dice nuestro presidente comandan-
te en Jefe, cuando dice: la sociedad del buen vivir. ¿Cómo construi-
mos esa sociedad?
Como ya saben, venimos de San Juan, una pequeña parroquia de más
de cien mil (100.000) habitantes, en Caracas. Una ciudad fracturada,
con cordones de miseria. Ya todos conocen más o menos la realidad
de Caracas. Antes de que Jorge Rodríguez, el alcalde, comenzara su
campaña, empezamos a ejercer ese poder: creamos una figura para
eso. Quiero contarles que participé en la campaña del compañero.
Estuvimos trabajando ocho meses, realizamos grandes asambleas.
y descubrimos que la necesidad histórica de nuestro pueblo tiene
que ser el ejercicio del poder. Un proceso revolucionario se desa-
rrolla de abajo hacia arriba, aunque este proceso revolucionario
tiene sus propias características y nos está diciendo que todo está
viniendo de arriba hacia abajo. Así son los procesos y nadie le puede
quitar nada a nadie.
En este momento nosotros estamos apostando por la gestión. Hemos
enfrentado algunas contradicciones y hemos llevado también
debates interesantes porque la gente sigue creyendo que el poder
se transfiere: yo le voy a transferir el poder al pueblo. Que yo sepa,
los únicos que transferían poder eran los de la monarquía. Here-
daban el poder del padre, era un modelo de dominación. Nosotros
creemos que el conocimiento es una herramienta fundamental
para desarrollar el ejercicio del poder. Y algo que nos quitaron el
colonialismo y la burguesía es el conocimiento: por eso es que al
242
pueblo se le da el menor conocimiento posible, para que no pueda
asumir la responsabilidad histórica de conducirse a sí mismo. Noso-
tros venimos apostando por esa herramienta, por ese instrumento,
en esta revolución.
El pueblo, desde el alzamiento de Chávez hasta hoy, ha cambiado. No
es el mismo. Ya no pueden venir a contarle dos cositas por allí a este
pueblo, tienen que debatir con él; ha desarrollado su conciencia,
su trabajo, su organización, se ha encaminado a la construcción
de la patria nueva.
Pero para poder ejercer el poder hay que hacer alianza con el gobierno
revolucionario. Esa unidad, que se está gestando hoy, debe dirigirla
el pueblo, el sujeto social. Algunas instituciones vienen avanzando
en eso, por ejemplo los compañeros del Ministerio de Ambiente.
El Ministerio de Ambiente ha percibido los niveles de organización
y ha confiado. Así vamos construyendo una relación de iguales,
pero con una particularidad: la dirección la tenemos nosotros, no
la tiene el ministerio. Debatimos, discutimos, nos sentamos, plani-
ficamos pero bajo la dirección del pueblo, no bajo la dirección de
la institución, porque sabemos que muchas de esas instituciones
pertenecen al estado burgués todavía. Siguen siendo clientelares,
siguen siendo ineficientes, no dan respuestas oportunas, siguen
siendo corruptas y muchas otras cosas más.
¿Por qué sucede eso? Es algo que heredamos de ese viejo Estado.
Hay que tenerlo claro. Mucha gente dice que la revolución está
infiltrada. Yo digo: reflexionemos. ¿Quiénes se infiltraron en el
Estado burgués? Fuimos nosotros. El Estado fue dominado por
ellos hace 520 años. Y desde la presidencia Chávez le ha quitado a
ese Estado su base económica, le ha quitado su base jurídica, le ha
quitado su base cultural y su base militar; porque ese ejército del
Estado burgués hoy no nos asesina y no nos reprime como antes,
no desaparece militantes como antes. Entonces, ¿todos son boliva-
rianos y revolucionarios? Sí, pero ahí sigue la lucha. Tenemos que
destruir ese viejo Estado para construir el nuevo, revolucionario,
que está proyectado en la Constitución de la Republica Bolivariana
de Venezuela, esa es la tarea. ¿Cómo hacemos eso? Nos organiza-
mos y nos hacemos de una herramienta: del conocimiento. Porque
243
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ber
tha
Ca
rava
llo
, Iri
s Su
áre
z, C
arm
en L
eó
n, E
lsa
O'C
on
no
r, E
urí
dic
e S
ojo
, Wil
fre
do
Gim
éne
z, G
lad
is M
era
, Ser
via
Ro
mer
o N
an
cy G
oit
ía y
Alb
an
y G
uzm
án
D
E L
A V
UL
NE
RA
BIL
IDA
D A
MB
IEN
TAL
A L
A O
RG
AN
IZA
CIÓ
N P
OP
UL
AR
: CO
NS
TR
UY
EN
DO
E
L G
OB
IER
NO
PA
RR
OQ
UIA
L P
OP
UL
AR
EN
SA
N J
UA
N 2
31-2
39
no nos sirve unirnos nada más para una coyuntura electoral o para
un momento político, no.
La república dice en su segundo fundamento que los entes del Estado
emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos. Pregun-
to: ¿Qué institución obedece y está al servicio del pueblo en estos
momentos?, ninguna. Chávez lo hace, sale y le habla al pueblo, va a
hacer un acto y le habla al pueblo, está haciendo una gira y le habla
al pueblo, viene de allá y le rinde cuentas al pueblo. Pero es uno, y él
no puede llamarse el Estado de la República Bolivariana.
Entonces, el instrumento fundamental para transformar esta socie-
dad y construir el ejercicio del poder es el programa. El de de la
República Bolivariana de Venezuela, que no es una simple norma
jurídica, es un proceso de lucha que hemos librado como pueblo,
por eso se reivindica a Guaicaipuro, como decía el compañero, se
reivindica a Zamora, a Bolívar, a Miranda. Ese es nuestro proceso
de lucha. Pero ¿cómo construimos algo que no conocemos, cómo
debatimos algo que no manejamos, cómo confrontamos algo que
no entendemos y cómo captamos gente para este proyecto si no
conocemos y no estudiamos nuestro proyecto? Difícilmente. Enton-
ces, tenemos una gran debilidad, que no manejamos este progra-
ma como lo maneja el comandante, sólo nos enteramos de lo que
puntualmente nos interesa.
La burguesía hoy no tiene programa, sólo quiere sacar a Chávez, por-
que el programa que tienen ya se les agotó. ¿Cuál es? El modelo
capitalista. No pueden salir diciendo que van a vender las empresas
porque saben que el pueblo les corta la cabeza, el pueblo no va a
aceptar que le vendan a PDVSA, a CANTV, no se atreven a decirlo.
Entonces, no tienen programa qué difundir, porque ese es su pro-
grama real. En cambio, nosotros sí tenemos un programa y está
difundido, ahora necesitamos conocerlo.
A mí me dijeron hace más de 25 años, un negrito de Caracas —ustedes
lo deben conocer— que Caracas era ingobernable. Aristóbulo Istu-
riz. Y estamos demostrando que eso es mentira, que sí es posible
que el pueblo se gobierne a sí mismo. Así dijo el imperialismo y la
burguesía, que nosotros no tendríamos la capacidad de gobernar-
244
nos a nosotros mismos, y hoy esta revolución está demostrando
que sí es posible.
Hoy tenemos un debate en la parroquia San Juan sobre eso: cómo
esta Republica Bolivariana se puede construir en los escenarios
concretos, en la realidad de nuestros espacios cotidianos, en vez de
esperar a que de arriba nos digan qué es lo que tenemos que hacer.
En este momento estamos haciendo alianzas con algunas institu-
ciones; muchas se han negado. Pero en la medida que hemos acu-
mulado fuerzas y hemos demostrado que sí podemos gestionar
como pueblo, se han ido pescando otras instituciones que antes
no querían nada con nosotros. Una de las cosas de las que vamos
a conversar es el tema de la gestión en el área ambiental. Yo ando
con el compañero Jorge desde hace bastante tiempo, estamos en
el comando juntos y estamos trabajando en la campaña de nues-
tro presidente. Fuimos a la alcaldía y la corporación de servicios
decía que tenía una cuadrilla de 20 trabajadores para demoler 2.000
viviendas. Dijimos: esa cuadrilla de 20 no terminará nunca. Y deci-
dimos por iniciativa propia hacerle una propuesta al Ministerio de
Ambiente: nosotros tenemos una empresa de propiedad social pero
no tenemos los conocimientos para hacer poda y corte de árboles.
El viceministro habló conmigo y nos prestaron nueve trabajadores.
Así que hicimos una asamblea, las organizaciones sociales y los con-
cejos comunales , y decidimos asumir la responsabilidad. Por medio
de diez trabajadores nuestros nos encargamos de los salarios de
esos otros trabajadores, porque necesitábamos que nos transfi-
rieran sus conocimientos, de modo que no hubiera que depender
más del Ministerio de Ambiente o de alguna alcaldía en ese tema.
Los concejos comunales se encargaron de alimentar y dar agua y
café a los compañeros. Y así comenzamos a trabajar. Descubrimos
que la corporación puede funcionar pero sólo en la avenida San
Martín, hasta los cerros no ha llegado. La experiencia fue muy posi-
tiva, duramos nueve meses en esa jornada y el pueblo empezó a
entender que también tenemos responsabilidad en esto, y que no
podemos pedirle al gobierno que nos resuelva todo.
245
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ber
tha
Ca
rava
llo
, Iri
s Su
áre
z, C
arm
en L
eó
n, E
lsa
O'C
on
no
r, E
urí
dic
e S
ojo
, Wil
fre
do
Gim
éne
z, G
lad
is M
era
, Ser
via
Ro
mer
o N
an
cy G
oit
ía y
Alb
an
y G
uzm
án
D
E L
A V
UL
NE
RA
BIL
IDA
D A
MB
IEN
TAL
A L
A O
RG
AN
IZA
CIÓ
N P
OP
UL
AR
: CO
NS
TR
UY
EN
DO
E
L G
OB
IER
NO
PA
RR
OQ
UIA
L P
OP
UL
AR
EN
SA
N J
UA
N 2
31-2
39
Empezamos a entender que tenemos responsabilidades también en
el tema de la gestión, en el tema del gobierno y en el tema del poder.
Funcionó perfectamente, la gente está contenta y sigue avanzando.
Descubrimos también el asunto de los escombros. Para las quebra-
das van a parar todos nuestros desechos porque aun nuestra con-
ciencia consumista del capital concibe que lo que no funciona se
bota. Por ello comenzamos a limpiar las quebradas y torrenteras
con nuestra empresa de propiedad social. La alcaldía nos contrató
y lo hicimos tan bien que nos felicitaron y nos dieron un certificado.
Pero el año siguiente no nos contrataron. Le dieron el contrato a
una cooperativa. Para que ustedes vean cómo es la lucha.
Empezamos a detectar nuevos problemas, a ver cómo los resolvíamos.
Volvimos a hablar con el Ministerio de Ambiente y nos dijeron que
tenían unos camiones viejos que no servían, que si queríamos repa-
rarlos estaban a la orden. Aceptamos asumir la responsabilidad.
Esos bienes que produce la empresa son del pueblo y no de una
individualidad, no son de la propiedad privada, son de la propie-
dad social, de la comunidad. Usamos los camiones para limpiar San
Juan. Ciento setenta y ocho botes de escombros logramos sacar.
Limpiamos nuestra parroquia. La alcaldía me llamó en diciembre
para informarme que San Juan estaba dentro del plan de limpieza
de escombros. Les dije que ya teníamos mes y medio limpiando la
parroquia.
Así hemos ido demostrando que tenemos responsabilidad en la
gestión de nuestro gobierno. Entonces nos dimos cuenta de que
el sujeto social es transformador y que tenemos que dejar de ser
pedigüeños, porque eso fue lo que nos enseñó el capitalismo. Tene-
mos que dejar de ser pedigüeños porque las revoluciones no son
para dar sino para transformar sociedades enteras. Tenemos de
dejar de quejarnos, de compararnos y por último tenemos que dejar
de dividirnos. En el área ambiental hoy tenemos la misión de San
Juan, ya nos dieron unos recursos, vamos a montar otro vivero, ya
tenemos el primero. Ya descubrimos que hay espacio.
A raíz de todas estas cosas surgió un gabinete ambiental donde los
voceros de los concejos comunales se reúnen los lunes a las 5 p.m.,
planifican y ejecutan lo más rápido posible. La Constitución dice
246
que debe haber respuesta oportuna y eficiente, de eso se trata.
Tenemos también en San Juan una cadena productiva interesante,
compramos una quesera en Guanarito, estado Portuguesa. Estamos
produciendo 7.000 kilos de queso semanales a 35 bolívares el kilo.
Trabajamos dos turnos, generamos empleo, organización, y segui-
mos transformando nuestra realidad. En este momento, vamos a
llevar a 15.000 kilos semanales la producción, es una quesera aún
muy artesanal. La empresa ya está dejando de ser de San Juan para
ser una empresa de propiedad social de nuestra nación venezolana.
¿De qué se trata esto? De que el tema económico es un tema central.
Porque yo pregunto ¿qué es la propiedad privada y qué es la pro-
piedad social? Se maneja mucho más el concepto de propiedad pri-
vada. Nos decían que había que montar empresas de producción
social y pensé ¿No toda la producción es social? El problema no es
la producción, es la propiedad. Y ahí está la propuesta de nuestro
gobierno popular.
Pregunta: Pero ahí ya se maneja dinero, ¿no es cierto? ¿No es capita-
lismo eso? Explíqueme.
WJ: No, significa que la dirección tiene que tomarla la conciencia del
pueblo. A mayor desarrollo de la conciencia, mayor compromiso se
asume en la lucha revolucionaria. Páez, Bolívar y Chávez nos dan
muestra de lo que demora la toma de conciencia. Cuando Chávez
llegó, llegó planteando que el capitalismo tiene rostro humano y el
Papa Juan Pablo II le dijo que el capitalismo no tenía rostro humano,
que el capitalismo era salvaje. ¿Ahora qué dice Chávez del capitalis-
mo? Que es la maldición de la humanidad, y dice eso ahora porque
desarrolló su conciencia. Ese es el camino a seguir. Porque en esta
transición aún no existe socialismo (estamos en una etapa de transi-
ción del capitalismo al socialismo); tenemos un puente, la República
Bolivariana de Venezuela, en la que todavía no existe una sociedad
justa y amante de la patria. Eso significa que la conciencia del pue-
blo puede generar un gobierno popular. Hasta ahora tenemos el
gobierno nacional, tenemos gobiernos regionales y municipales
del estado burgués. ¿Y el gobierno local? no existe. Necesitamos
entonces construir ese gobierno popular y local.
247
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ber
tha
Ca
rava
llo
, Iri
s Su
áre
z, C
arm
en L
eó
n, E
lsa
O'C
on
no
r, E
urí
dic
e S
ojo
, Wil
fre
do
Gim
éne
z, G
lad
is M
era
, Ser
via
Ro
mer
o N
an
cy G
oit
ía y
Alb
an
y G
uzm
án
D
E L
A V
UL
NE
RA
BIL
IDA
D A
MB
IEN
TAL
A L
A O
RG
AN
IZA
CIÓ
N P
OP
UL
AR
: CO
NS
TR
UY
EN
DO
E
L G
OB
IER
NO
PA
RR
OQ
UIA
L P
OP
UL
AR
EN
SA
N J
UA
N 2
31-2
39
Ahora el tema central es que el gobierno que no produzca, no puede
ser gobierno. La revolución está planteando satisfacer necesida-
des, y para satisfacerlas hay que activar las fuerzas productivas.
Entonces tenemos que empezar a construir la propiedad social.
Porque lo que ha pasado con los consejos populares es que en ellos
se ha estado reproduciendo el mismo Estado, la democracia repre-
sentativa, que fue la que nos hizo tanto daño. Sabemos ya que sin
estos instrumentos no puede haber comuna. Hoy está planteado
que sea el sujeto social el que construya su propio estado y que el
gobierno sea nada más un instrumento para ayudarlo a avanzar
hacia allá. El Estado sirve en este momento para liberar, para que no
haya más desaparecidos; que el Estado ya no sea para oprimir sino
para construir una sociedad justa y amante de la paz. Esas prácticas
se están erradicando.
En San Juan estamos utilizando la empresa de propiedad social como
un instrumento para avanzar hacia el socialismo. Cada vez más
gente quiere trabajar en lugar de pedir a la alcaldía. Así estamos
avanzando en el desarrollo del nuevo hombre y la nueva mujer.
Estamos resolviendo los problemas entre todos y desprendiéndo-
nos del modelo que nos dejó el capitalismo. A medida que vamos
conociéndonos y participando, vamos desarrollando la propuesta
de un gobierno popular: manteniendo las organizaciones sociales
del pueblo y las organizaciones del Estado también bajo la direc-
ción de este. Tenemos una relación de iguales, como lo dice la Cons-
titución, gracias a las propuestas que estamos creando.
Nos falta un plan, un proyecto parroquial, ya tenemos casi tres años y
no hemos podido crearlo, pero tenemos la idea de cómo avanzar en
la planificación. Hace falta una mejor distribución. En San Juan ya
tenemos nueve áreas, hace un año y medio teníamos sólo cinco. Y
vamos por todo el poder de la parroquia. Porque aún los comercios
los tiene el capitalismo. El ministro fue e inauguró el Mercal, y se dio
cuenta de que el kilo de queso lo vende a 50 bolívares y nosotros
lo vendemos a 35 bolívares. Así que aquí queda una contradicción
interesante para debatir.
También estamos haciendo alianza con los productores de pescado
en Cumaná. Están dispuestos a traernos el pescado para Caracas.
248
Conseguimos el atún a 14 bolívares el kilo y lo vamos a vender en
Caracas a 18 o a 20, lo estamos estudiando. El atún en Caracas está
a 60 y 70 bolívares. También estamos haciendo alianza con frute-
ros, con todo el mundo. Esto, ¿por qué no lo podíamos hacer antes?
Porque la revolución ha generado el conocimiento y algunos instru-
mentos para que nosotros pudiéramos trabajar en esto.
Entonces sí se puede. Si asumimos nuestra responsabilidad y deja-
mos de pedir y de chismear. Es con el trabajo que se transforma la
sociedad.
Hemos avanzado también en infraestructura de manera impresio-
nante. Vamos a hacer el primer edificio con nuestros recursos, en
una alianza con nuestra banca, la del Estado. Tenemos nuestros
propios arquitectos, nuestros propios ingenieros, pagados por
nosotros. Estos proyectos van a ser para los trabajadores, para
nuestra gente que lo necesita, y los van a pagar, pero no al precio
del mercado capital sino al precio de la revolución.
Y así tenemos nueve años de trabajo duro. Comenzamos con un
pequeño destacamento de hombres y mujeres. En este momen-
to, tengamos un ejército, un destacamento superior, un desarro-
llo de la conciencia y la organización. Para finales de junio vamos
a abrir un centro de alimentación donde se va a contratar a ochenta
trabajadores. Allí venderemos pollo, verduras, hortalizas, pescado,
carne. Ochenta empleos directos.
Finalmente, el área ambiental es un área importantísima y hermo-
sísima. Ustedes saben cómo ha padecido Caracas en esta área y
todas las grandes ciudades. Hoy, este congreso y estos eventos son
fundamentales para seguir avanzando en este ámbito. Compañeros
yo lo dejo hasta aquí, buenas tardes y gracias.
249
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ber
tha
Ca
rava
llo
, Iri
s Su
áre
z, C
arm
en L
eó
n, E
lsa
O'C
on
no
r, E
urí
dic
e S
ojo
, Wil
fre
do
Gim
éne
z, G
lad
is M
era
, Ser
via
Ro
mer
o N
an
cy G
oit
ía y
Alb
an
y G
uzm
án
D
E L
A V
UL
NE
RA
BIL
IDA
D A
MB
IEN
TAL
A L
A O
RG
AN
IZA
CIÓ
N P
OP
UL
AR
: CO
NS
TR
UY
EN
DO
E
L G
OB
IER
NO
PA
RR
OQ
UIA
L P
OP
UL
AR
EN
SA
N J
UA
N 2
31-2
39
Rescate de la papa nativa y otros cultivos andinos
Bernabé Torres Venezuela
Mi nombre es Bernabé y vengo del estado Mérida, de un sitio llamado
Gavidia, que queda a cuatro kilómetros de la población de Mucu-
chíes. Gavidia es un pueblito que está dentro de un parque nacional,
en un valle muy bonito y turístico, entre dos vertientes: del lado
derecho Micarache, y por el lado izquierdo Las Viñuelas, donde
crece una planta en el páramo que sirve de alimento al oso frontino.
El proyecto en el que estamos trabajando es el cultivo de la papa nati-
va. En mi pueblo, Gavidia, yo trabajo la tierra, además de materiales
como la piedra y la madera. En el campo de la agricultura, tuve la
oportunidad de conocer a algunos profesores de la universidad
con los que pudimos activar proyectos en redes de trabajo con las
semillas nativas de papa. Por ejemplo la semilla algodona negra,
que conozco desde siempre, porque cuando yo era niño no había
carreteras en la población de Gavidia, así que no habían llegado las
papas Sebago, que son las mejoradas; solamente existían las papas
nativas de la zona. Luego, cuando llegaron a la población de Mucu-
chíes los isleños y nos enseñaron a sembrar de una manera distinta,
a aplicar insecticidas y venenos nocivos para nuestra madre tierra,
disminuyó el cultivo de las papas nativas. Al introducir todos estos
elementos externos, empezaron a llegar las principales plagas que
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
infectaban a los tubérculos, y con esto muchas enfermedades que
afectaron a la gente de la zona.
Con este proyecto intentamos rescatar la papa nativa, que ya no es
igual, pero yo le hago sus truquitos, le pongo mis secretos y la colo-
co en su sitio sagrado: entonces las papas salen buenas. La nativa
ha cambiado mucho, antes era muy arenosa por dentro: como dicen
los llaneros, se dejaba ir solita.
Aún hoy podemos encontrar arbustos salvajes de la papa nativa en
lugares donde no se cultiva desde hace cuarenta o cincuenta años,
en el páramo, donde la tierra es óptima. Sin embargo, para cultivar-
las es necesario manipularlas porque ya hace mucho tiempo que no
son trabajadas por el hombre. Es ese el trabajo que, desde hace diez
años, la profesora Alicia y yo estamos realizando con las semillas
nativas, y hemos logrado recuperarlas. En este momento ya hay
varios productores y comerciantes del pueblo que trabajan con la
papa nativa. Sin embargo, es necesario que nosotros los producto-
res la demos a conocer para que la gente la consuma.
Hay distintos tipos de papas nativas: la alborona, la alborona negra,
la alborona plancheta, la rosada —que se deja llevar solita, es muy
sabrosa para comer—, la cucúa, y la reinosa criolla, que es pareci-
da a la papa que llamamos nosotros piojita colombiana. También
existe un tipo de papa que llamamos la guadalupe, que es especial
para los sancochos.
En este momento estamos construyendo un pequeño invernadero
para sembrar unas semillas nuevas con ayuda de PROINPA y de la
profesora Alicia. Estas semillas nuevas eran nativas de nuestro país
y las recogieron en la década de los cincuenta. Las hemos traído de
nuevo pero no sabemos aún en qué condiciones están. Es necesario
que este trabajo salga a la luz, porque usted sabe que lo que no se
saca a la luz, no se ve.
Sistema de riego por goteoNuestra lucha es una lucha campesina en contra del latifundio. Los
campesinos, en alianza con el acuerdo Cuba-Venezuela, hemos
aprendido a diseñar y a instalar sistemas de riego por goteo, que
son actualmente la mejor alternativa para evitar el desgaste de la
252
tierra. Además, el sistema de riego por goteo nos permite ahorrar
aproximadamente 70% de agua, porque hidrata a cada planta de
manera particular, a diferencia del sistema de riego tradicional que
lava la tierra y le quita sus nutrientes, junto con la capa vegetal.
Además del convenio Cuba-Venezuela, también hubo un intercambio
de conocimiento con estudiantes de la universidad que visitaron
los sembradíos. Realizamos una actividad en la que ellos nos dieron
orientaciones al mismo tiempo que aprendieron de nosotros, los
campesinos. Nos gustaría extender una invitación a los estudiantes
que aún no conocen esto, para que vengan a observar las nuevas
experiencias que estamos realizando e intercambiemos saberes.
Nos interesa que, mediante este tipo de actividades, se logre la inte-
gración entre el campo y la ciudad.
Quisiera resaltar también el carácter de lucha de la mujer y el hom-
bre campesino y que, a pesar de las dificultades y las debilidades
que aún arrastramos en este proceso revolucionario, hemos alcan-
zado grandes logros, como la posibilidad de darnos a conocer, de
activar a mucha gente, de tener contacto con algunos camaradas
de Caracas, en donde hay unos planes establecidos que nos gustaría
ayudar a impulsar.
También quisiera resaltar de este congreso que las intervenciones han
estado abiertas a proponer soluciones, a aportar conocimiento y a
compartir ideas. Se ha logrado hasta ahora un valioso intercambio
de saberes, incluso con compañeros que han venido desde otros
países. Sabemos que la finalidad ha sido realizar un aporte a cada
proyecto, pero también a estrechar los lazos de amistad como
revolucionarios, como campesinos, como gente que queremos
una mejor sociedad, un mejor país y un mejor porvenir. En base
a eso queremos reiterar nuestro compromiso a seguir luchando,
porque existe la posibilidad de que logremos muchas cosas: que por
fin tengamos una integración latinoamericana de los pueblos, que
podamos decidir, proponer y activarnos en cualquier actividad que
vaya en beneficio de nuestro entorno; sin importar el grado acadé-
mico, solo atendiendo a que somos humanos y gente de izquierda
que quiere avanzar en todos los aspectos de la vida.
253
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Ber
na
bé
Torr
es
RE
SC
AT
E D
E L
A P
AP
A N
AT
IVA
Y O
TR
OS
CU
LTIV
OS
AN
DIN
OS
241
-243
DECLARATORIA FINAL
DEL III CONGRESO DE DIVERSIDAD
BIOLÓGICA
254
Nosotros y nosotras, luchadores y luchadoras por la defensa de la
vida, reunidos en el III Congreso Venezolano de Diversidad Bioló-
gica, hemos discutido en torno a las múltiples dimensiones vincu-
ladas a la conservación de la vida, aportando elementos para la
profundización de la lucha de los movimientos sociales y la nueva
institucionalidad, fomentando así los escenarios de enlace organi-
zativos en la construcción colectiva de políticas ambientales de la
República Bolivariana de Venezuela. El rico debate que se generó
durante este congreso, entre más de 3500 personas, es un valioso
insumo para reforzar la posición de nuestro país de cara a Río+20,
aportando elementos para la construcción de otra economía, basa-
da en el respeto por la naturaleza y por los hombres y mujeres, hacia
la erradicación de todas las formas de pobreza, dominación y colo-
nialidad; una economía que comience en del diálogo de saberes y
de la construcción colectiva de discursos, agendas de lucha y de
deconstrucción de un sistema decadente y una lógica de pensar
agotada, responsable de la crisis ambiental global actual.
Desde nuestras diferentes formas de pensamiento y espiritualidades,
sabemos que la naturaleza constituye nuestro patrimonio natural,
y es la base de la diversidad de conocimientos, culturas, formas de
vida y de la soberanía de los pueblos. La naturaleza es para noso-
tros fuente de alimento, de agua, de materiales de construcción,
inspiración y, por lo tanto, no podemos concebir un mundo basado
en su mercantilización.
El modelo de vida, producción y consumo capitalista está basado en la
maximización de las ganancias, mercantilizando la naturaleza y los
seres humanos bajo una lógica de progreso y crecimiento ilimitado.
Este sistema ha generado hambre, violencia y miseria, masacrando
y expulsando de sus territorios a pueblos, indígenas, campesinos y
campesinas al apropiarse de sus tierras, bienes comunes, germo-
plasmas, conocimientos tradicionales y saberes, causando, entre
otras cosas, la desaparición de culturas ancestrales. Esta crisis no
tiene solución en el marco de los problemas estructurales gene-
rados por un modelo civilizatorio que ha puesto en peligro la vida
en el planeta, al separar al ser humano de la naturaleza, estable-
255
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
ciendo una lógica de dominación sobre ésta que ha conducido a
la destrucción.
Esta visión, que amenaza la vida sobre la tierra, se mantiene y reprodu-
ce gracias a la adopción de un modo único de producción de cono-
cimiento, basado en la idea de control, sometimiento y explotación
de la naturaleza, que invisibiliza y pretende colonizar otros saberes,
racionalidades, culturas y modos de vida.
De la misma forma, este modelo civilizatorio es mantenido por un
sistema de producción y consumo de bienes basado en la lógica
del capital, que convierte todo en mercancía intercambiable. El
modelo de producción capitalista pretende sustituir las leyes de
la naturaleza por las reglas del mercado.
Este modelo, al separar a los seres humanos de la naturaleza, nos aleja
de nuestros medios de vida (agua, tierra, alimentos, materialesde
construcción, entre otros), sin dejarnos otra opción que la venta
de nuestra fuerza de trabajo, al servicio de la reproducción del siste-
ma, mercantilizando a los hombres, mujeres, niños y niñas. También
transforma la tierra sin gente en mercancía, en propiedad privada.
El capitalismo tiene efectos planetarios que generan desbalances eco-
lógicos a escala mundial. El cambio climático global encabeza estos
efectos, generado mayoritariamente por y para el desarrollo de una
minoría, pero es sufrido por todos los seres vivos que habitan la
tierra, y más intensamente por los pueblos más pobres. El cambio
climático afecta la diversidad biológica, provocando cambios en la
distribución de especies, en sus patrones de migración, crecimiento
y reproducción, lo cual aumenta las tasas de extinción.
La responsabilidad de esta crisis es común, pero diferenciada, es decir,
no todos tenemos las mismas cuotas de responsabilidad. Los paí-
ses altamente industrializados son los principales causantes de la
crisis ambiental global. Pero aún dentro de los países hegemóni-
cos, las principales responsabilidades están en las élites de poder,
coloniales y burguesas, con recursos y poder económico, militar,
industrial y político.
Por otro lado, los mecanismos de conservación mundial, lejos de ser
parte de la solución, afianzan el problema, al enmascarar la repro-
ducción del sistema, pero con una fachada verde. Así el “desarrollo
256
sostenible” y la protección del ambiente, enarbolados en la con-
ferencia de Río en 1992 fue un intento por disfrazar el desarrollo
que hoy sabemos resulta globalmente inviable. Hoy Río+20 se con-
vierte en un nuevo intento por relanzar el agotado modelo capitalista,
pretendiendo transformar la gran crisis global en una oportunidad
para nuevos escenarios de mercado. Las propuestas de “econo-
mía verde” son el intento de hacer perdurar un sistema en deca-
dencia, profundizando la mercantilización y la globalización de
la naturaleza.
Contexto nacionalDesde la República Bolivariana de Venezuela estamos avanzando
hacia la construcción de un socialismo que combata todas las for-
mas de dominación. Hemos logrado grandes avances en la lucha por
la erradicación de la pobreza, entendida como el resultado de esa
histórica exclusión de las mayorías (pobres, mujeres y género diver-
sos, indígenas, negros, negras, campesinos y campesinas) como con-
secuencia inevitable del paso arrollador del modelo civilizatorio
dominante hoy en crisis. En este sentido, reconocemos los esfuer-
zos emprendidos para saldar la deuda histórica con los excluidos y
excluidas, hoy protagonistas de este proceso de transformación y
construcción colectiva de una sociedad más justa y solidaria.
Este proceso de cambio, basado en la participación protagónica, ha
sentado las bases para la gestión colectiva de la conservación de
la vida, y ha promovido la interacción de todos los sujetos y for-
mas de pensamiento, impulsando así el diálogo de saberes entre
una importante diversidad de actores, lo cual nos lleva a garanti-
zar la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados
de esa interacción. Estos beneficios no pueden ser entendidos
como el reparto de los productos de la mercantilización y expo-
liación de la naturaleza. Sino que deben ser entendidos más bien
desde la base de los derechos de la Madre Tierra, garantizando
una relación respetuosa y armónica con la naturaleza, que debe
ser construida partir de la democratización legítima de la toma
de decisiones y la participación protagónica, desde el intercam-
bio de saberes, racionalidades y formas de vida.
257
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
DE
CL
AR
AT
OR
IA F
INA
L D
EL
III C
ON
GR
ES
O D
E D
IVE
RS
IDA
D B
IOLÓ
GIC
A
En materia de conservación de la vida, la República Bolivariana de
Venezuela arranca el decenio 2010-2020 con una Estrategia Nacio-
nal para la Conservación de la Diversidad Biológica y su Plan de
Acción Nacional, construidos colectivamente, adelantándonos
cinco años a las metas del Convenio sobre Diversidad Biológica de
las Naciones Unidas. Estos instrumentos son nuestras propuestas
en este decenio ante los enfoques y esquemas clásicos que, en gran
medida, fueron responsables del fracaso global de la meta acorda-
da en 2002: “lograr para el año 2010 una reducción significativa del
ritmo actual de pérdida de la biodiversidad, a nivel mundial, regio-
nal y nacional, como contribución a la reducción de la pobreza y en
beneficio de todas las formas de vida en la tierra”. Venezuela está
preparada para superar los objetivos planteados a nivel mundial
en materia de disminución de las tasas de pérdida de Diversidad
Biológica, a través metas, mecanismos e indicadores diseñados
desde la realidad nacional, contribuyendo con aportes importan-
tes a la transformación estructural y garantizando la soberanía, el
“desarrollo humano” y la inclusión social.
Desde el punto de vista gran nacional, Venezuela ha promovido la
integración regional desde el ALBA-TCP y la CELAC, UNASUR, como
mecanismos para la integración entre pueblos hermanos.
Reconocemos nuestro Proceso Bolivariano como una transición, con
las contradicciones implícitas en todo proceso de cambio. Identi-
ficamos la necesidad de derrumbar las estructuras del estado bur-
gués para dar entrada a otra institucionalidad que nos lleve a la
conformación de un nuevo Estado, del que las Comunas, los Terri-
torios Indígenas y nuevas áreas de conservación incluyentes que
partan de la gestión colectiva de los territorios sean paradigmas
de otras formas de relación entre nosotros y la naturaleza, desde
el autoreconocimiento y el respeto de la Madre Tierra.
En fin, nuestro proceso de cambio en Venezuela y Nuestramérica,
basado en la justicia social, hermandad y defensa de las soberanías
de los pueblos, está dando la batalla contra el sistema imperante en
el mundo. Esta lucha pasa necesariamente por la desmercantiliza-
ción y por fijar posiciones en contra la hegemonía del conocimiento,
es decir, es una lucha anticapitalista y anticolonialista. Es por ello
258
que ante las propuestas de mercantilización de la vida en Río + 20
declaramos nuestro más profundo rechazo a la economía verde.
Nuestra posición • •Consideramos que la economía verde es inseparable de la visión de
mercantilización de la naturaleza, y por lo tanto incompatible con
la visión de nuestros pueblos y de nuestras luchas por la defensa
de la diversidad de vida.
• Denunciamos la pretensión de la economía verde como una respuesta
a la crisis ambiental, siendo en realidad la palanca para el reimpul-
so de los mecanismos de mercado a través de la infame naturali-
zación de la ley de la oferta y la demanda, reafirmando la causa
estructural de la gran crisis ambiental global.
• Nos oponemos a la economía verde en cuanto a su significado y tras-
fondos, por lo tanto no aceptamos el disfraz de este concepto con
otros nombres como economía ecológica o economía sustentable.
• No creemos en el desarrollo sustentable. La propuesta de desarrollo
sustentable no alcanzó las expectativas generadas por la Cumbre de
Río en 1992. El supuesto equilibrio entre lo económico, lo social y lo
ambiental no sirvió más que de plataforma para la justificación de
un desarrollo basado en la explotación de la naturaleza y los seres
humanos. Hoy sabemos que el desarrollo es globalmente inviable.
• Consideramos que la visión de desarrollo sostenible globalizado aten-
ta contra la propia idea de sostenibilidad. Creemos que más allá del
desarrollo sostenible es necesario cuestionar la economía basada
en el neoextractivismo y los combustibles fósiles y sus patrones
de consumo y producción industrial, además de repensar el desa-
rrollo desde el autoreconocimiento y la autodeterminación de
nuestra felicidad y la felicidad colectiva.
• Denunciamos la pretensión de impulsar la economía verde en el
contexto del desarrollo sustentable como panacea de un nuevo
paradigma de la economía del capital para la “erradicación de la
pobreza, la seguridad alimentaria, acceso universal a los servicios
modernos de energía”.
• Consideramos que la economía verde profundiza las causas estruc-
turales de la crisis ambiental global y que, por lo tanto, mantiene
259
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
DE
CL
AR
AT
OR
IA F
INA
L D
EL
III C
ON
GR
ES
O D
E D
IVE
RS
IDA
D B
IOLÓ
GIC
A
los lastres sociales y culturales de la economía capitalista, mante-
niendo las mismas condiciones de pobreza que expone a los más
pobres a mayor vulnerabilidad a las situaciones de desastre. Es
responsabilidad de los estados garantizar el acceso a las vivien-
das para una vida digna y segura como derecho fundamental
y necesidad real de los seres humanos, respetando la soberanía y
diversidad cultural de los pueblos.
• Estamos convencidos de que la verdadera solución para detener la
gran crisis ambiental es cambiar el sistema y no disfrazar este
modelo de desarrollo depredador, colonialista y patriarcal.
• Denunciamos que la economía verde rompe con la integración de las
economías regionales, generando dependencias hacia los centros
mundiales de alto desarrollo tecnológico en la materia.
• Rechazamos la propuesta de creación de una plataforma interna-
cional que pretende facilitar o impulsar a los países al diseño de
políticas de economía verde y su implementación.
• Reiteramos que estimular la economía desde los grandes mercados,
industrias y corporaciones atenta contra las verdaderas econo-
mías sustentables y contra las soberanías de los pueblos.
• Rechazamos el patrón corporativo de producción, distribución, des-
pilfarro y consumo de alimentos que se basa en el régimen del
agronegocio (fábricas de animales, monocultivos, transgénicos,
nanotecnologías, agrotóxicos, agrocombustibles, vida artificial,
geopiratería, entre otros), el cual imposibilita la producción soste-
nible de alimentos sanos, y amenaza a la agricultura campesina, la
seguridad y la soberanía alimentaria. Este patrón se nos presenta
como solución tecnológica al hambre, sin discutir las verdaderas
causas de la crisis y sus implicaciones sobre el cambio global.
• Reafirmamos el derecho a la autodeterminación, a no ser intervenidos
y al respeto a la paz y la diversidad de vida de los pueblos. Desde
la autodeterminación reconocemos el derecho de los pueblos a
decidir sus formas de alcanzar la suprema felicidad social en armo-
nía con la naturaleza y el buen vivir, sin imposición de fórmulas de
desarrollo ni paquetes tecnológicos.
• Reconocemos la necesidad de unión de nuestros pueblos, a través
de nuestros propios puentes y mecanismos de integración, que
260
no se ven reflejados en las grandes obras de ingeniería, ni están
al servicio de la unión de los monopolios trasnacionales sino
de los pueblos, y que representan un grave atentado contra una de
las regiones más diversas del planeta.
• Exigimos que se respete el principio de responsabilidades comunes
pero diferenciadas, y según las capacidades respectivas, el prin-
cipio precautelativo, el derecho a la información, educación y la
participación, los derechos de los pueblos indígenas y poblacio-
nes tradicionales, campesinos y campesinas, el derecho humano
al agua, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, de los
migrantes, el derecho a la alimentación, a la vivienda, a la ciudad,
el derecho de la juventud y los derechos de las mujeres, el derecho
a la salud sexual y reproductiva y los derechos culturales.
• Exigimos el respeto a la diversidad de la vida en todas sus formas,
incluyendo las múltiples cosmovisiones de nuestros pueblos.
• Reconocemos la importancia del conocimiento y la información (res-
ponsable, veraz) para la toma de decisiones desde una gestión
integral y colectiva de nuestras políticas en materia ambiental, y
ratificamos la necesidad de mecanismos y voluntades que faciliten
el acceso a la información en igualdad de condiciones y con respeto
a los derechos de las culturas ancestrales, entre ellos el consenti-
miento libre fundamentado previo de nuestros pueblos indígenas.
• Rechazamos la intromisión en la soberanía de los pueblos a través de
programas de capacitación globales, como mecanismo de domi-
nación, pérdida de soberanía, desvinculación con la realidad y
aplicación de metodologías inadecuadas.
• Rechazamos la imposición de tecnologías que generen dependencia,
vulneren los métodos tradicionales y atenten contra la diversidad
de la vida, a través de los programas basados en la creación y el
fortalecimiento de capacidades físicas.
• Exigimos el fortalecimiento de las estrategias nacionales, regionales,
locales y comunales para la conservación de la vida, construidas de
manera colectiva desde el empoderamiento popular como meca-
nismo para la soberanía de nuestras formas de vida y en contra del
sistema capitalista escudado en la economía verde.
261
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
DE
CL
AR
AT
OR
IA F
INA
L D
EL
III C
ON
GR
ES
O D
E D
IVE
RS
IDA
D B
IOLÓ
GIC
A
• Reconocemos y evidenciamos el importante papel de la organización
popular en comunidades, colectivos, comunas, mesas técnicas
de agua, empresas de propiedad social, consejos de estudian-
tes, comités conservacionistas, encuentros de saberes y otras
formas de organización para enfrentar las consecuencias de la
implementación de la economía verde en nuestros mercados
y generar resistencia y alternativas.
San Carlos, Cojedes, 26 de mayo de 2012
RESEÑAS curriculares
265
266
Lenín Brea
Sociólogo de la Universidad Central de Vene-
zuela. Actualmente, cursa la Maestría en
Ciencias Sociales de la Universidad de
General Sarmiento (UNGS) y el Instituto
de Desarrollo Económico y Social (IDES)
en Argentina.
Mariano Zarowsky
Doctor en Ciencias Sociales por la Universi-
dad de Buenos Aires, magíster en Comuni-
cación y Cultura, y licenciado en Ciencias
de la Comunicación (UBA). Enseña Teorías
de la Comunicación en la Facultad de
Ciencias Sociales en la misma Universidad
y se encuentra desarrollando una inves-
tigación de posdoctorado en el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas de Argentina (CONICET). Ha
escrito Del laboratorio chileno a la comu-
nicación-mundo. Un itinerario intelectual
de Armand Mattelart (Buenos Aires, Biblos,
de próxima aparición en 2013). Ha publi-
cado diversos artículos sobre la historia
intelectual de los estudios en comunica-
ción en América Latina en revistas especia-
lizadas y político-culturales.
Lisseth Rodríguez
Magister Scientiarum en Evaluación de
Impactos en Salud y Ambiente del Centro
de Estudios del Desarrollo (CENDES). Espe-
cialista en evaluación de proyectos de
promoción cultural y estudios de impacto
socioculturales.
José Duque Moreno
Doctor en Estudios del Desarrollo (CENDES).
Especialista internacional de desarrollo sus-
tentable y cooperación. Profesor de minería
y ambiente, y de análisis de riesgos en la
Universidad Central de Venezuela. También
docente del doctorado de Desarrollo Sus-
tentable de la Universidad Simón Bolívar.
Hugo Cerda
Licenciado en Biología de la Universidad
Simón Bolívar y Doctor en Biología del
Imperial College, Universidad de Londres.
Miembro del personal docente y de inves-
tigación del Centro para el Desarrollo de
la Agroecología Tropical de la Universidad
Nacional Experimental Simón Rodríguez.
Ha participado en doce proyectos de
grupo financiados por instituciones
nacionales e internacionales. Recibió el
reconocimiento de Investigador Nivel C
en el Registro Nacional de Innovadores e
Investigadores del Ministerio del Poder
Popular de Ciencia Tecnología e Industrias
Intermedias de Venezuela. Desde 2007
hasta el presente, ha producido junto a
la radio comunitaria San Diego 95.1 FM el
programa Ciencia para todos y ha publica-
do más de cincuenta trabajos científicos
en diferentes áreas de la ecología.
Caroly Higuera
Ingeniero Agrónomo de la Universidad Centro
Occidental Lisandro Alvarado. Especialista
en Desarrollo Rural Integrado de la Uni-
versidad de los Andes y Magíster en Edu-
cación Robinsoniana de la Universidad
Nacional Experimental Simón Rodríguez.
Es miembro del personal docente y de
investigación de la Universidad Simón
Rodríguez (estado Mérida) en la carrera
Educación mención Agroecología y en
el Diplomado de Agroecología. Desde el
año 2000 hasta el presente, ha participado
y coordinado proyectos en las áreas de
agroecología desde la perspectiva socio
comunitaria en el municipio Rangel del
Estado Mérida. Recibió en el 2011 el Regis-
tro Nacional de Innovadores e Investiga-
dores del Ministerio del Poder Popular de
Ciencia Tecnología e Innovación.
FIDEI
La Fundación de Investigación y Desarrollo
Ecológico Integral, FIDEI, es una asocia-
267
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
ción civil sin fines de lucro, no guberna-
mental, y, como su nombre lo indica, tiene
por objeto propiciar la investigación cien-
tífica y tecnológica en materia ambiental,
y en especial en experiencias de eco-
desarrollo, a fin de proponer soluciones
ambientales a diversos procesos y acti-
vidades humanas, para que se ejecuten
con el menor impacto negativo contra los
medios naturales y socioculturales.
Está integrada por personas de reconocida
labor en el activismo ecológico y la investi-
gación científica y tecnológica; y promue-
ve la educación ambiental para el logro de
una cultura ecológica a todo nivel.
Si bien el activismo ecológico y las labores de
investigación de sus integrantes en mate-
ria ambiental es de vieja data, esta organi-
zación fue creada en 1995, en ocasión de
propiciar experiencias de ecodesarrollo y
la práctica del ecosocialismo.
PROLAGO
PROLAGO es el nombre de la asociación civil
sin fines de lucro denominada Movimien-
to Ambientalista de Defensa Integral del
Lago Los Tacarigua. Fundada por el pione-
ro sindicalista de Aragua, don Félix Alva-
rado Crass, quien desempeña una labor
de difusión y educación ambiental para la
sensibilización ciudadana y popular sobre
este cuerpo de agua, empezando por la
reivindicación del topónimo ancestral.
Por la dilatada trayectoria de su fundador,
esta organización ha realizado importan-
tes trabajos en el descubrimiento y preser-
vación de yacimientos arqueológicos, así
como una constante realización de even-
tos para la reflexión y la enseñanza sobre
la importancia de conocer nuestras raíces
ancestrales, y la importancia de apoyar la
resistencia indígena en la defensa de los
topónimos originarios en la región central.
Aun cuando la labor sindical y ambiental de
sus fundadores data de mediados del
pasado siglo, como organización civil sin
fines de lucro tiene más de veinte años de
registrada.
Ambas organizaciones forman parte del Con-
sejo de Educación Ambiental del Estado
Aragua, organización no gubernamental
sin fines de lucro inscrita en la Organiza-
ción de Naciones Unidas, a través del Con-
sejo Ecológico y la UNESCO.
F.E.R.A.C.
El Frente Ecológico Regional Aragua-
Carabobo es parte integrante del Movi-
miento Nacional por la Vida, plataforma
de participación en el activismo ecológi-
co que surgió a inicios de los años ochen-
ta como articulación de las diversas
organizaciones de grupos voluntarios
ecologistas, ambientalistas, conserva-
cionistas, excursionistas, de protección
civil y afines de todo el país, agrupados
por regiones nacionales.
Este Frente Ecológico Regional, como su
nombre lo indica, tiene su asiento en la
región central de Venezuela, específica-
mente en los estados Aragua y Carabobo.
Como plataforma colectiva de participa-
ción, fue la organización pionera en
exponer ante todo el páis, y en parti-
cular ante el entonces recién liberado
de prisión comandante Hugo Rafael
Chávez Frías, la posibilidad de iniciar un
proceso nacional constituyente basado
en la consulta legítima a la mayoría de
la población del país sobre la necesidad
de realizar un nuevo marco jurídico que
sustentara la refundación de la Repú-
blica en un Estado social y democrático,
para una sociedad multiétnica y pluri-
cultural como la nuestra. Y que en dicho
marco constitucional se incluyeran
explícitamente los principios de dere-
chos humanos a un ambiente saludable
y ecológicamente equilibrado, derechos
ciudadanos, colectivos y difusos a la vez,
que surgían como tercera generación de
derechos humanos en la Cumbre de La
Tierra, en Río 1992.
268
Algunas memorias del III Congreso de Diversidad Biológica 2012
Arte y parteTaller Artefacto, Me Art-Tu-Art, Proyecto Alma
Llanera, Maryorie Cabrita, Daniel Herrera,
Ivan La Borda, Frente Itinerante de Dis-
cusión Agroecológica FRIDA, Proyecto
ISYCAMBIO, ONDB
Carlos Walter
Geógrafo humano brasileño. Uno de los máxi-
mos exponentes de la ecología política y
de la geografía ambiental en Brasil y en
América Latina. Profesor de la Universidad
Federal Fluminense. Compañero de Chico
Mendes y luchador social por la defensa
de los territorios de los pueblos. Autor de
libros sobre geografía social. Ganador del
premio Casa de las Américas 2008 con su
libro La globalización de la naturaleza
y la naturaleza de la globalización.
Santiago Arconada
Luchador social y promotor comunitario.
Participa en las luchas de las comunidades
ligadas al acceso al agua potable desde
mediados de los años noventa. Ha contri-
buido al diseño e implementación de las
políticas del agua.
Jorge Viaña
Investigador y docente universitario de pos-
grado y pregrado en la Universidad Mayor
de San Simón y en otras universidades
en Bolivia. Desarrolla trabajos acerca de
movimientos sociales, economía política e
historia económica, epistemología y socio-
logía política. Ha publicado varios libros
sobre movimientos sociales, democracia
y descolonización.
José Gregorio Díaz Mirabal
Miembro fundador del Movimiento Político
Indígena Puama. Ha sido coordinador
general de la Organización Regional de los
Pueblos Indígenas de Amazonas (ORPIA),
a la que representó por la Región Sur ante
la Asamblea Nacional Constituyente.
Miembro del equipo redactor del Capítulo
VIII de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y de las leyes de
Demarcación, Ley Orgánica de Pueblos
y Comunidades Indígenas, Patrimonio
Cultural de los Pueblos y Comunidades
Indígenas, Idiomas Indígenas, entre otras.
Presidió el IV Congreso de los Pueblos
Indígenas de Venezuela y fue vicepresi-
dente del Parlamento Indígena de América
capítulo Venezuela. Actualmente, es dipu-
tado Indígena por la Región Sur, vicecoor-
dinador del Consejo Nacional Indígena de
Venezuela y Presidente de la Comisión de
Ambiente y Territorio Habitado por Indíge-
nas del Parlamento Indígena de América.
Flavia Piñango
Madre y luchadora social por la recreación
como forma de crear conciencia colec-
tiva sobre el sistema dominante. Nace
y vive en la Parroquia Sucre, Oeste del
Distrito Capital, Municipio Bolivariano
Libertador, que se conoce popularmente
como Catia. Comenzó a asumir luchas
desde los nueve años, como delegada de
curso en la escuela Miguel Antonio Caro.
Desde los 14 años se comprometió en
una reflexión profunda desde la lucha
dentro de la iglesia como catequista.
A los 21 se convierte en educadora de
calle y seguidora de la educación popular
de Simón Rodríguez y Paulo Freire. A par-
tir de 1999 impulsa y activa la lucha por la
defensa del Parque del Oeste Alí Primera.
Sistema de Trueke UrachicheNerys Teresa Pineda de Quiroz
Prosumidora del Sistema de Trueke Urachiche,
guardiana de la semilla y profesora jubilada.
269
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Tito Rafael Quiroz
Prosumidor del Sistema de Trueke Urachi-
che, guardián de la semilla, agricultor
y profesor jubilado.
Josefina Laurito Mogollón
Prosumidora del Sistema de Trueke Urachi-
che, miembro de la Escuela de Audiovisua-
les de Chivacoa, profesora jubilada.
laurito2059@hotmail
María Lucelia Ortiz
Prosumidora del Sistema de Trueke Urachi-
che, libro viviente, agricultora, artesana.
Luis Rafael D’Hoy
Prosumidor del Sistema de Trueke Urachi-
che. Coordinador del fundo Aracal, agri-
cultor, artesano.
Vladimir Montoya
Antropólogo. Se desempeña como coordi-
nador y docente de la maestría en Estu-
dios Socioespaciales del Instituto de
Estudios Regionales de la Universidad
de Antioquia, y como coordinador del
grupo Cultura, Violencia y Territorio de
la misma entidad. Ha realizado investi-
gaciones sobre movimientos sociales,
etnicidad, migración y memoria. Últi-
mamente, viene desarrollando estudios
sobre geopolítica y memoria con recurso
a metodologías audiovisuales y con una
perspectiva epistemológica apoyada
en la cartografía social. Sus publicacio-
nes más recientes son Trasplantando
nuestras vidas: un viaje hacia los saberes
sobre plantas en Esfuerzos de Paz I y
Nuevo Amanecer; El territorio como
“demo”: demo(a)grafías, demo(a)cracias
y epidemias; De la diáspora al destierro
afrodescendiente en Medellín; Memo-
rias y conocimientos tradicionales del
territorio colectivo afrodescendiente de
El Valle, Chocó, Colombia y El componen-
te social en los sistemas de monitoreo
ambiental: hacia un manejo integrado
de la actividad portuaria.
Gabriel Gil
Militante del Movimiento Campesino Jirajara.
Ha ocupado espacios de dirección en
diferentes instituciones agrícolas en el
estado Yaracuy y, en el ámbito nacional, en
la Corporación Venezolana Agraria. Actual-
mente, es director de formación de la
Empresa Socialista Pedro Camejo y forma
parte de la Sociedad Latinoamericana de
Agroecología SOCLA.
Adelita San Vicente
Ingeniera agrónoma por la Universidad
Autónoma Metropolitana de México. Ha
trabajado en la elaboración de la iniciativa
de Ley de Fomento y Protección de Semi-
llas, Ley de Desarrollo Sustentable de la
Caña de Azúcar, Ley de Desarrollo Integral
y Sustentable de la Cafeticultura. Actual-
mente, impulsa la organización Semillas
de vida, para la defensa de una alimenta-
ción sana sin transgénicos y la protección
de las semillas mexicanas, en especial del
maíz. Ha publicado varios artículos y libros
sobre la lucha por el maíz en México.
Liccia Romero
Doctora en Ecología Tropical de la Universi-
dad de Los Andes. Es profesora asociada
del Instituto de Ciencias Ambientales
y Ecológicas (ICAE) de la Facultad de
Ciencias de la ULA, donde se desempeñó
como coordinadora del posgrado de
Ecología Tropical. Ha participado en pro-
yectos de investigación sobre procesos
de transformación y uso de ecosistemas
tropicales (específicamente en la gana-
derización de las selvas tropicales), y
sobre problemas de uso y conservación
de la agrobiodiversidad tropical (cacao
y papa). Coordinó la formulación y desa-
rrollo del Proyecto Interdisciplinario
“Rescate del circuito agroalimentario de
las papas nativas en los Andes de Vene-
zuela”, financiado por Fundacite Mérida
y la Universidad de Los Andes. Premio
270
Regional de Ciencias 2009 al mejor
artículo publicado en la mención Agricul-
tura y Ciencias Ambientales, otorgado
por Fundacite Mérida y la gobernación
del Estado. Entre septiembre de 2007 y
abril de 2010, se desempeñó como coor-
dinadora del servicio comunitario de la
Facultad de Ciencias y fue responsable
de varios proyectos de investigación
participativa que apoyan la práctica del
ambientalismo comunitario. Es miem-
bro de Programa de Estímulo a la Inves-
tigación y la Innovación (PEII Ministerio
de Ciencia y Tecnología) en la categoría
“B”, de la Red de Académicos en Terra
Madre (Italia) y de la organización Slow
Food Internacional.
Movimiento Campesino JirajaraÉlida Rivero
Madre y campesina yaracuyana, patrimonio
de la lucha campesina nacional. Ha forma-
do parte del movimiento campesino desde
hace más de cuarenta años, desde donde
ha impusado el rescate de tierras. Es poeta
y activista cultural en Camunare Rojo, esta-
do Yaracuy. Actualmente impulsa la organi-
zación popular y la consolidación del poder
comunal en Camunare, así como el rescate
de la agricultura campesina, cría de gallinas
criollas y producción agroecológica.
David Sánchez
Campesino yaracuyano, militante del movi-
miento campesino Jirajara. Ha formado
parte de la lucha por la tierra en Yaracuy,
ha sido cooperativista y formador de la
Misión Vuelvan Caras.
Ángela Colmenares
Madre y campesina yaracuyana, militante
del movimiento campesino Jirajara, fue
lancera de la Misión Vuelvan Caras. Ha
participado en la lucha por la tierra y el
impulso de la agroecología en fundos res-
catados del latifundio. Ha participado en
la escuela popular de monitoreo de plagas
y actualmente culminó sus estudios en
agroalimentación en la Misión Sucre.
Bernabé Torres
Campesino del páramo de Gavidia en el esta-
do Mérida, rescatador de semillas nativas
de papa y otros tubérculos, escultor de
madera y constructor con piedra, es uno
de los campesinos que liderizan el rescate
de cultivos andinos en Venezuela. Parti-
cipó en el Congreso Mundial de Páramos
realizado en Ecuador y colabora con dife-
rentes proyectos comunitarios ambienta-
listas en el páramo venezolano.
Comuna San JuanBertha Caravallo
Facilitadora de procesos de aprendizaje
para el ejercicio de la soberanía en el
contexto sociocultural, egresada del
CEPAP, Universidad Nacional Experi-
mental Simón Rodríguez. Desde su
infancia en La Vega, Caracas, participa
en la organización de fiestas tradicio-
nales, y más recientemente, en la Feria
de Saberes y Sabores en el marco de la
fiesta de San Juan. Trabaja por la incor-
poración de los saberes tradicionales
en el currículo de la Escuela 19 de Abril
y es miembro del comité patrimonial
de esa institución. Miembro del colec-
tivo Escuela para la Participación en
Salud Social.
Eurídice Sojo
Licenciada en Educación, mención desa-
rrollo cultural, de la Misión Cultura.
Estudió también Gerencia comunitaria
en el CESAP. Comienza su trabajo de
activación comunitaria a los doce años,
incorporándose al equipo de limpieza
de las calles de la Agrupación Nueva Era.
Forma parte del Gabinete Ambiental
del Frente Social Vecinal Comunitario
La Terraza. Allí participa en el diseño de
la programación y en las gestiones del
compromiso comunidad-institución.
En este marco impulsa, ante los Ministe-
rios de Educación y de Ambiente, la crea-
ción del programa de formación para
el vocero de ambiente de los consejos
comunales.
271
HACIA UN NUEVO SENTIDO COMÚN
4-2013 issn: 2244-7555
Wilfredo Giménez
Se forma políticamente en la Liga Socialista
durante doce años, donde milita hasta su
incorporación al Partido Socialista Unido
de Venezuela. Trabaja en la construcción
del gobierno local de San Juan. Participa en
la coordinación del proyecto de Empresa
de propiedad social como instrumento
de transición al socialismo en el área de
formación técnica y política de los trabaja-
dores. Es presidente de la comuna de San
Juan. Desde allí impulsa el área de alimen-
tación de la quesera de San Juan en Guana-
rito, bajo alianza con otros productores.
En materia ambiental, se integra a diver-
sas actividades, como la Misión Árbol del
Ministerio de Ambiente y la recolección
de escombros con la alcaldía Libertador,
bajo la figura de la corporación de servicios.
Servia Romero
Técnico superior universitario en evaluación
ambiental y tesista de la licenciatura en
Gestión ambiental de la Universidad Boli-
variana de Venezuela. Apoya la labor en el
consejo comunal San Antonio, en Cande-
laria. Recibe formación en el tratamiento y
siembra de plantas en ambientes urbanos.
Forma parte de la Milicia Bolivariana. Es
graduada del hospital de Lídice en Sanidad
militar y atención prehospitalaria.
Iris Suárez
Tesista de la licenciatura en Gestión ambien-
tal de la Misión Sucre. Integra el consejo
comunal Unidos por Siempre. Allí trabaja
en la mesa de ambiente, área social, impul-
sando la planificación de actividades como
la poda, la recolección de escombros y la
creación de viveros. Participa también en
la organización de SUPRA comunal, especí-
ficamente en la coordinación de recolecto-
res y la reorganización de la parroquia en el
manejo de desechos sólidos.
Convocatoria abiertaEl Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e
Investigación (FONACIT), del Ministerio
del Poder Popular para Ciencia, Tecnología
e Innovación de la República Bolivariana
de Venezuela, convoca a colaborar en el
proyecto editorial Nuestramérica,
revista grancontinental para la divulga-
ción del conocimiento científico y huma-
nístico necesario.
Nuestramérica es una revista interdis-
ciplinaria con un doble perfil. Por un lado,
la publicación es un espacio para la divul-
gación grancontinental de los saberes
populares y emancipatorios de América
Latina y el Caribe, provenientes de todas
las áreas del conocimiento. Por otro lado,
es un espacio para la socialización del
conocimiento académico y para compartir
los saberes producidos en nuestras univer-
sidades, centros de investigación y colec-
tivos independientes, de manera que ese
conocimiento se convierta en patrimonio
de las culturas nuestroamericanas.
¿Quiénes pueden colaborar en la revista?
Innovadores populares, movimientos socia-
les, colectivos, comuneras, trabajadores
culturales, activistas socioculturales,
líderes comunitarios, artistas, creadores
populares, estudiantes, investigadoras
populares y académicos de toda América
Latina y el Caribe.
Arbitraje
El arbitraje es transparente y hecho por pares.
Consiste en una evaluación rigurosa de los
manuscritos, cuyo propósito es garantizar
una alta calidad de la publicación. Un buen
arbitraje ayuda al Comité Editorial a deci-
dir si las propuestas sometidas a conside-
ración deben o no ser publicadas.
Los árbitros —que pueden ser propuestos por
las autoras y autores, así como por el Comi-
té Editorial— hacen una evaluación crítica
en virtud de su experiencia en la temática
de cada una de las colaboraciones, y apor-
tan comentarios reflexivos que orientan a
las autoras y los autores en la revisión del
contenido y la forma de sus textos.
Boaventura de Sousa Santos (Portugal)
Carlos Walter Porto-Goncalves (Brasil)
Maryann Hanson (Venezuela)
Guillermo Barreto (Venezuela)
Oficina de Diversidad Biológica
del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (Venezuela)
Giordana García Sojo, tesista de la maestría en Antropología Social
de la Universidad de Buenos Aires
José Luis Omaña
Korinna Bustamante
Jousette Rivodó
Daniel Herrera
Sergio Palma
Isabella Pániz
Clara Briceño
Alejandra Tejido
Sahili Franco
José Miguel Jiménez
Alejandra Saavedra
César Castillo
Carmen Pereiro
Ejército Comunicacional de Liberación
PP201102DC3823
ISSN: 2244-7555
Mayo 2013
15.000 ejemplares
Impreso en Lithomundo S.A.
Textos compuestos en Vista Sans
Papel: Abitibi AltBook 52
CORR ECCI ÓN D E T E X TO S Y D E E S T IL O S E D I TOR I A L E S
T R A NS C R IPCI ÓN
T R ADU CCI ÓN
D I SE Ñ O GR Á FI CO
HECHO EL D E PÓ SI TO D E L E Y
ÁRB I T R O S
CO ORD I N AC I ÓN E D I TOR I A L
CONSE J O A SE S OR
Recibimos:
Textos de divulgación, ensayos no académi-
cos, reflexiones y artículos no especializa-
dos, crónicas, proyectos comunitarios y
socioculturales, proyectos de innovación,
entrevistas, relatos de vida, testimonios,
artículos especializados, textos de estu-
diantes, capítulos de trabajos de grado,
trabajos de ascenso, adelantos de investi-
gaciones y ensayos académicos de pro-
yectos sociales y comunitarios, reseñas
y proyectos de exposiciones, de congre-
sos, de colectivos, de eventos, de libros.
Recibimos colaboraciones en formato de
texto y de audio.
Las colaboraciones son recibidas durante
todo el año. Pueden ser enviadas al
correo [email protected],
o al Centro de Documentación del Ministe-
rio del Poder Popular para Ciencia, Tecno-
logía e Innovación en la avenida Universi-
dad, torre ministerial, edificio anexo,
Caracas, Venezuela.
Los textos deben tener una extensión de 15
a 30 cuartillas aproximadamente, a 25
líneas por página con interlineado doble.
Las imágenes deben enviarse en alta resolu-
ción, es decir, deben tener entre 300 y 400
dpi. Los documentos de audio que conten-
gan testimonios deben contar con una
buena calidad de reproducción.
Las colaboraciones serán aceptadas con sus
estructuras formales y metodológicas
originales, incluyendo sus sistemas de
referencias. Será tarea de los editores
de la revista ajustar los textos a un
sistema único.
ww
w.
re
vi
st
an
ue
st
ra
me
ri
ca
.n
et
Aceptaremos colaboraciones en español, francés, inglés y portugués
Los textos deberán incluir un resumende 250 palabras y una breve reseña curricular
La revista tiene una versiónimpresa y una digital
w w w . r e v i s t a n u e s t r a m e r i c a . n e t
r e v i s t a n u e s t r a m e r i c a @ g m a i l . c o mFondo Nacional de Ciencia, Tecnología e InnovaciónAdscrito al Ministerio de Ciencia y Tecnología
Un nuevo paradigma del conocimiento, indispensable para las realidades que estamos creando, implica una profunda revisión, no sólo de los fines de la producción científica, tecnológica y humanística, sino de la manera en que esta es valorada en nuestras sociedades, así como del modo en que se construye y se difunde. Para ser realmente emancipador, el nuevo paradigma debe reconocer el valor de saberes y prácticas comunitarias como formas de conocimiento. Debe repensar la importancia de la especulación como herramienta al servicio de los pueblos. Debe considerar el conocimiento como un producto cultural útil para la transformación pertinente, necesaria (y no accesoria) de la realidad local y grancontinental. Debe dar lugar a la divulgación de iniciativas humanísticas sustentadas en la abolición del “distanciamiento” y el “desencantamiento” —subyacentes en la oposición sujeto/objeto sobre la que se basa la ciencia moderna—. Debe reconocer el valor de las experiencias lúdico-expresivas, que permiten afianzar procesos sentidos, en los que el conocimiento se hace práctica de vida. Lo que concebimos tiene como base un principio similar a lo que Boaventura de Sousa Santos denomina “el paradigma del cono-cimiento prudente para una vida decente”, y que implica el paso de la ciencia moderna al nuevo sentido común.1
1 Ver Boaventura de
Sousa Santos: “Da
ciência moderna ao
novo senso comum”
en A crítica da razão
indolente: contra
o desperdício da
experiência. Cortez
Editora, São Paulo,
2002.
La crítica de la razón
indolenteBoaventura de Sousa Santos año3 4–2013
“He subrayado la necesidad de crear nuevas formas de conocimiento basadas en una nueva retórica, en una retórica dialógica empeñada en constituirse enun espacio para la emancipación, es decir, en un espacio para el nuevo sentido común emancipatorio. Tengo en mente algunas formas de conocimiento que nos ayudan a transitar del colonialismoa la solidaridad, y que son relativamente tolerantes al caos, porque el caos tienela capacidad de crear un orden emancipatorio que facilita la transición hacia el nuevo paradigma”. issn: 2244-7555
año
34–
2013
Top Related