EDITORIAL
CRÓNICA JALISCIENSE
Incomprensión rodante
Guadalajara sufre, hoy en día está convertida en la ciudad del
insulto, de la mentada de madre, de la discordia entre sus habitantes. Le
duele mirar la falta de comprensión entre quienes han optado por la
movilidad motorizada y aquellos que tomaron por opción el uso de la
bicicleta.
Durante muchos años lidió con el embate de la modernización, el
urbanismo de principios del siglo XX trajo consigo la llegada de vehículos
de motor, recuerda con nostalgia el tránsito de las carretas y su
suplantación por los coches, no está segura si esta convivencia de medios
de transportes fue tan dolorosa.
Recuerda y vive algunos encuentros significativos, sobre todo entre
la llegada de nuevos medios de transporte como el tren ligero y el arribo
de esos autobuses azulitos que llamaron “macrobus”, sin embargo, la
costumbre fue lo que amainó el problema. Tal vez esta sea la solución para
el actual conflicto, tener un poco de paciencia y espera que la costumbre
apacigüe los ánimos
Pero mientras tanto, ¿qué puede hacer?, esta incomprensión ha
cobrado varias víctimas en lo que va de este 2015. Es consciente que no
está preparada para hacer de la bicicleta el principal medio de movilidad,
reconoce que sus calles pueden ser trampas mortales para su circulación.
Además ella conoce a su gente, sabe que no existe una cultura vial, tanto
en automovilistas y motociclistas, como en ciclistas y peatones.
Un buen día, le pintaron algunas esquinas de verde, aparecieron
unos módulos rojos cargados de bicicletas, creció el número de ciclistas,
aparecieron los conflictos. Mientras sus autoridades aseguran que la
ciudad tiene las condiciones para convertirse en una urbe sustentable,
Guadalajara sabe que su gente, entre ellos sus gobernantes, no tiene ni
idea de lo que ello representa, sufre.
Primer y último recuerdo
Torres en azul y blanco se visualizan desde la carretera al llegar a la cabecera del municipio de
Ameca, si viene de Guadalajara, esta es una de las primeras edificaciones que se distinguen con
claridad. Se trata del Santuario de Guadalupe, localizado en el barrio conocido anteriormente como el
de “la otra banda” hoy conocido como “El Santuario”.
Ameca es una ciudad con profundo respeto a la identidad barrial, en el que cada barrio tiene
sus lugares que sirven de referente al propiciar un carácter común que identifica a sus pobladores. En
este caso, para el otrora barrio de “la otra banda”, fue la edificación del Santuario lo que serviría para
reconocer a quien por ahí habitaban.
Podría decirse que ser del barrio del Santuario les daba cierto “cache” a sus habitantes, antes
conocido, tan solo, por residir en la otra banda, es decir, al otro extremo del río Ameca, mismo que
separa al primer cuadro de la cabecera municipal de las orillas de la ciudad.
Por encima de la creencia religiosa, El Santuario, a lo largo de su historia se ha constituido junto
con la parroquia de Santiago Apóstol o del Señor Grande de Ameca, como ícono de la estampa
amequense. Su ubicación a la salida de la ciudad hace que sus torres sean el último recuerdo de su
tierra, de aquellos que migran al país vecino en busca del llamado “sueño americano”.
LO NECESARIO
Se acaban de enterar
En días pasados el periódico Reforma publicó una encuesta
sobre la percepción de la corrupción en México. De acuerdo
a los resultados el 60 por ciento de los mexicanos, tiene la
sospecha que los niveles de corrupción han aumentado. En
ese mismo tenor, el estudio arrojó que la corrupción es
concebida como el principal problema del país y, por si
tenían la duda, el 92 por ciento de los encuestados
consideró que las propiedades que han comprado nuestros
gobernantes y exgobernantes provienen de dinero tomado
“prestado” durante sus administraciones. Para rematar, la
gente desconfiada dice que los partidos políticos son las
instituciones más corruptas, ¿puede creer eso? Ya se
imaginarán cómo estarán nuestros políticos de
preocupados, aunque, en realidad, creo se acaban de
enterar.
DESCANSO
Somos tan extraños que
mientras más pensamos en el
futuro, más nos aferramos al
pasado.
RAPSODIA
Saca pa’ andar iguales
La participación de Mónica Huarte durante la inauguración de la FICG 2015, tan solo fue
un triste reflejo del otrora festival cinematográfico más importante de México. Ridícula,
fingida, irreal y con poco lustre, así luce la FICG, perdón, lució la actriz
EN IMÁGENES
Loco de grandes historias
Apareció una vez por las calles que marcan la
frontera entre la colonia Alcalde Barranquitas y el
populoso barrio del Retiro. Nadie sabe cómo
llegó, incluso ninguno parece conocer su nombre,
tan solo lo llaman como él mismo decidió:
“Sparring”.
En un principio su presencia causaba temor entre
los vecinos ya que aparentaba estar en otra
dimensión, tal vez por “mariguano” se quedó en
un viaje aseguraban algunos, o bien su nivel de
cordura era inalcanzable para los simples
mortales. Nunca fue violento, o cuando menos,
nunca se supo de alguna agresión hacia alguien
que no hubiera osado tocar sus pertenencias.
Desde su repentina aparición en un pequeño
parque de la calle Sangangüey llenó de colorido
esta parte de la colonia. Su casa improvisada
mostraba una gran gama de colores, que iban
desde el blanco, azul y rojo de la Pepsi, el rojo con
café de la Coca Cola hasta el amarillo con negro
de Sabritas; su arquitectura y diseño daban
muestra de su brillante locura.
Los pequeños de la colonia siempre fueron
advertidos por los adultos: ¡No debes acercarte!
¡Te va a llevar!, cosa que no parecía importarles y
caían rendidos ante las disparatadas historias de
“El esparrin”. Contador de historias, llegó a
convertirse en protector de los niños, los
inmuebles y de aquellos que alguna vez le
temieron.
Un día llegó, un día se fue. No había casa, no
había color, no hubo más historias.
PERSONAJE DE CIUDAD
CONVERSACIONES
Ser mayor
Cuando era niño podía mirar al mundo
como una gran caja de juguetes. Ayer
volví a mirarle así, olvide jugar.
URGENTE
Ayuntamientos tapatíos buscan
funcionarios corruptos, crecen
denuncias; ordenan quitar espejos
Pensamientos sin hilar
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