PROPUESTA DE CONVIVENCIA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE TRANSICIÓN DEL COLEGIO RODOLFO LLINÁS J.M ”
DABEIBA ALBA BOHORQUEZ URREGO
SANDRA YOLANDA MAHECHA GONZALEZ
JACKELINE VELANDIA VELANDIA
UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
MAESTRIA EN EDUCACION
BOGOTA 2015
PROPUESTA DE CONVIVENCIA PARA LOS NIÑOS Y NIÑAS DE TRANSICIÓN DEL COLEGIO RODOLFO LLINÁS J.M ”
DABEIBA ALBA BOHORQUEZ URREGOSANDRA YOLANDA MAHECHA GONZALEZ JACKELINE VELANDIA VELANDIA
PROFESORA: MARITZA MEDINA LOAICIGA
UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA
MAESTRIA EN EDUCACION
BOGOTA 2015
CONTENIDO
INTRODUCCION
DESARROLLO DE LA ESTRATEGIA
Retroalimentación desde la socialización de vivencias personales
Reconocimiento de vivencias escolares, personales y colectivas acerca de la propuesta de la semana.
Dinámica lúdica desde diferentes actividades.
Reconocimiento permanente en torno al valor o emoción propuesta para la semana.
Trabajo interdisciplinario con las diferentes dimensiones del grado.
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN
La escuela se convierte en un escenario social en el que se generan espacios de relación
permanentes, con todo un sentido de formación desde la posibilidad de estar con el otro y
reconocer en cada uno de sus agentes intereses particulares y colectivos; entonces la escuela
como estamento que lidera el acceso de los y las estudiantes a procesos de socialización más
amplios con un interés por la transformación y formación integral de cada uno de ellos,
permite establecer nuevas relaciones, enfrentar nuevas situaciones y fortalecer nuevos
desempeños, al respecto (Freire, s.f.) hace alusión a como la “Escuela es el lugar donde se
hacen amigos. No es edificios, salas, cuadros, programas, horarios, conceptos. Escuela es,
sobre todo, gente, gente que estudia, que se alegra, se conoce, se estima.”.
Desde esta perspectiva es necesario reconocer como la escuela en sus dinámicas infinitas
y sus posibilidades de interacción, congrega, relaciona y genera espacios y momentos
determinantes en la formación académica y social de cada estudiante, así cada momento
escolar puede llegar a trascender de forma definitiva en los desempeños y habilidades de los
y las estudiantes.
Desde aquí es indispensable identificar, reconocer y evidenciar cómo esos momentos
vividos dentro de la escuela , sus dinámicas y posibilidades de relación más social que
académica llegan a convertirse en ejemplos claros de convivencia en la especie humana, al
respecto (Funes, 2011) describe como “ la convivencia escolar hace referencia a la dimensión
de la institución educativa orientada a prevenir o implementar acciones y actuaciones que
gestionen las relaciones sociales en el centro”(pag 32).
Así, la escuela y la vida dentro del aula en cualquier grupo de pares brindan
significativas oportunidades de aprender estrategias hábiles de interacción social que lleven
al reconocimiento y aceptación del otro.
Paralelamente es posible dentro de la convivencia asumir la interacción social y las
habilidades emocionales como elementos de formación esencial en cuanto permiten y
aportan a una “sana convivencia”. Desde los inicios de la escuela el carácter social ha sido y
será retomado de forma permanente, sin embargo igualmente desde siempre el vivir juntos en
espacios comunes, con dinámicas compartidas dentro y fuera de ella, ha sido un proceso
complejo, esencial y necesario; más aún en edades tan cruciales como las vividas durante el
ingreso y permanencia en la escuela; al respecto, (Ruz & Coquelet, 2003) reconocen en la
convivencia “es un proceso, una construcción que es producto de interactuar,
interrelacionarse, dialogar, participar, comprometerse, compartir propuestas, discutir,
disentir, acordar, reflexionar, entre otras”, paralelamente (Maldonado, 2004) reconoce como
“ Ella es una suerte transversal que atraviesa toda la trama de relaciones al interior de
cualquier institución”
Cada institución desde la legalidad y los intereses particulares diseña y genera
instrumentos, dinámicas y procesos que buscan fortalecer la convivencia, desde parámetros
esenciales; los manuales de convivencia, los comités de convivencia, los proyectos para
fortalecer la sana convivencia y practicas personales o colectivas desde al aula que buscan
optimizar los procesos.
La realidad escolar muestra la presencia permanente de conflictos dentro de las dinámicas
propias que se viven en ella, gran parte de la jornada demanda por parte de docentes y
directivos la solución de ellos de forma inmediata con toma de decisiones a corto, mediano o
largo plazo. Se diseñan procesos y rutas de acción y solución dentro y fuera de la escuela; sin
embargo el conflicto está allí, presente y latente; (Fisas, 1987) reconoce como “El conflicto
no es una catástrofe inevitable, sino la consecuencia de una mala percepción, una mala
comunicación, de procesos inconscientes, resultado de una frustración, de la patología de los
dirigentes o de una mala técnica de negociación
Entonces desde esta perspectiva surge la siguiente propuesta, reconociendo la necesidad
de fortalecer estos procesos en el aula para propiciar acciones que permitan la solución
asertiva de conflictos escolares, desde el fortalecimiento de las competencias emocionales,
como punto de partida y la prioridad por hacer de la educación emocional parte de nuestras
aulas, (Bisquerra , 2000) la define como “un proceso educativo, continuo y permanente, que
pretende potenciar el desarrollo emocional siendo un complemento indispensable del
desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la
personalidad integral”.
Igualmente (Punset, 2006)en su libro El alma está en el cerebro cita a Antonio Damasio
quien afirma “tenemos emociones de todos los sabores buenas malas y regulares. El objetivo
de una buena educación para los niños, para los adolescentes, incluso para los adultos debería
consistir en organizar las emociones de tal modo que podamos cultivar las mejores
emociones eliminar las peores”
DESARROLLO DE LA ESTRATEGIA
El fortalecimiento de competencias emocionales desde el quehacer diario demanda la
necesidad de visualizar lo individual y colectivo; cada jornada demanda necesidades,
prioridades y soluciones diarias. Desde allí se plantea una propuesta así:
Bloque de trabajo al inicio de jornada de cada semana Lectura, cuento o proyección
de video)
Retroalimentación desde la socialización de vivencias personales
Reconocimiento de vivencias escolares, personales y colectivas
Dinámica lúdica desde diferentes estrategias (dramatizaciones, juego de roles,
fonomímicas , representaciones graficas personales o en grupo, entre otras)
Reconocimiento permanente en torno al valor o emoción propuesta para la semana.
Trabajo interdisciplinario con las diferentes dimensiones del grado.
Plan de prevención generada en grupo.
Bloque de trabajo al inicio de jornada de cada semana Lectura, cuento o proyección de
video).Este momento es vivido al inicio de la semana durante las dos primeras horas de clase.
Previamente se reconocen las prioridades y necesidades generadas en el grupo a partir del
análisis por parte de las docentes de las causas más frecuentes que generaron los conflictos
durante la semana inmediatamente anterior; así se logra establecer las necesidades de los grupos,
las afectaciones y posibles acciones.
Cada momento inicial varía de acuerdo a las necesidades y posibilidades, la proyección
de videos cortos frente a la temática seleccionada, la realización de dramatizaciones, la lectura de
cuentos, la socialización de sentimientos, la presentación de imágenes o láminas, la selección de
notas nacionales e internacionales trascendentales, entre algunas posibilidades.
Video “Ana está furiosa” https://www.youtube.com/watch?v=SxfpLEKmMHY
Retroalimentación desde la socialización de vivencias personales
Allí se comparten experiencias previas y momentos personales acerca del tema propuesto,
cada quien reconoce y recuerda desde lo vivido o contado por otros.
Es necesario partir de allí para acercarse al siguiente momento.
Reconocimiento de vivencias escolares, personales y colectivas acerca de la propuesta de la
semana
El diálogo y la comunicación oral hacen parte esencial de la propuesta, cada uno de los
espacios debe permitir la participación de los integrantes del grupo y a su vez el reconocimiento
de formas de sentir, pensar y actuar. Es evidente que este momento genera diferentes emociones
y ocasionalmente es un dispositivo para recordar conflictos anteriores o generar otros; sin
embargo el momento debe ser manejado desde la posibilidad de reconocimiento, reconciliación y
cambio.
Cada diálogo enriquece y confronta permitiendo llegar a una comunicación compartida,
unos principios básicos y compromisos grupales.
Dinámica lúdica desde diferentes actividades:
Luego del diálogo es posible observar y establecer prioridades en tanto al momento
lúdico en el que las dramatizaciones y los juegos de roles generan aprendizajes variados,
conjuntamente con la posibilidad del trabajo en equipo.
Reconocimiento permanente en torno al valor o emoción propuesta para la semana
Desde las vivencias y aportes establecidos como grupo durante el bloque de trabajo en los
diferentes momentos, se hace necesario realizar una producción que evidencie lo realizado, así la
necesidad de propiciar el fortalecimiento del trabajo iniciado se hace visual y practica durante la
semana, puede ser con carteles, dibujos, fotos, entre otros
Trabajo interdisciplinario con las diferentes dimensiones del grado.
Es posible que las dinámicas del trabajo se conviertan en pretextos para el fortalecimiento
de saberes desde las diferentes dimensiones; así que cada oportunidad puede ser aprovechada
para establecer un proceso interdisciplinario que además convierta los imaginarios es verdaderos
aprendizajes significativos, haciendo partícipes las emociones y los valores propuestos dentro de
la propuesta de convivencia.
CONCLUSIONES
Durante los días de trabajo ha sido posible:
Identificar factores esenciales de la presencia de conflictos desde la construcción
colectiva con el grupo.
Reconocer que la educación emocional desde un análisis claro de todo lo que
implican las emociones a nivel cerebral, conllevan a docentes y directivos a
identificar los conflictos y sus posibles soluciones desde visiones completamente
diferentes.
La participación activa del grupo desde la construcción y reconocimiento colectivo de
necesidades y prioridades con propósitos planteados desde ellos mismos, permiten un
compromiso diferente y por ende una posición diferente.
El abordar desde las diferentes dimensiones la esencia de cada espacio hace que cada
vez más se reconozca una posibilidad de cambio o reflexión enriquecida.
Bibliografía
Bisquerra , R. (2000). Educación Emocional y bienestar. Barcelona: Ciss Praxis.
Fisas, V. (1987). Introducción al estudio de la paz y de los conflictos. Lerna,Barcelona.
Freire, P. (s.f.). Paradigmaeducativo35.blogspot.com.co.
Funes, S. (2011). Gestión Eficaz de la Convivencia en los Centros Educativos. Madrid, España.
Maldonado, H. (2004). Convivencia escolar; Ensayos y experiencias. Buenos Aires.
Punset, E. (2006). El alma está en el cerebro.Radiografia de la máquina de pensar. Madrid: Aguilar.
Ruz, J., & Coquelet, J. (2003). Convivencia escolar y calidad de la educación. Chile: Ministerio de educación de Chile y organización de estados iberoamericanos: Chile.
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