Semana del 27 Julio al 02 Agosto 2015
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cl cap. 28 párrs. 1-9 (30 min.)
CAPÍTULO 28
“Solo tú eres leal”
1, 2. ¿Por qué decimos que la deslealtad no era
algo desconocido para David?
[ 1 ] [Textos] LA DESLEALTAD no era algo
desconocido para David. Hubo una etapa de su
turbulento reinado en la que se vio acosado por las
intrigas, e incluso la confabulación de sus propios
compatriotas. Además, sufrió la traición de quienes
consideraríamos sus más íntimos, como por ejemplo,
Mical, su primera esposa. Aunque en un principio
“estaba enamorada de David” y seguramente lo
respaldó en el cumplimiento de los deberes de su
cargo, más tarde “empezó a despreciarlo en su
corazón” y hasta lo consideró “como uno de los
casquivanos” (1 Samuel 18:20; 2 Samuel 6:16, 20).
[ 2 ] [Textos] También tenemos el caso de Ahitofel,
consejero de David, cuyas recomendaciones se
tomaban como mensajes directos de Jehová (2
Samuel 16:23). Pero aquel hombre de su confianza
terminó traicionando a su señor y uniéndose a una
conspiración contra él. ¿Quién la había organizado? El
propio hijo del rey, Absalón. Este oportunista
“rob[aba] el corazón de los hombres de Israel” e
intentaba desplazar del trono a su padre. Su revuelta
cobró tanta fuerza, que David tuvo que huir para
salvar la vida (2 Samuel 15:1-6, 12-17).
3. ¿Qué confianza tenía David?
[ 3 ] [Textos] ¿Hubo alguien que fuera leal a David?
Durante todos sus problemas, él supo que sí. ¿Quién
era? Nada menos que Jehová Dios, de quien dijo: “Con
alguien leal tú actuarás en lealtad” (2 Samuel 22:26).
Ahora bien, ¿qué es la lealtad, y cómo nos da el
Creador el ejemplo más sublime de esta cualidad?
¿Qué es la lealtad?
4, 5. a) ¿Qué es la “lealtad”? b) ¿Qué diferencia
hay en la Biblia entre la lealtad y la fidelidad?
[ 4 ] [Textos] Las Escrituras Hebreas emplean el
término lealtad en el sentido de bondad que se
adhiere amorosamente a un objeto y no se aparta
hasta haber realizado su propósito para con él. Este
sentido es más amplio que el de la palabra fidelidad.
En efecto, alguien pudiera ser fiel solo por cumplir
con su deber, mientras que la lealtad bíblica nace del
amor.* Nota: Además, el adjetivo fiel se aplica
también a objetos inanimados. Por ejemplo, aunque
el salmista llamó a la Luna “testigo fiel en los cielos”
porque aparece todas las noches con regularidad, no
se diría que es leal (Salmo 89:37). ¿Por qué no?
Porque la lealtad se toma como expresión del amor,
cualidad que las cosas inanimadas no tienen.
Nota * Es digno de señalar que el término que se
traduce ―lealtad‖ en 2 Samuel 22:26 se vierte ―bondad
amorosa‖ o ―amor leal‖ en otros pasajes.
Aunque a la Luna se la llama testigo fiel, solo las
criaturas inteligentes ofrecen un reflejo fidedigno
de la lealtad de Jehová
[ 5 ] [Textos] En la Biblia, la lealtad está marcada por
el afecto. El simple hecho de que se manifieste revela
que existe una relación entre quien ejerce esta
cualidad y quien se beneficia de ella. No es una
actitud inconstante, como las olas del mar impelidas
de un lado a otro por los vientos cambiantes. Por el
contrario, la lealtad, o amor leal, se caracteriza por la
estabilidad y la fortaleza que permiten superar los
obstáculos más difíciles.
6. a) ¿Hasta qué grado es infrecuente la lealtad
entre los seres humanos, y cómo indica este
hecho la Biblia? b) ¿Cuál es la mejor manera de
aprender lo que implica la lealtad, y por qué?
[ 6 ] [Textos] Ciertamente, tal lealtad es infrecuente
hoy día. Muchos compañeros allegados están
“dispuestos a hacerse pedazos” mutuamente, y cada
vez oímos de más personas que abandonan a sus
cónyuges (Proverbios 18:24; Malaquías 2:14-16). Las
traiciones son tan comunes, que quizás repitamos
para nosotros las palabras del profeta Miqueas: “El
leal ha perecido de la tierra” (Miqueas 7:2). Aunque
los seres humanos a menudo actúan sin bondad
amorosa, la lealtad es una característica sobresaliente
de Jehová. De hecho, la mejor manera de aprender lo
que implica esta cualidad es examinar cómo expresa
él esta maravillosa faceta de su amor.
La incomparable lealtad de Jehová
7, 8. ¿En qué sentido puede decirse que solo
Jehová es leal?
[ 7 ] [Textos] La Biblia dice respecto a Jehová: “Solo
tú eres leal” (Revelación [Apocalipsis] 15:4). ¿Cómo
es posible? ¿Acaso no ha habido ángeles y seres
humanos que han demostrado en ocasiones una
lealtad extraordinaria? (Job 1:1; Revelación 4:8.) ¿Y
Jesucristo? ¿No es el mayor “leal” de Dios? (Salmo
16:10.) Entonces, ¿por qué se dice que solo Jehová es
leal?
[ 8 ] [Textos] Recordemos en primer lugar que la
lealtad es una faceta del amor. Dado que “Dios es
amor” —es decir, encarna esta cualidad—, nadie es
capaz de demostrar lealtad de forma tan plena como
él (1 Juan 4:8). En realidad, tanto los ángeles como los
seres humanos pueden reflejar los atributos de
Jehová, pero solo él es leal en sumo grado. Es “el
Anciano de Días” y, por tanto, lleva más tiempo
ejercitando la bondad amorosa que cualquier
criatura, sea terrenal o celestial (Daniel 7:9). Por
consiguiente, personifica la lealtad, pues la
demuestra como nadie más podría hacerlo. Veamos
algunos ejemplos.
9. ¿Cómo es Jehová “leal en todas sus obras”?
[ 9 ] [Textos] Jehová es “leal en todas sus obras”
(Salmo 145:17). ¿En qué sentido? El Salmo 136 da la
respuesta. Menciona varios actos salvadores que
realizó, entre ellos la impresionante liberación de los
israelitas a través del mar Rojo. Es significativo que
todos sus versículos concluyan con la frase: “Porque
su bondad amorosa [o lealtad] es hasta tiempo
indefinido”. Este pasaje se cita en las “Preguntas para
meditar” de la página 289. Cuando lo leamos, no
podremos menos que asombrarnos ante las múltiples
formas en las que Dios trató a su pueblo con bondad
amorosa. En efecto, Jehová es leal a sus siervos fieles
cuando escucha su clamor de auxilio e interviene
para ayudarlos en el momento que él ha determinado
(Salmo 34:6). El amor leal que el Creador siente por
sus adoradores no mengua siempre que estos le sean
fieles.
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[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: 1 Reyes 15 a 17 | Puntos
Sobresalientes
Lecciones para nosotros:
15:10-13. Tenemos que rechazar con valor la apostasía y promover la adoración verdadera.
17:10-16. Debido a que la viuda de Sarepta reconoció que Elías era profeta y lo recibió como tal, Jehová bendijo sus obras de fe. Hoy día, Jehová también observa las obras de fe y recompensa a
quienes apoyan la obra del Reino de diversas maneras (Mateo 6:33; 10:41, 42; Hebreos 6:10).
[Nº1] Núm. 1: 1 Reyes 15:16-24
16 Y hubo guerra misma entre Asá y Baasá el rey de
Israel todos los días de ellos. 17
Por lo tanto, Baasá el rey de Israel subió contra Judá y se puso a edificar a Ramá, para no permitir que nadie saliera ni entrara donde Asá el rey de Judá.
18 Ante eso, Asá tomó toda la
plata y el oro que quedaban en los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey y los puso en la mano de sus siervos; y ahora el rey Asá los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón hijo de Hezión, el rey de Siria, que estaba morando en Damasco, y dijo:
19 ―Hay
un pacto entre yo y tú, entre mi padre y tu padre. Mira que te he enviado un presente de plata y oro. Anda, rompe en efecto tu pacto con Baasá el rey de Israel, para que se retire de mí‖.
20 Por consiguiente, Ben-
hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de las fuerzas militares que eran suyas contra las ciudades de Israel, y fue derribando a Ijón y Dan y Abel-bet-maacá y todo Kinéret, hasta toda la tierra de Neftalí.
21 Y
aconteció que, tan pronto como Baasá tuvo noticia de ello, inmediatamente dejó de edificar a Ramá y continuó morando en Tirzá.
22 Y el rey Asá, por su parte, mandó
llamar a todo Judá —no quedó nadie exento— y procedieron a llevarse las piedras de Ramá y las maderas de ella, con las cuales Baasá había estado edificando; y el rey Asá se puso a edificar con ellas a Gueba en Benjamín, y a Mizpá.
23 En cuanto al resto de todos los asuntos de Asá, y
todo su poderío y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá? Solo que al tiempo en que envejeció enfermó de los pies.
24 Por fin Asá yació
con sus antepasados, y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David su antepasado; y Jehosafat su hijo empezó a reinar en lugar de él.
[Nº2] Núm. 2: Consejos de la Biblia para las esposas (igw pág. 26 párrs. 3, 4)
LAS ESPOSAS
―La esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.‖
(Efesios 5:33)
―Esposas, estén en sujeción a sus esposos, como es decoroso en el Señor.‖
(Colosenses 3:18)
[Nº3] Núm. 3: David. Tema: Joven, prepárate para servir a Jehová con valor (it-1 págs. 635-640)
DAVID
(probablemente: Amado).
En la Traducción del Nuevo Mundo aparece este nombre 1.079 veces en las Escrituras Hebreas —entre ellas 75 referencias en los encabezamientos de 73 salmos— y 59 veces en las Escrituras Griegas Cristianas. De todos los personajes de las Escrituras Hebreas, solo Moisés y Abrahán son mencionados más veces por los escritores cristianos de la Biblia. Las 1.138 veces que se utiliza el nombre en el texto bíblico hacen referencia al segundo rey de Israel o a aquel a quien él, David, representó en varias ocasiones: ―Jesucristo, hijo de David‖. (Mt 1:1.)
Este pastor, músico, poeta, soldado, hombre de estado, profeta y rey, sobresale entre los personajes de las Escrituras Hebreas. Fue un valiente luchador en el campo de batalla y supo aguantar dificultades. Este caudillo y comandante audaz, que nunca se dejó intimidar, tuvo la suficiente humildad para reconocer sus errores y arrepentirse de sus graves pecados. Además, fue compasivo y misericordioso, amó la verdad y la justicia y, sobre todo, tuvo fe y confianza absolutas en su Dios Jehová.
El linaje de David, descendiente de Boaz y de Rut, provenía de Judá a través de Pérez. (Rut 4:18-22; Mt 1:3-6.) Este hijo de Jesé, el más joven de los ocho hijos varones, también tenía dos hermanas o medio hermanas. (1Sa 16:10, 11; 17:12; 1Cr 2:16.) Uno de los hermanos de David murió sin dejar hijos y por eso no aparece en los registros genealógicos posteriores. (1Cr 2:13-16.) No se da el nombre de la madre de David. Algunos han creído que su madre fue Nahás, pero es más probable que Nahás fuese el padre de las medio hermanas de David. (2Sa 17:25; véase NAHÁS núm. 2.)
Belén, a unos 9 Km. al SSO. de Jerusalén, era el pueblo natal de David y el lugar donde habían vivido sus antepasados Jesé, Obed y Boaz. En algunas ocasiones Belén recibe el nombre de la ―ciudad de David‖ (Lu 2:4, 11; Jn 7:42), pero no debe confundirse con Sión, en Jerusalén, la ―Ciudad de David‖. (2Sa 5:7.)
Su juventud. La primera vez que aparece David en el registro bíblico estaba vigilando las ovejas de su padre en un campo próximo a Belén, lo que hace pensar en que fue también en un campo cercano a Belén donde más de un milenio después unos pastores escucharon impresionados el anuncio del ángel de Jehová sobre el nacimiento de Jesús. (Lu 2:8-14.) Samuel, enviado por Dios a la casa de Jesé para ungir a uno de sus hijos como futuro rey, había rechazado a los siete hermanos mayores de David, diciendo: ―Jehová no ha escogido a estos‖. Por último, se envió a buscar a David, que se hallaba en el campo. Cuando entró —―rubicundo, un
joven de hermosos ojos y gallarda apariencia‖—, hubo en el ambiente cierta expectativa, porque hasta entonces nadie sabía a qué había ido Samuel. Fue entonces cuando Samuel recibió el siguiente mandato de Jehová: ―¡Levántate, úngelo, porque este es!‖. De él, precisamente, Jehová dijo: ―He hallado a David hijo de Jesé, varón agradable a mi corazón, que hará todas las cosas que yo deseo‖. (1Sa 16:1-13; 13:14; Hch 13:22.)
Los años que David pasó como pastorcillo tuvieron una profunda influencia en el resto de su vida. La vida al aire libre le preparó para vivir como fugitivo cuando, más tarde, tuvo que huir de la furia de Saúl. También adquirió destreza en lanzar piedras con la honda, desarrolló aguante y valor, así como una buena disposición para buscar y rescatar a las ovejas que se separaban del rebaño, no dudando en matar a un oso o a un león cuando fue necesario. (1Sa 17:34-36.)
Sin embargo, a pesar de su valor como guerrero, también alcanzó renombre por tocar el arpa y escribir poesía, talentos que quizás cultivó durante las largas horas que pasó cuidando las ovejas. Asimismo, David llegó a ser conocido como diseñador de nuevos instrumentos musicales. (2Cr 7:6; 29:26, 27; Am 6:5.) El amor que David sintió por Jehová elevó sus composiciones muy por encima de un mero entretenimiento, y las convirtió en obras maestras clásicas dedicadas a la adoración y alabanza de Jehová. Los encabezamientos de al menos 73 salmos indican que David fue su compositor; sin embargo, también se le atribuyen otros salmos. (Compárese Sl 2:1 con Hch 4:25; Sl 95:7, 8 con Heb 4:7.) Es muy probable que algunos salmos —por ejemplo, el 8, 19, 23 y 29— reflejen las experiencias de David como pastor.
Toda la formación que obtuvo mientras cuidaba de las ovejas le preparó para una función más importante: pastorear al pueblo de Jehová, tal como está escrito: ―[Jehová] escogió a David su siervo, y lo tomó de los apriscos del rebaño. De seguir las hembras que amamantaban lo trajo para ser pastor sobre Jacob, su pueblo, y sobre Israel, su herencia‖. (Sl 78:70, 71; 2Sa 7:8.) No obstante, cuando David dejó por primera vez las ovejas de su padre, no fue para desempeñar el poder del reino. Primero fue músico de la corte por recomendación de un consejero de Saúl, quien describió a David no solo como ―diestro en tocar‖, sino también como ―valiente y poderoso y hombre de guerra y persona que habla con inteligencia y hombre bien formado, y Jehová está con él‖. (1Sa 16:18.) Así, David se convirtió en el arpista del atribulado Saúl y en su escudero. (1Sa 16:19-23.)
Más tarde, por razones que no se registran, David volvió a la casa de su padre por un período indeterminado. En una ocasión fue a llevar provisiones a sus hermanos que estaban en el ejército de Saúl. En aquel momento el ejército israelita y el filisteo estaban estacionados frente a frente, y David se indignó cuando vio y oyó a Goliat escarnecer a Jehová. Así que preguntó: ―¿Quién es este filisteo incircunciso para que tenga que desafiar con escarnio a las líneas de batalla del Dios vivo?‖ (1Sa 17:26), y después añadió: ―Jehová,
que me libró de la garra del león y de la garra del oso, él es quien me librará de la mano de este filisteo‖. (1Sa 17:37.) Una vez que se le concedió permiso, David, que había matado a un oso y a un león, se encaminó hacia Goliat con las siguientes palabras: ―Yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado‖. Al instante, lanzó una piedra con su honda y derribó al paladín enemigo. Entonces, con la propia espada de Goliat, lo decapitó y volvió al campamento con la cabeza y la espada del gigante como trofeos de guerra. (1Sa 17:45-54; GRABADO, vol. 1, pág. 745.)
Debe mencionarse que la Septuaginta (según el manuscrito griego del siglo IV Vaticano 1209) omite desde 1 Samuel 17:55 hasta la palabra ―filisteo‖ de 1 Samuel 18:6a. A este respecto, la Biblia de Jerusalén dice: ―La antigua versión griega omitía 17:55–18:5‖. El traductor de la Biblia James Moffat va más allá al afirmar que estos versículos son ―añadiduras redaccionales o interpolaciones posteriores‖. Sin embargo, hay pruebas que respaldan la lectura de este pasaje que se recoge en el texto masorético. (Véase SAMUEL, LIBROS DE [Secciones que faltan en la Septuaginta].)
Fugitivo. (MAPA, vol. 1, pág. 746) Estos acontecimientos en seguida lanzaron a David del anonimato de pastor al protagonismo ante los ojos de todo Israel. Colocado delante de los hombres de guerra, se recibió a David con danzas y regocijo cuando volvió de una expedición victoriosa contra los filisteos. Un canto popular fue: ―Saúl ha derribado sus miles, y David sus decenas de miles‖. (1Sa 18:5-7.) ―Todo Israel y Judá amaban a David‖, y Jonatán, el propio hijo de Saúl, celebró con él un pacto de amor y amistad mutuos de por vida, cuyos beneficios se extendieron a Mefibóset y Micá, el hijo y el nieto de Jonatán respectivamente. (1Sa 18:1-4, 16; 20:1-42; 23:18; 2Sa 9:1-13.)
Esta popularidad despertó la envidia de Saúl, quien continuó ―mirando a David [...] con sospecha desde aquel día en adelante‖. Por dos veces arrojó una lanza con la intención de clavar a David en la pared mientras este tocaba el arpa como en ocasiones anteriores, pero en ambas ocasiones Jehová lo libró. Saúl había prometido que daría su hija a aquel que matase a Goliat, pero entonces se mostraba reacio a dársela a David. Por fin consintió en que David se casase con su segunda hija, con tal de que le llevase ―cien prepucios de los filisteos‖, una petición irrazonable que creyó que significaría la muerte de David. Sin embargo, el valeroso David dobló la dote: se presentó a Saúl con doscientos prepucios, y se casó con Mical. Por lo tanto, dos de los hijos de Saúl, movidos por amor, habían celebrado pactos con David, y esto hizo que se acrecentase aún más el odio de Saúl. (1Sa 18:9-29.) Cuando David estaba de nuevo tocando ante Saúl, el rey procuró clavarle en la pared por tercera vez. Por esta razón, David huyó al amparo de la noche, y solo volvería a ver a Saúl en circunstancias muy diferentes y, en cierto modo, extrañas. (1Sa 19:10.)
Después de estos incidentes, David vivió en continua huida de un lugar a otro durante varios años, sufriendo
la persecución implacable de un rey terco y malvado que estaba resuelto a matarle. Primero David se refugió con el profeta Samuel en Ramá (1Sa 19:18-24), pero cuando este dejó de ser un escondite seguro, se dirigió a la ciudad filistea de Gat, deteniéndose en el camino para ver al sumo sacerdote Ahimélec en Nob, donde obtuvo la espada de Goliat. (1Sa 21:1-9; 22:9-23; Mt 12:3, 4.) Sin embargo, para salir con vida de Gat, tuvo que pasar por loco, haciendo con torpeza signos de cruz en la puerta y dejando correr la saliva por la barba. (1Sa 21:10-15.) Los Salmos 34 y 56 de David se basan en esta experiencia. Luego huyó a la cueva de Adulam, donde su familia y unos cuatrocientos hombres desafortunados y angustiados se unieron a él. Puede que tanto el Salmo 57 como el 142 aludan a su estancia en esta cueva. David continuó en constante movimiento, desde allí hasta Mizpé, en Moab, y después volvió al bosque de Héret, en Judá. (1Sa 22:1-5.) Mientras vivía en Queilá, se enteró de que Saúl estaba preparándose para atacar, después de lo cual él y sus hombres, que en ese momento ascendían a unos seiscientos, salieron hacia el desierto de Zif. Saúl continuó la persecución de un lugar a otro, desde el desierto de Zif, en Hores, hasta el desierto de Maón. Cuando estaba a punto de capturar a su presa, llegó el informe de una incursión filistea. Como resultado, abandonó por un tiempo la persecución, lo que permitió al fugitivo escapar a En-guedí. (1Sa 23:1-29.) Los hermosos salmos de alabanza a Jehová por proveer liberación milagrosa se basan en este tipo de experiencias. (Sl 18, 59, 63, 70.)
Fue en En-guedí donde Saúl entró en una cueva para hacer del cuerpo. David, escondido al fondo de la cueva, se acercó silenciosamente y cortó la falda de la prenda de Saúl, pero le perdonó la vida. Dijo que era inconcebible de su parte hacerle daño al rey, porque ―es el ungido de Jehová‖. (1Sa 24:1-22.)
Después de la muerte de Samuel. Después de la muerte de Samuel, David, todavía exiliado, empezó a morar en el desierto de Parán. (Véase PARÁN.) Nabal, un rico ganadero establecido en Carmelo, al S. de Hebrón, y a quien David y sus hombres habían mostrado bondad, los trató con desaire e ingratitud. La rápida reacción de Abigail, esposa de Nabal, impidió que David exterminara a los varones de la casa, pero Jehová hirió a Nabal, así que murió. Después David se casó con la viuda, de modo que tuvo dos esposas: Ahinoam de Jezreel y Abigail de Carmelo; durante la larga ausencia de David, Saúl había entregado a su hija Mical a otro hombre. (1Sa 25:1-44; 27:3.)
Por segunda vez David se refugió en el desierto de Zif y de nuevo empezó la persecución. David asemejó a Saúl y a sus tres mil hombres a aquellos que buscan ―una sola pulga, tal como se corre tras una perdiz sobre las montañas‖. Una noche David y Abisai entraron con cautela en el campamento de Saúl mientras todos dormían y se hicieron con la lanza y la jarra del agua de Saúl. Abisai quería matar a Saúl, pero David le perdonó la vida por segunda vez, diciendo que desde el punto de vista de Jehová era inconcebible para él alargar su mano contra el ungido de Dios. (1Sa 26:1-25.) Esa noche fue la última vez que David vio a su adversario.
David se estableció en Ziqlag, dentro del territorio filisteo, por un período de dieciséis meses, fuera del alcance de Saúl. Varios hombres poderosos desertaron de las fuerzas de Saúl y se unieron a los exiliados en Ziqlag, lo que le permitió a David hacer incursiones en las ciudades de los enemigos de Israel, en el S., y de ese modo aseguró los límites de Judá y fortaleció su futura posición como rey. (1Sa 27:1-12; 1Cr 12:1-7, 19-22.) Cuando los filisteos se preparaban para atacar a las fuerzas de Saúl, el rey Akís, pensando que David era ―un hedor entre su pueblo Israel‖, le invitó a que le acompañara. No obstante, los otros señores del eje rechazaron a David por considerarle una amenaza para su seguridad. (1Sa 29:1-11.) En la batalla que culminó en el monte Guilboa, murieron Saúl y tres de sus hijos, entre ellos Jonatán. (1Sa 31:1-7.)
Entretanto, los amalequitas saquearon y quemaron Ziqlag, y se llevaron todas las mujeres y niños. Acto seguido, las fuerzas de David persiguieron y alcanzaron a los merodeadores, y recuperaron a sus esposas e hijos, así como todos los bienes. (1Sa 30:1-31.) Al cabo de tres días, un amalequita le llevó a David la diadema y el brazalete de Saúl, alardeando falsamente de que había dado muerte al rey cuando este había sido herido y esperando recibir una recompensa. Aunque el amalequita había mentido, David ordenó que le matasen por alegar que había dado ―muerte al ungido de Jehová‖. (2Sa 1:1-16; 1Sa 31:4, 5.)
Rey. (MAPA, vol. 1, pág. 746) La trágica noticia de la muerte de Saúl afligió mucho a David. Lo que le entristecía no era tanto la muerte de su enconado enemigo como la caída del ungido de Jehová. A modo de lamento, David compuso una endecha titulada ―El arco‖. En ella llora la muerte de Saúl, su enconado enemigo, y la de su mejor amigo, caídos juntos en batalla: ―Saúl y Jonatán, los amables y los agradables durante su vida, y en su muerte no fueron separados‖. (2Sa 1:17-27.)
Luego David se trasladó a Hebrón, donde los ancianos de Judá le ungieron rey sobre su tribu en 1077 a. E.C., cuando contaba treinta años. Is-bóset, hijo de Saúl, fue hecho rey sobre las otras tribus. Unos dos años más tarde, Is-bóset fue asesinado, y sus agresores le llevaron su cabeza a David esperando recibir una recompensa, pero también a ellos se les dio muerte como había ocurrido con el presunto asesino de Saúl. (2Sa 2:1-4, 8-10; 4:5-12.) Este hecho preparó el camino para que las tribus que hasta entonces habían apoyado al hijo de Saúl se uniesen a Judá, y, finalmente, se le unió a David una fuerza que ascendía a 340.822 hombres y lo hicieron rey sobre todo Israel. (2Sa 5:1-3; 1Cr 11:1-3; 12:23-40.)
Gobierna en Jerusalén. David gobernó en Hebrón siete años y medio antes de trasladar la capital por dirección de Jehová a Jerusalén, la fortaleza que les había arrebatado a los jebuseos. Fue allí, en Sión, donde construyó la Ciudad de David, y continuó gobernando otros treinta y tres años. (2Sa 5:4-10; 1Cr 11:4-9; 2Cr 6:6.) Mientras vivía en Hebrón, tomó más esposas e hizo que le devolvieran a Mical, y tuvo con
ellas varios hijos e hijas. (2Sa 3:2-5, 13-16; 1Cr 3:1-4.) Después de trasladarse a Jerusalén, se consiguió aún más esposas y concubinas, que, a su vez, le dieron a luz más hijos. (2Sa 5:13-16; 1Cr 3:5-9; 14:3-7.)
Cuando los filisteos oyeron que David era rey de todo Israel, subieron para derrotarle. Como en el pasado (1Sa 23:2, 4, 10-12; 30:8), David inquirió de Jehová si debería ir contra ellos. ―Sube‖, fue la respuesta, y Jehová irrumpió contra el enemigo con una destrucción tan abrumadora que David llamó al lugar Baal-perazim, que significa ―Dueño de Rompimientos a Través‖ o ―Dueño de Irrupciones‖. En un enfrentamiento posterior, la estrategia de Jehová cambió y le ordenó a David que diese la vuelta alrededor y atacase a los filisteos por detrás. (2Sa 5:17-25; 1Cr 14:8-17.)
David intentó llevar el arca del pacto a Jerusalén, pero este intento fracasó cuando Uzah tocó el Arca y ―el Dios verdadero lo derribó allí‖. (2Sa 6:2-10; 1Cr 13:1-14.) Unos tres meses después, y tras cuidadosos preparativos —como, por ejemplo, el santificar tanto a los sacerdotes como a los levitas y asegurarse de que el Arca se llevase sobre los hombros en lugar de colocarse en un carruaje, como la primera vez—, se llevó el Arca a Jerusalén. David, vestido de manera sencilla, mostró su alegría y su entusiasmo en esta gran ocasión ―saltando y danzando en derredor delante de Jehová‖. Pero su esposa Mical le increpó diciendo que había actuado ―como uno de los casquivanos‖. Por esta queja injustificada, Mical ―no llegó a tener hijo alguno hasta el día de su muerte‖. (2Sa 6:11-23; 1Cr 15:1-29.)
David también se preocupó de organizar y ampliar la adoración de Jehová en la nueva ubicación del Arca, asignando porteros y músicos, y encargándose de que hubiese ―ofrendas quemadas constantemente, por la mañana y por la tarde‖. (1Cr 16:1-6, 37-43.) Además, pensó en edificar un templo-palacio de cedro para guardar el Arca, con el fin de reemplazar la tienda en donde se hallaba. Sin embargo, a David no se le permitió construir la casa, pues Dios dijo: ―Sangre en gran cantidad has vertido, y grandes guerras has hecho. No edificarás una casa a mi nombre, porque mucha sangre has vertido en la tierra delante de mí‖. (1Cr 22:8; 28:3.) Sin embargo, Jehová hizo un pacto con él, prometiéndole que el reino permanecería en su familia para siempre, y con relación a este pacto, le aseguró que su hijo Salomón, cuyo nombre procede de una raíz que significa ―paz‖, construiría el templo. (2Sa 7:1-16, 25-29; 1Cr 17:1-27; 2Cr 6:7-9; Sl 89:3, 4, 35, 36.)
Por consiguiente, en conformidad con este pacto del reino, Jehová permitió que David extendiese su dominio territorial desde el río de Egipto hasta el Éufrates, asegurando sus límites, manteniendo la paz con el rey de Tiro, batallando y venciendo a sus opositores en todos los flancos: filisteos, sirios, moabitas, edomitas, amalequitas y ammonitas. (2Sa 8:1-14; 10:6-19; 1Re 5:3; 1Cr 13:5; 14:1, 2; 18:1–20:8.) Estas victorias que Dios le concedió le hicieron un gobernante muy poderoso. (1Cr 14:17.) De todos modos, David siempre fue consciente de que la posición que ocupaba no era suya por conquista o herencia, sino que era por la
voluntad de Jehová, quien le había colocado en el trono de esta teocracia típica. (1Cr 10:14; 29:10-13.)
El pecado le acarrea calamidad. Durante la prolongada campaña contra los ammonitas, ocurrió uno de los episodios más lamentables de la vida de David. Todo empezó cuando el rey abrigó malos deseos al observar desde su azotea a la hermosa Bat-seba bañándose. (Snt 1:14, 15.) Al saber que su esposo Urías estaba en la guerra, David hizo que le llevasen a esta mujer a su palacio, y allí tuvo relaciones con ella. Con el tiempo, ella le notificó que estaba encinta. Seguramente por temor a que el embarazo de Bat-seba se descubriese y la condenaran a muerte por conducta inmoral, David envió en seguida un mensaje al ejército: Urías debía presentarse ante él en Jerusalén, con la esperanza de que pasara la noche con su esposa. Pero aunque David lo emborrachó, Urías rehusó dormir con Bat-seba. En su desesperación, David le envió de regreso al ejército con una instrucción secreta al comandante Joab: que le pusiese en primera línea, donde con seguridad encontraría la muerte. El ardid tuvo éxito. Urías murió en la batalla, su viuda observó el período de duelo acostumbrado y luego David se casó con ella antes de que la gente de la ciudad se percatara de que estaba encinta. (2Sa 11:1-27.)
Pero Jehová había visto sus hechos y puso al descubierto el comportamiento reprensible de David. Si Jehová hubiese permitido que se les juzgara de acuerdo con la ley mosaica, ambos habrían sido ejecutados, y con Bat-seba también hubiese muerto el fruto de su adulterio que aún estaba en su vientre. (Dt 5:18; 22:22.) Sin embargo, Jehová se encargó personalmente de este caso y, por causa del pacto del Reino, le mostró a David misericordia (2Sa 7:11-16), tomando en consideración también que David había demostrado ser misericordioso (1Sa 24:4-7; compárese con Snt 2:13) y que ambos habían manifestado su arrepentimiento ante Dios. (Sl 51:1-4.) Pero no escaparon al castigo; Jehová expresó por boca del profeta Natán: ―Aquí estoy levantando contra ti calamidad procedente de tu propia casa‖. (2Sa 12:1-12.)
Y así resultó ser. El niño nacido del adulterio con Bat-seba murió pronto, a pesar de que David ayunó y estuvo de duelo por el niño enfermo durante siete días. (2Sa 12:15-23.) Después, Amnón, hijo primogénito de David, violó a su propia medio hermana Tamar, y posteriormente fue asesinado por el hermano de ella, lo que ocasionó gran congoja a su padre. (2Sa 13:1-33.) Más tarde, Absalón, el tercer hijo de David y el amado de su padre, no solo intentó usurpar el trono, sino que despreció de forma manifiesta a su padre y lo deshonró públicamente al cohabitar con sus concubinas. (2Sa 15:1–16:22.) Por último, la humillación alcanzó su grado máximo cuando una guerra civil sumió al país en una lucha de hijo contra padre, y finalizó con la muerte de Absalón, para tristeza de su padre y en contra de su deseo. (2Sa 17:1–18:33.) Cuando huía de Absalón, David compuso el Salmo 3, en el que dice: ―La salvación pertenece a Jehová‖. (Sl 3:8.)
No obstante, a pesar de todas sus faltas y graves pecados, David siempre mostró la condición de corazón apropiada, arrepintiéndose y suplicando el perdón de Jehová. Esta actitud es manifiesta después de pecar con Bat-seba, tras lo cual David escribió el Salmo 51, donde dice: ―Con error fui dado a luz [...] en pecado me concibió mi madre‖. (Sl 51:5.) Otra ocasión en la que David confesó humildemente su pecado fue cuando Satanás le incitó a hacer un censo de los hombres capacitados para sus fuerzas militares. (2Sa 24:1-17; 1Cr 21:1-17; 27:24; véase INSCRIPCIÓN.)
Compra del lugar para el templo. Cuando la peste que resultó de este último error del rey se detuvo, David compró la era de Ornán y dio el ganado vacuno y el trillo como sacrificio a Jehová. Fue en este lugar donde más tarde Salomón construyó el magnífico templo. (2Sa 24:18-25; 1Cr 21:18-30; 2Cr 3:1.) David siempre tuvo en su corazón la intención de construir el templo, y aunque no se le permitió hacerlo, sí se le concedió organizar a muchos trabajadores para labrar piedras y recoger materiales: 100.000 talentos de oro (38.535.000.000 de dólares [E.U.A.]) y 1.000.000 de talentos de plata (6.606.000.000 de dólares [E.U.A.]), así como cobre y hierro sin medida. (1Cr 22:2-16.) De su fortuna personal David contribuyó oro de Ofir y plata refinada, cuyo valor hoy se calcula en 1.202.000.000 de dólares (E.U.A.). También hizo los planos —por inspiración divina— y organizó a las decenas de miles de levitas en sus muchas divisiones de servicio, así como un gran coro de cantores y músicos. (1Cr 23:1–29:19; 2Cr 8:14; 23:18; 29:25; Esd 3:10.)
Fin del reinado. En los últimos días de su vida, el rey David, ya con setenta años y confinado en su cama, continuó segando calamidad dentro de su familia. Sin que David lo supiera o diera su consentimiento y, lo que es más importante, sin la aprobación de Jehová, su cuarto hijo, Adonías, intentó coronarse rey. Cuando estas noticias llegaron a David, obró con rapidez para que su hijo Salomón, escogido por Jehová, fuese instalado oficialmente como rey y se sentase en el trono. (1Re 1:5-48; 1Cr 28:5; 29:20-25; 2Cr 1:8.) David entonces aconsejó a Salomón que anduviera en los caminos de Jehová, guardase sus estatutos y mandamientos y que actuase con prudencia en todo. Si obraba así, prosperaría. (1Re 2:1-9.)
Después de reinar cuarenta años, David falleció y fue sepultado en la Ciudad de David. Fue merecedor de aparecer en la notable lista que Pablo realizó de los testigos que sobresalieron por su fe. (1Re 2:10, 11; 1Cr 29:26-30; Hch 13:36; Heb 11:32.) Citando del Salmo 110, Jesús dijo que David lo había escrito ―por inspiración‖. (Mt 22:43, 44; Mr 12:36.) Los apóstoles y otros escritores de la Biblia reconocieron con frecuencia a David como profeta inspirado por Dios. (Compárese Sl 16:8 con Hch 2:25; Sl 32:1, 2 con Ro 4:6-8; Sl 41:9 con Jn 13:18; Sl 69:22, 23 con Ro 11:9, 10; Sl 69:25 y 109:8 con Hch 1:20.)
Personaje representativo. Los profetas hablaron a menudo de David y de su casa real, algunas veces en relación con los últimos reyes de Israel que se sentaron
en ―el trono de David‖ (Jer 13:13; 22:2, 30; 29:16; 36:30), y otras, en un sentido profético. (Jer 17:25; 22:4; Am 9:11; Zac 12:7-12.) En ciertas profecías mesiánicas se destaca el pacto real de Jehová con David. Por ejemplo, Isaías dice que aquel que se llama ―Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz‖ será establecido firmemente en el trono de David ―hasta tiempo indefinido‖. (Isa 9:6, 7; compárese también con 16:5.) Jeremías asemeja al Mesías a ―un brote justo‖ que Jehová le ―[levantará] a David‖. (Jer 23:5, 6; 33:15-17.) Por medio de Ezequiel, Jehová llama al pastor mesiánico ―mi siervo David‖. (Eze 34:23, 24; 37:24, 25.)
Cuando el ángel le dijo a María que tendría un hijo llamado Jesús, declaró que ―Jehová Dios le [daría] el trono de David su padre‖. (Lu 1:32.) ―Jesucristo, hijo de David‖, era a la vez heredero legal y natural del trono de David. (Mt 1:1, 17; Lu 3:23-31.) Pablo dijo que Jesús era la prole de David según la carne. (Ro 1:3; 2Ti 2:8.) La gente común también identificó a Jesús como el ―Hijo de David‖ (Mt 9:27; 12:23; 15:22; 21:9, 15; Mr 10:47, 48; Lu 18:38, 39), algo muy importante, pues, como reconocían los fariseos, el Mesías tenía que ser hijo de David. (Mt 22:42.) El propio Jesús, ya resucitado, también dio testimonio, diciendo: ―Yo, Jesús, [...] soy la raíz y la prole de David‖. (Rev 22:16; también Rev 3:7; 5:5.)
[R. Servicio] [Inicio]
Reunión de Servicio
Tema del mes: Vayamos y hagamos discípulos
(Mateo 28:19, 20).
Canción 65
10 min. ¿Han mejorado sus habilidades en el
ministerio? Análisis con el auditorio. Repase el
primer párrafo del primer artículo de la serie “Mejore
sus habilidades en el ministerio”, que apareció en
Nuestro Ministerio del Reino de febrero de 2014, y
donde se mencionaba el propósito de esta serie.
Repase brevemente algunos de los artículos que han
aparecido en esta serie. Pregunte a los hermanos qué
beneficios han obtenido. Anímelos a prestar especial
atención cada mes a la habilidad que se vaya analizar
y a seguir las sugerencias bajo el subtítulo “Intente
esto durante el mes”.
Mejore sus habilidades en el ministerio: lleve un
registro de las personas interesadas
“Presta constante atención a ti mismo y a tu
enseñanza.” (1 Tim. 4:16.) Este consejo inspirado que
el apóstol Pablo dio a Timoteo muestra que, seamos
nuevos o experimentados, debemos esforzarnos por
mejorar. Con este fin, Nuestro Ministerio del Reino
contendrá una nueva serie titulada “Mejore sus
habilidades en el ministerio”. Cada artículo analizará
una habilidad importante y ofrecerá sugerencias para
desarrollarla. Se nos anima a todos a prestar especial
atención a dicha habilidad durante el mes. Al cabo del
mes, tendremos la oportunidad de explicar en una
sección de la Reunión de Servicio los beneficios que
hemos obtenido. En esta ocasión, se nos invita a
concentrarnos en llevar un registro de las personas
interesadas.
10 min. Utilice el folleto Introducción a la Palabra
de Dios para ayudar a su estudiante de la Biblia.
Análisis con el auditorio. Explique cómo usar las
siguientes herramientas para ayudar a su estudiante
a manejar bien la Biblia: 1) el apartado “Cómo buscar
versículos de la Biblia”, 2) la pregunta 19: “¿De qué
tratan los libros de la Biblia?” y 3) la pregunta 20:
“¿Cómo aprovechar al máximo la lectura de la
Biblia?”. Incluya una breve demostración en la que un
publicador analiza una de estas herramientas con su
estudiante después de una sesión de estudio.
CÓMO BUSCAR VERSÍCULOS EN LA BIBLIA
La Biblia está compuesta por 66 libros. Tiene dos
secciones: las Escrituras Hebreoarameas y las
Escrituras Griegas Cristianas. Algunas personas
también las llaman Antiguo Testamento y Nuevo
Testamento. En la Biblia, cada libro se divide en
capítulos, y cada capítulo se divide en versículos.
Cuando se cita un pasaje, primero aparece el
nombre del libro, luego un número que indica el
capítulo, y después uno o varios números que
indican el versículo o los versículos. Por ejemplo,
Génesis 1:1 significa Génesis capítulo 1, versículo
1.
PREGUNTA 19 ¿De qué tratan los libros de la Biblia?
LAS ESCRITURAS HEBREOARAMEAS, O ANTIGUO TESTAMENTO EL PENTATEUCO (5 LIBROS): Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio Desde la creación del mundo hasta el nacimiento de la nación de Israel LOS LIBROS HISTÓRICOS (12 LIBROS): Josué, Jueces y Rut La llegada de Israel a la Tierra Prometida y algunos hechos posteriores 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, y 1 y 2 Crónicas La historia de la nación de Israel hasta la destrucción de Jerusalén Esdras, Nehemías y Ester La historia de los judíos tras volver del destierro en Babilonia LOS LIBROS POÉTICOS (5 LIBROS): Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y El Cantar de los Cantares Conjunto de canciones, consejos y enseñanzas LOS LIBROS PROFÉTICOS (17 LIBROS): Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías Profecías sobre el pueblo de Dios LAS ESCRITURAS GRIEGAS CRISTIANAS, O NUEVO TESTAMENTO LOS EVANGELIOS (4 LIBROS): Mateo, Marcos, Lucas y Juan La vida y el ministerio de Jesús HECHOS DE APÓSTOLES (1 LIBRO): Los comienzos de la congregación cristiana y la obra misionera LAS CARTAS (21 LIBROS): Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, y 1 y 2 Tesalonicenses Cartas dirigidas a determinadas congregaciones cristianas 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón Cartas dirigidas a determinados cristianos Hebreos, Santiago, 1 y 2 Pedro, 1, 2 y 3 Juan, y Judas Cartas dirigidas a diversos cristianos REVELACIÓN, O APOCALIPSIS (1 LIBRO): Serie de visiones proféticas que tuvo el apóstol Juan
PREGUNTA 20
¿Cómo aprovechar al máximo la lectura de la Biblia? Un matrimonio leyendo la Biblia CUANDO LEA UN PASAJE DE LA BIBLIA, PREGÚNTESE: ¿Qué me enseña sobre Dios? ¿Qué relación tiene con el tema central de la Biblia? ¿Qué aprendo yo de esto? ¿Cómo puedo usar este pasaje para ayudar a otros? “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda.” (Salmo 119:105)
10 min. “La caja de herramientas necesarias para
enseñar.” Preguntas y respuestas.
La caja de herramientas necesarias para enseñar
1. ¿En qué se parecen los cristianos a los
artesanos?
1 Los artesanos tienen una gran variedad de
herramientas. Algunas solo las utilizan para tareas
especiales, y otras las usan constantemente. Los que
tienen más experiencia siempre llevan en una caja de
herramientas los instrumentos básicos, que son los
que mejor manejan. Las Escrituras nos animan a
esforzarnos en la predicación. De hecho, se espera
que cada Testigo sea un “trabajador, que no tiene de
qué avergonzarse” (2 Tim. 2:15). ¿Cuál es nuestra
herramienta más importante? Sin duda, es la Biblia, la
cual utilizamos para hacer discípulos (Mat. 28:19,
20). Por eso, debemos poner todo nuestro empeño en
manejar “la palabra de la verdad correctamente”. Sin
embargo, todos los cristianos debemos aprender a
usar hábilmente otras herramientas básicas con las
que contamos para enseñar la verdad a otros (Prov.
22:29).
2. ¿Cuáles son nuestras herramientas básicas de
enseñanza?
2 Nuestras herramientas básicas de enseñanza. ¿Qué
otras herramientas tenemos aparte de la Biblia? El
libro ¿Qué enseña realmente la Biblia? es el que más
utilizamos al dirigir cursos bíblicos. Cuando
terminamos de analizar este manual con el
estudiante, usamos el libro “Manténganse en el amor
de Dios” para que aprenda a poner en práctica los
principios bíblicos en su vida. Por ese motivo,
debemos conocer y saber usar muy bien estas dos
publicaciones. En nuestra caja de herramientas
también tendría que haber ciertos folletos. Por
ejemplo, Buenas noticias de parte de Dios sirve para
comenzar cursos bíblicos. Si en nuestro territorio
encontramos personas a las que se les hace difícil leer
o hablan un idioma en el que no hay publicaciones o
hay muy pocas, podemos valernos de los folletos
Escuche a Dios o Escuche a Dios y vivirá para
siempre. Otra de las herramientas básicas es
¿Quiénes hacen la voluntad de Jehová en nuestros
días?, que ayuda al estudiante a familiarizarse con la
organización. Los videos también son útiles para
hacer discípulos y deberíamos aprender a
aprovecharnos de ellos. Algunos son ¿Por qué
estudiar la Biblia?, ¿Cómo son nuestras reuniones? y
¿Tiene nombre Dios?
3. ¿Qué aprenderemos en los próximos números
de Nuestro Ministerio del Reino?
3 En próximos números de Nuestro Ministerio del
Reino aprenderemos a usar hábilmente las
publicaciones que tenemos en la caja de
herramientas de enseñanza. Si nos esforzamos por
utilizarlas bien, estaremos siguiendo este consejo de
la Biblia: “Presta constante atención a ti mismo y a tu
enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo
esto te salvarás a ti mismo y también a los que te
escuchan” (1 Tim. 4:16).
Canción 125 y oración
Canción 14 [Atalaya] [Inicio]
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Cristo es “el poder de Dios”
“Cristo [es] el poder de Dios.” (1 COR. 1:24)
Canción 109
¿PODRÍA EXPLICARLO? ¿Qué demostró Jesús al convertir agua en vino durante una boda? ¿Por qué hizo Jesús el milagro que se menciona en Mateo 14:14-21? ¿Qué quedó claro cuando Jesús calmó una poderosa tormenta? 1. ¿Por qué dijo Pablo que Cristo es “el poder de Dios”? [ 1 ] [Textos] JEHOVÁ le dio poder a Jesucristo para
que hiciera cosas extraordinarias. Los Evangelios dan
detalles sobre algunos de sus milagros, pero de
seguro realizó muchos más (Mat. 9:35; Luc. 9:11). Así
es, Jehová manifestó su gran poder por medio de
Jesús. Por eso, el apóstol Pablo dijo: “Cristo [es] el
poder de Dios” (1 Cor. 1:24). Ahora bien, ¿por qué son
tan importantes para nosotros los milagros de Jesús?
2. ¿Qué nos enseñan los milagros de Jesús?
[ 2 ] [Textos] El apóstol Pedro dijo que Jesús realizó
milagros, o “grandes maravillas” (Hech. 2:22, Dios
habla hoy). Esos milagros son una muestra a escala
de los que realizará por todo el planeta cuando lo
gobierne. También nos ayudan a entender mejor su
personalidad y la de su Padre. Analicemos tres de
esos milagros y veamos qué relación tienen con
nuestro presente y nuestro futuro.
UN MILAGRO QUE DEMUESTRA LA GENEROSIDAD
DE JESÚS
3. a) ¿Cuándo realizó Jesús su primer milagro? b)
¿Por qué fue una muestra de generosidad lo que
hizo Jesús en Caná?
[ 3 ] [Textos] Jesús realizó su primer milagro cuando
asistió a un banquete de bodas en Caná de Galilea.
Quizás porque había más invitados de lo esperado, el
vino se acabó. ¡Qué situación tan incómoda para los
novios, quienes tenían la obligación de ser
hospitalarios! María, la madre de Jesús, también
estaba allí. Por años había meditado en las profecías
sobre el Mesías. Sabía que Jesús sería llamado “Hijo
del Altísimo” (Luc. 1:30-32; 2:52). ¿Habrá pensado
que él tenía algún poder especial? No lo sabemos. Lo
que está claro es que tanto ella como su hijo sintieron
compasión por los recién casados y quisieron
ayudarlos. Por eso, Jesús transformó 380 litros (100
galones) de agua en “vino excelente” (lea Juan 2:3, 6-
11). ¿Estaba obligado a realizar ese milagro? No. Lo
hizo porque para él las personas son importantes y
porque quería imitar la generosidad de su Padre.
4, 5. a) ¿Qué aprendemos del primer milagro de
Jesús? b) ¿Qué nos enseña el milagro de Caná
sobre el futuro?
[ 4 ] [Textos] Jesús produjo vino de calidad para un
grupo grande. ¿Qué aprendemos de este milagro?
Que él y Jehová se preocupan por los sentimientos de
la gente y son generosos. También aprendemos que
Jehová usará su poder en el nuevo mundo para que
“todos los pueblos” de la Tierra tengan comida de
calidad en abundancia (lea Isaías 25:6).
[ 5 ] [Textos] Imagínese: muy pronto, Jehová se
encargará de darnos lo necesario y mucho más.
Todos tendremos una casa bonita y comida deliciosa.
¿Verdad que nos sentimos agradecidos cuando
pensamos en lo generoso que Dios será con nosotros
en el Paraíso?
6. a) ¿Cómo usó Cristo su poder? b) ¿Cómo
podemos imitar su generosidad?
[ 6 ] [Textos] Jesús nunca usó el poder que tenía para
satisfacer sus propios deseos. Cuando el Diablo lo
tentó, se negó a convertir unas piedras en panes (Mat.
4:2-4). En cambio, sí utilizó ese poder para satisfacer
las necesidades de los demás. ¿Cómo podemos imitar
su interés por la gente? Él mismo dijo: “Practiquen el
dar” (Luc. 6:38). ¿Podemos invitar a los hermanos a
comer y pasar un rato agradable en casa? ¿Qué hay si
un hermano necesita ensayar su discurso después de
una reunión o si desea mejorar en la predicación? ¿Le
dedicaremos suficiente tiempo? Si somos generosos
con nuestros recursos y nuestro tiempo,
demostraremos que estamos siguiendo el ejemplo de
Jesús.
“TODOS COMIERON Y QUEDARON SATISFECHOS”
7. ¿Qué problema existirá mientras vivamos en el
mundo de Satanás?
[ 7 ] [Textos] La pobreza no es un problema nuevo.
Jehová dijo a los israelitas que nunca dejaría de haber
pobres entre ellos (Deut. 15:11). Y siglos después, su
Hijo hizo este comentario: “Siempre tienen a los
pobres con ustedes” (Mat. 26:11). ¿Quiso decir Jesús
que la pobreza es un problema sin solución? No. Lo
que quiso decir es que la pobreza existirá mientras
vivamos en el mundo de Satanás. Pero qué alivio es
saber que se acercan tiempos mejores, que cuando el
Reino gobierne la Tierra todos tendrán comida de
sobra y estarán satisfechos.
8, 9. a) ¿Por qué alimentó Jesús a miles de
personas? b) ¿Qué siente usted cuando piensa en
este milagro?
[ 8 ] [Textos] El salmista dijo lo siguiente sobre
Jehová: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el
deseo de toda cosa viviente” (Sal. 145:16). Jesús, “el
poder de Dios”, también abrió su mano muchas veces
para satisfacer las necesidades de sus discípulos. No
lo hizo simplemente para demostrar que tenía poder,
sino porque se preocupaba de verdad por ellos, como
lo muestra el relato de Mateo 14:14-21 (léalo).
Muchas personas de ciudades cercanas habían
seguido a Jesús a pie (Mat. 14:13). Al caer la tarde, los
discípulos vieron que la gente estaba agotada y
hambrienta, así que recomendaron a su Maestro que
les dijera que se fueran a comprar algo de comer.
¿Qué hizo él?
[ 9 ] [Textos] Un milagro: usando cinco panes y dos
pescados alimentó a unos cinco mil hombres —
además de muchas mujeres y niños—. El relato dice
que “todos comieron y quedaron satisfechos”. De
hecho, ¡sobraron doce cestas llenas! Como vemos,
Jesús no les dio algo ligero. Se aseguró de que
comieran bien antes de iniciar el largo viaje de vuelta
a casa (Luc. 9:10-17). Cuánta compasión les tuvo a
aquellas familias. ¿Verdad que nos conmueve pensar
en el cariño que sentía por las personas?
10. ¿Qué ocurrirá con la pobreza?
[ 10 ] [Textos] Hoy día hay cientos de millones de
personas que no tienen lo necesario para vivir debido
a la mala administración de los gobiernos. Algunos de
nuestros hermanos tienen muy poco para comer, y
aunque no se mueren de hambre, no puede decirse
que queden satisfechos. Pero se acerca el día en que
los siervos de Dios vivirán en un mundo sin
corrupción ni pobreza. ¿Verdad que si usted tuviera
el poder, haría algo para mejorar las cosas? Jehová
tiene el poder y el deseo de satisfacer nuestras
necesidades. Lo ha prometido: muy pronto terminará
con todo el sufrimiento (lea Salmo 72:16).
11. a) ¿Cómo sabemos que Cristo pronto usará su
poder para nuestro bien? b) ¿Qué nos sentimos
impulsados a hacer los testigos de Jehová?
[ 11 ] [Textos] Cuando estuvo en la Tierra, Jesús
predicó en una zona relativamente pequeña durante
solo tres años y medio (Mat. 15:24). Pero ahora es rey
en el cielo, y su influencia llegará hasta el último
rincón del planeta (Sal. 72:8). Los milagros de Jesús
nos dan la confianza de que pronto usará su poder
para nuestro bien. Y aunque nosotros no podemos
hacer milagros, sí podemos enseñar a las personas lo
que la Biblia dice sobre el futuro. Los testigos de
Jehová estamos en deuda con la gente, pues sabemos
lo que pasará pronto (Rom. 1:14, 15). Si
reflexionamos en lo que el Reino de Dios hará por la
humanidad, nos sentiremos impulsados a contárselo
a todo el mundo (Sal. 45:1; 49:3).
JESÚS CONTROLA LAS FUERZAS DE LA
NATURALEZA
12. ¿Cómo sabemos que Jesús conoce a la
perfección el funcionamiento de la Tierra?
[ 12 ] [Textos] Jesús fue el “obrero maestro” que
trabajó con Jehová durante la creación de todas las
cosas (Prov. 8:22, 30, 31; Col. 1:15-17). Por eso
conoce tan bien el funcionamiento de la Tierra. Él
sabe cómo administrar los recursos de nuestro
planeta y distribuirlos de manera justa.
¿Cómo lo hace sentir el amor con el que Jesús
realizaba sus milagros? (Vea los párrafos 13 y 14)
13, 14. ¿Cuánto poder tiene Jesús sobre las
fuerzas de la naturaleza? Dé un ejemplo.
[ 13 ] [Textos] Jesús también demostró que es “el
poder de Dios” al controlar las fuerzas de la
naturaleza. Pensemos en lo que hizo cuando sus
discípulos se vieron amenazados por una “tempestad
de viento” (lea Marcos 4:37-39). Un estudioso de la
Biblia comenta lo siguiente sobre la palabra griega
que corresponde a esta expresión: “Se usa para
hablar de una tormenta o un huracán. No se trata de
una simple brisa fuerte, sino de nubes negras
cargadas de agua, fuertes vientos y relámpagos. Se
trata de un huracán que deja inundaciones y
destrozos a su paso”. El Evangelio de Mateo dice que
se trataba de “una gran tormenta” (Mat. 8:24, La
Palabra de Dios para Todos).
[ 14 ] [Textos] Imagínese la escena: Cristo tiene
tantas ocupaciones que se siente agotado y se queda
profundamente dormido en la barca. Ni siquiera el
golpear de las olas ni el ruido de la tormenta logran
perturbar su sueño; así de cansado está. Sin embargo,
los discípulos van a despertarlo asustadísimos y le
dicen: “¡Señor, sálvanos, estamos a punto de perecer!”
(Mat. 8:25). Él se levanta y ordena al viento y al mar:
“¡Silencio! ¡Calla!” (Mar. 4:39). Entonces, al instante,
la terrible tormenta se apacigua y todo vuelve a la
calma. ¡Cuánto poder tiene Jesús!
15. ¿Cómo ha demostrado el Dios Todopoderoso
que es perfectamente capaz de controlar las
fuerzas de la naturaleza?
[ 15 ] [Textos] Si Jesús pudo controlar las fuerzas de
la naturaleza fue porque contaba con el poder que su
Padre le había dado. Como es obvio, el Dios
Todopoderoso es perfectamente capaz de hacer lo
mismo. Veamos algunos ejemplos. Antes del Diluvio,
Jehová dijo: “Dentro de solo siete días más voy a
hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y
cuarenta noches” (Gén. 7:4). Luego, en Éxodo 14:21
leemos que “Jehová empezó a hacer que el mar se
retirara por un fuerte viento del este” (Éx. 14:21). Y
Jonás 1:4 nos dice que “Jehová mismo arrojó un gran
viento en el mar, y llegó a haber una gran tormenta
en el mar; y en cuanto a la nave, estaba a punto de ser
destrozada”. Saber que Dios tiene control absoluto
sobre la naturaleza inspira confianza en nosotros.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que el
futuro de nuestro planeta está en las mejores manos.
16. ¿Por qué es tranquilizador saber que el
Creador y su Hijo tienen poder absoluto sobre las
fuerzas de la naturaleza?
[ 16 ] [Textos] Así es, nuestro Creador y su “obrero
maestro” tienen un poder extraordinario. ¡Qué
tranquilizador es saberlo! Cuando Padre e Hijo dirijan
toda su atención a la Tierra durante el Milenio, la
gente vivirá en seguridad. Los desastres naturales,
que tanto sufrimiento causan, serán cosa del pasado.
En el nuevo mundo no habrá por qué temer a los
tifones, los tsunamis, las erupciones volcánicas o los
terremotos. Llegará el día en el que las fuerzas de la
naturaleza dejen de hacer daño al hombre, pues “la
tienda de Dios [estará] con la humanidad” (Rev. 21:3,
4). Podemos estar seguros de que el poder de Dios,
ejercido mediante Cristo, mantendrá bajo control a la
naturaleza durante los mil años.
SEAMOS COMO JEHOVÁ Y CRISTO
17. ¿Qué debemos hacer para parecernos más a
Dios y a Jesucristo?
[ 17 ] [Textos] Claro está, a diferencia de Jehová y de
Jesús, nosotros no tenemos el poder de evitar que
haya desastres naturales. Sin embargo, eso no quiere
decir que estemos de manos atadas. Tenemos el
poder de poner en práctica las palabras de
Proverbios 3:27 (léalo). Cuando nuestros hermanos
pasan por dificultades, podemos consolarlos y darles
apoyo físico, emocional y espiritual (Prov. 17:17). Por
ejemplo, podemos ayudarlos a recuperarse de un
desastre natural. Escuche lo que dijo una hermana
viuda después de que un huracán dañó gravemente
su hogar: “Estoy muy, muy agradecida a Jehová y a su
organización por la ayuda física y espiritual que me
han dado”. También está el caso de una hermana
soltera que se sentía angustiada por el daño que
sufrió su casa debido a una tormenta. Después de
recibir ayuda de sus hermanos, comentó lo siguiente:
“No tengo palabras para expresar cómo me siento.
¡Gracias, Jehová!”. Estamos muy agradecidos de tener
hermanos y hermanas que se interesan de corazón en
nuestras necesidades. Pero más agradecidos estamos
de que Jehová y Jesucristo se interesen tanto en
nosotros.
18. ¿Cómo lo hace sentir el amor con el que Jesús
realizaba sus milagros?
[ 18 ] [Textos] Por lo que hizo durante su ministerio,
Cristo demostró que es “el poder de Dios”. Ahora
bien, ¿por qué hacía lo que hacía? No era para
impresionar a la gente ni para sacar provecho
personal. Realizaba milagros porque sentía amor por
nosotros. De eso hablaremos en el próximo artículo.
Textos del Libro
Párrafo 1
(1 Samuel 18:20) Ahora bien, Mical, hija de Saúl, estaba enamorada de David, y se lo informaron a Saúl, y el asunto fue de su agrado.
(2 Samuel 6:16) Y sucedió que, cuando el arca de Jehová entró en la Ciudad de David, Mical misma, hija de Saúl, miró por la ventana y llegó a ver al rey David saltando y danzando en derredor delante de Jehová; y empezó a despreciarlo en su corazón.
(2 Samuel 6:20) David ahora se volvió para bendecir a su propia casa, y Mical hija de Saúl vino saliendo al encuentro de David, y entonces dijo: ―¡Cuán glorioso se hizo hoy el rey de Israel cuando se descubrió hoy a los ojos de las esclavas de sus siervos, tal como uno de los casquivanos se descubre completamente!‖.
Párrafo 2
(2 Samuel 16:23) Y el consejo de Ahitofel, con que aconsejaba en aquellos días, era tal como cuando un hombre inquiría de la palabra del Dios [verdadero]. Así les era todo el consejo de Ahitofel, tanto a David como a Absalón.
(2 Samuel 15:1-6) Y después de tales cosas aconteció que Absalón mandó a hacerse un carro, con caballos y con cincuenta hombres que corrían delante de él.
2 Y
Absalón se levantaba temprano y se paraba al lado del camino [que conducía] a la puerta. Y acontecía que, cuando cualquier hombre tenía una causa judicial por la cual hubiera de ir al rey a juicio, entonces Absalón lo llamaba y decía: ―¿De qué ciudad eres tú?‖, y él decía: ―De una de las tribus de Israel es tu siervo‖.
3 Y Absalón
le decía: ―Mira, tus asuntos son buenos y rectos; pero no hay nadie de parte del rey que te dé audiencia‖.
4 Y
Absalón decía además: ―¡Oh, que yo fuera nombrado juez en el país, para que a mí viniera todo hombre que tenga una causa judicial o juicio! Entonces ciertamente le haría justicia‖.
5 También sucedía que, cuando se
acercaba un hombre para inclinarse ante él, alargaba la mano y lo asía y lo besaba.
6 Y Absalón siguió haciendo
una cosa como esta a todos los israelitas que venían al rey a juicio; y Absalón siguió robándose el corazón de los hombres de Israel.
(2 Samuel 15:12-17) Además, cuando ofreció los sacrificios, Absalón envió por Ahitofel el guilonita, consejero de David, de su ciudad de Guiló. Y la
conspiración siguió haciéndose más fuerte, y la gente continuó aumentando numéricamente con Absalón. 13
Con el tiempo, vino un informador a David, y dijo: ―El corazón de los hombres de Israel ha llegado a estar tras Absalón‖.
14 En seguida David dijo a todos sus siervos
que estaban con él en Jerusalén: ―Levántense, y huyamos; ¡porque resultará que no tendremos escape a causa de Absalón! ¡Vayan apresuradamente, por temor de que él se dé prisa y realmente nos alcance y haga venir sobre nosotros lo que es malo y hiera la ciudad a filo de espada!‖.
15 Ante esto, los siervos del rey dijeron
al rey: ―Conforme a todo lo que mi señor el rey elija, aquí están tus siervos‖.
16 Así que el rey salió con toda su
casa a sus pies, y el rey dejó a diez mujeres, concubinas, para que cuidaran la casa.
17 Y el rey
continuó saliendo con toda la gente a sus pies; e hicieron alto en Bet-merhaq.
Párrafo 3
(2 Samuel 22:26) Con alguien leal tú actuarás en
lealtad; con el poderoso, exento de falta, tratarás de un
modo exento de falta;
Párrafo 4
(Salmo 89:37) Como la luna será firmemente
establecido por tiempo indefinido, y [como] testigo fiel en
los cielos nublados‖. Sélah.
Párrafo 5
Párrafo 6
(Proverbios 18:24) Existen compañeros dispuestos a hacerse pedazos, pero existe un amigo más apegado que un hermano.
(Malaquías 2:14-16) Y ustedes han dicho: ‗¿A causa de qué?‘. A causa de esto: de que Jehová mismo ha dado testimonio entre ti y la esposa de tu juventud, con la cual tú mismo has tratado traidoramente, aunque ella es tu socia y la esposa de tu pacto.
15 Y hubo uno que no [lo]
hizo, porque tenía lo que quedaba de[l] espíritu. ¿Y qué buscaba ese? La descendencia de Dios. Y ustedes tienen que guardarse respecto a su espíritu, y con la esposa de tu juventud que nadie trate traidoramente. 16
Porque él ha odiado un divorciarse —ha dicho Jehová el Dios de Israel—; y al que con violencia ha cubierto su prenda de vestir —ha dicho Jehová de los ejércitos—. Y tienen que guardarse respecto a su espíritu, y no deben tratar traidoramente.
(Miqueas 7:2) El leal ha perecido de la tierra, y entre la humanidad no hay ninguno recto. Todos ellos, para derramamiento de sangre acechan. Cazan, cada uno a su propio hermano, con una red barredera.
Párrafo 7
(Revelación 15:4) ¿Quién no te temerá verdaderamente, Jehová, y glorificará tu nombre, porque solo tú eres leal? Porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus justos decretos han sido manifestados‖.
(Job 1:1) Sucedió que en la tierra de Uz hubo un hombre cuyo nombre era Job; y aquel hombre resultó sin culpa y recto, y temeroso de Dios y apartado del mal.
(Revelación 4:8) Y en cuanto a las cuatro criaturas vivientes, cada una de ellas respectivamente tiene seis alas; alrededor y por debajo están llenas de ojos. Y no tienen descanso día y noche mientras dicen: ―Santo, santo, santo es Jehová Dios, el Todopoderoso, que era y que es y que viene‖.
(Salmo 16:10) Porque no dejarás mi alma en el Seol. No permitirás que el que te es leal vea el hoyo.
Párrafo 8
(1 Juan 4:8) El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor.
(Daniel 7:9) ‖Seguí contemplando hasta que se colocaron tronos y el Anciano de Días se sentó. La ropa de él era blanca justamente como la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana limpia. Su trono era llamas de fuego; sus ruedas eran un fuego ardiente.
Párrafo 9
(Salmo 145:17) Jehová es justo en todos sus caminos, y leal en todas sus obras.
(Salmo 136:1-26) Den gracias a Jehová, porque él es bueno: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
2 den gracias al Dios de los dioses: porque
su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido; 3 den
gracias al Señor de los señores: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
4 al Hacedor de
cosas maravillosas, grandes, a solas: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
5 a Aquel que hizo
los cielos con entendimiento: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
6 a Aquel que
tendió la tierra por encima de las aguas: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
7 a Aquel
que hizo las grandes luces: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
8 aun el sol para dominio de
día: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
9 la luna y las estrellas para dominio aunado
de noche: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
10 a Aquel que derribó a Egipto en sus
primogénitos: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
11 y a Aquel que sacó a Israel de en
medio de ellos: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
12 por una mano fuerte y por un brazo
extendido: porque su bondad amorosa es hasta tiempo
indefinido; 13
a Aquel que cortó el mar Rojo en partes: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido; 14
y que hizo a Israel pasar por en medio de él: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
15 y que
sacudió a Faraón y su fuerza militar al mar Rojo: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
16 a
Aquel que hizo a su pueblo andar por el desierto: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
17 a
Aquel que derribó a grandes reyes: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
18 y que procedió a
matar a reyes majestuosos: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
19 aun a Sehón, el rey de los
amorreos: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
20 y a Og, el rey de Basán: porque su bondad
amorosa es hasta tiempo indefinido; 21
y que dio la tierra de ellos como herencia: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
22 una herencia a Israel su
siervo: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
23 quien durante nuestra condición abatida se
acordó de nosotros: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
24 y que repetidas veces nos
arrancó de nuestros adversarios: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
25 Aquel que da
alimento a toda carne: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido;
26 den gracias al Dios de los
cielos: porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido.
(Salmo 34:6) Este afligido llamó, y Jehová mismo oyó. Y de todas sus angustias Él lo salvó.
Textos Atalaya
Párrafo 1
(Mateo 9:35) 35 Y Jesús emprendió un recorrido de
todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas
y predicando las buenas nuevas del reino y curando
toda suerte de dolencia y toda suerte de mal.
(Lucas 9:11) 11 Pero las muchedumbres, al saberlo, lo
siguieron. Y él los recibió amablemente y se puso a
hablarles del reino de Dios, y sanó a los que tenían
necesidad de curación.
(1 Corintios 1:24) 24 no obstante, para los que son los
llamados, tanto judíos como griegos, Cristo el poder de
Dios y la sabiduría de Dios.
Párrafo 2
(Hechos 2:22) 22 ”Varones de Israel, oigan estas
palabras: A Jesús el Nazareno, varón públicamente
mostrado por Dios a ustedes mediante obras poderosas
y portentos presagiosos y señales que Dios hizo
mediante él en medio de ustedes, así como ustedes
mismos lo saben,
Párrafo 3
(Lucas 1:30-32) 30 De modo que el ángel le dijo: “No
temas, María, porque has hallado favor con Dios; 31 y,
¡mira!, concebirás en tu matriz y darás a luz un hijo, y
has de ponerle por nombre Jesús. 32 Este será grande y
será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el
trono de David su padre,
(Lucas 2:52) 52 Y Jesús siguió progresando en sabiduría
y en desarrollo físico y en favor ante Dios y los hombres.
(Juan 2:3) 3 Cuando faltó el vino, la madre de Jesús le
dijo: “No tienen vino”.
(Juan 2:6-11) 6 Sucedió que había puestas allí seis
tinajas de piedra para agua según lo exigido por los
reglamentos de purificación de los judíos, cada una de
las cuales podía contener dos o tres medidas de líquido.
7 Jesús les dijo: “Llenen de agua las tinajas de agua”. Y
las llenaron hasta el borde. 8 Y les dijo: “Saquen un
poco ahora y llévenlo al director del banquete”. De
modo que ellos lo llevaron. 9 Pues bien, cuando el
director del banquete probó el agua que había sido
convertida en vino, pero no sabía de dónde venía,
aunque lo sabían los que ministraban que habían
sacado el agua, el director del banquete llamó al novio
10 y le dijo: “Todo otro hombre pone primero el vino
excelente, y cuando la gente está embriagada, el
inferior. Tú has reservado el vino excelente hasta
ahora”. 11 Jesús ejecutó esto en Caná de Galilea como
principio de sus señales, y puso de manifiesto su gloria;
y sus discípulos pusieron su fe en él.
Párrafo 4
(Isaías 25:6) 6 Y Jehová de los ejércitos ciertamente
hará para todos los pueblos, en esta montaña, un
banquete de platos con mucho aceite, un banquete de
[vino mantenido sobre] las heces, de platos con mucho
aceite, llenos de médula, de [vino mantenido sobre] las
heces, filtrado.
Párrafo 5
Párrafo 6
(Mateo 4:2-4) 2 Después que hubo ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, entonces sintió hambre. 3
También, el Tentador vino y le dijo: “Si eres hijo de Dios,
di a estas piedras que se conviertan en panes”. 4 Pero
en respuesta él dijo: “Está escrito: ‘No de pan
solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión
que sale de la boca de Jehová’”.
(Lucas 6:38) 38 Practiquen el dar, y se les dará.
Derramarán en sus regazos una medida excelente,
apretada, remecida y rebosante. Porque con la medida
con que ustedes miden, se les medirá en cambio”.
Párrafo 7
(Deuteronomio 15:11) 11 Porque nunca dejará de
haber alguien pobre en medio de la tierra. Por eso te
estoy mandando, diciendo: ‘Debes abrir generosamente
tu mano a tu hermano afligido y pobre en tu tierra’.
(Mateo 26:11) 11 Porque siempre tienen a los pobres
con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Párrafo 8
(Salmos 145:16) 16 Estás abriendo tu mano y
satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.
(Mateo 14:14-21) 14 Ahora bien, cuando él salió vio
una gran muchedumbre; y se compadeció de ellos, y
curó a sus enfermos. 15 Pero al anochecer, sus
discípulos vinieron a él y dijeron: “El lugar es solitario y
la hora es ya muy avanzada; despide a las
muchedumbres para que vayan a las aldeas y se
compren algo de comer”. 16 Pero Jesús les dijo: “No
hay necesidad de que se vayan; ustedes denles de
comer”. 17 Ellos le dijeron: “No tenemos nada aquí sino
cinco panes y dos pescados”. 18 Él dijo: “Tráiganmelos
acá”. 19 Luego, habiendo mandado a las
muchedumbres que se reclinaran sobre la hierba, tomó
los cinco panes y los dos pescados, y, mirando al cielo,
dijo una bendición, y, después de partir los panes, los
distribuyó a los discípulos, y los discípulos a su vez a las
muchedumbres. 20 De modo que todos comieron y
quedaron satisfechos, y recogieron el sobrante de los
trozos, doce cestas llenas. 21 Sin embargo, los que
comieron fueron unos cinco mil varones, además de
mujeres y niñitos.
(Mateo 14:13) 13 Al oírlo, Jesús se retiró de allí en una
barca a un lugar solitario en busca de aislamiento; pero
las muchedumbres, al llegar a oír de ello, le siguieron a
pie desde las ciudades.
Párrafo 9
(Lucas 9:10-17) 10 Y cuando los apóstoles volvieron, le
refirieron qué cosas habían hecho. Entonces los tomó
consigo y se retiró a un sitio privado en una ciudad
llamada Betsaida. 11 Pero las muchedumbres, al
saberlo, lo siguieron. Y él los recibió amablemente y se
puso a hablarles del reino de Dios, y sanó a los que
tenían necesidad de curación. 12 Luego el día comenzó
a declinar. Entonces se acercaron los doce y le dijeron:
“Despide a la muchedumbre, para que vayan a las
aldeas y a la región rural de alrededor y consigan
alojamiento y hallen provisiones, porque aquí estamos
en un lugar solitario”. 13 Pero él les dijo: “Denles
ustedes algo de comer”. Ellos dijeron: “No tenemos
nada más que cinco panes y dos pescados, a no ser que
vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda
esta gente”. 14 Eran, de hecho, como cinco mil
varones. Pero él dijo a sus discípulos: “Háganlos
reclinarse como en las comidas, en grupos como de
cincuenta cada uno”. 15 Y lo hicieron así, e hicieron que
todos se reclinaran. 16 Entonces, tomando los cinco
panes y los dos pescados, él miró al cielo, los bendijo y
los partió, e iba dándolos a los discípulos para que ellos
los pusieran delante de la muchedumbre. 17 De modo
que todos comieron y quedaron satisfechos, y se
recogió el sobrante que tuvieron, doce cestas de trozos.
Párrafo 10
(Salmos 72:16) 16 Llegará a haber abundancia de grano
en la tierra; en la cima de las montañas habrá
sobreabundancia. El fruto de él será como en el Líbano,
y los que son de la ciudad florecerán como la vegetación
de la tierra.
Párrafo 11
(Mateo 15:24) 24 En respuesta, él dijo: “No fui enviado
a nadie aparte de las ovejas perdidas de la casa de
Israel”.
(Salmos 72:8) 8 Y tendrá súbditos de mar a mar y desde
el Río hasta los cabos de la tierra.
(Romanos 1:14-15) 14 Tanto a griegos como a
bárbaros, tanto a sabios como a insensatos, soy deudor:
15 de modo que por mi parte tengo vivo interés en
declararles las buenas nuevas también a ustedes, allí en
Roma.
(Salmos 45:1) 45 Mi corazón se halla agitado debido a
un asunto agradable. Estoy diciendo: “Mis obras son
acerca de un rey”. Sea mi lengua el estilo de copista
hábil.
(Salmos 49:3) 3 Mi propia boca hablará cosas de
sabiduría, y la meditación de mi corazón será de cosas
de entendimiento.
Párrafo 12
(Proverbios 8:22) 22 ”Jehová mismo me produjo como
el principio de su camino, el más temprano de sus
logros de mucho tiempo atrás.
(Proverbios 8:30-31) 30 entonces llegué a estar a su
lado como un obrero maestro, y llegué a ser aquella con
quien él estuvo especialmente encariñado día a día, y
estuve alegre delante de él todo el tiempo, 31 pues
estuve alegre por el terreno productivo de su tierra, y
las cosas que fueron el objeto de mi cariño estuvieron
con los hijos de los hombres.
(Colosenses 1:15-17) 15 Él es la imagen del Dios
invisible, el primogénito de toda la creación; 16 porque
por medio de él todas las [otras] cosas fueron creadas
en los cielos y sobre la tierra, las cosas visibles y las
cosas invisibles, no importa que sean tronos, o señoríos,
o gobiernos, o autoridades. Todas las [otras] cosas han
sido creadas mediante él y para él. 17 También, él es
antes de todas las [otras] cosas y por medio de él se
hizo que todas las [otras] cosas existieran,
Párrafo 13
(Marcos 4:37-39) 37 Ahora bien, estalló una grande y
violenta tempestad de viento, y las olas seguían
lanzándose dentro de la barca, de modo que faltaba
poco para que la barca se llenara. 38 Pero él estaba en
la popa, durmiendo sobre una almohada. De modo que
lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa
que estemos a punto de perecer?”. 39 Con eso, él se
despertó, y reprendió al viento y dijo al mar: “¡Silencio!
¡Calla!”. Y el viento se apaciguó, y sobrevino una gran
calma.
(Mateo 8:24) 24 Ahora bien, ¡mire!, se levantó una gran
agitación en el mar, de modo que las olas cubrían la
barca; él, sin embargo, dormía.
Párrafo 14
(Mateo 8:25) 25 Y ellos vinieron y lo despertaron,
diciendo: “¡Señor, sálvanos, estamos a punto de
perecer!”.
(Marcos 4:39) 39 Con eso, él se despertó, y reprendió al
viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Calla!”. Y el viento se
apaciguó, y sobrevino una gran calma.
Párrafo 15
(Génesis 7:4) 4 Porque dentro de solo siete días más
voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y
cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la
superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”.
(Éxodo 14:21) 21 Moisés ahora extendió su mano sobre
el mar; y Jehová empezó a hacer que el mar se retirara
por un fuerte viento del este durante toda la noche, y
que la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco, y se
iba efectuando una partición de las aguas.
(Éxodo 14:21) 21 Moisés ahora extendió su mano sobre
el mar; y Jehová empezó a hacer que el mar se retirara
por un fuerte viento del este durante toda la noche, y
que la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco, y se
iba efectuando una partición de las aguas.
(Jonás 1:4) 4 Y Jehová mismo arrojó un gran viento en
el mar, y llegó a haber una gran tormenta en el mar; y
en cuanto a la nave, estaba a punto de ser destrozada.
Párrafo 16
(Revelación 21:3-4) 3 Con eso, oí una voz fuerte desde
el trono decir: “¡Mira! La tienda de Dios está con la
humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus
pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. 4 Y limpiará
toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni
existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas
anteriores han pasado”.
Párrafo 17
(Proverbios 3:27) 27 No retengas el bien de aquellos a
quienes se les debe, cuando sucede que está en el
poder de tu mano hacer[lo].
(Proverbios 17:17) 17 Un compañero verdadero ama en
todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay
angustia.
Cántico 18
El fiel amor de Dios
(Isaías 55:1-3)
1. Fiel amor es Jehová,
es eterna su bondad.
A Su Hijo entregó,
con su sangre nos compró,
el camino nos abrió
a una vida sin dolor.
(ESTRIBILLO)
Al sediento dice Dios:
“Aguas vivas gratis hay”.
Sacia en ellas, por favor,
tu sed de la verdad.
2. Fiel amor es Jehová,
se ve en todo cuanto hay.
Fue movido por amor
que a Jesús entronizó;
su promesa fiel cumplió,
sí, el Reino le confió.
(ESTRIBILLO)
Al sediento dice Dios:
“Aguas vivas gratis hay”.
Sacia en ellas, por favor,
tu sed de la verdad.
3. Fiel amor es Jehová,
el modelo que copiar.
Al humilde ve a ayudar
a poner fe en la verdad,
llévale la salvación
y el consuelo del Señor.
(ESTRIBILLO)
Al sediento dice Dios:
“Aguas vivas gratis hay”.
Sacia en ellas, por favor,
tu sed de la verdad.
(Véanse también Sal. 33:5; 57:10; Efe. 1:7.) Volver
Cántico 65
“Este es el camino”
(Isaías 30:20, 21)
1. Hay un camino que conduce a la paz;
te lo enseñó el propio Hijo de Jehová.
Brilló la luz, la oscuridad se disipó;
pudiste ver a tu divino Instructor.
(ESTRIBILLO)
¡Es la verdad! ¡Sin duda, es la verdad!
La senda sigue sin mirar atrás;
contigo marcha tu Dios, Jehová.
No busques más, pues esta es la verdad.
2. Hay un camino que conduce al amor;
estás en él, no mires a tu alrededor.
Detrás de ti, la voz de Dios escucharás
diciéndote que no te vayas a desviar.
(ESTRIBILLO)
¡Es la verdad! ¡Sin duda, es la verdad!
La senda sigue sin mirar atrás;
contigo marcha tu Dios, Jehová.
No busques más, pues esta es la verdad.
3. Hay un camino que conduce a salvación,
no encontrarás ninguna senda superior.
Si eres fiel y sigues la ley del Señor,
podrás tener eterna vida, paz y amor.
(ESTRIBILLO)
¡Es la verdad! ¡Sin duda, es la verdad!
La senda sigue sin mirar atrás;
contigo marcha tu Dios, Jehová.
No busques más, pues esta es la verdad.
(Véanse también Sal. 32:8; 139:24; Pro. 6:23.) volver
Cántico 125
Sujeción leal al orden divino
(1 Corintios 14:33)
1. Los felices siervos del Señor Jehová
vamos proclamando: “¡Cristo reina ya!”.
Dios nos fija el orden que hemos de acatar
como pueblo unido, con lealtad total.
(ESTRIBILLO)
Sé fiel y humilde, siempre a Dios sirve,
dale tu corazón.
En él confía, sigue su guía
con sincera devoción.
2. Para que podamos dar a conocer
el mensaje a todos sin desfallecer,
Dios nos brinda ayuda con su gran poder
y la clara guía del esclavo fiel.
(ESTRIBILLO)
Sé fiel y humilde, siempre a Dios sirve,
dale tu corazón.
En él confía, sigue su guía
con sincera devoción.
(Véanse también Luc. 12:42; Heb. 13:7, 17.) volver
Cántico 14
Todo nuevo
(Revelación 21:1-5)
1. Las pruebas demuestran que Cristo está
sentado en su trono de majestad.
Luchó con el Diablo y lo venció;
vendrá pronto nuestra liberación.
(ESTRIBILLO)
La tienda de Dios estará
con toda la humanidad.
No habrá ya muerte ni lamento
ni llanto ni más sufrimiento.
Dios prometió que todo nuevo hará.
¡Lo dijo y lo cumplirá!
2. Contemplen a la Nueva Jerusalén,
la novia de Cristo, ¡qué bella es!
Las gemas y el oro su adorno son;
el Sol no la alumbra, su luz es Dios.
(ESTRIBILLO)
La tienda de Dios estará
con toda la humanidad.
No habrá ya muerte ni lamento
ni llanto ni más sufrimiento.
Dios prometió que todo nuevo hará.
¡Lo dijo y lo cumplirá!
3. Sus puertas jamás se tendrán que cerrar,
pues su Dios, Jehová, la defenderá.
A su luz los pueblos caminarán;
su gloria debemos hoy reflejar.
(ESTRIBILLO)
La tienda de Dios estará
con toda la humanidad.
No habrá ya muerte ni lamento
ni llanto ni más sufrimiento.
Dios prometió que todo nuevo hará.
¡Lo dijo y lo cumplirá!
(Véanse también Mat. 16:3; Rev. 12:7-9; 21:23-25.)
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Cántico 109
Alabemos al Primogénito de Jehová
(Hebreos 1:6)
1. Dios ha coronado
a Cristo en el monte Sión.
Al pobre hará justicia,
dará fin a la opresión.
Por el amor tan grande
que siente por Jehová,
él limpiará Su nombre
y lo enaltecerá.
(ESTRIBILLO)
Alabemos juntos
al Rey que Dios consagró,
aquel que es el principio
de toda la creación.
2. Cristo, por su muerte,
a todos nos rescató,
abriendo así el camino
a la reconciliación.
Su novia va vestida
de blanco virginal,
sus bodas en el cielo
darán gloria a Jehová.
(ESTRIBILLO)
Alabemos juntos
al Rey que Dios consagró,
aquel que es el principio
de toda la creación.
(Véanse también Sal. 2:6; 45:3, 4; Rev. 19:8.) volver
1 Reyes 15 a 17
15 Y en el año dieciocho del rey Jeroboán hijo de Nebat, Abiyam llegó a ser rey sobre Judá.
2 Tres años
reinó en Jerusalén; y el nombre de su madre era Maacá la nieta de Abisalom.
3 Y él siguió andando en todos los
pecados de su padre que este había cometido antes de él; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios, como el corazón de David su antepasado. 4 Porque, a causa de David, Jehová su Dios le dio una
lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él y manteniendo en existencia a Jerusalén,
5 porque
David hizo lo que era recto a los ojos de Jehová, y no se desvió de nada que Él le hubo mandado todos los días de su vida, excepto en el asunto de Urías el hitita.
6 Y
hubo guerra misma entre Rehoboam y Jeroboán todos los días de su vida.
7 En cuanto al resto de los asuntos de Abiyam y todo
cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá? También hubo guerra entre Abiyam y Jeroboán.
8 Por fin Abiyam yació con sus
antepasados, y lo enterraron en la Ciudad de David; y Asá su hijo empezó a reinar en lugar de él.
9 En el año veinte de Jeroboán el rey de Israel, Asá
reinó como rey de Judá. 10
Y cuarenta y un años reinó en Jerusalén; y el nombre de su abuela era Maacá la nieta de Abisalom.
11 Y Asá procedió a hacer lo que era
recto a los ojos de Jehová, como David su antepasado. 12
Por lo tanto, hizo pasar del país a los prostitutos de templo y quitó todos los ídolos estercolizos que sus antepasados habían hecho.
13 En cuanto a Maacá
misma, su abuela, pasó a removerla de [ser] dama, porque ella había hecho un ídolo horrible al poste sagrado; después de lo cual Asá cortó el ídolo horrible de ella y lo quemó en el valle torrencial de Cedrón.
14 Y
los lugares altos no los quitó. No obstante, el corazón mismo de Asá resultó completo para con Jehová todos
sus días. 15
Y empezó a introducir en la casa de Jehová las cosas santificadas por su padre y las cosas santificadas por él mismo, plata y oro y objetos.
16 Y hubo guerra misma entre Asá y Baasá el rey de
Israel todos los días de ellos. 17
Por lo tanto, Baasá el rey de Israel subió contra Judá y se puso a edificar a Ramá, para no permitir que nadie saliera ni entrara donde Asá el rey de Judá.
18 Ante eso, Asá tomó toda la
plata y el oro que quedaban en los tesoros de la casa de Jehová y los tesoros de la casa del rey y los puso en la mano de sus siervos; y ahora el rey Asá los envió a Ben-hadad hijo de Tabrimón hijo de Hezión, el rey de Siria, que estaba morando en Damasco, y dijo:
19 ―Hay
un pacto entre yo y tú, entre mi padre y tu padre. Mira que te he enviado un presente de plata y oro. Anda, rompe en efecto tu pacto con Baasá el rey de Israel, para que se retire de mí‖.
20 Por consiguiente, Ben-
hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de las fuerzas militares que eran suyas contra las ciudades de Israel, y fue derribando a Ijón y Dan y Abel-bet-maacá y todo Kinéret, hasta toda la tierra de Neftalí.
21 Y
aconteció que, tan pronto como Baasá tuvo noticia de ello, inmediatamente dejó de edificar a Ramá y continuó morando en Tirzá.
22 Y el rey Asá, por su parte, mandó
llamar a todo Judá —no quedó nadie exento— y procedieron a llevarse las piedras de Ramá y las maderas de ella, con las cuales Baasá había estado edificando; y el rey Asá se puso a edificar con ellas a Gueba en Benjamín, y a Mizpá.
23 En cuanto al resto de todos los asuntos de Asá, y
todo su poderío y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Judá? Solo que al tiempo en que envejeció enfermó de los pies.
24 Por fin Asá yació
con sus antepasados, y fue enterrado con sus antepasados en la Ciudad de David su antepasado; y Jehosafat su hijo empezó a reinar en lugar de él.
25 En cuanto a Nadab hijo de Jeroboán, llegó a ser
rey sobre Israel en el segundo año de Asá el rey de Judá; y continuó reinando sobre Israel dos años.
26 Y
siguió haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová y fue andando en el camino de su padre y en su pecado con que hizo pecar a Israel.
27 Y Baasá hijo de Ahíya de
la casa de Isacar empezó a conspirar contra él; y Baasá logró derribarlo en Guibetón, que pertenecía a los filisteos, mientras Nadab y todo Israel estaban sitiando a Guibetón.
28 Así que Baasá le dio muerte en el tercer
año de Asá el rey de Judá, y empezó a reinar en lugar de él.
29 Y aconteció que, luego que llegó a ser rey,
derribó a toda la casa de Jeroboán. No dejó que quedara ninguno de Jeroboán que respirara, hasta que los hubo aniquilado, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de su siervo Ahíya el silonita,
30 a causa de los pecados de Jeroboán con que
pecó y con que hizo pecar a Israel [y] por lo ofensivo de él con que ofendió a Jehová el Dios de Israel.
31 En
cuanto al resto de los asuntos de Nadab y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
32 Y hubo guerra misma
entre Asá y Baasá el rey de Israel todos los días de estos.
33 En el tercer año de Asá el rey de Judá, Baasá hijo
de Ahíya llegó a ser rey sobre todo Israel en Tirzá por veinticuatro años.
34 Y siguió haciendo lo que era malo a
los ojos de Jehová, y fue andando en el camino de Jeroboán y en su pecado con que hizo pecar a Israel.
16 Ahora vino la palabra de Jehová a Jehú hijo de Hananí contra Baasá, y dijo:
2 ―Por cuanto te levanté del
polvo para constituirte caudillo sobre mi pueblo Israel, pero te fuiste andando en el camino de Jeroboán y así hiciste pecar a mi pueblo Israel, ofendiéndome con los pecados de ellos,
3 aquí voy a barrer de modo completo
tras Baasá y tras su casa, y ciertamente constituiré su casa como la casa de Jeroboán hijo de Nebat.
4 A
cualquiera de Baasá que muera en la ciudad, los perros se lo comerán; y a cualquiera suyo que muera en el campo, las aves de los cielos se lo comerán‖.
5 En cuanto al resto de los asuntos de Baasá y lo que
hizo, y su poderío, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
6 Por fin
Baasá yació con sus antepasados, y fue enterrado en Tirzá; y Elah su hijo empezó a reinar en lugar de él.
7 Y
también por medio de Jehú hijo de Hananí el profeta, la palabra misma de Jehová había venido contra Baasá y contra su casa, tanto por toda la maldad que él cometió a los ojos de Jehová ofendiéndolo con la obra de sus manos, para que ella llegara a ser como la casa de Jeroboán, como porque lo derribó.
8 En el año veintiséis de Asá el rey de Judá, Elah hijo
de Baasá llegó a ser rey sobre Israel en Tirzá, por dos años.
9 Y su siervo Zimrí, el jefe de la mitad de los
carros, empezó a conspirar contra él, mientras este estaba en Tirzá bebiendo hasta emborracharse en casa de Arzá, que estaba sobre la casa en Tirzá.
10 Y Zimrí
procedió a entrar y a derribarlo y darle muerte en el año veintisiete de Asá el rey de Judá, y empezó a reinar en lugar de él.
11 Y aconteció que, cuando empezó a reinar,
en cuanto se sentó sobre su trono, derribó a toda la casa de Baasá. No dejó que quedara ninguno de los suyos que orinara contra una pared, ni sus vengadores de sangre ni sus amigos.
12 Así Zimrí aniquiló a toda la
casa de Baasá, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado contra Baasá mediante Jehú el profeta, 13
a causa de todos los pecados de Baasá y los pecados de Elah su hijo con que pecaron y con que hicieron pecar a Israel, ofendiendo a Jehová el Dios de Israel con sus vanos ídolos.
14 En cuanto al resto de los
asuntos de Elah y todo cuanto hizo, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
15 En el año veintisiete de Asá el rey de Judá, Zimrí
llegó a ser rey por siete días en Tirzá, mientras el pueblo estaba acampado contra Guibetón, que pertenecía a los filisteos.
16 Con el tiempo, el pueblo que estaba
acampado oyó decir: ―Zimrí ha conspirado y también ha derribado al rey‖. Por lo tanto, todo Israel hizo que el jefe del ejército, Omrí, fuera rey sobre Israel en aquel día en el campamento.
17 Omrí y con él todo Israel ahora
fueron subiendo de Guibetón y empezaron a poner sitio a Tirzá.
18 Y aconteció que, en cuanto Zimrí vio que la
ciudad había sido tomada, entonces entró en la torre de
habitación de la casa del rey y quemó con fuego sobre sí la casa del rey, de modo que murió,
19 por los
pecados suyos con que había pecado haciendo lo que era malo a los ojos de Jehová al andar en el camino de Jeroboán y en su pecado que él cometió, haciendo pecar a Israel.
20 En cuanto al resto de los asuntos de
Zimrí y su conspiración con que conspiró, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
21 Entonces fue cuando el pueblo de Israel empezó a
dividirse en dos partes. Había [los de] una parte del pueblo que se hicieron seguidores de Tibní hijo de Guinat, para hacerlo rey, y [los de] la otra parte, seguidores de Omrí.
22 Por fin la gente que estaba
siguiendo a Omrí venció a la gente que estaba siguiendo a Tibní hijo de Guinat; de manera que Tibní murió, y Omrí empezó a reinar.
23 En el año treinta y uno de Asá el rey de Judá, Omrí
llegó a ser rey sobre Israel por doce años. En Tirzá reinó seis años.
24 Y procedió a comprar a Sémer la montaña
de Samaria por dos talentos de plata, y se puso a edificar [en] la montaña y a llamar el nombre de la ciudad que edificó por el nombre de Sémer el amo de la montaña: Samaria.
25 Y Omrí siguió haciendo lo que era
malo a los ojos de Jehová, y llegó a hacer peor que todos los que fueron antes de él.
26 Y fue andando en
todo el camino de Jeroboán hijo de Nebat y en su pecado con que hizo pecar a Israel, ofendiendo a Jehová el Dios de Israel con sus vanos ídolos.
27 En
cuanto al resto de los asuntos de Omrí, lo que hizo, y su poderío con que actuó, ¿no están escritos en el libro de los asuntos de los días de los reyes de Israel?
28 Por fin
Omrí yació con sus antepasados, y fue enterrado en Samaria; y Acab su hijo empezó a reinar en lugar de él.
29 Y en cuanto a Acab hijo de Omrí, él llegó a ser rey
sobre Israel el año treinta y ocho de Asá el rey de Judá; y Acab hijo de Omrí continuó reinando sobre Israel en Samaria veintidós años.
30 Y Acab hijo de Omrí procedió
a hacer peor a los ojos de Jehová que todos los que fueron antes de él.
31 Y aconteció que, [como si fuera] la
cosa más insignificante el que anduviera en los pecados de Jeroboán hijo de Nebat, ahora tomó por esposa a Jezabel hija de Etbaal el rey de los sidonios, y se puso a ir y servir a Baal e inclinarse ante él.
32 Además, erigió
un altar a Baal en la casa de Baal que edificó en Samaria.
33 Y Acab pasó a hacer el poste sagrado; y
Acab llegó a hacer más para ofender a Jehová el Dios de Israel que todos los reyes de Israel que hubo antes de él.
34 En sus días Hiel el betelita edificó a Jericó.
Pagando con la pérdida de Abiram, su primogénito, colocó el fundamento de ella, y pagando con la pérdida de Segub, el menor de los suyos, puso sus puertas, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Josué hijo de Nun.
17 Y Elías el tisbita, de los habitantes de Galaad, procedió a decir a Acab: ―¡Tan ciertamente como que vive Jehová el Dios de Israel, delante de quien en efecto estoy de pie, no habrá durante estos años ni rocío ni lluvia, excepto por orden de mi palabra!‖.
2 Ahora le vino la palabra de Jehová, diciendo:
3 ―Vete de aquí, y tienes que dirigirte hacia el este y
ocultarte junto al valle torrencial de Kerit, que está al este del Jordán.
4 Y tiene que suceder que debes beber
del valle torrencial, y ciertamente daré orden a los cuervos para que te suministren alimento allí‖.
5 Él se
fue inmediatamente e hizo conforme a la palabra de Jehová, así es que se fue y se puso a morar junto al valle torrencial de Kerit, que está al este del Jordán.
6 Y
los cuervos mismos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne al atardecer, y siguió bebiendo del valle torrencial.
7 Pero al cabo de algunos días aconteció que
el valle torrencial se secó, porque no había ocurrido aguacero sobre la tierra.
8 La palabra de Jehová ahora le vino, diciendo:
9 ―Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y
tienes que morar allí. ¡Mira! Ciertamente daré orden allí a una mujer, una viuda, para que te suministre alimento‖.
10 Por lo tanto, él se levantó y se fue a
Sarepta, y entró por la entrada de la ciudad; y, ¡mire!, allí estaba una mujer, una viuda, recogiendo pedazos de leña. De modo que la llamó y dijo: ―Por favor, consígueme un sorbo de agua en una vasija para beber‖.
11 Cuando ella empezó a ir para conseguirlo, él
pasó a llamarla y a decir: ―Por favor, consígueme un pedacito de pan en tu mano‖.
12 Por lo cual ella dijo:
―Tan ciertamente como que vive Jehová tu Dios, no tengo torta redonda, sino un puñado de harina en el jarro grande y un poco de aceite en el jarro pequeño; y aquí estoy recogiendo unos cuantos pedazos de leña, y tengo que entrar y hacer algo para mí y mi hijo, y tendremos que comerlo y morir‖.
13 Entonces le dijo Elías: ―No tengas miedo. Entra,
haz conforme a tu palabra. Solo que de lo que hay allí, hazme primero una pequeña torta redonda, y tienes que traérmela acá fuera, y para ti y tu hijo puedes hacer algo después.
14 Porque esto es lo que ha dicho Jehová el
Dios de Israel: ‗El jarro grande de harina mismo no se agotará, y el jarro pequeño de aceite mismo no fallará hasta el día en que Jehová dé un aguacero sobre la superficie del suelo‘‖.
15 Por lo tanto, ella se fue e hizo
conforme a la palabra de Elías; y continuó comiendo, ella junto con él y con su casa, por días.
16 El jarro
grande de harina mismo no se agotó, y el jarro pequeño de aceite mismo no falló, conforme a la palabra de Jehová que él había hablado por medio de Elías.
17 Y después de estas cosas aconteció que el hijo de
la mujer, el ama de la casa, enfermó, y su enfermedad llegó a ser tan grave que no quedó aliento en él.
18 Ante
esto, ella dijo a Elías: ―¿Qué tengo yo que ver contigo, oh hombre del Dios [verdadero]? Has venido a mí para que se recuerde mi error y para dar muerte a mi hijo‖. 19
Pero él le dijo: ―Dame tu hijo‖. Entonces lo tomó del seno de ella y lo llevó arriba a la cámara en el techo, donde él moraba, y lo acostó sobre su propio lecho.
20 Y
empezó a clamar a Jehová y a decir: ―Oh Jehová mi Dios, ¿también sobre la viuda con quien estoy residiendo como forastero tienes que traer perjuicio, dando muerte a su hijo?‖.
21 Y procedió a estirarse sobre
el niño tres veces y a clamar a Jehová y a decir: ―Oh Jehová mi Dios, por favor, haz que el alma de este niño
vuelva dentro de él‖. 22
Finalmente Jehová escuchó la voz de Elías, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir.
23 Elías ahora tomó al niño y lo bajó
desde la cámara en el techo hasta dentro de la casa, y se lo dio a su madre; y entonces dijo Elías: ―Mira, tu hijo está vivo‖.
24 Ante esto, la mujer dijo a Elías: ―Ahora, de
veras, sí sé que eres un hombre de Dios, y que la palabra de Jehová en tu boca es verdadera‖.
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